Historia de la Independencia de México

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Introducción.
LA HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO.
Antecedentes.
En la Nueva España las cosas parecían ir de la mejor manera y no era para menos pensar esto. Las arcas de
México se encontraban abundantes y financiaban tanto los gobiernos de otras colonias españolas, así como la
construcción de palacios y campañas militares en la propia España. Las ciudades de México tenían un
desarrollo mayor que cualquier otra colonia en América. Pero hasta ahí podía ir la alegría ya que existía una
profunda y marcada desigualdad social entre los habitantes de la Nueva España.
Para el siglo XVIII la población estaba conformada por un 40% de Indígenas, otro 40% de mestizos y mulatos
incluyendo todas las generaciones intermedias y solo un 20% de blancos (europeos y americanos) Los dos
primeros grupos sociales componían la población inculta, pobre y explotada, sectores completamente
desplazados de toda participación en el gobierno general y la economía del virreinato. El 20% de blancos
controlaban todo el poder llevándose casi la totalidad de las ganancias que generaba la colonia. A pesar de
esto este grupo estaba dividido en dos bandos "peninsulares" y "criollos", es decir europeos y americanos.
Esta diferencia comenzó desde iniciada la colonia en México y
creo un defecto que se profundizo durante 200 años. Al iniciar el siglo XIX la grieta había separado al país en
dos bandos el realista (españoles) y el insurgente (criollos), los que arrastraron tras de ellos al resto de los
núcleos sociales.
Españoles
Criollos
Indios
Esta división se generaba de quien tenia más derecho a gobernar y dirigir la sociedad, por una parte los
españoles consideraban que ellos tenían todo el derecho del poder por ser los conquistadores y dueños directos
de las colonias, ante lo cual no podían permitir que los criollos los cuales habían nacido en las Indias
(América) y por lo tanto inferiores tomaran el poder. En el otro lado los criollos, cansados de seguir bajo el
control de la corona española la cual se encontraba muy lejos para poder solucionar adecuadamente los
problemas de la Nueva España, consideraban que a ellos les correspondía dirigir el camino político y social de
la Nueva España.
Cae la Monarquía en España.
En junio de 1808 llegó a México la noticia de la renuncia de los reyes españoles en favor de José Bonaparte.
Tanto españoles como criollos se negaron a reconocer a Bonaparte, pero los criollos vieron la oportunidad de
hacer a la colonia independiente con el pretexto de guardar el reino para el rey Fernando VII. Francisco Primo
Verdad y Ramos y Juan Francisco Azcárate encabezados por Fray Melchor de Talamantes piden que se
tengan por nulas las renuncias echas por los reyes de España, argumentando que ante la falta de reyes la
soberanía había vuelto al pueblo y por lo tanto había la necesidad de crear un gobierno temporal apoyado por
el pueblo, Primo Verdad y Ramos termino su
propuesta pidiendo al virrey y a la junta del ayuntamiento que juraran por el rey de España y de la Indias
Fernando VII. Iturrigaray entonces virrey apoyo la propuesta de crear por los votos de los ayuntamientos de la
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Nueva España, una Junta Suprema de México en donde él dirigiría conservando la soberanía mientras
Fernando VII estuviera preso. Los españoles realistas vieron esto como un paso que conduciría hacia la
liberación política total y tenían que impedirlo. El 15 de septiembre dirigidos por Gabriel Yermo unos 300
españoles entraron al palacio y tomaron preso al virrey y a sus asesores. A partir de ese momento instauraron
un gobierno militar cerrado a cualquier cambio. Primo Verdad y Ramos uno de los criollos más renombrados
de la junta del ayuntamiento fue tomado preso y luego muerto como ejemplo de lo que les esperaba a los que
intentaran promover un cambio en el orden del poder del virreinato. Esto no intimidó ni asustó a los grupos
opositores a los realistas, todo lo contrario los motivó a juntarse y planear algo para tomarse el poder a
cualquier precio.
La Conspiración.
A fines de 1809 es descubierta una conspiración en Valladolid que intentaba derrocar al régimen militar de los
peninsulares, en ella es invitado a participar Don Miguel Hidalgo Costilla un cura criollo de gran carisma que
por sus ideas es enviado al curato de Dolores desde el cual sigue buscando gente con sus mismas inquietudes
entre las cuales estaba el ser miembro importante de alguna conspiración para derrocar al régimen. No se une
a la conspiración de Valladolid porque observa su inmadurez y sus pocas posibilidades de éxito.
Su oportunidad surge entre un grupo de criollos de la ciudad de Querétaro que son protegidos por el
corregidor de esta ciudad Miguel Domínguez y sobre todo por su esposa Doña Josefa Ortiz de Domínguez.
Este grupo es impulsado por un grupo de militares Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, Joaquín
Arias y otros. Allende es el principal promotor de la conspiración, un hombre impulsivo quien deseaba dirigir
la operación pero en forma de un movimiento de la clase media criolla conducida por militares. La
conspiración de Valladolid demostró
que no bastaba con el apoyo de los criollos, que necesitaban al pueblo si es que esperaban tener alguna
oportunidad de éxito en su aventura. Esto a la vez
los hacia dudar ya que en el fondo eran clasistas. Había que mover al pueblo, las masas y para ello necesitaban
a alguien de gran carisma y prestigio de modo que pudiera ser oído y aplaudido por la muchedumbre. Por tal
razón y con pesar de Allende se llamo a Hidalgo.
Las reuniones de este grupo de conspiradores se realizaban en la casa del cura José María Sánchez a ellas
acudían Allende, Altamirano,
Aldama, Hidalgo y otros. El Corregidor Don Miguel Domínguez aunque no asistía a las reuniones estaba de
acuerdo con el movimiento y en su casa se reunía con Allende para tratar el proyecto. Las reuniones estaban
encubiertas bajo el pretexto de Juntas literarias, en las cuales discutían los puntos para llevar acabo el
levantamiento.
La Conspiración Descubierta.
La conspiración es descubierta ante varias autoridades por Mariano Galva y el capitán Arias, ante esto Josefa
Ortiz de Domínguez envía al alcalde, Ignacio Pérez, para que busque al capitán Allende en San Miguel, al no
encontrarlo ahí se dirige junto con Aldama a Dolores. El Levantamiento Al ser informados Hidalgo y Allende
de que la conspiración ha sido descubierta discuten su situación y por fin Hidalgo exclama "¡Caballeros,
somos perdidos; Aquí no hay más recursos que ir a coger gachupines". Así que en la madrugada del 16 de
septiembre Hidalgo se dirigió al patio de la parroquia de Dolores en donde expuso a la gente reunida que
llegaba a 3000 el plan que tenían para quitar del poder a los gachupines tras lo cual dio el grito de
independencia.
El Grito de Dolores
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Del pueblo de Dolores Hidalgo partió hacia Atotonilco donde saco un lienzo de la iglesia con la imagen de la
Virgen de Guadalupe, lo puso como estandarte y siguió hacia San Miguel el Grande, Chamacuelo (hoy día
Comonfort. En la ciudad de Celaya se asignaron los primeros grados e Hidalgo fue nombrado como "Capitán
General" o "Generalísimo de América" y Allende como "Teniente General", continuaron avanzando y
llegaron a Salamanca, Irapuato, Silao y finalmente a Guanajuato. A lo largo del avance hasta Guanajuato que
duro menos de dos semanas Hidalgo logro juntar a más de veinte mil hombres, ya que en Guanajuato tomo
esta ciudad tras vencer a los españoles que se habían fortificado en
la alhóndiga de Granaditas.
Reunió a más hombres y mandó a fundir cañones para dirigirse a Valladolid la cual tomo sin disparar un solo
tiro. Escribe el primer bando en el que anula la esclavitud y la paga de tributos para todo tipo de castas. Sale
de Valladolid rumbo a la capital y en el camino se le unen Ignacio López Rayón y el cura José María Morelos;
Rayón pasa a formar parte de su equipo de colaboradores y Morelos es destinado a dirigir la insurrección en el
sur, rumbo a Acapulco.
Conforme los rebeldes avanzaban hacia la ciudad, el pánico era mayor. Venegas organiza una bien provista
división, que puso al mando del coronel Torcuato Trujillo, con la orden de atacar y detener el avance de las
fuerzas rebeldes. El encuentro se desarrolló el 30 de octubre en el Cerro de las Cruces. Hidalgo y Allende
hacen frente a Trujillo venciendo a su ejército completamente. Motivados por su victoria avanzan hasta las
cercanías de la ciudad, parando en el pueblo de Cuajimalpa. Hidalgo decide no avanzar hacia la ciudad ya que
un poderoso ejército comandado por el brigadier Félix María Calleja venia en auxilio del virrey Venegas y
podrían quedar atrapados en la ciudad. El 7 de noviembre es derrotado en Aculco por Calleja a quien
intentaban evitar. Hidalgo y Allende se separan, Allende parte a Guanajuato, donde tiene que enfrentarse con
el ejército de Calleja, e Hidalgo se dirige hacia Guadalajara donde es recibido con festejos, propone la
creación de un Congreso Nacional con representantes de todas las ciudades villas y lugares del reino, utiliza la
imprenta para publicar proclamas y bandas, también edita el Despertar Americano, primer periódico
insurgente que durará a lo largo de
11 años de guerra. Desarrolla sus medidas de tipo social, como la anulación de la esclavitud, suspensión de
tributos, reparto de tierras y garantías individuales (igualdad social, libertad de trabajo y de comercio). Es
Hidalgo quizá el único que desde el inicio de la lucha se haya dado cuenta que el movimiento iba más haya de
la lucha por el control del poder de la Nueva España y que se transformó en una lucha popular por la libertad
de México.
El 17 de enero de 1811 el brigadier Calleja quien ya había recuperado Guanajuato para los realistas, vence al
gran ejército insurgente e Hidalgo se ve obligado a partir para el norte con intenciones de pasar a Estados
Unidos y conseguir armamento para volver con más fuerza. Es detenido cerca de Monclova en Actita de
Bajan por un destacamento realista.
La Muerte de los Caudillos.
Hidalgo conducido a Chihuahua junto con otros líderes insurgentes es tomado prisionero y puesto en juicio.
Fue sometido a los más duros
interrogatorios durante tres meses, tras los cuales es sentenciado a muerte. La ejecución se llevó acabo el 30
de junio de 1811 y su cabeza junto con la de Allende, Aldama y Jiménez fue colocada en un ángulo de la
Alhóndiga de Granaditas, como advertencia para el resto.
Continua la Lucha.
La Captura de Hidalgo y sus compañeros no detuvo la lucha de independencia ya que quienes habrían de
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continuar con su tarea ya estaban trabajando en ello antes de la muerte de los primeros jefes. El movimiento
no solo no decayó sino que tomo más fuerza y alcanzo sus máximos niveles tanto en lo político como en lo
militar.
Después de enterarse de la captura de Hidalgo y Allende, Ignacio López Rayón quien había sido nombrado
Jefe del ejército en Saltillo, mientras durase la ausencia de Allende e Hidalgo, decide sacar su pequeño
ejército de apenas 1000 hombres antes de que las tropas de Calleja llegaran a Saltillo. Marchan hacia el sur
hasta la villa de Zitácuaro, y en ella se instalan para formar su centro de operaciones.
La Junta de Zitácuaro.
En Zitácuaro, el 19 de agosto de 1811, Rayón dirige la Suprema Junta Nacional Americana, a nombre de
Fernando VII, la junta estaba formada por un cuerpo colegiado de cinco vocales, en el momento fueron
designados tres de ellos: el propio Rayón y sus compañeros de armas, José María Liceaga y José Sixto
Berdusco. Apoyándose en los precedentes de la península ibérica y de algunas ciudades sudamericanas,
Rayón se proponía con la junta, además de asegurar su posición personal, dar unidad a la causa
revolucionaria, cuestionar la
legitimidad del gobierno virreinal de la Ciudad de México y fortalecer un instituto que fijara la línea
ideológica del movimiento insurgente.
