Historia del Merengue dominicano

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Historia del Merengue Dominicano
Prologo
Navegando por internet se pueden encontrar tantas interpretaciones de la historia
del merengue como páginas web. Creo que es motivador el hecho de que no haya
una sola versión “definitiva”, lo que viene a demostrar la riqueza y vitalidad del
género.
Escribir para una página web no me permite ser tan extenso como me gustaría.
De todos modos, si se despierta tu curiosidad te recomiendo encarecidamente el
libro de Paul Austerlitz el cual ha constituido una de mis principales fuentes de
consulta; tiene el nivel que todos los musicólogos deberían exigir.
Espero que encuentres este artículo interesante, ya seas un bailarín, profesor o
investigador. Y una vez más, gracias a todos por vuestras sugerencias.
Un baile de la caribeña
Siempre hemos considerado la República Dominicana como la cuna
del merengue y hay varias razones que nos incitan a ello. Pero en
contra de la opinión general, los primeros años de la historia del
merengue lo sitúan en diferentes puntos a lo largo de todo el Caribe:
En Puerto Rico, desfiles de bandas Cubanas introdujeron la upa (que
después se conocería como merengue) alrededor del año 1842. Era una
variación de la danza que contenía rasgos Africanos y con un estilo de
baile diferente que la élite local categorizó de “influencia corrupta”.
Pronto se aprobaron incluso leyes por las que se multaba y encarcelaba
a todo aquel que se deleitase en él. Bajo tanta presión el merengue en
Puerto Rico desapareció en los años cuarenta, pero tuvo la última
palabra: su puesto fue posteriormente ocupado por el merengue
Dominicano.
También Colombia y Venezuela desarrollaron versiones propias
desde los últimos años del siglo XIX hasta su momento cumbre en la
década de los treinta del siglo siguiente. Se concentraban sobre todo en
zonas costeras, lo que indica una influencia externa, pero sus orígenes
son inciertos.
El desarrollo de los bailes
Llegado a este punto tengo que desviarme ligeramente para remarcar dos de los
tres motores que mueven el desarrollo de la música y el baile Latinoamericano. El
primero es la inevitable fusión entre costumbres Europeas y Africanas (mestizaje)
como resultado de la colonización: se puede apreciar en el baile en un pronunciado
movimiento de las caderas junto con la posición de brazos de baile de salón
(contradanse); y en la fusión de ritmos altamente sincopados con música de
conjunto.
El segundo es, simplemente, una obsesión por términos culinarios. Podemos
tomar por ejemplo la palabra Francesa “meringue” que es un dulce blanco de origen
Suizo. Según la opinión de muchos etimologistas dicha palabra en Haití se convirtió
en “mereng” y pasó a denominar un género de música y baile; se cree que fue por
esta ruta por la que el equivalente Español “merengue” llegó a describir el fenómeno
que es hoy día.
Limbo histórico
Si la historia fuesen solo palabras, se podría considerar el Haití
Francés como el lugar de nacimiento del merengue. Pero como
explica Paul Austerlitz: “En resumidas cuentas, no existe una
evidencia absoluta que conecte los primeros años del
merengue con una nación en concreto”. Lo que sí podemos
decir con certeza es que el merengue es verdaderamente un
género proveniente del Caribe, que puede compararse con el
son Cubano en cuanto a edad; y que por lo tanto precede a la
salsa en más de un siglo.
Es blanco y negro
Hispañola (alias Quisquilla)
La isla de Hispañola, a menudo considerada la cuna del merengue, esta dividida
entre Haití (antes Santo Domingo Francés) y la República Dominicana (antes Santo
Domingo Español). Ambas naciones constituyen un complejo bipolo dividido por la
“Cortina de la Caña de Azúcar” cuyas tensiones sociales y políticas provocaron, por
un lado, genocidio con cifras que alcanzan decenas de miles de personas, y por otro
lado, el auge de una de las más exuberantes formas de música conocidas por la
humanidad.
Aunque resultaría indispensable un conocimiento de la historia de Hispañola para
un mejor entendimiento del desarrollo del merengue, desafortunadamente se sale
del ámbito de este artículo.
