LA AUDITORÍA DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORES COMO

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Ponencia extraída del II Congreso Gallego de la Calidad.
LA AUDITORÍA DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
COMO HERRAMIENTA DE MEJORA
José Mª Riveira Rico
Director Técnico AUDELCO Auditoría de Riesgos Laborales, S.A.
Resumen
Como empresa especializada en la auditoría del sistema de prevención de riesgos
laborales venimos realizando en AUDELCO auditorías de una manera regular desde
septiembre de 1998 y podemos cifrar en torno a 150 las auditorías realizadas. La cifra
no es muy alta, pero suficiente para obtener algunas conclusiones sobre como orientar la
auditoría con un espíritu preventivo, de manera que resulte útil para la mejora de la
eficacia del sistema de prevención y por tanto en la reducción de la siniestralidad
laboral.
La auditoría del sistema de prevención por parte de una entidad externa autorizada es un
requisito legal establecido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y desarrollado
en el R.D. 39/1997, Reglamento de los Servicios de Prevención, que en su art. 29
establece que:
“Las auditorías o evaluaciones externas serán obligatorias cuando, como consecuencia
de la evaluación de los riesgos, las empresas tengan que desarrollar actividades
preventivas para evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo”
Nuestro empeño en la realización de las auditorías es transmitir a la empresa auditada
que la auditoría no debe abordarse como un simple trámite legal, sino que debe
aprovecharse para realizar un análisis profundo y profesional tanto de la adecuación del
sistema de prevención a los requisitos establecidos por la normativa como de su diseño
en relación con el efectivo control de los riesgos laborales inherentes a la actividad de la
empresa y de su efectiva implantación.
De este análisis tienen que surgir oportunidades de mejora y una actuación responsable
de la empresa acorde con los resultados de la auditoría.
Nuestra obligación como auditores es presentar los resultados de la auditoría de una
manera clara y concisa de manera que permitan a la Dirección de la empresa establecer
que acciones deben llevarse a cabo como consecuencia de estos resultados, realizar una
graduación de las mismas en cuanto a su relevancia desde el punto de vista preventivo y
hacer un seguimiento de su ejecución.
Nuestra labor de auditores no se termina en el informe de auditoría sino que debe
extenderse al proceso de corrección de aquellas No Adecuaciones del sistema
encontradas durante la auditoría estimulando a la empresa en la pronta adopción de las
medidas necesarias y dejando constancia documental de su correcta implantación, de
manera que la empresa pueda evidenciar una actuación preventiva acorde con los
resultados de la auditoría.
Esto es de suma importancia ya que la obligación de la empresa es someter su sistema a
una auditoría externa, cuyos resultados deben reflejarse en un informe que la empresa
deberá mantener a disposición de la autoridad laboral competente y de los
representantes de los trabajadores.
Nada dice la normativa sobre que se deba obtener una determinada calificación en la
auditoría o que según sus resultados se puedan imponer sanciones administrativas. Este
no es el espíritu de la Ley.
Entiendo que lo que le es exigible a la empresa es adaptar su sistema y su plan de
actuación en función de los resultados de la auditoría, en un espíritu de mejora continua
de la prevención. En ello debe focalizar su atención la Administración, exigiendo los
informes de auditoría como manera de comprobar una actuación responsable de la
empresa en relación con la prevención de los riesgos laborales.
Estoy
absolutamente convencido, por la experiencia obtenida en las auditorías ya
realizadas, de la utilidad de la auditoría en la mejora de la prevención, ya que un
proceso de auditoría realizado de una manera profesional, participativo, sistemático y
formal, documentando todos sus pasos, supone en casi todos los casos:
a) a) Una revitalización de la prevención en la empresa ya que durante unos días se
habla de prevención con bastantes personas. Desde la Alta Dirección hasta los
representantes de los trabajadores, con una participación muy significativa de
mandos superiores e intermedios.
b) b) La organización se hace consciente de cuales son sus puntos fuertes y débiles en
relación con la prevención. Estos se ponen de manifiesto durante la realización de la
auditoría y de ellos se deja constancia formal en la reunión final de auditoría con la
Dirección y mandos superiores de la empresa, además de en el informe de auditoría.
c) c) Se establece como consecuencia de la auditoría un Plan de Acción para corregir
las debilidades del sistema.
d) d) Se hace un seguimiento de dicho plan y se va dejando constancia documental
por parte del auditor de aquello que se ha ido solucionando
Todo ello acerca lo relativo a la prevención a la Alta Dirección y supone un acicate para
que se adopten medidas que por diversas causas han sido pospuestas una y otra vez.
La consecuencia de todo el proceso es una mejora del sistema en el cual el auditor siente
que ha contribuido sustancialmente y hace que la auditoría de prevención no sea un
mero requisito legal, sino que tenga valor preventivo.
Mi consejo a las empresas es que aprovechen el proceso de auditoría para dar un
impulso sustancial a la prevención y no solamente para obtener un papel en donde dice
que se han auditado. Esforcémonos todos en hacer un trabajo profesional que dé valor
añadido al auditado, esta es la obligación que tenemos las empresas auditoras y lo que
deben exigir las empresas que contratan nuestros servicios.
¿Quiénes tienen que auditarse?
La obligación de someter el sistema de prevención a auditoría externa alcanza a todas
las empresas que como consecuencia de la evaluación de riesgos tengan que adoptar
medidas preventivas. El R.D. 39/1997 establece dos excepciones:
Empresas de hasta seis trabajadores cuyas actividades no sean de riesgo
Aquellas empresas que hubieran concertado totalmente el servicio de prevención con
una entidad especializada.
Aquí tengo que ser crítico con la normativa y expresar que no entiendo muy bien el
porqué de esta segunda excepción. Supongo que al establecerla el legislador pensaba
que al contratar la actividad preventiva con un servicio especializado (Servicio de
Prevención Ajeno) autorizado como tal por la propia Administración quedaba
