Seguro de retiro Autor: Facal, Carlos J. M. Fuente: JA 2006-IV-996 - SJA 11/10/2006 SUMARIO: I. Características del riesgo cubierto.- II. La prima del seguro de retiro.- III. Rentas inmediatas y rentas diferidas.- IV. La etapa activa: a) Obligaciones del asegurado; b) Obligaciones del asegurador; c) Muerte del asegurado durante la etapa activa; d) Rescate y reducción. Las quitas: sus razones; e) Invalidez total y permanente.- V. El momento del retiro.- VI. La etapa pasiva: a) Renta vitalicia normal (RVN.); b) Renta vitalicia extensiva a un tercero designado, o "renta sobre dos cabezas"; c) Renta garantizada por un período de "n" años; d) Renta vitalicia temporaria.- VII. Seguros de personas complementarios de seguros de retiro I. CARACTERÍSTICAS DEL RIESGO CUBIERTO El seguro de supervivencia o retiro cubre la eventualidad de que la vida del asegurado se prolongue. El propio asegurado es su beneficiario. La incertidumbre radica en la duración de la vida del asegurado. Siempre que haya seguro de retiro habrá pagos que efectuará el asegurador, y la vigencia material del seguro de retiro comienza con prestaciones del asegurador. El riesgo técnico consiste en determinar "hasta cuándo" el asegurador deberá su prestación, y la incertidumbre radica, precisamente, en que no se sabe cuándo terminará la vida del asegurado. ¿Cómo comprender la noción de riesgo en el seguro de retiro cuando esa palabra se asocia con lo negativo y la vida tiene connotaciones positivas? La construcción y acumulación patrimonial cesará o disminuirá cuando nos retiremos. Mientras que la vida biológica y social se alarga cada vez más, la vida laboral se acorta. Si los jóvenes, precisados de más capacitación, tardan en alcanzar su plenitud laboral, en el otro extremo, la vejez "laboral" se adelanta y es poco probable continuar empleado a los 60 años. Aunque es probable que vivamos muchos más años que nuestros abuelos, puede que no logremos acumular el dinero suficiente para nuestra vejez. La persona que llega a la edad de retiro poseyendo un capital sufre una incertidumbre agobiante: ¿qué durará más? ¿Su capital o su vida? La vida puede prolongarse más allá de la fortaleza financiera. En el seguro de retiro se entrega a un asegurador un capital (prima) para que éste asuma el riesgo de supervivencia. El asegurador, a cambio, abona una renta vitalicia, es decir, sujeta a la condición resolutiva de la muerte del asegurado. Es un contrato aleatorio, ya que las "ventajas o pérdidas para ambas partes contratantes" (art. 2051 CCiv.) dependerán de un acontecimiento incierto: la duración de la vida del asegurado luego de iniciada la etapa de cobro de rentas. A diferencia de lo que sucede en los otros seguros, el asegurado "intentará" hacer más onerosa la prestación del asegurador. Quien tiene un seguro de vida se cuida. Quien asegura su casa contra robo coloca buenas cerraduras. Pero quien contrata un seguro de retiro apuesta a la vida, y hará todo lo posible por "agravar" el riesgo. Es el único contrato de seguros en el cual es imposible imaginar una nulidad por reticencia, y la única cobertura en la que no hay "exclusiones". II. LA PRIMA DEL SEGURO DE RETIRO Para estimar la probabilidad de supervivencia se apela a las tablas de mortalidad. Éstas están basadas en la observación de la tasa de decesos de quienes contrataron rentas vitalicias (annuities, en inglés, rentes viagères, en francés), y la incidencia de muertes es menor que la observada en quienes adquirieron seguros de vida. Las tablas usuales en la Argentina son la Group Annuity Mortality (GAM.), de los años 1971 y 1983, y la Individual Annuity Mortality (IAM.), de los años 1971 o 1983. Las tablas más antiguas reflejan, a cada edad, una menor expectativa de vida. La prima será igual al valor actual de la renta vitalicia que pagará el asegurador más los gastos e impuestos. III. RENTAS INMEDIATAS Y RENTAS DIFERIDAS Si se pacta comenzar a percibir la renta del asegurador desde la contratación se habrá convenido una "renta inmediata", y el derecho nacerá apenas abonada la prima. Es el caso de las rentas vitalicias previsionales del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, o de las rentas periódicas de la Ley de Riesgos del Trabajo (LA 1995-A-3104). En cambio, en el seguro de retiro "diferido" la prestación del asegurador recién se pagará en un momento futuro que se estipula en el contrato. El contrato tiene un comienzo