HISTORIA MODERNA I ÍNDICE INTRODUCCIÓN

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HISTORIA MODERNA I
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
◊ TEMA 1. LA CRISIS BAJOMEDIEVAL Y LA GESTACIÓN DE LA EUROPA
MODERNA
− El fin de la primera expansión europea. La crisis del modo de producción feudal. El concepto de
modernidad a prueba. Continuidad y cambios
− Texto. Introducción al Decamerón
. Texto. Conflicto de los payeses de remensa
− Texto. Dies Irae
− Texto. Economía moral de la multitud.
I. LA TEMPRANA EDAD MODERNA
◊ TEMA 2. EXPANSIÓN ECONÓMICA Y ESBOZO DE UNA ECONOMÍA
MUNDO
− Reactivación Demográfica y crecimiento agrario
− La expansión ultramarina
− La revolución de los precios
◊ TEMA 3. EL CAMBIO IDEOLÓGICO Y LA CRISIS RELIGIOSA − El fenómeno
renacentista y sus interpretaciones
− La reforma protestante y la ruptura con la cristiandad
◊ TEMA 4. EL REORDENAMIENTO POLÍTICO DE EUROPA
II. EL SIGLO DE HIERRO
◊ TEMA 5. EUROPA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI Y EL SIGLO
XVII − El debate en torno a la crisis del siglo XVII
− Los orígenes de la hegemonía económica de la Europa noroccidental
− Sociedad estamental y conflictos sociales
◊ TEMA 6. CAMBIO RELIGIOSO. CULTURA BARROCA Y REVOLUCIÓN
CIENTÍFICA − Crisis religiosa y contrarreforma
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− Los orígenes de la revolución científica
TEMA 1. LA CRISIS BAJOMEDIEVAL Y LA GESTACIÓN DE LA EUROPA MODERNA
EL FIN DE LA PRIMERA EXPANSIÓN EUROPEA.. LA CRISIS DEL MODO DE
PRODUCCIÓN FEUDAL. EL CONCEPTO DE MODERNIDAD A PRUEBA: CONTINUIDAD Y
CAMBIOS
Europa conoció una crisis generalizada en el siglo XIV. Existe un consenso total acerca de esto, no así sobre
las causas y consecuencias de la misma.
Desde el siglo XII hasta el XVIII Europa vivió periodos cíclicos donde se alternan expansión y crisis. El
crecimiento y decrecimiento −los ciclos en general− serán más cortos a medida que nos acercamos a nuestros
días
Estas etapas son consideradas seculares, aunque realmente no lo son.
En Europa se dieron 3 factores de tipo catastrófico que dieron lugar a una crisis de población. Estos factores
son la peste, el hambre y la guerra. Son conocidos como las tres parcas. Son tres constantes en la edad media,
pero en el siglo XIV será cuando confluyan interrelacionándose, y además son de gran intensidad.
Se dan gran cantidad de explicaciones para la crisis del XIV, pero pueden resumirse en 3:
• Ecológico−naturalista: se apela a factores naturales, y en concreto a dos: la peste y las hambrunas
• Neo maltusiana: Malthus propone en el Primer ensayo sobre la población (1798) que existe un
crecimiento absolutamente diferenciado entre población recursos de carácter alimenticio en las
sociedades preindustriales. La población crecería de forma geométrica, mientras que los recursos lo
hacen de forma aritmética.
POBLACIÓN 1 / 2 / 4 / 8 / 16 / 32 a = (a−1)* r
RECURSOS 1 / 3 / 5 / 7 / 9 / 11 a = (a−1)+r
( r = variable constante )
A medida que la serie aumenta, la disparidad entre los elementos también lo hace. Esta disparidad es mayor en
un sistema en el que las técnicas de almacenaje son muy limitadas. Según Malthus las crisis en el mundo en el
que se movía eran debidas a la alta natalidad.
En el siglo XX el neo maltusianismo recoge los principios de Malthus, y explica todas las crisis mediante el
desequilibrio entre población y recursos, en el caso de las sociedades preindustriales. En las sociedades
industriales las crisis se explican por un exceso de producción. Malthus defiende, por tanto, un control de la
natalidad (defiende los coitus interruptus, los preservativos de tripas de animales) Es un tanto radical, y por
ello Malthus no publicó sus trabajos en vida.
El planteamiento neo maltusiano ha sido aplicado en nuestra época por economistas neo liberales a las crisis
del tercer mundo (África, Asia..) Esta tendencia ha sido criticada por autores no neo liberales. Para ellos la
disparidad responde a la mala distribución de la riqueza.
• Crisis del modo de producción feudal. Ciertos autores afirman que es una crisis de carácter global, de
un ecosistema social, económico y político. Es una crisis de la forma de producción feudal: después
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de una tendencia secular de crecimiento en la época medieval se produce una reorganización de la
producción y del ecosistema. Es una transición del feudalismo al capitalismo. Esta teoría parte de
autores neo marxistas como Hilton, que a su vez deriva del debate de autores como Dobb y Sweezy
(años 40 del siglo XX) acerca del feudalismo y como se producía la transición al capitalismo.
Últimamente han seguido esta escuela autores como Brenner, en un artículo titulado Estructura de
clases agrarias Otras obras le contestaron dando lugar al debate Brenner
Explicación ecológico− naturalista
Europa se vio influida durante todo el siglo XIV, pero en especial a partir de 1347, por la peste. Esta fue de las
primeras hipótesis explicativas a la hora de analizar la crisis del XIV. Pero esa crisis había surgido antes del
47, por lo que habría que buscar otras razones.
En la Europa de la edad moderna se llamaba peste a cosas muy diferentes. La peste del XIV era una peste
bubónica. Se disemina desde los ganglios inflamados y los pulmones y como síntomas visibles aparecían
moraduras producidas por hemorragias cutáneas en todo el cuerpo y la inflamación de glándulas del sistema
inmunológico (axilas, ingles), que es a lo que se llama bubones.
Las razones que se dieron en su tiempo para el surgimiento de la enfermedad dependieron del sector que las
diera, hablándose así de castigo divino, de un envenenamiento de los pozos de agua por parte de los judíos y
los vagabundos Las explicaciones dadas por la medicina, por los más racionales hablaban de una corrupción o
alteración del aire, debido a:
• Mala conjunción astrológica
• Paso de un cometa
• Temblores de tierra que liberan gases venenosos
Esta alteración del aire afectaba a la sangre que era uno de los cuatro humores corporales (flema, cólera y
melancolía) y estar enfermo o sano dependía de la adecuación de los cuatro humores. Los métodos
recomendaban una cura mediante la salida del humor alterado −en este caso la sangre−, lo que da lugar a que
un cuerpo enfermo se debilite aún más.
Parece ser que la peste procedía de Asia y tendría que ver con lo que nosotros entendemos como guerra
bacteriológica: en Crimea existía una colonia genovesa en la ciudad de Kaffa que estaba siendo asediada por
los mongoles. Los genoveses cerraron la muralla y los mongoles comenzaron a lanzar intramuros a
compañeros que habían caído enfermos. La enfermedad la propagaron marinos genoveses que habían
contraído el mal. Al final de 1347 la peste bubónica se había extendido por las ciudades portuarias que
recorrían los genoveses. Había ido de Constantinopla a Marsella pasando por Cerdeña, Córcega y Sicilia. En
Junio de 1348 toda Italia había recibido la peste, gran parte de Francia y, en España, la corona de Aragón. A
mediados de 1348 ya estaba presente en Castilla, Normandía, el sur de Italia, el sur de Inglaterra y el sur del
imperio germánico. En 1349 ya incidía en el resto de Inglaterra, el resto del mundo germánico y los países
escandinavos. En 1350 ocupaba todo el territorio de Europa: Suecia, Rusia, norte de Europa
El mayor problema de la época fue el desconocimiento de la medicina hacer acerca de la transmisión de la
enfermedad. En realidad era el resultado de una asociación de varios animales: se transmitía al hombre por un
parásito que albergaba la rata, y cuando la pulga acababa con ella se transmitía al hombre.
La más común de las pestes hasta el siglo XVIII fue la bubónica, que es a la que responde esta asociación de
animales.
La incidencia de esta peste y la mortalidad que ocasionaba rondaba el 90%.
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La peste negra es endémica de la rata negra (rattus rattus). El bacilo que produce la enfermedad se denomina
tersinia pestis o pasteurella pestis. La pulga es la llamada xenopsylla cheopis, que tras chupar la sangre de la
rata de propagaba la hombre. Surgía por tanto la peste en los barrios más pobres, sucios y superpoblados ya
que allí había hacinamiento, promiscuidad y un importante trasvase de población. Después llegará a los
barrios más ricos.
En el siglo XVIII se produce la disminución de la peste bubónica ya que es entonces cuando se comienzan a
hacer obras de saneamiento. La rata negra se ve así desplazada por la gris o la parda (rattus noruegicus). Esta
es huésped de otro tipo de pulga, la nosopsyllus fasciatus, que ya no busca al hombre como animal sustituto.
Durante todo el periodo medieval se denominó peste a muchas afecciones muy dispares, entre ellas la peste
pulmonar o neumónica (se contagia de persona a persona con un periodo de incubación de 4 días,
desarrollándose como neumonía y teniendo una incidencia del 100%) y la peste septicémica (el bacilo entra
por la tos y los esputos en el sistema sanguíneo y produce la muerte en pocas horas). También es típico de éste
periodo el tifus, relacionado con al alimentación (en Inglaterra se conoce como fiebre del hambre) y con la
higiene (se transmite por le piojo).
En la época, para evitar el contagio intenta mantener el aire que se respiraba en estado pro mediante maderas y
ropas perfumadas, hogueras en la calle, enterramientos rápidos Bastantes médicos hablaban también de
mantener la sangre en buen estado, y no sólo el aire. Para ello había que mantener una buena alimentación a
base de frutas, verduras, pimienta, vinagre También había que usar vestiduras que apretasen poco. Junto a esto
había una defensa de las prácticas religiosas a través de las cuales había que implorar la ayuda divina,
También se recurre a la magia con talismanes, hechicería e invocaciones.
Será normal llevar a los enfermos a instituciones de reclusión conocidas como Lazaretos para evitar que se
propague la enfermedad. También se crearán cordones sanitarios: cierre de murallas, vallados para evitar la
marcha de contagiados a otras poblaciones donde se volviese a transmitir la enfermedad.
En cualquier caso, el modelo más efectivo queda reflejado en la expresión cito longe tarde: huir pronto y lejos
y volver tarde. Esto es lo que intentan los protagonistas de la obra de Bocaccio.
Como consecuencia de la peste se dio un aumento espectacular de la mortalidad. No afectó en todo caso a
todos los territorios europeos. Russell es quien más ha estudiado la incidencia demográfica de la peste. Según
él Inglaterra pierde un 25% de la población, al igual que sucede en París, mientras que Hamburgo perdió entre
el 50 y el 60 % de su población. En cualquier caso, su incidencia fue mayor que la de la II Guerra Mundial.
Después de la peste negra aparecieron más pestes durante la segunda mitad del XIV y parte del XV, pero con
menos incidencia. Además fueron brotes aislados como sucede en 1361, 1373, 1380, o ya en el siglo XV en el
1438. Incluso la peste. Incluso la peste se mantiene en el siglo XVI, también reducidas a pequeñas zonas
geográficas y en brotes aislados. Sucede así por ejemplo en 1507 en la corona de Castilla, 1555 en Venecia y
entre 1562 y 1565 con pestes en Europa central e Inglaterra. Esta última fue algo más importante,
estableciéndose pena de muerte en Inglaterra a personas que llegaran a Londres desde zonas contaminadas
como Windsor,
Junto a estos factores naturales están las hambrunas. Las variaciones climáticas dieron lugar a periodos
sostenidos de hambre que tienen gran importancia en los años 50−60. Las hambrunas también habían existido
antes del siglo XIV, pero sí fue significativa la acumulación de crisis agrarias y malos años de producción que
dieron lugar a pérdida de cosechas e incremento del hambre. Algunos autores han explicado estas crisis como
resultado de una serie de variaciones climáticas, tales como una elevada pluviosidad en la primera mitad del
siglo XIV, lo que debió provocar que se pudriese la simiente.
El problema de éstas tesis (difundidas sobre todo por autores nórdicos que parten de la premisa de la
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dependencia agrícola debida a un escaso nivel técnico (el anteriormente citado mal almacenamiento). Europa
había tenido periodos de enfriamiento alrededor de 1315, lo que dio lugar a periodos de lluvias muy fuertes
que pudrirían las semillas. Estos periodos de lluvia daban lugar a periodos de mucho calor que tampoco eran
adecuados para las cosechas. Entre estos autores destacan Utterström, que pone en relación ciclos económicos
con climáticos: las crisis del XIV y del XVII corresponderían con inviernos duros, y el desarrollo de entre
1460 y mediados del XVI correspondería con un invierno benigno. Para la crisis del XIV da como motivo del
cambio climático el abandono del cultivo de cereal y de vid.
Explica también la peste negra como resultado de estos cambios climáticos. Según él se ubica en un periodo
de veranos calurosos que darán lugar a la multiplicación de la rata negra.
Levi Bacci establece también esta relación entre cambios climáticos−enfermedades−hambres.
Estas tesis darán lugar a críticas, dadas en su mayoría por autores franceses y alemanes desde la escuela de los
anales por autores como Hellewer, Von Bach, Leroy o Ladurie. Las respuestas son, en la mayoría de los
casos, de tipo metodológico. Duby explica en Guerreros y campesinos que la recesión agraria comenzó antes
del siglo XIV. Defiende por tanto que los posibles cambios climáticos y epidemias serían variables
acumulativas, y no causa de la crisis en sí mismas.
Leroy establece que a Utterström le faltan variables para elaborar la curva climatológica a largo plazo. Sólo
conoce puntos aislados y del norte de Europa. Además son datos más cualitativos que cuantitativos.
Explicación neo maltusiana
Esta explicación afirma que la crisis se debe a un desequilibrio entre población y recursos. Entre estos neo
maltusianos encontramos a Postan, Titow Laugden. Junto a esto habría que apuntar los cambios dados al uso
del suelo.
La primera expansión europea (XI.−XII) dio lugar al incremento de terrenos cultivados para la obtención de
alimentos. Primero se ocupan los suelos mejores, y después los suelos marginados, con lo que la
productividad del suelo será menor.
Las rotaciones habrán tocado fondo en el siglo XIII. Lo obtenido era cada vez de peor calidad y el incremento
de la población produce una fragmentación mayor en las parcelas. Junto a esto se produce un avance en los
pastos y las plantas como el algodón en detrimento de los cereales. Entre 1314−1317, anteriormente a la peste
pero sin explicarla, se produce una crisis muy grave consecuencia de los veranos podridos y que se pueden
considerar de larga duración. Toda Europa se ve afectada, sobre todo Francia e Inglaterra, por la gran escasez
de pan. Los precios de los productos agrícolas van a subir. La Península Ibérica se ve asolada por crisis entre
1343 y 1346 por pésimas cosechas y un clima adverso. La incidencia de la mortalidad dio lugar al abandono
de tierras (despoblados) que hacen posible y se vuelve a los comienzos de la 1ª expansión europea.
Las malas cosechas de cereales y el bajo rendimiento agrícola harán que el hombre moderno tenga un estado
permanente de desnutrición, lo que hace que se obsesione por la comida. Será sólo en las fiestas donde se den
las comidas. La posición social se va a manifestar en la cantidad y la calidad de la comida que se toma. La
carne y el vino no existen en la vida de los pobres, sino que toman alubias con cerveza y cereales.
La Guerra de los Cien Años fue el conflicto franco−inglés que, junto con otros conflictos menores, diezmaron
a la población, el territorio y el material utilizado en el campo, se dan saqueos y hay un aumento impositivo.
La guerra dio lugar a la aparición de la renta feudal centralizada. El conflicto franco−inglés fue de larga
duración y muy sofisticado. Al no existir un ejército nacional aparecen ejércitos de mercenarios. La
normalización de recursos llevó a una nueva fiscalidad regia de recaudación a sus súbditos, sobre todo a los
más débiles. Si a esto le añadimos la crisis del siglo XIV. Si a esto le añadimos la crisis del XIV no podremos
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apelar ya a variables de carácter naturalista.
A esto hay que añadir la acción incontrolada de los mercenarios que asediaban los territorio, llamados
banderías nobilicias, que actuaban como malhechores feudales en su forma de nobles. Esto sucede durante la
minoría de edad de Alfonso XI de Castilla. Los campos de cereales eran fáciles de recuperar por no las vides,
los huertos, los molinos y los hornos, así como la cabaña ganadera.
Los reyes recurrían a mercenarios con unos capitanes que ofrecían sus servicios al mejor postor, y en época de
paz dejaba de recibir la soldada y vivía del saqueo.
En 1454 se firma la paz de Lodi. En el siglo XV la guerra no va unida a la crisis como en el siglo anterior.
Muchos autores han intentado buscar una solución la porqué de la violencia entre os siglos XIII y XV. Esta
vigencia será consecuencia de las bajas rentas feudales que los propios señores veían como descendían según
Hilton. Los campesinos se veían presionados por el rey (renta feudal centralizada) y por los señores. La guerra
se convirtió en una profesión que basaba sus beneficios en el botín y el saqueo. Desde estos planteamientos, la
crisis del XIV no es algo coyuntural, sino producto de la tendencia estructural de varios siglos, después de un
apropiamiento feudal que va a llegar hasta la caída de impuestos feudales por agotamiento del suelo, por falta
de avance tecnológico Las cargas impositivas sobre los campesinos se incrementan como resultado de una
presión creciente por parte de la clase dominante. Dice Hilton que no se podía seguir en esta linea, y lo que
hay es un desequilibrio entre producción y distribución de excedentes. Con el nivel de fuerzas productivas del
siglo XIV quizá se habría podido mantener a la población. El problema venía por el aumento de impuestos y
la presión de las rentas.
Así, la explicación introduce nuevas variables como el conflicto social y la crisis social. La crisis se explica
mediante la crisis del ecosistema global con variables naturales y sociales que actuaron asociadas con alguna
dominante, lo que provocó la primera crisis del mundo de renta feudal. Este momento es importante ya que es
cuando se da el paso del feudalismo al capitalismo. En la explicación marxista no se acepta que sea una crisis
puntual, sino que se dice que es estructural y no se puede explicar sólo desde el modelo económico capitalista,
porque la crisis feudal es diferente y la explicación de la crisis debe ser de carácter internista o desde su propio
paradigma feudal. Las consecuencias fueron las guerras y conflictos de clases, ruina de las clases altas y
proceso de expansión territorial como sucede en Castilla (lucha contra los árabes) y ya en el siglo XV se
extenderá con la colonización de territorios africanos, americanos y asiáticos.
Consecuencias de la crisis del XIV
Lo más significativo es la aparición de un incremento importante de los despoblados. Junto a esto se produce
un retroceso importante de los espacios cultivados, una alteración de precios y salarios junto a la caída de las
rentas señoriales y, rodeando todo esto, una gran cantidad de movimientos sociales y alteraciones sociales que
adoptan formas diferentes.
El siglo XIV dio lugar a una gran cantidad de núcleos abandonados de una forma definitiva (villages desertes
en Francia, lost villages en Inglaterra, despoblados en España y Wustungen en Alemania). Como explicación
de estos despoblados se aducía la muerte fruto de varias epidemias. Realmente esta variable es sólo una de
ellas.
Los lugares de despoblado están asociados a terrenos pobres: zonas de montaña, terrenos poco fértiles,
bosques Esta coincidencia habitualmente no es casual. Con las muertes catastróficas se produce la atracción
de algún núcleo próximo a ese territorio más atractivo. En definitiva, se produce una reordenación del
poblamiento, habiendo un movimiento a zonas mejor comunicadas, mejores suelos, mayor comercialidad Por
tanto los despoblados no son sólo manifestaciones de las muertes, sino el retorno a un equilibrio y se vuelve a
la utilización de bosques y tierras de pastos a su utilización original y apropiada. A comienzos del XIV
Alemania poseía 170.000 núcleos rurales y a finales del XV, y habiendo existido ya un periodo de
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recuperación, hay 40.000 deshabitados.
Hablar de despoblado equivale a hablar de un retroceso en el espacio cultivado. En muchos casos estos suelos
pasan a ser tierra de pastos. Otra hipótesis novedosa para explicar esta circunstancia pasa por establecer una
relación entre la crisis medieval y el aumento de la ganadería trashumante lanar. Esto se confirma en la corono
de Castilla. Se da éste aumento por que la ganadería necesita menos mano de obra que la agricultura. Otras
veces las tierras vuelven a su origen natural convirtiéndose en bosques. Fossier explica que en este periodo
también se procede a un aumento de la industria textil, que lleva a este aumento de la ganadería ovina. Un
caso paradigmático de ésta circunstancia es Inglaterra: el paisaje típico de open fields (típico por lo menos
hasta el siglo XIV en Inglaterra) se verá se verá interrumpido por la inclusión de los enclose, todo ello
producido por el aumento de la ganadería.
Las tierras que se abandonan son las de peor calidad, las que se han colonizado posteriormente. El equilibrio
agricultura−ganadería se rompe a favor de la segunda.
La crisis provocó además alteraciones tanto en precios como en salarios. El aumento del precio se dio
fundamentalmente en los alimentos básicos, como el cereal. La escasez de mano de obra hará que también
aumenten los salarios de los jornaleros. En 1351, en Castilla, se produce un texto legal, el Ordenamiento de
Menestrales de las Cortes de Valladolid. En el se regulan las condiciones de trabajo, se fijan los niveles de
salarios y también se establecen los precios de la venta de numerosos productos. Estos precios fijados no son
siempre respetados. En Inglaterra y también en el mismo año se elabora el llamado estatuto de los
trabajadores, que al igual que en Castilla dará lugar a un incumplimiento sistemático, y por ello encontramos
que se vuelve a legislar sobre ello posteriormente tanto en Castilla como en Inglaterra, donde Enrique II
decreta en 1569 nuevos ordenamientos en torno a salarios y precios.
En el siglo XIV se observa una evolución diferencial entre los precios de productos agrarios y los salarios.
Los precios, al margen de cuestione muy coyunturales relacionadas con momentos de carestía, tienden a la
baja. En cambio, los salarios registran un alza continuada. Los precios que bajan son los del grano, del cereal.
Esta tendencia a la baja no tiene la menor incidencia en los productos especializados como el vino y los
productos de origen ganadero. Esto tiene que ver con una caída en términos relativos de las rentas señoriales:
los señores territoriales vieron erosionadas sus percepciones debido a varias causas. En el siglo XIV muchas
de las rentas habían pasado a ser en metálico y eran fijas. En un momento como este de alta inflación se ven
considerablemente depreciadas. Además el señor tiene menos campesinos que le paguen debido tanto a la
elevada mortalidad como por la emigración de campesinos a la ciudad.
También en relación con este fenómeno se produce un progresivo abandono de las explotaciones directas de
las reservas de los señores mediante sernas. Ahora los señores intentan una explotación de carácter indirecto,
cediendo sus campos a cambio de censos. Así se garantizan unos ingresos fijos anuales. En la práctica esos
ingresos se devaluaron por el proceso de inflación.
También aparecen una serie de consecuencias de carácter cultural, ideológico... a la crisis del siglo XIV. La
muerte se convierte en un espectáculo cotidiano. Adquiere así un importante protagonismo y aparece un grupo
denominado de los "flagelantes". Eran individuos de procedencia social muy diversa que iban en procesión
con una cruz delante (por eso también se llamaron "cruciferi"), rezando y azotándose hasta sangrar. Este
movimiento sería la manifestación de la histeria colectiva provocada por la angustia causada por la peste
negra, por la muerte sin control y como respuesta negativa a la organización eclesiástica. Es un movimiento
herético que se encuadra en un momento en que la religión es un acto público. Se extenderá y cobrará fuerza,
tanta que el Papa Clemente VI condenara en 1349 las doctrinas que dan un valor casi sacramental a la
flagelación.
Esta crisis hará que también cambien las formas de comunicación con la divinidad, producto de la constante
presencia del dolor y la angustia. Son las "formas de piedad". Durante los siglos XII y XIII la forma de
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devoción más habitual es la del Cristo triunfante ya que corresponde a una época de bonanza. En el siglo XIV
se impone la devoción por el Cristo crucificado, sufriente. La imagen de la virgen también se había presentado
en "majestad" hasta ahora: jóvenes con niños de los brazos. Con la crisis del siglo XIV se sustituye esta
imagen por la "dolorosa": adultas con el cuerpo de sus hijos muertos en los brazos.
Todo esto refleja una nueva sensibilidad hacia la muerte que se convierte cada vez más en un espectáculo,
sobretodo de los núcleos urbanos. La imprenta contribuye a este fenómeno, defendiendo a una nueva actitud
ante la muerte. Aparece así un libro, el "Ars Moriendi" en la región de Renania alrededor de 1465, que se
convierte en el libro xilográfico más vendió durante bastantes años.
Encontramos dos actitudes básicas ante la muerte
• De relajación de las costumbres debido al apego a la vida
• De desvío del mundo y preparación para la vida eterna. Es aquí donde se desarrollan diferentes
experiencias místicas dentro de una serie de conventos espirituales de carácter individualista de
renuncia al mundo. Algunos de estos puntos adelantaban cuestiones que propondrá después Lutero.
La expresión más importante de esta vía es el texto "Imitación a Cristo", atribuido a Thomas Kempis.
Debió publicarse a comienzos del siglo XV. Es un texto religioso de lectura individual que defiende el
desprendimiento de las banalidades modernas. Se reflexiona sobre la condición de miserables de los
humanos.
La muerte pasa a tener un lugar destacado en la literatura y en el arte general. Aparecen así las danzas de la
muerte. Las más antiguas son las francesas. Es un baile que realiza la muerte con humanos de todos los grupos
sociales de acuerdo con la jerarquía de la época: primero el Papa, después el emperador, nobles... Tiene un
sentido de crítica: todos vamos a morir independientemente de nuestro nivel social.
También resultados de toda esta ideología será que a finales del siglo XIV tiene gran éxito un canto fúnebre,
el "Dies Irae". Este canto se incorporó en el siglo XIV a la misa de difuntos y ocupó un lugar central en esta
ceremonia, permaneciendo en ella hasta el Concilio Vaticano II. Ese texto da la imagen de un dios padre
vengativo, que castiga y sentencia. Todo esto es resultado de una época de crispación y terror.
Otra consecuencia más de la crisis son las revueltas y luchas. Durante el siglo XIII también habían existido
protestas, pero en ese momento las tensiones sociales se habían canalizado por cuestionar religiosas. Gran
cantidad de los movimientos milenaristas tenían un importante contenido social. Muchos movimientos, tanto
heréticos como ortodoxos, se habían dedicado a promulgar la pobreza, la lucha contra el infiel. En los siglos
XIV y XV el conflicto se hace más directo y más frontal, con movimientos de gran amplitud territorial así
como con movimientos localizados en pequeñas núcleos. Todos estos movimientos se concretan de un modo
que todavía no está claro, dependiendo de los autores en que nos fijemos. Pero encontramos dos tendencias
principales: la de Rudé y la de Thompson.
Rudé afirma que hay una diferencia notable entre conflictos pre industriales y post industriales. El típico
industrial es la huelga, que tiene un alto componente político. Los movimientos pre industriales adoptan la
forma de motín: una contestación contra el sistema, el modelo. Se suelen producir en ciudades donde hay
mercado ya que suelen responder a crisis de subsistencia. Rudé habla de una forma de acción planteando que
la habitual suele ser de acción directa: quema de casadas, de efigies de los responsables... En definitiva, de
violencia contra la propiedad. Según él son movimientos espontáneos donde hay un proceso de agitación y
falta de organización, dirigidos desde fuera más que desde dentro de las masas. La composición de estas
masas sería muy heterogénea, apareciendo campesinos, pequeños propietarios, artesanos rurales, trabajadores
de explotaciones campesinas y mineras... En las ciudades habría pequeños tenderos, propietarios de puestos de
venta, de talleres, asalariados... En cuanto a las ideas que sustentan habitualmente estos movimientos
encontramos más complicación ya que el 90% los integrantes de las masas serían analfabetos y además hay
una gran diversidad de ideologías. Aunque sí que aparecen unas ideas en general en todo el grupo como la
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apelación a la tradición, la vuelta a los derechos que se tuvieron el pasado que, habitualmente, son inventados.
Se intenta volver a una situación idílica donde no había clases privilegiadas, a un "paraíso perdido" (Milton).
El general, estos conflictos −incluidos los más virulentos como el inglés de 1381− no suelen criticar
directamente al rey ya que es de origen divino, sino que se dice que la voluntad del monarca ha sido forzada o
secuestrada por sus oficiales, validos o favoritos. En el siglo XVIII encontramos incluso una época de "falsos
zares": pensaban que el zar había sido realmente secuestrado y había un suplantador.
Probablemente la crítica más interesante a este planteamiento es la que proviene Thompson. Ataca la idea de
dirección, de espontaneidad, que planteaba Rudé. Thompson hizo en su momento una adaptación del concepto
de clase social desde el marxismo pero intentando apartarse de criterios económicos y modos de producción.
Aporta a la idea de clase social una dimensión diacrónica, de construcción en el tiempo e incluye elementos
de carácter cultural e ideológico. En su momento fue muy criticado por el marxismo reduccionista, pero
finalmente demostró ser una idea más válida. Dice pues que la clase tiene que ver con lo dicho antes y además
incluye el concepto de economía moral: en las clases bajas hay una idea moral, hablando económicamente y
de precios, de lo que es justo y de lo que no lo es. La economía tiene así relación con la moral y no con el
mercado. Esta es la idea de los artesanos, campesinos, del mundo pre industrial. Por eso estos movimientos no
son espontáneos, sino que surgen cuando hay gente que intenta subir los precios de productos de primera
necesidad y acapara productos. Se reacciona ante algo que para la multitud es inmoral. Basándose en esto,
Thompson afirma que cuando hay acaparamiento de productos por parte de unos individuos se intenta primero
el pacto con el que comienzan las mujeres ya que son las administradoras de las casas. Saldrían a las calles
para protestar organizando ruido y llamando a que se sumará la gente a su manifestación. Suelen llegar a
lugares emblemáticos de poder e intentan llegar a un acuerdo con las autoridades, tenderos, molineros,
grandes propietarios, por vía pacífica. Si éstos ceden la solución ha llegado. Sólo se llega a la violencia y a la
acción directa cuando estos individuos no llegan a un acuerdo.
Los levantamientos del siglo XIV no era algo nuevo: ya hubo situaciones de conflicto en un momento de
crecimiento económico. Pastor ha acotado una serie de términos como "movimiento", que sería la oposición al
poder constituido. Estos "movimientos" presentan dos formas básicas: la resistencia y la lucha. Desde el punto
de vista económico ambas formas son resultado de dos momentos distintos. La resistencia, activa o pasiva,
respondería a un crecimiento económico y se manifestaría en reacciones jurídicas tales como huir o no pagar
impuestos. La lucha sería propia de crisis y desaceleraciones económicas. Son más agresivas y compulsivas y
traen consigo violencia, quemas, enfrentamientos...
En el período entre los siglos XIV y XV los movimientos adoptaron la forma de lucha. De estas luchas
también se ha establecido un sistema de clasificación. Para algunos autores como Herrs está luchas no
tuvieron un programa revolucionario ni se buscaba un cambio de un modelo económico−social a otro. Por
tanto se debería hablar de motines, levantamientos.... La tipología que establece para estos motines es la
siguiente:
• luchas contra la ofensiva señorial
• luchas de oposición a la renta feudal centralizada
• sublevaciones urbanas
• movimientos religiosos, con especial referencia a los movimientos mesiánico y milenaristas
• movimientos xenófobos, antisemitas...
En general no hay una razón única para estos movimientos como sucede con el movimiento francés de la
Jacquerie, aunque sí que hay un factor que domina son los otros.
Las luchas contra la ofensiva señorial
Son una reacción de los campesinos ante la intención de los señores de cobrar nuevas rentas, nuevos
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impuestos. Dentro de este grupo a que explicar la Jacquerie francesa de 1358, la revuelta que inglesa de 1381
y los conflictos de la corona de Aragón, que vio en su territorio una serie de movimientos desde 1409 hasta
1486, momento en que se da la "Sentencia arbitral de Guadalupe", donde le actúa de árbitro en el conflicto
entre señores y campesinos.
La Jacquerie francesa se da en 1358. A comienzos del año se dan una serie de revueltas en París acaudilladas
por un mercader llamado Etienne Marcel. En la primavera del mismo año la llanura del centro de Francia era
el escenario de una insurrección campesina, de un movimiento bastante violento. Esto es lo que se conoce
como Jacquerie. A mediados de año la revuelta urbana confluye con los conflictos del campo, constituyendo
este hecho una auténtica novedad.
La Jacquerie es un modelo importante de heterogeneidad de las revueltas.
Marcel es un comerciante elegido por el parlamento. Intenta llevar a cabo reformas que plasma en la Gran
Ordenanza, aprobada en marzo de 1358. Pretendía colocar al rey bajo el control del parlamento. Marcel dura
bastante poco en el poder. Busca alianzas con una serie de ciudades flamencas (territorio feudal del rey
francés), pero fracasa en ell intento, al igual que cuando intenta conectar el movimiento con la sublevación
campesina que había estallado en febrero. El 31 de julio es asesinado por gente de su entorno. De esta manera
el Delfín Carlos controlará París.
La sublevación campesina francesa de 58 ha sido llamada Jacquerie porque a los campesinos franceses se les
llamaba Jacque bonhom. Esta revuelta tiene como trasfondo la contraposición entre señores y campesinos. A
esto se añade la propia coyuntura del momento: época de desastres ocasionados por la peste negra, malas
cosechas, la Guerra de los Cien Años... Los historiadores tradicionales decían que la Jacquerie sucedía en un
ámbito muy reducido. Ahora sabemos que superó el Beauvaisis, pasó al este de París y llega hasta Normandía,
Champaña, Lorena y se registran también desórdenes en Amiens, Brie, Artois...
Anteriormente se había presentado como un movimiento de subsistencia espontáneo resultado de la miseria, el
pillaje y la Guerra de los Cien Años. Fourquin estableció la generalidad del conflicto, donde habría un fondo
común (el conflicto entre campesinos y señores), pero también habría unos precipitantes que serán puestos en
relación con la tregua entre Inglaterra y Francia en la Guerra de los Cien Años que se da a año y medio antes
del conflicto de la Jacquerie y que hace que los mercenarios estén ociosos e intenten vivir a costa de los
campesinos de la zona por medio de razzias durante casi un años. Además los campesinos tuvieron que
enfrentarse a una nueva carga. Carlos "el Malo" de Navarra intentar conseguir el trono francés para lo que
despliega su ejército. Los franceses son derrotados en Poitiers (1356) lo que hace que se aumente la carga para
los franceses ya que el rey Juan y un gran número de sus nobles son secuestrados y se pide un rescate elevado
que lleva a la aristocracia de la Ille−de−France a dedicarse a saqueo para recuperar a los miembros de sus
familias. También se aumentaron los impuestos para rescatar rey y a sus nobles. Los precipitantes serán pues
las exigencias fiscales.
A todo esto hay que sumarle la aprobación de una ordenanza real de 1358 por la que se obliga a los
campesinos a reparar los castillos de las riberas del Sena, el Oise y el Marne. Con ellos se pretende hacer
frente a las tropelías de Carlos de Navarra e impedir que llegan a París víveres ya que allí estaban los rebeldes.
Todo este conflicto hace que los campesinos se enfrenten a las c asas de sus señores a los que odian, y en
algunos casos quemen los castillos y los saqueen.
La Jacquerie duró muy poco. El 10 de junio de que 1358 Carlos "en Malo" aplastó a los Jacques. Su máximo
dirigente, Guillaume Carle fue hecho prisionero y se pone en marcha una dura represión.
La revuelta inglesa comienza a finales de mayo de 1381 en el sureste de Inglaterra y en dos condados
principalmente: Kent y Essex. El precipitante fue la reacción de una visita de los justicias del rey que trataban
de imponer un nuevo impuesto, el poll tax que sufragaría la guerra contra los franceses. En estos 2 condados
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se toman los espacios de poder: conventos, castillos, ayuntamientos... Llegan a Canterbury el 10 de junio y
allí se pone al frente del movimiento Wat Tyler y se incorpora el teórico (clérigo) John Ball, encarcelado por
predicar discursos bastante radicales e igualitarios. Los amotinados llegan a Londres, ejecutan al canciller
Sudbury y prenden el palacio del favorito del rey, del duque de Lancaster. Es en este momento cuando se
incorporan los artesanos.
El 14 de junio se producen conversaciones entre el rey Ricardo II y representantes de los revoltosos. Estos
presentan unas quejas donde se expresa que el mal se encuentra en los consejeros corruptos y hacen peticiones
donde la más importante, y conseguido, es la libertad y la supresión de los restos de servidumbre que
quedaban. Eran así liberados los campesinos y obtienen la supresión jurídica la servidumbre (algo semejante
sucede en toda Europa occidental, aunque algo más tarde. El río Elba marcó al este y al oeste una separación
entre dos modelos jurídicos: al este los campesinos serán siervos y al oeste no lo serán).
El 15 de junio, a puntó de reanudar las conversaciones, el alcalde de Londres asesina a Tyler y el ejército
rebelde se dispersa. Así es sofocado el levantamiento campesino.
Las causas fueron varias, aunque sí que aparecen como variable más importante el intento imposición de la
Poll tax sobre los campesinos que intenta cubrir los gastos producidos por la Guerra de los Cien Años. Por
otro lado, los campesinos se veían presionados por los llamados "malos usos" o prerrogativas abusivas del
señor. La crisis del XIV había generado unos problemas que trajeron odio hacia los personajes públicos
cercanos al rey: duque de Lancaster, Juan de Gante Por otro lado Inglaterra estaba llevando a cabo una
política de cercado de campos. El aumento de la ganadería ovina favoreció esta política. Esto es algo que tiene
que ver con el aumento del comercio de la lana. Se llega así a una situación en la que se pierde trabajo
campesino y mucha de sus tierras son incorporadas a las propias de señor. Desaparecen a su vez muchos de
los usos (tierras) comunales, también usurpados por los señores.
Además los campesinos pedían la suspensión de las obligaciones personales.
Este movimiento campesino inglés del 81 fue el que tuvo un programa político más avanzado, donde se
cuestionaba la posición de los grupos dominantes.
Desde el punto de vista ideológico, se pretendía una vuelta a la situación primigenia. Aparecen así frases
como "en la época de Adán, ¿quién era el señor?". Esa ese paraíso perdido donde se pretende volver.
Este conflicto fue suprimido gracias a una alianza de fuerza entre la monarquía y la nobleza, al igual que
sucederá en la corona Aragón.
La sublevación de la corona de Aragón tuvo como protagonistas a los payeses de remensa, que eran
campesinos de Cataluña la vieja. Eran siervos adscritos a la tierra y para ser libres debían pagar un rescate
denominado remensa. Intentaban luchar contra los malos usos. Junto a los siervos habría otro grupo social de
labriegos (no siervos) pero que vivía en las zonas de los señores. Se mostraban quejosos por esos malos usos
también que, al igual que sucedía en Inglaterra, eran utilizados por los señores como elementos de control.
Además en Cataluña había una prohibición sobre los campesinos que les impedía trasladarse a la ciudad. Los
campesinos acomodados también participaron en revuelta, ya que intentarán mantener la propiedad de las
masos−ronecs: despoblado del siglo XIV que algunas campesinos utilizan para su provecho.
Los inicios del movimiento se encuentran a comienzos del siglo XV (1409−1413). En 1462 de conflictos ha
convertido en una "guerra" generalizada. A todo lo anterior se une el intento por parte de los señores de
aumentar las rentas.
La resolución del conflicto se encuentra en la Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486). En ella el rey actúa
como árbitro y está firmada por Fernando II de Aragón.
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Junto conflicto catalán aparecen movimientos parecidos en otras zonas de la formal Aragón. Así pasa en
Mallorca debido un aumento de los censos por la utilización de las tierras. Al igual que sucede en Inglaterra,
el aplastamiento de los campesinos se produce mediante una alianza de la nobleza y la corona. Esto se
producen durante el reinado de Alfonso V (1451−1454).
Luchas en oposición a la renta feudal centralizada
El ejemplo más paradigmático es el de los ingleses y franceses. Tomaron la forma de oposición al gobierno
central, pero sin cuestionarse en autoridad del rey. Heers habla de que la nueva fiscalidad regaliana fue una de
las grandes plagas de la época. Los recaudadores de impuestos se arrogan funciones que no eran para ellos,
además de que los impuestos estaban mal repartidos y agobiaban al campesinado.
En Francia, en 1308, se intentaba una capitación por fuegos en la región de Montbrison. Más tarde sucedía
algo parecido en la región de Foret. En la región de Flandes marítimo (Brujas e Ypres) hubo una serie de
levantamientos entre 1323 y 1328. No era territorio francés pero eran feudatarios de la corona francesa.
Francia intentaba imponer su sistema impositivo, lo que provoca protestas llevadas a cabo en este caso por
una coalición de campesinos y artesanos. Presentan un programa político que condena a los "enemigos
naturales del hombre": nobleza, clero y ricos (propietarios de talleres). En el caso de la iglesia se negaban a
pagar diezmos y proponían el reparto de los terrenos de las abadías. Fueron aplastados mediante una coalición
de tropas del rey francés con tropas de la nobleza local en Monte Cassel. Los bienes de los amotinados
pasaron al patrimonio de la corona.
