ANTIBIÓTICOS E INMUNIDAD

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ANTIBIÓTICOS E INMUNIDAD1
Celso Collazo
La nueva información está llegando en cascadas, y viene repleta de significación y
asombro para todos.
Y la mayor parte de esta información procede de
laboratorios entregados a las ciencias biológicas de los campos de la inmunología,
genética bacteriofágica y microbiana, biología celular, estructura y fisiología,
neurofisiología y biología molecular... el gran adelanto en medicina que ha
ocurrido en el último cuarto de siglo es el de que no hay enfermedades
incomprensibles, inabordables.
(Doctor Lewis Thomas, 1976).
Por los mercados de la ciudad de Peoria (Illinois, E.E. U.U.) circulaba en los años
de la segunda guerra mundial una mujer que en vez de seleccionar la fruta por su
frescura y olor como las habituales compradoras, elegía las más pasadas y
podridas y, especialmente, las que florecían con moho. Los fruteros la apodaban
Mouldy Mary, Mary "La mohosa".
Era una empleada del Northern Regional
Research Laboratory de Peoria, que a la sazón estaba entregado a desarrollar la
producción de un notable curativo descubierto años antes en Inglaterra.
El agente en cuestión era la penicilina, el más famoso medicamento del siglo XX,
que poseía la insospechada virtud de exterminar los bacilos infecciosos, sin daño
para la célula del organismo enfermo.
Bastantes años antes, en 1928, el doctor
Alexander Fleming (1881 - 1955), trabajando en el St. Mary's Hospital de Londres,
observó cómo una placa con un cultivo de estafilococos - el temible bacilo de las
septicemias - se había contaminado de moho. En lugar de tirarla, Fleming se puso
a investigar. La placa se conserva como recuerdo histórico y se ve en ella cómo la
colonia de bastoncillos del Penicillium notatum, un hongo bastante raro del pan,
había aniquilado las bacterias. Fleming publicó su hallazgo y dio nombre al
agente, describiendo sus propiedades curativas.
Durante varios años nada ocurrió con el hallazgo hasta que un grupo de
investigadores de la Sir William Dunn School off pathology de la Universidad de
Oxford, cuando estudiaba los efectos bacteriológicos de las enzimas naturales,
dedicó su atención al moho de Fleming. El médico australiano Howard Walter
Florey (1898 - 1968) y el germanobritánico Ernst Boris Chain (1906 - 1979) con
otros colaboradores, tratando más de 100 litros del moho líquido, lograron obtener
en 1938 un gramo de polvo rojizo, la sal sódica de la penicilina.
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En: Revista MUY INTERESANTE. N° 22. Bogotá, 2002.
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Pasaron toda una noche inyectando penicilina a cuatro de los ocho ratoncitos
inoculados previamente con un mortal cultivo de estreptococos. A la mañana
siguiente los cuatro ratones inyectados estaban vivos y los cuatro restantes habían
muerto. Ya en plena guerra mundial se inventaron las técnicas para la producción
en masa de la penicilina con el fin de utilizarla en los hospitales militares,
principalmente en los Estados Unidos. En 1944, la producción era ya suficiente
para entregarla al uso civil generalizado.
Un año más tarde, en 1945, compartieron Fleming, Florey y Chain el Premio Nobel
de medicina. El propio Fleming en un discurso ante la academia de Lyon, Francia,
reveló que el verdadero descubridor de su moho había sido Ernest Augustin
Clement Duchesne (1874 - 1912), cuyos experimentos con cultivos de Penicillium
habían sido publicados por él mismo a fines de siglo.
El estudio había pasado desapercibido quizá porque Duchesne ni siquiera había
obtenido el título de doctor cuando lo publicó. Ya médico militar, Duchesne
contrajo una enfermedad del pecho, tuberculosis probablemente, y murió de ella a
los 38 años, sin haber podido reanudar sus investigaciones. Cincuenta años más
tarde de su trabajo, lo descubrió un bibliotecario.
Ni Fleming, ni Florey, ni Chain sabían nada de las investigaciones del estudiante
francés cuando llevaban a cabo sus experimentos de 1928 a 1938. Al enterarse,
Fleming hizo un cabal reconocimiento diciendo que mientras su descubrimiento de
las propiedades antibacterianas del Penicillium, había sido producto del azar, el de
Ernest Duchesne había sido el fruto de una investigación metódica.
