Dictamen de la Procuración General:

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Dictamen de la Procuración General:
El Tribunal del Trabajo Nº 1
de Necochea acogió la demanda de indemnización por daños y
perjuicios incoada por K. S.L. , por sí y en representación
de sus hijos menores de edad, contra Oscar Alberto Lusi,
Prima
S.A.,
Los
Grobo
Agropecuaria
S.A.
y
Federación
Patronal Seguros S.A., los que –a excepción del penúltimo
nombrado- resultaron condenados a abonar en forma solidaria
los montos liquidados en concepto de reparación integral,
de
conformidad
introductorio
(v.
con
lo
fs.
solicitado
813/845
y
en
el
aclaratoria
escrito
de
fs.
862/863).
La
presente
acción
hallaba
causa en el fallecimiento de P. C.L. , concubino y padre –
respectivamente- de los legitimados activos, ocurrido en
ocasión y con motivo del trabajo desempeñado en relación de
dependencia para con el demandado Lusi, quien había sido
subcontratado por la firma Prima S.A. con la finalidad de
ejecutar las obras de mecanización de una planta de silos
de
propiedad
de
la
empresa
agropecuaria
coaccionada.
Federación Patronal Seguros S.A. operó en la coyuntura en
calidad de aseguradora de riesgos del trabajo, en virtud
del contrato de afiliación celebrado en el marco de la ley
24.557 con el principal.
El
soporte
normativo
del
reclamo
indemnizatorio
de
autos
fue
emplazado
por
los
accionantes –sustancialmente- en los arts. 512, 1081, 1109,
1074, 1113, 1198 y cctes. del Código Civil y en el decreto
911/96.
Para
expresado,
el
Tribunal
resolver
a
quo
en
el
sentido
declaró
la
inconstitucionalidad del art. 39 inc. 1 de la ley 24.557 en
cuanto
exime
a
los
empleadores
de
toda
responsabilidad
civil frente a los trabajadores y sus derechohabientes y,
en
lo
concerniente
a
la
demandada
Federación
Patronal
Seguros S.A., consideró en el veredicto que ésta no había
acreditado
en
autos
el
cumplimiento
de
los
deberes
de
seguridad y vigilancia que la Ley de Riesgos del Trabajo
pone a su cargo (v. fs. 823 y vta.). La determinación de
esta premisa fáctica hizo que, al pronunciar sentencia, los
jueces de origen hallaran configurada la responsabilidad
subjetiva
de
la
aseguradora,
como
consecuencia
de
la
negligencia que traducía la inobservancia de las mentadas
imposiciones contenidas en la ley especial, conforme lo
normado por el art. 1074 del Código Civil. Asimismo, el
sentenciante de mérito concluyó que dichas omisiones de los
deberes
legales
responsabilidad
a
con
cargo
el
de
la
A.R.T.
empleador-
–en
compartida
constituían
causa
eficiente y adecuada del accidente que provocó la muerte
del trabajador (v fs. 839 vta./842).
Y bien, contra dicho modo de
resolver, la A.R.T. vencida –por apoderado- opuso recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley (v. fs. 869/886),
cuya vista es conferida a este Ministerio Público en fs.
935.
A
modo
de
sustento
de
la
queja deducida, la apelante sostiene que el fallo en crisis
viola los arts. 163 inc. 6, 375 y 384 del C.P.C.C.B.A.;
512, 624, 1078 y 1113 del Código Civil; 39 y 47 de la ley
11.653; 5 y 9 de la ley 19.587; 97 de la ley 22.248; 4 inc.
1
y
39
de
la
ley
24.557;
ley
22.250;
17
y
18
de
la
Constitución nacional y la doctrina elaborada en torno a la
citada
normativa,
considerando,
además,
que
la
doctrina
legal utilizada como fundamento del fallo impugnado fue
aplicada en forma absurda y errónea por el Tribunal del
Trabajo.
Los agravios traídos refieren
–sumariamente- a las siguientes cuestiones resueltas por el
a quo en la sentencia en crisis:
1. Sostiene la recurrente que
lo decidido en orden a la remuneración del causante y que
fuera tomada como base para el cálculo de la indemnización
reclamada,
constancias
testimonio
resulta
de
de
la
un
arbitrario
causa,
único
porque
toda
testigo
se
aparta
vez
que
se
que
nunca
de
valoró
vio
lo
las
el
que
efectivamente percibía el trabajador fallecido. Manifiesta
que esta sola declaración resultó idónea para desvirtuar la
restante
prueba
documentación
aportada
laboral
a
la
llevada
causa,
en
consistente
legal
forma
y
en
la
en
la
experticia contable que lo avalaba.
Alega entonces que el a quo
hizo
una
errónea
interpretación
del
art.
39
de
la
ley
11.653, puesto que si la obligación legal de llevar la
documentación laboral por parte del empleador se hallaba
cumplida, incumbía a la parte actora la carga probatoria
del salario denunciado.
Expone que el mentado art. 39
adquiere
operatividad
registros,
o
cuando
ante
éstos
la
inexistencia
carecen
de
de
los
libros
o
requisitos
legales, lo que no acontece en la especie a la luz de la
referida prueba pericial contable.
En apoyo de su posición, la
recurrente cita la doctrina legal que dimana de la causa L.
82.199 del 30/III/05, añadiendo que no se compadece con lo
actuado en autos la resolución del sentenciante de mérito,
en tanto y en cuanto puso en cabeza del accionado la carga
de
acreditar
que
el
trabajador
no
percibía
el
salario
denunciado en la demanda.
2. Se agravia –asimismo- por
los incumplimientos a los deberes de seguridad e higiene en
el
trabajo
que
el
fallo
impugnado
endilga
a
su
parte,
alegando que de tal modo el a quo infringió las normas
contenidas en los arts. 375 y 384 del C.P.C.C.B.A. y 47 de
la ley 11.653.
Sostiene
en
tal
sentido
que
al contestar la demanda, manifestó haber cumplido con las
disposiciones legales y reglamentarias, habiendo remitido
en
su
oportunidad
al
empleador
una
“carta
notificación
documentada” en la que se le hacía saber de la circular
1/98
de
la
Superintendencia
de
seguros.
Esta
prueba
no
controvertida –asevera- fue omitida por el a quo.