formal -la convención de las partes, ya que es consensual- y un comienzo material, ya que el asegurador comenzará a correr el riesgo técnico -supervivencia- cuando el asegurado decida, efectivamente, "retirarse". Desde el comienzo formal las partes deben el cumplimiento de algunas obligaciones recíprocas, pero el asegurador no debe aún la prestación típica asegurativa. Esta etapa del seguro de retiro "diferido" se denomina "activa". IV. LA ETAPA ACTIVA Comienza con la contratación de un seguro de retiro diferido y finaliza cuando el asegurado decide solicitar del asegurador, según lo pactado, el pago de la renta vitalicia. a) Obligaciones del asegurado El asegurado se obliga a abonar la prima, usualmente en forma periódica. Se prevén "cargos" para solventar los gastos operativos y comerciales del asegurador, que se deducirán de las primas abonadas o del fondo de primas. El asegurador debe facturar discriminadamente el premio, indicando expresamente la prima pura, los gastos de adquisición y explotación y otros componentes del premio, como la tasa de superintendencia (SSN.), e impuestos (art. 13 inc. h resolución general SSN. 19106/1987). Todos ellos debieron haber sido previamente aprobados por la SSN. y constar en las "Condiciones particulares" de la póliza emitida. La frecuencia y el monto de las primas suelen quedar librados a la voluntad del asegurado si la deducción de los gastos se efectúa sobre el fondo de primas, y se fijan más estrictamente si se deducen del flujo de pagos. En el primero de los casos el asegurador puede rescindir el contrato, sin previa comunicación, cuando el fondo de primas es insuficiente para permitir esa deducción. En la segunda modalidad se suele pactar una prima mínima, y el asegurador queda facultado a rescindir la póliza si la prima no se abona en tiempo y forma por dos períodos consecutivos, pero la compañía debe notificar antes de rescindir y proceder a devolver el valor de rescate. Las primas son anotadas en un "fondo de primas" (FP.), donde se individualizan los pagos efectuados por cada asegurado. Estos activos son propiedad del asegurador, y éste los ingresa en concepto de "primas adelantadas". Hasta tanto no sean aplicadas a la compra de una renta vitalicia el asegurador no "ganará" esta prima. Deberá constituir un pasivo en su balance, dentro del rubro "Compromisos técnicos", que se denomina "Reservas matemáticas de activos". El asegurador debe reconocer al FP una rentabilidad financiera mínima que se denomina "tasa testigo" y que define la SSN, que incluye la tasa técnica. Para evitar que se prometa una rentabilidad que no se generó y que ello produzca un rápido deterioro de la economía de la compañía, imposibilitándosele cumplir con sus compromisos particularmente extensos en el tiempo, el asegurador no puede "remunerar" el FP. más allá de la rentabilidad efectiva obtenida. Algunos planes garantizan mensualmente la tasa testigo o un porcentaje del resultado financiero en dicho período (entre el 80 y el 95%), lo que resulte mayor. Este esquema trae pérdidas financieras al asegurador en períodos de mucha volatilidad, cuando la tasa testigo supera el resultado de inversiones a transferir. En un plazo tan corto -un mes- los rendimientos de inversiones pueden quedar repetidamente bajo el rendimiento mínimo cuando hay una caída generalizada de acciones y bonos. Por eso los aseguradores crearon un mecanismo conocido como "fondo de fluctuación". Mensualmente se incrementa el FP. con la tasa testigo, cumpliéndose con el ajuste mínimo. La diferencia entre la rentabilidad efectivamente obtenida en el mes y la tasa testigo se acumula -con sus signos positivos o negativos- en un fondo de fluctuación. El fondo de fluctuación de la etapa activa finaliza con el retiro del asegurado, con su fallecimiento o la declaración de invalidez y con el rescate total de la póliza, cancelándose con cargo a resultados si su signo es negativo -porque no puede violarse la norma del ajuste mínimo-, o acreditándose en el fondo de primas si el resultado es positivo. b) Obligaciones del asegurador El asegurador durante la etapa activa no corre riesgo técnico, o, en otras palabras, el resultado para las partes no dependerá de la longevidad del asegurado. Pero deberá respetar los términos del contrato celebrado y no podrá variar sus términos, entre ellos, la moneda estipulada (1), los costos pactados para gastos de adquisición o de