EL ANTIGUO RÉGIMEN • definirlos con tres rasgos:

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• EL ANTIGUO RÉGIMEN
Se denomina Antiguo Régimen al imperante antes de la Revolución francesa (1789). PodrÃ-amos
definirlos con tres rasgos:
1º. PolÃ-tico: monarquÃ-as absolutas. En los reyes residÃ-an todos los poderes, sin ninguna limitación. A
mediados del siglo XVIII se instauró un modelo más modero, denominado despotismo ilustrado. Los reyes
mantenÃ-an su poder pero lo ejercÃ-an en beneficio del pueblo.
2º. Social: predominio de dos grupos o estamentos, la nobleza y el clero. PoseÃ-an la riqueza: no se les
podÃ-an aplicar las leyes generales.
3º. Económico: La agricultura era la actividad económica más importante. En los paÃ-ses del este de
Europa los terratenientes empleaban siervos para el trabajo de sus extensas propiedades.
Este régimen polÃ-tico, social y económico entró en crisis a lo largo del siglo XVIII. Resultaba
incompatible con los principios enarbolados por los filósofos, que reclamaban la división del poder, la
soberanÃ-a del pueblo y la igualdad ante la ley.
• ECONOMÃA AGRARIA
En el siglo XVIII la tierra constituÃ-a la principal fuente de riqueza en todos los paÃ-ses europeos. Antes de
la Revolución Industrial, en Inglaterra la agricultura generaba dos tercios de la riqueza, y el comercio y la
industria tan solo un tercio. Y se trataba del paÃ-s más desarrollado; en los restantes la agricultura
contribuÃ-a a la riqueza con un porcentaje todavÃ-a más elevado. La mayor parte de la población vivÃ-a
de la tierra.
PodÃ-an diferenciarse dos Europas agrarias, la del oeste y la del este. En el oeste se ensayaban innovaciones
técnicas para incrementar las cosechas, entre ellas la rotación de cultivos. En el este y en el centro del
continente predominaban modos de explotación tradicionales.
Mayor relevancia ofrecÃ-a las diferencias de tipo jurÃ-dico. En el oeste europeo predominaban las
pequeñas explotaciones y los campesinos eran hombres libres y, en muchos sitios, propietarios. Por
ejemplo, Francia, donde la propiedad de la tierra estaba dividida entre nobles, Iglesia, burgueses y
campesinos.
Con frecuencia nobles y clérigos arrendaban sus propiedades a los colonos lo cual reforzaba la estructura de
pequeñas explotaciones.
En el este y centro del continente preponderaban los grandes propietarios, que se aprovechaban de mano de
obra no libre. La servidumbre ataba a los campesinos a la tierra y les privaba de todos los derechos.
En Rusia la riqueza de un gran terrateniente no se media por deciatinas (1,1 hectareas) sino por el número de
siervos que trabajaban sus tierras. Para considerarse rico debÃ-a poseerse un mÃ-nimo de 1.000 almas.
AsÃ- pues, en este tipo de agricultura extensiva resultaba imprescindible el trabajo de los siervos.
En 1781 José II abolió en Austria la forma más infamante, la denominada servidumbre personal, muy
próxima a la esclavitud.
En Prusia se inició la abolición durante la invasión napoleónica.
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En Rusia se retrasó hasta el ukasse (Decreto) de Alejandro II en febrero de 1861.
Pero incluso en los paÃ-ses donde nos e conocÃ-a la servidumbre los campesinos pagaban el diezmo a la
Iglesia. Y al Estado, diversos impuestos, entre ellos la gabela (impuesto sobre la sal) y la capitación (pago
por cabeza). Y al señor, tributos de origen feudal, videntes desde la Edad Media. Además estaban
obligados a prestar servicios como la corvea (trabajo no remunerado).
• LA SOCIEDAD ESTAMENTAL
2.1. LOS ESTAMENTOS
En la sociedad del Antiguo Régimen los derechos de un individuo dependÃ-an del grupo al que
pertenecÃ-a.
La nobleza y el clero, disfrutaban de derechos superiores. AsÃ-, los nobles se ocupaban de la defensa y el
gobierno en colaboración con el trono; los clérigos, de la oración y otras funciones como la enseñaza o
la caridad; el resto, del trabajo.
En el Antiguo Régimen no existÃ-a una ley para todos sino que cada estamento tenÃ-a su propio estatuto
jurÃ-dico.
La nobleza estaba exenta del pago de impuestos. Mayor privilegio entrañaba que los nombres se regÃ-an
por un derecho propio (fuero nobiliario). No podÃ-an ser sometidos a tortura ni a castigos infamantes, ni
recluidos con los plebeyos, ni encarcelados por deudas. Además se les reservaban preeminencias
honorÃ-ficas. Asimismo, actuaban como jueves en sus dominios.
El clero poseÃ-a también su estatuto jurÃ-dico. No pagan impuestos ni eran llamados para quintas y levas
y no podÃ-an ser detenidos por deudas ni sometidos a tormento.
El alto clero, formado por arzobispos y obispos, disfrutaba de un rango similar al de la alta nobleza.
Por debajo se situaba el estadogeneral, a cuyos individuos se les llamaba pecheros porque debÃ-an satisfacer
todos los impuestos.
Dentro del estado general existÃ-an grandes diferencias, pero las leyes que se les aplicaba eran las mismas,
componÃ-an un solo código.
• LOS SEÑORÃOS
La única forma de gobernar territorios extensos consistÃ-a en reconocer ciertos poderes a señores en uan
demarcación geográfica localizada.
¿Qué poderes tenÃ-an los señores?
¿Cuáles eran sus funciones?
La primera era la de gobierno. La que presentó problemas más arduos para adaptarse a la modernización
del Estado fue la judicial. PoseÃ-an lo que se denominaba mero y mixto imperio, equivalentes a la potestad
criminal y civil. Según la primera, al señor correspondÃ-a dictar penas y sentencias de cárcel o de
destierro. Según la segunda, nombrar todos los cargos: alcaldes, jueves, escribanos.
En la mayorÃ-a de los casos el señor era, además, propietario del territorio. A él debÃ-an de pagarse los
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tributos y rentas por el trabajo de la tierra o el uso de molinos, hornos, etc.
Se trataba de una organización arcaica. La justicia no era la misma para todos y no existÃ-an procedimientos
para apelar sentencias inicuas.
• EL DEBILITAMIENTO DEL ABSOLUTISMO
El absolutismo consistió en concentrar el poder en exclusiva en la persona del rey. En el interior, todos
lo obedecÃ-an; hacia el exterior no reconocÃ-a a nadie como superior, ni siquiera al papa, excepto en
los temas estrictamente religiosos.
Como los estamentos privilegiados no pagaban impuestos, los reyes se vieron obligados a vender los cargos,
con lo cual los funcionarios que los habÃ-an comprado dependÃ-an menos del arbitrio real. Por otra parte, las
resoluciones regias pasaban a través de una serie de instancias administrativas, en las cuales las decisiones
de los expertos podÃ-an cambiar o hacer caso omiso de la voluntad del soberano.
• LA ILUSTRACIÓN
4.1. LAS IDEAS BÃSICAS
Un poderoso movimiento filosófico, literario y cientÃ-fico se desarrolló a lo largo del siglo XVIII.
Franceses y españoles llamaron a esta época siglo de las luces; alemanes e ingleses, Ilustración.
PodrÃ-amos destacar tres ideas básicas:
• La razón. Las ideas de los filósofos (Montesquiev, Voltaire, Rousseau) proponÃ-an un modelo
polÃ-tico basado en la razón.
• El Progreso, que se conseguÃ-a mediante el desarrollo cientÃ-fico.
• La Felicidad, concepto que reflejaba el optimismo de los ilustrados; considerando que el hombre tiene
derecho a ser feliz.
Apoyados en estos conceptos teóricos, los ilustrados creÃ-an que los gobiernos tenÃ-an como finalidad
primero garantizar los derechos naturales del hombre: la libertad para las personas y bienes, la tolerancia para
la expresión de las ideas, la igualdad ante la ley.
4.3. LOS FILOSOFOS
Los filósofos ilustrados no escribieron tratados filosóficos sino libros de doctrina polÃ-tica. En esa
encrucijada de la vida europea denunciaron las lacras del Antiguo Régimen y propusieron los pilares de
regÃ-menes polÃ-ticos de un nuevo cuño. Algunas de las propuestas, y en particular la idea de que el
gobierno habÃ-a surgido de un contrato entre el gobernante y sus súbditos, habÃ-an sido lanzadas en el siglo
XVII por el británico Locke en sus dos Tratados sobre el gobierno civil.
En el siglo XVIII las desarrollarÃ-an los intelectuales franceses: Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
Montesquieu, en 1748, escribió su obra capital, El EspÃ-ritu de las leyes. Su aportación central fue la
doctrina de la separación de poderes, para evitar el despotismo:
• El poder legislativo debe estar en manos del Parlamento.
• El poder ejecutivo, en el rey y en los ministros.
• El poder judicial, en tribunales formados por jueces independientes.
