Dictamen de la Procuración General:

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Dictamen de la Procuración General:
La Sala Tercera de la Cámara
Primera
de
Apelación
en
lo
Civil
y
Comercial
del
Departamento Judicial de La Plata confirmó la sentencia
dictada por el juez de la anterior instancia que, a su
turno -v. fs. 311/318-, dispuso rechazar la demanda que M.
A. E. y A. L. T. promovieran contra la Provincia de Buenos
Aires, en reclamo de los daños y perjuicios que invocaron
sufrir a raíz del error judicial que imputaron cometido por
el servicio de justicia provincial (fs. 372/377).
Los
apoderado-
impugnaron
dicho
actores
vencidos
pronunciamiento
-por
mediante
recursos extraordinarios de nulidad y de inaplicabilidad de
ley (v. escrito de fs. 380/401), cuya vista -conferida por
V.E. en fs. 407- habré de evacuar seguidamente aunque sólo
con
relación
al
primero
de
los
remedios
procesales
nombrados por imperio de lo prescripto por el art. 297 del
Código Procesal Civil y Comercial.
En sustento de la pretensión
nulificante deducida, denuncia el recurrente la violación
de los arts. 168 y 171 de la Constitución de la Provincia,
si
bien
es
dable
resaltar
desde
el
comienzo
que
los
agravios desarrollados a lo largo de la impugnación giran
únicamente en torno del supuesto de omisión de tratamiento
de cuestiones esenciales que acusa consumada por el órgano
de apelación actuante.
En
apelante
que
la
Cámara
síntesis,
omitió
sostiene
abordar
el
puntual
y
concretamente los fundamentos esgrimidos por la Cámara de
Garantía en la sentencia dictada en fs. 587/588 de la causa
penal que por cuerda corre agregada a estos obrados, para
declarar la nulidad de la orden de detención y posterior
prisión
preventiva
decretados
contra
sus
mandantes,
en
tanto se limitó simple y sencillamente a fundir las causas
de
la
solución
anulatoria
de
mención
bajo
el
genérico
argumento de la infracción del principio de congruencia
procesal
con
afectación
del
derecho
de
defensa
que
a
aquéllos asistía en la etapa de elevación a juicio.
Afirma
interpretación
simplificada
de
que
la
la
apuntada
sentencia
anulatoria
recaída en sede penal efectuada por los jueces de alzada,
lejos
está
de
dar
respuesta
a
los
agravios
que
oportunamente le fueron sometidos a su consideración en
ocasión de expresar agravios, pieza procesal en la cual se
transcribieron
incluso
pasajes
de
algunos
de
los
fundamentos en base a los que los sentenciantes penales
dispusieron
la
anulación
de
lo
actuado
en
la
instancia
preliminar, referidos a que “... en orden al delito de
asociación ilícita...nada se describe que no sea la fórmula
legal de la figura contemplada en el art. 210 del Código
Penal.
Ni
siquiera
se
alude
a
la
naturaleza
de
los
eventos... Similar insuficiencia se destaca en orden al
delito
de
encubrimiento
agravado,
pues
esta
vez
ni
la
actividad del magistrado logra concretar una reseña fáctica
mínima
que
no
sólo
describa
los
ilícitos
sino
que
los
vincule con los bienes supuestamente secuestrados en poder
de los encausados”, de lo que desprende que no queda margen
para la duda acerca de que ni la orden de detención ni el
auto de prisión preventiva dictados contra sus mandantes en
la justicia penal, se ajustaron a las normas legales que
establecen sus presupuestos de procedencia, como lo es la
existencia de semiplena prueba o de indicios vehementes que
autoricen detener y privar de la libertad a los ciudadanos
(arts. 16 de la Constitución de la Provincia y 151, primer
párrafo y 157, inc. 3º del Código Procesal Penal), déficit
que -asevera- tornó arbitrarios e ilegítimos dichos actos
y, por ello fueron finalmente anulados.
Agrega
contenidas
en
el
decisorio
que
impugnado
las
en
referencias
torno
a
la
naturaleza cautelar ínsita en los procedimientos iniciales
de un juicio penal -como los anulados- y a la circunstancia
de que el órgano de apelación validó la regularidad de los
actos
de
mención
al
expedirse
en
fs.
288/289
de
las
actuaciones penales, de ningún modo desplazaron el deber de
los
camaristas
de
tratar
los
motivos
de
su
posterior
anulación que -insiste- descansan, en definitiva,
tanto
la
dictadas
prisión
contra
cuanto
sus
la
previa
representados
orden
fueron
de
en que
detención
dispuestas
en
abierta inobservancia de los recaudos mínimos impuestos por
la normativa constitucional y legal citada.
El recurso, en mi opinión, no
debe prosperar.
Me
explayé
en
la
reseña
de
las impugnaciones que motivan el alzamiento extraordinario
bajo análisis, en la inteligencia de que su mera lectura
bastará a ese Alto Tribunal para advertir que los agravios
traídos apuntan, en rigor de verdad, a discutir el mérito y
acierto de la solución jurídica arribada en la sentencia
atacada.
