AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 QUEJOSA: ********** PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ SECRETARIA: CARMEN VERGARA LÓPEZ SUMARIO ********** fue nombrada Juez de Primera Instancia del Ramo Civil del Distrito Judicial de Salvador Alvarado, Sinaloa. El diecisiete de diciembre de dos mil diez, fueron presentadas dos quejas administrativas en contra de la citada funcionaria judicial, por presuntas irregularidades cometidas al resolver los juicios sumarios civiles promovidos en contra de la **********, en los cuales se demandó servidumbre legal de paso. El once de mayo de dos mil doce, el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa determinó destituir a la juzgadora, previa substanciación del procedimiento administrativo sancionador correspondiente. En contra de tal destitución, se promovió juicio de amparo indirecto, mismo que fue resuelto por el Juez Séptimo de Distrito en el Estado de Sinaloa, en el sentido de sobreseer por una parte y conceder el amparo; esto último, en virtud de que el citado Supremo Tribunal no motivó adecuadamente la gravedad de las conductas atribuidas a la quejosa y vulneró el principio de exacta aplicación de la ley, al imponer una sanción no prevista en el artículo 19, fracción IX, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Sinaloa. Tanto la autoridad responsable como la parte quejosa interpusieron recursos de revisión, mismos que fueron admitidos a trámite por el Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito. Sin embargo, mediante resolución de doce de junio de dos mil trece, esta Primera Sala determinó ejercer su facultad de atracción para conocer del asunto, cuya litis consiste en determinar si los agravios formulados por la parte quejosa y la autoridad responsable logran, respectivamente, desvirtuar las consideraciones esbozadas por el Juez de Distrito para determinar que el acto reclamado se encontraba debidamente fundado y motivado en relación con las infracciones atribuidas a la parte quejosa y, por otra parte, refutar los argumentos a través de los cuales se concluyó que fue indebida la fundamentación y motivación de la gravedad de la infracción atribuida a la quejosa, así como de la sanción de remoción impuesta. CUESTIONARIO ¿Son eficaces los agravios tendientes a revocar la conclusión del Juez de Distrito respecto de la debida fundamentación de la calificativa de “graves” de las infracciones atribuidas a la quejosa?, ¿El Juez de Distrito suplió la deficiencia de la queja para declarar la indebida motivación de la gravedad de las infracciones atribuidas a la quejosa?, ¿Fue correcta la determinación del Juez de Distrito relativa a que la resolución reclamada transgrede el principio de exacta aplicación de la ley aplicable en la materia administrativa sancionadora? y ¿Resulta procedente estudiar los agravios hechos valer en la revisión adhesiva? AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la sesión correspondiente al día quince de enero de dos mil catorce, emite la siguiente: SENTENCIA Mediante la que se resuelven los autos relativos al amparo en revisión 358/2013, interpuesto en contra de la sentencia dictada por el Juez Séptimo de Distrito en el Estado de Sinaloa, dentro del juicio de amparo 341/2012-5. I. ANTECEDENTES 1. Los antecedentes que informan el presente asunto, según se advierte de las constancias de autos, son los siguientes: 2. ********** fue nombrada Juez de Primera Instancia del Ramo Civil del Distrito Judicial de Salvador Alvarado, Sinaloa, el catorce de septiembre de dos mil nueve, por un periodo de tres meses. El veintisiete de mayo de dos mil diez se le otorgó un nuevo nombramiento por tres años más. 3. El diecisiete de diciembre de dos mil diez se presentaron dos quejas administrativas en contra de la citada funcionaria judicial, en las que se le atribuyeron presuntas irregularidades (revocación de sus propias determinaciones y como consecuencia la orden de embargo de cuentas bancarias a nombre de la **********, así como indebida declaración de extemporaneidad del recurso de apelación interpuesto por dicha paraestatal) en la tramitación de los procedimientos relativos a los juicios sumarios civiles promovidos en contra de la citada **********, en los cuales se le demandó servidumbre legal de paso. 2 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 4. Previa substanciación del procedimiento administrativo sancionador correspondiente, el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa determinó destituir a la juzgadora, el once de mayo de dos mil doce. II. TRÁMITE 5. Demanda de amparo. ********** promovió demanda de amparo el veintitrés de mayo de dos mil doce, en contra de la resolución dictada por el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa, a través de la cual determinó su destitución como Juez de Primera Instancia Civil. En dicha demanda, señaló como autoridades ejecutoras del acto reclamado al actuario, al visitador de juzgados y al oficial mayor, todos del citado tribunal. 6. La quejosa señaló como derechos humanos violados en su perjuicio, los previstos en los artículos 14, 16, 17 y 113 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 7. Trámite del juicio de amparo. Conoció de la demanda el Juez Séptimo de Distrito en el Estado de Sinaloa, quien la admitió a trámite y ordenó su registro con el número 341/2012-5, mediante auto de veinticuatro de mayo de dos mil doce. 8. Substanciado el juicio de amparo, el juzgador federal dictó sentencia el diecinueve de julio del mismo año, en la que sobreseyó respecto del acto reclamado al visitador de juzgados del Poder Judicial del Estado de Sinaloa, en virtud de que al rendir su informe justificado negó el acto reclamado y la parte quejosa no desvirtuó dicha negativa; y, concedió la protección constitucional en contra de la resolución reclamada, porque consideró que el tribunal responsable no motivó adecuadamente la gravedad de las conductas atribuidas a la quejosa y se vulneró el principio de exacta aplicación de la ley, al imponer una 3 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 sanción no prevista en el artículo 19, fracción IX, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Sinaloa. 9. El amparo concedido fue para el efecto de que el tribunal dejara insubsistente la resolución reclamada y en su lugar dictara otra en la que, siguiendo los lineamientos del fallo protector, determinara si las conductas realizadas por la quejosa fueron graves o no y, con plenitud de jurisdicción, le impusiera la sanción que conforme al precepto legal exactamente aplicable al caso procediera. Dicha concesión se hizo extensiva a los actos reclamados del actuario y oficial mayor del órgano jurisdiccional responsable. 10. Interposición de los recursos de revisión. El treinta de octubre de dos mil doce, el Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa y la parte quejosa interpusieron, respectivamente, recursos de revisión. 11. El Presidente del Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito admitió a trámite los recursos de revisión, mediante auto de tres de enero de dos mil trece, y ordenó su registro con el número 10/2013. El once de enero del mismo año, la parte quejosa presentó revisión adhesiva, la que tuvo por interpuesta el órgano jurisdiccional aludido mediante auto de catorce de enero siguiente. 12. Trámite del ejercicio de la facultad de atracción. El ocho de abril de dos mil trece, los Magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa solicitaron a esta Primera Sala ejercer la facultad de atracción para conocer del amparo en revisión antes referido. 13. En sesión privada de ocho de mayo del mismo año, el Ministro José Ramón Cossío Díaz hizo suya la solicitud de la facultad de atracción, ante la falta de legitimación de los peticionarios. En esta misma fecha, el Presidente de la Primera Sala solicitó al Presidente del Tercer 4 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito remitir los autos del amparo en revisión 10/2013 de su índice. 14. Mediante acuerdo de dieciséis de mayo de dos mil trece, el Presidente de la Primera Sala admitió a trámite la solicitud de ejercicio de la facultad de atracción, ordenó registrar el asunto con el número 118/2013 y enviar los autos a la Ponencia del Ministro solicitante para la elaboración del proyecto de resolución respectivo. 15. La Primera Sala determinó, en sesión de doce de junio de dos mil trece, ejercer su facultad de atracción para conocer del presente asunto. 16. Trámite del amparo en revisión ante este Alto Tribunal. Por auto de cinco de julio de dos mil trece, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que ésta asumía su competencia originaria para conocer de los recursos de revisión hechos valer tanto por la autoridad responsable como por la quejosa, así como de la revisión adhesiva formulada por ésta; ordenó su registro con el número 358/2013; la notificación correspondiente a las autoridades responsables y al Procurador General de la República para los efectos legales conducentes; y turnar el asunto al Ministro José Ramón Cossío Díaz para su estudio, así como enviar los autos a la Sala de su adscripción para el trámite de avocamiento respectivo1. 17. El Presidente de la Primera Sala, mediante auto de doce de julio del mismo año, acordó el avocamiento de ésta para conocer del asunto y ordenó el envío de los autos al Ministro Ponente para la elaboración del proyecto de resolución2. 1 El acuerdo mencionado se puede apreciar en las fojas 164 a 166 del toca de revisión que se resuelve. 2 Ídem., foja 168. 5 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 III. COMPETENCIA 18. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer del presente asunto, en términos de lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, segundo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 84, fracción III, de la Ley de Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece, en términos del artículo Tercero Transitorio de la Ley de Amparo Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el tres de abril del mismo año, en relación con el diverso 21, fracción II, inciso b), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Esto, en virtud de que en sesión de doce de junio de dos mil trece, esta Sala determinó ejercer su facultad de atracción para conocer del asunto. IV. PROCEDENCIA 19. Los recursos de revisión son procedentes, en virtud de que, tal como ya se apuntó, se interponen en contra de una sentencia dictada por un Juez de Distrito en la audiencia constitucional de un juicio de amparo, en el que se controvirtió la constitucionalidad de la resolución por la cual se separó del cargo que venía ocupando la quejosa como Juez de Primera Instancia del Ramo Civil del Distrito Judicial de Salvador Alvarado, Sinaloa, y esta Primera Sala determinó ejercer su facultad de atracción para conocer del asunto. V. OPORTUNIDAD 20. El recurso de revisión interpuesto por la autoridad responsable es oportuno, pues la sentencia recurrida le fue notificada mediante oficio 6 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 el día jueves dieciocho de octubre de dos mil doce3; surtiendo efectos el mismo día. De ahí que el plazo de diez días previsto por el artículo 86 de la Ley de Amparo aplicable para interponer el recurso de revisión transcurrió del diecinueve de octubre al uno de noviembre del año en cita, descontando del cómputo los días veinte, veintiuno, veintisiete y veintiocho de octubre, por ser sábados y domingos e inhábiles de conformidad con los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 21. Por tanto, si dicho recurso de revisión fue presentado el treinta de octubre de dos mil doce, ante el Juzgado Séptimo de Distrito en el Estado de Sinaloa4, cabe concluir que su interposición es oportuna. 22. De igual forma, la revisión interpuesta por la parte quejosa es oportuna, en tanto que la sentencia recurrida le fue notificada personalmente el lunes quince de octubre de dos mil doce5; surtiendo efectos al día hábil siguiente, esto es, el martes dieciséis. De ahí que el plazo de diez días para interponer el recurso de revisión transcurrió del diecisiete al treinta de octubre del año en cita, descontando del cómputo los días veinte, veintiuno, veintisiete y veintiocho de octubre, por ser sábados y domingos e inhábiles de conformidad con los fundamentos legales ya referidos. 