Tema 15: ESPAÑA DURANTE EL FRANQUISMO. 15.1. EL FRANQUISMO: EVOLUCIÓN POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL HASTA 1959. Nos adentramos a continuación en el análisis pormenorizado de un acontecimiento de la historia de España como la Dictadura del general Franco (19391975). El nuevo régimen autoritario emergente surgió ya durante la Guerra Civil y pudo consolidarse en virtud del triunfo franquista en la contienda bélica. Aunque a lo largo del mismo percibiremos diferentes cambios, sí podemos constatar algunos aspectos inamovibles prácticamente durante todo el Régimen, como fueron la represión políticosocial y el poder personal y único de un Dictador que tuvo en la Iglesia, Falange y el Ejército los tres pilares fundamentales de su gobierno. A continuación nos referiremos a la primera gran etapa del Franquismo, comprendida entre la victoria en el enfrentamiento civil (1939) y la puesta en marcha del Plan de Estabilización (1959). 1.Origen y naturaleza del Franquismo: Podríamos situar sus orígenes en los comienzos de la Guerra Civil, concretamente a partir del nombramiento del general Franco como jefe político y militar de los rebeldes en Burgos el 1 de octubre de 1936. El bando sublevado sitúa así a un mando único al frente de sus tropas, clave verdaderamente importante para explicar el feliz desenlace de la contienda para los golpistas. Además, en el transcurso de la guerra, Franco sabrá acumular hábilmente una serie de títulos que simbolizaban la concentración del poder sobre el ejército (Generalísimo), el Estado y el Gobierno (Caudillo, Jefe del Gobierno y del Estado Español) y el partido único (Jefe Nacional del Movimiento, es decir, del partido de FET de las JONS). Aunque el Régimen evolucionó impulsado por los cambios socioeconómicos y la presión popular nunca abandonará su carácter de dictadura personal identificada con el pensamiento de las derechas autoritarias de entreguerras, cuyos rasgos más significativos serán: -El rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y la nostalgia de etapas pasadas de la España “triunfante”, como el reinado de los Reyes Católicos, cuyos símbolos, el yugo y las flechas, fueron asimilados por los falangistas. -La aversión hacia las instituciones políticas liberales y la democracia parlamentaria, identificadas con judíos y masones, a los que se hacía responsables de la decadencia nacional. -La dura represión del socialismo, del comunismo y, en general, de todo movimiento obrero. -Un exacerbado nacionalismo centralista, combinado con la xenofobia y el catolicismo conservador. No obstante, a pesar de esta aparente rigidez ideológica también se percibe un marcado pragmatismo en el Franquismo, que supo evolucionar desde un régimen próximo al fascismo hacia una dictadura paternalista. 2.Evolución de la política interior y exterior. La oposición al Franquismo: Cabría dividir el régimen de Franco entre 1939-59 en dos grandes etapas, a saber: 2.1. La construcción del régimen 1939-51: Entre 1938-42 la figura más relevante del Régimen fue Serrano Súñer, ministro de Gobernación del primer Gobierno franquista encargado de diseñar un Estado con tintes nacionalsindicalistas. Además, a nivel de política interior, durante el primer franquismo constatamos ya la tendencia de Franco a rodearse de una facción o “familia” en función de las necesidades existentes en cada momento de su mandato. Inicialmente serán falangistas y militares los que ocupen los principales ministerios y a partir de 1945, coincidiendo con la derrota de los fascismos, se incrementó la influencia política de los católicos próximos a la ACNP y posteriormente al Opus Dei. Franco intenta así limar los rasgos decididamente fascistas de su régimen y presentarse ante la opinión internacional como el defensor de un nacionalcatolicismo en el que destacarán figuras como Martín Artajo (ministro de Asuntos Exteriores) y Carrero Blanco (subsecretario de la Presidencia). Este lavado de imagen se completa además con una labor “constituyente” que pretendía legitimar el Estado. En los años previos al fin de la IIGM se promulgan el Fuero del Trabajo (1938) y la Ley Constitutiva de Cortes (1942), que convierte a España en una “democracia orgánica”. No obstante, el impulso legislador más decidido llegará a partir de 1945 con: -El Fuero de los Españoles (1945), que recogía unos derechos y deberes fundamentales que no podían sobreponerse a los principios fundamentales del Estado. -La Ley de Referéndum Nacional (1945), que preveía la posibilidad de una consulta popular mediante plebiscito. -La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), a través de la cual Franco incluye la promesa indeterminada de restauración monárquica tras su mandato. Por lo que se refiere a la política exterior de esta etapa cabría señalar que en el transcurso de la IIGM el régimen franquista mostró inicialmente una postura de no beligerancia que en ocasiones se confundió con un apoyo apenas disimulado a la Italia fascista y la Alemania nazi, sus aliados en la Guerra Civil. Incluso Franco se entrevistó con Hitler en Hendaya (noviembre 1940) con el propósito de entrar decididamente en la guerra. Esta intervención finalmente no se produjo y a partir de 1942, cuando el eje italoalemán comienza a mostrar importantes fisuras, el Régimen vira astutamente hacia una postura más neutral. Finalizada la contienda mundial la España franquista inicia en 1945 una etapa de ostracismo internacional caracterizada por la condena de la ONU, el abandono del país de los embajadores y el bloqueo diplomático y económico. Posteriormente, el contexto internacional de Guerra Fría y el anticomunismo imperante en el bloque occidental llevó a Estados Unidos a acercarse al régimen de Franco a partir de 