Historia de España en la Edad Media

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HISTORIA MEDIEVAL DE ESPAÑA
− PRIMERA PARTE: LA TRANSICIÓN DE LA ANTIGÜEDAD AL MEDIEVO. LA ESPAÑA
VISIGODA:
− TEMA 1 − ROMANIDAD TARDIA Y ASENTAMIENTO DE LOS GERMANOS:
− Introducción: La historia medieval en España:
En la actualidad existe un concepto equivocado del medioevo, a menudo basado en tópicos y algo injusto, ya
que hemos heredado más características de la sociedad de la edad media que de ninguna otra.
Aunque la historia medieval tiene momentos de claridad tiene también momentos de mucha oscuridad, lo que
la convierte en una materia viva de la que poco a poco vamos conociendo más detalles.
El cambio de la España romana por la visigoda llegó tras un largo proceso de transición, iniciado con la crisis
del S III d.C. que afecto a todo el imperio romano y, por supuesto, también a la península Ibérica. Esta crisis
se da por finalizada en el año 409 d.C., cuando los visigodos cruzan los Pirineos uniendo la península al reino
de Tolosa.
La crisis del imperio romano comienza en la época del emperador Marco Aurelio aproximadamente en el año
270d.C., las consecuencias de esta crisis son las siguientes:
1º. Una fuerte caída demográfica producida por causas desconocidas y que comienza a finales del S. II d.C.
2º. Los decuriones abandonan la ciudad en busca de lugares menos comprometidos social y económicamente.
3º. Los ciudadanos se apartan del ejército y este se forma básicamente de bárbaros.
4º. Disminuyen los rendimientos agrícolas a causa del agotamiento de los suelos.
− La España bajo imperial:
Los romanos no responden correctamente a la crisis, ya que no les interesaba cambiar la división de las clases.
Con el fin de asegurar el comercio del trigo (principalmente para suministrar al ejército) y una serie de
productos a los ciudadanos se adscribe a cada persona a un oficio. Los agricultores empiezan a perder
derechos, muchos de ellos no pueden mantener sus tierras debido a los altos impuestos (por un lado por tierras
y por otro por persona), y se ven obligados a vender las tierras a los señores, lo que les convierte cada vez más
en siervos. Este cambio provoca una descentralización de la de la ciudad al campo, los nobles dejan la ciudad
y se van a vivir a los palacios señoriales que poseen, en los grandes latifundios. El centro de actividad
económica (agricultores, ganaderos y artesanos) también abandonan la ciudad y empiezan a formarse villas
con su propia iglesia, viviendas para los sirvientes e incluso con su propio ejercito, formando un régimen
autárquico, lo que provoca una pérdida de competitividad ya que los artesanos no se hacen competencia entre
si y en algunos casos son los siervos los que aprenden la profesión, reduciéndose así los costes. En
consecuencia, la clase media tiende a desaparecer y la distancia entre la clase social alta (honestiores) y la
baja (humiliores) aumenta; el comercio, por tanto, en la ciudad queda reducido a los artículos de lujo.
Los decuriones eran los encargados de recaudar los impuestos en las curias y cuando no conseguían cobrarlos
debían pagarlos ellos mismos. Éstos intentaban cobrar los impuestos a los nobles, quienes se negaban a
pagarlos respaldados por su ejército privado, por lo q también se vieron obligados a abandonar la ciudad.
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La sociedad romana, convencida de que vivían en el mejor de los mundos, intenta mantener el imperio a toda
costa, y a su vez los bárbaros intentaban entrar en el imperio y ser ciudadanos romanos, ya fuese a través del
ejecito o de cualquier otra manera. En consecuencia, se crean una serie de leyes, como poner mayores
facilidades para ser decurión o prohibirse la huida a los que no quisieran seguir en el cargo, con el fin de que
el imperio no se hundiese. Y pese a que a largo plazo no se consigue, si se logra una cierta estabilidad, aunque
con una lenta decadencia que desemboca en el fin del Imperio Romano 300 años después. Se empieza a
divinizar a los emperadores, a los que se considera como un representante de dios en la tierra para bien del
pueblo, además se convierte en un deber del gobernante con el pueblo el buscar tanto el bien material como el
espiritual.
Durante la crisis del imperio romano en la península Ibérica, en general, se vive un periodo de atonía, de
marginalidad y una pacificación, que se debía principalmente a la decadencia. La primera causa de esta
marginalidad es, que la parte occidental del imperio queda mucho más afectada en la crisis que la oriental, y
por tanto queda alejada de los centros de decisión, y la segunda es que Hispania no tenía importancia en lo
que se refiere a la defensa de las fronteras del imperio, que estaban en el Rhin, en el norte de África y en
oriente (frontera persa). Las fronteras acarreaban un gran movimiento, fundamentalmente económico, por lo
que el oro se llevaba a las zonas fronterizas para poder responder a las invasiones, y es allí donde se produce
un mayor desarrollo, quedando marginada, como hemos dicho, la península Ibérica.
La vida económica decae tanto que adquiere un papel secundario y aunque se produce lo suficiente como para
autoabastecerse, la península pierde su papel como almacén del imperio y se reducen las importaciones,
adquiriendo éstas una importancia económica muy baja. Además de la baja producción, también se dejan de
exportar caballos y se dejan de explotar las minas (aproximadamente en el año 200 d.C.), la única exportación
que se mantiene es la de la sal y el famoso garum hispano, que se producía en las industrias de salazones.
Debido a la baja actividad económica se dejan de acuñar monedas en la península y se extienden los
latifundios por la Bética y la Tarraconensis. Como consecuencia, el gobierno en vez de incentivar la actividad
mercantil promueve la sociedad rural y latifundista.
La religión tiene muy poca influencia en Hispania, hasta el S. IV, influida en parte por el cristianismo francés
y en su mayoría por el cristianismo del norte de África. En cualquier caso, al contrario del cristianismo
oriental, en la península se buscó un diálogo y un mantenimiento pacífico de la fe, en lugar de buscarse
mártires y perseguir a los cristianos.
