historia de la radio..

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HISTORIA DE LA
RADIOAFICCIÓN
¿Cómo empezó todo?
Una Colaboración Especial
(Recopilación de Internet) de
AD4C
Héctor Padrón
HISTORIA DE LA RADIOAFICIÓN
¿CÓMO EMPEZO TODO?
Difícil pregunta... complicada respuesta... como dice nuestro amigo AC6V en su
web, "los griegos fueron los primeros en descubrir la electricidad hace unos
2500 años. Ellos fueron quienes se dieron cuenta de la existencia de esa extraña
fuerza que tenía el poder de atraer objetos. Le llamaron "amber electron" ...o "el
poder de la miel".
"electricidad".
Dicha
fuerza
se
denominó
en
tiempos
modernos
PRIMEROS INTENTOS DE COMUNICACIÓN
Hacia el año 1200 A.C. durante las Iliadas, Homero hablaba de una cadena de
"balizas de fuego" que se usaban para anunciar el retorno de la flota de
Agamenon,t eniendo así tiempo para preparar el asesinato de Agamenón.
En el año 522 A.C. el ejercito de Persia empleaba un sistema "repetidor" muy
curioso: enviaban soldados a lo alto de las montañas, separados unos 300
metros unos de otros, que gritaban mensajes militares de colina a colina..
consiguiendo que la noticia llegara por esta comunicación vocal en cadena a
cientos de kilómetros de distancia 30 veces más rápido que con el otro método
usado por entonces: un mensajero corriendo llevando la noticia. Luego llegarían
otros métodos: uso de banderas, espejos y señales de humo.
En el año 490 A.C. el corredor griego Philipidas llevaba correos de Atenas a
Esparta para pedir ayuda cuando el ejército persa llegó a Marathon, a unos 42
Km de Athenas. Este "corredor de fondo" podía hacer más de 120 km en 2 días.
Cuando la batalla terminó, con la victoria del ejército del general Milciades
sobre el ejército persa, Philipidas llevó el mensaje a Atenas corriendo, y al llegar
y tras gritar la noticia de la derrota del ejército persa, a los pocos minutos murió
exhausto por el esfuerzo realizado. Por ello en su honor una competición
olímpica lleva el nombre de Maratón, consistente en recorrer una distancia de
42 Km, como la que realizó Philipidas.
Entre 1500 y 1840 se descubre la electricidad y el magnetismo. Destacan
nombres como: Gilbert, Von Guericke, Volta, Oersted, Wheatstone, Cooke,
Faraday, Ampere, Ohm, Davy. La mayoría de los citados son del siglo XIX, que es
cuando más evolucionó el conocimiento de estos fenómenos. Con sus estudios y
descubrimientos sobre electricidad y magnetismo estos científicos pusieron los
fundamentos del posterior nacimiento y desarrollo de lo que hoy conocemos
como "comunicación sin hilos".
En 1610, Galileo observaría por primera vez las manchas solares con su
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telescopio. La observación de las manchas solares es algo fundamental
actualmente para predecir la propagación de las Ondas Cortas.
Entre 1749-1755 se dan cuenta de la existencia del los ciclos solares, ciclos de
11 años de duración, en base a la observación del número de manchas solares
con el tiempo. Se registra entonces el ciclo solar numerado como número 1. Los
ciclos solares también tienen su importancia en el ámbito de la radio ya que de
ellos depende la propagación de las ondas cortas.
En 1823 el ingles Sir Francis Ronalds construye en su jardin el primer telégrafo
eléctrico, pero por entonces a nadie le interesó.
De 1831 a 1903 destacan los pioneros e investigadores Maxwell, Marconi,
Loomis, Edison, Henry, Hertz, Feddersen, Bell y tantos otros. La mayoría de los
citados ya fueron pioneros en las comunicaciones inalámbricas.
En 1835 Samuel Morse da a conocer el fundamento de un sistema telegráfico
sobre hilos. En 1837 el mejora el sistema y presenta la telegrafía eléctrica. Sería
patentado en 1840. El gobierno norteamericano construye una línea telegráfica
entre entre Baltimore y Washington, y el 24 de mayo de 1844 (fecha clave)
Morse envía el primer mensaje telegráfico entre ambas ciudades. El texto
enviado fue: "What tath God wrought" (Lo que Dios ha hecho).
El telégrafo de Morse se muestra como eficaz médio de comunicación a largas
distancias y pronto se comienza a construir una gran red telegráfica en Estados
Unidos. En 1861 se unen por telégrafo las dos costas de los EEUU. Antes de 1865
y durante la Guerra Civil de Estados Unidos, el telégrafo se convierte en algo
esencial y de uso común para comunicaciones militares. Esa época es la que se
recoge en las "peliculas de vaqueros" (o "películas del oeste" o del "far west").
Y en febrero de 1876 Graham Bell patenta el teléfono , adelantándose por unas
hora a Elisha Gray en la oficina de patentes. Comienza la era de las
comunicaciones de voz.
Para intentar regular las comunicaciones telegráficas a nivel mundial en 1865 se
creó en Europa la Unión Internacional Telegráfica , UIT (ITU en acrónimo
inglés). Formada inicialmente por 20 miembros, en 1885 añadirían las
comunicaciones telefónicas, y en 1906 añadiría las radiocomunicaciones. En
1932 se transformaría en la actual Unión Internacional de Telecomunicaciones
(UIT o ITU), la cual desde 1947 se convertiría en una agencia especial de la ONU
para proveer prácticas y procedimientos estandarizados en todas las ramas de
las telecomunicaciones.
UNA MIRADA RETROSPECTIVA: LOS ORÍGENES DE LA
RADIO.
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El hombre, para poder transmitir sus ideas, inventó el lenguaje, que inició con
simples sonidos guturales, que poco a poco fueron diferenciándose hasta formar
letras, con las cuales formó palabras y frases.
Con el telégrafo y el teléfono, el hombre ya podía comunicarse a grandes
distancias, incluso a través de los mares gracias a los cables submarinos (que ya
se instalaron en la segunda mitad del siglo XIX), pero solo entre los puntos en
los que llegaban estos cables. Pero aún quedaban incomunicados los barcos,
vehículos,
zonas
poco
pobladas,
etc.
La superación de estas dificultades empezó a ser posible con una serie de
descubrimientos:
Durante el desarrollo de la electricidad, habían aparecido varias teorías para
explicar los diversos fenómenos eléctricos producidos, creyéndose al principio
que la acción eléctrica se ejercía a distancia sobre los distintos cuerpos capaces
de experimentarla.
Pero el descubrimiento de la corriente eléctrica (por Alejandro Volta, científico
italiano que realizó la primera pila eléctrica en 1801) motivó que se suscitasen
dudas sobre aquella acción misteriosa. Faraday expresó claramente su
incredulidad acerca de tal acción a distancia, y en 1835, con ocasión de una
memoria sobre una forma perfeccionada de pila, observó que la corriente
eléctrica se propagaba por los conductores como si ésta estuviera constituida
por partículas discretas de electricidad (lo que posteriormente se conocerían por
electrones ). Faraday también observó que las corrientes eléctricas generan
campos magnéticos, lo que puso el fundamento de los electroimanes, pieza
fundamental del telégrafo eléctrico que Morse desarrolló unos años después.
Las ideas de Faraday no cayeron en el olvido y su compatriota James Clerk
Maxwell (1831-1879) las recogió treinta años después, para traducirlas al
lenguaje matemático, sacando de ellas las consecuencias más trascendentales.
Así, Maxwell presentaba en 1865 su teoría electromagnética a la Real Sociedad
de Londres, y que sería publicada finalmente en 1873 en su en su obra Tratado
de Electricidad y Magnetismo. Esta teoría, obtenida por cálculo matemático
puro, aunaba la electricidad y el magnetismo, y además predecía la posibilidad
de crear las denominadas "ondas electromagnéticas", ondas similares a las
ondas luminosas, y su propagación en el espacio. Estas ondas se propagarían
por el espacio a la velocidad de 300 millones de metros por segundo, esto es, a
la velocidad de la luz. Incluso predijo que la luz eran ondas electromagnéticas y
su teoría pronosticaba que las corrientes eléctricas oscilantes podían dar lugar a
la formación de ondas electromagnéticas, capaces de transmitir energía a
distancia mediante radiación, sin necesidad de hilos.
Maxwel era un físico y su teoría no estaba comprobada científicamente. Las
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primeras tentativas para confirmar esta teoría fueron realizadas por el profesor
Fitzgerald, de Dublín, pero no dieron resultados prácticos hasta que, el físico
alemán Heinrich Hertz (1857-1894), que desconocía las investigaciones de
Fitzgerald, emprendió la misma tarea de hacer entrar en vibración eléctrica el
hipotético éter de Maxwell.
Hertz, que era profesor de la universidad de Karlsruhe (Alemania), confirmó
experimentalmente en 1888 la teoría de Maxwel, consiguiendo producir
eléctricamente y radiar ondas electromagnéticas con su oscilador y
detectándolas a unos pocos metros de distancia con un aro resonador. Con este
experimento realizó la primera transmisión sin hilos, usando para ello lo que a
partir de entonces se denominarían en su honor ondas hertzianas.
Este experimento sirvió para confirmar las ideas de Maxwell, y dejó entrever la
posibilidad de producir y enviar ondas electromagnéticas a distancia y captarlas
mediante un aparato adecuado, lo que permitiría la posibilidad de realizar
comunicaciones a distancia sin el uso de cables conductores, es decir,
inalámbricas, por medio de las ondas electromagnéticas. Aunque Hertz no
buscaba esto, sino confirmar las teorías de Maxwel, dió pie a que toda una serie
de experimentadores e investigadores comenzaran a trabajar para llevar a la
práctica la idea de las comunicaciones inalámbricas a distancia mediante las
ondas
herzianas.
El descubrimiento de Hertz, aunque permitió comprobar la existencia de las
ondas electromagnéticas y sus propiedades análogas a las de las ondas
luminosas, confirmando así brillantemente la teoría de Maxwell, no tuvo
resultados prácticos inmediatos, porque el resonador que empleaba para revelar
la presencia de las ondas (un aro metálico casi cerrado), únicamente podía
funcionar a muy corta distancia (muy pocos metros) del aparato que las
producía, un generador de chispas eléctricas basado en el denominado "carrete
de Ruhmkhorf".
El carrete de Ruhmkhorf es el antecesor de los transformadores actuales, es una
bobina electroimán dotada de un contacto cerrado que era actuado por el propio
electroimán cuando se aplicaba corriente continua al carrete, abriéndose y
cortando la corriente aplicada a la bobina. Esto provocaba una rápida oscilación
mecánica del electroimán al abrirse y cerrarse el contacto, lo que provocaba que
la bobina recibiera una corriente continua pulsante. El carrete disponía de una
segunda bobina, con un mayor número de espiras, y las variaciones de corriente
en la bobina principal daba lugar a a la inducción en la segunda bobina de una
tensión alterna de alto valor.
En el equipo de Hertz, esta alta tensión obtenida en la bobina secundaria del
carrete era aplicada a un condensador constituido por dos esferas metálicas
muy próximas, y unidas a dos esferas mucho más pequeñas adicionales que
podían enfrentarse hasta casi tocarse mediante regulación con unos tornillos
micrométricos. Estas dos esferitas constituían un "chispero", ya que la tensión
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aplicada a este condensador, y por tanto al chispero, era lo suficientemente
elevada como para provocar una chispa de descarga eléctrica entre las esferitas
del chispero.
Estas chispas descargaban el condensador, pero según la teoría de Maxwell, una
descarga eléctrica a través del vacío o del aire debía de generar una radiación
electromagnética. Y efectivamente, la descarga es de tipo oscilante, generando
un impulso de alta frecuencia que se amortiguaba rápidamente (con una
duración inferior a la diezmilésima de segundo), y cuya frecuencia dependía de
la capacidad del circuito (que es dada por el condensador de esferas) y de la
inductancia de éste (dada por los cables de conexión del circuito). Parte de la
energía de estos impulsos de alta frecuencia efectivamente es radiada al
espacio en forma de ondas radioeléctricas.
El aro resonador de Hertz no era mas que un aro metálico abierto, con dos
esferitas metálicas en sus extremos, enfrentadas a muy corta distancia. Las
ondas captadas por el aro generaban en éste tensiones inducidas de alta
frecuencia, que daban lugar a pequeñas chispas entre los extremos del aro (si
estos estaban lo suficientemente próximos). Esto probaba que había una
transmisión de energía por el espacio.
El resonador de Hertz sólo ponía de manifiesto la presencia de ondas hertziana a
distancias muy cortas del generador de chispas, pero en 1884 Calzecchi Onesti
descubrió las variaciones de conductibilidad eléctrica que toman las limaduras
de hierro en presencia de las ondas hertzianas. El inventor David Edward
Hughes también descubrió que un contacto entre una punta metálica y un trozo
de carbón no conducía apreciablemente la corriente eléctrica, pero si hacía
circular ondas hertzianas por el punto de contacto, éste se hacía conductor. En
1889 Hughes demostró la recepción de ondas hertzianas procedentes de un
generador de chispas (como el de Hertz) alejado un centenar de metros. En
dichos experimentos hizo circular una corriente eléctrica generada por una pila
voltaica a través de una válvula rellena de limaduras de cinc y plata, observando
que las limaduras se aglomeraban más al ser bombardeadas con ondas
hertzianas. Esta aglomeración en presencia de las ondas hertzianas implicaba
una variación de la resistencia de la válvula, puesta de manifiesto por el cambio
de valor de la corriente que circula por la válvula, suministrada por la pila
voltáica.
Basado en ello, el médico francés Edouard Branly, profesor del Instituto Católico
de París, desarrolló en 1890 el primer detector eficaz de ondas radioeléctricas,
al que denominó "cohesor", que permitía comprobar la presencia de ondas
hertzianas radiadas, es decir, de detectarlas, y además a mucha mayor distancia
que el aro de Hertz, y que sería utilizado por todos los investigadores que
entonces
experimentaban
sobre
la
comunicación
sin
hilos.
El cohesor de Branly consta de un tubo de cristal dentro del cual se encuentran
limaduras de hierro o níquel, algo apretadas, entre dos polos metálicos que se
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conectan a una pila eléctrica. La resistencia de las limaduras es demasiado
elevada en condiciones normales para que pase la corriente de la pila, debido a
la imperfección de los contactos entre las limaduras, pero en presencia de ondas
hertzianas aumenta el grado de cohexión entre las limaduras, mejorando los
contactos entre limaduras, y por tanto disminuyendo notablemente la
resistencia del cohesor.
Al aumentar la conductibilidad de éste, aumenta notablemente la corriente que
circulaba por el cohesor, y ello se podía poner de manifiesto haciendo sonar un
timbre eléctrico o actuando un electroimán conectados en serie con el cohesor y
la pila eléctrica. Pero el cohesor tiene un problema: una vez hecho conductor
por la presencia de ondas hertzianas, mantenía su estado conductor aunque
cesasen las ondas hertzianas, y sólo se podía devolver a su estado de alta
resistencia golpeándolo suavemente, ya que esto hace que se vuelvan a quedar
más sueltas las limaduras metálicas.
Con el cohesor de Branly podían hacerse patentes las ondas hertzianas a
distancias mucho más considerables que con el resonador de Hertz, y en sus
primeras experiencias, Branly consiguió captar las ondas hertzianas generadas
por un equipo excitador de chispas similar al empleado por Hertz a una distancia
de 137 metros.
Pero aún así, no podían obtenerse todavía aplicaciones prácticas de este
dispositivo. El sabio ruso Alexander Popov (1859-1906), que estaba estudiando
sistemas para detectar las tormentas a distancia en base a detectar las
perturbaciones eléctricas que originan éstas, creyó encontrar en el tubo de
Branly un aparato sensible para revelar la presencia de las tormentas, pues las
descargas eléctricas de las nubes tempestuosas provocan la formación de ondas
electromagnéticas,
capaces
de
ser
reveladas
por
el
cohesor.
En sus experiencias, Popov descubrió que la sensibilidad del cohesor que
empleó para detectar las perturbaciones electromagnéticas que provocan las
tormentas aumentaba considerablemente si al cohesor se le conectaba una
larga varilla vertical.