Manifiesta
que
la
sentencia
en crisis condenó solidariamente a su parte con apoyo en
las citas de la normativa específica de la ley 24.557 y en
la declaración de un testigo que dijo que la obra donde
ocurrió el accidente de trabajo que ocasionó el óbito de L.
era supervisada por un arquitecto empleado por Prima S.A.,
pero no por la A.R.T.
Alega que estas conclusiones
del a quo se contradicen con lo establecido en otro tramo
del decisorio en crisis, donde se cita el dictamen del
Perito
Ingeniero
verificando
el
incumplimiento
de
las
normas de seguridad, tanto por parte del comitente, del
contratista y del subcontratista, en lo concerniente a: 1)
no haber efectuado el aviso de inicio de obra y, 2) no
haber contado con un programa de seguridad de obra.
Asevera
que
la
responsabilidad de brindar adecuadas medidas de seguridad e
higiene es de la empresa y no de la aseguradora, tal como
lo establece la ley 19.587.
Cita los arts. 7, 8 y 9 del
decreto
911/96,
para
concluir
que
las
A.R.T.
no
tienen
poder de policía y que no es carga de las mismas vigilar
diariamente y durante toda la jornada lo que se hace en los
lugares
de
impartir
trabajo,
ni
instrucciones
tampoco
acerca
del
están
modo
facultadas
de
para
realizar
las
tareas o para impedir su realización, aún en condiciones de
extremo riesgo.
Afirma
la
apelante
que
no
existió nexo de causalidad alguno que vincule a la A.R.T.
demandada
reparar
en
con
la
el
infortunio
especie,
toda
cuyos
vez
que
daños
la
se
pretenden
aseguradora
no
estaba en conocimiento de la obra que se ejecutaba. El
incumplimiento que el a quo atribuye a su parte –continúano alcanza para responsabilizarla, desde que el siniestro
ocurrió por causas que le eran ajenas, pues para evitarlo
la aseguradora tendría que haber recibido comunicación del
inicio de la obra con una anticipación de cinco días y,
además, haber vigilado cotidianamente la labor del personal
durante toda la jornada, algo que considera materialmente
imposible.
Alega que el lugar de trabajo
del occiso variaba conforme los contratos que celebraba su
empleador,
con
lo
cual
–afirma-
toma
mayor
fuerza
la
denuncia del inicio de la obra para su supervisión por la
A.R.T.
Sostiene
que
resulta
caprichosa y forzada la aplicación de los arts. 1113 y 1074
del Código Civil al caso de autos, porque no existe nexo
causal
entre
considerando
el
siniestro
absurda
la
ocurrido
y
interpretación
de
la
la
A.R.T.,
prueba
y
errónea la aplicación del derecho que realizó el Tribunal
del Trabajo para imputar responsabilidad a la aseguradora,
en forma conjunta y solidaria con los restantes demandados.
3-
Afirma,
asimismo,
que
la
sentencia en crisis viola el principio de congruencia y el
debido
proceso,
toda
vez
que
en
la
demanda
se
reclamó
resarcimiento del daño moral sólo en relación a los tres
hijos menores del causante, pues ellos resultaban ser los
únicos legitimados, de conformidad con la norma contenida
en el art. 1078 del Código Civil. Ahora bien, expone que al
resolver
dicho
procedente
el
tópico,
pedido
de
el
Tribunal
del
reparación
del
Trabajo
agravio
declaró
moral
y
luego de establecer el quantum indemnizatorio distribuyó su
importe entre los descendientes de L. , incluyendo a K.L. ,
considerada
erróneamente
en
el
fallo
en
embate
como
“cónyuge de la víctima”.
Manifiesta la apelante que no
había
sido
establecido
materia
en
controvertida
en
veredicto-
que
el
autos
–y así
entre
la
quedó
aludida
accionante y el occiso existió una relación concubinaria.
4. Se agravia, finalmente, de
la tasa de interés aplicada al capital de condena por el
Tribunal a quo.
En este tópico, sostiene que
en fs. 837 el Tribunal de grado estableció el importe de la
reparación
13/II/2008,
del
daño
pero
material
sin
indicar
con
en
más
el
sus
intereses
decisorio
la
al
tasa
aplicada hasta esa fecha.
Alega que, posteriormente, el
fallo en crisis condena al pago de una suma integrada,
entre otros ítems, por la aplicación de la tasa pasiva que
paga el Banco de la Pcia. de Bs. As. por sus depósitos a
treinta
días,
11/IX/2001,
desde
pero
que
sin
cada
suma
determinar
es
que
debida
ha
hasta
ocurrido
el
con
posterioridad a esa fecha, ya que de aplicarse la mentada
tasa pasiva al capital de condena, los montos resultantes
serían
inferiores
a
los
que
surgen
del
pronunciamiento
objetado.
Expone
que
su
parte
había
impugnado antes de ahora la liquidación practicada por el
Tribunal a quo, pero que a la fecha de presentación de la
presente queja dicha incidencia no había sido resuelta.
En mi modo de ver, el recurso
merece parcial acogida.
Siguiendo
el
orden
de
exposición de los agravios que lo informan, diré en primer
lugar que el ordenado a impugnar la remuneración que el
sentenciante de mérito consideró acreditada para realizar
el cómputo de la indemnización conferida en autos, carece
de fundamentos válidos para desvirtuar las conclusiones que
sobre el tópico exterioriza el fallo en crisis.
Ello así, por cuanto ninguno
de
los
enfoques
esgrimidos
por
la
apelante
constituyen
argumento idóneo para enervar el razonamiento seguido por
el
a
quo
para
determinar
el
salario
que
percibía
el
trabajador, pues tanto la valoración del aporte de un único
testigo como la interpretación del art. 39 de la ley 11.653
verificada
entiende
la
en
la
sentencia,
recurrente,
se
contrariamente
ordenan
a
la
a
lo
doctrina
que
legal
trazada por la Suprema Corte.
En
efecto,
tiene
dicho
V.E.
que si bien en el caso del testigo singular la regla de
apreciación en conciencia adquiere mayor significación, lo
cual se traduce en una estricta apreciación del testimonio,
ello no significa en modo alguno el cercenamiento de las
facultades privativas que el art. 44 inc. "d" de la ley
11.653
otorga
a
los
jueces
del
trabajo
(conf.
S.C.B.A.
causas L. 64.406, sent. del 1/XII/98; L. 66.342, sent. del
27/IV/99; L. 63.172, sent. del 3/VIII/99; L. 74.565, sent.
del 2/IV/03 y L. 89.910, sent. del 9/IV/08, entre otras).