Aunque la península seguía manteniéndose aparte del Imperio Romano hubo varias consecuencias prácticas,
como la reestructuración administrativa y militar. Con el fin de tener un mayor dominio sobre las provincias
hispanas, éstas pasan de tres (Bética, Tarraconensis y Lusitania) a seis (Cartaginenses, Gaélica y la Mauritania
tingitana), incluso en el S. IV las islas Baleares se convierten en la séptima provincia hispana, esta división
multiplica el número de funcionarios. Todas estas provincias forman la diócesis hispaniarum, al frente de cada
diócesis había un vicarium (el de la diócesis hispaniarum estaba en Emérita Augusta). Este vicarium estaba a
cargo de un officium (cuerpo de funcionarios). También las provincias tenían sus propios gobernadores,
llamados consulares o presides, cuya función era básicamente económica (recaudar impuestos) y judicial.
Con estas reformas se consigue adecuar la administración a la complejidad del imperio romano y se hace más
efectivo el poder político, ya que se impide que se formen grandes uniones que puedan poner en peligro el
poder central. Se consigue una mayor efectividad en la recaudación fiscal y mejores vías de transporte para el
ejército.
Además también se llevó a cabo una reforma militar que duplico el número de soldados del imperio romano,
aunque esto no afecto a la península Ibérica que continuo con el mismo número de soldados, por otra parte
muy escaso (10.000 soldados, la legio VII y cinco cohortes). Aunque esta reforma no afectó desde el punto de
vista cuantitativo si que afecto desde el punto de vista cualitativo, es decir, la organización de las tropas, que
se dividieron en dos tipos: Limitanei y comitatensis.
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Los limitanei eran los encargados de defender las fronteras (limes), el concepto de frontera de aquella época
era muy diferente al actual, ya que no son simplemente una línea que separa dos territorios, sino que eran el
fin del imperio y del mundo conocido. Además estas fronteras tenían muchos kilómetros de ancho y estaban
situadas en lugares donde la naturaleza les impedía continuar su expansión, como el desierto del Sáhara o el
Atlántico, lo que también les mantenía separados de los posibles invasores, ya que como mucho los limes solo
eran habitados por pueblos nómadas. La función de los limitanei no era la de luchar sino la de vigilar los limes
y avisar en caso de necesidad. En Hispania los limitanei defendían la cornisa cantábrica hasta Zaragoza, y
varios kilómetros en el interior, aproximadamente a la altura a la que hoy se encuentra el camino de Santiago.
Para la lucha se utilizaba a los comitatensis cuyo nombre viene de comittes (enviados), estos soldados eran la
base del ejército romano, estaban entrenados para la guerra, luchaban tanto a pie como a caballo y se les
trasladaba a los lugares en los que se les necesitasen. Su función era esperar a que los ejércitos invasores
cruzaran los limes y una vez dentro plantarles batalla.
− La crisis de comienzos del siglo V: primeros asentamientos germánicos:
Generalmente se sitúa el inicio de la germanización en Hispania a partir del año 409 d.C., año en el que los
visigodos cruzan los Pirineos y entran en Hispania, (aunque esto es simplemente una fecha indicativa).
Los germanos no entraron en el imperio con la idea de acabar con él, lo que pretendían era que el imperio
continuara, pero estando el poder en sus manos. Los primeros pueblos germanos que se asentaron en la
península fueron los suevos, los vándalos y los alanos. A continuación se dan las causas de porque estos
pueblos entraron en Hispania.
En el año 407 d.C. un general de York, muy querido por sus tropas, se autoproclama emperador con el
nombre de Constantino III con la intención de sustituir a los emperadores de los imperios de oriente y de
occidente. Con este fin abandona Inglaterra y se hace fácilmente con la diócesis de las Galias, dejando
Inglaterra prácticamente indefensa, lo que posteriormente facilitara la invasión de la isla por los pueblos
germanos. Como todavía no tenía el poder ni la fuerza suficientes como para invadir Roma y proclamarse
emperador del imperio de occidente, decide invadir primero la diócesis de Hispania. Para esto envía a un
general de confianza (Gerónico) que en un principio entra con facilidad, ya que las tropas Hispanas
descontentas con el imperio deciden no intervenir, pero al ser la cuna de la casa de Teodosio, los partidarios
del auténtico emperador forman ejércitos privados, que no obstante son derrotados.
Tras el triunfo, Gerónico se revela contra Constantino y decide formar su propio ejército, aunque esto plantea
varios problemas y es que no sabía como reaccionarían las tropas hispanas, tampoco sabía si sus tropas que en
un principio seguían a Constantino le seguirían a él, y por último todavía seguía habiendo muchos partidarios
de la casa de Teodosio. A su favor tenía a los honorias galos que estaban apostados en los Pirineos, pero al ser
esta una fuerza insuficiente decide contratar a los pueblos germanos, que llevaban ya muchos años dentro del
imperio viviendo del saqueo y del pillaje.
Por otra parte se crea un gran desorden político y social, ya que los impuestos que se exigen a los
hispano−romanos son muy altos, el imperio por su parte no corresponde con sus obligaciones, por lo que se
genera un gran descontento y se forman cada vez más ejércitos privados. En la Tarraconenses, la zona más
partidaria del emperador se ofrece algo de resistencia y hacia el año 411 d.C., tras la muerte de Constantino y
de Gerónico se logra una cierta pacificación, debido a la firma de un tratado entre germanos e
hispano−romanos, en el que se divide la península en cinco zonas: por un lado están la Tarraconense y la
Cartaginense, que obedecían al imperio romano, en la Bética se establecen los vándalos silingos, en la
Lusitania los alanos, en la Gaélica occidental los suevos y en la oriental los vándalos asdingos. A raíz de todo
esto, comienzan a sucederse una serie de acontecimientos que desembocan en el final del imperio romano de
occidente (año 476, con la muerte del último emperador), aunque durante muchos años se sigue soñando con
la reconstrucción del imperio.