23. Por tanto, si el recurso de revisión fue presentado el treinta de octubre de dos mil doce, ante el Juzgado Séptimo de Distrito en el Estado de Sinaloa 6, cabe concluir que su interposición es oportuna. 24. Por cuanto hace a la revisión adhesiva, también resulta oportuna su presentación, en tanto que el auto de admisión del recurso por parte del Tribunal Colegiado que previno en el conocimiento del asunto fue 3 Foja 1369 del cuaderno de amparo. Foja 106 del toca principal. 5 Foja 1278 del cuaderno de amparo. 6 Foja 3 del toca principal. 4 7 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 notificado a la parte quejosa el día viernes cuatro de enero de dos mil trece7, surtiendo sus efectos el día hábil siguiente, es decir, el lunes siete. Por lo que el plazo de cinco días previsto por el artículo 83, fracción V, de la Ley de Amparo abrogada, transcurrió del martes ocho al lunes catorce del mismo mes y año; descontando de dicho cómputo los días doce y trece, por ser sábado y domingo, e inhábiles en términos de los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 25. De ahí que si la revisión adhesiva fue presentada el once de enero, ante el Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito, entonces su interposición fue oportuna. VI. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS 26. Cuestión previa. Debe quedar firme el sobreseimiento decretado por el Juez de Distrito en el resolutivo primero de su sentencia, en relación con el considerando tercero de la misma, por cuanto hace al acto reclamado al visitador de juzgados del Poder Judicial del estado de Sinaloa, consistente en la ejecución de la resolución reclamada, ante la negativa de dicha autoridad sin prueba en contrario, por no haber sido controvertida por la parte quejosa a quien pudiera perjudicar. 27. Apoya esta determinación la jurisprudencia 62/2006, sustentada por esta Primera Sala, de rubro: “REVISIÓN EN AMPARO. LAS CONSIDERACIONES NO IMPUGNADAS DE LA SENTENCIA DEBEN DECLARARSE FIRMES”8. 7 Foja 76 del cuaderno de revisión del Tribunal Colegiado. la sentencia recurrida se apoya en dos o más consideraciones desvinculadas entre sí y cada una de ellas sustenta la declaratoria de inconstitucionalidad de distintos preceptos o actos, no deben estimarse inoperantes los agravios expresados por la parte recurrente que controvierten sólo una de esas consideraciones, pues al tratarse de razonamientos que revisten autonomía, el recurrente se encuentra en posibilidad legal de combatir únicamente la parte de la sentencia que estime contraria a sus intereses. En ese orden de ideas, cuando alguna consideración de la sentencia impugnada afecte a la recurrente y ésta no expresa agravio en su contra, tal 8“Cuando 8 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 28. Problemática jurídica a resolver. En este asunto deberá determinarse si los agravios formulados por la parte quejosa y la autoridad responsable logran, respectivamente, desvirtuar las consideraciones esbozadas por el Juez de Distrito para determinar que el acto reclamado se encontraba debidamente fundado en relación con las infracciones atribuidas a la parte quejosa y, por otra parte, refutar los argumentos a través de los cuales se concluyó que fue indebida la fundamentación y motivación de la gravedad de dichas infracciones, así como de la sanción de remoción impuesta a la quejosa. 29. Para una mejor comprensión del asunto, importa precisar que de la resolución que constituye el acto reclamado, se advierte que el Pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Sinaloa determinó que la quejosa infringió “por omisión” lo dispuesto en el artículo 47, fracción XIX, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del estado de Sinaloa y, además, vulneró los principios de lealtad y eficiencia en su función judicial. 30. La primera infracción que le atribuyó derivó de que la quejosa ordenó, mediante acuerdos de siete de diciembre de dos mil diez, el embargo de cuentas bancarias de la **********, no obstante que en dos ocasiones previas acordó improcedente el embargo respectivo. Lo cual, implicaba revocar sus propias determinaciones sin que mediara el recurso de apelación, en contravención del deber impuesto por el citado artículo 47, fracción XIX, referido. 31. La segunda infracción obedeció a que la quejosa, a juicio de la autoridad responsable, actuó irregularmente y de mala fe en el procedimiento de ejecución de sentencia que recayó en el juicio sumario 297/2009, al impedir que prosperara el recurso de apelación consideración debe declararse firme”. Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXIV, septiembre de 2006, pág. 185, registro 174177. 9 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 que presentó el apoderado legal de la **********, en contra de la resolución que declaró improcedente el incidente de levantamiento del embargo referido, al considerar por proveído de veintidós de agosto de dos mil once, que el recurso interpuesto resultaba extemporáneo, no obstante que su presentación fue legal y oportuna. 32. Destacado lo anterior, esta Primera Sala procede al análisis de los argumentos respectivos en función de las siguientes interrogantes: ¿Son eficaces los agravios tendientes a revocar la conclusión del Juez de Distrito respecto de la debida fundamentación de la calificativa de “graves” de las infracciones atribuidas a la quejosa? ¿El Juez de Distrito suplió la deficiencia de la queja para declarar la indebida motivación de la gravedad de las infracciones atribuidas a la quejosa? ¿Fue correcta la determinación del Juez de Distrito relativa a que la resolución reclamada transgrede el principio de exacta aplicación de la ley aplicable en la materia administrativa sancionadora? ¿Resulta procedente estudiar los agravios hechos valer en la revisión adhesiva? 33. Primera cuestión: ¿Son eficaces los agravios tendientes a revocar la conclusión del Juez de Distrito, respecto de la debida fundamentación de la calificativa de “graves” de las infracciones atribuidas a la quejosa? 34. La quejosa recurrente formula tres agravios en los que controvierte el análisis del Juez de Distrito, a través del cual concluyó que la infracción de que se trata estaba debidamente fundada. 35. En su primer agravio, la quejosa recurrente aduce que ni el Juez de Distrito ni la autoridad responsable señalaron la norma que expresamente prohíbe el cambio de criterio jurídico, mismo que, en la especie, consistió en ordenar el embargo de las cuentas bancarias de 10 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 la **********, no obstante que previamente había negado su procedencia. 36. Precisa que lo anterior fue así porque no existe, en la legislación procesal civil sinaloense, disposición alguna que establezca expresamente que los jueces no puedan cambiar de criterio. 37. Agrega que el Juez de Distrito confundió lo que es la cosa juzgada con el hecho de revocar sus determinaciones. 38. Es inoperante el agravio propuesto; en la parte sintetizada en los dos primeros apartados, en virtud de que la quejosa recurrente insiste en lo que planteó en su demanda de amparo, en el sentido de que la resolución reclamada carece de una debida fundamentación y motivación, en virtud de que en la legislación sinaloense no existe precepto alguno que establezca expresamente que los jueces no puedan cambiar de criterio. De ahí que diga que ni la autoridad responsable ni el juzgador de amparo hayan podido señalar fundamento legal alguno relativo a ese aspecto y, por ende, dicha situación no podía ser analizada en un procedimiento administrativo sancionador; pero se olvida de controvertir las consideraciones del Juez de Distrito, para desestimar el concepto de violación respectivo. 39. En efecto, como se advierte de la sentencia recurrida, el citado juzgador determinó infundado el argumento relativo de la quejosa porque consideró que el hecho de que a través de la queja administrativa no se puedan modificar situaciones jurídicas concretas derivadas de las resoluciones judiciales, no implicaba que no debieran analizarse en su contenido junto con las constancias agregadas a los autos, que originaron la determinación jurídica materia de responsabilidad administrativa, a fin de establecer si se trataban de 11 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 actuaciones fuera de legalidad, que no sean de criterio jurídico, debatible u opinable. 40. Así, el juzgador destacó que en la resolución reclamada no se efectuó un análisis del criterio jurídico de la quejosa, sino más bien una constatación de los elementos que rodearon la emisión de sus actuaciones a fin de verificar si se apegaron a los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia que debían caracterizar su actividad. 41. Esto es, que lo reprochado a la juzgadora no fue su cambio de criterio jurídico, sino emitir actuaciones en clara contravención a la ley e ignorar las constancias de los autos, al revocar lo determinado por ella misma en dos acuerdos previos en los que negó la procedencia del embargo de cuentas de la **********, a través de un acuerdo posterior, en el cual declaraba procedente dicho embargo y ordenó su ejecución, sin que hubiera mediado recurso de apelación alguno en contra de los primeros, así como el haber anulado la posibilidad de dicha paraestatal para interponer el citado medio de impugnación en contra de la resolución que declaró improcedente el incidente de levantamiento de embargo de la cuenta bancaria que hizo por la cantidad de **********, en tanto lo declaró extemporáneo, de forma indebida, al considerar que el término para su interposición debía computarse a partir de la notificación por lista de acuerdos y no la hecha de manera personal al apoderado legal de la paraestatal. Esto es, sin tomar en cuenta que ésta no había revocado el domicilio que señaló para oír y recibir notificaciones y que, conforme a la ley, la resolución que pretendió apelar debe notificarse personalmente. 42. De la síntesis de la parte relativa de la sentencia recurrida, se hace evidente la inoperancia de los argumentos en estudio de la recurrente, por las razones precisadas. 12 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 43. Apoya la anterior determinación la jurisprudencia 1a./J. 19/2012 de esta Primera Sala, de rubro: “AGRAVIOS INOPERANTES. SON AQUELLOS QUE CONSIDERACIONES NO COMBATEN CONTENIDAS EN TODAS LA LAS SENTENCIA RECURRIDA”9. 44. A igual consideración se llega respecto del diverso argumento de la inconforme, en el que dice que el Juez de Distrito confundió lo que es la cosa juzgada con el hecho de revocar sus determinaciones, pues no expresa argumento alguno para sustentar su aserto. 45. Cobra aplicación la jurisprudencia 1a./J. 81/2002, de esta Primera Sala de rubro: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. AUN CUANDO PARA LA PROCEDENCIA DE SU ESTUDIO BASTA CON EXPRESAR LA CAUSA DE PEDIR, ELLO NO IMPLICA QUE LOS QUEJOSOS O RECURRENTES SE LIMITEN A REALIZAR MERAS AFIRMACIONES SIN FUNDAMENTO”10. 9Su texto dice: “Ha sido criterio reiterado de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, que los agravios son inoperantes cuando no se combaten todas y cada una de las consideraciones contenidas en la sentencia recurrida. Ahora bien, desde la anterior Tercera Sala, en su tesis jurisprudencial número 13/90, se sustentó el criterio de que cuando el tribunal de amparo no ciñe su estudio a los conceptos de violación esgrimidos en la demanda, sino que lo amplía en relación a los problemas debatidos, tal actuación no causa ningún agravio al quejoso, ni el juzgador de amparo incurre en irregularidad alguna, sino por el contrario, actúa debidamente al buscar una mejor y más profunda comprensión del problema a dilucidar y la solución más fundada y acertada a las pretensiones aducidas. Por tanto, resulta claro que el recurrente está obligado a impugnar todas y cada una de las consideraciones sustentadas por el tribunal de amparo aun cuando éstas no se ajusten estrictamente a los argumentos esgrimidos como conceptos de violación en el escrito de demanda de amparo”. Visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, décima época, tomo 2, libro XIII, octubre de 2012, página 731, registro número 159947. 