Historias de vida de mujeres campesinas participantes en proyectos

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Historias de vida de mujeres campesinas participantes en proyectos
productivos y modelos de organización
Life stories of rural women who take part in production projects and
organization models
Rita C. Favret Tondato, Francisco Dávila Ramos1, Felipa Morales Luna2
Resumen
Este artículo analiza la formación de ocho grupos productivos de mujeres
rurales por capacitadores universitarios o de una organización no gubernamental.
Las historias de vida de estas mujeres narran la relación entre el trabajo doméstico
y el productivo. También se cuantificaron algunas de las características de las
socias para conocer su perfil, por ejemplo la mitad de ellas cuentan con más de 50
años.
Palabras claves: Mujer, proyectos productivos, organización de mujeres.
Abstract
This article analyzes the creation of eight productive groups of rural women
by university instructors or non governmental organization. These women’s life
stories narrate the relation between domestic and productive work. Also some of
their characteristics were quantified to get to know their profile, for example half of
them are more than 50 years old.
Key word: Woman, production projects, women organization.
Introducción
Cada conjunto de mujeres que se organizó en un grupo productivo recrea la
historia de cómo se asociaron y reflexionan los logros y fracasos que construyeron
su experiencia. Estos ocho grupos son algunos ejemplos de observación entre
otros que encontramos en los municipios de Arteaga y Saltillo –localizados al
sureste de Coahuila– a partir de los cuales se han relacionado estas mujeres
rurales con asesores técnicos y funcionarios que administran programas con
apoyos económicos gubernamentales.
En el municipio de Arteaga existen muy pocos grupos constituidos, la
mayoría de los cursos de capacitación impartidos corresponden a manualidades.
Además existe una larga tradición familiar en la elaboración de conservas y
mermeladas de fruta con duraznos, manzanas y membrillos que destinan al
consumo familiar y algunas señoras las comercializan, al igual que el licor de
manzana o la venta de comida en la plaza los fines de semana. La zona cuenta
con la afluencia de turistas para disfrutar del paisaje serrano. Entre los años 2000
y 2002 observamos la formación de dos grupos productivos a partir de la
promoción con nuevos productos como el nopal verdura en el ejido El Cedrito y
1
2
Profesores e investigadores del Depto. de Sociología.
Profesora e investigadora del Depto. de Fitomejoramiento.
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dulces de leche en la localidad de San Antonio de las Alazanas. A estos se suman
seis grupos investigados en ejidos del municipio de Saltillo que cuenta con
características más áridas que el anterior.
Entre los objetivos de esta investigación destacamos el comportamiento de
algunas de las características económicas, sociales y culturales de las mujeres
organizadas, el modelo de asociación y la recepción del proyecto. Para ello
suponemos que la participación de las mujeres rurales en proyectos productivos
constituye un aspecto de cambio en sus patrones culturales dada la cercanía con
la ciudad, la combinación de patrones rurales y urbanos en el contexto de la
globalización.
Metodología experimental
La revisión de estudios de género para investigar mujeres rurales en
situación de pobreza y su organización en proyectos productivos para mejorar el
ingreso familiar permitió aproximarnos a otros estudios de caso.
La información que se obtuvo durante el trabajo de campo se logró al aplicar 47
entrevistas de historia de vida; entrevistas focales sobre el grupo productivo, los
procesos de organización y recepción de los proyectos; encuestas para cuantificar
el comportamiento de ciertas variables al mismo número de socias, observación
directa y observación participante en el caso de los asesores.
Resultados
La mayoría de los grupos son pequeños, con 4 a 6 integrantes y sólo uno
cuenta con 19 socias. A pesar que en los cursos de capacitación suelen concurrir
hasta 30 mujeres, su número se reduce cuando el grupo debe formalizarse y
aportar cierta cantidad de dinero o ahorrar el primer año para acceder a los
apoyos económicos de los programas de gobierno. Entre las razones económicas
por las cuales comienza la deserción destacamos: a) No contaron con los
trescientos pesos iniciales que requería el programa, b) Se retiran del grupo por no
recibir un ingreso semanal o mensual, c) las mujeres jóvenes migran a trabajar a
la ciudad. Por otra parte entre las causas propias de la relación de género
encontramos: a) No cuenta con la anuencia del esposo, b) no se consideran con
derecho a solicitar dinero a su esposo y c) sus ocupaciones hogareñas le dejan
poco tiempo para el trabajo productivo.