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−Hispanización del reino visigodo de Tolosa:
Los visigodos eran un pueblo que llevaba más de cien años viviendo dentro del imperio, pero a pesar de ello
se habían resistido a una completa romanización y seguían manteniendo su propia unidad, aunque con un
nivel cultural e intelectual superior al de los demás pueblos germanos. Este pueblo acaba invadiendo la
península Itálica y saquea Roma, después con la intención de saquear Cartago, que era el granero de Roma,
intentan invadir el norte de África pero son rechazados y deciden atravesar Hispania para cruzar a través del
estrecho de Gibraltar, pero uno vez más debido en parte a su pobre dominio de la navegación son rechazados
por lo que optan por establecerse en el litoral mediterráneo para poder aprovecharse del comercio de sus
puertos. Pero los romanos intentan impedir que se establezcan en el Mediterráneo y acaban firmando un pacto
llamado foedus hospitalitas. Esta pacto consistía en entregar 1/3 de unas tierras a un ejército a cambio de un
servicio militar, aunque en este caso se entregan a los visigodos 2/3 de unas tierras situadas en Aquitánia, es
decir en la zona atlántica, para así alejarlos del litoral mediterráneo, aún así los visigodos establecen su capital
en Tolosa con la intención de estar lo más cerca posible de la Provenza.
El servicio militar que debían ofrecer los visigodos incluía la defensa de Hispania, que se divide en varias
fases:
1º. Los visigodos empiezan por poner orden en Galicia y obligan a los vándalos asdingos a trasladarse a la
Bética, pacificando así la zona norte y parte de la Tarraconense. Los Vándalos eran un pueblo muy numeroso,
se calcula que unos 80.000 en el momento en que pasaron a África.
2º. El gobierno central entra en crisis, y esto facilita que los vándalos continúen saqueando la Bética sin
recibir resistencia, hasta que cruzan el estrecho. También los suevos salen de sus zonas y atacan la
Tarraconense, ayudados por los movimientos campesinos (la bagaudia), además tratan de conectar con los
hispano−romanos estableciendo nexos, como la unión entre unos y otros o la conversión al cristianismo (los
suevos son el primer pueblo germano que se convierte al cristianismo).
3º. El rey visigodo Teodorico II acaba con la bagaudia y tras su muerte (luchando junto a los romanos contra
los hunos), su sucesor Eurico da fin a las invasiones de los suevos, quedando éstos reducidos al occidente de
Galicia con Braga como capital, aunque a pesar de la ejecución de su rey los suevos siguen formando grupos
con la intención de construir su propio estado. Los visigodos por su parte van conquistando tierras en el sur de
Francia con la intención de llegar a la Provenza mientras se les sigue requiriendo en Hispania, ya que sigue
habiendo bandas con las que combatir.
4º. Una vez destronado el último emperador romano (Rómulo Augusto) en el 476, Eurico da por finalizado el
tratado con los romanos y crea su propio código de leyes imitando al de los romanos. Mientras tanto continúa
con la idea de establecerse no solo en la Provenza, sino también en la Tarraconense donde encuentran cierta
resistencia por parte de los hispano−romanos. A partir de aquí comienza la fase de hispanización de los
visigodos.
Los francos a su vez presionaron desde el norte de Francia a los visigodos, y a pesar de que el rey Alarico II
intentó llegar a un pacto con ellos no sirvió de nada, acabó muriendo en la batalla de Vouillé (507). Los
visigodos fueron expulsados en masa a la península, estableciéndose en las zonas poco habitadas de la meseta
norte, evitando así los enfrentamientos. Por otra parte los militares se establecieron en las fortificaciones de
las ciudades o sus proximidades.
− TEMA 2 − MONARQUIA HISPANO−GODA:
− Introducción:
A partir de la batalla de Vouillé se inicia un periodo de hispanización de la monarquía visigoda. Esta
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hispanización se divide en cinco fases diferentes:
1º.507 − 568. Periodo de indefinición política. Se establece un modelo dual de monarquía. Paulatinamente se
va hacia la fusión en un solo pueblo gobernado por la monarquía visigoda. Es un periodo con un fuerte influjo
ostrogodo.
2º.569 − 586. El reinado de Leovigildo. Es una etapa muy importante a pesar de su poca duración, ya que es
bajo el reinado de Leovigildo cuando se asienta la monarquía visigoda en Hispania.
3º. 586 − 631. Recaredo − Suintila. Los visigodos se convierten al cristianismo y se constituye una monarquía
católica.
4º. 631 − 671. Sisenando − Recesvinto. Este periodo está caracterizado por la institucionalización de la
monarquía católica.
5º. 672 − 711. En esta etapa comienza la protofeudalización de la monarquía.
− El influjo ostrogodo del periodo inicial:
Las características de este periodo son:
1 − Refuerzo del poder central contra el deterioro de la monarquía.
2 − El centro de poder va bajando de norte a sur hasta que finalmente, durante el reinado de Atanagildo se
establece en el sur.
3 − Fin del modelo dual, se busca una unión de los pueblos visigodos e hispanorromanos.
4 − La monarquía visigoda se niega a abandonar España, frente al expansionismo bizantino.
Tras la batalla de Vouillé los visigodos se encontraban acorralados, fue entonces cuando decidió intervenir
Teodorico el Amalo, el rey de los ostrogodos, rescatando con ello lo que quedaba de un reino visigodo
amenazado de aniquilamiento total y salvando también la dominación goda en la estratégica y rica franja
costera de la Provenza y la Narbonense. A partir del 511 comenzó el reinado de Teodorico sobre los visigodos
hasta su muerte en el 526. Teodorico trato de realizar la unión de ambos pueblos godos en una sola estirpe con
la constitución de una monarquía única, la de los Amalos, en detrimento de los Baltos, algo que no dejó de
promover ciertas resistencias y suspicacias entre algunos elementos de la aristocracia visigoda. Además
traslado a Italia el tesoro real visigodo y grandes cantidades de trigo como pago fiscal.
