informes sobre los huracanes, las tormentas tropicales, las

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ORGANIZACIÓN METEOROLÓGICA MUNDIAL
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COMITÉ DE HURACANES DE LA AR IV
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1)
(26.I.2010)
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PUNTO 4.2
TRIGÉSIMA SEGUNDA REUNIÓN
Original: INGLÉS
HAMILTON, BERMUDAS
8 A 12 DE MARZO DE 2010
INFORMES SOBRE LOS HURACANES, LAS TORMENTAS TROPICALES, LAS
PERTURBACIONES TROPICALES Y LAS INUNDACIONES ASOCIADAS CON
ESOS FENÓMENOS QUE SE HAYAN REGISTRADO EN 2009
Resumen de la temporada de huracanes de 2009 en las Indias Occidentales francesas
(Martinica, Guadalupe, San Bartolomé y San Martín)
A pesar de que 2009 fue un año relativamente tranquilo en el Atlántico Norte y en la
cuenca del Caribe, algunas amenazas se cernieron sobre las islas de la zona durante un período
concentrado entre mediados de agosto y principios de septiembre. En esas tres semanas la mitad
norte de las Antillas Menores (principalmente las islas de Barlovento) estuvo bajo la influencia de
la tormenta tropical Ana, del mar de fondo del huracán Bill y de la tormenta tropical Erika. Todas
esas amenazas llevaron a la activación del sistema de vigilancia, alertas y avisos para las Indias
Occidentales francesas.
Hurácan Ana:
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1), p. 2
Durante la mayor parte de su vida Ana ha sido un ciclón tropical de poca definición,
cuya intensidad ha sido sobrestimada por los pronósticos en el momento de su aproximación a las
Antillas Menores.
La comunicación para fines generales con respecto a este sistema débil resultó un
poco difícil porque existían muchas incertidumbres en las previsiones y todo el mundo se estaba
concentrando ya en el sistema siguiente, que tenía muchas posibilidades de transformarse en un
fuerte huracán (Bill).
El nivel naranja de tormenta tropical sólo estuvo activado unas pocas horas y, cuando
se comprobó con un grado de confianza adecuado que el sistema iba a decaer durante las 24
horas siguientes, se bajó al nivel amarillo de ráfagas y lluvias intensas.
El total de precipitaciones no superó los 42 mm en un período de 12 horas; se
registraron ráfagas de viento de alrededor de 90 km/h en San Bartolomé (48 kt) y en San Martín
(44 kt) y la altura media de las olas alcanzó los 3 m -3,5 m, con picos de unos 4,5 m.
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1), p. 3
Hurácan Bill:
Al revés que Ana, Bill fue un huracán bien definido. Las directrices emitidas a diario sobre
la predicción concordaban plenamente pues todas anunciaban un fuerte huracán que pasaba lo
“suficientemente lejos”, al norte de las islas de Barlovento. Así pues, la amenaza provenía
únicamente del mar de fondo ciclónico, cuyas consecuencias fueron casi imperceptibles pese a las
grandes olas rompientes que produjo, debido a que mantuvo su dirección norte-este habitual.
Datos registrados con las boyas Waveriders en Guadalupe y Martinica:
Guadalupe:
Olas máximas: 3,8 m
Altura máxima de las olas: 7,7 m
Martinica:
Olas máximas: 3,1m
Altura máxima de las olas: 4,6 m
Del norte-este
con períodos superiores a 15 s
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1), p. 4
Tormenta tropical Erika:
Aunque Erika fue un sistema tropical muy aparatoso debido a un importante y visible
flujo saliente, resultó muy difícil determinar su centro con precisión. La mayor parte del tiempo llegó
incluso a tener numerosos “centros”, en función de la convección, especialmente cuando se
suponía que iba a cruzar el territorio principal de Guadalupe. El nivel de cizalladura sumamente alto
confundió aún más porque lo que se consideraba como el centro principal podía estar fuera de la
zona activa del sistema, como se muestra en la imagen inferior.
Como era difícil captar la verdadera organización de la tormenta, las trayectorias
previstas no resultaban demasiado fiables. El único indicio del que nos fiábamos era de que Erika
no tenía posibilidades de cobrar intensidad y de convertirse en un huracán, aunque el flujo saliente
de tipo huracán resultase espectacular. Sin embargo, en cuanto a la trayectoria en sí, la mayoría
de los modelos de orientación, así como las predicciones oficiales, apuntaban a que Erika se
dirigía hacia el norte-oeste, aun cuando parecía que tomaba la dirección sur-oeste.
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1), p. 5
Como es habitual con este tipo de ciclón tropical débil, el peligro se debió más a las
fuertes lluvias que a los vientos, aun cuando la estación meteorológica automática registró ráfagas
de viento de 80 km/h en San Bartolomé y de 90 km/h en La Deseada, donde soplaron vientos de
fuerza de tormenta tropical durante aproximadamente 12 horas (2 de septiembre a las 22.00 UTC
a 3 de septiembre a las 11.00 UTC).