Efectivamente, no conforme el
apelante con las razones que llevaron al tribunal de alzada
actuante a confirmar el rechazo de la acción resarcitoria
incoada en autos, tales: que “...la nulidad a la postre
decidida
en
la
necesariamente
preventiva,
resolver
si
Preparatoria
causa
error
porque
se
la
elevaba
advirtió
(v.
en
el
Cámara
a
una
fs.
587/588)
dictado
de
juicio
de
Garantía
la
violación
a
no
implica
la
prisión
la
hora
Investigación
al
de
Penal
principio
de
congruencia procesal que afectaba al derecho de defensa de
los
encartados,
pero
ello
nada
tiene
que
ver
con
la
regularidad de lo actuado en el juicio de probabilidad y
verosimilitud llevado a cabo en la instancia provisoria
cautelar, a punto tal que esa misma Cámara de Garantía fue
la que rechazó las nulidades incoadas por otros detenidos
mediante la resolución de fs. 491 en donde se sostiene que
el procedimiento que diera comienzo a la presente causa no
se encuentra viciado de nulidad alguna.” (v. fs. 375).
A
lo
que
adunó
que
aún
de
admitirse que la afectación del principio de congruencia
sea la consecuencia de un error o falta de pulcritud de la
descripción
de
los
hechos,
tales
circunstancias
en
definitiva fueron consentidas por los aquí accionantes que
no impugnaron el auto de prisión preventiva de fs. 254/261
ni el auto de fs. 460/463 que confirmó la anterior que si,
en cambio, fue atacado por otros involucrados aunque sin
éxito en la medida que fue también objeto de confirmación
por la alzada del fuero penal (v. fs. 375 vta.), por lo
que, con apoyo en la doctrina legal invocada, concluyó que
la propia conducta asumida por los recurrentes durante el
proceso penal confirma la regularidad de lo actuado en el
juicio de probabilidad y verosimilitud llevado a cabo por
el juez de garantía en la instancia provisoria cautelar (v.
fs. 376/376 vta.).
De suyo, entonces, emerge con
absoluta nitidez que la temática que se invoca preterida
fue objeto de explícita solución en el fallo, aunque, claro
está,
en
sentido
contrario
a
las
pretensiones
del
presentante quien, bajo el disfraz de la alegada causal
nulificante, se dedica a censurar el grado de acierto con
que las mismas fueron abordadas y resueltas por el tribunal
de apelación actuante, mediante la imputación de una serie
de vicios “in iudicando”, cuyo análisis y revisión en esta
sede casatoria sólo puede obtenerse a través del recurso de
inaplicabilidad de ley y no por intermedio del presente
(conf. S.C.B.A., causas Ac. 81.467, sent. del 5-III-2003;
Ac. 84.444, sent. del 25-VI-2003; Ac. 84.647, sent. del 3XII-2003; Ac. 89.228, sent. del 29-VI-2005; Ac. 90.641,
sent. del 20-XII-2006; Ac. 99.167, sent. del 25-IV-2007 y
C. 94.325, sent. del 13-II-2008).
A lo demás traído y tal como
dejé adelantado, corresponde señalar que es insuficiente la
denuncia de violación del art. 171 de la Constitución local
si -como ocurre en el libelo de impugnación en tratamientose halla huérfana de contenido argumental que la sustente
(conf. S.C.B.A., causas Ac. 86.248, sent. del 10-VIII-2005;
Ac. 84.326, sent. del 7-IX-2005 y Ac. 88.369, sent. del 25IV-2007).
Por
soy
del
criterio
de
que
el
las
recurso
razones
expuestas,
extraordinario
de
nulidad
que
dejo
examinado
resulta
improcedente
y
así
aconsejo lo decida V.E., llegada su hora.
La Plata, 3 de diciembre de
2008 - Juan Angel de Oliveira
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 22 de mayo de
2013,
habiéndose
dispuesto
en
el
establecido,
Acuerdo
de
2078,
que
conformidad
deberá
con
observarse
lo
el
siguiente orden de votación: doctores Soria, de Lázzari,
Hitters, Genoud, se reúnen los señores jueces de la Suprema
Corte
de
Justicia
en
acuerdo
ordinario
para
pronunciar
sentencia definitiva en la causa C. 103.663, "E. , M. A. y
otra contra Provincia de Buenos Aires (Poder Judicial).
Daños y perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
La
Sala
III
de
la
Cámara
Primera
de
Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial
de La Plata confirmó la sentencia de primera instancia que
había rechazado la demanda, con costas.
La
parte
actora
interpuso
recursos
extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad de ley.
Oído el señor Subprocurador General, dictada
la providencia de autos y encontrándose la causa en estado
de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear
y votar las siguientes
C U E S T I O N E S
1ª) ¿Es fundado el recurso extraordinario de
nulidad?