La junta logro ser escuchada en la zona central del país y algunos jefes menores, se le unieron; contó con el
aval de Morelos; uso la imprenta para propagar sus ideas en vasta escala; emitió moneda nacional con los
emblemas del "águila, nopal, arco, flecha y honda"; envió una comisión a los Estados Unidos para gestionar
su reconocimiento, por lo menos en calidad de beligerante; se benefició con los auxilios e informes que le
proporcionaba desde la Ciudad de México una organización secreta que se hizo famosa con el nombre de Los
Guadalupes, y
elaboró el proyecto de una Constitución Nacional, el cual no pudo ser llevado acabo. La junta no tenía el
poder que necesitaba para ser obedecida por la mayoría de los jefes combatientes, necesitaba tener el dominio
seguro de una buena parte del país; pero Calleja, al frente de su flamante división, tomó por asalto Zitácuaro,
en los primeros días de 1812; impidiendo que los proyectos de la junta se consolidaran. Rayón y la junta no
tuvieron otra opción que huir perseguidos por los realistas. Luego, los vocales se separaron, trabajando cada
uno en distintas áreas; Rayón en la intendencia de México, Berduzco en la de Michoacán y Liceaga en la de
Guanajuato. Cada uno pretendió tener la dirección de la junta, lo que provocó una querella entre los tres
fundadores y en la disolución de la junta, hacia el primer semestre de 1813.
Rayón, No solo en aspecto militar tuvo problemas ya que cada derrota hacia que perdiera el prestigio ante el
resto de los jefes insurgentes, y otra razón de su perdida de autoridad fue su falta de visión, mientras el
movimiento se inclinaba a ser más radical, él se aferraba a la tesis de que la soberanía emanaba del pueblo,
pero "residía en la persona de Fernando VII". Para el 1813 esta idea había sido dejada muy atrás, lo que
deseaba era la independencia total del país. Solo otro jefe insurgente tenia el prestigio militar y también la
comprensión del movimiento como para dirigirlo con la fuerza de Hidalgo, este hombre era Morelos.
Morelos cura de Cuarácuaro de origen mestizo y humilde era un hombre que a base de trabajo desde muy
temprana edad había logrado pagar su educación.
Estudio en el Colegio de San Nicolás cuando Hidalgo era rector. Hasta el levantamiento en Dolores, había
sido un buen burgués de la época colonial, dedicándose a diversas actividades económicas además de las
parroquiales, pero al enterarse del movimiento que dirigía Hidalgo su carácter sufrió una transformación y
decidió unirse a la lucha. Alcanzó a Hidalgo en Indaparapeo y siguió con él hasta el Charo donde Hidalgo lo
eligió para dirigir la lucha en el sur y tomar el puerto de Acapulco.
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Morelos, Líder de la Insurgencia.
Las campañas de Morelos son considerarse las más fructíferas ya que la etapa que él dirigió de la Lucha de
independencia puede ser la única en que se tuvo la posibilidad real de derrocar al régimen colonial. Morelos
era un militar intuitivo que basaba su estrategia en la geografía del terreno en que se movía. De inmediato
sigue la encomienda que le da Hidalgo avanzando sobre las intendencias de Michoacán, México, Puebla,
Veracruz y Oaxaca. A diferencia de Hidalgo se niega a dirigir muchedumbres indisciplinadas. Era sumamente
cuidadoso para sus
operaciones seleccionando solo a los más aptos, los dotaba de armas (fusiles, machetes y sables), así como un
mínimo de instrucción militar.
Escribió unas sencillas y claras reglas para el cuerpo que comandaba. Muchos jefes insurgentes se formaron
entre sus tropas como Pablo y Miguel Galeana, Víctor y Nicolás Bravo, Mariana Matamoros, Manuel de Mier
y Terán, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y muchos más.
El genio militar con que es aclamado Morelos se justifica en variadas ocasiones. En Mayo de 1812 Calleja
con el más grande ejército que logró reunir el gobierno realista, sitió a Morelos en la villa de Cuautla. Calleja
convencido de su superioridad promete a Venegas que no podrán salir vivas "ni las ratas". Morelos resistió el
sitio y cuando no pudo más burló a Calleja y sacó lo que quedaba de su tropa, tres cuartas partes ya habían
caído. Reanudó su campaña sobre Puebla, Veracruz y Oaxaca con más energía, el y sus capitanes demostraron
ser
superiores a los militares realistas. En 1813 tomó Acapulco, para esa fecha el territorio que tenia dominado
abarcaba desde Michoacán hasta las orillas del reino de Guatemala.
El Congreso Nacional.
Morelos decide hacer un alto en su campaña militar para dedicarse a la construcción política de la nación,
asunto que consideraba más importante
que la lucha militar. Morelos fue el jefe insurgente que más desarrolló sus ideas políticas. En los pueblos que
dominó quitó las autoridades coloniales y colocó a criollos en los puestos directivos.
Consciente del analfabetismo de pueblo tradució las proclamas de Hidalgo a un lenguaje sencillo y organizó
pequeños cabildos donde explicaba al pueblo las causas del movimiento, pregonó la igualdad social y repudió
el latifundismo. Al instaurarse la junta de Zitácuaro, Morelos la reconoció pero solo para dar la imagen de un
gobierno revolucionario unido ya que estaba en desacuerdo con la ideología de la Junta de una soberanía a
medias.
En el mes de noviembre de 1812 Morelos tomó Oaxaca, la cual es un importante centro urbano, con todas las
ventajas que ello conlleva, entre ellas la presencia de ideólogos y proyectistas como José Manuel de Herrera y
Carlos María de Bustamante quienes dirigieron el periódico Correo Americano del Sur, el cual ayudó a
propagar las ideas de la insurgencia.
Después de largas consultas incluso con miembros del grupo de los Guadalupes que le enviaron cartas con sus
pensamientos, decidió transformar la Junta Gubernativa en un Congreso Nacional electo hasta donde fuese
posible por
el voto de los pueblos. El 14 de septiembre de 1813 Morelos inauguró el Congreso y redacta el texto de
"Sentimientos de la Nación". Las sesiones culminaron el 6 de noviembre con la Declaración de Independencia
total.
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En esta sus autores rompieron completamente con la idea de la dependencia de la corona española,
otorgándole la soberanía a la nación, correspondiéndole a esta el hacer las leyes constitucionales.
Para el invierno de 1813 Félix María Calleja como nuevo virrey desató una bien planeada ofensiva contra
Morelos. Morelos es derrotado en Valladolid y después en Puruarán, donde cayó prisionero su segundo jefe
Matamoros quien fue conducido a la capital provincial para ser fusilado el 3 de febrero 1814. La línea
defensiva de las fuerzas de Morelos fue derrotada y cayeron sucesivamente Chilpancingo, Acapulco y
Oaxaca. Las fuerzas de Morelos acabaron dividiéndose en pequeñas guerrillas sin coordinación. Aun así los
congresistas lograron redactar el Decreto Constitucional en Apatzingan el 22 de Octubre de 1814. Morelos sin
darse por vencido siguió protegiendo al congreso y animándolo a
continuar.
A mediados de 1815 hicieron una pausa en Puruarán, lo que le permitió al congreso reorganizar el gobierno,
enviar una embajada a Estados Unidos y publicar el Manifiesto a las Naciones. Después decidieron trasladar
el gobierno a Tehuacán, Puebla. En el camino el jefe realista Manuel de la Concha los atacó y capturó a
Morelos. Los miembros del Congreso apenas lograron llegar a Tehuacan.
Muerte de Morelos.
Calleja con gran resentimiento a Morelos por lo acontecido en Cuautla decidió dar un espectáculo a los
habitantes de la ciudad exhibiendo a Morelos, quien fue juzgado por la Inquisición y un tribunal militar. Se le
sentenció a muerte pero temieron que la ejecución en la capital diera lugar a un alboroto popular, Calleja
decidió que fuese fusilado fuera de ella y sin publicidad, de esta forma el 22 de diciembre de 1815 en San
Cristóbal Ecatepec fue segada la vida del más grande caudillo de la independencia.
Declina la Lucha de Independencia.
Durante los cinco años siguientes a la muerte de Morelos la lucha de Independencia se halló dividida en
decenas de jefes insurgentes pero que al estar faltos de un líder, les faltaba la fuerza necesaria para imponerse
sobre los otros y llevar acabo la consumación de la independencia.
A pesar que el virrey Calleja logró fragmentar y casi eliminar a la insurgencia a través de la represión y la
persecución sin cuartel de los rebeldes esta continuó apareciendo continuamente. Calleja advirtió que a pesar
de toda la victoria que pueda obtener el pueblo de la Nueva España estaba decidido a independizarse.
Fernando VII llamó a Calleja quien cedió el gobierno del virreinato al teniente general de la armada Juan Ruiz
de Apodaca, y este continuó combatiendo a la insurgencia.
El Virrey Juan Ruiz de Apodaca.
Después de la muerte de Morelos el congreso de Chilpancingo fue perseguido por los realistas y finalmente
Manuel Mier y Terán lo disolvió. Con esto se terminó el centro político unificador que Morelos había creado.
Muchos jefes Militares continuaron la lucha de Morelos, pero casi todos fueron muertos, encarcelados o
indultados después de pagar a los realistas, repudiando la revolución y jurando a Fernando VII.
En 1817 cayeron en prisión los jefes Mier y Terán, Ramón e Ignacio López Rayón, José Francisco Osorno,
Nicolás Bravo, colaboradores del Congreso de Chilpancingo: Bustamante, Herrera, Berdisco, etc.
La expedición de Mina.
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Con todas esas victorias el virrey Apodaca pudo considerar que había acabado con los focos revolucionarios
más importantes, ya que los únicos que subsistieron fueron varias guerrillas, principalmente en el sur de
Veracruz y el sur de Guanajuato, las cuales fueron subestimadas en su poder por los altos mandos realistas.
Dado esto el gobierno comenzó a trabajar en la reconstrucción, pero fue cuando recibió sorpresivamente la
noticia de que Javier Mina un joven español de Navarra y adversario de Fernando VII, había desembarcado en
la costa de Nuevo Santander (Tamaulipas), junto con una expedición libertadora.
La expedición de Mina no pudo tener éxito ya que la enorme publicidad con que se manejó su expedición
permitió al virrey Apodaca tomar las medidas para detenerlo. Mina desembarcó con unos trescientos hombres
sin embargo logró escapar del cerco y meterse al centro de la Nueva España. La acción de Mina duró apenas
un semestre pero le dio un importante impulso a la lucha de independencia. Moreno y Mina se unieron y
lucharon contra Pascual de Liñan, enviado por los realistas para detenerlos. Liñan los venció pero lograron
escapar para intentar más tarde un imprudente ataque a Guanajuato, después del cual fueron detenidos en el
rancho "El Venadito". El 11 de noviembre de 1817 Mina fue fusilado frente al fuerte de Los Remedios.
Guerrero fue un hombre de descendencia mulata que se había unido a la lucha desde 1810, contó con todas las
cualidades de un líder pero su papel fue secundario hasta 1814 ya que el se centró en la lucha de guerrillas, lo
que le permitió junto con su carácter alerta y resistente no preocuparse. Fue el principal contendiente en el sur
después de la muerte de Morelos y el único que mantuvo viva la lucha cuando ya parecía extinguirse. A
diferencia de otros militares consideró importante la lucha en el terreno de los principios políticos y sociales,
su ideario se derivó directamente de las ideas de Hidalgo y Morelos. Cuando Mier y Terán disolvieron el
congreso se opuso a el ya que consideraba que un gobierno militar no era correcto y que era necesario acatar
las leyes que provenían de la lucha, principalmente el Decreto Constitucional.
Consumación de la Independencia.
Los Realistas Divididos.
