GERENCIA REGIONAL DEL CATASTRO DE MURCIA Subsanación de discrepancias (expte.00520236.30/12) ESCRITO DE ALEGACIONES A LA GERENCIA REGIONAL DEL CATASTRO DE MURCIA D. …., con DNI ……., con domicilio a efectos de notificaciones en ……., comparece ante la Gerencia Regional del Catastro de Murcia y como mejor proceda, DICE: Se me ha notificado acuerdo de la Gerencia Regional del Catastro de Murcia por el que se me comunica la iniciación de un procedimiento de subsanación de discrepancias que afecta a mis legítimos derechos e intereses. Al no estar conforme con el mismo, dentro plazo y forma y por medio del presente escrito, vengo a efectuar las siguientes ALEGACIONES PREVIA.- SOLICITUD DE NUEVO PLAZO PARA EFECTUAR ALEGACIONES COMPLEMENTARIAS. Con carácter previo a entrar a conocer de las cuestiones de fondo que se debaten en el presente procedimiento, es de resaltar que, habiéndose personado ante la Gerencia la Cooperativa de Viviendas Joven Futura, también interesada y a la que pertenezco como socio, al efecto de tener vista de los expedientes referenciados en el escrito notificado, no fue posible el acceso a éstos, ya que al parecer era imposible su localización por estar de vacaciones la persona encargada de su tramitación. 1 En consecuencia, y al objeto de evitar que mis legítimos derechos e intereses se vean mermados, y en particular, el trámite de audiencia, se deberán admitir las alegaciones complementarias que, en su caso, pudieran efectuarse más adelante en relación con los mencionados expedientes. Primera.- NULIDAD DEL ACTO ADMINISTRATIVO NOTIFICADO POR DEFECTO ESENCIAL EN EL PROCEDIMIENTO. INFRACCIÓN DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO CERCANA A LA DESVIACIÓN DE PODER. Entrando ya en el fondo de la cuestión, es de destacar que, de acuerdo con lo notificado, la Gerencia Regional del Catastro de Murcia ha acordado la iniciación del procedimiento de subsanación de discrepancias contra una anterior resolución de la misma Gerencia que había puesto fin a un procedimiento de rectificación de errores materiales, aritméticos o de hecho (expediente 336062.30/12), y por la cual se allanaba a las pretensiones de la parte que había instado la incoación de dicho procedimiento, quien al parecer recurrió la ponencia de valores parcial de los inmuebles urbanos del municipio de Murcia argumentando que, en la valoración de la Manzana 1981202 XH6018S 0239 SX, no se habían tenido en cuenta los criterios establecidos en la Ponencia Total de Valores del año 2001. Sin entrar ahora a valorar en el mayor o menor acierto de la Administración en la tramitación de ese otro procedimiento de rectificación de errores, lo cierto es que existe un acto administrativo resultante del mismo –y dictado por la propia Gerencia– que no ha sido revisado de oficio, y que por tanto sigue surtiendo todos sus efectos, estando en todo caso asistido por la presunción establecida por el artículo 57.1 de la Ley 30/1992, en cuya virtud “Los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo se presumirán válidos y producirán efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que en ellos se disponga otra cosa”. En efecto, en el escrito notificado, y concretamente en el apartado referente a la “DESCRIPCIÓN DE LOS ERRORES O DISCREPANCIAS 2 DETECTADAS”, la Gerencia no describe en absoluto errores o discrepancias concretos en relación con la finca registral referenciada, sino que motiva la incoación del procedimiento administrativo de subsanación de discrepancias exclusivamente en la existencia de un acto administrativo anterior dictado por la misma Gerencia, que a través de este procedimiento pretende dejarse sin efecto, a pesar de que sigue tratándose de un acto válido y eficaz. No es ésta, sin embargo, la finalidad prevista por las normas para el procedimiento de subsanación de discrepancias regulado en el artículo 18 del Texto Refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario, que está concebido para un supuesto bien diferente del que ahora nos ocupa. La subsanación de discrepancias es un procedimiento de oficio que se inicia cuando las Gerencias/Subgerencias tienen conocimiento de la falta de concordancia entre la descripción catastral de los bienes inmuebles que figuran en la Base de Datos del Catastro como consecuencia de las manifestaciones realizadas por los propios interesados, o bien tras la realización de actuaciones de comprobación o inspección catastral, circunstancias que, en ningún caso, se han producido en este supuesto. Desde luego, lo que no está previsto en la norma es su incoación contra Resoluciones válidas de la propia Gerencia que pretenden dejarse sin efecto y ser sustituidas por otras, finalidad