Anestro Post-Parto en Ganado de Carne

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Anestro Post-Parto en Ganado de Carne
1. Fabián Pita, 1. Rafael Matute, 2. Iván Intriago, 3. Diego Velásquez.
1. INTERVET – ECUADOR
2. ACTIVIDAD PRIVADA
3. PRONACA GANADERIA
La población bovina nacional cuenta con aproximadamente 1’800.000 vacas, de las cuales
solamente nacen 1’034.000 crías cada año, lo que nos dice que nuestro país tiene una tasa
de natalidad del 57% y que únicamente pare una de cada dos vacas en el transcurso del año.
Este lujo que nos damos los ecuatorianos es algo común también en otros países donde las
vacas se encuentran en regiones tropicales, demostrándose que el anestro post-parto es uno
de los principales factores que interfiere negativamente en la productividad del ganado
bovino.
Una hembra, estando bajo condiciones favorables, tiene el potencial para producir un
ternero por año, con un intervalo entre partos de 12 meses. Para lograr este objetivo las
vacas deberán quedar preñadas entre los 75 y 85 días después del parto, sumando 286 días
de gestación tendríamos ese intervalo entre partos tan buscado de 365 días. Este cálculo
matemático tan sencillo no es biológicamente tan fácil, ya que; las vacas deberían recuperar
su condición cíclica normal en forma temprana luego del parto y así evitar el periodo
prolongado improductivo causado por el anestro post-parto.
Aunque son muchos los factores que influyen en el anestro post parto tales como la raza,
edad, número de partos, producción de leche o habilidad materna, época de partos,
presencia o ausencia de toro, estado general de salud, etc, la nutrición reflejada en la
condición corporal de la vaca y el amamantamiento o la presencia del ternero al píe son los
mayores causales que determinan la recuperación de la actividad ovárica luego del parto en
el ganado bovino productor de carne.
1. Efecto del amamantamiento o presencia del ternero al pie y Conducta
Maternal.
Durante más de medio siglo se ha pensado que la estimulación sensorial crónica de la ubre
(amamantamiento) era la causa principal de anovulación durante la lactancia en todas las
especies, incluyendo el ganado bovino. Sin embargo últimos estudios han demostrado que
las vías somato-sensoriales dentro del pezón y la ubre no son necesarias para que el
amamantamiento suprima la secreción de LH, ni la desnervación de la ubre ni la
mastectomía han demostrado disminuir el intervalo anovulatorio postparto si los terneros
permanecen con sus madres. Estos estudios han mostrado claramente que la unión entre la
madre y el ternero es necesaria para que exista la anovulación postparto. La formación de
esta unión maternal selectiva por parte de la vaca además de la interacción física del ternero
en la región inguinal (cabeceo, manipulación oral del flanco o el amamantamiento) parecen
ser responsables de los cambios neurales que crean la condición anovulatoria. (Williams,
G.L. 2005)
A medida que continúa el periodo postparto, el efecto negativo del amamantamiento se
convierte en menos intenso y las vacas eventualmente ovulan y comienzan a ciclar
(Stahringer et al., 1994). El amamantamiento restringido o la separación del ternero,
incrementan los pulsos de LH y estimulan el crecimiento folicular y la ovulación en vacas
con más de 30 días de haber parido (Yavas y Walton, 2000). Aunque varios ensayos
indican que el amamantamiento por parte del ternero con una frecuencia menor a dos veces
al día puede disminuir substancialmente el intervalo anovulatorio postparto (Randel 1981)
otros trabajos han demostrado que la frecuencia y el tiempo del amamantamiento ad
libitum aparentemente no están relacionados a la duración del anestro, excepto bajo
condiciones extremas. (Day et al., 1987; Williams G.L. 1990)
La restricción del amamantamiento ha incrementado las tasas de preñez tanto en vacas
multíparas Bos indicus y Bos indicus x Bos taurus pero este efecto ha sido superior en
animales de primer parto. En vacas Bos indicus primerizas el efecto del destete sobre la
reactivación de la ciclicidad y duración del anestro ha sido mejor en comparación con el
efecto de la suplementación alimenticia luego del parto (Montiel F y Ahuja C. 2005)
Adicionalmente al amamantamiento existen efectos genéticos que influyen en la
reanudación del patrón apropiado de secreción de gonadotropina para promover la
ciclicidad ovárica como el genotipo de la vaca, los Bos indicus puros suelen verse mas
afectados tanto por los efectos negativos de la lactancia y la nutrición que la mayoría de
hembras Bos taurus. El cruzamiento, ya sea dentro de una especie o entre especies resulta
en un mejor desempeño reproductivo, incluyendo una reducción de la duración del
intervalo post parto. (Williams, G.L. 2005)
El tamaño de la vaca y el potencial de producción láctea (habilidad materna) representan
características de origen genotípico que también pueden afectar la actividad del eje
hipotalámico-hipofisiario-gonadal, inhibiendo el desarrollo folicular y extendiendo el
período de anestro. Ambos factores aumentan los requerimientos nutricionales lo cual a su
vez afecta el desempeño reproductivo si la cantidad de nutrientes es limitada. (Williams,
G.L. 2005) Así la cantidad de leche producida en el post parto puede afectar el intervalo
desde el parto a la primera ovulación (Montiel F y Ahuja C. 2005)
Manejo del amamantamiento para disminuir el efecto de la succión.