Por su parte, el salario base
fijado por el a quo a los efectos de calcular el monto
indemnizatorio fue obtenido con apego a la doctrina legal
que gobierna la materia, en tanto en ella ese Alto Tribunal
señala que la disposición del art. 39 segunda parte de la
ley
11.653
no
establece
presunción
alguna
a
favor
del
accionante, sino que lisa y llanamente invierte la carga de
la prueba cuando el litigio se instala respecto del monto y
cobro de la remuneración. Conforme a lo cual correspondía
al accionado, que no lo hizo, acreditar que el actor no
percibía el salario denunciado (conf. S.C.B.A., causas L.
44.793, sent. del 9/IV/91 y L. 68.803, sent. del 26/X/99).
Pues
bien,
esta
orfandad
probatoria por parte de quien tenía la carga de desvirtuar
los
dichos
de
la
parte
actora
en
relación
a
la
suma
percibida por el occiso en concepto de retribución mensual
por los servicios prestados en relación de dependencia,
hizo valer como cierto -a la luz de los principios que
disciplinan la carga de la prueba- el salario denunciado en
la
demanda,
circunstancia
fáctica
que,
además,
como
se
dijo, se hallaba corroborada por la prueba testimonial que
infructuosamente –en mi opinión- intenta rebatir aquí el
apelante.
No avalan pues la existencia
del
absurdo
denunciado
la
mera
contraposición
de
un
criterio discrepante con el explicitado por el a quo en el
fallo
apelado,
operación
sin
lograr
intelectual
de
demostrar
los
jueces
vicio
de
alguno
grado
en
la
capaz
de
provocar conclusiones incompatibles con las constancias de
la causa relativas a la cuestión analizada.
Idéntica
suerte
adversa
han
de correr –al menos para mí- los agravios dirigidos al
segmento
sentencial
que
consideró
consumada
la
responsabilidad de la compañía aseguradora en la producción
del accidente que originó la presente causa, por entender
el
a
quo
que
ésta
no
había
adoptado
las
medidas
de
seguridad mínimas necesarias para evitarlo.
La crítica en este aspecto se
apontoca en dos argumentos concretos.
En primer lugar, la apelante
cuestiona la responsabilidad achacada a su parte por el
Tribunal de origen, con base en la omisa ejecución de las
obligaciones
que
en
materia
de
prevención
de
la
siniestralidad laboral la ley 24.557 pone en cabeza de las
aseguradoras de riesgos del trabajo.
Alega
en
su
favor
que
al
contestar la demanda manifestó que había cumplido con las
disposiciones legales y reglamentarias mediante la remisión
de una carta notificación documentada de fecha 16/III/1998,
por la cual le hacía saber al empleador del trabajador
fallecido
de
la
circular
01/98
emitida
por
la
superintendencia de seguros, cuyo contenido se transcribía.
Esta prueba, sostiene, no fue
considerada por el sentenciante de mérito, como tampoco lo
fue la falta de denuncia, por parte del codemandado Lusi,
del inicio de la obra donde se produjera el óbito del
dependiente, circunstancia que hacía imposible –continúaque la ART adoptara medida alguna de seguridad, toda vez
que se tomó conocimiento de dicha obra a partir de la
denuncia del accidente, recibida el 16/XI/2000.
Aduce
que,
conforme
lo
dispuesto en la ley 19.587, la responsabilidad de brindar
adecuadas medidas de seguridad e higiene es de la empresa y
no de la aseguradora, y que es el empleador el que debe
cumplir con el deber de seguridad regulado en el art. 75 de
la LCT. Cita los arts. 7, 8 y 9 del decreto 911/96, para
concluir que las aseguradoras de riesgos del trabajo no
tienen poder de policía, de modo que no es carga de las
mismas vigilar diariamente y durante toda la jornada de
trabajo todo lo que se hace en los establecimientos de la
empresa, ni facultad suya impartir instrucciones acerca del
modo de realizar las tareas o impedir su realización, aún
en condiciones de extremo riesgo.
El
restante
argumento
utilizado en este tramo de la queja, se inscribe en lo que
la apelante estima como la ausencia de nexo causal que
vincule
a
su
parte
con
los
daños
sufridos
por
los
accionantes, puesto que no se había denunciado la obra en
la
que
se
produjo
el
muerte del causante.
accidente
laboral
Refiere
que
que
la
acarreó
ley
la
24.557
establece que las ART están obligadas a adoptar las medidas
legalmente previstas para prevenir eficazmente los riesgos
laborales,
y
ese
implica
conductas
medidas
de
deber
de
seguridad
de
prevención
asesoramiento,
y
de
denuncia
eficaz
de
a
–asevera-
control
de
las
la
de
los
SRT
incumplimientos en que pudiera incurrir el empleador.
Sostiene que la infracción a
tales obligaciones y cargas que el fallo impugnado imputa a
su
parte
no
alcanzan
para
responsabilizarla,
ya
que
el
siniestro acaeció por causas que le eran ajenas, toda vez
que para haber evitado su ocurrencia la ART tendría que
haber recibido comunicación fehaciente del inicio de la
obra y haber vigilado cotidianamente la labor del personal
durante toda la jornada de trabajo.
Ahora bien, tengo para mí que
las alegaciones mediante las cuales la quejosa pretende la
casación en esta instancia extraordinaria de lo decidido
por el Tribunal del Trabajo, en tanto dispuso que la ART
demandada deberá responder solidariamente con los restantes
accionados
por
los
daños
y
perjuicios
derivados
accidente laboral que produjo la muerte de L. ,
del
no sirven
para conmover las motivaciones brindadas por el órgano de
origen para arribar a la solución impugnada.
En efecto, en lo referido a
los incumplimientos en que incurriera la aseguradora, el a
quo sostuvo que ésta no había acreditado, no ya el control
de la ejecución del plan de mejoramiento por parte del
empleador, sino lisa y llanamente, que hubiere indicado la
realización del mismo (art. 4 inc. 2 LRT), como tampoco que
hubiere denunciado por ante la Superintendencia de Riesgos
del
Trabajo
los
incumplimientos
que
en
tal
sentido
verificaba el principal (rt. 31 inc. 1 ap. a) ley cit.).
