¿LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LA GERENCIA EDUCATIVA CONTRIBUIRÁ CON LA TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO EN EL ESTADO LARA? Diluz Queralez Los inicios del siglo XXI han sido propicios para el estudio de un conjunto de planteamientos sobre el quehacer educativo que llaman a la reflexión, no sólo por el momento en el cual están insertos sino por las evidencias transformadoras de su contenido que han afectado la manera de concebir al mundo, al conocimiento, y al hombre, al suplantar progresivamente los paradigmas que han servido de sustrato al desarrollo científico, tecnológico y humanístico del mundo moderno. La teoría y la práctica educativa no se encuentran al margen de esta realidad, motivo por el cual en estos nuevos escenarios, la significación de la mujer como gerente educativo considerársele en su gestión asume una connotación diferente al como factor transformador del Sistema Educativo, con el fin de formar al ser humano que demandan los distintos sectores de la sociedad y más aún, formarse dentro de la sociedad del conocimiento, para el logro de mayor equidad, calidad de vida, calidad educativa y justicia social, así como la habilidad de desarrollar y procesar información, integrarla significativamente a la estructura previa de conocimiento con el fin de generar nueva información y resolver problemas de diferente naturaleza. En el sentido epistemológico, Drucker (1.999) ha insistido en la necesidad de prestar atención a la productividad del conocimiento, llegando a considerar que éste constituye la única ventaja competitiva real del sistema educativo. De allí que sostenga que el aporte más importante que la gerencia educativa necesita hacer en el siglo XXI es elevar la productividad del trabajo, del conocimiento y de quien trabaja con ella. El desarrollo del conocimiento ha sido causa y consecuencia de estudios evolutivos que denotan representaciones epistémicas más allá de lo sintáctico-estructural y de lo semántico-vivencial en donde el hombre es el centro de la sociedad del conocimiento. El hombre postmoderno está ávido de que sus espacios sociales encuentren solución a sus problemas sobre la base del conocimiento y el redimensionamiento de la cientificidad. Para ello, es imperativo desagregar el modelo social que se está desarrollando, para luego analizar el sistema educativo que lo sustenta, ya que actualmente necesita su transformación. En el mundo globalizado es indispensable revisar el estado del desarrollo académico del conocimiento en una sociedad que demanda que el mismo sea recreado constantemente, con el objeto de relacionarlo con factores reales de productividad y competitividad, por lo tanto la asociación conocimiento-sociedad-educación no es una relación lineal e indefinida, por el contrario, es una vinculación dinámica e interactiva. Las Universidades del Estado Lara tienen asignada una misión educativa que enfatiza en la aplicabilidad del conocimiento en su entorno natural. Desde la creación de estas instituciones ha existido la preocupación porque las mismas respondan a las necesidades del sector productivo mediante la formación sistemática de recursos humanos pertinentes, puesto que las universidades, han hecho de la docencia y de la formación de recursos humanos su principal razón de ser. La presente reflexión sostiene el planteamiento de considerar si la participación de la mujer en la gerencia educativa a nivel superior contribuirá a la transformación del sistema educativo, específicamente en el Estado Lara. Por ser la mujer un “ente” de transformación en esta época de cambios, y en atención a su significación, se formulan planteamientos que sostienen que la mujer siendo gerente, necesariamente… ¿implicará cambios en el sistema educativo? hasta qué punto la aceleración de los cambios y la rapidez con que se producen haya influido en la estructura de las organizaciones educativas, en el ámbito laboral y en la vida de la gente, debido al impacto que ha tenido la mujer al ser gerente educativo en la sociedad de hoy. ¿Pudiera ser esto cierto? Arango (1995) expresa que es asombroso y preocupante que el sistema educativo, en todos sus niveles y con pocas excepciones, aun dificulta la participación de la mujer como gerente en las instituciones de educación superior. A lo largo del siglo XVII se planteó en el marco político, los derechos, planteamientos éticos, el cual la sociedad fue heredera. Se planteaban nuevas esperanzas para la humanidad: libertad, igualdad, felicidad y entre ellas, una que sería la llave de acceso a todas las demás, derecho a la educación. Amorós (1997), citando a Rousseau