Peligra la desconocida vegetación del litoral platense y atlántico

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Peligra la desconocida vegetación del litoral platense y
atlántico del Uruguay
En las costas de Rocha y Maldonado asistimos a la desaparición de las últimas áreas de un
tipo de vegetación costera única: el matorral espinoso psamófilo
Ricardo Rodríguez-Mazzini 1 2
Liliana Isoco 2
Katy Ferreira Arriola 2
Renata Croci 2
La simplificación pseudocientífica ha llevado a que se perciba de manera desestructurada a los
diversos y complejos ecosistemas de la Tierra. Expresiones como “suelo improductivo” connotan
una percepción pobre y limitada de los sistemas naturales. La idea predominante de “desarrollo”
también está limitada por una simplificación extrema de la percepción de los espacios naturales donde
se intenta promover acciones de “desarrollo”.
Muchos sistemas naturales tienen funciones o producen bienes que no son los requeridos por el
manejo mercantil del momento, tan sólo por ello considerados no útiles y corren el riesgo de ser
transformados. Otros ecosistemas han sido útiles al ser humano durante siglos, pero, actualmente,
son transformados por razones e intereses circunstanciales de mercado. Así por ejemplo, se generan
usos no sostenibles de la naturaleza guiados por criterios economicistas de corto plazo: las selvas
tropicales de alta diversidad biológica se transforman en pastizales de bajo rendimiento, mientras que,
las regiones de praderas diversas (como ocurre en Uruguay), se transforman en bosques
monoespecíficos. Se desconocen los beneficios y las oportunidades de uso responsable y estable que
brindan los sistemas naturales.
Otra perspectiva de desarrollo, basada en la sostenibilidad social, ambiental y económica, plantea
respetar los sistemas naturales y utilizar responsablemente una selva como el ecosistema diverso que
es con variedad de servicios, usos y producciones, y una pradera como un ecosistema pastoril.
En cuanto a los ecosistemas costeros del Uruguay, la visión simplificadora dominante les confiere
casi una única utilidad: son áreas destinadas a la urbanización. Se desconoce la diversidad de vida
que contienen, sus funciones y servicios ambientales y su potencial para generar un desarrollo
sostenible de las sociedades humanas costeras.
El paradigma de la complejidad y los conceptos integradores de las ciencias ecológicas, junto a la
capacidad transformadora de la educación y la necesaria participación de las comunidades, son
algunas de las herramientas que dispone la humanidad para intentar transformar su peligrosa relación
actual con el entorno.
Matorral espinoso psamófilo: una caracterización
Uno de los tipos de vegetación propia del sistema litoral platense y atlántico
del Uruguay es el matorral espinoso psamófilo. Constituye una formación vegetal
con características xeromórficas que se desarrolla cercana a la línea de costa
sobre los campos de dunas platenses y atlánticos, y en las riberas de lagunas
costeras.
La condición de asociación a suelos arenosos, la influencia marina (vientos
dominantes, salinidad) y la composición de especies (predominancia de leñosas
bajas, achaparradas y abundancia de cactáceas), le otorgan a esta agrupación
1
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Instituto de formación docente de Rocha
Instituto de formación docente de Maldonado
una fisonomía particular y única dentro de las formaciones vegetales del territorio
uruguayo. Contribuye a esa fisonomía particular la presencia de muchas especies
espinosas y de grandes ejemplares de la tuna candelabro (Cereus uruguayanus)
que sobresalen del conjunto (Figura 1).
Figura 1. Matorral espinoso psamófilo existente en la zona de El Caracol (laguna de Garzón,
Rocha), límite de los departamentos de Maldonado y Rocha. Se observa la cobertura dominante de
espina de la cruz (Colletia paradoxa) y destacan altos ejemplares de la tuna candelabro (Cereus
uruguayanus),
Partiendo desde el borde del agua, la vegetación costera se dispone en una
primera línea paralela a la costa conformada por una asociación de plantas
pioneras herbáceas. Hacia el interior del territorio, aparece otro sector de
vegetación lineal que conforma un matorral achaparrado constituido por arbustos y
árboles de porte arbustivo, la mayoría espinosos, de no más de tres metros de
altura (frecuentemente uno a dos metros), tunas, enredaderas y helechos. Una
tercera línea de vegetación paralela a la costa la forma el bosque psamófilo.
