Dictamen de la Procuración General: La Sala Tercera de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata confirmó la sentencia dictada por el juez de la anterior instancia que, a su turno -v. fs. 311/318-, dispuso rechazar la demanda que M. A. E. y A. L. T. promovieran contra la Provincia de Buenos Aires, en reclamo de los daños y perjuicios que invocaron sufrir a raíz del error judicial que imputaron cometido por el servicio de justicia provincial (fs. 372/377). Los apoderado- impugnaron dicho actores vencidos pronunciamiento -por mediante recursos extraordinarios de nulidad y de inaplicabilidad de ley (v. escrito de fs. 380/401), cuya vista -conferida por V.E. en fs. 407- habré de evacuar seguidamente aunque sólo con relación al primero de los remedios procesales nombrados por imperio de lo prescripto por el art. 297 del Código Procesal Civil y Comercial. En sustento de la pretensión nulificante deducida, denuncia el recurrente la violación de los arts. 168 y 171 de la Constitución de la Provincia, si bien es dable resaltar desde el comienzo que los agravios desarrollados a lo largo de la impugnación giran únicamente en torno del supuesto de omisión de tratamiento de cuestiones esenciales que acusa consumada por el órgano de apelación actuante. En apelante que la Cámara síntesis, omitió sostiene abordar el puntual y concretamente los fundamentos esgrimidos por la Cámara de Garantía en la sentencia dictada en fs. 587/588 de la causa penal que por cuerda corre agregada a estos obrados, para declarar la nulidad de la orden de detención y posterior prisión preventiva decretados contra sus mandantes, en tanto se limitó simple y sencillamente a fundir las causas de la solución anulatoria de mención bajo el genérico argumento de la infracción del principio de congruencia procesal con afectación del derecho de defensa que a aquéllos asistía en la etapa de elevación a juicio. Afirma interpretación simplificada de que la la apuntada sentencia anulatoria recaída en sede penal efectuada por los jueces de alzada, lejos está de dar respuesta a los agravios que oportunamente le fueron sometidos a su consideración en ocasión de expresar agravios, pieza procesal en la cual se transcribieron incluso pasajes de algunos de los fundamentos en base a los que los sentenciantes penales dispusieron la anulación de lo actuado en la instancia preliminar, referidos a que “... en orden al delito de asociación ilícita...nada se describe que no sea la fórmula legal de la figura contemplada en el art. 210 del Código Penal. Ni siquiera se alude a la naturaleza de los eventos... Similar insuficiencia se destaca en orden al delito de encubrimiento agravado, pues esta vez ni la actividad del magistrado logra concretar una reseña fáctica mínima que no sólo describa los ilícitos sino que los vincule con los bienes supuestamente secuestrados en poder de los encausados”, de lo que desprende que no queda margen para la duda acerca de que ni la orden de detención ni el auto de prisión preventiva dictados contra sus mandantes en la justicia penal, se ajustaron a las normas legales que establecen sus presupuestos de procedencia, como lo es la existencia de semiplena prueba o de indicios vehementes que autoricen detener y privar de la libertad a los ciudadanos (arts. 16 de la Constitución de la Provincia y 151, primer párrafo y 157, inc. 3º del Código Procesal Penal), déficit que -asevera- tornó arbitrarios e ilegítimos dichos actos y, por ello fueron finalmente anulados. Agrega contenidas en el decisorio que impugnado las en referencias torno a la naturaleza cautelar ínsita en los procedimientos iniciales de un juicio penal -como los anulados- y a la circunstancia de que el órgano de apelación validó la regularidad de los actos de mención al expedirse en fs. 288/289 de las actuaciones penales, de ningún modo desplazaron el deber de los camaristas de tratar los motivos de su posterior anulación que -insiste- descansan, en definitiva, tanto la dictadas prisión contra cuanto sus la previa representados orden fueron de en que detención dispuestas en abierta inobservancia de los recaudos mínimos impuestos por la normativa constitucional y legal citada. El recurso, en mi opinión, no debe prosperar. Me explayé en la reseña de las impugnaciones que motivan el alzamiento extraordinario bajo análisis, en la inteligencia de que su mera lectura bastará a ese Alto Tribunal para advertir que los agravios traídos apuntan, en rigor de verdad, a discutir el mérito y acierto de la