Durante los siglos XIV y XV se consolida la autoridad del rey en toda Europa, en dirección sur−norte. Por eso
las revueltas se van desplazando hacia el norte. En el siglo XV llega al mundo escandinavo. Estas revueltas no
van contra el rey sino contra los adjuntos y prestamistas extranjeros (judíos). Así en 1436 hay una razzia de
las tropas de Amund Sigurdsson Bolt contra la feria de Oslo, en 1438 David se proclama rey de los
campesinos en Finlandia...
La fiscalidad regia cambiará incluso el comportamiento de los campesinos, transformando incluso el mundo
lingüístico. Antes una tendencia campesina o manso se denominaba "bol" en el mundo escandinavo. A partir
de ahora se llamará por su valor fiscal, siendo en Dinamarca "la tierra de un marco", en Noruega "el valor de
una vaca"...
Sublevaciones urbanas
Son el reflejo de la crisis del 1320. Tienen que ver con las crisis laneras, de industria textil, de la producción
de paños. Las villas flamencas grandes productoras de paños sufrirán estas revueltas entre 1320 y 1332. La
industria pañera había entrado en crisis en cuanto a la demanda. Los gremios se alían así con la nobleza,
mancomunándose. Culpan de su crisis económica a la artesanía rural que evita los controles de los gremios.
Crean un programa proteccionista mercantilista. La acción es directa y bastante invasiva: los representantes de
los gremios se agrupan en una serie de ejércitos que tienen como misión destruir las manufacturas rurales,
creando así una relación de dependencia del campo a la ciudad.
Bastante interesante es también el movimiento de los compagnonnage en Francia y Alemania durante todo el
siglo XIV. Debido a la crisis se reduce la producción ya que hay una menor demanda. Los gremios intentan
controlar la competencia reduciendo el número de talleres, dificultando la adquisición de título de maestro,
incrementando los años de aprendizaje, haciendo más difícil el examen, elevando las tasas para la obtención
del título... Ante esta situación habrá aprendices y oficiales que presenten demandas solicitando aumentos de
salario y participaciones en el gobierno y gestión de los gremios. No se cumplen sus peticiones y como
respuesta se dan una serie de levantamientos. En la cadena de represión aparecerá la nobleza. Estos motines se
vuelven a repetir en los siglos XVII y XVIII.
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El movimiento urbano más importante y estudiado es el de Florencia de 1378, conocido como conflicto de los
ciompis: trabajadores sin especialización, de baja condición social y sin posibilidad de asociarse. Por ello las
tensiones sociales eran continuas desde el siglo XIV. Se dan para este conflicto muchas razones tanto
económicas como sociales y políticas. Se genera por la organización de la producción, pero también por el
intento de control del gobierno, que estaba en manos de los privilegiados. En Florencia los grupos sociales
más importantes eran:
• Popolo minuto. Era el conjunto de los oficios organizados
• Popolo grasso. Grupo formado por las siete artes mayores
• Magros. Formado por las cinco artes medias (carniceros, zapateros, herreros, carpinteros y
ropavejeros).
• Grupo formado por las nueve artes menores (mercaderes de vino al por mayor, pescaderos,
mercaderes de la sal, del aceite y del queso, panaderos, curtidores, cerrajeros, bataneros y ebanistas).
• Sottoposti. Escalón inferior. Son los obreros. Entre ellos se situaban los ciompis.
Del popolo emanaba un poder, organizado en una señoría que contaba con ocho priores y un cargo de justicia:
el confaloniero. Los priores se cambiaban por un sistema mixto donde se combinaba ante el sorteo y la
elección por un doblete electoral muy restringido y compuesto por cónsules recargos miembros de las 12 artes
mayores y de las medias. Estos miembros pertenecían siempre a la grassi, al popolo grasso. De estos grassi,
los confalonieros de las partes menores escogían al confaloniero de justicia. Otro oficio importante era el de
Capitán del Pueblo, elegido igualmente entre los nobles. En el año 1309 se había establecido una nueva
oficialidad denominada Ufficio de la Mercancia. La aparición de este nuevo cargo había reforzado el poder de
los grassi.
Al filo de esto, las artes menores nunca habían renunciado a intervenir en el gobierno de la ciudad. Habían
apoyado a un individuo, Salvestro de Medicis, en mayo de 1378. Los popolani se quejaban de los impuestos y
la organización de los gremios. Alegan una serie de trabas para su desarrollo social, político, su participación
en el consejo era ciudad... que se establecen por parte de los maestros de las corporaciones. Junto a esto
existen una razones coyunturales que dan lugar a una serie descontentos: guerra reciente con el Vaticano,
hambre provocada por la escasez de cereales en 1375 y crisis del mundo textil en Florencia principalmente en
1377.
Es en este contexto donde aparece la revuelta de los ciompis, con tres etapas o ciclos:
• Reformista (mayo y junio de 1378). Salvesto de Medicis había accedido al cargo de confaloniero de
justicia el 1 de mayo de 1378. Había intentado disponer una serie de cosas favorables al pueblo que
rápidamente habían sido rechazadas por los poderosos. Esto se había expresado en las Ordenanzas de
Justicia. Salvestro se presenta a sí mismo como líder de los artesanos y los pobres y pronto encuentra
una oposición hostil. Decide así levantar a las masas populares en junio de 1378. A finales de junio se
producen los primeros conflictos directos.
• Revolucionaria (julio de 1378). La señoría tiene miedo e intenta rectificar sus medidas contra los más
bajos. Esto lleva a una situación de mayor radicalidad. Florenca vive así un clima de pre guerra civil:
las milicias populares se encuentran en la calle. La explosión máxima se produce el 20 de julio, fecha
en que la señoría es sitiada e incluso se incendian los palacios de los más poderosos. El 21 de julio es
asaltado el palacio del podestá, se saquean las existencias de grano guardadas en Or San Michale, son
quemados los archivos de justicia y es capturada la bandera de la ciudad. La noche del 21 al 22 se
elabora un programa que recoge las aspiraciones de las artes menores y también de los ciompis. Uno
de los puntos básicos que reclaman es la creación de un arte para el popolo minuto.
Los priores capitularán y el pueblo entra en el Palacio Viejo. La composición del grupo se ha radicalizado y el
representante del grupo que entra en el Palacio Viejo es Michale Lando, que lo hace enarbolando la bandera
del popolo minuto. A continuación se pasa a organizar la política de Florencia: se arma caballeros del pueblo
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a diferentes ciudadanos y se constituye una nueva balia con 37 miembros de los que 32 son nuevos, donde
estaría representantes de diferentes artes. Esta balia será la que ejercería el gobierno de Florencia.
El 4 de agosto se celebra una ceremonia religiosa para legitimar la toma de poder de los populares. A partir de
este momento se produce un retroceso del impulso revolucionario: el gobierno no está en manos radicales,
sino que se actúa con un claro sentido conservador. Crece así el descontento de los ciompis ya ue entienden
que sus aspiraciones han sido menguadas. Además durante agosto se produce un desempleo creciente
relacionado con el cierre de talleres, a la vez que en la ciudad empieza a estar desabastecida.
• Reacción contra las revueltas (finales de agosto y septiembre de 1378). Los ciompis crean un nuevo
tumulto como reacción. Para ello Michale Lando es un traidor. Pero son rápidamente reducidos. Se
decretan 160 condenas a muerte y numerosos destierros, tales como los de Michale Lando y Salvestro
de Medicis. Se suprimen así mismo las artes creadas en beneficio de los ciompis.
Movimientos religiosos
Gran cantidad de estos movimientos tuvieron un origen religioso, milenarista. Estos movimientos milenaristas
pronostican el fin del mundo. El nombre les viene porque en torno al año mil fue cundo estaba previsto este
fin del mundo. Todo esto, en el ámbito cristiano, creaba la necesidad de prepararse APRA la venida del
Mesías, por lo que estos movimientos también son denominados mesiánicos.
Existen una serie de características comunes a estos grupos:
• Carácter colectivo y consideración de elegidos y superiores
• La realización del milenio tiene un carácter terrenal inicialmente, ya que las características sociales
deberían cumplirse en la tierra. Organizan así la sociedad de un forma peculiar
• Son grupos de carácter total que intenta llevar a cabo una remodelación del orden social dentro del
grupo elegido
• Práctica inminente. El fin del milenio se produciría de repente
En algunos casos el milenarismo presenta algunos rasgos similares a los movimientos utópicos. La diferencia
es que los milenaristas presentan una salida de tipo milagroso y los utópicos de carácter laico.
En el mundo moderno y medieval la religión tuvo un carácter fundamental, siendo la más alta expresión de la
ideología. Esto dio lugar a grandes polémicas. Se dan gran cantidad de movimientos religiosos que son
también movimientos sociales. Muchos movimientos son dirigidos por predicadores, religiosos, monjes que
eran calificados de profetas, de milenaristas. En algunos casos pretendían una vuelta a la vida igualitaria y
buscaban una iglesia sin jerarquía ni poderes.
En la mayoría de los movimientos sociales que hemos estudiado aparecen también tintes religiosos. En la
revolución inglesa de 1381, por ejemplo, el soporte ideológico serán individuos que habían ocupado cargos
eclesiásticos como Wicliff. Muchos de estos individuos participan en la revuelta defendiendo la llegada del
juicio final y del Apocalipsis de modo inminente, con la llegada de un profeta o de cristo que traería el reino
de dios en la tierra. Habías pues que luchar contra el anticristo que retardaba la llegada de cristo. Este
anticristo estaba representado por los poderosos, los ricos, los impíos
El mesianismo estuvo ligado a todos los grupos sociales de la época y a todos los conflictos del momento. La
vida religiosa y la oposición social fueron unidas en todos los movimientos sociales de oposición del mundo
medieval y moderno. Proliferan así una serie de sectas: umiliati y disciplinati en Italia; fraticelos en la
Toscana, que aparecen del 1350 a partir de los franciscanos y luchan contra mercaderes ricos y la iglesia
oficial; los flagelantes, que aparecen en Francia y Alemania y están en la línea de los anteriores, defendiendo
que los culpables de la peste y de la no realización del reino de dios en la tierra es la nobleza, además de
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defender la pobreza y querer eliminar a los impedimentos para la llegada de cristo.
Dentro de éstos grupos el más conocido es el de los husitas. Aquí se combinan los elementos religiosos,
nacionales y sociales. Reciben el nombre de su teórico, Juan Huss. El movimiento cuajó en grupos sociales
muy diferentes: nobles, comerciantes, burgueses, campesinos, artesanos, profesores de universidades Intentan
crear una iglesia nacional bohemia, separada de la de Roma. Se buscaba la simplicidad de la vida, exigencias
morales e intentan una nueva devoción hacia la eucaristía opuesta al boato. Quieren una religión más personal
y menos fundada en las formas, y todo esto unido a un proceso de cambio social. Tienen una rápida y dilatada
expansión: desde la república Checa pasan a Alemania y al Báltico. En 1415 muere Hus y se produce una
fuerte división en el seno del movimiento, con gran cantidad de luchas internas. Los campesinos (más
radicales) serán los que se consoliden. Serán denominados taboritas, y lo que plantean es una llegada
inminente de cristo. En 1420 crean colonias al sur de Bohemia donde se funda, en las colinas más alta, una
ciudad que se bautiza como Tabor (al igual que una ciudad que aparece en la Biblia). Se sitúan allí porque son
en su mayoría campesinos huuidos, amotinados, que esperan una larga lucha y allí resultará más fácil
defenderse. Propugnan un planteamiento radical de oposición a los ricos, negación del dinero, sistemas de
trueque, organización social sin signos de poder, abolición de impuestos y abolición de la servidumbre..
También defendían el reparto de latiera, una vida comunitaria y una estructura social de carácter
antijerárquico.
El movimiento es aplastado finalmente en 1434. Pero el movimiento taborita ha tenido a pesar de esto una
radical influencia en todos los movimientos de oposición centroeuropeos, sobre todo en las repúblicas Checa y
Eslovaca
Este movimiento es un claro antecedente de Lutero, que de hecho exclamó en algunas de sus sentencias todos
somos husitas. Se unen a la reivindicación de la libertad interior del cristiano. Con una relación del individuo
personal de comunicación y conocimiento de la divinidad.
Movimientos xenófobos.
La situación de crisis provocó importantes rechazos hacia grupos marginados de la sociedad (gitanos,
mendigos). Estos movimientos de rechazo se van a radicalizar en momentos de crisis. Una de las
manifestaciones de estos grupos será a del bandalismo, que puede ser tanto popular como sucede en Aragón,
Cataluña, Midi francés, Nápoles, Sicilia, Castilla (donde son llamados golfines), como señorial, donde
aparecen grupos de soldados encabezados por un noble que intentan recuperar su fortuna. Asaltan así pueblos,
comunidades de vecinos Esto sucede en Castilla, donde se les conoce como los malhechores, y en Nápoles.
Se generalizan además movimientos de xenofobia. En Cataluña, durante el siglo XV, se producen motivos de
extranjeros campesinos, gascones en su mayoría, que tienen que refugiarse en las ciudades o antiguas
fortalezas medievales. Igualmente, hubo territorios donde aparecieron problemas contra extranjeros, como
sucede en Flandes y los tejedores extranjeros a los que se culpa de quitar trabajo a los nativos y de encarecer
los precios.
Pero la gran persecución tiene que ver con los judíos. Habían sido expulsados de las comunidades rurales en
el XII, y a partir de ese momento participan activamente en la creación de las ciudades, tanto económica como
culturalmente. En la Alta Edad Media habían sido tolerados, aunque no llegaron a integrarse en la sociedad
feudal. Posteriormente pasan a ser reprimidos. Unida a esta idea aparece la de cruzada que se une a los
progroms, lo que da lugar a protestas de los príncipes y emperadores ya que los judíos eran normalmente
asesores de éstos.
Los judíos son perseguidos bajo la acusación de muertes rituales donde mata´rian niños. Esto está recogido en
la literatura por romances populares, por la pinturaTambién se les acusa de la muerte de dios.
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Se suceden así una serie de estatutos de sínodos y concilios donde se empieza a regular acerca de cómo deben
vivir los judíos. Se les separa del resto de la sociedad por temor y se les relega a barrios especiales, se les
obliga a llevar ropas especiales con signos externos
Los judíos, junto a los leprosos, son convertidos en chivos expiatorios de una cristiandad que todavía se
encuentra inmadura y se auto afirma excluyendo y persiguiendo. Son culpados de envenenar los pozos de
agua, por ejemplo. La presión sobre ellos se incrementó en los momentos de crisis, radicalizándose las
persecuciones durante y después de la crisis (1348−1349)
Esta situación se ve agravada por los predicadores, algunos frailes mendicantes En España hay una serie de
arengas para levantar a las masas y que destruyan a la comunidad judía. En el reino de Valencia, por ejemplo,
aparecen estos sermones pronunciados por San Vicente Ferrer.
En la corona de Castilla el conflicto con los judíos fue especialmente problemático, con el momento
culminante en 1391 y la parición del caso del Santo Niño de la Guardia (uno de esos niños que se dice que han
sacrificado los judíos). Los progroms se van a acentuar a partir de este momento, con un periodo de
intolerancia hacia judíos y musulmanes. Muchos judíos estaban relacionados con las finanzas, practicaban el
préstamo con interés Durante el reinado de Enrique IV de Trastámara e incluso antes hubo una radical
propaganda antisemita en Castilla promovida por el rey: se busca un chivo expiatorio.
Los conflictos y enfrentamientos contra los judíos presentan unas características urbanas. El pueblo es quien
les persigue, pero detrás del pueblo están la nobleza y la iglesia. Como afirma Baldeón, en las persecuciones
que promueven los nobles había una intención no legítima de no pagar los préstamos.
El momento más intenso de persecución se da tras las arengas de Ferrán Martínez, arcediano de Écija, que
propició el estallido de violencia antisemita en toda Sevilla y se propaga por Andalucía, llega a la meseta y
penetra en algunos territorios de la corona de Aragón. Muchas aljamas de Sevilla, Toledo, Burgos fueron
aniquiladas.
A finales del siglo XIV y ya en el XV comienzan las conversiones de judíos al cristianismo. Esta conversión
será más o menos sinceras, ya que lo que se pretende evitar es la expulsión (en 1492 la expulsión es
definitiva). Se crea a partir de este momento la institución del tribunal del Santo oficio de la Inquisición, que
tuvo como ocupación fundamental perseguir a los judíos conversos que mantuviesen sus prácticas religiosas
judaizantes.
COMENTARIO DE TEXTO. INTRODUCCIÓN AL DECAMERÓN DE BOCACCIO
El Decamerón de Bocaccio corresponde a un género literario propio de la época: cuentos eróticos como
elemento de diversión. Este se escribe por una gente que huye a Francia de la peste, se encuentra, y quiere
divertirse. Así también es como aparecen los Cuentos de Canterbury, algunos de los textos del Libro del buen
Amor y el Heptamerón de Margarita de Navarra. En esta introducción lo que se describe es la peste
precisamente. De ella da el origen geográfico y la fecha y narra algunas de las formas que se usaron en la
época para combatirlo (limpiezas, cuidado de la salud, rogativas) También describe las variantes de la peste y
su imposibilidad de contrarrestarla.
Se asume así mismo que se opta pro dos formas diferentes de vida frente al problema: los que deciden llevar
una vida moderada para asegurar su propia salud y los se exceden en sus hábitos: hoy comamos y bebamos,
que mañana moriremos. Este segundo supuesto ya aparece en el Libro del buen Amor. El problema de la peste
se llega a la subversión social: la peste hace que se olviden los órdenes, las actividades. Se da así una caída de
la producción. Todo esto va asociado a su vez con un cambio en los modelos de religiosidad, en la forma de
entender las cosas en general.
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En el texto también se hace eco del Cito Longe Tarde, pero se olvidan de que puede haber contagios antes de
huir y que mueren en los caminos, sin recibir un entierro religioso. En este contexto se habla también de una
supresión de las obligaciones vecinales. Los ideales preindustriales con comunitarios: lo importante no es el
individuo. Las señas de identidad son feudo corporativas. Las obligaciones y fidelidades se derivan de la
pertenencia a una colectividad. Algo tiene que ser muy importante para que esta lógica se rompa y empiece a
primar el interés por el individuo. Se olvida incluso con la peste la solidaridad familiar.
Bocaccio aduce además que parte de los individuos se hubiesen curado si se les hubiese atendido. Esto es
falso pero el autor no lo sabe.
Como consecuencia de todo esto el autor nos cuenta que aparece un forma diferente de entender la muerte y
las formas de enterramiento. En la sociedad moderna para cosa hay un ritual, incluso para el enterramiento.
Un ritual es una ceremonia pautada, repetitiva y con un alto contenido simbólico. En el ritual de enterramiento
se expresa la solidaridad del grupo, llegando incluso las clases altas a tener necrópolis propias. En el periodo
que nos ataña, la muerte se producía en casa y rodeado de familia, vecinos que ayudan al moribundo a
abandonar este mundo y llegar al otro. Además había elementos que pertenecían a la cultura de género:
existen espacios y funciones masculinos y femeninos diferenciados. Las mujeres lavan y visten al difunto,
habitualmente con ropas que había elegido el propio muerto y que normalmente se correspondían con el
hábito del santo predilecto del difunto. También elegía el muerto la iglesia en la que quería ser enterrado.
Estas mujeres también hacían de plañideras. Los hombres mientras estaban fuera de casa.
Despendiendo de la posición social había mayor o menor parafernalia en la ceremonia: más hachas, sacerdotes
o menos. La muerte es un acto colectivo. En un libro de Elías, La Soledad de los moribundos, se utiliza el
tema de la muerte para hablar de la individualización de nuestra sociedad frente al acto colectivo del mundo
anterior.
A la gente se la entierra en lugares sagrados: monasterios, iglesias y conventos. Esto estaba tarifado. El precio
era más alto cuanto más cerca se estuviese del altar. En muchos lugares de culto aparecían capillas familiares,
convirtiéndose así estos lugares en recintos privados pero colectivos en cuanto a la propia familia. Esto
cambia en el siglo XIX debido a la aparición de una nueva lógica, la de la higiene ,tanto la corporal como la
mental. En el libro Historia de la locura desde la Edad Clásica de Foucault se explican las diferentes formas
de entender esta higiene mental a lo largo de la historia. Empieza así también a entenderse de forma distinta la
delincuencia. Se pasa así a enterrar extramuros par evitar epidemias. Esto dio lugar a enfrentamientos entre
autoridades civiles y religiosas: la muerte da miedo, y controlar ese tránsito era importante para la iglesia ya
que aportaba importantes beneficios a las parroquias.
Bocaccio afirma que al recrudecerse la peste estas costumbres se dejaron de lado. Y que esta muerte afectó a
todos los grupo sociales por igual.
Para finalizar hace una especie de resumen donde afirma que la peste comenzó en Florencia, pero pronto se
traslada al territorio circundante y recurre de nuevo al artilugio literario que había empleado antes de
magnificar el problema y afirmar que era un hecho extraordinario.
COMENTARIO DE TEXTO SOBRE EL CONFLICTO DE LOS PAYESES DE REMENSA
Tiene que ver con el periodo de conflictos que sacude Aragón por parte de los campesinos que protestan
contra los malos usos.
Cada artículo comienza solicitando la abolición de un mal uso, de una forma de dominio sobre los campesinos
por medio de una coacción extraeconómica debido a fenómenos jurídico−políticos (Dobb) de la que el señor
se apropia gracias a una serie de instrumentos de dominio. Uno de esos instrumentos tiene que ver con las
penas. En este caso se imponen penas de carácter físico. Se denomina ius puniendis o ius maltratandi. Es el
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conocido como derecho de horca y cuchillo. En la corona de Aragón este derecho e extendió a lo largo de toda
la Edad Moderna.
Justo después de la exposición del mal uso del que se solicita abolición aparece una respuesta por parte de los
señores. Habitualmente es una negación: no saben que se lleve a cabo, pero si es así se suprimirá.
El segundo artículo que encontramos hace referencia al derecho de pernada. La respuesta a la petición vuelve
a ser la misma. Recquoi estudió este derecho de pernada medieval, asegurando que realmente no existió sino
que se inventó en el siglo XIX por los liberales. Lo que sí existía era un ceremonia ritual donde el señor
pasaba por encima de la campesina, pero no mantendría relaciones sexuales con ellas. Esto lo hace como
muestra de poder y a su vez sirve como purificación.
También se solicitará la supresión de otros malos usos, que no aparecen en el fragmento a trabajar,
relacionados con el trabajo compulsivo y el plus producto trabajo: los payeses de remensa se quejan del abuso
de que el hijo/a del payés tenga que servir al señor sin paga ni remuneración. Responden lo mismo que al
capítulo 8.
En el apartado 7 se solicita que no se deje a la madre sin leche para su hijo al tener que alimentar al hijo del
señor. Esto también es una presión económica. Todas las elites europeas utilizaban nodrizas. Es un uso no
pagado. Los señores conceden esta petición.
TEMA 2. EXPANSIÓN ECONÓMICA Y ESBOZO DE UNA ECONOMÍA MUNDO.
REACTIVACIÓN DEMOGRÁFICA Y CRECIMIENTO AGRARIO.
La recuperación de este momento se expresa en diferentes variables, entre las que destaca la demográfica. Hay
un aumento de población debido a
• Mejora de la climatología
• Estancamiento de la peste
• Descenso de las muertes producidas por la guerra
• Precocidad en el matrimonio.
El modelo demográfico europeo moderno tendría una gráfica con esta forma
Después de un crecimiento sostenido se llega a un techo en el que inciden las muerte catastróficas así como el
techo neomaltusiano (desequilibrio entre población y recursos) y así sucesivamente.
Además este modelo se caracteriza por dos variables fundamentalmente, que sirven como regulación natural
de la natalidad:
• Elevadas tasas de celibato definitivo, en torno al 13−15%. En zonas católicas esta tasa era mayor, ya
que hay un gran número de población practicante de la vida religiosa
• Acceso tardía el matrimonio. Esta variable ha sido estudiada por Laslett y Hadnal. Ellos afirman que
las mujeres se casan por primera vez en torno a los 25/30 años y los hombres a los 27/30. En los
países mediterráneos esta edad es entre 2/3 años más baja. Este dato varía dependiendo del momento
económico, encontrándonos por ejemplo que si no hay tierras disponibles la edad se retrasa. A
mediados del siglo XV hay un gran vacío demográfico, lo que facilita el acceso al primer matrimonio
muy temprano.
Todo esto da lugar a un proceso de recuperación de la población europea, que alcanza niveles poblacionales
equivalentes a los anteriores a la peste negra.
18
Los primeros síntomas de cambio demográfico se observan entre 1420 y 1440, aunque el proceso se acelera a
mediados del siglo XV. No se da en ningún momento un problema de superpoblación y no encontramos
distorsión entre número de personas y tierras utilizadas.
Cuantificar la población europea para este momento es difícil debido en gran parte a la poca fiabilidad de las
fuentes. Hay censos de tres orígenes fundamentalmente:
• Fiscales, en los que se ocultan datos para evitar pagar impuestos. Además se efectúan por vecinos, por
fuegos, y no por persona. Los vecinos que expresan los censos tienen que ser reconvertidos en
individuos utilizando un criterio multiplicador que esté establecido unánimemente, pasando este
criterio de ser de 6 / 6,5 a principios de siglo a un conversor actual de 4
• Militares, destinados a hacer glebas. Aquí hay más limitaciones ya que solo aparece la población
masculina a partir de un número de años determinado (15−17). Se ocultan datos igualmente.
• Religiosos. En el mundo católico estas fuentes son importantes ya que en el Concilio de Trento (1563)
se obliga a llevar registros de bautismo y boda en las parroquias. Por eso es fácil determinar tasas de
natalidad y nupcialidad. A partir de 1614 se cuenta también con los libros difuntos, de entierros.
Incluso algunos de estos libros reflejan la causa de la muerte y aparece el testamento ya que el párroco
ejerce de albacea testamentario. En Francia los parlamentarios no incorporaron las normas de
Vaticano, por lo que esta relación de libros no se cumple de modo fiable. En España, por el contrario,
serán fuentes bastante fiables al igual que en el mundo anglicano, con la salvedad de que en este
ámbito el bautismo se retrasa y el registro de bautizo es fiable del todo para natalidades. En el ámbito
católico encontramos otro libro de registro también muy fiable: el "libro de almas", que responde a la
obligación católica de comulgar por Pascua de resurrección y al registro que se lleva de este hecho. La
población que no queda reflejada en este registro son los menores de siete años, que son los únicos
que no tienen obligación de comulgar.
Las cifras demográficas no son exactas y responden incluso a estimaciones. Así para Francia en 1490 se da
una cifra de 10 millones de habitantes, dándose para el mismo periodo la misma cifra a Italia y Alemania. Los
datos castellanos son más fiables, estimándose para Castilla 4,5 millones de habitantes mientras que para
Aragón se estima una cifra de 1 millón, de los que alrededor de 300 mil eran catalanes. En el siglo XVI la
población española pasó a más de 8 millones. Habría un aumento en torno a 2 millones para Castilla y a 400
mil habitantes para Aragón. Esta diferencia poblacional explica en parte la preponderancia Castilla.
A mediados del siglo XV los europeos son más o menos 55 millones, que a largo del siglo XVI crecen en
torno a un 50%, aunque algunos autores estiman esta cifra como demasiado optimista.
Todo esto se enmarca en un proceso de recuperación agraria. Se ponen en marcha nuevas áreas de cultivo,
pero lo más interesante radica en el auge de la ganadería y en el proceso de especialización de los campo,
apareciendo cultivo de productos más sofisticados como olivos, vid, plantas textiles...
Además Europa sufre un proceso de reactivación urbana, aunque tanto la ciudad medieval como la moderna
eran ámbitos ligados al mundo rural. Se reactivaron antes que el campo. Esta recuperación urbana está
relacionada con la recuperación de las industrias textiles. Esta industria, fundamentalmente lanera,
experimentó desplazamientos geográficos desde finales del siglo XV y en el siglo XVI, apareciendo nuevos
centros de producción en Inglaterra, Castilla, Languedoc... También volverán a la normalidad lugares que
tenían una vieja tradición artesanal, como sucede con algunas ciudades flamencas. También surgirá un
importante auge de las ciudades portuarias como sucede con Lisboa en Portugal o Sevilla en España.
A pesar de todo el mundo urbano, artesanal, burgués, con una cultura diferente a la campesina, representa un
pequeño porcentaje en relación con todo mundo europeo. Solo en algunas zonas como el norte de Italia,
19
Flandes, Nápoles o París se puede hablar de un territorio determinado por la presencia de las ciudades que
ejercen su influencia en todo su entorno.
Aún así, después de la crisis del siglo XIV y hasta el siglo XVI los núcleos urbanos sufren un desarrollo
continuado. Aparecen nuevas ciudades y se recupera antiguos cascos urbanos que habían estado en crisis.
Incluso poblaciones rurales de origen bastante antiguo se transforman en ciudades. El elemento decisivo para
este proceso será de tipo económico como sucede en la zona de Bwtehade, en Alemania. En otros casos las
razones para la fundación de nuevos núcleos son de naturaleza militar, como sucede en la región de Gascuña
(fronteriza condominios ingleses). Igualmente se fundan villas en algunos territorios gracias a un proceso
dirigido por un particular tal y como se sucede en Vizcaya, Alaba y Guipúzcoa. En Vizcaya el proceso es
dirigido por el señor de la villa, que reordena el poblamiento dando lugar en 1300 a la actual ciudad de Bilbao.
En Alaba y Guipúzcoa el proceso tuvo como cabeza a los Reyes Católicos y se llevó a cabo en terrenos de
realengo. Otra zona muy importante desde el punto de vista de su repoblación fue la Andalucía bética: grandes
territorios reconquistados y ocupados en un momento tardío en muchas ocasiones por nobles y señores que
prestaban al rey sus mesnadas a cambio de recibir territorios como compensación. La repoblación allí se llevó
a cabo concediendo privilegios fiscales.
Durante el siglo XIV y los comienzos del siglo XV muchas ciudades fueron rodeadas de murallas que irán
cambiando de lugar mostrando así un aumento en la población.
Las ciudades se convertirán en polos de atracción de poblaciones circundantes: Alrededor del 90% de los
trabajadores de Gerona de la empresa de la será procedían del campo.
Uno de los rasgos más significativos de las ciudades europeas entre los siglos XIV y XVI tiene que ver con su
plurifuncionalidad.
Aparecen grandes centros políticos administrativos que suelen ser capital de grandes estados como sucede en
París o Nápoles. Otros no lo serán, como sucede en Barcelona o Avignón. Además de en estos centros la
especialización económica va a brillar en algunas ciudades como Venecia Florencia o Lübeck.
Una ciudad grande podría alcanzar los 20 ó 30 mil habitantes. En Inglaterra por ejemplo esto sólo sucederá en
Londres. La concentración urbana también es excepcional. El lugar donde se dio de forma clara fue Italia, con
ciudades como Milán y Nápoles que superaban los 100 mil habitantes, Florencia que superaban 60 mil o
Bolonia que superaba los 55 mil. Este fenómeno también se produjo en los países bajos, el alto valle del
Danubio, y el valle del Rin aunque a escala más pequeña.
A partir de 1450 se incrementa la población en muchos lugares de forma excepcional gracias a dos variables:
el papel de ciudad capital de algunos centros como París y Londres y por otro lado las diferentes coyunturas
económicas, que en algunos casos tienen que ver con el comercio de como sucede en Sevilla, Lisboa o
Amberes. En esta última la población pasa de 20 mil habitantes en 1440 a 50 mil en 1500 y alcanza
finalmente los cien mil habitantes de 1560.
El aumento de población urbana no puede ser leído como un proceso de prosperidad. Atraía pobres,
vagabundos... A finales del siglo XV aparece alrededor de 18% de indigentes en Lovaina, 20% en Hamburgo
y 2/3 de la población en Inglaterra. En el resto de Europa occidental la tasa de "desocupados" era del 8−10%.
Las ciudades estaban controladas por una aristocracia urbana cuya base de poder era de tipo económico. Era
un patriciado constituido por mercaderes y burgueses poseedores de fortunas cuantiosas, tales como los
Medicis en Florencia. Monopolizan el gobierno de las ciudades a través de diferentes sistemas de captación.
Este fenómeno se observa desde mediados del siglo XIII en el norte de Italia, Francia y España. Este
patriciado urbano se acerca a la vieja nobleza a través de las alianzas que dan al patriciado prestigio y a la
nobleza dinero. Fortalecen sus lazos de cohesión y su idea de grupo integrado distanciandose del "común"
20
mediante el estilo de vida peculiar, un lenguaje más preciso...
Desde el punto de vista agrario también podemos decir que se "despega". Se ocupan ahora tierras de mejor
calidad. Pero esta colonización agraria raras veces parte de los propios campesinos sino que suele ser obra de
grandes magnates eclesiásticos o laicos que, junto con el patriciado, se interesan por la inversión en tierras. El
campo se adapta a las nuevas exigencias de la época, que pasan por la demanda de diferentes productos en los
mercados como cuero, lana, carne, lácteos... Por ello se produce un auge en la ganadería sobre todo en torno a
las grandes ciudades. El aumento ganadero está ligado también a la oveja, que tiene gran éxito Inglaterra y
Castilla. En Inglaterra en los siglos XIV y XV se pasa de una cultura cerealística de openfields a otra
economía de paisajes cercados y predominio del mundo pastoril. En este cambio de modelo influye la
mortalidad y poca población, así como la cohesión de la comunidad campesina, que pierde fuerza, y el interés
de gran propietario en acelerar el auge de la ganadería. En Castilla la ganadería trashumante alcanza una
extraordinaria posición entre los siglos XIV y XV. La trashumancia supone una colaboración estacional entre
la llanura y la montaña. Se producen una serie de migraciones en busca de climatación: en invierno se subirá a
la montaña y en verano se bajará a la llanura. Es traslado se efectuaría en Otoño. Esta situación generó
conflictos entre ganaderos (nómadas) y agricultores ya que tienen intereses distintos.
Los antecedentes del desarrollo de la ganadería en Castilla tienen que ver con la reconquista y el avance por la
meseta meridional desde el siglo XII. Este territorio estaba escasamente poblado y era muy difícil desarrollar
allí una política agrícola. A esto ay que sumarle las muertes del siglo XIV que favorecen la ganadería ya que
necesita menos mano de obra. Además cuentan los intereses de algunos poderosos por el aumento de la
ganadería. La oportunidad llega cuando Castilla comienza a surtir de materia prima (lana) a la industria textil
de Flandes. Todo esto explica la importancia que llega a tener el ganado ovino en Castilla: hacia comienzos
del siglo XIV habría 1,5 millones de ovejas, pasando a ser 3 millones a comienzo del XV.
Desde 1273 existe en Castilla una industria que protege los intereses propios del ganado lanar trashumante: La
Mesta En Italia aparece una institución parecida denominada La Travolera.
A mediados del siglo XV los pastores han triunfado en Castilla sobre la agricultura, ayudados por la corona.
Es también en el siglo XV cuando se produce la fijación de las rutas de paso del ganado. Los distintos
caminos eran:
• Cañadas, de 75 m de ancho.
• Cordeles, de 37,5 m de ancho.
• Veredas, de 21 m de ancho.
• Coladas, de anchura variable.
En la meseta castellana había una ruta que unía Andalucía con Extremadura, con dos cañadas: la leonesa y la
segoviana. Tras la conquista de Granada las cañadas se hacen más numerosas e incluso se prohíbe a los
agricultores cercar sus tierras para que así pueda pastar el ganado en ellas.
Dentro de este ambiente se producen desde la segunda mitad del siglo XV una especialización de cultivos. Así
progresa el cultivo de la vid, por ejemplo, en Castilla. En Italia se incrementa lo que tiene que ver con la
producción de textiles, tintes... En Toscana se produce así la "cultura promiscua": se combinan viña y olvidar,
viña y nogales, huerta y nogales... En Alemania crecerá el cultivo del lúpulo (por esto hay en avance de la
cebada a costa del trigo) pero también hay una especialización en plantas textiles como el lino cultivado en el
valle del Mosela y plantas tintoreras.
La situación jurídica del campesinado al este del Elba será diferente a la que tiene en el oeste, siendo la línea
divisoria la que uniría Danzing y el norte del mar Adriático. Al este hay una presencia e incluso
intensificación de la servidumbre, con campesinos con una doble vinculación: a la tierra (homo adscribus
glebae) y a otro hombre (homo proprius), procediéndose así a una refeudalización o segunda servidumbre
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donde los señores aumentan sus propiedades gracias a la crisis del siglo XIV y obligan a los campesinos a
permanecer en ellas. El proceso se incrementó en el siglo XVI debido a aumentan la población y a la demanda
de la Europa mediterránea de cereales, que tendrá como consecuencia el monocultivo de muchos lugares de
esta zona. En la Europa del oeste lo que se da es un proceso de liberación de las obligaciones de los
campesinos.
Esta doble situación es la solución que se da a un mismo problema siguiendo diferentes caminos.
En el mundo polaco hay una orientación al mercado por parte de los señores debido a la demanda de material.
Confiscan así las pocas propiedades que todavía quedaban en manos de campesinado (se invalida así la idea
de Sweezy, que recoge a su vez de Pirenne, de que el mercado disuelve el feudalismo): se da una ampliación
del mercado, pero el comercio también es controlado por el señor que es quien obtendrá los beneficios. Es,
por decirlo de alguna forma, un "feudalismo mercantilizado": el señor domina tanto la producción como la
comercialización. Este comercio se efectuaba desde el puerto de Danzing hasta los centros deficitarios.
En Rusia el mundo medieval había sufrido gran cantidad de invasiones mongolas y después había sufrido una
hegemonía del ducado de Moscú en la primera mitad del siglo XV. Esta hegemonía había dado lugar a la
aparición de un campesinado libre al que se anima a colonizar tierras. Pero en la segunda mitad del siglo XV
se revertirá esa tendencia. Se sucede si un progresivo control por parte de los terratenientes, tanto laicos como
eclesiásticos, que exigen a sus campesinos nuevos tributos y prestaciones. Se produce así también una
refedalización.
En el espacio germánico convivirán dos tendencias. En el sur occidental se dio un campesinado emancipado y
en el norte occidental habría un deterioro de la situación campesina debida sobre todo al acción del grupo de
los Junkers, que reactivaron sus privilegios feudales. Así, en esta zona las revueltas fueron continuas dando
lugar en 1429 a la "revuelta de los campesinos".
En Bohemia, entre 1496 y 1511 se establece que en campesino y su hijo no pueden abandonar la tierra sin el
consentimiento el propietario
En esta misma época, en Hungría, todos los campesinos fueron reducidos a la condición de siervos.
En el norte de Europa, bajo el reinado de Juan de Dinamarca (1481−1513) también los campesinos son
convertidos en siervos.
En la Europa del este la servidumbre será abolida en la segunda mitad del siglo XIX, prolongándose en Rusia
hasta 1861.
El modelo mediterráneo (especialmente el hispano) será peculiar: gran parte de los bienes son
extracomercium. Es decir,que gran parte de los bienes no intervienen en el juego de la oferta y la demanda.
Son bienes extraídos al mercado y no podrán ser vendidos ni enajenados, como sucede por ejemplo con los
bienes de la iglesia (bienes de manos muertas, amortizado)y los bienes de los nobles que están sometidas al
contrato del mayorazgo por el que se establece la línea de transmisión de una propiedad determinada por
medio de agnación masculina (prevalece el heredero de mayor edad y el hombre sobre la mujer). El heredero
es el puro titular de esos bienes, que tienen que ser transmitidos sin división de generación en generación
(pueden ser ampliados pero no mermados). Lo que sí puede es arrendar algunos bienes como molinos o casas,
pero no venderlos ni hipotecarlos. Son gestores rentistas. La desaparición de los mayorazgos se produce con la
llegada del régimen liberal a mediados del siglo XIX, en concreto por la "Ley de abolición del mayorazgo" de
19/8/1841.
Otras instituciones que tendrían sus bienes extracomercium serían los consejos y ayuntamientos y sus bienes
propios y comunales. Los bienes propios correspondían a una serie de propiedades de ayuntamiento como
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tiendas, hornos... que eran arrendadas y su producto se dedicaba al pago de servicios públicos y algunas
fiscalidades que había que pagar al rey como los arbitrios y las sisas. Los comunales solían ser tierras donde el
pueblo recogía leña o llevaba pequeños ganados a pastar. Estas tierras eran explotadas de distintas maneras:
sorteo de parcelas periódicamente, explotación comunal, cesión perpetua...
El concejo estaba controlado por unas oligarquías municipales de carácter familiar que transmitían los oficios
de generación en generación. Son ellos los que regulan y gestionan la propiedad. La forma más habitual de
regulación de tierras será el señorío: espacio de poder donde el señor aparece como el amo del proceso de
producción y de los procesos de la vida social. Es una unidad económica y social básica del modelo de
producción feudal. Además el señorío en el mundo moderno es fundamentalmente una unidad jurídico
−política ya que el señor tiene privatizados los poderes jurisdiccionales, y en la Edad Moderna el poder
jurisdiccional es la identificación del poder absoluto. Las vías de acceso al señorío durante la Edad Media
fueron varias, concediéndose en ocasiones como donación entre compensar por el auxilium. Se entregara la
jurisdicción, la propiedad, y la posibilidad de cobrar algún tipo de impuestos. En las siguientes etapas,
después la reconquista, termina la vía donación y se abre la vía compra a partir de Carlos V. El rey venderá
señoríos porque está en bancarrota. En este nuevo tipo de señoríos se entregara jurisdicción
fundamentalmente. Habitualmente, sobre todo en el siglo XVI se vendieron territorios enajenados a las
órdenes religiosas con las oportunas dispensas papales ya que en este periodo el rey es el gran maestre de esas
órdenes. Se vendieron muy pocos territorios de realengo, y en los que se vendieron lo que se cedió fue la
jurisdicción y sólo las tierras propiedad del rey. En el siglo XVII no se vende ningún señorío, sino que
comienza actuar la Junta de Incorporaciones que intenta recuperar los bienes (rentas, oficios, baldíos,
propiedades) que habían sido usurpado de forma ilegal.