Dichas omisiones fueron calificadas por los jueces de grado
como conducta culposa en los términos del art. 512 del
Código Civil, determinante, a su vez, de la responsabilidad
que emerge del art. 1074 del citado cuerpo normativo.
La
obligaciones
a
cargo
de
la
afirmación
de
aseguradora
se
que
las
hallarían
cumplidas mediante la remisión de una carta notificación
enviada a la empleadora con la finalidad de ponerla en
conocimiento de la mentada circular de la SRT, dista de
satisfacer las obligaciones que le competen en materia de
prevención
de
siniestros,
capacitación
en
seguridad
y
control del cumplimiento de los planes de mejoramiento.
Del mismo modo, la indicación
de que la única manera en que la aseguradora hubiere podido
evitar el accidente era mediante la notificación fehaciente
del comienzo de la obra por parte del empleador, sumado el
control diario de las condiciones de labor de los operarios
durante toda la jornada de trabajo por parte de la ART,
significa llevar las obligaciones legales en materia de
seguridad a su cargo a una hipótesis no contemplada en la
ley especial, la cual, en la inteligencia de la recurrente
pareciera
no
alcanzar
a
cumplir
jamás
su
finalidad
preventiva, ni aún mediante el cabal acatamiento de sus
disposiciones por parte de los agentes obligados.
El modo en que la aseguradora
debía observar la ley en relación a las cuestiones que aquí
se tratan, era mediante el sometimiento a lo dispuesto en
los
arts.
4
y
31
del
estatuto
sobre
infortunios
del
trabajo, los que en su parte pertinente son precisos y
taxativos
en
cuanto
al
comportamiento
esperable
de
los
sujetos obligados.
En
un
fallo
de
reciente
factura, donde se resolvía una cuestión análoga a la que
aquí se debate, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
sostuvo (consid. 4º) que “la índole primaria, sustancial o
primordial
dada
accidentes
a
y
la
faz
preventiva
enfermedades
fundamentalmente
por
su
del
indudable
en
materia
trabajo,
se
connaturalidad
de
impone
con
el
principio protectorio enunciado en el art. 14 bis de la
Constitución Nacional ("El trabajo en sus diversas formas
gozará de la protección de las leyes"), el cual, además,
dispone que estas últimas deberán asegurar al trabajador
`condiciones
protección
dignas
de
la
y
equitativas
integridad
de
labor´,
psicofísica
del
y
que
la
trabajador,
cuando no de la vida misma de éste, mediante la prevención
en materia de riesgos laborales resulta, sin dudas, una
cuestión
en
la
que
alcanza
su
mayor
significación
y
gravedad la doctrina de esta Corte, según la cual, aquél es
un sujeto de preferente tutela constitucional” ("Vizzoti",
Fallos:
327:3677,
3689
y
3690,
y
"Aquino",
Fallos:
327:3753, 3770 y 3797).
Sostuvo, asimismo, el cimero
tribunal, que “la LRT, para el logro del mentado objetivo
de
prevención,
tributario
de
las
normas
jerárquicamente
superiores indicadas en el considerando anterior, creó un
sistema
en
el
cual
las
participación" (consid. 5º).
ART
tienen
"una
activa
El
Máximo
Tribunal
federal
añade (consid. 8º) que, “en suma, no existe razón alguna
para
poner
a
una
ART
al
margen
del
régimen
de
responsabilidad previsto por el Código Civil, por los daños
a la persona de un trabajador derivados de un accidente o
enfermedad laboral, en el caso en que se demuestren los
presupuestos de aquél, que incluyen tanto el acto ilícito y
la imputación, cuanto el nexo causal adecuado (excluyente o
no)
entre
dichos
daños
y
la
omisión
o
el
cumplimiento
deficiente por parte de la primera de sus deberes legales.
Tampoco las hay, dada la variedad de estos deberes, para
que
la
aludida
exención,
satisfechos
los
mentados
presupuestos, encuentre motivo en el solo hecho que las ART
no pueden obligar a las empleadoras aseguradas a cumplir
determinadas normas de seguridad, ni impedir a éstas que
ejecuten sus trabajos por no alcanzar ciertas condiciones
de resguardo al no estar facultadas para sancionar ni para
clausurar
establecimientos.
Esta
postura,
sin
rebozos,
conduciría a una exención general y permanente, por cuanto
se funda en limitaciones no menos generales y permanentes.
Asimismo, pasa por alto dos circunstancias. Por un lado, al
hacer hincapié en lo que no les está permitido a las ART,
soslaya aquello a lo que están obligadas: no se trata, para
las aseguradoras, de sancionar incumplimientos o de imponer
cumplimientos, sino de algo que antecede a ello, esto es,
prevenir los incumplimientos como medio para que éstos, y
los riesgos que le son anejos, puedan evitarse. Por el
otro,
olvida
que
no
es
propio
de
las
ART
permanecer
indiferentes a dichos incumplimientos, puesto que la ya
citada obligación de denunciar resulta una de sus funciones
preventivas” (CSJN, T. 205. XLIV, “Torrillo, Atilio Amadeo
y otro c/ Gulf Oil Argentina S.A. y otro”).
Con todo, no obstante que en
la especie pareciera asistirle razón a la quejosa en cuanto
aduce ausencia de denuncia del comienzo de la obra en que
se produjo el deletéreo suceso que dio pie a la presente
demanda,
el
recurso
deja
sin
réplica
el
factor
de
atribución de responsabilidad basado en el débito asumido
por la aseguradora en el contrato de afiliación, de modo
que permanece incólume lo referente a la calificación de la
ART como sujeto legalmente obligado a brindar seguridad
mediante
el
cumplimiento
higiene,
circunstancia
de
las
normas
examinada
por
de
el
seguridad
Tribunal
e
del
Trabajo a la luz de los arts. 4 y 31 de la ley 24.557,
cuyas lapidarias conclusiones obtenidas en el fallo de los
hechos
acerca
alguna
que
de
la
evidencie
orfandad
probatoria
sometimiento
a
de
dichos
diligencia
preceptos
legales por parte de la ART, condujo a los magistrados de
origen a juzgar solidariamente responsable al conjunto de
sujetos demandados en que reglamentariamente descansaba la
seguridad del trabajador fallecido.
De
objetado
sólo
parcialmente
tal
el
modo,
habiendo
entramado
sido
obligacional
evaluado por el Tribunal interviniente para establecer la
responsabilidad legal de la aseguradora y las consecuencias
de
su
incumplimiento,
permanece
enhiesto
un
aspecto
sustancial de la decisión que le otorga autónoma y eficaz
fundamentación.