Calleja envió al coronel José Gabriel de Armijo con un poderoso ejército en contra de Guerrero quien siguió
resistiendo en el sur. Los enfrentamientos entre las tropas de realistas e insurgentes continuaron pero limitados
a la zona que Guerrero tenia controlada. Guerrero se percató que podía seguir resistiendo los ataques pero que
no lograría extender la lucha, por otra parte los realistas no lograron vencer a las fuerzas insurgentes, esto
desesperó a ambos bandos. Al ser virrey Apodaca sucesor de Calleja decidió entablar relaciones a través de
contactos con Guerrero para presionarlo a que abandone lucha a lo cual Guerrero se negó. Apodaca continuó
insistiendo secretamente a Guerrero, mientras que oficialmente tubo a Armijo combatiendo. Guerrero se dio
cuenta que el gobierno de la capital no estaba tan unida ya que Apodaca parecía no confiar en sus militares y
le ofrecía secretamente el perdón bajo condiciones atrayentes, y en el otro lado Armijo le ofrecía el perdón
pero bajo las condiciones más represivas.
La verdad del gobierno estaba desquebrajándose y ya no funcionaba como en los tiempos de Calleja. Desde el
virrey hacia abajo todos desconfiaban dando lugar a la formación de un sin fin de intrigas, por ello Apodaca
temió terminar con la misma suerte de Iturrigaray (ser destituido del poder por un golpe de estado) Vio que el
régimen realista perdía confianza en sí mismo, Guerrero decidió seducir a uno de los jefes realistas, de esta
forma quitar al régimen uno de los cuerpos en que se apoyaba. Primero lo intentó con Armijo siendo el mas
indicado pues era el más cercano y dado sus altos cargos tuvo un alto número de tropas bajo su mando.
Armijo no acepto y continuó siendo fiel al gobierno. Guerrero entonces fijó su atención en el coronel Carlos
Moya dependiente de Armijo, después de sondear por medio de intermediarios le envió una carta el 17 de
agosto de 1820.
En esa carta Guerrero le pidió que se uniera a su lucha siguiendo el ejemplo de los revolucionarios de la
historia española y que tomó su ejemplo para independizarse no solo del absolutismo de Fernando VII, sino
del gobierno de los españoles constitucionales, convirtiéndose en jefe de las fuerzas americanas y que
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observara que el panorama de político les permitiría sacar ventaja ya que dentro de poco Apodaca seria
remplazado por Francisco Espoz y Mina quien tuvo cierto resentimiento a los realistas y de ideas liberales. En
esa carta Guerrero creó las bases sobre las que se desarrolló la independencia de México. Carlos Moya
rechazó la propuesta aunque no furiosamente y se la presentó a Armijo quien a su vez la llevó al virrey.
Apodaca no se escandalizó ante la carta y extrañamente no rompió su contacto secreto con Guerrero, lo que
forzó a la renuncia de Armijo pues no pudo vencer a Guerrero y nombra jefe de las comandancias del sur a
Agustín de Iturbide a quien informó de las ideas de Guerrero.
La Profesa.
Mientras Guerrero preparaba sus planes en el mismo seno de la capital se formuló otro plan idéntico pero que
rechazaba todo lo que pudiese sonar a insurgentismo, populismo y constitucionalismo. Esta fue la
"Conspiración de la Profesa" nombrada así por la iglesia en donde se llevó acabo las reuniones de este grupo
dirigido por el canónigo Matías de Monteagudo quien como todos los comprometidos tuvo acceso a la corte
virreinal, por lo que no se dudó que Apodaca tuviera conocimiento de ella. Los miembros de la Profesa al
igual que Guerrero, necesitaron de apoyo militar para llevar a cabo sus planes y por supuesto un jefe que los
encabezara, en ello se encontraron a Iturbide un militar realista con sonados triunfos, (uno de ellos contra las
tropas de Morelos), quien atrajo la atención del grupo. Iturbide no tuvo un historial muy limpio pero debido a
las presiones de Monteagudo y otros gestores Apodaca decidió darle, aunque no sin ciertas dudas la
comandancia del sur.
Al aceptar la comandancia Iturbide tuvo la misión de eliminar a las fuerzas insurgentes de Guerrero, pero esto
se vio impedido primero porque Iturbide no tuvo la capacidad para cumplir con esta misión, segundo el
compromiso que había contraído con la Profesa y tercero los planes que el mismo había comenzado a
formular. No pensó desaprovechar la oportunidad si la tenia de dar un golpe a Guerrero ya que aún rechazaba
las ideas de los insurgentes. Pero no fue su principal interés ya que tenia pensado negociar con Guerrero lo
que convendría más a sus intereses, además supo por el propio Apodaca que Guerrero estaba dispuesto a
negociar.
Iturbide llegó al cuartel general de la comandancia en Teloloapan cerca de Iguala el 1 de diciembre. Comenzó
a establecer contactos con un gran número de aliados civiles y militares en varias partes del virreinato, en
tanto inició una operación por la serranía de Temascaltepec para limpiar de "bandidos" el área.
Pedro Ascencio segundo jefe de Guerrero cerca de Tlatlaya capturó a la retaguardia de Iturbide, eliminando a
casi todos sus componentes y
a los cinco días Guerrero ganó otro combate frente a la sección de Carlos Moya.
Iturbide alarmado se percato que la insurgencia era más fuerte de lo que se pensaba en México y de lo que el
mismo creía. El 10 de mayo envió su primera carta al Jefe insurgente, Guerrero no contestó con sobrados
motivos. Iturbide volvió a escribir, y Guerrero contestó recelosamente.
El 27 de enero antes de que se diera un claro entendimiento entre Guerrero e Iturbide se desarrolló el último
enfrentamiento entre realistas e insurgentes en un lugar llamado La Cueva de Diablo, donde venció Guerrero.
Iturbide sin más paciencia escribió la tercera y definitiva carta a Guerrero, esta más política y concreta se
dirigió al el insurgente en términos de "Estimado amigo" y le propuso una entrevista, Guerrero pospuso la
reunión pero se llego a un acuerdo a través de comisionados.
Iturbide informó los detalles de su plan y los medios por los que pensaba ponerlo en marcha.
Lo único que molestó a Guerrero fue que se ofreciera la corona de México a Fernando VII, pero Iturbide debe
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haberlo tranquilizado diciéndole que era solo una maniobra política para obtener confianza pero que nunca se
llevaría acabo. Los insurgentes participaron cubriendo las espaldas de Iturbide en el sur mientras él avanzó
por el centro y occidente.
El Plan de Iguala.
El 24 de febrero de 1821 en Iguala Iturbide redactó "El Plan de Iguala", basado en lo ideado por los miembros
de la profesa pero más intolerante y adecuado para la realidad de ese momento. En 24 artículos Iturbide
describió su plan de Independencia y la organización del nuevo Estado. Las ideas más importantes fueron:
−Religión católica, sin tolerar ninguna otra
−La Nueva España es independiente de cualquier otra nación
−El gobierno seria monarquía moderada con base en la constitución
−El emperador será Fernando VII u otro miembro de la casa reinante española
−Todos los habitantes de la Nueva España sin distinción de europeos, africanos, ni indios son ciudadanos de
esta monarquía con opción a todo empleo.
−Los bienes de personas y cleros serán respetados.
−Se formará un ejército protector de las Tres Garantías: religión, independencia y unión de americanos y
europeos.
−Las tropas del ejército realista que se unan al ejército de las Tres Garantías serán consideradas como milicia
nacional.
El 2 de Marzo el plan y su manifiesto fueron leídos a las tropas acuarteladas en Iguala, donde juraron defender
la independencia y Iturbide fue nombrado "Primer Jefe del Ejército Trigarante".
Al no disponer de imprenta Iturbide hizo uso de un hábil grupo de copiadores quienes desde la última semana
de febrero trabajaron día y noche para hacer cientos de copias del Plan de Iguala. Estas fueron distribuidas
inmediatamente a las personas más importantes de cada localidad de la Nueva España.
Aunque Apodaca llamó traidor a Iturbide y trató de organizar una ofensiva para destruirlo no pudo confiar en
el ejército, mientras Iturbide recibió adhesiones cada vez más numerosas. El alto clero con excepción del
arzobispo de México se le sumo y ayudó a la propagación del plan prestando las imprentas. Esto fue principal
ya que la fuerza de plan fue conseguir la mayor cantidad de gente posibles ya que el ejército realista contaba
con aproximadamente 30 mil hombres, buena parte de los cuales para fortuna de Iturbide se unieron a la idea.
Con Guerrero cubriéndolo en la retaguardia, por el sur Iturbide marchó hacia las intendencias de Valladolid y
Guanajuato. No fue hasta antes de partir en el pueblo de Teloloapan que Iturbide y Guerrero se encontraron.
Guerrero reconoció a Iturbide como Primer Jefe del Ejército Trigarante y de la independencia.
El Plan de Iguala pareció ajustar las desigualdades entre los dos bandos, por lo que fue ampliamente acogido,
las ciudades lo aclamaban y los soldados realistas se unieron en gran masa a las filas trigarantes. Iturbide
marchó por Guanajuato y Querétaro hasta Puebla.
La Consumación.
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En la ciudad de México Apodaca fue destituido por la guardia de la ciudad designando en su lugar al mariscal
Francisco Novella.
En Puebla Iturbide recibió la noticia de la llegada del último virrey Juan de O´Donojú. A pesar de no ser
Ezpos y Mina el candidato enviado que había imaginado Guerrero, O´Donojú era un masón, liberal y
anticolonialista, hombre práctico y abierto quien reafirmó los cálculos de Guerrero al no imponerse, sino a
entender la peculiar situación política.
Se encontró con Iturbide en Córdoba el 24 de agosto donde llagaron a un acuerdo y firmaron el tratado de
Córdoba, en el que se reconoció la
Independencia de México y se ratificó con ligeras variantes el plan de Iguala.
Juan de O' Donoju Último Virrey
Iturbide y O´Donojú al frente del ejército Trigarante establecieron su cuartel en Tacubaya a las orillas de la
ciudad donde negociaron la rendición de
la ciudad con Novella. Por fin la capital capituló, y el 27 de septiembre de 1821 el ejército Trigarante entró a
la capital en medio de la multitud
que aplaudió la independencia, marcando así el triunfo de 11 años de lucha por la Independencia.
Independencia de México.
Antecedentes:
Antecedentes de la Independencia
La Independencia es uno de los acontecimientos de mayor importancia en nuestra historia, porque marca el fin
de la vida de México sometido como colonia de España y el principio de su vida como nación independiente.
Entre las causa que determinaron la gran revolución de 1810 tuvieron su origen en las condiciones del
régimen colonial, como la desigualdad económica y social de sus habitantes, las dificultades que las leyes
oponían al progreso y el menosprecio con que eran vistos los nacidos en América; todo lo cual engendraba un
profundo malestar entre los americanos y el gobierno de España.
Nuestro movimiento de independencia fue inspirado y fomentado por las grandes revoluciones que en
Inglaterra y Francia acabaron con el régimen de las monarquías absolutas e introdujeron el régimen
liberal−burgués.
Influencias externas de la Independencia.
Entre los factores externos que, junto con las condiciones internas de las colonias españolas, determinaron el
movimiento de liberación de las nuevas naciones americanas, se manifiestan las doctrinas de los filósofos y
economistas de la burguesía y las grandes revoluciones que sacuden a Europa para establecer el régimen
capitalista.
Oposición entre Americanos y Españoles
En el fondo de la sociedad colonial existía un profundo malestar causando por diferencias sociales y
económicas, que hacían a sus diversos elementos sentir aversión recíproca y buscar los medios de acabar con
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las desigualdades creadas por las leyes en beneficio de una minoría privilegiada.
La causa de este malestar radicaba en la mala repartición de las tierras y en las múltiples trabas y limitaciones
que se pusieron al desarrollo de las industrias y de la agricultura de México, en beneficio de la industria y del
comercio de España.
Aunque México era aparentemente rico y próspero, el pueblo se encontraba en la miseria, debido a que los
blancos eran dueños de casi toda la riqueza del país, y al gobierno español se le envidiaban fuertes sumas de
dinero como tributo de la Nueva España.
