ALMUERZO CON LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS CFV, 18 de octubre de 2007 Altezas, Presidente de la Xunta de Galicia, Presidenta del Parlamento, Secretario de Estado, Alcalde, Queridos socios Buenas tardes a todos Quiero, en primer lugar, transmitir a Sus Altezas Reales, los Príncipes de Asturias, nuestro más profundo agradecimiento por haber aceptado la invitación del Club Financiero Vigo y presidir hoy este almuerzo, que forma parte del programa de actos conmemorativos de nuestro décimo aniversario. Es un gran honor contar con su presencia, que da una trascendencia y un realce especiales a esta efeméride, tan importante para nosotros, y que, con todo el respeto debido, supone para esta casa el respaldo de la más alta representación del Estado, a la labor realizada durante estos diez años. A pesar de nuestra corta trayectoria, llevamos mucho camino andado. No ha sido fácil. Nuestra pretensión principal ha sido siempre dar voz a esta parte de la sociedad civil, la empresarial, cuya misión no es otra que, asumiendo riesgos, contribuir al desarrollo económico del país. Vigo es, Altezas, una zona de emprendedores acostumbrados a afrontar retos y a convertir las dificultades en oportunidades. Pero es también una zona con muchas carencias, que a menudo sus empresarios han tenido que ir resolviendo desde el esfuerzo individual. Si alguna ciudad puede preciarse de estarse haciendo a sí misma, una de ellas, sin lugar a dudas, es Vigo. Y si hay que buscar alguna fecha de partida que nos ayude a entender el dinamismo de esta zona, tal vez tendríamos que remontarnos a mediados del siglo XVIII. Pero no es mi 1 intención hablar de la evolución histórica de las primeras industrias pesqueras, sino ceñirme a lo que es hoy Vigo. Motor industrial de Galicia, el área metropolitana de Vigo concentra el 30 % del PIB gallego y casi por sí sola explica que en la actualidad Pontevedra sea la cuarta provincia exportadora de España. Sus principales sectores productivos- automoción, pesca, conserva, granito- son referentes internacionales, y a ellos se han ido sumando en los últimos años otros que en unos casos, como el farmacéutico o nuevas tecnologías, evidencian la visión de futuro de nuestros empresarios y el buen hacer de nuestros trabajadores. Y, en otros, como en el naval, han sabido convertir, como decía antes, las dificultades en oportunidades, buscar nuevos nichos de mercado y aprovechar las ventajas de la globalización. Esta posición de liderazgo económico y un excelente enclave geográfico nos permiten aspirar a ser un punto referencial en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, considerada estratégica por la Comisión Europea. Sin embargo, no voy a ocultar que, frente a esos fuertes cimientos asentados en la clase empresarial, hay puntos débiles. Estamos en la periferia de la periferia: lejos de los centros de decisión política de España; más lejos aún de los grandes centros de producción y de consumo de Europa. Y, si bien es cierto que hoy no hay fronteras ni distancias, también lo es que fronteras y distancias resurgen cuando las infraestructuras no son suficientes o cuando nuestras ventajas competitivas se diluyen por culpa de los tiempos. Hoy en día, llegar tarde equivale a no llegar. Una situación ésta que no podíamos afrontar solos por mucho tiempo, dados los rápidos cambios que se estaban produciendo en los mercados nacionales e internacionales, fruto del proceso globalizador y de la universalización de las nuevas tecnologías. Difícilmente podíamos, desde la individualidad pero con problemas que nos afectaban a todos, enfrentarnos a nuestros competidores y, sobre todo, a los países emergentes, no sujetos a reglas de competencia. 2 Era, por tanto, necesario apostar por una nueva cultura empresarial, basada en la cooperación y en la asunción de esos cambios, y esa fue la apuesta del Club Financiero. Nuestra apuesta. Los cimientos son buenosme atrevería a decir que excelentes-; el armazón se va articulando poco a poco, y en esa labor es en la que el Club se ha empeñado. Decía que el camino no ha sido fácil. En los primeros años de los noventa, un grupo de empresarios creyó que la unidad de acción podía ser una buena medida para atacar esa situación y decidió aportar su grano de arena con el fin de buscar medidas que contribuyeran a garantizar la competitividad de nuestras empresas. El entusiasmo de aquel grupo chocó con las reticencias iniciales de una ciudad joven, y sin embargo poco acostumbrada a apasionarse con las grandes ideas, y menos todavía cuando se trataba de proyectos colectivos. En cierto modo, la fortaleza y el tesón de aquellos que impulsaron la creación del Club Financiera ayudaron – creo que hoy se puede decir – a madurar y a empezar a articular aquella ciudad casi invertebrada que era Vigo hace apenas veinte años. Si el CFV se erige hoy como la voz empresarial más representativa de esta gran zona, lo hace con la legitimidad que le otorga saberse respaldado por más de 300 empresas- entre ellas, algunas de las más importantes de Galicia-, cuyo volumen de negocio conjunto supera los 10.000 millones de euros. Además, formamos parte de un grupo nacional, el Grupo Economía y Sociedad, junto con cinco de las organizaciones empresariales más prestigiosas de España; un hecho éste que nos llena de orgullo, porque esas organizaciones, con más experiencia y trayecto recorrido que el Club Financiero, fueron nuestros referentes cuando comenzamos a caminar. Pero queda mucho por hacer. No es fácil afrontar retos y cambios continuos desde un rincón geográfico, que adolece además de un mínimo poder político que refrende el liderazgo económico y el dinamismo empresarial de un área metropolitana en la que se mueven medio millón de ciudadanos y que pilota la undécima conurbación española. 3 Por eso, Altezas, es tan importante para nosotros que hayan querido compartir los actos de este décimo aniversario. Además de sumamente honrados con su presencia, nos sentimos enormemente orgullosos de poder exponerles nuestra trayectoria y nuestros esfuerzos. Porque- y lo digo desde el más profundo de los respetos a la Corona Española, y con toda la humildad posible- contar con el respaldo de la Casa Real supone, para el Club, y para la ciudad de Vigo y su área de influencia, un nuevo paso en lo que a proyección se refiere. Y, sobre todo para esta casa- su casa desde hoy-, un espaldarazo impensable hace apenas unos años, que nos obliga a reafirmarnos en el compromiso que tenemos con Vigo, con Galicia y con España. Quiero, por último, rogarles, en nombre de cuantos integramos el Club Financiero Vigo, que transmitan a S.M. El Rey nuestro testimonio ferviente de apoyo y solidaridad. Y lo hacemos desde la más absoluta convicción de que el papel que ha desempeñado la Corona en estos treinta años de democracia- democracia que, sin su firme compromiso, no hubiera sido posible- ha sido definitivo para que España haya vivido el período más fructífero de su historia. Y, finalmente, pediría a Sus Altezas que, acompañados por las autoridades de la mesa presidencial, nos hagan un nuevo honor: descubrir la placa conmemorativa que va a dejar constancia expresa de su presencia hoy aquí, como uno de los principales hitos en la historia del Club. Por favor, Altezas, autoridades… 4