CREACION DEL MINISTERIO DE TURISMO

CREACION DEL MINISTERIO DE TURISMO
La cartera estará a cargo de Carlos Enrique Meyer, hasta ahora Secretario de
ese organismo.
Con dos Decretos (919 y 921) la Sra. Presidenta, Cristina Fernández, acaba
de modificar la ley de Ministerios, con la creación del Ministerio de Turismo,
que se desprende de su anterior dependencia, el Ministerio de Industria, que
seguirá a cargo de la Sra. Débora Georgi. Con ello se eleva a 15 el total de
ministerios que conforman, a partir de ahora, el Gabinete del Ejecutivo Nacional.
El Turismo recobra, de esta forma, un rango que efímeramente había poseído, en
las postrimerías del gobierno del Dr. De La Rua, en el 2001. Por el Decreto 921 se
designa a cargo del nuevo Ministerio, a quien fuera, durante los últimos casi siete
años, Secretario de Turismo Don Carlos Enrique Meyer.
El Decreto 919, de necesidad y urgencia, provee los fundamentos que
condujeron a la creación del nuevo Ministerio que, se reconoce, era un reclamo del
sector, sobre todo a partir del momento que el organismo fue separado del área de
la Presidencia de la Nación.
Los fundamentos, de todos modos, tienen una base real que va más allá de la
aspiración, lógica hasta cuanto se quiera, del sector turístico nacional. La
importancia de la actividad turística como generadora de ingreso de divisas,
creadora de fuentes genuinas de trabajo y redistribuidora interna de la riqueza, es
inocultable. Pero, como se ve, concentra, además, sus mayores beneficios en las
áreas que se consideran prioritarias: las divisas, las fuentes laborales y la
desigualdad entre desarrollos regionales. Su importancia resulta de la magnitud en
números de su aporte a la economía nacional, pero también de la amplitud
geográfica de su distribución y de la “tracción” que, a causa de su transversalidad,
ejerce en otros sectores de la economía.
Pero no se limitan al sólo aspecto económico los aportes turísticos,
reconocidos como fundamentos, por el Decreto. El primer párrafo del Decreto
pone al turismo entre las “áreas que tienen especial importancia para la calidad
de vida de los ciudadanos”. Nadie reduce la calidad de vida de los ciudadanos a la
sola satisfacción de las necesidades económica, a pesar de su innegable y
superlativa importancia. El turismo es capaz de satisfacer necesidades
psicológicas, de bienestar físico, culturales y hasta espirituales. Todas hacen a lo
superador y posible de la calidad de vida.
En su anuncio de la creación del nuevo Ministerio, la Presidenta destacó que
“En nuestro país, desde 2003, el turismo tuvo un crecimiento
exponencial…llegando a duplicar, en este lapso, el número de turistas que nos
visitan y la cantidad de dólares por ingresos turísticos, requiriendo mucha mano
de obra y bien calificada y que la sola inversión en alojamiento turístico se
incrementó en un mil por ciento.
La competencia en el mercado turístico internacional es muy dura en general,
pero hay un rubro en el que es particularmente enconada y es el de los
Congresos, Convenciones y eventos en general. Es un campo en el que se puede
apreciar, rápidamente, tanto la eficacia de la promoción como la mejora en la
calidad de la propia oferta, dado que es un sector de alta exigencia y elevado
consumo. A él se refirió, también, la Sra. Presidenta, señalando el salto dado por
nuestro desarrollo turístico y verificable en ese campo.
De acuerdo a la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones, la
Argentina, en el 2008, figuraba en el 40° lugar en el orden de los países
organizadores de Congresos. Un Plan de Marketing de Turismo de Reuniones
iniciado en dicho año, dio como resultado que la Argentina, en el 2010, se
posicione en 19° lugar, ocupando el segundo en Latinoamérica como país sede de
eventos, después de Brasil y antes que México.
Para el sector turístico la obtención de esta jerarquía en la organización del
Estado es un logro, pero no la meta. La meta está más allá de la Jerarquía, del
presupuesto e incluso de los gobiernos. Para ello es beneficioso que el turismo se
haya despegado de industria. El turismo no es una industria. Al menos no en el
sentido de la raíz semántica de la palabra. En buena medida tampoco en cuanto a
las connotaciones más recientes. El turismo es un sector de los servicios. Su
función es prestar servicios a las personas. Definirnos como prestadores de
servicios es ponernos en sintonía inmediata con la calidad de vida de los
ciudadanos.
El ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, se mostró a favor del
desdoblamiento de la cartera. "Es positivo y trascendente volver a tener un
ministerio de turismo en el orden nacional. El turismo es una de las actividades a
la cual la Argentina puede apostar con toda confianza", sostuvo el funcionario,
hoy municipal.
Además, Oscar Ghezzi el presidente de la Federación Empresaria Hotelera
Gastronómica (Fehgra),, celebró la medida. "Es una vieja asignatura pendiente y
un reconocimiento y triunfo para todos los que integramos el sector de la de la
hospitalidad ", apuntó. "Estamos muy orgullosos y satisfechos de la decisión de la
Presidenta.. Esta niciativa es la piedra fundamental para la implementación de
políticas públicas más agresivas a favor del desarrollo de nuestra actividad",
indicó.
Sabemos que hoy Argentina esta en el 7% del PBI, turistico, de allí, la
necesidad de realizar los esfuerzos estratégicos que nos permitan arribar en el
menor de los plazos, al ideal del 11% del PBI, con el Turismo (caso España y
otros) A partir de ese ideal, No necesitaremos primeras líneas en el Gabinete, ya
que la evolución, inclusión y comprensión popular del sector, nos tendrá en la
línea con autonomía deseada, mientras tanto deberá ser apoyada, con inteligentes
movilizaciones Institucionales, como la adoptada, por la Presidente Argentina.
Hemos recibido un llamado a trabajar “sin prisa … y sin pausa” , con la humildad
del sabio, para poder crecer nosotros mismos, para comprender mejor la realidad
de la sociedad de la que formamos parte, como profesionales. La sociedad nos
pide, las adecuadas aptitudes de grandeza colectiva para poder pisar el umbral de
nuestro futuro turístico en el menor de los tiempos.
Antonio Torrejón