PDP 1ra parte Borrador Marzo-2014-1

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PLAN DIDÁCTICO PRODUCTIVO EN ESCUELAS TÉCNICAS DE PRODUCCIÓN
AGROPECUARIA.
Documento para la discusión
I. CUESTIONES GENERALES.
I.1 ANTECEDENTES Y TALLERES EN EL PLAN DE ASISTENCIA TÉCNICA 2013.
1. Un borrador del Plan Didáctico Productivo fue el insumo principal de los talleres en
que se discutió su necesidad y contenido durante los encuentros nacionales y
regionales correspondientes al Plan de Asistencia Técnica. Representantes de
alrededor de cien escuelas agropecuarias de todas las jurisdicciones contribuyeron
con sus aportes, debates y críticas a la mejora y validación de los conceptos,
definiciones y proposiciones a incluir en el instrumento que especifiquen cuáles son
los criterios para elaborar el Plan, sus vinculaciones con el PEI y el diseño curricular
y deberá explicitar su relación específica en los en los proyectos puntuales por
producción.
Conclusiones de los talleres 2013.
2. En las discusiones y conclusiones de los talleres realizados durante 2013 no existió
ninguna objeción al planteo registrado en el documento borrador de PDP, presentado
para su análisis y discusión, que considera a las producciones como insumo
fundamental para la metodología pedagógica-didáctica de las escuelas de
producción agropecuaria.
3. Se plantea que el criterio económico no puede quedar afuera del PDP,
independientemente de las hectáreas y de la producción que cada escuela disponga.
4. Se establece la necesidad de determinar a nivel federal criterios unificados para
elaborar proyectos didáctico - productivos.
5. Los PDP se plantean desde un punto de vista didáctico en 2 escalas: una productiva
y otra demostrativa.
6. Se plantearon los conceptos de rentabilidad y de escala. Y se consideró deseable
considerar en las escuelas una escala relativa referida a la media productiva de la
zona, tal que sea posible replicar en la escuela algunos de los procesos productivos
de la misma.
Respecto de la rentabilidad.
7. La rentabilidad de los proyectos no debe ser considerada como necesaria para la
continuidad del funcionamiento de la institución.
8. Que lo prioritario de la función institucional es formar técnicos de acuerdo al perfil
profesional homologado. Esto último implica prioridad del aprendizaje sobre la
producción y, por consiguiente, que en muchas ocasiones aquella prioridad
redundará en la pérdida de la rentabilidad del proyecto.
9. Sin embargo, debería aclararse el concepto de rentabilidad utilizado: p.e. hay una
acepción mínima en la que sólo se contemplaría la reposición de los insumos y
costos de trabajo con el producto obtenido en el proyecto.
10. Se ha coincidido en que las escuelas cuentan con proyectos didáctico-productivos
fuertes y débiles, considerados tales desde el punto de vista económico y de su
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dimensión. La actividad fuerte debería ser la que caracteriza la zona: por ejemplo
(p.e. producción de bovinos de cría y de carne).
Sobre PEI, PDP y pdp.
11. El PEI (Proyecto Educativo Institucional), debería institucionalizar: a) que es la
escuela la que enseña a producir, b) que el PDP es parte del mismo (como plan
general de la institución), c) los criterios desde los cuales se desprenden los
proyectos productivos, d) la expresión de los aspectos macro del PDP.
12. Se señala que es relativamente común que en los PDP se establezcan objetivos en
términos físicos y, por tanto, difícilmente traducibles a dimensiones pedagógicas. En
este sentido se considera que la concepción del PDP debería poner en evidencia
aspectos como la gestión, la comunicación, el registro y la evaluación, que a veces
no se formalizan o sólo se estiman desde el punto de vista productivo.
13. Diferenciar entre Plan (general, único) y proyecto (que pueden ser múltiples y cada
uno puntuales); diferenciar de proyecto de PP 1.
I.2 LOS PROCESOS PRODUCTIVOS COMO METODOLOGÍA DE ENSEÑANZA PARA LAS ESCUELAS
DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA.
14. La práctica formativa indiscutida y general de las escuelas agropecuarias es la
realización de producciones agropecuarias, acompañada, en menor medida, por la
ejecución a escala de procesos productivos industriales de transformación de materia
prima del sector.
