Pueblos Originarios y sus leyendas Leyenda Leyenda mitológica “Creación de la luna” del libro Joiuen Tsoneka de Mario Echeverría Baleta Grupo Leyenda ONA Kooch ya había creado al sol para iluminar el día y dar calor a la existencia, pero durante el descanso de éste, Tons, la oscuridad daba libertad a sus hijos, los malos espíritus que prodigaban los males por doquier y los gigantes Hol-Gok asomados por los ojos de las maderas viejas, por los huecos de las rocas y desde lo profundo de las cavernas, acechaban a los indios para prodigarles sus males, enfermedades y desgracias, entonces Kooch crea a la luna, llamándola Keenyenkon para que ilumine a la tierra y aleje con su lumbre a los malos espíritus. Las nubes que divagaban por el cielo, fueron presurosas a contarle al sol la buena nueva y tanto le hablaron de la pálida dama nocturna que decidió conocerla y una mañana quebró con sus rayos el horizonte antes de lo acostumbrado, por su parte Keenyenkon tampoco pudo resistir el embrujo del rubio madrugador y lo acompañó a través del azul del cielo hasta perderse en el horizonte quebrado de los Andes en un rojo atardecer. Tsonekas: nombre verdadero de los llamados: Tehuelches, Aónikenk o Chonkes Joiuen: leyenda Kooch: ser supremo , creador Tons: la noche oscura, Madre de los malos espíritus Hol – Gok : nombre del conjunto de los dos gigantes Keenyenkon: luna llena La leyenda del algarrobo Esto sucedió hace mucho tiempo, en la época que los españoles comenzaron la conquista de estas tierras de América. Un día, los indios Comechingones, muy asustados, vieron que unos hombres de piel blanca, cargados de armas, avanzaban sobre ellos. Venciendo su temor, los hombres del cacique Comechingón Ipachi Naguán lucharon contra los hombres blancos. La lucha fue larga, y el hambre y el cansancio fueron debilitando a los Comechingón. Ipachi Naguán, entonces, decidió guiar a su pueblo hacia un bosque de algarrobo y allí pidió a los dioses que protegieran a sus mujeres y niños. En un momento, todo pareció perdido, pero entonces sucedió lo inesperado. Las ramas de los algarrobos comenzaron a sacudirse y desde las alturas calló una lluvia de frutos que se abrieron y dejaron ver sus semillas. Esas algarrobas fueron el mejor alimento para los indígenas, que comieron hasta hartarse. Después se sintieron con más fuerzas, volvieron a la batalla y vencieron a los españoles. El fruto del algarrobo había salvado a los habitantes de esta tierra. Leyenda COMECHINGONES Ubicación geográfica Leyenda guaraní Leyenda GUARANÍ Cuenta una leyenda guaraní que la luna bajó a pasear a la tierra. Fue una noche muy linda. Después de mucho caminar sintió hambre. Un labrador le dio tortillas de maíz. A la noche siguiente, desde el cielo, la luna miró dentro de la casa de su amigo. Descubrió que allí no tenia nada para comer. Entonces pidió a las nubes que dejasen caer una lluvia especial. Al amanecer brotaron unos árboles desconocidos. La hija del labrador nunca murió. Ella es la dueña de la yerba-mate y se la ofrece a todos los hombres. El palo santo, árbol sagrado de los Tobas Leyenda TOBA Los Tobas veneran este árbol al que consideran sagrado. Cuentan sobre él una hermosa leyenda: "Hace mucho tiempo vivía un joven muy virtuoso y apuesto llamado Cosakait, que se había enamorado perdidamente de una muchacha muy bella, pero ella no le correspondía. Ah!