afirma, al hablar de la mujer, que las veía como un sexo, cuya educación debería limitarse a garantizar el cumplimiento de lo que por naturaleza le viene dado: agradar, ayudar y criar hijos. Los libros no estaban hechos para la naturaleza femenina. Según Amorós (1997) señala que nace el proyecto de una ley referida a la igualdad social, en la cual se prohíbe a la mujer aprender a leer, este planteamiento se justifica por la época en que se producen los hechos. Rousseau argumentaba que la desigualdad y jerarquía entre los sexos respondían a privilegios ancestrales injustos, a desigualdades educativas y sociales, no a diferencias naturales. Wolistonecraft (2004) cuestiona lo afirmado por Rousseau y rechaza la marginación de las mujeres de los nuevos espacios de derechos y libertades. Barquet (1994) señala que la revolución francesa concedía a la mujer la posibilidad de cursar solamente la primaria, más no la media y superior. A lo largo del siglo XIX Hegel, Schopenhaner y Nietzsche destinaron su inteligencia y creatividad a validar con nuevas categorías y justificaciones el viejo discurso religioso que fundamentaba la marginación o no participación de la mujer en la educación y de la misma sociedad. El sexo masculino encarnaba el espíritu, la razón, las leyes, las libertades, las instituciones; el sexo femenino, la naturaleza, reproducción, ámbito doméstico y cuidados. El sufragismo centró su lucha en dos objetivos que sería: la puerta de acceso a la ciudadanía, a los derechos y a los bienes, derecho al voto y derechos educativos, así se aseguraría la enseñanza reglada, aunque fuera con la justificación de cumplir funciones de madre y esposa, y el segundo objetivo era reclamar la enseñanza media, aunque fuera para asegurar la virtud de las que no accediera al matrimonio. Durante el siglo XIX y hasta el primer cuarto del siglo pasado, algunas mujeres fueron admitidas en las universidades, apareciendo citadas en las actas de final carrera, pero sin obtener su título. Como oyentes u obligadas a ir vestidas de varón. Durante este período las mujeres, casi ausentes de la educación, no dejaron de ejercer su papel de educadoras y cuidadoras en el ámbito doméstico. Cooper (1997) indica que en la actualidad las madres siguen siendo las responsables de la educación de sus hijos e hijas, tanto en el ámbito doméstico, como en su prolongación en los centros docentes; son las que más trabajan en las asociaciones de padres y madres, pero las que más detenta menos cargo, las cartas van dirigidas a los padres, pero son ellas la que acuden a los centros educativos a hablar con tutores y con el profesorado, las que más se implican en las actividades extraescolares. En los primeros días del siglo XXI se sigue encontrando en diferentes posiciones sociales, educativas, políticas, económicas, culturales, la ausencia de la mujer en porcentaje muy bajo. Uno de los logros más significativos que a experimentado el país en las tres últimas décadas es el referente al avance de la mujer en su condición social, jurídica, económica y política. Reconocer lo anterior no obstaculiza aceptar que existan importantes rasgos que perpetúan la marginación de la mujer en diversos ámbitos sociales. Brindar igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en todos los niveles educativos es considerado como un elemento de transformación social, cuyos beneficios transcienden a la mujer y llegan hasta su familia y la comunidad. Coopper (1997) señala que en diversas investigaciones han demostrado que al incrementarse los niveles educativos de las mujeres, éstas disminuyen su fecundidad, mejoran su salud reproductiva, elevan su productividad y sus ingresos, y en general, amplían sus márgenes de libertad y poder, tanto de orden individual como colectivo. En Latinoamérica la incorporación formal de la mujer al mercado laboral ha sido muy reciente. Todos los factores de modernización han influido en las transformaciones de la estructura familiar. Entre los cambios más notables se encuentran: la disminución de los patrones de fecundidad, el descenso de las tasas de natalidad, el incremento de las edades de nupcialidad, la disminución de la etapa reproductiva de las mujeres, por su ingreso más tardío a la unión conyugal, el incremento en las tasas de separación y divorcio, el aumento de las jefaturas femeninas, particularmente en los hogares de los sectores pobres, disminución de las tasas de morbilidad y mortalidad de niños y madres, la doble jornada laboral de las mujeres trabajadoras remuneradas o no remuneradas. Las empresas más avanzadas, entre ellas, las instituciones de educación superior, son las que