El problema con Haití
El solo hecho de que Haití fuera la primera nación negra independiente en el Caribe
(1804) y el miedo de que una revuelta similar ocurriese en Santo Domingo hacía
que la élite gobernante Española consecuentemente negara, condenara , y
reprimiera la cultura Africana en la medida de lo posible. Los Dominicanos, por su
parte, cada vez más Euro centristas y obedeciendo una actitud anti- Haitiana,
tendían a restar importancia e ignorar la influencia Africana. Incluso, algunos
musicólogos Dominicanos no han reconocido la aportación Africana al merengue
hasta fechas tan recientes como la década de los setenta del siglo XX.
El merengue encontró una fuerte oposición por parte de la élite intelectual cuando
en la mitad del siglo XIX hizo su aparición por primera vez en los salones de la
República Dominicana. El baile dominante de la época era la tumba, un majestuoso
derivado del contradanse que se bailaba en grupos. Por el contrario, el merengue
era un baile en pareja con un pronunciado movimiento lascivo de caderas. La
música incorporaba ritmos Africanos sincopados muy similares a la danza Cubana,
hasta tal punto que las palabras “danza” y “merengue” se usaban indistintamente.
Para las clases gobernantes el merengue (danza) simbolizaba las culturas Cubana y
Afro-Caribeña cuya estética Africana (léase Haitiana) aborrecían. Como
consecuencia, el merengue no gozó de una buena acogida en la vida urbana del
siglo XIX.
Música campesina
“La adopción del merengue por parte de la población rural (que constituía el 97% en
1880) fue extremadamente rápida, posiblemente porque ya estaban impregnados de
las tradiciones Africanas” (Austerlitz, 1997).
La geografía de la República Dominicana comprende varias zonas diferenciadas:
su relativo aislamiento y la predisposición de sus habitantes para adaptar la
instrumentación a cualquier cosa que tenían a mano dieron lugar a una serie de
variantes del merengue diferenciados regionalmente, como por ejemplo el
merengue Cibaeño, pri-prí (merengue palo-echao) y el merengue redondo.
La región de El Cibao, en el centro de la República, era la más importante
económicamente, tenía la mayor población y poseía Santiago de Los Caballeros, la
mayor ciudad. Del mismo modo, ocupaba el punto cumbre de la jerarquía regional
ya que su población era predominantemente blanca. Debido a todos estos factores
el merengue cibaeño llegó a dominar el resto de merengues rurales y es la versión
que hoy
reconocemos internacionalmente.
En los años treinta del siglo XX se hizo popular un merengue cibaeño con base
de acordeón llamado “Perico Ripiao”. El origen de su nombre es incierto pero hay
dos teorías: debido a que el loro (Perico) tiene poca sustancia gastronómica, se
usaba como metáfora para reflejar la simplicidad musical de los primeros
merengues con base de acordeón; alternativamente Perico Ripiao, un doble sentido
con referencia a los genitales masculinos, era el nombre de un prostíbulo muy
popular en Santiago, donde con frecuencia se tocaba dicha música.
A principios del siglo XX cuando esta fase de la evolución del merengue llegaba a
su fin, vemos un claro contraste entre su aceptación por la mayoría rural pobre y su
rechazo por una minoría urbana (menos del 4%) que controlaba por completo la
educación y las comunicaciones en la República.
Rafael Trujillo
El hombre que llegaría a ser uno de los dictadores más duros de Latinoamérica,
Rafael Trujillo, entró en el ejército durante la ocupación Estadounidense. Eran pocos
los colaboradores como él, con lo que contaban con muchas oportunidades de
progreso. Trujillo ascendió rápidamente de rango, y cuando la ocupación terminó las
fuerzas armadas eran prácticamente su herramienta personal. La retirada
Americana dejó un vacío de poder que le brindó una oportunidad que él estaba en
posición de aprovechar.
El camino al poder
La política Dominicana, que anteriormente había sido regional, dejó de serlo una vez
restablecida la soberanía. Esto fue debido en parte a la mejora en la red de
comunicaciones y la administración centralizada que los marinos habían llevado a
cabo durante su estancia. (La mejora en las comunicaciones también produjo un
interesante efecto unificador para el merengue, lo que hizo popular la variante de
merengue cibaeño a expensas de otros merengues regionales).
