Ciencias Sociales 6° BIBLIOGRAFIA: Diccionario de sociología Anthony Giddens Editorial alianza, Madrid, 2000. Pág. 82- 85. Sociedades de pastores y agrarias Hace unos veinte mil años, ciertos grupos de cazadores y recolectores empezaron a dedicarse a la cría de animales domésticos y al cultivo de trozos fijos de tierra como medio de supervivencia. Las sociedades de pastores son aquéllas que dependen principalmente de la ganadería doméstica, mientras que las sociedades agrarias cultivan (practican la agricultura). Numerosas sociedades han combinado la economía de pastoreo con la agraria. p.82 Sociedades de pastores Los pastores, dependiendo del medio en el que viven, crían y guardan vacas, ovejas, cabras, camellos o caballos. Hoy día siguen existiendo numerosas sociedades de pastores, concentradas principalmente en áreas de África, Oriente Medio y Asia central. Estas sociedades suelen encontrarse en regiones con extensas praderas, en desiertos o en las montañas. Dichas regiones no se prestan a una agricultura productiva pero si pueden alimentar a diversos tipos de ganado. Por lo general, las sociedades de pastores migran de un área a otra según van cambiando las estaciones. Al disponer de tracción animal, atraviesan distancias mucho mayores que los pueblos cazadores y recolectores. En consonancia con sus hábitos nómadas, los habitantes de las sociedades de pastores no suelen acumular cuantiosas posesiones materiales, aunque su modo de vida es, en este sentido, más complejo que el de los cazadores y recolectores. Como la domesticación de animales proporciona un aporte regular de alimento, estas sociedades suelen ser más amplias que las comunidades de cazadores y recolectores. Algunas sociedades de pastores agrupan a un cuarto de millón de personas o incluso más. Al recorrer grandes territorios, los pastores entran regularmente en contacto con otros grupos. Con frecuencia comercian, y también hacen la guerra. Muchas culturas basadas en el pastoreo han sido pacíficas, con el único deseo de atender a su ganado y de participar en los rituales y ceremonias de la comunidad. Otras han sido notablemente belicosas y se ganaban la vida mediante la conquista y el pillaje, y también cuidando animales. Las sociedades de pastores presentan mayores desigualdades de riqueza y poder que las comunidades cazadoras y recolectoras. En concreto, los jefes, líderes tribales o señores de la guerra a menudo ejercen un considerable poder personal. E. E. Evans-Pritchard, que estudió a los nuer, una sociedad del sur de Sudán, en África (Evans-Pritchard, 1940), proporcionó la descripción clásica de una sociedad de pastores. El sustento de los nuer depende principalmente de la cría de vacas, aunque también tienen algunos cultivos. Viven en poblados que están a una distancia de entre ocho y treinta kilómetros. En los años treinta, cuando Evans-Pritchard realizó su estudio, los nuer eran unos 200.000 en total. Todos hablaban la misma lengua y seguían las mismas costumbres, pero carecían de una autoridad política central o de cualquier forma de gobierno. Los nuer se dividen en tribus que a veces colaboran entre sí pero, por lo general, viven separados. Cada tribu posee su propia porción de tierra, delimitada normalmente por arroyos. Sin embargo, la tierra no tiene para los nuer una excesiva importancia, más allá del hecho de que es el lugar donde apacentar el ganado. Una parte del año, la estación seca, la pasan en campamentos cercanos a las lagunas. Gran parte de la vida de los nuer está ligada a su ganado, el cual ... p.83 es, en muchos sentidos, crucial para su cultura. Sienten un profundo desprecio por los pueblos vecinos que tienen poco o ningún ganado. Cada una de las etapas principales de la vida nacimiento, entrada en la edad adulta, matrimonio y muerte- está marcada por rituales relacionados con el ganado. Con frecuencia, a los hombres se les llama por el nombre de su buey favorito y a las mujeres por el de la vaca que prefieren entre las que ordeñan. Es muy habitual que las tribus nuer guerreen entre sí y también que creen alianzas para enfrentarse a un enemigo exterior. Del mismo modo que viven para su ganado guerrean en su nombre; por ejemplo, atacan a los cercanos dinka, otra sociedad de pastores, para robarles sus rebaños. Existe el siguiente dicho entre los nuer: "Ha muerto más gente por una vaca que por ninguna otra causa". Sociedades agrarias Parece que las sociedades agrarias surgieron aproximadamente en la misma fecha que las de pastores. En un momento dado los grupos de cazadores y recolectores empezaron a sembrar sus propios productos en vez de recolectar simplemente lo que crecía silvestre. Esta practica se utilizó por vez primera en lo que se conoce como "horticultura", el cultivo de pequeños huertos mediante simples azadones o instrumentos para cavar. Muchos pueblos del mundo siguen dependiendo principalmente de la horticultura para sobrevivir. (La figura 3.2 muestra cómo ha pervivido la forma de vida agrícola hasta nuestros días). Al igual que el pastoreo, la horticultura proporciona un suministro de alimentos más seguro que la caza o la recolección y permite, por tanto, abastecer a comunidades más amplias. Al