administración o cualquiera de las condiciones particulares o generales. Además deberá remunerar el fondo de primas con una tasa mínima garantizada, tema ya explicado. Sin embargo, durante la etapa activa el asegurador puede cambiar la tabla de mortalidad que utilizará para el cálculo de las rentas. Esta posibilidad tiene limitaciones y costos, porque los cambios no pueden afectar los pagos ya realizados. Por ejemplo, si la nueva tarifa contempla un aumento del 20% en el precio de cada peso de renta, deberá incrementar el fondo de primas ya acumulado a la fecha en que el cambio le fuere aprobado, en ese porcentaje, y enjugar el mayor pasivo con aportes de capital. Es lo que se denomina "recomposición de las reservas matemáticas por cambio de tabla de mortalidad", y el asegurador contará con tres años para integrarlo (resolución general SSN. 19620, Anexo, art. 15.c). Este aporte se mantendrá diferenciado: integra la reserva matemática pero no el valor de rescate de la póliza, ya que la compañía lo acreditará definitivamente al momento del retiro del asegurado, y no lo hará si éste fallece o se invalida con anterioridad, o si la póliza es rescindida. El asegurador debe informar a los asegurados la evolución de su contrato, al menos semestralmente (resolución general SSN. 19106, art. 13.c). La información debe ser enviada al domicilio, contener un detalle de las primas ingresadas, los cargos efectuados y su concepto, la rentabilidad acreditada y el desenvolvimiento del fondo de fluctuación (si existiera). Deberá además informar cuál es la renta diferida a la edad normal de retiro ya adquirida por el asegurado con las primas abonadas hasta ese momento, y cuál sería la renta potencial a la cual puede aspirar, teniendo en cuenta los pagos realizados, los pagos futuros comprometidos, la rentabilidad efectiva alcanzada y, hacia el futuro, la rentabilidad garantizada. c) Muerte del asegurado durante la etapa activa El art. 176 ley 24241 (LA 1993-C-3023) denomina "seguro de retiro" a "toda cobertura sobre la vida que establezca, para el caso de supervivencia de las personas, a partir de la fecha de retiro, el pago periódico de una renta vitalicia; y para el caso de muerte del asegurado anterior a dicha fecha, el pago total del fondo de las primas a los beneficiarios indicados en la póliza o a sus derechohabientes". La redacción no es feliz. No es de la esencia del seguro de retiro el pago del FP. en caso de fallecimiento del asegurado anterior a la edad de retiro. Esa obligación existe en la modalidad de seguro de retiro autorizada en la Argentina, pero es sólo una posibilidad contractual. Aquí no se permiten seguros diferidos si están sujetos a la condición suspensiva de llegar vivo al retiro, con capitalización contingente durante la etapa activa. El alea de supervivencia no puede asumirse desde el momento de la contratación, sino a partir del momento del retiro. Si el asegurado falleciera antes de comunicar a la compañía que desea retirarse el asegurador no habrá corrido riesgo técnico. El contrato se frustrará porque su fin se volvió de cumplimiento imposible al tornarse el riesgo inexistente. El asegurador deberá reintegrar la prima que percibió, la que devino "sin causa": devolverá el FP. a quienes el asegurado hubiese designado "beneficiarios". Debería reformarse la ley y disponerse que en caso de fallecimiento antes del retiro el asegurador deposite el FP en la sucesión del asegurado. No cabe hablar de "beneficiario" ni de "prestación del asegurador por fallecimiento del asegurado". Sólo se reintegra un dinero cobrado porque el riesgo devino imposible. Si una persona contratase un seguro de retiro con una parte sustancial de su patrimonio y no designara beneficiarios a todos sus herederos forzosos podría violarse la legítima. Como el seguro de retiro es una especie de seguro de vida puede invocarse el art. 144 ley 17418 (ALJA 1967-B-1379), que da derecho a los herederos forzosos a la colación o reducción por el monto de las primas pagadas (2). Supongamos que el asegurado, próximo a fallecer, contrata este seguro pagando la prima con fondos que ocultó a sus acreedores y fallece habiendo designado "beneficiarios" a sus herederos. Si éstos repudian o aceptan la herencia con beneficio de inventario cabría una acción de simulación por parte de los acreedores, ya que ese seguro no fue contratado para tener una cobertura de supervivencia sino para