Respecto del bosque, el matorral es pionero en la sucesión vegetal que lleva a la
fijación natural y a la formación del suelo en los campos de dunas próximos a la
playa. El bosque psamófilo es una etapa posterior, estable, que se desarrolla en
lugares relativamente protegidos de los vientos dominantes y del rocío salino
(Alonso Paz & Bassagoda 1999).
En la asociación de matorral participan de manera constante un conjunto de
especies vegetales entre las que se destacan por su aporte a la fisonomía del
conjunto: espina de la cruz, molle rastrero, tuna candelabro, y chumbera (Alonso
Paz & Bassagoda 1999) (Figura 2 y Tabla 1). Existe un predominio del hábito
arbustivo de bajo porte, seguido por el suculento de las cactáceas y finalmente por
el arbóreo (Bartesaghi 2007).
En áreas donde el matorral se encuentra muy cercano a la línea de costa,
está muy expuesto a la acción de los vientos, lo que determina que la vegetación
se desarrolle principalmente en el sentido de los vientos dominantes, adquiriendo
los individuos la forma característica de los llamados árboles bandera.
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Nombre común
Especie
Espina de la cruz
Colletia paradoxa
Molle rastrero
Tala trepador
Coronilla
Canelón
Tuna candelabro
Chumbera
Efedra o pico de loro
Calaguala
Helecho
Schinus engleri var. uruguayensis
Celtis iguanea
Scutia buxifolia
Rapanea laetevirens
Cereus uruguayanus
Opuntia arechavaletae
Ephedra tweediana
Ruhmora adiantiformis
Polypodium lepidopteris
Tabla 1. Especies vegetales de frecuente registro en los matorrales de la zona costera
(Tomado y modificado de: Alonso Paz & Bassagoda 1999).
Figura 2. Matorral espinoso psamófilo, zona de El Caracol, laguna de Garzón, departamento de
Rocha. Se observa una mata más cercana al océano de agregación muy densa dominada por
espina de la cruz, destaca la ausencia del componente suculento de las cactáceas.
A lo largo del año se observan en el matorral cambios estacionales de
formas y colores, ocasionados por variaciones en el follaje de distintas plantas,
como ocurre con el gris claro del senecio que resalta sobre los verdes oscuros, y
la floración amarilla de diversas cactáceas globosas que en noviembre se
observan tapizando el suelo en las costas de la laguna de Garzón.
Otro aspecto destacable de esta formación vegetal es su disposición en
mosaicos de matas espaciadas por sectores de suelo arenoso casi desnudo
(Figura 3).
Figura 3. Zona de El Caracol, laguna de Garzón, departamento de Rocha. Disposición en mosaico
de matas de espina de la cruz y otras especies espinosas asociadas.
Los matorrales presentan característicamente una cobertura dominada por
la espina de la cruz que forma la matriz de las manchas densas en muchos sitios
de la costa de Maldonado y Rocha. Esta especie Integra también manchas
aisladas de posible regeneración de matorral. Se ha sugerido para la espina de la
cruz una función como especie nodriza en la comunidad, considerando su alta
abundancia y frecuencia (Campo et al. 1999). Esta especie presenta fuertes tallos
robustos y coriáceos acompañados de una gran cantidad de espinas, por lo que
no es seleccionada por los herbívoros, fenómeno que favorecería su función de
planta nodriza o protectora para el establecimiento y desarrollo de otras especies
de la comunidad. Posiblemente esta función la ejerza en conjunto con otros
organismos con características similares, como lo son el molle rastrero y la tuna
candelabro, especies con las que frecuentemente se la encuentra asociada en los
parches (Figura 4).