reconocen que deben dirigir a los trabajadores docentes de una forma nueva, en el pasado la definición de dirección y gerencia implicaba el control de las personas y de los recursos. Dirección significa control y sistemas de control. La gerencia significa el que dirige los negocios en una sociedad o empresa en general. Participación indica intervención de los miembros de un grupo, empresa, en la gestión de este mismo grupo con un poder decisorio. Las instituciones de educación superior ya no necesitan directores, lo que necesitan son gerentes que ayuden a formar equipos en los que otros compartan las funciones directivas, a este nuevo estilo se le denomina, liderazgo o gerente transformador. El gerente transformador descubre las necesidades del personal y de su entorno; impulsa las aspiraciones, ayuda a dar forma a las cualidades, es decir, moviliza el potencial de los seguidores en lugar de dar órdenes o controlar directamente las actividades, estos gerentes educativos fijan las directrices y dejan que sus seguidores la lleven acabo a su manera. Debido a que estos gerentes se apoyan en la autoridad conferida por su posición jerárquica, deben también ganarse la confianza y la colaboración de los empleados por medio del carisma personal y de la competencia profesional. Las mujeres como gerentes tienen mayor aptitud para mantener unas relaciones estrechas con los demás. Toman en cuenta los sentimientos en el momento de tomar decisiones, esforzándose por llegar a soluciones en donde todos ganan, y evitan situaciones en las que alguien tenga que perder. Naturalmente estás cualidades no las poseen todas las mujeres gerentes en el mismo grado, ni tampoco es cierto que todos los gerentes carezcan absolutamente de ella. El estilo de gerencia femenina se compone de muchas cualidades y características diferentes de las que los hombres utilizan habitualmente. A pesar de ello consideradas en conjunto, dichas cualidades representan un estilo de gerencia diferente que parece funcionar extremadamente bien en muchas mujeres, el cual conducen hacia una acción transformadora del sistema educativo, específicamente en el estado Lara. Otras cualidades personales de los gerentes educativos, es ser activo, emprendedor, sensible y atentos a los cambios, capacidad de construcción, ser rigurosos, capaces de convocar a participar, capacidad de prevención, ser persistente y dedicados, ser flexibles, tener capacidad de escuchar, seguro de sí mismo, ser paciente, voluntarioso, creativo, organizativo, riguroso, saber mirar para ver y actuar, capaces de delegar funciones, ser crítico. En lugar de pretender una mejor eficiencia, a partir de realizar mas de lo mismo, el gerente debe planificar y concretar nuevas posibilidades no solo en el interior, sino en el exterior de las instituciones existentes. El modelo de gerencia femenina de acuerdo a algunas características claves origina un nuevo estilo de gerencia, el cual contribuiría a la transformación del sistema educativo en Lara. Debe reunir las siguientes características: Debe caracterizarse por un nuevo estilo operativo: cooperativo. Una estructura de organización conformada por equipos que garanticen la funcionalidad del sistema educativo, teniendo como objetivo básico lograr la calidad de la educación y tener un estilo de resolución de problemas: intuitivo / racional. El problema es que se ha interpretado la igualdad en el sentido de significar que debían aplicarse a todos exactamente las mismas normas de conducta que tradicionalmente practican los hombres. El resultado ha sido que las mujeres que han triunfado en este campo generalmente lo han conseguido adaptándose a las normas masculinas, mientras que aquellas que se han comportado según su estilo propio raramente han recibido el apoyo o la aceptación que necesitan para progresar. Ante estos planteamientos se puede hacer referencia a la teoría Feminista, y a la Teoría Crítica, que al contraponerlas nos originaría la Teoría de la Justicia Social. La Teoría Feminista es un movimiento histórico que actúa contra la discriminación de la mujer. No es un enfrentamiento con los hombres, sino una búsqueda de la igualdad de las personas, sin importar su sexo. Actualmente, muchas feministas consideran que la lucha contra la opresión femenina está muy ligada a la lucha de mujeres y hombres contra toda opresión e injusticia. Al referirse al Feminismo se considera como una actitud de lucha por los derechos de la mujer, movimiento que nació durante la Revolución Francesa cuando las mujeres se lanzaron organizadamente a conquistar los derechos civiles, políticos y sexuales, reconociendo que la resolución del