Caso negativo:
2ª) ¿Lo es el de inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A la primera cuestión planteada, el señor
Juez doctor Soria dijo:
1. Invocando la infracción de los arts. 168
y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires el
apoderado
de
denunciando
los
la
actores
omisión
deduce
de
recurso
extraordinario
tratamiento
de
cuestiones
esenciales por parte de la alzada.
Indica
tratar
el
motivo
y
que
el
la
sentencia
fundamento
de
atacada
la
omitió
declaración
de
nulidad del auto que dispuso la prisión preventiva, a pesar
de
que
la
cuestión
fue
expresamente
planteada
en
la
apelación ordinaria. En tal sentido, expone que el a quo se
limitó
a
considerar
congruencia,
cuando
que
debió
se
infringió
ponderar
que
el
principio
de
la
anulación
se
debió a que en las actuaciones iniciales nada se había
señalado sobre el delito de asociación ilícita que no fuera
la mención de la fórmula legal del art. 210 del Código
Penal.
De
igual
modo,
continúa,
en
punto
al
delito
de
encubrimiento
agravado,
ni
siquiera
se
hizo
una
reseña
fáctica que describa los ilícitos y los vincule con los
bienes
supuestamente
secuestrados
en
poder
de
los
encausados.
Enfatiza que la alzada elude considerar que
al haberse dispuesto la nulidad de las actuaciones penales,
ello importó declarar que existió una irregularidad y vicio
procesal sin que pueda ello obedecer a una diferencia de
criterios entre las distintas fases procesales en que se
dictaron
los
actos
iniciales
y
aquélla
en
la
que
se
anularon. Aduna que nada de lo dicho por la Cámara pudo
desplazar la cuestión relativa a la falta de ajuste de los
actos que importaron la detención de los actores a las
normas legales aplicables.
2. El recurso no puede prosperar.
a.
representante
apunta
al
configura
del
mérito
la
Como
bien
Ministerio
y
acierto
ausencia
de
lo
señala
Público,
de
la
el
el
recurso
decisión
tratamiento
de
considerar
que
pues
las
señor
traído
no
se
cuestiones
señaladas.
Luego
de
la
prisión
preventiva resulta de un juicio de verosimilitud y no de
certeza, el a quo expresó que la nulidad de todo lo actuado
a
partir
de
necesariamente
fs.
52
error
del
expediente
en
el
dictado
penal
de
no
la
implicó
prisión
preventiva,
violación
porque
del
se
dispuso
principio
de
con
fundamento
congruencia
que
en
la
afectó
el
derecho de los encausados. A ello agregó que, aunque tal
afectación haya generando una irregularidad procedimental,
no
es
posible
resolver
la
cuestión
planteada
con
abstracción del consentimiento de los accionantes al auto
de prisión preventiva y su confirmación por la Cámara (v.
fs.
375/376
vta.).
Por
tales
motivos,
sucintamente
expuestos, desestimó la indemnización pretendida por los
actores.
b. De la exposición efectuada se desprende,
sin
dificultad,
que
la
quejosa
no
ha
desarrollado
argumentaciones vinculadas directamente con los supuestos
que condicionan la procedencia de este recurso, pues es
reiterada
doctrina
de
este
Tribunal
que
declara
improcedente el recurso extraordinario de nulidad si las
cuestiones
que
se
denuncian
omitidas
fueron
tratadas
expresamente en el fallo, siendo ajeno a su ámbito y propio
del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley el
acierto jurídico de la decisión (doct. causas C. 103.468,
resol. del 10-VI-2009; C. 97.787, resol. del 8-VII-2009; C.
104.489, sent. del 3-III-2010; entre otras).
La
omisión
de
cuestiones
a
las
que
se
refiere el art. 168 de la Constitución provincial ocurre
cuando el juzgador ha excluido el tema por descuido, pero
no cuando la materia aparece desplazada por el sentido de
la sentencia o por el razonamiento expuesto en la misma
(conf. causas Ac. 76.895 y Ac. 79.230, ambas sents. del 19II-2002 y L. 90.233, sent. del 13-XII-2006, entre otras),
como aquí acontece.
En lo que hace al agravio vinculado a la
violación del art. 171 de la Constitución de la provincia,
carece de asidero toda vez que el pronunciamiento no se
halla huérfano de sustento legal (conf. causas C. 95.366 y
C. 95.185, ambas sent. del 17-III-2010).
Por
las
consideraciones
expuestas
y
de
conformidad a lo dictaminado por el señor Subprocurador
General, propongo el rechazo de este recurso, con costas
(art. 298, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
Los
señores
jueces
doctores
de
Lázzari,
Hitters y Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez
doctor Soria, votaron la primera cuestión planteada también
por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor
Juez doctor Soria dijo:
I. Versan las presentes actuaciones sobre la
acción que por daños y perjuicios incoaran M. Á. E. y A. L.
