EL ROL DEL EMPRESARIO

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EL PROTAGONISMO DEL EMPRESARIO
La palabra empresario tiene un significado estratégico peculiar cuando se trata de
definir el espíritu de una época como la nuestra.
Podría haber cierta coincidencia en definir al empresario como aquella persona que
arriesga su dinero, su tiempo y su esfuerzo para construir y poner en marcha una unidad
de producción de bienes o servicios que responda a las necesidades de la sociedad y
que, como contrapartida, le permita obtener ganancias.
Pero agregaríamos a la definición algún aspecto: la exigencia de que la acción
empresaria responda a un espíritu innovador y exhiba una palmaria voluntad de
contribuir al progreso y al desarrollo general de la comunidad.
Yendo a nuestro rubro específico, vaya si los promotores privados cuando invierten en
un emprendimiento inmobiliario contribuyen decididamente a los aspectos
mencionados.
Pero además con un riesgo superlativo porque un emprendimiento de esas
características, es un proceso de tres años a un lustro (construcción de un edificio) y en
el decurso de ese tiempo los avatares de la economía (por ejemplo) pueden ser
determinantes. Por eso siempre tiene que ser pertinente de parte del gobierno, oír a
quienes invierten en el país ante medidas que se tomen que pueden conspirar contra
aquellos. El tratado con la Argentina y el proyecto de ley de sociedades anónimas al
portador, han aparejado trastornos que se diluirán o no en el tiempo, pero que están
afectando la confianza de inversores argentinos y promotores compatriotas.
La alternativa que antes se planteaba respecto a si corresponde o no exigirles a los
sectores empresariales del ámbito privado que asuman una responsabilidad activa en el
esfuerzo por servir a los requerimientos del bien común , ya no es pertinente.
APPCU trabaja en la responsabilidad social empresaria desarrollando tareas que no
precisamente están en consonancia con lo que es el sector, pero asumiendo nuestras
obligaciones (no todos son derechos…), actuamos.
Hoy quienes conducen compañías o empresas del porte que sea, no deben pensar
solamente en sus intereses inmediatos.
Por supuesto que también es valor entendido que, cuando una empresa privada llena
suficientemente sus propios cometidos particulares, está prestando ya, un claro servicio
a la sociedad entera.
El promotor que termina una vivienda, está aportando un bien a la comunidad de interés
social, contribuye a dignificar el statu quo, aportó fuentes de trabajo durante la obra,
dinamizó la economía y posteriormente con el edificio terminado, más oficios se
relacionarán con el condominio. Positivo por donde se lo vea.
Asimismo un empresario que solo se preocupase por evaluar la cuantía de sus
ganancias, difícilmente podría subsistir al frente de sus negocios en la compleja
realidad de estos tiempos, signados por la interrelación económica, cultural, social, que
condiciona la producción o comercialización de bienes y servicios.
Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial,
manifiesta que los directivos de una empresa deben servir a todas las partes interesadas
relacionadas con dicha empresa.
Obviamente esta idea responde a que no solo se es representante de accionistas, sino
que se actúa como una suerte de agente fiduciario (se inspira confianza) de todas las
partes interesadas en el funcionamiento de una empresa.
Las empresas asociadas a APPCU son soporte de esa confianza, que se extiende a los
proveedores, a los usuarios, a todos los agentes que se vinculan con el metier.
De cara al futuro, se necesita una filosofía de la gestión empresarial basada en valores
profesionales y no (solo) en la maximización del beneficio.
Es decir, además de preparación para la tarea empresarial, hay que tener aptitud moral
para esforzarse al máximo, independientemente de remuneraciones o incentivos
adicionales.
Además de lo expuesto, compete resaltar un aspecto ético insoslayable: la necesidad de
contar con empresarios concientes del valor de su independencia frente a las presiones
políticas mezquinas. Eso sería una garantía de transparencia y seguridad institucional,
en definitiva un gran aporte para la sociedad.
Aníbal Durán Hontou
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