Las cartas sobre la mesa

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Las cartas sobre la mesa
CJC de Valladolid :: 20/01/2005
Diversos medios de comunicación han sacado a la luz la entrevista que el rey mantuvo, por
separado, con los líderes del PP y PSOE. En esa reunión se debió tratar con toda seguridad el asunto
del Plan Ibarretxe y del "peligro nacionalista". Una vez más se demuestra que la figura de la
monarquía es mucho más que un metro elemento decorativo como se nos quiere hacer creer a los
ciudadanos. Esa chapuza trampeada que se llamó "transición a la democracia" (que más bien
debería haberse llamado "transición hacia una nueva dictadura") fue preparada y planificada por
Franco sobre unas bases que estaban muy bien definidas. El dictador dejó muy claro quien debía ser
su sucesor y para dar a los ciudadanos una sensación de cambio se hizo creer que la Monarquía
sería solamente una figura simbólica, sin poder real y sin capacidad para tomar decisiones. Nada
más lejos de la realidad: el monarca tenía y tiene, según reza la propia constitución española, una
serie de poderes enormes. Esa es la realidad. Es evidente que resultaba muy poco "rentable" desde
el punto de vista de los "ideólogos" de la transición exponer que se había pasado de una dictadura a
una supuesta "democracia" en la que una sola persona (¡un Rey!, para colmo) acumulaba casi tanto
poder como Franco. Y no sólo eso, si no que ese gran monarca había jurado, ante el mismísimo
dictador, defender los principios básicos del Movimiento franquista y había sido cómplice (por activa
y por pasiva) de los últimos crimenes de la dictadura. A pesar de todo esto, nadie cuestionó que la
figura de la monarquía debía sentar las bases del nuevo sistema como una especie de bisagra entre
los franquistas y los reformistas. Esta muy claro que la imagen del Rey como un mero objeto
decorativo, carne de crónica rosa y de revistas del corazón, dista mucho de la realidad. Si no es así,
¿para que se reúne el rey con los principales partidos del sistema para tratar temas de Estado? ¿Por
qué emite el rey opiniones políticas (como fue su condena implícita al Plan Ibarretxe) en el discurso
de navidad si no es más que una institución simbólica? Cuando se produjo la guerra de Irak, el PP
dijo que el Rey no debía pronunciarse sobre esos temas "políticos" porque no era esa su función pero
ahora, cuando ataca a los pueblos que, a través de sus representantes políticos, están haciendo
reivindicaciones legitimas, el Rey sí puede opinar. Se nos ha vendido también la figura de un
monarca "demócrata" (como si el concepto de democracia y de monarquía fueran compatibles) y
"moderno" (con su machismo sucesorio, sus despilfarros injustificables, sus correrías tapadas por la
prensa y con su esposa, abnegada ama de casa siempre en un segundo y patético plano). Como si se
tratara de un venerable anciano que había ayudado a su país a conseguir la libertad, olvidando su
vergonzosa participación en los crímenes del fascismo. En Italia, por ejemplo, la monarquía fue
abolida por su connivencia con el fascismo de Mussolini. Aquí, no sólo no ocurre eso, si no que se
encumbra a la misma institución que fue cómplice y participe de los crímenes de Franco. No hace
falta ser muy listo para saber que el poder del Rey es mucho más que algo simbólico. En cuanto la
unidad de España ( la España "unidad de destino en lo universal", como es entendida por el
españolismo rancio) es cuestionada todos los resortes que Franco dejó "atados y bien atados" saltan
todos a una. La Monarquía es uno de esos resortes. La constitución del 78 es el testamento que el
dictador dejó como legado y legitimador de su proyecto para la España indivisible. La verdadera
cara del "buen Rey" esta aún por ver. Ahora, que los pueblos que forman el Estado español
comienzan a exigir el derecho legitimo de elegir su futuro y retomar, con ello, la senda democrática
tomada en el año 36 con la II republica y que fue cercenada por el golpe fascista, es cuando las luces
del viejo régimen se encienden de nuevo. Mientras Franco se revuelve en su tumba, sus herederos
se revuelven en vida y se ven ya los primeros síntomas de que se les está acabando el chollo (el gran
"demócrata" Fraga ya ha hablado de suspender la autonomía del País Vasco como ya ocurriera
durante su guerra civil). La Constitución del año 78 es sólo un documento que sirvió a unos intereses
oscuros y estuvo dirigida por los herederos de Franco. Se hizo en un momento en el que el pueblo
vivía aun en el miedo de un nuevo golpe y una nueva dictadura. Ha llegado el momento de
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cuestionar los principios básicos de aquel proceso. Las instituciones no son inmutables si no que
están para servir al pueblo. ¿Alguien se imagina que siguiera vigente la misma constitución durante
1000 años? Seria ridículo porque las sociedades cambian y se desarrollan y por ellos una
constitución intocable es incoherente Para la monarquía su único interés es su propia supervivencia.
Por ello ha subsistido como ha podido tomando diferentes formas a lo largo del tiempo con el único
fin de mantener sus privilegios. Hablar de monarquía "democrática" es algo ridículo y ajeno a toda
lógica. ¿Como puede ser democrática una institución que defiende que un hombre y sus
descendientes (varones) tienen más derechos que los demás por el siempre hecho de haber nacido
con tal o cual apellido? ¿Como se puede defender que en un sistema que, en teoría, se basa en la
igualdad de todos los ciudadanos ante la ley uno de ellos sea inmune por el simple hecho de llamarse
Borbón? Es ridículo.
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