15. Como el propósito primordial de la enseñanza secundaria técnica consiste en
garantizar la adquisición de las capacidades profesionales establecidas en la
propuesta educativa, que se formaliza en el Marco de referencia y en los diseños
curriculares jurisdiccionales, entonces, el propósito fundamental de este documento
apunta a establecer el modo en que dichas producciones sean, prioritariamente,
prácticas formativas en función de lo especificado en el perfil profesional de
referencia, independientemente de su objeto y escala o volumen.
16. Es decir, que al confeccionarse el PDP y los pdp de cada institución, quede
perfectamente especificada la distinción e integración entre lo “formativo” y lo
1
El proyecto de PP tiene sus requisitos que no están abordados en este documento
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“productivo” y, en consecuencia, privilegiada la obtención de los objetivos
pedagógicos.
Cómo se eligen las distintas producciones y cómo se ajustan a los casos
particulares:
17. El Marco de referencia de la tecnicatura en Producción Agropecuaria2 establece las
restricciones y condicionamientos a la producción con tres determinantes principales:

A) El perfil profesional. Mediante la explicitación de las capacidades, las
funciones y las actividades, y las tecnologías a formar en el técnico. La
elección de algunas producciones (no todas y no siempre las mismas) según
la ubicación de la escuela y el contexto socio-productivo.

B) El desempeño ocupacional. La orientación del técnico productivo a
emprendimientos familiares y empresas chicas y medianas.

C) El entorno formativo. Es decir, los recursos mínimos, tanto materiales
como humanos, necesarios para llevar adelante las actividades formativas en
función de las exigencias del perfil profesional.
18. A su vez las jurisdicciones interpretan el marco de referencia (y por lo tanto las
producciones y sus alcances) a través del diseño curricular jurisdiccional
homologado.
19. Y finalmente, las instituciones adecuan las producciones que indican el Marco de
referencia y el diseño curricular jurisdiccional respectivo según la disponibilidad de
infraestructura, equipos y recursos humanos y el contexto socio productivo de la
escuela.
20. Sin embargo, una correcta elección de las producciones, de su magnitud, escala y
combinación no asegura la prioridad de los objetivos pedagógicos ni su naturaleza
didáctica.
21. Es importante que los objetivos pedagógicos generales sean explicitados, a partir del
perfil profesional, en el PDP. Que en cada uno de los proyectos aquellos objetivos
generales se traduzcan en los objetivos pedagógicos específicos de la, o las,
producciones encaradas en el mismo. Y, en ambos casos, explicitando también los
objetivos no pedagógicos (p.e. económicos o sociales) para diferenciarlos y poder
llevar a cabo una eficaz evaluación de los resultados.
2
Resolución CFE Nº15/07, Anexo 1
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II. LA PLANIFICACIÓN DEL PLAN DIDÁCTICO PRODUCTIVO (PDP).
22. La planificación del PDP requiere de la interrelación de diferentes niveles en la
planificación jurisdiccional e institucional de las propuestas de la tecnicatura.
II.1 EL DISEÑO CURRICULAR JURISDICCIONAL.
23. De él se desprenden los principales lineamientos a seguir. Desde los fundamentos
pedagógicos hasta las prescripciones en lo que respecta a estructura curricular, sus
espacios formativos y el nivel de detalle curricular que desarrolla sobre aspectos y
contenidos a trabajar, actividades formativas y el entorno de aprendizaje necesario.
El perfil profesional del técnico en producción agropecuaria, único y de validez
nacional, es la fuente principal del diseño curricular jurisdiccional.
II.2 EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL (PEI).
24. Es el instrumento donde se especifican los principios y fines del establecimiento, los
recursos docentes y didácticos disponibles y necesarios, las acciones y/o
vinculaciones con la comunidad, las características de los alumnos y la
contextualización regional del perfil profesional del técnico al egreso. También los
principios orientadores sobre el abordaje pedagógico y aquellas pautas y
características que definen la identidad de la Institución educativa.
II.3 EL PLAN DIDÁCTICO PRODUCTIVO.
25. En el PDP se definen las premisas, las principales líneas y las actividades
productivas que van a orientar y condicionar el resto de los niveles de planificación.
Son decisiones que afectan al mediano y largo plazo la actividad institucional. Donde
se define el papel y alcance de cada uno de los sectores que conforman el contexto
productivo y se establecerán las necesidades del entorno formativo de la escuela: las
producciones vegetales y animales se llevarán a cabo; cuáles las industrializaciones
aplicadas a los procesos de enseñanza; los usos del taller agropecuario y
laboratorios, etc. y las necesidades a mediano plazo. Y, fundamentalmente, las
estrategias del trabajo docente, los objetivos y los resultados esperados. Es aquí
donde se consideran todos los aspectos que hacen al contexto socio-productivo en el
que se sitúa la institución educativa, y se establecen las exigencias para el entorno
formativo institucional.