La liquidación de los señoríos es un proceso de media duración que comienza en las cortes de Cádiz y termina
con la "Ley de abolición del señorío" del 26/8/1837. A partir de ese momento la propiedad pasa a ser de tipo
capitalista. En cuanto a mayorazgo, se abolió por una ley de 19/8/1841.
El señorío moderno en el mundo mediterráneo el distinto señorío medieval. Igualmente, el señorío
mediterráneo es distinto al de la Europa del este. La gran diferencia es que el occidente desaparece la reserva,
la tierra dominicata. En la Europa del este aparece el plus producto trabajo, las sernas, las corbeas... que es
algo que desaparece en el modelo de los señoríos mediterráneos.
Tipo lógicamente encontramos señoríos nobiliarios, señoríos eclesiásticos (abadengos, monasterios,
obispados), señoríos mixtos (de órdenes militares), y señoríos solariegos de tipo medieval donde aparece la
jurisdicción unida a la propiedad. Los otros tres son de tipo jurisdiccional fundamentalmente y solariegos
aparece muy pocos.
El poder en los señoríos se canaliza a través de los tribunales señoriales donde el señor cobra unas penas de
cámara (multas) con las que paga a sus oficiales y el sobrante va a sus arcas. Existe el derecho de apelación a
los tribunales del rey, no siendo la justicia señorial el "techo". Igualmente el señor puede controlar la vida del
común mediante ordenanzas municipales. En este aspecto el señor también tiene un tope: hace ordenanzas, no
leyes. Estos topes los ponen las regalías, los propios derechos del rey que no pueden ser enajenados. Estas
regalías son:
• derecho a declarar la paz y la guerra
• emanación de leyes
• justicia
• acuñación de moneda
• explotación de las minas
Es un universo evidente de gradación de poder. No hay una igualdad o concurrencia de poderes. El poder es
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absoluto y piramidal, en cuya cúspide se encuentra en poder del rey.
Los señores pueden realizar un control social e ideológico a través de funciones de orden público, creando y
manteniendo, por ejemplo, escuelas donde el elige a los profesores, elección de párrocos y abades en sus
iglesias... También controla el mercado reglamentando el establecimiento de tabernas, tiendas, controlando
pesos y medidas y reservándose ciertas zonas para su uso propio.
En el modelo de los Países Bajos y de Inglaterra encontramos una marcada tendencia hacia el capitalismo y ha
la propiedad liberal, absoluta e individual y más allá de amortizaciones. Comienza aquí a aparecer un mercado
de la tierra y no aparecen tierras fuera del mercado. En este modelo de la asignación de la tierra se hace
mediante arrendamiento, produciéndose una relación de tipo contractual. Esto permite recuperar los bienes en
caso de impago, de mala cosecha, de mal tiempo... ya que estos supuestos se consideraban en el propio
contrato de arrendamiento. Igualmente era muy fácil actualizar la renta porque contrato era revisable en un
corto periodo de tiempo (3−5 años). La apropiación del excedente se lleva a cabo por medio de la plusvalía
propia del sistema capitalista. Lo que se paga además es ya en moneda. El trabajo es una mercancía y por
tanto entra en la lógica de libre mercado.
En Inglaterra la crisis del siglo XIV dio lugar con proceso de apropiación de tierra y a una ampliación de las
mismas. Es un proceso de formación de la gran propiedad apoyado por la reforma de Enrique VIII donde se
retiran las propiedades al clero a través de la reforma anglicana. En el resto de Europa también se crea una
gran propiedad pero aquí la gestión es totalmente diferente siendo de tipo directo y con una lógica capitalista
donde lo que se pretende es optimizar beneficios mientras que en el modelo mediterráneo lo que se practica es
una gestión en la que se da importancia a la renta. En el modelo mediterráneo no hay inversión ni
planificación y sobre todo no hay gestión directa
Este proceso en Inglaterra se vio acentuado en el siglo XVI debido a una demanda de lana que provoca una
combinación de grandes zonas de cereal con grandes zonas de pasto, configurándose el paisaje agrario inglés.
Los pastos empezarían a ganar territorio y ya en el siglo XVII domina sobre los cereales. Hay una gran
orientación al ganado, vacas y corderos fundamentalmente, buscándose inicialmente la lana para la
exportación. Esto da lugar a una introducción de los cercados, intentando incrementar así la producción
mediante un uso intensivo del suelo y de la ganadería. El ganado es estabulado.
En Inglaterra será importante la gentry: mediana nobleza enriquecida en combinación con la burguesía. Son
terratenientes. Este grupo social no existió en el resto de Europa.
En los Países Bajos lo importante serán las innovaciones técnicas. Encontramos dos regiones fundamentales:
• Polders: terrenos que se ganan al mar, desecándolo. Esto requiere un desarrollo previo de las técnicas
hidráulicas y de desagüe. Aquí domina la ganadería. Se da una concentración de grandes granjas
lecheras que requieren una inversión grande de capital para la construcción de establos, pajaresEn esta
zona se da además un uso intensivo de la mano de obra especializada.
• Llanura interior. Aquí aparece una horticultura también de tipo intensivo. Es un lugar donde los
jardines privados se van a convertir en pequeños laboratorios. Se produce un desarrollo de la industria
textil que produce un incremento del cultivo del lino y del cáñamo, plantas muy apropiadas para el
clima húmedo. También se cultivan plantas tintoreras que se utilizan también en la industria textil.
En el ámbito artesanal, durante los siglos XV y XVI aparecen una serie de novedades técnicas que afectaron
fundamentalmente a la industria textil. En el siglo XIII había aparecido la rueda de hilar o rueca o torno de
hilar. Su uso se extiende durante el siglo XIV pero su éxito se produce en el siglo XV. Esta máquina
incrementa la producción del hilado. La araña (la rueda con radios de las ruecas) se descubrió en 1480. El
pedal comienza a utilizarse en 1520. En el siglo XIV se produce un gran incremento del consumo de ropa
blanca confeccionada para camisas, ropa interior, sábanas Es la eclosión de la ropa de cama y de mesa.
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Uno de los factores que incrementan la actividad artesanal es el refuerzo de los vínculos de relación campo /
ciudad. Buena parte de los trabajos artesanales se realizan por los campesinos que viven en los alrededores de
las ciudades.
Otro de los fenómenos importantes será la concentración de talleres en un sólo empresario. Sucede así por
ejemplo con la familia Buonacorsi, que dominó más de 300 talleres.
El mundo textil europeo sufrirá cambios importantes, lo que nos lleva a matizar la supuesta crisis de la
industria pañera flamenca. Hubo un demanda de algodón y lino, muy barato al sur ya que allí los producían
artesanos rurales que escapaban al control de los gremios. Esta industria rural arruinó la industria flamenca de
paños de lujo que había alcanzado su máximo esplendor a finales del siglo XIII. Se produce así un retroceso
en algunas ciudades del sur de Flandes como Saint−Omer, Ypres, Gante, Brujas, Lille y Douai. Pero, de forma
paralela, esa crisis favoreció a las zonas rurales de Flandes como Amberes y su territorio. Ahí se desarrollan
industrias textiles que se beneficiaron del desarrollo de los circuitos alemanes comercio. Lo más significativo
fue el auge alcanzado por la pañería en algunos territorios vecinos de Flandes tales como Lieja, Holanda,
Bravante, Hainaut La manufactura textil de Holanda creció al amparo de la protección comercial del propio
país en el siglo XV. No hay una crisis general de la industria pañera en los Países Bajos, sino sólo en algunos
territorios del sur.
Inglaterra Fue uno de los países que entre los siglo XIV y XVI conoció un auge más acusado de la producción
de paños debido al incremento de la lana relacionado con el desarrollo de la ganadería el final del auge masivo
de las exportaciones desde Flandes. Tienen así una gran cantidad de materia prima y además cuentan con
artesanos flamencos en su territorio. Así los ingleses, que de forma tradicional habían sido importadores de
paños se convierten en exportadores de telas. A mediados del siglo XV los centros más importantes estaban en
Bristol, Salisbury y Winchester.
En este periodo se encuentra la pañería catalana. En el siglo XIV fueron famosos los paños de Perpignan,
Tarrasa, Barcelona, Puigcerdá y Vic. Exportaron tejidos al norte de África y a distintas islas mediterráneas.
En Castilla la actividad se centró en la producción de lana, pero fue una corona deficitaria en la elaboración de
telas. Aún así, al final de la Edad Media tuvieron cierta pujanza algunos centros de Toledo, Cuenca y Úbeda.
Pero no todos los paños fueron de lana. Se usa también el algodón, que se trabaja sobre todo en Italia. Otro
material usado será el fustán (mezcla de algodón y lana) fabricado en Cremona, Pisa y Florencia. A mediados
de la Edad Media la industria algodonera sale de Italia y aparece en Alemania. En cuanto al lino, su industria
se localiza en los Países Bajos, Flandes y Bravante. La industria del cáñamo prosperó en el oeste de Francia, y
en concreto en las zonas de Normandía, Bretaña y el Poitou. La seda tendrá también un relativo auge. Estaba
destinada a la producción de lujo. Fue introducida por los musulmanes españoles y siciliano. A finales del
siglo XII su manufactura se establece en ciudades que tienen gran riqueza gracias a esta actividad económica.
Tales como Lucca, Géova y de ahí pasa a Venecia y llega a Milán a finales del siglo XIII. En España fue
importante la producción de Valencia en el ámbito cristiano y Granada en el Nazarí.
La minería también conoció un importante relanzamiento desde mediados del siglo XV en las tierras del
imperio. Los metales se emplearon durante mucho tiempo, siendo fundamental en la Edad Media pero en
pequeñas cantidades. El metal usado fundamentalmente hasta ese momento era el hierro. En los siglo XV y
XVI se busca hierro, sal gema, alumbre, cobre En cuanto a éste último es importante el descubrimiento de las
minas de Estiria. Las minas de plata de Sajonia entran en una crisis que se compensa con la explotación de las
minas de Kutrá Hora en Bohemia.
El hierro no tuvo oscilaciones importantes en su producción desde el siglo XIV hasta mediados del XV.
Conoció un gran impulso a partir de finales del XV. El alumbre se obtenía en oriente y era un producto de
importación. Se descubren yacimientos en Italia, en concreto Tolfa en 1461. Este descubrimiento fue
25
importante.
El mundo medieval conocía los procesos tecnológicos de la forja de forma empírica y será además un saber
privado y secreto. El soporte teórico no se conocía. Su aplicación se relacionaba con la magia y daba un
carácter preeminente a los herreros en sus comunidades.
El trabajo en la mina era difícil, por lo que se explotaban filones al aire libre.
La siderurgia conoció un proceso significativo en la evolución. Desde el siglo XIV los hornos más usados
fueron las fargas, de origen catalán y que permitían obtener unos 50 Kg de hierro por colada. En el XV
aparece el stückofen, originario de Europa central (posiblemente de Renania) y ofrece unos rendimientos de
500 Kg de hierro por colada. En este desarrollo de los hornos tuvo un papel importante la industria bélica,
especialmente de la artillería.
Las zonas más importantes de la industria del hierro estaban en Stiria, Lieja, País Vasco También será
importante la industria del latón situada en el valle del Mosa y en Nüremberg.
Surge en éste momento una actividad industrial importante ligada al desarrollo de los metales: la creación de
los caracteres móviles de metal, de Gütemberg, que constituye el inicio para la imprenta.
En cuanto a las actividades mercantiles, después de mediados del siglo XV es en este mundo es donde mejor
se observa una mayor continuidad con momentos anteriores. Los recursos mercantiles de los siglos XIV y XV
se utilizarán hasta el XVIII. Estas técnicas no son un legado de la antigüedad, sino que corresponden a
préstamos musulmanes reelaborados por el cristianismo. El mundo mediterráneo será el que centre las
técnicas mercantiles, en especial en las cortes españolas e italianas. Estas técnicas se aprenden fuera de las
universidades, siendo un saber excepcional adquirido en ambientes urbanos, familiares y complementados en
viajes arriesgados en algunas ocasiones. Se aprenden rudimentos de aritmética, geografía, derecho mercantil,
contabilidad, cartografía, astronomía, náutica y finanzas. Estos conocimientos promueven un uso de las
lenguas vernáculas, el manejo de medidas y la realización de cálculos. Se va generando así una visión
matemática del mundo. Este uso del número proporciona cada vez una forma de pensar más racional que
comienza a interesarse por conceptos semimágicos. En esta nueva visión del mundo tiene gran importancia
esa práctica mercantil
El comercio requiere infraestructuras, sistemas de comunicación. En tierra se hicieron mejoras escasas desde
el siglo XIV, cuando se abre un paso alpino, el de Brennero. Igualmente aumenta la capacidad de los
carruajes, aparecen los coches de pasajeros en 1320 en Inglaterra En los ríos se ensancharán los canales a su
paso por las ciudades y comienzan a utilizarse grandes barcazas que pueden transportar 100 toneladas de peso.
Pero los principales progresos se realizan en el transporte marítimo, dándose un importante desarrollo de la
cartografía, donde tuvieron un papel protagonista los judíos, como el mallorquín Cresques Abraham. También
se da un auge importantísimo en los astilleros, fundamentalmente en Hamburgo y Lübeck en el imperio,
Génova y Venecia en Italia y Barcelona y Sevilla en España. Se produce así mismo una mejora en los puertos.
De los navíos utilizados en el ámbito hansático serán importantes la kogge y el urca, que transportaban entre
300 y 400 toneladas y recorrían casi 24 Km por hora. Las grandes novedades serán la carabela y la carraca. La
carraca era un navío derivado de modelos nórdicos que tenía capacidad para algo menos de 100 toneladas.
Para la carabela fue importante el desarrollo de la arboladura en las embarcaciones. Se produce una utilización
conjunta de velas cuadradas nórdicas y triangulares levantinas. El uso ahocicado de estas dos arboladuras en
el mismo barco fue importante en la apertura de nuevas rutas ya que permitía una mayor adaptación a los
vientos.
En el mundo de las comunicaciones se produce un desarrollo importante del correo a partir de mediados del
XV. Se entiende como una actividad que debe estar regulada por el estado. Luis XI creó un servicio de
correos estatal que, con Enrique II, también se ocupará de la correspondencia privada. La máxima eficacia se
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da en Venecia y Roma. Carlos V en 1516 concede el monopolio de este servicio a la familia milanesa delos
Taxis. El servicio se hacía a caballo con relevos de postas, lo que permitía alcanzar mayores velocidades, y en
rutas fijas. Se transportaban noticias diplomáticas, cartas particulares, mercancías de poco peso pero mucho
valor, y sobre todo noticias comerciales. Por eso es por lo que los hombres de negocios tejen redes regulares
de transmisión de noticias por medio de un sistema postal que ellos mismos contribuyen a financiar.
En cuanto a las prácticas mercantiles, aparecen los documentos denominados pratiche di mercatura. Allí se
anotan novedades, pesos y medidas de diferentes territorios, convirtiéndose así en instrumentos importantes
para las prácticas mercantiles. La contabilidad también se utilizará por parte doble en Italia (en el resto de
Europa no se mepleará así hasta finales del siglo XVI): cada operación se registra en dos lugares, en el debe y
en el haber. El comercio se organiza a través de compañías asociadas a importantes familias, especialmente en
Italia y de forma particular en Florencia. Las compañías más importantes tienen una sede central donde está el
máximo responsable pero coordina las diferentes operaciones en los diferentes campos, y las sucuesales son
controladas desde allí. Son compañías que diversifican su ámbito de negocios para evitar que problemas en un
ámbito repercutieran en los demás.
Las formas de aportación de capital son dos:
• Corpo: dinero aportado por los socios. LAS ganancias se dividían de forma proporcional
• Sopra corpo: depósito de terceros y que obtenían un interés fijo pactado previamente.
Las actividades de éstas compañías estaban orientadas al comercio, la industria o la banca. Suelen ser de
carácter familiar y llevaron al desarrollo de nuevas formas de pago Estas fórmulas serán la cédula obligatoria
y la letra de cambio. La cédula obligatoria o pagaré reconoce la deuda en un papel con el compromiso del
pago en una fecha determinada. La letra de cambio fue una revolución y agilizó el procedimiento comercial.
Su forma era igual que la nuestra. Esta letra de cambio puede ser que se pague en una moneda diferente a la
que se ha utilizado para la compra. Supone así un crédito y también un cambio de moneda. Son negociable y
se pueden traspasar a terceras personas endosándolos. Este endosamiento tenía que estar refrendado por la
entidad bancaria. También aparece en 1526 el procedimiento del descuento: se vende una letra de cambio a un
tercero hasta que venza a cambio de una cantidad que se corresponde con el valor nominal de la letra. Esta
práctica se hace general en los Países Bajos desde 1550.
Los principales centros financieros hasta la segunda mitad del siglo XVI fueron Amberes y Lyon. En este
contexto del desarrollo del comercio ven la luz una serie de cuestiones relacionadas con los seguros. El
sistema asegurador aparece en el siglo XIV, pero se afianza posteriormente debido a prejuicios eclesiásticos
que veían mal tanto la usura como la previsión de futuro. Se podía prestar dinero si el prestamista corría riesgo
de dejar de ganar dinero por el propio préstamo (damnum emergens). Aparece también el damnum cessans,
donde los aseguradores son mercaderes habitualmente que aseguran parte de las mercancías.
LA EXPANSIÓN ULTRAMARINA.
No es casualidad que esta expansión aparezca en la Península Ibérica, ya que aquí había una idea de cruzada
medieval que se reconvierte en la concepción de cruzada pacífica expresada en un expansionismo religioso.
Esto va unido a intereses económicos, relacionado principalmente con la búsqueda de especias.
Imperio portugués.
En la expansión portuguesa tuvieron gran importancia los monarcas, que impulsaron las innovaciones
tecnológicas y la expansión. Se dan tres hitos importantes: el primero con Enrique el navegante, el segundo
con Juan II y el tercero con Manuel I.
Con Enrique el navegante se iniciaron los viajes a corta distancia, con expediciones en la costa norte de
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África.
Juan II (1455−1495) el perfecto impulsó la expansión marítima: siendo príncipe se hace cargo en 1474 de las
empresas marineras y convierte los descubrimientos marítimos en fuente de ingresos para la monarquía. En
1479 interviene en negociaciones con Alfonso V (1438−1481), llegando al final al tratado de las
Alcaçovas−Toledo, donde se le reconocen a Portugal los derechos sobres la colonización de la costa de África
occidental y sobre las islas de Madeira, Azores, Cabo Verde
Los proyectos de Juan II son la búsqueda de un nuevo paso hacía la India a través de la costa africana, el
avance comercial y diplomático en el Índico y el impulso de las expediciones de Vasco de Gama después del
descubrimiento de Cabo de Buena Esperanza.
A partir del Tratado de Tordesillas (1494) Juan II se asegura el dominio sobre Brasil. Esto, en la práctica, se
consiguió mediante un proceso de negociación con la monarquía castellana donde intervienen los papas
Alejandro VI y Julio II. Se reparten así el nuevo territorio entre España y Portugal por medio de dos bulas
papales (1493): la bula Inter Caetera y la bula Eximiae Devotionis. Se realiza en ellas una división a 100
leguas al oeste de Cabo Verde. Juan II no estaba conforme con esta decisión ya que le impedía explotar con
libertad la ruta de lsa Indias. Convoca así a los Reyes Católicos para elaborar un nuevo tratado, es de
Tordesillas, que marca el límite a 360 leguas al oeste del Cabo Verde, Los territorios al este de ésta línea
imaginaria pueden ser explotadas por los portugueses. Los españoles pueden hacerlo al oeste. El papa Julio II
legitima este tratado en 1506 y excluye a otros reinos europeos de la explotación de ls tierras de ultramar. En
general, este acuerdo fue respetado por las partes firmantes pero hubo discrepancias en cuanto a su
interpretación cuando se dio el descubrimiento de Brasil por parte de Cabral.
Manuel I (1495−1521) será conocido como el grande, el afortunado. Con él se sientan las bases del imperio
portugués en América del sur y en el océano Índico. Es un periodo de crecimiento y desarrollo económico y
político, l oque se expresa en el ámbito artístico. Surge así un gótico flamígero propio de los portugueses
conocido como manuelino. Se efectúa en este periodo el primer viaje de Vasco de Gama (1497−1498), que
abrirá las puertas a la supremacía portuguesa en el Índico. Los portugueses tuvieron un afán
fundamentalmente comercial más que militar o de conquista, lo que explica que, en la práctica, el término de
Estado da India sea la denominación de un conjunto de factorías engarzadas en las propias rutas comerciales.
No es un basto territorio sobre dominio efectivo de los portugueses.
En América, Cabral llegará a la costa brasileña el 22 de Abril de 1500. Llama al lugar de desembarco Tierra
de la Verdadera Cruz. Después continúa hacia el Cabo de Buena Esperanza, desde donde parte hacia la India,
regresando a Lisboa en el año 1502.
La explotación portuguesa fue diferente en América y en Asia. Brasil tuvo un desarrollo muy precario durante
decenios. Hubo una estricta economía de subsistencia, y hasta 1521 no se funda una factoría real en
Pernambuco. En 1532 se funda otra en Sao Vicente. En 1540−1550 no hay en Brasil prácticamente nada más.
En la segunda mitad del siglo XVI Madeira se pierde también a favor de Brasil la primacía en la producción
de caña de azúcar. En Asia todo tomará un cariz distinto. Vasco de Gama regresa de Calicut con un gran
número de especias y metales preciosos. Además, cuando los portugueses llegaron a la India, Malaca, Java,
las Molucas enconaron poblaciones indígenas prósperas y mercaderes muy competentes, pero con flotas muy
inferiores a la portuguesa, que había sido realizada como una flota de guerra con función comercial. La
supremacía portuguesa se basó en su poder naval. El primer decenio del siglo XVI ya había sometido el
océano Índico.
Los portugueses no penetraron ni construyeron en el interior de la India núcleos de gran entidad, sino que
dispusieron de bases estables y seguras y de una organización económica peculiar que le asegura buena parte
del monopolio de las especias. Se concentrarán así en las posesiones asiáticas.
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Para aprovechar los recursos de ultramar utilizaron dos recursos:
• Concesión de señoríos a individuos de confianza del rey en los territorios conquistados donde el señor
administra justicia, nombra agentes propios Tiene la obligación de defender el territorio, ayudar
militarmente a los indígenas Esta delegación de poderes es de carácter temporal y puede ser revocada
en cualquier momento. La admnistración real participaba en los beneficios de estos señoríos
• Gestión directa por parte del rey. Este sistema fue empleado en el siglo XV. El rey nombraba a un
administrador que era quien le representaba. El soberano se erije en propietario de unos recursos
económicos concretos para negociarlos, apropiándose directamente de su rendimiento. Es un
competidos de los mercaderes e incluso organiza sociedades comerciales propias.
El sistema de señoríos fue más propio del mundo agrícola, mientras que el otro tiene que ver con lo comercial.
Desde 1481 la monarquía suprime los señoríos por parte de los capitanes donatarios. Empezó en los señores
de Cabo Verde y después se trasladó a América. Estos capitanes reciben muchas veces el nombre de
corregidores, y tendrían una función parecida a la de losoficiales judiciales encargados de gestionar los
intereses del monarca. Su equivalente en el sistema de gestión directa es el administrador que funciona como
agente comercial del rey.
En cuanto a la estructura colonial portuguesa, Juan II instala en 1481−1482 en Lisboa la terminal de todas las
mercancías provenientes de ultramar, y la bautiza como Casa de Guinè e Mina. Es institución impone precios,
se ocupa de las ventas, arma las flotas, recibe a los que entran Estaba dirigida por un administrador que
desempañaba también el cargo de tesorero. Hasta 1506 el monarca permitió a mercaderes y extranjeros
participar en el control de las cargas. La Casa de ocupa además de la distribución del dinero y del reparto de
las especias a la vuelta del viaje. A mediados del siglo XVI actúa de intermediaria para la compra de especias
en cantidades previamente establecidas.
Los viajes estaban regulados de manera que las escuadras portuguesas obligaban a los mercaderes locales a
adquirir salvoconductos que les obligaba a atracar en enclaves portugueses, donde pagarían impuestos por las
mercancías. En la cúspide de ésta organización se sitúa un inspector fiscal que controla la actividad de cada
territorio.
El máximo representante de la corona recibía el título de virrey o gobernador. Tenía que aplicar las
disposiciones legales, avisar a la metrópoli de cualquier asunto importante Esto en ocasiones no se cumple
debido a la lejanía y al aumento del margen de autoridad y autonomía de los representantes.
En las factorías portuguesas, la población procedente de la metrópoli era siempre minoritaria, siendo la
población autóctona no cristianiza el 75−90% del total. La obra de conversión fue muy poco eficaz y tuvo que
ver básicamente con esclavos, siervos, concubinas y algún mercader relacionado con los europeos. Esta falta
de eficacia se da a pesar de que el gobierno ofreció beneficios a quien se convirtiera.
El imperio español.
La colonización española fue muy diferente a la portuguesa en Asia. Esto se debe a una gran cantidad de
factores, entre los que está la propia idiosincrasia del nuevo mundo. También tendrá que ver la situación de
los castellanos así como la relativa proximidad de las colonias españolas con respecto a la metrópoli (6−8
semanas por trayecto desde España hasta Veracruz o Panamá). Se comerció con productos muy variados y se
atravesaron diferentes etapas en la explotación.
La colonización no se realizó como un movimiento migratorio libre, sino que estaba regulada. Era necesario
un permiso fijado por la ley para viajar. Todo esto lo controla la Casa de Contratación de Sevilla, que lleva
desde el 1504 un registro importante que se mejora incluso en 1509. La legislación excluía a judíos, cristianos
nuevos, musulmanes y procesados por herejía. Se trata de establecer un modelo de estricta cristianización. Se
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estimula así el asentamiento de familias completas de campesinos y artesanos así como la emigración de
mujeres solteras (pero no prostitutas). Estos emigrantes quedan registrados en el Catálogo de Pasajeros a
Indias, donde aparece el nombre, edad, profesión y origen geográfico del viajante. Entre 1534 y 1538
aparecen en las listas alrededor de 500 individuos. Si a esto le sumamos la emigración de carácter ilegal el
promedio debe subir hasta los 2000−3000 personas por año. A lo largo del siglo XVI se supone que emigran
entre 200 y 300 mil personas. La mayoría procedían de Andalucía (por eso el carácter peculiar del castellano
en Hispanoamérica). Hasta 1509, 1 de cada 3 emigrantes era andaluz, seguido por castellanos viejos,
extremeños y castellanos nuevos. Los procedentes de Cataluña y Valencia fueron escasos.
Las expediciones pretendían conseguir oro, por eso el intento de colonizar La Española (Haití) a finales de
1498 fue un fracaso: la gente quería oro y no colonizar las tierras. A partir de 1499 se produce un cambio
importante a partir de las Capitulaciones de descubrimiento. Son pactos a los que recurre la corona para
intensificar als explotaciones sin gasto por su parte. Afluye así gente de Andalucía, Extremadura que se
instalan como colonos independientes.
Comercialmente, un agente real se asegura de que los itinerarios no violan intereses de la corona y cobra el
pago de la cantidad que corresponde al monarca (entre 1 / 4 y 1 / 6 de los beneficios líquidos del mercader).
El primer centro importante de control español será Santo Domingo, capital y mejor puerto de La Española.
Allí reside el gobernador y empieza a formarse una pequeña burocracia.
Entre 1503 y 1520 llegan a Sevilla 14.000 Kg de oro. Si a esto le sumamos en contrabando, la cantidad debió
suponer el doble.
Los colonos encontraban natural obligar a los indígenas a que les ayudasen, lo que dará lugar a conflictos. En
1503 se autoriza al captura de Indios agresivos, justificándose a través del concepto de guerra justa. Se llega
así a la práctica extinción de los indígenas en las Antillas y la Bahamas debido tanto a al captura como a las
nuevas enfermedades contra las que los indígenas no estaban inmunizados.
Las formas de explotación en América están también condicionadas por la situación indígena. Existía una
estratificación social muy rígida, con los caciques a la cabeza de algo parecido a señoríos locales donde
aparecen individuos con una conducta parecida a la de los siervos. Se conocen como naborías y serán la base
del trabajo, que en muchas ocasiones serán trabajos forzados lo que lleva en muchos casos a la eliminación
física de lso indios o a la conversión en esclavos.
Utilizando el pretexto de la guerra justa surgen compañías de cazadores de esclavos que, inicialmente, estaban
financiadas por colonos ricos de la zona burocrática de Santo Domingo.
Otro pretexto para proporcionarse mano de obra fue la acusación de antropofagia que hace contra los indios y
de prácticas habituales de sodomía.
En las islas del Caribe la población exterminada es sustituida por negros, mulatos y mestizos.
El trabajo se organiza mediante la encomienda: un hombre libre puede servir a un señor, el encomendero, a
cambio de protección, vestidos, alimentación Es la encomienda de servicios, con una base claramente feudal.
En la práctica este sistema se asemejaba bastante a la esclavitud. Resultó ser un forma de señorío que se
instauró en La Española donde Colón entregó a los colonos un número determinado de indios. El gobernador
de la isla, Nicolás de Obando, reguló esta encomienda haciendo que las cesiones de señoríos fueran
temporales y no hereditarias. La monarquía podía conceder confirmación al sucesor legalmente durante 3 o 4
generaciones. Los privilegios económicos de la encomienda fueron respetados, pero su poder político fue
reducido según llegaron oficiales reales. Los abusos de las encomiendas llevaron a fijar en las Leyes de
Burgos (1512) las obligaciones de los encomenderos. Colón había enviado a España algunos indios para que
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fueran vendidos como esclavos, lo que dio lugar a protestas de algunos teólogos, por lo que la reina Isabel no
aceptó el negocio.
Esta densa de los indios chocó con los intereses de los colonos que apelaban a la tradición y decían que era
bueno hacer esclavos a los paganos belicosos y agresivos. También era lícito hacer esclavos a los individuos
que practicaban un moral contraria al cristianismo.
En 1500 se prohíbe legalmente reducir a los indios a esclavos a menos que fuesen caníbales o hubiesen
atacado frontalmente a los españoles. Comienzos del XVI supone una lucha por el reconocimiento de los
indios. Es una lucha con políticas en varias direcciones. LAS primeras disposiciones de Burgos (1503)
legalizaban el derecho de los conquistadores a utilizar indígenas como mano de obra para plantaciones y
minas. Por otro lado, en las leyes de Indias de 1512 se sancionaron las primeras medidas a favor de los indios,
resultado de las denuncias presentadas por los dominicos: Antonio de Montesinos en 1511 y Bartolomé de las
Casas sostienen que los colonos tenían que sostenerse con su propias manos. Los teólogos se preguntaban si
los habitantes de las Indias eran humanos o animales, algo fundamental de que dependía si tenían alma o no,
lo que a su vez implicaba si era lícito esclavizarlos o no. El debate prosigue después delas segundas leyes de
Burgos. En 1530 hay un decreto favorable a los indios, pero en 1534 ese decreto es revocado y otra vez se
vuelve a promulgar en las leyes de 1542. Este decreto afirmaba que quienes tuvieran esclavos debían
demostrar su derecho a tenerlos.
Gran parte de los teólogos españoles como Francisco de la Vitoria o Domingo de Soto respondían de forma
afirmativa a la humanidad de los indios: eran descendientes de Adán, disponían de razón y por tanto podían
ser educados en el conocimiento de los principios cristianos. Vitoria era profesor en la universidad de
Salamanca y sostenía frente a Aristóteles que ningún pueblo estaba destinado a ser convertido en esclavo. En
cambio el aristotélico Juan Gines de Sepúlveda mantenía que la esclavitud era el estado natural para los seres
inferiores. Entre ellos y de las Casas se produjo un interesante debate en 1550.
En 1549 la corona había prohibido a los encomenderos imponer el trabajo a los indios como pago por lo
tributos. El número de encomenderos descendió a medida que fueron devueltas a la corona las encomiendas.
A partir de 1536 una legislación real creó la forma clásica de la economía después de esto. Es una cesión
vitalicia y consistía en el cobro de impuestos y tributos. Es la encomienda de tributos. La anterior encomienda
de servicios se va a mantener en lugares donde faltan las producción que el encomendero podía aceptar como
tributo, persistiendo hasta el siglo XVIII en Chile, Quito, Paraguay, Tucumán, Río de la Plata y Yucatán.
Surge así la necesidad de encontrar mano de obra barata. Aparece ahora el repartimiento: adscripción forzada
de determinado número de indígenas por una comunidad a determinado tipo de trabajos a cambio,
teóricamente, de un salario. El repartimiento recibió distintos nombres, llamándose en Perú mita y
utilizándose para la explotación en las minas de Potosí. Allí fallecieron muchos indios. El equivalente en el
campo de la mita fueron las naborías o las yanaconas, donde se emplea del os indios en grandes fundos.
Durante 20 años las Antillas fueron muy rentables. Los españoles intentaron transportar su forma de vida a los
colonos americanos, lo cual fue un fracaso absoluto ya que allí no arraigaban el olivo, la vid, los cereales Así
se introduce en 1517 la caña de azúcar procedente de las canarias y se hace que el territorio sea agrariamente
rentable.
La colonización española después de la conquista de México llega en 1424 hasta Nicaragua y en 1536 hasta
Buenos Aires, una zona que fue abandonada enseguida debido a la hostilidad de los indígenas nómadas.
Del modelo colonial surgen unas instituciones en Castilla y otras en Indias. En Castilla estaría la Casa de
Contratación, reflejó de la portuguesa Casa de Guinè e Mina, que se instala en Sevilla en 1503. Se ocupará de
asuntos náuticos, cartografía, problemas comerciales e incluso judiciales. El consejo de Indias de crea en 1511
y tiene su estructura definitiva en 1524. Era el órgano supremo de asistencia del rey y proponía y preparaba la
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legislación y gestión de las colonias. En 1511 surge la 1ª audiencia, compuesta por tres jueces permanentes y
un fiscal de la corona. Se trata de una burocracia cuyo jefe entre 1493 y 1516 fue Rodríguez de Fonseca. Su
complicidad encubrió los peores abusos contra los indios. En América aparecen, en Cuba desde 1510 y en
1511 en Puerto Rico, los dos primeros tenientes del gobernador. Eran asistidos por los alcaldes mayores. En
América el territorio se dividiría en diferentes virreinatos. Al principia aparecen dos, en México y Lima y una
audiencia formada por asesores de cada virrey. En el siglo XVII llegan a aparece 11 audiencias: Santo
Domingo, México, Panamá, Guatemala A las que se añaden en el siglo XVIII las de Caracas y Cuzco.
En la base de la organización de América estará lo aprendido con al empresa aragonesa. El mundo colonial se
regirá pro una serie de capitulaciones. El trampolín de lanzamiento hacia América fue la ocupación de
Canarias y la guerra de Granada. En Canarias ya se habían dado capitulaciones (pactos entre la corona y
particulares para llevar a cabo en control y desarrollo de las tierras conquistadas. A partir de aquí comienzan
las expediciones financiadas solo por particulares que recibían la legitimidad pública. La capitulación se
estipula por la corona y los generales de la guerra de Granada y será el modelo de los americanos. Su objeto
era resolver en las tierras conquistadas derechos reales y dar a particualres ciertas compensaciones en forma
de mercedes diversas.
Durante la primera fase de la colonización se transportan a América distintas instituciones castellanas y
surgen varias posibilidades. La conquista puede llevarse a cabo por particulares sin ayuda del monarca,
reservándose el rey 1/5 del botín y también la soberanía político administrativa. Además la costumbre de
repartir la tierra como compensación por los servicios, aunque los soberanos limitaron el término de las tierras
para evitar la creación de latifundios de tipo andaluz. Todos los reyes rechazaron conceder señoríos y
otorgaron en América muy pocos títulos nobiliarios, impidiendo así la creación de poderosas aristocracias en
ultramar.
El modelo español fundó gran cantidad de centros urbanos. Los mandos militares que eran quienes los
creaban ponían al frente a cargos de su confianza, siempre bajo la autorización de la corona para establecer la
ciudad. Por eso las ciudades coloniales serán muy parecidas a las castellanas. La corona entregó a las ciudades
libertades y privilegios pero mantuvo bajo su control a los gobernadores. Las ciudades se construyeron don
ideales de carácter renacentista e incluso utópico sobre al base de un plano racional en forma de damero. Los
concejos estaban dotados de amplio poderes y su jurisdicción se extiende al campo de alrededor. La población
era de composición muy diversa, viéndose favorecido el mestizaje por la escasez de mujeres españolas. Es una
población racialmente muy heterogénea., donde los negros y los indios serán artesanos agrarios y operarios no
especializados que habitaban en los suburbios. La población blanca, escasa en el principio de la conquista,
debido al aumento de la mortalidad de los primeros decenios de la colonización (entre 30 y 50 millones).
LA REVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS.
Europa Conoció un aumento importante de población pasando de 80 y 100 millones de habitantes entre
comienzos y mediados del siglo XVI. Conoció un aumento dela producción agraria, un proceso de expansión
colonial Todo esto acabó con una revolución de los precios, que llegaron a multiplicarse por 4. Esta subida
tuvo una duración de unos 150 años (1500−1650). Nunca se había dado una situación así en Europa.
El aumento de precios no fue similar en toda Europa ni para todos los productos. Su incidencia tampoco fuera
misma. Algunos teóricos de la época como Azpilcueta y Brodino se preguntaron las razones que llevaron a
este hecho y se las atribuyeron a la entrada fundamentalmente de plata de América y su posterior acuñación.
Aparece aquí el comienzo de la explicación monetarista. Hamilton y Keynes apuntaron que este flujo de metal
precioso no sólo activó el comercio, sino que depreció el valor de la moneda. Para estos autores el resultado
fue de aumento de precios, que crecen de forma más rápida que los salarios, lo que provoca un aumento de los
beneficios que según ellos abocó a Europa al desarrollo del capitalismo que se habría retrasado en algunos
lugares como España ya que aquí la inflación habría sido menor que en el resto de Europa. Se intenta
cuantificar todo esto mediante la ecuación de Irving Fisher, que en su forma simplificada dice que el precio de
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los mercados (P) por la cantidad de bienes intercambiados(Q) es igual a la masa de moneda existente (M) por
la velocidad de circulación de la misma (V).
El precio de los productos es directamente proporcional al uso de la moneda por su velocidad de circulación e
inversamente proporcional a la cantidad de bienes intercambiables.
En el ámbito europeo, el alza de los precios no se distribuyó de igual manera, comenzando por España. Esto
es una contradicción ya que el mundo que debía irradiar este aumentó sería el receptor de moneda, es decir
España. Inglaterra y Suecia suben los precios desde el año 1500, antes de que se sintiesen los efectos de la
llegada de metal. En Italia el aumento de precios más importantes será entre 1552 y 1560, también con
anterioridad a la llegada masiva de metal americano. En España de inflación fue más fuerte en la primera
mitad del siglo XVI, con una tasa de aumento anual de precios del 2,8% mientras que la segunda mitad fue del
1,3%. Esto también están contradicción con la llegada de metal, que fue justo revés. Esto obligó a buscar
explicaciones más complejas que la puramente monetaria, que de todos modos continuará siendo importante.
La visión monetarista acepta que la economía del siglo XVI funcionaba con leyes económicas similares a las
nuestras, con un mercado de oferta y demanda, cuando en realidad la penetración de ese mercado era muy
limitada en ambientes familiares donde el autoconsumo y la autarquía son importantes. En este sentido se
recurre a otra serie de variables, como el impulso poblacional que ejerce una presión importante sobre los
recursos −especialmente los climáticos− y que a la postre provocan un aumento de precios. Al igual que en el
siglo XIII, el aumento de población obligó a cultivar tierras de peor calidad, marginales, que sólo eran
rentables a un alto costo. Esto hace crecer la oferta de alimentos muy lentamente dada la insuficiencia
tecnológica.
TEMA 3. EL CAMBIO IDEOLÓGICO Y LA CRISIS RELIGIOSA.
EL FENÓMENO RENACENTISTA Y SUS INTERPRETACIONES
En el mundo medieval las iglesias cristianas tenían el monopolio del saber, ligado a comportamientos y
creencias. Impiden que cualquier doctrina contraria sus creencias tenga una evolución. Por eso no existe antes
del siglo XIV ningún esquema filosófico laico distinto a cristiano. Poco a poco surge un sistema mental con
una escala de valores laica y terrenal que se apoya en el patrimonio clásico. Las nuevas unidades de referencia
en este modelo serán planteamientos greco latinos que dan lugar a un lenguaje distinto. Esta nueva
apreciación es el humanismo.
Los humanistas serán intelectuales que tomen conciencia de las nuevas necesidades y exigencias culturales y
que provienen de sectores no eclesiásticos. Fue un fenómeno bastante extenso territorialmente con
representantes en toda Europa occidental y central a partir de mediados del siglo XIV, aunque se afianzará ya
en el siglo XV. La obra de los humanistas fue múltiple en cuanto a temas. Son, aparte de intelectuales,
hombres de acción: diplomáticos, historiadores, políticos, filólogos... Crean un saber laico. Intentarán
convertirse en una cultura alternativa pero no se proponen polemizar con la escolástica. Simplemente no la
tienen en cuenta.