La espina de la cruz se expande con cierta rapidez y es capaz de colonizar
nuevos sectores de suelo arenoso, desarrolla rizomas y es una planta fijadora de
nitrógeno atmosférico (Alonso Paz & Bassagoda 1999).
Figura 4. Entorno de la barra de la Laguna de Garzón, departamento de Maldonado. Detalle de
asociación entre espina de la cruz y molle rastrero.
La efedra o pico de loro (Ephedra tweediana) (Figura 5) constituye la única
especie de gimnosperma que es autóctona del Uruguay. Es una planta leñosa de
porte arbustivo con finas ramas cilíndricas articuladas que crece en asociación a
los mosaicos de espina de la cruz y que ocasionalmente ha sido registrada
desarrollándose en forma aislada (Balneario Ocean Park, Maldonado).
Las tunas Cereus uruguayanus y Opuntia arechavaletae se incluyen en el
conjunto en forma espaciada, entre las matas de espina de la cruz. Ambas
cactáceas se diseminan por ramas y por sus frutos que están adaptados a la
dispersión endozoócora por varias especies que los consumen.
Figura 5. Laguna de Garzón, departamento de Rocha. Se observa detalle de la gimnosperma
efedra o pico de loro (Ephedra tweediana).
Lo que nos dice el pasado
A partir de algunas referencias históricas se puede inferir que el matorral
espinoso psamófilo contaba en el pasado con una más amplia distribución en la
zona costera este.
Existen varias referencias a este tipo de vegetación por parte de los
primeros naturalistas y viajeros que llegaron a las costas del Uruguay. En 1599 el
gobernador de Buenos Aires D. Diego Valdés de la Banda envió una carabela
armada con fines de exploración y examen a la isla de La Palmas (posteriormente
llamada Gorriti) ubicada en la bahía de Maldonado. Tuvieron dificultades para
reconocer la isla debido a estar “cercada toda a la Redonda des Pinos, de muchas
suertes por donde no se puede atravesar Sino con mucho trabajo” 3. El relato
indica que la expedición encontró por el lado suroeste de la isla un manantial de
agua dulce y un monte fuerte, y que por no llevar lo necesario para abrirse camino
no les fue posible penetrar en la isla debido a los macizos de espinas referidos. Al
otro día la expedición logró recorrer la isla y se hace referencia a la existencia de
mucha arboleda aunque no muy grande (Seijo 1955).
La característica de la isla Gorriti de presentar un borde costero enmarcado
por una vegetación baja y espinosa se repetía en gran parte de la costa este.
Posteriormente, con las distintas etapas evolutivas de asentamiento humano en la
costa, la vegetación se fue retrayendo a los parches que hoy se observan en
diferentes puntos.
El papel de la educación en la conservación de los ecosistemas naturales en
armonía con los procesos de desarrollo
La presencia de los matorrales y bosques costeros ha pasado en gran parte
inadvertida a lo largo de las etapas históricas de ocupación de ese territorio
(Carrere 1999), y cuando no, su existencia se ha visualizado como un problema,
frente a lo cuál la tendencia ha sido la tala, quema o remoción mecánica (Figura
6).
La costa ha cambiado paulatinamente mediante un proceso de
transformación que incluyó la forestación extensiva con especies exóticas,
principalmente pinos y acacias (Pinus spp., Acacia longifolia), y la posterior
urbanización.
Seijo (1955) indica: “Debió ser la Espina de la Cruz que siempre ha abundado todo a lo
largo de las costas del Este y forma un macizo impenetrable. La otra variedad podría resultar la
Tala rastrera.”
3
Figura 6. Área de matorral ubicado en Ruta Interbalnearia, Punta Ballena, Maldonado. El
matorral ha sido afectado por la remoción mecánica de gran parte de la cobertura original.
El matorral psamófilo se encuentra actualmente bajo una seria amenaza de
desaparición en función del avance acelerado de los procesos de urbanización
que se observa a lo largo de la costa platense y atlántica.