1950. Pese a todo el aislamiento impedirá la incorporación de España a la OTAN y a la CEE. 2.2. La consolidación del régimen 1951-59: Durante esta etapa, en materia de política interior, observamos el aumento de la presencia católica en el gobierno, destacando especialmente la incorporación de una serie de tecnócratas del Opus Dei a partir de 1957. Los conflictos de diversa índole de 1956 habían convencido a Franco de la necesidad de un viraje que fue encomendado especialmente al equipo de López Rodó, diseñador de un Plan de Estabilización de 1959 que contribuirá a una mayor liberalización de la economía. No así de la política, donde persiste la línea represiva y continúa completándose la institucionalización del régimen a partir de leyes como: -La Ley de Procedimiento Administrativo (1958), para la organización de la burocracia. -La Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), en la que se definía el régimen como una monarquía tradicional, católica, social y representativa. En cuanto a la política exterior, las relaciones diplomáticas mejorarán sobre todo a partir de una serie de acercamientos concretos como los pactos con EEUU (1953), que suponían la integración económica y militar de España en el bloque occidental. Básicamente España se convierte en un satélite estadounidense a cambio del permiso para la construcción de bases militares norteamericanas en suelo español (Morón de la Frontera, Rota, Torrejón de Ardoz y Zaragoza). También en 1953 Franco firmó con la Santa Sede un Concordato que consagraba la confesionalidad católica del Estado español. Finalmente en 1955 España fue admitida en la ONU. Por último, y en lo concerniente a la oposición al Régimen durante estos años cabría señalar que durante el primer Franquismo esta se concretó en algunos grupos republicanos en el exilio, la presión de Don Juan de Borbón a través de escritos como el Manifiesto de Lausana (1945) y los maquis, una guerrilla refugiada en los montes. Ya a partir de los ´50 percibimos algunos síntomas de reconstrucción de una auténtica oposición en el seno de España que tendrá 3 grandes manifestaciones: las huelgas obreras, las protestas estudiantiles y el terrorismo de ETA. 3.Las transformaciones económicas: Tras la Guerra Civil, el Franquismo adoptó una política económica autárquica, muy dirigista e intervensionista, y de aislamiento y autosuficiencia con respecto al mercado exterior. Como consecuencia, sobre todo en los años ´40, se produjeron un estancamiento económico generalizado, escasez, hambre, inflación y el racionamiento de productos básicos. Prueba evidente de la carestía fue que el mercado negro estuvo durante años copado por productos alimenticios. La actividad industrial también se estancó, aunque intentará dinamizarse desde 1941 con la creación del INI. El ocaso de esta política autárquica comienza a vislumbrarse a partir de 1951 en virtud del fin del bloqueo diplomático del Régimen y de la entrada de los tecnócratas del Opus Dei en el gobierno. Estos, encabezados por López Rodó, diseñaron el ya citado Plan de Estabilización (1959), que marcó el paso definitivo hacia una política liberalizadora, más moderna, limitadora de la inflación y defensora del crecimiento sostenido. La reforma agraria y sobre todo el impulso industrial fueron claves y desde los ´60 se empiezan a recuperar los niveles previos a la Guerra Civil. En definitiva, se ponen las bases del desarrollismo. 4.Los cambios sociales y culturales: Cabría estudiar este apartado desde diversas vertientes tales como: 4.1. La demografía: Aunque el Franquismo conoce uno de los crecimientos vegetativos más altos de la historia de España y la población pasó de 25 a 35 millones, el incremento de habitantes habría sido mucho mayor de no ser por la Guerra Civil, la inmediata posguerra, el exilio y la posterior emigración por motivos laborales. En este crecimiento fue decisivo el descenso de la mortalidad, que pasa de un 17 ‰ en 1939 a un 8 ‰ en 1975. 4.2. Modernización social, valores y cultura: En la franja cronológica que nos ocupa la distribución profesional de la población española inició su recorrido hacia una mayor modernización social. Así, aunque todavía hacia 1940 más del 50 % de la población activa española estaba empleada en la agricultura, el primario fue descendiendo, el sector industrial pasó progresivamente a ser el predominante e inició su despegue el terciario. Para 1960 estos dos últimos sectores juntos superaban el número de empleados en la agricultura. Cabe señalar además que ante la pasividad de la clase media fueron sobre todo los trabajadores del sector industrial y minero los que participaron en la oposición al Régimen. En cuanto a valores se refiere, los años ´40 y ´50 se distinguieron por una rígida jerarquización en la que predominaban los valores tradicionales y la moral católica, difundidos por la Iglesia a través de instrumentos como la educación y la censura. En concreto, en el ámbito educativo fueron depurados los docentes de izquierdas y liberales y la enseñanza privada religiosa monopolizó el sector. Por lo que se refiere a la censura, esta impidió el debate intelectual y científico libre, dificultando notablemente una creación artística ya muy dañada por la Guerra Civil y el exilio de numerosos intelectuales. El Régimen contó con sus propios diarios (Arriba y Pueblo) y también supo desplegar hábilmente su censura sobre el cine, que fue usado como medio de propaganda del régimen a través del No-Do. Pese a todo surgieron algunos nombres importantes y cabe hablar en los años que nos ocupan de una generación de posguerra con creadores como: Cela, Aleixandre, Dámaso Alonso, Carmen Laforet, Delibes, Buero Vallejo, Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem, entre otros.