EL TURISMO: MODELO DE PROGRESO Lima, 22 de octubre de 2007 Excelentísimo y Magnífico señor Rector Excelentísimos e Ilustrísimos Señores Miembros del Consejo de Políticas Académicas Excelentísimos e Ilustrísimos Señores Miembros del Claustro de Profesores Ilustrísimos Señores Señoras y Señores: He de dedicar mis primeras palabras a expresar la sincera gratitud que me inspira el privilegio de dirigirme a ustedes en una ocasión tan señalada como la que representa el acuerdo por parte de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas de nombrarme Profesor Honorario. Distinción que deseo agradecer a tan prestigiosa y docta institución, así como a las personas que han confiado en mí, una al proponerme y el resto por haberme aceptado a participar como miembro honorífico de esta noble corporación. Al tiempo de expresar mi satisfacción e ilusión por tan digno reconocimiento, es mi deseo trabajar con toda eficacia, firmeza y esfuerzo para mantenerme merecedor de la confianza que los ilustres miembros de los Órganos Rectores de la Universidad han depositado en mí. No puedo ocultar que, después de las afectuosas y sentidas palabras de recibimiento de parte del Rector, Dr. Luis Bustamante, y de la formidable alocución del Dr. Gonzalo Galdos, mis sentimientos se acrecientan y me llevan al límite de la contención. En mi trayectoria profesional he pasado momentos dulces y otros amargos que he superado haciendo lo que he creído mi deber. Si he realizado algo que sea merecedor de la recompensa que hoy recibo, mi mérito sólo puede atribuirse al trabajo y esfuerzo constantes, a la perseverancia, al ánimo y a la voluntad para alcanzar las metas formuladas. Ésta ha sido la conducta que he seguido, convencido de que la responsabilidad, el conocimiento y la credibilidad de las personas deben ser el horizonte que nos guíe. Estaré junto a ustedes en el servicio a la Institución en busca del progreso humano y la mejora social. Deseo que algún día, espero que no muy lejano, siempre con su ayuda y confiando en mis posibilidades / capacidades, se cumpla dicho objetivo, con ello me daría por satisfecho. Mi propósito es el de asumir todas mis nuevas obligaciones así como tratar de contribuir a honrar siempre a esta Universidad con cuanto esté al alcance de mis fuerzas, experiencia, saber y entender. Procuraré que así sea en todas las actuaciones y trabajos que se me encarguen, siempre coherentes con los valores éticos y morales que han orientado mi vida. A saber, en el ámbito de la docencia con más de cuarenta años como profesor entre las universidades de Barcelona y Politécnica de Cataluña, y en el ámbito empresarial, durante treinta y cinco años como consejero en diversas empresas. En el transcurso de los años he ido nutriendo la obra escrita con una aportación de 21 libros relacionados con la economía, el medio ambiente y el aspecto social. Toda esa vida mía ha sido posible, en la medida que haya tenido algún valor, en gran parte a mi esposa, aquí presente, y al entorno familiar de hijos, hermanos y la disciplina y educación que me inculcaron mis padres. Tales son algunas de las credenciales que más valoro para atreverme a formar parte de esta nueva y formidable familia académica. Quiero, asimismo, agradecer al Dr. Gonzalo Galdos Jiménez, director de la Escuela de Postgrado de la UPC, el haberme distinguido con su amistad, al tiempo que deseo resaltar su talento, su insigne labor, entusiasmo, eficacia y acierto al frente de dicho Centro. Sin duda que la distinción que hoy se me otorga representa un vínculo más que se establece entre nuestra Universidad Politécnica de Cataluña y esta hermana suya de Lima, robusteciendo los grandiosos vínculos que unen a nuestros países. Como sea que el sector turístico es uno de los más importantes de la economía y de los más importantes de la economía y de los que más incide en la balanza de pagos de muchos países, es por lo que me voy a permitir exponer ante ustedes algunas de mis reflexiones en torno al tema del turismo como modelo de progreso, apoyadas en muy diversos estudios y, en cierta medida, en mis experiencias profesionales. No puedo callar que el acto que hoy solemnizamos se integra en un amplio desarrollo de la capital limeña donde, desde mi visita anterior no muy lejana, he visto realzadas y ampliadas las notas de color de