- el indio se lamentaba- los dioses no quieren mi felicidad. Entonces el joven se enfermó de pena pero la muchacha no quiso verlo. Desesperado, Cosakait llamó a la madre de su amada y le dijo: -Yo he de morir pero seguiré amando a su hija. Adornaré con flores su cabello, perfumaré el agua que sus labios beban y espantaré a los insectos de su lado para que no la molesten. Estaré siempre donde ella se encuentre y le daré todo lo que me pida. Cosakait murió, y Dios, compadecido por su dolor, lo eternizó en la forma de un árbol que creció allí mismo y se extendió por toda la selva. De esta forma Cosakait brindó a su amada flores y todas las cosas buenas que le había prometido." Por ser tan elevado sus valor y sus nobleza, los Tobas consideran al palo santo como un palo sagrado y lo llaman "Cosakait." Cuenta la leyenda que Chaya era una muy bella jovencita india, que se enamoró perdidamente del Príncipe de la tribu: Pujllay, un joven alegre, pícaro y mujeriego que ignoró los requerimientos amorosos de la hermosa indiecita. Fue así como aquella, al no ser debidamente correspondida, se interno las montañas a llorar sus penas y desventuras amorosas, fue tan alto a llorar que se convirtió en nube. Desde entonces, solo retornar anualmente, hacia el mediado del verano, del brazo de la Diosa Luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia. En tanto Pujllay sabiéndose culpable de la desaparición de la joven india, sintió remordimiento y procedió a buscarla por toda la montaña infructuosamente. Tiempo después, enterado el joven del regreso de la joven a la tribu con la luna de febrero, volvió el también al lugar para continuar la búsqueda pero fue inútil. Allí, la gente que festejaba la anhelada cosecha, lo recibía con muecas de alegría; el por su parte, entre Leyenda DIAGUITA la algarabía de los circundantes, prosiguió la búsqueda con profunda desesperación, aunque el resultado totalmente negativo. Poe ello, derrotado, termino ahogando en chicha su soledad, hasta que luego, ya muy ebrio, lo sorprendió la muerte. Punto final de un acontecer que se repite todos los años, a mediados de febrero... La tradición popular rescató a estos personajes y en sus vocablos se demuestra el sentido de esta fiesta: Ch'aya (en quichua: "Agua de Rocío") es símbolo de la perenne espera de la nube y de la búsqueda ancestral del agua. (Algo que no abunda en La Rioja y es vital); y "Pujllay", que significa: "jugar alegrarse", quién para estos carnavales vive tres días, hasta que es enterrado hasta el próximo año... "En tiempos remotos, el Sol y la Luna fueron dos esposos gigantes, creadores de La Pampa. Luego que sembraron de pastos y flores la sabana; que hicieron brotar las lagunas, y crearon los animales y los hombres, tornáronse al cielo, de donde habían bajado. Como prenda de alianza con sus hijos, el Sol siguió enviándoles su luz de día, y la Luna derramando la suya de noche, sobre la Tierra. Así pasaron años, siglos, edades, pero una semana, los hombres notaron algo anormal en el Sol, le vieron palidecer, casi extinguirse: era que un puma (león de la pampa ) gigantesco y alado le acosaba por la inmensidad de los cielos y por ello los más hábiles guerreros de la pampa decidieron atacar al puma con sus flechas. Una de éstas dio en el b1anco, traspasando al puma, que cayó en la tierra con el vientre atravesado y la flecha saliendo por el espinazo. El monstruo, en su agonía, daba rugidos tan terribles que ninguno osaba acercarse a rematarlo. El Sol entre tanto, había recobrado su apariencia risueña, regalaba a sus hijos con la mejor luz, y, a la hora de costumbre se ocultó. Salió la Luna , y como viese al puma aún con vida le fue tirando piedras para ultimarlo; tantas en número que se amontonaron formando una sierra: la Sierra del Tandil. La última piedra cayó sobre la punta de la flecha, y en ella quedó clavada, tal como los conquistadores del desierto la tenían ante su vista. Pero el puma aunque enterrado, no estaba muerto. Al apuntar los primeros rayos de la aurora, se estremecía de rabia, se movía como si quisiera atacar de nuevo al Sol, y hacía oscilar la piedra que coronaba la flecha, siguiendo la dirección del astro". Leyenda PAMPA