Respecto
vertidos
en
relación
al
nexo
de
causal
los
agravios
considerado
en
la
sentencia en crisis, en tanto vincula la responsabilidad de
la ART en el acaecimiento del accidente de autos, el a quo
arribó
a
dicha
conclusión
después
de
analizar
que
los
incumplimientos de la aseguradora con los deberes legales
de prevención, capacitación y control que la ley pone a su
cargo
conjuntamente
con
el
empleador,
fueron
causa
eficiente y adecuada del infortunio padecido por L. (v.fs.
841 y vta.).
Lo alegado por la recurrente
en este aspecto no difiere de lo argüido para refutar lo
resuelto
por
los
jueces
de
origen
en
relación
a
las
omisiones de las obligaciones legales que el sistema pone
en cabeza de las ART; de modo entonces que la evaluación
formulada
efectos
en
que
la
sentencia
dichos
de
mérito
incumplimientos
en
relación
proyectaron
a
los
en
la
producción
analizada
del
la
infortunio,
adecuada
no
encuentra
fundamentación
en
que
la
queja
habilitaría
su
revisión en esta instancia extraordinaria (conf. S.C.B.A.,
causa L. 83.118, sent. del 9/V/07 y sus citas).
Le
apelante,
en
dispuesto
por
cambio,
el
a
en
cuanto
quo
en
asiste
razón
denuncia
absurdo
relación
a
los
a
en
la
lo
sujetos
beneficiados con la condena a resarcir el daño moral.
Efectivamente,
en
la
decimoprimera cuestión evaluada en el fallo de los hechos,
el
Tribunal
del
Trabajo
tuvo
por
acreditado
que
la
accionante K. S. L. se había vinculado con el causante
mediante una relación concubinaria (v. fs. 824 y vta.).
Posteriormente,
sobre
el
tópico
en
cuestión,
calificación del aludido
el
al
fallo
decidir
alterna
la
vínculo, reputando a L. ora como
cónyuge, ora como concubina del trabajador malogrado, para
concluir
sosteniendo
–en
síntesis-
que
la
pérdida
del
concubino genera responsabilidad por parte del empleador de
mitigar el dolor al que se ve sometida la viuda, estimando
entonces a su favor el monto que establece en concepto de
reparación en los términos del art. 1078 segundo párrafo
del Código Civil (v. fs. 837 vta./839 vta.).
Ello
error
grave
y
grosero,
así,
concretado
se
en
verifica
una
el
conclusión
incoherente y contradictoria en el orden lógico formal, e
incompatible con las constancias objetivas que resultan de
la causa y con los extremos que el propio sentenciante tuvo
por ciertos en el veredicto, vicio que, en mi opinión,
amerita la revocación por V.E., tal como lo solicita la
recurrente, toda vez que la norma de fondo citada confiere
el derecho a ser resarcido del agravio moral tan sólo a los
herederos forzosos de la víctima fallecida (art. 1078 Cód.
Civil, texto según ley 17.711). Tal es además el criterio
que informa la doctrina legal vigente en torno del art.
1078 del Código Civil, según la cual los concubinos no
están legitimados para reclamar daño moral por la muerte de
su compañero (conf. S.C.B.A., causas Ac.53.092, sent. del
5-VII-1996;
Ac.48.914,
sent.
del
17-II-1998;
Ac.54.867,
sent. del 15-XII-1998 y L. 87.342, sent. del 20-VI-2007).
Finalmente, habida cuenta que
la cuestión relativa a la tasa de interés aplicada por el
Tribunal interviniente se halla resuelta mediante sentencia
aclaratoria
862/863,
dictada
entiendo
pronunciamiento
a
instancia
que
de
deviene
vinculado
a
la
quejosa
inoficioso
los
agravios
en
fs.
cualquier
traídos
al
respecto.
Por
con
el
lugar
alcance
al
parcial
recurso
de
los
señalado,
motivos
aconsejo
inaplicabilidad
de
expuestos
a
ley
V.E.
que
y
hacer
dejo
examinado.
Así lo dictamino.
La
2009 -
Plata,
28
de
agosto
de
Juan Angel de Oliveira
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 12 de diciembre de
2012,
habiéndose
dispuesto
en
el
siguiente
orden
establecido,
Acuerdo
de
de
2078,
que
votación:
conformidad
deberá
doctores
con
observarse
Negri,
lo
el
Hitters,
Genoud, Soria, se reúnen los señores jueces de la Suprema
Corte
de
Justicia
en
acuerdo
ordinario
para
pronunciar
sentencia definitiva en la causa L. 105.679, "L. , K. S.
contra Lusi, Oscar Alberto y otros. Daños y perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
El
Tribunal
de
Trabajo
Nº
1
del
Departamento
Judicial Necochea hizo lugar a la demanda deducida, con
costas
en
el
modo
que
especificó
(fs.
813/845;
862/863
vta.).
La codemandada "Federación Patronal Seguros S.A."
dedujo
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad
de
ley
(fs. 869/886), el que fue concedido por el citado tribunal
a fs. 906/907.
Oído el señor Subprocurador General (fs. 936/948
vta.),
dictada
la
providencia
de
autos
(fs.
949)
y
hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la
Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
I. En lo que resulta de interés por constituir
materia de agravios, el tribunal de trabajo interviniente
acogió
la
demanda
que
K.
S.
L.
dedujo
por
sí
y
en
representación de sus hijos menores B. C.L. , M. S. L. y T.
G.L.
,
Seguros
condenando
S.A.",
solidariamente
Oscar
Alberto
a
Lusi
"Federación
y
"Prima
Patronal
S.A",
a
abonarles el resarcimiento por daños y perjuicios derivados
de
la
muerte
de
P.
C.L.
,
concubino
y
padre
de
los
promotores del juicio.
Para así resolver, declaró en el veredicto que
"Federación
Patronal
Seguros
S.A."
no
acreditó
haber
adoptado las medidas de prevención de riesgos del trabajo,
ni cumplido con las normas de seguridad e higiene que la
ley 24.557 pone a su cargo (vered., fs. 823 y vta.).