De cualquier modo, los espectaculares efectos de la penicilina produjeron de
inmediato una sensación universal de que la medicina había entrado en una nueva
época de potentes y seguros remedios. La cura de las enfermedades por medio
de bioquímicos se impone a partir de entonces como el método esencial, decisivo,
en la práctica médica.
El propio doctor Fleming lo había augurado cuando,
hablando de que existían al menos cien mil mohos y hongos semejantes al
Penicillium, "sería muy raro - dijo- si el primero fuese el único".
Por los mismos años trabajaba en la Universidad de Rutgers (E.E.U.U.), el
bacteriólogo de origen ruso Selman A. Waksman (1888- 1973), entregado a la
búsqueda de agentes bacterianos semejantes a la penicilina, para los que inventó
el nombre genérico de antibióticos.
En 1943, investigando el moho del polvo del suelo del género llamado
Streptomices, aisló el Dr. Waksman un nuevo antibiótico al que llamó
"estreptomicina", que atacaba el hasta entonces más resistente de los gérmenes,
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el "bacilo de Koch": causante de la tuberculosis. Pero la estreptomicina era tóxica
y debía emplearse con grandes precauciones.
En el año 1952 el Dr. Waksman obtuvo el Premio Nobel de medicina por su
descubrimiento. Siguieron al suyo los descubrimientos de nuevos antibióticos, de
los que cabe mencionar los llamados de "amplio espectro", aureomicina,
terramicina, ampicilina, etcétera.
Los antibióticos no son, por otra parte, la única "gran idea" médica del siglo XX,
que desde sus primeros años ha visto la más impresionante sucesión de
descubrimientos de la historia humana: la insulina, las vitaminas, las sulfamidas,
las vacunas... Es necesario mencionar también los extraordinarios avances de la
cirugía que, pasando por las operaciones en el cerebro y los baypass, culminan en
los trasplantes de corazón y en los implantes de corazones artificiales.
En tan complejo desarrollo biomédico se hace difícil encontrar algo semejante a un
hilo conductor, a una orientación básica de la medicina en nuestro siglo, que como
es patente sigue infinitas direcciones, todas importantes. Qué duda cabe que lo
son, por ejemplo, los masivos trabajos de Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel
de 1906, sobre la estructura del sistema nervioso y, más tarde en el siglo, los de
Severo Ochoa, Premio Nobel 1959, sobre la producción artificial, de los ácidos
nucleicos mediante enzimas; ambos pesan decisivamente en el progreso
biomédico del siglo XX.
Pero si hubiéramos de destacar la dirección básica de la medicina hoy esta sería
posiblemente la inmunología, que domina todo el panorama secular y en los
últimos años ha experimentado los más rápidos avances teóricos y prácticos.
Desde los más remotos tiempos posee el ser humano alguna suerte de instinto de
los mecanismos de inmunidad de su cuerpo que le llevaba en el siglo XVIII, por
ejemplo a acostar a los niños en las sábanas de los pacientes de la viruela con la
intención de protegerlos contra la enfermedad; sin saber por qué se anticipaban a
la vacunación que practicaría años más tarde Edward Jenner.
El siglo XIX vio llegar los métodos antisépticos de Joseph Lister, Ignaz Philip
Semmelweiss y, especialmente, Louis Pasteur y Robert Koch, que además de
mejorar notablemente la seguridad de las operaciones quirúrgicas, hasta entonces
peligrosísimas, contribuyeron a cimentar la teoría del germen
y con ello el
saneamiento de las fuentes y alimentos, lo que salvó innumerables vidas. El
propio Louis Pasteur sentó las bases científicas de la vacunación.
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Fue a comienzos de este siglo, sin embargo, cuando el farmacólogo alemán Paul
Ehrlich (1854- 1915), experimentando con la sangre de los corderos, observó que
algo había en su cuerpo que destruía la sangre transferida de un animal extraño.
Cuando, en cambio, se volvía a inyectar a un cordero su propia sangre extraída
previamente, no se destruía.
Era la primera observación experimental del
"rechazo".
Iniciado a la investigación al lado de Robert Koch, Ehrlich es una de las grandes
figuras del siglo XX, innovador en al quimioterapia con su idea de las "balas
mágicas", medicamentos creados ad hoc para destruir los gérmenes invasores.