Cuando Trujillo se presentó a la presidencia en 1930 llevó a cabo una campaña
electoral de ámbito nacional, en lugar de regional, y con ello comenzó todo un
proceso de eliminación de líderes regionales, intimidación y falsificación de votos.
Pero su golpe maestro fue el entendimiento del poder de la estética rural como
símbolo de identidad nacional. Basó su campaña en el merengue sabiendo que la
mayor parte de los votantes provenían del campo y que reaccionarían a él
favorablemente. Las propiedades de improvisación del merengue (similares al
soneo en salsa) eran la llave a la política como forma de comentario social. Trujillo
recorría todas las regiones con los mejores merengueros que alababan sus virtudes
a la vez que se mofaban de sus adversarios.
La propaganda Merengue
Una vez en el poder, Trujillo siguió sirviéndose del merengue y promoviéndolo como
símbolo nacional (léase político). Las mejores bandas de merengue fueron
bautizadas de nuevo para tomar su nombre, se escribían y representaban canciones
propagandísticas, y se permitió que su hermano Petán llevase una importante
emisora de radio que emitía merengue en directo. La Voz Dominicana, que así se
llamaba, tuvo un papel importante al consolidar la aceptación nacional del merengue
cibaeño. La predilección que Petán tenía por la música en vivo hizo que apenas se
hicieran grabaciones, y cuando se hacían, fuera sólo con su permiso. Hambrientos
por oportunidades de grabación y poco satisfechos con el nivel de control de estado,
muchos artistas emigraron a Puerto Rico y Nueva York, extendiendo así el
merengue y dando lugar a la diáspora.
Ni siquiera las clases altas permanecieron inmunes ya que se veían obligados a
tocar merengue cibaeño en todas las ceremonias sociales formales. Posiblemente el
Presidente Trujillo estaba encantado con la idea: él mismo era un ávido bailarín
aunque no era originario de la región de El Cibao, y sus primeros esfuerzos por
fraternizar con la élite cuando aún tenía poco rango habían sido un fracaso.
Rafael Trujillo se mantuvo en el poder por más de treinta años gracias a su control
absoluto de los militares y el mantenimiento de la aprobación popular de los
Dominicanos rurales gracias al uso del merengue. Sin embargo, esto no impidió su
asesinato en 1961 cuando iba camino al estado.
La llegada de una Era
Tras la muerte de Trujillo el desarrollo del merengue sufrió una serie de cambios
inmediatos, pero no en absoluto debido a que se dejasen de tocar hasta la
madrugada los merengues en su nombre, al contrario, pronto aparecieron canciones
en las que el dictador era motivo de desprecio. Aquellos merengues lentos y
formulaicos por los que tenía predilección dieron paso a nuevas interpretaciones en
las que destacaban por ejemplo el incremento en la velocidad, la reaparición de
líricas de insinuante contenido sexual (basadas en dobles sentidos), y arreglos para
tambora y saxofón más energéticos.
Esta nueva situación reflejaba parcialmente el optimismo político que los
Dominicanos estaban experimentando, así como la entrada de nuevas ideas, todo
ello estimulado por el levantamiento de las restricciones de movilidad tanto dentro
como fuera de la República (la más importante de las cuales fue la llegada del Rock
& Roll de los Estados Unidos).
Johnny Ventura
Un joven músico, Johnny Ventura, supo captar la esencia del momento y estuvo a la
cabeza del proceso de integración del merengue en la cultura popular
Latinoamericana. Como contraste con los compositores que habían sufrido años de
represión creativa, las canciones de Johnny Ventura reflejaban una cualidad nueva
y exuberante, debida en gran medida a su falta de contacto con el régimen de
Trujillo. Su grupo, El combo-Show, también era innovador: la palabra “combo” hace
referencia a una formación más reducida, similar a la encontrada en los Conjuntos
Cubanos, que contenía sólo de dos a cinco instrumentos de metal; y la palabra
“show” se refiere al espectáculo visual- una idea importada de los Estados Unidos
donde todos los músicos tocaban de pie, y los vocalistas bailaban a la vez de cantar
(Anteriormente, todos los músicos actuaban sentados). Esta formación desplegada
por el Combo-Show causó furor en el mundo del espectáculo Dominicano, algo que,
consecuentemente, el resto de artistas se vio forzado a adoptar.