Consecuentemente, declaró -con fundamento en el
art. 1074 del Código Civil- la responsabilidad subjetiva de
"Federación
Patronal
Seguros
S.A."
por
la
negligencia
derivada de la inobservancia de la normativa establecida en
la
ley
especial,
aseguradoras
empleadores
de
que
riesgos
sobre
funcionamiento
determina
los
o
la
del
la
trabajo
posibles
falta
obligación
de
advertir
siniestros
de
provisión
que
de
de
las
a
los
el
mal
adecuados
elementos de seguridad pudiera ocasionar (fs. 840 vta.).
Juzgó,
asimismo,
que
tales
incumplimientos,
relativos a la prevención y capacitación en riesgos del
trabajo que la ley 24.557 tan intensamente pone a cargo de
las
aseguradoras
-en
compartida
responsabilidad
con
el
empleador-, constituyeron la causa eficiente y adecuada del
accidente sufrido por L. (fs. 841 y vta.).
Definido de ese modo el nexo causal entre los
incumplimientos de la compañía aseguradora con el accidente
debatido en autos, la condenó solidariamente junto con los
restantes codemandados (Oscar Lusi y "Prima S.A."; v. fs.
839 vta./842).
II.
Contra
dicha
decisión
se
alza
"Federación
Patronal Seguros S.A.", mediante recurso extraordinario de
inaplicabilidad
de
ley,
en
el
que
denuncia
absurdo
y
violación de los arts. 163 inc. 6, 375 y 384 del Código
Procesal
Civil
y
Comercial;
512,
624,
1078
y
1113
del
Código Civil; 39 y 47 de la ley 11.653; 5 y 9 de la ley
19.587; 97 de la ley 22.248; 4 inc. 1 y 39 de la ley 24.557
y de la doctrina legal que cita.
i) Se agravia de la remuneración mensual que el a
quo declaró percibida por el trabajador fallecido y que fue
tomada
como
base
de
cálculo
para
determinar
la
indemnización reclamada en autos.
Señala
arbitraria,
toda
constancias
en
este
vez
que
probatorias
punto
se
que
aparta
obrantes
la
sentencia
groseramente
en
el
de
es
las
expediente.
Manifiesta que para fundar esta parte del decisorio el a
quo tuvo en cuenta el testimonio de un único testigo que
nunca vio lo que efectivamente percibía L. , dejando de
lado
la
restante
prueba
producida,
consistente
en
la
documentación laboral llevada en legal forma y la pericia
contable confirmatoria de dichos asientos.
Asimismo, alega que el juzgador de mérito efectuó
una interpretación errónea del art. 39 de la ley 11.653,
toda vez que encontrándose cumplida la obligación patronal
de
llevar
regularmente
la
documentación
referida
en
el
párrafo anterior, correspondía al accionante acreditar el
salario
demostrar
denunciado
que
no
en
la
lo
demanda;
percibía.
y
Ello
no
al
así
demandado
-aduce
el
compareciente- por cuanto la disposición adjetiva citada
sólo resulta aplicable ante la inexistencia de libros o
registros, circunstancia que, conforme surge de la prueba
documental y pericial contable, no es la acontecida en la
especie (fs. 875 vta./877 vta.).
ii)
Se
agravia
igualmente
de
la
sentencia
de
grado
por
haber
resuelto,
con
apoyo
en
la
prueba
testimonial y en el dictamen del perito ingeniero mecánico
-quien informó que, en el caso no se habían tomado las
medidas
de
seguridad
mínimas
necesarias
que
hubieran
evitado el accidente-, que Federación Patronal Seguros S.A.
no
aportó
ninguna
prueba
tendiente
a
desvirtuar
tal
afirmación (fs. 877 vta.).
Alega en su favor que al contestar la demanda,
denunció haber cumplido con las disposiciones legales y
reglamentarias
vigentes
en
la
materia,
a
través
de
la
remisión de una "carta notificación documentada" mediante
la cual hizo saber al empleador la circular 1/98 de la
Superintendencia de Seguros de la Nación, constancia que
-sostiene- no fue valorada por el sentenciante de grado
(fs. 879 vta.).
Añade
que
resulta
imposible
que
Federación
Patronal Seguros S.A. hubiese adoptado medidas de seguridad
(fs.
cit.),
habida
cuenta
que
jamás
se
le
comunicó
el
inicio de obra.
En este orden afirma que conforme lo dispuesto en
la
ley
19.587,
la
responsabilidad
de
brindar
adecuadas
medidas de seguridad e higiene es de la empresa y no de la
aseguradora, correspondiendo al empleador cumplir con el
deber de seguridad establecido en el art. 75 de la Ley de
Contrato de Trabajo. Cita los arts. 7, 8 y 9 del decreto
911/1996, para concluir que las aseguradoras de riesgos del
trabajo
no
tienen
poder
de
policía,
ni
les
compete
controlar diariamente y durante toda la jornada lo que se
hace en los lugares de trabajo, ni tampoco están facultadas
para impartir instrucciones acerca del modo en que deben
realizarse las tareas, o para impedir su realización, aun
en condiciones de extremo riesgo (fs. 880 vta.).
Expone, que no se demostró la existencia de nexo
causal que permita vincular a la aseguradora con el evento
dañoso que produjo la muerte del dependiente.
iii) Cuestiona, asimismo, la sentencia de grado
por resultar violatoria del principio de congruencia y el
debido proceso, toda vez que en la demanda K. L. -quien
fuera la concubina del trabajador fallecido- reclamó el
resarcimiento por daño moral sólo con relación a los hijos
menores del causante, en tanto ellos -sostiene- resultan
ser los únicos legitimados, de conformidad con el art. 1078
del Código Civil.
Señala que al resolver este tópico el juzgador de
mérito, luego de declarar procedente el rubro en cuestión,
distribuyó
su
importe
incluyendo
a
la
"cónyuge
de
la
entre
concubina,
víctima",
los
descendientes
considerándola
cuando
-conforme
de
L.
,
erróneamente
lo
tuvo
por
acreditado en el veredicto (cuestión undécima, fs. 824 y
vta.)- entre la actora y el trabajador fallecido hubo un
concubinato (fs. 885 y vta.), incurriendo -de este modo- en
absurdo en tanto se le reconoció una indemnización que,
además de no haber sido objeto de demanda respecto de L. ,
no se encuentra legalmente autorizada a reclamar.
iv)
liquidación
Por
el
último,
tribunal
expone
fijó
que
el
al
monto
practicar
del
capital
la
de
condena, con más el interés al 13-II-2008, sin indicar la
tasa
aplicable
(fs.