Una vez afianzada su supremacía sobre los visigodos, Teodorico orientó sus esfuerzos a la restauración de la
paz y el orden, en Hispania se estableció el mismo sistema con el que convivían ostrogodos y romanos en
Italia y se llevaba a cabo mediante un modelo dual en el que los ostrogodos tenían el poder militar y los
romanos llevaban la administración, que en lo fundamental era la misma que en los últimos tiempos del
imperio, ya que la idea era buscar la igualdad con el imperio romano y la supremacía frente a los estados
germano−romanos de occidente.
También se llevaron a cabo varias reformas. Por un lado fiscales, censando todas las personas y patrimonios
disponibles y evitando la extorsión de los indefensos provinciales, impidió a los dueños de las fincas exigir
rentas desmesuradas a los cultivadores y también hizo reformas judiciales, mediante una mayor vigilancia a
los jueces para evitar penas capitales arbitrarias.
En el año 526, tras la muerte de Teodorico el Amalo, finalizó el periodo de directo gobierno ostrogodo en
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España. Fue su nieto e hijo de Alarico II quién heredo el reino visigodo de Hispania, estableciendo como
frontera con el reino ostrogodo de Italia el brazo más occidental del Ródano. En cuánto política interior se
supone que la estructura administrativa fue la misma durante el reinado de Teodorico, donde si hubo
variaciones fue en la política exterior, reforzando los dominios sudgálicos e incluso ampliándolos si se
presentaba la ocasión. Murió en el 531, asesinado en la huída de una batalla en la que su ejército había sido
derrotado por los francos, con su muerte se puso fin al reinado de los Baltos.
El sucesor de Amalarico fue su tutor Teudis (531−548), que llegó al trono como resultado del asentamiento de
los señores godos y de su mezcla con la aristocracia hispanorromana, Teudis centró su política exterior en la
conquista del mediodía español y en la resistencia contra los bizantinos. Tras su muerte, le sucedió su brillante
general Teudiselo (548−549), pero este fue asesinado por una conspiración de la misma facción política que le
llevo al trono. El siguiente soberano fue Agila al que, a los pocos meses de su elección, se enfrentó a una
guerra civil con Atanagildo, una godo de noble origen que asumiría ilegítimamente la dignidad real, apoyado
por un sector de la nobleza y de las guarniciones visigodas, principalmente las asentadas en el sur. Consciente
de su inferioridad Atanagildo pacta unos territorios (desde Cádiz a Valencia), que serían entregados a los
bizantinos a cambio de su ayuda.
Tras la conquista por parte de los bizantinos del reino ostrogodo de Italia y sus primeros desembarcos en
costas españolas, los dirigentes visigodos en general debieron abrir los ojos ante la inminente amenaza y Agila
fue asesinado por sus mismos partidarios (555) reconociendo inmediatamente por rey a Atanagildo. Este fue
el primer monarca que estableció su residencia en Toledo debido a su situación en el centro neurálgico de la
gran calzada romana que unía las dos grandes zonas de dominio visigodo (Mérida y Sevilla la primera y
Zaragoza y Barcelona la segunda), además la situación en estos momentos se imponía todavía más tras los
revese en el Levante y en el mediodía español.
En el año 567 murió Atanagildo y tras unos meses eligió a Liuva como nuevo rey pero este, consciente de los
problemas tanto en el norte como en el sur del reino y la situación de desorden interna decidió asociar al trono
a su hermano Leovigildo (569) con la misión de gobernar lo que quedaba del reino visigodo y desde la sede
regia de Toledo. Este además afianzó su posición mediante su matrimonio con la viuda de Atanagildo,
Gosvinta, llegándose a un acuerdo entre las principales facciones nobiliarias.
− La consolidación del reino con Leovigildo (569 − 586):
Leovigildo es considerado por muchos autores como un gobernante modelo, ya que con su brillante política
exterior y reorganización interna del reino de Toledo, logro unificar la fragmentada península Ibérica.
Las primeras medidas que tomó estaban dirigidas a la restauración de la monarquía visigoda, estas medidas
fueron unas veces militares y otras sociopolíticas.
Medidas militares: Las primeras se llevan a cabo contra los bizantinos (570 y 571) tomando Baza y Guadix y
posteriormente la plaza fuerte de Medina Sidonia estratégicamente colocada en la calzada que va de Algeciras
a Sevilla. Además en el 572 logró pacificar la Bética, apoderándose de la rebelde Córdoba y de diversos
núcleos como la Oróspeda (577) o Sierra Morena.
A partir del 573, tras la muerte de Liuva, que hasta entonces había seguido reinando en el norte de Francia, se
produjo un cambio de escenario al noroeste peninsular, este cambio consistió en una serie de campañas en
León, Cantabria, Burgos y en la región de Sabaria, terminando así con los focos independentistas y
conteniendo a los Suevos (renovados estos tras su conversión al catolicismo), a los que incluso llegó a atacar
(576), aunque esta ofensiva fue abandonada tras aceptar las propuestas de paz del rey suevo Mirón.
Medidas sociopolíticas: Se caracterizan por la búsqueda de un Estado unitario y fuertemente centralizado en
torno a un poder monárquico fuerte, capaz de impedir cualquier intento independentista de la aristocracia, con
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independencia de su pertenencia étnica. Se intenta copiar el modelo bizantino, llegando a copiar incluso una
legislación antijudia.
Son cuatro las direcciones hacia las que se orienta este cambio en la política exterior:
1 − Acentuación de las distancias entre el rey y el resto de los súbditos. Leovigildo fue el primer rey godo en
utilizar cetro, trono o vestiduras reales como el manto púrpura, así como otros símbolos tomados de los
atributos regios del emperador constantinopolitano. Además se fundan ciudades defensivamente innecesarias
para equipararse a emperadores como Constantino y comienzan a emitirse monedas con la efigie y el nombre
de Leovigildo, se llamaban trientes y tenían un tercio del valor del solidus bizantino. Con esto el monarca
godo realzaba su figura por encima de los miembros de la aristocracia y ponía de manifiesto su situación de
soberanía e independencia frente a Bizancio.
2 − Otra medida consiste en el cambio de una monarquía electiva por una hereditaria. Con este fin Leovigildo
asoció al trono a sus dos hijos, Hermenegildo y recadero, los dos de una esposa anterior, De esta manera trató
de asegurar el trono en el seno de familia, evitando dificultades en una futura sucesión.