T. contra la Provincia de Buenos Aires (Poder Judicial), en
razón de la detención y prisión preventiva que sufrieran a
raíz de la instrucción de la causa 13.111, la cual finalizó
por la prescripción de la acción penal y el correlativo
sobreseimiento de los supuestos delitos que se les imputara
(v. fs. 770/770 vta. de las actuaciones sobre encubrimiento
agravado y asociación ilícita).
El señor Juez de primera instancia rechazó
la acción, con costas a los vencidos (fs. 311/318).
II.
La
Cámara
Primera
-Sala
III-
de
Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial
de La Plata confirmó la sentencia de primera instancia,
también con costas (fs. 372/377). Para así resolverlo tuvo
en cuenta las siguientes circunstancias.
i. El juez de garantías de Lomas de Zamora
dictó el auto de prisión preventiva por considerar a los
aquí reclamantes, prima facie, coautores responsables de
los
delitos
de
asociación
ilícita
en
concurso
real
con
encubrimiento agravado por la habitualidad (fs. 254/261 de
la causa penal).
ii.
Esa
decisión
fue
confirmada
por
la
Cámara a fs. 288/289 por estar ajustado a los requisitos
del Código Procesal Penal en lo que hace a la materialidad
ilícita,
calificación
legal
y
autoría
penalmente
responsable provisoriamente adoptada.
iii.
La
prisión
preventiva
resulta
de
un
juicio de verosimilitud y no de certeza compatible con la
etapa del proceso en que se dicta.
iv. La nulidad
decidida a fs.
587/588 de
todo lo actuado a partir de fs. 52 de la causa penal, no
importó
necesariamente
la
existencia
de
un
error
en
el
dictado de la prisión preventiva, porque se dispuso con
fundamento en la violación del principio de congruencia que
afectaba el derecho de los encausados, circunstancia que
nada tiene que ver con la regularidad de lo actuado en el
juicio de probabilidad y verosimilitud llevado a cabo en la
instancia provisoria cautelar.
v.
Hubo
consentimiento
por
parte
de
los
actores del auto de prisión preventiva de fs. 254/261 ya
que los aquí accionantes no cuestionaron esa decisión, ni
la resolución confirmatoria de fs. 460/463, aunque sí fue
impugnado
por
otros
incidentistas
y
confirmado
por
la
Cámara de Garantías a fs. 491.
III.
Frente
a
esa
decisión
los
actores
dedujeron recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
en el que denuncian la violación de los arts. 16, 17 y 18
de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; 157,
158 y 430 del Código Procesal Penal; 9 inc. 5 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y denuncian
absurdo.
Varios
agravios
traen
como
sustento
de
su
de
la
impugnación.
a.
Violación
de
los
arts.
16
Constitución provincial y 157 y 158 del Código Procesal
Penal. Señalan que esas normas fijan los requisitos de la
detención y prisión de los ciudadanos y atento a que las
providencias de la causa penal fueron anuladas, la alzada
incurrió en absurdo y violación de la cosa juzgada firme al
declarar que dicha nulidad había obedecido a un juicio de
valor propio de la etapa de inicio del plenario, afirmando
que los recaudos de la prisión preventiva (fijados por el
art. 16 de la Carta Magna provincial) eran distintos en las
diversas fases del proceso penal.
Sobre el punto, acotan que el matrimonio fue
detenido sin que se expresara cuáles fueron las pruebas o
los indicios en que se fundaba la privación de libertad; y
que
las
providencias
fundadamente
justamente
punibles
(v.
por
o
no
los
fs.
donde
52
y
indicar
la
objetos
debió
254)
fueron
relación
secuestrados
ello
de
exponerse
nulificadas
las
con
conductas
los
delitos
imputados, por lo cual la Cámara penal, al declarar la
nulidad, ordenó su inmediata libertad (v. fs. 587/588 de
las
actuaciones
penales
sobre
asociación
ilícita
y
encubrimiento agravado).
Explican que de la causa surgía que en el
negocio propiedad del señor E. , lugar donde se los detuvo,
no se secuestró nada ilegítimo (los semirremolques estaban
en la calle) y a la señora T. , aquí coactora, se la privó
de su libertad sólo por ser la esposa de señor E. . Afirman
que la Fiscalía tomó como cierto aquello que la policía
puso en boca del primero, siendo lo único con que contaba
para relacionarlo con los otros inculpados; indican que la
inexistencia
de
fundamento
corroborada
por
un
con
hecho
que
se
los
posterior:
la
apresó
fue
prolongada
inactividad que acarreó que se sobreseyera la causa por
prescripción de la acción penal.
b. Violación de la cosa juzgada y validación
de providencias anuladas de fs. 288/289 y 460/463. Refieren
que el a quo al pronunciarse sobre la nulidad decretada en
sede
penal,
interpretando
que
ello
se
debió
a
circunstancias sobrevinientes al dictado de la orden de
detención, infringió la autoridad de la cosa juzgada de lo
decidido. A ello adunan que también viola ese instituto al
otorgar efectos jurídicos, como si estuvieran vigentes, a
providencias
de
las
actuaciones
penales
que
fueron
del
Código
alcanzadas por el acto anulatorio.
c.