10 Su texto es del tenor siguiente: “El hecho de que el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya establecido en su jurisprudencia que para que proceda el estudio de los conceptos de violación o de los agravios, basta con que en ellos se exprese la causa de pedir, obedece a la necesidad de precisar que aquéllos no necesariamente deben plantearse a manera de silogismo jurídico, o bien, bajo cierta redacción sacramental, pero ello de manera alguna implica que los quejosos o recurrentes se limiten a realizar meras afirmaciones sin sustento o fundamento, pues es obvio que a ellos corresponde (salvo en los supuestos legales de suplencia de la queja) exponer razonadamente el por qué estiman inconstitucionales o ilegales los actos que reclaman o recurren. Lo anterior se corrobora con el criterio sustentado por este Alto Tribunal en el sentido de que resultan inoperantes aquellos argumentos que no atacan los fundamentos del acto o resolución que con ellos pretende combatirse.” Novena Época, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XVI, diciembre de 2002, página 61, registro número 185425. 13 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 46. No obsta a lo anterior, el diverso argumento de la recurrente relativo a que el hecho de que en contra de los proveídos en los que se declaró la inembargabilidad de las cuentas bancarias procediera el recurso de apelación, no significaba, como lo resolvió el juzgador federal, que tácitamente se prohíbe al Juez revocar sus determinaciones, en virtud de que con dicho argumento no se controvierten las razones por las cuales el Juez de Distrito arribó a la conclusión a que alude la quejosa. 47. Esto es, porque todo órgano jurisdiccional al emitir una determinación sobre cuestiones jurídicas concretas, ya sea en el procedimiento previo a la sentencia o en el procedimiento de ejecución de dicha sentencia, reconoce un derecho a favor de alguna de las partes, que sólo puede ser modificado a través del recurso de apelación, máxime cuando la ley prevé dicho medio de impugnación. De ahí que los juzgadores no puedan revocar sus propias determinaciones como lo hizo la quejosa y de que opere la preclusión en el procedimiento de ejecución, tratándose de determinados supuestos. 48. Luego, es evidente que de una confrontación de lo alegado por la recurrente en el argumento referido con lo sustentado por el Juez de Distrito al respecto, permite concluir que no establece por qué las determinaciones judiciales pronunciadas previamente al dictado de la sentencia o durante su ejecución, aun cuando generen derechos a favor de las partes, contrariamente a lo que sostuvo el Juez de amparo, sí pueden ser revocadas por el mismo juzgador que las dictó y sin necesidad de que medie el recurso de apelación, aun cuando la ley prevea ese medio de impugnación. De ahí la inoperancia del argumento. 49. Apoya esta decisión la jurisprudencia 19/2012, sustentada por esta Primera Sala, ya citada. 14 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 50. Por último, la recurrente alega en el agravio en estudio, que no ignoró constancias al declarar extemporáneo el recurso de apelación interpuesto por la ********** contra los autos de embargo de cuentas bancarias, como se refiere en la sentencia recurrida, pues en el acuerdo mediante el cual se negó la admisión del citado recurso se sostuvo que el recurrente era un nuevo apoderado legal de la demandada y que, por ende, éste debió especificar el domicilio para recibir notificaciones, ya que el único señalado en el juicio lo indicó un diverso apoderado legal. De ahí que las notificaciones respectivas se tenían que efectuar mediante lista. 51. Dicho argumento también resulta inoperante, en virtud de que el Juez Federal se pronunció en el sentido que lo hizo respecto a este tema, no porque la servidora pública haya desconocido que el recurrente era un nuevo apoderado legal de la **********, como al parecer se pretende, sino porque no tomó en cuenta que el domicilio para oír y recibir notificaciones señalado por la citada ********** desde que compareció a juicio, no había sido revocado y que conforme a la ley, la resolución que pretendió apelar debía notificarse personalmente, por lo cual fue indebido que no tomara en cuenta la notificación personal hecha al apoderado legal de la paraestatal, sino la efectuada por lista. 52. En este contexto, es evidente que la recurrente pretende controvertir la sentencia recurrida a través de argumentos que no sustentó el Juez Federal en su decisión. De ahí su inoperancia. 53. Cobra aplicación, por analogía, la jurisprudencia 1a./J. 26/2000 de esta Primera Sala, de rubro: “AGRAVIO INOPERANTE DE LA 15 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 AUTORIDAD, SI ATRIBUYE A LA SENTENCIA RECURRIDA ARGUMENTO AJENO Y SE LIMITA A COMBATIR ÉSTE”11. 54. En su segundo agravio, la quejosa recurrente apunta que le causa agravio lo resuelto por el Juez de Distrito en el sentido de que: “Luego, es inconcuso que contrario a lo argüido por la quejosa, la responsable sí explicó los razonamientos que llevaron a la autoridad a la conclusión de que el acto concreto de que se trata, encuadra en la hipótesis prevista en dicho precepto, pues refirió que el hecho de revocar sus determinaciones anteriores, implicó omitir y observar las disposiciones jurídicas contempladas en los artículos 132, 133, 510 y 687 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, encuadrando en el supuesto descrito por el artículo 47, fracción XIX, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, en el sentido de que debía de abstenerse de todo acto u omisión que implique incumplimiento de cualquier disposición jurídica relacionada con el servicio público, entre las que evidentemente encuadra la omisión de observar la actualización de diversos preceptos legales”. 55. Aduce que lo anterior es así porque, indebidamente, estimó que la quejosa soslayó lo establecido en los artículos 132 y 133 del Código de Procedimientos Civiles, vigente en el estado de Sinaloa. Cuando, como lo ha sostenido, dichos preceptos establecen el principio de preclusión procesal, pero que no son aplicables en la etapa de ejecución de sentencia, por lo que al determinar la embargabilidad de bienes de la paraestatal citada y revocar sus determinaciones anteriores, no tenía por qué acatar dichos preceptos, ya que el derecho de la parte actora en los juicios sumarios que dieron motivo al procedimiento administrativo no estaba sujeto a la figura jurídica de Su texto dice: “Si una sentencia de un Juez de Distrito se funda en determinadas consideraciones para otorgar el amparo y en el escrito de revisión de la autoridad se le atribuye un argumento ajeno y es éste el que se combate, el agravio debe considerarse inoperante”. Visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XII, octubre de 2000, página 69, registro número 191056. 11 16 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 preclusión, sino a la de prescripción, en tanto la primera sólo opera sobre derechos de carácter procesal, tal como lo sostuvo la Primera Sala en la jurisprudencia de rubro: “INCIDENTE DE LIQUIDACIÓN DE INTERESES. EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN RELATIVA NO ESTÁ SUJETO A LA FIGURA JURÍDICA DE LA PRECLUSIÓN, SINO A LA DE LA PRESCRIPCIÓN (LEGISLACIÓN PARA EL DISTRITO FEDERAL). 56. A efecto de sustentar su aserto, la recurrente transcribe parte de la ejecutoria que originó la jurisprudencia referida, para concluir que en ese contexto se evidencia lo erróneo de la decisión del Juez Federal al respecto, ya que como bien lo sostuvo este Alto Tribunal, los únicos derechos o facultades sujetos a la preclusión, son de carácter estrictamente procesal y sólo pueden incidir en relación con los derechos propiamente procesales que tienen las partes, pero no se actualiza, por lo que hace a ejecutar el derecho reconocido en sentencia firme, que constituye cosa juzgada. 57. Es inoperante el agravio sintetizado. La primera parte de él porque, contrariamente a lo que se dice, en la parte de la sentencia que transcribe la quejosa, el Juez Federal no se ocupó de analizar la debida fundamentación y motivación de la sentencia en relación con la aplicabilidad o no de los artículos del Código de Procedimientos Civiles, vigente en el estado de Sinaloa, a que se refirió en la sentencia, sino a si la autoridad responsable explicó o no por qué encuadró lo dispuesto en dichos artículos en el supuesto del 47, fracción XIX, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa. 58. Se llega a la anterior consideración en razón de que tal como se advierte de las páginas 44 a 48 de la sentencia recurrida, el Juez de Distrito, después de sintetizar el segundo concepto de violación, se 17 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 pronunció en el sentido de dividir su estudio, pues el relativo a la debida fundamentación y motivación de la gravedad de las conductas, así como la imposición de la sanción, las analizaría más adelante, por estar vinculadas al análisis tanto de la prescripción de la investigación de las conductas, como a la sanción de remoción de que fue objeto la quejosa. 59. Así, entró al estudio del citado concepto de violación, en la parte en que se alegó que la autoridad responsable ajustó la conducta reprochada a lo dispuesto en el artículo 47, fracción XIX, de la Ley de Responsabilidades estatal, sin motivar o expresar las razones de por qué revocar un proveído sin que mediara el recurso de apelación encuadraba en dicha hipótesis normativa; declarando parcialmente infundados dichos razonamientos, en los términos que transcribe la recurrente en su agravio, previa precisión que hizo de la parte conducente de la resolución reclamada. 60. Luego, es evidente la inoperancia de esa parte del agravio que se analiza, pues a través de él atribuye al Juez de amparo consideraciones que no sostuvo en su sentencia, como es que haya estimado que la quejosa soslayó lo establecido en los artículos 132 y 133 del Código de Procedimientos Civiles, vigente en el estado de Sinaloa. 61. Resulta aplicable a la anterior determinación, la tesis de jurisprudencia 1a./J. 26/2000 de esta Primera Sala, de rubro: “AGRAVIO INOPERANTE DE LA AUTORIDAD, SI ATRIBUYE A LA SENTENCIA RECURRIDA ARGUMENTO AJENO Y SE LIMITA A COMBATIR ÉSTE”, ya citada en este fallo. 62. No pasa inadvertido para esta Sala que, en otra parte de la sentencia recurrida, el Juez Federal se ocupó de los argumentos de la quejosa, en los que sostuvo que el principio de preclusión no resultaba 18 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 aplicable en la etapa de ejecución de sentencia, sino el de prescripción, como sostiene ahora en su agravio, esto es, al ocuparse del primer concepto de violación hecho valer, en tanto que, sustancialmente, adujo que: todo juez al emitir una determinación sobre cuestiones jurídicas concretas, ya sea en el procedimiento previo a la sentencia o en el procedimiento de ejecución, está reconociendo un derecho a favor de alguna de las partes, que sólo puede ser modificado a través del recurso de apelación, máxime cuando la ley prevé dicho medio de impugnación. De ahí que los juzgadores no puedan revocar sus propias determinaciones como lo hizo la quejosa y de que opere la preclusión en el procedimiento de ejecución, tratándose de determinados supuestos. 63. Por lo que al ser el escrito de agravios un todo, obliga a esta Sala a ocuparse de los demás argumentos de la recurrente, en los que pretende apoyar su aserto de que el principio de preclusión no opera en el procedimiento de ejecución de sentencia (contrariamente a lo que sostuvo el Juez de Distrito), en la jurisprudencia de esta Primera Sala de rubro: “INCIDENTE DE LIQUIDACIÓN DE INTERESES. EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN RELATIVA NO ESTÁ SUJETO A LA FIGURA JURÍDICA DE LA PRECLUSIÓN, SINO A LA DE LA PRESCRIPCIÓN (LEGISLACIÓN PARA EL DISTRITO FEDERAL), así como en las consideraciones que sustentaron la ejecutoria que le dio origen. 64. Así, se considera que dichos argumentos son inoperantes por constituir cuestiones novedosas que no se plantearon en la demanda de amparo, pues de una lectura integral de ella no se advierte que la quejosa los haya propuesto, por lo cual el juzgador de amparo no tuvo oportunidad de pronunciarse respecto de ellos, y conforme a la técnica de amparo, esta Sala no está en aptitud de analizarlos. 