Esta innovación en los escenarios fue complementada por una astuta estrategia
mercantil planeada por el director de la banda, William Liriano. Se dio cuenta de que
la mayor competencia de Ventura era la música extranjera que sonaba en la radio,
con lo que promovió actuaciones en vivo adaptadas especialmente a una audiencia
de campesinos y vecinos de los barrios. Fue la primera vez que se aplicaron tácticas
mercantiles al merengue como producto, una práctica que más tarde ayudaría en la
internacionalización del merengue a expensas de la salsa.
Tiro al maco
En los años setenta y ochenta, la medalla de mejor músico pasó al trompetista y
director de banda Wilfrido Vargas, quien presidió aún mayores incrementos en el
ritmo. En esa
época encontró una fuerte competencia en las importaciones provenientes de
Estados Unidos: disco y hustle, algo similar a la batalla de Johnny Ventura con el
Rock and Roll tan sólo una década antes. Una vez más, el merengue demostró ser
capaz de absorber nuevas tendencias; esta vez por medio de dos vías:
La primera fue el “fusilamiento”; que consiste en la práctica de convertir baladas
Latinoamericanas en Merengues. El término fusilamiento puede ser un término
peyorativo cuando se entiende como el “asesinato” de una buena canción. También
puede significar lo contrario; que una canción se “encendió” o “disparó”, es decir, se
le dio un auge de vitalidad.
La segunda fue una progresiva incorporación de “El Maco” (el sapo), un patrón
de percusión que contiene elementos de la Konpa Haitiana y de plena
Puertorriqueña. Los merengues estilo maco tienen un ritmo similar al de la música
disco, lo que permitió que ambos géneros compitiesen en igualdad de condiciones y
se simplificase el fusilamiento del pop Estadounidense.
Ambos fusilamiento y maco lograron mantener vivo el interés del público local en
el merengue durante una etapa de grandes cambios en la sociedad, y al mismo
tiempo extender dicho interés para incluir nuevas audiencias.
Payola
El medio más eficaz de difusión de música en la República Dominicana de los años
setenta era la radio, ya que los equipos de música en aquella época resultaban
imposiblemente caros. Los pinchadiscos en las emisoras de radio no se veían
obligados a seguir una determinada lista de canciones sino que tenían completa
libertad para poner lo que quisieran. Inevitablemente las compañías discográficas
pronto empezaron a “recompensar” a aquellos pinchadiscos que daban a sus
canciones mayor tiempo de emisión (o menor tiempo a la competencia), una
práctica que se conocería como Payola.
La palabra Payola es una mala interpretación de la marca de discos “Playola”
encontrada en las gramolas- lo que implica que hay que pagar para oír la música
deseada. En un principio los merengues estaban en antena sólo los fines de
semana, pero pronto se escuchaban ininterrumpidamente, simplemente porque los
pinchadiscos no recibían beneficios por poner música extranjera. La Payola
inconscientemente fomentó la música local en contra de la importada e hizo que el
merengue arraigara en la conciencia nacional.
Juan Luis Guerra y 4.40
El hijo más importante de la República Dominicana no nació de padres de clase
baja, y sin embargo su música consiguió salvar la distancia entre privilegiados y no
privilegiados. Graduado en el Conservatorio Dominicano y la Escuela Berklee de
Boston, Guerra supo hacer uso de una mezcla ecléctica de sonidos Caribeños y
Jazz, para producir canciones que trascendiesen las fronteras sociales.
Sin lugar a dudas, su mayor legado es la producción de merengues y bachatas
con las que consiguió atraer audiencias de distintas clases sociales: se trata de
música de fiesta para la mayoría que incluye en sus líricas agudos comentarios para
la intelectualidad. Guerra llama a su música “el merengue dual”; música para bailar y
pensar al mismo tiempo.
Aunque a veces se le critica por haber hecho popular la bachata sin haber dado a
conocer su origen de clase baja, es obvio que Guerra y su cuarteto 4.40
constituyeron el conducto principal por medio del cual la bachata consiguió la
importancia y aceptación Panamericana.