Violación
del
art.
430
Procesal Penal. Manifiestan que cuando se dictó el auto de
prisión
preventiva
correspondiente
doctora
supuesto
Laborde,
en
y
no
la
por
consentimiento
se
practicó
persona
ende
de
de
su
la
Defensora
interpretar
su
parte
notificación
de
que
Oficial,
existió
dicha
un
decisión
contradice las constancias de la causa (v. fs. 301/302).
IV. El recurso no puede prosperar.
1. En el sub lite, según surge de la causa
penal 13.111 que tramitara por ante el Juzgado de Garantías
nº 4 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, con
fecha 27 de noviembre de 1998 se dio cumplimiento con la
orden
de
existían
detención
indicios
dispuesta
vehementes
en
razón
de
la
de
juzgarse
comisión
de
que
los
referidos delitos (v. fs. 53). A su vez, con fecha 23 de
diciembre del citado año, se dictó la prisión preventiva de
los nombrados (v. fs. 254/261), medida que fue confirmada
por la Cámara de Apelación de Feria de Quilmes (v. fs.
288/289).
Posteriormente y por la apelación de otros
coimputados,
la
Sala
II
de
la
Cámara
de
Apelación
y
Garantías en lo Penal de ese Departamento Judicial dictó la
nulidad ya mencionada y debido a la prescripción de la
acción penal, el 21 de diciembre de 2006 los actores fueron
sobreseídos.
La sentencia de ese tribunal de alzada (v.
fs. 587/588 de la causa penal agregada por cuerda) permite
apreciar que: "por imperio del principio de congruencia
debe
armonizar,
en
cuanto
a
la
identidad
fáctica,
las
etapas iniciales del proceso y las conclusivas. Los hechos
descriptos
pulcritud
en
que
la
intimación,
permita
a
las
deben
proveer
partes
no
un
sólo
nivel
el
de
pleno
ejercicio
del
derecho
de
defensa
(art.
18
C.N.),
posibilitando la producción de prueba que neutralice la de
la contraria, sino también la verificación por parte del
órgano
jurisdiccional
de
que
tal
congruencia,
como
presupuesto del debido proceso, esté cumplida".
Como corolario de lo expuesto y en orden al
delito de asociación ilícita expresó que se advertía que en
su primigenio requerimiento -fs. 52- al igual que en el de
fs. 251, nada se describía que no fuera la fórmula legal de
la figura contemplada en el art. 210 del Código Penal,
omitiendo toda referencia a la naturaleza de los eventos.
Agregó que similar insuficiencia se destacaba en orden al
delito de encubrimiento agravado, caso en que el magistrado
de grado no logró concretar una reseña fáctica mínima que
describiera los ilícitos de que daba cuenta el legajo y
luego
los
vinculara
con
los
bienes
supuestamente
secuestrados en poder de los encausados. Por tales motivos,
anuló todo lo actuado a partir del auto de fs. 52.
2.
La
reseña
precedente
da
suficiente
sustento a la conclusión central del a quo que, ante la
ausencia de una argumentación recursiva que la rebata en
forma directa y efectiva, ha de quedar firme (art. 279 del
C.P.C.C.).
En efecto, sostuvo la Cámara que si bien a
lo largo del proceso penal se pudo constatar "una violación
al
principio
de
congruencia
procesal
que
afectaba
el
derecho de defensa de los encartados [...] ello nada tiene
que ver con la regularidad de lo actuado en el juicio de
probabilidad y verosimilitud llevado a cabo en la instancia
provisoria cautelar" (v. fs. 375).
Al razonar de ese modo, la alzada sigue el
criterio que ha sostenido este Tribunal, según el cual, la
indemnización por la privación de la libertad durante el
proceso penal no debe ser reconocida automáticamente; sino
sólo cuando el auto de prisión preventiva se revele como
incuestionablemente arbitrario.
De
tal
modo,
cuando
elementos
objetivos
suficientes llevan al juzgador al convencimiento relativo,
obviamente, dada la etapa del proceso, de que medió un
delito y de que existe la posibilidad cierta de que el
imputado
sea
su
autor,
estimando
necesario
adoptar
una
medida privativa de la libertad, la posterior sentencia
absolutoria, pronunciada en función de nuevos elementos de
convicción arrimados a la causa, o bien el sobreseimiento
por la prescripción de la acción penal, como aquí ocurre,
no importan descalificar la medida cautelar adoptada en su
momento respecto del procesado (v. mi voto en la causa Ac.
93.104, sent. de 5-IV-2006, C. 105.561, sent. de 17-III2010; C. 102.594, sent. de 22-XII-2010).
La
jurisprudencia
de
nuestro
más
alto
Tribunal desarrollada en numerosos precedentes respecto del
tema en discusión se expresa en igual sentido, concluyendo
que
corresponde
estatal
por
rechazar
error
la
judicial
pretendida
en
responsabilidad
tanto
las
medidas
restrictivas adoptadas durante el proceso penal resultan
lícitas
327:1738;
(doct.