solución jurídica arribada en la sentencia atacada. Efectivamente, no conforme el apelante con las razones que llevaron al tribunal de alzada actuante a confirmar el rechazo de la acción resarcitoria incoada en autos, tales: que “...la nulidad a la postre decidida en la necesariamente preventiva, resolver si Preparatoria causa error porque se la elevaba advirtió (v. en el Cámara a una fs. 587/588) dictado de juicio de Garantía la violación a no implica la prisión la hora Investigación al de Penal principio de congruencia procesal que afectaba al derecho de defensa de los encartados, pero ello nada tiene que ver con la regularidad de lo actuado en el juicio de probabilidad y verosimilitud llevado a cabo en la instancia provisoria cautelar, a punto tal que esa misma Cámara de Garantía fue la que rechazó las nulidades incoadas por otros detenidos mediante la resolución de fs. 491 en donde se sostiene que el procedimiento que diera comienzo a la presente causa no se encuentra viciado de nulidad alguna.” (v. fs. 375). A lo que adunó que aún de admitirse que la afectación del principio de congruencia sea la consecuencia de un error o falta de pulcritud de la descripción de los hechos, tales circunstancias en definitiva fueron consentidas por los aquí accionantes que no impugnaron el auto de prisión preventiva de fs. 254/261 ni el auto de fs. 460/463 que confirmó la anterior que si, en cambio, fue atacado por otros involucrados aunque sin éxito en la medida que fue también objeto de confirmación por la alzada del fuero penal (v. fs. 375 vta.), por lo que, con apoyo en la doctrina legal invocada, concluyó que la propia conducta asumida por los recurrentes durante el proceso penal confirma la regularidad de lo actuado en el juicio de probabilidad y verosimilitud llevado a cabo por el juez de garantía en la instancia provisoria cautelar (v. fs. 376/376 vta.). De suyo, entonces, emerge con absoluta nitidez que la temática que se invoca preterida fue objeto de explícita solución en el fallo, aunque, claro está, en sentido contrario a las pretensiones del presentante quien, bajo el disfraz de la alegada causal nulificante, se dedica a censurar el grado de acierto con que las mismas fueron abordadas y resueltas por el tribunal de apelación actuante, mediante la imputación de una serie de vicios “in iudicando”, cuyo análisis y revisión en esta sede casatoria sólo puede obtenerse a través del recurso de inaplicabilidad de ley y no por intermedio del presente (conf. S.C.B.A., causas Ac. 81.467, sent. del 5-III-2003; Ac. 84.444, sent. del 25-VI-2003; Ac. 84.647, sent. del 3XII-2003; Ac. 89.228, sent. del 29-VI-2005; Ac. 90.641, sent. del 20-XII-2006; Ac. 99.167, sent. del 25-IV-2007 y C. 94.325, sent. del 13-II-2008). A lo demás traído y tal como dejé adelantado, corresponde señalar que es insuficiente la denuncia de violación del art. 171 de la Constitución local si -como ocurre en el libelo de impugnación en tratamientose halla huérfana de contenido argumental que la sustente (conf. S.C.B.A., causas Ac. 86.248, sent. del 10-VIII-2005; Ac. 84.326, sent. del 7-IX-2005 y Ac. 88.369, sent. del 25IV-2007). Por soy del criterio de que el las recurso razones expuestas, extraordinario de nulidad que dejo examinado resulta improcedente y así aconsejo lo decida V.E., llegada su hora. La Plata, 3 de diciembre de 2008 - Juan Angel de Oliveira A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 22 de mayo de 2013, habiéndose dispuesto en el establecido, Acuerdo de 2078, que conformidad deberá con observarse lo el siguiente orden de votación: doctores Soria, de Lázzari, Hitters, Genoud, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 103.663, "E. , M. A. y otra contra Provincia de Buenos Aires (Poder Judicial). Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S La Sala III de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata confirmó la sentencia de primera instancia que había rechazado la demanda, con costas. La parte actora interpuso recursos extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad de ley. Oído el señor Subprocurador General, dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar las siguientes C U E S T I O N E S 1ª) ¿Es fundado el recurso extraordinario de nulidad? Caso negativo: 2ª) ¿Lo es el de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1. Invocando la infracción de los arts. 168 y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires el apoderado de denunciando los la actores omisión deduce de recurso