Historia de la cultura en Roma

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HISTORIA DE ROMA
Roma comenzó su historia como una aldea más entre las otras muchas de pastores y campesinos que se
repartían las colinas y minúsculos valles de la zona.
Los primeros habitantes fueron posiblemente un conglomerado de gentes de distinta procedencia que
vivían al margen del desarrollo económico y cultural de sus prósperos vecinos, es decir, los etruscos al
Norte y los campanios y los griegos al Sur.
A partir del núcleo original, el poblamiento debió irse extendiendo por las laderas de las colinas
próximas y, un siglo después, por el valle que había entre ellas.
La fecha para datar la fundación de la ciudad (754−750)
La fundación de Roma se atribuye a tres tribus: los Ramnes, los Ticios y los Lúceres.
Estas tres tribus formaron la llamada Roma Quadrata en el Monte Palatino.
El control del vado y el comercio hizo prosperar a este pueblo que creó un imperio que perduraría
durante siglos y que dominaría desde Britania y Germania al norte hasta el río Eufrates al este.
El periodo en que Roma fue gobernado por reyes es conocido como la Época Monárquica.
LA MONARQUIA
Luego desapareció en una tormenta, y se suponía que había sido llevado al cielo para convertirse en el
dios de la guerra Quirino.
La leyenda más conocida sobre el reinado de Rómulo se refiere al problema de los primeros colonos,
quienes se hallaron ante el hecho de que los hombres afluían a la nueva ciudad, pero no las mujeres.
Por ello, los hombres decidieron apoderarse de las mujeres de los sabinos, grupo de pueblos que vivía al
este de Roma.
Naturalmente, los sabinos consideraron esto motivo de guerra, y Roma se encontró empeñada en la
primera de la que sería una larga serie de batallas en su historia.
Los sabinos lograron persuadir a Tarpeya a que les abriera las puertas a cambio de lo que ellos
llevaban en sus brazos izquierdos.
Una noche ella abrió secretamente las puertas, y los primeros sabinos que entraron arrojaron sobre ella
sus escudos, pues también los llevaban en el brazo izquierdo.
De este modo, los sabinos, quienes (como la mayoría de la gente) estaban dispuestos a utilizar traidores,
pero les desagradaban, mantuvieron su compromiso matando a Tarpeya.
En lo sucesivo se llamó Roca Tarpeya a un peñasco que formaba parte del Monte Capitolino.
Los romanos y los sabinos convinieron en gobernar juntos en Roma y en unir sus tierras.
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Después de morir el rey sabino, Reniulo gobernó sobre romanos y sabinos.
Quizá la ciudad nació por la unión de tres aldeas, cada una de las cuales aportó una tribu: una de
latinos, otra de sabinos y otra de etruscos.
Después de la muerte de Rómulo fue elevado al trono un sabino llamado Numa Pompilio, quien
gobernó durante más de cuarenta años, hasta el 673 a. C.
Al morir Numa Pompilio en el 673 a. C. fue elegido Tulo Hostilio como tercer rey.
Bajo su gobierno, Roma se expandió a una cuarta colina, el Monte Celio, al sudeste del Palatino.
De tanto en tanto estallaba la guerra entre las dos ciudades, y en 667 a. C. parecía estar a punto de
producirse una gran batalla.
Cuando Tulo Hostilio murió, en 641 a. C., los romanos eligieron a un nieto de Numa Pompilio (a quien
durante toda su historia aquéllos consideraron como un rey, particularmente piadoso y virtuoso) para
que los gobernase.
Este nuevo rey, el cuarto, era Anco Marcio.
El gobierno de estos reyes durante el primer siglo y medio de la existencia de Roma no era absoluto.
Según la tradición, Anco Marcio llevó a nuevos colonos de las tribus conquistadas a las afueras de
Roma para que la ciudad en crecimiento dispusiera de brazos adicionales. Fueron establecidos en el
Monte Aventino, en el que Remo había querido fundar Roma siglo y cuarto antes.
Ahora se convirtió en la quinta colina de Roma.
Es mucho más probable que Tarquinio Prisco fuese el gobernador puesto sobre Roma por los etruscos,
que gobernase detrás de las bambalinas mientras Anco Marcio fue rey y que se adueñase abiertamente
del poder después de la muerte del rey, ocurrida en 616 a. C.
Bajo Tarquinio Prisco, Roma prosperó, pues la civilización y las costumbres etruscas penetraron en la
ciudad.
En 578 a. C., Tarquinio Prisco fue asesinado por hombres pagados por los hijos del viejo rey, Anco
Marcio.
Pero un yerno de Tarquinio Prisco actuó rápidamente y ocupó el trono.
El nuevo gobernante era Servio Tulio, el sexto rey de Roma.
Si Servio Tulio fue un etrusco, demostró ser devoto de Roma, y bajo su gobierno ésta siguió floreciendo.
La ciudad se expandió sobre una sexta y una séptima colina, el Esqullino y el Viminal, al noreste.
En 534 a. C., Servio Tulio fue asesinado.
El alma de la conspiración fue un hijo del viejo rey Tarquinio Prisco.
El séptimo rey fue Lucio Tarquino el Soberbio, el tercero −si contamos a Servio Tulio− de los
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gobernantes etruscos de Roma.
Los etruscos estaban ahora en la cúspide de su poder.
Prácticamente toda Italia Central estaba bajo su dominio.
Fue el séptimo y último rey de Roma.
Tarquino fue exiliado en el 509 a. C. (244 A. U. C.); así, Roma había estado dos siglos y medio bajo sus
siete reyes.
RELIGIÓN EN LA ANTIGUA ROMA
Los romanos disponían de numerosos dioses.