Españoles Peninsulares y Americanos.
Formaban la clase predominante en españoles, peninsulares y americanos la Colonia por su ilustración y
riqueza y por el influjo que ejercían, pues sus miembros acaparaban todos los empleos y disfrutaban
exclusivamente de los derechos civiles y políticos.
Aunque las leyes concedían los mismos derechos a los españoles peninsulares o gachupines que a los
americanos o criollos, los encargados de ejecutarlas ponían trabas para anular esa igualdad.
En manos de los españoles peninsulares se hallaban el poder, la fuerza, la administración de la justicia, el
comercio, las propiedades y la riqueza; eran los únicos que podían desempeñar los puestos de mando y
obtener dignidades religiosas, con todos sus privilegios de poder y dominio sobre la sociedad.
A los criollos, en cambio, se les tenía cerrado el camino de los honores y las dignidades y estaban alejados de
los empleos de cierta importancia, viéndose limitados a las labores subalternas de las oficinas o a las humildes
funciones de curas, de abogados o de oficiales del ejército.
No obstante, fueron los menos oprimidos y recibieron ilustración, construyendo, por tanto, el grupo más fuerte
económica y culturalmente, que habrían de ser el iniciador de la lucha contra los opresores, por tener una idea
más precisa de la libertad y del derecho.
El pensamiento liberal francés.
Influyó mucho sobre la aristocracia y la mesocracia mexicanas desde mediados del siglo XVIII. Rousseau y
Montesquieu fueron muy leídos, y los claros y sistemáticos principios de aquél, a saber, el del contrato social,
el de la voluntad general y el de la soberanía popular, se difundieron mucho y llegaron a todos, incluso a los
iletrados.
La independencia norteamericana.
Dentro del movimiento de independencia norteamericano hubo una revolución política y una lucha
emancipadora. Y aunque triunfaran las dos, en México produjo mayor impresión la libertad alcanzada. Y es
que ésta interesaba a los mexicanos más que aquella.
Lo ocurrido a sus puertas les alentaba y servía de ejemplo. Por eso, a partir de la ruptura de las colonias
inglesas con su metrópoli, los criollos mexicanos comenzarán a adoptar una actitud desafiadora, a hablar
claramente de independencia y a coligarse para intentarla.
Además, de muchas colonias se introdujo mucha propaganda revolucionaria en la Nueva España, y ellas
sirvieron de refugio a los perseguidos aquí por motivos políticos.
La Revolución Francesa.
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Fue su influjo el que se sintió con más fuerza en nuestro país. Debióse esto sin duda al imperio que sobre el
mundo urbano de México ejerció durante el siglo XVIII todo lo francés: ideas, modas, costumbres, etc. Desde
que la revolución estalló en Francia, comenzó la agitación política en la Colonia. Un grupo algo numeroso de
franceses y mexicanos se mostró muy activo en la defensa del proceder de los revolucionarios y en la difusión
de sus principios. Existía una propaganda dirigida desde la misma Francia, consistente en escritos o en objetos
de moda que llevaban grabados lemas revolucionarios en lugares escondidos. Aunque el Rey Branciforte
persiguió denodadamente a los franceses y partidarios de la revolución francesa, siguió cundiendo y agitando
a los mexicanos la gran conmoción política del siglo.
Con la toma de La Bastilla, el 14 de julio de 1789, por el pueblo de París, se inicia el gran movimiento
conocido con el nombre de revolución francesa, que vino a transformar el orden político−económico de
Francia.
Las aspiraciones de la burguesía francesa a desenvolverse, a elevar las condiciones de su industria a
defenderse de la competencia de Inglaterra, pero sobre todo su pretensión de derechos políticos, fueron
factores que determinaron esta lucha.
La revolución francesa proclamó el régimen republicano, los derechos del hombre y la soberanía del pueblo.
Pero en noviembre de 1799 Napoleón Bonaparte se convirtió en dictador y más tarde en emperador de
Francia, lo cual tuvo repercusiones insospechadas en España y sus Colonias.
La invasión de España por Napoleón.
En 1808, con el pretexto de hacer frente al bloqueo económico de Inglaterra. Napoleón invadió España y
ocupó militarmente sus principales plazas. El ministro Godoy quiso entonces poner a salvo a la familia real
trasladándola a la Nueva España.
Pero el pueblo español, se opuso a la realización del proyecto por medio de motines populares en Aranjuez,
donde residían los monarcas dando como resultado que Godoy fuera destituido y que Carlos IV abdicara la
corona a favor de su Hijo Fernando.
Pero al volver a Madrid, Carlos IV quiso anular su renuncia y acudió a Napoleón; lo mismo hizo Fernando
VII para no perder la corona. Padre e Hijo fueron a Bayona a solicitar su respectivo reconocimiento, y allí
Napoleón hizo que Fernando renunciara en favor de su padre, y que éste abdicara a favor de Napoleón,
mediante un tratado en que le cedía España y las Indias.
Entonces el emperador nombró rey de España a su hermano José Bonaparte, quien sólo pudio sostenerse en el
trono por la fuerza de las armas.
Influencia de los Filósofos y Economistas.
Tuvo su origen en las ideas de los filósofos y enciclopedistas, que sustentaban la doctrina de la soberanía de la
soberanía popular como fuente del poder público en contra del derecho divino de los reyes.
El pensamiento de Locke y Voltaire en filosofía, de Adam Smith y Quasnay en economía y de Montesquieu y
Rousseau en derecho, representaban las corrientes fundamentales del pensamiento revolucionario de la
burguesía, que trataba de destruir el régimen feudal y reemplazarlo por el régimen capitalista.
Ese pensamiento era irradiado por los enciclopedistas hacia otros países como España, donde su influencia se
marcó no sólo en la política económica y administrativa, sino que se transmitió a sus colonias.
Los libros de de Rousseau, de Voltaire y de Montesquieu eran introducidos en la Nueva España, y en ellos
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bebían los criollos las inspiraciones de libertad.
La Revolución industrial en Inglaterra.
Transformó la antigua producción artesana en fabril maquinista y estableció a la vez la monarquía
constitucional, el Parlamento y las formas políticas que favorecieron el desarrollo de la burguesía.
Empleo toda su fuerza política para acelerar el desarrollo de la producción capitalista dentro de su propio país,
tuvo la necesidad de conquistar nuevos mercados para la venta de sus productos y la adquisición de materias
primas.
Todo el siglo XVIII duró la guerra entre España e Inglaterra, que trajo por consecuencia la decadencia del
Imperio feudal y el desarrollo y expansión del capitalismo inglés.
La Independencia de los Estados Unidos.
En 1776 las colonias inglesas de América del Norte se revelaron contra su metrópoli. La cuestión comenzó
con el pretexto de resistir a un tributo que la corona imponía a los colonos, y vino a culminar en una
revolución que se convirtió en guerra de independencia, basada en los principios de la soberanía popular.
Entre los años 1776 y 1780 los estados de la confederación americana se dedicaron a estructurar su
organización política, adoptando la forma republicana, democrática y representativa de gobierno y
consagrando en su constitución los derechos del hombre.
La guerra de independencia norteamericana y la formación de los Estados Unidos alcanzó gran resonancia en
el resto de América y creó un estado latente de opinión favorable a una revolución.
Rebeldía del pueblo español.
El pueblo español se sublevó contra los invasores, repudiando a José Bonaparte como rey. Entonces surge en
España numerosas juntas políticas con el fin de gobernar las provincias en ausencia del monarca legítimo y
emprender la lucha contra los invasores.
Las colonias americanas siguieron el ejemplo de la metrópoli, no reconociendo la dominación francesa; pero
al mismo tiempo trataron de organizar juntas de gobierno independientes mientras se restituían en España los
reyes legítimos. Así comenzó un movimiento patriótico, que acabo por ser una lucha de independencia
nacional.
Precursores de la Independencia.
Los conatos y conjuraciones del siglo XVIII.
Desde que triunfó la revolución en Francia, desatóse en la Nueva España alguna agitación contra el régimen
español y hubo conatos de levantamiento y conjuraciones. El 8 de septiembre de 1794 aparecieron pegados en
las esquinas de la ciudad de México pasquines en que se aplaudía a la nación francesa por haber adoptado el
régimen republicano; lo cual dio lugar a que circularan rumores de insurrección y a que el virrey, alarmando,
ordenase la detención de muchos franceses y varios mexicanos.
Iniciación de la guerra de Independencia.
La represión de movimiento emancipador y sus frutos.
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El triunfo envalentonó al bando español, que cometió toda clase de tropelías en la calle y organizó la
persecución de sus enemigos desde el gobierno. Al frente de éste puso a un anciano, el mariscal de campo don
Pedro de Garibay, quien fue juguete fácil de la audiencia, cabeza visible y autoridad mayor de dicho bando.
Los excesos callejeros eran imputables en su mayoría sus milicias organizadas por Yermo, latifundista
español, para asegurar el triunfo: el cuerpo que formaron se le llamó de Fernando VII, pero sus componentes
fueron más conocidos con el nombre de chaquetas que les puso el pueblo y que luego aplicó éste a los
partidarios de la dominación española. Tanto perturbaron esas primicias la vida de la capital que el mismo
virrey se vio obligado a disolverlas.
La persecución de los partidarios de la independencia se centró en un organismo creado en junio de 1809, a
saber: la junta consultiva encargada de conocer de las causas de infidencia convertida algo después en la
llamada junta de seguridad.
Los excesos de los milicianos y las medidas represivas exasperaron a un más a los patriotas y contribuyeron
considerablemente a empujarlos hacia la solución violenta o revolucionaria.
La acción del Ayuntamiento y la reunión de juntas.
Los acontecimientos españoles de 1808 tuvieron gran repercusión en la Nueva España. El 14 de julio se
conocieron por gacetas llegadas a Madrid las renuncias de los reyes a favor de Napoleón. Ante esta nueva,
todo el reino se conmovió y singularmente su capital. Considerándose aquí, como en la Península, y legitimas
las abdicaciones, surgió de inmediato en la mente de todos, autoridades y súbditos, la cuestión de cómo
sustituir a los soberanos.
Para examinar la situación se reunió poco después el cabildo de la Ciudad de México y a requerimiento del
síndico Verdad, y el regidor Azcárate, acordó dirigirse al Virrey proponiéndole que, mientras los reyes y la
nación no fuesen enteramente libres, siguiese la misma autoridad de la colonia gobernando a ésta de manera
provisional, y que ni siquiera ejerciese el cargo en nombre de los monarcas españoles, si no que continuara en
él por el solo nombramiento provisional del reino novohispano.
La audiencia, en real acuerdo, rechazó la proposición del cabildo y fue del parecer que no se tocase en nada el
régimen establecido.
El rey Iturrigaray, incitado por unos y otros, y aunque la audiencia viera la idea con malos ojos, decidió
convocar una junta representativa muy restringida. En ésta y en otras tres juntas que hubo después, la
audiencia, temerosa de que la reunión de unas cortes o un congreso nacional encaminase al país hacia la
independencia, se opuso terminantemente al cabildo que sostenía apasionadamente la tesis de la asamblea
representativa. No pasaron las cosas de ahí. Cuando el virrey se mostró decididamente partidario de ésta tesis,
fue violentamente depuesto por la audiencia y el bando europeo. Este golpe tuvo lugar el 15 de septiembre.
Los sucesos de España y su repercusión en México.
Cuando llegaron a México las noticias de los graves sucesos ocurridos en España, se produjo una gran
agitación entre los criollos que veían en esos acontecimientos la oportunidad de hacer independiente a la
colonia, agitación que fue creciendo hasta tomar el carácter de una verdadera revolución de independencia en
1810.
Representación del ayuntamiento.
El ayuntamiento de la Ciudad de México, integrado por los criollos, dirigió al virrey Iturrigaray y una
representación el 19 de julio de 1808, declarando, que, en ausencia del monarca legítimo, la soberanía recaía
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en el pueblo y, por tanto mientras durara aquella crisis el virrey seguía gobernando la Nueva España, pero sin
depender de ninguna potencia, ni siquiera de la misma España.