Después de perfeccionar este aparato, Popov añadió al sistema receptor un hilo
metálico extendido en sentido vertical, para que, al elevarse en la atmósfera,
pudiese captar mejor las oscilaciones eléctricas. Este hilo estaba unido por uno
de sus extremos a uno de los polos del cohesor, mientras que el otro extremo
comunicaba con tierra, y así cualquier diferencia de potencial que se
estableciese entre dichos polos, provocada por el paso de una onda
electromagnética procedente de las nubes tormentosas, hacía sonar el timbre
del aparato, cuyo repiqueteo más o menos frecuente daba idea de la marcha de
la
tormenta.
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De este modo nació en 1895 la primera antena, llamada así porque, para
sostener el hilo metálico ideado por Popov, debía emplearse un soporte de
aspecto parecido a los mástiles o antenas de los buques. Popov también se dio
cuenta que esta antena era capaz de captar las perturbaciones
electromagnéticas artificiales.
El oscilador de Hertz, el detector de Branly y la antena de Popov eran, pues, los
tres
elementos
indispensables
para
establecer
un
sistema
de
radiocomunicación, pero era necesario también constituir un conjunto que
pudiese funcionar con seguridad para tener aplicaciones comerciales.
Nadie había podido conseguirlo hasta entonces. El sabio inglés Oliver Joseph
Lodge, en agosto de 1894, en el Real Instituto de Londres y ante un auditorio de
científicos, utilizando un excitador de chispas de Hertz y un detector de
mercurio (que era un desarrollo del cohesor de Branly), consiguió transmitir una
comunicación de telegrafía morse a una distancia de unos 800 metros. Un
teleinscriptor de cinta de papel usado en los equipos receptores telegráficos,
conectado en el circuito del detector, registraba gráficamente las señales
recibidas. Esta transmisión está considerada por algunos historiadores como la
primera transmisión radiotelegráfica de la historia.
Pero los aspectos prácticos de este nuevo sistema de comunicación a distancia
sin hilos fueron realizados por un joven electrotécnico de Bolonia (Italia),
Guglielmo Marconi (1874-1937), el cual a partir de 1894-95 se interesó por el
uso de las ondas electromagnéticas para el envío de mensajes telegráficos sin el
uso de alambres conductores, y comenzó a experimentar con ello. Fue
desarrollando y perfeccionando el cohesor de Branly para la detección de ondas
radioeléctricas, perfeccionó el generador de chispas de Hertz, fue haciendo
pruebas de alcance, consiguiendo transmitir mensajes radiotelegráficos primero
a unos pocos metros, e ir ampliando progresivamente la distancia a decenas, y
después a centenas de metros. Consiguió desarrollar así un sistema comercial
de transmisión telegráfico mediante ondas radioeléctricas. Por ello es
considerado
como
el
inventor
de
las
radiocomunicaciones.
El transmisor empleado por Marconi era un generador de chispas basado en el
que empleó Hertz, por lo que este tipo de primitivo transmisor de radio se
conoce como transmisor de chispa, y se operaba mediante la acción de un
manipulador telegráfico, el cual cortaba o daba paso a la corriente que circula
por la bobina principal de un carrete de Ruhmkhorf, carrete a cuya bobina
secundaria se conectaban dos esferas enfrentadas que constituían el
condensador oscilador, y a las cuales estaban conectadas las esferitas del
chispero.
En el equipo receptor usaba un cohesor de Branly para detectar las ondas
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radioeléctricas transmitidas, por el cual circulaba una corriente continua. Esta
corriente permitía accionar el electroimán de un instrumento telegráfico, cosa
que ocurría cuando la resistencia del cohesor disminuía porque recibía un
impulso radioeléctrico procedente de la antena. Pero el cohesor de Branly
presentaba el problema de que quedaba después en estado de baja resistencia y
mantenía accionado el electroimán una vez cesaba el impulso radioeléctrico
recibido, y sólo recuperaba el estado de alta resistencia, liberando el
electroimán, cuando se le daba un golpe, para así deshacer la cohexión entre
limaduras del cohesor. Por ello el propio instrumento telegráfico incorporaba un
pequeño martillo que golpeaba el cohesor cuando actuaba, con el fin de que
volviera a recuperar su estado de alta resistencia una vez había cesado la
recepción del impulso telegráfico radioeléctrico (muy breve, por otro lado), y
liberando así el electroimán del instrumento telegráfico.
Marconi intuyó desde muy pronto que se podía mejorar los equipos conectando
en el transmisor un hilo largo a una de las esferas del condensador, y otro hilo
conectado a tierra en la otra esfera. También conectó hilos similares en el
equipo receptor. Con ello comprobó que aumentaba notablemente el alcance de
las transmisiones, surgiendo así el concepto de la antena (que era un
descubrimiento reciente de Popov) y de la toma de tierra. Pero estos dos
elementos introducían unos valores de capacidad e inductancia notables en los
circuitos, por lo que permitieron suprimir las esferas del condensador del
transmisor (no las del chispero en el que saltaban las chispas que generaban las
ondas electromagnéticas), y entonces la frecuencia de transmisión de los
transmisores de chispa quedó principalmente determinada por las
características eléctricas (capacidad e inductancia) de la antena: La sintonía del
transmisor y del receptor dependía de las antenas usadas. Esto comenzó a
mostrar lo que se denomina resonancia eléctrica, y que Marconi también
estudió.
Marconi, con sólo 20 años de edad, había construido un sistema práctico de
transmisión a distancia sin hilos. En 1896 Marconi consiguió transmitir señales
telegráficas a una distancia de 1,6 km, y el 2 de junio registró su primera
patente en Inglaterra, apoyado por la Oficina de correos, telégrafos y teléfonos
Británica (en su Italia natal el gobierno no mostró ningún interés por sus
experiencias), sobre lo que se denominó "Telegrafía sin hilos", TSH (TSF en
acrónimo francés; Radiotelegrafía en términos más modernos). Contaba con
sólo 22 años, y sus experimentos los realizó en Pontecchio, cerca de Bolonia
(Italia), en su casa paterna.
La patente le fue concedida en 1897. Comenzaban los inicios de la radio, con la
tecnología de los transmisores de chispa (conocidos como "sparks" en
terminología inglesa). Una vez obtenida la patente, Marconi comenzó la
comercialización de su invento creando la compañía Marconi Wireless &
Telegraph. En un principio sus clientes serán los estados, la marina de guerra y
la protección costera. Pero, poco a poco, con los años, se irá extendiendo su uso
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social ofreciendo comunicación instantánea a la prensa. Pero también surgirán
otras compañías de telegrafía sin hilos, que romperán el monopolio que quería
mantener Marconi, y que darán a telegrafía sin hilos otras utilidades como
emitir partes metereológicos o señales horarias (pero esto ocurriría más
adelante).
Las longitudes de onda utilizadas por entonces con estos equipos estaban
situadas por encima de los 200 metros (1,5 MHz), lo que obligaba a utilizar
antenas de grandes dimensiones. Un sistema que se emplearía para izar largos
hilos conductores como antenas sería el uso de cometas.
En 1897, el sabio inglés O.J. Lodge inventó el sistema de sintonía, que permite
utilizar un mismo receptor para recibir separadamente diferentes emisiones en
diferentes longitudes de onda. Con ello aparecerían los circuitos sintonizados,
fundamentales para la selección de ondas (sintonización) en los equipos de
radio.
Marconi siguió experimentando y perfeccionando su invento. En 1897,
empleando un transmisor formado por una bobina de inducción grande y
elevando las antenas transmisora y receptora con ayuda de cometas, aumentó
el alcance del equipo a 9 millas (14,5 Km.). También demostró que la
transmisión podía realizarse sobre el mar, estableciendo la comunicación entre
dos barcos de la marina de guerra italiana (un remolcador y el acorazado el
acorazado San Martín) a distancias de 16 Km en alta mar. la figura anterior nos
da una idea de su receptor.
Marconi estableció en enero de 1898 el primer enlace radiotelegráfico de la
historia, entre la Isla de Wight (cerca de Dover) y Bournemouht (en el canal de
la Mancha), cubriendo 32 Km de distancia.
En Francia la primera comunicación por radio tuvo lugar en 1898 en París, entre
la torre Eiffel y el Panteón (unos 4 Km de distancia). Poco después, Marconi
logró establecer ese año una comunicación comercial entre Inglaterra y Francia
a través del Canal de la Mancha, capaz de funcionar con independencia del
estado del tiempo.
En 1899 tuvo lugar un hecho que demostró el valor de las comunicaciones por
radio para dar mas seguridad a los viajes en el mar, cuando la tripulación del
barco "R. F. Mathews" pudo salvarse después del choque del barco con un faro,
gracias a la llamada de auxilio por radiotelegrafía, ya que el barco estaba
equipado con un equipo radiotelegráfico.
El 23 de enero de 1901 Marconi consiguió enviar señales a unos 299 km de
distancia, entre Niton (en la isla de Wight, en el Canal de la Mancha) y Bass
Point (en Cornualles, en el sudoeste de Inglaterra). Esta última comunicación
supuso enviar por primera vez señales radioeléctricas más allá del horizonte, lo
que parecía ir contra el principio de que las ondas radioeléctricas sólo podían
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viajar en línea recta (tal como predicen las teorías de Maxwell). Marconi intentó
mantener esta experiencia en secreto durante algún tiempo, quizás para
preparar su otra gran experiencia, la que tendría lugar a finales de ese año.
Pero en realidad se puede decir que la Era de la Telegrafía sin Hilos comenzó
precisamente con esa gran experiencia. En diciembre de ese mismo año Marconi
consiguió transmitir señales de un lado a otro del océano Atlántico,
concretamente entre una estación transmisora de chispa instalada en Poldhu
(Cornualles, Inglaterra) y un receptor instalado experimentalmente en
Terranova. Las primeras señales procedentes de Poldhu se escucharon en
Terranova el crudo día del 12 de diciembre de 1901 a las 12:30 p.m.
La antena era un largo hilo metálico elevado hasta unos 120 m de altura con
una cometa, y los equipos receptores estaban ubicados en unos barracones
abandonados en San Juan de Terranova. Marconi, ayudado por los Srs. Paget y
Kemp, consiguió captar una serie de tres puntos convenidos, la letra S del
código Morse, que procedentes de Poldhu, acababan de recorrer los 3.600
kilómetros que separaban Poldhu de San Juan de Terranova. Esta señal fue la
culminación de muchos años de experimentación, fue la primera transmisión
transoceánica de la historia, y confirmó que las transmisiones de ondas de radio
podían salvar la curvatura de la Tierra, aparentemente en contra de lo que
predecían las leyes de Maxwell, ya que éstas establecían que las ondas
electromagnéticas
se
propagan
en
línea
recta.
La estación de Poldhu fue la primera estación de TSH estable de la historia de la
radio. Marconi también estableció en 1902 una estación de radio en Glace Bay
(Nueva Escocia, Canadá), consiguiendo enviar el primer mensaje de radio entre
Glace Bay y Poldhu. La estación de Glace Bay (ubicada en el lugar conocido
como Table Head) constaba de 4 torres de madera de 60 metros de altura
dispuestas en cuadro, para soportar las antenas. El 15-12-1902 se envió esté
primer mensaje trasatlántico por radio, dirigido a un periódico de Cap Breton.
Después del suceso transatlántico de Marconi en el año 1901, en los Estados
Unidos se registró un desarrollo vertiginoso en la autoconstrucción y
experimentación de aparatos TSH.<BR.
Poco después de esa primera transmisión de mensajes, Marconi se trasladó a
Estados Unidos, y el 18-01-1903 transmitió por primera vez desde Cape Cod
(Massachusetts), donde se había instalado otra importante estación de TSH,
hasta Poldhu, enviando un mensaje de saludo de 54 palabras del presidente
Theodore Rooselvet al rey Eduardo VII de Inglaterra, mensaje que fue
contestado
por
éste
último
al
cabo
de
unas
horas.
En 1903 Marconi embarcó en el paquebote Lucania, a bordo del cual y mediante
las transmisiones de las dos estaciones terrestres situadas en Poldhu
(Inglaterra) y en Glace Bay (Canadá), logró publicar diariamente un boletín de
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noticias para los viajeros. En 1905 Marconi construyó otra estación de radio más
potente en el lugar conocido como "Marconi Towers", situada más al interior
que la estación costera canadiense de Glace Bay.
A partir de estas fechas (1903) ya comenzaron a enviarse de forma regular
mensajes transatlánticos y en 1905 muchos barcos llevaban equipos de radio
para comunicarse con emisoras de costa, lo que permitía, por ejemplo, hacer
llamadas de socorro en caso de emergencia. El nuevo sistema también llamó la
atención de los militares, al permitir establecer comunicaciones telegráficas sin
necesidad de tener que tender líneas telegráficas a través de campos de batalla.
Como reconocimiento a sus trabajos en el campo de la telegrafía sin hilos, en
1909 Marconi compartió el Premio Nobel de Física con el físico alemán Karl
Ferdinand Braun, quien contribuyó también al desarrollo de la radio y también
de la televisión (al inventar bastantes años después el "tubo de Braun", base de
los modernos tubos de rayos catódicos de los receptores actuales de televisión).
Braun fue posteriormente el fundador de la conocida firma alemana Telefunken.
En base a las experiencias trasatlánticas de Marconi, en 1902, el ingeniero
estadounidense Arthur Edwin Kennelly y el físico británico Oliver Heaviside (de
forma independiente y casi simultánea) proclamaron la probable existencia de
una capa de gas ionizado en la parte alta de la atmósfera que afectaría a la
propagación de las ondas de radio. Esta capa, bautizada en principio como capa
E por Heaviside (y que posteriormente también se conocería como capa de
Heaviside o de Kennelly-Heaviside), es una de las capas de lo que hoy en día se
conoce como Ionosfera. La existencia de estas capas justificaría las
transmisiones transoceánicas, sin contradecir las leyes de Maxwell (la
propagación en línea recta de las ondas). Esta suposición sería confirmada unos
20 años después por el investigador británico Sir Edward Víctor Appleton en
base a sus investigaciones sobre propagación de las ondas electromagnéticas en
el espacio (y por lo que recibió el premio Nóbel de Física en 1947).
SEGUNDA PARTE
A lo largo de todos estos primeros años de la TSH se introdujeron diferentes
mejoras técnicas. Una de ellas, muy importante, es la introducción de los
circuitos sintonizados en los transmisores y receptores, basados en el uso de
bobinas y condensadores. Los circuitos sintonizados permiten filtrar la
frecuencia de transmisión en los transmisores a chispa, ya que éstos generan
transmisiones en muchas frecuencias armónicas, y en los equipos receptores
permitía seleccionar la onda transmitida y recibida, ya que hasta entonces los
receptores eran "aperiódicos" (no sintonizados) y prácticamente captaban
cualquier señal radiotelegráfica, fuera cual fuera su frecuencia. Ello permitía en
una estación receptora seleccionar las señales transmitidas por las diferentes
estaciones de TSH en función de su frecuencia de transmisión, naciendo así el
concepto de selección o sintonía de ondas en los equipos receptores.
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Marconi presentó una patente sobre los circuitos sintonizados en abril de 1900,
pero ello le llevó a una larga batalla legal, ya que la idea de los circuitos
sintonizados para la selección de ondas ya la habían propuesto Crookes y Tesla
en 1892, y Tesla patentó en 1897 el uso del circuito "doble sintonizado"
(circuitos dobles sintonizados acoplados inductivamente), por lo que realmente
no fue una invención de Marconi. La batalla legal por las patentes de los
circuitos sintonizados fue muy larga, y no se resolvería hasta 1943, cuando la
Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de Tesla (para entonces Marconi
ya había fallecido y Tesla fallecería ese mismo año).
Las antenas se fueron también perfeccionando, descubriéndose y
aprovechándose sus propiedades direccionales. Se desarrollaron y utilizaron
transformadores de alta frecuencia para adaptar el acoplamiento entre equipos
y antenas, permitiendo aumentar el voltaje enviado a la antena en los
transmisores. Se desarrollaron otros detectores alternativos al cohesor de
Branly y más sensibles que éste, lo que permitió escuchar a mucha más
distancia las transmisiones de TSH al hacer las estaciones receptoras mucho
más sensibles. Marconi ya desarrolló y usó antes de 1900 un "detector
magnético" de ondas radioeléctricas, que se basaba en la propiedad de éstas de
desmagnetizar los hilos de acero, y cuyas señales detectadas ya se podían
escuchar sobre un auricular telefónico, haciendo innecesario el aparato receptor
telegráfico. También se desarrolló un bolómetro, que medía el aumento de
temperatura de un cable fino cuando lo atravesaban ondas de radio, lo que
permitía realizar medidas de corrientes de radiofrecuencia y por tanto de la
potencia de transmisión (era una especie de amperímetro térmico de alta
frecuencia).