Inventor del célebre "606" o Salvarsan, y del "904", Neosalvarsan contra la sífilis,
el Premio Nobel que le concedieron en 1908 se atribuyó, sin embargo, a sus
estudios sobre el mecanismo de la inmunidad. Lo compartió en la ocasión con el
bacteriólogo ruso - francés Elie Metchnikof (1835 - 1916), sucesor de Pasteur y
descubridor de los fagocitos o corpúsculos blancos de la sangre y de su papel en
la lucha contra la infección.
El vienés Karl Landsteiner (1968 - 1943) contribuye decisivamente a la
inmunología con una notable investigación sobre los grupos sanguíneos que, de
inmediato, se revela de un inmenso valor práctico en las transfusiones. Desde el
siglo XVII se había intentado la transfusión de sangre animal al cuerpo humano,
una idea aparentemente simple pero que, en la práctica, producía tal cantidad de
muertes, que hubo de ser prohibida terminantemente. En el siglo pasado sólo en
casos extremos se recurría a la transfusión de sangre humana, sin saber de
antemano si iba a resultar en muerte.
Las investigaciones de Landsteiner explicaron por qué se producían muertes y su
clasificación de la sangre en grupos A, B, O, permitieron evitarlas. Después de
obtener el Premio Nobel en 1930, Karl Landsteiner, que se había trasladado al
Rockefeller Center
de Nueva York, hizo todavía en 1940 otro notable
descubrimiento, el del factor Rh. Desde entonces los investigadores han añadido
diez grupos más de sangre a la lista que Landsteiner había iniciado en 1900.
Los más recientes estudios ponen de manifiesto la complejidad del sistema de
inmunidad del cuerpo humano. El entender su funcionamiento es indispensable,
para el éxito de los trasplantes de órganos, en el tratamiento de las alergias y el
cáncer, en la protección contra virus, en los diagnósticos y en muchos otros
terrenos de la medicina que han surgido últimamente.
Pues justamente cuando se comienzan a entender los mecanismos de la
inmunidad hace su aparición, el SIDA o "Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida", una enfermedad contagiosa que se resiste a los tratamientos y casi
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siempre mortal. En 1984 se logró localizar el virus que ataca al sistema de
inmunidad y lucha por hallar alguna suerte de vacuna.
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Marque con una x la opción que considere la respuesta acertada (valor
60%).
1. El texto trata sobre (tema)
a. La historia de la medicina en el siglo XX.
b. Evolución de los avances científicos en el estudio de los organismos y
los agentes infecciosos.
c. El recuento de los Premios Nobel en el campo de la medicina a través
del siglo XX.
2. Por el tipo de lenguaje y el modo de organización discursiva
(estructura) la lectura es un texto de
a. argumentación científica.
b. historia de las ciencias
c. divulgación científica.
3. La idea central con la cual se introduce el artículo es
a. el hallazgo de la penicilina, el medicamento que cambió la historia de la
medicina a comienzos del siglo XX.
b. la segunda guerra mundial, momento propicio para el desarrollo y la
producción en masa de las propiedades curativas de la penicilina.
c. alexander Fleming descubre las propiedades curativas del Penicilium
notatum, precisamente en el periodo de la segunda guerra mundial.
4. La idea central con la cual se desarrolla el artículo es
a. los antibióticos no son la gran idea del siglo XX, puesto que el
descubrimiento de la insulina, las vitaminas, las cirugías de corazón y
cerebro ocurren también durante este periodo.
b. desde el hallazgo del Penicillium la inmunología se perfila como la
especialización de la medicina de mayor relevancia por encima de otros
campos.
c. el siglo XX es el siglo de la medicina, como lo demuestran todos los
Premios Nobel asignados en este campo.
5. La idea central de la conclusión del artículo es
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a. conocer el funcionamiento del sistema inmunológico del organismo es
fundamental para intervenir en el diagnóstico y tratamiento de las
enfermedades.
b. el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es actualmente la
enfermedad menos controlada por la inmunología.
c. El desconocimiento de los tipos de sangre (10 en total) necesarios para
las transfusiones evitó que éstas fueran de alta peligrosidad.