Retoman los contenidos del patrimonio cultural clásico, volviendo a temas y esquemas que actualizan o
creciendo un conjunto articulado de condiciones laicas y aspectos terrenales.
El humanismo pasó por muchas etapas que tienen que ver con los grupos sociales que soportan esas etapas.
Intentan satisfacer las necesidades de las capas medias y superiores de la sociedad urbana. Tienen que ver con
la elite tanto social como cultural. Políticamente estuvieron alineados igualmente con las repúblicas, lo reinos,
los principados
Su interés es renovar obras de autores griegos y romanos, donde lo terrenal y lo humano tienen un peso
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específico. Es una temática distinta a la de los autores medievales. La lengua de estas obras clásicas también
les atrajo, lo que lleva aún interés creciente por la filología.
Los humanistas se apoyan en los clásicos, pero no copia ni se repiten. Incluso estos humanistas se consideran
superiores a los propios pensadores greco latinos, de los que obtienen una cultura propia con referencias a
autores como Virgilio, Cicerón u Ovidio. Se posicionan a favor del latín clásico despreciado del vulgar
utilizado en la escolástica. Algunos autores se especializada ante la diferenciación e identificación de textos
reales de falsificados, descubriéndose por ejemplo en este momento la falsedad de la "donación de
Constantino".
Algunos autores eclesiásticos que se sumaron a esta recuperación de los clásicos intentando llegar a una
simbiosis entre patrimonio clásico y eclesiástico. Entre ellos hay que destacar a Erasmo y a Tomas Moro.
La imprenta tendrá un papel muy destacado como medio eficaz de difusión del patrimonio clásico.
Los autores humanistas se plantean la aparición de una escala de valores diferente a la del momento.
Encuentran importante que el apego a lo terrenal, a lo inmediato.
Aún así, la mayoría de los humanistas no pretendían cuestionar los dogmas que procedían de la iglesia de su
tiempo. Para ellos lo fundamental es analizar el concepto de ciudadanía, los placeres y valores en que cree la
civilización laica. Por ello cobra urgencia el concepto de vía activa contra concepto de vía contemplativa,
reivindicándose lo humano como "valioso".
Legitiman su papel como intelectuales laicos gracias a su acción cultural, apareciendo un embrión común a
todos los humanistas independientemente del lugar o grupo del que procedan.
Un concepto fundamental de estos humanistas será el de la virtud, propuesto por humanistas del siglo XV y
entendido como un "valor personal por el que el hombre se afirma construyendo su camino" (Garin). Exalta el
valor del individuo y el esfuerzo y la capacidad. La vida del hombre es un juego de fuerzas entre la virtud y la
fortuna (entendida como destino). Estas dos variables provocan la oscilación entre los valores humanos.
Durante el cuatrocento se exalta la capacidad de los hombres para superar reveses de la fortuna y aprovechar
los momentos favorables así como la capacidad de ejercer un comportamiento fuerte y creador. Sólo esta
capacidad del hombre que superar esta fortuna será la base del pensamiento de Maquiavelo.
Dentro del estudio de los humanistas será fundamental el estudio y clasificación de las virtudes. Esto ya había
sido codificado por la teología, pero los humanistas pretenden una clasificación nueva ya que no consideran
en alto grado la pobreza y la castidad, por ejemplo. Las virtudes teologales eran la fe, la esperanza y la
caridad. Pierden gran parte de su prestigio en provecho de las virtudes cardinales ya que son más prácticas y
morales. Estas virtudes cardinales serán la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
Muchos humanistas seguirán a los estoicos y considerarán la virtud como un todo, incluyendo en ella
atribuciones de carácter terrenal. Así entienden como virtudes la amistad, la liberación.
La virtud era una capacidad de distinguirse (ser diferente) e integrarse en una comunidad. Es una
reivindicación de ser útil a los hombres. El acento se pone en la obtención de un logro terrenal y no de un
premio eterno. Se vuelve a una visión optimista de los instintos básicos del hombre y se relajan las referencias
religiosas. Lo importante es la práctica de la virtud (laica) como medio para lograr el éxito personal.
Socialmente, el interés se fija en los miembros provistos de recursos económicos, recursos intelectuales y
apoyos. Por ello se recurre a los motivos clásicos de la fama y la gloria: una obtención de la reputación más
tangible que la religiosa pero menos duradera. Para ello hay que contar con el favor de la fortuna, y esto leyó
por lo que surgen cuestiones como el honor, la riqueza, la buena posición en cuanto a amistades... Es decir:
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será gran importancia a los elementos de éxito.
La virtud también supone saber aprovechar las situaciones. Por eso se desarrollarán gran cantidad de textos
sobre cómo educar el gesto y la palabra para ser un buen cortesano. El manual clásico para esta formación es
"El Cortesano" de Castiglione. Fue traducido al castellano por Boscan.
Los humanistas desplazan el anterior centro de pensamiento (la inmortalidad ultra terrenal) en favor del
universo mundano. Les importan los hombres intrépidos y sagaces. La mujer sufre un absoluto
desplazamiento en el Renacimiento.
La virtud se convierte en el apoyo de toda una serie de conquistas concretas. La cultura no tenía que está
sometida a ningún tipo de coacción y debía estar libre de dogmas de cualquier naturaleza. Aquí está la base
del nacimiento de una intelectualidad europea. Los humanistas integran elementos que intentan erigirse en las
guías laicas de la sociedad. Muy a menudo se alinean con quienes detentan el poder, del que derivará su
sustento material pero reivindicando a la vez su derecho a escoger unas referencias culturales en vez de otras
además de no subordinar sea dogmas religiosos.
El renacimiento europeo fue un fenómeno general en Europa occidental y central desde comienzos del siglo
XV hasta la primera mitad del siglo XVI. Es una continuidad de planteamientos humanistas que abarcan gran
cantidad de actividades culturales así como una gran extensión geográfica (de Polonia a España y de
Inglaterra al sur de Italia). En el siglo XV los mayores focos culturales estaban Flandes y la zona
centro−septentrional de Italia. En la primera mitad del siglo XVI estos dos focos mantienen su importancia
pero pierden su carácter de exclusividad, afianzándose centros de Alemania, España, Inglaterra o Francia. A
principios del siglo XVI aparecen culturas nacionales, pero todas interrelacionadas formando un campo
cultural común llamado "Renacimiento europeo". Por esto se pasa de los diferentes Studia Humanitatis
anteriores locales a una auténtica república de las letras, al Renacimiento que incluye a todo el mundo
europeo. Todo ello se deriva de la intensificación de relaciones políticas entre diferentes países así como de la
rápida implantación de la imprenta, que dio lugar a intercambios culturales importantes.
En la segunda mitad del siglo XV se establece un intercambio dialéctico entre centros de producción y
creación intelectuales en Italia fundamentalmente y distintos focos culturales europeos. Estos intercambios
dan lugar a grados de asimilación y de reelaboración de los que surge, en los primeros decenios del siglo XVI,
un mismo nivel cultural común a todas las cortes europeas. Esto sucederá en todos los ámbitos menos en el
artístico, donde Italia seguirá destacando.
Los centros italianos se convierten en punto de referencia cultural, y muchos intelectuales llevan sus ideas, su
programa, a cortes de diferentes países europeos. El programa humanista se desvincula de la escolástica.
También hay un flujo la inversa: intelectuales europeos que pasan tiempo en Italia. Se produce así un
intercambio fructífero entre literatos, filólogos, políticos o pedagogos. Los humanistas italianos aparecen en
cortes, universidades europeas, desde el siglo XV. El flujo a la inversa será sobre todo entre 1470 y 1530.
El humanismo tuvo una gran influencia en la España de los Reyes Católicos, tanto en Castilla como en
Aragón. En Castilla destaca la obra de Juan Luis Vives, así como la de Nebrija (1441−1522). Este último
estudio en Salamanca y viaja a Italia donde conecta con la cultura humanista. A su vuelta trabaja como
filólogo. Su obra inicial, la Gramática, sirve para introducir a España en el análisis de la cultura latina así
como para sistematizar la lengua castellana. No fue sólo un filólogo, sino también geógrafo, historiador y
estudioso de la Biblia. También tuvo gran importancia en Castilla la recepción de Erasmo de Rótterdam, que
apuesta por la vuelta a una versión original de las escrituras y a un cristianismo primitivo Defiende así mismo
una fe de carácter individual.
El centro más importante del humanismo en Aragón se encuentra en la universidad de Valencia, que
finalmente fue diezmada por la inquisición que desarticuló el movimiento intelectual luchando primero contra
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los judaizantes (esto le ocurre por ejemplo a la familia de Vives), segundo contra los erasmistas y para
finalizar contra los luteranos.
En Francia el humanismo reviste tintes claramente erasmistas. Hay un debate sobre la reforma religiosa desde
el punto de vista institucional, donde se busca retorno a la religión interiorizada. Esto dio lugar a una
importante confrontación de los humanistas, donde destaca Lefebre D'Etaples (1450−1536) con las
instituciones eclesiásticas. Lefebre tenía como punto de referencia a Aristóteles. Visitó Italia, aprendió griego,
y se familiarizó con la tradición "hermética": especulaciones y escritos que en épocas distintas han seguido
algunos libros de alquimia atribuidos a un tal Hermes. Supuestamente Hermes fue un filósofo egipcio que
vivió en el siglo XX a.C. También conecta con los exegetas (comentaristas de textos). Lefebre fue protegido
por el rey Francisco I, lo que no evitó que los reformadores franceses dirigidos por él sufrieran persecuciones
por parte de los obispos y de los profesores más conservadores de la Sorbona, que presionaron al rey para que
comenzársela la represión contra el humanismo.
En Inglaterra el humanismo entró en Oxford y Cambridge con el apoyo de las autoridades y la aprobación de
los distintos profesores universitarios. Los humanistas más influyentes aquí fueron Colet y principalmente
Crocyn (1466−1519), que recogen las aportaciones del humanismo italiano. Crocyn es el erudito viajero que
visita Francia e Italia y se familiariza con los clásicos. Vuelve a Inglaterra como profesor en Oxford y desde
allí invita a Erasmo. Colabora con otros humanistas tanto de las letras como de las ciencias, y se dedicó a
denunciar la corrupción eclesiástica lo que le hizo sospechoso de herejía. El asunto no pasó a mayores.
Entre los humanistas alemanes destacan Konrad Celtics (1459−1508). Fue un poeta lírico que estimuló en su
país el interés por los estudios clásicos y por la tradición germánica. Da a sus trabajos un amplio contenido
patrístico. Viaja también a Italia donde estudia astronomía, matemáticas... Funda en Viena un centro de
estudios humanistas, el Sodalitas Dannubiana. Es famosa por descubrir un mapa del imperio romano y los
escritos de una religiosa del siglo X que publicó en 1501.
El aumento por el conocimiento y el interés de la filología genera una revolución en los estudios jurídicos. En
este ámbito se prestará especial atención a los códigos redactados por Justiniano, aunque se consideran
documentos históricos de fruto de exigencias descartadas con el presente y no como norma de fe sino como
base.
También se observa en estos autores una relación directa entre historia y política: quien mejor comprende el
pasado es el mejor consejero de príncipes. Vives dice que el saber histórico es la base para comprender lo que
deberíamos seguir y lo que deberíamos evitar. Sobre la historia se puede construir un saber político
productivo.
Los humanistas tienen confianza en la eficacia formativa de la pedagogía. Existen varios escritos donde se
discute la educación de soberanos para que lleven a cabo un gobierno virtuoso. El más famoso de estos libros
fue el "Relox de príncipes", escrito en 1529 por Antonio de Guevara. Fue el libro más leído en Europa
después la Biblia. Otro libro de este tipo es el "Institutio principis christiani" escrito en 1516 por Erasmo. Se
le presenta a Carlos de Habsburgo. En este contexto se entiende también "El príncipe" de Maquiavelo. Este
tipo de textos se publicaron en toda Europa. Muchos de sus autores fueron hombres dedicados a política.
La filosofía verá en el Renacimiento complicarse su lenguaje. Es un lenguaje bastante oscuro, siendo en
ocasiones hasta místico y esotérico. En toda la cristiandad, hasta el siglo XV, nadie había elaborado teorías
contrarias a los dogma religiosos. En el nacimiento esto ocurre de forma marginal, pero ocurre. Aparecen así
teorías completamente nuevas en clara discordante con la teología. Los siglos XV y XVI son siglos de la
libertad de pensamiento desconocida anteriormente debido a:
• crisis de la escolástica
• prestigio del humanismo, que vuelve sus ojos a la antigüedad
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• audacia intelectual
El resultado es una nueva aportación de doctrinas de diferente procedencia (judías, árabes...) así como de
disciplinas como la magia o la astrología
La idea obsesiva de los renacentistas era buscar un vínculo del hombre con el mundo, no con Dios como
sucedía en la escolástica. Por eso las cosmologías del momento se dirigen a planteamientos de carácter
animista o vitalista que defienden que "todo es Dios". Son corrientes de carácter panteísta. Junto a estos
planteamientos aparece cada vez menos la concepción del universo en función de un creador que está por
encima de los hombres. El hombre en el renacimiento será glorificado de muchas formas, situándosele en el
centro de los sistemas de pensamiento. Al individuo se le pide la virtud para redimirse, a la vez que se le exige
un saber bien orientado para dominar bien las esferas de poder o bien las esferas cósmica. Por esto el punto de
encuentro de todas las filosofías renacentistas fue el hombre. Su estudio se convierte en el principal objeto de
reflexión.
El quattrocento reivindicó la construcción de nuevos modelos filosóficos y políticos siguiendo el tronco
común clásico. Se pasa a autores griegos, especialmente a Platón dejando así un poco de lado a los autores
romanos. Este paso de una cultura a otra se hará en gran parte en Florencia, que se convierte en una "Nueva
Atenas (Poliziano). No existe un único centro de difusión del pensamiento platónico, el más importante será el
de la Academia de Florencia. Esta Academia es fundada por Ficino (1433−1499) bajo la protección de los
Medici y fue uno de los elementos más importantes en la vertebración de la concepción neoplatónica. Ficino
fue el autor más importante de esta corriente junto a Nicolás de Cusa, aunque el primero (de acuerdo con
Garin) fue el teórico supremo. Se consagró al estudio de Platón y Plotino, de quien tradujo "Las Eneadas".
Ficino exaltó la naturaleza espiritual de lo bello, de los aspectos estéticos, que estaban relacionados con la
divinidad: la belleza es el resultado de la divinidad. Es universal y se concreta en lo individual. La belleza es
Dios. Intenta demostrar además que este pensamiento platónico no está reñido con la tradición católica.
El platonismo ya había gozado de una creciente reputación en la edad media, pero ahora se hace una nueva
lectura donde se prima el intento de entender el mundo en términos de belleza y armonía. También interesa la
erótica, la recuperación del eros. Esto esta fundamentalmente en dos diálogos de platón: el "Fedro" y " El
Banquete". Estas recuperaciones fueron bastante beligerantes ya que son abiertamente anti aristotélicas.
El papel del alma ocupó un lugar importante en la elaboración de Ficino, que se concreta en lo relativo a su
mortalidad. Este principio dio lugar a una gran cantidad de conflictos y controversias que se agudizan a partir
de comienzos del siglo XVI. En 1510 el General de los dominicos Tommaso de Vio (1468−1533) reconoce la
imposibilidad de mantener la conclusión a la que había llegado Tomás de Aquino. Afirma que la inmortalidad
atañe a la fe y no a la razón y que además el alma no puede sobrevivir a la separación del cuerpo. Hubo una
rápida respuesta de iglesia y en el Concilio de Letrán, en su octava sesión de diciembre de 1513,se ratifica la
inmortalidad del alma y se declara herejía cualquier toma de posición contraria aunque fuese exclusivamente
filosófica.
En este contexto también encontramos a Pietro Pomponazzi (1462−1523). Publica "Inmortalitate animae",
donde afirma que el intelecto se halla en una posición intermedia entre lo material y lo inmaterial debido a que
depende del cuerpo para sus operaciones racionales. En cualquier caso, el alma no puede ser considerada
inmortal ya que está ligada de forma indisoluble al cuerpo. La virtud tiene en el pensamiento de este autor un
valor per se y no tiene necesidad de ninguna recompensa ni terrenal mi ultraterrenal. La virtud pura es la
razón última. Cada individuo se realiza actuando en su propio contexto buscando la virtud. Y es en el seno de
la humanidad donde la encuentra.
El esoterismo será una faceta importante en la filosofía del momento. Es el interés por estudio del oculto. Por
eso el hermetismo y la cábala aparecen unidos en este momento. La cábala procede de la tradición judía y es
un sistema de interpretación mítico y místico, alegórico del antiguo testamento. Hay muchas escuelas de
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cabalística. Es un conocimiento que se transmite por vía de la iniciación y con el que se pretende revelar las
doctrinas ocultas acerca de Dios y del mundo. El antiguo testamento sería un libro místico, mágico, que habría
que saber leer.
Las corrientes panteístas ocupan la escena, difundiéndose rasgos mágicos y esotéricos. Estaba ya presente en
la cultura medieval por influencias judías y árabes, a las que se añadía creencias populares orientales o
germánicas. Pero después de 1400 aparecen formas inéditas de esta herencia. Esta presencia está en autores
como Cusa, Ficino, Lefebre o Pico della Mirándola. Allí hay desarrollos simbólicos y mágicos que ya no se
tenían como ocultos sino como concretos y públicos.
Los filósofos se valen de estas elucubraciones cabalísticas y mágicas para sus teorías. La cábala también
trasciende a manifestaciones religiosas, artísticas Es decir: aparece en el humanismo en general un
comportamiento de tipo irracional e imaginativo. Por eso predicadores y moralistas comienzan a analizar las
alteraciones de la sensibilidad así como la muerte y la locura (temas prácticamente inéditos hasta ahora). La
locura será un tema muy importante en el Renacimiento, escribiendo incluso Erasmo el Elogio de la locura,
donde la entiende como la fuerza motora del universo. El mundo y los hombres se explican en ésta época
como la ceguera o la locura mismas. Todo esto aparece reflejado en el arte. En cuadros de Bruegel aparecen
campesinos en actitudes grotescas. Incluso en un dibujo de Holbein se corona a Cristo con un gorro de loco.
El lado oscuro de la mente estaría ligado a la imagen tópica del loco feliz y la creencia de la lucidez de la
locura. Es conocido en la pintura de le época el tema de la nave de los locos. A comienzos del siglo XVI
aparecen verdaderas naves de locos, especialmente en Alemania, donde se transportaban hombres y mujeres
trastornados de una ciudad a otra y eran usados como divertimento. En la pintura española del siglo XVII los
locos y enanos también son atendidos como hombres de placer, como elementos de diversión de la corte.
Un autor muy importante será Giovanni Pico della Mirándola (muerto en 1494), que reivindicó la magia
natural como elemento totalmente compatible con el cristianismo, como dimensión trascendental del género
humano. Este convencimiento lleva a la conclusión de que el saber que mejor demuestra la divinidad de cristo
es la cábala. Más allá de los símbolos y mitos de las distintas religiones subsistía un elemento común oculto a
todas. Esto igualaría a las religiones y sería la razón por la que los libros esotéricos antiguos fueron objeto de
culto especial como depositarios posibles de una sabiduría suprema y misteriosa. Circula así una gran cantidad
de interpretaciones cabalísticas, donde la cábala se entiende de formas diferentes. Pero sí que aparecen dos
libros cabalísticos principales: el Heptaplus de Pico della Mirándola y el De arte cabalística de Johannes
Rebvchlin (fallecido en 1522).
El pensamiento mágico reivindicó el papel central del hombre en el cosmos y la creación. El alma humana se
considera espejo del universo. Lo importante es la unidad viviente del todo. Así, no es fácil distinguir a dios
de lo que llamó en el época el alma del mundo. Este espíritu estaba unido a fuerzas ocultas de atracción y
repulsión. El hombre es presentado como una criatura privilegiada que constituye el nexo entre las diferentes
esferas del ser. Así se le atribuyen al hombre una serie de poderes alquímicos y mágicos. La magia permite
alcanzar al hombre el conocimiento sobre todas las cosas. Es así el saber por antonomasia.
Otro de los aspectos más importantes del Renacimiento fue la unión de filosofía y política. Maquiavelo
(1469−1527) es un autor fundamental en la historia del pensamiento europeo y el primero que trata la política
al margen de la teología, como un juego de fuerzas reales que anima las relaciones entre los hombres. Por eso
se le considera en ocasiones, de una forma exagerada, como fundador de la ciencia política. Pretende
encontrar la explicación de la naturaleza de los impulsos que rigen la relación y el comportamiento humanos,
que a su vez rige la vida en la sociedad. Esto está totalmente unido con la historia: los hombres son los
artífices de su historia, aunque a veces admite Maquiavelo la existencia de un conjunto de elementos y leyes
que los individuos y las colectividades no pueden dominar. Ninguna fuerza exterior vive por su s propios
medios, sino que son organismos autónomos.
El objetivo fundamental de Maquiavelo es comprender el comportamiento político por medio de la
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compresión del os impulsos. Por eso defiende una visión de la ciencia política. Por eso defiende la visión de
una ciencia política sin prejuicios y racional. La religión es así vista antropológicamente por Maquiavelo y
pertenece, por encima de todo, al campo de lo humano. Es un sistema de ritos y símbolos que se plasman en la
comunidad y son un objeto valioso de dominio y control social, que es lo que le interesa para su estudio.
Incluso incluye un capítulo en El Príncipe donde explica como mejorar la religión para controlar a los
súbditos. Este libro se escribe en 1513 pero se publicó después de su muerte, en 1531. Provocó que el
vocabulario ganara el adjetivo maquiavélico: retorcido, uso de estrategias sutiles para aumentar y preservar el
poder Crea la idea de razón de estado, que está por encima de cualquier otra connotación, incluso morales (el
fin justifica los medios).
De todos modos este libro ha tenido una lectura superficial. Posee un amplio nivel de lectura y niveles de
interpretación. Como en otros humanistas, en Maquiavelo se funden el político con el erudito. Es un gran
intelectual que participa en la vida público, política. Su interés era aque Italia dejase de estar ocupada por
extranjero y fuese una nación fuerte y unida, y es por eso por lo que aconseja a los príncipes en su libro que
sean fuertes y autoritarios y les aconseja así mismo sobre como usar la religión, el ejército
Otro tema fundamental que aparece analizado por Maquiavelo es el de la constitución política, que tiene que
ver con ordenanzas, leyes y costumbres. Elabora así el concepto de poder judicial como poder de carácter
independiente, lo cual está en contradicción con el poder fuerte del príncipe. El príncipe también debe contar
con un ejército nacional, esencial y básico para el estado.
Importante será también el surgimiento del concepto de utopía, al que se refiere Tomas Moro en La Utopía.
Algunos autores consideran que este concepto aparece antes, incluso en La República de Platón, donde ya
había un intento de organizar la sociedad (asunto al que se refiere la utopía). Inicialmente este concepto se
refiere a un proceso socio−cultural dirigido por la elite salvo generalmente (excepto en el planteamiento de
Tomas Moro) que refleja la jerarquización aristocrática tanto de los seres como de sus comportamientos.
Parten de principios éticos que componen y promueven los arquitectos, que se plantean como desarrollar una
ciudad física ideal. Intentan sintetizar y mejorar la pervivencia del hombre en la tierra, y por eso los urbanistas
planifican el área urbana basándose en disciplinas como la geometría, la perspectiva para crear una ciudad
equilibrada y de carácter racional. La utopía da lugar a un nuevo ciclo ideológico que finaliza
tradicionalmente con la Ilustración en el siglo XVIII, pero que según algunos autores llegaría hasta nuestros
días.
Las utopías pretenden una solución a la contradicción entre la tendencia intelectual de intervenir de forma
racional en la justicia social y la propia tendencia del intelectualismo de estas aislado.
No consideran al hombre como un alma religiosa sino como un elemento social. El hombre tiene la obligación
ética de reorganizar su mundo social de un modo racional. Para ellos, la Razón es la única guía. La utopía
representa el horizonte de cualquier proyecto de reforma o cambio.
Junto al libro de Tomás Moro aparecen como importantes en referencia al mismo asunto La ciudad del sol de
Tommasso Campannella y La nueva Atlántida de Francis Bacon. Estas tres grandes utopías del Renacimiento
están enmarcadas en ciudades inexistentes, evitándose así los autores la censura y los ataques de autoridad. Es
un juego literario que les evita problemas.
En la base de La Utopía de Tomas Moro aparecen arquitectos como Leonardo da Vinci o Martini, que habían
recurrido a criterios sociales y técnicos con los que intentaban intervenir en las condiciones externas de la
existencia. Tomás Moro propugnó en su obra una nueva economía comunal basada tanto en la agricultura
como en la artesanía. Para ello considera indispensable la ciudad como centro de la vida en sociedad. Su obra
fue continuada por otros autores que ya conocían mundos nuevos como Asia y América que sirven de
coartada a su radicalismo.
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El mundo científico en el Renacimiento se entiende de un modo distinto del actual, ya que estaba sometido a
la filosofía y a la teología, aunque en esta época es cuando se ponen las premisas del nuevo saber científico,
entre los siglos XIV y XV.
En el mundo medieval y a comienzos del mundo moderno aparece un debate entre fe y razón. Al principio la
vencedora fuera fe, aunque finalmente la triunfadora fue la razón, sobre todo en ámbitos científicos. Esta
inflexión tiene lugar en el Renacimiento. Se pasa de una concepción cerrada del mundo propia de la época
tardo medieval a un concepto de mundo infinito. Todo ello será a través de un proceso muy largo y costoso de
liberalización del principio de autoridad.
La ciencia no era la búsqueda de las leyes entendidas como fórmulas y verdades de carácter necesario ni el
análisis del comportamiento de las cosas. Es sólo una aproximación. La ciencia en el Renacimiento necesita
una observación de la naturaleza con nuevos ojo. Se le atribuye a la naturaleza un valor autónomo. A esta
visión sólo se puede llegar desvinculándonos de la ideología eclesiástica. Inicialmente en esta evolución hacia
una nueva visión de la ciencia tuvieron que ver los avances técnico−económicos desarrollados en occidente a
partir del siglo XIV, ya que las nuevas formas de gestión y administración marcan nuevas disciplinas y un
modo muy concreto que parte de disciplinas como la cartografía y la astronomía. Están basadas en cosas muy
concretas y menos en la abstracción. Estas disciplinas serán un estupendo punto de partida para el saber
técnico (anterior a ciencia).
En este camino será muy importante la medición empírica del espacio y del tiempo. Estas disciplinas primero
serán técnicas y posteriormente pasarán a ser ciencias. Aparecen obstáculos para el desarrollo de estas
disciplinas mercantiles, que no pudieron reivindicar la categoría de ciencia ya que sus conocimientos eran
vistos como fruto de actividades viles, mecánicas (se trabaja con las manos). Eran producidas así por capas
humildes.
Durante el Renacimiento la aplicación de las matemáticas se dedicó al arte, utilizando disciplinas técnicas
autores como Leonardo, así como al comercio, a la cartografía y a la técnica en general. La introducción de
los signos matemáticos supuso un avance muy importante: el signo + sustituye el et latino, y el signo − es
introducido en 1537 por Recorde. La obra de Luca Pacioli (1445−1510) "Summa de aritmética, de geometría,
de proporción y proporcionalidad" es un punto de referencia para los contables de la época, siendo una
especie de recopilación de todos los conocimientos matemáticos del momento. Algunos grupos de artistas
proclamaron el carácter no vil de sus producciones. No consiguieron impugnar el principio por el que se
consideraba al arte una actividad técnica, pero si se empezó a dar un respeto hacia ellos. Hay en este periodo
una jerarquía entre técnica y ciencia, social e intelectual. El arte, la técnica, están desdeñarlas por el científico
tradicional. Pero en los siglos XV y XVI el ideal de saber comienza a cambiar, ya que empieza a aplicarse el
concepto de utilidad terrenal y empieza a ser importante la práctica.
En los siglos XV y XVI surgen las primeras realizaciones de carácter técnico, la única obra científica anterior
a este periodo es la de Copérnico.
Las ciencias naturales eran un saber libresco. No había ni observación ni experimentación hasta después de
1550, aunque sí se emprenden antes las representaciones realistas de hombres y animales. Aparecen con
muchas dificultades estudios anatómicos ya que estaba prohibida la disección. Uno de los autores más
interesantes en esta línea será Leonardo da Vinci, que hace exploraciones metódicas de lo visible. Se relacionó
mucho con intereses anatómicos rigurosos que desembocan en la elaboración de los Atlas de Andreas Besalio,
publicados a partir de 1538.
Hay dos autores muy importantes: Agrícola (1495−1555) y Paracelso (1493?−1541). Ambos son prototipos de
los nuevos investigadores en medicina, química y mineralogía, disciplinas que iban unidas en el momento.
Realizan progresos respecto a los primeros alquimistas que mantenían sus descubrimientos en secreto. Ahora
la experimentación y las teorías se dan al resto del mundo.
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Agrícola estudió primero griego y después medicina. Viajó a las cuencas mineras de Carintia y Estiria. Fue
nombrado médico en Checoslovaquia, una de los centros mineros más importantes de Europa, donde trató
enfermedades profesionales relacionadas con las minas, estudió la utilización de los metales para sanar y
estudió los productos de fusión para realizar medicinas. Sus conocimientos, que provienen de la experiencia,
quedan plasmados en "De Re Metallica". Es ahora es la base del estudio de los medicamentos y de los nuevos
estudios de la geología. Su obra estará vigente hasta el siglo XVIII.
Paracelso estudió medicina en Ferrara e igualmente trabajó en los laboratorios de las minas. Condenó la
medicina tradicional y se dedicó a aprender las técnicas médicas populares. Su carrera estuvo marcada por
éxitos y fracasos, comenzando en Salzburgo bajo la protección de algunos reformadores. Rechazo a las
autoridades académicas y tuvo polémicas muy agrias ya que afirmaba que no era posible adquirir sabiduría a
través de los libros, sino que había que estudiar la naturaleza. Su carácter le obligó a vagar de una ciudad a
otra curando a los mineros. Sus tratamientos médicos se basaban en lo que hoy conocemos como homeopatía,
utilizando drogas y minerales obtenidos por métodos químicos.
Besalio utilizó el cuerpo de criminales para hacer estudios, por lo que contó con material suficiente para
mostrar que las descripciones anatómicas de Galeno usadas en el época eran de un mono y no de un hombre.
El resultado de sus trabajos quedó recogido en De Humani corporis. Obra capital de anatomía y publicada en
1543. Se produce un paso de las representaciones esquemáticas de los seres vivos a una de tipo plástico,
exacta. Es el paso más notable dado por las ciencias biológicas. El libro más importante en la representación
de animales será Historia animalium, publicado en Zurcí en 1551 por Konrad von Gesner.
En España, será fundamental la obra de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (muere en 1557). Fue
enviado como inspector a Santo Domingo en 1514, y allí entra en contacto con al flora y la fauna americana.
Con este conocimiento de primera mano publica en 1535 Historia general y natural de las Indias. Intenta
desmitificar la imagen irreal que tendía Europa de las Indias, describiendo lo que ve y no lo que le cuentan.
También es interesante en ésta lógica la obra de Pierre Belón, nacido en Le Haus en 1525. Se interesó por la
fauna acuática y publicó en 1551 la Historia natural de los más extraños peces marinos, y en 1553 su Historia
sobre la naturaleza y descripción de animales encontrados en Grecia como resultado de sus visita a éste país.
Llevó a cabo más de 200 disecciones de animales, realizó estudios de anatomía comparada entre animales
voladores y hombres, clasifica y separa por especies
Podemos decir que a partir de la segunda mitad del siglo XV el libro ilustrado conoce un gran éxito.
La astronomía estuvo mucho tiempo bloqueada no debido a la preponderancia de la astrología, sino a la
exigencia de los dogmas. Es en esta astronomía donde se librará por este motivo una batalla entre los
científicos modernos y los guardianes del saber tradicional. Cresque (1340−1412) había defendido la infinitud
del espacio y la existencia de diferentes mundos. Este saber no era el mayoritario. A comienzos del siglo XV
aparecen dos obras fundamentales: Imago mundi de 1410 escrito por D'ailly y el Compendium cosmografiae
de 1413, del mismo autor. Estas obras representaban la cima de la geografía.
Las matemáticas comienzan a usarse cada vez más para la astronomía, y así aparece De revolutionibus orbium
caelestium, (1543) de Copérnico. En este libro sostiene haber identificado una simetría admirable en el
universo, tenía armonía. Estos elementos son claramente pitagóricos. Establece Copérnico una relación
armónica entre el movimiento de los astros y la magnitud de las rotaciones de los cuerpos celestes. En su
opinión, la propia lógica y armonía del cosmos exige que sea el sol el punto central del universo y no la tierra.
Esta fórmula se remonta al menos a 1515, pero el autor no se atrevió a difundir públicamente sus
conocimientos.
Copérnico nació en Polonia en 1473 y muere en 1530. Estudia en Cracovia y, como cualquier intelectual,
comienza un viaje y estudia astronomía en Bolonia ya después de 1496. Regresa a su país tras haber estado en
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Roma y Padua, y construye un observatorio muy primitivo pero eficaz. Será su discípulo alemán Rheticus
quien ofrezca la primera muestra de las teorías de Copérnico en 1540 en Narratio libris revolutionum
coperninici, donde popularizó la visión fundamental de su maestro. Copérnico, para curarse en salud, dedicó
el libro al Papa Pablo III, aunque era consciente del carácter radical de su teoría e incluso aparecen reflejados
en el libro sus pensamientos acerca de lo complicado de que sus colegas pudieran entenderlo. Por eso explica
la doctrina con claridad mediante fórmulas matemáticas. Argumentó que era más sensato atribuir movimiento
de rotación a la tierra que asumir que en 24 horas girase el resto de los astros alrededor de los planetas. Esta
propuesta dio lugar a diferentes respuestas.
En los países católicos no se dio mucho crédito a sus ideas, y se consideraron pura especulación matemática.
En los países protestantes, salvo Inglaterra, se desautoriza al obra de Copérnico. En concreto Lutero afirma
que Copérnico es un loco que va a desquiciar la astronomía. Desde el punto de vista histórico, estas teorías
destronan al hombre de su lugar central e n el universo. El hombre había sido creado a imagen y semejanza de
dios y quedaba relegado a habitar un planeta como los demás.
La ciencia comienza a constituirse como un proceso orgánico que no había acabado: no se había llegado al fin
de los conocimientos. Permitía contemplar de forma nueva el lugar del hombre en el universo, a dios y a
relación de éste con la divinidad.
LA REFORMA PROTESTANTE Y AL RUPTURA CON LA CRISTIANDAD.
Entre los siglo XI y XIV, los historiadores de la religión han encontrado una aparente paradoja: la iglesia
alcanza cada vez más peso específico en la esfera política y más prestigio cultural, pero aparece una parte del
clero que entiende que la propia institución s está corrompiendo por lo que defiende una vuelta a un
cristianismo mítico, de carácter ejemplar. Estos autores eran una minoría. Los que defendían el poder
temporal eran quienes dominaban la estructura e incluso perseguían en ocasiones a los anteriores como
herejes.
Los seglares estaban en un nivel inferior al de los miembros del clero. Incluso los sacerdotes no querían que
leyeran los libros sagrados ni discutieran su contenido e implicación. Los eclesiásticos se arrogaban el
monopolio de las interpretaciones de las escrituras y sólo ellos podían definir las creencias y ejecutar la
predicación. El culto se organizaba para que los sacerdotes aparecieran como los únicos intermediarios
posibles entre el hombre y dios. El sacerdote se erige en un hombre docto que vive de forma diferente al resto
de los mortales y que no puede contraer lazos familiares, por ejemplo. Son quienes pueden provocar la
intervención de la divinidad, conjurar las fuerzas demoníacas lo que explica su posición en primer lugar
dentro de las categorías sociales. Se les paga con los diezmos, tienen importantes propiedades y legislan en
materias de comportamiento, incluso privado. La iglesia pretende controlar la cultura, el arte, la instrucción, y
dirige y administra las principales obras de asistencia.
La intención inicial de los reformadores no fue quitar a la iglesia estas funciones, sino disciplinar al clero. El
Vaticano se había organizado como un territorio políticamente igual al resto de los territorios europeos, con
una curia estructurada como un organismo burocrático bastante poderoso, con una fuerte centralización. Esto
había ocurrido entre los siglos XIII y XIV. Fueron muchos los que trataron de aprovecharse de las sucesivas
crisis del papado a raíz de Cisma de occidente, donde algunos individuos habían tratado de limitar el poder del
Papa apareciendo incluso el "partido conciliar", que defendía la superioridad del concilio frente al Papa. Este
grupo polarizó los esfuerzos para conseguir un régimen menos autoritario y más colegiado. Pero no tuvieron
éxito, a pesar de que entre 1431 y 1449 se celebró el Concilio de Basilea, donde no participó el Papa. Los
papás de la segunda mitad del siglo XV y comienzos del siglo XVI estuvieron muy absorbidos por la política
italiana, y no se implicaron en cuestiones que planteaban los reformadores que continuaban manifestándose en
el seno de iglesia.
En el siglo XV se dan distintos intentos de reprimir los abusos disciplinarios de las órdenes monástica, e
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intenta cambiarse la relación entre Dios y los hombres. Son los precursores de Calvino.
A largo de la edad media la religión se había utilizado como contestación social, algo que seguirá también en
los siglos siguientes en los programas de los franciscanos y de los husitas. Ambos grupos pretendían una
iglesia de los pobres y para los pobres, un retorno a la humildad de los orígenes, atacan la riqueza del Papa y
los obispos, no aceptan los abusos señoriales de los clérigos... Defendían un mensaje solidario y
comprometido similar al de las primeras comunidades cristianas. Algunos de estos reformadores reaccionaron
de forma radical, como sucede con John Wycliff, exponente del radicalismo en la segunda mitad del siglo
XIV (1330−1384), que sostenía que los príncipes tenían derecho a expropiar los bienes del clero y
distribuirlos en interés de la comunidad. Es contrario al voto de castidad y al mendigar de los monjes. Sus
obras influyeron notablemente, siendo tomadas por los reformadores del siglo XVI. Él atacó la venta de
indulgencias, rebatió la infalibilidad del Papa y la utilidad del propio Pontífice. Los monjes son en su obra
tachados de hipócritas y embaucadores. Su pensamiento pasó de Inglaterra al continente, a Bohemia
especialmente, donde su obra fue introducida en 1501 por Gerónimo de Praga. Así Hus (1369−1415) absorbe
estas teorías afirmando que nadie puede ser representante de Cristo y de San Pedro sin un comportamiento
igual al que ellos tuvieron. Los husitas influirán de forma fundamental con Lutero. Lutero, en junio de 1519,
tiene una importante controversia con Johan Eck (1486−1543), donde llega a defender que tanto los papás
como los concilios pueden equivocarse y que la única autoridad es la congregación de fieles. Esto indica el
peso del movimiento husita en la historia de la reforma.
Entre 1419 y 1437 en movimiento husita se basó en la doctrina de Wycliff, que estará también en los
reformadores fundamentales. En la práctica hubo diferencias considerables entre husitas y luteranos, lo que
explica los finales diferentes. Los reformadores checos fueron defenestrados debido a su identificación con los
intereses de los pobres. En cambio los líderes protestantes supieron granjearse el apoyo de los príncipes.
Pero aparte de los husitas, el mundo cristiano se vio agitado por cuestiones sociales, por las formas. Los
reformadores explicaban que se habían incrementado las prácticas de devoción al santo, por lo que el
cristianismo parecía reducirse a formas más que a contenidos. Para ellos lo importante era la relación personal
del hombre con Dios, algo que a las autoridades no parecía preocuparles mucho. Entre los individuos que
critican esto es tan los hermanos de la vida en común, fundados por Gerard Groote (1430−1484). Se difunde
por el área flamenca. Aquí también se difundirán las ideas de la devotio moderna. Ambos movimientos
coincidían en la necesidad de una experiencia religiosa íntima y personal, avivada por la lectura de los textos
sagrados. Critican el culto a santos protectores y la veneración de las reliquias. Eran santos con un carácter
fundamentalmente salvador. Defienden el carácter de Cristo y es en esta línea donde se encuentra la
"Imitación de Cristo".
En Europa nororiental se suman una serie de humanistas que apoyan la vuelta a las lecturas originales. Se
empleaban en el estudio riguroso de los textos sagrados que habían sido corrompidos por malas traducciones.
Se defiende así la vuelta a la literatura patrística, especialmente a la de san Agustín.
Junto a la devotio moderna surge el evangelismo de Erasmo
Estas formas de religiosidad estaban reservadas a las élites, que eran quienes estaban capacitados a seguir este
camino basado en la disciplina interior. Se critican seriamente los hábitos colectivos que buscaban la virtud
por medio de vías fáciles como la limosna, los votos, las indulgencias o el recurso a la intercesión de los
santos. Todo esto implica un nuevo concepto de Dios y de las relaciones del hombre con este.
En el arte encontramos la representación de Dios en forma de hombre (juez, guerrero, rey...) con los
intermediarios que suelen ser la virgen y los santos y que hacen sentir el contacto con Dios como directo. Otra
manera de entender a Dios era considerarlo como insondable y lejano, superior a cualquier intento de
comprensión. La 1ª imagen estaba más extendida y es más grata. La segunda vía procedía de la teología
negativa desarrollada en la edad media y sitúa a la divinidad en lo alto de una escala de seres. En este contexto
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hay que entender las obras de Guillermo de Ockham y de Wycliff. Defienden que la salvación o condenación
del hombre respondía a la insondable voluntad de Dios. Saber si quiere o no la salvación en un caso particular
es imposible.