Los propios transmisores de chispa de TSH evolucionaron rápidamente, del
primitivo modelo empleado por Marconi al denominado Transmisor de chispas
síncrono. El modelo inicial de Marconi derivaba del empleado por Hertz para sus
experimentos, donde empleaba un carrete de Ruhmkhorf para generar impulsos
de alta tensión alterna a partir de la tensión continua suministrada por una
batería y controlada por el manipulador telegráfico, tensión alterna que era
aplicada al chispero donde se producían las descargas oscilantes al saltar las
chispas entre las dos bolitas del chispero.
Cuando la tensión entre las dos bolitas del chispero alcanza un valor
determinado, se produce la descarga en forma de chispa entre ambas bolitas, y
cada descarga origina un impulso de radiofrecuencia de muy corta duración,
inferior a la diezmilésima de segundo. Como el carrete de Ruhmkhorf
proporciona una tensión alterna elevada, se produce una rápida sucesión de
chispas en el chispero, originando una transmisión de numerosos impulsos
amortiguados mientras el carrete está vibrando. Pero esta vibración es
mecánica e irregular, las secuencias de chispas generadas es bastante irregular,
y las señales de radio generadas y transmitidas, si son escuchadas con un
13
detector magnético u otro tipo de detector sobre un auricular, suenan a una
especie
de
chirrido
o
chisporroteo.
En los transmisores de chispa síncronos el chispero (también llamado
estallador) es alimentado por la corriente alterna que es entregada por un
alternador y elevada en tensión con un transformador. Con esta disposición,
ahora cada chispa salta al alcanzarse los valores máximos de tensión en cada
semiciclo de la tensión alterna aplicada, de manera que se tenía una transmisión
de impulsos radioeléctricos amortiguados regularmente espaciados, a una
frecuencia doble de la frecuencia de la corriente alterna generada por el
alternador (típicamente entre 400 y 800 Hz). Escuchadas las señales
transmitidas con un detector magnético sobre un auricular, las señales se
escuchaban ya como tonos musicales, pero un poco sucios debido al mecanismo
con que se generan las señales transmitidas (las chispas adolecen de bastantes
irregularidades). Pero esto también permitió que las distintas estaciones
terrestres de TSH ajustaran la frecuencia generada por los alternadores a
valores concretos, por lo que las señales transmitidas por las distintas
estaciones solían tener un sonido propio para distinguirse unas de otras (muy
útil en una época en que los receptores eran muy poco selectivos y no podían
separar estaciones de TSH que transmitían en frecuencias próximas). Los
operadores de las estaciones de TSH podían saber qué estación estaban
escuchando
con
sólo
oír
las
señales
recibidas.
Otra mejora de los transmisores de TSH fue introducida en 1902 por el científico
danés Valdemar Poulsen, fue el "Generador de arco", pero que no tuvo éxito
comercial y no se empezó a implementar en los transmisores de TSH hasta
1909-1910, convirtiéndose entonces rápidamente en el circuito generador de
ondas de radio de las estaciones de TSH, sustituyendo los circuitos de descarga
de chispa usados hasta entonces. El convertidor de arco funcionaba según otro
principio, y tenía la gran ventaja de que podían proporcionar una transmisión de
señal de radio continua (portadora de radio continua, y no amortiguada como
ocurría en los radiotelégrafos de chispa), transmisión que podía manipularse
perfectamente por la acción de un manipulador telegráfico. Generaba una
transmisión de onda continua bastante aceptable mediante el uso de un arco
eléctrico que descargaba entre dos electrodos dentro de una cámara especial,
estando el circuito del arco sintonizado a la frecuencia de operación. Además, en
el arco se podían generar tonos de baja frecuencia, que modulaban la
transmisión, por lo que las señales transmitidas por este tipo de transmisores de
TSH también se podían escuchar con detectores magnéticos conectados a un
auricular telefónico como tonos telegráficos.
También fue una mejora en la tecnología de los transmisores de TSH el uso de
los "Alternadores de alta frecuencia", capaces de generar directamente
corrientes de alta frecuencia que se podían aplicar directamente a la antena
transmisora. Fueron desarrollados por el ingeniero sueco nacionalizado
norteamericano Alexanderson a petición del físico e investigador canadiense
14
Reginald Fessenden a partir de 1904, y aunque son alternadores que no podían
generar frecuencias superiores a 200 KHz, sirvieron a Fessenden para realizar
las primeras transmisiones de voz por radio, que tuvieron lugar en Navidad de
1906, ya que la onda de radio que generaban era continua y totalmente apta
para transportar la voz (cosa que no se podía decir de los transmisores de
chispa síncronos de la época). Con ello, Fessenden abrió las puertas a la
transmisión de la voz por las ondas de radio, tema que apenas interesó a
algunos investigadores de esos años y que no empezó a interesar a Marconi
hasta 1913, ya que Marconi estaba dedicado al monopolio que construyó para
explotar la TSH.
Y todo esto ocurría antes de la aparición de las primeras lámparas electrónicas,
que iniciarían la época de la electrónica.
Pero el avance más importante de estos primeros años de la radio sobrevino con
la aparición de las primeras válvulas termoiónicas o lámparas electrónicas (o de
vacío, o tubos electrónicos), lo que marcó también el inicio de la electrónica.
El desarrollo de la válvula electrónica se remonta al descubrimiento que hizo el
inventor estadounidense Thomas Alva Edison en 1883 al comprobar que entre
un filamento de una lámpara incandescente y un alambre colocado en el interior
de la misma lámpara fluye una corriente y que además sólo lo hace en un
sentido, del filamento al alambre, salvando el espacio que hay entre ellos.
Edinson estaba realizando experimentos para mejorar su lámpara eléctrica de
incandescencia, y como buen hombre práctico, al no tener este efecto utilidad
para sus propósitos, no dio importancia a este fenómeno, lo anotó en su libro de
notas y se olvidó totalmente de él. Entonces no se conocían los electrones (las
partículas portadoras de la corriente eléctrica), que fueron descubiertos pocos
años
después.
Este fenómeno se conoce como Emisión termoiónica, y es debido al hecho de
que los cuerpos muy calientes (como puede ser el filamento de una bombilla
eléctrica) emiten electrones libres (en cantidad exponencial con la
temperatura). El físico inglés Owen Williams Richardson estudió este fenómeno
entre 1900 y 1903, y demostró que eran los filamentos calientes los
responsables de la emisión de electrones a través del vacío. Estos estudios le
supusieron la concesión del premio Nóbel de física en 1928.
En 1904 el físico e ingeniero electrotécnico inglés John Ambrose Fleming (18491945) en base a estos estudios construyó una lámpara que en esencia apenas
difería del tubo de Edison: Rodeó el filamento de la lámpara con una pieza
cilíndrica metálica, que se denominó "placa", y que se conectaba a un electrodo
externo. Con esta lámpara pudo comprobar que gracias al efecto termoiónico
era un dispositivo capaz de rectificar corrientes alternas, ya que sólo conducía
las corrientes eléctricas aplicadas entre el filamento incandescente y la placa en
un sólo sentido, concretamente cuando la placa (electrodo frío), que se
denominó con el nombre de ánodo, estaba a un potencial más positivo que el
15
filamento incandescente, al que se denominó posteriormente con el nombre de
cátodo.
En efecto, el cátodo incandescente emite electrones libres, que son de carga
eléctrica negativa. Si el ánodo está a un potencial más positivo, atraerá los
electrones emitidos por el cátodo, y habrá circulación de corriente entre el
cátodo y el ánodo por el interior de la válvula, que está al vacío (de ahí el
nombre de Lámparas o Tubos de vacío. Pero si el ánodo es más negativo que el
cátodo, repelerá los electrones emitidos por éste, y no habrá circulación
electrónica por el interior del tubo (equivale a un interruptor abierto).
Esta lámpara se conocería más tarde con el nombre de Diodo. Si se aplicaba una
corriente alterna entre sus dos electrodos, sólo dejaba circular los semiciclos
positivos de la corriente, por lo que el diodo es un elemento rectificador, esto es,
que convierte corrientes alternas en continuas. Al dejar circular la corriente en
un solo sentido, el diodo se comporta como una válvula para la corriente
eléctrica, por lo que los ingleses denominaron a este tipo de dispositivos como
Válvulas (termoiónicas).
Y dado que las ondas de radio una vez captadas por la antena del receptor
circulan por los circuitos de éste como corrientes alternas de alta frecuencia, la
inclusión de un diodo en lugar del cohesor permitían la detección de las ondas
de radio, ya que los impulsos de alta frecuencia recibidos eran rectificados y se
podían escuchar en forma de "clics"" con un auricular telefónico, o si son de
bastante intensidad, podían generar impulsos de corriente continua capaces de
activar un relé de alta sensibilidad (que gobierne un equipo telegráfico).
El diodo de Fleming, pues, sustituyó con mucha eficacia a los elementos
detectores empleados hasta entonces, como los cohesores o el detector
magnético. Esto permitió aumentar la sensibilidad de los receptores de radio de
esa época, ya que el diodo era mucho más sensible como elemento detector de
ondas de radio que los cohesores, y por otro lado los equipos receptores no
disponían de ningún tipo de amplificación de las señales captadas en antena,
por no existir equipos amplificadores aún, por lo que su sensibilidad dependía
de la antena empleada y del detector utilizado.
Fleming trabajó con Marconi, y de hecho, la estación de TSH de Poldhu (que
permitió a Marconi realizar su primera transmisión trasatlántica) fue diseño de
Fleming.
En 1906 se produjo un avance revolucionario, punto de partida de la electrónica,
al incorporar el inventor estadounidense Lee De Forest un tercer electrodo,
denominado rejilla, entre el filamento (cátodo) y el ánodo de la válvula. Este
tercer electrodo era una placa metálica con muchas perforaciones colocada
entre el filamento (cátodo) y la placa (ánodo). El tubo de De Forest, que bautizó
con el nombre de Audión y que posteriormente se conoció con el nombre de
16
Triodo (válvula de tres electrodos), en principio sólo se utilizó como detector (de
hecho De Forest buscaba aumentar la sensibilidad de los diodos detectores con
la inclusión de este tercer electrodo), pero pronto se descubrieron sus
propiedades como amplificador de señales y como oscilador, en base a la
capacidad de regulación del flujo o corriente de electrones entre el cátodo y el
ánodo mediante la aplicación de una tensión en la rejilla. Como antecedente, el
año anterior, 1905, el científico austriaco Robert Von Lieben había desarrollado
una lámpara termoiónica capaz de modificar el flujo de los electrones, igual que
el audión, pero la regulación era por procedimientos magnéticos.
La rejilla del audión (o triodo) es un electrodo intercalado entre el filamento y el
ánodo, con forma de rejilla, de manera que la mayoría de los electrones que
emite el filamento pueden alcanzar el ánodo atravesando la rejilla. Pero
aplicando distintos potenciales a la rejilla, podía frenar los electrones emitidos
por el filamento (tensiones de rejilla negativas respecto al filamento), evitando
que alcanzaran el ánodo, o acelerarlos más (tensiones de rejilla más positivas),
aumentando la corriente que circula por el tubo. Por tanto, una pequeña tensión
de control aplicada a la rejilla tenía como consecuencia gobernar corrientes
mayores a través del tubo. Esto se llama amplificación, y una señal de poca
potencia aplicada a la rejilla del triodo da lugar a una corriente equivalente de
mucha mayor potencia en el circuito principal del tubo (entre filamento y placa
La amplificación permitió elevar el nivel de las señales captadas por los
receptores de radio de la época, por lo cual la sensibilidad de éstos aumentó
notablemente. Y por otro lado, fue posible desarrollar circuitos basados en
triodos que eran capaces de entrar en oscilación, generando una onda
radioeléctrica continua, lo que supondría el abandono de los antiguos
transmisores de chispa. También los triodos permitieron realizar amplificadores
que amplificaban las portadoras de radio generadas por los osciladores de los
transmisores, permitiendo crear amplificadores que aumentaban la potencia de
las
estaciones
transmisoras.
Con todo ello ya en 1915 el desarrollo de la telefonía sin hilos había alcanzado
un grado de madurez suficiente como para comunicarse entre Virginia y Hawai
(Estados Unidos) y entre Virginia y París (Francia).
Con tensiones de sólo unas centenas de voltios y usando las lámparas era
posible obtener una señal de transmisión continua o sostenida, lo que dio lugar
al rápido abandono de los transmisores de chispas. Pero es más, la señal
continua fue fácilmente modulada por micrófonos de carbón, del tipo que se han
usado comúnmente en los teléfonos, y permitió la transmisión de voz, abriendo
los caminos de la radiotelefonía, y después, de la radiodifusión.
En 1906 la Unión Telegráfica Internacional (UIT), fundada en 1865, incorpora
las radiocomunicaciones en su ámbito regulador sobre las telecomunicaciones.
Una de las novedades que introdujo es que para poder diferenciar e identificar
17
las estaciones de distintos países, A cada país se le asignó un bloque de letras
para identificar sus transmisores. La identificación de las estaciones de radio de
un país debían comenzar con alguno de los bloques de letras asignados a dicho
país (al cual podía seguir un número de serie, alguna secuencia de letras y
números, etc...). Estas secuencias son conocidas actualmente como Prefijos de
radio.
A
España,
por
ejemplo,
se
le
asignó
el
prefijo
EA.
Otro descubrimiento marcó un hito en la historia de la radio en 1907: ese año el
ingeniero eléctrico e inventor estadounidense Greenleaf Whittier Pickard
descubrió la función detectora de determinados tipos de cristales naturales, y
patentó un detector basado en ellos, el "detector Perockton". Estos cristales son
conductores eléctricos, pero existen en ellos muchos puntos que son
"semiconductores" y que tienen propiedades rectificadoras, y por tanto,
detectoras de ondas de radio.
Esto permitió el desarrollo de receptores de radio sencillos ya en la década de
los 1910´s, donde el elemento detector es un cristal de este tipo (galena,
calcopirita, carborundo...) cuyo comportamiento es similar al de un diodo de
vacío, receptores que se conocieron genéricamente como Receptores de galena,
ya que los cristales que más se emplearon fueron los del mineral conocido como
galena (químicamente sulfuro de plomo). Los receptores de cristal eran muy
simples, y pusieron al alcance de mucha gente con el tiempo la recepción de las
estaciones de radio, sobre todo a partir de los años 20. Este tipo de receptor, por
su gran sencillez, se seguiría utilizando hasta incluso los años 1950's.
En 1912, antes de que se graduase como ingeniero eléctrico, en la universidad
de Columbia, el estadounidense Edwin Howard Armstrong (1890-1954)
descubrió el circuito Regenerativo, que permite realimentar una válvula con
parte de su propia salida. Realimentar significa entregar algo de la señal que se
obtiene a la salida de la lámpara de nuevo a su entrada (sobre la rejilla), y esto
trae como consecuencia una mayor amplificación de las señales (pues es como
si la lámpara la amplificara dos veces), o que entre en oscilación (si la
realimentación es excesiva, lo que es por otro lado el principio de
funcionamiento de cualquier oscilador). En base a este principio Armstrong
desarrolló los receptores regenerativos, que ya incluían una lámpara como
elemento detector y amplificador a la vez, siendo el primer tipo de receptor de
radio electrónico, y que desplazarían en parte a los receptores de galena. El año
siguiente, 1913, ya graduado como ingeniero eléctrico, pasó a trabajar para
Marconi, y en 1914 consiguió la patente del circuito regenerativo.
Lee de Forest también obtuvo en 1916 una patente del receptor regenerativo,
cuyos derecho vendió a AT&T, y ello hizo que Armstrong entrara en un pleito por
patentes en 1922, que tras 12 años, el Tribunal Supremo de Estados Unidos
finalmente falló (quizás por un malentendido técnico) a favor de De Forest y
AT&T.