El virrey consultó a la audiencia; pero comprendiendo ésta que aceptara la propuesta del ayuntamiento era
tanto como declarar independiente a la colonia, rechazó el proyecto. Igualmente desecho otra proposición del
ayuntamiento para que se convocara una junta de representantes del reino a fin de que resolviera la situación.
Los españoles imponen al virrey Garibay.
La misma noche de la deposición de Iturigaray, se reunieron en palacio el Arzobispo, los oidores y demás
complicados en el movimiento y designaron virrey a don Pedro Garibay.
Los autores del motín procedieron a organizarse militarmente bajo el nombre de Voluntarios de Fernando VII,
y no sólo pretendían influir en el gobierno, sino que cometían toda clase de abusos, por lo que Garibay ordenó
su disolución.
Así mismo tubo que disolver las tropas que habían sido acantonadas en Jalapa por el Virrey Iturrigaray, en
previsión de una posible invasión de los ingreses, porque los oficiales criollos comenzaban a dar señales de
inquietud y se mostraban francamente partidarios de la independencia.
En nuevo virrey y el arzobispo Lizana trabajaron activamente en reunir fondos para enviarlos a España y
contribuir así a la defensa de la Península en contra de Napoleón.
Influencias internas de la Independencia.
Pueden ser consideradas como causas internas aquéllas que se originaron en el interior de la sociedad
mexicana como resultado de su propio desarrollo histórico, y se caracterizan por destacar algunos aspectos
negativos de la acción colonizadora española. En general, todos estos posibles motivos fueron señalados desde
los primeros momentos del proceso independentista, a veces por los mismos protagonistas de los
acontecimientos, por lo que suelen tener una intención más justificativa que explicativa. Así, por ejemplo,
cuando se atribuye el deseo de independencia a la corrupción administrativa y la inmoralidad burocrática por
parte de las autoridades españolas, o a la relajación de las costumbres del clero, se trata de destacar algunos
casos, que sin duda fueron tenidos en cuenta por los patriotas, pero a los que no puede atribuirse un carácter
generalizado a toda la administración y a todos los territorios.
En México, también el bajo clero, como muestra la destacada participación de los sacerdotes Miguel Hidalgo
y José María Morelos, colaboró con los revolucionarios y tuvo una participación destacada en la
independencia. Otras posibles causas aducidas reiteradamente, como la crueldad y el despotismo con que eran
tratados los indígenas y las restricciones culturales impuestas por las autoridades españolas, están en abierta
contradicción con algunos datos de la realidad.
En el virreinato de la Nueva España, muchos indígenas militaron en el bando realista, lo que dio a los
enfrentamientos en esos territorios un carácter de verdadera guerra civil.
La existencia de universidades enmuchas de las más importantes ciudades hispanoamericanas, así como la
formación cultural en las mismas de los propios caudillos independentistas son otros tantos argumentos en
contra de la generalización de las razones mencionadas, necesitadas de precisiones que alteran
considerablemente su interpretación, como sucede con la rivalidad entre criollos y españoles, con la
consiguiente postergación de aquellos, y el establecimiento de un régimen de monopolios, gabelas y trabas,
que dificultaba el desarrollo de la economía americana y frenaba el crecimiento de su capacidad productiva.
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La legislación española no diferenciaba entre los españoles peninsulares y americanos, por lo que el problema
se planteaba, igual que en España, entre los naturales de una región, provincia o reino que aspiraban a ocupar
los puestos de la administración en su tierra y los que provenían de otras zonas, ocupaban los cargos y
desplazaban a los naturales, generalmente por residir enla corte o tener valedores en ella. En cuanto al sistema
económico, su influencia se vio disminuida por el incumplimiento sistemático de la normativa, el contrabando
y la escasa capacidad industrial de los territoriosamericanos. Más bien fueron las medidas económicas de
carácter liberal que venían implantándose desde el siglo XVIII las que estimularon en la burguesía criolla un
creciente deseo de libertad mercantil.
Mayor importancia que las mencionadas hasta aquí tuvieron las siguientes causas:
La concepción patrimonial del Estado, toda vez que las Indias estaban vinculadas a España a través de la
persona del monarca. Las abdicaciones forzadas de Carlos IV y Fernando VII, en 1808, rompieron la
legitimidad establecida e interrumpieron los vínculos existentes entre la Corona y los territorios
hispanoamericanos, que se vieron en la necesidad de atender a su propio gobierno.
La difusión de doctrinas populistas. Desde santo Tomás de Aquino hasta el español Francisco Suárez, la
tradición escolástica había mantenido la teoría de que la soberanía revierte al pueblo cuando falta la figura del
rey. Esta doctrina de la soberanía popular, vigente en España, debió de influir en los independentistas tanto
como las emanadas del pensamiento ilustrado del siglo XVIII.
La labor de los jesuitas. Las críticas dirigidas por los miembros de la Compañía de Jesús a la actuación
española en América después de su expulsión de España en 1767, plasmadas en abundantes publicaciones,
tuvieron gran importancia en la generación de un clima de oposición al dominio español entre la burguesía
criolla.
Las enseñanzas impartidas por las universidades y el papel desarrollado por las academias literarias, las
sociedades económicas y la masonería. La difusión de ideas liberales y revolucionarias contrarias a la
actuación de España en América ejerció una gran influencia en la formación de algunos de los principales
líderes de la independencia, cuya vinculación con la Logia Lautaro les proporcionó el marco adecuado para la
conspiración.
Las Primeras Conspiraciones.
Las más importantes fueron las de Valladolid (hoy Morelia) y la de Querétaro.
En la primera tomaron parte don Mariano Quevedo y don José Michelena, don José María García Obeso, don
Mariano Ruiz Chávez y otros. Eran militares, licenciados o sacerdotes fueron descubiertos y castigados
levemente.
En la conspiración de Querétaro intervinieron el Corregidor Don Miguel Domínguez, su esposa doña Joséfa
Ortíz de Domínguez, los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y Don Miguel Hidalgo y
Costilla.
La conspiración de Queretaro.
Mientras tanto, según sucedía en otros países hispanoamericanos, algunos criollos comenzaron a reunirse en
secreto para planear cómo cambiar el gobierno virreinal. En 1810. Miguel Domínguez, corregidor (una clase
de juez) de Querétaro, y su esposa, Josefa Ortiz de Domínguez, empezaron a reunirse con algunos militares,
como Ignacio Allende y Juan Aldama. A las juntas también asistía Miguel Hidalgo y Costilla, el párroco de
Dolores.
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La conspiración fue descubierta, pero antes de que las autoridades pudieran apresara a los participantes, la
valiente doña Josefa lo supo y consiguió avisarle a Allende. Éste cabalgó toda la noche para ir de San Miguel
a Dolores sin que lo vieran y prevenir a Hidalgo: sus planes habían sido delatados.
El grito de Dolores.
Hidalgo y Allende adelantaron la fecha de su rebelión. De inmediato, en la madrugada del domingo 16 de
septiembre, Hidalgo mandó tocar las campanas de la iglesia para reunir a la gente. Les recordó las injusticias
que sufrían y los animó a luchar en contra del mal gobierno. Ahora celebramos cada año el Grito de Dolores,
pero esa madrugada el ambiente era tenso.
Los hombres y las mujeres que siguieron a Hidalgo no eran un ejército; eran un pueblo que quería un gobierno
justo. No tenían armas suficientes, pero tomaron palos, hondas, machetes e instrumentos de labranza. Hidalgo
comenzó su
marcha con seiscientos hombres, que pronto fueron casi ochenta mil. Lo seguían indios, mestizos, criollos y
algunos españoles, militares, sacerdotes, peones y mineros iban mezclados, persiguiendo un mismo ideal de
justicia.
En Atotonilco, Hidalgo tomó como bandera un estandarte con la Virgen de Guadalupe. Los insurgentes
entraron sin resistencia a San Miguel el Grande (hoy San Miguel Allende), Celaya y Salamanca. Después
llegaron a Guanajuato y exigieron a las autoridades que se rindieran. Pero éstas se encerraron con los
españoles ricos en la alhóndiga (un almacén de granos) de Granaditas, para defenderse, tomada por asalto
gracias al heroísmo de Juan José Martínez (Pípila), un joven que cubierto con una loza de piedra, desafió las
balas enemigas y llegó a la puerta le prendió fuego. La tropa tomó el edificio, mató a sus ocupantes y saqueó
la ciudad, sin que Hidalgo ni Allende pudieran evitarlo.
Siguieron a Valladolid, que se rindió sin luchar, pues sus habitantes estaban atemorizados por lo que había
sucedido en Guanajuato.
Cerca de Valladolid, José María Morelos habló con Hidalgo, quien le encargó que levantara en armas el sur y
tomara Acapulco. Un puerto les permitiría comunicarse con el exterior. Mientras tanto, en otros lugares
habían estallado más revueltos.
Hidalgo avanzó hacia la Ciudad de México.
En las cercanías de la capital, en el Monte de las Cruces, venció
al ejército realista, tras ese triunfo Allende propuso que fueran sobre la capital, pero Hidalgo se negó. Tal vez
consideró que no tenía hombres y armas suficientes, o terminó que la ciudad fuera saqueada como
Guanajuato.
El caso es que prefirió regresar a Valladolid; desalentados por esa decisión, muchos de sus seguidores
abandonaron el ejército.
Poco después, los insurgentes fueron derrotados por Félix María Calleja en Aculco, en el hoy estado de
México. Quedaron casi aniquilados y perdieron muchas armas y provisiones. Hidalgo se retiró a Guadalajara,
en donde suprimió la esclavitud y los tributos que pagaban los indios.
En enero de 1811, los Insurgentes fueron vencidos de nuevo por Calleja, de manera definitiva, en Puente de
Calderón, muy cerca de Guadalajara.
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Con unos dos mil soldados, Hidalgo y Allende marcharon al norte para comprar armas en la frontera.
En Coahuila, en Norias del Baján (o Acatita del Baján), fueron traicionados y apresados, junto con Aldama y
José Mariano Jiménez. En la ciudad de Chihuahua se les condenó a muerte. Hidalgo fue fusilado el 30 de julio
de 1811. Su cabeza, y las de Allende, Aldama y Jiménez, fueron puestas en jaulas de hierro, en las esquinas de
la alhóndiga, en Guanajuato como advertencia a la población.
La Junta de Zitácuaro.
En Zitácuaro, el 19 de agosto de 1811, Rayón dirige la Suprema Junta Nacional Americana, a nombre de
Fernando VII, la junta estaba formada por un cuerpo colegiado de cinco vocales, en el momento fueron
designados tres de ellos: el propio Rayón y sus compañeros de armas, José María Liceaga y José Sixto
Berdusco. Apoyándose en los precedentes de la península ibérica y de algunas ciudades sudamericanas,
Rayón se proponía con la junta, además de asegurar su posición personal, dar unidad a la causa
revolucionaria, cuestionar la legitimidad del gobierno virreinal de la Ciudad de México y fortalecer un
instituto que fijara la línea ideológica del movimiento insurgente.