Fallos
328:2780;
318:1990;
329:3806;
321:1721;
333:273
y
325:1855;
2353).
Por
lo
demás, tal como surge del relato efectuado precedentemente,
en la especie no concurren supuestos como los contemplados
en Fallos 322:2683 y 332:2159.
3.
Ahora
bien,
cabe
apuntar
que
este
razonamiento no cede, sin más, por la sola circunstancia
referida a que el auto de prisión preventiva haya sido
anulado por defectos en la sustanciación.
Tal
Justicia
de
la
como
Nación
decidiera
en
un
la
Corte
precedente
Suprema
análogo
de
(Fallos
329:3806) en la especie, la declaración de nulidad de la
requisitoria fiscal y de los actos consecuentes, se fundó
en vicios procesales de la causa penal -aquí violación del
principio de congruencia por la forma en que se dispusieron
tales actuaciones- circunstancia que no importó reconocer
la
arbitrariedad
del
auto
de
prisión
preventiva
con
el
alcance que surge de la jurisprudencia reseñada en el punto
anterior.
Desde
esta
perspectiva,
la
pregonada
infracción al art. 16 de la Constitución provincial o a los
arts. 151 y 157 del Código Procesal Penal pierde sustancia,
en tanto no es posible sostener que cualquier irregularidad
verificada a lo largo de un proceso judicial otorgue sin
más el derecho a una reparación pecuniaria a cargo del
Estado. La indemnización por el error judicial requiere el
traspaso de un umbral de tolerancia que dista de enclavarse
en la mera anomalía procedimental.
De otro lado, ello en modo alguno implica
desconocer
el
valor
de
la
cosa
juzgada
de
aquella
resolución, ni conlleva dotar de nuevos efectos jurídicos a
providencias anuladas, pues tales decisiones mantienen su
eficacia inalterada en el espectro que les corresponde.
Aquí se debate en otro plano que resulta ajeno, como se
dijo, a la automaticidad que propone el recurrente; marco
en el que la pretensión resarcitoria encuentra su quicio en
la
concreta
acreditación
de
yerros
graves
o
dilaciones
inusitadas.
En suma, de hipótesis como la que se somete
aquí
a
juzgamiento,
que
no
deja
de
vincularse
con
la
disparidad de criterios que de ordinario puede encontrarse
al transitar las instancias de un proceso judicial, no cabe
desprender otra cosa que la necesidad de esperar que actúe
ese juego natural frente a la falibilidad del juzgamiento
humano. Circunstancia reparadora efectivamente acaecida en
la especie, pues los actores fueron inmediatamente puestos
en libertad al constatarse la irregularidad.
4.
Otro
factor
adicional
apuntala
la
decisión del a quo. En su sentencia puso de manifiesto que
aún
considerando
principio
de
que
se
congruencia,
constató
una
ello
revertía
no
afectación
la
del
suerte
adversa de la pretendida reparación de daños en tanto el
pronunciamiento que había convertido en prisión preventiva
la detención fue consentido por los accionantes, acotando
que
no
se
procesal
advertía
por
con
parte
de
posterioridad
su
defensa
ninguna
tendiente
actividad
a
someter
nuevamente a consideración su liberación. Agregó que al
instar el sobreseimiento (fs. 553/556) los actores sólo
habían
sustentado
ese
pedido
en
la
falta
de
elementos
probatorios suficientes para fundar la convicción o certeza
sobre
la
alegando
autoría
la
de
figura
los
in
delitos
dubio
pro
que
reo
se
le
pero
imputaban,
no
en
las
irregularidades que ahora se invocan (v. fs. 376 de estos
obrados).
Esta
conclusión
no
ha
sido
desvirtuada
idóneamente por los recurrentes, dado que si bien aducen
que la notificación a su representante legal de aquel auto
se realizó con posterioridad a la confirmación de la Cámara
de Feria, nada dicen acerca de su la falta de actividad
procesal posterior.
De otro lado, la alegada violación del art.
430 del Código Procesal Penal en modo alguno mejora la
posición de los recurrentes. El efecto extensivo de las
apelaciones a los coimputados tiene su ámbito preciso de
aplicación en el marco del proceso penal, regulando las
consecuencias de las contingencias que se presentan en su
sustanciación. Empero, es insustancial su invocación a los
fines aquí pretendidos.
Tiene establecido esta Corte que para que el
escrito
con
que
se
interpone
y
funda
el
recurso
de
inaplicabilidad de ley cumpla con la misión que le asigna
el
art.
279
del
Código
Procesal
Civil
y
Comercial,
es
decir, demostrar la existencia de violación o error en la
aplicación de la ley, los argumentos que en él se formulen
deben referirse directa y concretamente a los conceptos que
estructuran la construcción jurídica en que se asienta la
sentencia.
Esa
invocación
o
función
pretendida
no
es
cumplida
subsunción
de
con
los
la
sola
hechos
o
elementos de la causa a determinadas normas legales si en
esa operación se sustrae, justamente, en todo o en parte,
la réplica adecuada a las motivaciones esenciales que el
pronunciamiento
judicial
impugnado
contiene
(conf.