19 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 65. Apoya la anterior determinación la jurisprudencia número 1a./J. 150/2005 de esta Primera Sala, de rubro: “AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE SE REFIEREN A CUESTIONES NO INVOCADAS EN LA DEMANDA Y QUE, POR ENDE, CONSTITUYEN ASPECTOS NOVEDOSOS EN LA REVISIÓN”12. 66. La recurrente afirma en su tercer agravio que existe una confusión por parte del Juez Federal al desestimar su cuarto concepto de violación, en el que hizo valer que no existe fundamento legal alguno para calificar como graves las conductas, de siete de diciembre, que se le atribuyeron, pues el juzgador tomó en cuenta la parte de la resolución en la que la responsable, para darle la calidad de graves a las conductas que se le atribuyeron, toma en cuenta lo dispuesto en el artículo 33, fracción I, de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, en la parte que establece “la conveniencia para la administración de justicia de desaparecer las prácticas que infringen la ley”. Precepto que se le aplicó retroactivamente al individualizar la sanción que se le impuso. 67. Sin embargo, continúa la recurrente, una cosa es la calidad de la conducta (grave o no grave) y otra la gravedad de la misma para efectos de la individualización de la sanción. Por lo que debió declarar fundado su argumento en el sentido de que bajo el imperio de la ley vigente al momento de los hechos cometidos el siete de diciembre de dos mil diez, no existían faltas graves o no graves. De ahí que la El texto de la tesis señala: “En términos del artículo 88 de la Ley de Amparo, la parte a quien perjudica una sentencia tiene la carga procesal de demostrar su ilegalidad a través de los agravios correspondientes. En ese contexto, y atento al principio de estricto derecho previsto en el artículo 91, fracción I, de la ley mencionada, resultan inoperantes los agravios referidos a cuestiones no invocadas en la demanda de garantías, toda vez que al basarse en razones distintas a las originalmente señaladas, constituyen aspectos novedosos que no tienden a combatir los fundamentos y motivos establecidos en la sentencia recurrida, sino que introducen nuevas cuestiones que no fueron abordadas en el fallo combatido, de ahí que no exista propiamente agravio alguno que dé lugar a modificar o revocar la resolución recurrida”. Tesis publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XXII, pág. 52, registro número 176604. 12 20 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 responsable no fundó ni motivó debidamente la calificación que en ese sentido dio a las conductas que se le atribuyeron. 68. Precisa que es incorrecto el argumento del juzgador federal en el sentido de que si una norma en materia de responsabilidad de servidores públicos no contempla un catálogo de faltas graves, entonces la autoridad sancionadora puede válidamente declarar cuáles conductas lo son, atendiendo a las circunstancias socioeconómicas del infractor, nivel jerárquico, entre otras, pues dichos aspectos sólo pueden ser considerados para la individualización de la pena, mas no así para determinar la calidad de la conducta (grave o no grave). Por ende, concluye la quejosa recurrente, de omitirse calificar como grave la conducta, el derecho de la responsable estaría prescrito a la luz del artículo 76 del ordenamiento referido, esto es, el vigente al momento de los hechos. 69. Es infundado el agravio sintetizado, de conformidad con las siguientes consideraciones: 70. En el concepto de violación relativo, la quejosa argumentó que se vulneraron en su perjuicio los derechos previstos en los artículos 14 y 16 constitucionales, al aplicarle el artículo 76 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, vigente en la época de los hechos que se le imputaron, que establecía: “El procedimiento ante el superior jerárquico, por faltas administrativas que le competa sancionar, sólo podrá iniciarse dentro del mes siguiente de que se tenga conocimiento de la probable falta. Tratándose de la obtención de un lucro o si se causan daños patrimoniales y cuando se trate de actos u omisiones, graves, el procedimiento podrá iniciarse durante el período del desempeño del empleo, cargo o comisión y hasta tres años después de concluidos éstos”. 21 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 71. A juicio de la quejosa, para determinar la responsable que el procedimiento administrativo no había prescrito, calificó las faltas que se le atribuyeron como graves, sin fundamento legal alguno, pues la jurisprudencia en que se sustentó esa determinación no es aplicable al caso, en virtud de que en ella se interpreta el artículo 13 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, cuyo contenido es similar al del 15 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, publicada en el Periódico Oficial del Estado el trece de abril de dos mil once, que contiene el catálogo de conductas consideradas como faltas administrativas. 72. Agregó que el antepenúltimo párrafo del artículo 13 de la ley citada en primer término, establece cuáles conductas son consideradas como graves; mientras que en la legislación estatal, el apartado 34 es el que prevé cuáles conductas son graves; pero que ni el artículo 15 ni el 34 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa vigente, son aplicables en el procedimiento de responsabilidad administrativa, sustanciado en su contra, por no ser la ley vigente en la época en que ocurrieron los hechos, ya que los acuerdos que se analizaron en dichos procedimientos fueron dictados el siete de diciembre de dos mil diez. 73. En virtud de lo anterior, la quejosa afirmó que si los hechos que se le imputan ocurrieron bajo el imperio de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, aprobada por Decreto Número 291, publicada en el Diario Oficial de la Federación el día ocho de noviembre de mil novecientos ochenta y cinco, el cual no prevé qué conductas son consideradas como graves, es más ni siquiera establece conductas graves o no graves, no existe fundamento para calificar de esa manera las que se le atribuyeron. De 22 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 ahí que la resolución reclamada carezca de una debida motivación y fundamentación, lo que redundó en la desestimación de la excepción de prescripción que hizo valer, conculcándose así la garantía de exacta aplicación. 74. El Juez Federal en respuesta a dichos argumentos, esto es, únicamente en cuanto a que se violó el principio de exacta aplicación de la ley, respecto de la prescripción de las facultades sancionadoras de la autoridad responsable, los consideró infundados en tanto que ésta al analizar lo relativo a la prescripción dividió su análisis en atención a las fechas en que las conductas infractoras se cometieron. Que las efectuadas el siete de diciembre de dos mil diez atendieron al contenido del artículo 76 de la Ley de Responsabilidades Administrativas para los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, considerando que se trataba de conductas graves y de que la servidora pública continuaba desempeñando su cargo. Agregando, que incluso la autoridad responsable también analizó dicha figura jurídica a la luz de la ley vigente, sosteniendo que bajo ésta tampoco se daba. 75. En cuanto al carácter de graves dichas conductas, esto es, las del siete de diciembre de dos mil diez, dijo que la autoridad responsable también las analizó conforme a la normatividad de ambos ordenamientos. De ahí que no se estuviera transgrediendo en su perjuicio la garantía de exacta aplicación de la ley. Y que, contrariamente a lo argumentado por la quejosa, la jurisprudencia que citó la autoridad responsable era válida, en tanto que orientaba su criterio, pues interpreta una situación similar, en el sentido de que aun cuando una norma en materia de responsabilidades de servidores públicos no contemple un catálogo de conductas graves, la autoridad sancionadora puede válidamente declarar que determinadas conductas resultan graves o no, atendiendo a las circunstancias 23 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 socioeconómicas, nivel jerárquico, antecedentes del infractor, antigüedad en el servicio, condiciones exteriores y los medios de ejecución, etcétera. 76. En este orden de ideas, en el agravio en estudio lo que pretende la recurrente es, esencialmente, controvertir la decisión del juzgador de amparo, en el sentido de que la resolución reclamada no violó en su perjuicio la garantía de exacta aplicación de la ley al resolver respecto de su alegato relativo a la prescripción de las facultades sancionadoras de la autoridad responsable, entre otras cosas, porque estimó que válidamente ésta podía calificar las infracciones que se le atribuyeron como graves, aun cuando la ley aplicable no prevea un catálogo de éstas. 77. Sin embargo, como ya se adelantó, dicho agravio es infundado, pues esta Sala considera que es correcta la decisión del Juez Federal. 78. En efecto, la mecánica para la determinación de las infracciones administrativas tienen su fundamento constitucional en el artículo 113 de la Constitución Federal13, al establecer que las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos determinarán sus obligaciones y las sanciones aplicables, así como los procedimientos y las autoridades facultadas para aplicarlas a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos y comisiones. “Artículo 113. Las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos, determinarán sus obligaciones a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos y comisiones; las sanciones aplicables por los actos u omisiones en que incurran, así como los procedimientos y las autoridades para aplicarlas. Dichas sanciones, además de las que señalen las leyes, consistirán en suspensión, destitución e inhabilitación, así como en sanciones económicas, y deberán establecerse de acuerdo con los beneficios económicos obtenidos por el responsable y con los daños y perjuicios patrimoniales causados por sus actos u omisiones a que se refiere la fracción III del artículo 109, pero que no podrán exceder de tres tantos de los beneficios obtenidos o de los daños y perjuicios causados”. 13 24 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 79. Así, la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, vigente al momento en que se realizaron las conductas a que hemos venido haciendo referencia, es decir, en el dos mil diez, en su artículo 46 disponía que: “los servidores públicos deben salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de su empleo, cargo o comisión” y el 47 establecía sus obligaciones, entre las cuales, en la fracción XIX, preveía la de “abstenerse de todo acto u omisión que implique incumplimiento de cualquier disposición jurídica relacionada con el servicio público”. 80. El artículo 48 disponía que el incumplimiento de las obligaciones administrativas a que se refiere ese capítulo V de la ley daría lugar, entre otras sanciones, a la destitución del servidor público; y el artículo 53 del propio ordenamiento señalaba como uno de los elementos que deben considerarse para la imposición de las sanciones administrativas la gravedad de la infracción. 81. De ahí que el juzgador al determinar la sanción administrativa, necesariamente tendría que establecer si la falta cometida por el funcionario denunciado fue o no grave, aun cuando la ley no previera un catálogo de ellas, pues si no fuera así, qué objeto tendría que el legislador haya señalado como un elemento a tener en cuenta para la imposición de la sanción su gravedad, si le estuviera vedado a la autoridad en ejercicio del arbitrio judicial conferido fijarla. Así, las faltas de los servidores públicos a sus obligaciones podían ser consideradas graves, menos graves o leves, y correspondía a la autoridad competente ponderar dicha situación, exponiendo, desde luego, las razones de su conclusión. 82. Para ello, válidamente podía atender a los elementos relativos a las circunstancias socioeconómicas, nivel jerárquico, antecedentes del 25 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 infractor, antigüedad del servicio, condiciones exteriores y los medios de ejecución, la reincidencia en el incumplimiento de obligaciones y el monto del beneficio, daño o perjuicio derivado del incumplimiento de dichas obligaciones (como sucedió en el caso), a que se refiere el artículo 53 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, vigente en el momento de los hechos, para la imposición de las sanciones administrativas. 