Nombre del grupo
Número de Actividad productiva
integrantes
1. Grupo de mujeres emprendedoras “El Cedrito”
5
Nopal verdura y subproductos
2. Productoras de dulces “San Antonio”
3
Dulces de leche y pan
3. Grupo de mujeres “La Penquita”
6
Nopal verdura y venta de comida
4. Grupo “Presa de los Quiotes”
19
Flor de corte
98
5. “Mujeres del Nuevo Mileño”
5
Hortalizas
6. “Grupo Reforma”
6
Chorizo de cerdo y setas
7. Grupo de Mujeres Providencia
4
Chorizo de cerdo
8. Grupo San Juan de la Vaquería
4
Pan
Total
52
Los grupos fueron integrados por los asesores y cuentan con una
organización formal, una mesa directiva integrada por una presidenta, secretaria y
tesorera. Existe una relación directa entre el mayor número de integrantes con la
dirigente que posee mayor capacidad de liderazgo. La mayoría de las dirigentes
trabajaron en la ciudad cuando eran jóvenes, ahora viajan una vez a la semana a
visitar a sus parientes y en algunos casos suelen comercializar sus productos
pues cuentan con habilidades para relacionarse con las personas.
Sólo cuatro de los pequeños grupos operan sin la presencia de su asesor, son
grupos que producen alimentos que puede autoconsumir o en mayores volúmenes
vender. Es el caso de las productoras de pan capacitadas por Felipa Morales Luna
cuyo proyecto se sintetiza a continuación:
Importancia de la elaboración de panes enriquecidos con amaranto
Las plantas significan la vida de nuestro planeta, sin ellas no existe la vida
animal ni humana. Los cereales constituyen un conjunto de plantas de gran
importancia para la humanidad, son el alimento que contribuye con el aporte
energético, por esta importancia alimenticia han sido y seguirán siendo el principal
sustento del hombre.
El cultivo del Amaranto Huauhtli o Alegría tiene su origen en los pueblos
antiguos del Valle de México, se usaba en los rituales guerreros que efectuaba la
cultura Azteca.
En la actualidad al cultivo de Amaranto tiene gran aportación ya que se obtienen
diferentes subproductos como son: tortillas de maíz enriquecidas, dulces, pan,
pastas, atoles y tamales, es un cultivo que tiene un alto valor nutritivo, tiene la
presencia de proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales, elementos
indispensables para el desarrollo humano, sin embargo en nuestro entorno
abundan los alimentos llamados chatarra, por lo que es necesario fortificar los
alimentos para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad. Ante estas
bondades que presenta el amaranto se está trabajando en las comunidades
rurales como San Juan de la Vaquería, en donde las amas de casa cuentan con
una panadería en la que procesan la harina de trigo e incorporan harina de
amaranto, obteniendo pan de excelente calidad nutritiva, motivo por el cual forma
parte de su dieta alimenticia, así como su economía se beneficia ya que el
excedente se vende en las comunidades cercanas. En el ejido Providencia
municipio de Saltillo, las amas de casa elaboran tortillas, dulces, atoles que
incorporan a su dieta, en donde se ha obtenidos resultados importantes en
nutrición y salud.
99
Los objetivos de este proyecto son: 1) Ofrecer una alternativa alimenticia al
alcance del sector rural. 2) Mejorar la calidad nutritiva y económica de las familias
campesinas. 3) Organizar y capacitar a mujeres del sector rural. 4) Promover una
cultura de cambio en el arte culinario. 5) Incorporar amaranto en la elaboración de
diferentes productos alimenticios.
Entre los resultados obtenidos observamos que las amas de casa incluyen en su
dieta la semilla de amaranto debido a su versatilidad para elaborar diferentes
subproductos, obteniendo un mejor nivel de vida ya que han mejorado la calidad
nutritiva, así como su economía al producir en grupos organizados para la venta.