Ac.
87.411, sent. de 11-V-2005; Ac. 91.164, sent. de 21-VI2006; Ac. 90.372, sent. de 14-II-2007).
Tal extremo es lo que acontece en autos toda
vez
que
los
quejosos
no
han
podido
hacerse
cargo
debidamente de la línea argumental del decisorio, fundada
en la ausencia de error judicial y el consentimiento de la
prisión
preventiva,
deteniéndose
más
en
desarrollar
su
criterio sobre las circunstancias que motivaron la causa
penal que en demostrar lo errado de tales conclusiones.
5.
No
mejora
la
suerte
del
recurso
la
invocación de la violación de lo dispuesto en el art. 9
inc.
5°
del
Pacto
Internacional
de
Derechos
Civiles
y
Políticos, mediante un planteo que presenta al precepto
aislado de contexto.
Dicho instrumento, que en su art. 9 inc. 1°,
hace referencia a "detención o prisión arbitraria", en su
inc. 5° reconoce el derecho de obtener reparación a toda
persona
que
haya
sido
ilegalmente
detenida
o
presa.
Asimismo, en el art. 14 inc. 6°, cuando se trate de una
sentencia
condenatoria
cuando
haya
se
firme
indultado
al
ulteriormente
condenado
"...
revocada
por
o
haberse
producido o descubierto un hecho plenamente probatorio de
la comisión de un error judicial...".
Como puede verse, estas normas -al igual que
otras del sistema internacional de los derechos humanos:
arts. 7 inc. 3, 10 del Pacto de San José de Costa Rica; XXV
de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre-
presuponen
la
constatación
de
arbitrariedad
del
accionar estatal; término que cabe interpretar conforme la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
a la que se ha hecho referencia.
En
infracción
al
la
especie,
mentado
cabe
precepto
entonces
puesto
desechar
que,
tal
como
la
lo
decidió el a quo y queda dicho en la presente, la pérdida
transitoria
de
la
libertad
de
los
actores
se
debió
al
dictado de una prisión preventiva que, más allá de los
defectos de forma que evidenció, no fue controvertida por
los
interesados
y
no
se
exhibe
en
esta
instancia
como
incuestionablemente arbitraria.
6. En el contexto descripto, la denuncia de
absurdo en relación a la valoración que efectúo el a quo
respecto
de
las
circunstancias
de
la
causa,
tampoco
es
atendible.
El genérico desarrollo de la pieza recursiva
se
sustenta
en
la
propia
evaluación
de
los
hechos
y
constancias probatorias de la causa penal que ensayan los
recurrentes, pero sin lograr demostrar que la Cámara haya
incurrido
en
un
error
grosero,
por
grave
y
manifiesto,
única modalidad de impugnación que en esta parcela habilita
la instancia extraordinaria (doct. causas L. 91.409, sent.
de 15-XI-2006, A. 69.199, "Rosl", sent. de 6-V-2009, A.
69.937, sent. de 3-XI-2010, entre muchas otras).
V. En consecuencia, no constatándose en el
fallo impugnado la infracción a las normas legales citadas
ni el absurdo denunciado, corresponde rechazar el recurso
interpuesto (art. 279, C.P.C.C). Las costas se imponen al
recurrente vencido (conf. art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor
Juez doctor de Lázzari dijo:
Adhiero
compartir
conceptos
al
en
voto
orden
del
a
doctor
que
la
Soria
Cámara
por
Penal
no
consideró arbitraria la detención originaria (fs. 51 donde
el
Fiscal
detención
solicita
la
dispuesta
por
conversión
el
de
la
Juzgador)
al
aprehensión
hacer
lugar
en
al
pedido de detención con los elementos que en ese momento
inicial
se
habían
reunido.
Tampoco
fue
considerada
arbitraria la prisión preventiva dictada por la alzada a
fs. 254/261.
En
rigor,
la
Cámara
no
adelanta
opinión
sobre si el hecho está o no probado, únicamente se refiere
al principio de congruencia que a su juicio no ha sido
respetado
en
este
caso,
porque
la
"intimación"
no
ha
permitido verificar la congruencia que deviene necesaria
para
saber
qué
se
imputa,
con
qué
elementos
y
cómo
defenderse.
En cuanto a la nulidad a fs. 52 de todo lo
actuado en la causa penal, cabe señalar que ello no implica
necesariamente que haya arbitrariedad en la detención ni en
la
prisión
preventiva,
conforme
los
fundamentos
de
la
propia Cámara Penal que aquí analizamos. Precisamente, esa
resolución era compatible con la naturaleza provisional que
tienen tanto la detención como la prisión preventiva en el
proceso penal, que las fundamenta en la mera verosimilitud
(no en certeza) bastando esa probabilidad para su dictado
conforme a derecho. Por ende no hubo arbitrariedad ni un
tipo de error en el dictado por parte del Juez de esas
diligencias cautelares, que dé lugar a las consecuencias
pretendidas por el recurrente.