83. Sin que sea óbice a la anterior consideración el argumento de la recurrente, en el sentido de que los elementos antes referidos sólo pueden ser considerados para la individualización de la pena, mas no así para determinar la calidad de la conducta (grave, menos grave o leve), en tanto que una cosa es esta calidad y otra la gravedad de la misma para efectos de la individualización de la sanción, pues esta Sala considera que dichos aspectos son inherentes al citado arbitrio judicial, en tanto que configuran elementos objetivos (circunstancias en que la conducta se ejecutó) y subjetivos (antecedentes y condiciones particulares del servidor público), que trascienden a la calidad de la conducta, pues precisamente su análisis y la expresión de porqué agravan o no la situación de la infractora, y su ponderación al decretar la sanción implica su relación con la gravedad de la conducta. 84. Finalmente, la quejosa alega que el Juez de Distrito no analizó íntegramente el cuarto concepto de violación, concretamente lo aducido en las páginas 21 a 25, primer párrafo de su demanda, por lo cual solicita que se entre a su estudio. 85. En las páginas del escrito de la demanda de amparo a que alude, la recurrente argumentó, esencialmente, que para determinar la gravedad de las infracciones la responsable introdujo a la litis, oficiosamente, el argumento relativo a que con su conducta se 26 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 causaron daños patrimoniales a la **********, lo cual era indebido, pues en los acuerdos de inicio del procedimiento sancionador, no se determinó que dicho aspecto fuera parte de la controversia, por lo cual, no podía ser analizado, y al hacerlo trajo como consecuencia que desestimara la excepción de prescripción de las facultades de la autoridad sancionadora, que hizo valer. 86. Agregó, además, que la responsable aplicó inexactamente el artículo 42, fracción I, de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa vigente, sin precisar qué hipótesis de las que prevé se actualizaba para considerar que la prescripción operaba en tres años. 87. Es infundado el agravio hecho valer en relación con esta última parte del concepto de violación, cuya omisión de estudio atribuye al Juez de Distrito. En efecto, contrariamente a lo que se aduce, de la sentencia recurrida, se advierte14 que el citado juzgador sí atendió a dichos argumentos en la medida que sostuvo al respecto lo siguiente: “…deviene infundado lo señalado por la quejosa, en el sentido de que al analizar la prescripción de la conducta relativa al desechamiento del recurso de apelación realizado mediante proveído de veintidós de agosto de dos mil once, la responsable no motivó correctamente la aplicación del artículo 42, fracción I, de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, actual vigente, al no establecer qué hipótesis aplicó, esto es, si se obtuvo beneficio, se causó un daño, etcétera.--- Se afirma lo anterior, pues basta imponerse del contenido de todo el razonamiento relativo al análisis de la prescripción, para advertir que cuando el Pleno responsable alude al artículo de mérito, lo hace en relación a la hipótesis final, esto es, que se trate de faltas administrativas de carácter disciplinario, pues dicho cardinal establece que prescriben en tres año, si el beneficio obtenido o el daño causado no excede de quinientas veces el salario mínimo ‘…o, si se trata de 14 Página 1261 del expediente de amparo. 27 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 faltas administrativas de carácter disciplinario…’ y fue respecto de esta hipótesis a la que hizo alusión la responsable, al establecer: (se transcribe parte de la sentencia), de lo que se colige que al hacer el análisis con posterioridad, en todo momento se está refiriendo a la citada hipótesis jurídica”. 88. Luego, es evidente lo infundado del agravio en análisis. 89. En cambio, es fundado el argumento de la recurrente en el sentido de que el Juez de amparo fue omiso en pronunciarse en relación con su alegato ya precisado en el párrafo 84 de este fallo. 90. En efecto, de la sentencia recurrida no se advierte que el citado juzgador haya hecho pronunciamiento alguno al respecto, por lo cual, esta Primera Sala se hace cargo de su estudio, de conformidad con el artículo 91, fracción I, de Ley de Amparo. 91. Es infundado el concepto de violación en el que la quejosa reclama, esencialmente, que la autoridad responsable varió la litis, al determinar que con su conducta causó un daño patrimonial a la **********. 92. Se llega a la anterior determinación porque si bien en la resolución reclamada la autoridad responsable se pronunció en el sentido que dice la quejosa, ello no implica que se haya variado la litis, pues ésta se circunscribió a determinar si las conductas que se le atribuyeron constituían una infracción a sus obligaciones legales y, de ser así, aplicar la sanción correspondiente, cuya individualización necesariamente requería determinar su gravedad. 93. Así, la autoridad procedió a analizar dicha gravedad a partir de diversos elementos, entre ellos: “el monto del beneficio obtenido y el daño o perjuicio económico derivado del incumplimiento de sus 28 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 obligaciones”, por lo cual de dicho análisis llegó a la conclusión de que se causó un daño económico a la paraestatal referida, sin que ello pueda estimarse como una variación de la litis, sino que fue una consideración expresada a fin de atender precisamente uno de los elementos que integraban la materia del procedimiento sancionador respectivo, precisando la gravedad de las infracciones, lo que desde luego repercutiría en la individualización de la sanción. 94. En este orden de ideas, tampoco asiste la razón a la quejosa al decir que con motivo del actuar de la autoridad, fue que desestimó la excepción de prescripción de las facultades sancionadoras de la autoridad que hizo valer. Esto es así porque dicha consideración fue sólo uno de los elementos que se tomaron en cuenta para determinar la gravedad de las infracciones, por lo cual no fue determinante para desestimar la citada excepción. 95. Analizados los agravios de la quejosa, procede el estudio de los hechos valer por la autoridad responsable. 96. Segunda cuestión: ¿El Juez de Distrito suplió la deficiencia de la queja para declarar la indebida motivación de la gravedad de las infracciones atribuidas a la quejosa? 97. El primer agravio de la autoridad recurrente presenta dos líneas argumentativas: por una parte, aduce que en la sentencia recurrida indebidamente se suplió la deficiencia de la queja para determinar la ilegal motivación de la gravedad de la infracción atribuida a la quejosa y, por otra, controvierte las consideraciones sustentadas por el Juez de Distrito para arribar a dicha conclusión, es decir, la deficiente motivación de la gravedad. 29 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 98. Esta Sala estudiará, en principio, la primera línea argumentativa, pues de resultar fundada, haría innecesario ocuparse de la segunda, en tanto presupondría revisar un estudio sustentado en la suplencia de la queja que se atribuye al Juez Federal. 99. Así, la autoridad recurrente aduce que el Juez de Distrito suplió la queja deficiente, al determinar que en el acto reclamado no se motivó adecuadamente la gravedad de la infracción atribuida a la quejosa, teniendo como base los siguientes argumentos: La autoridad responsable para determinar la gravedad de la infracción, omitió considerar que la conducta imputada a la quejosa no fue el hecho de ordenar el embargo, sino revocar sus propias determinaciones; así como que el monto embargado no puede estimarse por sí como un daño a la **********, en la medida en que dichas cantidades debían ser cubiertas por la paraestatal al existir sentencia firme que le obligaba a ello. La autoridad responsable realizó el análisis de la gravedad de las infracciones a la luz del artículo 33 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa vigente, mismo que sólo era aplicable a la infracción de veintidós de agosto de dos mil once15, pero no a las cometidas el siete de diciembre de dos mil diez16, a las que se debió aplicar el artículo 53 de la normatividad vigente en la época de los hechos. Para evidenciar la gravedad de la infracción, la autoridad responsable se basó en la “inusual rapidez” con que la quejosa dictó los acuerdos de embargo. 15 Consistente en declarar extemporáneo el recurso de apelación hecho valer por la **********, no obstante su presentación legal y oportuna. 16Los acuerdos mediante los cuales ordenó el embargo de una cuenta bancaria de la **********, no obstante que en dos ocasiones previas acordó improcedente el embargo respectivo; lo que implicó la revocación de sus propias determinaciones sin que mediara el recurso de apelación. 30 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 100. Esos argumentos, insiste la autoridad recurrente, no fueron hechos valer en la demanda de amparo y, por ende, al haber sido incorporados a la litis por el Juez de Distrito, suplió la queja a favor de la quejosa, soslayando el principio de estricto derecho que rige el presente asunto, y tornando incongruente la sentencia recurrida. 101. Resulta, sustancialmente, fundado el argumento en estudio, en atención a las siguientes consideraciones: 102. Como se precisó en los párrafos 67 a 70 de esta ejecutoria, de la lectura de la demanda de amparo se advierte que la quejosa controvirtió en su cuarto concepto de violación la motivación de la gravedad de las infracciones que se le atribuyeron, expresando para ello argumentos que, para una mejor comprensión del tema que ahora nos ocupa, es conveniente reiterarlos: 102.1 Se vulneraron en su perjuicio los derechos previstos en los artículos 14 y 16 constitucionales, al aplicarle el 76 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, vigente en la época de los hechos que se le imputaron, que establecía: “El procedimiento ante el superior jerárquico, por faltas administrativas que le competa sancionar, sólo podrá iniciarse dentro del mes siguiente de que se tenga conocimiento de la probable falta. Tratándose de la obtención de un lucro o si se causan daños patrimoniales y cuando se trate de actos u omisiones graves el procedimiento podrá iniciarse durante el período del desempeño del empleo, cargo o comisión y hasta tres años después de concluidos éstos”. 102.2 Afirmó lo anterior, pues a su juicio, la responsable determinó que el procedimiento administrativo no había prescrito, a partir de calificar las infracciones que se le atribuyeron como graves, sin fundamento legal 31 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 alguno, ya que la jurisprudencia en que se sustentó esta última determinación17 no resultaba aplicable al caso, en virtud de que en ella se interpretaba el artículo 13 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, cuyo contenido es similar al del 15 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, publicada en el Periódico Oficial del Estado el trece de abril de dos mil once, que contiene el catálogo de conductas consideradas como faltas administrativas. 