Del Evangelio según san Lucas 6, 12-19 PALABRA QUE DA VIDA

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PALABRA QUE DA VIDA
-Reflexionemos-
ELEGIDOS PARA BAJAR AL LLANO…
EL SER ELEGIDOS IMPLICA MOVILIZACIÓN, NO QUEDARNOS QUIETOS NI
SUPONERNOS MÁS NI MEJORES QUE NADIE
VIERNES 25 DE OCTUBRE DE 2013
Del Evangelio según san Lucas 6, 12-19
Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche
en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió
doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien
llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor. Bajando con
ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos
suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la
región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de
sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
EFESIOS 2,19-22 - ESTÁN EDIFICADOS SOBRE EL CIMIENTO DE LOS APÓSTOLES
SALMO 18 - A TODA LA TIERRA ALCANZA SU PREGÓN
SANTOS SIMÓN Y JUDAS, APÓSTOLES –
El discipulado
antecede a la elección de los apóstoles, una institución que simboliza a la Iglesia como Nuevo Pueblo de Dios, a semejanza de las doce tribus de Israel. Llama la atención que en este grupo los discípulos tienen nombre propio y hasta se revelan detalles de su identidad. Simón es el Zelotes para distinguirle de Simón Pedro, el príncipe del Colegio Apostólico; Judas es llamado Tadeo (Lebbeo en
algunos manuscritos de San Mateo) para distinguirle de Judas el
traidor. San Juan le llama expresamente "Judas, no el Iscariote".
San Judas aparece también en el Evangelio con un gran celo apostólico.
EL MAESTRO NOS INVITA A ATENDER EL LLAMADO Que los elegidos fueran unos u otros es secundario. Lo importante
era que los ‘llamados’ asumieran la realidad de ser piedras sillares
del edificio nuevo, como lo fueron Simón y Judas, personajes de
relieve ante Dios, pero escondidos para la bulliciosa historia de la
humanidad, como lo son hoy, en su mayoría, los ‘misioneros’ en
África, Brasil o la India, que sirven desde el silencio y la entrega
testimonial.
PARA REFLEXIONAR
ELEGIDOS Y ENVIADOS
En la intrincada y extensa trama de la historia humana,
sinceramente somos apenas un pequeñísimo fragmento,
un fugaz destello de vida. Aún los más longevos son sólo un
minuto que pasa en los tiempos que abarca el universo.
En ese orden de ideas, es dable rendirse a la propia insignificancia y relativizar todas aquellas cosas que solemos absolutizar y
elevar a condiciones cuasi divinas; sin embargo, lo que verdaderamente transforma todo destino y abre el horizonte de
la existencia es que Dios ha puesto su mirada sobre todos
y cada uno de nosotros.
Hoy está la voz del Maestro recordándonos que cada mujer y
cada hombre es importante, es único, es irrepetible, es reconocido por nombre y apellido desde su identidad y su carácter, con sus luces y sombras, descubierto por lo que es
y por todo lo que puede llegar a ser.
Es la maravilla de sabernos elegidos, no unos pocos, sino toda
la humanidad por pura bondad y ternura de un Dios que es Padre y Madre. Elegidos para bajar al llano del abandono y la masificación informe, elegidos para llevar ese mensaje de que
otra vida y otro mundo es posible, que la Salvación y la liberación se ofrece a todos sin condiciones bajo el imperio de la
Gracia, de la gratuidad, de la generosidad, del amor.
El ser elegidos implica movilización, no quedarnos quietos ni suponernos más ni mejores que nadie: al contrario,
debemos salir de estas corazas de egoísmo con las que gustamos vestirnos y reconstruir al prójimo, a ese hermano que hemos perdido de vista.
La Buena Noticia es que la eternidad comienza aquí y ahora, y
que es designio del Altísimo la vida plena y abundante para todos.
PARA ORAR
Señor Jesús, maestro de oración y de vida,
enséñanos, como enseñaste a tus discípulos primeros,
a vivir durante todo el día en espíritu de oración,
sea uno u otro nuestro trabajo y servicio;
a vivir con espíritu agradecido a ti y a los hombres,
porque solos nada podemos hacer;
a vivir disponibles para toda obra buena,
porque en cualquiera de ellas habrá siempre
una chispa de luz y de tu amor. Amén.
PARA ACTUAR
– Estas doce personas, llamadas por Jesús
para formar la primera comunidad, no eran santas. Eran personas comunes, como todos nosotros. Tenías sus virtudes y
sus defectos. Por lo tanto no es excusa no sentirse elegido
sino que es cuestión de empezar a ser:
DISCÍPULOS Y CIUDADANOS
Señor, enséñanos a mirar al cielo,
a gustar las cosas de arriba,
a guardar tus palabras,
a sentir tu presencia viva,
a reunirnos con los hermanos,
a anunciar tu mensaje,
a escuchar a tu Espíritu,
a sembrar tu Reino,
a recorrer tus caminos,
a esperar tu venida,
a ser discípulos.
Señor, enséñanos a vivir en la tierra,
a seguir tus huellas,
a construir tu comunidad,
a repartir tus dones,
a salir de Jerusalén,
a invertir los talentos,
a disfrutar de la creación,
a caminar por el amplio mundo,
a continuar tu proyecto,
a morir dando fruto,
a ser ciudadanos.
Señor, enséñanos a gozar como hijos
y a vivir como hermanos.
Enséñanos a ser discípulos y ciudadanos.
«Escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles»
La razón no me ha enseñado nada.
Todo lo que yo sé me ha sido
dado por el corazón.
Leon Tolstoi
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