problema de la mujer era grupal. La educación se convirtió en una de las banderas de sus reivindicaciones, ya que hasta ese momento las mujeres no podían concurrir a colegios. Existen varios teóricos que sustentan el planteamiento de esta teoría, como Mary Wolistonecraft (2004) al referirse al feminismo, señala que ya es tiempo de ejecutar una revolución en las costumbres femeninas, es tiempo de devolver a las mujeres su dignidad perdida y de hacerles contribuir en tanto miembros de la especie humana a la reforma del mundo. Margaret Fuller (2004) republicana, participante de la revolución de 1848, señala que la mujer debe independizarse del hombre y que cada uno de los sexos sea lo que deber ser ante sí mismo. Enma Godman (2004) afirma que toda clase oprimida ha conseguido la verdadera liberación frente a sus amos gracias a sus propios esfuerzos, y su fuerza para conseguir su propia liberación. Alexandra Kollontai (2004) afirma que el amor no debe aplastar la individualidad de la mujer, debe conseguir su propio camino. Referente a la Teoría Crítica cuestiona la participación de la mujer en la sociedad y valoriza el rol de la mujer ante la existencia de múltiples realidades intersubjetivas y su interacción social. Esta Teoría busca basarse en una ciencia que defienda tanto su emancipación e igualdad como la protección de la naturaleza. De igual manera se caracteriza por su conciencia crítica, la cual denuncia que dichas experiencias pueden estar distorsionadas por una falsa conciencia e ideología. Su propósito común es teorizar la crísis de valores (individual y colectiva). A veces, una parte de la sociedad siente que los valores y normas dominantes son contrarios a sus necesidades; el objetivo de esta teoría es generar un conocimiento que permita la emancipación de los colectivos sociales; en cambio la teoría feminista se interesa en la génesis de un saber que permita el desarrollo de las potencialidades que cualquier mujer posee. La principal diferencia de la Teoría Crítica con la Feminista es que ésta introduce la naturaleza, y se cuestiona la separación entre ésta y la sociedad que afecta de forma negativa al medio ambiente. Al confrontar estas dos Teorías, surge la Teoría de la Justicia Social que consiste en la igualdad de todos los miembros de la comunidad, en cuanto a sus deberes y derechos frente a la sociedad. Esta Teoría tiene como base la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948, en donde su artículo 1 señala que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Toda persona, hombre o mujer tienen todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. En el ejercicio de su derecho si en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás y de satisfacer las justas exigencias de la moral del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática. Existe un documento que habla de la Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, el cual fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 7 de noviembre de 1967 para terminar con las desigualdades que sufre la mujer, y con todos aquellos prejuicios y mitos que, basados en la idea de inferioridad del sexo femenino, la discriminan arbitrariamente. Hay algunos artículos de esta Declaración que básicamente reivindica el Derecho Humano a la Igualdad. Los artículos en referencia son el 1, 3, 10, 11. Estos artículos se refieren a la discriminación contra la mujer, por cuanto niega o limita su igualdad de derechos con el hombre, es fundamentalmente injusta y constituye una ofensa a la dignidad humana. Deberán adoptarse todas las medidas apropiadas para garantizar a la mujer, casada o no, los mismos derechos que al hombre en la esfera de la vida económica y social, y en particular el derecho, sin discriminación alguna por su estado civil o por cualquier otro motivo, a recibir formación profesional, trabajar, elegir libremente empleo y profesión, y progresar en los mismos. El principio de la igualdad de los derechos del hombre y la mujer exige que todos los Estados lo apliquen en conformidad con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de Derechos Humanos. En consecuencia, se encarece a los gobiernos gubernamentales o no y a los individuos, que hagan cuanto esté de su parte para promover la aplicación de los principios contenidos en esta Teoría de la Justicia Social. Si todos los seres humanos son iguales ¿por que hacer diferencias? A veces se discrimina sin darse cuenta, pero la realidad llama a la reflexión, hay que descubrir la realidad a tiempo. La mujer hoy en día a través de sus propios esfuerzos por superarse ha logrado llegar a la cúspide del éxito y del saber. La