837
in
fine;
v.
fs.
884).
Añade,
asimismo, que a fs. 844 vta. se ordenó abonar una suma
integrada por la aplicación de la tasa que paga el Banco de
la Provincia de Buenos Aires por sus depósitos a treinta
días (pasiva) desde que cada suma es debida hasta el 11-IX2001, pero sin señalar "que ha ocurrido con posterioridad a
esa fecha". (fs. 884 vta.).
Concluye
señalando
que
si
bien
la
ley
25.561
derogó el art. 1 de la ley 23.928, no modificó su art. 7,
ni el art. 10 del decreto 914/1991, por lo que continúa
vigente la doctrina de la Suprema Corte que fija la tasa
pasiva de interés que establece el Banco de la Provincia de
Buenos Aires (fs. 884, 883).
III. En lo que sigue habré de tratar los agravios
en orden diferente de aquél en el que fueron planteados,
puesto que la respuesta dada al tramo de la queja destinado
a
cuestionar
recurrente
la
condena
Federación
solidaria
Patronal
que
Seguros
recayó
sobre
la
S.A.
habrá
de
definir la suerte de los restantes.
a. En lo que es relevante por constituir materia
de agravio, el tribunal de origen concluyó en el veredicto
que no se había acreditado que la "compañía aseguradora"
hubiera
adoptado
medidas
de
prevención
de
riesgos
del
trabajo y cumplido con las normas de seguridad e higiene
(v. décima cuestión, fs. 823 y vta. y 825). En otro orden,
y en ocasión de analizar la culpa de la víctima, concluyó
que ésta no se había acreditado y que, por el contrario, sí
se había demostrado que no habían sido tomadas las medidas
mínimas necesarias que hubiesen evitado el accidente y que
las
"comitente,
contratista
y
subcontratista"
habían
omitido avisar el inicio de obra y contar con un programa
de seguridad de la misma (v. cuestión sexta, fs. 821).
Luego, en la sentencia, el a quo resolvió que la
aseguradora de riesgos del trabajo debía responder conjunta
y solidariamente con los codemandados.
Para así decidir destacó, a partir del análisis
del art. 4 inc. 1 de la ley 24.557, que el deber de adoptar
medidas de prevención de riesgos del trabajo y cumplir las
normas
sobre
higiene
y
seguridad
recae
tanto
en
el
empleador como en la aseguradora de riesgos del trabajo,
poniendo de relieve, en relación a esta última, que pesa
sobre ella la obligación de denunciar los incumplimientos
de la principal en esa materia, resultando "inexcusable"
que
no
hubiera
exigido
su
cumplimiento
a
juicio
a
la
firma
empleadora.
Ello
determinó,
a
del
quo,
la
responsabilidad subjetiva de la ahora recurrente con base
en
la
normas
negligencia
establecidas
derivada
en
la
de
ley
la
inobservancia
24.557,
que
de
disponen
las
la
obligación de advertir a los empleadores sobre los posibles
siniestros
provisión
que
de
el
mal
adecuados
funcionamiento
o
elementos
seguridad
de
la
falta
de
puede
ocasionar.
Sobre esa base, juzgó que los incumplimientos y
omisiones
de
los
deberes
legales
por
parte
de
la
aseguradora de riesgos del trabajo, en lo que respecta a la
prevención y capacitación, constituyeron causa eficiente y
adecuada del accidente padecido por el trabajador, quedando
definido de ese modo el necesario nexo causal determinante,
al cabo, de su responsabilidad civil extracontractual y de
la
consecuente
condena
conjunta
y
solidaria
con
los
codemandados Lusi y Prima S.A.
b. La recurrente se agravia por la conclusión del
a quo según la cual su representada no habría tomado las
medidas de seguridad mínimas necesarias a fin de evitar el
accidente que dio origen a las actuaciones, pues considera
que el a quo llegó a ella con infracción de los arts. 375 y
384 del Código Procesal Civil y Comercial, 47 de la ley
11.653
y
absurda
interpretación
de
la
prueba
(v.
fs.
conciencia
del
879/882 vta.).
Afirma
que
la
apreciación
en
material probatorio no releva a los magistrados de fundar
sus convicciones en las pruebas producidas y, en ese orden,
hace especial hincapié en la falta de consideración de la
"carta notificación documentada" -nunca desconocida por las
codemandadas-
por
medio
de
la
cual
la
aseguradora
hizo
saber a la empleadora de la víctima, la circular de la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo 01/98. Se queja,
asimismo, que el tribunal no hubiese tenido en cuenta la
ausencia de denuncia de la obra por parte del demandado
Lusi.
Sobre esa base, argumenta que toda vez que la
obra no fue denunciada, no es dable exigir a la aseguradora
la
adopción
de
medida
de
seguridad
alguna.
Destaca,
asimismo, la contradicción que encierra el pronunciamiento,
al endilgar responsabilidad a la aseguradora de riesgos del
trabajo
por
no
cumplir
con
las
exigencias
legales
y
reconocer validez, al mismo tiempo, al informe del perito
ingeniero
que
señaló
diversos
incumplimientos
de
la
contratista, entre ellos precisamente, la falta de aviso de
la obra en cuestión. En esa línea, concluye que no puede
existir
nexo
de
causalidad
que
vincule
a
Federación
Patronal Seguros S.A. con el accidente de autos, toda vez
que la aseguradora, como quedó dicho, no fue puesta en
conocimiento de la obra donde se desempeñaba el trabajador
fallecido,
lo
que
provocó
la
imposibilidad
de
ejercer
cualquier control en materia de seguridad.
c.
existencia
No
de
aseguradora
de
preventivas
y
desconozco
que
la
determinación
cumplimiento
efectivo
riesgos
trabajo
de
del
seguridad
en
por
de
parte
las
materia
de
la
de
la
obligaciones
de
riesgos
del
trabajo, como así también de nexo causal entre su eventual
inobservancia
y
el
infortunio
laboral,
constituye
manifestación del ejercicio de una facultad privativa de
los
jueces
de
grado
no
revisable
en
la
instancia
extraordinaria, salvo que la recurrente demuestre que tales
definiciones
causas
90.224,
L.
se
encuentran
97.593,
"A.M.E.",
viciadas
"Pascuali",
sent.
del
sent.
de
absurdo
del
21-IV-2010;
16-IX-2009,
entre
(conf.