la Plaza de Armas, la modernidad de barrios como Miraflores y Barranco, y embellecidos los monumentos del centro histórico. Permítanme que haga una referencia y aplauda el acierto de esta Universidad de vigorizar los estudios de Turismo, el Master y el Grado, puesto que Perú está abriendo sus puertas hacia un brillante porvenir turístico. Sus tres grandes zonas, la costa, la sierra y la selva, atraen juntas y separadas la curiosidad y el efecto de enormes masas de público. No es adecuado que sea yo quien pondere el poder atrayente de parajes concretos de Perú que tienen ya, entre el público internacional y el español en particular, renombre propio como las islas Ballestas, el barrio antiguo de Arequipa o las líneas de Nazca, lugar donde la naturaleza ha desafiado las leyes de la física, desbordando las más desquiciadas fantasías con sus figuras misteriosas contempladas por los majestuosos cóndores. Uno de los atractivos de las enseñanzas de turismo consiste en la feliz alianza del estudio del pasado con los atractivos y alicientes de la vida moderna, de suerte que las técnicas y recursos propios de la actualidad se aplican en gran parte a revalorizar el legado de la historia y los regalos que nos sigue dispensando la naturaleza con sus encantos. Precisamente porque el turismo se orienta a asimilar y gozar unos valores espirituales, conviene extremar en él el rigor y la puntualidad, desechando toda suposición de que se trate de una actividad más o menos pomposa y decorativa. El turismo no constituye sólo una actividad recreativa aderezada con unos toques de culturalismo y de lujo placentero según se tiende a creer, sino que el hecho turístico ha ido cargándose, cada vez más, de una importante significación económica y social. Dentro del mismo propósito de clasificación, diremos que no se puede atribuir el título de precursores del turismo a los viajeros por su gusto de siglos pasados, como si hubieran sido los antecesores de la práctica actual de viajar por placer. Si bien los hubo desinteresados en la antigüedad clásica y continuó habiéndolos en los siglos medievales y cada vez más en la Edad Moderna y en la época de la Ilustración, resulta cierto que en muchas ocasiones los viajeros antiguos se movían más bien por el deseo de estudiar, como hacían los griegos acudiendo a Egipto, o también por el propósito de reunir información política para sus autoridades, o explorar mercados nuevos o preparar conquistas imperialistas cual hicieron tantos exploradores ingleses en los siglos XVII y XVIII. No parece pues suficiente la definición de que el turista sea un viajero sin ánimo de lucro, y en el día de hoy empiezan a palidecer las hipótesis pretéritas de que sólo ande en busca de alicientes culturales y artísticos. En las grandes ciudades de nuestros dos continentes se puede observar la nueva modalidad turística de unas gentes que visitan rápidamente otro país y regresan sin haber visto un museo, ni un centro arqueológico, ni un espectáculo notable, puesto que se han marchado de su propia ciudad por el simple impulso de escapar de ella e introducir cierta variación en sus vidas. Los bajos costes y la expansión de la industria hotelera en entornos plácidos y pacíficos facilitan el trasiego de hombres y mujeres de todos los países, dando lugar a que el turismo de hoy ha dejado de ser una moda cultivada por clases adineradas y va abarcando cada vez más a los estamentos medios de la sociedad, integrándose en un disfrute general de ocio. Así pues, se ha desvinculado la conexión entre turismo y vacaciones, de modo que resulta normal hacer turismo en todas las épocas del año, aprovechando un fin de semana o cualquier otro espacio libre. No digamos ya que se convierten parcialmente en turismo los cada vez más numerosos viajes de negocios, profesionales, de congresos y de eventos deportivos o sociales. La dilatación del concepto de turismo pone también una distancia entre las ideas de viaje y turismo. Viajar no pide prisas, comporta hacerse una cierta idea de lo que se ve, descender a los detalles, fijarse en los hábitos de las gentes que uno se encuentra. Sin embargo, hacer turismo es una experiencia precipitada, algunas veces caótica, con la preocupación de no perder las maletas, encontrar el hotel previsto o visitar los lugares indicados en la guías. Al turista