A ello agrego, tal como lo ha señalado el
ministro que abre el acuerdo, otro dato de interés. Ninguno
de
los
que
ahora
controvertida,
recurren
pues
impugnó
consintieron
la
dicho
decisión
auto
judicial
de
prisión
preventiva.
Por todo ello, se advierte que en la causa
no se trató de una prisión arbitraria o ilegal o conformada
con prueba ilícita (art. 279, C.P.C.C.).
Por
las
razones
expuestas,
voto
por
la
negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor
Juez doctor Hitters dijo:
Adhiero
consideraciones
al
expuestas
voto
del
por
el
doctor
Soria.
distinguido
A
colega
las
me
permito
únicamente
concordante,
que
la
adunar
Corte
en
sentido
Interamericana
estrictamente
de
Derechos
Humanos ha considerado que la prisión preventiva ha sido
arbitraria, constituyendo una violación del art. 7.3 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en supuestos
en el que la misma fue dictada sin que existieran indicios
suficientes
para
suponer
que
la
presunta
víctima
fuera
autor o cómplice de algún delito (Caso "Tibi vs. Ecuador"
sent. del 7 de septiembre de 2004), extremos que, como
quedó suficientemente explicado en el sufragio que abre el
Acuerdo, la Cámara de Apelaciones descartó.
Voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor
Juez doctor Genoud dijo:
Cabe recordar que al tratar cuestiones como
la sometida ahora a juzgamiento, este Tribunal ha dicho que
la indemnización por la privación de la libertad durante el
proceso
no
debe
ser
reconocida
automáticamente
a
consecuencia de la absolución sino únicamente cuando el
auto
de
prisión
preventiva
se
revele
como
incuestionablemente infundado o arbitrario, mas no cuando
elementos objetivos hubiesen llevado a los juzgadores al
convencimiento
-relativo,
obviamente,
dada
la
etapa
del
proceso en que aquél se dicta- de que medió un delito y de
que existe probabilidad cierta de que el imputado sea su
autor (mi voto en C. 102.594, sent. del 22-XII-2010; C.
95.635, sent. del 18-IV-2012).
Se ha receptado de esta forma la doctrina de
nuestro más alto Tribunal desarrollada en numerosos fallos
respecto
del
c/Estado
tema
en
nacional
y
C.1124.XXXV.,
Mauricio
sent.
Alejandro
discusión
del
otro
("Cura,
s/daños
27-V-2004;
c/Buenos
Aires,
Carlos
y
Antonio
perjuicios",
"Muñoz
Provincia
Fernández,
de
y
otro
s/daños y perjuicios", M.1057.XXXV., sent. del 28-VII-2005;
"Gerbaudo, José Luis c/Buenos Aires, Provincia de y otro
s/daños y perjuicios", G.296.XXXV., sent. del 29-XI-2005;
"Andrada, Roberto Horacio y otros c/Buenos Aires, Provincia
de y otros s/daños y perjuicios", A.901.XXXVI., sent. del
5-IX-2006; "Solis, Hugo Alberto c/Buenos Aires, Provincia
de s/daños y perjuicios", S.878.XXXV., sent. del 10-VI2008), habiéndose expedido la Corte federal en el sentido
de
que
prisión
"no
corresponde
preventiva
resarcimiento
dispuesta
proviene
alguno
de
cuando
una
la
razonable
apreciación -por parte del juez competente- de la situación
del detenido" ("Putallaz Victor Orlando c/ Estado Nacional
-Ministerio
de
Justicia
de
la
Nación",
S.C.,
P.1606,
L.XLII; sent. del 23-III-2010; t. 333; pág. 273).
En esa inteligencia coincido con el doctor
Soria, a cuyo voto adhiero, en que los recurrentes no han
logrado
refutar
idóneamente
la
noción
fundamental
del
decisorio de advertir la ausencia de arbitrariedad o error
judicial al tiempo de evaluarse en sede penal la conducta
de los imputados. Sumado a la cuestión del consentimiento
de aquello que ulteriormente se anulase.
Asimismo
complementaria
la
comparto
expuesta
en
como
su
noción
voto
por
fundamental
el
doctor
Hitters.
En
definitiva,
la
insuficiencia
del
medio
revisor intentado se revela a poco de ver que la ausencia
de los presupuestos objetivos (que hubiesen eventualmente
viabilizado el resarcimiento) que advierte la alzada no es
desmentida por los quejosos.
Por lo expuesto, doy también mi voto por la
negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
de
conformidad
con
lo
dictaminado
por
el
señor
Subprocurador General con respecto al primero, se rechazan
los recursos extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad
de ley deducidos por la parte actora a fs. 380/401; con
costas (arts. 289 y 298, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.
DANIEL FERNANDO SORIA
JUAN CARLOS HITTERS
LUIS ESTEBAN GENOUD
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
CARLOS E. CAMPS
Secretario
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