extraordinario tratamiento de cuestiones esenciales por parte de la alzada. Indica tratar el motivo y que el la sentencia fundamento de atacada la omitió declaración de nulidad del auto que dispuso la prisión preventiva, a pesar de que la cuestión fue expresamente planteada en la apelación ordinaria. En tal sentido, expone que el a quo se limitó a considerar congruencia, cuando que debió se infringió ponderar que el principio de la anulación se debió a que en las actuaciones iniciales nada se había señalado sobre el delito de asociación ilícita que no fuera la mención de la fórmula legal del art. 210 del Código Penal. De igual modo, continúa, en punto al delito de encubrimiento agravado, ni siquiera se hizo una reseña fáctica que describa los ilícitos y los vincule con los bienes supuestamente secuestrados en poder de los encausados. Enfatiza que la alzada elude considerar que al haberse dispuesto la nulidad de las actuaciones penales, ello importó declarar que existió una irregularidad y vicio procesal sin que pueda ello obedecer a una diferencia de criterios entre las distintas fases procesales en que se dictaron los actos iniciales y aquélla en la que se anularon. Aduna que nada de lo dicho por la Cámara pudo desplazar la cuestión relativa a la falta de ajuste de los actos que importaron la detención de los actores a las normas legales aplicables. 2. El recurso no puede prosperar. a. representante apunta al configura del mérito la Como bien Ministerio y acierto ausencia de lo señala Público, de la el el recurso decisión tratamiento de considerar que pues las señor traído no se cuestiones señaladas. Luego de la prisión preventiva resulta de un juicio de verosimilitud y no de certeza, el a quo expresó que la nulidad de todo lo actuado a partir de necesariamente fs. 52 error del expediente en el dictado penal de no la implicó prisión preventiva, violación porque del se dispuso principio de con fundamento congruencia que en la afectó el derecho de los encausados. A ello agregó que, aunque tal afectación haya generando una irregularidad procedimental, no es posible resolver la cuestión planteada con abstracción del consentimiento de los accionantes al auto de prisión preventiva y su confirmación por la Cámara (v. fs. 375/376 vta.). Por tales motivos, sucintamente expuestos, desestimó la indemnización pretendida por los actores. b. De la exposición efectuada se desprende, sin dificultad, que la quejosa no ha desarrollado argumentaciones vinculadas directamente con los supuestos que condicionan la procedencia de este recurso, pues es reiterada doctrina de este Tribunal que declara improcedente el recurso extraordinario de nulidad si las cuestiones que se denuncian omitidas fueron tratadas expresamente en el fallo, siendo ajeno a su ámbito y propio del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley el acierto jurídico de la decisión (doct. causas C. 103.468, resol. del 10-VI-2009; C. 97.787, resol. del 8-VII-2009; C. 104.489, sent. del 3-III-2010; entre otras). La omisión de cuestiones a las que se refiere el art. 168 de la Constitución provincial ocurre cuando el juzgador ha excluido el tema por descuido, pero no cuando la materia aparece desplazada por el sentido de la sentencia o por el razonamiento expuesto en la misma (conf. causas Ac. 76.895 y Ac. 79.230, ambas sents. del 19II-2002 y L. 90.233, sent. del 13-XII-2006, entre otras), como aquí acontece. En lo que hace al agravio vinculado a la violación del art. 171 de la Constitución de la provincia, carece de asidero toda vez que el pronunciamiento no se halla huérfano de sustento legal (conf. causas C. 95.366 y C. 95.185, ambas sent. del 17-III-2010). Por las consideraciones expuestas y de conformidad a lo dictaminado por el señor Subprocurador General, propongo el rechazo de este recurso, con costas (art. 298, C.P.C.C.). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores de Lázzari, Hitters y Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votaron la primera cuestión planteada también por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. Versan las presentes actuaciones sobre la acción que por daños y perjuicios incoaran M. Á. E. y A. L. T. contra la Provincia de Buenos Aires (Poder Judicial), en razón de la detención y prisión preventiva que sufrieran a raíz de la instrucción de la causa 13.111, la cual finalizó por la prescripción de la acción penal y el correlativo sobreseimiento de los supuestos delitos que se les imputara (v. fs. 770/770 vta. de las actuaciones sobre encubrimiento agravado y asociación ilícita). El señor Juez de primera instancia rechazó la acción, con costas a los vencidos (fs. 311/318). II. La Cámara Primera -Sala III- de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata confirmó la sentencia de primera instancia, también con costas (fs. 372/377). Para así resolverlo tuvo en cuenta las siguientes circunstancias. i. El juez de garantías de Lomas de Zamora dictó el auto de prisión preventiva por considerar a los aquí reclamantes, prima facie, coautores responsables de los delitos de asociación ilícita en concurso real con encubrimiento agravado por la habitualidad (fs. 254/261 de la causa penal). ii. Esa decisión fue confirmada por la Cámara a fs. 288/289 por estar ajustado a los requisitos del Código Procesal Penal en lo que hace a la materialidad ilícita, calificación legal y autoría penalmente responsable provisoriamente adoptada. iii. La prisión preventiva resulta de un juicio de verosimilitud y no de certeza compatible con la etapa del proceso en que se dicta. iv. La nulidad decidida a fs. 587/588 de todo lo actuado a partir de fs. 52 de la causa penal, no importó necesariamente la existencia de un error en el dictado de la prisión preventiva, porque se dispuso con fundamento en la violación del principio de congruencia que afectaba el derecho de los encausados, circunstancia que nada tiene que ver con la regularidad de lo actuado en el juicio de probabilidad y verosimilitud llevado a cabo en la instancia provisoria cautelar. v. Hubo consentimiento por parte de los actores del auto de prisión preventiva de fs. 254/261 ya que los aquí accionantes no cuestionaron esa decisión, ni la resolución confirmatoria de fs. 460/463, aunque sí fue impugnado por otros incidentistas y confirmado por la Cámara de Garantías a fs. 491. III. Frente a esa decisión los actores dedujeron recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que denuncian la violación de los arts. 16, 17 y 18 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; 157, 158 y 430 del Código Procesal Penal; 9 inc. 5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y denuncian absurdo. Varios agravios traen como sustento de su de la impugnación. a. Violación de los arts. 16 Constitución provincial y 157 y 158 del Código Procesal Penal. Señalan que esas normas fijan los requisitos de la detención y prisión de los ciudadanos y atento a que las providencias de la causa penal fueron anuladas, la alzada incurrió en absurdo y violación de la cosa juzgada firme al declarar que dicha nulidad había obedecido a un juicio de valor propio de la etapa de inicio del plenario, afirmando que los recaudos de la prisión preventiva (fijados por el art. 16 de la Carta Magna provincial) eran distintos en las diversas fases del proceso penal. Sobre el punto, acotan que el matrimonio fue detenido sin que se expresara cuáles fueron las pruebas o los indicios en que se fundaba la privación de libertad; y que las providencias fundadamente justamente punibles (v. por o no los fs. donde 52 y indicar la objetos debió 254) fueron relación secuestrados ello de exponerse nulificadas las con conductas los delitos imputados, por lo cual la Cámara penal, al declarar la nulidad, ordenó su inmediata libertad (v. fs. 587/588 de las actuaciones penales sobre asociación ilícita y encubrimiento agravado). Explican que de la causa surgía que en el negocio propiedad del señor E. , lugar donde se los detuvo, no se secuestró nada ilegítimo (los semirremolques estaban en la calle) y a la señora T. , aquí coactora, se la privó de su libertad sólo por ser la esposa de señor E. . Afirman que la Fiscalía tomó como cierto aquello que la policía puso en boca del primero, siendo lo único con que contaba para relacionarlo con los otros inculpados; indican que la inexistencia de fundamento corroborada por un con hecho que se los posterior: la apresó fue prolongada inactividad que acarreó que se sobreseyera la causa por prescripción de la acción penal. b. Violación de la cosa juzgada y validación de providencias anuladas de fs. 288/289 y 460/463. Refieren que el a quo al pronunciarse sobre la nulidad decretada en sede penal, interpretando que ello se debió a circunstancias sobrevinientes al dictado de la orden de detención, infringió la autoridad de la cosa juzgada de lo decidido. A ello adunan que también viola ese instituto al otorgar efectos jurídicos, como si estuvieran vigentes, a providencias de las actuaciones penales que fueron del Código alcanzadas por el acto anulatorio. c. Violación del art. 430 Procesal Penal. Manifiestan que cuando se dictó el auto de prisión preventiva correspondiente doctora supuesto Laborde, en y no la por consentimiento se practicó persona ende de de su la Defensora interpretar su parte notificación de que Oficial, existió dicha un decisión contradice las constancias de la causa (v. fs. 301/302). IV. El recurso no puede prosperar. 