El papel de las Instituciones en el Manejo Integrado de Cuencas y Zonas Marino-Costeras. Msc. Lorenzo Brito Galloso. CIGEA. Cuba. [email protected] Durante muchos años, los proyectos, programas y acciones de manejo de cuencas y zonas costeras, han tratado de controlar los procesos de degradación de los recursos naturales y aunque hay logros importantes, todavía existen muchos retos por superar. Tan difícil y complejo es el manejo integrado en las cuencas y zonas costeras, que a veces parece ser que nos hemos propuesto una “utopía” o cuando menos caminamos en pos de una “visión holística” que parece inalcanzable. Nos enfocamos en la preservación de los elementos naturales sin integrar al manejo esa parte fundamental de que somos los seres humanos y las múltiples y complejas relaciones sociales, económicas y ambientales que establecemos entre nosotros y con el medio natural. Lo mas complejo, para lograr la compatibilización y coordinación de intervenciones en las cuencas y zonas marino-costeras, es que hay cientos de decisiones y acciones, que proceden de actores e instituciones que juegan roles muy diferentes. Estas instituciones pueden pertenecer al área académica y científica, de los productores y usuarios (formales o informales), del sector público sean normativos o ejecutores, del sector político y de la sociedad civil este o no organizada. Es decir una cuenca puede recibir el impacto, de todos estos decisores, sean o no habitantes de la misma. La carencia de sistemas de gestión integrada conlleva a la ocupación del territorio y el uso de recursos naturales de una forma caótica lo que genera severos conflictos a corto o largo plazo entre los usuarios y con el medio ambiente. El principal reto de la gestión integrada de ecosistemas lo constituye la solución, mitigación o prevención de estos conflictos a través de la coordinación y conciliación de intereses y la armonización entre los usos que inciden sobre un mismo espacio. Esto sin embargo requiere de instituciones apropiadas y responsables con capacidad para generar cambios sociales, tecnológicos y de gestión. Las instituciones con responsabilidad en el manejo de cuencas y zonas costeras son aquellos que sufren los impactos o consecuencias, que toman decisiones, que causan efectos o impactos negativos, que se benefician , que planifican, ejecutan, supervisan o evalúan. Estas instituciones deben apoyarse en directrices estratégicas que permitan la puesta en marcha de programas, proyectos y mecanismos participativos integrales. En una cuenca o zona costera, las instituciones relacionadas con el manejo de los recursos agua, suelo o bosque, generalmente se apoyan en marcos legales que definen la competencia de cómo manejar, utilizar, aprovechar o conservar tal recurso. Sin embargo, no existe un nivel administrativo u organizacional que tenga la responsabilidad del manejo integrado de estás áreas. Por esta razón es necesario disponer de una Autoridad de Manejo (Organismos de Cuenca, Órganos de Manejo Integrado Costero) que permita una gobernabilidad efectiva de estos sistemas ambientales. Esta autoridad u organismo de manejo, funciona como un mecanismo de coordinación que facilita el escenario para la armonización de los intereses entre usuarios de recursos naturales, los diferentes sectores involucrados, ya sean institucionales, económicos o las organizaciones de la sociedad civil, y la comunidad. El reconocimiento legal y el otorgamiento de las competencias del órgano u autoridad de manejo, permitirá a sus integrantes, la coordinación, la concertación, la resolución de conflictos, la gestión de recursos, aplicación de reglamentaciones y normas, implementación de actividades, la conformación de fondos y la supervisión de actividades relacionadas con el manejo de estas áreas. El marco legal también permitirá relacionar los diferentes niveles de escala en el cual se establecen los organismos de cuencas, dimensionando las jerarquías entre el nivel nacional, cuencas operativas (sistemas hidrográficos), subcuencas y microcuencas. Generalmente se desarrollan dos ámbitos de institucionalidad, en el nivel local y en el nivel nacional: a) en el primer caso los actores locales construyen el proceso de institucionalidad con base en la toma de decisiones, en el fortalecimiento de la participación de sus integrantes, en las soluciones o beneficios logrados, en el