Junto a estas dos vías existe una tercera que adquirió relativa relevancia de forma progresiva e influyó en los
cambios de la sensibilidad religiosa. Es de origen pagano, grecorromana, y parte del presupuesto de que Dios
podría identificarse con la naturaleza (panteismo). En esta vía se encuentra la raíz de toda virtud: la naturaleza
no está corrupta sino que es originariamente buena y bella. De ella surgen los hombres, la bondad, y toman de
ella sus cualidades todos los objetos. Se establece una relación entre naturaleza, belleza y utilidad.
Se producen en este contexto cambios introducidos por los protestantes en la imagen de Dios, distinta a la de
los católicos. Elton afirma que el movimiento protestante fue una religión más austera y difícil que aquella de
la que se había separado. Lutero sostenía que los católicos trataban de adaptar a Dios a las necesidades de los
hombres, olvidándose así su omnipotencia y de la incapacidad que ellos tenían como hombres para sobornar o
influir en Dios. Debía presentarse por tanto sin intermediarios ante la divinidad. Surge aquí una de las bases
del luteranismo: el sacerdocio universal. Este concepto es contrario a la visión del mundo católico sobre los
sacerdotes. Lutero afirma que todos los creyentes son sacerdotes. Nadie puede ser monje. Dios, en un acto de
gracia infinita, perdona sin tener en cuenta los méritos ni esfuerzos por acercarse a el. No es necesaria la
intercesión de un sacerdote, que es uno más dentro de la comunidad. El Dios de los protestantes no era por
tanto justiciero sino un padre de bondad absoluta hacia sus hijos, a los que no obliga a pagar por sus pecados
ya que sabe de sus limitaciones en su capacidad para llegar a el. No premia el afán humano por evitar el
pecado mi la contrición, por lo que no habrá confesión en el mundo luterano. Salvarse depende sólo de la
decisión de la divinidad, otorgando así la vida eterna a todos los que se consideran hijos suyos sin necesidad
de que nadie interceda por ellos. Esto es lo que se llama justificación por la fe, el segundo pilar del
luteranismo.
Lutero (1483−1546) comienza a polemizar con los dominicos sobre la concesión de indulgencias en el
territorio alemán. Antes de poner en circulación de las "95 tesis" (otoño 1517) había atravesado una crisis
personal que le había llevado a conclusiones contrarias a la doctrina ortodoxa. Impugnaba el derecho del papá
a distribuir los frutos de los méritos de Cristo y de los santos. Para Lutero cada cristiano era un pecador digno
en esencia de ser condenado de forma irremediable. Sólo podía salvarse gracias al absoluta misericordia de
Dios. En esto consistía uno de los pilares fundamentales del luteranismo, el de la justificación por la fe. En
consecuencia, los sacramentos, distribuciones de gracia divina en el mundo católico, pierden importancia. El
diálogo con Dios debe ser directo, lo que significa también una devaluación de los sacramentos así como de
las buenas obras. Pierde valor la acción de los intermediarios (los santos y la virgen). Los fieles son todos
iguales en dignidad y valía, apareciendo así el concepto del sacerdocio universal, que conduce a la obligación
de leer los textos sagrados para todos los creyentes. Esto supone el libre examen de las escrituras. Así se llega
a unos altos índices de alfabetización en la Europa protestante, con un 10% del alfabetos en 1800 frente al
70% de analfabetismo en España para la misma época. El clero no debía constituir una casta aparte, sino que
era un elemento más integrado en la comunidad, por lo que tendrá todas las obligaciones del resto del pueblo
incluido el matrimonio. Incluso el mismo Lutero se casó con una monja con la que tuvo seis hijos. Para el
luteranismo la sexualidad no era un mal menor sino algo positivo.
El mundo luterano se desarrolló medio de una propaganda canalizada a través de la imprenta así como de
algunos autores que hacen más entendible la doctrina al común de los mortales. Entre estos autores está
Philipp Malanchthon (1497−1560), que presentó que en 1521 un catecismo o prontuario de la doctrina
luterana llamado "Loci communes".
El desarrollo de la doctrina luterana estuvo asegurado gracias al apoyo secular de los príncipes. Esto se
explica por medio de la guerra de los campesinos, donde varias capas sociales intentarán imponer sus
exigencias. Aparece así un movimiento luterano en principio bastante radical conocido como anabaptismo, y
que bebe del taborismo checo (de ahí su carácter revolucionario). Se cuestionan el poder económico y social
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que los príncipes y señores. Aquí aparece Thomas Münzer (1489−1525). Era en su origen un agustino muy
emprendedor al igual que Lutero, pero con una formación intelectual menor. Era un líder carismático que tuvo
gran adhesión de campesinos. Su movimiento era un tanto mesiánico y anunciaba que los campesinos eran los
elegidos para llevar a cabo el triunfo los evangelios.
En este contexto existe un conflicto social en 1525 en diferentes ciudades alemanas, la "guerra de los
campesinos", donde los nombres que toman las armas contra los rebeldes, contra los anabaptistas. Lutero no
se posicionó claramente al principio, pero posteriormente tomó partido por los nobles (esta es la gran
diferencia entre Lutero y Hus) y promulga el exterminio de los rebeldes. Esto sucede el 15 de mayo de 1525
en Frankenhausen. Münzer fue capturado, torturado y muerto. Lutero, en el texto donde exhorta al
anteriormente mencionado, dice que hay que luchar "violentamente" contra los rebeldes.
Se consagra así una ruptura de la unidad confesional del mundo cristiano. Esta ruptura no era nueva ya que el
mundo ortodoxo se había separado antes del mundo cristiano. Lutero consagra el principio latino de cuius
regio eius religio: cada cual tiene que seguir los preceptos religiosos de su estado. La religión de estado es la
del príncipe, y es en este contexto donde surge la concepción de herejía y de caza y captura del diferente así
como los grandes conflictos de religión de los siglos XVI y XVII.
TEMA 4. EL REORDENAMIENTO POLÍTICO DE EUROPA.
Existe una gran polémica sobre si se puede hablar o no del estado antes del siglo XIX y de las revoluciones
liberales burguesas hasta la aparición del sistema constitucional. Los autores que opinan que esto es así
apuntan a la falta de una idea de soberanía, que existe en todo caso de un modo compartido entre rey, iglesia y
señores. El poder en el régimen liberal se constituye por instituciones constituyentes o parlamentos mientras
que anteriormente el poder estaba ya constituido de un modo histórico. En el mundo burgués existen clases
frente a los estamentos que suponían un mundo de privilegios, feudo corporativo, y que plantea el principio de
la diferenciación ante la ley. El mundo burgués es de igualdad ante la ley. Todo esto provoca que sólo se
pueda hablar de estado a partir del régimen liberal burgués, algo que en España defienden Clavero, Albaladejo
y Hespanna.
Otro planteamiento distinto a este es el que mantienen algunos historiadores que retrotraen el estado moderno
a los siglos XIII y XIV, o por lo menos a las llamadas nuevas monarquías del finales del siglo XV. Según
Artola se fraguó el desarrollo del estado moderno en diferentes campos. Uno de ellos es la consolidación
territorial, tal y como sucede en Castilla con el final de la ocupación de Granada y en Francia con el final de la
Guerra de los 100 Años. Se daría una ampliación del control de los soberanos sobre el sistema político, lo que
supone una limitación de la influencia de los poderosos magnates feudales, despareciendo las mesnadas
señoriales y siendo el ejército del rey el que se impone, formado por mercenarios. El ejército nacionales
llegará con las revoluciones burguesas. Quienes defienden esta postura hablan también de un aumento de la
sofisticación administrativa e institucional que lleva a un aumento de la burocracia. Todo esto en un momento
en que se instaura un gobierno polisinodial (gobierno por consejos reales). También, según ellos, el estado
moderno significa una independencia fiscal mediante la creación de una hacienda real con alcabalas y tercias
en España, de una renta feudal centralizada También surge una autonomía jurídica y legislativa: se puede
apelar a las instituciones de justicia del rey, que es además el único que puede hacer ley. Esto conecta con el
regalismo: el rey interviene en los asuntos de la iglesia tal y como sucede en el caso hispano con el derecho de
presentación por el que el rey elige a los obispos en España. Este regalismo también existe en Francia, y en
algunos casos llega incluso a la asunción de la supremacía espiritual por parte de los príncipes, con la
dirección de la iglesia por parte de ellos tal y como sucede con Enrique VIII de Inglaterra.
Europa conoció diferentes formas de organización política: monarquías, imperios, ciudades estado, repúblicas
Los historiadores que más insistieron en la formación de un estado moderno fueron los nacionalistas del siglo
XIX, que plantean la existencia de unos padres fundadores para los estados de Europa. Entre estos autores está
el historiador Michelet. Esto habría ocurrido en Francia con Luis XI, Carlos VIII y Francisco I, en Inglaterra
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con Enrique VII y Enrique VIII, en España con los Reyes Católicos y Carlos V, en Suecia y Finlandia con
Gustavo I, en Rusia con Iván III.
El otro punto de vista es el que plantea que la supuesta expansión de las monarquías del siglo XVI no supuso
ni la consolidación de un estado ni la formación de la nación. Plantea que existen unas dinastías patrimoniales,
compuestas, donde el interés era dinástico y no estatal, con unas herencias múltiples e incorporaciones de
territorios que venían por matrimonios, herencias, conquistas Esta triple articulación dio lugar al
establecimiento de una serie de monarquías diversas, patrimoniales y no de estados confederados. Se puede
hablar de agregación y no de integración. Son diferentes reinos agrupados por diferentes territorios y por
múltiples comunidades, corporaciones, órdenes sociales Su única base de consolidación radicaba en el
gobierno de un solo señor. Este rey comú gobierna con una idea de patrimonialización donde se privatiza lo
público, por lo que existe el estado como una entidad abstracta.
Otros autores hablan de absolutismo y de un rey por encima de la ley: princeps legis solutus est.
TEMA 5. EUROPA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI Y SIGLO XVII
EL DEBATE EN TORNO A LA CRISIS DEL SIGLO XVII
Durante la segunda mitad del siglo XVI culmina el Europa un largo proceso de expansión económica. Se pasa
a una situación conflictiva que ha permitido hablar de una crisis del siglo XVII.
Una de las primeras interpretaciones dadas a la crisis desde una perspectiva económica aunque también social,
es la dada por Hobsbawm en 1955. En uno de sus artículos plantea la existencia de indicadores que apuntan a
una recesión del ritmo expansivo precedente. Él explica esta recesión: la sociedad del momento era todavía
eminentemente feudal, pero en ella se habían desarrollado ya elementos de tipo capitalista. Esta
descompensación habría supuesto un obstáculo a la continuidad de la expansión. La situación había sido
especialmente complicada en el sur y el este de Europa: Portugal, España, Polonia, Rusia Solo al norte de
Europa, en Holanda e Inglaterra, el cambio de esta estructura había provocado una rápida transformación en la
sociedad que les llevó en el siglo XVII a un rápido desarrollo capitalista.
El planteamiento neomaltusiano también intenta explicar la crisis del siglo XVII por medio del desfase entre
recursos y población.
Otros autores son muy críticos por lo que respecta a la existencia de una crisis generalizada en el siglo XVII.
Según ellos lo que se dio fue una sucesión de malos momentos que se alternan en el espacio. No fue una
recesión ni uniforme ni prolongada. Además estos autores matizan el concepto de crisis generalizada. Afirman
que ésta época no fue claramente conflictiva en relación con épocas anteriores y posteriores.
Algunos autores que afirman que sí existe crisis lo que hacen es analizar la demografía. Explican que a finales
del siglo XVI hubo un frenazo en la expansión demográfica que incluso en algunas zonas se vuelve recesión.
Pese a la recuperación de la población de la segunda mitad del siglo XVI, el crecimiento sería muy bajo
todavía a finales del siglo XVII. Autores que analizan la producción y llegan a conclusiones muy semejantes
analizando los libros de tazmías que recogen la serie de diezmos. Teóricamente estos diezmos respondían a un
10% de la cosecha y tenían que ser entregados a las iglesias. Así se puede estudiar la evolución de la cosecha
año tras año: en la Europa del sur hubo una trayectoria de quiebra en la producción agraria durante el siglo
XVII.
LOS ORÍGENES DE LA HEGEMONÍA ECONÓMICA EN LA EUROPA NOROCCIDNETAL
En el estudio de la crisis del siglo XVII también se observan los circuitos comerciales internacionales. El
tráfico del Báltico retrocede así como el comercio entre Sevilla y América. Este problema del comercio afectó
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a la llegada de metales preciosos, algo imprescindible para mantener la fluidez de las transacciones
comerciales. Estos datos son todavía de difícil valoración, apuntando algunos autores a mecanismos de
sustitución más que a una crisis: aparecen dificultades en el imperio español y el portugués, pero se
compensan con el avance holandés. Igualmente hubo una reducción del metal precioso que llegaba a Sevilla y
que era la base de la oferta monetaria, pero estos autores críticos aducen una desviación del comercio a
Ámsterdam, donde probablemente llegase más metal precioso. O tal vez sí que hubo un descenso del tráfico
comercial con América pero probablemente debido a la aparición de circuitos comerciales propios en
América. Podemos afirmar así que no hubo una crisis de la economía americana sino un cambio de enfoque.
Existe cierto consenso a la hora de hablar de una crisis en las áreas hegemónicas tradicionales: España,
Portugal e Italia, que se ve sustituida por Inglaterra y Holanda. Hay una traslación de áreas hegemónicas hacia
la Europa atlántica.
Se da una crisis diferencial que afecta de distinta forma a diferentes territorios. Aquí recurrimos al modelo
Wallerstein para explicar el hecho. Afirma que en el siglo XVI aparece una economía mundo similar a al que
hoy rige las relaciones entre países desarrollados y subdesarrollados. Plantea un modelo espacial, donde
clasifica al mundo en tres partes: centro, periferia y semiperiferia, determinadas por la variable de relaciones
de producción y por la variable del proceso productivo. En el centro se daría un trabajo libre, mientras que en
la periferia se da una extracción de materias primas (cereal en Polonia, metales en América) mientras que en
el centro (Inglaterra, norte de Francia, Holanda) están especializados en actividades industriales que activan la
venta de trabajo asalariado, tienen una agricultura intensiva y anuncian ya el capitalismo. En la periferia se
implantan sistemas de trabajo forzados como las naborías o las mitas a través de mecanismos de pillaje.
Dentro de Europa algunas zonas se consagran en el siglo XVII como núcleos capitalistas mientras que en al
Europa del Este las relaciones comerciales basadas en la exportación de cereales habían inducido a la
aristocracia a imponer la servidumbre. Holanda e Inglaterra sustituirán a los imperios de cuño medieval como
España y Portugal en el liderazgo económico internacional. Estos países sustituidos y anclados en un universo
feudal e imperial son las llamadas semiperiferias, que no darán el salto al capitalismo. En el siglo XVII se da
la expansión en el centro y la decadencia en los universos que todavía tienen un marcado carácter imperial.
Todo este proceso condujo al capitalismo en la Europa occidental, que se da en distintos tiempos, y al
subdesarrollo en lo que hoy llamamos tercer mundo. La diferencia actual norte−sur tiene su origen en esta
situación de los siglos XVI y XVII de centro. Periferia y semiperiferia. Es una visión basada en el intercambio
diferencial . El mercado internacional cobra un papel relevante en la explicación de este tipo de procesos.
SOCIEDAD ESTAMENTAL Y CONFLICTOS SOCIALES
Desde el punto de vista económico, muchos países afrontaban dificultades en el siglo XVII, tal y como sucede
con Rusia y el imperio Otomano. No se puede establecer una cronología única, pues además la evolución se
da de diferente forma:
• Sacro imperio germánico: crisis en el 1520 y quiebra en el siglo XVII
• Rusia: crisis del régimen a la muerte de Iván IV en 1560 y época de las turbulencias entre 1584 y
1613
• Imperio otomano: colapso económico y político entre 1580 y 1590
Además se rompen en el segundo cuarto del siglo XVII los pactos existentes en Europa occidental,
comenzando a aparecer sublevaciones:
• Inicios de la revuelta inglesa provocados por irlandeses y escoceses en 1642, estableciendo la
commonwelth.
• Separación de Cataluña en 1640
• Rebelión de Portugal
• Revueltas en Nápoles y Sicilia
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• Fronda del parlamento y de los príncipes en Francia entre 1648 y 1653
• Intento de golpe de estado de Guillermo de Orange en Holanda, que fracasó
• Revolución en Suecia en 1650 con una crisis de subsistencia, un ataque contra la nobleza y el temor a
una guerra civil.
• En Rusia, rebelión en Moscú entre 1648 y 1649, con el alzamiento del campesinado.
Ahora bien: ¿fueron incidentes dispersos o responden a una única crisis?. El planteamiento de Hosbaun y
Stengard es que la crisis de poder y riqueza en el sector público y privado. Merriman cree que es una lucha
entre absolutismo y constitucionalismo. Roper opina que es una crisis entre sociedad y estado debido a los
costes elevados de las cortes del renacimiento. Mousnier y Rabb creen que es al búsqueda de estabilidad por
la ruptura de la autoridad tradicional.
Pero los acontecimientos de 1640 tuvieron una raíz común: tensiones a largo plazo inherentes al desarrollo del
estado centralista. Las resistencias tuvieron posturas diferentes: separatismo, constitucionalismo,
patrimonialismo
Las dificultades financieras responden a lo inadecuado de un sistema fiscal unido a la inmadurez del estado y
de su propio concepto. Lo que estaba en juego era si la corona podía ejercer poder sobre los nobles o si tendría
que compartirlo con las elites locales. Entre 1620 y 1630 se da una situación de quiebra económica y de
guerra que se intenta solventar con un periodo de explosión fiscal abusiva e intrusiva. En el siglo anterior, el
siglo XVI, la financiación se dio gracias al crecimiento económico, con impuestos que gravaban el comercio.
Pero ahora, en periodo de crisis, se buscan nuevos impuestos más directos y terribles, que alcanzaron niveles
tan altos que no se habían visto desde 1520. Se intenta racionalizar el sistema fiscal, encubriendo así un ataque
contra los privilegios y exenciones, l oque producirá resistencias violentas.
En este contexto de imposición de una nueva fiscal aparecen conflictos en Vizcaya por querer cobrar el medio
de la sal. En Inglaterra aparece el ship money como equivalente, por el que el rey y el valido intentaron
gobernar con una jurisdicción de excepción, conocida como star chamber, que dio lugar a un conflicto que
acabó con ejecuciones entre las que se encontraban el valido, el obispo de Canterbury En Nápoles se
intentaron gravar las frutas, lo que también produjo conflictos. La crisis Sueca de 1650 fue una respuesta de la
baja nobleza y el campesinado provocada por la alineación de las tierras a manos de la alta nobleza, que era
con lo que la monarquía se había financiado.
El intento de corregir estos impuestos implicó un ataque contra las libertades locales provinciales y
exenciones contra los progresos de la monarquía centralizada.
Especialmente visibles fueron las monarquías completas o de agregación, donde el proceso de centralización
se veía como una amenaza. Se tiene una visión corporativa del estado, monárquica y conservadora. Este
conflicto constitucional adquiere sus perfiles más claros al mundo inglés, en la guerra del parlamento contra el
rey. Es una crisis de una comunidad política y unas constituciones. Es decir: una crisis de y en el gobierno a la
hora de establecer una nueva visión del estado, a lo que se oponen los que gobiernan de acuerdo al modelo
anterior. Por esto muchos de los acontecimientos de 1640 expresan las tensiones en el reino en torno a las
diferentes concepciones de la estructura del gobierno. Esto aparece reflejado en el papel que cumplen los
oficiales del rey: cumple su papel como agentes del monarca y a la vez defienden sus propios intereses como
miembros del cuerpo privilegiado de la sociedad. Se da una ambivalencia entre la obligación con el rey y el
bienestar particular.
El papel de los parlamentos provinciales de Francia, y en particular en París durante el mandato de los validos
Richelieu y Mazarino constituye un gran reflejo de esto. En febrero de 1641 aparece el lit de justice, un edicto
clave para entender el conflicto entre el rey y ls parlamentos provinciales franceses donde se prohíbe que el
parlamento se involucre en asuntos de estado y se les obliga a admitir edictos sobre asuntos que no sean
financieros. Se le retira así al parlamento la iniciativa legislativa de los parlamentos. Esta cuestión explica las
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Frondas, tanto la de los príncipes como la parlamentaria.
La fronda parlamentaria pretendía dar la vuelta al edicto de 1641 y limitar el poder de los consejos reales y
volver a la situación establecida por las ordenanzas del siglo XVI para limitar lo que estaba sucediendo en
torno a algunos oficiales reales. Algunos de estos oficiers eran cargos venales (se habían comprado). Y
algunos de estos cargos además se intentaban sustituir por comisarios gubernamentales o intendants, que
tenían gran cantidad de poderes fiscales, militares, judiciales que además habían sido ampliados por
Richelieu. Estos intendants fueron utilizados en principio de forma excepcional, pero en 1637 la guerra
provoca que su actividad se extienda a todas las provincias de Francia. Van apoderándose de la jurisdicción
provincial y de algunas cuestiones de la jurisdicción real. Los parlamentos provinciales se sienten atacados e
intentan limitar el poder de los intendants en la administración de justicia. El rey comienza a gobernar al
margen de los parlamentos a través de la chancillería y los consejos reales. A partir de este momento los
parlamentos establecen un programa de reformas que intentan imponer a finales de 1648, que cuentan con el
apoyo de París ya que allí se cuestiona también el poder del valimiento, considerado una subversión del orden
tradicional. Solicitan una reducción de impuestos, la vuelta al control de al fiscalidad por parte de los
parlamentos, limitan el poder de los intendants, el poder real y al valido en la administración de justicia. En
esta situación Mazarino expuso que todas estas medidas supondrían la destrucción de buena parte de lo que
supone la monarquía. Esta crisis política ha sido interpretada como la reacción de una antigua aristocracia de
carácter feudal en declive, tanto política como económicamente, que trata de evitar la consolidación de la
autoridad del rey y la intervención delos juristas profesionales que dominan los tribunales del rey y limitan el
poder de los señores territoriales. Intentan mantener su papel activo en la política. Todo esto en una época en
la que la aristocracia tiene unas deudas elevadas y un colapso de sus ingresos, tal y como le sucede al estado.
En este contexto se desarrolla la política de patronazgo, del favor real. La vieja aristocracia supone que este
favor está siendo acaparado por el valido y un grupo de favoritos del rey que viven en la corte. Así quieren
explicar algunos autores la conspiración en Castilla del duque de Medina Sidonía, que intentó defender a una
Andalucía supuestamente oprimida por una insoportable carga fiscal paralela a la crisis financiera del estado.
A la vez que sucede todo esto encontramos la fronda de los príncipes, entre 1649 y 1653, que se explicaría
como el descontento de la aristocracia francesa.
En definitiva, la crisis del XVII se ha visto como el momento más intenso de al crisis del sistema absolutista.
Son los últimos coletazos de la oposición medieval que defiende una forma de gobierno más eficaz y moderna
contra las fuerzas de las estructuras tradicionales, tal y como opinan Ogg y Mousnier.
Empieza a aparecer una proto burocracia que actúa en funciones de gestión y que se va organizando en
departamentos ministeriales. Por esto algunos historiadores han planteado que el vencedor de la crisis del
siglo XVII no fue el absolutismo patrimonial sino del propio estado, tal y como afirman Lloyd, Moote y
Bonney.
TEMA 6. CAMBIO RELIGIOSO, CULTURA BARROCA Y REVOLUCIÓN CIENTÍFICA.
CRISIS RELIGIOSA Y CONTRARREFORMA
La paz de Augsburgo de 1555 y el Concilio de Trento (1545−1563) constituyen el fin de una crisis larga para
la cristiandad occidental, que deja de existir como unidad para sancionarse de forma legal como 2
confesiones: católica romana y luterana. La paz de Augsburgo impuso el principio de cuius regio eius religio:
el estado tendrá al religión el propio príncipe, y como individuos tendrán que adoptar la misma
confesionalidad o emigrar. E.E.U.U. será el país que recoja a una multitud de comunidades pequeñas de
minorías religiosas, lo que fragua la idea de comunidad en este momento.
Por otro lado, y acercándonos al Concilio de Trento, existe una polémica en torno al concepto de
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contrarreforma. Tras Trento se estimula la reforma de todos los poderes y cargos eclesiásticos. Así el rey de
España llevará la religión a los territorios de América, se hacen proclamas de la ortodoxia, aparece un
lenguaje interesante en los sermones, comienzan las catequesis Todo esto refleja un ambiente de
contraposición al mundo protestante. Esto se plasma incluso en el arte, donde intentan plasmarse más señas de
identidad diferentes a los protestantes. Aparecen así dos formas claras de religiosidad: un catolicismo
exteriorizado, público y un protestantismo más interiorizado y de carácter individual. Estas dos confesiones
muestran dos Europas diferentes: la católica del sur y la protestante el norte.
Como consecuencia de Trento la religión católica impone un estilo beligerante y claramente contrarreformista.
Trento llegó tarde para solucionar el problema de la ruptura de la religiosidad europea, pero proporcionó al
mundo católico elementos necesarios de separación con el catolicismo. Aporta una serie de referencias
dogmáticas y disposiciones disciplinares. Es una vía tanto teológica como disciplinar.
El Concilio de Trento se llevó a cabo en cuatro fases diferentes:
• 1545−1547
• 1547−1549
• 1551−1552
• 1562−1563
Se intentaban clarificar los dogmas para el católico sobre la libertad, la salvación, la justificación por la fe, y
se trata la eclesiología, los sacramentos, el papel del Papa, las mediaciones de la virgen y los santos. Las
decisiones principales fueron:
• se establecen como fuentes de las que debe beber el católico el nuevo testamento, el antiguo, la
tradición y la Biblia. Para el luteranismo esta fuente era la Biblia. La única interpretación válida de la
Biblia era la realizada por el Papa de Roma. Así el Papa también se convierte en fuente de revelación.
En el mundo protestante la interpretación era personal.
• Se define el canon, el número de libros que deben componer el antiguo testamento. Es decir: se
diferencian los libros bíblicos inspirados por la divinidad de los que no lo son. Se establece como
versión válida de la Biblia la Vulgata de San Jerónimo, calificado por algunos humanistas como
deficiente.
• Se fosiliza al exégesis bíblica en el mundo católico. En el mundo protestante se comenta la Biblia y
además se traduce desde muy pronto. En el mundo católico se sigue utilizando la versión latina.
• Lectura de la Biblia dirigida por las autoridades eclesiásticas
• Optimismo motivado por la libertad humana, que se expresa por sus méritos y obras como forma de
salvación. El hombre no está predeterminado ni limitado al arbitrio de la divinidad
• Aceptación de los 7 sacramentos frente a la aceptación por parte del luteranismo de dos solamente
(bautismo y eucaristía).
• Se defiende la presencia en el pan y en el vino de Cristo en el acto de la misa. Se habla de
transustanciación. En el mundo luterano la presencia de Cristo en el pan se reduce al momento de la
celebración y es necesario comulgar tanto con pan como con vino. Para el cristianismo la
transustanciación es estable y eterna. Aparecen por ello cofradías sacramentales que rinden culto a la
ostia consagrada, procesiones del coprus christi, autos sacramentales, custodias barrocas También
aparecen pedagogías de la imagen a través de los sermones, de los propios autos sacramentales, de la
música lo que da lugar a una cultura masiva y uniforme impuesta desde arriba. Para Calvino y para y
para Zwinglio es sólo una presencia simbólica.
• Clasificación de todo lo relacionado con el orden sacerdotal. Es un sacramento que consagra una
iglesia basada en la diferencia. El sacerdocio sería un estado superior y más digno, apareciendo el
matrimonio como un estado de segundo orden.
• La contrarreforma se entusiasma con el culto heredado a los santos y la escala de valores de la
santidad. Se desarrolla así la hagiografía. Esta es la época más activa de beatificación y canonización,
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algo que monopoliza el pontífice por medio de la congregación de ritos. La veneración de los santos
se materializó en la iconografía y en el ansia de reliquias. Aparecen así estampas, exvotos, grabados,
retablos, esculturas que eran encargadas por las cofradías, por agradecidos o por órdenes religiosas.
Las reliquias habían gozado de una gran estima a lo largo de la historia, con un auge de determinados
centros de producción a la cabeza de los cuales está Roma. Suelen ir acompañadas de indulgencias y
aparecen como propiedades importantes e las familias. Las reliquias se guardan en relicarios ricos,
creándose para ellos espacios arquitectónicos propios.
En la práctica se da un proceso de centralización pontificia. Se refuerza el pontificado. Pío V (1566−1572) vio
la edición de un catecismo en 1566, que no está dirigido a los fieles sino que es una síntesis de la teoría y la
práctica de las ideología conciliar y estaba dirigido a predicadores. Fue un instrumento importante de
penetración de la contrarreforma. Esto mismo lo encontramos en el breviario romano y también en el misal
romano de 1570, donde se fija la liturgia según el modelo romano. Pío V es sustituido por Gregorio XIII
(1572−1585), y es periodo fundamental para la centralización de la iglesia por el uso que hace del derecho,
codificándolo en 1582 en el Corpus Iuris Canonici. Con Sixto V (1585−1590) la centralización se completa
con el mandato visita ad limina, que simboliza el reconocimiento de la supremacía pontificia frente a
veleidades episcopalistas. Este mandato establece que los obispos tienen que presentarse de forma regular ante
el Papa para rendir cuentas de su gestión en la diócesis. Los obispos se entienden ahora como pastores
obligados a residir en su sede, sin posibilidad de acumular arzobispados y teniendo que visitar parroquias y
asistir a los sínodos. Por debajo estaban los curas, con el seminario como lugar de formación. Se les diferencia
de los laicos pro la vestimenta y por una mejor formación intelectual. Se pretende tener un clero de nuevo
cuño que tiene que controlar la palabra y la administración de lso sacramentos. Es por ello por lo que se
instituyen los seminarios.
Los obispos más interesados en la reforma tratan de responder rápidamente a las exigencias de Trento,
construyéndose en España, por ejemplo, varios seminarios según finalizó el concilio. También osn
importantes los colegios que surgen de jesuitas y escolapios, centrándose en la preparación intelectual de la
aristocracia laica y clerical. Así surge el oratorio de San Sulpicio de París, creado pro Jean Jacques Olier
(1608−1657), donde se forman muhcos de los que después serán obispos franceses y gran parte del clero
superior. También serán importantes los sacerdotes de la misión, fundada por San Vicente de Paul
(1581−1660).
Pero tal vez la enseñanza más importante en la ortodoxia fue la educación de los jesuitas, dirigida a la
aristocracia. Allí se impartió una educación humanística, pero los textos clásicos sólo fueron estudiados en
función de la exigencia religiosa y los textos no religiosos eran cuidadosamente censurados. Para estos
jesuitas la recristianización debía llevarla a cabo el rey, pero ayudado por la aristocracia, que necesita así
poder desenvolverse en cualquier ambiente, por lo que aprenden danza, idiomas
Además los jesuitas establecen una disciplina casi militar en el cumplimiento de los deberes.
En 1588, tras la muerte de Ignacio de Loyola es cuando se sientan por escrito y se constituye la orden,
determinado cuales son las fases por las que pasaban estos religiosos. En un primer momento existiría un
periodo de noviciado, después pasarían a un tiempo en el que se educarían que es el periodo de escolasticado,
después de realizar los votos de castidad y pobreza pasarían a ser coadjutores, y alcanzarían el último grado, el
de profesos, cuando jurasen obediencia al papado.
Administrativamente se organizaban en provincias, que a su vez se dividían en 5 asistencias, cuyos
responsables, los asistentes, residían en Roma. Estos asistentes, junto con los admonitores y el general de la
orden formaban el colegio central que dirigía la Compañía de Jesús.
La contrarreforma se extendió en parte gracias a los ejercicios espirituales propuestos por Ignacio de Loyola y
también gracias a los colegios, donde se formaron las elites del catolicismo.
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Junto a esta religiosidad de carácter combativo hay otra de carácter popular. La reforma modificó los
comportamientos religiosos, pero eso también ocurrió con la contrarreforma católica. Aparecen así diversas
formas de religiosidad: el anglicanismo conserva un ceremonial católico, mucho más rico; el calvinismo fue
tremendamente austero. Está unido a las pedagogías.
El siglo XVII supone una religiosidad reformada. En el mundo protestante el ambiente está menos sacralizado
que en el mundo católico ya que se eliminan los conventos y monasterios. Este mundo protestante reivindica y
fomenta además como virtud el ejercicio profesional, entendido como negativo por los católicos. Entienden
que el éxito profesional es un pruba de la definitiva salvación. Este es el motivo por el que, según Weber y
Sombart el capitalismo llega antes la mundo luterano que al católico. El protestantismo seculariza también la
ayuda a los pobres y extirpa la caridad personal, lo que hace que sean los poderes seculares quienes pasen a
ocuparse de ella. Tampoco aparecen las mediaciones de los santos, pro lo que se simplifican las formas de
religiosidad, que será cristocéntrica para los luteranos, teocéntrica para los calvinistas.
La contrarreforma católica impone una forma de religiosidad que proviene de la edad Edad Media. Se
sacraliza la vida. El bautismo supone una garantía para la salvación, por lo que los niños son rápidamente
butizados. El catecismo de Trento obligaba incluso a que el nombre del niño fuera el de un santo, quedando el
niño obligado a imitar al santo mientras que el santo a cambio le ofrecería protección de por vida. Calvino
concibe la ciudad como una iglesia. Él desplaza el santoral a favor de la Biblia para la elección del nombre de
niños y niñas, encontrando así nombres como Sara, Judit, Maria, Abraham
En el mundo católico empieza también a solemnizarse la primera comunión como reivindicación de los
sacramentos. Toman así importancia los lazaristas fundados por San Vicente de Paul, las ursulinas o los
jesuitas.
También cobra importancia la confesión privada. Es otro distintivo adoptado por los católicos. Hay una
confianza importante en el perdón, aunque en la realidad esta confesión no era frecuente y se limitaba en la
mayoría de los casos a la que se realizaba por pascua de resurrección. De todos modos se convierte en uno de
los quehaceres fundamentales de los sacerdotes. Incluso cambian de forma los confesionarios y pasan a ser
portátiles, con espacios separados y rejillas para las mujeres como forma de prevención contra el delito de
solicitación Los moralistas publican unos textos llamados Confesionales, que son guías para confesores donde
se desgranan los pecados que existen por cada uno de los mandamientos.
En el mundo católico los Santos serán mediadores y protectores que presiden el mundo del trabajo a través de
los gremios y las cofradías. La religiosidad popular hace que los santos presidan las fiestas y los ciclos de vida
y naturales. Aparecen así rogativas primaverales y otoñales relacionadas con los ciclos agrícolas, santos
taumatúrgicos Se da una proliferación creciente de la devoción a la virgen, al rosario, a San José, a las ánimas
del purgatorio, devoción que en la reforma fue suprimida. En el siglo XVII se revitalizan los centros de
peregrinación y marianos y también se incrementa la popularidad de algunos centros, como Guadalupe en
España, donde se asientan en un libro los milagros que suceden allí.
Se incrementan los procesos de santificación. En este proceso tendrá importancia la procedencia nacional,
Italia y España principalmente, debido a la influencia de las poderosas órdenes religiosas que reciben un
espaldarazo con la consagración de sus principales figuras.
El ocio será otro distintivo católico frente a la austeridad protestante, donde son cada vez más intensas u
frecuentes ceremonias del hábeas, beatificaciones, canonizacionesEn este contexto de fiesta aparecen
escenografías también trágicas como los autos de fe. Representan a apoteosis de la ortodoxia religiosa
garantizada por la Inquisición. Tampoco los ciclos religiosos eran alegres necesariamente: la cuaresma, por
ejemplo, cambia los hábitos alimenticios y suponía un sermón permanente acompañado por tallas realistas que
eran exhibidas por cofradías penitenciarias.
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La muerte es un capítulo de la religiosidad colectiva. La preparación del trance definitivo fue importante para
todas las confesiones, apareciendo incluso manuales APRA el buen morir. El rito protestante será mucho más
sencillo que el católico, consistiendo en un acto privado al que ayuda la familia. N el mundo católico la
muerte se publica con el viático (procesión de la ostia desde la iglesia hasta la casa del moribundo), gran
cantidad de invocación a los santos, mandas sufragiales (misas encargadas) Después de la muerte se sigue
conviviendo con los difuntos en los templos o en el interior de la ciudad. Los enterramientos se llevan a cabo
en sepulturas tarifadas, capillas familiares dentro de las iglesias
Otro rasgo característico del barroco contrarreformista fue la devoción por le purgatorio, La iglesia católica va
a conceder y vender indulgencias para evitar ese purgatorio.
En el barroco también se cree en el demonio. El mundo es un universo sacralizado dominado por dos grandes
señores feudales: dios y el demonio. Están en lucha permanente por robarse territorios y vasallos. Es una
mentalidad maniqueísta. El mundo está así dominado por ángeles, demonios, santos tanto para católicos como
para protestantes. La presencia del demonio es un hecho, y normalmente se personifica: para Lutero era
Munser, para los católicos era Lutero Es un personaje familiar y con un aspecto parecido para sajones y
castellanos. Se creyó en ello sin discusión hasta finales del siglo XVIII, que es cuando se impone la
racionalidad ilustrada. Existen formas diferentes de defenderse del demonio: el gesto, la palabra Los casos de
posesión también son frecuentes y van acompañados de prácticas sexuales, insultos Para controlarlos se usan
exorcismos. Las posesiones podían ser tanto individuales como colectivas, dándose especialmente en
conventos de mojas. La más conocida es la que se dio en el convento de ursulinas de Londun (1633−1639): la
superiora, Juana de los ángeles, convenció a los jueces de que la comunidad poseída había sido víctima de los
sortilegios sexuales de un sacerdote, confesor del convento, que acabó quemado en la plaza del mercado. Este
cura era enemigo de Richelieu, y había escrito contra él sátiras demoledoras. El valido había intentado
reprimir así la disidencia y la crítica. En España fue muy célebre el asunto relacionado cpon las monjas
benedictinas del convento de San Plácido de Madrid, que también tiene una lectura política: se acusa a
Olivares de relacionarse con el diablo, formándose así una opinión pública contra el valido. La posesión de
María de Olivares en Ávila (1573), monja agustina, tiene que ver también con la política. Finalmente fue
procesada por la Inquisición.
La brujería, muy próxima a la demonología. Cobra importancia en una época de crisis y carestía. Estas
acusaciones tenían que ver con venganzas personales entre clanes enfrentados la mayoría de las veces. Era
frecuente encontrar tras muchas persecuciones rencillas locales, conflictos por controlar la propiedad. Este
fenómeno también se dio en el mundo americano, y fue más perseguido por protestantes que por católicos. El
paroxismo de la caza de las brujas se alcanzó entre 1560 y 1630. Se da una mayoría de brujas sobre brujos,
acusándose sobre todo a viejas, viudas..
La creencia popular establecía que el pacto con el diablo se hacía de muchas formas: relación sexual,
intercambio de sangre a cambio de poderes sobrenaturales para desencadenar el mal. También será muy
importante el sabbato o aquelarre, una reunión de brujas donde se encuentran con el demonio.
Se producirán ejecuciones tanto individuales como colectivas. Las más interesantes ocurrieron en el Suroeste
de Alemania, donde se quemaron alrededor de 3229 personas entre 1560 y 1570. En Lorena se quemaron
alrededor de 2000 entre 1576 y 1600, en Escocia 1337 entre 1560 y 1730. Igual ocurrió en Suiza, Francia En
las zonas católicas este tipo de proceso es casi inexistente ya que las iras se enfocaron en otra dirección.
Hubo muy pocas voces críticas contra al caza de brujas, pero entre ellas destaca la de Von Spee (1591−1635),
que de todos modos será silenciado por su propia orden, por los jesuitas.
La caza de brujas se relaciona con una Europa madura que ya no dispone de chivos expiatorios.
En la segunda mitad del siglo XVII prolifera la oferta editorial centrada en la demonología, las brujas, y los
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remedios adecuados contra ambos. Se reedita así el Maleus Maleficarum del siglo xV y adquiere difusión el
libro de Ciruelo titulado Reprobación de las supersticiones y hechicerías (1556), el De praestigis daemonum
de Weyer (1556) donde se critica la tortura de las brujas pero se cree en los poderes demoníacos de estas, el
Demonomanía de las brujas, de Bodino (1580) que tuvo 20 ediciones tal y como sucede con el Discisicionum
magicarum de Martín del Río (1599).
LOS ORÍGENES DE LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA.
Los siglos XVI y XVII significaron una lenta secularización de pensamiento, que abocó en ocasiones al
escepticismo y halló su expresión más digna en un género nuevo que ya no se escribe en latín, accesible por
tanto a un público más amplio que tiene como exponente los ensayos de Montaigne (1533−1592). Suponen un
pensamiento antidogmático y de incertidumbres. Su obra se introdujo en el índice de libros prohibidos por el
Vaticano a pesar de lo que ejerció una gran influencia.
También será importante en este sentido Gillaume Du Vair y su obra de 1600 De la santa filosofía, donde trata
de conciliar el pensamiento clásico estoico con el cristianismo. Se formará así una tendencia nueva, la de los
libertinos, que propugnan el escepticismo como propuesta filosófica y establece una supremacía de la razón
sobre los dogmas de cualquier tipo, a la vez que se opone al sometimiento intelectual por la fuerza.
Reivindican la libertad intelectual. Algunos de estos libertinos fueron auténticos pioneros de la tolerancia
religiosa. Uno de los libertinos más importantes será Naude (1600−1653).