garantizado un diseño apropiado del sistema de prevención y una correcta ejecución de
las actividades preventivas y que por tanto no hacía falta llevar a cabo la auditoría.
Este razonamiento no es adecuado dado que aún admitiendo que el diseño del sistema
de prevención sea adecuado y que las actuaciones preventivas de tipo técnico
(mediciones de contaminantes, investigaciones de accidentes, inspecciones de
seguridad, etc.) se realicen de una manera impecable por parte del Servicio de
Prevención Ajeno, es necesario además que la empresa lleve a cabo las
recomendaciones que éste servicio realiza y aporte los medios y recursos necesarios
para ello y, esto no queda garantizado de ninguna manera por el mero hecho de
externalizar el servicio de prevención. Recordemos que el Servicio de Prevención tiene
una función staff de asesoramiento y apoyo del empresario (art, 31 Ley de PRL) no de
ejecución
Es necesaria la auditoría para garantizar que no sólo se cuenta con un sistema
correctamente diseñado, sino que la práctica coincide con la teoría y se hacen las cosas
que se dice que se tienen que hacer. Por ello creo absolutamente conveniente la revisión
de este punto de la normativa y la necesidad de extender la obligación de auditarse a
todas las empresas independientemente de si se tiene o no servicio de prevención o si
éste es interno o externo.
Sobre la frecuencia de la auditoría
La normativa establece también que estas auditorías deben repetirse cada cinco años o
cuando así lo requiera la autoridad laboral a la vista de los datos de siniestralidad.
Cualquiera que conoce la dinámica de las empresas, sobre todo en los tiempos actuales,
convendrá conmigo que los cambios que se operan en las empresas tanto en el aspecto
organizativo como en relación con la actividad desarrollada y la evolución de los
sistemas de gestión que difícilmente un informe de auditoría realizado, no ya cinco
años, sino dos años antes, refleje la actual situación de la empresa en relación con la
prevención.
Si tenemos en cuenta que la auditoría se concibe como una forma de asegurase la
empresa y garantizar ante terceros que el sistema de prevención está bien diseñado e
implantado, un plazo de cinco años para repetir la auditoría parece a todas luces
excesivo.
Así se entiende en los ámbitos de la calidad y el medio ambiente, en donde para
mantener la certificación del sistema (ISO 9000 o ISO 14000) se exigen auditorías
externas anuales, siendo esta la forma de garantizar ante terceros (los clientes) que la
empresa tiene implantados sistemas eficaces en estos ámbitos.
Dado que la auditoría de prevención tal y como se concibe en el R.D. 39/1997 es la
forma de certificar ante terceros (la autoridad laboral, los propios trabajadores y los
clientes) que se tiene implantado un sistema de prevención eficaz, debería establecerse
una mayor frecuencia en la realización de la misma, similar a la seguida en calidad y
medio ambiente a través de auditorías anuales de seguimiento y de renovación de la
certificación cada tres años, al menos para aquellas empresas que ejercen actividades de
riesgo (Anexo I R.D. 39/1997). No debemos olvidar que las consecuencias de una
inadecuada prevención pueden ser muy graves para aquellos que las padecen.
La auditoría como instrumento de control en la subcontratación
Permítaseme insistir aquí en la utilidad de la auditoría como instrumento de verificar,
antes de la contratación, que aquellas empresas con las que vamos a contratar la
realización de obras o servicios en nuestras instalaciones, y sobre todo si estas obras o
servicios son propias de nuestra actividad, cumplen con la normativa de prevención de
riesgos laborales y gestionan la prevención de una manera eficaz, por lo que
previsiblemente no vamos a tener problemas con ellos durante la ejecución del contrato
por motivos relacionados con la prevención.
Esto es importante por el art. 24 de la Ley de PRL, referente a la coordinación de
actividades empresariales, que en su punto 3 establece que “ las empresas que
contraten o subcontraten con otras la realización de obras o servicios correspondientes
a la propia actividad de aquellas y que se desarrollen en sus propios centros de trabajo
deberán vigilar el cumplimiento por dichos contratistas y subcontratistas de la
normativa de prevención de riesgos laborales.” Bajo este supuesto, y en virtud de lo
establecido en el art. 42.2, la empresa principal responde solidariamente con los
contratistas y subcontratistas de las obligaciones impuestas por la Ley en relación con
los trabajadores que estos ocupen en los centros de trabajo de la empresa principal.
¿Por qué buscarnos problemas si podemos contar con un informe objetivo que nos
evalúa la situación del contratista en relación con la prevención? Pidámosle la auditoría
de su sistema de prevención.
RESULTADOS OBTENIDOS EN AUDITORIAS REALIZADAS
Para terminar quisiera indicar algunas de las cosas que hemos ido viendo en las diversas
auditorías realizadas y que entiendo pueden resultar de interés para impulsar programas
preventivos eficaces.
Mostramos a continuación un pequeño análisis de las No Adecuaciones encontradas en
una muestra de 75 auditorías que incluyen empresas de diversos sectores, tanto
industriales como de servicios.
  En 75 auditorías se han emitido un total de 713 Informes de No Adecuación
(INAs), lo que supone una media de 10 INAs por auditoría.
  De estas 713 INAs, 77 (11%) han sido calificadas como Mayores y 636
(89%) como menores
Los puntos en donde se han detectado más No Adecuaciones a la normativa son los
correspondientes a:
Revisión de equipos e instalaciones. Equipos de trabajo. Aplicación del RD
1215/1997 (19%)
  No se ha realizado un análisis de la adecuación de los equipos de trabajo a
los requisitos del Anexo I del R.D. 1215/97, o bien aunque se ha efectuado pero
aún no se han corregido las no adecuaciones detectadas en el análisis.
Información y formación de los trabajadores (9%)
  La empresa no tiene establecido un Sistema de Formación que garantice, de
acuerdo con el artículo 19 de la Ley de Prevención, que cada trabajador recibe
una formación en prevención de riesgos centrada en su puesto de trabajo.
  No consta que se haya realizado una información individualizada a cada
trabajador de los riesgos y medidas de protección existentes en su puesto de
trabajo, como consecuencia de la evaluación de riesgos realizada. (Art. 18.1 de
la Ley de P.R.L.)
Planificación de las emergencias (9%)
 