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Dotado de una excepcional vena crÃ-tica, Voltaire publicó series de panfletos, la mayorÃ-a anónimos,
contra la religión y la intolerancia. Sus crÃ-ticas le obligaron a exiliarse a Inglaterra. A su regreso, en Cartas
filosóficas, introdujo las ideas de Locke.
Rousseau en el Contrato social introdujo la tesis de la soberanÃ-a del pueblo, según la cual el verdadero
soberano no era el monarca, que gobernaba en virtud de un pacto, sino el conjunto de los ciudadanos, idea que
se convertirÃ-a en estandarte de la Revolución francesa y los siguientes episodios revolucionarios.
• EL DESPOTISMO ILUSTRADO
Inspirados por los escritos de los filósofos, algunos reyes europeos encabezaron un modelo de monarquÃ-a
reformadora. Los monarcas retenÃ-an la plenitud del poder pero lo ponÃ-an al servicio del pueblo. A este
ideario polÃ-tico se denominaba despotismo ilustrado.
5.1. LOS MONARCAS ILUSTRADOS
Carlos III en España, José II en Austria, Federico el Grande en Prusia y Catalina la Grande en Rusia
dirigieron desde el trono la modernización de sus estados.
En España, Carlos III reunió en su entorno ministros de la talla de Floridablanca y Aranda para impulsar la
industria y las comunicaciones en un plan que por vez primera abarcaba todo el territorio. Con la finalidad de
reducir la influencia de la iglesia, fueron expulsados los jesuitas y se limitó el poder de la inquisición.
Nuevas tierras fueron puestas en explotación en un ambicioso programa de repoblación. Se fomentó la
marina de guerra, y el monarca propugnó las reformas urbanÃ-sticas que harÃ-an de la Villa y Corte una
ciudad digna de su condición de cabeza de la monarquÃ-a.
En diferente regiones Sociedades de Amigos del PaÃ-s estudiaron y fomentaron las posibilidades de
explotación de las riquezas naturales. Los intelectuales escribieron libros e informes para señalar las vÃ-as
más rápidas para modernizar la monarquÃ-a.
En Austria José II, tras abolir la servidumbre personal, con el propósito de debilitar el régimen feudal,
entregó la propiedad de la tierra a los campesinos que pagarÃ-an una renta compensatoria a los antiguos
propietarios. Un edicto de tolerancia permitió la libertad de culto a los no católicos.
Federico II en Prusia abolió la tortura, proclamó la tolerancia religiosa y acogió a los jesuitas expulsados
de otros paÃ-ses para confiarles puestos de responsabilidad en un sistema moderno de enseñanza.
La apertura de Rusia hacia el oeste habÃ-a sido iniciada a principios de siglo por Pedro el Grande. La
construcción de una nueva capital, San Petersburgo, en la desembocadura del Neva, quedaba como el
sÃ-mbolo de esta polÃ-tica occidentalista, que culminarÃ-a en la segunda mitad del siglo Catalina II, persona
de esmerada cultura, la zarina mantuvo correspondencia con Voltaire, Diderot y D'Alembert. Su plan más
ambicioso, la colonización de las llanuras fértiles del sur, culminó con la construcción de ciudades,
centenares de aldeas, el puerto de Sebastopol y la ampliación del de Odessa.
En los Urales fueron instaladas fábricas metalúrgicas. Revueltas campesinas demostraron las
contradicciones de una polÃ-tica ilustrada que no ponÃ-a fin al mayor drama de la vieja Rusia.
5.2. LA POLÃTICA
La soberanÃ-a absoluta del monarca constituÃ-a el principio básico del sistema polÃ-tico. Los
intelectuales reformadores creÃ-an que sólo apoyándose en ella se podÃ-a acometer la educación
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del pueblo y el progreso de la economÃ-a.
Se habla de despotismo, porque el rey conservaba su autoridad sin lÃ-mites.
Sin embargo, estos reyes, que habÃ-an recibido, en su mayorÃ-a una educación francesa y conocÃ-an la
obra de los filósofos, pensaban que debÃ-an orientar su poder para hacer reformas en beneficio del pueblo.
5.3. LA ECONOMÃA
Se afrontarÃ-a la construcción de una red de comunicaciones y fábricas y la expansión de los cultivos.
Se trataba de hacer obras útiles para el pueblo, no monumentos a la grandeza de la monarquÃ-a.
El aumento de la población fue considerado objetivo inmediato de los gobiernos, porque sólo asÃ- podÃ-a
realizarse un programa de desarrollo que trajera la prosperidad.
6. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN
Comenzó a criticarse la concentración, de todos los poderes del trono. Los reyes debÃ-an compartir el
poder. Con este estandarte se generaron los primeros movimientos revolucionarios.
Más evidente parecÃ-a la crisis de la nobleza. Para atender a sus dos funciones esenciales, administrar
justicia y defender a la comunidad con las armas, resultaba un grupo anacrónico. La administración de
justicia empezó a solicitar jueves independientes, mejor preparados.
La segunda función, el monopolio de la carrera militar, con la exigencia de tÃ-tulo para la entrada en las
Academias militares, se vio desfasada ante el nacimiento de los ejércitos nacionales.
Pronto se comprobarÃ-a, en la Revolución francesa, que la nación en armas, es decir, un ejercito formado
por todos los ciudadanos, resultaba más eficaz que las mesnadas profesionales dirigidas por tÃ-tulos
nobiliarios.
En general, en una Administración cada vez más compleja, ofrecÃ-a ventajas el técnico sobre el tÃ-tulo.
En consecuencia, la nobleza perderÃ-a en pocos años la mayorÃ-a de sus privilegios tradicionales: la
justicia, la defensa, el gobierno.
El segundo estamento privilegiado se vio en similar situación de falta de adaptación. Los señores
eclesiásticos desaparecieron con la abolición de los señorÃ-os. La mayorÃ-a de los clérigos carecÃ-an
de preparación técnica, lo mismo que los nobles, y fueron relevados en muchos puestos por laicos.
En general la cúpula eclesial, los obispos, se resistieron a la pérdida de posiciones; por el contrario,
bastantes sacerdotes, se sumaron a los nuevos modelos de reparto del poder y soberanÃ-a de la nación.
En el siglo XVIII la población creció rápidamente, favorecida por decisiones de los monarcas ilustrados.
Y para alimentarla debÃ-an aplicarse innovaciones técnicas al trabajo del campo. Y prestar atención a la
industria y a las comunicaciones.
• LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
• LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
• ¿QUÉ ES LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?
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Hacia 1820 empezó a utilizarse en Francia la expresión Revolución Industrial para referirse a la intensa
transformación que habÃ-a experimentado la vida del hombre a lo largo del último tercio del siglo XVIII
en Inglaterra.
En cuatro puntos puede resumirse la Revolución Industrial:
• Crecimiento rápido de la población, lo que exigÃ-a la producción masiva de artÃ-culos.
• Nuevas materias primas para atender al aumento de la demanda.
• Nuevas fuentes de energÃ-a.
• Empleo de máquinas en el trabajo.
• LAS BASES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
♦ LA REVOLUCIÓN DEMOGRÃFICA.
El factor clave en el crecimiento de la población europea fue el descenso acusado de la mortalidad debido a
tres factores principales: avances médicos, mejora de la calidad de la vivienda y alimentación, y
preocupación por la higiene.
No se trató de una relación automática (crecimiento de la población / industrialización).
En conjunto, Europa, que tenÃ-a en 1750 alrededor de 130 millones de habitantes, habÃ-a doblado su
población en 1859.
♦ CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES
Otro estÃ-mulo para la demanda fue el crecimiento urbano.
En 1800, en Europa sólo superaban los cien mil habitantes 23 ciudades, en 1900 ya eran 135.
El incremento de las funciones de la ciudad demandaba un número mayor de aparatos, materiales de
construcción, medios de transporte, etc, exigidos por la diversificación del trabajo.
♦ LAS MATERIAS PRIMAS
Para atender las necesidades de una población en expansión se estimularon las industrias textil y
siderúrgica, convirtiéndose el algodón y el hierro en materias primas imprescindibles.
♦ ENERGÃA NUEVA
Sucesivamente, el carbón, la electricidad y el petróleo serÃ-an palancas decisivas en la industrialización
del mundo. Electricidad y petróleo alimentarÃ-an la llamada segunda revolución industrial, de finales del
siglo XIX; el carbón lo fue de la primera.
♦ LAS MÃQUINAS
La industrialización se apoyó en una cadena continua de inventos, deslumbradora para los
contemporáneos. A las nuevas técnicas contribuyeron dos generaciones de inventores. Al más
destacado, James Watt, se debe la máquina de vapor, el sÃ-mbolo de la primera industrialización.
1.3. LA APORTACIÓN DE LA AGRICULTURA
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Conviene aclarar la aportación de la revolución agrÃ-cola a la industria.
Por dos motivos la agricultura se enfrentó al desafÃ-o de su tecnificación: tenÃ-a que alimentar un
volumen mayor de población y debÃ-a conseguirlo con menos empleo de mano de obra. En consecuencia,
las innovaciones en el laboreo de la tierra se sucedieron desde los primeros años del siglo XVIII de forma
ininterrumpida.