II.4 LOS PROYECTOS DIDÁCTICO PRODUCTIVOS (PDP).
26. Son el segundo nivel de especificación del Plan Didáctico Productivo. La fase de
formulación de los proyectos puntuales. Deben contar con la intervención efectiva de
los docentes y alumnos. Se definen para el corto y mediano plazo, y es el
instrumento donde se establecen en detalle las actividades a realizar y los recursos
necesarios, y los disponibles, especificando los resultados previsibles y deseados y
los procesos concretos para alcanzarlos.
II.5 EL ENTORNO FORMATIVO Y LO DIDÁCTICO PRODUCTIVO.
27. Aceptado que la realización de producciones es la práctica formativa por excelencia
en las escuelas secundarias agropecuarias, la configuración y disponibilidad de los
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medios necesarios, de todo tipo, para ejecutar esas producciones se constituyen
como criterio rector para la constitución del “entorno formativo”.3
28. En consecuencia el para definir el “entorno formativo” se deberá tener presente que
el técnico en producción agropecuaria es un profesional que participa en actividades
de producción vegetal y animal, y en las actividades conexas de organización y
gestión. Lo anterior incluye tareas simples de mantenimiento de la infraestructura,
instalaciones, máquinas, equipos y herramientas que intervienen en la producción
primaria. El área ocupacional donde se desempeña lo constituye, fundamentalmente,
una explotación de tipo familiar o empresarial pequeño a mediano. También está
capacitado para actividades de industrialización, en pequeña escala, de productos de
origen vegetal y animal.
29. Para el caso particular de cada institución, en la determinación del PDP, ha de
tenerse en cuenta las posibilidades que brinde el entorno formativo existente en la
escuela y el factible de ser accedido fuera de la institución. Esto es, que debe
considerarse, que más allá de los recursos propios de la escuela están los externos,
donde también pueden desarrollarse acciones formativas (agencias estatales,
empresas, laboratorios e instalaciones universitarias, etc). Además debe
considerarse el “entorno virtual” (uso de las TICs, educación a distancia, etc.) como
un agregado o extensión del entorno físico.
30. Es importante procurar que el PDP sea un instrumento para buscar, activamente, la
integración de los diferentes espacios a través de los proyectos, y que las actividades
a desarrollar en un espacio productivo (p.e. la huerta) se articulen con la adquisición
de conocimientos en aulas y laboratorios.
31. La práctica productiva debe ser un modo deliberado y planificado de la integración de
los cuatro campos formativos, para evitar que el cursado de la tecnicatura sea un
agregado de acciones puntuales de contenido conceptual y prácticas productivas
particulares. Lo mismo vale para la articulación del primer ciclo con el segundo,
porque también es habitual que en las escuelas del sector se comience en él con
producciones simples en pequeña escala.
3Definición
preliminar de Entornos Formativos: Son los ámbitos dinámicos de construcción de aprendizaje
existentes dentro y fuera de la escuela. Espacios físicos y/o virtuales (aulas, talleres, aula–taller, laboratorios,
gabinetes, oficinas técnicas, áreas productivas, y otros) destinados a la realización de las actividades formativas,
con la infraestructura y el equipamiento que se corresponda con las demandas del perfil profesional buscado. Se
definen como “mínimos” en el marco de referencia para homologación,. Cada jurisdicción puede especificarlos o
ampliarlos en sus diseños curriculares, según los diferentes “contextos formativos” locales, atendiendo a
regiones socio-productivas, cuestiones sociales, etc.
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32. En síntesis, es necesario incluir el uso del entorno formativo en la planificación inicial
y en cada proyecto en particular. Incluso si se considera que en el mismo hay
faltantes y se prevé la incorporación de recursos por vía de nuevos planes de mejora.
II.6 LA ESCALA DE PRODUCCIÓN EN LOS ENTORNOS FORMATIVOS.