Ante esta situación, el papel de la educación puede resultar gravitante para
intentar proteger los últimos sitios remanentes de matorral y el sistema costero
considerado integralmente.
La conservación de la costa uruguaya es un caso particular de un desafío
más general que compete a la sociedad en su conjunto. El conocimiento es
condición necesaria, aunque no siempre suficiente, para la toma de decisiones y
para la participación responsable. Allí radica la doble tarea de la educación, por un
lado poniendo al conjunto social en contacto activo con el conocimiento y por otro
promoviendo las formas de organización que permitan incidir realmente en la toma
de decisiones.
Para el caso particular analizado, resulta necesario desarrollar un plan de
acciones de educación y difusión para que las comunidades costeras comiencen a
transformar su percepción y la relación hombre-ambiente existente.
Simultáneamente, es importante profundizar los conocimientos existentes
sobre la vegetación y la dinámica de los ecosistemas costeros, para contribuir con
planes y acciones adecuadas para su conservación y restauración.
Resulta prioritario proteger de manera efectiva y en lo inmediato a las
últimas áreas de matorral remanente, creando sitios de conservación a nivel
privado y público, tanto de carácter nacional, como departamental. Existen figuras
legales ya establecidas por decreto en las que apoyarse para lograr ese objetivo
de protección: las lagunas de José Ignacio, Garzón y Rocha integran desde 1977
un Parque Nacional Lacustre (Decreto N° 260/977) y fueron incluidas en la
propuesta de protección de padrones del Decreto Nº 527/92. A pesar de ello, y
desde la fecha del decreto de parque nacional, los procesos de urbanización han
continuado afectando áreas clave de la costa oceánica y de las riberas de las
lagunas, sin desarrollarse prácticamente los espacios de protección previstos por
los decretos.
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) se encuentra en proceso
de desarrollo. En ese marco se propone la incorporación de la laguna de Rocha al
sistema. Si bien ello es importante, el SNAP debe considerar la situación del
conjunto del Parque Nacional de lagunas costeras, en función del grado de
amenaza que presentan sitios como la costa de la laguna de Garzón y la propia
zona de El Caracol, y valorando en última instancia la visión integrada del sistema
de lagunas y costa oceánica que establece el decreto de parque nacional de 1977.
Este sistema lagunar también está protegido y sus valores están
reconocidos a nivel global dado que integra “Bañados del Este”, la única reserva
de biosfera de Uruguay. Esta reserva está asociada a la Red Mundial de Reservas
de Biosfera del Programa El Hombre y la Biosfera (MaB, por sus siglas en inglés)
de la UNESCO, lo que genera para el Uruguay el compromiso, en el plano
diplomático de las naciones del mundo, de dar protección efectiva al área y de
atender las situaciones críticas y de vulnerabilidad como la expuesta en este
artículo.
Agradecimientos
Al Lic. Eduardo Alonso Paz por sus aportes, apoyo y la lectura del manuscrito.
Referencias
Alonso Paz, E. & M. J. Bassagoda 1999. Los Bosques y los matorrales psamófilos
en el litoral platense y atlántico del Uruguay. Com. Bot. Mus. Nac. Hist. Nat. VI,
113: 1-8.
Bartesaghi, M. L. 2007. Análisis espacial de las formaciones vegetales costeras
Matorral y Bosque, de la zona El Caracol, Departamento de Rocha, Uruguay.
Informe de Pasantía. Licenciatura en Ciencias Biológicas. Opción Ecología.
Facultad de Ciencias, Universidad de la República. 50 p.
Campo, J., Bacigalupe A., Costa B. & G. Pistone, 1999. Conservación y
restauración del matorral psamófilo. Documentos de Trabajo Nº 20, PROBIDES,
Rocha.
Carrere, R. 1999. El bosque invisible de la costa ¿Dejaremos que desaparezca?
Revista Posdata 257. Republicado: http://www.guayubira.org.uy.
Seijo, C. 1955. Maldonado y su región. Imp. El Siglo Ilustrado. Montevideo. 486 p.
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