Otros autores como Gassend intentan conciliar pensamientos clásicos con el cristianismo, en concreto en este
caso el epicureismo. Pero aparecen otros autores más próximos al materialismo de Demócrito tales como
Cyrano de Berguerac (1619−1655). Este pensamiento materialista se vierte en el género de la novela.
Uno de los planteamientos científicos más importantes, y donde cuajan las novedades, es la astronomía, que
tiene como máximo representante para este periodo a Galileo Galilei (1564−1642). Fue uno de los
protagonistas del proceso de secularización del pensamiento y de una forma de pensar independiente de los
datos revelados por la fe. SE separa del sistema aristotélico y de la cosmografía clásica de Ptolomeo. Utiliza
por primera vez un lenguaje matemático. Su método se apoya en la experiencia, sentando así las bases de la
ciencia moderna. Su proyecto consistía en captar la armonía del universo: el universo tiene una lógica interna
y no es caótico. Esa armonía debe regirse por unas leyes que son las que intenta desentrañar Galileo. Las
investigaciones de Galileo también se desarrollaron en el campo de la acústica, la mecánica de fluidos
Podemos considerar a Galileo como un humanista tardío, siendo multidisciplinar. Intenta entender la idea de
función en la ciencia (función como relación entre las diferentes variables). Emplea una nueva metodología
científica y emplea para ello:
• Experimentación de carácter inductivo propuesta por Gilbert. Va de lo particular a lo general,
estableciendo finalmente normas
• Lógica deductiva. Pasa de lo general a lo particular: una fórmula general es aplicable a un caos
particular).
Galileo relaciona estos dos métodos, que en conjunción sentarán las bases de un método científico universal
fundamentado en la física.
La observación directa de los astros le permitió constatar que el comportamiento de los astros más alejados
era similar al de los más próximos. Así concluye una identidad del universo, por la que la tierra no era
diferente al resto de los astros. Esta idea era muy difícil de aceptar por la teología y la filosofía escolástica de
la época. Galileo comprueba que Júpiter tiene satélites, Venus presenta fasos, observa valles, montañas en la
superficie lunar Todo esto le proporciona una base sólida para elaborar las leyes del universo, lo que supuso
un problema para la inquisición romana.
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Desde 1609 utiliza un instrumento que permite pasar de la fase matemática a la observación directa para la
astrología. Este instrumento es el telescopio, que n inventa pero sí renueva su uso.
Galileo descarta la idea de la geoestática y apunta al heliocentrismo. Plantea un universo abierto y sin límites.
Dio a conocer sus descubrimientos y el valor de su instrumento de trabajo, el telescopio en 1610 en su libro
Sidereus nuntius, por el que es acusado de heterodoxia. La Inquisición atendió a estas acusaciones y en 1615
lo procesan y condenan a penas muy leves. Galileo no se calló y en 1632 publica en italiano su Diálogo sobre
los dos máximos sistemas del mundo: ptolemaico y copernicano Es un texto dialogado en torno a dos formas
de entender el mundo: la fórmula egocéntrica y la fórmula biocéntrica. Se criticó en esta obra el aristotelismo
que Galileo consideraba caduco. La inquisición actúa de nuevo y se abre un proceso donde ni su amistad
particular con el Papa Urbano VIII lo libra de un segundo proceso que tiene lugar en 1633, donde se le
condena a prisión de por vida, aunque eta prisión tiene que llevarse a cabo en su domicilio.
Kepler (1571−1630) es otro autor importante en esta vía de emancipación del pensamiento, aunque no es
igualable a Galileo. Kepler fue un matemático, siendo su experimentación menor. Su punto en común con
Galileo fue la preocupación de ambos por descubrir la armonía existente en la naturaleza, siendo así Kepler un
claro deudor del pensamiento pitagórico. Kepler establece una serie de relaciones numéricas muy rigurosas
ante determinados fenómenos que dan lugar a una fórmula de tres leyes que llevan su nombre
Las órbitas planetarias son elípticas (no circulares) y el sol ocupa uno de los focos de estas elipses.
En el movimiento planetario, los radio vectores barren áreas iguales en tiempos iguales.
Los cuadrados de los tiempos de revolución (1 vuelta entera al sol) de cualquier planeta son proporcionales
los cubos de sus distancias medias al sol.
Las leyes de Kepler son el resultado de un nuevo método. Lo que persigue Kepler no es descubrir las esencias
de las cosas sino las relaciones matemáticas que existen entre determinados fenómenos. Lo importante es
descubrir la armonía del universo, que se expone en relaciones y términos matemáticos.
El mundo es un cosmos ordenado de acuerdo con heléis geométricas
Todo conocimiento cierto sólo puede serlo de las características cuantitativas de la realidad. El científico tiene
que medir, por l o que utilizar las matemáticas es necesario.
TEXTOS
THOMPSON: LA ECONOMÍA MORAL DE LA MULTITUD EN LA INGLATERRA DEL SIGLO
XVIII
La palabra motín puede ocultar algo susceptible de describirse como una visión espasmódica de la historia
popular. En realidad los motines de subsistencia en la Inglaterra del XVII fueron una forma muy compleja de
acción popular directa, disciplinada y con claros objetivos. Eran provocados por precios que subían
vertiginosamente, por prácticas incorrectas de los comerciantes (tachadas de inmorales según la mentalidad de
la época), o bien por hambre. Pero estos agravios operaban dentro de un consenso popular en cuanto a qué
prácticas eran legítimas y cuáles ilegítimas en la comercialización, elaboración del pan, etc. Esto estaba a su
vez basado en una idea tradicional de las normas y obligaciones sociales, de las funciones económicas propias
de los distintos sectores dentro de la comunidad que, tomadas en conjunto, puede decirse que constituían la
economía moral de los pobres. Un atropello a estos supuestos morales constituía la situación habitual para la
acción directa.
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En el siglo XVIII la clase trabajadora no vivía sólo de pan, pero muchos de ellos subsistían casi
exclusivamente gracias al pan. Este pan no era todo de trigo, si bien fue ganando terreno continuamente sobre
las otras variedades (de centeno, cebada y avena) hasta principios de la década de 1790. El pan blanco fue
ganando terreno a variedades más oscuras hechas con harina integral, debido en parte a una cuestión de
valores de status y posición relativa que se asociaron a este pan. Además, el beneficio que obtenían panaderos
y molineros era mayor con esta variedad que con el pan negro, que asimismo era sospechoso de
adulteraciones entre la desconfiada población.
Cuando los precios eran altos, más de la mitad de los ingresos semanales de la familia de un trabajador podía
muy bien gastarse en pan. Muchas veces el aparentemente sencillo proceso de elaboración estaba sujeto a todo
tipo de extorsiones intermedias que acababan por inflar los precios. El modelo económico paternalista
presente hasta entonces defendía que la comercialización debía ser, en lo posible, directa, del agricultor al
consumidor. Pero en la práctica estas premisas no se cumplían. Una serie de decretos que rara vez llegaban a
aplicarse estaban destinados a producir un efecto simbólico, con objeto de hacer ver a los pobres que las
autoridades actuaban en vigilancia de sus intereses.
La nueva economía defendida por autores como Adam Smith suponía una desmoralización de la teoría del
comercio; se limpiaba a la nueva doctrina económica de imperativos morales intrusos. No entraban cuestiones
sobre política moral de la comercialización. Su funcionamiento teórico era bien simple: la operación natural
de la oferta y la demanda en el mercado libre llevaría al máximo la satisfacción de todos los sectores y
establecería el bien común. El mercado nunca estaba mejor regulado que cuando se le dejaba autorregularse el
precio del grano se ajustaría a través del mecanismo del mercado. Las únicas vías por las que se podía romper
esta economía autorregulable, eran la interferencia del Estado y del prejuicio popular.
No es necesario decir que este nuevo modelo es una nueva superstición del mismo orden que las teorías que
sustentaban el modelo paternalista. En ciertos aspectos, el modelo de Smith se adapta mejor a las realidades
del XVIII que el paternalista, y era superior en simetría y envergadura de construcción intelectual. Pero no
debemos pasar por alto el aparente aire de validez empírica que tiene el modelo. Mientras que el primero
invoca una norma moral (lo que deben ser las obligaciones recíprocas de los hombres), el segundo parece
decir: este es el modo en que las cosas actúan, o actuarían si el Estado no interfiriese. En realidad, al llegar
todos los años los meses de septiembre y octubre, los motines populares se desencadenaban muy a menudo
porque no se producía la caída de los precios después de una cosecha aparentemente abundante, y ello
indicaba una confrontación consciente entre el productor reluctante y el consumidor hambriento y furioso.
La economía de los pobres era todavía local y regional, derivada de una economía de subsistencia. El grano
debía de ser consumido en la región en la cual se cultivaba, especialmente en épocas de escasez. La
exportación en épocas de escasez suscitó un profundo disgusto durante varias centurias. El resentimiento más
grande fue provocado a mediados de siglo por las exportaciones al exterior, por las que se pagaron primas. Se
consideraba al extranjero como a una persona que recibía cereal a precios a veces por debajo de los del
mercado inglés, con la ayuda de subvenciones extraídas de los impuestos ingleses. De aquí que el rencor
máximo recayese a veces sobre el exportador, que era visto como el hombre que busca ganancias privadas a
expensas de sus compatriotas. Este sentimiento renació en los últimos años del siglo, especialmente en 1795,
cuando circulaban rumores por el país sobre exportaciones secretas a Francia.
Se ha sugerido que el término motín representa un instrumento de análisis basto y torpe para muchos de los
agravios y circunstancias determinados. Es también un término impreciso para describir los movimientos
populares. Si buscamos la fórmula característica de la acción directa, deberíamos tomar los levantamientos
populares (de 1740, 1756, 1766, 1795 y 1800) en los cuales los mineros del carbón y del estaño, los tejedores
y operarios de calcetería fueron quienes se destacaron. Lo extraordinario en estas insurrecciones es, en primer
lugar, su disciplina y, en segundo lugar, el hecho de que exhiben un modelo de conducta cuyo origen debemos
buscar unos cientos de años atrás; que más bien crece en complejidad en el siglo XVIII; que se repite,
aparentemente de manera espontánea, en diferentes puntos del país y después del transcurso de muchos años
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tranquilos. La acción central en este modelo no es el saqueo de graneros ni el robo de grano o harina sino el
acto de fijar el precio. En muchas ocasiones, en las antiguas regiones del Este y del Oeste, la multitud sostuvo
que, puesto que las autoridades se negaban a imponer las leyes, tenían que imponerlas por si mismos. Estas
acciones eran aprobadas por un consenso popular abrumador; se siente la profunda convicción de que los
precios deben ser regulados en épocas de escasez, y de que los explotadores se excluyen a sí mismos de la
sociedad.
Realmente, si ponemos en duda la visión no lineal y espasmódica del motín de subsistencias, no tenemos más
que apuntar hacia este tema continuado de la intimidación popular, en el que hombres y mujeres a punto de
morir de hambre atacaban molinos y graneros, no para robar el alimento, sino para castigar a los propietarios.
Si el mercado fue un campo de batalla de la guerra de clases en la misma medida en que llegaron a serlo la
fábrica y la mina durante la revolución industrial, entonces la amenaza del motín afectaría a la situación total
de mercado, no solamente en años de escasez, sino también en años de cosecha media, y no solamente en
poblados destacados por su susceptibilidad al motín, sino también en aldeas donde las autoridades deseaban
preservar una tradición de paz. Por muy meticulosamente que cuantifiquemos los datos disponibles, no nos
pueden mostrar a qué nivel habrían subido los precios si se hubiera eliminado totalmente la amenaza de motín.
El motín es si era una calamidad. El orden que podía seguir tras el motín, podía ser una calamidad aún mayor.
De aquí la ansiedad de las autoridades por anticiparse al suceso o abortarlo con rapidez en sus primeres fases.
En 1812 los motines tradicionales de subsistencias coinciden con el ludismo. Se acercan estos motines a la
revuelta de trabajadores, muy diferente, de 1830. La antigua forma de acción subsiste en los años 1840 e
incluso más tarde, con raíces especialmente profundas en el sudoeste de Inglaterra. Pero en las nuevas zonas
de la revolución industrial evoluciona gradualmente hacia otras formas de acción. La ruptura en los precios
del trigo después de las guerras facilitó la transición. En las ciudades del norte, la lucha contra los agiotistas
de grano dio paso a la lucha contra las Leyes Cerealistas.
Hoy no damos importancia a los mecanismos extorsionantes de una economía de mercado no regulado porque
a la mayoría de nosotros nos causan sólo inconvenientes y perjuicios de poco bulto. En el siglo XVIII no era
así. Las escaseces eran verdaderas calamidades. Los precios altos significaban niños enfermos y gente
pasando hambre que sólo se alimentaba de pan basto hecho con harina rancia.
En resumen: el avance de la nueva economía política de nuevo mercado supuso también el
desmoronamiento de la antigua economía moral de aprovisionamiento.
ANDERSON: EL ESTADO ABSOLUTISTA (TEMA 4)
FRANCIA
La reanimación francesa bajo Carlos VII (1422−1461) comenzó con la figura de Juana de Arco. Ésta
convenció al monarca para que le diera el mando del ejército, que rompió el asedio inglés sobre la ciudad de
Orleans en 1429. La guerra continuó durante más de 20 años, pero los franceses nunca perdieron el impulso
conseguido con la breve intervención de la dinámica joven de Lorena. En 1453 Carlos entró en Burdeos y los
ingleses tuvieron que ceder todos sus territorios continentales, excepto Calais.
La reactivación social y económica acompañó a la recuperación política. Durante los años centrales y finales
del siglo XV, la fuerza de la economía y la tasa demográfica volvieron a los niveles anteriores a la aparición
de la peste. Luis XI (1461−1483) consolidó la autoridad real, que fue la mayor conseguida hasta el momento,
creando un ejército profesional y consiguió poder para aumentar los impuestos el taille sin consentimiento
superior. Incorporó la mayor parte del ducado de Borgoña a su reino y utilizó los ingresos reales para
proteger, facilitar y estimular el desarrollo económico.
57
Carlos VIII le sucedió en el trono a los 13 años de edad. Su hermana, que actuó de regente, concertó su
matrimonio con Ana, duquesa de Bretaña. Por su matrimonio, el último principado feudal independiente se
incorporó a la Corona francesa. Cuando finalizó la regencia de su hermana en 1492, Carlos acordó el Tratado
de Étaples, que puso fin a las diferencias pendientes con Inglaterra.
El renacimiento y la Reforma
A finales del siglo XV, Francia había superado las divisiones territoriales de su pasado feudal y se convirtió
en una monarquía nacional que incorporaba la mayoría de los territorios comprendidos entre los Pirineos y el
canal de la Mancha. La estructura social estaba todavía dominada por la nobleza terrateniente y la tierra seguía
siendo la fuente de riqueza principal. Sin embargo, en la mitad del siglo siguiente, la paz interna, el aumento
de la población, la afluencia a Europa de oro y plata traídos de América por los españoles y los trabajos
públicos del gobierno estimularon el crecimiento de la economía, que elevó la posición social de los grandes
comerciantes, los banqueros y los cobradores de impuestos. Por otra parte, la nobleza, dependiente de las
rentas monetarias fijas y de las deudas, vio cómo la inflación amenazaba su poder económico y su posición
social.
Los tres primeros monarcas del periodo Carlos VIII, Luis XII y Francisco I aprovecharon el fuerte
crecimiento de la nación y la estabilidad interna para reclamar por las armas el reino de Nápoles y el
Milanesado. En la década de 1520, las guerras italianas se convirtieron en una larga disputa entre Francia y la
dinastía de los Habsburgo reinantes en España y Austria, un enfrentamiento que continuó de forma
intermitente durante un siglo y medio. Las guerras italianas terminaron finalmente con la Paz de
Cateau−Cambrésis (1559), negociada por el hijo de Francisco I, Enrique II, que reinó desde 1547 hasta 1559.
Francia renunció a todas sus pretensiones en Italia, pero consiguió tres territorios estratégicamente localizados
en su frontera oriental: los obispados de Metz, Toul y Verdún.
Francisco I
Francisco I incrementó significativamente tanto el poder como el prestigio de Francia. Gobernó de forma
personal y nunca convocó a los Estados Generales. Según el Concordato de Bolonia (1516), negociado con el
papa León X, el rey francés alcanzó la prerrogativa de nombrar todos los obispos y otros cargos beneficiados
de la Iglesia, asegurándose de ese modo un clero manejable. En 1539 excluyó el latín de los actos jurídicos e
impuso el uso exclusivo del francés. Francisco I fue un destacado mecenas que hizo florecer el arte
renacentista francés y la educación.
Las guerras de religión
El aumento de la población, sin el correspondiente aumento en la producción, y la inflación monetaria
llevaron a la mayoría del pueblo a la pobreza. La Reforma protestante, que se extendió desde Alemania
durante el reinado de Francisco I, había atraído a muchos seguidores; pero en las décadas de 1540 y de 1550
los postulados y doctrinas de Juan Calvino desarrollaron en Francia una forma peculiar del protestantismo, y
consiguió el apoyo de muchos seguidores entre la nobleza y el pueblo llano. Enrique II consideró el
calvinismo una amenaza a la autoridad real e intentó acabar con él. Bajo el reinado de sus tres hijos, que le
sucedieron, las guerras de Religión, donde se mezclaron conflictos religiosos, políticos y dinásticos,
desgarraron el país. El fanatismo religioso de los combatientes y la brutalidad de los mercenarios hicieron que
en la guerra fueran habituales los saqueos, la crueldad y las atrocidades.
El régimen de Catalina de Medici
A la muerte de Enrique II en 1559, subió al trono su hijo de 15 años de edad Francisco II, que sucedió a su
padre sólo durante dos años, 1559 y 1560. A Francisco le sucedió su hermano de 13 años, Carlos IX, que
reinó hasta 1574. La reina madre, Catalina de Medici, fue la gobernante virtual durante casi todo este tiempo y
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continuó influyendo en el reinado de su tercer hijo, Enrique III (1574−1589). La principal preocupación de
Catalina consistió en defender la autoridad real de sus hijos, comprometida por los enfrentamientos entre
católicos y hugonotes. En este contexto se produjo la famosa masacre de la Noche de San Bartolomé, que tuvo
lugar en París en agosto de 1572, cuando los católicos, aprovechando una reunión de dirigentes protestantes y
sus numerosos seguidores, les atacaron asesinando a unas 2.000 personas.
El ascenso de Enrique de Navarra
El último hermano de Enrique III murió en 1584 y Enrique de Navarra, descendiente de Luis IX y dirigente de
los hugonotes, pasó a ser el heredero del trono. Rechazado por la perspectiva de ser un rey herético, algunos
de los miembros del partido católico conspiraron para impedir esta sucesión mediante la sustitución del rey
Enrique III por Enrique I de Guisa, dirigente de la Liga Santa. Alertado sobre esto, Enrique III convocó a
Enrique de Guisa a una reunión de los Estados Generales en Blois en 1588, donde éste fue asesinado. Al año
siguiente el propio rey Enrique III el último de la dinastía de los Valois cayó víctima de la espada de un
asesino.
Enrique de Navarra, como heredero legal, ascendió al trono con el nombre de Enrique IV de Francia, pero de
hecho sólo fue reconocido por los hugonotes. Tuvo que defender sus pretensiones al trono ante la Liga Santa y
sus aliados españoles, que ocuparon París. Enrique IV comprendió que, aunque él y sus seguidores fueran
protestantes por convicción, la mayoría de los franceses seguían siendo fieles católicos, por lo que en 1593 se
convirtió públicamente al catolicismo. Al año siguiente fue coronado en la catedral de Chartres y, poco
después, le dieron la bienvenida en París, donde se dice que exclamó: París bien vale una misa. Así se
estableció la dinastía de los Borbones en el trono francés.
Francia bajo los Borbones
En 1598, con la expulsión de las últimas tropas españolas del territorio francés, finalizó el largo periodo de
guerra. En el mismo año, Enrique IV intentó asegurar la paz interna en sus dominios, para lo que promulgó el
Edicto de Nantes, que garantizaba la libertad de conciencia a todos sus súbditos, salvaguardaba la libertad de
culto público para los hugonotes en fortalezas y poblados específicos, y les aseguraba la igualdad en el acceso
a los cargos oficiales.
El reinado de Enrique IV, a partir de 1598, supuso para Francia un periodo de recuperación tras las guerras de
Religión y el comienzo de un crecimiento económico renovado. La mayor parte de este periodo transcurrió en
paz y las finanzas reales se restablecieron. En beneficio del campesinado, que suponía más del 90% de la
población y que había sufrido los saqueos y la devastación de la guerra, Enrique anuló los atrasos debidos por
arriendos y los impuestos sobre la tierra, prohibió que los acreedores embargaran el ganado o las
herramientas, puso en venta las tierras públicas por debajo del precio de mercado y restringió los derechos de
caza de los nobles sobre los campos cultivados. Para promover el comercio, construyó canales, dragó ríos y
restauró y construyó puentes y carreteras. Atrajo a Francia a artesanos extranjeros para desarrollar nuevas
industrias e introdujo el cultivo de las moreras, de las que se alimentan los gusanos de seda, para asegurar el
abastecimiento de seda en bruto para la industria de este sector.
A finales de la primera década del siglo XVII, la economía era floreciente y la autoridad real estaba de nuevo
firmemente establecida. Sin embargo, el clero católico se opuso a la tolerancia oficial hacia los hugonotes. En
1610 un religioso fanático (o un agente de los Habsburgo, el dato no es claro) asesinó al rey. Enrique,
rechazado por su pueblo como herético en 1589, fue llorado por casi todos los franceses tras su muerte.
Luis XIII y el cardenal Richelieu
Armand Jean du Plessis, cardenal Richelieu El cardenal Richelieu logró acabar con el poder político de las
grandes familias de Francia hizo del rey un monarca absoluto y convirtió a Francia en la primera potencia
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militar de Europa.Hulton Deutsch
A Enrique le sucedió su hijo de nueve años de edad, Luis XIII. Durante los primeros 15 años de su reinado, el
país inició una regresión bajo la ineficaz dirección de la reina madre, María de Medici, y, después, bajo el
indeciso gobierno de un joven e inexperto rey.
En 1624, Luis eligió como primer ministro al cardenal Richelieu, que fue el gobernante efectivo de Francia
durante los siguientes 18 años. Las principales metas de Richelieu consistieron en eliminar a todos los rivales
del poder real y contener las amenazas del extranjero.
Política interior
Para acabar con el poder político de la nobleza, Richelieu ejecutó a varios de sus más eminentes y peligrosos
miembros, y derribó los castillos que podían ser utilizados como centros de resistencia. Para socavar su
autoridad y asegurar el fiel desarrollo de la política real en las provincias, Richelieu dividió el país en 30
nuevos distritos administrativos y al frente de cada uno de ellos colocó a un intendente, un oficial real
nombrado entre miembros leales de la clase media. Los intendentes asumieron gradualmente enormes poderes
políticos, judiciales y financieros en sus distritos. A los hugonotes se les privó de ciertos privilegios
garantizados por el Edicto de Nantes, pero no se cuestionó la libertad de culto.
Richelieu fomentó el desarrollo de la flota mercante, fundó compañías de comercio exterior y apoyó la
expansión colonial. La colonización sistemática comenzó en Canadá y se establecieron las primeras factorías
comerciales en África y en las Indias Occidentales. Para proteger el comercio y las colonias organizó la
Armada francesa, construyendo una flota de galeras en el Mediterráneo y una flota de cuarenta veleros en el
Atlántico.
La inflación, el aumento de los impuestos y, después de 1635, la devastación producida por los ejércitos
invasores sumió a la mayoría del campesinado en una profunda miseria. Las revoluciones campesinas se
sucedieron en Borgoña entre 1625 y 1630, en el sur entre 1636 y 1637, y en Normandía en 1639. Todas
fueron duramente reprimidas.
Política exterior
Cuando Richelieu se convirtió en el primer ministro del rey en 1624, la guerra de los Treinta Años, conflicto
civil y religioso surgido en los estados alemanes y que llegó a ser una guerra europea general, se encontraba
en su primera década. En 1635, cuando parecía que los Habsburgo (que detentaban el poder del Sacro Imperio
Romano Germánico) podían unificar toda Alemania bajo su mandato, Richelieu introdujo a Francia en la
guerra como aliada de los protestantes suecos y holandeses contra los Habsburgo católicos. La Paz de
Westfalia (1648) concedió la mayoría de Alsacia al reino de Francia, y aseguró la división de los territorios
alemanes. Por la Paz de los Pirineos (1659), firmada con España, Francia consiguió Artois en el norte y el
Rosellón en la frontera española. Las ambiciones de los Habsburgo habían sido bloqueadas y Francia salió de
la guerra como la gran vencedora.
El reinado de Luis XIV
Richelieu murió en 1642 y Luis XIII en 1643, dejando el trono a su hijo de cinco años, Luis XIV.
El protegido y sucesor de Richelieu como primer ministro, el cardenal Giulio Mazarino, continuó la política
de su predecesor, culminando de forma victoriosa la guerra con los Habsburgo y derrotando, en el interior, el
primer esfuerzo coordinado de la aristocracia y la burguesía para invertir la concentración de poder en el rey
realizada por Richelieu.
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En 1648, el Parlamento de París, en alianza con los burgueses de la ciudad, protestó contra los elevados
impuestos y, con el apoyo de los artesanos, hicieron estallar una rebelión contra la Corona, denominada La
Fronda. Poco después de que finalizara, los nobles amotinados del sur se rebelaron y, antes de que la
revolución fuera aplastada, una guerra civil arrasó de nuevo diversas zonas de Francia. A pesar de esto, la
Fronda fracasó en su intento de impedir la centralización del poder y, hasta la década de 1780, los estamentos
privilegiados no desafiaron de nuevo a la autoridad de la Corona.
El absolutismo de Luis XIV
A la muerte del cardenal Mazarino en 1661, Luis XIV anunció que en lo sucesivo él sería su propio primer
ministro. Durante los siguientes 54 años, gobernó Francia personal y conscientemente, y se estableció a sí
mismo como modelo del monarca absolutista que gobernaba por derecho divino (véase Absolutismo).
A principios de su gobierno en solitario, Luis XIV estableció la estructura del estado absolutista. Organizó un
número determinado de consejos consultivos y, para ejecutar sus instrucciones, los dotó de hombres capaces y
completamente dependientes de su persona. La demanda de los parlamentos provinciales de un veto sobre los
decretos reales se silenció totalmente. Los nobles potencialmente peligrosos, por ser descendientes de la
antigua nobleza feudal, quedaron unidos a la corte a través de cargos prestigiosos pero de carácter ceremonial,
que no les dejaban tiempo libre para su actividad política. La burguesía se mantuvo políticamente satisfecha
con la garantía de orden interno que le ofrecía el gobierno, el fomento activo del comercio y la industria y las
oportunidades de hacer fortuna explotando los gastos del Estado.
Luis XIV y la Iglesia
El rey, gracias al poder de nombrar a los obispos, consiguió un dominio firme sobre la jerarquía eclesiástica.
El monarca gobernaba como representante de Dios en la tierra, y la obediencia del clero le proporcionó la
justificación teológica de su derecho divino. Un movimiento disidente, el jansenismo, que se desarrolló en el
siglo XVII, constituyó una amenaza política por el énfasis que daba a la supremacía de la conciencia
individual, por lo que Luis luchó contra él desde sus comienzos.
Mecenazgo de las artes
El gran palacio que construyó Luis XIV en Versalles fue y sigue siendo incomparable en tamaño y en
magnificencia, un monumento de la arquitectura, pintura, escultura, diseño interior, jardinería y tecnología
constructiva de Francia. Luis XIV fue un destacado mecenas de las artes. Intentó elevar el nivel cultural
mediante la fundación de la Academia de Bellas Artes y la Academia Francesa en Roma; además, ayudó a los
autores con aportaciones económicas y fomentó sus trabajos, nombrando a un surintendant (supervisor) de
música para elevar la calidad de las composiciones y de los conciertos. Creó también la Academia de las
Ciencias.
Regulación de la economía
El ministro de Finanzas, Jean−Baptiste Colbert, fue el gran exponente de la era del mercantilismo.
Subvencionó a la industria, estableció aranceles para eliminar la competencia exterior y controles de calidad
en la producción industrial, desarrolló mercados coloniales que fueron monopolizados por los comerciantes
franceses, fundó compañías comerciales ultramarinas, reconstruyó la Armada y, en el interior, construyó
carreteras, puentes y canales.
La persecución de los hugonotes
Antes de finalizar su reinado, los gastos de las guerras habían arruinado la mayor parte del trabajo de Colbert
en el ámbito económico y, en 1685, el rey asestó un golpe a la débil economía del Estado al revocar el Edicto
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de Nantes. Convencido de que la mayoría de los hugonotes se habían convertido al catolicismo, prohibió el
culto público protestante, los predicadores fueron expulsados del país y se destruyeron sus centros de reunión.
A pesar de la amenaza de elevadas multas, entre 200.000 y 300.000 hugonotes abandonaron Francia; la
mayoría eran artesanos especializados, intelectuales y oficiales del ejército; en definitiva, valiosos súbditos
que Francia no podía permitirse el lujo de perder.
Las guerras de Luis XIV
Luis condujo a su país a cuatro guerras costosas. En todas ellas continuó la política de contener y reducir el
poder de los Habsburgo, extender las fronteras francesas hasta posiciones defendibles y conseguir ventajas
económicas. Su ministro de Guerra, el marqués de Louvois, organizó un poderoso ejército de 300.000
hombres entrenados, disciplinados y bien equipados. En 1667, el monarca empleó este ejército para hacer
valer su reclamación (basada en su matrimonio, en 1660, con María Teresa, hija del rey Felipe IV de España)
sobre los Países Bajos españoles. Una hostil alianza de poderes marítimos le indujo a negociar un compromiso
de paz en 1668. La recompensa francesa fueron once fortalezas en la frontera nororiental.
En 1672, las consideraciones estratégicas y económicas llevaron a Luis a atacar las Provincias Unidas (parte
de los Países Bajos no sujeta a dominación española), donde pronto se enfrentaría no sólo con los holandeses,
sino también con una poderosa coalición. Francia consiguió tras la Paz de Nimega (1678), que puso fin a la
guerra, el Franco Condado en la frontera oriental y una docena de ciudades fortificadas en el sur de los Países
Bajos.
En 1689, una alianza de poderes europeos, la Liga de Augsburgo, entró en guerra con Luis XIV para poner fin
a su política de anexionar territorios adyacentes a ciudades conseguidas en tratados anteriores. Los ocho años
de guerra terminaron con la Paz de Ryswick, acuerdo en el que ambas partes renunciaron a sus conquistas,
aunque Francia retuvo la ciudad de Estrasburgo en Alsacia.
Los combatientes habían resuelto solucionar sus diferencias debido a que una nueva crisis internacional
asomaba en el horizonte. Carlos II, rey de España, no tenía heredero directo. Un mes antes de su muerte,
nombró para sucederlo al nieto de Luis XIV, Felipe de Anjou. Aunque Luis había defendido anteriormente la
división de la herencia de la monarquía española, decidió apoyar la candidatura de su nieto a todo el territorio.
Los otros estados europeos temieron las consecuencias de la gran extensión del poder de los Borbones que
esto generaría, y se unieron en una coalición para evitarlo. La guerra de Sucesión española duró trece
agotadores años. Al final, Luis consiguió su principal objetivo y su nieto se convirtió en rey de España con el
nombre de Felipe V.
El fin del reinado de Luis XIV
La guerra, junto al frío invierno de 1709 y a una escasa cosecha, provocó en Francia numerosas revueltas por
la falta de alimentos y en demanda de reformas políticas y fiscales. Una epidemia de viruela que tuvo lugar
entre 1711 y 1712 acabó con la vida de tres herederos al trono, dejando un único superviviente por línea
directa, el biznieto de Luis, que tenía 5 años de edad. Luis XIV murió en Versalles el 1 de septiembre de
1715, tras 73 años de reinado.
Francia en el siglo XVIII
Luis XV que reinó entre 1715 y 1774, y su nieto, Luis XVI, en el poder desde 1774 hasta 1792, fueron
gobernantes bien intencionados, pero ambos carecían de la habilidad necesaria para adaptar las instituciones
nacionales a las cambiantes condiciones del siglo XVIII. Luis XV era indolente y estaba poco interesado por
los asuntos de Estado, que intentaba despachar lo antes posible para disfrutar de los placeres que le ofrecían su
riqueza y posición. Desacreditó a la monarquía y a su muerte era tan impopular que su cuerpo fue enterrado en
secreto. Luis XVI, con sólo 20 años de edad cuando comenzó a reinar, era indeciso y muy influenciable. Su
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joven esposa, María Antonieta, frívola y extravagante, obstaculizó las necesarias reformas.
No obstante, el siglo XVIII fue una de las épocas más importantes de la historia del país. Francia era la nación
más rica y poderosa del continente. El gusto por lo francés, desde la arquitectura o el diseño hasta la moda, se
extendía por todo el mundo occidental. Las ideas políticas y sociales de los escritores franceses influyeron en
el pensamiento y en las actividades tanto de Europa como de América, y el francés se convirtió en el idioma
de los intelectuales en todo el mundo.
La economía
Este siglo fue un periodo caracterizado por un extraordinario crecimiento económico. La población pasó de 21
millones en 1700 a 28 millones en 1790. Los ingresos procedentes de la agricultura se incrementaron en un
60%. Los historiadores económicos sitúan los comienzos de la industrialización francesa en el siglo XVIII,
fecha en la que el país era la principal potencia industrial del mundo. El Corps des Ponts et Chaussées
(Departamento de Puentes y Carreteras), fundado en 1733, hizo del sistema de carreteras francés el mejor de
Europa en 1780. La flota mercante de Francia contaba con más de 5.000 barcos, dedicados al lucrativo
comercio con África, América y la India, y enriquecía a los comerciantes de los puertos franceses del
Atlántico. Sin embargo, los ingresos de los trabajadores y artesanos de las ciudades difícilmente mantenían el
ritmo de la inflación, así como la mayoría de los campesinos, que conseguían pocos excedentes para vender y
estaban cargados de fuertes impuestos, diezmos y obligaciones feudales.
Régimen fiscal
El sistema tributario, que eximía a los territorios de la nobleza y del clero (aproximadamente el 35% de los
terrenos cultivados) de los impuestos sobre la tierra, fracasó al no afectar a los principales contribuyentes y al
establecer una carga injusta sobre el campesinado y la burguesía. Los sucesivos ministros intentaron
establecer un sistema tributario equilibrado que afectara a toda la riqueza, pero la oposición de los estamentos
privilegiados y la debilidad del rey al apoyar reformas contra esa oposición frustraron estos intentos.
Oposición a la monarquía
La nobleza (cuyos títulos eran originariamente comprados a la Corona) dirigió en los parlamentos provinciales
la oposición a las iniciativas reales, invocando que los decretos reales se sometieran a la aprobación
parlamentaria y haciéndose pasar por defensores de las libertades públicas contra el despotismo real, con lo
que pretendían popularizar su causa; en realidad, lo que estaban defendiendo eran sus propios privilegios y el
control del gobierno por parte de la aristocracia.
La oposición de la clase intelectual a la monarquía estuvo dirigida por los filósofos y escritores franceses del
siglo XVIII que trataban problemas políticos, sociales y económicos. Rechazando las costumbres y la
tradición como líneas de acción, instaron a sus compatriotas a que usaran la razón como medio para descubrir
las leyes naturales que rigen las relaciones humanas y para moldear nuevas instituciones de gobierno y
sociedad en conformidad con ellas. También sostenían que toda la población tenía ciertos derechos naturales
vida, libertad y propiedad y que los gobiernos existían para garantizar esos derechos. Algunos, a finales del
siglo, defendieron el derecho de autogobierno. Estas ideas fueron especialmente apreciadas por la burguesía,
que había aumentado en número, riqueza y ambición, y ansiaba ampliar su destacada posición
socioeconómica al ámbito político, participando en las decisiones del gobierno. A través de la burguesía, las
ideas se filtraron hasta las capas inferiores de la sociedad y llegaron a formar parte del acervo popular antes de
la revolución.
La crisis financiera
Los problemas financieros del gobierno empeoraron después de 1740 por la reanudación de los conflictos
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bélicos. La guerra de Sucesión austriaca (1740−1748) y la guerra de los Siete Años (1756−1763) fueron
enfrentamientos europeos por la hegemonía en Europa central y en las colonias. La segunda de ellas llegó
incluso a algunas zonas de América, la denominada Guerra Francesa e India, que enfrentó a Francia y Gran
Bretaña por obtener el predominio comercial y territorial en un amplio espacio geográfico. Francia perdió su
vasto imperio colonial en América y en la India. En 1778, los franceses intervinieron en la guerra de la
Independencia estadounidense, apoyando la rebelión de los colonos norteamericanos para debilitar así a Gran
Bretaña y recuperar las colonias perdidas. Sin embargo, las esperanzas francesas no se cumplieron, a pesar del
éxito de los insurgentes, y su participación en la guerra incrementó la ya creciente y onerosa deuda nacional.
La labor de afrontar la crisis financiera recayó en el joven e indeciso Luis XVI. Después de que los
parlamentos provinciales bloquearan todos los programas de reforma presentados por los ministros e
improvisaran una Asamblea de Notables en mayo de 1788, Luis obligó al Parlamento de París a aceptar los
edictos reales que privaban a los parlamentarios de sus poderes políticos. Jueces, nobles y clérigos se
resistieron e intentaron evitar la aplicación del decreto real; consiguieron el apoyo del Ejército y de una
población afectada por altos índices de desempleo y por el precio del pan más alto del siglo. En julio, la
asamblea de una de las provincias meridionales votó para anular el cobro de impuestos hasta que el rey no
convocara una sesión de los Estados Generales, inactivos desde 1615. El 5 de julio de 1788, Luis acordó
reunir a los Estados Generales y en agosto proyectó su apertura para mayo de 1789. La aristocracia había
triunfado en la primera etapa de la Revolución Francesa.
INGLATERRA
Eduardo I (reinó entre 1272 y 1307) restauró el control real del gobierno. El antiguo consejo feudal del rey fue
desarrollado hasta crearse un Parlamento que, en el siglo siguiente, se dividió en dos cámaras, Lores y
Comunes.
También conquistó el noroeste de Gales, donde construyó castillos, adoptó el arco galés como arma inglesa y
dio a su hijo mayor el título de príncipe de Gales. Su hijo, Eduardo II no pudo ocupar el territorio escocés; en
1314, en la batalla de Bannockburn, el rey Roberto I Bruce reafirmó la independencia de Escocia, que se
mantuvo durante otros 300 años.
El siglo XIV
Eduardo II fue un rey débil, influido por sus favoritos y dominado por los decretos de 1311, que dieron a los
barones el poder. Aunque se liberó del gobierno de éstos en 1322, se vio obligado a abdicar en 1327. Su hijo,
Eduardo III, resolvió el problema con la nobleza manteniéndolos ocupados en Francia. En 1337 inició la
guerra de los Cien Años para justificar sus reivindicaciones sobre la corona francesa; los ingleses
consiguieron algunos éxitos iniciales en la batalla de Crécy (1346) y en Poitiers (1356), donde el arco inglés
causó efectos devastadores. Sin embargo, en 1396 Inglaterra perdió todas sus conquistas previas.
En 1349 la peste negra alcanzó Inglaterra y redujo la población en un tercio; las revueltas campesinas de 1381
reflejaron la inquietud que produjo.
Con el traslado de los papas de Roma a la localidad francesa de Aviñón (1309−1376) y el Gran Cisma de
Occidente (1378−1417), comenzaron en Inglaterra las críticas contra la actitud del Papado. Las opiniones de
John Wycliffe, un profesor de Oxford, contra la corrupción de la Iglesia, se consideran precursoras de la
Reforma protestante.
Ricardo II, nieto de Eduardo III, comenzó su reinado a los 10 años. En 1399 su primo, Henry Bolingbroke,
duque de Lancaster, le obligó a abdicar y se convirtió en rey con el nombre de Enrique IV.
Los reyes de Lancaster y York
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Enrique IV, hijo de Juan de Gante, cuarto hijo de Enrique III, no tenía derecho al trono, por lo que se enfrentó
con el heredero legítimo, Edmundo, conde de March, que descendía del tercer hijo de Eduardo III.
Enrique V (reinó entre 1413 y 1422), que sucedió a su padre, tenía una ambición: repetir las hazañas de
Eduardo II en Francia. Consiguió una brillante victoria en la batalla de Agincourt en 1415, y vio confirmado
su éxito con el Tratado de Troyes (1420). Se casó con la hija del demente rey francés, Carlos VI el
Bienamado, y asumió el control de su gobierno.
En 1422 Enrique y Carlos VI murieron, por lo que Enrique VI, con tan sólo nueve meses de edad, accedió al
trono de ambos países. Durante un tiempo, los hábiles tíos de Enrique, Juan de Lancaster, duque de Bedford, y
Humphrey de Gloucester, atendieron los asuntos del reino, el primero en Francia, Gloucester en Inglaterra. En
1429, sin embargo, la presencia de Juana de Arco impulsó la resistencia francesa frente al gobierno inglés.
Aunque Juana murió en la hoguera acusada de hereje en 1431, la posición de Inglaterra en Francia se hizo
cada vez más precaria.
La guerra de las Dos Rosas
Enrique VI no fue capaz de gobernar; durante su reinado el control del reino pasó de una facción de nobles a
otra. La pérdida de Normandía en 1450 y la corrupción del gobierno provocaron una fallida rebelión popular,
encabezada por Jack Cade. La pérdida de todas las posesiones en Francia (con la excepción de Calais) en
1453, fue el preludio del conflicto dinástico conocido como la guerra de las Dos Rosas (1455−1485).
