Cómo reconocer la depresión de la tercera edad Por María D. Llorente, médica; y Julie Malphurs, doctora Volumen 18 · Número 3 · Abril 2007 Traducción al español: The BilCom Group inMotion Volume 18 · Issue 3 · April 2008: Recognizing Late-Life Depression English Version is available in Library Catalog Marc decidió que el miércoles sería el día. Era mitad de semana e imaginó que no habría muchas personas en el lugar. Esperó hasta las 3 a.m., caminó las tres cuadras hasta la playa y, al llegar a la arena, se quitó los zapatos. Sintió la arena fresca y suave, y comenzó a caminar hacia el océano Atlántico. Estaba en lo cierto: no había prácticamente nadie a esa hora. El agua cálida le balanceaba suavemente de un lado a otro a medida que se adentraba en el mar. Marc reflexionó acerca de la ironía de haber llegado a este mundo en un fluido salado y cálido, y de morir del mismo modo. Cómo reconocer la depresión de la tercera edad Comenzó a nadar. Las luces de la costa disminuyeron gradualmente hasta quedar en la oscuridad. Había planificado nadar hasta llegar a un punto sin retorno. Entonces, todo habría acabado: ya no tendría que preocuparse más. Ya no se despertaría a las 2 a.m. para mirar el reloj, sin poder volver a dormirse. No le preocuparía si había podido concentrarse en su libro o si sentía hambre; aunque, en realidad, hacía una semana que no comía. Más importante aún, dejaría de sentirse desesperado por su vida y su futuro. Nadó durante más de 2 horas. Pero nada sucedió. Finalmente, comenzó a amanecer y decidió volver a casa; tal vez, ese no era el momento. Iban a operarle el jueves, debían amputarle tres dedos del pie puesto que la diabetes los había afectado. Llamó a su médico y le contó lo que había sucedido en la playa. El médico convenció a Marc de que consultara con un psiquiatra. Pronto, Marc comenzó a darse cuenta de que estaba padeciendo un trastorno depresivo de la tercera edad, de que había esperanza y de que existía un tratamiento para ello. ©Coalición de Amputados de América 900 E Hill Avenue, Suite 205 Knoxville, TN 37915 www.amputee-coalition.org [email protected] 1-888-267-5669, ext. Página 1 de 5 Todos los años, más de 15 millones de estadounidenses padecen episodios depresivos graves, como el de Marc; de cada 100 personas, cerca de 15 los sufren a los 65 años o más. Entre los amputados, los síntomas depresivos constituyen una reacción psicológica normal, y el número de casos es alto: la mitad de los amputados requiere de algún tipo de servicio de salud mental. Existen diversos motivos por los cuales los amputados corren mayor riesgo de padecer depresión. Es posible que la amputación haya sido ocasionada por una lesión traumática (herida de bala, accidente automovilístico, etc.). La amenaza de perder la vida o el presenciar un episodio donde se pone en peligro la vida de otras personas puede causar tristeza, ansiedad y otros síntomas psicológicos. La depresión y otras condiciones psicológicas pueden ser más comunes en amputados traumáticos, en parte, puesto que la amputación suele ser inesperada, de manera que la preparación e intervención psicológica previas a la operación no son posibles. Generalmente, para las personas mayores, la amputación es causada por condiciones médicas crónicas, tales como la diabetes y las enfermedades vasculares. La depresión es más común en personas con diabetes que en la población en general, y aquellos que padecen depresión y diabetes suelen padecer más complicaciones médicas, como las amputaciones. En general, las amputaciones en este grupo de personas se planifican, de modo que la persona cuenta con más tiempo para reflexionar acerca de la pérdida de la extremidad, el cambio de apariencia, y para considerar cómo afectará a sus relaciones sociales este cambio del cuerpo. Las personas mayores que padecen una amputación, ya sea por causas médicas o traumáticas, corren un riesgo mucho mayor de sufrir complicaciones psiquiátricas a largo plazo. Esto puede estar relacionado con una mayor probabilidad de que las personas mayores padezcan otras enfermedades y enfermedades concomitantes (enfermedades coexistentes) con anterioridad a la amputación. ¿Cómo puedo saber si padezco depresión? El diagnóstico de un trastorno depresivo grave se basa en síntomas físicos y psicológicos. La Figura 1 proporciona una prueba simple, que consta de dos preguntas, para saber si padece depresión. Estos son algunos síntomas adicionales que claramente indican depresión: dificultad para dormirse o continuar durmiendo, o bien, dormir demasiado; sentirse cansado o fatigarse con facilidad; pérdida o aumento importante del apetito; sentimientos de culpa, fracaso, o de haber defraudado a otras personas o a sí mismo; problemas para concentrarse al leer, mirar televisión, jugar a las cartas, etcétera; sentirse inquieto e impaciente o tenso; pensamientos de que estaría mejor muerto o de infligirse algún tipo de daño. ©Coalición de Amputados de América 900 E Hill Avenue, Suite 205 Knoxville, TN 37915 www.amputee-coalition.org [email protected] 1-888-267-5669, ext. Página 2 de 5 Marc estaba padeciendo muchos de estos síntomas. Como Marc, muchas personas no saben que padecen una condición médica y que existen tratamientos disponibles y efectivos. Un paso importante para sentirse mejor es comunicar a su médico los síntomas que experimenta y explicarle que se siente