Puerto Rico: "Filiberto Comandante, seguiremos adelante"

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Puerto Rico: "Filiberto Comandante, seguiremos adelante"
Indymedia Puerto Rico / Agencias :: 27/09/2005
Se confirma el asesinato a manos del FBI del lider independentista portorriqueño.
Lo dejaron desangrar: "Cuando finalmente me sacaron, Filiberto estaba vivo". Filiberto Ojeda
Ríos, líder del clandestino Ejército Popular Boricua (EPB-Macheteros), «murió desangrado»
por falta de atención médica tras recibir un balazo en la clavícula derecha.
Que sepan muy bien los imperialistas, la burguesía y sus lacayos lúmpen asalariados que es su
deshonestidad lo que les hace pasarlo mal. No son los reaccionarios sino el pueblo quien es
realmente poderoso. Información en Indymedia Puerto Rico
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Beatriz: "Cuando
finalmente me sacaron, Filiberto estaba vivo" Mari Mari Narváez RedBetances.com En su
primera comparecencia ante la prensa desde el asesinato de su esposo, el revolucionario
puertorriqueño Filiberto Ojeda Ríos, Elma Beatriz Rosado Barbosa testimonió que, antes de ser
removida de los predios de su casa el pasado 23 de septiembre tras horas de haberse inciado el
operativo del FBI, pudo corroborar que su esposo aún vivía. "Me mantuvieron en el lugar y, cuando
finalmente me sacaron, Filberto estaba vivo". Más tarde, la viuda especificó que supo esto porque su
Ojeda se mantenía gritando consignas por la independencia de Puerto Rico. En horas de la tarde del
día del Grito de Lares, "el hogar que compartía con Filiberto Ojeda Ríos fue asaltado brutalmente
por agentes enemigos de la patria", afirmó Beatriz Rosado Barbosa. "Hombres armados penetraron
nuestra propiedad y dispararon a la pared frontal de la casa", siguió relatando. En ese momento,
Ojeda Ríos les gritó a los agentes: "Alguien va a salir". Fue entonces cuando la esposa del
revolucionario salió del hogar sin pronunciar palabra a los agentes. Inmediatamente "me llevaron a
la fuerza, me obligaron a arrodillarme y, al no hacerlo, me tiraron al suelo. En ese momento vi a
Caoba, mi perrita, ensangrentada y muerta". La mujer también contó que su esposo gritó a los
federales que él se entregaba al periodista Jesús Dávila pero "los agentes no le hicieron caso.
Dijeron que eso no sucedería". Más tarde, los agentes le vendaron los ojos a Rosado Barbosa. "En
ese momento sentí en mi corazón, supe que lo iban a asesinar", contó. No fue sino hasta el sábado
lahaine.org :: 1
24 de septiembre que la mujer se enteró de la muerte de su esposo, cuando un grupo de sus
abogados la recogió en la cárcel federal de Guaynabo. La viuda hizo un llamado al pueblo de Puerto
Rico a manifestar su indignación en los medios de comunicación, en Internet y mediante protestas,
piquetes, marchas o vigilias. "El FBI miente como siempre ha mentido. Está pisando en arena
movediza y yo pido que nos ayuden a hundirlos. Que se vaya el FBI de nuestra isla. Fuera de nuestro
terruño los malditos federales", declaró. Rosado también relató que, momentos antes de salir de su
hogar, su compañero le manifestó: "puede que esta sea la última vez que nos veamos". Al
despedirse, su esposo le manifestó su amor, se abrazaron y se besaron. Por órdenes de sus
abogados, la mujer no dijo si sabían o presentían que el operativo se llevaría a cabo en esos días.
______________________________ Independentista portorriqueño murió desangrado a manos del
FBI por Néstor Rosa-Marbrell Prensa Latina El líder independentista portorriqueño del clandestino
Ejército Popular Boricua (EPB-Macheteros), Filiberto Ojeda Ríos, «murió desangrado» por falta de
atención médica tras recibir un balazo en la clavícula derecha, se confirmó hoy en esta capital. El
líder independentista portorriqueño clandestino Ejército Popular Boricua (EPB-Macheteros),
Filiberto Ojeda Ríos, «murió desangrado» por falta de atención médica tras recibir un balazo en la
clavícula derecha, se confirmó hoy en esta capital. Según declaró a Prensa Latina el doctor Héctor
Pesquera, «el FBI (Buró Federal de Investigaciones) lo dejó morir desangrado», luego de que un
francotirador, traído desde Estados Unidos, lo impactó con un proyectil. Pesquera, portavoz del
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), participó en la autopsia que anoche se
practicó en el Instituto capitalino de Ciencias Forenses, durante la cual se comprobó que el dirigente
del EPB-Macheteros sólo mostró una herida de bala. «El proyectil le penetró a la altura de la
clavícula derecha, interesó el pulmón y salió por la espalda, donde la bala se quedó alojada entre su
espalda y el chaleco antibalas que llevaba puesto», apuntó el médico. La muerte de Ojeda Ríos
ocurrió este viernes en el occidental municipio de Hormigueros, luego de ser rodeado por un
contingente de más de 300 agentes, entre ellos, una veintena de francotiradores venidos desde
Virginia (Estados Unidos). El sector donde estaba el dirigente, de 72 años de edad y asistido por un
marcapasos, celebraba el Grito de Lares, cuando el independentismo rememora la proclamación de
la primera República de Puerto Rico, el 23 de septiembre de 1868. Luis Fraticelli, jefe del FBI en
Puerto Rico, aseguró que tres de sus agentes recibieron impactos de bala durante el tiroteo, pero
sólo uno resultó herido de gravedad, por lo que permanece hospitalizado. Fraticelli ordenó a sus
hombres mantenerse fuera de la residencia donde se refugió el dirigente «machetero», pues no
sabían si había explosivos. Refirió que esperaron por un refuerzo de Estados Unidos para asistir a
los agentes que «después de cuatro días» en la operación estaban cansados. Ojeda Ríos tenía una
orden de arresto en su contra emitida por un tribunal de distrito de Connecticut, donde se le
condenó en ausencia a 55 años de prisión por su presunta participación en un robo en 1983 de más
de siete millones de dólares a la casa de transporte de valores Wells Fargo. En libertad bajo fianza
de un millón de dólares, el dirigente revolucionario boricua se despojó del dispositivo electrónico
que tenía en una de sus piernas el 23 de septiembre de 1990 y pasó a la clandestinidad. El doctor
Pesquera aseguró a Prensa Latina que, obviamente, la táctica del FBI fue no intervenir para que «el
comandante Ojeda Ríos muriera desangrado por falta de atención médica». Subrayó que «murió con
las botas puestas», en referencia a que Ojeda Ríos estaba vestido de camuflaje militar al momento
de enfrentarse con los agentes, en lo que los puertorriqueños casi al unísono han descrito como
«asesinato».
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