102.3 Agregó que el antepenúltimo párrafo del artículo 13 de la ley citada en primer término, establece cuáles conductas son consideradas como graves; mientras que en la legislación estatal, el diverso 34 es el que prevé cuáles conductas son graves; pero que ni el artículo 15 ni el 34 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa vigente, son aplicables en el procedimiento de responsabilidad administrativa sustanciado en su 17“RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. EL ANTEPENÚLTIMO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 13 DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, NO ESTABLECE LIMITATIVAMENTE LAS CONDUCTAS QUE PUEDEN CALIFICARSE COMO GRAVES POR LA AUTORIDAD SANCIONADORA. El artículo 113 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos determinarán sus obligaciones y las sanciones aplicables, así como los procedimientos y las autoridades facultadas para aplicarlas, a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos y comisiones. Asimismo, de la exposición de motivos de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, se advierte que parte de su objeto fue reducir la discrecionalidad de las autoridades en la imposición de las sanciones administrativas, evitando conductas arbitrarias contrarias a los derechos de los trabajadores al servicio del Estado, e impidiendo actos a través de los cuales pretenda eludirse la imposición de una sanción a los servidores públicos infractores de dicho ordenamiento. Por lo anterior, el legislador dispuso en el antepenúltimo párrafo del artículo 13 de la ley citada, que en todo caso el incumplimiento a las obligaciones previstas en las fracciones VIII, X a XIV, XVI, XIX, XXII y XXIII del artículo 8 de la propia ley se considerará como grave para efectos de la sanción correspondiente, lo cual constituye una limitación para la autoridad sancionadora, pues al ubicar la conducta irregular de un servidor público en las referidas fracciones, deberá indefectiblemente calificarla como grave. Lo anterior no significa que tales infracciones sean las únicas que pueden catalogarse como graves por la autoridad sancionadora, pues el indicado artículo 13 no acota sus facultades para clasificar así a las infracciones no señaladas en su antepenúltimo párrafo, por lo que en ejercicio de sus atribuciones legales puede determinar, dentro del marco legal aplicable a las responsabilidades administrativas de los servidores públicos, si las infracciones a las obligaciones previstas en las fracciones I a VII, IX, XV, XVII, XVIII, XX, XXI y XXIV del artículo 8 de la ley de la materia resultan graves o no, atendiendo a las circunstancias socioeconómicas, nivel jerárquico, antecedentes del infractor, antigüedad en el servicio, condiciones exteriores y los medios de ejecución, la reincidencia en el incumplimiento de obligaciones y el monto del beneficio, daño o perjuicio derivado del incumplimiento de dichas obligaciones”. Establecida por la Segunda Sala, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XXX, septiembre de 2009, pág. 678, número de registro: 166295. 32 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 contra, por no ser la ley vigente en la época en que ocurrieron los hechos, ya que los acuerdos que se analizaron en dichos procedimientos fueron dictados el siete de diciembre de dos mil diez. 102.4 En virtud de lo anterior, concluyó la quejosa, si los hechos que se le imputan ocurrieron bajo el imperio de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, aprobada por Decreto Número 291, publicada en el Diario Oficial de la Federación el día ocho de noviembre de mil novecientos ochenta y cinco, el cual no prevé qué conductas son consideradas como graves, es más ni siquiera establece conductas graves o no graves, no existe fundamento para calificar de esa manera las citadas conductas. De ahí que la resolución reclamada carezca de una debida motivación y fundamentación, lo que redundó en la desestimación de la excepción de prescripción que hizo valer, conculcándose así la garantía de exacta aplicación de la ley. 103. Al analizar dicho concepto de violación, el Juez de Distrito determinó infundado el argumento relativo a la violación al principio de exacta aplicación de la ley, respecto de la prescripción de las facultades de la autoridad sancionadora (en los términos ya precisados en este fallo —puntos 71 y 72—, al estudiar el agravio respectivo de la quejosa); sin embargo, atendiendo a la causa de pedir, consideró fundado el concepto de violación en la parte que, a decir del propio juzgador, se aducía que el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa no motivó adecuadamente la gravedad de las infracciones, sustentándose, esencialmente, en las siguientes consideraciones: 103.1 En varios apartados de la resolución reclamada, el Pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Sinaloa se refirió a la gravedad de las conductas, pero no analizó dicho aspecto en los términos que él mismo señaló debía hacerse, esto es, atendiendo a las circunstancias 33 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 socioeconómicas, nivel jerárquico, antecedentes del infractor, antigüedad en el servicio, condiciones exteriores y los medios de ejecución. 103.2 La autoridad responsable se limitó a establecer que las conductas son graves, en tanto que la quejosa había revocado sus propias determinaciones; sin embargo, dice el Juez de Distrito, tales asertos resultaban ser una mera afirmación genérica, en la cual no existía un análisis real de la gravedad de las conductas, sino sólo una descripción de los hechos en materia de responsabilidad. 103.3 También, argumentó el juzgador de amparo que la autoridad responsable señaló expresamente que analizaría el tema de la gravedad al momento de estudiar la individualización de la sanción. Sin embargo, al abordar dicho aspecto, sólo relató los hechos materia de la infracción y los calificó como “graves en los términos ya explicados”. Lo cual no había hecho. 103.4 Para determinar la gravedad de la infracción, la autoridad responsable omitió considerar que la conducta imputada a la quejosa no fue el hecho de ordenar el embargo, determinaciones; así como que el sino revocar sus propias monto embargado no puede considerarse por sí como un daño a la **********, en la medida en que dichas cantidades debían ser cubiertas por la paraestatal al existir sentencia firme que le obligaba a ello. 103.5 La autoridad responsable realizó el análisis de la gravedad de las infracciones a la luz del artículo 33 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa vigente, mismo que sólo era aplicable a la infracción de veintidós de agosto de dos mil once, pero no a las cometidas el siete de diciembre 34 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 de dos mil diez, a las que se debió aplicar el artículo 53 de la normatividad vigente en la época de los hechos. 103.6 En otro orden de ideas, el juzgador federal apuntó que la consideración toral por la que fue considerada como grave la conducta de la quejosa se basó en una “actitud sospechosa”, al haber actuado con demasiada celeridad en los asuntos, acordar el embargo y entregar el numerario respectivo; cuestiones que, a decir del juzgador, no son válidas para establecer la gravedad de una conducta, máxime si no se está demostrando algún interés especial. 103.7 El Juez de Distrito refirió que, tal como sostuvo la autoridad responsable, para considerar grave una conducta, deben ponderarse la conveniencia para la administración de justicia de desaparecer prácticas que infrinjan disposición de la ley, las circunstancias económicas del servidor público, el nivel jerárquico, los antecedentes de servicio del infractor, las condiciones exteriores y los medios de ejecución, la reincidencia en el incumplimiento de sus deberes, el monto del beneficio obtenido y del daño o perjuicio económico derivado del incumplimiento de sus obligaciones; todos estos, datos objetivos que deben estar plenamente demostrados, pero que no podían tomarse en cuenta elementos subjetivos que no infringen la ley y que no son atribuibles al servidor público, pues el embargo si bien se realizó el propio día del acuerdo, no lo efectuó la quejosa, sino el actuario judicial. 103.8 Además, continúa el juzgador, no se apreciaba de qué forma las actuaciones llevadas a cabo con celeridad y dentro de los plazos legales deberían desaparecer de la administración de justicia, en tanto ello implicaría hacer que los jueces retardaran su actuación a efecto de que no se sospechara que estuvieran actuando de mala fe. Todo 35 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 ello, a su juicio, confirmaba que la responsable partió de premisas subjetivas. 103.9 El Juez de Distrito agregó que no era óbice a su determinación el hecho de que el Pleno hubiera analizado otros elementos para determinar la gravedad de las conductas (tales como gravedad de la falta administrativa, reincidencia, condición económica del infractor, nivel jerárquico, condiciones exteriores y medios de ejecución, monto del beneficio económico obtenido y daño económico causado), pues consideró que todos los tópicos que en conjunto relacionó para ello, debían ser ponderados. De ahí que haya considerado que no podía sustituirse a la responsable para dicha ponderación a fin de establecer que bastaba con los demás puntos analizados para estimar como graves las conductas, ya que se le causaría mayor perjuicio a la quejosa, por lo que debía ser la propia responsable la que realizara un nuevo análisis, para determinar si eliminando las cuestiones indicadas en el fallo protector, las conductas atribuidas a la quejosa seguían considerándose como graves. 104. Los aspectos reseñados, esto es, lo hecho valer en el concepto de violación cuarto y la parte relativa de la sentencia recurrida, ponen de manifiesto que, tal como aduce la autoridad recurrente, el Juez de Distrito determinó fundados lo argumentos de la quejosa tendientes a controvertir la gravedad de la infracción que se le atribuyó, a partir de razonamientos que no fueron hechos valer en la demanda y que, por ende, implicaron suplir la deficiencia de la queja en un asunto que no se encuentra bajo los supuestos legales para su procedencia, por las razones que más adelante se precisarán. 105. En efecto, la suplencia de la queja prevista en el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo, tanto en relación con el juicio constitucional como con los recursos en ella establecidos, consiste, en esencia, en examinar 36 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 cuestiones no propuestas por el quejoso o recurrente, en sus conceptos de violación o en sus agravios, respectivamente, que podrían resultar favorables, independientemente de que en definitiva lo sean18. 106. Sin embargo, dicha figura jurídica opera sólo en aquellos casos expresamente establecidos en la ley reglamentaria aplicable19, en tanto constituyen una excepción al principio rector del juicio de amparo relativo al estricto derecho, que obliga al juzgador a considerar únicamente los argumentos formulados por el promovente del amparo o por quien interpone un recurso. 107. En el caso, como ya se apuntó, la quejosa controvirtió la fundamentación y motivación de la gravedad de la infracción atribuida (los acuerdos de siete de diciembre de dos mil diez), bajo el argumento toral de que dicha calificativa, esto es, la de “grave”, se fundó en un ordenamiento legal posterior a la ley de responsabilidades estatal vigente al momento de los hechos (lo que redundaba en la prescripción de las infracciones correspondientes) y 18En ese sentido, véase la jurisprudencia 26/2008, sustentada por la Segunda Sala, que esta Primera comparte, de rubro y texto siguientes: “SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. CONSISTE EN EXAMINAR CUESTIONES NO PROPUESTAS, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE RESULTEN FAVORABLES A QUIEN SE SUPLE. La figura de la suplencia de la queja prevista en el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo, tanto en relación con el juicio de garantías como con los recursos en ella establecidos consiste, en esencia, en examinar cuestiones no propuestas por el quejoso o recurrente, en sus conceptos de violación o en sus agravios, respectivamente, que podrían resultar favorables, independientemente de que finalmente lo sean. Así, es incorrecto entender que sólo debe suplirse cuando ello favorezca a quien se le suple, pues para determinar si procede dicha figura tendría que examinarse previamente la cuestión relativa, lo que implicaría necesariamente haber realizado la suplencia. Por consiguiente, es suficiente que el análisis de un problema no propuesto pudiera resultar benéfico para que se deba suplir, realizando el estudio correspondiente”. Consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XXVII, marzo de 2008, pág. 242, registro número 170008. 19“Artículo 76 Bis. Las autoridades que conozcan del juicio de amparo deberán suplir la deficiencia de los conceptos de violación de la demanda, así como la de los agravios formulados en los recursos que esta ley establece, conforme a lo siguiente: I.- En cualquier materia, cuando el acto reclamado se funde en leyes declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia. II.- En materia penal, la suplencia operará aun ante la ausencia de conceptos de violación o de agravios del reo. III.- En materia agraria, conforme a lo dispuesto por el artículo 227 de esta Ley. IV.