18
También, durante la I Guerra Mundial, Armstrong diseñó un dispositivo para
reducir la frecuencia de una onda radioeléctrica, destinado a la localización de
aviones enemigos. Cuando acabó la guerra, aplicó su diseño a la recepción de
ondas de radio, ideando el denominado receptor superheterodino en 1918, casi
al mismo tiempo que el francés Isaac Levy, receptor que permite sintonizar
fácilmente una determinada frecuencia dentro de una banda de recepción, y lo
más importante, con bastante selectividad.
Hasta entonces los receptores usados más modernos eran de amplificación
directa, y consistían en varias etapas amplificadoras (antes del diodo detector)
que debían de sintonizarse cada una de ellas a la frecuencia de recepción
deseada, lo que obligaba a un complicado reajuste de todo el receptor cuando
se quería cambiar de sintonía. Y por otro lado son poco selectivos, dependiendo
del ajuste y de la frecuencia de sintonía. También existían los receptores
regenerativos, más selectivos que los de amplificación directa.
Armstrong también desarrolló en 1920 el denominado receptor superregenerativo, una evolución del receptor regenerativo, que permitió la
operación a frecuencias más elevadas que las empleadas entonces, y la
operación con sistemas de dos canales. La patente de este circuito la obtuvo en
1922.
Hasta 1919 la radio fue mirada con bastante escepticismo y reparos de tipo
político que no permitieron que este nuevo medio de comunicación fuera
aceptado por las naciones, a pesar que nadie ignoraba su importancia. El
problema principal era que este medio no tenía límite en la recepción de las
señales, lo que era un grave contratiempo ya que no podían transmitirse
noticias y mensajes secretas y reservadas: cualquiera podía recibirlas. Pero los
continuos perfeccionamientos técnicos de la radio daban a este medio de
comunicación un alto grado de eficacia, y dio lugar por otro lado a la aparición
de un gran número de entusiastas de la radio, incluso durante los años de la I
Guerra
Mundial
(1914-1918).
La radio tuvo una rápida evolución tras la I Guerra Mundial. Por un lado
empezaron a aparecer las primeras estaciones de radiofonía, donde ya se podía
transmitir voz sobre las portadoras de radio. Para ello se usaba la técnica de
Modulación en Amplitud (AM), que permitía implementar las señales de voz
procedentes de un micrófono o un amplificador de baja frecuencia sobre la
portadora de radio generada por el transmisor. El proceso de modulación ya se
conocía desde 1906, cuando el inventor y físico canadiense Reginald A.
Fessenden consiguió transmitir por primera vez voz y música por ondas de
radio, usando para ello un generador especial de alta frecuencia que no era de
tipo oscilador de chispas, sino de tipo alternador de alta frecuencia de
Alexanderson. Ello ocurrió en la Nochebuena de 1906, cuando algunos
receptores radiofónicos captaron por primera vez música y palabras.
19
Por otro lado, las estaciones radiotelegráficas comenzaron a cambiar de
tecnología sustituyendo los transmisores a chispa por los transmisores basados
en el arco convertidor de Poulsen (mencionado anteriormente) y también por el
alternador de alta frecuencia de Alexanderson. Ernst Alexanderson fue un
técnico de origen sueco, emigrado a Estados Unidos, y que hizo carrera en
General Electric, desarrolló a lo largo de varios años (a partir de 1904) un
potente alternador de alta frecuencia, capaz de entregar corrientes de
radiofrecuencia de varios cientos de amperios directamente a una antena,
aunque a frecuencias bajas.
Esto permitió comenzar la evolución de las estaciones de radiotelegrafía a
chispa (poco eficientes por otro lado) a estaciones de onda continua, que por
otro lado permitirían implementar la modulación por la voz humana
(radiofonía), así como la construcción de potentes estaciones radiotelegráficas
en frecuencias de ondas largas y muy largas (los alternadores Alexanderson no
podían proporcionar frecuencias superiores a los dos centenares de Khz), como
por ejemplo fue la estación "Radio Central" de la RCA en Long Island (New York,
Estados Unidos), inaugurada en 1921, para las comunicaciones radiotelegráficas
entre Estados Unidos y Europa (donde habían otras potentes estaciones de onda
larga para comunicaciones trasatlánticas), siendo esta estación de radio la más
potente del mundo en aquellos años. La tecnología de la telegrafía a chispa
comenzó su rápido declive hacia 1920.
Pero no fue hasta la década de los 1920 cuando comenzó el desarrollo y
expansión de las estaciones de radiofonía, dando lugar a la aparición de las
primeras emisoras de radio de tipo comercial. En 1919-1920 surge un proyecto
entre dos empresas, la RCA y Westinghouse, y ésta última encargó en 1919 a
Frank Conrad (un radioaficionado de la ciudad de Pittsburgh, con indicativo
8YK) la puesta en marcha de una emisora de radio dirigida al gran público, y así
nace en 1920 en Pittsburgh (EE.UU.) la emisora KDKA, que fue la primera en
emitir programas regulares de radio (surgiendo así, el concepto de
programación).
Y aunque la primera emisión de la KDKA en junio de 1920 tuvo un alcance local
(a causa de la baja potencia de la estación, no más de medio kilowatio), su éxito
fue extraordinario y el hecho fue difundido ampliamente por muchos periódicos,
como si hubiera sido captada en todos los rincones del mundo.
La radiodifusión tuvo un gran auge inmediato en Estados Unidos, ya que tanto el
gobierno como el público comprendieron que se trataba de un medio de
comunicación excepcional, de implicaciones culturales, políticas y publicitarias.
La Westinghouse empieza a fundar nuevas emisoras como la WBZ, la WJZ o
KYW debido al éxito de su primera emisora. Por lo tanto comenzó un periodo de
expansión de la radio donde se produce su mayor desarrollo. Ya en 1923 habían
595 estaciones similares en el aire y trabajando en la misma manera, que
20
transmitían mensajes, música, sermones y noticias. Este desarrollo también fue
debido a la gran competencia comercial entre tres grandes compañías:
Westinghouse,
RCA
y
ATT.
En España, en 1924 ya funcionaba alguna emisora de radiodifusión, aunque sin
ningún tipo de autorización, como era el caso de Radio Ibérica en Madrid, pero
en noviembre de ese año salió al aire Radio Barcelona, la primera estación
autorizada por el gobierno español para radiodifusión pública, por lo que está
considerada la decana de las emisoras de radiodifusión españolas
A finales del año 1905 Hugo Gernsback (1884-1967), inmigrante luxemburgués
recién llegado a Estados Unidos, presenta en el mercado un pequeño transmisor
de TSH destinado para futuros aficionados a este nuevo modo de comunicación
a distancia, que fue publicado en la prestigiosa revista científica "Scientific
American". Aunque fue denunciado por sospecha de fraude, pues no era
concebible que el pequeño aparato presentado por Hugo pudiera funcionar
teniendo en cuenta que las estaciones de TSH del momento requerían
instalaciones mucho mayores, lo cierto es que Hugo pudo probar que funcionaba
y que sus transmisiones se podían recibir a distancias de hasta 2 Km. Hugo
diseñó y puso, pues, el primer transmisor práctico de TSH al alcance de futuros
aficionados. También es conocido por fundar pocos años después la revista
Modern electrics, de ciencia y tecnología, y por ser posteriormente uno de los
impulsores del género literario de la ciencia ficción.
El año en que nació la actividad de los radioaficionados es, posiblemente, el año
1907, en el cual la revista "Electrician & Mechanic Magazine" inicia con el título
"Cómo se hace", la descripción de los componentes y aparatos para las
comunicaciones TSH de débil potencia, explicando todos los detalles para la
construcción de un equipo de estos.
Estos artículos escritos por aficionados, divulgan con todo detalle sus
experiencias y sus resultados. Tales escritos se hacen diferenciar de los
experimentadores profesionales divulgando el concepto según el cual el
aficionado se dedica a los estudios técnicos sin ningún provecho económico. Sin
embargo, hasta 1908 es difícil distinguir entre los experimentadores por
motivos
profesionales,
comerciales
y
los
aficionados
verdaderos.
La facilidad de construirse un receptor de TSH hizo que aparecieran muchos
aficionados que se construyeron sus propios equipos receptores (debido a la
inexistencia de receptores comerciales), aprendieran telegrafía, y se aficionaran
a escuchar los comunicados entre barcos y entre estaciones militares.
Más tarde Marconi puso en marcha una descomunal estación de radio en Cabo
Cod; algo muy distinto a lo que pueda imaginar cualquier radioaficionado de hoy
en día. Constaba de un transmisor de chispa a base de un motor con un rotor
que hacía girar un descargador de un metro de diámetro, capaz de transferir la
21
potencia de 30.000 W a un amplio tendido de antena izado a 60 m de altura y
sustentado por cuatro torretas sobre las dunas de South Wellfleet
(Massachusetts, USA).
En aquellos años la radio carecía de legislación alguna, cualquier estación
comercial, naval o amateur podía transmitir en cualquier frecuencia y sin
ninguna restricción de potencia. No se necesitaba ninguna licencia ni había que
llevar ningun registro de las comunicaciones. Por otro lado los transmisores de
chispa de la época no disponían de circuitos de sintonía muy elaborados, y en
grandes ciudades, donde habían estaciones de todo tipo (incluidas de
radioaficionados), muchas veces surgieron problemas en el trabajo de las
estaciones navales y comerciales.
Al ir aumentando el numero de radioaficionados, y ante el posible caos que se
podía organizar en las bandas, en el año 1912 se promulgó en EEUU el Acta de
Radio de 1912 conocida originalmente como "Ley Alexander"). En su desarrollo
existía la idea de prohibir la radioafición, pero la defensa que hicieron de ésta
diversos personajes importantes del mundo de la radio así como algunas
asociaciones de radioaficionados que ya existían hizo que la radioafición
finalmente fuera reconocida en dicha acta, siendo desde entonces una actividad
legal en Estados Unidos. Dicha ley fue finalmente firmada por por el presidente
Taft el 17 de agosto de 1912, y no encontró una resistencia organizada por
parte de la fraternidad de radioaficionados por no estar organizados en alguna
asociación que defendiese sus intereses.
Según esta ley, los más de mil aficionados existentes, y los nuevos, tenían que
obtener una licencia federal, tenían limitada la potencia de transmisión a 1000
vatios, debían abandonar las ondas largas y medias, y operar con sus equipos en
una longitud de onda no superior a los 200 metros, es decir, sólo podían operar
a
partir
de
la
frecuencia
de
1500
KHz.
Según las opiniones difundidas en aquel tiempo, hasta en el ambiente científico,
y que no tenían mucho fundamento científico, las longitudes de onda inferiores
a los 200 metros (frecuencias superiores a 1500 KHz) eran consideradas inútiles
para realizar comunicaciones a largas distancias. Se había observado que el
alcance de las ondas iba disminuyendo a medida que aumentaba la frecuencia,
desde las ondas largas a la ondas medias. Por otro lado los transmisores de
chispa usados entonces eran muy poco eficaces en frecuencias altas. Por todo
ello se relegó, sin que hubiera oposición alguna en ello, la actividad de los
radioaficionados de entonces a estas "inútiles frecuencias", y de hecho, con la
potencia máxima permitida de 1 kW, los aficionados en 1914 conseguían a
duras penas comunicar a distancias de hasta 200 o 300 km, incluso con el
empleo de receptores muy complicados en aquel momento.
En Europa la cuestión se zanjó de otra manera: Los Gobiernos europeos se
hicieron cargo del control del medio de la radio, prohibieron completamente la
22
radioafición, y las estaciones comerciales sólo podían trabajar con autorización
del Gobierno. Sólo después de la I Guerra Mundial, Francia e Reino Unido
autorizaron la radioafición, aunque con bastantes restricciones. En otros países
siguió prohibida o con fuertes restricciones hasta el año 1927.
Los radioaficionados demostraron que, aunque empleando una longitud de onda
poco ventajosa y una potencia limitada, podían con sólo 5 transmisiones hacer
llegar un mensaje desde la costa Atlántica hasta California en menos de una
hora.
Una noche de 1914 Maxim Hiram Percy (1WH, más tarde W1AW), un inventor y
apasionado radioaficionado, trató, en vano, de comunicarse con Springfield
(Massachusetts) desde su estación en Hardford (Connecticut), a unas 27 millas
de distancia. Su equipo no cubría esta distancia. Entonces, una estación ubicada
a mitad de camino retransmitió los mensajes entre ambas estaciones y dio a
Hiram la idea de crear una organización dedicada a la retransmisión de
mensajes
de
radioaficionados
en
todo
el
país.
Por iniciativa de Mr. Percy Maxim, dos meses más tarde un grupo de
radioaficionados norteamericanos constituyen el mismo año 1914, en Hartford
(Connecticut - USA), la ARRL (American Radio Relay League, Liga Americana de
radio relés) con el deseo de coordinar la actividad de los aficionados
norteamericanos y crear un escenario para una representación nacional de los
radioaficionados ante el gobierno norteamericano, y realizar, mediante el
método de las estaciones relay, la retransmisión de mensajes con lugares sitos
en extremos confines de USA.
Percy contribuyó con ello a la difusión de la Radioafición en el mundo entero, y
fue el primer presidente de la ARRL. Operaba con el indicativo 1WH. Clarence
Tuska (1AY) fue otro de los cofundadores de la ARRL junto con Percy Maxim
.
En las estadísticas del año 1915 los socios de la Liga tenían una edad
comprendida entre los 15 y 64 años. Actualmente la ARRL es la mayor
organización nacional de radioaficionados del mundo.
En 1914 estalló la I Guerra Mundial , y los gobiernos implicados usaron la
comunicaciones radiotelegráficas para conocer y dirigir todos los movimientos
en el frente. Los radioaficionados fueron silenciados durante este periodo y
estuvieron muy cerca de quedarse así permanentemente. El gobierno
norteamericano tuvo el control completo de las comunicaciones durante el
periodo de 1917-19, y algunos quisieron que este control perdurara. Pero Hiram
Percy Maxim dirigió la súplica de los radioaficionados por su actividad, y fue
escuchada por el Gobierno, con lo que la actividad de la radioafición volvió a ser
permitida (también en otros países), y los radioaficionados regresaron al aire,
por cientos, en 1919.
23
Después de la Primera Guerra Mundial se registró un distinto desarrollo de
actividad de los radioaficionados. Pero en Europa sólo habían decenas de
emisoras de aficionados, mientras que en Estados Unidos, en 1920, habían ya
6000.
Con las mejoras introducidas con el empleo de los tubos electrónicos, tanto para
recibir como para transmitir, se empezó a pensar seriamente en la unión
transatlántica utilizando potencias menores a 1 kW, en contraste con los
centenares de kilovatios necesarios en las potentes emisoras comerciales de
ondas largas.
Citar también que en 1920 la ARRL publicó el primer número de la revista QST,
que es el órgano oficial de difusión de esta asociación nacional de
radioaficionados de Estados Unidos, y que se sigue publicando hoy en día.
LOS PRIMEROS CONTACTOS A LARGA DISTANCIA
Fue al final de la Primera Guerra Mundial que gracias a la válvula termiónica
triodo se pudo construir receptores regenerativos e introducir la amplificación
en los receptores, sustituir los transmisores de chispa por transmisores de onda
continua (que se revelaron mucho más eficaces), y conectando varias válvulas
en paralelo se lograba aumentar la potencia de transmisión. Los
radioaficionados tenían un nuevo campo con el que experimentar.
Como se comentó anteriormente, los radioaficionados estaban autorizados a
transmitir a frecuencias por encima de los 1500 KHz (longitudes de onda
inferiores a 200 m), ya que éstas estaban consideradas, sin mucho fundamento
científico, como poco útiles para uso comercial, y se las suponía que tenían poco
alcance.
El sueño de los radioaficionados de entonces eran los contactos internacionales
a largas distancias, pero estaban limitados por el uso de frecuencias que tenían
poco alcance efectivo: En la banda de 200 m se podían alcanzar a duras penas
distancias de 1500 a 2000 Km como mucho.
