EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO EN ESPAÑA PROPUESTAS CONCRETAS DE PASTORAL INTRODUCCIÓN: Al hablar de diálogo interreligioso no pretendo hacer una teología del diálogo. No quiero hacer de este tema un plato indigesto de ideas y de principios. No desdeño la importancia de una buena, pero tampoco quiero hacer de este tema un examen de Eclesiología o de Cristología. Mi punto de vista es más práctico: el contexto en que vivimos, el de nuestra sociedad española, cambiante y barajada, el del pluralismo cada vez más grande de ideas y modos de vida, actitudes y creencias; el de creyentes, ateos, e indiferentes, el mundo de inmigrantes. Voy a tener como fondo de referencia el mundo del Islam, el colectivo de los musulmanes que viven en nuestra patria. Pero, la referencia vale también para otras religiones o grupos que no forman parte de nosotros los cristianos. Mis preguntas son: Cómo movernos en este mundo barajado de hoy, en esta Babel de naciones, razas, tendencias y religiones? ¿Con qué principios pastorales básicos (no digo teológicos necesariamente…) debemos o deberíamos actuar.? ¿cómo convivir vivir juntos? ¿cómo podemos encontrarnos y dialogar en la paz y en la amistad a pesar de nuestras diferencias? ¿Cómo vivir el deber de hospitalidad cristiana hacia aquellos que no siguen nuestra propia religión? _ Hasta hace poco, la presencia de otras religiones, la presencia de los musulmanes no inquietaba a nadie en nuestras diócesis… Había muy pocos sencillamente. Su presencia no era significativa. Ahora, los musulmanes están entre nosotros, en España y en Europa. Son cada vez más numerosos; desean conservar su identidad y permanecer en nuestra patria, que, algunos consideran como perteneciente a su patrimonio; se organizan y reivindican sus derechos… En algunos lugares, la presencia de los musulmanes es muy visible… (Bruselas, algunas ciudades en Francia, Alemania e Inglaterra). He aquí algunas pautas o propuestas básicas de pensamiento y de acción: ALGUNAS PROPUESTAS BÁSICAS… 1. Lo importante es en el tema del diálogo interreligioso, referirse a Jesús, a su talante universal … fruto de una visión de Dios Padre de todos…a su deseo de congregar una comunidad de hermanos, cuya manera de actuar no está basada en el deseo de hegemonía y de dominación, sino de servicio hacia los demás…el perdón y la reconciliación, al ejemplo de un Dios que no excluye a nadie de sus bienes: que hace caer la lluvia sobre justos e injustos…un Dios que convoca a todos, pobres, pecadores y lisiados a la mesa de su Reino… La actitud de Jesús es la referencia… 1 2. Para la gente, la cuestión fundamental hoy día no es saber quién posee la verdad, sino cómo tenemos que vivir nuestro cristianismo en un mundo plural…cómo debemos comportarnos con aquellos que no son de los nuestros… 3. El modelo de las sociedades plurales multiculturales y multi-religiosas viviendo en la tolerancia se impone cada vez más en el mundo. Es uno de los signos de nuestro tiempo. Nuestras pretensiones de tener la verdad total y de universalidad del cristianismo no pueden sostenerse en nuestras sociedades, porque sosteniendo estas tesis, perdemos la confianza de la sociedad moderna en otros temas: como la tolerancia y la paz. Esto no significa que no se tenga la certeza y convicción de la propia religión. La convicción de que mi religión es para mí un camino seguro de salvación es un presupuesto necesario para el diálogo. Supondría renegar de nosotros mismos. Pero, requiere también una actitud de diálogo respetuoso, que lleva consigo el ver a los demás desde lo que ellos piensan de sí mismo y no desde lo que nosotros pensamos de ellos. En una sociedad plural como la nuestra, no tenemos que pretender tener posiciones de privilegio, sino ponernos en plano de igualdad con todos los demás. En Sudán, esa misma era la reivindicación nuestra con los musulmanes, ser respetados como ciudadanos con los mismos derechos que los musulmanes, cosa que no ocurría, porque ellos se consideraban la religión verdadera, por encima de los demás. 4. Toda teología de la religión que se apoye excesivamente en la dialéctica, en contrastes y en oposiciones y en afirmaciones demasiado polarizadas en el absolutismo de la verdad es contraproducente y no correspondería a la doctrina de un Dios amor, universal y no excluyente… porque es precisamente a través de esta experiencia de amor de Dios hacia todos, la que nos ayuda a ponernos en longitud de onda con todos aquellos que creen en Dios… Dios está más allá de nuestras teologías. 