- En materia laboral, la suplencia sólo se aplicará en favor del trabajador. V.- En favor de los menores de edad o incapaces. VI.- En otras materias, cuando se advierta que ha habido en contra del quejoso o del particular recurrente una violación manifiesta de la ley que lo haya dejado sin defensa”. 37 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 que la jurisprudencia utilizada por la autoridad responsable para sustentar su potestad de estimar como graves determinadas conductas infractoras, resultaba inaplicable por interpretar un ordenamiento federal que sí preveía un catálogo de faltas graves, lo que no acontecía con el ordenamiento estatal vigente al momento de los hechos reprochados a la quejosa. 108. Asimismo, argumentó que para determinar la gravedad de las infracciones, la responsable introdujo a la litis, oficiosamente, el argumento relativo a que con su conducta se causaron daños patrimoniales a la **********, lo cual era indebido, pues en los acuerdos de inicio del procedimiento sancionador, no se determinó que dicho aspecto fuera parte de la controversia, por lo cual no podía ser analizado, y al hacerlo dio lugar a que se desestimara la excepción de prescripción de las facultades de la autoridad sancionadora, que hizo valer. 109. Luego, si el juzgador federal arribó a la conclusión de que la gravedad de las infracciones respectivas no estuvo debidamente motivada, a partir de argumentos no hechos valer por la quejosa, tales como que la autoridad responsable omitió considerar que la conducta imputada a la quejosa no fue el hecho de ordenar el embargo, sino revocar sus propias determinaciones y que para evidenciar la gravedad de la infracción, la autoridad responsable se basó en la “inusual rapidez” con que la quejosa dictó los acuerdos de embargo, entonces es claro que el actuar del Juez de Distrito trastocó el principio de congruencia que debe regir las sentencias de amparo, al suplir la queja sin darse alguno de los supuestos previsto en el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo, para ello. 110. Sin que obste a lo anterior, el hecho de que en la sentencia de amparo se haya establecido que lo fundado de los argumentos de 38 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 referencia, atiende a la causa de pedir, pues lo cierto es que la lectura integral de la demanda de amparo no permite advertir la configuración de dicha institución en el sentido apuntado por el Juez de Distrito. 111. Se llega a la anterior determinación teniendo en cuenta que el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia ha establecido que la demanda de amparo no debe examinarse por sus partes aisladas, sino considerarse en su conjunto, debiendo tener como conceptos de violación todos los razonamientos que, con tal contenido, aparezcan en la demanda, aunque no estén en el capítulo relativo y aunque no guarden un apego estricto a la forma lógica del silogismo, siendo suficiente que en alguna parte del escrito se exprese con claridad la causa de pedir, señalándose cuál es la lesión o agravio que el quejoso estima le causa el acto, resolución o ley impugnada y los motivos que originaron ese agravio, para que el Juez de amparo deba estudiarlo20. 112. Así, la causa de pedir se configura con dos elementos, a saber: la expresión clara de cuál es la lesión o agravio causado por el acto reclamado y los motivos que originan dicha afectación. En ese sentido, la quejosa planteó como lesión causada por el acto reclamado, la vulneración de su derecho a la legalidad, cuya fuente radicaba en la indebida fundamentación y motivación de la gravedad de las infracciones atribuidas, solamente en relación al ordenamiento en que se fundó dicha modalidad y la inaplicabilidad que, a su juicio, tenía la jurisprudencia invocada por la autoridad responsable para sustentar que las conductas infractoras eran graves. 113. Luego, si el Juez de Distrito invocó para su decisión la causa de pedir, atendiendo a motivos diversos a aquellos por los que la quejosa alegó 20En ese sentido, véase la jurisprudencia 68/2000, sustentada por el Tribunal Pleno, cuyo rubro establece: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. PARA QUE SE ESTUDIEN, BASTA CON EXPRESAR CLARAMENTE EN LA DEMANDA DE GARANTÍAS LA CAUSA DE PEDIR”. Consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XII, agosto de 2000, pág. 38, registro número 191384. 39 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 la falta de fundamentación y motivación de la resolución reclamada, es evidente que desbordó dicha institución, y que más bien suplió la queja deficiente en un asunto regido por el principio de estricto derecho. 114. No obstante lo anterior, es importante destacar que los aspectos efectivamente planteados también fueron analizados en la sentencia recurrida y declarados infundados, todo ello al analizar la inexacta aplicación de la ley respecto de la prescripción de las facultades de la autoridad sancionadora. De ahí que aun cuando el juzgador federal incorporó a la litis constitucional motivos diversos a los realmente planteados por la quejosa, no la dejó inaudita en ese aspecto. 115. Por tanto, la pregunta que nos ocupa debe resolverse en sentido negativo, pues las consideraciones sustentadas por el Juez de Distrito para estimar la indebida motivación de la gravedad de las infracciones cometidas por la quejosa, en modo alguno, son acordes con la causa de pedir existente en la demanda de amparo, sino que se apartaron de la cuestión efectivamente planteada y, por ende, implicaron suplir la queja deficiente en un amparo regido por el principio de estricto derecho. 116. Ante lo fundado del primer agravio, en su primera línea argumentativa, resulta innecesario ocuparse del resto de los argumentos propuestos en el mismo, es decir, la segunda línea argumentativa, toda vez que, como ya se precisó, va encaminada a controvertir las consideraciones de la sentencia recurrida, relativas a la indebida motivación de la gravedad de las infracciones, y que la autoridad recurrente hizo valer para el caso de que se desestimara su primer argumento, lo cual como ya quedó evidenciado no es así; y, por ende, su análisis implicaría ocuparse de un estudio sustentado en suplencia de la queja, cuya improcedencia ya se determinó. 40 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 117. Tercera cuestión: ¿Fue correcta la determinación del Juez de Distrito relativa a que la resolución reclamada transgrede el principio de exacta aplicación de la ley aplicable en la materia administrativa sancionadora? 118. Para resolver esta interrogante, es importante precisar que el Juez de Distrito estimó fundado el sexto concepto de violación enderezado a evidenciar que el acto reclamado transgrede el principio de exacta aplicación de la ley, trasladado de la materia penal a la administrativa sancionadora, con apoyo en las siguientes consideraciones: 118.1 El principio de exacta aplicación de la ley que rige la materia penal puede ser trasladado a la materia administrativa sancionadora, de conformidad con la tesis aislada sustentada por la Segunda Sala, de rubro: “RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. LAS SANCIONES ADMINISTRATIVAS PREVISTAS EN LA LEY FEDERAL RELATIVA TAMBIÉN SE RIGEN POR EL PRINCIPIO CONSTITUCIONAL DE EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY QUE IMPERA EN LAS DE CARÁCTER PENAL, AUN CUANDO SEAN DE DIVERSA NATURALEZA”. 118.2 En ese sentido, el juzgador de amparo sostuvo que la autoridad responsable, al momento de establecer la sanción correspondiente a las infracciones cometidas por la quejosa, señaló que con la suma de todos los elementos establecidos en el artículo 33 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, la sanción a imponer debía ser la remoción prevista en el artículo 19, fracción IX, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de dicha entidad. 41 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 118.3 Sin embargo, el juzgador señaló que, como argumentó la quejosa, este último precepto no prescribe como sanción administrativa la remoción, sino la facultad de la autoridad responsable para nombrar, resolver sobre renuncias, remover, suspender y cambiar de adscripción, entre otros servidores públicos, a los jueces de primera instancia, como la quejosa. Facultad que no puede ser arbitraria, sino sujeta a los supuestos en que la ley prevé como sanción la remoción del funcionario. 118.4 Precisó, además, que atendiendo a la garantía jurisdiccional de independencia, el hecho de que la fracción IX del artículo 19 de la Ley Orgánica referida prevea la facultad originaria de remover jueces, no autoriza a la responsable para remover a un integrante de la judicatura local sin fundarse específicamente en un precepto legal que establezca dicha sanción en forma expresa, aun cuando lo hubiese encontrado responsable de alguna conducta irregular en el desempeño de sus funciones, pues bajo esa premisa se desconocería el estado de derecho vigente. 118.5 En consecuencia, concedió el amparo para el efecto de que la responsable dejara insubsistente la resolución reclamada y en su lugar dictara otra, en la cual, siguiendo los lineamientos del fallo protector, determinara si las conductas realizadas por la quejosa eran o no graves y, con plenitud de jurisdicción, estableciera en forma debidamente fundada y motivada la sanción que conforme al precepto legal aplicable al caso procediera, la que incluso podría consistir nuevamente en la remoción, siempre y cuando se indicara el precepto legal que contemple como tal esa sanción y que le sea aplicable a los servidores públicos del Poder Judicial estatal. 119. La autoridad recurrente argumenta en su segundo agravio que fue incorrecto el pronunciamiento del Juez de Distrito en los términos 42 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 arriba precisados, toda vez que los principios constitucionales que rigen el sistema de sanciones penales no pueden trasladarse con la misma intensidad al sistema de sanciones administrativas, en virtud de la diversidad de sus causas, naturalezas y fines. 120. Afirma que, contrariamente a lo sustentado por el referido juzgador, en la resolución reclamada se citó la norma que prevé como sanción administrativa la destitución, pero que el Juez Federal analizó en forma sesgada los fundamentos respectivos, pues debió advertir que la sanción de destitución se encuentra en el artículo 17 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, la cual sólo viene a dar eficacia directa de lo prescrito por los artículos 113 de la Constitución Federal y 139 de la Constitución Local. Preceptos que se invocaron en la resolución reclamada (transcribe la parte relativa de ésta) y que deben interpretarse de manera sistemática y conforme a la Constitución. 121. Agrega la recurrente que no es obstáculo a lo anterior que en una parte de la resolución reclamada se haya señalado que “se considera adecuado y necesario imponer sanción administrativa disciplinaria en términos del aludido artículo 19, fracción IX, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Sinaloa”, en tanto que dicha resolución constituye un todo que debe analizarse en su integridad, por lo que si en ésta se citaron y transcribieron los preceptos que prevén como sanción la impuesta, no puede aducirse que no fueron invocados y que por ello en la resolución reclamada se haya violado el principio de exacta aplicación de la ley. De ahí que no resulte aplicable la jurisprudencia que invoca el Juez Federal, de rubro: “PODERES JUDICIALES DE LOS ESTADOS. MARCO JURÍDICO DE GARANTÍAS ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 116, FRACCIÓN III, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL”. 43 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 122. Es sustancialmente fundado el agravio propuesto por el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa, atento a las siguientes consideraciones: 123. Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en la jurisprudencia número P./J. 99/200621, que para la construcción de los principios del derecho administrativo sancionador es válido acudir a los establecidos en el derecho penal, en tanto que estas dos vertientes del Derecho son manifestaciones inequívocas de la potestad punitiva del Estado, entendida como la facultad que tiene este último de imponer penas y medidas de seguridad ante la comisión de ilícitos. 