frustrar a legítimos acreedores. d) Rescate y reducción. Las quitas: sus razones El seguro de retiro contempla el rescate, la reducción y los préstamos. Contrariamente a lo dispuesto por el art. 138 ley 17418, que recién obliga al asegurador a prever el rescate cuando la póliza ha estado en vigencia en forma no interrumpida por tres años y sólo si el pago de primas está al día, el rescate en retiro es un derecho del asegurado desde la celebración del contrato, aunque se deban primas. El rescate implica la rescisión de la póliza y sólo puede ser solicitado por el asegurado, ya que el asegurador no puede rescindir el contrato (art. 18 párr. 2º ley 17418). Como la renta es diferida, la prima no ha sido "aplicada" a adquirir cobertura. Por ende, el valor de rescate alcanza a todas las primas puras pagadas, capitalizadas a la tasa pactada con el asegurador, como mínimo por la tasa testigo, menos las quitas contractualmente establecidas. Los asegurados que esperan una larga vida y no sufren problemas de salud evitan rescatar. Por eso la quita, que siempre apunta a desalentar el rescate, compensa la antiselección natural en perjuicio del asegurador. La utilidad financiera es vital para la compañía. Necesita contar con una cartera de inversiones que le asegure la mayor tasa de interés en el largo plazo -con razonable seguridad-, y que le permita atender el flujo normal de prestaciones por fallecimiento e invalidez y eventuales rescates, con los ingresos por primas de los seguros que permanecen vigentes. Los rescates -y sobre todo los masivos- impactan negativamente porque obligan a deshacer posiciones de inversión a destiempo, o cuando los mercados están en baja. Como las quitas autorizadas son limitadas reglamentariamente, en seguros de retiro no se pagan comisiones altas al momento de la contratación ya que no podrían ser recuperadas en caso de rescate. Las quitas máximas admitidas son: hasta el 8% cuando el rescate se produce dentro de los cinco primeros años de contratación. Desde el sexto año y hasta cinco años antes de la edad normal de retiro (ENR.), el 5%. A partir de los últimos cinco años anteriores a la ENR., el 10% (3). Cuando se pacta una quita menor es inmodificable por el asegurador. El valor de rescate debe ser abonado dentro de los treinta días de solicitado, ajustado según la rentabilidad de las reservas matemáticas en el período. En caso de rescates masivos, cuando en un mes las solicitudes afectan más del 10% del fondo de primas global o cuando un 30% de los asegurados lo solicitan, se paga hasta esos límites y se difiere el resto al mes siguiente. Durante la etapa activa puede solicitarse un préstamo hasta el límite del valor de rescate. Si en el seguro de vida esta figura tiene real sentido, ya que con la devolución se repone plenamente la cobertura a la tasa originaria, en el de retiro no tiene mayor utilidad (4) . Los aseguradores pueden cobrar una tasa igual al 6,5% sobre los valores ajustados (5) . Si la póliza está denominada en dólares, la tasa LIBO. incrementada en un 50% sobre el ajuste otorgado. e) Invalidez total y permanente Se autoriza el rescate con una quita menor (3%) en caso de invalidez total y permanente del asegurado. Las aseguradoras suelen reconocer la existencia de invalidez total y permanente con la declaración efectuada por el sistema previsional en el cual se encuentra incluido el asegurado, y no aplican quita en estos casos. V. EL MOMENTO DEL RETIRO El contrato de retiro diferido señala una fecha que sirve de base para las proyecciones financieras y actuariales y que se denomina "edad normal de retiro" (ENR.). La ENR. no constituye una obligación para ninguna de las partes. Es una referencia colocada en el contrato. Si llegada la ENR. el asegurado nada manifiesta, el asegurador no puede obligarlo a adquirir la renta o constituirla por su propia decisión, ni poner a su disposición el valor de rescate. La póliza continuará en "etapa activa" aunque no se abonen más primas. Es menester una comunicación escrita mediante la cual el asegurado solicite a la compañía que comience a pagarle la renta. Ella marcará la finalización de la etapa activa y el comienzo de la etapa pasiva. El asegurador aplicará el fondo de primas acumulado y capitalizado a la adquisición de una renta vitalicia, según la elección que haga el asegurado en este momento. Previamente transferirá al fondo de primas el saldo del fondo de