El Merengue se muda el extranjero
El dictador, seguidor de Trujillo, Joaquín Balaguer subió al poder en 1966
ayudado por la intervención Norteamericana. Durante su gobierno, la fuga de
Dominicanos que había comenzado bajo el régimen de Trujillo se convirtió en una
oleada desbordante, con el consiguiente colapso de la política de reforma de tierra,
una población creciente, la aparición de pelotones de fusilamiento del gobierno, y la
política de “huida” o “desaparición” aplicada a los adversarios de Balaguer. La
diáspora coincidió con una relajación en la política de inmigración Estadounidense,
con lo que los emigrantes políticos y económicos pudieron hacerse camino hacia la
ciudad de Nueva York y el estado libre asociado de Puerto Rico.
Puerto Rico ya había adoptado con anterioridad otros tipos de música Caribeña
en lugar de su bomba y plena. Lo mismo ocurrió con el merengue cibaeño, el cual
los Puertorriqueños habían estado tocando durante años antes de la diáspora; Y lo
tocaban lo suficientemente bien como para que algunas bandas hubieran incluso
ganado la aceptación Dominicana. El merengue finalmente pasó a formar parte de
la cultura Puertorriqueña (al igual que la salsa) con lo que la isla se convirtió en un
importante centro para este género, creando así un mercado que los emigrantes
Dominicanos podían abastecer.
Ya en la última década del siglo XX casi un millón de Dominicanos vivían en
Nueva York, lo que la convertía en la segunda ciudad con mayor población
Dominicana del mundo. El York Dominicano, según se le conocía, se convirtió en
otro importante centro para el merengue en paralelo a Puerto Rico, aunque su
aportación al creciente género no se limitó a surtir la demanda. La yuxtaposición de
comunidades negras e hispanas generó un intercambio de ideas que provocó la
aparición de nuevos movimientos merengue-house y merengue-rap. Igualmente,
Nueva York contaba con los músicos, sistemas de grabación, medios de
comunicación y redes de distribución necesarias para que el merengue hiciera
frente a figuras clave en la industria de la música y a la salsa.
Lazos culturales
Como norma general y tras varias generaciones consecutivas la población
inmigrante sufre una pérdida de identidad cultural. Prueba de ello son los
Puertorriqueños de Nueva York. Los Dominicanos comparten el mismo destino,
aunque intentan mitigarlo usando el merengue como vínculo cultural con la
República. Para ellos el merengue es más que sólo una música y un baile - es el
recuerdo nostálgico de quienes son y de dónde vienen. Puede ser que este aspecto
haya ayudado al merengue a evitar la crisis de legitimidad que sufre la salsa
actualmente: el merengue cabreño es Dominicano. Este es un hecho que reiteran
en todo momento con el reconocimiento de incluso los Puertorriqueños, quienes a
su vez tocan merengue tan bien que además lo han incorporado a su propia cultura.
El merengue desplaza a la salsa
En los años setenta la salsa sufría una depresión creativa causada por la
producción formularía que imponían las marcas de música más importantes. Los
pilares del momento los constituían la salsa suave, erótica y romántica: sus líricas
eran prácticamente idénticas, la música no inspiraba y los artistas tenían poca voz.
La salsa, cuyo atractivo había sido su relevancia en la vida urbana, había perdido
contacto con la audiencia: lo que provocó que la segunda generación de
Puertorriqueños abandonase una vez más la música Latina a favor de la corriente
principal de la música pop.
La llegada del merengue fue como un golpe de aire fresco cuando la salsa se
encontraba en su momento más débil. Era lo que la salsa solía ser en el pasado: un
sonido moderno, impulsivo, cuya lírica describía situaciones reales y que además
contaba con personalidades de interés. Su estructura rítmica, similar a la del pop,
también jugó un papel importante en la conservación de su importancia - hizo que
resultase fácil y rápido cubrir éxitos no Latinos y adoptar las últimas tendencias
musicales. Además, un eficaz sistema mercantil (promovido por William Liriano)
ayudó a que las bandas de merengue desplazasen a sus rivales con actuaciones en
vivo, lo que le dio mayor exposición. Sin embargo, la mayor ventaja del merengue
sobre la salsa quizá sea el hecho de que es mucho más fácil de aprender. Según
dice el antiguo alcalde de Nueva York Ed Koch; el merengue es “el baile que puedes
bailar desde el momento en que naces”.
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