124. Sin embargo, como se advierte de la jurisprudencia en cita y lo refiere la autoridad recurrente, dicha traslación de principios no puede ser absoluta y sin modulación alguna, pues ello equivaldría a pretender asimilar ambas vertientes de la potestad punitiva estatal, como si fueran iguales, lo que evidentemente no es así, en función de su naturaleza (que excepcionalmente es similar) y fines22. 125. En este contexto, esta Primera Sala considera que, tal como refiere la autoridad recurrente, la resolución reclamada por virtud de la cual se determinó la remoción del cargo de juzgadora de la quejosa, no transgrede el citado principio constitucional. 21“DERECHO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR. PARA LA CONSTRUCCIÓN DE SUS PROPIOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES ES VÁLIDO ACUDIR DE MANERA PRUDENTE A LAS TÉCNICAS GARANTISTAS DEL DERECHO PENAL, EN TANTO AMBOS SON MANIFESTACIONES DE LA POTESTAD PUNITIVA DEL ESTADO”. Consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXIV, Agosto de 2006, página 1565, registro número 174488. 22Esta diferenciación incluso ha sido reconocida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por ejemplo: Caso López Mendoza vs. Venezuela, Sentencia de 1 de septiembre de 2011 (Fondo, reparaciones y costas) “111. Al respecto, la Corte ha indicado que todos los órganos que ejerzan funciones de naturaleza materialmente jurisdiccional, sean penales o no, tienen el deber de adoptar decisiones justas basadas en el respeto pleno a las garantías del debido proceso establecidas en el artículo 8 de la Convención Americana. Asimismo, la Corte recuerda lo expuesto en su jurisprudencia previa en el sentido de que las sanciones administrativas y disciplinarias son, como las penales, una expresión del poder punitivo del Estado y que tienen, en ocasiones, naturaleza similar a la de éstas”. En el mismo sentido, véase el caso Vélez Loor vs. Panamá en la sentencia de 23 de noviembre de 2010 (Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas), párrafo 170. 44 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 126. Lo anterior es así, porque la lectura de la resolución reclamada evidencia que la sanción impuesta a la quejosa se fundamentó en la interpretación armónica y sistemática de los artículos 113 de la Constitución Federal, 139 de la Constitución Política del Estado de Sinaloa, 17 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, actualmente en vigor, así como 19, fracción IX, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Sinaloa23, los cuales, en la parte que interesa, prescriben lo siguiente: “Artículo 113. Las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos, determinarán sus obligaciones a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos y comisiones; las sanciones aplicables por los actos u omisiones en que incurran, así como los procedimientos y las autoridades para aplicarlas. Dichas sanciones, además de las que señalen las leyes, consistirán en suspensión, destitución e inhabilitación, así como en sanciones económicas, y deberán establecerse de acuerdo con los beneficios económicos obtenidos por el responsable y con los daños y perjuicios patrimoniales causados por sus actos u omisiones a que se refiere la fracción III del artículo 109, pero que no podrán exceder de tres tantos de los beneficios obtenidos o de los daños y perjuicios causados”. “Artículo 139. Las sanciones administrativas se establecerán en proporción a los daños y perjuicios patrimoniales causados y de acuerdo al beneficio económico obtenido por el servidor público, las que podrán consistir en suspensión, destitución, inhabilitación, sanciones económicas y en las demás que señale la Ley, pero las sanciones económicas no excederán del triple del beneficio obtenido o de los daños y perjuicios causados”. “Artículo 17. Se configurara como falta administrativa de los servidores públicos, el incumplimiento de sus 23 Tal como se advierte de las páginas 94 a 102, de la resolución que constituye el acto reclamado en el presente asunto. 45 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 deberes o cuando incurran en las conductas prohibidas señaladas en esta ley. Las sanciones por la comisión de las faltas administrativas consistirán en: I. Amonestación; II. Suspensión; III. Destitución; IV. Sanción económica; y, V. Inhabilitación para desempeñar empleo, cargo o comisión en el servicio público”. “Artículo 19. Son atribuciones del Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado: […] IX. Nombrar, resolver sobre renuncias, remover, suspender y cambiar de adscripción a los Magistrados de Circuito, Jueces, Secretarios, Actuarios, Visitadores de Juzgados y demás servidores públicos integrantes del Poder Judicial; […]”. El énfasis es nuestro. 127. Con base en lo anterior, resulta evidente que la sanción impuesta a la quejosa no se fundamentó, exclusivamente, en el artículo 19, fracción IX, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Sinaloa, que prevé, entre otras cuestiones, la facultad de la autoridad recurrente de remover jueces de la citada entidad federativa y que fue al único al que se refirió el Juez Federal, para sustentar su decisión, pasando por alto los demás preceptos invocados por la autoridad responsable. De ahí que el análisis efectuado en la sentencia recurrida resulta jurídicamente inadecuado. 128. En efecto, las resoluciones jurisdiccionales (carácter que comporta el acto reclamado) son resultado de una argumentación integral por parte de quien las emite y, por ende, el análisis que respecto de ellas realice el órgano de alzada (en caso de que proceda recurso ordinario alguno), o bien el juzgador de amparo en la sede constitucional, debe ser congruente con dicha calidad, esto es, analizar en su integridad los razonamientos expresados en ellas a efecto de establecer si se 46 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 encuentran o no apegadas a la letra de Ley, así como de la Constitución Federal. 129. Por tanto, si tal como aduce la autoridad recurrente, el juzgador de amparo determinó que el acto reclamado transgredía el principio de exacta aplicación de la ley administrativa sancionadora, partiendo de un análisis incompleto de la fundamentación que efectivamente tuvo el acto reclamado, entonces es clara la actualización del agravio que se hace valer. 130. Fundamentación que, por lo demás, esta Primera Sala considera suficiente para establecer que el acto reclamado no transgrede el citado principio constitucional de exacta aplicación de la ley, puesto que la destitución decretada no fue impuesta por analogía o por mayoría de razón, sino que tuvo su fundamento en normas de rango constitucional como legal, que establecen ese tipo de sanción y que, por tanto, son plenamente aplicables a las infracciones que se atribuyeron a la quejosa, con el carácter de graves. 131. Así, la interrogante que nos ocupa debe resolverse en sentido negativo; esto es, fue incorrecta la determinación del Juez de Distrito relativa a que la resolución reclamada transgrede el principio de exacta aplicación de la ley aplicable en la materia administrativa sancionadora, en tanto que la sanción impuesta a la quejosa sí estaba prevista en ley, como lo son: la Constitución Local, la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa y la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Sinaloa. 132. Ante lo fundado de los agravios de la autoridad recurrente, hasta aquí analizados, procede modificar la sentencia recurrida dejando sin efectos la concesión de amparo, siendo así innecesario analizar su tercer agravio, a través del cual controvierte los efectos de dicha 47 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 concesión otorgada por el Juez de Distrito. Sin que para ello obste el análisis de eficacia que enseguida se efectuará respecto de los argumentos formulados por la quejosa adherente. 133. Cuarta cuestión: ¿Resulta procedente estudiar los agravios hechos valer en la revisión adhesiva? 134. En este medio de defensa, la quejosa adherente refiere, en síntesis, que el Juez de Distrito confundió la gravedad de las conductas atribuidas a la quejosa con la gravedad para efectos de la individualización de la sanción impuesta, pues si bien determinó que la responsable no motivó de manera adecuada lo relativo a la gravedad de las conductas, pasó por alto que tampoco se motivó debidamente la resolución, al analizar la gravedad de las infracciones en relación con la sanción determinada, ya que a su juicio son aspectos diferentes. De ahí que insista en lo que alegó en su recurso de revisión principal, en el sentido de que en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, vigente al momento de los hechos, no existía la clasificación de infracciones graves o no graves. Así solicita subsanar la omisión que atribuye al Juez de amparo. 135. Tales argumentos resultan inoperantes, en términos de lo determinado por el Tribunal Pleno en sesión de veintiocho de mayo de dos mil trece, al resolver la contradicción de tesis 300/2010, cuyo engrose está pendiente, pero que de las versiones taquigráficas correspondientes se advierte que se resolvió en el sentido de que la adhesión al recurso de revisión no es autónoma, sino un medio procesal que garantiza a quien obtuvo sentencia favorable, la posibilidad de mejorar y reforzar las consideraciones que condujeron al punto resolutivo que le benefició, en la medida en la que proporciona al tribunal revisor, como materia de estudio en la segunda 48 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 instancia, nuevos elementos que permitan confirmar la sentencia en la parte impugnada a través del recurso de revisión y que, por ende, resultaban inoperantes aquellos argumentos tendientes a controvertir consideraciones específicas del juzgador de amparo que le perjudicaron a la adherente y, en consecuencia, debían hacerse valer en el recurso principal. 136. En este orden de ideas, si la adherente atribuye al Juez Federal confusión en los temas planteados y, por ende, su indebido estudio, es claro que tales argumentos no son materia de la revisión adhesiva, sino del recurso de revisión principal. 137. Por tanto, la pregunta que nos ocupa debe resolverse en sentido negativo; esto es, no procede estudiar los agravios hechos valer en la revisión adhesiva por la parte quejosa, dada su inoperancia. VII. DECISIÓN 138. Ante lo inoperante e infundado de los agravios propuestos por la quejosa, así como lo fundado de los agravios hechos valer por la autoridad recurrente, procede modificar la sentencia recurrida y negar el amparo solicitado, en los términos de esta ejecutoria. 139. En consecuencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación RESUELVE: PRIMERO. Se modifica la sentencia recurrida. SEGUNDO. Queda firme el sobreseimiento decretado por el Juez de Distrito, respecto del acto reclamado al visitador de juzgados del 49 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 Poder Judicial del Estado de Sinaloa, consistente en la ejecución de la resolución reclamada, en términos del párrafo 26 de este fallo. TERCERO. En la materia de la revisión, la Justicia de la Unión no ampara ni protege a ********** en contra de la resolución de once de mayo de dos mil doce, que reclama del Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa, así como de los actos de ejecución atribuidos al Actuario y al Oficial Mayor adscritos a dicho órgano jurisdiccional, en términos de esta ejecutoria. Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, devuélvanse los autos al Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito y, en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido. Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de cuatro votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo, en contra del emitido por el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien se reserva el derecho a formular voto particular. Firman el Ministro Presidente de la Primera Sala y el Ministro Ponente, con el Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe. PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO 50 AMPARO EN REVISIÓN 358/2013 PONENTE MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental; en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos. 51