Entre 1920 y 1921, J. Owen Smith, (2ZL) hizo una serie de experimentos en
Long Island (New York) en los que comparó un transmisor de válvulas y un
transmisor de chispa. El transmisor de válvulas constaba de dos válvulas en
paralelo capaz de entregar 100 vatios. El transmisor de chispa podía entregar un
kilowatio (el máximo permitido por la ley) y era el mejor tipo de que disponían
los radioaficionados. El transmisor de válvulas se reveló mucho mejor en todos
los aspectos que el de chispa, siendo escuchado en la banda de 200 metros
hasta una distancia de 2.200 km, que era una distancia que ninguna estación de
radioaficionados con transmisor a chispa había logrado hasta entonces.
24
Después de ello, Owen realizó pruebas en las bandas más altas, de 175 y hasta
150 metros, y aunque habían pocas estaciones de aficionados que podían llegar
a sintonizar estas bandas, los resultados fueron alentadores. Eran bandas
menos ruidosas y sin interferencias, comparadas con la banda de 200 metros, y
muchos radioaficionados se interesaron por estas frecuencias más altas. Y en
efecto, los radioaficionados comenzaron a pasarse a frecuencias más altas, en
gran medida gracias a John L. Reinartz (1XAM), que ideó un receptor
regenerativo que poseía un margen de sintonía y flexibilidad nunca visto hasta
entonces y que permitió acceder a estas frecuencias.
Los resultados obtenidos al operar en frecuencias más altas que la banda de 200
metros hicieron plantear la posibilidad de realizar contactos a través del Océano
Atlántico, entre Estados Unidos y Europa. Radioaficionados de cada lado del
océano conocían de la existencia de los del otro lado, y en ambos lados existían
las mismas inquietudes. Simplemente no se oían entre ellos. Y en 1921 la ARRL
organizó una experiencia que hizo historia: El salto del Atlántico en la banda de
200 metros.
Para ello la ARRL realizó una serie de pruebas preliminares invitando a todos los
radioaficionados norteamericanos a cubrir una distancia de 1.500 km. Se
clasificaron 27 estaciones, que se entendía que al poder cubrir dicha distancia,
estaban en disposición de intentar el salto del Atlántico. Además el Radio Club
America construyó para esta experiencia la estación 1BCG de 1 kW de potencia,
obtenida con un transmisor especial de 4 tubos de potencia. Fue ubicada cerca
de Greenwicht (Connecticut, USA).
Y así, el 15 de noviembre de 1921 la ARRL decidió enviar a un aficionado
experto, Paul F. Godley, 2ZE, a Ardrossan (Escocia) a bordo del trasatlántico
Aquitania, llevando los mejores equipos receptores de la época con el fin de que
intentara captar las señales de los radioaficionados norteamericanos. El 7 de
diciembre los equipos se montaron en una cabaña en la costa de Escocia. Fue
entonces cuando D. E. Pearson, de la compañía de Marconi, se pasaba noches
enteras
esperando
escuchar
las
señales
desde
Estados
Unidos.
A las 01:42 UTC Godley pudo escuchar el primer CQ. Era la 1AAW llamando.
Pocos días después pudo escuchar a más de 30 radioaficionados americanos, el
más potente desde el transmisor de la estación especial 1BCG del Radio Club
América. Se había conseguido, por fin, escuchar las primeras estaciones de
radioaficionados que atravesaron el Océano Atlántico. Pero Paul, que contaba
con uno de los mejores equipos de escucha, sentía el no poder contestar a las
señales recibidas. En su diario escribió esto: "Daría un año de mi vida por
conseguir un emisor de válvulas de 1 Kw. Estar forzado a escuchar a un
radioaficionado americano y no poder contestarle es muy duro."
25
La experiencia arrojó también unos resultados inesperados: Godley no escuchó
muchas de las estaciones que la ARRL había clasificado para esta experiencia, y
sí escuchó a otras que no se habían clasificado. Un total de 32 estaciones fueron
escuchadas, la mayoría eran con transmisores a lámparas, y muy pocas a chispa.
Una de las estaciones, la 2AJW, transmitía con la "ridícula" potencia de sólo 30
watios. Incluso radioaficionados ingleses escucharon algunas estaciones
norteamericanas, algunas de las cuales no fueron escuchadas por Godley.
Al año siguiente continuaron las pruebas y los aficionados europeos confirmaron
la recepción de 315 estaciones americanas, mientras que una estación francesa
y dos inglesas fueron escuchadas en América.
Una vez que se pudo comprobar que las comunicaciones a través del Atlántico
eran posibles, la próxima meta a conseguir fue establecer una comunicación
bilateral ente Norteamérica y Europa.
Los trabajos para alcanzar este contacto comenzaron, pero ¿cómo conseguir
más potencia?; muchas estaciones ya utilizaban la máxima permitida (1 Kw).
¿Mejores receptores?, ya se utilizaba el receptor superheterodino. Entonces
¿que hacer? ¿Otras longitudes de onda?, ¿Qué sucedía por debajo de los 200
m?, por aquel entonces se consideraba que aquellas longitudes "tan cortas" no
servían, pero ¿por qué no probarlas?. Se pensó entonces en la longitud de onda
de
100
metros,
una
banda
casi
utópica
por
entonces.
En 1922, se efectuaron pruebas en 130 m con resultados alentadores. A
principios de 1923, en Estados Unidos la ARRL patrocinó experiencias en
longitudes de onda inferiores a 90 m con pleno éxito. La práctica demostraba
que contra lo esperado, a medida que se reducía la longitud de onda (se
aumentaba la frecuencia), los resultados eran mejores, se obtenían mayores
alcances.
A finales de 1923, y tras innumerables pruebas y preparativos, la noche del 18
de noviembre de 1923 se pudo al fin establecer comunicación bilateral a través
del Atlántico, cuando los norteamericanos Fred Schnell (1MO, posteriormente
K6BJ) en Detroit, y John L. Reinartz (1XAM) en Hartford, comunicaron durante
más de dos horas con León Deloy (8AB) en Niza (Francia), operando las tres
estaciones en 110 m (2,7 MHz). El 8 de diciembre Jack Partridge (G2KF) en
Londres y Fred Schnell (1MO) en West Hartford (USA) consiguieron establecer
comunicación, usando la telegrafía morse y equipos como el mostrado a
continuación, que fue uno de los equipos usados.
A la vista de este éxito, muchas estaciones bajaron la longitud de onda de
trabajo a 100 m y también pudieron establecer contactos trasatlánticos
bilaterales; Se puede decir que todo esto fue el inicio de las comunicaciones en
las ondas cortas. A partir de aquí se conseguirían muchos más contactos a
largas distancias. El año 1924 fue un año loco para los radioaficionados, que
26
cada vez iban estableciendo nuevos récords de distancia con potencias bajas.
También se aventuraron los radioaficionados a frecuencias aún más altas, pero
la inestabilidad de sus equipos caseros fue un verdadero problema.
Sin embargo los radioaficionados estaban más interesados por conseguir
contactos cada vez más largos, y no se dedicaron a realizar estudios de la
propagación de las ondas en estas nuevas bandas. Y aunque se seguía
considerando que las ondas cortas eran inútiles, y que los largos contactos se
debían a algunas condiciones de propagación esporádicas y al azar, algunos
investigadores serios, como el propio Marconi, comenzaron a experimentar
seriamente con las ondas cortas. El Laboratorio de Investigación Naval en
Washington realizó pruebas con la ayuda del radioaficionado John Reinartz
(1XAM) y otros que se unieron más tarde, con lo que se descubrió que la
propagación variaba según la hora del día y la banda de Onda Corta empleada, y
que la propagación era mediante saltos, alternándose zonas de escucha y zonas
de silencio con la distancia. Todo ello confirmaría la teoría de Heaviside-Kenelly
sobre la reflexión ionosférica y descubría la existencia de varias capas en la
ionosfera (y no una solo).
Todo ello no pasó desapercibido para las estaciones de radio comerciales, que
veían como los radioaficionados operando en sus "inútiles bandas" conseguían
realizar comunicados a muy largas distancias con potencias muy inferiores a las
que empleaban las estaciones comerciales en las bandas de Onda larga y Onda
media. Los radioaficionados, además de algunos otros investigadores como
Marconi, habían demostrado que las "inútiles bandas" por debajo de los 200
metros eran muy aptas para las comunicaciones a largas distancias, incluso eran
mucho mejores que las bandas de radio de Onda Media y Onda Largas que se
estaban empleando comercialmente hasta entonces. Pronto muchas estaciones
comerciales y de servicios empezaron a emigrar y emitir en las longitudes de
onda alrededor de los 100 m e inferiores.
Obviamente tal cantidad de señales ocasionaron inevitablemente un sinnúmero
de perturbaciones e interferencias. No hubo otra solución de que se realizaran
una serie de conferencias internacionales en las que se se acordara dividir y
repartir las bandas de frecuencias para los distintos servicios de radio. Con ello,
en 1924 la ARRL obtuvo las bandas de 80, 40, 20, 10 y 5 m para uso de los
radioaficionados.
Una vez iniciadas la pruebas en la nueva banda de los 80 m y se comprobaron
las muchas e inesperadas posibilidades de transmisión, comenzaron las pruebas
en 40 m, lográndose comunicaciones bilaterales entre Estados Unidos y
Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica casi inmediatamente. Así, el 16 de octubre
de 1924, Cecil Goyder G2SZ y Frank Bell ZL4AAA establecieron el primer
contacto a larga distancia entre el reino Unido y Nueva Zelanda (un contacto
prácticamente entre puntos antípodas). El mismo León Deloy (8AB) contactó
27
con Nueva Zelanda en la banda de 86 metros unos meses después de la primera
experiencia trasatlántica.
Acto seguido se prepararon equipos para la transmisión y recepción en 20 m.
Esta nueva banda reveló posibilidades inesperadas cuando 1XAM se comunicó
con 6TS de la costa del Pacífico a mediodía. Al fin se había logrado el gran sueño
del aficionado: el DX y en horas diurnas. En 1925 por medio del radioaficionado
F8JN se pudieron mandar mensajes al mundo entero desde Saigón a petición del
general Ferrié.
En abril de 1925 distintas organizaciones nacionales de radioaficionados
fundaron la IARU (International Amateur Radio Unión), un organismo
internacional para agrupar organizaciones nacionales de radioaficionados de
distintos países, y que actualmente representa a los radioaficionados de más de
150 países.
En 1926 se hicieron enlaces en las bandas de 32 m y 75 m con los navíos
Jacques Cartier y el Velle d´Ys.
La obsesión por las ondas cada vez más cortas continuó, y se siguió
experimentando con frecuencias más altas, pero se comprobó tras numerosas y
concienzudas pruebas, que las frecuencias por encima de los 30 MHz (10
metros), lo que hoy en día se denomina VHF, ya no eran apropiadas para
comunicaciones regulares a largas distancias, y que tenían un alcance menor y
cada vez eran de alcance más local a medida que aumentaba la frecuencia. Por
ello los 30 MHz se considera el límite superior de lo que se denominan "Ondas
Cortas" o HF (3-30 MHz).
Edmund B. Durham, con indicativo 3VM, era un experto operador. Construyó sus
2 equipos y emitía en CW a 30 palabras por minuto, usando una antena en
forma de T sintonizada en 180 metros. Por entonces en EEUU ya existían
revistas como "Modern Electrics", que ponía en circulación 52 mil ejemplares
cuando ya se contabilizaban unos 10 mil radioaficionados en el país. Con esa
cantidad de radioaficionados, tanto aficionados como comerciales, el nivel de
interferencias empezaba a ser un problema serio, especialmente en las
comunicaciones marítimas, que eran las que más usaban la radiotelegrafía.
En los años 20 eran muchos los radioaficionados amantes de la banda de los 5
metros, entre 65 y 75 Mhz. En marzo de 1925 recibieron el permiso para usar un
segmento de la banda de 75 cm (400-401 Mhz), una banda muy alta por
entonces, ubicada en lo que hoy conocemos como UHF. Eran entonces normales
los artículos de la revista QST de Robert S. Kruse sobre equipos y antenas para
UHF. Fue entonces cuando empezaron a experimentar con emisores y
receptores a bordo de sus coches.
En marzo de 1927 eran habituales los contactos en 5 metros entre 2EB de Nueva
28
York y la 2NZ de Nueva Jersey, a sólo 24 km de distancia. No era una gran
distancia, pero fueron considerados como los primeros comunicados entre
estaciones a bordo de automóviles. En junio de ese año se rompió la barrera de
los 1000 km y en junio de 1927 la ARRL organizó el primer concurso "5 meter
CQ party"... Nacían así las comunicaciones móviles entre radioaficionados.
1930:-1941: LA ÉPOCA DORADA DE LA RADIOAFICIÓN
La epoca dorada de la radio fue entre 1929 y 1941. En este tiempo se
desarrollaron importantes técnicas que sentaron la base de la radioafición de
hoy día. En dicho período se pusieron en marcha nuevos sistemas de
comunicaciones como fueron la VHF, FM (modulación de frecuencia), SSB
(banda lateral única), receptores de doble conversión y antenas directivas de
alta ganancia. Fue un período de confusión y de un gran avance técnico a pesar
de la gran depresión económica y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Pese a todo, fueron los años dorados para la Radioafición en los Estados Unidos.
El número de radioaficionados saltó de 16.829 en 1929 a 54.502 en 1941. Antes
de 1929 el público americano estaba absorto por la radio "broadcasting"
(radiodifusión comercial), la cual alcanzó elevados índices de audiencia.
En 1929 sobreviene la gran crisis económica mundial de 1929-1930, originada
en Estados Unidos, y ello produjo un parón en la radioafición, sobre todo en
1930, cuando la economía de los americanos se redujo drásticamente a la
mitad.
Los años pasarían. Nuevas estaciones de radio iban apareciendo cada día.
También empezaron a aparecer en aquellos tiempos los "kits" (constrúyalo Ud
mismo) de radio y el público en general adoptó este medio de comunicación
como si de un nuevo deporte se tratara. Gradualmente el público tomó
conciencia de que los pioneros en la transmisión de onda corta eran los
radioaficionados, gracias a los cuales se lograron avances importantes en las
comunicaciones en onda corta y que alcanzaban grandes distancias por medio
de comunicaciones en estas bandas.
Al final de 1932, cuando la gran depresión económica, en la que una de cada
tres personas laboralmente apta estaba sin trabajo y principalmente los jóvenes
con mucho tiempo libre, se fue descubriendo y revalorizando el apasionante
mundo de la recepción de ondas cortas. El radioaficionado de 1930
probablemente en paro laboral forzoso y con poco dinero, aprendió
radioelectricidad por correspondencia; solamente un pequeño porcentaje de
radioaficionados eran ingenieros o tenían estudios técnicos. Muchos de los
viejos radioaficionados trabajaban en la industria de la radio o en las emisoras
comerciales.
En aquellos tiempos los componentes de un aparato de radioaficionado eran
29
relativamente baratos y existían probablemente muchas mas tiendas que hoy;
los plazos a crédito no se conocían. Para hacerse la idea del poder adquisitivo de
un radioaficionado diremos que una ellos ganaban de cuatro a seis veces más
que
una
persona
con
título
de
graduado
escolar.
En 1932 llega la primera experiencia de la "recepción panorámica", obra del
francés Marcel Wallace (F3HM). El llamado PANADAPTOR era el primer
analizador de espectro que mostraba señales de radio de forma visual, haciendo
visibles las ondas de radio. Funcionaba muy similar a lo que hoy conocemos
como DigiPan, software usado para el modo digital PSK31. Sin duda, uno de los
equipos
más
valorado
por
entonces
era
este.
Nace la SSB: en el número de Sept-Oct. de 1933, la revista de Los Ángeles,
Radio News, publicó un pequeño artículo titulado "Single Sideband transmission
for amateur radiophones", escrito por Robert M. Moore (W6DEI). Hablaba de un
experimento que consistía en no usar la AM para comunicarse, sino una
modulación llamada "Single Side Band Suppressing Carrier", un modo que
entonces conocían como SSSC, y que hoy denominamos SSB (Single Side Band)
o Banda Lateral Única (BLU).
Dicho artículo no interesó demasiado al principio, aunque los radioaficionados
entendían perfectamente cual podría ser el beneficio de este nuevo tipo de
modulación en el que se suprime la portadora de AM. Pese a ello, no se asoció
ese concepto al hecho de emitir y recibir. No sería hasta 1947 cuando la SSB
comenzaría a usarse por los radioaficionados. A la derecha, una imagen de la
revista Radio News de marzo de 1947.