La junta logro ser escuchada en la zona central del país y algunos jefes menores, se le unieron; contó con el
aval de Morelos; uso la imprenta para propagar sus ideas en vasta escala; emitió moneda nacional con los
emblemas del "águila, nopal, arco, flecha y honda"; envió una comisión a los Estados Unidos para gestionar
su reconocimiento, por lo menos en calidad de beligerante; se benefició con los auxilios e informes que le
proporcionaba desde la Ciudad de México una organización secreta que se hizo famosa con el nombre de Los
Guadalupes, y elaboró el proyecto de una Constitución Nacional, el cual no pudo ser llevado acabo. La junta
no tenía el poder que necesitaba para ser obedecida por la mayoría de los jefes combatientes, necesitaba tener
el dominio seguro de una buena parte del país; pero Calleja, al frente de su flamante división, tomó por asalto
Zitácuaro, en los primeros días de 1812; impidiendo que los proyectos de la junta se consolidaran. Rayón y la
junta no tuvieron otra opción que huir perseguidos por los realistas. Luego, los vocales se separaron,
trabajando cada uno en distintas áreas; Rayón en la intendencia de México, Berduzco en la de Michoacán y
Liceaga en la de Guanajuato. Cada uno pretendió tener la dirección de la junta, lo que provocó una querella
entre los tres fundadores y en la disolución de la junta, hacia el primer semestre de 1813. Rayón, No solo en
aspecto militar tuvo problemas ya que cada derrota hacia que perdiera el prestigio ante el resto de los jefes
insurgentes, y otra razón de su perdida de autoridad fue su falta de visión, mientras el movimiento se inclinaba
a ser más radical, él se aferraba a la tesis de que la soberanía emanaba del pueblo, pero "residía en la persona
de Fernando VII". Para el 1813 esta idea había sido dejada muy atrás, lo que deseaba era la independencia
total del país. Solo otro jefe insurgente tenia el prestigio militar y también la comprensión del movimiento
como para dirigirlo con la fuerza de Hidalgo, este hombre era Morelos.
Morelos cura de Cuarácuaro de origen mestizo y humilde era un hombre que a base de trabajo desde muy
temprana edad había logrado
pagar su educación.
Estudio en el Colegio de San Nicolás cuando Hidalgo era rector. Hasta el levantamiento en Dolores, había
sido un buen burgués de la época colonial, dedicándose a diversas actividades económicas además de las
parroquiales, pero al enterarse del movimiento que dirigía Hidalgo su carácter sufrió una transformación y
decidió unirse a la lucha. Alcanzó a Hidalgo en Indaparapeo y siguió con él hasta el Charo donde Hidalgo lo
eligió para dirigir la lucha en el sur y tomar el puerto de Acapulco.
La campaña de Morelos.
Morelos levantó un ejército no muy numeroso pero bien organizado, que fue sumando triunfos. En febrero
de1812, se apoderó de Cuautla. Calleja sitió la ciudad, para rendirla por hambres y por sed, pero sus
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habitantes la defendieron con heroísmo. Cuando Morelos resolvió salir, los logró con muy pocas bajas.
Después reorganizó su ejército y tomó Orizaba, Oaxaca y Acapulco.
Morelos decidió que hacía el gobierno que unificara el movimiento insurgente y organizó un congreso que
redactó la Constitución de Apatzingán, que fue el primer conjunto de leyes mexicanas. Nunca entró en vigor,
porque los insurgentes comenzaron a sufrir una derrota tras otra. Morelos fue hecho prisionero cuando
escoltaban al Congreso camino a Tehuacán Fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec, en el ahora estado de
México, el 22 de diciembre de 1815.
El gobierno virreinal intentó tranquilizar el país, pero el descontento continuaba. Habían muertos los primeros
caudillos de la independencia, pero nuevos jefes continuaron en pie de guerra. Entre otros, Nicolás Bravo,
Pedro Moreno, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.
Mientras Hidalgo y Morelos combatían, en España el pueblo luchaba para expulsar a los franceses que la
habían invadido en 1808. En ese tiempo, el gobierno que los españoles organizaron para oponerse a los
franceses convocó a un congreso con representantes de toda la monarquía, en el puerto de Cádiz. En América
la noticia despertó gran interés, pues era la primera ocasión en que las autoridades españolas tomaban en
cuenta a los criollos.
Algunos de los representantes, o diputados, tanto españoles como americanos querían que la situación
cambiara; que hubiera más libertad y el gobierno y el rey obedecieran las leyes. Eran liberales. Para otros, lo
mejor era mantener las cosas como estaban.
Las cortes y la constitución de Cadiz.
A las Cortes de Cádiz acudieron diecisiete diputados de la Nueva España. Exigieron que españoles e
hispanoamericanos fueran iguales ante la ley; que se dejara de discriminar a las castas; que se abrieron más
caminos, escuelas e industrias; que los habitantes de la Nueva España participaran en su gobierno; que hubiera
libertad de imprenta y se declarara que la soberanía reside en el pueblo.
La Constitución Política de la Monarquía Española, el documento que produjeron las Cortes, se promulgó en
marzo de 1812. Redujo los poderes del rey, estableció la igualdad ante la ley de peninsulares y americanos, y
eliminó el tributo que pagaban los indígenas. Sin embargo, cuando las tropas de Napoleón fueron expulsadas
de España en 1814, subió al trono Fernando Vll y se negó a gobernar conforme a la Constitución.
Los liberales fueron perseguidos, pero siguieron defendiendo sus ideas. Con el apoyo de parte del ejército, en
1820 obligaron a Fernando VII a reconocer la Constitución. El rey no tardó en descartarla y volvió a mandar
como monarca absoluto, pero el breve tiempo en que la reconoció tuvo consecuencias muy importantes.
La Nueva España hacia 1820.
La consumación de la independencia.
En abril de 1817, el liberal español Francisco Javier Mina llegó a la Nueva España para luchar del lado de los
insurgentes. Lo acompañaba el sacerdote mexicano Fray Servando Teresa de Mier.
Cuando Napoleón invadió España, Mina dejó sus estudios para combatir a los franceses pero fue capturado y
estuvo prisionero en Francia hasta que Fernando VII recuperó su trono. Mina regresó a España, y al saber que
el monarca traicionaba la Constitución se levantó en armas. Derrotado, huyó a Inglaterra, donde conoció a
Fray Servando, quien lo convenció de que peleando por la independencia de México combatiría mejor contra
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el rey español.
Mina llegó a Soto la Marina, en el Golfo de México, con tres barcos y poco más de trescientos hombres, con
el apoyo económico de Inglaterra y de los Estados Unidos de América, ya que a estos países les interesaba
debilitar a España. Mina ganó algunas batallas, ayudó al insurgente Pedro Moreno, recorrió el Bajío e intentó
tomar Guanajuato.
Seis meses después de su llegada, Mina fue hecho prisionero y unos días después, fusilado
Al llegar 1820, muchos de los insurgentes habían sido derrotados, pero algunos se mantenían en pie de lucha.
Los dirigían, entre otros Juan Álvarez, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.
Los españoles y los criollos ricos habían estado en contra de Hidalgo y de Morelos, y en contra de las Cortes
de Cádiz. Sin embargo, en 1820 también ellos creyeron llegado el momento de que la Nueva España se
independizara. No estaban de acuerdo con las ideas de igualdad y de soberanía popular, ni les interesaba
mucho mejorar las condiciones en que vivía la gente. Pero no querían obedecer la Constitución de Cádiz, que
en España acababa de ser puesta nuevamente en vigor, así que decidieron apoyar la independencia. Si la
Nueva España se hacía independiente, ellos podrían controlar la situación y mantener sus privilegios.
Ahora fueron los criollos ricos y los españoles quienes empezaron a conspirar, en la iglesia de La Profesa, en
la ciudad de México. En esas reuniones se decidieron por la independencia; pero antes necesitaban pacificar el
Virreinato. Para conseguirlo, lograron que el virrey enviara al coronel criollo Agustín de Iturbide a combatir
contra Vicente Guerrero.
Iturbide intentó derrotar a Guerrero, pero el insurgente conocía tan bien las serranías del sur que no hubo
manera de vencerlo. El virrey convenció al padre de Guerrero de que le ofreciera el perdón a su hijo y le
pidiera que dejase la lucha; el caudillo contestó: "La patria es primero".
Entonces, en enero de 1821 Iturbide le escribió a Guerrero pidiéndole que se reunieran para hablar sobre la
independencia. Lo hicieron primero en Acatempan y después en Iguala, donde Guerrero aceptó apoyar a
Iturbide, pues con eso ya no habría obstáculos para alcanzar la libertad de la nación.
A los dos les interesaba completar la independencia. Guerrero era el continuador del movimiento iniciado por
Hidalgo y por Morelos; Iturbide representaba los intereses de los criollos ricos y de los propios españoles que
vivían en América y no querían ya depender de España.
Triunfo de la independencia.
La consumación de la independencia.
El 24 de febrero de 1821, con el respaldo de Guerrero, Iturbide firmó un documento en que invitaba a todos
los habitantes de la Nueva España a olvidar sus divisiones y a unirse para alcanzar la independencia. A este
documento se le llamó Plan de Iguala o de las Tres Garantías.
Las tres garantías eran los motivos que los unían: religión única (la católica), unión de todos los grupos
sociales, e independencia de México, que sería una monarquía constitucional.
A mediados de 1821 llegó a la Nueva España Juan O´Donojú, el último español enviado para gobernarla.
O´Donojú se dio cuenta de que los mexicanos querían la independencia. Convencido de que no podría
gobernar y de que era imposible cambiarlo que se había avanzado para la liberación del país, O´ Donojú firmó
con Iturbide los Tratados de Córdoba, mediante los cuales reconoció la Independencia de México.
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El 27 de septiembre de 1821, al frente del Ejército Trigarante, o de las Tres Garantías, Iturbide entró
triunfante a la ciudad de México. Todo el país celebró la consumación de la independencia.
La rebelión que había comenzado en 1810 terminaba por fin. La nueva nación comenzaba su propia vida.
Todos insistían en las riquezas de México y le profetizaban una vida esplendorosa. Pocos se daban cuenta de
que la guerra lo había empobrecido; faltaban caminos y había grandes territorios deshabitados. La sociedad
había quedado desorganizada y el desorden político era abrumador, se tenía que organizar un gobierno propio.
Comienza la vida del México Independiente.
A los mexicanos les faltaban armas y dinero, y así tendrían que defenderse. Lo peor era que se
encontraban divididos, porque no estaban de acuerdo en la forma de gobierno que debían adoptar:
unos querían una república y otros una monarquía. De estos últimos, unos querían que reinara algún
príncipe español, y otros que fuera coronado Iturbide.
El 28 de septiembre de 1821 se instaló una Junta Provisional de Gobierno, encargada de redactar el Acta de
Independencia y de organizar un congreso que decidiera la forma de gobierno para el país.
La situación era difícil. Habían muerto seiscientos mil hombres: casi la décima parte de la población y la
mitad de los que trabajaban. Minas, campos y fábricas estaban abandonados; casi nadie pagaba impuestos y
los gastos del gobierno aumentaban día con día, sobre todo para mantener al ejército.
Hasta entonces las tierras de los indígenas pertenecían a los pueblos y no a las personas. Las trabajaban entre
todos los habitantes del pueblo y nadie podía venderlas. Como los indígenas no estaban acostumbrados a que
la tierra fuera propiedad privada, la igualdad de todos los mexicanos ante la ley los dejó en desventaja frente a
los criollos.
España no reconoció los Tratados de Córdoba que O' Donojú había firmado. No aceptó que México era
independiente, y hasta 1825 siguió ocupando el fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz. Además de España,
otros países europeos querían apoderarse de México, para explotar sus riquezas.
España no aceptó enviar un príncipe al trono de México y eso reforzó las ambiciones de Iturbide, que quería
ser emperador. Sus seguidores ejercieron mucha presión para que éste fuera coronado. Así, el Congreso lo
declaró Emperador, con el nombre de Agustín I. La coronación fue muy elegante, pero el imperio duró apenas
once meses, hasta marzo de 1823.
México se hace república
Los primeros años de México Independiente
Muchos mexicanos se oponían a Iturbide, y algunos diputados conspiraron en su contra. El emperador
disolvió el Congreso y realizó otros cambios políticos. Antonio López de Santa Anna, que era comandante
general de la provincia de Veracruz, fue destituido y se rebeló contra Iturbide. Se puso de acuerdo con
Guadalupe Victoria, y en febrero de 1823 Santa Anna proclamó el Plan de Casa Mata, que proponía establecer
el sistema republicano.
En marzo de 1823 Iturbide renunció al trono y se fue a Europa. Las provincias de Centroamérica (lo que
actualmente son Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica), que se habían unido al imperio,
se separaron de México. Al año siguiente Iturbide regresó; como en su ausencia el Congreso había decretado
que no podía volver a México, bajo pena de muerte, fue fusilado.