que no resulta aceptable, pues de este modo se estarían burlando las normas legalmente establecidas para la revisión de los actos administrativos. Así, si la Gerencia finalmente acordara con carácter definitivo la subsanación de discrepancias, nos hallaríamos ante el absurdo de encontrar dos actos administrativos perfectamente válidos y eficaces, pero contradictorios entre sí: el acto administrativo que pone fin al procedimiento de rectificación de errores materiales y el que resultara del actual procedimiento de subsanación de discrepancias. La infracción del ordenamiento jurídico en que incurre el acto administrativo notificado se aproxima a la DESVIACIÓN DE PODER, que para la 3 Jurisprudencia supone un acto dictado por órgano competente, que reviste la forma requerida y cumple todos los requisitos legales, excepto la adecuación al fin que le asigna la norma habilitante, siendo por tanto el vicio de desviación de poder un vicio de estricta legalidad determinante de nulidad, de acuerdo con el artículo 63 de la LRJ-PAC 30/1992. Segunda.- INSUFICIENCIA DE MOTIVACIÓN E INAPLICACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 102, 103 Y 105 DE LA LEY 30/1992, CON VULNERACIÓN DE LOS DERECHOS DEL ADMINISTRADO. La vinculación de la Administración a sus actos -válidos en tanto no se haga uso de la potestad revisoria– exige que, para apartarse de sus propias decisiones, y mucho más si se trata de actos declarativos de derechos, exista suficiente motivación, de la que a todas luces adolece la resolución que se notifica, incumpliendo lo dispuesto en el artículo 54 de la Ley 30/1992 en relación con los actos limitativos o restrictivos de derechos e intereses legítimos (como resulta ser el acto que se notifica, ya que sus consecuencias determinan para esta parte una mayor tributación que la derivada de la actual situación catastral) y dejando en situación de indefensión a esta parte ante los arbitrarios cambios de criterio de la Administración. Esta carencia de motivación se agrava por el hecho de haberse sustraído la Administración de seguir el procedimiento establecido para la revisión de los actos administrativos en los artículos 102 y 103 de la Ley 30/1992, no constando entre los motivos que justifican la incoación del procedimiento (y la pretendida cesación de efectos del anterior acto administrativo declarativo de derechos de esta parte), que se cuente con el preceptivo informe del Consejo de Estado, ni que haya existido previa declaración de nulidad de pleno derecho del acto, ni tampoco declaración de lesividad para el interés público, como hubiera resultado exigible. Se ha vulnerado así una garantía fundamental que asiste a los administrados y que se consagra en el artículo 105 de la mencionada Ley, que prohíbe a la 4 Administración revocar sus propios actos, salvo en los casos y con las garantías previstas para la revisión de los actos nulos y anulables. Tercera.- VALORACIÓN DESMESURADA, NO ACORDE CON LA REALIDAD INMOBILIARIA Y LOS ACTUALES VALORES DE MERCADO, Y DETERMINADA DE FORMA INCORRECTA, CON CONOCIMIENTO Y RECONOCIMIENTO EXPRESO DE TAL INCORRECCIÓN POR LA PROPIA ADMINISTRACIÓN. Sin entrar a discutir el mayor o menor acierto de la Administración a la hora de realizar una rectificación de errores materiales, lo cierto es que existe un pronunciamiento de la misma – recaído en expediente 00376062.30/12 y notificado a esta parte como ya hemos dicho – reconociendo que la finca de referencia no está bien valorada, ya que, en primer lugar, la edificabilidad tenida en cuenta en el tramo de vía de valoración no era la correcta, y en segundo lugar, no procedía aplicar – como se hizo – en la valoración el coeficiente de gastos y beneficios, al tratarse de una promoción en régimen de cooperativa. Por tanto, la valoración que figura en el Catastro se aparta de la realidad inmobiliaria, reflejando un valor mayor al real. Se pregunta esta parte por qué entonces, una vez constatado este hecho, se inicia un procedimiento de subsanación de “discrepancias” con el que parece quererse adaptar la realidad inmobiliaria al Catastro, en lugar de adaptar el Catastro a la realidad inmobiliaria, ignorando el espíritu y fin último de las normas que fijan los criterios para la determinación de los valores catastrales. Así, predica el artículo 23 del Texto Refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario que para la determinación del valor catastral, habrá de estar determinado objetivamente según el artículo 22 del mismo Texto, se tendrán en cuenta, entre otros criterios, la localización del inmueble, los gastos de producción y beneficios de la actividad empresarial de promoción (que, como ha reconocido expresamente