5. El diálogo religioso no es un invento moderno. El diálogo empieza en Dios, en el mismo acto creador, libre y gratuito de Dios. Desde su primer impulso la creación lleva el sello de Dios que da la vida, una creación que es fundamentalmente buena: Dios vio que la creación del universo era buena y que la creación del hombre era más que buena… Este diálogo no ha estado nunca roto. El Dios Creador es también el Dios Salvador. En la Encarnación Dios continúa ese diálogo con la humanidad. En la obra de Dios no hay ruptura sino continuidad. Eso lleva a pensar que Dios ha estado presente en la búsqueda religiosa de la humanidad, bendiciéndola y dándole sentido. La experiencia religiosa de la humanidad nace en Dios y está orientada hacia Dios. El mismo Concilio Vaticano II optó por este camino, cuando reconoció que había semillas del Verbo en las religiones no-cristianas. 6. No otra ha sido nuestra misma experiencia misionera. Todos hemos sido testigos de la acción de Dios en las actitudes de muchos hombres y mujeres que hemos encontrado en nuestras vidas misioneras, tanto entre creyentes de las religiones tradicionales como entre los musulmanes que hemos conocido. El poeta Rilke decía que no había conseguido leer muchas páginas del Corán, pero que en el libro santo de los musulmanes había reconocido el dedo de Dios. 2 PAUTAS CONCRETAS DE DIÁLOGO Me gustaría situarlas globalmente en el contexto africano… No voy a buscar muy lejos en mi memoria. Están en lo que he visto y oído, pero para que no se diga que soy un elemento foráneo a África, la voy a coger exclusivamente de los Lineamenta, preparado por el Secretariado del Sínodo de los Obispos, para preparar la segunda asamblea especial para África, en los números 6 al 23 del mismo. El análisis señala una situación catastrófica para África: la existencia de un comercio criminal de armas, el éxodo de poblaciones, el analfabetismo masivo, uno de los más bajos del mundo, la precaria situación del sector agrícola, el fenómeno de las migraciones, los conflictos, la violencia y las guerras, que están destruyendo al continente (Congo, Darfour, Somalia, Uganda), el poco cuidado del bien común, la corrupción y el mal gobierno de muchos dirigentes, la necesidad de obrar por la reconciliación, la justicia y la paz y, por último, la muerte masiva de muchos africanos, debido a las enfermedades (paludismo, tuberculosis y sida) y a los egoísmos de la compañías farmacéuticas. Pienso que además de esta fría descripción, sería bueno que se dejaran oír los gritos y lamentos que brotan de la misma gente que sufre por causa de estas realidades. Probablemente se producirían algunos cambios más sustanciales que los que se producen. Pienso también que el análisis de las causas de esta situación están muy poco desarrolladas. Ir al fondo de estas cuestiones ayudaría a hacer pasos para su solución. Tampoco hay, a mi modo de ver, una autocrítica sobre la responsabilidad que incumbe a todas las religiones en este ámbito. El texto pide que las religiones se unan entre sí para poner remedio a esta situación. Pienso que todavía queda mucho que hacer en este sentido. Las religiones se auto-complacen en sus éxitos, miran demasiado hacia sus propios intereses, buscan afianzar su propia identidad, en sus dogmas, sus ritos…sus oraciones, pero hacen poco para unirse y luchar por mejorar los efectos de una globalización que les está destruyendo. La solución no está en la vuelta al pasado y al fundamentalismo religioso. ¿Está la solución de los problemas sociales en la huida hacia el cielo? En el tema del diálogo precisamente, lo que podemos hacer por nuestra parte los cristianos: Desde mi punto de vista el texto más significativo sobre el tema del diálogo se encuentra en la declaración Nostra Aetate del Concilio, hablando del Islam. Es una propuesta a nosotros los cristianos. Tiene alcance universal en algunos conceptos. ( Declaración Nostra Aetate, nº3) “La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes, que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma, como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a María, su Madre virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan además, el día del 3 juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por ello, aprecian la vida moral y honran a Dios, sobre todo con la oración, las limosnas y el ayuno. Si en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias y enemistades entre cristianos y musulmanes, el sagrado Concilio exhorta a todos a que, olvidando lo pasado, procuren sinceramente una mutua comprensión, defiendan y promuevan unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y libertad para todos los hombres.” Siguiendo el ritmo de la Declaración Nostra Aetate, me gustaría hacer unas propuestas para el diálogo interreligioso. El próximo Sínodo africano se lo plantea… y pide que se haga algo en colaboración… pero eso no se consigue sin planteamientos nuevos… otras miras , otras prácticas… 1. El APRECIO MUTUO _ El primer problema que se nos plantea en nuestras relaciones con el Islam es el de los prejuicios… Sólo vemos los aspectos negativos que los prejuicios históricos han creado en nosotros… Los “moros”…y todo lo malo que ponemos en esa expresión. No nos fiamos de ellos. _ Los prejuicios aumentan….Tengo la impresión de que estos prejuicios con respecto a los musulmanes han crecido en estos últimos años… debido a la presentación negativa, sin matices, que se hace del Islam en los Medios de Comunicación Social… Nos han comido el coco… Nos hablan de generalidades: los musulmanes, el Islam, sin las debidas distinciones… _ Esta falta de aprecio viene muchas veces de la ignorancia mutua… Los musulmanes no saben o saben muy poco de nosotros y viceversa, los cristianos desconocen a los musulmanes… El Concilio nos invita a mirar con aprecio… los valores de fe, de sumisión a Dios… la vida moral… la limosna, la oración y el ayuno. Los cristianos también por otro… Necesitamos una formación y no pensar que lo sabemos todo de las demás religiones, que somos mejores y que tenemos toda la verdad… Por eso, la primera invitación a una pastoral equilibrada es el aprecio, la empatía…fuera prejuicios…desarrollo del conocimiento. Recordar el dicho de Burkina Faso: “dos sordos en el camino terminan peleándose y echándose los trastos a la cabeza”… Por eso, la primera de las actitudes debe ser el rechazo de las actitudes prevenidas y de miedo, prejuicios, desprecio… Un compañero Misionero de África, me suele recordar en algunas ocasiones algo que un viejo misionero le decía: “Mira, sobre el Islam, se han dicho muchas cosas malas; ya es hora de que empecemos a decir cosas buenas…” 2. EL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN _ El Concilio nos invita también a tomar conciencia de nuestros errores pasados: Si en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias, el Concilio invita a todos a que olvidando lo pasado ,”procuren una mutua comprensión…” Todos hemos cometido 4 errores y los cometemos… Nuestra oración es “perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos”… El perdón es difícil, quizás el aspecto que más nos distingue de las demás religiones… perdonar siempre… sin esperar a que nos pidan perdón. Pidámoslo nosotros y prepararemos el camino de la reconciliación… Somos muy fariseos en nuestras vidas. La regla sería que antes de acusar a nadie, nos acordáramos del último dislate que hemos cometido. (Recuerdo de una terapia entre mujeres de diferente signo político en Sudán…) Un imperativo para nosotros cristianos es escoger el camino de la no violencia, el del perdón… Uno de los monjes asesinados en Tihbirine, el más anciano de todos ellos, pedía a Dios morir sin odio en el corazón… Otro monje, el hermano Christian en Tihberine, asesinado en Argelia no se sabe muy bien por quién, si por las milicias terroristas del GIA o por soldados del gobierno argelino, se expresaba así poco antes de los acontecimientos que le llevaron a la muerte: “Si un día hubiera de convertirme en víctima del terrorismo, quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia recordara que mi vida había sido consagrada a Dios y a este país… Argelia y el Islam son algo distinto del terrorismo…Hay quien dice que los terroristas son bestias inmundas, que no son seres humanos, que no se puede tratar con ellos. Yo digo, que si hablamos de este modo, nunca habrá paz.” 3. TOLERANCIA Y COLABORACIÓN MUTUAS… _ Por último el Concilio nos invita a trabajar juntos por una sociedad más justa, más pacífica…… Nos dice que procuremos promover unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y libertad para todos los hombres.” Esta colaboración mutua en temas como el bien común, la promoción al desarrollo, la paz y la justicia socia, es algo en que se consigue muy poco… Da la impresión de que todo el mundo quiere sacarse una medalla