De ellos los más importantes eran Jupiter o jovis (dios principal del cielo resplandeciente) y su
compañera Juno (diosa del nacimiento y de la prole), Marte (dios de la guerra), Jano (dios del acceso a
la casa), Vesta (diosa del hogar), Los Penates (dioses de la despensa), Los Silvanos (genios de los
bosques y las selvas), Los Lares(genios de la casa), Hércules Itálico(dios de la alquería cultivada en paz,
más tarde dios de la buena fe), Vertumno (dios del año y sus estaciones), Saturno (dios de la
Sementera), Ops (dios de los Campos), Flora (diosa de las flores), Bellona(diosa de la guerra), Terminus
(dios de los limites), Juventus (dios de la juventud), Salus (diosa de la salud), Fides (diosa de la fe),
Concordia (diosa de la concordia), Fors (diosa de la Fortuna), Las Camoneae (diosas de las fuentes) y
Dea o Ceres(diosa de la fecundidad.
El primer rey romano, Rómulo fue elevado a la categoria de dios, con el nombre de Quiri−no y este
Dios era eñ principal junto a Jupiter y a Martes mas tarde sustituidos por la triada Jupiter, Juno y
Minerva.
Existían, además, dioses negativos.
Los romanos creían que las almas de los muertos (las manes) bajaban como sombras donde estaba el
cuerpo del difunto, y después volvían al fondo de los abismos, sin comunicación con el mundo de los
vivos.
ARQUITECTURA
LA PLANIFICACION DE LA CIUDAD ROMANA
La típica ciudad colonial romana del periodo final de la República y del pleno Imperio tuvo una planta
rectangular similar a la de los campamentos militares romanos con dos calles principales el cardo (de
norte a sur) y el decumano (de este a oeste), una cuadrícula de pequeñas calles que dividen la ciudad en
manzanas y un perímetro amurallado con puertas de acceso. Las ciudades anteriores a la adopción de
este tipo de planificación, como la propia Roma, conservaron el esquema laberíntico de calles sinuosas.
El punto focal era el foro, por lo general situado en el centro de la ciudad, en la intersección del cardo y
el decumano. Este espacio abierto, rodeado de tiendas, funcionó como el lugar de reunión de los
ciudadanos romanos. Fue además el emplazamiento de los principales edificios religiosos y cívicos,
entre ellos el Senado, la oficina de registro y la básilica,que consistía en una gran sala cubierta,
flanqueada por naves laterales, con frecuencia de dos o más pisos. En las basílicas romanas se
celebraban las transacciones comerciales y los procesos judiciales, pero este edificio se adaptó en
tiempos cristianos, convirtiéndose en la tipología de iglesia occidental con un ábside y un altar al final
de la nave mayor. Las primeras basílicas se levantaron a comienzos del siglo II a. C. en el propio foro
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romano, pero es en Pompeya donde se encuentran los ejemplos de basílicas más antiguas y mejor
conservadas (c. 120 a. C.)
LOS TEMPLOS ROMANOS
El templo principal de las ciudades romanas, el capitolio, estaba por lo general localizado en un
extremo del foro. El templo romano fue el resultado de una combinación de elementos griegos y
etruscos: planta rectangular, tejado a dos aguas, vestíbulo profundo con columnas exentas y una
escalera en la fachada dando acceso a su alto podio o plinto. Los romanos conservaron los tradicionales
órdenes o cánones griegos (dórico, jónico y corintio), pero inventaron otros dos: el toscano, una especie
de orden dórico sin estrías en el fuste, y el compuesto, con un capitel creado a partir de la mezcla de
elementos jónicos y corintios.
Los templos romanos no se levantaron únicamente en el foro, sino que aparecen también a lo largo de
toda la ciudad y en el campo. Uno de los ejemplos posteriores más influyentes fue el Panteón (118−128
d.C.) de Roma, que consistió en el habitual vestíbulo o pórtico hipóstilo cubierto a dos aguas, seguido
por un espacio cilíndrico cubierto por una cúpula, sustituyendo la tradicional cella o habitación
principal rectangular. Los templos rotondos, más simples, como el construido hacia el 75 a.C. en Tívoli,
cerca de Roma, basados en prototipos griegos de cellas circulares perípteras, fueron también populares.
LAS TIENDAS Y LOS MERCADOS
Los edificios lúdicos y las tiendas estaban diseminados por toda la ciudad de Roma. Generalmente las
tiendas eran unidades de una habitación abiertas a las aceras. Muchas muestras, incluyendo las que
asociaban el molino con la panadería, se conservan aún en Pompeya y en otros lugares. A veces, se
construyó un complejo unificado de tiendas, como los mercados de Trajano (98−117 a.C.) en la colina
del Quirinal en Roma, que incorporaban numerosos locales comerciales en diferentes niveles y grandes
vestíbulos abovedados de dos pisos.
LOS TEATROS Y ANFITEATROS
Los teatros romanos aparecieron por primera vez al final del periodo republicano. Constaban de un
alto escenario junto a un foso semicircular (orchestra) y un área circundante de asientos dispuestos en
gradas (cávea). A diferencia de los teatros griegos, situados en pendientes naturales, los teatros romanos
se construyeron sobre una estructura de pilares y bóvedas y de esta manera pudieron ubicarse en el
corazón de las ciudades.
Los anfiteatros (literalmente, teatros dobles) tenían planta elíptica con una pista (arena) central, donde
se celebraban combates entre gladiadores y animales, y un graderío alrededor similar al de los teatros.
LOS BAÑOS PUBLICOS O TERMAS
Tanto las ciudades grandes como las pequeñas, tuvieron termas o baños públicos. Bajo la República se
completaron generalmente con un vestuario (apodyterium) y habitaciones para bañarse con agua
caliente, templada y fría junto a una zona de ejercicios llamada palestra. Bajo el Imperio estas
estructuras comparativamente modestas se volvieron progresivamente más grandiosas. Ejemplos
posteriores, como los baños de Caracalla (c. 217 d.C.) en Roma tenían incluso bibliotecas, tiendas y
enormes espacios públicos abovedados, decorados con estatuas, mosaicos, pinturas y estucos.