33. En orden a las magnitudes a alcanzar por las diversas producciones, se debe aspirar
a establecer un razonable equilibrio entre las escalas productivas realizadas en la
Escuela, tanto porque los recursos disponibles, humanos y materiales, son finitos,
como porque debe cuidarse el deslizamiento hacia situaciones productivistas en
desmedro de los objetivos pedagógicos. 4 Habrá una combinación entre proyectos
con una escala meramente didáctica o demostrativa, y aquellos que alcancen las
dimensiones reales de una producción familiar o de pequeña empresa. El requisito
para todos los proyectos es que se alcance el cumplimiento de todas las exigencias
técnicas y pedagógicas. Así como asegurar un uso racional del equipamiento y la
infraestructura, cuidando que en cada caso, la escala sea la apropiada para que
dentro del ciclo escolar se pueda ofrecer a los estudiantes una cantidad razonable de
prácticas, con una exigencia adecuada a las prescripciones curriculares en un
entorno saludable.
34. Son los docentes de cada sección quienes por su experiencia tienen el conocimiento
de las limitaciones y posibilidades didáctico – productivos de la misma. Por
consiguiente, son idóneos para determinar la envergadura de lo que se puede
realizar con los estudiantes implicados, en las instalaciones disponibles, y prever las
acciones necesarias para dar continuidad a los ciclos productivos.
35. Como cada proyecto es particular y característico de una Institución educativa esta
será la encargada de determinar cuales producciones serán desarrolladas a nivel
productivo normal, y cuales a escala demostrativa. Y es en consecuencia que deben
proyectarse las instalaciones y equipamiento del entorno formativo.
II.7 EL NIVEL TECNOLÓGICO DE LOS PROYECTOS.
36. El primer determinante del nivel tecnológico será el perfil profesional aprobado en el
marco de referencia para el técnico en producción agropecuaria. Este técnico remite
al desempeño en explotaciones pequeñas y medianas. En cada caso puntual debe
4Sin
contar con que una o dos producciones de gran magnitud pueden llevar a resignar otras menores pero
necesarias a fin de cumplimentar los objetivos pedagógicos.
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complementarse con las características del contexto productivo en el cual está
inserta la Institución Educativa. Por consiguiente es necesario emplear en los PDP
un nivel tecnológico estándar propio de la región.
37. Lo anterior, si bien central, no debe ser un limitante para acceder a otros recursos
didácticos con diferentes alternativas tecnológicas, tanto aquellas de alto nivel como
las de uso más simple o rudimentario pero igual de válidas. Esto será factible a
través de pasantías, prácticas en organismos especializados (INTA, universidades),
convenios de formación y capacitación con organismos de ciencia y técnica; o visitas
a empresas que produzcan con un alto nivel tecnológico y concurrencia a
exposiciones y ferias. Por otro lado, es importante conocer niveles tecnológicos bajos
pero aún vigentes en la región mediante visitas a pequeños productores locales, y
servicios de apoyo a ellos, entre otras posibilidades.
38. Además también debe considerarse la posibilidad de realizar proyectos con
diferentes recursos tecnológicos con la finalidad de que los alumnos distingan y
comparen entre diferentes alternativas, analizando los beneficios e inconvenientes
que se generan en el uso de diversas tecnologías.
39. Por otra parte, a nivel de ensayo e investigación, es posible realizar proyectos que
impliquen prueba de nuevas variedades y técnicas productivas, insumos novedosos,
etc.
40. También es fundamental completar la formación con procesos productivos de
industrialización de materias primas producidas en la escuela tales como obtención
de combustibles e industrialización de lácteos.
II.8 EL COSTO Y EL FINANCIAMIENTO DE LOS PROYECTOS.
41. En la medida en que un PDP es la ejecución de un conjunto de acciones que
constituyen la efectiva realización de actividades productivas reales, aunque
acotadas en su escala y tecnología, los gastos son significativos y similares en su
naturaleza (no en su monto), a los que supondría la ejecución de los mismos
procesos productivos en el sistema productivo real: insumos (semillas, combustibles,
alimentos, etc.), gastos operativos, algunos recursos humanos adicionales a
docentes y alumnos; y la utilización (desgaste, amortización) de herramientas,
maquinarias, recursos de infraestructura y gastos de mantenimiento de considerable
magnitud.
42. Si bien las actividades de un PDP son productivas, no necesariamente, serán
rentables y/o generarán recursos económicos que cubran los costos y eventualmente
produzcan excedentes. Y aunque en definitiva es el Estado (provincial, nacional)
quien sostiene el financiamiento de los gastos de las instituciones educativas, incluir
el análisis y la gestión económica de los proyectos, por parte de docentes y alumnos,
es enriquecedor desde un punto de vista didáctico y saludable desde lo estrictamente
económico. Porque, por definición, los recursos son finitos y la propia factibilidad de
las actividades pedagógicas de la escuela están condicionadas por un “éxito” relativo
de los pdp desarrollados.