se le atribuye el que huya de cada lugar, en vez de ir al encuentro de lo que busca, hasta regresar al lugar de partida. Como sea que la información se ha socializado y la globalización ha acortado el espacio y el tiempo, es lógico que los humanos nos hayamos puesto en marcha por el simple placer de trasladarnos de un lugar a otro. El turismo masificado es una revolución que era impensable hace sólo treinta años. Sin duda es un fenómeno extraordinariamente positivo que nos pone al alcance de las maravillas de los más apartados lugares del mundo; es una oportunidad para conocer otras tierras y culturas. Admitiendo que la formación tiene una importancia que sobrepasa en mucho el estricto ámbito económico, resulta lógico / evidente que las escuelas y universidades contribuyen a elevar el techo cultural y tecnológico e incluso a reforzar los valores morales de la sociedad, incrementando su cohesión interna y facilitando la movilidad social. Conviene, por consiguiente, según ha entendido la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, robustecer el carácter técnico y profesional de los organismos y personas que se dedican al turismo, cancelando el estilo de aventura improvisada que pudo tener en sus comienzos, hasta que Thomas Cook (1841), con su agencia, abrió la era moderna del turismo. El aumento del contingente variado de consumidores turísticos no significa evidentemente que haya dejado de ejercer atractivo el visitar, por ejemplo, el centro histórico de la ciudad de Trujillo o el Partenón, ir de compras a El Corte Inglés o a Harrod’s, o visitar el Museo del Prado, del Louvre o el Museo Metropolitano de Arte (Met). Lo que deseo sugerir es que al acercarse un turismo de masas, el contingente de turistas se parece cada vez más al total de la población y, por tanto, figuran en él todos los sectores que componen ésta. Parece obvio que el país que desee captar volúmenes importantes de turismo ha de estar preparado para recibir una gran variedad de clientes. Siguiendo a Víctor P.C. Middleton en su obra Marketing in Travel and tourism, diré que la demanda de los turistas depende de los siguientes grandes factores: a) la situación económica del país de la clientela, b) su composición demográfica, sobre todo según edades, c) el clima, d) el estilo socio-cultural de oferta, e) los precios comparativos, f) el transporte, y g) los factores institucionales y jurídicos, comprendiendo la seguridad del viajero y la actuación de los medios de comunicación de masas. Conviene prevenir los riesgos de una oferta turística muy exclusiva y monográfica que sólo interese a un grupo socio-cultural. En España se ha practicado con bastante acierto el empleo de la ya citada oferta complementaria, divulgando a la vez dos o tres atractivos aparentemente contradictorios, como pueden ser playas y museos, gastronomía y catedrales, deportes y antigüedades. Recordaremos, como principio general, que el turismo es un movimiento global de consumidores que van del centro a la periferia dentro de su área respectiva, según indica el economista Immanuel Wallerstein. También sigue el turismo las direcciones básicas del desarrollo económico moderno que promociona zonas cada vez más alejadas de las grandes capitales, con lo cual viene a ocurrir que el turista se encontrará cada vez más con parajes más desarrollados y no sólo por el propio turismo sino por el crecimiento estructural que es paralelo a éste. Todo ello nos induce a considerar cada vez más dificultosa la definición global del hecho turístico y, consiguientemente, la de la política a adoptar para fomentarlo dentro de la rivalidad con que muchos países del mundo entran en la oferta turística, unos vendiendo la modernidad más extremada y refinada, y otros el primitivismo más rudo y salvaje. Algunos focos antiguos y actuales de turismo han tenido la suerte, desde hace siglos, de que los literatos y los artistas se hayan dedicado espontáneamente y gratuitamente a crear un panorama interesante que atraería a otros sucesivos viajeros. Así ocurrió con el Viaje a Italia de Goethe y así también con el renombre de París como centro de cultura y diversión, y la fama de las islas oceánicas como paraísos de tranquilidad. Más tarde ha sido preciso sacar a la luz atractivos inéditos y a veces sorprendentes, como la náutica, la espeleología, el