1. En el sub lite, según surge de la causa penal 13.111 que tramitara por ante el Juzgado de Garantías nº 4 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, con fecha 27 de noviembre de 1998 se dio cumplimiento con la orden de existían detención indicios dispuesta vehementes en razón de la de juzgarse comisión de que los referidos delitos (v. fs. 53). A su vez, con fecha 23 de diciembre del citado año, se dictó la prisión preventiva de los nombrados (v. fs. 254/261), medida que fue confirmada por la Cámara de Apelación de Feria de Quilmes (v. fs. 288/289). Posteriormente y por la apelación de otros coimputados, la Sala II de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de ese Departamento Judicial dictó la nulidad ya mencionada y debido a la prescripción de la acción penal, el 21 de diciembre de 2006 los actores fueron sobreseídos. La sentencia de ese tribunal de alzada (v. fs. 587/588 de la causa penal agregada por cuerda) permite apreciar que: "por imperio del principio de congruencia debe armonizar, en cuanto a la identidad fáctica, las etapas iniciales del proceso y las conclusivas. Los hechos descriptos pulcritud en que la intimación, permita a las deben proveer partes no un sólo nivel el de pleno ejercicio del derecho de defensa (art. 18 C.N.), posibilitando la producción de prueba que neutralice la de la contraria, sino también la verificación por parte del órgano jurisdiccional de que tal congruencia, como presupuesto del debido proceso, esté cumplida". Como corolario de lo expuesto y en orden al delito de asociación ilícita expresó que se advertía que en su primigenio requerimiento -fs. 52- al igual que en el de fs. 251, nada se describía que no fuera la fórmula legal de la figura contemplada en el art. 210 del Código Penal, omitiendo toda referencia a la naturaleza de los eventos. Agregó que similar insuficiencia se destacaba en orden al delito de encubrimiento agravado, caso en que el magistrado de grado no logró concretar una reseña fáctica mínima que describiera los ilícitos de que daba cuenta el legajo y luego los vinculara con los bienes supuestamente secuestrados en poder de los encausados. Por tales motivos, anuló todo lo actuado a partir del auto de fs. 52. 2. La reseña precedente da suficiente sustento a la conclusión central del a quo que, ante la ausencia de una argumentación recursiva que la rebata en forma directa y efectiva, ha de quedar firme (art. 279 del C.P.C.C.). En efecto, sostuvo la Cámara que si bien a lo largo del proceso penal se pudo constatar "una violación al principio de congruencia procesal que afectaba el derecho de defensa de los encartados [...] ello nada tiene que ver con la regularidad de lo actuado en el juicio de probabilidad y verosimilitud llevado a cabo en la instancia provisoria cautelar" (v. fs. 375). Al razonar de ese modo, la alzada sigue el criterio que ha sostenido este Tribunal, según el cual, la indemnización por la privación de la libertad durante el proceso penal no debe ser reconocida automáticamente; sino sólo cuando el auto de prisión preventiva se revele como incuestionablemente arbitrario. De tal modo, cuando elementos objetivos suficientes llevan al juzgador al convencimiento relativo, obviamente, dada la etapa del proceso, de que medió un delito y de que existe la posibilidad cierta de que el imputado sea su autor, estimando necesario adoptar una medida privativa de la libertad, la posterior sentencia absolutoria, pronunciada en función de nuevos elementos de convicción arrimados a la causa, o bien el sobreseimiento por la prescripción de la acción penal, como aquí ocurre, no importan descalificar la medida cautelar adoptada en su momento respecto del procesado (v. mi voto en la causa Ac. 93.104, sent. de 5-IV-2006, C. 105.561, sent. de 17-III2010; C. 102.594, sent. de 22-XII-2010). La jurisprudencia de nuestro más alto Tribunal desarrollada en numerosos precedentes respecto del tema en discusión se expresa en igual sentido, concluyendo que corresponde estatal por rechazar error la judicial pretendida en responsabilidad tanto las medidas restrictivas adoptadas durante el proceso penal resultan lícitas 327:1738; (doct. Fallos 328:2780; 318:1990; 329:3806; 321:1721; 333:273 y 325:1855; 2353). Por lo demás, tal como surge del relato efectuado precedentemente, en la especie no concurren supuestos como los contemplados en Fallos 322:2683 y 332:2159. 