Destete Temporal: Esta práctica ya es conocida desde la década de 1970. Consiste en la
remoción temporal del ternero por un lapso de 48 – 72 o 96 horas. Según varios autores el
destete temporal por 48 horas no es adecuado para lograr la ovulación en más del 30% de
las vacas en anestro. Esto sucede porque muchas vacas que responden al destete volverán a
la condición anovulatoria si se las vuelve a juntar con el ternero. (Williams, G.L. 2005)
Solo sería recomendable el destete temporal cuando puede combinarse con tratamientos de
sincronización de celos que tiendan a inducir la ovulación en vacas anovulatorias como los
progestágenos y con un destete temporal de no menos de 96 horas. (Soto Belloso et al.,
2002)
Destete precoz: Esta técnica se utiliza usualmente cuando hay condiciones de sequías
severas y que permiten volver a servir a las vacas sin los altos requerimientos nutricionales
asociados a la lactancia siendo el efecto benéfico más notorio en la categoría primer parto.
(Bo et al., 2004). La desventaja de este sistema esta dada por el incremento del costo de
manejo del ternero destetado, y en países como el nuestro el costo de medios de
alimentación suplementaria excederían los valores de retorno económico esperado.
Amamantamiento restringido: La restricción del amamantamiento a una o dos veces al día
reduce la duración del anestro comparado con el amamantamiento a voluntad. Esta es una
herramienta que ha demostrado también ser beneficiosa sobre todo en la categoría de
animales de primer parto y más aun si las condiciones ambientales son adversas. Las vacas
de primer parto en pastoreo con este régimen han mostrado que retornan al celo más
temprano que vacas amamantando ad libitum. Estudios realizados por (Randel R.D., 1981)
lograron disminuir la duración del período parto-primer celo de 168 a 69 días en vacas de
primera parición con ternero al pie realizando el amamantamiento una vez al día, mientras
que otros investigadores han descrito reducciones de la duración del anestro post parto de
20 días. (Reeves, J.J y Gaskins, C.T. 1981). Por otro lado, mientras que algunos trabajos
no encontraron un efecto del tratamiento sobre la ganancia de peso del ternero (Randel
R.D., 1981), otros encontraron un efecto negativo del amamantamiento una vez por día
sobre la ganancia de peso (Reeves, J.J y Gaskins, C.T. 1981)
2. Condición Corporal y Condición Nutricional como factor influyente en el
anestro post parto.