deporte de aventura, el golf, y de modo relevante la gastronomía. Añadiremos que hasta la literatura pura, con la abundancia de autores exóticos que surgen, contribuye a incitarnos a visitar sus respectivos países de origen. La actividad turística ha dejado hace varios decenios de ser un fenómeno espontáneo para convertirse en el ámbito de una serie de nuevas profesiones, cuyos titulares mueven patrimonios y capitales de destacada importancia. Por consiguiente ha sido preciso crear en los más variados países, centros de enseñanza de estas profesiones que tienen un carácter más técnico y riguroso como cualesquiera otras, y que incluso van siendo ya más antiguas que otros trabajos y otras instituciones, como los propios de la informática y la televisión, que han surgido luego. En España empezaron a darse enseñanzas de turismo en 1954, bajo el abrigo de la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid y, tras nacer otras escuelas de carácter privado, se creó en 1963 la Escuela Oficial de Turismo, cuyas sucesivas modificaciones y perfeccionamientos han ido encaminándose hacia la integración de tales estudios en la Universidad. No obstante, continúan siendo mayoritarios los centros privados, adscritos o en Convenio con las Universidades. He de mirar con admiración que en esta Universidad, UPC de Lima, se vaya a iniciar en breve la primera edición del grado de Master en Turismo, a poco de haberse iniciado los estudios superiores de Turismo en su grado Licenciatura. Sin duda, el futuro establecerá los mejores rumbos para alcanzar el éxito de dichos estudios y sería ahora prematuro y vanidoso por mi parte el empeño de suponer cuáles serán sus mejores caminos y métodos a seguir. Conviene hacer un apartado referente a la comercialización turística. La praxis actual nos aconseja distinguir en las empresas de distribución de productos y servicios turísticos dos ámbitos distintos en las agencias de viaje, las minoristas y las mayoristas o tour operadores. Igual que en tantas ramas de la economía, se está observando como una especie de darwinismo selectivo que las grandes agencias poderosas y especializadas se comen a las pequeñas, de las que acaso existe una abundancia antieconómica. Parece claro que el futuro aconseja trabajar a base de entidades vigorosas, cosa que puede lograrse por ahora mediante la agrupación de las menores. El grado máximo que se ha alcanzado en esta línea de perfeccionamiento radica en los llamados “Sistemas Globales de Distribución –GDS- (Amadeus, Sabre, Galileo…), como se denomina a las empresas turísticas que prestan sus servicios, especialmente en reservas, tanto a las compañías de transporte como a las agencias de viajes y a los hoteles. Dichas empresas suplen en gran proporción las deficiencias de coordinación que sigue padeciendo el mundo turístico y suministran las informaciones y conexiones necesarias entre los proveedores de servicios y las entidades que los distribuyen y comercializan, facilitando el acceso de los consumidores a las ofertas. La mayor parte de la gestión del fenómeno turístico corresponde desde hace tiempo a las agencias de viajes, las cuales cumplen con sus tres funciones básicas de asesoras, mediadoras y productoras. La función asesora consiste en informar y asesorar al cliente sobre las características y alternativas de viajes que puedan interesarle con el objetivo de facilitarle la elección más adecuada. La función mediadora consiste en gestionar, intermediar, distribuir y vender el producto turístico, función que se lleva a cabo, principalmente, por las agencias minoristas. La función productora consiste en el diseño, organización y comercialización de viajes y productos turísticos. Las agencias están situadas en una competitividad intensa y permanente que, sin duda, supera la de los organismos económicos similares que puede haber en otros ramos. La legislación en España crece rápidamente para estar a la altura de las nuevas modalidades de turismo, algunas de las cuales regulan formas concretas de viaje, como la Ley de Viajes Combinados de 1995. Destaquemos, asimismo, la actividad del tour operador (TTOO) al que se ha llamado “piedra angular sobre la cual ha girado el nacimiento del turismo al alcance de todas las economías tal cual hoy la conocemos”. El tour operador no está al pie del hecho