3. Ahora bien, cabe apuntar que este razonamiento no cede, sin más, por la sola circunstancia referida a que el auto de prisión preventiva haya sido anulado por defectos en la sustanciación. Tal Justicia de la como Nación decidiera en un la Corte precedente Suprema análogo de (Fallos 329:3806) en la especie, la declaración de nulidad de la requisitoria fiscal y de los actos consecuentes, se fundó en vicios procesales de la causa penal -aquí violación del principio de congruencia por la forma en que se dispusieron tales actuaciones- circunstancia que no importó reconocer la arbitrariedad del auto de prisión preventiva con el alcance que surge de la jurisprudencia reseñada en el punto anterior. Desde esta perspectiva, la pregonada infracción al art. 16 de la Constitución provincial o a los arts. 151 y 157 del Código Procesal Penal pierde sustancia, en tanto no es posible sostener que cualquier irregularidad verificada a lo largo de un proceso judicial otorgue sin más el derecho a una reparación pecuniaria a cargo del Estado. La indemnización por el error judicial requiere el traspaso de un umbral de tolerancia que dista de enclavarse en la mera anomalía procedimental. De otro lado, ello en modo alguno implica desconocer el valor de la cosa juzgada de aquella resolución, ni conlleva dotar de nuevos efectos jurídicos a providencias anuladas, pues tales decisiones mantienen su eficacia inalterada en el espectro que les corresponde. Aquí se debate en otro plano que resulta ajeno, como se dijo, a la automaticidad que propone el recurrente; marco en el que la pretensión resarcitoria encuentra su quicio en la concreta acreditación de yerros graves o dilaciones inusitadas. En suma, de hipótesis como la que se somete aquí a juzgamiento, que no deja de vincularse con la disparidad de criterios que de ordinario puede encontrarse al transitar las instancias de un proceso judicial, no cabe desprender otra cosa que la necesidad de esperar que actúe ese juego natural frente a la falibilidad del juzgamiento humano. Circunstancia reparadora efectivamente acaecida en la especie, pues los actores fueron inmediatamente puestos en libertad al constatarse la irregularidad. 4. Otro factor adicional apuntala la decisión del a quo. En su sentencia puso de manifiesto que aún considerando principio de que se congruencia, constató una ello revertía no afectación la del suerte adversa de la pretendida reparación de daños en tanto el pronunciamiento que había convertido en prisión preventiva la detención fue consentido por los accionantes, acotando que no se procesal advertía por con parte de posterioridad su defensa ninguna tendiente actividad a someter nuevamente a consideración su liberación. Agregó que al instar el sobreseimiento (fs. 553/556) los actores sólo habían sustentado ese pedido en la falta de elementos probatorios suficientes para fundar la convicción o certeza sobre la alegando autoría la de figura los in delitos dubio pro que reo se le pero imputaban, no en las irregularidades que ahora se invocan (v. fs. 376 de estos obrados). Esta conclusión no ha sido desvirtuada idóneamente por los recurrentes, dado que si bien aducen que la notificación a su representante legal de aquel auto se realizó con posterioridad a la confirmación de la Cámara de Feria, nada dicen acerca de su la falta de actividad procesal posterior. De otro lado, la alegada violación del art. 430 del Código Procesal Penal en modo alguno mejora la posición de los recurrentes. El efecto extensivo de las apelaciones a los coimputados tiene su ámbito preciso de aplicación en el marco del proceso penal, regulando las consecuencias de las contingencias que se presentan en su sustanciación. Empero, es insustancial su invocación a los fines aquí pretendidos. Tiene establecido esta Corte que para que el escrito con que se interpone y funda el recurso de inaplicabilidad de ley cumpla con la misión que le asigna el art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial, es decir, demostrar la existencia de violación o error en la aplicación de la ley, los argumentos que en él se formulen deben referirse directa y concretamente a los conceptos que estructuran la construcción jurídica en