fluctuación, si fuere positivo, y el fondo de recomposición de la reserva matemática de activos, si la tabla de valuación de rentas hubiese sufrido cambios. El retiro "anticipado" es el que se solicita antes de la ENR. El asegurado cobrará una renta menor que la proyectada para aquella edad porque es más joven, pero además porque cesó en el pago de primas y comienza a percibir de inmediato. El retiro "postergado" es el que se solicita pasada la ENR. El asegurado cobrará una renta mayor a la proyectada porque, aunque hubiera interrumpido el pago de primas, el fondo continuó acumulándose y ha postergado la percepción del dinero, teniendo una expectativa de supervivencia menor por su mayor edad. Con el retiro el contrato adquiere su carácter de aleatorio: comienza en sentido material. El asegurador gana definitivamente la prima y deberá abonar su prestación hasta que el asegurado fallezca y se agoten las otras obligaciones contractualmente asumidas. Toda la prima quedará consumida, y no habrá más "prima para riesgos futuros". No se admitirá rescisión por parte del asegurado (6), quien no podrá solicitar rescate, reducción ni préstamos. Si el asegurado, advertido de un deterioro grave en su salud, pretendiera deshacer el contrato y recuperar parte de la prima abonada, ello sería tan absurdo como que el asegurador pudiera rescindir los contratos de los asegurados longevos. Si bien el asegurador gana la prima, no podrá distribuirla como ganancia. Como debe pagar la renta a su asegurado por un tiempo indefinido, deberá constituir un pasivo que sea igual al valor actual de esos pagos futuros, y que, expuesto dentro del rubro "Compromisos técnicos", se denomina "reserva matemática de asegurados pasivos". A diferencia de la de activos, la reserva de pasivos es una evaluación actuarial prospectiva de los pagos que serán realizados. Mientras que el asegurado pasivo esté con vida corresponderá estimarla teniendo en consideración su expectativa de vida. Recién cuando el asegurado fallezca ese pasivo desaparecerá. VI. LA ETAPA PASIVA Sólo los seguros de retiro diferidos tienen "etapa activa". Pero todos tienen una "etapa pasiva". En esta etapa no hay obligaciones para el asegurado, quien sólo seleccionará la modalidad que prefiere para el cobro de la prestación al solicitar la renta. a) Renta vitalicia normal (RVN.) Si escoge la RVN. cobrará la renta hasta su fallecimiento. La cuantía inicial de la renta se establecerá según la prima total aplicada a su adquisición, la tasa técnica del plan y la tabla de mortalidad al momento del retiro. Si en adelante el asegurador sólo obtuviese la tasa técnica como remuneración por su portafolio de inversiones, de cumplirse la previsión de mortalidad contenida en la tabla no habrá perdido ni ganado con ese contrato. Las rentas deben considerar un ajuste mínimo equivalente a la tasa testigo de la SSN., descontada la tasa técnica. Los aseguradores suelen establecer un fondo de fluctuación para asegurados pasivos, que es acreditado cuando el rendimiento transferido sobre los activos que respaldan las reservas matemáticas de pasivos (entre el 60 y el 95% del rendimiento total) excede la tasa testigo. Si no la alcanzan, el fondo de fluctuación de pasivos es debitado. Algunos contratos prevén la adquisición de una nueva porción de renta cuando el fondo de fluctuación de pasivos es positivo. Otros sólo distribuyen un porcentaje del excedente financiero acumulado, en forma directa. Finalizadas las obligaciones de la compañía con el fallecimiento del asegurado, el remanente del fondo de fluctuación es pagado a los herederos. b) Renta vitalicia extensiva a un tercero designado, o "renta sobre dos cabezas" El asegurado puede solicitar una renta tal que en caso de fallecer continúe siendo pagada a una tercera persona hasta que, a su vez, ésta muera. Técnicamente se denomina "renta vitalicia extensiva a un tercero designado", o "renta sobre dos cabezas". La extensión puede pedirse por el 100% de la renta o por cualquier otro porcentaje de la misma. El asegurador calculará la prima adicional a ser abonada, aunque generalmente se aplica la reserva matemática a la compra de dos rentas, una inmediata y otra diferida al fallecimiento del asegurado original, en el porcentaje establecido. Se tiene en cuenta la edad y el sexo de la persona elegida como tercero para la extensión de la renta, y que la supervivencia del tercero respecto del asegurado