MEDALLA DE ORO PEDRO MASSIEU La concesión de una medalla de oro supone el reconocimiento a la excepción. Pedro Massieu, nuestro Perico Massieu, es la excepción a la que hoy se le otorga reconocimiento de oro. Merecido galardón para una excepcional trayectoria profesional. Galardón que no se concede a una dilatada trayectoria, aunque dilatada haya de ser, como es el caso, para aspirar a tal reconocimiento. Hay trayectorias dilatadas que no tienen más mérito que lo dilatado de su trayectoria. La trayectoria de Pedro, recta, sin sinuosidades delatoras de titubeos, se forja desde una inicial firme decisión por ser arquitecto, tras creerse incapaz de ser tan buen pintor como Nicolás Massieu, su tío Colacho, junto al que se sentaba para observar largamente sus evoluciones frente al lienzo, y quien le permitió practicar la técnica del encaje rápido de figuras. Vio en la Arquitectura un campo de arte más asequible para sus cualidades que en la Pintura, arte al que le otorga una complejidad fuera de su capacidad. Esta decisión hizo que los canarios perdiéramos de seguro a un gran pintor, pero nos regaló a un gran arquitecto, con unas dotes para el dibujo fuera de lo común, como bien demuestra la abundante documentación gráfica que gentilmente donó a nuestra Escuela de Arquitectura que guarda con orgullo este tesoro que hablará por mucho tiempo como a Pedro le gusta hablar: con parquedad en la palabra y profusión en el dibujo pensado para ser construido sin margen para la improvisación que tanto devalúa lo pretendido. Dibujos vertidos en el cauce que discurre entre sus convicciones formales y su sabiduría de maestro en construcción. Arte para ser replanteado en obra y materializarse sin error. Arte para ser materializado con la contundencia del planteamiento riguroso en geometría y severo ante la trivialidad de lo superfluo. Renuncia expresa de lo accesorio. 1 Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Presentación de Carlos Guigou, profesor del Departamento de Construcciones Arquitectónicas de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, en la entrega de la Medalla de Oro al arquitecto Pedro Massieu Verdugo (1926-2009), otorgada por el Colegio de Arquitectos de Canarias, Demarcación de Gran Canaria. Arquitectura desnuda, desposeída de maquillaje, que se adivina desde el cimiento, que queda hecha a medida que se eleva. Arquitectura de cayado y hormigón. Arquitectura de férreo barro y hormigón. Nunca adición de piel a un esqueleto amorfo. Baste con pensar en el Hotel Don Juan - monolito de hormigón fundido en un molde -, en el edificio Abanico – despliegue de pétalos en hormigón y cayado en los Apartamentos Don Pedro – geria protectora del viento, manifiesto solitario de ejemplar arquitectura turística -. Obras imperturbables ante el mantenimiento ignorado, ante la feroz maresía. Construcción durable sin técnicas sofisticadas. Sobriedad confortable hecha para durar, línea a la que se adscribe Zumthor en el recogimiento de sus termas en el recóndito rincón suizo de Vals, espacio de humeante calidez, tibieza en el hielo, envuelta por la tersura de cuarcita viva domesticada para el tacto, cobijada bajo techumbre de liso hormigón suspendido entre rendijas de cielo: La arquitectura del artesano sigue causando asombro. Obras que nos seguirán hablando de su bondad cuando el devenir del tiempo decida la hora en que la fuerza del espíritu que las elevó sea vencida por la fuerza descendente de la Naturaleza, dejándonos el testimonio de su geometría generada en el taller en el que Pedro trabaja metódica e incansablemente en atmósfera de recogimiento, día a día, en soledad elegida. Detenimiento ante la idea magistralmente expresada con su mano, sobre la que obsesivamente insiste al insertar el detalle en la composición general, midiendo su preponderancia, hasta alcanzar la convicción del justo papel que lo particular ha de desempeñar en lo general. Convicción del producto controlado. Qué gran lección observar las evoluciones de este maestro que tenemos aquí, a nuestro alcance, empleando el detalle como herramienta de trabajo, no incorporándolo al final del proceso de diseño, sino durante este. 2 Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Arquitectura sin metal. Geometría y monolitismo: edificios legibles desde la cimentación. Organismos en crecimiento durante la obra. Qué gran lección y qué suerte haber observado cómo la plaqueta de ferrogres empleada en el Masiega obligó a rediseñar los planos de alzado para que los huecos y los macizos se adaptaran a éste módulo y evitar cualquier recorte indeseado por ser síntoma de aquella improvisación devaluadora de lo pretendido en el papel. La sobriedad confortable de sus chalets arrancan expresiones de sincera admiración en sus moradores: “como las casas de Perico, ninguna “, piropos que llegan al corazón por ser el mejor regalo ante un trabajo bien hecho. Qué gran lección la preocupación por las formas al ser invadidas por las sombras que nuestro sol genera en sus curvas o en sus rehundidos. Qué gran lección utilizar la escala justa para el mensaje que le corresponde emitir a cada plano del proyecto. Su lema: “no dejar cosas sin estudiar por utilizar escala pequeña” nos dice todo acerca de su amor por el proyecto que ofrece para ser materializado. Qué gran lección vivir la insatisfacción que siempre le produce cada proyecto terminado, aun a pesar de este detenido proceso. “Ahora está estupendo para romperlo y empezar de nuevo”, solía decir al resignarse a dar salida al proyecto. Si De La Sota nos enseña su magistral sobriedad desde la ortogonalidad y la arista, Massieu, extrañado de que el hombre que observe la Naturaleza acepte aristas ante la lección roma de los troncos, ramas, frutos, huesos y hasta de la envolvente de los seres vivos, acude con asiduidad a lo romo y a la curva. Qué placer encontrarse con un maestro para crecer al tratar de entenderlo, y nunca empequeñecer por tratar de copiarlo. Sócrates no escribió nada, pero su sabiduría hablada hace 2500 años se ha transportado hasta nosotros por quienes han escrito su habla sabia escuchada. Sócrates se escribió en Platón y Jenofonte. Pedro Massieu tiene sus obras que hablan de él. Y tiene a este colectivo de profesionales y a una preciada comunidad de estudiantes para portar la antorcha de su ejemplar oficio. Que las medallas de oro otorgadas a las excepciones de nuestra arquitectura sirvan siempre de referencia para superar las incertidumbres en nuestro quehacer. 3 Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Qué gran lección observar la insistencia en la geometría de un alero en un chalet de Tafira, hasta dar con la justa dimensión que colabore certeramente en la composición de su fachada al sol. Mi sincera enhorabuena a Pedro, extensiva a su ejemplar esposa Ana, a sus hijos Nicolás y Pedro y a su sobrina y eficaz colaboradora Cristina González Massieu. Lo mejor para ustedes. Al Decano de nuestro Colegio y al Presidente de la Demarcación de Gran Canaria que hoy nos acoge, mi hondo agradecimiento por ofrecerme el preciado regalo de participar en la alegría de este memorable momento. Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Las Palmas de Gran Canaria, a 25 de Marzo de 2009. 4