Todo ello con la aparición de nuevo instrumental agrÃ-cola.
En conjunto, la agricultura contribuyó a la industrialización mediante cuatro aportaciones:
• Producción de alimentos para una población en expansión.
• Suministro de mano de obra para la industria.
• Acumulación de capitales que posibilitaron el nacimiento de nuevas empresas.
• Mercado para la venta de maquinarÃ-a agrÃ-cola
1.4. LA REVOLUCIÓN EN EL TRANSPORTE
♦ EL FERROCARRIL
El ferrocarril tiene su antecedente en las vagonetas de las minas, movidas sobre raÃ-les por la fuerza del
hombre. En vida de Watt no fue posible aplicar a este sistema de transporte la máquina de vapor, porque se
opuso el inventor y dueño de la patente. Pero, tras su muerte, Stephenson diseñó la locomotora, es decir,
la máquina de vapor aplicada a la tracción sobre raÃ-les.
La industria siderúrgica habÃ-a encontrado su campo de expansión. Al iniciarse la red ferroviaria, el
consumo de hierro y acero se disparó.
Los efectos económicos de este medio de transporte fueron importantÃ-simos. Entre otras cosas, permitió
afrontar las hambrunas locales.
♦ EL BARCO DE VAPOR
Al tiempo que el ferrocarril atravesaba los continentes, el barco de vapor atravesaba los océanos. Los
barcos de chimeneas humeantes, hélice y casco de hierro garantizaron una mayor capacidad de carga y una
velocidad constante, que no dependÃ-a de los caprichos de los vientos.
Los iniciadores fueron los franceses con barcos movidos por máquinas de vapor que hacÃ-an girar enormes
ruedas de paletas.
Un americano, Robert Fulton, después de varios ensayos en el Sena, llevó esta técnica a su paÃ-s y
consiguió enlazar Nueva York y Albany (1807) con un barco movido por una máquina construida por
Boulton y Watt.
En una primera fase el barco de vapor dio nuevo valor comercial a los rÃ-os.
En una segunda fase, se enseñorearon del tráfico oceánico.
1.5. CAMBIOS EN LA ECONOMÃA
♦ EL MERCADO
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La industria exigÃ-a una nueva forma de organización del trabajo. Al artesano que trabajaba en un
pequeño taller le sucedió el obrero, que lo hacÃ-a en fábricas cada vez más grandes y que no producÃ-a
el objeto entero sino sólo una parte del mismo, lo que suponÃ-a el trabajo en cadena (taylorismo).
Las fábricas y las máquinas requerÃ-an grandes inversiones de dinero.
♦ LA EMPRESA CAPITALISTA
Hacia 1860 al escala del mercado, con el desarrollo de los ferrocarriles, la industria quÃ-mica y la extracción
petrolÃ-fera, exigÃ-a inversiones más cuantiosas y comenzaron a proliferar las sociedades anónimas, cuyo
capital se formaba con la adquisición de acciones en bolsa.
En esa fase las bolsas asumieron un volumen muy superior al que hasta entonces habÃ-an conocido.
♦ LOS BANCOS
La Banca constituye la tercera institución tÃ-pica de la economÃ-a industrial.
En un principio podÃ-an emitir moneda (bancos de emisión); luego su función quedó relegada a la de
sociedad de crédito, que prestan dinero a las empresas que lo necesitan y obtienen un beneficio por este
préstamo.
En Francia, la Sociedad General, fundada en 1859, dio la pauta para otras sociedades similares. Además de
prestar dinero, los Bancos se implicaron ellos mismos, mediante la adquisición de acciones, en la marcha de
las industrias.
♦ CRISIS ECONÓMICAS CÃCLICAS
Con la Revolución industrial la producción aumentó de forma asombrosa. Sin embargo, este aumento
estaba afectado por una gran inestabilidad; a periodos de prosperidad sucedÃ-an otros de depresión.
Durante cierto tiempo el mercado absorbÃ-a la producción, pero en un momento dado comenzaba a quedar
remanentes sin vender.
En paso de la prosperidad a la depresión se llama crisis, y el periodo que abarca las dos tendencias, ciclo.
• LOS PAÃSES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
2.1. INGLATERRA, LA PIONERA
♦ LA SUPREMACÃA INGLESA.
Inglaterra fue la cuna de la Revolución Industrial.
Con poco más del 2% de la población mundial, monopolizaba la mitad de la producción de hierro fundido
y poseÃ-a la primera marina del mundo.
Su red férrea sobrepasaba la de Francia y Alemania. Su industria algodonera triplicaba la de los tres
paÃ-ses que la seguÃ-an: Francia, Alemania y Austria juntos. Su producción de carbón con 56 millones de
toneladas, representaba cerca del 70% de la europea y equivalÃ-a a 10 veces la de Francia.
♦ SUS VENTAJAS
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La primera ventaja de Inglaterra fue su población joven y dinámica.
La serie inagotable de máquinas cada vez más eficientes puede seguirse por las patentes.
La posesión de carbón supuso otra ventaja. En el hierro, sobre todo en la innovación para su trabajo, ha de
señalarse otro signo de preeminencia.
El método del pudelaje fue inventado por Cort en 1784. En 1856, Bessemer, y en 1878, Thomas
contribuÃ-an con nuevas técnicas a eliminar el fósforo del mineral y conseguÃ-an fabricar acero básico.
♦ LOS SECTORES. TEXTIL Y SIDERÚRGICO
En la trilogÃ-a algodón, hierro, ingenierÃ-a, se basó el modelo de industrialización ingles. Alrededor del
año 1800 la industria algodonera daba trabajo a 100.000 personas en las fábricas de hilados y a 250.000 en
las de tejidos, y su valor alcanzaba el 40% del total de las exportaciones inglesas.
El segundo gran sector se localizó en la siderurgia. También este sector contempló una innovación
constante, desde la eliminación de escorias al empleo de hornos mayores, plataformas y raÃ-les para el
transporte.
2.2. DIFUSIÓN DE LA INDUSTRILIZACIÓN
Inglaterra Se convirtió en el espejo para las restantes naciones. Las ventajas de la industria resultaban
evidentes, pero las condiciones de cada paÃ-s eran distintas y no era siempre posible repetir el modelo
británico.
♦ LA PRIMERA OLEADA: BÉLGICA Y FRANCIA
Bélgica se caracterizó por la mimesis de Inglaterra. Facilitaron esta industrialización temprana, que se
intensificó a partir de 1839, fecha de su separación de Holanda, una red de comunicaciones tupida y la
participación de la banca en las empresas industriales.
La industrialización francesa fue claramente más lenta que la británica. En primer lugar Francia careció
de la poderosa demografÃ-a británica. La rareza y mediocridad del carbón se erigió en otro freno. Como
factor principal se ha señalado la insuficiencia de las vÃ-as de comunicación. A pesar de ello todo indica
que los franceses optaron por una industria de calidad.
♦ APARICIÓN DE DOS GRANDES POTENCIAS: ESTADOS UNIDOS Y ALEMANIA
Los Estados Unidos se encontraron con tres frenos principales a la industrialización después de la
independencia: el dominio económico de la antigua metrópoli, la escasez de mano de obra y la ausencia de
vÃ-as de comunicación. Los obstáculos fueron vencidos con tenacidad. El incremento de la población fue
muy rápido; las vÃ-as de comunicación se construyeron aceleradamente y no faltaron innovaciones
técnicas.
El despegue fabril puede fecharse hacia 1820. En 10860, los Estados Unidos se habÃ-an colocado en el
segundo lugar del mundo por sus Ã-ndices de fabricación.
La revolución industrial alemana se inició con veinte años de retraso respecto a la francesa, pero fue
más explosiva a partir de 1850. El retraso se explica por la compartimentación polÃ-tica de los estados
germánicos, aunque la unión aduanera de los estados del norte en 1834 intentó superarla
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La rauda industrialización alemana, que les permitió recuperar el retraso, fue facilitada por varios vectores:
juventud de la población, densa red de comunicaciones férreas y fluviales, apoyo del Estado a partir de la
constitución del Imperio en 1871, investigación tecnológica, riqueza en carbón y, desde 1871, en hierro,
al incorporar Lorena.
• LA ERA DE LAS REVOLUCIONES POLÃTICAS
• EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS
• LAS COLONIAS INGLESAS DE AMÉRICA DEL NORTE
Los ingleses llegaron al continente americano a principios del siglo XVII.
La emigración inglesa al Nuevo Mundo se vio estimulada por motivos religiosos. Disidentes de la iglesia
anglicana, los denominados padres peregrinos, desembarcaron del Mayflower en 1620.
Medio siglo más tarde, William Penn fundó una colonia para todos los cristianos perseguidos en Europa; en
su honor se llamarÃ-a Pensilvania.
Organizados en 13 colonias, en vÃ-speras de la independencia la población se acercaba a los 3 millones de
habitantes. El puerto de Boston se convirtió en sede de opulentas compañÃ-as, mientras en las
universidades de Harvard y Yale se discutÃ-an las doctrinas de los filósofos franceses. En el centro del
territorio la economÃ-a dependÃ-a de la exportación de madera: su puerto era Nueva York; su ciudad más
importante, Filadelfia.
• LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
La conversión de estas colonias en una nación se debió a una combinación de intereses e ideas. En 1765
el gobierno ingles fijó un derecho de timbre para los periódicos. Los colonos protestaron porque carecÃ-a
de representación en el Parlamento de Londres para defender sus intereses. Un nuevo impuesto, la tasa del
té, agravó la tensión.
Pero el choque colonos−metrópoli no fue producido sólo por intereses encontrados. Los delegados de las 12
colonias se reunieron en Filadelfia, y el 4 de julio de 1774 hicieron pública la Declaración de
Independencia. Su principal redactor, Thomas Jefferson, sostenÃ-a en este documento que entre los derechos
inalienables de todos los hombre se encuentran la vida, la libertad y el derecho a la felicidad. Constatando la
tiranÃ-a del poder real, afirmaba el derecho de los pueblos a resistir a la opresión.
No dispuesto el gobierno de Londres a aceptar la independencia de sus colonias, envió una expedición
naval. Pero los insurgentes encontraron en George Washington una figura de excepcional capacidad militar.
Los colonos se impusieron y el ejército inglés sufrió sucesivas derrotas. Primero la capitulación en
Saratoga (1777), posteriormente el aislamiento de otro ejército a reconocer la independencia en el Tratado
de Versalles (1783).
• LOS PRIMEROS PASOS DE UNA GRAN NACIÓN
La independencia de los Estados Unidos tuvo un doble valor. En primer lugar, se convirtió en el estÃ-mulo
para una cadena de revoluciones a ambos lados del Atlántico. En segundo ligar, las ideas esenciales del
liberalismo, las que los filósofos habÃ-an desarrollado en libros, quedaban impresas ahora en documentos
polÃ-ticos y modelaban por medio de constituciones un nuevo tipo de régimen.
Ocho dÃ-as después de la Declaración de Independencia aparecÃ-a otro documento, la Declaración de
Derechos de Virginia, en la que se afirmaba que todos los hombres son, por naturaleza, igualmente libres e
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independientes. De forma rotunda se sostenÃ-a que todo poder corresponde al pueblo.
En este código Constitucional por vez primera quedaba codificada la división de poderes que habÃ-a
pedido Montesquieu: el poder ejecutivo se confiaba al Presidente, el poder legislativo correspondÃ-a a dos
Cámaras (Senado y Cámara de Representantes), el poder judicial se confiaba a un Tribunal Supremo
formado por jueves independientes.
• LA REVOLUCIÓN FRANCESA
• LAS CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN
La Revolución francesa de 1789 marcó una fecha crucial en la historia de Francia.
No se trataba sólo de un cambio súbito y violento en al titularidad del poder sino además del nacimiento
de un nuevo modelo polÃ-tico y social. SuponÃ-a la extinción del Antiguo Régimen. Atrás quedaban las
monarquÃ-as absolutas y los estamentos privilegiados y la desigualdad de los individuos, para dar paso a
regÃ-menes en los que el poder se repartÃ-a y todos los individuos eran considerados iguales ante la ley.
Con la trilogÃ-a Libertad, Igualdad, Fraternidad se presentaba la bandera de un mundo nuevo.
♦ CAUSAS
• Ideas. Las ideas que nutrieron la Revolución de 1789 procedÃ-an de los filósofos ilustrados, sobre
todo la noción de que el poder se fundamenta en un contrato, inspirada por Rousseau, y la de que el
poder debe estar repartido, como habÃ-a teorizado Montesquieu.
• Social. La revolución se propuso acabar con el feudalismo, aboliendo los privilegios de la nobleza y
el clero y facilitando el acceso al poder de la burguesÃ-a, formada por los hombres de negocios y las
profesiones liberales.
• Problemas económicos. La mala cosecha del año 1788 provocó subidas de los precios del grano
y el pan, mientras se hundÃ-an a los precios del vino, lo que arruinó a los pequeños agricultores de
Burdeos, Borgoña y el Valle del Loira. Por otra parte el Estado francés recaudaba impuestos
insuficientes para sus gastos, al estar exentos precisamente los estamentos con mayor capacidad
económica.
• PolÃ-tica. El clamor por la convocatoria de los Estados Generales, inexcusable para implantar nuevos
impuestos, fue la reclamación más extendida en los meses anteriores al inicio de la revolución.
• LA SOCIEDAD FRANCESA EN VISPERAS DE LA REVOLUCIÓN
La nobleza se aferraba a sus privilegios, y con mayor tenacidad a la exención de impuestos. La alta nobleza
monopolizaba todos los cargos palatinos. Sin embargo, la pequeña nobleza se arruinaba inexorablemente
porque sus ingresos resultaban insuficientes para los dispendios de su forma de vida.
Eran odiados por os campesinos a los que extorsionaban.
El clero, unas 120.000 personas, no constituÃ-a una clase homogénea. El alto clero, formado por obispos,
abades y canónigos, procedÃ-a de familias nobiliarias y poseÃ-a alrededor del 10% de las tierras más ricas
de Francia.
En contraposición, el bajo clero − curas y vicarios− constituÃ-a una especia de proletariado eclesiástico.
El denominado Tercer Estado, integrado por las clases populares de ciudades y campos, tenÃ-a su estrato
superior en la burguesÃ-a, el grupo que acaudillarÃ-a la revolución en su propio beneficio.
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En las capas populares de las ciudades podÃ-an diferenciarse artesanos, organizados en gremios y cuyos
oficios se veÃ-an en riesgo ante la marea de la incipiente industrialización.
En el mundo rural los campesinos representaban el grupo más nutrido, pues abarcaba a 20 de los 25 millones
de franceses.
• LAS IDEAS MÃTICAS: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD
La palabra Libertad se convirtió en el catecismo polÃ-tico de la generación revolucionaria. La libertad se
entendÃ-a como la ruptura con el Antiguo Régimen. Al iniciarse su derribo en el verano de 1789, empezó
a ser denominada esta fecha el año I de la Libertad.
Entre las libertades que se conquistaron la primera era la del individuo, titular de una serie de derechos
(seguridad, propiedad, resistencia a la opresión); a continuación e enumeraban como esenciales la libertad
de opinión, de prensa, de reunión, de culto.
La igualdad se enarboló para reclamar la supresión de todos los privilegios. En el plano legar se implantó
como una conquista irreversible la igualdad ante la ley.
Pronto los dirigentes revolucionarios reclamarÃ-an que los méritos debÃ-an diferenciar a los individuos, y
otorgaron el reconocimiento de voto únicamente a los ciudadanos activos, que poseÃ-an determinadas
capacidades. Frente a esta restricción la extrema izquierda de los revolucionarios reclamaba la igualdad
absoluta.
La Fraternidad, la palabra menos usada de las tres en los documentos revolucionarios. No eran ideas
equivalentes. La libertad y la igualdad eran derechos, la fraternidad únicamente un deber moral. A pesar de
todo completó la famosa trilogÃ-a y aparecÃ-a cerrando las invocaciones.
• DOS ESCENARIOS: VERSALLES Y PARÃS
La revolución se inició en dos escenarios: Versalles, sede la Corte, y Paris, la gran ciudad que contemplaba
los primeros ensayos industriales.
Luis XVI se vio obligado a convocar los Estados Generales, que no se habÃ-an reunido desde la lejana fecha
de 1614. En esta asamblea se sentaban representantes de la nobleza y el clero, y diputados de las ciudades o
del Tercer Estado, que deberÃ-an ser elegidos.
Los Estados Generales se abrieron en Versalles el 5 de mayo de 1789. Los representantes de nobleza y clero
pretendÃ-an reunirse en cámara aparte y que las votaciones se realizaran por estamentos, con lo que
dispondrÃ-an de dos votos frente a uno del estado llano; los delegados de éste reclamaron la reunión en
una sola cámara y el voto por cabezas.
Los representantes del Tercer Estado, con el apoyo de una parte del clero, se trasladaron al Juego de Pelota y
se proclamaron Asamblea Nacional Constituyente, calificándola como único órgano de representación
de la nación francesa y jurando no separarse hasta que se reconociera su poder.
La nobleza y el rey se vieron obligados a ceder.
El segundo episodio en el derrumbamiento de la monarquÃ-a absoluta tuvo su escenario en Paris. Una
muchedumbres enardecida por los suceso de Versalles y la carestÃ-a de los alimentos asaltó la prisión de la
Bastilla.
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Los diputados de la Asamblea abolieron el 4 de agosto los privilegios, reconocieron a todos los hombres
iguales en derechos. Y el 26 de agosto aprobaban un documento trascendental, la Declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano.
La Asamblea Constituyente proclamó que la soberanÃ-a residÃ-a en al nación, no en el monarca, y
aprobó en 1791 una Constitución que respetaba al rey pero le privaba de sus poderes absolutos.