3 − Se actualiza el código de Eurico y pone el acento en la territorialidad, enriqueciendo el Tesoro real y el
patrimonio fundiario de la monarquía en detrimento de la nobleza rebelde. Toledo se consolida como sede
regia.
4 − Para finalizar se intentan eliminar las diferencias étnicas, uniendo a godos e hispanorromanos en un solo
pueblo, esto incluía la conversión de los católicos al arrianismo, cosa que nunca llegó a conseguir, a pesar de
intentar convertir mediante sobornos a gente importante.
En el 580 el hijo mayor, Hermenegildo, a los pocos meses de contraer matrimonio con una princesa
merovingia llamada Irgunda, este, se sublevo contra su padre y se convirtió al catolicismo. Este pudo ver
reconocida su hegemonía en todo el valle del Guadalquivir gracias en parte a los apoyos de la aristocracia
fundiara de la Bética. Además intento fortalecer su posición para la guerra civil, que parecía ya inevitable
mediante alianzas exteriores, en primer lugar bizantinos, aunque estos no ofrecieron ayuda militar y
posteriormente los suevos pero su ejército resulto ser inferior a lo previsto.
Leovigildo acabó con la rebelión en el 584. Tras vencer a su hijo en Sevilla y posteriormente en Córdoba, este
fue hecho prisionero y posteriormente asesinado. Además esto precipito el mayor éxito militar del reinado de
Leovigildo, la anexión del Reino suevo. Debido a la traicionera intervención del rey suevo Mirón en la
revuelta de Hermenegildo y ciertos problemas internos entre los suevos, Leovigildo decidió invadir el Reino
suevo y anexionarlo a sus dominios, además también se apoderó del tesoro real. Murió en el año 586 siendo
sucedido por su hijo Recaredo y sin poder conseguir el objetivo de la unión en un solo pueblo a través del
arrianismo.
− La monarquía católica y su institucionalización:
Recaredo − Suintila (586 − 631): Recaredo sucedió inmediatamente a su padre, continuando con su política
de centralización del poder político y de unidad. Uno de sus primeros actos (a los diez meses) fue su
conversión al catolicismo, posiblemente pensando que así podría lograr una mayor unión que mediante el
arrianismo.
La conversión al catolicismo consta de tres partes:
1− Se incluye a la iglesia en el poder político (algo que quizá intento Leovigildo con el arrianismo). Se
instituyeron los concilios provinciales, a los que debían asistir los representantes de la administración civil, es
más estos podían ser juzgados por los obispos según su conducta. También se dota a los obispos de fuerza
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legal pudiendo imponer penas civiles.
2 − Se sacraliza a la realeza visigoda, atribuyendo a Recaredo funciones apostólicas por su defensa de la
Iglesia y la fe del pueblo.
3 − Mayor integración en los cuadros dirigentes y en el ejército de los hispanorromanos y a su vez integración
de los godos en la Iglesia, llegando muchas veces a obispos.
Tras el intento de Leovigildo de imponerse a la aristocracia, durante el reinado de Recaredo el poder
aristocrático renace comenzando así un acercamiento a la aristocracia terrateniente. Se produce una
contradicción: por una parte hay una monarquía católica, de autoridad, pero que depende de la aristocracia que
a su vez es enemiga del centralismo y autoritarismo de la corte real, esta contradicción se manifiesta en la
sucesión hereditaria de Leovigildo en su familia. Tras el fallecimiento de Recaredo en el 601, todos los
indicios apuntaban a una sucesión sin problemas de su hijo Liuva II, pero en el 603 hubo un golpe de Estado
que colocó a Witerico en el poder, deponiendo al nieto de Leovigildo.
Otra nota de este periodo es la búsqueda de una cohesión social e ideológica dentro del Estado, conforme con
la monarquía católica y visigoda. Era consecuencia de la influencia hipanorromana. Esto hace comprender el
desarrollo de una política antijudia, aunque ya Recaredo había prohibido los matrimonios cristiano−judios, y
el aumento de hostilidad contra el norte peninsular, contra estos pueblos del norte hay cinco campañas. En
época de Suintila se construye una ciudad fortificada Ologicus frente a los vascones (¿Olite?).
Interesa integrar toda la península en el reino godo. Se acaba con la conquista de la España bizantina (S.VI
principios del VII) aprovechando la descomposición de Bizancio.
Sisenando − Recesvinto (632 − 672): Este es el periodo de institucionalización de la monarquía católica.
Orlandis la define como constituyente. Se busca la objetivación del poder, que no sea personalista. Van a
integrarse de forma adecuada la aristocracia, la Iglesia y la monarquía, y van a estar representadas en la
ordenación del Estado.
1 − Isidoro de Sevilla (influido por San Agustín) pone como ideal para España la unidad. El poder tiene
legitimación de origen y de ejercicio, sino es tiranía. La legitimación de origen es por la elección y a pesar de
eso el rey está sometido a la ley, controlado por los obispos que le ungen.
Los cánones del concilio de Toledo son como un compromiso entre monarquía, aristocracia e Iglesia. Se
reunifica el rito, que perdura en el rito mozárabe. Se fortalecen las medidas contra las minorías no católicas.
2 − Se institucionalizan los concilios como garantía para interpretar rectamente las leyes del Estado.
3 − Se estabiliza el sistema político con límites al poder monárquico y regulación de la sucesión al trono. Se
pone coto al despotismo regio, sobre todo al judicial.
Los súbditos merecen la protección del rey. Las obligaciones del rey se corresponden con la fidelidad al rey.
El juramento de fidelidad permite una actuación última de la Iglesia.
Tanto Sisenando como San Isidro murieron en el 636, su sucesor fue Chintila, que posiblemente fue elegido
por la alta nobleza y los obispos, como se acordó en IV concilio de Toledo.