LAS DUMOS O CASAS ROMANAS
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Las viviendas unifamiliares se construyeron con una amplia variedad de formas y tamaños, pero las
domus romanas generalmente mostraron preferencia por la simetría axial, que caracteriza también la
mayor parte de la arquitectura pública. Las casas más antiguas, fechadas entre los siglos III y IV a.C.,
parecen haber sido construidas de acuerdo con los modelos etruscos. La domus italica, o casa de los
inicios de la República, constaba de un pasillo de entrada un espacio principal a cielo abierto (atrio) con
un estanque central para recoger el agua de la lluvia una serie de pequeñas habitaciones una zona de
recepción y trabajo, un comedor, una cocina y a veces un pequeño jardín trasero La parte delantera
contaba en ocasiones con estancias abiertas a la calle que servían de tiendas. Durante el final de la
República y el comienzo del Imperio, las casas romanas se convirtieron en unidades más complicadas.
En el atrio se instalaron columnas de estilo griego, el antiguo hortus se ensanchó y se rodeó de una
columnata y la decoración se hizo bastante profusa. Las viviendas de las ciudades más ricas llegarían a
ocupar un bloque entero.
LOS MATERIALES Y METODOS DE CONSTRUCCION
El principal material de construcción romano a partir del periodo republicano, fue el sillar de piedra de
cantería local, utilizado junto con vigas de madera, tejas y baldosas cerámicas. La piedra elegida
variaba desde la toba y el travertino del centro de Italia al brillante mármol blanco importado de
Grecia y Asia Menor o, en tiempos de Julio Cesar, desde Luna (actual Luni, cerca de Carrara, Italia) y
los mármoles policromos traídos desde las canteras de todo el mundo antiguo. A menudo se utilizaron
finas placas de mármol como revestimiento para cubrir las paredes construidas de sillería o sillarejo
ligado con mortero.
Los mármoles dieron esplendor a las construcciones romanas, al igual que a los edificios griegos
anteriores, pero la argamasa, material equiparable al hormigon actual inventado por los romanos, les
permitió levantar edificios imposibles de construir con el anterior sistema de estructuras adinteladas.
Las cubiertas concrecionadas hicieron posible la construcción de los grandes anfiteatros y baños del
mundo romano, así como la cúpula del Panteón y algunos santuarios espectaculares en las colinas, como
el de Fortuna Primigenia en Palestrina, Italia (principios del siglo I a.C.). Debido a que los muros y
cubiertas estaban hechas con moldes, los arquitectos comenzaron a experimentar con configuraciones
irregulares que proporcionaban un cierto dramatismo al interior de los edificios. Aunque la argamasa
romana podía ser revestida con gran variedad de materiales, el ladrillo fue el más popular durante el
Imperio. De hecho, durante los dos siglos anteriores a nuestra era, el ladrillo llegó a ser apreciado por
derecho propio como elemento de construcción en las fachadas de los edificios. Las fachadas de
argamasa revestida de ladrillo se convirtieron rápidamente en el modelo favorito para los edificios
grandes como las insula o casas de apartamentos, las termas y los horrea o almacenes.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
Características:
La base de la economía romana era el sector agrícola y ganadero.
Los romanos consideraban que la tierra formaba parte del ager publicus, en su mayor parte propiedad
del Senado de la que se desprendía como pago a determinadas personas que habían hecho algo a éste.
Las tierras formaban grandes unidades de explotación:
Villae, hoy latifundios, en las que se encontraba normalmente una casa, zonas de granero, zonas de
cultivo, y zonas de viviendas para los esclavos.. La terra dominicata (tierra del señor) era trabajada por
esclavos dirigidos por un delegado del señor.
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Existían otras posesiones, terra indominicata, que también eran del señor pero eran trabajadas por por
colonos que establecían un contacto con el señor.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Es una sociedad desigual donde hay diferencias por nacimiento y riqueza que se asienta sobre una gran
base de esclavitud. Las diferencias vienen marcadas por la ley, no todos los hombres tienen las mismas
capacidades: Hombres Libres Honestiores (patricios) Humiliores (plebeyos) Semilibres Colonos
Libertos Encomendados Esclavos Domésticos Campo Mina ... Los hombres libres tienen plenos
derechos: tienen propiedades, pueden formar parte de las instituciones romanas o ser elegidos.
Hay una diferencia por riqueza: ricos (honestiores o patricios como los generales o militares ricos) y
pobres (humiliores o plebeyos como los artesanos o agricultores libres).
Había tres categorías de hombre libre:
Ciudadano romano: Era aquel nacido en Roma (ciudad) y podía gozar de todos los derechos.
Ciudadano latino: Eran aquellos nacidos en el Lacio.
Tenían los derechos más restringidos.
Ciudadano peregrino: Eran todos aquellos que habiendo nacido en cualquier parte del Imperio se
encontraban de paso por Roma capital.
Los hombres semilibres teniendo ciertas libertades tienen determinados lazos de unión con un hombre
libre: se pueden casar, tener propiedades, gestionar negocios, pero tiene que adorar a los dioses del
señor y hacer ciertos trabajos si él se lo pide.
Categorías:
Colonos: Trabajan las tierras del señor, la terra indominicata y tienen un contrato económico y
personal.
Libertos: Son esclavos manumitidos, es decir, que han conseguido la libertad.
Eran libres pero siempre rendían cierta sumisión al señor, como adorar a sus dioses y cosas de este
estilo.
Encomendados: Eran personasl libres que por distintas causas pasan a depender de otros como para
que aprendan un oficio.
Estos son hombres libres que mantiene cierta sumisión.
Los esclavos son de una categoría inferior, nula, sin derechos ni libertad.
No mandan sobre su persona ni en sus bienes ni en su familia.
Eran propiedad del señor y éste podía hacer con ellos lo que le vienera en gana, hasta matarlos.
Esto último al principio no era penalizado, y en el bajo imperio era multado por destruir material de
trabajo.
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La sociedad contó con muchas comodidades y avances que se perdieron con la llegada de la edad media.
Había agua corriente, cloacas, alcantarillas, acueductos, alimentación sana, fiestas, teatro, circo...
Todo esto tardó bastantes siglos en volver a llegar, incluso se podría afirmar que en algunos sitios se
llegó en el siglo XX.