Cuando Iturbide dejó el trono, el gobierno quedó en manos de un Supremo Poder Ejecutivo formado por
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Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, ente otros, que convocó a un segundo Congreso.
Los diputados del nuevo Congreso decidieron que México sería una república. Unos querían que la república
fuera federal, formada por la unión de varios estados, libres y soberanos para resolver sus problemas internos.
Otros querían que fuera centralista, con provincias o departamentos en lugar de estados, y un poder central
que resolviera todos los asuntos. La Constitución de 1824, preparada por este Congreso, se promulgó el 4 de
octubre. Se decidió que México fuera una república federal, y que se llamara Estados Unidos Mexicanos.
Además, dicha Constitución declaraba que todos los mexicanos eran iguales, que la única religión sería la
católica, y concedía la libertad de imprenta. El Congreso convocó a elecciones, las primeras que hubo en el
México independiente; resultaron electos, como presidente Guadalupe Victoria y como vicepresidente Nicolás
Bravo.
Los primeros países que reconocieron la independencia de México fueron: Chile, Colombia, Perú, Estados
Unidos de América e Inglaterra.
El gobierno de Guadalupe Victoria consiguió que los españoles que todavía estaban en San Juan de Ulúa se
rindieran, hizo efectiva la abolición de la esclavitud que había decretado Hidalgo e impulsó la educación. Dos
préstamos ingleses le permitieron pagar a tiempo los sueldos del ejército y de los empleados de gobierno.
Otros préstamos extranjeros hicieron posible reparar los daños que habían sufrido las minas y ponerlas a
funcionar. Comerciantes europeos y estadounidenses se instalaron en México.
Para defender sus intereses, los criollos ricos formaron agrupaciones políticas que se llamaron logias
masónicas de rito escocés. Estos grupos formados por partidarios del centralismo se oponían a la república
federal. El embajador Poinsett intervino nuevamente en los asuntos internos de México y organizó a la gente
de clase media en otras logias, llamadas de rito yorkino, que preferían el sistema federal.
Al terminar el gobierno de Guadalupe Victoria, después de un levantamiento, asumió la presidencia Vicente
Guerrero.
Mientras tanto, los españoles se preparaban en Cuba para reconquistar México. Corrió el rumor de que
recibirían ayuda de los españoles que estaban en el país, y Guerrero expulsó a estos últimos. La medida tuvo
efectos desastrosos, pues los desterrados se llevaron sus riquezas.
Sin recursos suficientes, era difícil resistir las presiones del ejército y del clero que querían conservar las
ventajas que habían tenido en los últimos años del virreinato. Era difícil hacer producir los campos, las minas
y las fábricas; mejorar y vigilar los caminos. Sin dinero suficiente no había manera de aumentar la riqueza de
la nación, de afrontar la amenaza de agresiones extranjeras, ni de mantener la paz.
Con la intención de reconquistar México, el gobierno español envió una expedición, comandada por Isidro
Barradas. Los invasores se adueñaron de Tampico en 1829, pero fueron derrotados de inmediato por Santa
Anna. Guerrero mandó a su vicepresidente, Anastasio Bustamante, al frente de otro ejército a Jalapa, para
contraatacar rápidamente en caso de otra invasión, pero Bustamante aprovechó esas tropas para rebelarse
contra Guerrero y apoderarse de la presidencia.
Guerrero se refugió en las montañas del sur. Bustamante pagó, según se dice, cincuenta mil pesos de oro a un
marino genovés, Francisco Picaluga, para que le entregara a Guerrero. Picaluga invitó al insurgente a comer a
su barco, en Acapulco, y cuando lo tuvo a bordo levó anclas. Guerrero fue acusado de traición y fusilado en
Cuilapan, Oaxaca, el 14 de febrero de 1831. Tras la muerte de Guerrero hubo levantamientos que obligaron a
Bustamante a dejar la presidencia.
La primera reforma liberal.
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Las nuevas elecciones hicieron presidente a Antonio López de Santa Anna, y vicepresidente a Valentín
Gómez Farías. Santa Anna se retiró porque se sintió enfermo, y dejó en su lugar a Gómez Farías.
Durante la primera reforma liberal, Valentín Gómez Farías y el escritor José María Luis Mora estaban
convencidos de que era importante liberar al país de los gastos que significaba mantener al clero y al ejército,
así como de los privilegios que uno y otro tenían. Crearon el partido reformista, que deseaba la igualdad de
todos los mexicanos ante la ley. Fue el partido de los liberales, de los federalistas.
El clero y el ejército deseaban conservar los privilegios (fueros se decía entonces) que habían tenido en el
virreinato, como no pagar impuestos o contar con tribunales especiales para juzgar sus faltas. Junto con los
grandes propietarios y los comerciantes más ricos, el clero y el ejército formaron el partido de los
conservadores, de los centralistas, que encabezaba Lucas Alamán. Querían un gobierno central fuerte, que les
parecía una solución para evitar el desorden. Pensaban que el país había perdido la mitad de su territorio y
vivía en desorden porque no tenía un gobierno fuerte.
Durante su gobierno, Gómez Farías dictó leyes contra los privilegios del clero y del ejército. Esto provocó una
serie de revueltas militares de los conservadores. Se ocasionó un caos tal, que en los siguientes veinticinco
años, en los que debió haber habido seis o siete periodos presidenciales (entonces de cuatro años y no de seis
como ahora) ocuparon veintiún personajes la presidencia en cuarenta y tres ocasiones. En este tiempo, Santa
Anna fue presidente 11 veces.
Los conservadores pensaron que hacía falta cambiar la Constitución, y en 1837 promulgaron otra, llamada de
las Siete Leyes. Esa Constitución establecía el gobierno republicano central. Los estados dejaban de tener su
propio gobierno y pasaban a ser departamentos, con un gobernador nombrado por el gobierno nacional. Este
cambio provocó malestar en algunas regiones del país.
PRESONAJES SOBRESALIENTES DE LA INDEPENDENCIA.
Hidalgo y Costilla, Miguel
(1753"1811), padre de la patria, insurgente y sacerdote mexicano. Estudió en el
Colegio de San Nicolás, donde dio cursos de filología y filosofía y llegó a ser rector, en la ciudad de
Valladolid (actual Morelia). En 1778 fue ordenado sacerdote y en 1803 se hizo cargo de la parroquia de
Dolores, en Guanajuato. Buen conocedor de las ideas ilustradas, trabajó para mejorar las condiciones
económicas de sus feligreses, en su mayoría indígenas, enseñándoles a cultivar viñedos, la cría de abejas y a
dirigir pequeñas industrias, tales como la producción de loza y ladrillos. En 1809 Hidalgo se unió a una
sociedad secreta formada en Valladolid cuyo fin era reunir un congreso, para gobernar la Nueva España en
nombre del rey Fernando VII, en ese momento preso de Napoleón y, en su caso, obtener la independencia del
país. Descubiertos los conjurados, la insurrección se trasladó a Querétaro donde Hidalgo se reunió con Ignacio
Allende y otros insurgentes. El 16 de septiembre de 1810, llevando un estandarte con la imagen de Nuestra
Señora de Guadalupe, patrona de México, Hidalgo lanzó el llamado grito de Dolores que inició la revuelta y,
acompañado de Allende, consiguió reunir un ejército formado por más de 40.000 mexicanos. Tomó las
ciudades de Guanajuato y Guadalajara en el mes de octubre, pero a pesar de sus éxitos, Hidalgo no consiguió
llegar a la ciudad de México. El 17 de enero de 1811 fue derrotado cerca de Guadalajara por un contingente
de soldados realistas, en la batalla de Puente de Calderón. Hidalgo huyó hacia Aguascalientes y Zacatecas,
pero fue capturado, juzgado y condenado a muerte. Su cabeza, junto con la de Allende y otros insurgentes se
exhibió, como castigo, en la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato. Tras el establecimiento de la República
Mexicana, en 1824, se le reconoció como primer insurgente y padre de la patria. El estado de Hidalgo lleva su
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nombre y la ciudad de Dolores pasó a llamarse Dolores Hidalgo en su honor. El 16 de septiembre, día en que
proclamó su rebelión, se celebra en México el Día de la Independencia.
Allende, Ignacio María de (1769"1811), insurgente mexicano. Nació en San Miguel el Grande (que más
tarde recibió el nombre de San Miguel de Allende, en su honor), en Guanajuato. Hijo de españoles, participó
en la fallida conspiración de 1809. Posteriormente planeó, junto con Juan Aldama, el levantamiento de ese
año, que fue denunciado. Miguel Hidalgo y Costilla decidió entonces el alzamiento en la madrugada del 16 de
septiembre de 1810, en Dolores (Guanajuato). Tras varias luchas, la campaña victoriosa continuó hasta la
batalla del Monte de las Cruces. Después, las derrotas ocasionaron divergencias entre los insurgentes y, en
Zacatecas, los jefes militares retiraron del mando a Hidalgo y se lo otorgaron a Allende. El 21 de marzo de
1811 cayó prisionero con Hidalgo y otros insurgentes. Murió fusilado y su cabeza fue expuesta en la
alhóndiga de Granaditas (Guanajuato). Sus restos reposan en la Columna de la Independencia en la ciudad de
México.
Ortiz de Domínguez, Josefa (1768"1829), patriota mexicana, sirvió de enlace entre los conspiradores de la
independencia en 1810. Nació en Valladolid (Morelia) y estudió en el Colegio de San Ignacio de Loyola o de
las Vizcaínas. En 1791 se casó con el corregidor de Querétaro, el licenciado Miguel Domínguez, por lo que se
le apodó `la Corregidora'. En 1810 entró en contacto con el cura Miguel Hidalgo y Costilla y el capitán
Ignacio María de Allende, a los que informó del desarrollo de la conspiración en Querétaro. Cuando los
realistas descubrieron el lugar donde se guardaban las armas para la sublevación de octubre, persuadió a sus
compañeros para que adelantaran la proclamación de la independencia al mes de septiembre. Fue apresada por
las autoridades españolas y recluida en el convento de Santa Catalina de Siena, donde permaneció 3 años.
Murió en 1829 en México.
Aldama, Juan (1774"1811), militar e insurgente mexicano. Nacido en San Miguel el Grande (actual San
Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato), desde 1809, siendo capitán del Ejército colonial español,
comenzó a intervenir en los preparativos de la lucha independentista. El principal líder del movimiento, el
sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, le nombró teniente coronel de las tropas insurgentes, con las que
participó en la victoria del Monte de las Cruces (octubre de 1810). Intentó convencer a Hidalgo, con la ayuda
de Ignacio María de Allende, de la necesidad de explotar ese triunfo y avanzar hacia la capital virreinal.
Después de la derrota sufrida en la batalla de Puente de Calderón, en enero de 1811, se dirigió hacia el norte
mexicano, pero el 21 de marzo de ese año fue apresado por los realistas junto a los más destacados dirigentes
independentistas (Hidalgo, Allende y Mariano Abasolo), en Acatita de Baján (Coahuila). El 26 de junio murió
fusilado, en Chihuahua, con Allende y el también jefe insurgente José Mariano Jiménez, entre otros.
Abasolo Ignacio (1783"1816), militar e insurgente mexicano. Nacido en Dolores (actual Dolores Hidalgo),
pertenecía a una rica familia de hacendados y siguió la carrera castrense, ingresando en el Ejército colonial
español. El 16 de septiembre de 1810 se unió al sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, quien ese mismo día
había lanzado el denominado grito de Dolores en dicha localidad, inicio del movimiento independentista
mexicano contra el dominio español. Entregó las armas de su regimiento, del que era capitán, y pronto
ascendió en el escalafón de las tropas insurgentes, accediendo en octubre de ese año al grado de mariscal de
campo y participando en la victoria del Monte de las Cruces de finales de ese mes. Después de la derrota de
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las fuerzas de Hidalgo en la batalla de Puente de Calderón (enero de 1811), Abasolo huyó hacia el norte y
renunció al nombramiento de jefe de las tropas resistentes que hizo en su persona Ignacio María de Allende.