turístico como la agencia, sino que fabrica y distribuye el producto poniéndole su propia marca y usando los servicios de agencias y organismos ajenos. Añadiremos que una de las principales diferencias entre el tour operador y la agencia de viajes se encuentra en el destinatario del producto elaborado, mientras que para el TTOO sus clientes sin las propias agencias de viajes, para éstas el principal cliente son los consumidores finales de productos turísticos. La globalización del mundo contemporáneo y la amplitud con que los medios de comunicación nos transmiten toda clase de mensajes introducen ciertos elementos de discordia y confusión en el mercado turístico que será conveniente corregir y remediar en la medida de lo posible. Reflexionemos sobre los peligros de que todo el mundo visite a todo el mundo, situación extrema que no sólo obligaría a crear unas estructuras desmesuradas sino que desnaturalizaría los atractivos de los lugares ofertados. Por ello conviene planificar en lo posible la oferta turística, comenzando a tener presente un factor tan vigoroso como la estacionalidad. No sólo varían según la época del año, las circunstancias de los lugares que se presentan sino que cambia también en cantidad y calidad el público comprador. Recordemos de paso el repetido deseo de múltiples sectores por escalonar y extender los períodos de vacaciones dentro del año, propósito que no ha logrado abrirse camino. Se han logrado algunos progresos, como que los jubilados de los países fríos se desplacen a los más cálidos en cualquier época del año. Según la opinión del escritor francés Michel Houellebecq, quien recientemente participó en Barcelona en un simposio organizado por Intelligent COSAT, el futuro crecimiento turístico de España radica en los jubilados del centro y norte de Europa que incluso compran casas para pasar sus últimos años. También han prosperado programas como el español de IMSERSO, que ofrece viajes baratos a jubilados en todas las épocas del año. También nos ayuda a liberarnos de la estacionalidad y de los tópicos demasiado sencillos (como las divertidas noches en París o el sol de las playas mediterráneas o caribeñas), el fomentar el turismo de congresos y convenciones, el promovido por asociaciones de toda índole que deciden hacer viajes colectivos, el turismo de salud, el de deportes y el gastronómico. El turismo cultural ha de ser gestionado y comercializado con delicadeza y prudencia, puesto que el sector de público que se interese exclusivamente por él apuesta por la calidad del producto, demanda unas estructuras y servicios especiales, no está tan sujeto a la estacionalidad, visita monumentos, museos , celebraciones tradicionales; gasta más dinero que el turista tradicional, tiende más a alojarse en la comunidad que visita que en resorts turísticos especializados, posee nivel cultural medio alto y tiende a moverse a solas y por su cuenta, lo cual dificulta programar con detalle la gestión. En cuanto al turismo rural, ha surgido como un fenómeno que obedecía a la necesidad de reciclarse de muchas fincas campesinas que habían dejado de ser rentables en el orden agrícola. Con poco esfuerzo, estas casas rurales satisfacen el amplio deseo de muchos turistas de reposar, conocer la realidad social de país y no entrar en gastos desmesurados. El acudir a monumentos singulares sigue siendo un poderoso móvil del turismo y en España la Alambra de Granada, el Museo Picasso, la basílica del Pilar y otros similares atraen cada año más de un millón de visitantes y el Museo del Prado más de dos. Parecido éxito tienen los grandes festivales de teatro, cine y música, y las exposiciones especiales de arte. El factor religioso promueve ciertamente viajes grandiosos, peor no depende de nuestros ofrecimientos y no se puede hacer mucho más que completar sus atractivos y poner a su servicio las estructuras adecuadas. Hay que destacar, asimismo, la importancia de las exposiciones universales y de las numerosas ferias de muestras y de especialidades económicas que tienen lugar en cualquier época del año. Destaquemos también la importancia de la designación como Patrimonio de la Humnidad de centros relevantes, como el de Macchu Picchu, el Monasterio de El Escorial, la ciudad del Cusco, el Parque Güell y la Pedrera o Casa Milá, el Parque Nacional de