Otro avance técnico de esta década fue la aparición de la FM (Modulación de
frecuencia). Fue en 1935 cuando el ya citado ingeniero norteamericano Howard
Armstrong desarrolló los estudios técnicos para la puesta en práctica de la
Modulación en frecuencia (FM), para mejorar las comunicaciones radioeléctricas
frente a las interferencias y el ruido. Los estudios sobre la FM los había iniciado
en 1933, obteniendo la patente correspondiente ese año, mientras aún estaba
en curso su largo pleito con AT&T por la patente del circuito regenerativo.
La modulación de frecuencia (FM) presentaba una serie de ventajas sobre la
modulación de amplitud (AM), como su mayor calidad de sonido y su mayor
inmunidad a los ruidos radioeléctricos, por lo cual era un modo de modulación
muy apto para radiodifusión, al permitir transmitir un sonido más claro y limpio.
Armstrong inició las primeras transmisiones de radiodifusión en modulación de
frecuencia en 1935 en Pensilvania (Estados Unidos), en la frecuencia de 42,80
MHz, y pondría en marcha a principios de los 40's, poco antes de la entrada de
Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, un número pequeño de potentes
estaciones de radiodifusión en FM en los estados de Nueva Inglaterra, conocido
como la red Yankee.
Sin embargo, en el ámbito de la radioafición no se aplicaría el uso de la FM hasta
30
dos décadas más tarde. Los radioaficionados siguieron usando tanto la
telegrafía morse (CW) como la amplitud de modulación (AM).
Fue a partir de 1934 cuando la industria de la radio creció espectacularmente,
produciendo en gran escala los componentes electrónicos adecuados,
lográndose que los radioaficionados se sintieran felices ya que podían
construirse
sus
aparatos
con
poco
dinero.
Muchos radioaficionados podían construirse pequeños transmisores de un solo
tubo electrónico, que les permitían transmitir en telegrafía morse (CW) con
potencias comprendidas entre 5 y 10 vatios, en las bandas de HF.
En la figura siguiente se representa el esquema de uno de los transmisores más
populares de la época, construido en los años 30, usando un solo tubo
electrónico modelo 45. Este transmisor llamado "Hartley", sencillo, económico y
muy estable, operaba en la banda de los 80 m con una tensión de placa de 300
voltios, dando una potencia de salida de unos 7 vatios. En B+ y B- se aplica la
tensión de alimentación (entre 100 y 200 V típicamente), y en los terminales
"key" se conectaba el manipulador telegráfico (designado típicamente como
"key").
Las antenas empleadas eran típicamente antenas dipolo y antenas de hilo largo,
que eran conectadas a los equipos de radio mediante líneas paralelas o líneas
unifilares. Las antenas directivas para las bandas de HF y las líneas coaxiales no
aparecerían
hasta
los
años
50's.
En esta época también aparecen los primeros fabricantes de equipos de
radioaficionados, y aparecen importantes marcas como fueron National,
Hammarlund, Hallicrafters, Collins, y muchas otras, que se dedicaron a fabricar
algún tipo de equipamiento para aficionados. Transmisores y receptores eran
fabricados por separado, y cualquier equipamiento de una estación de
aficionado de la época constaba de un equipo transmisor y un equipo receptor
por separado (los transceptores no aparecerían hasta la década de los 50's).
Muchas de estas firmas sobrevivirían durante los siguientes 30 a 50 años
(prácticamente hasta las décadas de los 60-80's), desapareciendo
posteriormente o abandonando el mercado de los radioaficionados para
dedicarse de lleno a otros mercados de radio más profesionales.
National Co. fue fundada en 1914 como empresa fabricante de juguetes
(National Toy Co.), y no fue hasta 1928 cuando de la mano de James Millen
comenzó a dedicarse a la producción de receptores de radio, lanzando el SW-5
"Thrill Box" en 1930, un receptor destinado a los radioescuchas, pero que
pronto encontró sitio en muchos cuartos de radioaficionados. En octubre de
1934 presentó el receptor HRO, aunque no salió a la venta hasta marzo de 1935,
y fue un receptor con mucho éxito entre los radioaficionados, considerándose un
receptor modelo en su época, el mejor antes de la II Guerra Mundial. Este
31
receptor evolucionaría en diversos modelos (que conservaban prácticamente la
misma línea estética) bajo la denominación HRO durante las siguientes dos
décadas.
Hammarlund fue fundada en 1910 por Oscar Hammarlund (inmigrante de origen
sueco que llegó a Estados Unidos en 1882) como compañía fabricante de
dispositivos para telegrafía y comunicaciones por hilo, y hacia mitad de los años
1920's fue cuando comenzó a construir equipamientos para radio, construyendo
su primer receptor de radio en 1931, el Comet Pro, destinado al mercado de
aficionados, y que obtuvo mucha aceptación entre éstos. El Panadaptor citado
anteriormente fue un producto de esta firma.
Hallicrafters Inc. fue fundada en 1933 en Chicago (Illinois - USA) por William J.
Halligan, comenzando a fabricar receptores del tipo TRF (Radiofrecuencia
sintonizada). Sus primeros receptores fueron construidos para otras compañías,
como Howard Radio, y a principios de 1936 se alió con Case electric para poder
utilizar la licencia sobre el receptor superheterodino que disponía, concedida
por su propietaria, RCA. A finales de 1936 lanzó su modelo de receptor SX-9,
receptor superheterodino superior a sus anteriores modelos de tipo TRF, y
construido con componentes fabricados por diversos fabricantes. Tenía una gran
apariencia de receptor de radioaficionados. Le seguirían posteriormente los
modelos SX-10 y SX-11.
Collins Radio Co. fue fundada por Art Collins a principios de los años 1930's,
dedicándose a la fabricación de transmisores para radioaficionados (fue una de
las pocas firmas que se dedicó a transmisores de radioaficionado). No sería
hasta la década siguiente, con la entrada de Estados Unidos en la II Guerra
Mundial, cuando amplió su negocio de equipamientos de radio al ámbito
comercial y al militar, fabricando receptores de gran calidad.
1941: LLEGA LA GUERRA !!!!
En septiembre de 1939 Europa entra de nuevo en guerra. En toda Europa se
suspende la actividad de los radioaficionados. Duraría hasta 1946. Pese a ello,
algunas estaciones alemanas permanecieron activas durante la guerra
convirtiendose en estaciones espías al servicio de los nazis. Durante la guerra
muchos radioaficionados fueron enlistados en cuerpos especiales del ejército.
Participaron en el Servicio de Radio de Emergencia de Guerra y ésta era la única
actividad que podían realizar con sus equipos. Operaban en la banda de 2,5 m y
su misión era las comunicaciones en los eventuales ataques aéreos que
pudieran sufrir.
En junio de 1940 la FCC norteamericana prohíbe a los radioaficionados
norteamericanos contactar con estaciones de la zona en guerra. Pero después
de lo ocurrido en Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941, con el ataque
32
japonés por sorpresa, se suspende totalmente la actividad de
radioaficionados norteamericanos al entrar los EEUU en guerra con Japón.
los
La II Guerra Mundial supuso un gran parón en la radioafición, pero también dio
lugar a grandes avances en materia de radiocomunicaciones y tecnología
electrónica de la época para su aplicación en los equipos de guerra: Se
diseñaron tubos electrónicos mejores que hicieron los equipos de guerra más
compactos y de mejores prestaciones. Las investigaciones sobre el radar y
comunicaciones en frecuencias elevadas supusieron grandes avances en las
bandas de VHF y UHF. El empleo del cable coaxial para alimentación de antenas
y el conector de antena SO-239 se convirtieron en la norma (hasta entonces las
líneas de alimentación de las antenas eran de tipo de escalerilla o paralelas).
La guerra terminó el 17 de agosto de 1945 con la rendición de Japón. Cuatro
días más tarde y gracias a la ARRL, se permitió el uso de una banda para los
radioaficionados en Estados Unidos. Desde esa época, muchas bandas más se
fueron abriendo para los radioaficionados, y se volvería a permitir la radioafición
en otros países donde había sido prohibida a causa de la guerra.
Tras volver a permitirse la actividad de la radioafición en Estados Unidos y otros
países, los radioaficionados norteamericanos se encontraron con muchas
toneladas de equipos electrónicos de guerra sobrantes, que se conocieron como
"surplus", muchos de los cuales serían aprovechados por los radioaficionados,
encontrando un hogar en sus estaciones. La radioafición de la postguerra
quedaría rápidamente marcada por los avances tecnológicos que se
desarrollaron para aplicaciones militares durante la guerra.
Ello se notó principalmente en las bandas más altas que empleaban los
radioaficionados hasta entonces, las bandas de 56 y 112 MHz, ya dentro de la
VHF. En ellas operaban con sencillos receptores súper regenerativos y
transmisores con osciladores modulados en amplitud (AM). Las tecnologías de
VHF y microondas dieron un salto adelante durante la guerra, y las nuevas
mejoras fueron incorporadas por los aficionados. Las antiguas bandas de 2,5
metros (112 MHZ) y 5 metros (56 MHz), fueron pronto reemplazadas por la de 2
metros (144-148 MHz en EEUU) y de 6 metros (50-54 MHz en EEUU)
respectivamente, y la AM comenzó a ser sustituida por la FM en estas bandas.
1947 : POR FIN LA SSB
La modulación en amplitud (AM) fue la reina en los años de posguerra entre los
radioaficionados, y solían usarse equipos de grandes componentes, dimensiones
y peso, difíciles o imposibles de transportar por una sola persona en algunos
casos (los equipos más potentes estaban montados en bastidores de más de
metro y medio de altura). Por aquel entonces, y para conseguir una mejor
eficiencia en el uso del espectro de frecuencias de radioaficionados, la ARRL
33
promovió el empleo de modulación de frecuencia de banda estrecha (NBFM) en
algunas partes del espectro de HF, pero la iniciativa no prosperó.
Fue en septiembre de 1947 cuando Oswald Garrison "Mike" Villard (W6QYT,
fallecido en 2004) y un grupo de estudiantes de la Universidad de Stanford,
comenzaron a experimentar con la SSB, aquella famosa tecnología de la que se
había hablado tímidamente en 1933-1934. Sus primeras experiencias,
realizadas desde la estación del Radioclub de la Universidad de Stanford (de
indicativo W6YX), universidad donde Mike Villard estaba finalizando su
doctorado, fueron publicadas en el número de enero 1948 de la revista QST.
Poco después la SSB estaba ya en boca de todos los radioaficionados y comenzó
a ser la moda.
A la izquierda una foto de "Mr. SSB" (Oswald G. M. Villard) en 1947. Sin duda el
equipo soñado por todos en esa época era el Collins KWS-1 (a la derecha),
puesto a la venta en 1955. Fue el primer transmisor de hasta 1 Kw de potencia
en antena que incorporaba la SSB.
Y pasan los años:
LOS AÑOS 50
Sin duda lo que más destacó fue el nacimiento de los transistores y los circuitos
integrados.
En los 50, los radioaficionados hacían sus contactos sobre todo en las bandas de
75 y 80 metros con comunicaciones "regionales". Los que se atrevían con los 40,
20 y 10 metros eran considerados poco menos que "genios".
Por entonces ya se emitía en la banda de VHF de 2 metros. En los 50 nacería
también la SSTV (Televisión de barrido lento) y el APT (facsímil), usado todavía
en los 80 para transmitir mapas meteorológicos.
Técnicamente, en esta década surgen los primeros equipos transceptores. Hasta
entonces las estaciones de radioaficionado estaban constituidas por equipos
transmisores y receptores separados, que se podían interconectar externamente
en mayor o menor grado entre sí. Aunque podía habérsele ocurrido antes a
alguien, no existían equipos que aunaran transmisor y receptor interconectados
bajo una misma carcasa. Fue la expansión de la SSB la que hizo que el concepto
de
transceptor
resultase
tan
práctico
como
atractivo.
En su forma más básica, un transceptor emplea una serie de circuitos que son
comunes tanto para la parte de transmisión como para la de recepción, como
son los osciladores que controlan las frecuencias de transmisión y recepción. Y
por otro lado presentan la gran ventaja de que un solo equipo sustituye al
34
transmisor
y
receptor
separados,
y
con
menos
mandos.
El primer transceptor comercial llegó de la mano de Collins Radio en 1957 con el
modelo KWM-1, que fue una referencia no sólo para Collins sino también para el
resto de fabricantes. Este transceptor de AM/CW/SSB y con una potencia
máxima en torno a los 90 watios en antena, estableció el principio del fin de los
transmisores y receptores separados en las estaciones de radioaficionado. Sin
embargo, unos pocos fabricantes como Collins y R. L. Drake siguieron
produciendo transmisores y receptores separados unos 20 años más, pero
diseñados de forma que se podían interconectar entre sí para funcionar en
conjunto como un transceptor. A medianos de los años 70, ya eran pocos los que
aún fabricaban transmisores y receptores separados.
En 1956, el director de cine francés Christian Jaques y Henri Gerges Clouzot
estrenaron la película titulada "Si tous les gars du monde..." (Si todos los
hombres del mundo...). Esa película dura casi dos horas y habla de la historia de
un comandante con problemas en el mar y cuya tripulación es salvada gracias a
los radioaficionados. Estuvo interpretada por los actores André Valmy, Jean
Gaven, Marc Cassot y Georges Poujouly. A pesar de que la película no tenía
crimen, disparos, ni estrellas, sino sólo actores noveles, tuvo un gran éxito y dio
mucha publicidad a la radioafición. Esa cinta plasmó como nadie la estupenda
labor de ayuda de los radioaficionados. No en vano, la radioafición está
reconocida internacionalmente como un servicio público.
Otro hito importante de los años 50's, que revolucionó la electrónica en general,
fue la aparición del transistor. La tecnología electrónica, y por tanto la
tecnología de las comunicaciones, se basaba desde sus orígenes en las válvulas
de vacío o tubos electrónicos, pero a finales de 1947 los laboratorios Bell de
Norteamérica presentaron algo nuevo, el transistor. Se trata de un dispositivo
de estado sólido con tres electrodos de conexión y de pequeño tamaño, que por
su comportamiento podría decirse que era una especie de triodo de estado
sólido, e inició la era de la electrónica de estado sólido, al ir reemplazando desde
los años 50's a la electrónica de los tubos electrónicos.
El primer receptor de radio a transistores data de 1954, fue el TR-1 de Regency,
un pequeño receptor de bolsillo de Onda Media que incorporaba cuatro
primitivos transistores. Regency produjo en 1956 el primer equipo
transistorizado para radioaficionados, el conversor ATC-1 para las bandas de 80
a 10 metros (que permitía escucharlas con un receptor de Onda Media), y
Hallicrafters no comercializó un elaborado y costoso transceptor a transistores
hasta 1959, el FPM-200, que incorporaba dichos componentes en su diseño,
salvo en las etapas excitadora, amplificadora final y reguladora de tensión, que
aún estaban realizadas con válvulas. Los transistores de esa época sólo
soportaban tensiones y potencias bajas, por lo que debían seguir empleándose
válvulas de vacío donde no podían emplearse transistores. Varias compañías
más emplearon ese esquema hibrido (lámparas + transistores) a lo largo de los
años 60.
35
La introducción de los transistores trajo varias ventajas: Un bastante menor
tamaño de los equipos, lo que permitía crear equipos más pequeños y más
fácilmente transportables (como ocurrió con los pequeños receptores de radio
de bolsillo, algo casi impensable anteriormente con receptores de válvulas), y
que requerían unas tensiones de alimentación bajas, por lo que podían ser
alimentados con pilas de bajo valor de tensión e incluso con la batería de los
automóviles: ello permitió que surgieran equipamientos electrónicos para
automóviles. Pero todo esto comenzaría a desarrollarse plenamente en la
siguiente
década.
Otros hitos de esta década son la aparición en 1955 de las primeras antenas
directivas para operación en bandas de HF, la Exposición universal de Bruselas
de 1958, en la cual hay instalada una estación de radioaficionados operada por
ON4UB, el éxito de la banda de 6 metros (50 MHz), que comenzó a estar tan
concurrida como la banda de 2 metros (144 MHz) a finales de la década, o el
nacimiento de la actual Banda Ciudadana en los 11 metros (27 MHz) en Estados
Unidos en 1957.