La distribución de las precipitaciones fue muy desigual en el archipiélago de
Guadalupe y en Martinica. En la isla de La Deseada (este de Guadalupe) se produjeron las lluvias
más copiosas, que en dos días superaron los 300 mm. En otras muchas zonas de Guadalupe
también hubo fuertes lluvias y Martinica fue incluso barrida por fuertes bandas de lluvia que
dejaron precipitaciones de entre 100 y 150 mm en unas pocas horas, con ráfagas de hasta
80 km/h.
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1), p. 6
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1), p. 7
Observaciones sobre la tormenta tropical Grace y definición de ciclón tropical de la
Asociación Regional IV
(puede referirse al Plan Operativo sobre Huracanes de la AR IV)
Grace se formó a principios
de octubre cerca del paralelo 40, latitud
Norte (alrededor de 20-25° al oeste,
noreste de las islas Azores), a
consecuencia de un acoplamiento entre
un viejo sistema frontal y un forzamiento
en niveles altos. Este mecanismo de
ciclogénesis no debe compararse con la
ciclogénesis tropical y es muy común en
las perturbaciones de las latitudes
medias.
El hecho de que el sistema
genere una convección profunda y una
fuerza del viento superior a los 50 kt
alrededor de un centro que muestra una estructura similar a un ojo no es suficiente para que esta
tormenta se considere un ciclón tropical; aun cuando muestre algunos indicios de núcleo cálido,
sigue siendo un fenómeno habitual de la ciclogénesis otoñal de las latitudes medias que se
produce por encima del océano (y también en el mar Mediterráneo), cuando el océano es mucho
más cálido que la masa de aire de la zona de baja presión.
Aparte de esta cuestión meteorológica, no debemos olvidar que, con el cambio
climático, el público en general se fija cada vez más en el número de ciclones tropicales que se
producen a lo largo de una temporada (aunque existen otros medios mejores para calificar y
cuantificar esa actividad), especialmente cuando tengamos que abordar la cuestión de “si se
producen o no más ciclones con el calentamiento de la Tierra”. ¿Y si se hubiera producido otra
ciclogénesis como la de Grace después del 1º de diciembre?
Así pues esta temporada de huracanes nos muestra, una vez más, que es importante
ceñirse a la definición de ciclón tropical, y quizás ser más claro al respecto, por las dos razones
mencionadas en el presente documento.
(Ciclón tropical: Ciclón no frontal de escala
sinóptica, de núcleo caliente, que se origina sobre
aguas tropicales o subtropicales, dotado de
convección profunda organizada y circulación
cerrada de los vientos de superficie alrededor de un
centro bien definido)
- Si el término “no frontal” no es suficiente para
establecer una diferencia entre, por un lado, un
mecanismo tropical y un mecanismo de latitudes
medias y, por otro, un forzamiento en niveles
altos, tenemos que pensar en algo más preciso.
- Como aprendimos con Ana y Erika, tenemos que
seguir la trayectoria de un ciclón tropical aun cuando el centro no esté bien definido (véanse a
continuación algunos ejemplos tomados de los debates sobre Erika).
RA IV/HC-XXXII/Doc. 4.2(1), p. 8
“UN AVIÓN CAZA HURACANES DE LA RESERVA DE LA FUERZA AÉREA HA ESTADO
BUSCANDO EL CENTRO DE LA TORMENTA TROPICAL DURANTE LAS ÚLTIMAS HORAS. LA
CIRCULACIÓN SE HA VUELTO BASTANTE DESORGANIZADA, PERO PARECE QUE EL
CENTRO SE HA VUELTO A FORMAR AL SUROESTE DE LA TRAYECTORIA ESTIMADA
ANTERIORMENTE. SIN EMBARGO, DE LOS VIENTOS A NIVEL DE VUELO SE DESPRENDE
QUE PUEDE HABER MÚLTIPLES CENTROS. POR TANTO, LA ADVERTENCIA SOBRE LA
UBICACIÓN ES SUMAMENTE INCIERTA Y PROBABLEMENTE REPRESENTA UN CENTRO
MEDIO O LA SITUACIÓN DEL MÁXIMO DE VORTICIDAD EN UN NIVEL BAJO”.
“LAS IMÁGENES VISIBLES DEL SATÉLITE Y LOS DATOS DEL AVIÓN CAZA HURACANES DE
LA RESERVA DE LA FUERZA AÉREA MUESTRAN QUE ERIKA ES UN SISTEMA POCO
ORGANIZADO. EN LAS IMÁGENES DE SATÉLITE SON APARENTES TORBELLINOS QUE
ROTAN EN LA CIRCULACIÓN A MAYOR ESCALA QUE CONTIENE LA PERTURBACIÓN, CON
UN CENTRO MEDIO AL OESTE DE LA CONVECCIÓN PROFUNDA.
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