En una cámara única residÃ-a el poder legislativo, incorporando amplias facultades, como al de declarar la
guerra y firmar los tratados internacionales; el rey de los franceses conservaba e poder ejecutivo, y nombrara
los ministros, pero debÃ-a jurar la Constitución; el poder judicial se confiaba a jueces elegidos, con lo que se
impedÃ-a la venta de cargos, y se proclamaba la gratuidad de la justicia.
• LOS PROBLEMAS
♦ LA AMENAZA REALISTA
Muchos partidarios de la monarquÃ-a absoluta se exiliaron y en los paÃ-ses vecinos se organizaron e
intentaron frenar la Revolución. Los exiliados reclamaron la ayuda de los restantes monarcas europeos. Y
varios ejércitos invadieron Francia. La guerra contribuyó a radicalizar a los revolucionarios.
Con una leva de 300.000 hombres se intentó salvar la revolución.
Otra amenaza surgió con el levantamiento de la Vendée. En febrero de 1791 los campesinos de los
alrededores de Vannes tomaron las armas para defender a su obispo, que se negaba a jurar la Constitución.
♦ LA DIVISIÓN DE LOS REVOLUCIONARIOS
En la Asamblea Constituyente se distinguieron dos grupos: girondinos y montañeses. Los girondinos
rechazaban la violencia, defendÃ-an el derecho de propiedad, y creÃ-an que la revolución necesitaba
estabilidad. Los montañeses formaron un conglomerado heterogéneo. Su grupo principal lo formaban los
jacobinos, entre cuyos dirigentes sobresalió Robespierre. CreÃ-an que la revolución tenÃ-a como misión
conseguir la felicidad del pueblo y para tal objetivo resultaba inexcusable la violencia.
2.6. LA FASE EXALTADA: EL TERROR
Tras un intento de huida del rey, una nueva asamblea, denominada Convención, controlada por los
montañeses, proclamó la República y condenó por traición y llevó al cadalso a Luis XVI en enero de
1793.
Robespierre y su grupo impusieron medidas excepcionales: Comité de Salud Pública, Ley de
Sospechosos. Con esta ley fueron detenidos medio millón de ciudadanos, y varios miles condenados a
muerte, entre ellos los dirigentes girondinos y montañeses moderados como Danton o Desmoulins. Es la
fase conocida como el Terror.
Hasta entonces la revolución habÃ-a favorecido a la burguesÃ-a ahora habÃ-a llegado la hora de lo que se
llamó cuarto estado, la hora de la soberanÃ-a popular, como la habÃ-a soñado Rousseau. Su medida
económica, una tasa que establecÃ-a un precio máximo para el pan y otros artÃ-culos fundamentales. Su
medida polÃ-tica, el sufragio universal.
La constitución de 1793, republicana, instauró el sufragio universal directo.
• LA REPÚBLICA DE LOS PROPIETARIOS
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Con la condena a muerte de Robespierre y otros dirigentes jacobinos, la revolución, perdida su grandeza,
inició un periodo de estabilidad. Los nuevos dirigentes se orientaron hacia el desmontaje de la polÃ-tica
jacobina.
Ante todo fue suprimida la tasa del precio máximo. Olvidado el sufragio universal directo, se aprobó un
sistema de colegios electorales, compuestos por los 600 mayores contribuyentes de cada departamento.
En esta fase, mientras se robustecÃ-a el poder ejecutivo, reducido a cinco miembros (Directorio), el
legislativo se convertÃ-a en una fachada. Se optó por crear una cámara alta, el Senado, cuyos miembros
eran renovados mediante listas que debÃ-an ser aprobadas por el poder ejecutivo.
• EL IMPERIO NAPOLEÓNICO
3.1. NAPOLEÓN
En el periodo abierto por la Revolución de 1789, el último capitulo fue protagonizado por una figura
mÃ-tica: Napoleón Bonaparte. En su gobierno de Francia introdujo novedades de tanta importancia en el
mundo contemporáneo como el Código civil.
El Directorio de cinco miembros constituido después del golpe termidoriano de 1794 tuvo que enfrentarse a
una doble oposición: los realistas y los jacobinos. El peligro exterior y el interior contribuyeron a un nuevo
golpe de Estado que colocó al frente del poder ejecutivo a tres cónsules: Bonaparte, Sieyés y Ducos.
3.2. EL EMPERADOR
Un tratado de paz firmado con Inglaterra en 1802 habÃ-a convertido a Napoleón en cónsul único y
vitalicio. Una nueva guerra con Inglaterra le encumbró al trono imperial tras un plebiscito.
En el gobierno de Francia todo se orientó a la concentración del poder en Napoleón.:
• El poder legislativo perdió totalmente su independencia, con sesiones cada vez más breves del
Parlamento.
• El poder ejecutivo quedó en manos del emperador.
• Intervención de la justicia. Fueron destituidos u obligados a dimitir 160 magistrados en 1808. Se
completó el Código Civil, que señaló lÃ-neas del derecho europeo a lo largo del siglo XIX; pero
en otro aspecto suponÃ-a el retorno al Antiguo Régimen, cuando el rey era la fuente de la justicia.
• La libertad de prensa y palabra fueron sometidas a controles estrictos, hasta desaparecer
prácticamente, cuando se restableció la censura.
3.3. LAS CAMPAÑAS NAPOLEÓNICAS
Napoleón sostuvo guerras continuas contra coaliciones de potencias dirigidas por Inglaterra.
Con su supremacÃ-a en el mar, el gobierno británico intentaba estrangular el comercio hacia Francia;
Napoleón, con el bloqueo continental, buscaba asfixiar Gran Bretaña contándole los suministros desde
todos los paÃ-ses. En el terreno económico las dos potencia sufrieron penalidades sin conseguir su objetivo.
Pero en el terreno militar brilló el genio estratégico y táctico del emperador francés, que obtuvo una
cadena de éxitos, que llegaron a parecer imparables a sus adversarios. Desde el punto de vista militar, entre
las sucesivas campañas sobresalen la de 1805.
Fue el año de la derrota napoleónica en Trafalgar, que demostró la supremacÃ-a marÃ-tima de Inglaterra,
y de las grandes victorias terrestres de Bonaparte en Ulm y Austerlitz.
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Dos errores cometió Napoleón en su carrera de éxitos: España y Rusia. La invasión de España en
1808 buscaba reforzar el bloqueo continental, pero se topó con un nuevo tipo de guerra irregular para la que
no estaba diseñado su ejército: la guerrilla.
La invasión de Rusia en 1812 chocó con una geografÃ-a de distancias imposibles APRA la logÃ-stica de la
época: los rusos se retiraban sin combatir, dejando al adversario sólo campos quemados. Napoleón
entró en un Moscú en llamas. El frÃ-o del invierno trasformó la retirada en un desastre, en el que
perecieron 45.000 soldados.
3.4. EL SISTEMA CONTINENTAL
No se conformó el emperador con la supremacÃ-a francesa; soñaba con una Europa unida balo la
dirección de Paris. Los territorios dominados militarmente fueron encuadrados en una especia de
federación, varios de ellos bajo dinastÃ-as familiares.
En fin de este inmenso tinglado continental se produjo con al derrota militar. Tras las sangrÃ-as de España y
Rusia, al coalición de potencias derrotó a Napoleón en Leipzig (1813), y definitivamente en Waterloo
(1814). Desterrado Napoleón a la lejana isla de Santa Elena, se hundÃ-a la obra napoleónica y comenzaba
su leyenda.
• EMANCIPACIÓN DE LA AMERICA ESPAÑOLA
4.1. CAUSAS DE LA EMANCIPACIÓN
A lo largo del reinado de Fernando VII, en el primer tercio del siglo XIX, las posesiones españolas en el
continente americano se emanciparon, naciendo una constelación de naciones independientes.
• CAUSAS EXTERNAS
• Las ideas de libertad e igualdad de la Ilustración.
• La influencia de la independencia norteamericana y la de la Revolución francesa.
• La grave situación de España durante la guerra de independencia contra Napoleón.
♦ CAUSAS INTERNAS
• Administración defectuosa.
• Expulsión de los jesuitas en el reinado de Carlos III.
• Postergación de los criollos, descendientes de españoles, que controlaban el comercio pero
veÃ-an vedados los puestos de gobierno, ocupados por españoles enviados desde la penÃ-nsula.
• Razones económicas. España intentaba mantener el monopolio del comercio con sus colonias; los
comerciantes americanos reclamaban de régimen de libertad.
4.2. DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA
La revuelta contra España tuvo tres focos principales: México, Caracas y Buenos Aires. Los insurgentes
se resistÃ-an a hacer una declaración solemne de independencia, porque podrÃ-a complicar sus relaciones
con Inglaterra, en ese momento aliada de España en al guerra contra Napoleón.
Sin embargo, en Caracas, se adoptó una postura radical con la proclamación del 5 de Julio de 1811. La
Declaración de Caracas, a imitación de la de Filadelfia, aprovechaba la circunstancia para dar a conocer su
filosofÃ-a polÃ-tica: los imprescriptibles derechos que tiene los pueblos para destruir todo pacto, convenio o
asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos.