L.
otras),
situación que, por lo que de seguido explicaré, entiendo se
ha configurado en la especie.
El tribunal de origen declaró que la aseguradora
de
riesgos
del
trabajo
no
acreditó
haber
controlado
la
ejecución del plan de mejoramiento ni haber indicado su
realización al codemandado Lusi, como así tampoco haber
denunciado ante la Superintendencia de Riesgos del Trabajo
el
incumplimiento
seguridad.
Luego,
de
la
juzgó
normativa
que
tales
relativa
omisiones
a
higiene
y
constituían
obrar
culposo
en
los
términos
del
art.
512
del
Código
Civil, determinante de la responsabilidad prevista en el
art. 1074 de la misma normativa.
Sobre el particular observo que en oportunidad de
contestar la demanda, y en referencia a la imputación de
incumplimiento de los deberes de seguridad, la aseguradora
afirmó
haber
cumplido
con
las
disposiciones
legales
y
reglamentarias en la materia y destacó haber remitido al
señor Lusi -empleador de la víctima- una carta notificación
documentada en la que le hizo saber -a texto expreso- la
circular
01/98
de
la
Superintendencia
de
Riesgos
del
Trabajo (obrante en copia a fs. 320).
Ordenado el traslado de ese responde (fs. 429),
la parte actora -en lo que es aquí relevante- sólo ratificó
el
fundamento
legal
de
la
responsabilidad
de
la
ahora
recurrente en la norma del art. 1074 del Código Civil.
En ese esquema, debo señalar, en primer lugar,
que no acierta la impugnante cuando afirma que el tribunal
de origen debió tener por auténtica la "carta notificación
documentada".
Ello
así,
porque
tal
comunicación
no
fue
dirigida a la actora y tampoco se trata de un documento a
ella
atribuido,
manifestarse
al
no
existiendo,
respecto
ni
por
la
ende,
la
posibilidad
carga
de
de
hacer
efectivo el apercibimiento previsto en el art. 29, último
párrafo de la ley 11.653. Tampoco tiene relevancia que los
restantes codemandados no la hubieran desconocido, habida
cuenta que nunca les fue corrido el traslado respectivo.
Debe prosperar, en cambio, la queja relativa a la
violación
del
Comercial,
art.
toda
375
vez
del
que
Código
más
allá
Procesal
de
no
Civil
haber
y
sido
controvertida la ausencia de aviso -por parte de Lusi- del
inicio de la obra en la que falleció el señor L. , esa
circunstancia fue ratificada por el perito ingeniero en su
informe (fs. 817 vta./818), y debió ser ponderada por el a
quo habida cuenta que la defensa de la ahora recurrente se
basó en ella.
Por
ese
motivo,
juzgo
que
asiste
razón
a
la
impugnante pues si bien es cierto que, como esta Corte lo
ha expresado en reiteradas oportunidades, todo cuanto atañe
a
la
selección,
material
jerarquización,
probatorio
constituye
mérito
facultad
y
eficacia
propia
de
del
los
tribunales de trabajo (conf. causa L. 106.959, "González",
sent. del 8-II-2012, entre muchas otras), la circunstancia
de
que
los
autónomamente
jueces
no
de
los
origen
autoriza
ejerzan
a
esas
dejar
de
atribuciones
lado
prueba
relevante del proceso, ni a omitir el establecimiento de
conclusiones necesarias respecto de ellos (conf. causa L.
88.913,
especie,
"Mastaescusa",
la
decisión
sent.
que
del
condujo
11-III-2009).
a
condenar
En
la
a
la
aseguradora de riesgos del trabajo proviene de la omisión
de considerar un elemento de juicio esencial, incorporado
oportunamente a la causa, y es, por ese motivo, absurda
(conf. causa L. 93.355, "Bonanno", sent. del 23-VII-2008).
Lo digo porque la defensa de Federación Patronal
Seguros S.A. se apoyó, precisamente, en la imposibilidad de
que se le adjudicara responsabilidad por incumplimiento de
normas de prevención y control en materia de seguridad e
higiene
en
el
trabajo,
dado
su
desconocimiento
de
la
existencia de la obra en la que se produjo el hecho que
motiva estas actuaciones, por el incumplimiento anterior de
Lusi de dar aviso de su inicio.
La
cuestión,
que
tiene
relevancia
de
por
sí,
adquiere una especial si se observa que la actividad de
montaje mecanizado en plantas de silos para el acopio de
cereal
se
desarrollaba
en
diferentes
lugares
del
medio
rural y que el sitio donde ocurrió el luctuoso accidente no
figuraba en el anexo 2 de la póliza que corre glosada a fs.
296/308 dedicada a la individualización de los domicilios
"de riesgo" (fs. 297).
d. En suma, y por todo lo dicho, estimo que la
conclusión del a quo en virtud de la cual quedó establecido
el nexo causal que permitió vincular a la aseguradora con
el evento dañoso que produjo la muerte del trabajador es
producto de un razonamiento absurdo (art. 44 inc. d, ley
11.653). En consecuencia, la condena a Federación Patronal
Seguros S.A. debe ser dejada sin efecto, con costas de la
instancia
anterior
a
la
vencida
(arts.
19
y
22,
ley
11.653).
Lo
expuesto
torna
inoficioso
analizar
los
restantes agravios traídos por la recurrente.
IV. Por los fundamentos volcados en los párrafos
anteriores,
se
hace
inaplicabilidad
de
lugar
ley
al
recurso
deducido,
extraordinario
con
costas
de
de
ambas
instancias a la parte actora vencida (arts. 19, ley 11.653
y 289, C.P.C.C.).
Voto por la afirmativa.
Los
señores
jueces
doctores
Hitters,
Genoud
y
Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor
Negri, votaron también por la afirmativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, oído
el señor Subprocurador General, se hace lugar al recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad
de
ley
traído
y,
en
consecuencia, se revoca la sentencia de grado en cuanto
condenó
solidariamente
a
la
codemandada
"Federación
Patronal Seguros S.A." al pago de la indemnización que, con
sustento en el derecho civil, se estableció por la muerte
del trabajador P. C.L. . Con costas de ambas instancias a
la
parte
actora
vencida
(arts.
19,
ley
11.653;
C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
HECTOR NEGRI
DANIEL FERNANDO SORIA
JUAN CARLOS HITTERS
LUIS ESTEBAN GENOUD
289,
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
AC
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