43. Es entonces, que en la medida de lo posible, y sin resignar en absoluto el objetivo
pedagógico, es importante que los proyectos se sustenten en el tiempo de una
manera genuina, aspirando al menos al autofinanciamiento como para completar el
ciclo productivo. Sobre todo en las postrimerías del ciclo superior es pedagógico
desarrollar pdp que les enseñen a los estudiantes, futuros técnicos, la factibilidad
económica de las producciones de las que aprenden la factibilidad técnica.
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44. Por lo tanto, incluir el análisis integral y sistemático de los costos es parte, no menor,
del costado didáctico de los proyectos. Y será formativo considerar como buena
práctica docente, anticipar y discutir el resultado de cada proyecto, donde se
discriminen claramente estos aspectos. Es decir, que se debe prever en la
formulación de los proyectos no sólo la factibilidad institucional, técnica y ambiental,
sino también sus posibilidades económicas.
45. Sin embargo, puede suceder que a pesar de una minuciosa y adecuada planificación
en la ejecución aparezcan obstáculos que afecten su desarrollo y/o rentabilidad. Si
esto ocurriera, es imprescindible generar espacios para analizar los elementos y
aspectos que actuaron como obstáculos, a fin de considerarlos en la formulación de
nuevas estrategias o proyectos. De este modo, los resultados económicamente
inesperados pueden convertirse en situaciones problemáticas de naturaleza didáctica
y aprovechar como oportunidades de enseñanza/aprendizaje. La pérdida económica,
por circunstancias accidentales y no controlables, no implica que su realización no
haya sido positiva en términos formativos.
46. Por lo tanto, si bien los imprevistos aparecerán, por ser propios de la naturaleza de la
producción agropecuaria, al reiterar las producciones particulares y concretas año
tras año, estos imprevistos se ajustarán a situaciones eventuales mínimas. Logrando
de esta manera un proyecto didáctico productivo Institucional sustentable en el
tiempo y que éste, por si mismo, sea un modelo productivo didáctico pero real y
concreto. Mientras que los nuevos, inevitables imprevistos, seguirán siendo
aprovechados didácticamente.
47. Por otro lado, es un caso relativamente corriente que en las Instituciones del sector,
las denominadas “producciones fuertes” de la Escuela financian los costos operativos
de aquellas otras producciones deficitarias o demostrativas, y también que a veces
haya un objetivo de las producciones con un fin social (autoconsumo en el comedor
escolar, proyecto comunitario, etc.), que lo justifique más allá de lo estrictamente
pedagógico.
II.9 LA PARTICIPACIÓN DE ESTUDIANTES Y PERSONAL DOCENTE
48. Es imprescindible determinar el rol y las actividades de docentes y alumnos en la
elaboración y ejecución de los proyectos y su grado de participación.
49. Del mismo modo sería conveniente que los PDP tiendan a involucrar a más de un
espacio formativo (varias asignaturas, módulos, talleres o materias relacionadas)
teniendo, en consecuencia, a un conjunto mayor de docentes implicados, y
produciendo la integración de espacios de la formación general (como matemáticas y
lenguaje) espacios curriculares técnicos y las prácticas productivas.
50. La participación de los alumnos en todas las etapas del proyecto se constituye en un
instrumento útil de integración de la enseñanza. Por ello es importante que a nivel
institucional se planifiquen y generen instancias que les posibiliten a los alumnos ser
partícipes y estar informados de la totalidad del Plan Didáctico Productivo y de las
distintas fases o etapas por los que transita su ejecución.
51. Es recomendable para mejorar la operatividad de las actividades formativas, trabajar
con grupos reducidos de alumnos, de acuerdo a la tarea a realizar.
52. Una estrategia muy utilizada por las escuelas agropecuarias, para atender la
continuidad de las actividades en momentos en que se carece de la presencia de
alumnos y docentes (en razón de los calendarios escolares o rutinas de trabajo,
feriados, vacaciones, etc.) es resuelta por medio de las conocidas “Guardias de
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producción”, “Guardias Didáctico-Productivas” o “Pasantías internas”. Algunas otras
Instituciones educativas cuentan históricamente con personal de campo para
resolver estas situaciones. De ser necesaria la participación de estos recurso
“extraordinarios” será necesario detallarlos en el PDP, considerando en todo
momento, que la razón de existir de estos recursos productivos es la finalidad
formativa de los estudiantes.
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