mujer es un ser social, que necesita de la convivencia y colaboración con los demás. Es también un ser moral, que se enfrenta en todo momento con la necesidad de elegir y decidir lo que es mejor. Para ello es capaz de ir más allá de la propia conveniencia y actuar por principios éticos, de acuerdo con los valores morales. Esto le confiere un valor humano especial. La libertad, la justicia social y la paz son valores fundamentales y decisivos que la persona humana necesita ver reconocidos y respetados. Esos valores, tal como han dicho los integrantes de la Organización de las Naciones Unidas, tienen por base el reconocimiento de la dignidad de todos los miembros de la familia humana. La dignidad es una cualidad que va unida a la idea de valor. Implica el compromiso con uno mismo (conocerse y valorizarse) y con los demás, pues el ser humano crece en dignidad cuando reconoce y promueve los derechos de las demás personas. La dignidad hace a la mujer honesta en su lucha por ser alguien; al promover su desarrollo personal, la vuelve creativa, y al obligarla a reconocer y respetar la dignidad de las demás personas, la impulsa a ser solidaria. Una revisión de la literatura más reciente sobre el tema de la participación de la mujer en la gerencia educativa a nivel superior, en el caso del Estado Lara, revela que las mujeres gerentes tienen características que las distinguen claramente de sus colegas masculinos, y que las colocan en una posición de desventaja. Esto se refiere no solamente a la limitante de ser mujer por su género, sino a niveles de salario y a la posibilidad misma de ser contratadas, en contraste con los hombres. Aunque algunos estudios indican una tendencia hacia una convergencia de las remuneraciones de hombres y mujeres en los más altos niveles gerenciales educativos, el hecho es que las diferencias persisten, aunque las opiniones varían en cuanto a sus posibles efectos y factores condicionantes. Las mujeres y los hombres tienen atributos diferentes, que marcan las características y las condiciones de éxito de sus carreras gerenciales en el plano educativo. A pesar de estos estereotipos, la realidad es que los hombres y las mujeres en la gerencia educativa no muestran diferencias significativas en cuanto a sus estilos de vida y estrategias gerenciales. Las mujeres tienen poco acceso a la gerencia en las instituciones educativas a nivel superior debido a la rigidez de la estructura organizativa. Si se parte de la premisa de que las organizaciones educativas moldean en gran medida a sus trabajadores docentes, ¿en qué forma estas estructuras organizativas tradicionales, rígidas, puedan aceptar cambios estructurales, transformaciones, en manos de una mujer? La imagen del Gerente Educativo en países como Venezuela, y más aún en el Estado Lara, sigue dominada por lo que Kanter (2.004) denomina una ética masculina, que equipara las características generalmente atribuidas al hombre de la gerencia efectiva: una actitud decidida para resolver problemas, habilidades analítica para producir planes, una capacidad para poner del lado el plano personal, y una aparente superioridad cognitiva en la resolución de problemas y toma de decisiones. Estos estereotipos de lo masculino contrastan con la también estereotipadas fortaleza de la mujer gerente en el área de recursos humanos, donde sus habilidades emocionales serían más eficaces. Esta ética que permite la estructura jerárquica clásica de muchas organizaciones educativas, influye de una forma u otra en las funciones y los lugares que la mayoría de las mujeres llegan a ocupar hoy en día. Algunos investigadores establecen distinciones entre la gerencia masculina y femenina acorde con el estereotipo clásicos de la ética masculina que describe Kanter (2.004). Para una gran mayoría la mujer tiene habilidades relacionadas con la conciliación, la negociación y el manejo de la parte emotiva de los individuos de una organización educativa. Una mujer gerente de una organización educativa reitera que una diferencia de estilos radica en la asociación de la jerarquía y la autoridad con que el hombre se desenvuelve, mientras que la mujer se le asocia con la capacidad de manejar gente en un mismo nivel; algunos investigadores opinan que hay diferencia de estilos de mandatos entre el hombre y la mujer, los hombres son mucho más jerárquicos y dictatoriales en su función como gerentes. Son más verticales, mientras que las mujeres son más horizontales. En pocas palabras, el hombre gerencia estableciendo la autoridad mientras que las mujeres lo hacen manejando superiores y supervisados en un plano horizontal utilizando sus habilidades