Y reafirmaba el pleno poder de Venezuela. Del paralelismo con Filadelfia podemos deducir que el documento
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norteamericano influyó en los redactores de Caracas y que los mismos ideales inspiraron ambas
independencias.
4.5. FASES DE LA EMANCIPACIÓN
Distinguiremos tres fases.
• Espontánea. A partir de 1810, en los focos bélicos, las Juntas revolucionarias actuaron sin
coordinación.
• Grandes campañas. A partir de 1815, comenzaron las campañas militares de BolÃ-var, en el
norte a partir de Caracas, y del argentino San MartÃ-n, en el sur a partir de Buenos Aires.
• Últimas campañas. En los años 1823 y 1824, España realizó un postrer esfuerzo para sofocar
militarmente la rebelión. Pero en diciembre de 1824,el ejercito de Sucre, lugarteniente de BolÃ-var,
derrotó en Ayacucho al cuerpo expedicionario español de general La Serna. NacÃ-a una
constelación de repúblicas sin lazos entre ellas.
4. LA RESTAURACIÓN Y LAS REVOLUCIONES LIBERALES
1. LA RESTAURACIÓN
1.1. LA PENTARQUÃA. EL ORDEN FRENTE A LA REVOLUCIÓN
Derrotado Napoleón, las potencias europeas se enfrentaban en 1814 a la tarea de encontrar un nuevo sistema
de relaciones internacionales que sustituyera al de una potencia hegemónica apoyada en su supremacÃ-a
militar. El nuevo orden europeo vendrá definido por cinco potencias, las cuatros vencedoras de Napoleón
−Gran Bretaña, Rusia, Austria y Prusia− y la misma Francia.
Rusia representaba la fisonomÃ-a más pura de Antiguo Régimen polÃ-tico. El zar Alejandro I, era un
europeÃ-sta, un estadista convencido de que debÃ-a intervenir en los asuntos continentales. Pero era,
además, un monarca absoluto.
Gran Bretaña aparecÃ-a como el contramodelo del imperio zarista. PoseÃ-a un régimen parlamentario y
habÃ-a obtenido algunas lecciones de la experiencia napoleónica.
Prusia puso las bases para su hegemonÃ-a en Alemania, la que le permitirÃ-a medio siglo más tarde dirigir
el proceso de la unificación.
Austria era un imperio reciente. En 1804 Francisco II, ante el avance de los ejércitos napoleónicos,
habÃ-a asumido el tÃ-tulo de emperador de Austria. Sus fronteras abarcaban el conjunto de territorios
gobernados por los Augsburgo. Su canciller, Metternich, se alzó como el gran ordenador al convertir su
estado en el pivote del sistema de la Restauración.
Finalmente, se inscribió Francia en este cónclave de grandes.
1.2. EL CONGRESO DE VIENA
La Restauración fue lo opuesto a la Revolución. El término alude a la reposición del Antiguo
Régimen. En el orden internacional supuso la repulsa de la hegemonÃ-a de una potencia. En consecuencia,
si Napoleón habÃ-a impuesto un sistema continental mediante la guerra, habÃ-a llegado el momento de
implantar otro mediante un acuerdo firmado por todas las naciones.
Con esta finalidad se reunió en Viena un congreso en septiembre de 1814. A lo largo de diez meses las
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potencias debatieron acerca del nuevo orden. El mapa europeo fue remodelado.
1.3. EL NUEVO MAPA EUROPEO
Polonia habÃ-a sido repartida entre Rusia, Prusia y Austria. Alejandro I deseaba restablecer su unidad con el
objetivo de incorporarla al Imperio zarista, y para convencer a Prusia le ofreció en compensación Sajonia.
En el reajuste territorial Inglaterra fue la potencia más beneficiada. ConseguÃ-a bases en el mar del Norte el
Mediterráneo, el camino oceánico de las Indias y en las Antillas. Rusia a pesar de las precauciones de
Metternich, avanzaba hacia Europa occidental con al incorporación de Finlandia y Besarabia.
Se unieron naciones que deseaban estar separadas, como Bélgica y Holanda. A la inversa, se decidió que
quedaran divididas naciones que deseaban unirse, casos de Italia y Alemania. Inglaterra consiguió que no se
forjara una gran potencia continental que contrarrestara su supremacÃ-a en los océanos. Austria, con la
división de Italia y Alemania, quedaba como el centro de un imperio, eje en torno al cual giraba la
estabilidad del continente.
1.4. LA SANTA ALIANZA
En septiembre del 1815, firmaron en ParÃ- el zar Alejandro I, el emperador Francisco I de Austria y el rey
Federico III de Prusia, bajo la invocación a la SantÃ-sima Trinidad, un acuerdo solemne bautizado como
Santa Alianza. UnÃ-a la religión y la diplomacia, intentando otorgar un carácter sagrado a los acuerdos
polÃ-ticos.
En el documento se colocaba la polÃ-tica internacional bajo el patronazgo de las Sagradas Escrituras y los
monarcas se comprometÃ-an a prestarse como hermanos en toda ocasión asistencia y socorro para proteger
la religión, la paz y la justicia.
Los intelectuales europeos, todavÃ-a esperanzados en el futuro de las ideas liberales, acusaron al documento
de reaccionario.
1.5. LA DOCTRINA DE LA INTERVENCIÓN
En el ámbito de la teorÃ-a polÃ-tica formularon principios que consideraban como la ortodoxia, la
definición del verdadero orden frente a los excesos y desviaciones de la etapa revolucionaria. Custodios de
ese orden, consideraban de su responsabilidad intervenir en todos los conflictos, incluso los internos de los
estados.
Junto a este principio de intervención se distinguen algunos otros.
• LEGITIMISMO
La palabra legitimidad aparece recurrentemente en los escritos de Talleyran y Metternich. Coinciden en
afirmar que las revoluciones comienzan con la privación de su poder a los soberanos legÃ-timos; por tanto,
no será posible la paz si al frente de los estados no se encuentran los auténticos titulares de la soberanÃ-a.
El rey legÃ-timo no puede estar limitado por ninguna ley porque su poder es de origen divino.
A partir de esta formulación la soberanÃ-a nacional es calificada como una usurpación, una herejÃ-a
polÃ-tica.
En consecuencia, se rechazan las constituciones, a no ser que se trate de un documento otorgado por el
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monarca y sin menoscabo de su poder. Con este planteamiento se rechazaba frontalmente el liberalismo.
• CONGERSOS
Las potencias propugnaron que congresos internacionales sustituyeran a la guerra como árbitro. Se trataba
de un procedimiento de enorme trascendencia en la historia futura, porque a partir de Viena los gobernantes se
ocuparÃ-an de resolver en reuniones internacionales los problemas comunes.
• INTERVENCIÓN
La Santa Alianza adquirÃ-a una función de caución moral, de gendarme de los poderes legÃ-timos.
En efecto, en sucesivos congresos se acordó la intervención en los paÃ-ses en desorden. No estaba
amenazado el estatuto territorial de 1815. Lo que se defendÃ-a era, por tanto, un principio teórico, la
legitimidad, y un procedimiento, la acción colectiva.
1.6. LA POLÃTICA DE LA INTERVENCIÓN
No quedaron inmóviles los grupos liberales ante esta polÃ-tica de vuelta al pasado. El primer acto tubo lugar
en España. El 1 de enero el teniente coronel Riego se manifestó con sus tropas contra el absolutismo de
Fernando VII y a favor del restablecimiento de la constitución de Cádiz. Tras dos meses de
enfrentamientos, el 7 de marzo el rey aceptaba la Constitución gaditana.
2. LAS REVOLUCIONES LIBERALES
2.1. EL PRIMER ASALTO: LAS INSURRECCIONES DE 1830
En el año 1839, en varios paÃ-ses europeos se produjeron convulsiones revolucionarias. Al igual que
habÃ-a ocurrido en 1789. Francia ocupó el epicentro del seÃ-smo. Sin duda, pero no eran idénticas todas
las insurrecciones.
PodÃ-an distinguirse dos tipos:
• Revueltas de carácter liberar. Los insurgentes solicitaba la aprobación de constituciones, mediante
las cuales se garantizarÃ-a la división del poder y una serie de libertades cÃ-vicas.
• Revueltas de carácter nacional. En unos casos se luchaba por la independencia. En otros se intentaba
conseguir un estado nacional.
Las movilizaciones se dirigÃ-an contra la obra de la Restauración.
Al lado de las aspiraciones nacionales y liberales habrÃ-a que señalar problemas económicos y sociales.
En 1825, estalló una crisis financiera en Londres, la capital mundial de las finanzas en esa época.
2.2. LAS JORNADAS DE JULIO EN FRANCIA
Los dÃ-as 27, 28 y 29 de julio de 1830 han pasado a la historia bajo la denominación de las tres jornadas
gloriosas las que señalaron el derribo de la monarquÃ-a autocrática de Carlos X por el pueblo de ParÃ-s.
Pero conviene que nos remontemos en el tiempo.
El modelo polÃ-tico de la monarquÃ-a borbónica en Francia, definido por la Carta Otorgada, presentaba
evidentes limitaciones, la más palmaria la de proceder la Carta de una concesión delmonarca sin
menoscabo de su autoridad.