LA FAMILIA Y LA EDUCACIÓN
La familia es monógama, no acepta la poligamia.
Permite el divorcio y está constituída por individuos de un mismo grupo social (casi siempre, menos
cuando es por un esclavo y una mujer libre o un hombre libre y una esclava)
Tiene carácter patriarcal en el que el padre, el pater familias es el que organiza y plantea la economía y
distribuye los recursos:
sólo él tiene endidad jurídica.
No sólo es el dueño y señor de sus propias cosas, sino que también es amo de todo lo que procede de
toda la dote de su esposa.
Al cabo del tiempo, en el caso de mujeres con cuatro hijos varones podían disponer de sus bienes.
Si era viuda, el padre, su hermano o su propio hijo mayor tenía total potestad sobre la mujer.
A veces los esclavos eran miembros de la familia.
Los clientes eran el grupo de personas que tenían alguna relación con ese pater familias: antiguos
libertos o colonos que pueden llegar a pagar deudas, hacer regalos, dar protección, etc.
Los hijos podían ser adoptados o legales.
Si eran legales (en el matrimonio), podían ser aceptados o repudiados en el momento del nacimiento;
esto último era si el padre no lo elevaba en brazos por la razón que fuere.
Si era adoptado, podía ser de cualquier edad, incluso adultos.
Esto es lo que hacían algunos emperadores.
En la Roma austera de los primeros tiempos eran los padres los encargados de la educación de sus
hijos.
La madre les enseñaba a leer, a hacer cuentas y las leyendas de dioses y héroes.
El padre guiaba sus primeros pasos, orientaba su despertar a la vida, los educaba en los deberes cívicos,
vigilaba sus palabras y acciones y evitava el trato con esclavos.
De este modo aseguraba la continuidad espritual de la raza romana.
El engrandecimiento de Roma y el contacto cultural con Grecia hizo que la educación fuese cada vez
más compleja.
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Por ello, la mayoría confiaba sus hijo a un maestro (magister), generalmente griego, o los enviaba a un
escuela (schola, ludus, ludus litterarius) acompañados por un esclavo de confianza (paedagogus) que les
llevaba el material escolar.
La enseñanza comprendía varios grados.
En el primero, bajo la direccción del magister ludi, litterator, calculator y demás maestros elementales,
el niño aprendía a leer, escribir y hacer operaciones aritméticas.
La lección se daba en una habitación alquilada (taberna, pergula) y a veces en el aire libre o bajo un
póritco de columnas, en medio de un jardín.
El maestro se sentaba en una silla con respaldo (cathedra) o si él (sella), los discípulos, en banquetas
(subsellium).
El material escolar era sencillo: se escribía sobre tablillas recubertas de cera (tabellae, tabulae, cerae)
con un punzón (stilus), que tenía en el extremo opuesto una espátula para borrar lo escrito y allanar de
nuevo la cera (stilum vertere: corregir).
Se juntaban varias tabletas mediante un cordón pasado por orificios practicados en el borde (cerae
duplices, triplices, etc).
El conjunto de varias tabletas se llamaba codex.
Cuando escribían en ellas cartas (epistula, litterae), las ataban con un cordón (linum) y les ponían un
sello (signum) con el anillo (anulus).
El sistema educativo se basaba generalmente en el lema "la letra con sangre entra".
El maestro usaba con frecuencia la palmeta (ferula) y era el ejecutor de los castigos corporales, incluso
por faltas cometidas fuera de la escuela.
Terminados los estudios elementales, comenzaba la enseñanza que pudiera llamarse media, en casa, con
un profesor griego o en una escuela pública.
Con el grammaticus aprendían la lengua y literatura de Grecia y Roma y nociones de Historia,
Geografía, Física, etc.
Con el rhetor aprendían elocuencia y se preparaban para la vida pública.
Sus ejercitaciones eran las suasoriae, o monólogos, en los que personajes famosos de la Historia o de la
Mitología sopesaban el pro y el contra antes de tomar una decisión, y las controverisae, discusiones
entre dos escolares que defendían puntos de vista opuestos sobre los temas más variados.
LA VIDA DIARIA
Todos los libros de historia nos cuentan lo que hacían los Romanos a lo largo del día: que si iban a las
termas, que si empezaban a cenar a una hora sin saber a qué hora iban a terminar, y otras ocupaciones
por el estilo.
Sin embargo, esas costumbres las tenían los ciudadanos ricos, que eran los más cultos, que sabían
escribir, y nos han dejado escrito cómo pasaban el día. Pero éstos eran muy pocos en comparación con
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la gran mayoría que no tenía otra cosa que hacer que trabajar de sol a sol, sin poder ir a las termas, sin
poder dedicar mucho tiempo a la cena porque no tenía con qué.
Bien es verdad que había mucha gente ociosa, que no hacía nada y que se beneficiaba de los repartos
gratuitos de trigo que regalaba el gobierno, y de la asistencia, también gratuita, a los espectáculos
públicos. De ahí la frase "panem et circenses", o sea, alimento y diversión.
Esto se hacía con el fin de que los que no tenían nada que hacer, estuvieran ocupados y no organizaran
altercados de orden público.
Todos los habitantes de Roma se levantaban con el sol, a la hora I. Había que aprovechar la luz natural,
ya que la artificial era mala, cara y maloliente: se quemaba aceite o sebo, que además de producir mal
olor manchaba las paredes con un humo negro.
El desayuno ("ientaculum") solía ser frugal: algunos frutos secos, fruta del tiempo, queso; a
continuación, cada uno acudía a sus ocupaciones.
Un paterfamilias acomodado solía recibir la visita de sus "clientes", que venían a desearle buen día y a
ponerse a su disposición a cambio de algunas monedas o provisiones para pasar el día. Luego, iba al
foro o al senado hasta la hora V, en que se tomaba un respiro y un tentempié ("prandium") e iba a las
termas a hacer las relaciones sociales propias de esos lugares.
A la hora VI descansaba por ser la mitad del día. Nuestra "siesta" procede de esa costumbre de romper
la rutina para descansar. Volvían a sus ocupaciones habituales hasta la hora IX o X, en que comenzaba
la cena, y así estaban preparados para meterse al lecho con el crepúsculo.