intrínsecamente femeninas como son la negociación y la conciliación. No resulta casual que esta persona piense que hay más mujeres ocupando posiciones de poder en áreas estrechamente relacionadas con destrezas para comunicarse, convencer y negociar como son los medios de comunicación y la publicidad. El estilo gerencial educativo, predominante en las mujeres es su mayor capacidad de negociación que se deriva de un proceso de socialización, en cuanto a la manera de lograr lo que se proponen. Hay autores que opinan que lo único que podrían diferenciar a hombres y mujeres en la gerencia educativa es la falta de flexibilidad que tienen muchas mujeres a la hora de gerenciar. Esta característica puede asociarse con la de inseguridad que muchas mujeres sienten en sus posiciones. Esta forma podría considerarse en sus primeros años como gerente. El mundo gerencial educativo venezolano y más aún, el del Estado Lara, que exige cambios o transformaciones, parece estar hecho todavía para los hombres. Las pocas mujeres que llegan cerca de la cima o del éxito afirman lo contrario, su experiencia personal y profesional están profundamente marcadas por esta realidad, pues su objetivo es lograr cambiar las estructuras organizativas del sistema educativo larense para optimizar a nivel superior la calidad total de la educación. La sociedad actual se caracteriza por permanentes y dinámicas transformaciones que arrastran consigo numerosas consecuencias. Esto ha causado que tanto hombre como mujeres demuestren una actitud activa ante el conocimiento y su evolución, lo que requiere de una constante y progresiva actualización. Las Instituciones educativas al nivel superior no pueden estar ajenas a los cambios o transformaciones ni a la aceleración con que estos se producen. Puesto que la innovación requiere necesariamente de contemplación y planificación, especialmente la hora de formular los objetivos institucionales, y la mujer como tal debe enfrentar este reto. Las instituciones educativas a nivel superior en el marco de la modernidad, con sus características diferenciales, podría pensarse que la mujer como gerente educativo contribuirá al proceso de transformación en las relaciones económicas, sociales, políticas, culturales, educativas de cada institución. La incorporación de las tecnologías actuales de comunicación, como Internet, no traerá cambios en las instituciones si primero no se replantean algunos supuestos que permitan pensar a la institución en este nuevo contexto globalizado. Uno de ellos es la formación del profesorado, ya que la mayoría de los profesores en ejercicio fueron formados con las ideas tradicionales de hace dos siglos. En ocasiones creen que poseen el saber, y actúan desde esa convicción. Es fundamental, entonces, no solo formar a los futuros docentes con conocimientos pedagógicos teóricos-prácticos, sino también imbuirlos de esta tecnología para actualizar constantemente la información que poseen. Por otra parte, en numerosas instituciones los espacios siguen siendo cerrados. La distribución y el manejo del espacio escolar no pueden desvincularse de la concepción intrínseca del saber. Allá por el siglo XVI, los conocimientos se reducían a un grupo de personas, y el espacio daba cuenta de esta sujeción. Pero la sociedad actual pretende romper con lo referido a la limitación espacial. Las Instituciones de Educación Superior no pueden o no deben estar ajenas a los cambios o transformaciones porque, aunque no lo pretenda, estos penetran sus muros, cuando exista una mujer gerente preocupada por que se den los cambios o transformaciones dentro de las instituciones al cual dirige. La falta de reconocimiento de lo que sucede alrededor puede conducirla a la paradoja de ser una institución necesaria para la incorporación de los sujetos a la sociedad, pero si se desvincula de su entorno no cumplirá con este cometido. Las instituciones no pueden manejarse como un sistema cerrado. Debe abrirse, y entenderse y gestionarse con un sistema abierto. Las Instituciones de Educación Superior deben estar al tanto de los cambios, a la par con la rapidez con que estos se producen, es por este motivo que en las universidades la innovación requiere necesariamente de contemplación y planificación específicamente en el momento de formular los objetivos institucionales. Pero los objetivos institucionales no deben quedar en la mera formulación: deben llevarse a la práctica, para lo que deberán articularse con los roles y funciones que posea una mujer como gerente educativo en la institución. Existen algunas dificultades que un gerente educativo pueda encontrar en una institución educativa