Chintila (636−639) continuó con lo establecido en el IV concilio de Toledo, aunque al poco de subir al trono
convoco el V concilio de Toledo, con la finalidad de renovar la alianza con la poderosa nobleza. En este
concilio se decretó que en adelante las propiedades justamente adquiridas o donadas por el rey a sus fideles no
podrían serles arrebatadas por su sucesor en el trono, que solo los aristócratas tenían derecho al trono y que la
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descendencia de Chintila debía continuar tras la muerte de este. Se trataba de mantener a toda costa la
concordia en el seno de la nobleza y entre los nobles y el rey. Sin embargo debido a diversos problemas el rey
decidió convocar un nuevo concilio (el VI concilio de Toledo) para confirmar los acuerdos del V con cilio, de
esta forma se crea una aristocracia de servicio, preparada para ello, y que está a favor del rey.
También asistimos a un nuevo brote de antisemitismo, dictando la prohibición de vivir dentro de las fronteras
del reino visigodo de Toledo a todo aquel que no fuera de religión católica.
Las medidas tomadas en el VI concilio de Toledo debieron permitir la sucesión de Chintila por su hijo Tulga,
pero en el 642 fue depuesto por una rebelión capitaneada por el anciano Chindasvinto.
Durante el reinado de Chindasvinto (642−653) se da un paréntesis en el que se reclama más poder a la
monarquía en detrimento de la nobleza y la Iglesia. Llevo a cabo una purga contra la nobleza acusándoles de
traición, muchos nobles fueron ajusticiados y otros tantos tuvieron que huir al extranjero, siéndoles
confiscados los bienes a todos ellos.
En el 646 convocó el VII concilio de Toledo, en el que se hizo una revisión de las leyes. Aprobó una serie de
medidas antinobiliarias decretadas por él anteriormente, al tiempo que tomaba algunas decisiones sobre la
disciplina eclesiástica, intentando rescindir los derechos eclesiásticos, tratando de poner fin a la codicia de
algunos obispos. En el 649 consiguió asociar al trono a su hijo Recesvinto, que le sucedió tras su muerte en el
653.
Nada más comenzar el reinado de Recesvinto (653−672) estalló una rebelión acaudillada por un posible duque
de Tarraconense llamado Froya, Recesvinto pudo derrotar a los rebeldes y ajusticiar a Froya, sin embargo esta
rebelión fue un aviso de consideración, lo que le llevo a convocar poco después el VII concilio de Toledo. En
este se aprobó la restitución de los bienes confiscados por su padre a la nobleza, y en caso de no haber
herederos pasarían al Estado, y no a la monarquía, se volvió a recordar que los reyes debían acceder al trono
por elección y se hizo hincapié en el cumplimiento de las decisiones antijudáicas anteriores.
En general el reinado de Recesvinto fue un paso atrás en la dureza frente a la aristocracia y se volvió al
proceso pactista y reconstituyente.
Protofeudalización de la monarquía visigoda (672−711): Esta etapa se caracteriza por el camino hacia la
feudalización mediante la disgregación.
Wamba (672−680): Tras llegar al trono se llevó a cabo una revuelta en la septimania llevada a cabo por el
duque de la Narbonense, apoyado francos, vascones. Wamba logró sofocar la revuelta, sin embargo tras el
ajusticiamiento de los sublevados y la reorganización de la Septimania, se da cuenta de la inestabilidad del
poder central, de las dificultades para hacer frente a las revueltas. La protofeudalización es patente tanto
militarmente como socialmente.
Para evitar dificultades a la hora de reclutar un ejército, Wamba dictamina las medidas que han de tomarse
ante dos supuestos bélicos bien diferenciados:
1. Externo: Todos los noble y obispos y cualquier persona existente en el lugar de ataque o a menos de100
millas a la redonda del lugar debían acudir con todas las fuerzas a su alcance, o en caso contrario se les
confiscarían sus posesiones.
2. Interno: Afectaba de la misma forma pero con penas mucho más pesadas.
Estas leyes sancionaban el predominio aristocrático. Por otra Wamba dependía cada vez más de unos
determinados grupos nobiliarios a los que debía proteger y privilegiar. Wamba sintiéndose enfermo de muerte
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decidió nombrar al conde Ervigio como su sucesor en el trono, posteriormente se recuperó, y tuvo que
retirarse a un claustro monacal.
Ervigio (680−687): Su reinado supuso una clara prueba del fracaso de la política centralista de Wamba, ya
que subió al trono gracias a un grupo nobiliario y a algún obispo. Buscó una colaboración más estrecha con la
monarquía eclesiástica, atribuyendo el papel de mentor a San Julián de Toledo y dándoles grandes poderes de
supervisión sobre las autoridades civiles (jueces), obteniendo a cambio el apoyo de la Iglesia. También intento
ganarse a la nobleza, reduciendo la ley establecida por Wamba a que solo se debía acudir con un 10% de los
esclavos que se poseyeran.
En el XIII congreso de Toledo se establece el hadeas corpus, en el que para evitar las acusaciones de traición
por los reyes como excusa para realizar purgas, se establece que la más alta nobleza laica y eclesiástica no
podían ser ni encarcelada, ni maltratada, ni se le podían confiscar sus bienes hasta que no fueran juzgados.
También se establece que ninguna persona de condición servil podría ejercer funciones de gobierno. En el 687
Ervigio murió, dejando como sucesor a su yerno Egica.
Egica (687−702): Se caracterizan por el paso contrario dedicado a fortalecer el papel de la monarquía,
llevando a cabo confiscaciones y purgas entre los nobles. Se prohibió a los judios participar en el comercio y
se facilita su reesclavización, se puso freno al aumento del patrimonio personal de los obispos, que convertían
en esclavos propios a muchos libertos de sus iglesias, se publicó una ley prohibiendo los juramentos entre
personas salvo los de fidelidad al rey, la cual debían realizar todos los súbditos, cortando las vinculaciones
entre los nobles a expensas del Estado. En definitiva las acciones que realizó tendían a frenar el poder y el
crecimiento de la nobleza y la Iglesia.