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Al suceder en el trono Carlos X a Luis XVIII, dio pasos muy rápidos en la regresión hacia una monarquÃ-a
absoluta pura.
El dÃ-a 27 la protesta se transformó en insurrección. Un sistema de barricadas convirtió en fortalezas de
la revuelta los barrios del este de Paris.
El dÃ-a 28 de julio fue el epicentro de los combates.
El dÃ-a 29 los insurgentes se hicieron dueños de ParÃ-s. Los combates habÃ-an dejado según diferentes
cálculos entre 1.000 y 2.000 muertos.
Declarado el trono vacante, el Parlamento eligió por aplastante mayorÃ-a un nuevo monarca, Luis Felipe de
Orleáns, y votó una revisión de la Carta Otorgada para convertirla en u documento de tono liberar. Luis
Felipe prestó juramento de fidelidad a la Carta reformada.
• LA INDEPENDENCIA DE BÉLGICA
La unión de Bélgica a Holanda decidida por el Congreso de Viena para crear un Estado tapón frente al
expansionismo francés, no habÃ-a sido aceptada por los belgas.
Al producirse los primeros disturbios en Bruselas, inducidos por las noticias de ParÃ-s, Guillermo I envió un
ejército holandés que no pudo controlar la ciudad, tachonada de barricadas.
Un congreso constituyente en Bruselas eligió como rey a Leopoldo de Sajonia Coburgo.
2.5. LAS REVOLUCIONES DEMOCRÃTICAS DE 1848
Fue 1848 un año crucial en la historia de Europa.
Como factor desencadenante ha de considerarse de nuevo una aguda crisis económica de dimensión
continental.
La revolución fue movida por ideas, pero las revueltas de las subsistencias, las protestas contra la carestÃ-a,
crearon el ambiente propicio para desestabilizar los gobiernos.
Revoluciones románticas han sido denominadas las de 1830 y 1848, por la participación popular en los
acontecimientos y por la atmósfera heroica de las barricadas.
• EL NACIONALISMO UNIFICACIONES DE ITALIA Y ALEMANIA
3. LA INDEPENDENCIA DE GRECIA
Con la oleada liberal, que en 1820 se extendió por el Mediterráneo, se intensificó el ansia de libertad de
los griegos. Y en la asamblea de Epidauro (1822) decidieron ir a la guerra.
La independencia griega ofrece interés al menos por tres motivos:
• Fue el primer movimiento nacionalista protagonizado por un pueblo que luchaba por su libertad.
• Provocó en Europa una oleada de sentimiento tÃ-pico de la cultura romántica: poetas, novelistas y
pintores cantaron el heroÃ-smo heleno.
• Desató un complejo problema internacional, conocido como Cuestión de Oriente; asÃ- se llamó a
la desmembración de Impero turco, un proceso generador de tensiones al intentar por un lado
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Austria, por otro Rusia, aprovecharse del hundimiento de ese imperio para fortalecer su presencia en
el espacio comprendido entre los Balcanes y el mar Negro.
La guerra estalló en 1822. Los griegos, armados por el zar, resistieron épicamente. En las termópilas
derrotaron al ejército turco; en Missolonghi fueron capaces de detener un segundo ejército. Alejandro
Ipsilanti se puso al frente de una expedición de exiliados que penetró desde Rusia a través de Rumania.
Una matanza de patriotas en QuÃ-os provocó la intervención de las potencias europeas en ayuda de los
griegos.
En el Tratado de Andrianopolis (1828) TurquÃ-a se vio obligada a reconocer la independencia de Grecia.
5. EL RISORGIMIENTO
El Risorgimiento fue en primer ligar un movimiento intelectual, en el que se combinaban emociones e ideas.
Cavour pensaba que al Piamonte y a su monarca, Carlos Alberto de Saboya, correspondÃ-a la tarea de la
unificación, lo que exigÃ-a una preparación diplomática para obtener el respaldo de otras potencias contra
Austria. Frente a las propuestas económicas y diplomáticas de Covour, Garibaldi aparecÃ-a como el
revolucionario de barricada y el defensor que la Italia unida fuera una república. En la extrema izquierda,
Mazzini, exiliado tras el fracaso de los movimientos del 48, esperaba una revolución social que acabara con
la probeza del sur. El talento de estadista de Cavour se demostró cuando fue capaz de incorporar a Garibaldi
a una cierta alianza.
• FASES DE LA UNIFICACIÓN
6.1. GUERRA DE LOMBARDÃA (1859)
Para enfrentarse a Austria, Cavour se esforzó en colocar la cuestión italiana en u contexto europeo,
apoyándose en Inglaterra y Francia.
Tras una entrevista secreta en Plombières con el emperador francés Napoleón III. Cavour consiguió su
ayuda a cambio de entregar a Francia Saboya y Niza.
Con al intervención de un ejército francés dirigido por el mismo emperador, se inició la guerra contra
los austriacos.
En las batallas de Magenta y Soferino fue vencido el ejército austriaco, y LobardÃ-a incorporada al
Piamonte.
6.2. LAS INCORPORACIONES DE 1860−1861
Garibaldi ocupó Palermo, la capital siciliana, donde se formó un gobierno provisional. A continuación fue
tomada Nápoles.
Cavour ordenó al ejército piamontés que ocupara parte de los Estados Pontificios. Varios plebiscitos
ratificaron que todos estos territorios, desde Sicilia y Nápoles a Las Marcas y la UmbrÃ-a, se unieran al
Piamonte para formar el reino de Italia. Y VÃ-ctor Manuel fue proclamado rey de Italia.
6.3. INCORPORACIÓN DEL VENETO Y ROMA
Al estallar la guerra austro−prusiana por la hegemonÃ-a de Alemania, Bismarck, el canciller prusiano, buscó
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la alianza de Italia para debilitar a su enemigo. Y tras la derrota austriaca de Sadova los italianos incorporaron
el Veneto en 1866.
La derrota francesa en su guerra con Alemania en 1870 permitió a lso italianos ocupar e incorporar Roma.
7. BASES DEL NACIONALISMO ALEMÃN
Lo mismo que Italia, Alemania habÃ-a sido dividida por el Congreso de Viena, frustrando una aspiración de
los pueblos germanos. Dos potencias de la PentarquÃ-a, Prusia al norte y Austria al sur, se disputaban la
hegemonÃ-a. Prusia presionarÃ-a a favor de la unificación; Austria, satisfecha con su imperio multinacional,
que incluÃ-a HungrÃ-a, Bohemia y territorios de Italia, se inclinaba al mantenimiento del statu quo. Una
Dieta federal presidida por el emperador austriaco, constituÃ-a el único órgano unitario. En la lucha por la
unidad es posible distinguir motivos económicos e intelectuales.
8. TRES GUERRAS EN EL CAMINO DE LA UNIDAD DE ALEMANIA
8.1. GUERRA DE LOS DUCADOS (1864)
Los ducados del sur de Dinamarca Schleswig y Holstein, estaban habitados por población alemana en la
mayoria de sus regiones, pero eran gobernados por prÃ-ncipes daneses. Al intentar Dinamarca absorberlos
definitivamente, Bismarck comprendió que se presentaba la ocasión de incorporarlos.
Con habilidad suprema Bismarck consiguió que Austria compartiera la declaración prusiana de apoyo a la
población alemana, la firma de un ultimátum a Copenhague y la declaración de guerra. Por el Tratado de
Gastein (agosto de 1865), Prusia recibÃ-a la administración de Schleswig y el puerto de Kiel, y Austria la de
Holstein.
8.2. GUERRA AUSTRO−PRUSIANA (1866)
Austria se alzaba como el siguiente obstáculo en el proceso unificador. Bismarck consiguió aislarla
diplomáticamente. La nueva Italia que habÃ-a forjado Cavour entorno a Piamonte era su aliada natural.
Rusia aparecÃ-a como el enemigo de Viena en al disputa por el espacio balcánico. Finalmente, Bismarck
consiguió la neutralidad de Francia.
La guerra duró sólo siete semanas.
En la batalla de Sadowa se desmoronó el ejército austriaco. Con este triunfo nacÃ-a la Confederación de
Alemania del Norte, dirigida por Prusia.
8.3. GUERRA FRANCO−PRUSIANA (1870)
En la batalla de Sedán se rindió un ejército de 82.000 hombres y cayó prisionero el emperador
francés. La derrota provocó en Francia el final del II Imperio; la victoria germana permitió que en
Versalles se proclamara el Imperio alemán (enero de 18719, con la incorporación de todos los estados
germanos.
Los resultados de tres guerras victoriosas eran notables: el rey de Prusia Guillermo I se convertÃ-a en
emperador de Alemania; el ejército prusiano constituÃ-a una formidable máquina militar, al más
poderosa del continente.
6. PROBLEMAS SOCIALES Y MOVIMIENTO OBRERO
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• PROBLEMAS SOCIALES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN
Con la expansión de la industria se produjeron dos fenómenos: incremento del número de obreros y
división del trabajo.