Está muy bien establecida la relación existente entre la condición nutricional y el
desempeño reproductivo, la condición nutricional evaluada a través del puntaje de
condición corporal refleja las reservas corporales disponibles para metabolismo,
crecimiento, lactación y reproducción (Wright et al., 1987). La condición corporal en la
parición se correlaciona positivamente con el desarrollo folicular precoz (Ryan et al.,
1994), contenido hipofisiario de LH a los 30 días de post parto (Connor et al., 1990),
concentraciones de IGF I circulantes y frecuencia de los pulsos de LH necesarios para la
maduración folicular y ovulación (Bishop et al., 1994)
Probablemente, la desnutrición, especialmente un déficit en la ingesta de energía, sea la
causa natural y provocada por el hombre más preponderante de la demora en el reinicio de
la actividad ovárica. Los efectos de la desnutrición son mayores cuando ocurren durante la
última etapa de la gestación. Las vacas que llegan en mala condición corporal al parto
tienen intervalos notablemente mayores al primer estro y a la primera ovulación post parto,
esto está asociado a una baja frecuencia de los pulsos de LH y al atraso en el desarrollo de
folículos estrógeno-activos (Pinto Andrade et al., 1995)
En regiones tropicales como la nuestra, las vacas que paren con aceptable condición
corporal y la mantienen en el post parto, tendrán mejor desempeño reproductivo en
comparación con vacas de pobre condición corporal, lo cual se traduce en un retorno al
estro más temprano. Lastimosamente en estas regiones existe una marcada estacionalidad
en cuanto a la cantidad y calidad de forraje ofrecido a lo largo del año resultando en
períodos prolongados de subnutrición y afectando la condición corporal.
Esto es particularmente más crítico durante el periodo periparto, cuando es requerida mayor
cantidad y mejor calidad de forraje por lo menos para el último trimestre de gestación lo
cual coincide con el período de mayor crecimiento fetal de la gestación y también luego de
8 a 12 semanas post parto necesario para la recuperación de la condición cíclica normal.
Este período mínimo de 6 meses de oferta forrajera significa que en zonas donde la
alimentación depende de la disponibilidad de pasto, la cual es influenciada por la
temporada de lluvias, es difícil llenar los requerimientos nutricionales del ganado en etapas
tan importantes de la vida reproductiva de la vaca como es el periparto afectando el
intervalo parto – primera ovulación.
En vacas cebuinas, el estrés nutricional es más severo en la última etapa de la preñez y el
inicio de la lactancia en la temporada seca, resultando en mayores pérdidas de peso vivo y
reflejado en la pérdida de condición corporal. Bajo estas condiciones, periodos de anestro
prolongado luego del parto son muy comunes, y son uno de los principales factores
limitantes en la productividad del ganado cebuino en condiciones tropicales. (Jolly et al.,
1996)
Manejo Nutricional
En todos los países tropicales se maneja al ganado bovino en entornos que suelen provocar
que la condición corporal sea menor al nivel recomendado y los costos de alimento
suplementario no permiten todavía una nutrición balanceada con el objetivo de evitar las
perdidas de condición corporal. Por lo tanto, si la condición corporal puede variar con
cambios en el entorno y disponibilidad de forraje, se debería intentar lograr la mayor
condición corporal posible antes del parto por medio de manejo. Si las vacas presentan una
condición corporal moderada pueden volver a servicio lo suficientemente rápido como para
enfrentar los requerimientos nutricionales de la lactancia. Por lo tanto, deberían ser
manejadas de manera que recuperen su condición corporal durante el período seco y antes
del próximo parto. Una alternativa sería lograr efectos positivos en el desempeño
reproductivo alimentando a aquellas vacas que lleguen al parto con una condición corporal
menor a la óptima. Sin embargo, esto no es muy eficiente económicamente ya que se
utilizará una cantidad mucho más significativa de nutrientes suplementarios para la
producción de leche que para la reproducción. Por lo tanto, es mejor que las vacas lleguen
al parto en buena condición corporal y luego utilizar una suplementación estratégica con
proteínas para mejorar la ingesta y digestibilidad de forrajes de mala o regular calidad para
mantener la condición corporal. (Williams, G.L. 2005)
Conclusiones
El desempeño reproductivo es el principal componente de la eficiencia productiva en las
operaciones ganaderas de carne, y una de las principales causas que afectan la eficiencia
reproductiva es el intervalo entre partos, el cual está directamente influenciada por el
anestro post parto. La duración del anestro post parto está afectada tanto por la condición
nutricional como el amamantamiento. Una nutrición adecuada es esencial para la
recuperación de la actividad ovárica luego del parto, cuando el consumo de nutrientes es
inadecuado y las reservas corporales están disminuidas, el intervalo parto primer estro se
extiende, es así como se establece la relación entre nutrición y eficiencia reproductiva.
Las medidas de manejo de ternero para disminuir la frecuencia de amamantamiento han
sido herramientas de gran utilidad desde hace muchos años, sin embargo la facilidad de su
aplicación dependerá de cada explotación en particular como el número de vacas,
instalaciones, tamaño de la explotación y de los costos adicionales en el manejo de la cría.
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