original es, a su vez, un hecho incierto. Si el tercero es una persona muy joven, la reducción de la renta del asegurado original tornaría inconveniente esta opción, y es aconsejable -si se desea beneficiar a una persona joven- la contratación de un seguro de fallecimiento complementario para la etapa pasiva sobre la vida del rentista, quien escogería una RVN. Si el tercero no sobrevive al asegurado, el asegurador continuará con su prestación hasta el fallecimiento del mismo. A través de esta convención se incorpora un segundo asegurado al contrato, que también es "beneficiario" del mismo. Es asegurado porque el asegurador toma riesgo sobre su supervivencia, tanto como lo toma sobre la supervivencia del asegurado original. Pero es también beneficiario. El art. 143 ley 17418 le cuadra perfectamente: "Se puede pactar que [la] renta a pagarse en caso de muerte, se abone a un tercero sobreviviente, determinado". Recién adquiere el derecho a cobrar una renta a la muerte del asegurado si lo sobrevive. Si el tercero falleciera antes que el asegurado original, ni sus herederos ni los herederos del asegurado original tendrán derecho alguno contra el asegurador. Tampoco el asegurado titular podrá designar otro tercero en su reemplazo -diferencia trascendente respecto del beneficiario del seguro de vida-, por la condición del fallecido de "asegurado en un seguro de retiro" y por la irrevocabilidad de ese contrato. La condición de asegurado-beneficiario podría ser invocada por los herederos legítimos del asegurado original para solicitar la colación o reducción por el monto de las primas pagadas (art. 144 ley 17418). La razón es la gratuidad de su designación como tercero designado. Sólo podría pedirse la colación de la prima abonada por la extensión de la renta, y únicamente si el tercero sobrevivió al asegurado original. De igual manera cabría que la liquidación de la sociedad conyugal reclamase la compensación de las primas pagadas con dinero ganancial. La extensión puede recaer sobre cualquier persona física, de cualquier sexo y edad, pero no podrá ser dejada sin efecto o cambiarse en el futuro. ¿Qué hacer si el asegurado-beneficiario provoca dolosamente la muerte del asegurado titular? Por aplicación del art. 136 ley 17418, por la gravedad del delito y conforme al art. 953 CCiv., correspondería declarar la pérdida del derecho a la prestación del asegurador y la liberación de este último. Como el tercero era asegurado, no mero beneficiario, no cabe su reemplazo, pero en cuanto beneficiario pierde su beneficio por causa de su crimen. c) Renta garantizada por un período de "n" años El asegurado puede solicitar una renta vitalicia normal acordando que si fallece antes de un período de "n" años, el asegurador completará el pago de la renta por los meses que faltan para completar ese período de garantía. El pago se hará a los beneficiarios designados. Es una renta cierta por los años del período garantizado, y el alea comenzará una vez vencido aquél. Si el asegurado sobrevive el período de garantía -que se cuenta desde el retiro-, la prestación del asegurador finalizará con el fallecimiento del asegurado. Este beneficiario no es asegurado: adquiere su derecho contra el asegurador a partir de la muerte del asegurado, y a condición de que aquélla haya ocurrido durante el período de garantía. Por eso puede ser reemplazado, y se aplican las normas sobre beneficiarios de los seguros de vida. d) Renta vitalicia temporaria Se pacta abonar la renta por un plazo determinado o hasta el fallecimiento del asegurado, lo que ocurra primero. Es el caso de la renta vitalicia previsional de menores de 18 años. VII. SEGUROS DE PERSONAS COMPLEMENTARIOS DE SEGUROS DE RETIRO Las compañías de seguros de retiro pueden vender otros seguros de personas (art. 177 ley 24241) si son complementarios de aquéllos. El asegurado que los adquiera deberá tener vigente un seguro de retiro con la misma compañía. La cobertura complementaria no podrá subsistir si el asegurado rescinde o caduca su seguro de retiro. Podrían consistir en seguros de accidentes personales, pero la práctica comercial los limita a seguros de vida. Los seguros de vida complementarios en la etapa activa son temporarios hasta la ENR. Los hay con capital creciente, definido como un porcentaje del fondo de primas acumulado. Siendo el capital inicial bajo, la aseguradora no precisa una suscripción compleja, y basta con una