Estos fenómenos confluyeron en la aparición de problemas tÃ-picos de la industrialización, que podrÃ-an
ser ordenados en tres grupos:
• Condiciones de trabajo.
• Calidad de vida.
• Mayor participación de mujeres y niños en la producción.
• CONDICIONES DE TRABAJO
Horarios extenuantes y salarios bajos agobiaron a los obreros durante la primera fase de la Revolución
Industrial.
Se prolongaron las jornadas de trabajo hasta las 14 y 18 horas.
La lucha por reducir este horario inhumano fue larga. Tras varias reducciones, la reclamación de las ocho
horas se enarboló como bandera de combate de las organizaciones obreras en el tránsito del siglo XIX al
XX, durante el periodo de la segunda revolución industrial.
De que los salarios se mantuvieran bajos dependÃ-a el nivel de los beneficios de los empresarios. Y en
muchos momentos, ante la oferta abundante de mano de obra, se reducÃ-an.
Al romperse las relaciones personales los talleres, en las fábricas se imponÃ-a la disciplina mediante multas.
• CALIDAD DE VIDA
El proletariados e vio enfrentado a problemas agobiantes, ya fuera de la fábrica. La vivienda constituyó el
más inmediato. A los emporios industriales acudieron masas rurales que tuvieron que alojarse hacinadas en
viviendas donde escaseaba el espacio y el aire.
Se formaron barrios proletarios (los slums, en Inglaterra) caracterizados por la falta de servicios municipales y
por su condición de cuartel de ciertas enfermedades, la más temible y extendida la tuberculosis,
denominada tisis del proletariado.
• TRABAJO DE MUJERES Y NIÑOS
No se trataba de una novedad, porque mujeres y niños ya trabajaban en la economÃ-a preindustrial; sin
embargo, con la industrialización, al no exigir fuerza fÃ-sica el manejor de bastantes máquinas, se
intensificó la participación de ambos.
Los gobiernos se vieron obligados a limitar los horarios y exigir condiciones de trabajo menos crueles.
• EL MOVIMEINTO OBRERO
• LAS PRIMERAS RESPUESTAS
Al principio fueron prohibidas las asociaciones obreras, hasta que, en 1824, se estableció su legalidad bajo
ciertas condiciones.
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El secretario del sindicato de Manchester, Doherty, organizó la Unión General del Reino Unido, en la cual
se federaban todos los hilanderos.
AsÃ- se desembocó, en 1831, en una Asociación Nacional que contó con 100.000 miembros. ConstituÃ-a
la fórmula inicial de las Trade Unions, los sindicatos pioneros.
En una tercera fase, los sindicatos comprendieron que no bastaba con luchar por mejores condiciones de
trabajo sino que se requerÃ-a mediadas polÃ-ticas.
• EL SOCIALISMO UTÓPICO
En Francia surgÃ-an intelectuales que elaboraban diseños de lo que consideraban una sociedad ideal.
Entre ellos figuran el conde de Saint−Simon como precursor y diseñadores de una sociedad ideal como
Fourier y Cabet.
En Inglaterra un empresario, Owen, convirtió su fábrica textil en una empresa modelo y en Francia Louis
Blanc propulsó los talleres sociales parisinos durante la Revolución de 1848.
Las distinciones de rao y seño serÃ-an abolidas. La alimentación y la educación de los niños serÃ-an
responsabilidad de la comunidad.
• EL MARXISMO
El pensamiento socialista alcanzó su cumbre en al obra del alemán Kart Marx. Sus doctrinas se apoyaban
en el análisis de la sociedad industrial, de ahÃ- la denominación de socialismo cientÃ-fico, y se generaron
en el sentimiento de indignación que en él provocó al miseria obrera.
Tras escribir numerosos tratados, Marx culminó su doctrina en una obra monumental, El capital, en la que
radiografió la sociedad capitalista y sus contradicciones.
Ideas centrales del marxismo.
♦ Interpretación materialista de la historia.
Según Marx, el motor de la historia no es la religión ni al polÃ-tica, sino la economÃ-a.
♦ Lucha de clases
La historia demuestra que siempre ha habido explotadores y explotados.
La única forma de romper la tradición es predicar la rebelión de los explotados, mediante la solidaridad
entre todos los trabajadores del mundo, como se concluye en el llamamiento del Manifiesto comunista.
♦ Consideración capitalista del trabajo como una mercancÃ-a.
El obrero no posee ningún medio de producción, y para vivir ha de vender su trabajo al capitalista, quien el
paga un salario.
♦ Ruina inevitable del capitalismo
El progreso técnico de las máquinas provoca paro, lo que generará mano de obra desocupada que puede
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ser explotada.
La sociedad capitalista será sustituida por la sociedad comunista, en la cual los medios de producción
pertenecen a la colectividad y desaparecerán las clases.
• EL ANARQUISMO
Fue elaborado sobre todo, por pensadores rusos de linaje aristocrático, entre ellos Bakunin y kropotkin.
El anarquismo resultaba más aplicable al campo, donde propuso y, en algunas circunstancias, organizó
pequeñas poblaciones autosuficientes, denominadas comunas, en las cuales no existÃ-a el dinero ni la
propiedad privada.
♦ Supresión del Estado y de toda al forma de poder
Estado equivale inevitablemente a opresión. Todos los estados están condenados a una lucha permanente
entre ellos. Por eso Bakunin propone la sustitución de las grandes organizaciones polÃ-ticas por pequeñas
unidades, las comunas, absolutamente autónomas.
♦ Desaparición de la propiedad privada
PodrÃ-a llevarse a cabo de dos formas, bien por reformas sucesivas, aboliendo el derecho de herencia, bien de
forma revolucionaria, implantando la propiedad colectiva de todos los bienes.
♦ Igualdad
Es el principio de una democracia total, en la que todos los cargos son elegidos por sufragio universal y por
tiempo limitado.
♦ Importancia de la educación
♦ Violencia revolucionaria
Más claramente que Bakunin, otros teóricos anarquistas propugnaron el hecho violento, terrorista, para
derribar la sociedad capitalista.
Los marxistas creÃ-an que el Estado sólo desaparecerÃ-a en una fase avanzada y exigÃ-an uña disciplina
y un análisis cientÃ-fico de la realidad que los anarquistas despreciaban.
• LAS INTERNACIONALES OBRERAS
ExistÃ-an sindicatos ingleses, franceses o alemanes.
Dos motivos concurrieron para superar esta barrera de las naciones.
En primer lugar, los teóricos del movimiento obrero eran conscientes de que los problemas sociales que
afligÃ-an al proletariado eran los mismos en todos los paÃ-ses.
En segundo lugar, se comprobó que los patronos podÃ-an romper las huelgas importando mano de obra de
otro paÃ-s vecino.
Se imponÃ-a, por tanto, crear una organización que fomentara la solidaridad internacional de todos los
trabajadores.
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♦ La I internacional
El 28 de septiembre de 2864 se reunieron en el Saint−Martin Hall de Londres delegados de diferentes
organizaciones obreras de varios paÃ-ses. La asamblea eligió un comité provisional y un subcomité
para la redacción de los estatutos. Subcomité en el que figuraba Kart Marx. Marx presentó dos mociones:
que la emancipación serÃ-a obra de los propios trabajadores y que la clase obrera no podÃ-a manifestarse
contraria a la toma del poder polÃ-tico.
La I internacional se debilitó por las disensiones ideológicas y en el Congreso de La Haya el
enfrentamiento entre Marx y Bakunin fue tan fuerte que se produjo la expulsión de los anarquistas de la AIT
(Asociación Internacional de Trabajadores).
♦ La II Internacional
La II internacional fue fundada en ParÃ-s en 1889. Asistieron a la reunión inaugural las figuras más
destacadas de los socialismos francés y alemán, al lado de otras delegaciones menores. En esa fecha ya
existÃ-an en algunos paÃ-ses, entre ellos España, partidos socialistas.
La idea de una centralización internacional habÃ-a resultado negativa para el movimiento obrero, se tomaron
dos acuerdos inmediatos:
• Que las organizaciones obreras de cada paÃ-s eligieran su propio camino. Se aprobaba la tesis de las vÃ-as
nacionales hacia el socialismo.
• Se apoyaba a los partidos obreros y su participación en ellecciones y gobiernos, acuerdo que distanciaba
definitivamente a los socialistas de los anarquistas.
Otros tres acuerdos orientarÃ-an el socialismo europeo a lo largo de los primeros años del siglo XX.
• Debate acerca del revisionismo. AsÃ- se llamó a las tesis que revisaban el pensamiento de
Marx.Este concluÃ-a que el capitalismo no caminaba hacia su ruina sino hacia su consolidación.
Corolario de esta idea, se aceptaba la participación de partidos socialistas en gobiernos de
coalición.
• Debate acerca de la cuestión colonial. Planteado en ParÃ-s, se condenó con energÃ-a la
explotación colonial.
• Debate sobre la paz y la guerra. Considerando que las guerras surgÃ-an por enfrentamientos entre
gobiernos burgueses, que arrastraban a los obreros, en el Congreso de Stuttgart el francés Jaurés
propuso que la respuesta a la guerra burguesa fuera la huelga general.
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