Normalmente no se trasnochaba. Las calles de Roma eran peligrosas por lo oscuras y por lo estrechas.
En cualquier lugar, al abrigo de la oscuridad, podía cualquiera clavar un puñal a otra persona. Puñal
se dice "sica", y los que lo usaban para asesinar a otros, "sicarios". Éstos se alquilaban a quienes
querían quitar de en medio a otros. Por eso, los que tenían que salir de noche se hacían acompañar de
varios esclavos armados y con antorchas para prevenir cualquier encuentro.
La "cena" era la principal comida del día. Constaba de entrantes ("gustatio"), la "prima mensa" que
se componía de varios platos ("prima, secunda, tertia cena") y los postres, que se llamaba "secunda
mensa".
Para empezar tomaban frutos secos, olivas, verduras, dátiles, queso y huevos preparados de diferentes
maneras. Seguían distintos platos de pescado y carne, y por fin, la fruta, dulces, etc. "Ab ovo usque ad
mala" que significa "desde el huevo hasta las manzanas" quiere decir que algo se realiza de principio a
fin: desde los entremeses hasta la fruta.
Cuando se quería agasajar a alguien se le invitaba a cenar. Se le ofrecía el lugar más distinguido en el
"triclinio" (comedor) y se le presentaba el "mulsum", que era un vino de bienvenida mezclado con agua
y miel. Los platos podían ser presentados de muy diferentes maneras, algunas artísticas, sobre todo si se
trataba de platos exóticos. Petronio cuenta cómo en la cena de Trimalción, un liberto enriquecido, u
hábil cocinero presentó un ganso engordado rodeado de peces y pájaros, pero todo ello era carne de
cerdo. Macrobio habla de animales cocidos rellenos de otros animales, incluso algunos de ellos vivos,
como el jabalí de Trimalción, relleno de tordos vivos que salieron volando en cuanto se rajó la carne.
Pero esto no era lo normal.
Lo que sí que lo era se llamaba "garum", que era una especie de salsa−condimento que acompañaba a
todos los platos. Tenía un sabor muy fuerte. Se hacía con pescado al que se le echaba sal y se dejaba que
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se descompusiese. Después se trituraba convirtiéndolo en un líquido espeso.
Era una salsa muy apreciada, objeto de comercio y de exportación. Marcial le dedicó estos epigramas:
Se cuentan historias sobre la cena de los Romanos en que, para prolongar el placer de la comida, se
tocaban con una pluma la úvula (campanilla) que está al fondo de la garganta, devolvían lo comido y
comenzaban a comer otra vez. Pero, aunque esto lo hicieran algunos, no se puede decir que fuera
habitual.
Más lo era prolongar la sobremesa ("comissatio"), con tertulias sobre los temas más diversos, incluso
con algún espectáculo circense o musical, mientras picaban algunos pinchos acompañados de bebidas,
frías o calientes. Los anfitriones solían mostrar a sus invitados las últimas adquisiciones que habían
hecho, tanto de mobiliario como de personal, generalmente esclavos. Si eran deformes o tenían alguna
habilidad formaban parte del espectáculo de la sobremesa. Eran muy apreciadas las "puellae
gaditanae" (las muchachas de Gades <Cádiz>) como bailarinas. No quiere decir que todas fueran de
Cádiz, pero se las denominaba así.
HABITANTES DE ROMA
Había tres clases de residentes en Roma: los ciudadanos romanos, los extranjeros y los esclavos.
Los extranjeros, generalmente personas originarias de países del entorno greco−romano, estaban
protegidos y vigilados por el praetor peregrinus, un alto magistrado que se ocupaba de sus asuntos,
como sus impuestos conflictos legales entre distintas jurisdicciones, etc. Había miles de extranjeros en
Roma, la mayoría dedicados a todo tipo de negocios.
Los esclavos lo eran o bien por nacimiento, porque ya nacían esclavos, o por haber sido hechos
prisioneros en campaña y esclavizados. Estaban sometidos a la tutela de sus amos que podían incluso
ejecutarlos sin juicio previo, pero tenían el derecho a ahorrar dinero para poder comprar así su
libertad o ser liberados directamente (manumitidos) por su amo. Una vez libres eran libertos y podían
ingresar en la gens (tribu) de su amo o en la de otro romano y adquirir así la ciudadanía romana. Hubo
muchos libertos que llegaron a los más altos puestos de la administración romana, como Palas y
Narciso, dos libertos griegos que fueron ministros con el emperador Claudio.
Los ciudadanos romanos eran los "auténticos romanos", o al menos así lo creían ellos, ya que ni Mario
ni Pompeyo eran "auténticos romanos". Fue precisamente Pompeyo el primer general que concedió la
ciudadanía romana en bloque a muchos españoles, entre ellos al famoso Balbo, que fue la mano derecha
de César y cuyo sobrino, Balbo el Menor fue el primer cónsul romano de origen "no romano". Y el
mismo César concedió la ciudadanía romana a Gades (Cádiz) y a otras ciudades, además de a toda la
Galia Cisalpina. El sueño de César era hacer de Roma un Imperio Universal integrando en él a todos
sus habitantes tuvieran la procedencia que tuvieran. Y se cumplió, ya que el Imperio Romano fue
posteriormente gobernado por "romanos no auténticos" como los españoles Trajano o Adriano... ¡o
incluso un cartaginés! como Septimio Severo.
¿CÓMO ERAN LOS ROMANOS?