declaración de salud. Cuando el capital alcanza niveles más importantes la cobertura ya tiene un tiempo considerable de vigencia. Es una cobertura cara, porque la prima es creciente por el mayor capital y porque éste aumenta a medida que el asegurado envejece. Es de poca utilidad, porque para cuando el capital asegurado sea importante, también lo será el fondo de primas. En el seguro de vida de capital decreciente la suma asegurada es la diferencia entre el capital que se estima que el asegurado reunirá a la ENR. y el fondo de primas al momento del fallecimiento, sin considerar retiros parciales ni primas impagas. El cálculo se va haciendo cada mes, porque ambos extremos de la cuenta se ven afectados por la actualización que experimenta la reserva matemática y por los pagos que hace el asegurado. La ventaja consiste en contar con un seguro cuyo capital asegurado -sumado a lo que los beneficiarios cobrarán del de retiro por fallecimiento durante la etapa activarepresenta tanto dinero como se hubiese reunido recién a la ENR. A medida que se va pagando el seguro de retiro la suma asegurada por muerte disminuye, bajando el costo a pesar del envejecimiento del asegurado. Empero, los aseguradores tendrán que cuidarse en la suscripción y recurrir al reaseguro, porque el capital inicial será alto. Para la etapa pasiva se ofrece un seguro de vida entera a prima única. El asegurado puede solicitar que parte del fondo de primas -no todo, porque es un seguro complementariosea aplicado a su compra. El capital asegurado puede expresarse como un múltiplo de las rentas a percibir por el asegurado -la renta aumenta por rentabilidad de inversiones- o como una suma fija. Por su carácter complementario, no sería aceptable que el seguro de vida requiriese una prima mayor que la adquisición de la renta vitalicia. La designación de beneficiarios es libre y puede modificarse. Es una opción conveniente si el asegurado desea proteger a una persona mucho más joven, ya que extender la renta de por vida a esta segunda persona sería demasiado oneroso. Respecto de la posibilidad de renta garantizada también hay ventajas, porque el beneficiario nada cobraría si el asegurado superase con vida el período garantizado, y con esta opción siempre se cobrará el capital asegurado, cualquiera sea el momento del deceso. NOTAS: (1) A partir de 1990 muchas pólizas de retiro en la Argentina se contrataron en dólares estadounidenses, y la crisis de diciembre de 2001 causó graves problemas. Cuando en 2002 el Congreso devaluó el peso, dispuso la pesificación compulsiva de todas las obligaciones pactadas en moneda extranjera. Centenares de asegurados reclamaron judicialmente el cumplimiento del contrato en sus términos originales. Los jueces, casi sin fisuras, aceptaron esos pedidos. Las compañías alegaron que sus activos habían sido alcanzados por la pesificación compulsiva y que eso era un argumento suficiente para la pesificación de los contratos. ¿Es un planteo justo? Opino que en cada caso debería estudiarse la situación particular. Una póliza en la etapa activa permite el rescate, pero quien solicita el rescate en plena crisis agrava la situación del deudor y puede tornarla insostenible. Si el asegurado solicitó el rescate debería compartir los efectos sufridos en los activos del asegurador, sobre todo si la aseguradora propuso continuar con el contrato en sus términos originales, solicitándole una suspensión temporaria del derecho a rescate para poder recomponer el valor del fondo de primas en dólares. Debería considerarse también el tiempo faltante para alcanzar la edad normal de retiro, especialmente si hay muchos años por delante. No se deberían aceptar cambios al contrato si el asegurado pide que se lo mantenga denominado en dólares sin rescatar. Para quienes están en la etapa pasiva el contrato debería ser siempre mantenido en sus términos originales, porque es inmodificable para las partes. (2) Lo que reintegrará el asegurador será lo pagado como primas puras más su rendimiento financiero, y quedaría fuera de la colación la rentabilidad financiera. (3) Art. 16 del Anexo de la resolución general SSN. 19620 . (4) Salvo que mientras que el asegurado devuelve el préstamo la compañía cambie la tabla de mortalidad. (5) Mínimamente por tasa testigo y por evolución del fondo de fluctuación (art. 19 del Anexo de la resolución general SSN. 19106 ). (6) El asegurador jamás pudo hacerlo.