La Banda Ciudadana (CB, Citizen Band) surge como un medio de comunicación
personal a través de equipos de radio de uso para el ciudadano corriente, y sus
orígenes se remontan a 1944 cuando el joven ingeniero norteamericano Alfred
Gross (Al Gross, 1918-2000) propuso al FCC (Federal Communications
Commission, Comité Federal de Comunicaciones de Estados Unidos) la creación
de este servicio para uso del ciudadano (comunicaciones personales, familiares
y de tipo profesional), aprobándose un servicio de este tipo en la banda de 462
MHz (UHF) después de acabada la II Guerra Mundial, en 1946, bajo la
denominación de "Banda Ciudadana de Clase A".
En 1957 el FCC creó la "Banda Ciudadana de clase D", para comunicaciones
personales de tipo familiar y comunicaciones individuales en empresas. Fue
asignada en la banda de 27 MHz, que entonces era una banda de uso
gubernamental (asignada a título primario al servicio forestal y de uso militar, y
a título secundario al servicio de radioaficionados norteamericanos). Fue esta
banda a la que el gran público asoció el acrónimo "CB" (Banda Ciudadana), y a
partir de los años 60's empezó a popularizarse entre trabajadores de pequeñas
empresas y autónomos (electricistas, fontaneros, carpinteros...), y en empresas
de servicios de transporte (transportistas, taxistas, etc...). Los camioneros
transportistas norteamericanos estuvieron a la cabeza de la difusión de la CB en
los 60's. Se formaron muchos clubs de cebeístas (usuarios de la CB), y se
desarrolló un argot de palabras para las comunicaciones en CB. En varias
películas y series de televisión norteamericanas de mitad y finales de los 70's
aparece el uso de los equipos de CB, y en algunas tenían un gran protagonismo
(en películas que se desarrollaban en carreteras, de camioneros, etc...).
Al Gross (W8PAL) es considerado "el padre de la CB" por su gran protagonismo
en la creación de sistemas de comunicaciones personales por radio así como por
36
el diseño y fabricación de equipos para estos servicios. Pero a Al Gross se le
conoce también por ser un pionero en las modernas técnicas de
radiocomunicaciones personales, siendo el inventor del "Walkie-talkie" en 1938,
cuando aún era estudiante de ingeniería en Cleveland, y con ellos puso la
posibilidad de poner las comunicaciones personales por radio de corto alcance
en manos del público en general, de ahí que fuera el principal artífice en la
creación de la Banda Ciudadana. Los primeros Walkie-talkie de Al Gross
operaban en 300 MHz y usaban tubos electrónicos miniatura especialmente
adaptados para operar a estas frecuencias entonces tan elevadas. Walkie-talkie
nombre que viene a decir que es un aparato que permite pasear (walk) y hablar
(talk), y no entrarían en el ámbito de la radioafición hasta los años 60-70's, para
su empleo en bandas de VHF (2 metros) y gracias al uso de los transistores en
lugar de los tubos de vacío.
LOS AÑOS 60 Y 70'S
En los años 60's se va consolidando en las bandas de HF la SSB sobre la AM,
siendo la SSB el modo más utilizado ya en 1960. La SSB va desplazando a la AM
en las bandas de HF, y a finales de los 70's ya quedan muy pocos
radioaficionados que siguen usando la AM en bandas de HF.
Los transceptores de HF se van imponiendo rápidamente a los conjuntos de
transmisor y receptor separados, y también a finales de los 70's ya casi no se
fabrican transmisores y receptores por separado.
Las tensiones políticas entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética da
lugar a una larga época de tensión entre ambos países y sus aliados, que se ha
conocido como "Guerra Fría" y que ha durado desde los 50's hasta finales de los
80's. Comienza a haber una gran actividad en las bandas de radiodifusión de
Onda Corta (HF) donde emisoras de un bando y otro transmiten sus
programaciones, muchas veces de marcado carácter político y propagandístico,
hacia potenciales oyentes en todas partes del mundo, y usando numerosas
lenguas en sus programaciones. Por ello a principios de los 60's surgen los
primeros entusiastas de la radioescucha de la onda corta, conocidos como SWL
o Diexistas de Onda Corta. La actividad del Diexismo en Onda Corta alcanzó sus
máximos en los años 70 y 80's, creándose clubs de diexistas o SWL en muchos
países.
En 1962 nace el radioclub de la ITU (Unión Internacional de
Telecomunicaciones): 4U1ITU Comenzó sus emisiones el 10 de junio de 1962.
La transistorización se va imponiendo rápidamente sobre la antigua tecnología
de tubos de vacío, y en la década de los 60's ya surgen los primeros circuitos
integrados, que permiten reducir aún más el tamaño de los equipos. Los
fabricantes de equipos para radioaficionados no son ajenos a todo ello, y ya en
37
1969 la firma norteamericana Ten-Tec elaboró una serie de módulos de estado
sólido (totalmente transistorizados) para construir transmisores y receptores de
CW. En 1971 Ten-Tec presentó el Argonaut 509, transceptor de SSB y CW para
HF con 5 vatios de salida, y en 1973 lanzó el Triton, que supuso todo un hito: era
un transceptor de SSB y CW para HF ya totalmente de estado sólido, con todas
las funciones necesarias, y con dos versiones de 100 y 200 vatios de entrada.
La implementación de los semiconductores y circuitos integrados en los años 60
y 70's hizo que los equipos fueran de tales características de diseño y
complejidad, que hizo difícil que los radioaficionados pudieran por si mismos,
continuar construyendo sus equipos, algo bastante habitual en décadas
anteriores.
En los años 70's aparecen los primeros repetidores de FM en las bandas de VHF.
Ello aportó una nueva faceta a la radioafición y a la operación en móvil y en
portátil. Aparecieron equipos de producción norteamericana para estas bandas,
como el Regency HR-2A, lanzado en 1972, para la banda de 2 metros y
preparado para la operación con repetidores y desde móvil (ya que podía
alimentarse con los 13,8 V de las baterías de los automóviles al ser un equipo
totalmente transistorizado). Sin embargo, comienzan a llegar equipos de VHF y
HF procedentes de Asia, principalmente fabricados en Japón y Corea, que entran
en rivalidad con los equipos de producción norteamericana. Pronto estos
equipos, de marcas como Icom o Yaesu, coparon gran parte del mercado de
equipos para radioaficionados, en detrimento de los equipos de fabricación
norteamericana. También de manos de estas firmas comienzan a llegar walkietalkies para las bandas de VHF y UHF, que se popularizan rápidamente por ser
equipos de mano y capaces de operar a través de los repetidores instalados en
las bandas de V/UHF, que incrementan notablemente la cobertura de estos
equipos de mano. A continuación se muestran dos buenos ejemplos de los
equipos de estos años: el japones YAESU FT101 y el norteamericano DRAKE TR4C.
En 1971 un radioaficionado de Sussex (Inglaterra) durante la lluvia de
meteoritos de las Perseidas, registró señales procedentes de una emisora de FM
en 70,31 Mhz, procedentes de Gdansk (Polonia). Con ello surge una nuevo modo
de comunicación entre los radioaficionados, denominado "Dispersión meteórica"
o "Meteor Scatter" en terminología inglesa. Este sistema permite el
establecimiento de enlaces de corta duración entre estaciones a cientos de
kilómetros mediante el mecanismo de la reflexión de las ondas de radio en la
estela que dejan los meteoros al entrar en la atmósfera terrestre y evaporarse
éstos por el gran calentamiento que sufren al friccionar a gran velocidad con el
aire. Estas estelas están ionizadas, y su comportamiento es similar al de las
capas de la ionosfera, las capas que permiten la propagación de las ondas a
largas distancias en HF.
Estas
estelas,
si
están
fuertemente
38
ionizadas,
permiten
reflexiones
a
frecuencias muy elevadas (de incluso UHF, las cuales no son reflejadas a largas
distancias por la ionosfera), pero lo normal es que cuanto mayor sea la
frecuencia, menor es el grado de reflexión que presentan. Y además las estelas
desaparecen rápidamente, con lo cual los enlaces sólo tienen un tiempo escaso
para establecer una comunicación satisfactoria, en el mejor de los casos, de
unos pocos segundos (menor cuanto más alta sea la frecuencia de trabajo), y
ello obligó al uso de modos de trabajo que aprovecharan bien este escaso
tiempo para establecer y confirmar un enlace entre dos estaciones, como es el
uso de la telegrafía a muy alta velocidad (típicamente se usaron mensajes
grabados a gran velocidad en cintas de casette para su transmisión, y
magnetófonos para grabar posibles respuestas).
Y DEL MAR AL ESPACIO
Una fecha clave en los años 50 fue enero de 1953. Dicho día Ross Bateman
(W4AO) y Bill Smith (W3GKP) estaban hablando en la banda de 2 metros
cuando se dieron cuenta que escuchaban unos ecos de sus modulaciones, que se
demostró que procedían de la Luna. Sus señales salían hacia el espacio exterior
y alcanzaban la Luna, devolviéndolas de nuevo hacia la Tierra. Debido a la
distancia total recorrida por las señales (800.000 km), y la baja reflectividad de
la superficie lunar a las ondas de radio, las señales emitidas tienen una
atenuación total de unos 250 decibelios, y aunque fueron emitidas con unos
pocos Kilowatios de potencia, los ecos en la Luna apenas fueron captados por
encima del ruido de fondo, pero aquello funcionaba. Así comenzaba con que hoy
conocemos como "Rebote lunar" o EME (Earth-Moon-Earth, o Tierra-LunaTierra), un modo de comunicación operable a la práctica sólo en bandas de VHF
y superiores. Comenzaba una era de la radioafición, la era de las
comunicaciones a través del Espacio.
Pocos años después comenzó la Guerra Fría entre Estados Unidos y la antigua
URSS (Unión Soviética). La URSS llegó a lo más alto con el lanzamiento del
primer satélite artificial que orbitó alrededor de la Tierra el 4 de octubre de
1957, el Sputnik I, lo que era una forma de decirle a los americanos "cuidado
chicos, estamos aquí y podemos hacerlo.". El Spuknit I tenía una baliza que
transmitía en la frecuencia de 20,007 Mhz un sonido de tipo "bip...bip..", y que
fue escuchado por muchos radioaficionados de todo el mundo.
Dicho satélite era una bola de aluminio de 83,6 kg de masa y 60 cm de diámetro,
girando en torno a la Tierra en una órbita elíptica de entre 235 a 935 Km de
altura, y se desintegró en la atmósfera terrestre entre el 4 y el 10 de enero de
1958.
1957 Estados Unidos creó la Agencia Espacial Norteamericana, la NASA, y a los
pocos meses lanzaba el primer satélite americano, el Explorer-I, el 1-2-1958,
que en 1958 enviaba este sonido en la frecuencia de 108,027 Mhz. Había
39
comenzado la "Carrera espacial" entre Estados Unidos y la antigua Unión
Soviética.
A los pocos días la NASA puso en órbita el Vanguard I (lanzado el 17-03-1958),
que también transmitía en la banda de 108 MHz, con una potencia aproximada
de 10 mW. Muy poco tiempo después, los satélites norteamericanos se situaron
en los 136 MHz, actuales frecuencias de los actuales satélites meteorológicos de
baja órbita.
En los años siguientes a estos lanzamientos, los norteamericanos lanzaron dos
satélites para comunicaciones de tipo "pasivos", los satélites de la serie Echo,
que en realidad eran una especie de globos inflables, constituidos por una
cubierta metalizada de 12 milésimas de mm, que se enviaba al espacio plegada,
y que a causa del vacío espacial, el poco aire que había dentro de la cubierta
plegada era suficiente para hincharlos. Eran globos de 30 m (Echo I) y de 42
metros (Echo II) de diámetro, que permitían reflejar las señales de radio que
eran dirigidas hacia ellos, por lo que fueron los primeros satélites de
comunicaciones.
En 1960 un grupo de entusiastas radioaficionados de Sunnyvale (California),
cuya ocupación profesional estaba vinculada con el espacio o con las
comunicaciones, y animados por el gran éxito que tuvo tan sólo tres de años
antes la antigua Unión Soviética al lanzar y poner en órbita el primer satélite
artificial de la historia, el Sputnik-I, crearon la asociación Poject OSCAR
(Orbiting Satellite Carrying Amateur Radio), cuyo objetivo era diseñar y
construir satélites para radioaficionado. Su misión más inmediata: Poner en
órbita un satélite para uso de los radioaficionados.
El primer satélite del proyecto OSCAR se diseñó y construyó en un tiempo
récord, menos de un año. Y luego tuvieron que convencer a los militares, que
tenían el control de los lanzamientos espaciales en aquellos años, para
incorporar el satélite en algún lanzamiento de algún cohete al espacio, y para
ello solicitaron sustituir parte del lastre del cohete por el satélite, un paquete de
unos 4,5 Kg de peso. Tras varias negociaciones con los militares, que no daban
crédito a la petición de los radioaficionados, accedieron incluir el satélite como
carga secundaria en el lanzamiento del Discoverer-36, un satélite militar.
Y así, el 12 de diciembre de 1961, desde la base militar de Vanderber
(California), fue lanzado al espacio, a bordo de un cohete Thor-Agena B, el
satélite OSCAR-1. En la última fase del lanzamiento se desligó del cohete
mediante un resorte mecánico, que, además de ponerlo en funcionamiento,
desplegó una antena de un cuarto de onda.
El satélite transmitía en modo baliza la palabra "HI" (Hola) en telegrafía 60
veces por minuto, junto con datos de temperatura interna del satélite, en la
frecuencia de 144,983 MHz y con una potencia de transmisión de sólo 140 mW.
El transmisor estaba alimentado por unas baterías no recargables, y estuvo
40
activo durante 22 días, siendo escuchado por primera ve desde la Antártida por
la estación KC4USA al pasar el satélite sobre su ubicación, y escuchándose por
última vez el 3 de enero de 1962, al agotarse sus baterías. Veintiocho días más
tarde, el 31 de enero, el satélite se volatilizó al entrar en contacto con la alta
atmósfera terrestre. Pese a estar activo 3 semanas, 570 radioaficionados en 28
países consiguieron captar su señal.
Pocos meses más tarde, el 2 de junio de 1962, fue puesto en órbita el OSCAR II,
con las mismas características de su predecesor. Su emisor resultó mucho más
eficaz y estuvo activo durante 18 días.
De ahí en adelante y hasta el 23 de Enero de 1970, los radioaficionados
construyeron 4 satélites más, siendo el quinto el Australis OSCAR-5, lanzado en
la fecha antes indicada. Estos satélites fueron de corta vida, experimentales y de
órbita baja.
De los éxitos de los primeros pasos en las comunicaciones vía satélite mediante
el proyecto OSCAR, surgió la necesidad de un nuevo grupo que llevara adelante
los proyectos de organización. Y así, el 3 de marzo de 1969 se fundaba en
Washington DC la Radio Amateur Satellite Corporation, AMSAT (abreviatura de
AMateur by SATellite).
AMSAT nació en Norteamérica para agrupar con más formalidad a los
radioaficionados del mundo interesados en las comunicaciones espaciales.
AMSAT tuvo originalmente la responsabilidad de construir y operar los satélites
OSCAR-6, 7 y 8 (lanzados los los años 72, 74 y 78 respectivamente). Después
nacería en Inglaterra la Corporación AMSAT-UK, la que a través de NASA, lanzó
al espacio el 6 de Octubre de 1981 el satélite UOSAT OSCAR-9, que fue el
primero en llevar una cámara CCD para enviar imágenes de la tierra,
formateadas de manera tal, que era posible observarlas en una pantalla de
televisión, después de un mínimo procesamiento.
AMSAT es actualmente una fundación de ámbito mundial con base en Estados
Unidos, dedicada al estudio y práctica de la modalidad de comunicaciones por
satélite al amparo de la IARU (Internacional Amateur Radio Union). Es una
subasociación promovida y sostenida por los socios de la IARU que investigan
esta actividad y cuyos resultados son los satélites de radioaficionados que
orbitan la Tierra.