reconocimiento de parte de las autoridades locales, regionales y nacionales; b) en el segundo caso la institucionalidad se construye con base en las políticas, directrices y estrategias de los sectores líderes del manejo de cuencas y zonas costeras (Agua potable, Hidroenergía, Riego, Agricultura o Recursos Naturales), implica también el fortalecimiento técnico para apoyar a los otros niveles, y establecer una estructura funcional que coadyuve con las decisiones de las instancias locales. Integración institucional entre el manejo de cuencas y zonas costeras. El impacto de las actividades de cuencas hidrográficas en las áreas costeras determina la necesidad de un análisis global que integre aspectos esenciales, relacionados con la actividad humana y con fenómenos naturales que ocurren en tierras altas, vertientes y valles, y que tienen consecuencias generalmente negativas en el hábitat costero-marino. La falta de una concepción cuenca-costa en los programas y proyectos relacionados con los recursos hídricos, se ha convertido en una de las principales causas de la degradación de las costas de nuestra región. Los proyectos hidrológicos como presas, desvíos de ríos y obras de canalización, bien sean para favorecer la agricultura o reducir los riesgos de inundaciones, priorizan el aspecto social y económico de la región de la cuenca donde van a operar, pero no consideran los impactos sobre otras regiones de la cuenca ni la relación con la zona costera y sus impactos. Lo mismo es válido para cualquier obra o proyecto que se realice en las cuencas altas, media o bajas, desde la introducción de especies exóticas hasta la selección de puntos para el vertimiento de contaminantes. La ausencia de una concepción cuenca-costa también se manifiesta a nivel de la mayor parte de las regulaciones ambientales. En muchas de las normas técnicas y jurídicas no se tiene en cuenta la influencia que tiene sobre las zonas costeras las actividades en la cuenca alta y en algunos casos no aparecen en ninguno de sus acápites las palabras costa, mar, estuario, con lo cual circunscribe su acción exclusivamente a las aguas interiores. Los organismos de cuenca, salvando algunas escasas excepciones, no incorporan la zona costera en la identificación de sus problemas prioritarios y asuntos claves de manejo. Solo se limitan a garantizar acciones que favorezcan el uso del agua y proteja la calidad de tan preciado recurso, pero solo en el territorio comprendido en los límites de la cuenca hidrográfica. La desvinculación cuenca-costa es tan evidente que en ocasiones se monitorean los resultados de la gestión en la cuenca sin tener en cuenta el efecto o resultado que esta ha tenido en las zonas de mayor impacto (estuarios, bahía, desembocaduras de ríos). Contrario a lo anteriormente expuesto, el manejo integrado costero tiene que incluir obligatoriamente el enfoque cuenca-costa a la hora de identificar sus problemas claves y definir sus prioridades de manejo. Debido a esto, existen actualmente unidades de manejo integrado costero con sus respectivos programas y planes de acción, que incluyen parte de la cuenca dentro de sus límites. Muchas de las medidas de estos planes de acción están dirigidas a mitigar o eliminar los impactos que se generan desde la cuenca e involucran de esta forma a instituciones y actores claves con responsabilidades en el manejo de tierras altas. Un reto importante en la integración del manejo de cuencas y zonas costeras, está planteado por la duplicidad de funciones que se crea entre las autoridades de manejo en ambos casos. Como veíamos anterior esta duplicidad también puede manifestarse en las instituciones y sectores claves pertenecientes a organismos de cuencas y autoridades de manejo costero o en la duplicación de esfuerzos al repetir acciones orientadas hacia un mismo objetivo. Con la finalidad de dar solución a estas dualidades deben crearse mecanismos efectivos de coordinación que garanticen la integración en proceso de manejo cuenca-zona costera. Cualquiera que sea la variante utilizada esta debe estar fundamentada en la naturaleza de la interrelación cuenca – zona costera inseparable y de correspondencia biunívoca que plantea la necesidad de fijar metas, objetivos y políticas, así como de establecer mecanismos de gestión que reconozcan las interdependencia de ambos sistemas con vistas a su desarrollo sostenible.