Egica asocio al trono a su hijo Witiza que subió al poder en el año 702 y que se vio obligado a cambiar de
política, cediendo ante los nobles. Frente a los factores sociales están los coyunturales:
1. Hubo una serie de epidemias y pestes que se repetían continuamente.
2. Tanto por las pestes como por la baja economía la demografía acabo descendiendo.
Se puede decir que hubo una contracción económica debido a un empobrecimiento de la moneda, que
demuestra la debilidad el comercio. Otros indicios son la fuga de siervos y el incremento de suicidios y
bandolerismo.
A su muerte y durante una guerra civil entre Rodrigo y Agila II por hacerse con el trono un ejército
expedicionario musulmán derrotó a las tropas de Rodrigo en la batalla del río Guadelete. Rápidamente los
musulmanes invadieron Toledo impidiendo la constitución de una defensa organizada. En menos de ocho
años los ejércitos islamitas habían ocupado todo el reino visigodo, poniéndolo bajo la soberanía de Damasco,
y en 725 no existía ni la sombra del poder centralizador que había significado la monarquía visigoda, auténtica
vertebradota del reino toledano.
− TEMA 3 − VIDA ECONÓMICA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL:
− Elementos demográficos:
Demográficamente la España visigoda se integra en dos grupos principales: hispano−romanos (mayoritario) y
germanos (minoritario), además de ciertas minorías como judios, norte africanos, suevos o alanos.
Se estima que la cifra de hispano−romanos en el S.V era de entre 3 y 10 millones, este conjunto se caracteriza
por ser muy heterogéneo, ya que había distintos grados de romanización dentro de ellos y distintas
organizaciones, siendo unas regiones muy diferentes de otras. Con la decadencia del Imperio Romano se
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desatan aún más las diferencias entre regiones, pueblos o etnias. Por ejemplo la romanización en la Bética era
mucho mayor que en la Galaecia, de hecho los visigodos se referían a estos últimos con nombres
prerromanos.
La cifra de germanos se cree que no era más del 5%, unos 200.000, llama la atención la imposición de esta
minoría, más aún si tenemos en cuenta que el 10% de estos eran los que tenían el poder, el resto era gente
humilde que se asentaron en la meseta norte (dentro del triangulo formado por Palencia, Toledo y Calatayud)
y se integraron en la sociedad hispanorromana. La falta de existencia de nombres de raíz germana se explica
porque tras la desaparición de estos, los nuevos habitantes cambiaron los topónimos.
Una primera gran migración de visigodos llegó hacia el 490 durante el reinado de Alarico II, antes de Vouillé.
La segunda llegó a principios del S.VI, tras las batallas contra los francos por Septimania, es decir, después de
la batalla de Vouillé.
Hay que tener también en cuenta otros elementos minoritarios de población, en territorio suevo se demostró la
existencia de pequeños grupos francos que penetraron en el S.III, gracias a una parroquia que construyeron en
el S.VI. También en las rías altas, cerca de Mondoñedo, había grupos célticos emigrados de Inglaterra en los
S.V y VI, debido a las invasiones de los anglos, jutos y sajones. Junto a estas minorías acudieron otras del
norte de África huidos tras las invasiones vándalas, fundando un monasterio a mediados del S.VI en Cuenca
(alrededor del Tajo). Por último bizantinos, griegos y sirios se asentaron en la zona mediterránea, seguramente
debido al comercio, los judios se asentaron en la Narbonense, la Tarraconense y la Bética, su situación fue
cada vez peor, en un principio se prohibieron los matrimonios mixtos y la construcción de sinagogas, pero al
final del S.VII se les obligó a convertirse al cristianismo, siendo sino expulsados o reducidos a la servidumbre
tras la confiscación de sus bienes.
− Fuentes de riqueza y organización económica:
Dentro de la economía un punto importante es que se basa en la explotación agraria, los datos son muy
escasos, pero en líneas generales siguió siendo igual que la época romana. Es de tipo mediterránea, y el cereal
ocupaba el lugar clave. Se continuaron con las vilaes y en muchos casos incluso con los mismos dueños, la
estructura de estas siguió siendo la misma, una parte era explotada a beneficio directo del propietario,
mientras que otra era cedida a los colonos paro su cultivo a cambio de un canon, incluso se demostró que en
una gran vilae de Badajoz se siguió siendo explotada por colonos (pagando 1/10 parte) hasta el S.VIII.
La historiografía alemana de los S.XIX y XX sostienen que el reparto de tierras afectó en 2/3 a favor de los
visigodos, tanto latifundios como pequeñas propiedades. Thompson opina que el reparto solo fue en las
grandes propiedades del fisco, y que se establecieron ejércitos para su protección (hospitalitas), además se
piensa que los visigodos, tanto los que tuvieran pequeñas o grandes propiedades gozaban de exención fiscal.
Orlandis sostiene que estos cambios habrían provocado conflictos y por tanto tuvo que aparecer en textos, en
leyes o en los concilios, por lo que esta repartición solo ocurrió en las Galias, y el asentamiento no fue por un
trato, sino una imposición de los visigodos.
En el norte y noreste continúo la ganadería lanar (zonas boscosas y montañosas) y en la Bética se inició de
equinos, esta agricultura actuaba unas veces como complemento y otras como elemento competitivo de la
agricultura.
En las costas las regiones más vivas siguieron insertadas en el mundo comercial mediterráneo, a través de los
negociadores judíos y orientales.
Interiormente el comercio se desarrollaba en las ferias de cada ciudad, y también entre unas y otras.
Exteriormente, comerciantes de otros países asentados en la Península: griegos, sirios, judíos, tenían un lugar
apropiado en los cataplus (almacenes), colocados en los puertos marinos.
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Las relaciones internacionales son intensas con Italia, con grandes exportaciones de trigo a Roma, durante la
época de la conquista de Italia y la zona sureste de España por los bizantinos estas relaciones continuaron,,
desarrollando el comercio en las islas Baleares; también hubo relación comercial con el norte de África, donde
Cartago era escala obligatoria, pero esta relación se rompió tras la conquista árabe; con Oriente, de donde no
solo llegan productos, sino también claras influencias artísticas; y por último hubo negociaciones con Francia
e Inglaterra a través del Atlántico, como la feria de St. Denis.