en hacer el bien. Ahora bien, esta colaboración mutua para mejorar la convivencia, el bienestar de todos, en los ayuntamientos, en los vecindarios, en las escuelas, en actividades deportivas y culturales, sería benéfica para todos y evitaría situaciones poco agradables en las que cada grupo se encierra en su propio gueto. Como digo, esto no se promueve suficientemente… 4. JUSTICIA Y VERDAD CAMINOS DE LA PAZ… _ Cuando digo JUSTICIA Y VERDAD, pienso en mi experiencia de Sudán. A veces consideramos que por evitar conflictos hay que aguantar todo, sin más. Pienso que hay circunstancias en que no se puede obviar la denuncia de situaciones injustas, vengan de donde vengan. Cuando no hay libertad de conciencia, cuando hay opresión y persecución, privilegios de una comunidad, proselitismo, hace falta tener fuerza para denunciarlo…aunque ello acarree cruces adicionales… En el diálogo interreligioso da la impresión de que, para evitar suspicacias, se evita abordar los temas candentes entre las diferentes comunidades… el tema de las minorías 5 en los países musulmanes, el de la libertad de religión y de conciencia, los matrimonios mixtos, el estatuto personal de los cristianos en tierra de Islam… 5. EL AMOR SAMARITANO _ Un aspecto muy importante en nuestra pastoral con respecto a los musulmanes es el de tener en cuenta su realidad humana. La mayoría de ellos buscan el bienestar para ellos y para sus familias…El desarraigo cultural es difícil de soportar. Echan de menos su pueblo, su ciudad, la familia, una comunidad cultural y religiosa común. Son pobres y sin trabajo en algunas ocasiones… Es decir, no hay que mirar al Islam como a un sistema, una ideología…se trata de personas concretas… con sus necesidades (trabajo, aprecio, bienestar, estabilidad etc.. Es aquí donde entra nuestra sensibilidad cristiana de compasión, la del Buen Samaritano. El Cardenal Amigo Vallejo tiene una página bonita al respecto…”No es infrecuente encontrarse hoy con un musulmán. Pero se le considera nada más que como un inmigrante, como un trabajador, como un extranjero. Pocas veces se le ve como creyente. Por parte del musulmán, el cristiano es el policía, el empresario o el capataz, la cruz roja o el comedor para transeúntes…Se piensa tener delante un enemigo que abatir, no un hermano al que ayudar. Es urgente recuperar el espíritu del evangelio del Buen Samaritano, hecho de tolerancia, de amor, de perdón, de solidaridad…volver (ejemplo en los Santos: San Francisco de Asís, por ejemplo…(visita al sultán Al Malik de Egipto en tiempos de la Primera Cruzada) 7. EL TESTIMONIO PERSONAL CRISTIANO Testimonio personal: A través de nuestras relaciones, sin buscar nada, en la amistad gratuita y en el respeto al derecho que tienen de ser diferentes… Lo que se ha dado llamar el diálogo de la vida: en el trabajo, en la vecindad, con motivo de las fiestas, eventos familiares… La reciprocidad que buscamos de su parte, la obtendremos a través de nuestro testimonio personal… la realizamos con nuestras actitudes de respeto y de acogida. No olvidemos que vamos hacia un mundo en el que el cristianismo nacerá por contagio… Como decía un misionero: nuestro modo de vida será el único evangelio que escucharán… El Cardenal Arzobispo de Sevilla Carlos Amigo Vallejo insiste en el testimonio cristiano: encuentro de dos creyentes. Dice así: “Pocos son los cristianos que han hablado sinceramente de su fe con un musulmán… se le mira por lo que parece ser, un inmigrante más… El diálogo de la vida puede ayudar como paso previo a estos contactos de tipo religioso. Dice el Cardenal: El diálogo no es de civilizaciones. Es de Dios sobre Dios. Las diferencias y los lenguajes sobre Dios pueden ser diferentes, pero tan genuinos unos como otros … Testimonio de los monjes de Tihbirine: se trata de ahondar en su propio pozo para compartirlo con los demás…Buen camino para el entendimiento de cristianos y musulmanes tiene que ser el hablar de Dios entre los que creen en Dios… 6 7. TESTIMONIO CRISTIANO COMUNITARIO Al testimonio personal hay que añadir el comunitario: ante la presencia de inmigrantes que conceden tanta importancia a la comunidad, debiéramos preguntarnos sobre el testimonio que dan nuestras comunidades cristianas, nuestras asambleas litúrgicas, nuestras relaciones mutuas… Nuestras comunidades sólo pueden ser creíbles si están hechas al estilo de lo que Jesús quiso para su Iglesia, una comunidad abierta a todos, una comunidad inclusiva y no exclusiva. Una