Francisco Dávila Ramos reflexionó sobre el comportamiento de algunas variables
en las mujeres productoras de nopal que él capacitó:
Grado de alfabetismo y educación. Considerando un período de dos años, se
puede apreciar en los grupos de productoras de nopal verdura de los ejidos El
Cedrito y Cuauhtémoc con los cuales se ha tenido un mayor seguimiento: las
mujeres que han mantenido una participación más constante en su proyecto, son
aquellas que cuentan con un mayor ejercicio y desarrollo de sus capacidades
educativas, adquiridas éstas de manera formal o informal. El abandono de los
proyectos, el cuál se ha dado en un 70% en ambos grupos está configurado por
socias que presentaron en el transcurso de los trabajos mayor dificultad para
realizar actividades administrativas, en las que se requiere un mayor dominio del
lenguaje oral y escrito. Es importante aclarar que en estos grupos el analfabetismo
alcanzó niveles del 25 al 30%, y el nivel educativo es de primaria incompleta para
todas las socias.
Participación económica activa y tipo de ocupación
Todas las socias de estos dos grupos se dedican a las labores propias del
hogar, a excepción de El Cedrito, en el cuál una de ellas desempeña actividades
relacionadas con el pequeño comercio.
Nupcialidad-fecundidad y estructura por edades
El 90% de las mujeres integrantes de ambos grupos están casadas, lo que
influye favorablemente en la constitución de estos grupos al manifestar la
necesidad de acrecentar el ingreso familiar mediante actividades productivas. La
fecundidad se conserva alta en ambas localidades e influye en la menor
participación de las madres menores de 40 años, que no han terminado su etapa
reproductiva o la formación básica de su núcleo familiar.
De acuerdo a lo observado en los grupos de las localidades de referencia, la
deserción o el desinterés por participar en los proyectos se manifiesta más en las
socias más jóvenes, es decir, aquellas con edad menor a la edad media de ambos
grupos, que es de 50 años. En el caso de las solteras, éstas le confieren más
importancia al trabajo asalariado que al desarrollo de una actividad productiva de
carácter autogestivo.
Perfil de las socias organizadas en proyectos productivos
100
Resultados de la encuesta aplicada a 47 socias de ocho grupos productivos:
Edad en años
< 30
10.6 %
31 a 50 38.3 %
> 51
51.1 %
Estado civil
Solteras 4.3%
Casadas 87.2%
Viudas
8.5%
Número de hijos
Sin hijos 6.4%
De 1 a 3 34.0%
De 4 a 6 34.0%
7 o más 25.5%
Acceso a la tierra
Propietarias
Esposo ejidatario
Esposo jornalero
Reciben $ de hijos
6.4% Si
40.4%
74.5% No
59.6%
19.1%
Escolaridad
Ocupación
Alfabetizada 34.0% Ama de casa y 90%
Primaria
48.9% grupo productivo
Secundaria 17.0% Actividades
10%
comerciales
Destino de los ingresos
Alimentación
68.1%
Deudas
2.1%
Ahorro
6.4%
Sin ingreso
23.4%
Trabajo en grupo/semana
2 a 12 hrs
72.3%
18 a 32 hrs
19.2%
Más de 33 hrs
8.5%
De acuerdo a los datos del cuadro anterior, la mayoría de las mujeres están
casadas, predomina las mayores de 50 años que cuentan con más cantidad de
tiempo para el trabajo productivo pues tienen menos o ya no tienen hijos que
atender. El segundo grupo de edad más numeroso son mujeres entre 31 y 50
años con hijos escolares, cuyos horarios marcan el ritmo de su vida y son las que
manifiestan mayores necesidades económicas.
Las actividades domésticas limitan el tiempo para el trabajo productivo pues
el 72.3% sólo trabajan en el grupo entre 2 y 12 horas por semana, aunque la
mayoría expresaron estar dispuestas a trabajar más tiempo si tuvieran un ingreso
semanal. Esto también ayudaría a contar con el apoyo de los esposos, si bien el
63.8% de las mujeres casadas expresan que su esposo “está de acuerdo” o “no
dice nada”.