La guerra se entabló entre dos ramas de la familia real, la Casa de Lancaster, que, en la persona de Enrique
VI, poseía el trono, y la Casa de York, dirigida por Ricardo, duque de York, que tenía derechos legítimos al
trono y mayor capacidad de gobierno que Enrique. El conflicto se complicó en 1453, cuando la esposa del rey,
Margarita de Anjou, tuvo un hijo y acabó con la condición de Ricardo como posible heredero.
El año 1460 fue el punto culminante del conflicto; Ricardo murió durante una batalla y su hijo Eduardo
continuó su causa. Con la ayuda de Richard Neville, conde de Warwick, derrotó a los seguidores de Lancaster
(1461), capturó a Enrique y consiguió ser declarado rey por el Parlamento como Eduardo IV. No obstante,
Enrique escapó, y el posterior matrimonio de Eduardo con Isabel Woodville (1464) y su alianza con Borgoña,
alejaron a Warwick que se unió a Margarita de Anjou, depuso a Eduardo y restauró a Enrique en el trono
(1470). Eduardo regresó al año siguiente apoyado por su cuñado, Carlos el Temerario de Borgoña, y derrotó
definitivamente a los Lancaster. Cuando Eduardo murió en 1483, el trono pasó a su hijo de 12 años, Eduardo
V, pero fue usurpado tres meses más tarde por el tío del niño, Ricardo, duque de Gloucester, que se convirtió
en Ricardo III. Dos años más tarde, Enrique Tudor derrotó a Ricardo en la batalla de Bosworth Field, y fue
coronado como Enrique VII.
La Inglaterra Tudor y Estuardo
Enrique VII se hizo con el trono basándose en una legitimidad dudosa. Su abuelo se casó con la viuda de
Enrique V y su padre con Margarita Beaufort, condesa de Richmond y Derby, que descendía ilegítimamente
de Eduardo III. Su único derecho al trono era la victoria de Bosworth Field. Sin embargo, la instauración de la
dinastía Tudor, con la excepción de María I, proporcionó a Inglaterra el tipo de gobierno que necesitaba.
Tras someter a sus rivales de York, se casó con la hija de Eduardo IV y consiguió el reconocimiento de
España en 1489 (Tratado de Medina del Campo), y después el de Francia, los Países Bajos y Escocia.
Enrique VIII
Ambicioso y audaz, Enrique VIII (reinó entre 1509 y 1547) tenía un carácter totalmente opuesto al de su
cuidadoso y rutinario padre. Fue muy apreciado por los escritores humanistas, uno de los cuales, santo Tomás
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Moro, participó en su gobierno. En 1513 Enrique venció a los franceses y después a los escoceses en Flodden.
La figura del cardenal (y posterior canciller y arzobispo de York) Thomas Wolsey, dominó el periodo
comprendido entre 1514 y 1529. Aunque su esposa Catalina de Aragón le dio seis hijos, sólo uno, la futura
María I, llegó a edad adulta. Deseoso de un hijo y entusiasmado por Ana Bolena, Enrique pidió al Papa el
divorcio; cuando el eficiente Wolsey no pudo obtenerlo, Enrique le destituyó y convocó al Parlamento para
iniciar la reforma. El resultado fue la creación de la Iglesia de Inglaterra, de la que Enrique era el principal
jefe, rechazando la autoridad de Roma, pero manteniendo el dogma católico.
La tercera esposa de Enrique, Juana Seymour, murió al dar a luz a Eduardo, el único hijo varón superviviente;
sus tres últimas esposas no tuvieron descendencia.
Thomas Cromwell, conde de Essex, otro de los grandes administradores de Enrique, supervisó los cambios
revolucionarios que tuvieron lugar a partir de 1530: la ruptura con Roma y la disolución de los monasterios, la
nueva ampliación del Parlamento, en especial de la Cámara de los Comunes, y la creación de una nueva
estructura burocrática con el Consejo Privado y otras instituciones controladas absolutamente por la corona.
Los herederos de Enrique VIII
Bajo Eduardo VI (reinó entre 1547 y 1553), un menor dominado sucesivamente por Eduardo Seymour, primer
duque de Somerset y John Dudley, duque de Northumberland, la Iglesia de Inglaterra adoptó el
protestantismo. Cuando Eduardo murió a los 16 años, Northumberland intentó conseguir el trono para su
familia e impedir la sucesión de la hermanastra católica del rey, María, al casar a su hijo con Juana Grey, a
quien proclamó reina. El intento fracasó muy pronto y Northumberland, Juana y su marido fueron ejecutados.
María I Tudor, la hija de Catalina de Aragón, restauró el catolicismo y se casó con su primo, Felipe II de
España. Cuando María la Sanguinaria, como era conocida, murió en noviembre de 1558, Inglaterra se regocijó
con la llegada al trono de su hermanastra, Isabel, que inmediatamente reprimió a los católicos y fortaleció
jurídicamente el anglicanismo.
Isabel I poseía la frugalidad y la habilidad de su abuelo y los modales imperiosos y la capacidad para gobernar
de su padre.
Ayudó a los rebeldes protestantes en los Países Bajos españoles y estimuló a los marinos británicos para que
abordaran barcos españoles en alta mar. Sus naves derrotaron a la Armada Invencible en 1588 y evitaron así la
invasión de Inglaterra. En 1603 se completó la conquista de Irlanda.
Los primeros Estuardo
La ascensión al trono del rey escocés Jacobo IV como Jacobo I de Inglaterra (reinó entre 1603 y 1625) unió
las coronas de Inglaterra y Escocia. Era hijo de la prima de Isabel, María I Estuardo. Los puritanos estaban
cada vez más insatisfechos con la Iglesia de Inglaterra, a la que consideraban demasiado católica. En 1605, la
Conspiración de la Pólvora, un complot católico que tenía como objetivo la voladura del Parlamento,
confirmó los recelos ingleses hacia Roma. La inquietud religiosa alcanzó su punto álgido cuando el
antipuritano William Laud se convirtió en arzobispo de Canterbury entre 1630 y 1640.
Durante el reinado de Carlos I (que reinó entre 1625 y 1649) se produjo el enfrentamiento entre el rey
defensor de una monarquía por derecho divino, y el Parlamento, que insistía en mantener la independencia de
sus derechos. El presidente del Tribunal Supremo, Edward Coke, apoyó la decisión parlamentaria de procesar
a los ministros del rey (1621) y contribuyó a crear la petición de derechos en 1628 que, al igual que la Carta
Magna, obligó a Carlos I a admitir limitaciones en su autoridad.
El Parlamento Largo utilizó la crisis para conseguir el control sobre el gobierno. Liberó a los prisioneros
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políticos y arrestó y ejecutó al arzobispo Laud y a Thomas Wentworth, primer conde de Strafford,
culpándolos de dirigir la política del rey.
La guerra civil
La división nacional se exacerbó todavía más cuando Carlos intentó arrestar a algunos miembros del
Parlamento acusados de conspiración. Al fracasar esta acción, los partidarios del rey abandonaron el
Parlamento, mientras que la parte restante, los puritanos, hicieron entonces una llamada a las armas; Carlos
también reunió sus fuerzas. El enfrentamiento era inevitable; en octubre de 1642 se sostuvo la primera batalla
en Edgehill.
Los parlamentarios ganaron finalmente la Guerra Civil inglesa gracias al apoyo de Escocia y, sobre todo,
debido al liderazgo militar de Oliver Cromwell, que creó las unidades militares que servirían de base para el
Nuevo Ejército (New Model Army). Con el apoyo de estos nuevos regimientos, Cromwell depuró el
Parlamento de todos los miembros opositores. El Parlamento Rabadilla (Rump Parliament) llevó a juicio a
Carlos I que fue ejecutado el 30 de enero de 1649; abolió la monarquía y la Cámara de los Lores y estableció
un régimen protorepublicano (denominado Protectorado o Commonwealth) en Inglaterra que aunaba aspectos
monárquicos y parlamentarios.
ITALIA
Hasta el fin de la edad media, los emperadores del Sacro Imperio Romano proclamaron, y ejercieron, en
distintos grados, la soberanía sobre toda Italia; sin embargo, por motivos prácticos la autoridad imperial se
había convertido en simbólica a comienzos del siglo XIV. Mientras tanto, el sur de Italia había permanecido
bajo la influencia bizantina y lombarda. En el siglo XI, los normandos acabaron con el poder bizantino y
expulsaron a los lombardos, y en 1127 unieron los territorios que habían conquistado con Sicilia, arrebatada a
los sarracenos. Estos acontecimientos coinciden con un cierto resurgir de la autoridad papal, que durante
mucho tiempo había estado velada por la autoridad de los emperadores. Los enfrentamientos entre el Imperio
y el Papado alcanzaron su punto de máxima tensión en la Querella de las Investiduras. Tras el Concordato de
Worms (1122), el emperador delegó en los cardenales el derecho a elegir al papa. Al tiempo que se fortalecía
la influencia del Papado, se hacía cada vez más patente la oposición al continuado poder ejercido por los
emperadores, que se manifestaba en las cada vez más numerosas ciudades−estados. En la península, el
feudalismo no había logrado implantarse tan sólidamente como en Francia y Alemania. Su relativa debilidad
se debía en gran parte a la supervivencia de las tradiciones romanas y a la existencia de un gran número de
ciudades que impedían la extensión del sistema feudal, eminentemente rural. La ciudades del norte desafiaron
el poder del emperador Federico I Barbarroja, quien luchó en numerosas guerras contra ellas. Finalmente, en
1167 se creó la Liga Lombarda, una alianza de ciudades italianas, que en 1176 derrotó al emperador en
Legnano; en 1183, con la firma de la Paz de Constanza, las ciudades del norte de Italia aseguraron su
independencia. El emperador Federico II hizo un último e infructuoso intento de vencer al Papado y a sus
aliados. Italia se encontraba dividida por las luchas entre los partidarios del emperador, los güelfos, y sus
adversarios, los gibelinos.
Mientras tanto, en 1266, la Italia meridional y la isla de Sicilia pasaron a ser posesión de la Casa de Anjou,
hasta que en 1282 los sicilianos se liberaron de la dominación francesa y aceptaron la autoridad de Aragón.
El ascenso de las ciudades−estado
Gracias a la actividad comercial desarrollada en algunas ciudades del norte de Italia, éstas habían
experimentado un crecimiento que les había permitido crear gobiernos oligárquicos que poco a poco se hacían
más democráticos. Los ricos mercaderes de estas ciudades, una vez asegurada su independencia frente a la
autoridad de los gobernantes del Sacro Imperio Romano Germánico, comenzaban a cuestionarse la autoridad
de la nobleza. Con el tiempo, los nobles fueron despojados de su autoridad y obligados a abandonar sus
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inmensas propiedades. Venecia, gracias a su participación en la cuarta Cruzada, había conseguido posesiones
ingentes en el Imperio bizantino y había desarrollado un imperio comercial a gran escala. Pisa, Génova, Milán
y Florencia también se habían hecho poderosas. Entre Génova y Venecia se desencadenó muy pronto una dura
lucha por el poder, que acabó con la victoria de los venecianos a finales del siglo XIV.
En las ciudades de la Italia septentrional y central perduraban los conflictos entre güelfos y gibelinos. El
carácter de los primeros, más progresista, chocaba con la actitud más conservadora de los segundos, lo que
daba lugar a continuos enfrentamientos entre ambos grupos, que acababan a menudo con el destierro del
grupo perdedor. En ocasiones, el grupo desterrado intentaba hacerse nuevamente con el poder con la ayuda de
otras ciudades, de modo que esto daba lugar a una continua sucesión de alianzas, conquistas y treguas. La
situación tenía consecuencias muy negativas para el comercio y la industria de las ciudades del norte. Para
intentar solucionarla se creó la figura del 'magistrado jefe' con objeto de hacer de mediador entre las distintas
partes en conflicto. Sin embargo, a causa de su ineficacia se convirtió en un simple agente judicial. El puesto
de gobernante pasó entonces a ocuparlo un 'capitán del pueblo', que representaba al grupo dominante y era
ejercido normalmente por un noble. La población, que anhelaba hacía mucho tiempo la paz, accedió al
establecimiento de una autoridad centralizada. De esta forma, en todas las ciudades pasó a gobernar un
déspota, cuyo cargo en muchas ocasiones llegó a ser hereditario, como ocurrió con algunas familias de nobles,
entre ellas los Scala, en Verona; los Este, en Ferrara; los Malatesta, en Rímini; y los Visconti, y más tarde los
Sforza, en Milán. Bajo la autoridad de los déspotas, las ciudades prosperaron, el lujo invadió el modo de vida
y florecieron la literatura y las artes. Las ciudades más pequeñas, con el paso del tiempo, quedaron bajo la
influencia de las más poderosas.
Periodo de prosperidad
Al inicio del siglo XV el territorio italiano se presentaba muy fragmentado en estados de diversa extensión e
importancia. El declive de las ciudades había llevado a un proceso de reforzamiento institucional, concluido
con la instauración de las signorie (el equivalente a los señoríos ibéricos), junto con las repúblicas
oligárquicas, fundadas con anterioridad. De este modo, se formó un pequeño número de estados regionales, de
mayor extensión y más fuertes, que poco a poco ampliaron sus propios dominios entrando en concurrencia
entre sí con el fin de lograr la supremacía sobre el conjunto. Entre todos ellos, el ducado de Milán se
configuró como una potencia emergente, primero bajo la familia de los Visconti, después bajo la de los
Sforza, interesada en expandir sus dominios a expensas de las repúblicas de Venecia y de Florencia. Esta
última, después de varios conflictos con el Papado y de sofocar revueltas internas de carácter popular, conoció
una fase de auge con la llegada de los Medici en 1434. Por su parte, la república de Venecia, desde siempre en
lucha con Génova por la supremacía comercial en los mares, extendió poco a poco sus dominios en tierra
firme, eliminando pequeñas señorías locales y entrando, por lo tanto, en conflicto con Milán y con el Papado.
Los Estados Pontificios, definitivamente concluido el Gran Cisma de Occidente en 1418, se adentró en una
fase de estabilidad interna, no obstante los contrastes con las potencias limítrofes. El reino de Nápoles,
gobernado por los Anjou, estuvo en el centro de las luchas dinásticas entre las distintas ramas de los
angevinos y, poco después, fue conquistado por los aragoneses, que en 1442 unieron los territorios de
Cerdeña, Sicilia y Nápoles a las coronas hispanas de Aragón y Castilla. La paz de Lodi puso fin a la rivalidad
entre Milán y Venecia y, bajo la égida del Papa, tuvo lugar un pacto entre los cinco mayores estados italianos
(Milán, Venecia, Florencia, Estados Pontificios y reino de las Dos Sicilias) que instauró una política de
equilibrio destinada a perdurar hasta final de siglo gracias al cual la península quedó a salvo de las
intervenciones extranjeras.
A mediados del siglo XV Italia disfrutaba de un periodo de prosperidad y relativa calma. Su posición era de
clara superioridad intelectual sobre el resto de los países europeos como motor del gran movimiento cultural
conocido como renacimiento. En este resurgir de la cultura, la región de Toscana desempeñó un papel de
primer orden; de ella salieron figuras tan importantes como el gran poeta Dante Alighieri y el pintor Giotto.
Pero casi a finales del siglo, Italia se convirtió en el escenario de las guerras que enfrentaron a Francia, España
y el Imperio y que se resolvieron con el dominio de España y los Habsburgo austriacos. En 1494 Carlos VIII,
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rey de Francia, intentó conquistar el reino de Nápoles, que pertenecía a la Corona de Aragón. El duque de
Milán, Ludovico Sforza y los ciudadanos de Florencia, que no estaban conformes con la autoridad ejercida
por la familia Medici, persuadieron al rey Carlos, que invadió Italia, ocupó Nápoles y firmó un tratado con
Florencia que estipulaba la expulsión de los Medici, así como la sumisión del Papa. Sin embargo, España, el
Papado, el emperador y las ciudades de Venecia y Milán se aliaron contra él y expulsaron de Nápoles a Carlos
VIII. Esta incursión de Francia en la península italiana no tuvo consecuencias políticas de importancia,
aunque sí culturales, ya que supuso la difusión de la cultura italiana por todo el continente europeo.
La edad moderna
Durante el siglo XVI los Estados italianos fueron presa de otros países. En 1499, Luis XII, rey de Francia y
sucesor de Carlos VIII, conquistó Milán. En 1501, Fernando II el Católico, rey de Sicilia desde 1468, unificó
en una única corona los reinos de Nápoles y Sicilia.
La rivalidad entre el emperador Carlos V y Francisco I, rey de Francia, provocó una nueva invasión francesa
de Italia en 1524. A pesar de la ayuda de aliados florentinos, genoveses y venecianos, la invasión terminó
resultando un fracaso. Con la firma de la Paz de Cambrai (1529) el rey Francisco I renunciaba a todas sus
pretensiones sobre el territorio italiano, y aunque en la década de 1540 intentó nuevamente reanudar el
conflicto, no pudo socavar la hegemonía del emperador Carlos V en Italia. Cuando en 1535 la familia Sforza
perdió el control de la ciudad de Milán, el emperador se hizo también con el control del ducado, por lo que el
Milanesado fue una posesión española durante casi doscientos años. Sólo Génova y Venecia conservaron su
poderío de entre todos los Estados italianos. El último gran logro de Venecia fue la conquista del Peloponeso
en 1684, que perdió en 1715.
Durante el siglo XVIII, Italia continuó dividida y bajo el dominio de las potencias extranjeras. Hasta 1748 fue
el escenario de las guerras de sucesión europeas en las que se redefinió un nuevo equilibrio internacional.
Venecia volvió su vista al este, el Papado quedó cada vez más aislado y Florencia perdió definitivamente su
importancia en la zona. Saboya, situada entre Francia y las posesiones de los Habsburgo en Italia, pasó a
desempeñar un dominio cada vez mayor. El duque Víctor Amadeo II resultó victorioso y fortaleció su poder
tras la guerra de Sucesión española. Los Tratados de Utrecht otorgaron Sicilia al duque, que él cedió a Austria
en 1720 a cambio de Cerdeña. También mediante dichos tratados las posesiones de España en Italia fueron
transferidas al Sacro Imperio, que dominó la península Itálica durante casi toda la segunda mitad del siglo
XVIII.
AUSTRIA
La muerte del último Babenberg fue seguida de un periodo de disturbios. El rey Ottokar II de Bohemia ocupó
Austria, Estiria y Carniola durante su reinado (1230−1278). Su poder iba en contra de Rodolfo de Habsburgo
(Rodolfo I), que fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1273. En 1278 Ottokar
fue derrotado y asesinado por las tropas de Rodolfo. Hacia 1283, la mayor parte de los antiguos dominios de
Ottokar habían caído en manos de Alberto I, hijo de Rodolfo.
Austria bajo los Habsburgo
El ascenso de Austria está estrechamente unido a la casa de los Habsburgo. Durante los siglos XIV y XV
incrementaron sus dominios en la parte este del Sacro Imperio Romano Germánico. El archiduque Rodolfo IV
proclamó la indivisibilidad de las posesiones heredadas de los Habsburgo, que se correspondían
aproximadamente con la actual República de Austria. Desde 1438 hasta 1806 (excepto entre 1742−1745), los
archiduques de Austria mantuvieron el título de sacro emperador romano.
Durante el reinado del emperador Maximiliano I desde 1486 hasta 1519, el Imperio de los Habsburgo llegó a
tener un gran poder, ya que sus posesiones se incrementaron a causa de sus ventajosos compromisos
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matrimoniales. Su propio matrimonio con María de Borgoña incorporó una gran parte de este territorio al
Imperio. También dispuso el matrimonio de su hijo Felipe (después Felipe I el Hermoso de Castilla) con
Juana I la Loca, hija de Fernando II el Católico e Isabel I la Católica, estableciendo así los derechos de los
Habsburgo en España y sus posesiones en Italia y América. Durante aquel periodo surgieron y se expandieron
las principales ciudades americanas de habla castellana, algunas de las cuales forman hoy parte del territorio
estadounidense.
Fernando I, hijo de Felipe y emparentado con la casa gobernante de Bohemia y Hungría, se convirtió en el rey
de Bohemia en 1526. Carlos, hermano de Fernando, fue coronado emperador con el nombre de Carlos V a la
muerte de Maximiliano, en 1519. Carlos acumuló las herencias de sus abuelos: las tierras de los Habsburgo en
Austria, los Países Bajos y España, con sus colonias. La extensión del Imperio de los Habsburgo demostró la
imposibilidad de gobernar un único monarca. Entre 1521 y 1522, Carlos cedió a Fernando los territorios de
Austria y parte de Alemania. La división de la dinastía de los Habsburgo en las ramas española y austriaca se
completó cuando Carlos abdicó, en 1556, como rey de España en favor de su hijo Felipe II, y en 1558, como
emperador en favor de su hermano Fernando.
Guerras civiles y exteriores
La Reforma rápidamente ganó terreno en el Sacro Imperio Romano, que englobaba a Austria. Carlos V había
combatido contra la Reforma en el plano religioso y político. Su lucha para preservar la unidad religiosa como
fundamento del poder de los Habsburgo llevó a hacer la guerra dentro del Imperio, al mismo tiempo que se
enfrentaba contra Francia y el Imperio otomano. La Paz de Augsburgo (1555) trajo un periodo de tregua al
establecer la tolerancia religiosa en Alemania para luteranos y católicos, según el principio de que cada
gobernador tenía el derecho a determinar su religión y la de sus súbditos. Este acuerdo fue respetado por los
Habsburgo hasta la llegada al poder de Fernando II, dirigente de la Contrarreforma, que pretendía devolver a
sus súbditos al catolicismo. Los protestantes de Bohemia se rebelaron en 1618, y de esta manera comenzó la
primera fase de la guerra de los Treinta Años. Después de que los rebeldes depusieran a Fernando en 1619, lo
que era un conflicto interno austriaco se convirtió en una guerra europea, disputada principalmente en suelo
germano. Los Habsburgo fueron derrotados en la contienda y la Paz de Westfalia (1648) debilitó su control
sobre el Sacro Imperio Romano, al reducirlo a una unión precaria de diferentes Estados independientes.
Un grave conflicto surgió en la década de 1680, cuando Turquía acordó ayudar a los rebeldes húngaros contra
el dominio de los Habsburgo. El punto culminante llegó en 1683, cuando Viena fue asediada por el gran visir
turco Kara Mustafá Pasha. La ciudad fue rescatada por un ejército de polacos y germanos bajo el mando del
rey de Polonia Juan III Sobieski. Los ejércitos imperiales obtuvieron grandes victorias en las postrimerías del
siglo, dirigidos por el príncipe Eugenio de Saboya, que expulsó a los turcos de Hungría.
En 1700, Carlos II de España murió sin herederos. Dejó España, los Países Bajos españoles y sus posesiones
en Italia a Felipe, duque de Anjou y nieto de Luis XIV, rey de Francia. El emperador Leopoldo I, un
Habsburgo de la línea austriaca, reclamó estos territorios para su hijo José I; esto llevó a la guerra (véase
Guerra de Sucesión española). Al final del combate, Felipe fue reconocido como Felipe V, rey de España,
pero Austria consiguió el control de los Países Bajos españoles y las posesiones españolas en el norte de Italia.
En 1713, el emperador austriaco Carlos VI promulgó la famosa Pragmática Sanción, que declaró sus
posesiones indivisibles y hereditarias, tanto para hombres como para mujeres, en la sucesión a la Casa de
Austria. Esta fue la primera ley fundamental común para todos los territorios de los Habsburgo y se proyectó
como un intento para su gradual integración. Su carácter unificador se vio debilitado en Hungría, donde sólo
se aceptó después de que Carlos ratificara la Constitución y la autonomía húngara, lo que en realidad
fortaleció el separatismo húngaro. La mayoría de las monarquías europeas prometieron asumir la Pragmática
Sanción a cambio de varias concesiones, pero rechazaron éstas en 1740, cuando murió Carlos sin herederos
varones.
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Despotismo ilustrado
El emperador Francisco I Todavía duque de Lorena, Francisco contrajo matrimonio en 1736 con María
Teresa, archiduquesa de Austria y heredera del emperador Carlos VI. Su esposa logró que en 1745 fuera
coronado, como Francisco I, titular del Sacro Imperio Romano Germánico, aunque fue en realidad la propia
María Teresa quien gobernó los numerosos territorios de la Casa de Habsburgo.
De acuerdo con la Pragmática Sanción, la hija mayor de Carlos, María Teresa, que en 1736 se había casado
con Francisco, duque de Lorena, subió al trono de los Habsburgo. En 1745, Francisco se convirtió en
emperador austriaco con el nombre de Francisco I, pero su esposa mantuvo la corona. La subida de María
Teresa y las reclamaciones rivales por los dominios de los Habsburgo llevaron a la guerra de Sucesión
Austriaca, que continuó con la guerra de los Siete Años (1756−1763). Como resultado de ella, Austria perdió
la mayor parte de Silesia (la provincia mejor desarrollada económicamente) y Bohemia, que pasó a poder de
Prusia. María Teresa impulsó varias reformas en la administración y en la educación, y disminuyó los
gravámenes de los siervos y la autoridad de la nobleza.
El hijo de María Teresa, José II, motivado por las ideas de los ilustrados, abolió la servidumbre, mejoró los
procedimientos civiles y criminales, decretó la tolerancia religiosa y la libertad de prensa, redujo el control de
la Iglesia católica sobre los asuntos seglares, e intentó centralizar la administración imperial. Sus reformas
levantaron una oposición generalizada. A la hora de su muerte, Hungría y Bélgica estaban en plena revuelta y
había malestar en Austria y en Bohemia. El hermano de José y su sucesor, Leopoldo II, revocó la mayoría de
las reformas y fue forzado a reconocer a Hungría como unidad separada de las posesiones de los Habsburgo.
A pesar de este contratiempo, el reinado de José supuso una regeneración de la monarquía y su apertura a las
tendencias europeas. Durante la era del despotismo ilustrado, Austria se anexionó parte de Polonia al unirse
con Rusia y Prusia en la partición de aquel país.
Guerra con Francia
Desde 1792 hasta 1815, el Imperio de los Habsburgo estuvo implicado casi de continuo en guerras: primero
en la Revolución Francesa y después en las Guerras Napoleónicas. Las ideas de los revolucionarios franceses
suponían una amenaza para el absolutismo de los Habsburgo, quienes entraron en el conflicto después que
Leopoldo II fuera sucedido por su hijo Francisco II, en 1792. La participación militar austriaca empezó con
una invasión victoriosa, junto con las tropas prusianas, de Francia, pero las fuerzas francesas hicieron
retroceder a los invasores tras la frontera y, durante el invierno de 1794−1795, conquistaron los Países Bajos
austriacos. En 1806, tras la conquista de Napoleón I Bonaparte de la mayor parte de Alemania, se disolvió el
Sacro Imperio Romano Germánico. Como paso previo, en 1804 el monarca Francisco I se había
autoproclamado emperador hereditario de Austria. Sin embargo, pronto cambió la suerte de Napoleón, y
Austria fue parte de la coalición que lo llevó al exilio en 1814. El poder y el territorio de Francisco fueron
restaurados en parte por el Congreso de Viena, celebrado en 1815. Aunque Austria perdió algunos territorios
en Bélgica y el suroeste de Alemania, ganó Lombardía, Venecia, Istria y Dalmacia. La destreza diplomática
del canciller austriaco Metternich hizo del Imperio de los Habsburgo el centro del nuevo orden europeo. La
influencia austriaca en la Confederación Alemana, que sustituyó al Sacro Imperio Romano Germánico, y en la
Santa Alianza estaba en su punto culminante.
La revolución de 1848
Desde 1815 hasta 1848, el curso del Imperio Austriaco, dirigido por Metternich, se dedicó esencialmente a
preservar el statu quo. El Imperio era todavía predominantemente rural, aunque había tenido lugar un
desarrollo industrial significativo desde finales de la década de 1820. El nacionalismo se mezcló con los
problemas sociales y las presiones fueron aumentando por el descontento campesino. En marzo de 1848, una
rebelión en Viena forzó a Metternich a dimitir. La revolución se extendió rápidamente cuando alemanes,
magiares, eslavos, italianos y otros pueblos se pusieron en contra del régimen imperial. Fernando I abdicó en
71
diciembre y su sobrino de 18 años, Francisco José I, empezó un reinado que duraría hasta 1916. El nuevo
emperador promulgó una Constitución para Austria, que establecía un gobierno parlamentario y emancipaba a
los campesinos de los gravámenes feudales. Los rebeldes italianos ocuparon el gobierno en Milán, mientras
que en Hungría se declaró la plena independencia, vinculada al Imperio sólo a través del monarca Habsburgo.
Además, una Asamblea constitucional redactó un plan para la reorganización administrativa del Imperio de
acuerdo con las diferencias nacionales.
Las fuerzas revolucionarias se debilitaron en seguida al entrar en conflicto con los intereses de las diferentes
clases sociales y nacionalidades. Los ejércitos de los Habsburgo derrotaron a los rebeldes italianos y, con la
ayuda de la Rusia zarista, se reprimió la rebelión húngara. Francisco José acabó con todas las pretensiones
liberales. Abolió el gobierno constitucional y rechazó el plan para la reorganización del imperio según las
diferencias nacionales. La única reforma que sobrevivió fue la abolición de la servidumbre.
Pérdidas austriacas
A mediados del siglo XIX, Austria afrontó los problemas de protegerse frente al creciente nacionalismo,
especialmente en Italia y Prusia, así como de los avances rusos en la península de los Balcanes. Durante la
guerra de Crimea (1853−1856), Austria amenazó con intervenir del lado de Inglaterra y Francia si Rusia no
desocupaba los principados rumanos de Moldavia y Valaquia. Después de que los rusos accedieran en 1854,
Austria ocupó los territorios hasta el final de la guerra. Sin embargo, la prolongación del conflicto arruinó las
finanzas austriacas. Rusia, su aliado durante muchos años, se convirtió en enemigo al respaldar las políticas
antiaustriacas de Francia y Prusia.
Después de una guerra que estalló en 1859, el reino de Piamonte−Cerdeña expulsó a Austria de la península
italiana y surgió el Reino de Italia. Después de esta derrota, el emperador intentó fortalecer su gobierno al
promulgar un sistema constitucional limitado, que no satisfizo a ninguno de los grupos de la oposición.
A Austria no le fue mejor en su contienda con Prusia por la supremacía de Alemania. El canciller prusiano,
Otto von Bismarck, estaba decidido a apartar a Austria de los asuntos alemanes y provocar la unificación de
Alemania bajo la dirección de Prusia. El enfrentamiento se dirimió en el campo de batalla de Sadowa (1866)
con victoria prusiana. La Confederación Alemana se disolvió y Prusia tomó la dirección en la reorganización
y posterior unificación de Alemania. Además, Austria perdió Venecia en favor del aliado de Prusia, Italia.
La Monarquía Dual
Después de la guerra, en 1867, el emperador Francisco José fue forzado a llegar a un compromiso (en alemán,
Ausgleich) con la nación húngara, representada por la nobleza. El compromiso dio a Hungría su propia
Constitución y casi una situación de independencia. A partir de 1867, el imperio se conoció como el Imperio
Austro−Húngaro y popularmente se llamó la Monarquía Dual. Austria y Hungría eran Estados separados,
cada uno con su propia constitución, gobierno, parlamento y lengua. Los magiares predominaban en Hungría,
mientras que los alemanes gozaban de privilegios en Austria. Los dos Estados estaban unidos por una única
monarquía, donde el soberano era emperador de Austria y rey de Hungría, con los mismos ministros de
Asuntos Exteriores, Guerra y Finanzas.
El compromiso de 1867 inspiró los movimientos a favor de la autonomía entre los grupos nacionales dentro
del Imperio. Además de los magiares y los alemanes (alrededor de 10 millones cada uno), el territorio
imperial también acogía nueve grandes nacionalidades: checos, polacos, rutenos (ucranianos), eslovacos,
serbios, rumanos, croatas, eslovenos e italianos. Alrededor de 6,5 millones de checos, que vivían en Bohemia,
Moravia y la Silesia austriaca, formaban la minoría más extensa, más avanzada, pero también la más
descontenta. Todos los esfuerzos de los grupos nacionales por conseguir la autonomía fueron obstaculizados
por la determinación húngara y austriaca de no alterar nunca la estructura política creada por el compromiso.
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La Constitución de 1867 reguló el sistema político en la mitad austriaca de la Monarquía Dual hasta 1918,
pero sus disposiciones liberales fueron restringidas en la práctica. La votación estaba limitada a algunos
propietarios y la aristocracia conservaba una influencia considerable. Los ministros eran responsables ante el
emperador, que tenía poderes especiales para gobernar sin el Parlamento. Cuando Austria experimentó un
significativo crecimiento económico, se incrementaron los conflictos sociales, los movimientos nacionalistas,
el surgimiento de los partidos políticos de masas y un antisemitismo virulento. Desde la década de 1880, la
vida política estuvo marcada por los conflictos entre las diversas nacionalidades.
Pero junto con estos aspectos conflictivos de la vida política austriaca, se cosecharon algunos éxitos
constatables. Bajo el alcalde de Viena Karl Lueger, un programa de reformas, que incluía la construcción de
hospitales, escuelas y parques, situó a la ciudad entre las más modernas de Europa. Viena también fue
escenario de una extraordinaria innovación artística e intelectual.
Alianza con Alemania
La creación del Imperio Alemán en 1871 supuso la reorientación de la política exterior de los Habsburgo
hacia la península de los Balcanes. La intención del ministro de Asuntos Exteriores, el húngaro conde Gyula
Andrássy, era preservar la situación establecida en la zona. Al adoptar una política de amistad con Alemania,
Andrássy prometió que Austria−Hungría no interferiría en los asuntos internos alemanes; a cambio, Alemania
apoyó los intentos austro−húngaros para limitar la influencia de Rusia en el sureste de Europa. Cuando Rusia
derrotó a los turcos en 1878, Austria−Hungría, apoyada por Alemania y Gran Bretaña, intervino para evitar
que los rusos se hicieran con toda la Turquía europea. El Congreso de Berlín (1878) restringió las
adquisiciones rusas; también permitió a Austria−Hungría administrar las provincias turcas de
Bosnia−Herzegovina. En 1879, Alemania y Austria−Hungría firmaron una alianza formal, y con la
incorporación de Italia en 1882 se creó la Triple Alianza. Desde un principio, esta alianza (el punto de apoyo
de la política internacional de Austria−Hungría) estuvo dominada por Alemania, que subordinaba el interés de
la política exterior de Austria−Hungría a la suya.
Serbia, que se independizó de Turquía por el Congreso de Berlín, fue un país satélite de Austria−Hungría
hasta 1903, fecha en que nuevos dirigentes pretendían unificar todos los eslavos del sur de la monarquía de los
Habsburgo, incluyendo Bosnia−Herzegovina, dentro de un amplio Estado serbio. En 1908, tras una revolución
en Turquía, Austria−Hungría se anexionó las dos provincias. Los serbios, apoyados por Rusia, protestaron
vehementemente. Sólo el sostén de Alemania a Austria−Hungría evitó la guerra. Al tiempo que Serbia
emergía de las Guerras Balcánicas victoriosa y territorialmente agrandada, los dirigentes austro−húngaros
estaban convencidos de que la guerra con Serbia era inevitable.
RUSIA
Constantinopla cayó bajo el poder de los turcos en 1453 y más tarde la Iglesia ortodoxa rusa consideró a
Moscú la `tercera Roma', sucesora de Constantinopla y centro de la Cristiandad ortodoxa. El águila de dos
cabezas, símbolo de Bizancio, fue incorporada a las armas moscovitas y permaneció como el emblema de la
Santa Rusia. El factor más importante en la investidura de Moscú como ciudad sacra se debió al matrimonio
celebrado entre el gran duque Iván III el Grande y Sofía Paleólogo, nieta del último emperador de Bizancio.
El gran duque empezó a considerarse zar (del ruso tsar, que a su vez deriva del latín Caesar, `césar') de un
régimen autocrático, más que como cabeza de la nobleza. Incorporó a Moscovia (nombre con el que la
historiografía occidental designa al gran ducado de Moscú) los estados de Nóvgorod en 1478 y Tver en 1485.
En 1480, aprovechándose de las disensiones entre los mongoles, que habían dividido la Horda de Oro en
numerosos kanatos independientes, se negó a pagar el tributo anual. Los mongoles no consiguieron el cobro
de este tributo, y esa fecha fue considerada como el fin de la dominación tártara. Una vez libre del control
tártaro, Iván volvió a prestar atención a la parte occidental del antiguo reino de Kíev, ocupado por Lituania y
Polonia. Invadió los territorios lituanos en 1492 y 1500; con el fin de las hostilidades en 1503, Moscú pudo
controlar la mayor parte de los territorios fronterizos. El sucesor e hijo de Iván, Basilio III Ivánovich, continuó
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la política de expansión hacia el oeste iniciada por su padre, anexionando Pskov en 1510, y continuando con
la invasión de Smolensk en 1514 y la absorción del gran ducado independiente de Riazán en 1521. La política
exterior rusa contribuyó así a engrandecer la importancia de Moscú, mientras que en el interior se llevó a cabo
la formalización de un gobierno autocrático que vino acompañado de cambios sociales.
Iván el Terrible
Iván IV el Terrible fue proclamado soberano en 1533, a la edad de tres años; durante su minoría de edad, el
Estado estuvo continuamente dividido por los enfrentamientos entre los boyardos (nobles), sobre los que se
basó la anterior expansión territorial. En 1547, Iván asumió el trono y se convirtió en el primer gran duque
moscovita oficialmente coronado como zar; en este mismo periodo, se casó con Anastasia Románovna,
miembro de la familia de los Romanov. Iván se opuso al amplio poder de la antigua nobleza, de la que había
recibido varios desaires durante su infancia; en 1549 convocó la primera Zemski Sobor (o Asamblea
Nacional) en la que estaban representadas todas las clases de la sociedad rusa, con la sola excepción de los
campesinos. Su principal propósito era consolidar su posición autocrática debilitando el poder de los boyardos
y de la Iglesia. En diciembre de 1564, como medio de coerción, Iván abandonaba Moscú y anunciaba su
abdicación; la presión popular le permitió, en enero, recibir poderes absolutos, tras lo cual continuó en el
trono. Entre sus primeras medidas dispuso que la mitad de Moscovia fuera considerada propiedad patrimonial
del zar. Este territorio, denominado Oprichnina, pasó a estar bajo control directo de Iván, que lo distribuyó
entre sus seguidores como reconocimiento por los servicios personales y militares prestados, con lo que
estableció un nuevo grupo social denominado oprichniki. En agradecimiento a las tierras concedidas, los
oprichniki actuaron como cuerpo policial al servicio personal de Iván. Los boyardos, intentando defender su
posición que veían amenazada por el ascenso de este nuevo grupo dirigente, se levantaron en su contra; tras su
derrota Iván deportó a un gran número de ellos y las ejecuciones fueron masivas.
En 1552 los ejércitos moscovitas conquistaron y anexionaron el reino tártaro de Kazán, y Astracán pasó a ser
territorio ruso en 1556. La pacificación de la frontera sur y oriental facilitó la colonización rusa de los
territorios orientales. La zona fronteriza de Moscovia fue ocupada poco a poco por belicosos aventureros
conocidos como cosacos, muchos de los cuales eran labradores exiliados. Se concentraron en la cuenca del
Don y alrededor del cauce bajo del Volga aunque algunos se dirigieron hacia el norte; en 1581, el hetman
(capitán) cosaco Yermak Timoféievich encabezó una expedición financiada por la rica familia de los
Stroganov hacia el este, cruzando los Urales. Iván, en un principio, advirtió a Yermak que no soliviantase a las
tribus salvajes del área, pero cuando, en 1581, éste puso bajo dominio ruso toda la cuenca del río Obi le
perdonó, comenzando así la conquista de Siberia. Al oeste, Iván reunió sus fuerzas en el Báltico y, durante un
tiempo, logró someter Livonia; no obstante, en el momento de su muerte, ya había perdido todas sus
conquistas occidentales. Iván cerró numerosos tratos comerciales con Inglaterra y reunió a un elevado número
de expertos occidentales en tecnología y comercio exterior, una práctica que ha pervivido a lo largo de la
historia de la monarquía rusa. Aunque ha sido conocido como Iván el Terrible por sus crueldades y excesos
durante los últimos años de su reinado, también es cierto que fortaleció el Estado y estableció las bases del
gobierno supremo de los zares.
Borís Godunov
Fiódor I (Teodoro I), hijo de Iván, resultó ser enfermizo e indeciso, y durante su reinado (1584−1598) estuvo
constantemente dominado por su cuñado, el boyardo Borís Godunov. Bajo la dirección de éste, el Estado ruso
creció en poder y prestigio, aunque en 1597, el descontento de los labradores aumentó tras la proclamación de
una ley que les ligaba a las propiedades territoriales y aprobaba la servidumbre. En 1598 con la muerte del aún
niño Fiódor se puso fin a la dinastía de los rurik, y Borís fue elegido zar por la Zemski Sobor (Asamblea
Nacional). Aunque gobernó con gran habilidad, su acceso al trono fue muy difícil porque le consideraron
presunto asesino de Dimitri Ivánovich, hijo de un pariente directo de Iván el Terrible. La misteriosa muerte de
Dimitri en 1591 hizo posible la aparición de pretendientes al trono bajo su nombre o como sus descendientes,
inaugurando un periodo de desorden y revueltas que fue conocido como Edad de los disturbios o Smútnoye
74
Vremya.