El 21 de marzo siguiente fue apresado junto a los principales dirigentes independentistas (Hidalgo, Allende y
Juan Aldama), en Acatita de Baján (Coahuila). Conducido con éstos a la ciudad de Chihuahua, un mes
después resultó condenado a cadena perpetua por el virrey Francisco Javier Venegas y trasladado, en 1812, al
castillo español de Santa Catalina (Cádiz), donde falleció cuatro años más tarde.
Morelos y Pavón, José María (1765"1815), sacerdote e insurgente mexicano, que se convirtió en el caudillo
de la emancipación mexicana, tras la ejecución de Miguel Hidalgo y Costilla en 1811. Morelos nació en la
actual Morelia (Michoacán), ciudad en la que también cursó sus estudios. Después de su ordenación
sacerdotal (1797), fue párroco hasta que se unió a la rebelión de Hidalgo en 1810. Tras recibir el mando
militar, no tardó en hacerse con el control de un amplio territorio en el sur de México; hacia finales de 1811,
todos le reconocían como sucesor de Hidalgo. Tomó Acapulco en 1813 y, a finales de ese año, convocó el
Congreso de Chilpancingo, que emitió una declaración de independencia, promulgó una Constitución y
nombró a Morelos generalísimo del gobierno insurgente. En diciembre de 1813, las fuerzas realistas
derrotaron en Santa María a Morelos, que se vio obligado a mantenerse en una guerra defensiva. Destituido de
su cargo de generalísimo por el Congreso, formó parte del triunvirato del Supremo Gobierno en Apatzingán.
Acosado por las tropas enviadas por el virrey Félix María Calleja del Rey, no pudo escapar y fue capturado
por los realistas en noviembre de 1815, mientras protegía al Congreso en su retirada hacia Tehuacán. Tras ser
acusado de herejía y despojado de sus hábitos por la Inquisición, fue entregado a las autoridades seculares y
fusilado.
Bravo, Nicolás (1786"1854), dirigente independentista mexicano. Nació en Chilpancingo. En 1811 se unió a
las fuerzas de Hermenegildo Galeana, y llevó a cabo en el sur varias acciones ordenadas por José María
Morelos. A pesar de que su padre fue sentenciado a muerte por el ejército realista español, Nicolás Bravo
concedió el indulto a 300 prisioneros enemigos. Republicano, participó junto con Vicente Guerrero en el
derrocamiento de Agustín de Iturbide. De corte centralista, se sublevó contra el presidente Guadalupe
Victoria, en 1827, por lo que fue desterrado a Guayaquil (Ecuador). Regresó a México en 1829, y participó en
la caída del presidente federalista Guerrero, que anteriormente había sido su compañero. En 1833, Antonio
López de Santa Anna lo nombró jefe del Ejército del Norte. En 1854, se negó a participar en la revolución de
Ayutla; y ese mismo año falleció en su ciudad natal. Matamoros, Mariano (1770"1814), sacerdote e
insurgente mexicano. Nacido en la ciudad de México, en 1789 completó sus estudios de bachiller en artes y
teología, ordenándose presbítero siete años más tarde. Ejerció como párroco en la capital virreinal y, en 1811,
cuando hacía lo propio en Jantetelco (actual estado de Morelos), se decretó su captura como sospechoso de
albergar y promover ideas independentistas. Tras conseguir huir, en diciembre se unió en Izúcar (hoy Izúcar
de Matamoros, en Puebla) a las filas insurgentes lideradas por el también sacerdote José María Morelos y
Pavón, quien le nombró, un mes después, coronel de sus tropas. En febrero de 1812, conquistó Cuautla,
ciudad que hubo de defender del asedio realista. En noviembre, ya como lugarteniente de Morelos, participó
en la toma de Oaxaca y, en junio de 1813, éste ledesignó teniente general. El 23 de diciembre siguiente atacó
la ciudad de Valladolid (actual Morelia), viéndose obligado a retirar sus efectivos. Perseguidos por las fuerzas
de Ciriaco de Llano y Agustín deIturbide (entonces militar realista), fue aprehendido en Puruarán
(Michoacán) el 5 de enero de 1814. Un mes
más tarde resultó fusilado en Valladolid.
Guerrero, Vicente (1782"1831), militar y político mexicano, presidente de la República (1829). Nació en
Tixtla. Luchó por la independencia (1810) desde las filas de José María Morelos y después de la captura de
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éste por los realistas apoyó el Congreso de Chilpancingo hasta su disolución y se refugió en las montañas para
continuar la lucha, llegando a ser, con los años, el jefe de la insurrección en el sur. En 1820 se enfrentó al
general Agustín de Iturbide, quien una vez en campaña le invitó a unirse en un esfuerzo de liberación en
común. Aceptó el Plan de Iguala (1821) y pasó a luchar a las órdenes de Iturbide. Lograda la independencia, y
ante el sesgo que tomaban los acontecimientos se sublevó en 1822 contra el despotismo de Iturbide,
proclamado emperador constitucional. Formó parte de la Junta provisional y, pese a ser derrotado en las
elecciones por Gómez Pedraza, ocupó la presidencia (1829) gracias al levantamiento de los liberales (motín de
la Acordada). Se enfrentó al intento de reconquista protagonizado por Barradas en nombre de España, rechazó
el ofrecimiento del embajador Joel Roberts Poinsett de comprar Texas, y defendió el federalismo frente a los
repetidos y constantes intentos de los grupos centralistas, que pretendieron inhabilitarle para gobernar.
Favorable a la reforma social, luchó contra los privilegios de la aristocracia, pero fue derrocado por el general
Anastasio Bustamante en el mismo año (1829). Tras reiniciar la lucha desde el sur, fue hecho prisionero en
Acapulco, sometido a juicio y fusilado en 1831, en Cuilapán (en la actualidad Cuilapán de Guerrero).
Iturbide, Agustín de (1783"1824), militar y político mexicano, emperador de México con el nombre de
Agustín I (1822"1823). Nació en Valladolid (Michoacán), hijo de un terrateniente español. Ingresó en las
milicias de su ciudad natal como subteniente de bandera en 1797. Aceptó el gobierno del virrey
Pedro Garibay tras el derrocamiento de José de Iturrigaray en 1808. Siendo alférez del Ejército español se
negó a colaborar con la rebelión del cura Miguel Hidalgo y participó en la detención de los conspiradores de
Valladolid en 1809. Huyó a México cuando Hidalgo entró en la ciudad en 1810 y ese mismo año participó en
la batalla del Monte de las Cruces y ascendió a capitán. Fue destinado al sur del país en 1811 y combatió a las
guerrillas insurrectas de Albino García, al que apresó en 1812, y de Ramón López
Rayón, al que derrotó en el puente de Salvatierra en 1813. Ese año ascendió a coronel y fue nombrado
comandante general de la provincia de Guanajuato, donde siguió persiguiendo a los rebeldes y empezó a ser
conocido como 'el Dragón de fierro'.En 1813 fue acusado por el coronel Romero de mantener la lucha para
obtener beneficios económicos con el comercio, acusación que se repitió en 1814 por parte del teniente
coronel Crespo Gil y del propio Romero. Un año después, siendo comandante general del Ejército del norte,
venció a José María Morelos, pero fracasó ante los hermanos Rayón en Cóporo. A causa de las denuncias
presentadas por los comerciantes de Guanajuato, fue cesado en 1816 por el virrey Félix María Calleja del Rey
acusado de malversación y abuso de autoridad; aunque resultó absuelto gracias al apoyo del auditor de guerra
Bataller, se retiró a sus tierras y en 1817 se estableció en México.
En 1820 participó en la conspiración denominada de la Profesa para oponerse a la implantación de la
Constitución de 1812 en México, después del éxito alcanzado por el pronunciamiento liberal de Rafael del
Riego en España. Ese mismo año, el virrey Juan Ruiz de Apodaca le nombró comandante general del sur, con
la misión de buscar un acercamiento a Vicente Guerrero y a Asensio, que mantenían la insurgencia
(insurrección) en aquellos territorios. Con el apoyo de los obispos de Guadalajara y Puebla, de los
comerciantes españoles y de los terratenientes criollos opuestos al liberalismo, logró equipar un ejército
numeroso y, tras llegar a un acuerdo con Guerrero el 24 de febrero de 1821 en la población de Iguala, publicó
un programa político que pasó a denominarse Plan de Iguala (o de las Tres Garantías), en el que proclamaba
sus objetivos: religión, independencia y unión. En agosto de ese mismo año firmó con el virrey O'Donojú,
recién llegado a Nueva España, el Tratado de Córdoba y el 27 de septiembre entró en la capital, tras la
evacuación de las tropas españolas. Al día siguiente una Junta de Gobierno provisional, presidida por Iturbide,
y en la que también figuraba O'Donojú, proclamó laindependencia de México.
El 25 de febrero de 1822 se eligió un Congreso Constituyente, pero un motín del regimiento de Celaya, en
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mayo de 1822, dio el poder a Iturbide, que el mes de julio siguiente se proclamó emperador con el nombre de
Agustín I. Tras disolver la Cámara, creó un Junta instituyente en octubre, reprimió a los republicanos y cesó
algeneral Antonio López de Santa Anna, gobernador de Veracruz, en noviembre. Un mes más tarde se
produjo la insurrección de Guadalupe Victoria y Santa Anna, que lograron el apoyo de la mayoría del
Ejército, lo que forzó a Iturbide a restablecer el Congreso y a abdicar el 19 de marzo de 1823. En abril fue
abolido el Imperio y en mayo salió Iturbide del país rumbo a Europa. Tras una corta estancia en Liorna
(Italia), se instaló en Londres y el 13 de febrero de 1824 envió una Exposición al Congreso mexicano,
anunciando su intención de
regresar al país. Declarado traidor por el Congreso en el mes de mayo, cuando desembarcó en Soto la
Marina(Tamaulipas), el 18 de julio siguiente, fue hecho prisionero, y acabó fusilado en Padilla un día después.
Bibliografía:
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Cfr. Ibidem. pág. 290
Miranda Basurto Ángel, La Evolución de México, Ed. Herrero S.A, ed. 1a, México, 1962. pág. 15
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México 2002. pág. 189
Miranda Basurto Ángel, La Evolución de México, Ed. Herrero S.A, ed. 1a, México, 1962. Pág. 16
27
A.A.V.V. Compendio de Historia de México, Ed. E.C.L.A.L.S.A, ed. 1a, México, 1966. pág. 287
Cfr. A.A.V.V. Enciclopedia Autodidáctica Millennium, Tomo Geografía−Historia, Ed. Programa educativo
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García Pelayo Ramón, Larousse enciclopedia metódica en color, Tomo 1, Ed. Larousse, ed 3 a, México, 1990.
pág. 314
A.A.V.V. Larousse Enciclopedia Metódica, Tomo 2, Ed. Larousse, ed. 1a, México. Pág. 580.
Cfr. Ibidem.
A.A.V.V. Larousse Enciclopedia Metódica, Tomo 2, Ed. Larousse, ed. 1a, México. Pág. 582.
Cfr. A.A.V.V. Compendio de Historia de México, Ed. E.C.L.A.L.S.A, ed. 1a, México, 1966. pág. 288
García Pelayo Ramón, Larousse enciclopedia metódica en color, Tomo 1, Ed. Larousse, ed 3 a, México, 1990.
pág. 315
A.A.V.V. Larousse Enciclopedia Metódica, Tomo 2, Ed. Larousse, ed. 1a, México. Pág. 587.
Cfr. Miranda Basurto Ángel, La Evolución de México, Ed. Herrero S.A, ed. 1a, México, 1962. Pág. 20
García Pelayo Ramón, Larousse enciclopedia metódica en color, Tomo 1, Ed. Larousse, ed 3 a, México, 1990.
pág. 316
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