La estatura media de los romanos debía rondar, aproximadamente, el metro setenta. Los objetos
encontrados, tanto armas como enseres domésticos así lo atestiguan. Eran unos típicos mediterráneos
occidentales, como los italianos o los españoles de hoy en día. En la época de César, la inmensa mayoría
de los hombres iban con la barba afeitada por influjo griego (el uso de la barba es una moda histórica
de carácter cíclico en los pueblos occidentales). Los hombres llevaban el cabello corto y las mujeres
recogido en trenzas que formaban moños. Los romanos prestaban mucha atención a la higiene personal
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y procuraban darse un largo y meticuloso baño siempre que podían. Su media de edad era de casi
sesenta años (en la Edad Media era de menos de cuarenta), por lo que consideraban ya como adulto a
un muchacho de quince años. Se vanagloriaban de ser un pueblo de origen rural y se enorgullecían de
ello. Sus enemigos les llamaban "comedores de nabos" ya que esta hortaliza era su plato nacional y
gustaban de comer abundantes verduras frescas y también pescado y carne. ¡Dieta mediterránea! Pues
sí. Ellos la inventaron, con el aceite de oliva como ingrediente esencial. Sobre los famosos banquetes tipo
Lúculo y demás personajes a base de confituras de orejas de cerdo, etc. decir que algunos sibaritas se
daban a este tipo de delicias culinarias, pero la gente normal comía a base de una dieta sana y
equilibrada que explica que el romano fuera un hombre sano y fuerte. Por eso el romano era más alto
que el hombre de la Edad Media, más fuerte y vivía más años, porque estaba mejor alimentado y vivía
en un entorno más higiénico.
El ciudadano romano tenía tres nombres: el praenomen (Cayo), el nomen (Julio) y el cognomen (César).
El praenomen era el nombre de pila y cada gens utilizaba siempre tres o cuatro que se consideraban
"típicos" de ella (en la gens Julia los más utilizados eran Cayo, Lucio y Sexto). El nomen era el de la
propia gens a la que pertenecía y que así le identificaba. Siempre acababa en IUS (en castellano IO),
como Julio, Cornelio, Mario, Publio, etc. El cognomen era un apelativo, un mote que en algún momento
dado se había puesto a un distinguido miembro de la gens y generalmente aludía a alguna característica
física. Por ejemplo, César significa "cabellera" (lo cual le disgustaba mucho a él, que sufría de calvicie
prematura). Había otros como el de Pompeyo Estrabón (Estrabo significa "vizco").
Cada ciudadano romano era miembro de una gens o tribu. La de César era la gens Julia que se suponía
descendía de la diosa Venus. Roma se dividía en clases censadas. En primer lugar estaba la clase
senatorial formada por los senadores u Orden Senatorial que formaban la aristocracia de más rancio
abolengo. Se era senador por varios motivos: por derecho de nacimiento al ser el cabeza de una de las
gens como era César, pero había que tener un mínimo de propiedades rurales para poder entrar en este
censo y muchos se quedaban fuera. También se lograba el escaño senatorial siendo promovido a un alto
cargo sacerdotal. César entró en el Senado por primera vez como Flamen Dialis de Júpiter. O se podía
entrar en él tras las reformas de Sila si se conseguía ganar una Corona Civica, y así fue como César
entró por segunda vez en el Senado. Los senadores tenían por ley prohibido tener otros negocios que los
rurales. En la época de César había 300 senadores.
Por debajo de los senadores estaban los caballeros, pertenecientes al Orden Ecuestre. Originariamente
eran los ciudadanos capaces de mantener un caballo y actuar como jinetes en la guerra. Y la base de
esta distinción quedó para siempre, porque para pertenecer al Orden Ecuestre sólo era necesario
acreditar una determinada fortuna. La mayoría de los caballeros se dedicaban a los negocios: comercio,
finanzas, etc. ya que estas actividades estaban prohibidas para los senadores.
Bajo éstos estaban las siguientes clases, censadas según sus bienes hasta llegar al capite censi o censo por
cabezas, que englobaba a todos los que no llegaban al mínimo de fortuna personal y por ello estaban
exentos de cumplir el servicio militar ya que no podían pagar su armadura. De estos hombres "inútiles
para la guerra" sacó Mario el ejército con el que derrotó a los germanos y ellos fueron la base de las
legiones de Roma a partir de entonces.
Durante la República, que duró casi 500 años hasta la muerte de César, el gobierno de Roma se
constituía a partir de magistrados elegidos anualmente por votación entre los ciudadanos. La cabeza del
gobierno eran los cónsules, que eran dos y que se ocupaban de redactar las leyes que luego debían
aprobar el Senado y la Asamblea del Pueblo. Estas leyes podían ser vetadas por los tribunos de la plebe
si consideraban que perjudicaban los intereses del Pueblo Romano. Los cónsules estaban asistidos por
los pretores y cuestores que se encargaban del gobierno efectivo del día a día.
Pero sin duda, lo más llamativo de los romanos, para nosotros, sea su vestuario.
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VESTUARIO
Los ciudadanos romanos vestían la famosa toga. Una enorme prenda de lana en forma de media luna
que se enrollaba alrededor del cuerpo y se mantenía sujeta sin broches ni alfileres, por lo que debía ser
pesada y ponérsela debía ser todo un arte, ya que según los escritos antiguos era prácticamente
imposible hacerlo sin ayuda. La toga era el símbolo de la ciudadanía, y sólo los ciudadanos estaban
autorizados a usarla, aunque la gente corriente sólo la utilizaba en ocasiones especiales (de la misma
forma que hoy utiliza el traje y corbata uno que no tiene que trabajar con ellos). Los senadores, los
caballeros y los magistrados la usaban siempre en público. Con la toga, el romano vestía una túnica
también de lana cuyas mangas llegaban hasta los codos y su borde inferior hasta las rodillas, pero por
detrás era unos cuatro dedos más larga. Para ceñirla al talle se usaba un cinturón de piel o un ceñidor
de cáñamo. Tanto el color de la toga como el de la túnica eran el color natural de la lana: crema claro.
Los soldados vestían una túnica más corta que llegaba hasta por encima de las rodillas también del
mismo color. Los senadores llevaban en la túnica el latus clavus, dos franjas de púrpura, un raro y muy
caro tinte extraído de un molusco:
de unos cuatro dedos de anchura que bajaban desde los hombos hasta la parte inferior, los miembros
del orden ecuestre, los equites o caballeros, llevaban el angusus clavus, dos franjas de púrpura de unos
dos dedos de anchura. Los ciudadanos se calzaban con unos zapatos de piel llamados perones, que
solían ser de color cuero y se anudaban con cordones o hebillas. Los legionarios usaban las famosas
caligae o sandalias de cuero con suela claveteada por clavos de hierro. Los senadores calzaban unos
zapatos especiales llamados calcei de color rojo o negro con una hebilla de plata en forma de media
luna que les distinguía.