Carencia de plan o instrucciones de emergencia
 
No acreditar la formación de los equipos de emergencia
 
No realizar comprobaciones del funcionamiento del plan (simulacros)
Consulta y participación (8%)
  El sistema de registro y comunicación de accidentes no contempla la
comunicación inmediata de los daños a la salud a los representantes de los
trabajadores, tal y como se recoge en artículo 36.2 de la Ley de PRL.
  Las reuniones del Comité de Seguridad y Salud no siguen la frecuencia
trimestral establecida en el artículo 38.3 de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales.
  Durante el proceso de auditoría no se ha podido constatar que se haya
formado adecuadamente a los Delegados de Prevención, según establece el
artículo 35.2 del Reglamento de los Servicios de Prevención.
Coordinación de actividades empresariales (8%)


No está establecido un sistema de información y
control de contratas según establece el art. 24 de la Ley 31/1995 de Prevención
de Riesgos Laborales
  El sistema de control de contratistas, en lo referente a formación del
personal subcontratado, no está suficientemente desarrollado, pues se
han detectado varios casos en los que el personal subcontratado no
dispone de la formación adecuada, a pesar de que la misma se exige a
la empresa contratada en la contratación.
Control periódico de los factores ambientales (6%)
  No se han realizado mediciones en los puestos de trabajo, o no se efectúan
con la periodicidad adecuada
 
No se dispone de un programa de control de la exposición a contaminantes
Las No Adecuaciones detectadas, se califican en mayores y menores. Los puntos que
suelen dar INAs mayores son los relativos a:
Objetivos y metas. Plan de prevención (23%) de las INAs Mayores

 No poder acreditar la existencia de un plan de prevención. Ausencia de
plan, plan no adecuado y falta de seguimiento de la acción preventiva
Revisión de Equipos e Instalaciones. Equipos de trabajo. Aplicación del RD
1215/1997 (22%)

 Centros de Transformación, instalaciones contra incendios, aparatos a
presión, etc. en los que no se realizan las inspecciones reglamentarias con la
periodicidad requerida
Planificación de las emergencias (13%)

 Ausencia de plan o instrucciones de emergencia o plan no implantado,
no designación de los equipos de emergencia, etc.
Los resultados indicados corresponden a la auditoría inicial, estableciéndose a
continuación una etapa de corrección y cierre de no adecuaciones que suele abarcar un
período de cuatro a 10 meses y que después del mismo suelen quedar pocos INA
abiertos. Normalmente no más de 3 o 4.
Este proceso de corrección es consustancial con el espíritu de mejora continua y la
esencia del concepto de auditarse para mejorar a que me he referido al inicio de esta
ponencia. Cuando la auditoría se aborda con este espíritu y se lleva a cabo con
profesionalidad resulta de una gran utilidad en la consecución de entornos de trabajo
más seguros, que es sin duda el fin al que deben estar orientados nuestros esfuerzos y
nuestra actividad profesional como auditores.
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