6. Teniendo en cuenta las fechas y datos históricos señalados se
puede afirmar que el hallazgo de la penicilina se llevó a cabo en.
a. 1944
b. 1928
c. 1945
7. Según las investigaciones la penicilina se asume como antibiótico
porque:
a. Waksman inventó este nombre genérico.
b. Es una sustancia química fabricada con microorganismos (hongos y
bacterias).
c. Extermina bacilos infecciosos, es decir, aniquila bacterias.
8. Cuando Fleming hace el reconocimiento de Duchesne, habla de que un
trabajo es producto del azar y el otro es producto de la investigación
metódica, lo que afirma Fleming con este enunciado es:
a. Fleming, Chain y Florey al pertenecer al Sir William Dunn School off
pathology de la Universidad de Oxford trabajan con el método
científico.
b. Duchesne tenía cultivos de penicillium pero no poseía título de
doctor.
c. A diferencia de Duchesne él había observado el comportamiento de
agentes bacterianos en una circunstancia no prevista.
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9. "Desde los más remotos tiempos posee el ser humano alguna suerte de
instinto de los mecanismos de inmunidad de su cuerpo que le llevaba en
el siglo XVIII, por ejemplo, a acostar a los niños en las sábanas de los
pacientes de la viruela con la intención de protegerlos contra la
enfermedad." De este dato se puede inferir que:
a. El instinto de supervivencia, característico de los seres vivos, es el
principio de la inmunología.
b. El principio de la inmunología es inocular con las bacterias
productoras de enfermedades.
c. Al igual que en el siglo XVIII hoy se sigue practicando la aplicación de
anticuerpos por contacto con objetos contaminados.
10. El autor usa distintos modos de organización discursiva para crear
una atmósfera de comunicación y transmisión amigable.
Uno de los
recursos utilizados es la presentación cronológica de hechos, ¿cuáles
hechos son relevantes para el desarrollo del tema? y ¿qué función
discursiva cumplen?
a. Prácticas
culturales,
el
desarrollo
de
la
observación
y
la
experimentación científica. Como un recurso argumentativo.
b. Presentación de fechas y nombres completos de los autores de las
teorías y de quienes las popularizaron. Como recurso narrativo.
c. Títulos y nivel de formación académica e intelectual de los principales
científicos de los siglos XIX y XX como recurso descriptivo.
11. En el texto: "pero si hubiéramos de destacar la dirección básica de la
medicina hoy ésta sería posiblemente la inmunología..." la palabra 'hoy'
se refiere a:
a. 2003.
b. 2002.
c. En la actualidad.
12. Del texto se puede inferir que la penicilina y la estreptomicina son:
a. Los únicos agentes bacterianos posibles.
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b. Los agentes bacterianos descubiertos y producidos en masa a
principios de siglo.
c. Tanto a como b.
13. El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la enfermedad
reto para la inmunología. Podemos preguntarnos ¿qué procedimientos de
investigación se deben adelantar para responder a estos nuevos retos?
a. Análisis toxicólogos, experimentación por contagio.
b. Pruebas bioquímicas, experimentación con las bacterias que
producen el síndrome.
c. Investigaciones neurofisiológicas y en fisiológicas.
14. ¿Cuál, según el texto, es el mayor avance del siglo XX en el
tratamiento de la enfermedad?
a. La experimentación que involucra la teoría y la práctica.
b. El desarrollo de método de investigación.
c. El uso de medicamentos bioquímicos.
15. Llene el espacio en blanco. Una diferencia básica entre penicilina y
estreptomicina es: ______________________________________________.
16. Escriba un párrafo2 en el que con tres argumentos sustente por qué el
campo de la salud, necesita personas dispuestas a la actualización
permanente. (Valor 40%).
2
Partiendo de la temática del texto. El párrafo debe tener carácter argumentativo (se entiende como
un párrafo que, plantea un punto de vista y se desarrolla con argumentos y conclusión).
Nota:
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Se valora la ortografía, la puntuación, la acentuación, la coherencia y la cohesión.
La cohesión es de carácter sintáctico y gramatical, obedece a la construcción formal del
párrafo por medio de oraciones estructural y semánticamente bien redactadas; al mismo
tiempo que responde a la conexión que se establece entre la secuencia de oraciones que
conforman el párrafo.
Coherencia es de carácter semántico, obedece a la unidad y claridad del desarrollo
temático.
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