Filosofía Del Trueque Hola, buenas tardes, están listas para ir al nodo ¿tu hija nos acompañará? – no, ella no va a poder, le invité a una vecina y amiga, Elsa, el es Salomón, ella es Elsa. – Mucho gusto. – Un placer, vamos saliendo que se hace tarde. –Hola Salomón, yo no podré acompañarles por que tengo que estudiar. – Hola, no te preocupes las traeré sanas y salvas a eso de las cuatro de la mañana, chau. – Bay, Bay. – salgamos, ella me preguntaba por tu religión, le dije que creo que no la tenes, es evangelista y quiere evangelizar a todo el mundo. – Pues, conmigo no va a poder, soy ateo declarado. – No crees en nada entonces. – Estás muy equivocada, ateo significa, sin Dios, sin creencia religiosa, pero sí creo, soy existencialista, creo en lo que veo y en los sentimientos, en los valores humanos como el amor, la vida, la libertad, el derecho a pensar libremente y a dudar de todo lo que leo, oigo y cuentan, no soy de los que viven en un estado interpretado. – ¿Qué es eso? ¿Qué significa? – ¿Con qué se come lo que dijiste? – Vivir en estado interpretado es vivir creyendo todo, lo que te hacen escuchar por la T.V. Radio, Internet, en las iglesias, etc. Es estar como si fueras un robot, creyendo sin dudar, sin pensar ni preguntarte del porque de las cosas, es transmitir lo que el poder quiere que pienses y creas, un autómata que no piensa por si solo. 1 – Hay que doblar acá ¿Qué trajiste para cambiar? – Unas ropas de trabajo Grafa, nuevas que me regaló mi cuñado y unos libros, uno de ellos es de Atahualpa Yupanqui, el charrúa, tiene sesenta años este libro, no lo volveré a conseguir, me duele en el alma tener que cambiarlo, pero no me queda otra ¿y ustedes? – Traigo diez pasta frolas. – Yo, ropas para chicos casi nuevas aún. – Es la tercera vez que voy a un trueque, dicen que autos y terrenos también se compran y venden en créditos. – Camionetas, camiones y casas cambian, la necesidad tiene cara de hereje. – Llegamos, consigamos mesa. – (Después de un par de horas) – Salomón ¿vendiste todo? – Casi todo, no vendí el de Atahualpa he hice sesenta créditos, compré un reloj de mesa, mira que lindo, pagué quince, mañana es el día del amigo y se lo daré, que vive a un par de cuadras de tu casa. – ¿Quién es? – Kilo, es chofer de colectivos. – Colectivero. – No, eso es un insulto, se les dice colectivero a esos que manejan como animales y tratan a los pasajeros como a ganados, los que se creen dueños del colectivo que manejan; el que trabaja respetando a los pasajeros, es gaucho y respeta todo lo posible el transito, es un señor chofer de transporte de pasajeros. – ¿Es ateo? – No, cree en Dios a su modo, es agnóstico, un perfecto padre de familia, padre de una parejita de niños, trabajador y sin deudas con Dios ni con la justicia terrenal, así que no importa en lo que crea o deje de creer, es un sujeto que no está sujetado por el poder de la empresa ni de nadie, piensa y duda, con 2 él aprendí que desde el renacimiento y Descartes, el mundo empezó a cambiar, el teocentrismo entró en crisis y la religión dejó de dominar al mundo. – Nunca leíste la Biblia, por eso no crees en Dios. – Al contrario, la Biblia me hizo un pensador, leyéndola empecé a analizar y dudar, a preguntarme más y más cosas, viendo los descubrimientos de los arqueólogos, antropólogos, físicos y astrónomos, dejé de creer y ser parte del rebaño, tuve una revolución interna y empecé a renacer, a darme cuenta que las religiones son el opio de los pueblos, los que se encargan de tener sumisos al proletariado, la triple alianza que mató a Jesús sigue imperando dos mil años después. – ¿Qué triple alianza es la qué decís? La religión, los militares y los burgueses. – ¿Cuántos créditos queres por ese libro? – Cincuenta. – Es mucho, allá hay una máquina de cortar fiambres por ese precio. – Pero este libro no conseguirán en ninguna librería. – Solo un coleccionista amante de la lectura lo compraría. – Antes de vender al precio de un libro común y corriente, prefiero regalarte a vos que te gusta la lectura y de paso, que este sea mi primer regalo. – Gracias, lo leeré y cuidaré mucho, en casa tengo varios libros, cuando quieras ver y elegir alguno para leerlo, avísame. – Vamos a buscar la carne y las verduras que encargamos. – Vamos. – Es increíble que en el comienzo del siglo xxi tengamos que estar haciendo trueques como en la edad de piedra. – El trueque existe en Cuba y otros países socialistas, allí te da el gobierno una casa o departamento al casarte y si te destacas en tu trabajo por un año, te dan un auto, lo usas las veinticuatro horas todo el año, sos responsable de ello, pero no lo podes vender, solo permutar por otro más chico o más grande, depende de tus necesidades familiares, los avisos en los periódicos son 3 gratuitos; conseguí seis paquetes, tres de arroz y tres de fideos y dos de salsa de tomate, te dos la mitad para vos, que tenes tres hijos a cargo, mis tres están asegurados, esto es socialismo, compartir, no lo que sobra, sino lo que se tiene. Fin Luís Alberto Benítez Benítez 4 5 6