que se asienta la sentencia. Esa invocación o función pretendida no es cumplida subsunción de con los la sola hechos o elementos de la causa a determinadas normas legales si en esa operación se sustrae, justamente, en todo o en parte, la réplica adecuada a las motivaciones esenciales que el pronunciamiento judicial impugnado contiene (conf. Ac. 87.411, sent. de 11-V-2005; Ac. 91.164, sent. de 21-VI2006; Ac. 90.372, sent. de 14-II-2007). Tal extremo es lo que acontece en autos toda vez que los quejosos no han podido hacerse cargo debidamente de la línea argumental del decisorio, fundada en la ausencia de error judicial y el consentimiento de la prisión preventiva, deteniéndose más en desarrollar su criterio sobre las circunstancias que motivaron la causa penal que en demostrar lo errado de tales conclusiones. 5. No mejora la suerte del recurso la invocación de la violación de lo dispuesto en el art. 9 inc. 5° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, mediante un planteo que presenta al precepto aislado de contexto. Dicho instrumento, que en su art. 9 inc. 1°, hace referencia a "detención o prisión arbitraria", en su inc. 5° reconoce el derecho de obtener reparación a toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa. Asimismo, en el art. 14 inc. 6°, cuando se trate de una sentencia condenatoria cuando haya se firme indultado al ulteriormente condenado "... revocada por o haberse producido o descubierto un hecho plenamente probatorio de la comisión de un error judicial...". Como puede verse, estas normas -al igual que otras del sistema internacional de los derechos humanos: arts. 7 inc. 3, 10 del Pacto de San José de Costa Rica; XXV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre- presuponen la constatación de arbitrariedad del accionar estatal; término que cabe interpretar conforme la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a la que se ha hecho referencia. En infracción al la especie, mentado cabe precepto entonces puesto desechar que, tal como la lo decidió el a quo y queda dicho en la presente, la pérdida transitoria de la libertad de los actores se debió al dictado de una prisión preventiva que, más allá de los defectos de forma que evidenció, no fue controvertida por los interesados y no se exhibe en esta instancia como incuestionablemente arbitraria. 6. En el contexto descripto, la denuncia de absurdo en relación a la valoración que efectúo el a quo respecto de las circunstancias de la causa, tampoco es atendible. El genérico desarrollo de la pieza recursiva se sustenta en la propia evaluación de los hechos y constancias probatorias de la causa penal que ensayan los recurrentes, pero sin lograr demostrar que la Cámara haya incurrido en un error grosero, por grave y manifiesto, única modalidad de impugnación que en esta parcela habilita la instancia extraordinaria (doct. causas L. 91.409, sent. de 15-XI-2006, A. 69.199, "Rosl", sent. de 6-V-2009, A. 69.937, sent. de 3-XI-2010, entre muchas otras). V. En consecuencia, no constatándose en el fallo impugnado la infracción a las normas legales citadas ni el absurdo denunciado, corresponde rechazar el recurso interpuesto (art. 279, C.P.C.C). Las costas se imponen al recurrente vencido (conf. art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: Adhiero compartir conceptos al en voto orden del a doctor que la Soria Cámara por Penal no consideró arbitraria la detención originaria (fs. 51 donde el Fiscal detención solicita la dispuesta por conversión el de la Juzgador) al aprehensión hacer lugar en al pedido de detención con los elementos que en ese momento inicial se habían reunido. Tampoco fue considerada arbitraria la prisión preventiva dictada por la alzada a fs. 254/261. En rigor, la Cámara no adelanta opinión sobre si el hecho está o no probado, únicamente se refiere al principio de congruencia que a su juicio no ha sido respetado en este caso, porque la "intimación" no ha permitido verificar la congruencia que deviene necesaria para saber qué se imputa, con qué elementos y cómo defenderse. En cuanto a la nulidad a fs. 52 de todo lo actuado en la causa penal, cabe señalar que ello no implica necesariamente que haya arbitrariedad en la detención ni en la prisión preventiva, conforme los fundamentos de la propia Cámara Penal que aquí analizamos. Precisamente, esa resolución era compatible con la naturaleza provisional que tienen tanto la detención como la prisión preventiva en el proceso penal, que las fundamenta en la mera verosimilitud (no