la Administración, no han de computarse en nuestro caso, al tratarse de una promoción en régimen de cooperativa en la 5 que no hay beneficios a repartir) y, desde luego, las circunstancias y el valor del mercado, estableciéndose una prohibición expresa de rebasar este último en el apartado segundo del precepto. El artículo 23.2, además, para el caso de bienes inmuebles con precio de venta limitado administrativamente (como es el caso), determina dicho precio como límite del valor catastral. Pues bien, a pesar de la claridad del precepto, la valoración catastral, establecida de acuerdo con la Ponencia de Valores en 2.044,64 €/m2, rebasa ampliamente el precio máximo general que, de acuerdo con el módulo del Plan de Vivienda 2005-2008 de la Región de Murcia, se establece en la Declaración Definitiva de Viviendas Protegidas, el cual asciende a 1.103,52 euros por metro cuadrado útil. Por otro lado, y en relación con la no procedencia en la aplicación del coeficiente de gastos y beneficios, de aplicarse en la mencionada Manzana, se produciría un agravio comparativo para Joven Futura respecto de otras promociones inmobiliarias llevadas a cabo en el municipio de Murcia por Cooperativas de Viviendas, pues en algunas de ellas, situadas en zonas más privilegiadas, no se ha tenido en cuenta dicho coeficiente, lo que ha repercutido en un menor valor catastral y, en consecuencia, una menor tributación a efectos del Impuesto sobre Bienes Inmuebles. Estas diferencias injustificadas entre inmuebles de un mismo municipio, además de contrarias a la legalidad vigente, suponen una actuación arbitraria de la Administración causante de indefensión. Cuarta.- EXCESIVA PRESIÓN FISCAL DERIVADA DE LOS VALORES CATASTRALES. Los residentes en Joven Futura venimos denunciando, con el total desentendimiento de la Administración, la excesiva presión fiscal que se sufre, al estarse liquidando unos impuestos sumamente elevados y que no se corresponden en absoluto con la realidad. Como ya es conocido, los recibos del Impuesto de Bienes Inmuebles de la ciudad de Murcia son los séptimos más caros de nuestro país, y así fue publicado en prensa (La Verdad, 5 de 6 junio de 2012; este dato figura en el Ránking Tributario de los Municipios Españoles 2011, elaborado por la Agencia Tributaria de Madrid, y que la Comunidad de Madrid viene elaborando desde el año 2003). Resultaría necesario, en consecuencia, hacer una exhausta revisión en cualquier caso de los valores catastrales, pues no se discriminan adecuadamente las diferentes circunstancias de tipología y situación de las viviendas, provocando injusticia social en el pago del IBI. No es de sentido común, ni está debidamente justificado, que las viviendas de Joven Futura, ubicadas en Espinardo, junto a la autovía y de protección oficial, tengan la misma calificación callejera que viviendas de lujo de la avenida Juan Carlos I. Esta situación llevó incluso al Pleno del Ayuntamiento una moción que proponía la elaboración de una nueva ponencia de valores catastrales (sesión de fecha 31 de mayo de 2012) que finalmente no prosperó, pues todos los grupos votaron a favor de esta revisión menos el Grupo Popular. Con ello queremos destacar que la excesiva presión fiscal y las desigualdades en las valoraciones catastrales es una cuestión bien conocida por las instituciones y los organismos con capacidad para revisar tales valores, y que resulta importante, por afectar a todos los contribuyentes. Es necesaria, por tanto, una revisión en profundidad de los valores catastrales, con el fin de que finalmente éstos se ajusten a la actual realidad inmobiliaria, evitando en todo caso desigualdades injustificadas entre los ciudadanos, atendiendo siempre al principio de capacidad económica consagrado en el artículo 31 de la Constitución Española, dada la repercusión tributaria que estos valores tienen, no sólo ya a efectos de IBI, sino también de otros tributos como la plusvalía, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, o el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Por otro lado, conviene recordar la naturaleza jurídica de las Ponencias de Valores, que no es la propia de las disposiciones de carácter general. Esto es, no son normas jurídicas propiamente dichas, sino meros actos administrativos de carácter plúrimo y que se notifican por Edicto, precisamente porque afectan a una pluralidad indeterminada de personas. De ahí que sean susceptibles de ser impugnadas y modificadas de oficio o a instancia de los interesados que 7 detecten incorrecciones en las mismas. Y si bien no es posible plantear frente a la Ponencia de la que resultan los valores aquí discutidos recurso directo, lo cierto es que se ha producido una modificación en las circunstancias del mercado que ha determinado que los valores que arroja la Ponencia no se adecúen a la realidad ni al mercado, en contra de lo establecido por la Ley, ocasionando, como señalábamos, una presión fiscal excesiva que terminará resultando insostenible para los ciudadanos y que es contraria a los principios constitucionalmente establecidos en nuestro sistema fiscal. Quinta.