La diferencia de clases era palpable a simple vista, no sólo porque, obviamente, los más afortunados
vistieran prendas de mejor calidad, sino porque el atuendo romano, a pesar de ser el mismo para todos
los ciudadanos, tenía una serie de símbolos bien visibles que identificaban la clase a la que pertenecía su
portador.
1− Un ciudadano romano común, con su túnica, su toga encima y los perones. Generalmente se
representan tanto la túnica como la toga romanas de color blanco, pero solían ser del color natural de la
lana virgen, es decir, un color crema claro. Esta toga normal es la Toga Alba o Toga Virilis.
2− Un caballero, reconocible porque en su túnica luce las dos franjas de púrpura estrechas o angusus
clavus. Aquí sólo es visible una de ellas, ya que la del lado izquierdo queda oculta por la toga.
3− Un senador, reconocible por los calcei (zapatos) rojos y las franjas de púrpura de cuatro dedos de
anchura de su túnica (latus clavus). Los zapatos de los senadores también podían ser negros. Los
senadores llevaban un anillo de hierro en el dedo anular de la mano derecha.
4− Un magistrado en ejercicio. La anchura de las franjas de púrpura de su túnica dependían de si era
senador o caballero, pero todos los altos magistrados en ejercicio llevaban la Toga Praetexta, una toga
con una franja ancha de púrpura bordeándola.
5− La Toga Picta o Toga Triumphalis era toda de púrpura y estaba bordada en oro. Fue la toga usada
por los reyes de Roma durante la Monarquía. Durante la República sólo podía llevarla el vencedor
mientras celebraba su Triunfo. Generalmente la túnica también era de púrpura. No sabemos cuándo
los emperadores empezaron a usar esta toga en la época imperial, pero los de la dinastía Julia−Claudia
(de Augusto a Nerón) no se atrevieron a ello ya que en ese periodo, la posición legal del emperador era
la de un Primus Inter Pares (el primero entre iguales) y su uso continuo hubiera molestado al Pueblo. De
hecho, los primeros emperadores ni siquiera usaron la Toga Praetexta salvo cuando ejercieron alguna
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magistratura. Limitándose a vestir siempre como un senador más. Los estrafalarios vestidos
holliwoodienses con que nos "obsequian" la mayoría de las "películas de romanos" están pues bastante
de sobra.dan colorido a la pantalla, pero no son en absoluto históricos.
6− La Toga Trabea del Pontifex Maximus con franjas escarlatas, color rojo muy vivo:
y púrpuras. Esta es la famosa "toga de colores" que cita Cicerón y que llevó César cuando ejercía de
Pontífice Máximo.
7− La Toga Pulla era la toga de luto. De color negro. Si el enlutado era un senador se ponía una túnica
con las franjas de púrpura estrechas de los caballeros.
8− Durante las elecciones, los candidatos se ponían la Toga Candida, una toga normal pero blanqueada
con polvo de yeso para que fuera completamente blanca.
¿Qué forma y medidas tenía la toga romana? Durante siglos estas preguntas han sido objeto de debate.
La toga era una prenda cuyo origen desconocemos, pero que para los romanos era el símbolo externo
no sólo de su ciudadanía, sino de su posición en la estructura de gobierno del estado. En las películas
solemos ver a los romanos cubiertos con una capa sujeta por un broche. Nada más ridículo, ya que la
toga era una prenda enorme, el que se la ponía necesitaba la ayuda de otro para enrrollarla al cuerpo y
ajustar los pliegues, ya que hasta los pliegues habían de tener una forma tradicional. ¡Y de broches
nada! La toga debía mantenerse sin nigún tipo de broches o sujetadores, sólo por su propio peso.
Un tema complicado, ya que las estatuas que se han conservado nos muestran togas perfectamente
colocadas, con los pliegues exquisitamente dispuestos, como no podía ser menos, pero una toga colocada
no nos dice nada acerca de su forma y medidas. Así, unos pensaban que tenía forma rectangular y otros
forma semicircular. Pero como el movimiento se demuestra andando y no con teorías
académicas, Llillian Watson descubrió, tras gran número de pruebas cuál es la forma exacta de la toga
romana:
ARTE
ORIGENES DEL ARTE ROMANO.
Los orígenes del arte romano se remontan a las antiguas culturas itálicas, los etruscos y los griegos.
ARTE ETRUSCO:
Los etruscos se asentaron en la región de etruria, es un pueblo cuyos orígenes son un misterio, se cree
que provenían de Asia Menor. Es un pueblo que rinde un culto especial a los muertos y decoran sus
tumbas con deliciosos frescos, en los que se representan escenas alegres de la vida. Son parecidos a los
griegos, sólo que hay una serie de características que los diferencian, y son la caracterización de los
tipos y el retrato. Por primera vez en la cuenca mediterránea aparece el retrato no idealizado. También
aportarán el empleo del arco, y la creación de la columna toscana se debe a los etruscos, que es igual
que el dórico pero con basa. La loba Capitolina, símbolo de Roma, puede ser el símbolo del traspaso de
lo etrusco a lo romano.
ARTE GRIEGO.
Con la proclamación de la república de Roma en el 509 a.C. el Imperio se fue expandiendo cada vez más
hasta que entró en contactó con los griegos, que estaban en pleno apogeo Helénico. Multitud de artistas
griegos son llevados a Roma como esclavos. En el siglo II d.C. el dominio de Roma alcanza su máxima
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extensión. El Romano tenía la idea de que los trabajos manuales no eran dignos de un ciudadano por lo que
ceden ese puesto a sus esclavos, un ejemplo son los talleres griegos, donde se realizaban copias de las
esculturas griegas, gracias a estas copias conocemos la estatuaria de Grecia.