en certeza) bastando esa probabilidad para su dictado conforme a derecho. Por ende no hubo arbitrariedad ni un tipo de error en el dictado por parte del Juez de esas diligencias cautelares, que dé lugar a las consecuencias pretendidas por el recurrente. A ello agrego, tal como lo ha señalado el ministro que abre el acuerdo, otro dato de interés. Ninguno de los que ahora controvertida, recurren pues impugnó consintieron la dicho decisión auto judicial de prisión preventiva. Por todo ello, se advierte que en la causa no se trató de una prisión arbitraria o ilegal o conformada con prueba ilícita (art. 279, C.P.C.C.). Por las razones expuestas, voto por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: Adhiero consideraciones al expuestas voto del por el doctor Soria. distinguido A colega las me permito únicamente concordante, que la adunar Corte en sentido Interamericana estrictamente de Derechos Humanos ha considerado que la prisión preventiva ha sido arbitraria, constituyendo una violación del art. 7.3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en supuestos en el que la misma fue dictada sin que existieran indicios suficientes para suponer que la presunta víctima fuera autor o cómplice de algún delito (Caso "Tibi vs. Ecuador" sent. del 7 de septiembre de 2004), extremos que, como quedó suficientemente explicado en el sufragio que abre el Acuerdo, la Cámara de Apelaciones descartó. Voto por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud dijo: Cabe recordar que al tratar cuestiones como la sometida ahora a juzgamiento, este Tribunal ha dicho que la indemnización por la privación de la libertad durante el proceso no debe ser reconocida automáticamente a consecuencia de la absolución sino únicamente cuando el auto de prisión preventiva se revele como incuestionablemente infundado o arbitrario, mas no cuando elementos objetivos hubiesen llevado a los juzgadores al convencimiento -relativo, obviamente, dada la etapa del proceso en que aquél se dicta- de que medió un delito y de que existe probabilidad cierta de que el imputado sea su autor (mi voto en C. 102.594, sent. del 22-XII-2010; C. 95.635, sent. del 18-IV-2012). Se ha receptado de esta forma la doctrina de nuestro más alto Tribunal desarrollada en numerosos fallos respecto del c/Estado tema en nacional y C.1124.XXXV., Mauricio sent. Alejandro discusión del otro ("Cura, s/daños 27-V-2004; c/Buenos Aires, Carlos y Antonio perjuicios", "Muñoz Provincia Fernández, de y otro s/daños y perjuicios", M.1057.XXXV., sent. del 28-VII-2005; "Gerbaudo, José Luis c/Buenos Aires, Provincia de y otro s/daños y perjuicios", G.296.XXXV., sent. del 29-XI-2005; "Andrada, Roberto Horacio y otros c/Buenos Aires, Provincia de y otros s/daños y perjuicios", A.901.XXXVI., sent. del 5-IX-2006; "Solis, Hugo Alberto c/Buenos Aires, Provincia de s/daños y perjuicios", S.878.XXXV., sent. del 10-VI2008), habiéndose expedido la Corte federal en el sentido de que prisión "no corresponde preventiva resarcimiento dispuesta proviene alguno de cuando una la razonable apreciación -por parte del juez competente- de la situación del detenido" ("Putallaz Victor Orlando c/ Estado Nacional -Ministerio de Justicia de la Nación", S.C., P.1606, L.XLII; sent. del 23-III-2010; t. 333; pág. 273). En esa inteligencia coincido con el doctor Soria, a cuyo voto adhiero, en que los recurrentes no han logrado refutar idóneamente la noción fundamental del decisorio de advertir la ausencia de arbitrariedad o error judicial al tiempo de evaluarse en sede penal la conducta de los imputados. Sumado a la cuestión del consentimiento de aquello que ulteriormente se anulase. Asimismo complementaria la comparto expuesta en como su noción voto por fundamental el doctor Hitters. En definitiva, la insuficiencia del medio revisor intentado se revela a poco de ver que la ausencia de los presupuestos objetivos (que hubiesen eventualmente viabilizado el resarcimiento) que advierte la alzada no es desmentida por los quejosos. Por lo expuesto, doy también mi voto por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de conformidad con lo dictaminado por el señor Subprocurador General con respecto al primero, se rechazan los recursos extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad de ley deducidos por la parte actora a fs. 380/401; con costas (arts. 289 y 298, C.P.C.C.). Notifíquese y devuélvase. DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS LUIS ESTEBAN GENOUD EDUARDO NESTOR DE LAZZARI CARLOS E. CAMPS Secretario