Edad de los disturbios
En 1604, un pretendiente al trono conocido por el nombre de Dimitri I o Falso Dimitri, consiguió el apoyo de
algunos nobles lituanos y polacos y de los cosacos. Tres meses después de la muerte de Borís en 1605, Dimitri
I entró en Moscú y fue coronado zar. A pesar de su capacidad gubernativa, se enfrentó con la oposición de los
boyardos que aún confiaban en la restauración del poder que ellos mismos representaban. Se levantaron en
armas y asesinaron al zar, tras lo que elevaron al trono al príncipe Basilio Shuysky. Sin embargo, contaban
con la oposición de los cosacos y campesinos irritados por la instauración de la servidumbre y temerosos de
que la política de los boyardos agravara su situación; se produjeron revueltas en el sur de Rusia apoyando a un
nuevo pretendiente al trono, Dimitri II, cuando ya estaba cerca de Moscú. Al mismo tiempo, el rey de Polonia
Segismundo III Vasa, deseoso de alcanzar el trono ruso, atravesó las fronteras occidentales a petición de
Basilio y prestó su apoyo militar al zar boyardo. Tras un largo periodo de luchas e intrigas, Basilio fue
depuesto en 1610, con lo que el trono quedaba vacante. Algunos boyardos apoyaron la candidatura de
Vladislav, hijo de Segismundo, y el ejército polaco entró en Moscú. El país entero cayó en un estado de total
anarquía.
Esta situación fue resuelta por la iniciativa de Kuzma Minin, un vecino de Nizni Nóvgorod que encabezó un
levantamiento nacional en el noreste de Rusia. Bajo la dirección del príncipe Dmitri Mijáilovich Pozarsky,
quien consiguió la ayuda de los cosacos, las tropas rebeldes avanzaron sobre Moscú y en 1612 los polacos
fueron expulsados. En 1613 la Asamblea Nacional, cuyos miembros representaban a las ciudades y a la
Iglesia, eligió como zar a Miguel Romanov, sobrino nieto de Anastasia Románovna. Se inició así la dinastía
de los Romanov.
Gobierno de los Romanov
Aunque el descontento social fue la principal característica de la Edad de los disturbios, no se emprendieron
verdaderas reformas. La principal consecuencia de este periodo de caos fue la ruina de la antigua nobleza de
los boyardos, cuyo papel en el gobierno fue realizado por otra nueva clase nobiliaria, aunque sin alcanzar la
preponderancia de la primera.
Bajo los primeros Romanov esto es, Miguel y su hijo Alejo Mijáilovich Romanov, proclamado zar en 1645
las nuevas leyes otorgaron a los nobles propietarios de tierras un mayor poder sobre sus siervos. El código
adoptado en 1649, únicamente hizo que aumentara el número de campesinos que huían de la servidumbre de
la gleba y se instalaran en los asentamientos cosacos a lo largo del curso bajo del Volga, el Dniéper y el Don.
En 1670 bajo la dirección del cosaco del Don, Stenka Rasin, comenzó una gran revuelta agraria en el sureste
de Rusia, que un año más tarde sería sofocada no sin grandes dificultades por las tropas del zar. Esta primera y
gran revuelta de campesinos estableció un precedente para los levantamientos que más tarde vendrían
protagonizados por la gleba, que encauzó su odio hacia la nueva nobleza señorial, más que hacia el mismo
zar.
Rusia, mientras tanto, se convertía en un Estado más europeo, y en los centros urbanos se hacían sentir las
influencias de la Europa occidental que ponían fin al aislamiento provocado por las invasiones de los
mongoles. Este cambio en las actitudes y formas de vida requería establecer una reconciliación cultural con
los antiguos territorios recuperados a Polonia y Lituania. En 1654, los cosacos de Ucrania se rebelaron contra
el control polaco y ofrecieron su apoyo al zar Alejo. En la consiguiente guerra con Polonia (1654−1667),
Rusia salió vencedora y pudo así recuperar Smolensk (perdido en 1611), Kíev y el resto del este de Ucrania.
La reincorporación de Ucrania aceleró las reformas del ritual de la Iglesia rusa; Ucrania era un distrito del
patriarcado de Constantinopla y con el fin de garantizar su plena integración en la Rusia occidental, la Iglesia
ucraniana fue inducida a aceptar al patriarca de Moscú. El patriarca de Rusia, Nikón (1652−1658), introdujo
reformas en el ritual ruso que provocaron un cisma, ya que muchos de los clérigos y creyentes rusos se
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negaron a abandonar sus ceremonias de tradición centenaria. Según el Concilio de 1667, los disidentes
tradicionalistas (o raskolniki) fueron declarados cismáticos. Así, millones de los considerados `viejos
creyentes' se vieron excluidos de la participación en la vida rusa.
Alejo fue sucedido por su hijo, Fiódor III, bajo cuya dirección, Rusia llevó a buen término su primera guerra
contra el Imperio otomano. Tras la muerte de Fiódor en 1682, su hermano Pedro I el Grande fue proclamado
zar, pero su hermana mayor, Sofía Alexeievna, ocupó el trono en nombre de su otro hermano, Iván V el
Hechizado a quien declaró incompetente para gobernar, haciéndose ella con el poder. Tras un intento fallido
de privar a Pedro de sus derechos al trono y de asesinarlo junto a su madre, Sofía fue obligada a abandonar el
poder en 1689.
El Imperio Ruso
La ascensión de Pedro I como zar en 1682 marcó el comienzo de un periodo durante el cual Rusia logró
alcanzar un gran poder dentro de Europa.
Pedro I el Grande
Atraído por la cultura de Europa occidental, en especial de Prusia, en 1697 dirigió una misión técnica y
diplomática que recorrió varios países europeos y que le tuvo ausente de Rusia durante dieciocho meses.
Intentó mediante decretos y leyes obligatorias transformar la sociedad tradicional de Moscú en otra de estilo
occidental, que permitiera hacer de Rusia un poderoso Estado y aumentar su poder en Europa; reorganizó el
Ejército, fortaleció la Armada, reformó el gobierno e impuso normas de comportamiento occidentales a la
población rusa; bajo órdenes directas, promovió el desarrollo de la industria y del comercio, así como la
formación técnica, la educación y las ciencias. Durante su reinado, Rusia llevó a cabo una serie de
adquisiciones territoriales; sus principales campañas militares tuvieron lugar sobre todo en el oeste, y su más
destacado enfrentamiento se produjo contra el mayor poder fáctico del Báltico en aquel tiempo, Suecia, en la
Gran Guerra del Norte (1700−1721). Para controlar el Báltico era necesario crear una gran armada que
permitiera la expansión del comercio exterior ruso, pero las fuerzas militares del zar fueron derrotadas por los
suecos en Narva (hoy en Estonia) en 1700. No obstante, los suecos no persiguieron a los rusos, lo cual
permitió que Pedro pudiera reorganizar sus fuerzas y atacar las bases suecas en Livonia. En 1703, comenzó la
construcción de la nueva capital, San Petersburgo, sobre el territorio ganado a los suecos; el gobierno se
trasladó allí desde Moscú en 1714. Pero antes, en 1709, la flota rusa venció a los suecos en Poltava, con lo que
Rusia consiguió la supremacía en el Báltico. Según los términos del Tratado de Nystad (30 de agosto de
1721), Rusia adquiría Livonia, Estonia, Ingria, parte de Carelia y numerosas islas del Báltico. Con el dominio
de los rusos en el norte de Europa, la concepción bizantina del zar fue reemplazada por la latina que aportaba
el título de emperador. En 1721 Pedro fue proclamado zar de todas las Rusias dando origen al Imperio Ruso.
Los sucesores de Pedro I el Grande
El gobierno autoritario de Pedro I estuvo seguido de un periodo de debilidad. Su hijo y heredero Alejo fue
condenado por alta traición y murió torturado en prisión en el año 1718. El trono pasó entonces a su segunda
esposa, Catalina I. Tras su muerte en 1727, la sucesión en el trono pasó a manos de distintos gobernadores,
tras varias conjuras y conspiraciones, a menudo protagonizadas por la guardia de palacio. Pedro II, hijo de
Alejo, fue nombrado emperador tras la muerte de Catalina y fue a su vez sucedido en 1730 por Ana Ivánovna,
hija de Iván V. Ana, como duquesa de Curlandia, distribuyó los principales cargos entre sus favoritos
prusianos y gobernó con despotismo; fue sucedida en el trono por Iván VI, su sobrino nieto de tan sólo ocho
semanas de edad. Una conspiración palaciega colocó en el trono a la hija menor de Pedro I, Isabel Petrovna;
bajo su gobierno (1741−1762) se produjo una recuperación nacional, y en una guerra contra Suecia
(1741−1743), Rusia conseguía parte de Finlandia. Posteriormente se alió con Austria y Francia en la guerra de
los Siete Años (1756−1763) contra Prusia. Su sobrino y sucesor Pedro III, admirador del rey Federico II de
Prusia, dio por sellada la paz en el momento de su ascensión al trono en 1762; un año después, Pedro III fue
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depuesto y asesinado. Su esposa, una princesa alemana, subió al trono vacante con el nombre de Catalina II.
Su labor de gobierno intentó desarrollar la política iniciada por Pedro I el Grande; el éxito de sus medidas
permitió la expansión de Rusia. Sus campañas militares tomaron dos direcciones; en primer lugar, dirigió sus
ejércitos contra el Imperio otomano con el fin de hacerse con los puertos del mar Negro tan necesarios para el
comercio ruso; en la Guerra Turco−rusa de 1768 a 1774, Rusia ocupó la región tártara de Crimea que quedó
anexionada al Imperio Ruso en 1783, mientras que en un posterior enfrentamiento (entre 1787 y 1792),
conseguía todos los territorios situados al oeste del río Dniéster, entre los que se encontraba el puerto de
Ochakov, en el mar Negro. El segundo objetivo de su actividad militar se centró en los territorios
occidentales; como resultado de las tres particiones de Polonia (1772, 1793, 1795), Rusia obtuvo 468.000 km2
de tierra y alrededor de seis millones de habitantes. La política interior de Catalina fue fiel reflejo del gobierno
de corte occidental de Pedro I. Introdujo la cultura francesa y durante algún tiempo estuvo interesada en las
teorías liberales expuestas por algunos escritores franceses como Voltaire. En 1767, emitió una propuesta de
reforma administrativa y legal, intentando mejorar las condiciones de vida de los siervos campesinos, pero no
se llegaron a poner en práctica por la oposición de la nobleza. El estallido de un levantamiento cosaco y de
campesinos dirigido por Yemelyan Ivánovich Pugachov (1773−1775), que fue sofocado tras su ejecución,
hizo que Catalina, en respuesta a los hechos, en lugar de suavizar las opresivas leyes sobre servidumbre, las
endureciera aún más. Tras el comienzo de la Revolución Francesa de 1789, la emperatriz desechó por
completo sus puntos de vista liberales.
Pablo I y Alejandro I
Catalina fue sucedida en 1796 por su hijo Pablo I, quien estableció algunas reformas en el trato de los siervos,
limitando el trabajo que realizaban para sus señores a sólo tres días a la semana. En asuntos externos, se unió a
Austria, Gran Bretaña, Nápoles y el Imperio otomano, en una segunda coalición contra Francia (1799−1802).
Fue un gobernante despótico y desequilibrado que murió en su propio palacio después de una conspiración
dirigida por la nobleza en 1801.
Su hijo, Alejandro I Pavlovich, fue el favorito de su abuela, la emperatriz Catalina. Imbuido en las políticas
liberales del reinado de su abuela y educado por el pensador suizo Frédéric César de la Harpe, Alejandro
empezó su reinado garantizando la amnistía a los presos políticos, proyectando una Constitución para el
Imperio y rechazando muchas de las medidas restrictivas de su padre. No obstante, su esperanzadora política
interior fue pronto abandonada a causa de las guerras en el extranjero. En 1805, Rusia junto a Gran Bretaña,
Austria y Suecia crearon la Tercera Coalición contra Napoleón Bonaparte. Después de que los ejércitos
franceses ocuparan Prusia tras la batalla de Jena, el 14 de octubre de 1806, y derrotaran a Rusia en Friedland
el 14 de junio de 1807, Alejandro dio marcha atrás y buscó la alianza con Francia por el Tratado de Tilsit
(1807), por el cual Alejandro colaboró en la formación del bloqueo continental dirigido contra Gran Bretaña;
en recompensa obtuvo libertad de acción contra Suecia y Turquía. Tras la Guerra Turco−rusa de 1806 a 1812,
Rusia ocupó Besarabia; en su enfrentamiento con Suecia en 1808 y 1809 adquirió las islas Åland y toda
Finlandia. En Asia también amplió sus fronteras; después de la anexión de Georgia en 1801, en 1813 ocupó
Daguestán y otras áreas. Mientras tanto, las relaciones con Francia se iban deteriorando y en 1812 Napoleón
invadió Rusia. Esta campaña fue un completo desastre para el emperador francés; sus tropas entraron en
Moscú el 14 de septiembre, pero la ciudad había sido ya incendiada por los propios rusos y los franceses se
vieron obligados a replegarse en retirada, la cual se convirtió en una completa derrota por la exposición
constante al hambre, al frío y al acoso de las guerrillas, en un país devastado por la política rusa de `tierra
quemada'. Tras la derrota francesa, Alejandro se convirtió en la figura central de la alianza que acabó con la
expulsión de Napoleón. En 1815 en el Congreso de Viena, la mayor parte del ducado de Varsovia pasó a ser
propiedad rusa.
Aunque la última década del reinado de Alejandro estuvo marcada por las medidas reaccionarias y represivas,
los intercambios intelectuales entre Europa occidental y Rusia favorecieron una mayor liberalización de los
puntos de vista políticos entre la intelectualidad rusa, representada por los estudiantes, la clase media alta y la
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nueva nobleza. La imagen de Rusia como un Estado despótico con una compleja burocracia presente en todos
los ámbitos de la vida política y social y llena de corrupción, donde las masas oprimidas tenían poco que
decir, permitió la aparición de sociedades políticas secretas, tras lo cual empezó el movimiento
revolucionario.
Nicolás I
Tras la muerte de Alejandro I en 1825 sin descendencia, el trono pasó a su hermano menor, Nicolás I.
Aprovechándose de la relativa confusión generada por el asunto de la regencia, un grupo de jóvenes oficiales
organizaron la revuelta decembrista, en un esfuerzo para establecer una monarquía constitucional o incluso
una república. El emperador pronto sofocó la revuelta, aunque aumentó el descontento cuando se tomaron
medidas reaccionarias, como la creación de una policía secreta que obedecería de forma leal al emperador, la
censura de todas las publicaciones y la supresión de todo tipo de material en los textos escolares o planes de
estudio que fuera considerado potencialmente peligroso. Tras las revoluciones de 1848 que sacudieron a toda
Europa, Nicolás comenzó una vigorosa campaña contra las ideas liberales en la educación y en los círculos
intelectuales en general; las cátedras de historia y filosofía fueron abolidas por esta misma razón y los grupos
de estudiantes se redujeron a 300 por universidad. Fueron igualmente arrestados numerosos escritores,
algunos de los cuales, como Fiódor Dostoievski, fueron exiliados y sentenciados a trabajos forzados.
Nicolás I hizo también numerosos esfuerzos por expandir el Imperio. Esta expansión se llevó en tres
direcciones: al suroeste, hacia el Mediterráneo, interfiriendo en las provincias balcánicas de Turquía; al sur,
hacia el Cáucaso y Asia central, y al este hacia el Pacífico. En 1826 empezó una guerra contra Irán, que
terminó dos años después con la adquisición rusa de parte de Armenia, además de la ciudad estratégica de
Ereván. Al mismo tiempo, Nicolás I apoyó a los revolucionarios griegos y la flota rusa se unió a los barcos
británicos y franceses para derrotar a la flota turca en la batalla de Navarino (1827). En la Guerra Turco−rusa
de 1828 y 1829, Turquía resultó vencida; por el Tratado de Adrianópolis (1829) Rusia conseguía la soberanía
sobre los pueblos del Cáucaso, controlaba la desembocadura del Danubio, establecía un sistema de vigilancia
sobre los nuevos principados de Moldavia y Valaquia, así como la libertad de comercio en el Imperio turco.
En occidente, en 1830 se produjo una revolución en Polonia que demandaba su independencia. Los
nacionalistas polacos expulsaron al gobernador ruso y organizaron un gobierno provisional; sin embargo, las
tropas rusas sofocaron rápidamente la revuelta y Polonia se convirtió de nuevo en provincia rusa.
El aumento de poder ruso en Oriente Próximo y en los Balcanes fue considerado como una amenaza por parte
de las otras potencias europeas, especialmente después de que las tropas rusas ocuparan los Dardanelos, tras el
acuerdo de 1833 con Turquía. Gran Bretaña, Francia, Prusia y Austria formaron un bloque para obstaculizar
los planes rusos de un eventual dominio del decadente Imperio turco. En 1853, después de que Nicolás I
invadiera los principados del Danubio (Moldavia y Valaquia), Turquía declaraba la guerra a Rusia. En la
guerra de Crimea (1853−1856), Rusia se enfrentó a una coalición formada por Turquía, Gran Bretaña,
Piamonte y Francia, y fue duramente doblegada.
Alejandro II
Nicolás I murió en 1855 y su hijo Alejandro II firmó la Paz de París (1856). Rusia fue obligada a abandonar
Kars y parte de Besarabia; su posición en el mar Negro quedó neutralizada, y el protectorado ruso sobre los
principados del Danubio fue abolido. A pesar de este retroceso en el suroeste, se mantuvo el avance en el
Pacífico y en el golfo Pérsico. En 1850 se estableció un asentamiento ruso en el estuario del río Amur y la
mitad norte de la isla de Sajalín fue ocupada en 1855. Tres años más tarde, toda la región del Amur y el área
meridional (donde se fundó en 1860 la ciudad de Vladivostok) quedaron totalmente anexionadas. En Asia
central, el Imperio se había extendido hasta alcanzar prácticamente la frontera con la India británica, con la
anexión de Tashkent (1865), Bujara (1866), Samarcanda (1868), Jiva (1873) y Jojand (1876); Merv fue
anexionada en 1884, tres años después de la muerte de Alejandro.
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En política interior, el reinado de Alejandro fue una era de reformas necesarias tras el fracaso de la guerra de
Crimea. En 1861 decretó la emancipación de los siervos, lo que implicó la reforma del gobierno local; así en
1864 fueron introducidos los zemstvos (o asambleas de distritos) para tratar cuestiones locales como la
educación, el bienestar público y los servicios de sanidad. El sistema judicial fue revisado y se instituyó un
tribunal de justicia para casos de delitos de sangre. No obstante, el emperador se negó a aprobar una
Constitución que permitiera la organización de una asamblea representativa. Crecieron los movimientos
revolucionarios con objetivos bien definidos, aunque también había grupos de tendencia nihilista que
intentaban acabar con la sociedad existente para construir una nueva sobre sus ruinas. El movimiento
populista narodniki (patriotas) intentó un levantamiento integrado por campesinos. Estos movimientos
revolucionarios también se produjeron en Polonia: en 1863, los polacos se sublevaron por segunda vez. Una
vez sofocada la revuelta, Polonia quedó privada de los últimos vestigios de su autonomía y fue puesta bajo el
control absoluto de Rusia.
Rusia reanudó su actitud agresiva contra Turquía después de 1871. El destronamiento de Napoleón III (uno de
los principales oponentes a la intervención rusa en los Balcanes) permitió a Rusia ampliar allí su esfera de
influencia. Cuando Serbia y Montenegro se levantaron contra Turquía en 1876, Rusia intervino en su ayuda;
tras la Guerra Turco−rusa de 1877 y 1878, Alejandro II consiguió mayores concesiones de Turquía aunque
fueron moderadas por parte de las potencias europeas, temerosas de la dominación rusa de los Dardanelos, en
el Congreso de Berlín (1878).
El final del Imperio
El fracaso en los objetivos bélicos exacerbó el descontento popular. Alejandro II murió asesinado por un
revolucionario en un atentado en 1881.
Alejandro III
El hijo de Alejandro II, Alejandro III, instituyó una rígida censura y la supervisión policial de las actividades
intelectuales; el poder de los zemstvos fue reprimido de forma drástica y se instituyeron programas para
rusificar a las numerosas minorías raciales del Imperio. La opresión sobre los judíos fue especialmente dura:
se les obligó a vivir en áreas delimitadas donde no estaba permitido el ejercicio de determinadas profesiones.
Los trabajadores industriales acogieron de buen grado la propaganda revolucionaria y las teorías marxistas
encontraron muchos adeptos. Una política de industrialización intensiva, generó un aumento en el número de
trabajadores que vivían en las ciudades más industrializadas, como Moscú y San Petersburgo, en pésimas
condiciones; el desarrollo de un movimiento revolucionario de carácter subversivo encontró muy pronto un
gran número de seguidores.
Nicolás II
Nicolás II ascendió al trono en 1894. Aunque bien intencionado, fue un gobernante débil fácilmente dominado
por otros y un firme creyente en los principios autocráticos enseñados por su padre. Su esposa Alejandra le
dio cuatro hijas y un hijo, Alejo, quien padecía hemofilia. En sus vanos intentos por encontrar cura para su
hijo, Nicolás y Alejandra acudieron a curanderos y fanáticos religiosos, entre los que destacó el monje
siberiano Grígori Yefímovich Rasputín.
La autocracia, la opresión y el control policial crecieron aún más bajo el mandato de Nicolás II y aumentó el
número de acciones terroristas. Algunos dirigentes revolucionarios exiliados, como Lenin, dirigieron el
movimiento socialista. En cuanto a la política exterior, los intereses rusos en Manchuria chocaron con el
Imperio Japonés en expansión, estallando la guerra en febrero de 1904.
La Revolución de 1905
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Necesitado de la ayuda del pueblo para hacer frente a la guerra con Japón, el gobierno permitió que un
congreso de los zemstvos se reuniera en San Petersburgo en noviembre de 1904. Cuando las peticiones de
reforma por parte del congreso fueron rechazadas por el gobierno, las asumieron los grupos socialistas, que
organizaron varias manifestaciones. El 22 de enero de 1905, miles de personas guiadas por Gueorgui
Apollónovich Gapón, un sacerdote revolucionario, marcharon pacíficamente hacia el Palacio de Invierno, en
San Petersburgo, para presentar allí sus protestas; sin embargo, fueron disueltos por las tropas imperiales,
muriendo cientos de ellos en lo que se dio en llamar el `domingo sangriento'.
Esta masacre señaló el comienzo de la revolución; se celebraron manifestaciones y continuas huelgas en todas
las áreas industrializadas del país. El fluir de los acontecimientos, combinado con el desastre de la guerra
contra Japón, obligó al zar a realizar determinadas concesiones: prometió la formación de una asamblea
representativa o Duma; emitió decretos que garantizaban la libertad de trabajo a los `viejos creyentes' (29 de
abril) y una mayor libertad para los polacos (16 de mayo). No obstante, no pudo parar la marcha de la
revolución: se amotinaron los marineros del acorazado Potemkín en Odesa y la guarnición de Kronstadt y se
crearon soviets (consejos obreros), cuyos delegados se reunieron en San Petersburgo, y el 14 de octubre,
convocaron una huelga general. Esta huelga estuvo acompañada de movimientos nacionalistas de descontento
en Finlandia y en Polonia y revueltas de campesinos, a lo que se añadió la completa derrota de Rusia en la
guerra contra Japón. El gobierno envió tropas contra los revolucionarios y prestó apoyo a los grupos
conservadores. El arresto de los componentes del soviet de San Petersburgo en diciembre provocó una
violenta rebelión de trabajadores en Moscú, sofocada por tropas del Ejército. A principios de 1906, el
gobierno se hizo de nuevo con el control del país.
LA CASA DEL ISLAM
El primer Estado otomano era un pequeño principado al noroeste de Anatolia, uno de los muchos
insignificantes estados que surgieron tras el hundimiento del anterior sultanato Selyúcida de Rum. Los
historiadores disienten sobre la relativa importancia de sus dos características principales: las tradiciones
tribales de los guerreros turco−mongoles que dominaron el Estado y la influencia del islam. El erudito Paul
Wittek, quien destaca la influencia del islam, afirma que el surgimiento del Estado otomano se debió a la
atracción de los gazis, o guerreros de la guerra santa (yihad), quienes se unieron a los otomanos porque
estaban dispuestos a desempeñar un papel importante en la lucha contra el Imperio bizantino cristiano del
oeste.
Las guerras incesantes y las alianzas acertadas supusieron el éxito de los otomanos. Hacia 1325 capturaron
Bursa, que se convirtió en su capital y hacia 1338 habían expulsado a los bizantinos de Anatolia. En ese
mismo momento, los otomanos extendieron sus territorios hacia el sur y el este a expensas de otros
principados turcos, y en 1354 tomaron Ankara en la Anatolia central. El mismo año los otomanos ocuparon
Gallípoli (actual Gelibolu) en el lado europeo del estrecho de los Dardanelos, que se convirtió en la base de su
avance posterior en el sureste de Europa. En 1361 los otomanos tomaron Adrianópolis (Edirne) que se
convirtió en su nueva capital, y hacia 1389, cuando Murat I derrotó a los serbios en la batalla de Kosovo, los
otomanos tomaron Tracia, Macedonia y gran parte de Bulgaria y Serbia.
La derrota otomana a manos del conquistador mongol de Asia Central Tamerlán en 1402, demostró ser el
único contratiempo para los otomanos, quienes rápidamente reconstruyeron, consolidaron y aumentaron su
poder. En 1453 el sultán Mehmet II conquistó Constantinopla (Estambul) y la convirtió en la tercera y última
capital otomana. Las conquistas continuaron durante el siglo XVI. Bajo el reinado del sultán Selim I (el
Severo) fueron derrotados los Safawíes persas de Irán (en Chaldirán, 1514), región que, junto al este de
Anatolia fue añadida al Imperio; en 1516−1517 los mamelucos de Siria y Egipto corrieron igual suerte y sus
territorios acabaron también anexionados. Con las posesiones mamelucas, los otomanos llegaron a los lugares
sagrados musulmanes de Arabia y también heredaron el interés mameluco por el mar Rojo y el océano Índico.
El hijo y sucesor de Selim, Solimán I el Magnífico, normalmente es considerado como el mejor de los
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gobernantes otomanos. Durante su reinado Irak fue añadido al Imperio (1534), se estableció el control
otomano al este del Mediterráneo, y, a través de la anexión de Argel y de las actividades de los corsarios de
Berbería, el poder otomano fue empujado hacia el oeste del Mediterráneo. También Solimán llevó a los
ejércitos otomanos hasta Europa: Belgrado fue capturada en 1521 y los húngaros fueron derrotados en la
batalla de Mohács en 1526. En 1529 Solimán llevó a cabo el sitio de Viena sin éxito, ya que fue derrotado por
Fernando I de Habsburgo, quien conservó algunas fortalezas húngaras. Pero la invulnerabilidad del Imperio
otomano quedó puesta de manifiesto en 1571 con la importante derrota de su flota en Lepanto, a manos de la
Liga Santa formada por el Papado, Venecia y la Monarquía Hispánica (cuyo rey era en esas fechas Felipe II).
Instituciones otomanas
La principal ocupación del Estado otomano era la guerra, según sugiere la relación anterior de conquistas, y su
institución más importante era su Ejército. Las primeras fuerzas otomanas estaban compuestas por una
caballería turca (espahíes o sipahis) pagada a través de concesiones de ganancias del gobierno (normalmente
ganancias en tierras) conocidas como timares. Cuanta más tierra era conquistada, más ingresos tenían los
gazis turcos musulmanes. Pero la caballería ligera gazi no era suficiente para la guerra constante, y desde
mediados del siglo XIV los otomanos comenzaron a reclutar otras tropas asalariadas de mercenarios, esclavos,
prisioneros de guerra y (desde mediados del siglo XV) una leva de jóvenes cristianos de los Balcanes (los
devsirmes). A partir de estas nuevas fuerzas (las kapikulli) surgió la famosa y muy disciplinada infantería
otomana, cuyos miembros eran conocidos como los jenízaros, que fue el factor principal de los éxitos
militares otomanos desde finales del siglo XV en adelante. Los otomanos también crearon un cuerpo
especialista de artillería e ingenieros.
La administración otomana operaba en función de las necesidades de estas fuerzas. La administración
provincial era fundamentalmente un sistema de distritos militares regidos por oficiales cuya principal
obligación era reunir timariotas para las campañas. Gran parte del trabajo de la administración central era la
obtención de los fondos y suministros necesarios para las fuerzas kapikulli. Se construían carreteras y puentes
para facilitar el movimiento de tropas. En su apogeo, la administración fue muy eficiente. La administración
central estaba compuesta por tres partes fundamentales: la extensa casa del sultán; los departamentos
gubernamentales agrupados bajo el control del gran visir, suplente del sultán en todos los asuntos de Estado; y
la institución religiosa musulmana compuesta por funcionarios musulmanes preocupados por la educación y la
legislación, agrupados bajo la jefatura suprema del sayj al−islam. Los más importantes de éstos eran los
cadíes (qadis), que se ocupaban de la administración local y del derecho penal. Antes del siglo XVII los
musulmanes libres servían principalmente como sipahis o en la institución religiosa; el resto de la
administración del Estado estaba compuesta principalmente por cristianos convertidos al islam que eran
reclutados en forma de fuerzas militares kapikulli. Su situación jurídica era la de esclavos del sultán, aunque
la palabra `esclavo' no tenía las connotaciones de esclavitud doméstica o de asignación que tiene en
Occidente. Para los europeos contemporáneos parecía que el Estado otomano carecía de aristocracia y estaba
regido por hombres elegidos por sus méritos y su lealtad total al sultán. La administración utilizaba un idioma
(la lengua turca otomana) con gramática turca y vocabulario principalmente árabe y escrito en caracteres
arábigos.
La mayoría de las demás funciones realizadas por los estados modernos se dejaban a instituciones no
gubernamentales. La población del Imperio otomano era una mezcla cultural, lingüística y religiosa. La
mayoría de la población de las provincias europeas era cristiana y pertenecía a la Iglesia ortodoxa, muchos de
los cuales aceptaron el dominio otomano porque era menos oneroso que la dominación católica. En Tracia,
Macedonia, Bulgaria y Albania había un extenso asentamiento musulmán, y en Bosnia se produjo una
conversión en masa al islam. Los musulmanes también predominaban en algunas ciudades. En las provincias
asiáticas sucedía lo contrario: la mayoría de la población era musulmana aunque había muchos cristianos en
las ciudades; en Anatolia había cristianos griegos al oeste y armenios al este, y grupos numerosos de cristianos
en Siria y Egipto. El pueblo estaba organizado de dos modos. Con fines económicos se agrupaba en tribus,
villas así como en gremios en las ciudades. El mayor número estaba compuesto por campesinos, quizá el 15%
81
de la población eran habitantes de las ciudades y una proporción bastante superior nómadas o seminómadas.
Con fines sociales la población se organizaba en comunidades religiosas que posteriormente se denominarían
millets. Muchos musulmanes pertenecían a órdenes místicas sufíes. El gobierno trataba con los jefes de las
distintas comunidades religiosas y dejaba a las comunidades ventilar sus propios asuntos. Los jefes de las
comunidades religiosas, por tanto, constituían una clase de intermediarios entre el gobierno y el pueblo. Los
grandes terratenientes, los jefes tribales y otras personas actuaban de forma similar y se les conoció como
notables (a'yan). Durante sus primeros tres siglos, el Imperio otomano fue próspero, y esta prosperidad se
reflejó en el desarrollo de una brillante cultura: música, literatura (especialmente historia, geografía y poesía),
pintura y, sobre todo, arquitectura, cuya mejor representación está en la mezquita de Solimán en Estambul,
construida por el gran arquitecto de Solimán, Sinan.
Decadencia otomana
Durante la mayor parte del siglo XVII el Imperio otomano fue territorialmente estable pero durante los
últimos años del siglo, comenzando con el rechazo otomano en el segundo sitio de Viena (1683), el Imperio
sufrió una sucesión de derrotas militares, primero a manos de Austria y posteriormente de Rusia en las
Guerras Turco−rusas. Con el Tratado de Iasi (1792), los otomanos, que ya desde 1774 habían perdido el
kanato de Crimea en favor de Rusia, perdían sus territorios al norte del Danubio y todos los territorios al este
del Dniéster también a manos rusas. En los demás territorios europeos, y en Asia y África, había muchos
gobernantes más o menos autónomos sobre los que el gobierno central tenía poco control.
Hubo dos respuestas a esta decadencia por parte de los otomanos. Por un lado, mantenían que la raíz del
problema era que las instituciones otomanas, comenzando por el Ejército, habían permitido la merma del
esplendor que había prevalecido en el siglo XV y la respuesta era volver a la antigua situación. Por otro, el
sector poderosamente representado por la burocracia civil, creía que el problema era que los estados europeos
habían hecho avances militares que era necesario que los otomanos igualaran. Durante el siglo XIX esta
segunda opción dominó y el resultado fue el movimiento de reforma otomana que comenzó durante el reinado
de Mahmud II. Sin embargo, se descubrió que la reforma militar necesitaba de cambios mucho más
trascendentales en el gobierno y, en última instancia, en la sociedad, a largo plazo.
Reforma otomana
Mahmud II intentó abolir el antiguo Ejército y sustituirlo por una nueva fuerza al estilo europeo. En 1826
acabó con los jenízaros; se permitió que el ejército sipahi se derrumbara y los timariotas fueron licenciados
por el Estado hacia 1831. En su lugar fundó una fuerza pagada, disciplinada y reclutada que se convirtió en el
principal instrumento de centralización política durante el último siglo del Imperio otomano, y también en la
principal inspiración para la modernización de otras instituciones otomanas. Un ejército moderno era caro,
debían pagarse impuestos y era necesaria una burocracia más numerosa y eficaz para recaudarlos. Además, se
precisaba un sistema educativo moderno para suministrar oficiales al Ejército y funcionarios al Estado.
También se realizaron importantes reformas jurídicas e importantes desarrollos en comunicaciones (telégrafo
y ferrocarril). Todas estas reformas costaban dinero y debían transferirse más recursos de instituciones no
gubernamentales al Estado. La oposición fue vencida por el nuevo Ejército. Todavía no había suficiente
dinero y desde mediados del siglo XIX los otomanos comenzaron a solicitar préstamos en grandes cantidades
al extranjero. Finalmente (1875) el Imperio no puso interés en sus deudas y tuvo que aceptar cierto control
financiero europeo (1881).
Así, la centralización fue el principal asunto tratado durante el Tanzimat, nombre dado al movimiento de
reforma entre 1839 y 1878. También había otro segundo y contradictorio problema englobado en dos famosos
edictos (el Noble Edicto de la Cámara Rosa o jatt−i−sarif, de 1839, y el Edicto Imperial, de 1856). Dicho
problema no era otro que el concepto de liberalización, con el que se pretendía conceder a los ciudadanos
derechos y libertades más amplias, y en particular dar a los no musulmanes los mismos derechos y deberes
que a los musulmanes. En gran medida este segundo aspecto fue impuesto a los otomanos por la presión de las
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grandes potencias europeas en nombre de los cristianos otomanos como parte de la denominada Cuestión
Oriental.
Las tensiones causadas por las reformas del Tanzimat provocaron críticas tanto de quienes no querían el
cambio, considerándolo anti−islámico, como de quienes creían que las reformas no llegarían lo
suficientemente lejos y deberían acompañarse por una mayor participación popular en el gobierno. En la
década de 1860, un grupo de hombres jóvenes conocidos como los Nuevos Otomanos, solicitaron una
variedad de reformas, incluida la petición de una constitución. En 1876, los ministros reformistas
promulgaron una Constitución, aunque fue anulada en 1878. Siguieron una serie de conspiraciones
revolucionarias por grupos conocidos normalmente como Jóvenes Turcos, que culminaron en una revolución
militar en 1908, con la caída del gobierno despótico del sultán Abdülhamit II y la reinstauración de la
Constitución. Los conspiradores militares estaban relacionados con un grupo de oposición denominado
Comité de Unión y Progreso, que en 1913 tomó el control del Imperio y comenzó a introducir nuevas
reformas más radicales.
Colapso otomano
Durante el último siglo de su existencia, la cuestión ante la que se encontraba el Imperio otomano era si a
través de la coerción y la conciliación podía mantenerse unido, hasta que los frutos de la modernización
satisficieran a los ciudadanos no musulmanes para que continuaran formando parte del Imperio. En sus
provincias europeas fracasó porque los cristianos no acataban el poder otomano y las potencias europeas no
permitían que éste les coaccionara. Gradualmente las provincias se hicieron autónomas: Grecia (1829), Serbia
(1830) y los principados de Moldavia y Valaquia (actual Rumania) que se unificaron en 1859. Grecia se
independizó en 1830, Serbia, Rumania y Montenegro en 1878, así como parte de Bulgaria. Hacia 1885 los
territorios otomanos en Europa se redujeron a Macedonia, Albania y Tracia, y todos ellos, exceptuando
Tracia, dejaron de pertenecer al Imperio como resultado de las Guerras Balcánicas de 1912−1913. También
los otomanos perdieron el control del norte de África: Argelia fue tomada por Francia en 1830 y Túnez en
1881. Inglaterra ocupó Egipto en 1882 e Italia se anexionó Libia en 1912. Pero los otomanos conservaron las
provincias asiáticas e incluso aumentaron su poder en Arabia. Aunque había algunas muestras de oposición
nacionalista en las provincias árabes, se limitaron a una pequeña minoría, y en 1914 no había razones que
hicieran pensar que el poder otomano no perduraría en Asia.
El colapso y la extinción del Imperio otomano fue consecuencia de la I Guerra Mundial.
La transición del feudalismo al capitalismo.
Editado por Crítica
Cipolla ¿Quién rompió las rejas de Montelupo?, ed. Munick
Historia del clima.
Montaner El hombre y la abundancia. Historia y cultura de la alimentación en Europa, Ed. Crítica
Castro Martínez, T.: La alimentación en las crónicas castellanas bajomedievales, Universidad de Granada.
Perroy: La guerra de los 100 años, Ed. Akal.
Precios tarifados: el precio de algunos productos, en general de los de 1ª necesidad, se fijó en toda la corona.
Así se evitan las convulsiones sociales provocadas por las crisis económicas.
Aries, P. La muerte en Occidente.
83
Protestas populares y revolución, Ed. Ariel.
Economía moral de la multitud
Hossman La invención de la tradición, Ed. Crítica
Wolf y Mollat Uñas azules. Ed. Siglo XXI
Hilton: Siervos liberados: los movimientos campesinos Ed. Siglo XXI
Vicen Vives Historia de los remensas en el siglo XV, Ed. Vicen Vives
Cohn, En pos del milenio. Ed. alianza.
Moreta Velayos Los malhechores feudales y Hobsban Rebeldes primitivos
quema de barrios judíos, persecuciones
García Carcel, Historia de la Inquisición.
Javier Varela Ritos de enterramiento en España
gente que en torno a los 40−50 años no se ha casado
a través de linajes, miembros de las mismas familias, mantenimiento del poder municipal
Bordieu La distinción
Elías La sociedad cortesana y El proceso de civilización
Klew La Mesta
Cipolla Cañones y velas
Maravall Antiguos y modernos
Elias La sociedad cortesana
El proceso de civilización
Foucault Historia de la locura en la época clásica
Manuel, F. y F.: Historia del pensamiento utópico y Maravall Utopía y reformismo en le España de los
Austrias.
Del socialismo utópico al científico
Koyre Del mundo cerrado al universo infinito
Prodi: Il soberano pontífice
Oberman Lutero, ¿hombre o diablo?
84
Bloch Thomas Münzer. Teólogo de la esperanza y de la revolución.
Varela: Modos de educación en la España de la contrarreforma.
Barke La cultura popular en el mundo moderno
De Lumeau ·La confesión y el perdón.
Gª Cárcel La inquisición; Sarrión Mora Sexualidad y confesión. La solicitación: Alexandre Gª El tribunal de
Sevilla.
Bloch Los reyes taumatúrgicos; J. Caro Baroja Las estaciones del amor, El carnaval, El estío
Contreras Sotos contra Riquelmes
Miller Las brujas de Salem.
J. Caro Baroja Las brujas y su mundo
Movimiento que tenía por objeto destruir maquinaria, que hizo su aparición en Inglaterra a finales de 1811 y
cuyos componentes, formados en bandas, se llamaron ludds.
1100
1200
1300
1400
1500
1600
1700
1800
S. X
1290 / 1300
1450
1560 / 1570
1680
1ª EXPANSIÓN EUROPEA
CRISIS DEL XIV EUROPEA
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CRECIMIENTO
DEL
XVI
CRISIS DEL XVII
CRECIMIENTO
DEL
XVIII
capitalismo
beneficio
(gestión directa)
feudalismo
beneficio
(gestión indirecta)
inversión
no
inversión
PxQ=MxV
MxV
P=
Q
centro
semiperiferia
periferia
Esclavitud,
Trabajo
forzado
86
Trabajo muerto acumlado
(tesoros)
Explotación
frenética
Pillaje
ESPAÑA PORTUGAL
ORO
PLATA,
METALES
PRECIOSOS
INGLATERRA
ÁMSTERDAM
AMBERES
FRANCIA
GÉNOVA
ÁFRICA
mercancías
Trata de esclavos negros
Fuerza de trabajo
ISLAS DE
AMÉRICA Y AMÉRICA
DEL SUR
Campesinos de América
mercancías
Expediciones reales
Comerciantes y aventureros
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COMERCIANTES Y
FINANCIEROS
sol
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