en el momento en que el se desenvuelve: inexistencia de un ordenamiento jerárquico en la determinación de objetivo; escasez de recursos materiales y económicos; surgimiento de intereses personales y/o corporativo; dependencia en el suministro externo de recurso; escasez de conocimientos técnicos relativos a procesos de gestión, que facilitara la tarea y el asesoramiento por parte de los organismos educativos centrales; falta de tiempo disponible para la organización de la gestión, debido a que hay que ocuparse de lo urgente, en lugar de lo planificado; necesidad de localizar el conflicto, analizar sus elementos, trabajar con ellos hasta transformarlos en elementos útiles para la universidad; énfasis en lo que debería ser en lugar de lo posible; sobrecarga de la tarea de docentes y directivos; desconocimiento de la cultura institucional; desconocimiento de la historia que atraviesa los muros de la universidad. Aunque los cambios o transformaciones requieren de una planificación acorde con la realidad en la que vayan hacer implementados en el sistema educativo por la gerente, el soporte de los recursos y el diseño de las estrategias que permitan tornarlos viables son necesarios. Por eso, resulta imprescindible la existencia de consenso entre los actores (gerente y docentes) que lo llevarán a la práctica. Si se quiere que las prácticas impacten en la universidad y perduren en el tiempo más allá de las personas (docentes) resultará imprescindible la implicación de los actores que integran la institución. No alcanza con la buena voluntad de algunos gerentes educativos para producir cambios o transformaciones en el sistema, aunque estos gerentes sean quienes se encuentren en la gestión. Para que la transformación e innovación sea posible, se deberán tener en cuenta algunas condiciones institucionales que posibiliten las prácticas transformadoras e innovadoras. Se podrían mencionar algunas de ellas: una mujer como gerente educativo de una institución universitaria debe realizar trabajo colectivo, no solo al reconocer y evitar las rutinas que burocratizan la tarea, sino también al realizar propuestas alternativas; concertación, planificación y deliberación colectiva, destinadas a revisar contenidos, estrategias didácticas, recursos disponibles, evaluaciones empleadas en la institución; establecimiento de metas concretas de acción y de modos de evaluación de las misma; establecimiento de canales formales de comunicación; fijación e implementación de espacios institucionales de capacitación y actualización del personal; asignación de roles para las diversas tareas, acorde con las competencias. En consecuencia para poder transformar e innovar, resulta imprescindible llevar adelante una planificación de tipo estratégico, que tenga como punto de partida la identificación de los problemas, el establecimiento de metas claras y flexibles. La mujer como gerente educativo tiene como propósito, de acuerdo a la visión de las universidades larenses, la transformación, innovación y modernización de las mismas, teniendo como punto central de referencia la nueva misión en sintonía con las transformaciones que tienen lugar en los ámbitos económicos, social, tecnológico, cultural y especialmente, en concordancia con los cambios que se operan actualmente en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación en escala mundial, que incide en forma dramática en los procesos de generación y difusión de conocimientos. La necesidad de contextualizar los cambios que han de realizarse en el sistema educativo o en el seno de las universidades sin perder de vista los nuevos procesos de globalización e integración que exigen las instituciones, atendiendo a dimensiones o atributos ignorados o no considerados en el modelo tradicional del sistema educativo. REEFERENCIAS Amorós, M. (1997) Ética y Civismo. Valores y Derechos Para un Nuevo Modelo de Convivencia. Editorial Cultural Librera Americana. Buenos Aires. Rep. Argentina. Arango, Luz Gabriela, Mara Viveros y Rosa Bernal (1995) Mujeres Ejecutivas: dilemas comunes, alternativas individuales. Santa Fe de Bogota: Ediciones Uniandes. Barquet (1994) El Éxito Según los Gerentes. Ediciones IESA. Cooper (1997) Ética y Crisis de Valores en Venezuela. Ediciones IESA. Drucker, V. (1999) La Reforma de la Universidad Editorial Escuela Española Madrid. Kanter (2004) Higiene y Seguridad del Trabajo. 1° Edición Ginebra. López, Rupérez (2003) Ética y Crisis de Valores en Venezuela. Editorial Científico. Caracas. Wolistonecraft Mary, Margaret Fuller y Alexandra Kollontai (2004) El Sexo Oculto del Dinero, Formas de Dependencias Femeninas. Barcelona España: Paidós.