- REITERACIÓN DE LOS ARGUMENTOS EXPUESTOS EN ANTERIORES RECURSOS PRESENTADOS. Nos reiteramos a continuación en todas las alegaciones expuestas en un anterior recurso presentado instando la revisión de las ponencias, por estar éstas viciadas de nulidad, al superar con mucho los valores catastrales el actual valor de mercado, en contra de la legislación vigente. Recordaremos aquí de forma sucinta algunas de las alegaciones formuladas: 1) Se realizó, entre otras cuestiones, una comparativa con un vivienda situada en la avenida Juan de Borbón, libre, con muchos más metros construidos, resultando un valor de suelo muy inferior que el de las viviendas de Joven Futura, todo ello en contra del espíritu que debe regir las Ponencias de Valores Parciales como la que en este caso resulta de aplicación, pues de conformidad con el artículo 28.3.b) del Texto Refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario, en la aprobación de estas Ponencias debe garantizarse la coordinación de los nuevos valores catastrales con los del resto de inmuebles del municipio. Circunstancias que tanto el Catastro como el Ayuntamiento de Murcia prefieren desconocer, de forma interesada, en contra de lo establecido en el citado Texto Refundido. Resulta incomprensible que, ante dos viviendas tan distintas en cuanto a su calificación, tamaño y situación, sin embargo, se hayan de pagar cantidades tan similares, máxime teniendo en cuenta que para la vivienda de Joven Futura –mucho más pequeña que la señalada en Avda. Juan de 8 Borbón y que tiene la consideración de vivienda de protección oficial– se liquida un impuesto mucho mayor. 2) Las Ponencia de Valores que determina la valoración de mi vivienda data del año 2007, en pleno “boom inmobiliario”, cuando por motivos especulativos los precios estaban muy por encima del valor real de los inmuebles, que a día de hoy adolecen de continuos ajustes a la baja, sin que se prevea una estabilización de los mismos por un largo e imprevisible período de tiempo. 3) Por otro lado, la Jurisprudencia viene reclamando en los últimos años la necesidad de motivar suficientemente las valoraciones catastrales resultantes de los criterios contenidos en las Ponencias de Valores, de manera que si éstas adolecen de tal motivación, quedan anuladas, “resucitando” las vigentes con anterioridad a las que quedan sin efecto como consecuencia de la resolución judicial. Así, la Sentencia núm. 89/2011 del TSJ de Valencia, de 31 de enero (JUR\2011\162274), confirmada posteriormente por Auto del Tribunal Supremo de fecha 26 de enero de 2012 (JUR\2012\71585), en la que textualmente se habla del valor de mercado como “tope o referencia que no se puede traspasar”, “el punto de partida para el establecimiento del valor catastral” que “debe estar suficientemente justificado en la Ponencia de Valores”. Faltando dichos análisis y estudios, la Ponencia queda invalidada, ya que según la Sentencia arriba referenciada “las carencias de motivación y justificación que se localizan en la esencia de las decisiones con relevancia valorativa de la Ponencia de Valores de que aquí se trata (carencias derivadas de la inexistencia de estudio de mercado) conducen, inexorablemente o sin remisión, a las consecuencias anulatorias que se expresarán en el fallo de esta sentencia”. Otra Sentencia del TSJ de Valencia (Sentencia de 20 de diciembre de 2007, JUR\2008\108628) declara asimismo la nulidad de los actos de aplicación de una Ponencia de Valores que no se ajusta a las exigencias de motivación en cuanto a la fijación de los valores catastrales concretada en la suficiencia del Estudio de Mercado que debe servir de base para la redacción de aquella y “cuya finalidad es la de orientar, guiar o 9 encaminar a los redactores de las mismas para realizarlas de forma tal que los valores catastrales resultantes de su aplicación estén en relación con los valores del municipio, sin sobrepasarlos”. En su virtud, A LA GERENCIA TERRITORIAL DEL CATASTRO DE MURCIA SOLICITO que tenga por presentado este escrito junto con los documentos que se acompañan, tenga por realizadas las anteriores alegaciones y proceda al archivo del procedimiento incoado, todo ello por ser de Justicia que pido En Murcia, a …….. de septiembre de 2012 Fdo. ………………… 10