preocupado por ellos. Los tratamientos más comunes incluyen asistencia psicológica, psicoterapia y medicamentos antidepresivos. El tipo o la combinación de tratamientos que resultarán mejor para usted depende de diversos factores, incluidas la gravedad de los síntomas y sus preferencias personales. ¿Qué sucede si tengo pensamientos autodestructivos? Los pensamientos suicidas constituyen un síntoma frecuente de depresión, en especial entre las personas mayores. Es muy importante reconocer que estos pensamientos son síntomas de un trastorno médico, que son temporales y que desaparecen con tratamiento. A menudo, las personas se sienten avergonzadas por tener estos tipos de pensamiento y es posible que no los conversen con los demás. En otros casos, las personas podrían mencionárselos a amigos o familiares que tal vez no sepan cómo interpretarlos o no les tomen en serio. Pedir ayuda puede salvar vidas, puesto que el suicidio es una causa de muerte muy evitable. Póngase en contacto con su médico o llame a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio (National Suicide Prevention Lifeline [800-273-TALK]) si usted o alguien que conoce está hablando o escribiendo sobre la muerte, sintiéndose desesperado o buscando formas de morir. Figura 1. Durante las últimas 2 semanas, ¿con qué frecuencia tuvo algunos de los siguientes problemas? 1. Sentirse deprimido, triste o desesperado 0 Nunca 1 Varios días 2 Más de la mitad de los días 3 Casi todos los días 2. Poco interés o placer en las actividades que normalmente disfruta: 0 Nunca 1 Varios días 2 Más de la mitad de los días 3 Casi todos los días Un puntaje de 3 o superior indica que está padeciendo una angustia psicológica seria. ¿Cómo puedo ayudarme si me siento deprimido? Conversar acerca de sus síntomas y seguir las recomendaciones de su proveedor de servicios médicos constituyen pasos importantes para controlar su depresión. Otras cosas que puede hacer para sentirse mejor son: ©Coalición de Amputados de América 900 E Hill Avenue, Suite 205 Knoxville, TN 37915 www.amputee-coalition.org [email protected] 1-888-267-5669, ext. Página 3 de 5 Mantenerse activo físicamente. Enumerar las cosas que disfruta y realizar una de estas actividades cada día (aunque, verdaderamente, no se sienta con ganas). Reconocer si se siente preocupado o ansioso y realizar actividades que le ayuden a relajarse, tales como hacer un crucigrama, meditar o escuchar música. Pasar tiempo con otras personas que le brinden apoyo emocional (familia, amigos, grupos religiosos, etc.). Cinco años más tarde, Marc recuerda aquella noche en la playa. Piensa en el pasado y se ríe porque todo el episodio le resulta absurdo ahora. No valía la pena arriesgar la vida por un par de dedos que estaba a punto de perder, y sin embargo, no podía entenderlo en ese momento. Desde entonces, ha podido ir a pescar todas las semanas, ha tenido tres nietos más y ya no se preocupa por lo que las personas puedan pensar de los dedos que le faltan. En estos días, solo va a la playa a realizar ejercicio. Agradecimientos y recursos “Depression in men with traumatic lower part amputation: A comparison to men with surgical lower part amputation”) Cansever, A. Military Medicine, 2003; Feb. (“La depresión de las personas que padecen amputación traumática de extremidad inferior: Comparación con personas que padecen amputación quirúrgica de extremidad inferior”, Cansever, A. Medicina Militar, febrero de 2003). Depression in Late Life: Not a Natural Part of Aging (La depresión en la tercera edad: Aspecto anormal de la senectud) Fundación para la Salud Mental Geriátrica (Geriatric Mental Health Foundation) www.gmhfonline.org/gmhf/news/news_story.asp?id=41 “Psychiatric and emotional sequelae of surgical amputation” Cavanaugh SR, Shin LM, Karamouz N, Rauch SL. Psychosomatics 2006; 47:6. (“Secuelas psiquiátricas y emocionales de la amputación quirúrgica”, Cavanaugh SR, Shin LM, Karamouz N, Rauch SL. Medicina psicosomática 2006; 47:6.) Iniciativa de MacArthur para la depresión y la atención primaria (MacArthur Initiative on Depression and Primary Care) www.depression-primarycare.org Línea Nacional de Prevención del Suicidio (National Suicide Prevention Lifeline) www.suicidepreventionlifeline.org Sobre las autoras La Dra. Llorente es profesora de Psiquiatría Geriátrica de la Facultad de Medicina Miller en la Universidad de Miami, y directora de Psiquiatría en el Sistema de Atención Médica de Asuntos Veteranos de Miami. Cuenta con el certificado de especialidad en Psiquiatría ©Coalición de Amputados de América 900 E Hill Avenue, Suite 205 Knoxville, TN 37915 www.amputee-coalition.org [email protected] 1-888-267-5669, ext. Página 4 de 5 Geriátrica con Cualificaciones especiales y se encuentra en la lista de los Mejores Médicos de los Estados Unidos. Julie Malphurs coordina la investigación del Servicio de Salud Mental en el Sistema de Atención Médica de Asuntos Veteranos de Miami y es profesora agregada de Psiquiatría de la Facultad de Medicina Miller en la Universidad de Miami. Obtuvo un doctorado en Estudios sobre la Senectud y centra su investigación en las condiciones crónicas de las personas mayores, en especial, la diabetes y la depresión. ©Coalición de Amputados de América 900 E Hill Avenue, Suite 205 Knoxville, TN 37915 www.amputee-coalition.org [email protected] 1-888-267-5669, ext. Página 5 de 5