En cuanto al número de hijos, las mujeres que tienen siete hijos o más
cuentan con más de 50 años; entre las mujeres más jóvenes existe una tendencia
a reducir el número de hijos pero en menor proporción que la mujer urbana.
Un mayor grado de escolaridad es muy importante para entender procesos de
cultivos más tecnificados como flores y verduras en invernadero, las actividades
administrativas, contables y de comercialización; por lo tanto la capacitación
también debe considerar esta característica pues el 34% de ellas sólo están
alfabetizadas, les enseñó su madre o siendo adultas cursaron en el sistema de
enseñanza abierta. Este factor coincide con las señoras de mayor edad. También
se relaciona con la comercialización que es el problema que más afecta a los
grupos, porque muy pocas mujeres tienen experiencia en vender quesos,
servilletas bordadas o atender un abarrote familiar, y las demás no se animan.
Si bien la mayoría de las mujeres destinan el dinero obtenido en los grupos
productivos a la alimentación familiar o en vestido y calzado de sus hijos, una gran
parte de ellas no recibieron dinero el primer año y otras tampoco el segundo,
cuando el ahorro colectivo se invierte en la compra de equipo. El reparto de las
utilidades anuales fluctuó entre los $500 y $2,000. Sólo una señora sin hijos que
mantener puede invertir su ganancia en la compra de refrescos y botanas para
comenzar su pequeño negocio o “estanquillo”.
101
En cuanto a la propiedad de la tierra y de la casa está presente que
pertenecen al esposo y la mujer puede acceder a ellos por herencia, es el caso de
tres ejidatarias con parcela de temporal; el 74.5% son esposas de ejidatarios. En
ninguna de las entrevistadas existe la conciencia de que ellas también colaboran
en crear un patrimonio familiar y un porcentaje les pertenece.
Los patrones urbanos se observan en la mayoría de las cocinas, un espacio de la
vivienda que arreglan a su gusto con estufa de gas y otra de leña, algunos
aparatos eléctricos como lavadores, licuadora y televisión. Además el 21.2% de
las familias cuentan con un automóvil o camioneta.
Conclusiones
El perfil de las socias organizadas en grupos productivos destaca la
importancia de las mujeres de mayor edad que residen en las comunidades y
necesitan un ingreso, en cambio las jóvenes migran a trabajar a la ciudad y las
que tienen hijos escolares no cuentan con el tiempo suficiente. Todas necesitan
mejorar su condición económica con los ingresos de su trabajo productivo, por lo
tanto los proyectos deben proveer de un ingreso mensual y no pueden esperar el
reparto de utilidades una vez por año o recién al segundo año como sucedió en
algunos grupos. Por último es necesario acompañar la capacitación técnica y
administrativa con la reflexión de la vida cotidiana, el proceso de empoderamiento
de las mujeres y la relación con los otros miembros de la familia para que puedan
continuar dentro de los grupos.
Literatura citada
Aceves, Jorge E. 1996. Historia oral e historias de vida. Ciesas, México D.F, México.
Bourdieu, Pierre. La dominación masculina. http//directorio/udg.mx/laventana/
Wacquant. L. 1995.Respuestas por una antropología reflexiva. México D.F., México, Grijalvo.
Durston, John. 2002. El capital social campesino en la gestión del desarrollo rural.
Santiago de Chile, Chile, CEPAL.
Frau Llinares, María José. 1998. Mujer y trabajo. Entre la producción y la reproducción.
Alicante, España, Universidad de Alicante.
INEGI. XII Censo de población y vivienda. Coahuila. 2000. México.
López Mendoza, Esmeralda. 2003. Mujeres campesinas organizadas: un engranaje
esencial para el desarrollo rural. Tesis ingeniero agrónomo en Desarrollo Rural.
Saltillo, México, UAAAN.
Marroni, María da Gloria. 2001. “Las campesinas tlaxcaltecas: pobreza, minifundio y pluriactividad”
en La participación de la mujer en el medio rural. Tlaxcala, México, Universidad Autónoma de
Tlaxcala.
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