no ser nómadas, las culturas que viven de la horticultura pueden acumular una mayor cantidad de posesiones materiales que las comunidades de cazadores y recolectores. Una vez que los grupos se han asentado en un determinado territorio, pueden establecer comercio regular y vínculos políticos con otros poblados distantes. El comportamiento guerrero es común entre las sociedades hortícolas, aunque el nivel de violencia tiende a ser menos pronunciado que entre algunos grupos de pastores. Aquellos que cultivan no suelen ser diestros en las artes del combate; por el contrario, los hombres de las tribus de pastores nómadas pueden formar ejércitos de saqueadores. Como ejemplo, nos ocuparemos de los gururumba, una tribu de Nueva Guinea con más de mil miembros que viven en seis poblados (Newman, 1965). En cada uno de ellos hay varios huertos vallados, dentro de los cuales diferentes familias poseen terrenos. Todos, adultos y niños sin excepción, se ocupan del cuidado de las tierras, aunque hombres y mujeres son responsables de distintos tipos de frutos y vegetales. Cada familia posee más de un terreno y cultiva diferentes plantas en cada época del año, de ... p.84 Figura 3.2 - Persistencia de la forma de vida agrícola en comparación con las sociedades industrializadas actuales: porcentaje de trabajadores en la agricultura, 1990 Porcentaje de trabajadores en la agricultura: Nepal - 91,7 Ruanda - 91,3 Uganda - 80,9 Etiopía - 74,5 Bangladesh - 68,5 Sociedades industrializadas: Australia - 7,4 Japón - 6,4 Alemania - 4,6 Canadá - 3,3 Estados Unidos - 2,3 Gran Bretaña - 2,0 Fuente: Nikos Alexandratos (ed.), World Agriculture: Towards 2010: An FAO Study, FAO y John Wiley, 1995. modo que su provisión de alimentos es constante. La cultura gururumba se basa en un complicado sistema de intercambio de regalos ceremonial entre las familias, a través del cual se puede lograr prestigio dentro de la comunidad. Así, la gente tiene unos huertos en los que cultiva lo que satisfará sus necesidades cotidianas y otros en los que siembra productos de "prestigio", que reciben mayor cuidado que los ordinarios. Los gururumba también crían cerdos pero, en general, no para comerlos sino para intercambiarlos como regalos cuyo objeto es alcanzar una posición en la comunidad. Cada pocos años se celebra una gran fiesta del cerdo, en la que cientos de estos animales se sacrifican, cocinan y ofrecen como regalo. Como ocurre en los grupos de pastores, existe entre los gururumba una desigualdad mayor que en las culturas cazadoras y recolectoras. Los jefes y líderes tribales representan un papel destacado y existen diferencias considerables entre las riquezas materiales que poseen las personas. Civilizaciones no industriales o estados tradicionales Aproximadamente desde el año 6000 a.C., tenemos pruebas de la existencia de sociedades de mayores dimensiones que las hasta entonces conocidas y que contrastan en ciertos sentidos con los tipos anteriores (Burns y Ralplh, 1974). Estas sociedades se basaban en el desarrollo urbano, presentaban ... p.85 desigualdades muy pronunciadas de riqueza y poder, y estaban relacionadas con el dominio de reyes o emperadores. Debido al hecho de que conocieron la escritura y un florecimiento de la ciencia y el arte, se las suele llamar civilizaciones. Sin embargo. y puesto que desarrollaron una forma de gobierno más estructurada que otras sociedades, el término estados tradicionales también se emplea para referirse a ellas. La mayoría de los estados tradicionales eran también imperios; sus dimensiones eran fruto de la conquista y de la incorporación de otros pueblos (Eisenstadt, 1963; Claessen y Skalnik, 1978. Kautsky, 1982). Así fue, por ejemplo, en la antigua China y en Roma. En su apogeo, en el siglo I d.C., el imperio romano se extendió desde las Islas Británicas, en el noroeste de Europa, hasta más allá de Oriente Medio. El Imperio chino, que duró más de dos mil años. hasta el umbral de este siglo, cubría la mayo parte de la inmensa región del este de Asia ocupada en la actualidad por la China moderna. Hoy día no existe en el mundo ningún estado tradicional. Aunque algunos, como China y Japón, permanecieron prácticamente intactos hasta principios del siglo XX, todos han sido destruidos o absorbidos por sistemas más modernos. Los primeros estados tradicionales se desarrollaron en Oriente Medio, sobre todo en las fértiles orillas de los ríos (véase la figura 3.3). El Imperio chino data del año 2000 a.C., un momento en el que también existían poderosos estados en los territorios que hoy ocupan India Y Pakistán. Existió un cierto número de estados tradicionales en Latinoamérica, como los aztecas de México y los incas del Perú. El establecimiento del Estado inca se remonta a un siglo antes de la llegada del conquistador español Pizarro, quien desembarcó en América del Sur en 1535 con un pequeño grupo de soldados. Sin embargo, mediante alianzas con otras tribus hostiles a los incas, logró con extremada rapidez la caída del Estado inca y su anexión a España. El suyo fue el primero de una serie de encuentros entre las influencias occidentales y los estados tradicionales que, finalmente, supondrían la desaparición de éstos.