Huascarán o la ciudad medieval de Toledo. Son acertados también los parques culturales que fomentan a la vez toda una comarca y nos interesan igualmente los conjuntos recreativos tipo Disneyland. No es menos oportuno enlazar el fomento de varios puntos, creando una ruta turística de lo cual fue precedente antiquísimo y muy actual el Camino de Santiago (en España). Los grandes eventos deportivos pueden también impulsar el turismo. Como ejemplo citaremos los excelentes resultados de las llegadas internacionales a Alemania, que aumentaron casi un 10% gracias, en gran parte, al efecto de la Copa Mundial de Fútbol celebrada en 2006. La experiencia alemana pone de relieve el nexo positivo entre el deporte y el turismo. Recientemente se han añadido diversos temas a los tradicionales que motivan el viaje cultural. A la curiosidad por la arqueología se ha sumado la que inspiran los restos paleontológico y la visita a fábricas y minas antiguas. También inspira cada vez más interés el modo de vida de poblaciones primitivas, reuniendo lo etnográfico con lo ecológico, y en este punto no hace falta detenerse en el valor turístico de las fiestas típicas de innumerables localidades de nuestro mundo en las que se reúnen aspectos tradicionales valiosos con manifestaciones puramente recreativas que a nadie dejan indiferente. Sin embargo, hay que resignarse a que la mayoría de los turistas se pongan en movimiento en verano, por mucho que haya adelantado el contingente de clientes que viaja cuando le parece. Concluyendo, diremos que el turismo mundial se adentra en una nueva etapa histórica de crecimiento. En 2005, traspasó la barrera de los 800 millones de llegadas internacionales. El año pasado (2006), llegó a los 842. Se calcula que para el 2007, y en función de cómo ha evolucionado el turismo en los meses transcurridos de este año, el aumento de las llegadas de turistas internacionales se situará en torno al 4% (875 millones), muy cerca del índice de crecimiento anual del 4,1% previsto a largo plazo hsta 2020. Se estima que el crecimiento será más sólido porque las empresas, los consumidores, los gobiernos y las instituciones internacionales como la OMT pueden ya anticipar los golpes y responder con más eficacia a las crisis. Algunos países de América Latina, entre ellos Perú, están en camino de consolidar los positivos resultados de los últimos años, registrando crecimientos de dos dígitos. El turismo crea numerosos empleos directos e indirectos, constituye un terreno fértil para la iniciativa privada, sirve de puntal para el desarrollo de la economía de mercado en la que pueden expandirse y florecer las pequeñas y medianas empresas y, en las zonas rurales pobres, constituye a menudo la única alternativa a una agricultura de subsistencia en declive. En suma, el turismo puede contribuir a la reducción de la pobreza. Sin embargo, no queremos omitir que persisten ciertas incertidumbres en el frente de la economía mundial, que podrían afectar las previsiones para el turismo. La subida de los tipos de interés, en algunos países y regiones, podría reducir los ingresos disponibles. Un dólar más débil podría afectar la demanda de viajes al extranjero de los estadounidenses. Por otra parte, un euro más fuerte podría estimular los viajes internacionales de los europeos. No obstante lo anterior, y dados los buenos resultados turísticos de los tres últimos años y la perspectiva económica general aún favorable, parece probable que la tendencia positiva se consolide en el sector durante los próximos años, ya que el turismo cada vez se percibe más como una necesidad y no como un bien de lujo. Finalmente, diremos que si se sabe revitalizar la formación el sector turístico, considerada no como un gasto sino como una inversión, qué duda cabe de que en el futuro nos proporcionará un inestimable rendimiento en beneficio de las personas que podrán disfrutar más de su trabajo, tener más ocio y aumentar así su bienestar. Destaquemos, como resumen, la capacidad de síntesis de valores y trabajos que posee el turismo, de suerte que impulsándolo, promocionamos a la vez numerosos y variados sectores económicos y sociales, dinamizando y ennobleciendo al país entero, propósito tan oportuno e idóneo para esta Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Muchas gracias por su amable atención.