comunidad que permite la entrada de los foráneos, permite su integración, que los recibe con la sonrisa, la palabra, el gesto, la ayuda en la necesidad, les ayuda a entrar en nuestras instituciones de tipo civil, ayuntamientos, organizaciones de todo género. CONCLUSIÓN: Para terminar, quiero decir que el diálogo interreligioso es una manera de vivir el seguimiento de Jesús, es decir de ser cristiano y misionero… Dios es el que en definitiva convierte. A nosotros nos toca fomentar el aprecio y el respeto mutuo y la tolerancia en la línea de lo mejor que poseemos: los valores humanos y de fe. Todos podemos sacar de nuestro propio pozo tesoros humanos y espirituales para compartirlos con los demás. El diálogo es una necesidad para la paz…la convivencia, la colaboración, la actitud belicosa de antaño hay que corregirla con actitudes de aprecio. Por otra parte, mi convicción hoy es que el encuentro entre creyentes necesita una densidad humana y religiosa que se hace rara en nuestro tiempo. Lo mismo que no hay buenos políticos, tampoco se encuentran demasiados hombres y mujeres con densidad humana y espiritual… El mundo necesita más que nunca de místicos, hombres y mujeres espirituales…la experiencia compartida de Dios es la que más une y acerca a la humanidad… Se necesitan creyentes y no hombres políticos para el diálogo. El hombre imbuido de Dios no puede odiar a su hermano sea éste musulmán, budista, ateo o cristiano. Os ofrezco algunos retazos del testamento espiritual del abad del monasterio de Tihbirine asesinado en el corazón del Atlas argelino. ¡ Apreciamos la profundidad espiritual en que nos sumerge!: “Si me sucediera un día --y ese día podría ser hoy- ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento a todos los extranjeros que viven en Argelia, yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país. Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal. Que recen por mí. Mi vida no tiene más valor que otra vida. Tampoco tiene menos. En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia. He vivido bastante como para saberme cómplice del mal que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo, inclusive del que podría golpearme ciegamente. Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez que me permita pedir el perdón de Dios y el de mis hermanos los hombres, y 7 perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido. Yo no podría desear una muerte semejante. Me parece importante proclamarlo. En efecto, no veo cómo podría alegrarme que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción, de mi asesinato. Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la "gracia del martirio" debérsela a un argelino, quienquiera que sea, sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam. Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos tomados globalmente. Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas por un cierto islamismo. Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas. Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma. Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que de ellos he recibido, encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primera Iglesia, precisamente en Argelia y, ya desde entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes. Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista: "¡qué diga ahora lo que piensa de esto!" Pero estos tienen que saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad. Entonces podré, si Dios así lo quiere, hundir mi mirada en la del Padre para contemplar con El a Sus hijos del Islam tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo, los frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu, cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias. Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente para este GOZO, contra todo y a pesar de todo. En este GRACIAS en el que está todo dicho, de ahora en más, sobre mi vida, yo os incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy, y a vosotros, amigos de aquí, junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos, ¡el céntuplo concedido, como fue prometido! Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías. Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este "A DIOS" en cuyo rostro te contemplo. Y que nos sea concedido reencontrarnos como ladrones felices en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío. AMEN! In cha Allah!” Madrid, 1 de junio de 2007 8