CARACTERES PROPIOS.
Hasta el siglo I a.C. no se contempla el arte romano como algo propio y genuino. Los romanos se
trajeron todo lo que pudieron del mundo helénico, aunque hubo cosas que no pudieron, como las
pinturas al fresco, o edificios, solo pudieron traerse vasijas, esculturas y columnas. Pero los romanos no
copiaron para nada la arquitectura griega, en lo que se refiere a la organización de la ciudad, que los
romanos hicieron muy bien. Después, las pinturas romanas las encontramos en domicilios, en la vida
familiar, mientras que la griega solo se encuentra en palacios o templos, la pintura partiendo de una
base griega, prono evolucionó y optó un estilo propio. No se declinaron tanto por la escultura, por lo
que siempre fue muy parecida a la griega.
Pero el retrato, copiado de los etruscos, se mantuvo, con las famosas mascarillas.
SENTIDO DE ESPACIO Y URBANISMO
El hombre griego siente el espacio como algo exterior. Pero el romano concibe el espacio como algo
interno, lo que lleva a la construcción de grandes locales cerrados. El romano sabrá desarrollar una
arquitectura en la que lo importante será la creación del espacio interior.
Las primeras ciudades se hicieron con un pensamiento agrario, pero con el crecimiento del Imperio, y el
crecimiento de las ciudades, éstas no estaban preparadas para eso, es el caso de Roma. Pero en las ciudades
modernas, el romano comienzan a practicar el sistema de cuadrícula, que da soluciones claras y rápidas. La
ciudad se partía en cuatro cachos, por dos carreteras la vía decumana ( Este−Oeste) y el cardo (Norte−Sur).
Un ejemplo de ciudades modernas pueden ser Mérida o la ciudad de Timgad.
ARQUITECTURA.
Obras públicas de ingeniería:
La gran expansión del Imperio, requiere que haya una buena comunicación entre provincias, por lo que se
construyen calzadas. El arco, muy manejado por el arquitecto, lo tomaron de los etruscos, pero lo emplearon
como jamás se ha visto en la historia, en puentes y acueductos. Los romanos eran más ingenieros que artistas,
un ejemplo es el acueducto, que salva largas distancias para traer agua a una ciudad.
Monumentos públicos.
Basílicas, teatros, termas... La basílica es el lugar de reunión para relaciones comerciales o para administrar
justicia. Consta de tres naves, la central más alta para poder abrir vanos en ella y dejar que entre la luz. Un
ejemplo es la de Majencio, que en el fondo de la nave, se alza una media cúpula.
Las termas, cuyas cubiertas eran abovedadas, en las termas se reunía la gente era como un lugar de reunión
social un club. Cabe destacar las Stabianas en Pompeya.
Los teatros, se construyen con la idea griega, pero a diferencia de estos, se construyen en su totalidad, y en la
ciudad no a las afueras de esta. Cabe destacar el de Mérida.
El anfiteatro, es una invención romana, que como su nombre indica son la unión de dos teatros, sirve para
juegos y luchas. El más famoso es el Coliseo.
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El circo, servía para carreras de caballos, carros y ejercicios atléticos. En el centro se levanta la Spina, para
determinar el circuito, y que los caballos supieran donde había que girar. Quedan restos en Mérida y Toledo.
Monumentos conmemorativos.
No hay un mejor ejemplo que el arco del triunfo, que nos demuestra, como el romano busca en la arquitectura
demostrar su grandeza. El prototipo es el arco de Tito. Otros son las columnas decoradas narrando una hazaña.
Edificios religiosos: templos
Los templos romanos toman lo esencial de los griegos, pero introducen serias modificaciones. Ante todo casi
nunca serán perípteros y las columnas sólo ofrecerán un pórtico a la entrada. A los lados estas están adosadas
al muro, y el templo se asienta sobre un gran pedestal el podium. Los templos circulares, en su mayoría son de
pequeñas dimensiones y sin problemas técnicos ya que su cubierta es de madera, con una cúpula no apreciable
desde el interior. Un ejemplo es el templo de Agripa.
Arquitectura doméstica.
Es una de las pocas culturas, en la que el carácter doméstico adquiere tanta importancia. Con las influencias
griegas, los romanos adoptaron el peristilo, o patio de columnas. En ocasiones se alzan casas de hasta 5
plantas. Un ejemplo son las de Pompeya oHerculano.
ESCULTURA
Tiene un marcado carácter que es el realismo. La razón no está clara, pero es cierto que los etruscos eran
maniáticos del realismo en sus representaciones funerarias, pinturas de sus tumbas. En Roma se dan dos
ramificaciones en la escultura, la realista (para que el pueblo la pudiera entender) y la idealizada (de las altas
esferas) el romano tiene mucho interés en que se recuerden sus hazañas, por ellos busca que la gente entienda
el mensaje de la escultura.
El relieve.
También se ve el realismo romano. Al término de la república se generaliza un tipo de relieve helenístico, en
el que se recurre a efectos de profundidad. El ara era una pequeña construcción en la que se hayaban muchos
relieves. Encontramos relieves en el arco de Tito, conmemorando la victoria sobre los judíos, y en los
sarcófagos.
El retrato.
Es de origen etrusco y helenístico, es el tema más apasionante que ofrece la estatuaria romana. El artista
esculpe en las cabezas una fidelidad al modelo que traduce no sólo el parecido físico sino el psíquico. Retratos
de Pompeyo, Cicerón y Cesar.
LA PINTURA Y EL MOSAICO
La pintura
La escultura que optó un papel importante, en el siglo II, deja este papel a la pintura en el siglo III. En general
las pinturas se realizaban al fresco y son protegidas por una capa de cera que aviva los colores.
Los retratos pintados, fueron tal vez copiados de Egipto. Ejemplo el panadero y su esposa.
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El mosaico.
Los romanos usaron la técnica del mosaico para decorar sus interiores, suele colocarse en el suelo, un ejemplo
es el encontrado en Pompeya de la batalla de Alejandro con Darío.
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