El primer satélite de esta nueva organización fue el mencionado anteriormente
AUSTRALIS-OSCAR-5, lanzado el 23 de enero de 1970, y fue construido por
estudiantes de la Universidad de Melbourne (Australia) y funcionó durante 52
días. A este lanzamiento seguirían otros, lanzándose nuevos satélites de
radioaficionado que ya disponían de transpondedores de radio que permitían
recibir en una banda de radioaficionados y reemitirlas en otras bandas
(típicamente en VHF y UHF). Así, se pudo disponer de una serie de "repetidores
41
volantes" que desde alturas de varios cientos de kilómetros permitían
comunicar entre sí a estaciones de radioaficionado de todo el mundo siempre
que tuvieran a la vista de sus antenas el satélite. A finales de los 80's AMSAT ya
había puesto en órbita una veintena de satélites OSCAR-AMSAT.
Los radioaficionados de la antigua Unión Soviética también dispusieron de
satélites para su uso: El 26 de octubre de 1978 la antigua URSS lanzó un satélite
de investigación de la serie Cosmos desde Plesetsk. Le acompañaban los dos
primeros satélites soviéticos diseñados por estudiantes y radioaficionados para
las comunicaciones de radioaficionados, el Radio-1 y Radio-2 (RS-1 y RS-2).
Fueron los dos primeros satélites de la serie RS (Radio Sputnik). A ellos
seguirían en años posteriores nuevos satélites de la serie RS, aunque no todos
fueron para uso de los radioaficionados.
Y volviendo al Rebote Lunar o EME, de esta época se pueden citar los siguientes
hechos:
En 1960 se consigue realizar el primer contacto mediante rebote lunar en la
banda de radioaficionados de 1296 Mhz (banda de 23 cm). El 23 de julio lo
consiguen radioaficionados norteamericanos operando las estaciones de dos
radioclubs norteamericanos W6HB y W1BU.
En 1965, el mayor radiotelescopio del mundo, el de Arecibo (en Puerto Rico) se
empleó para realizar el primer contacto mediante rebote lunar en 432 Mhz,
usando una gran cantidad de potencia (unas decenas de miles de Kw). Usó para
ello el indicativo: KP4I / KP4EOR. La ganancia de la gigantesca antena del
radiotelescopio era de 60 dB. Gracias a ello, muchos norteamericanos hicieron
su primer contacto EME tanto en emisión como en recepción. Otra prueba
similar
se
haría
posteriormente,
en
los
años
80.
En los años 70 florece también el ansia por conseguir récords en el rebote lunar.
Empiezan a destacar varias "BIG GUNs", megaestaciones preparadas para llegar
muy lejos, capaces de transmitir con potencias elevadas (de al menos un
kilowatio) y dotadas de grandes conjuntos de antenas directivas de gran
ganancia. Uno de los pioneros fue David, K1WHS, que emitía desde Maine en
144,200 y 432 Mhz experimentado con antenas de cortina y directivas. A veces
usaba conjuntos de antenas directivas enfasadas de 24 x 14 elementos (336
elementos en total), lo que proporcionaba una ganancia de unos 26 dB. Sus ecos
en la Luna eran potentes, de hasta 30 dB por encima del ruido de fondo. Era
capaz de recibir el eco de su propia voz rebotado en la Luna transmitiendo sólo
con solo 3 vatios. Gracias a él, estaciones mucho más pequeñas pudieron
estrenarse en rebote lunar.
Otros de los grandes en esta actividad eran/son: VE7BBG, K3NSS, KP4NPZ,
SK2CJ, W5UN o VE3ONT.
42
INTERNET Y LAS COMUNICACIONES DIGITALES
Internet es actualmente un gran medio de comunicación digital entre usuarios
de todo tipo, y la comunidad de radioaficionados no es ajena a ella. Es una gran
red global, donde se puede encontrar de todo (documentos, programas, etc...) y
donde usuarios de todo el mundo pueden ponerse en contacto entre sí a través
de numerosos servicios que ofrece esta gran red (correo electrónico o e-mail,
chats, etc...). Su alcance es universal, ha reducido nuestro mundo a una "aldea
global". Y aunque actualmente es algo normal en el día a día, sus orígenes
parten de finales de los años 1960's.
En efecto, tras más de 10 años de discusiones y estudios, el doctor JCR Licklider,
desarrolló en 1969 para el Departamento de Defensa Norteamericano ARPAnet,
una primitiva red de información militar pensada para intercambio de material
delicado de los servicios de inteligencia e información. Soportada por líneas de
comunicación de la época (líneas telefónicas y dedicadas), se conectaban a ella
ordenadores de la época (anteriores a los primeros ordenadores PC, que no
aparecerían hasta 12 años después), y su filosofía es que la red pudiera seguir
funcionando incluso en caso de que alguno de los centros que comunicaba
quedara fuera de servicio (por ejemplo, por un hipotético ataque nuclear
soviético). Pronto ARPAnet sería más utilizado por terceros (universidades y
otros) que por sus propios creadores. En principio fue llamada "red galáctica " y
al cabo de 20 años de evolución comenzaría a ser la red de información más
usada en el mundo, bajo en nombre actual de Internet.
En 1961 nació el correo electrónico o "email", en una primitiva versión. Fue
usado entonces como un programa de correo interno en el sistema CTSS así
como por varias universidades norteamericanas que intercambiaban así
información entre usuarios remotos que accedían a la información mediante
terminales telefónicos. Muy pronto llegaría a ser toda una red de correo. Fue la
red ARPAnet lo que incrementó la popularidad del email. Hoy en día,
prácticamente todos los emails usan el protocolo de Internet SMTP. En 1971
Ray Tomlinson, de ARPAnet, envió el primer email dando instrucciones de cómo
enviar un correo electrónico usando el formato que hoy conocemos:
[email protected]. Todo ello mucho antes de que se popularizara Internet.
Los radioaficionados no permanecen ajenos a la evolución de la técnica, y a
partir de los años 80's comienza a cambiar el modo de trabajo de los
radioaficionados, al incorporar los ordenadores personales (que comenzaron a
surgir en ese decenio) a los cuartos de radio, así como por la evolución de la
electrónica con la aparición y distribución de nuevos componentes electrónicos
más pequeños, poderosos, rápidos y baratos, lo que ponen al radioaficionado en
contacto con nuevos artilugios inalámbricos, ordenadores y redes inalámbricas
consistentemente conectadas.
43
Hasta el momento, los radioaficionados operaban sus equipos en unas pocas
modalidades de tipo "digital", como eran la telegrafía (CW) o el radio teletipo
(RTTY), además de las modulaciones en fonía de AM (que ya estaba casi en
desuso), SSB y FM (ésta última en bandas de VHF y UHF). También se practicaba
la televisión de barrido lento (SSTV, Slow Scan TV). Pronto empezaron a surgir
programas e interfaces que conectados entre el equipo de radio y el ordenador
permitieron que la CW, RTTY y la SSTV pudieran usarse a través del ordenador,
en lugar de usarse mediante operación manual (caso de la CW) o mediante el
uso de sofisticados equipos electrónicos pensados para RTTY o SSTV.
Pero también la experimentación en el ámbito de la informática a las
comunicaciones por parte de muchos radioaficionados dio lugar a la mejora de
modos ya existentes, o a la aparición de nuevos y revolucionarios modos de
comunicación digital por radio. En 1978 surge el "Radiopaquete digital" o
"Packet Radio", modalidad de comunicación digital de intercambio de mensajes
que tendría una amplia extensión en los 80's y sobre todo en la década de los
90's. En 1980 el radioaficionado inglés Peter Martínez (G3PLX) adapta para el
ámbito de los radioaficionados el SITOR, una variante de radio teletipo (RTTY)
empleada en el servicio marítimo y con una mayor seguridad frente a errores en
las comunicaciones que el RTTY clásico, surgiendo así el "AMTOR".
En 1980 se presentan las primeras TNCs para modos digitales (Nodos
Terminales de Comunicación), equipos que permiten la transmisión y recepción
en diversos modos digitales (CW, RTTY, AMTOR) conectados a los equipos de
radio, sin necesidad de requerir un ordenador para ello. A continuación se
muestra una de estas TNCs.
En los 90's el radioaficionado Bob Bruninga (WB4APR) introduce el sistema
APRS (Automatic Packet/Position Reporting System, o Sistema Automático de
Información de Posición), un modo que combina el uso de mapas digitalizados
con el Radiopaquete digital para conseguir un sistema abierto y transparente
que permite posicionar en estos mapas estaciones de radioaficionado, así como
otros elementos de interés, no necesariamente estaciones de radio, a los que se
denominan como "objetos" (aeronaves, vehículos de policía, puestos de socorro,
lluvias, nieve...), entre otras cosas. El uso de la tecnología de posicionamiento
por satélite GPS es fundamental en este sistema para proporcionar las
coordenadas exactas de las estaciones de radio y otros objetos que se
mostrarán en los mapas digitalizados.
A principios de los 90's la empresa alemana SCS (Special Communications
Systems) desarrolla para los radioaficionados el modo digital PACTOR, modo
que combina lo mejor del AMTOR con lo mejor del Radiopaquete digital (para
solventar las deficiencias que estos sistemas presentaban), siendo un modo
digital bastante exento de errores de transmisión de información (errores que
podían ser provocados por el ruido, variaciones en la propagación, etc...).
44
Posteriormente SCS desarrolló el PACTOR II (1995) y PACTOR III (2002),
aunque para ámbitos distintos de la radioafición.
Peter Martínez (G3PLX), padre del AMTOR, saca un nuevo modo digital en 1998,
el PSK31, modo que permite la comunicación teclado a teclado con bastante
inmunidad a los ruidos, con una operativa similar al RTTY, y que técnicamente
se basa en el uso de los denominados dispositivos DSP o "Procesadores Digitales
de Señales" para generar las señales a transmitir y recibir y decodificar las
señales recibidas.
Las tarjetas de sonido de los modernos ordenadores son dispositivos DSP, y con
la implantación de éstas en los ordenadores en la década de los 90's, comienzan
a ser empleadas como interfaces entre los equipos de radio y los ordenadores,
desplazando a los interfaces que se usaban conectados a los puertos de los
ordenadores y a las TNCs. Muchos modos digitales nuevos y ya existentes
comienzan a hacer uso de las tarjetas de sonido como interfaces y para generar
y
procesar
señales,
usando
las
capacidades
DSP
de
éstas.
En 1990 el radioaficionado norteamericano Ray Petit (W7GHM) da a conocer un
nuevo modo digital, el CLOVER, modo diseñado específicamente para funcionar
en las condiciones desfavorables de las bandas de HF, en la que el fading, los
ruidos y las propagaciones multi trayecto son habituales y provocan los fallos en
la transmisión de las señales digitales. Posteriormente los radioaficionados Bill
Henry (K9GWT) y Jim Tolar (W8KOB), de la firma HALL Communications,
siguieron trabajando en la mejora del Clover, junto con Ray, y el resultado fue el
Clover II (1995), basado en el uso de un módem de tecnología DSP.
A finales de los 90's otro radioaficionado polaco, Pawell Jalocha (SP9VRC)
investiga con dispositivos DSP, y crea un nuevo modo digital, el MT63, basado
en el empleo de hasta 64 tonos distintos en la transmisión, ocupando el ancho
de banda de un canal vocal. El PSK31 de Peter Martínez se basó en
experimentaciones previas de Pawell Jalocha. Pawell Jalocha también
desarrollaría posteriormente el modo NEWPSK y el modo OLIVIA (en 2005),
éste último de gran éxito para las comunicaciones teclado a teclado, con gran
robustez frente a errores de transmisión.
Otro radioaficionado que ha colaborado notablemente en el desarrollo de las
comunicaciones digitales de radioaficionado es Joe Taylor (K1JT),
radioaficionado norteamericano que además es un prestigioso astrofísico de la
Universidad de Princeton (Estados Unidos), y premiado con el Premio Nóbel de
Física en 1994. Joe Taylor ha desarrollado desde el año 2001 una serie de
modos digitales pensados para comunicaciones por señales muy débiles en
condiciones de poco ruido ambiental, como las que se dan en trayectos de
atenuación muy elevada en bandas de VHF y superiores, y que dejan las señales
recibidas a nivel o por debajo del ruido ambiente (caso de las comunicaciones
por rebote lunar, por difusión meteórica o "meteor scatter", o por difusión
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troposférica en bandas de VHF). Son modos basados en las capacidades de
procesamiento DSP de las tarjetas de sonido de los ordenadores, y sus modos
más exitosos entre la comunidad de radioaficionados son el FSK441 (diseñado
principalmente para las comunicaciones por dispersión meteórica), el JT44, el
JT6M y el JT65 (éste último con gran éxito para las comunicaciones por rebote
lunar).
A lo largo de los años van surgiendo nuevos modos digitales, muchos de ellos
con carácter experimental, que el tiempo y la aceptación por los
radioaficionados harán que se mantengan o desaparezcan. Los mencionados
anteriormente son los que han tenido más éxito y se siguen utilizando hoy en
día (de momento).
También la irrupción de Internet en la Radioafición ha traído a ésta nuevos
modos de operación: Desde principios de la década del 2000 se han desarrollado
plataformas de comunicación por voz en tiempo real a través de Internet que
permite poner en conversación de voz a usuarios de todo el mundo entre sí, y
que han sido adaptadas al ámbito de la Radioafición para conectar estaciones de
radioaficionados y radioaficionados sin estación entre sí a través de Internet.
Las más conocidas son e-QSO y Echolink.
Esto permite que, por ejemplo, un radioaficionado español pueda usar su
walkie-talkie de mano desde el balcón de su casa o desde su habitación para
acceder normalmente al repetidor de VHF de su ciudad. Pero si éste tiene
conexión a Internet y mediante Echolink está conectado a un repetidor de
Argentina, el radioaficionado español podrá hacerse oír a través de este ultimo
repetidor, pudiendo mantener comunicaciones con radioaficionados argentinos
que usen dicho repetidor. Pero también podrán participar radioaficionados que,
sin operar su estación de radio, se decidan conectar a dicho Echolink desde el
ordenador de su casa (con conexión a Internet), pudiendo así participar
radioaficionados de cualquier parte del mundo.
Muchos radioaficionados discuten si este modo de operación realmente es hacer
radio o no, pero ahí está, y aumenta enormemente las posibilidades de
comunicación entre radioaficionados de todo el mundo (gracias a la "ayudita" de
Internet), incluso aunque operen equipos de radio de VHF, de alcances
puramente locales.
Finalmente indicar que en otro orden de cosas, en 1996 se inician los estudios
para la implantación del sistema DRM (Digital Mondiale Radio), nuevo
estándard de radiodifusión digital en bandas de AM, y con ello la aparición de
los equipos receptores digitales. DRM supone la radiodifusión en formato digital
en bandas de Onda Corta e inferiores, como sustituta de la radiodifusión clásica
en AM. Los radioaficionados tampoco han sido ajenos a estos nuevos estándares
y también ha comenzado desde inicios de la década del 2000 en la investigación
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y desarrollo de modos de transmisión de voz digitalizada, alguno de ellos
basados en el estándard DRM.
A partir de aquí imagino que no es necesario que te contemos mucho, verdad?.
El destino de la radioafición siempre ha ido unido al de las nuevas tecnologías.
¿Salía algo nuevo?... Pues los radioaficionados intentaban aprovecharlo o
mejorarlo para mejorar lo mejorable.
Si con este artículo hemos logrado que redescubras o descubras cómo empezó
todo y lo mucho que ha pasado desde comienzos de siglo, habrá valido la pena.
Y hablando de historias curiosas... ¿conoces la historia de lo que ocurrió en las
navidades de 1939? Resulta que un radioaficionado francés captó una llamada
de emergencia de ZS9F (en Kenia) pidiendo ayuda para salvar a dos cazadores
que habían sido atacados por un leopardo en la selva al norte de Rhodesia. El
mensaje había sido pasado por un radioaficionado de Massachussets, quien
había recibido mejor la señal del radioaficionado de Kenia. Luego de haber sido
rescatados, como agradecimiento, uno de los cazadores envió la piel del
leopardo de regalo al radioaficionado francés, cerrando su mensaje con las
palabras: "Vive la France"... Es quizás tan sólo una anécdota más, una historia
más, pero algo que define bien al buen radioaficionado, siempre atento a las
necesidades
de
los
demás.
Abril 2007
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