En cuanto a la circulación monetaria hay varias teorías sobre si circulo o no, unos autores sostienen que la
economía estuvo basada en la moneda, aunque pudo escasear en algunas zonas rurales, en donde se sustituían
por especias (como en el Imperio Romano), pero otros como García Moreno piensan que el valor de la
moneda era algo simbólico, y que en realidad no se utilizaba.
El sistema monetario se heredó del de la época romana de Diocleciano y Constantino. La base de este sistema
era el tremis, que equivalía a 1/3 del sueldo de oro (la moneda fuerte bizantina), junto a las monedas de oro
siguieron circulando monedas de plata de origen romano como la siliqua que equivalía a un 1/24, además
también hubo monedas de bronce que según García Moreno no se usaron nunca.
Hubo cierta recuperación de la moneda durante el reinado de Leovigildo, pero en los S.VII y VIII se fue
devaluando tanto en peso como en ley. La gente por tanto guardaban metales preciosos (sin forma de moneda)
como tesorillos.
− Grupos y estructura social:
Socialmente la sociedad hispano−visigoda es una evolución de la tardo romana, es decir, que siguió
caminando hacia dos extremos: los potentes, también llamados magnates, señores o nobles (los poderosos
económica y políticamente) y los humiliores, inferiores o viles, también había una minoría de clase media que
tendía hacia un polo u otro, por lo que cada vez esta era menor.
− Potentes: Se integraba por grandes propietarios, muchas veces con altos cargos y los obispos, que
administraban las diócesis.
Entre estos cabe destacar a la nobleza de servicio, que descienden de las comitivas reales (comitatus), también
llamados fideles regis que en un principio vivían en palacio recibiendo el sustento del rey. Posteriormente se
fue desarrollando la entrega de propiedades territoriales como forma de recompensar sus servicios y con el
tiempo llegaron a ser grandes propietarios territoriales llegando a usurpando algunas de las funciones públicas
y finalmente, en los últimos años del reino visigodo, quedaron divididas la realeza y la aristocracia en
facciones irreconciliables, teniendo estos territorios verdaderamente autónomos donde ejercían su autoridad.
La frecuente deposición de monarcas fue la consecuencia más llamativa de este proceso. Estos fidelis regis
formaban una minoría de entre el 10 o el 15 %.
A parte de estos cargos también estaban los magnates, pero estos prácticamente desaparecieron tras las
purgas.
− Humiliores: Eran una categoría compleja, ya que dentro de ellos había diferentes grados, pero por exclusión
son todos aquellos que no eran potentes, en algunos eran gente de clase media, libres y con sus propias tierras.
Muchos se denominan privatis o libres no privilegiados, eran la clase media, pero con una posición que varía,
por un lado están los posesores independientes, pero muchos de ellos quedan arruinados debido a las
progresivas dificultades que atraviesa la España visigoda, se ven obligados a vincularse a algún señor
poderoso (de esta forma en paralelo a la formación de clientelas por parte de los reyes, se desarrollan otras a
nivel de particulares), y aunque seguían siendo libres dependía política y económicamente del señor, además
en teoría podían romper esta unión en cualquier momento, en la práctica estas relaciones de patrocinio
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duraban de por vida e incluso se transmitían a sus herederos.
Por otro lado están los colonos, que tienen que pagar una parte de la cosecha al señor, eran semilibres, ya que
no solo estaban sujetos a la tierra, sino también al dueño de ésta a quien es devuelto en caso de fuga, además
su descendencia hereda su condición.
Por último están los siervos, eran auténticos esclavos, de hecho en algunas etapas como la del reinado de
Ervigio, el amo tenía total libertad sobre el, pudiendo mutilarlos y hasta ejecutarlos. La iglesia fomentó la
manumisión (al morir el señor quedaban libres), pero muchos de ellos no tenían a donde ir, ya que debían
entrar en alguna comunidad para asegurar su protección, por lo que seguían dependiendo del señor, aún así la
condición de libertos les daba una cierta libertad y privacidad, estando en una situación intermedia entre los
siervos y los colonos.
− Desarrollo de las relaciones económicas y sociales de dependencia personal:
Las relaciones económicas se van degradando hacia lo personal. En un principio era el hombre libre el que
caracterizaba aquella sociedad, pero debido a problemas como la falta de protección o la fuerte presión fiscal a
muchos de ellos no les quedo más remedio que unirse a los terratenientes para conseguir su protección. Había
fundamentalmente dos situaciones características:
1. Clientela rusticorum: Eran campesinos libres que se ponían bajo la protección de un patrono, este se
comprometía a defender a su cliente ante terceros y a cambio el patrocinado le ofrecía su tierra hasta que se
degradaba. Al final el campesino y sus herederos quedaban ligados a la tierra y al señor.
En el Imperio Romano el señor lo era por razones de arrendamiento y el patrono lo era por razones
jurisdiccionales, todo esto se unifica en el concilio de Toledo, haciéndolo legal dentro del reino visigodo, por
tanto los campesinos acabaron dependiendo por completo del señor y adscritos a la tierra, formando así una
sociedad feudal.
2. Clientela militar: Eran soldados privados, la relación de dependencia con el señor era la misma, pero su
función era la de servir militarmente.
Por tanto el Estado no solo no persigue la situación de encomendación ni que los señores tengan jurisdicción,
sino que lo legalizan.
− TEMA 4 − INSTITUCIONES Y CULTURA DE LA ESPAÑA VISIGODA:
− Derecho:
Unos de los elementos reconocidos al reinado visigodo fue el derecho, siendo considerados los más cultos de
los pueblos germanos. Este apartado se divide fundamentalmente en tres partes: fuentes jurídicas y civiles,
fuentes canónicas y aplicación de ese derecho.
1. Fuentes jurídicas y civiles: En primer lugar están las teodoricianas (419−466), que corresponden a
Teodorico I y Teodorico II. Fue antes de la caída del Imperio de occidente, pero ya entonces Teodorico
empezó a actuar como un soberano autónomo y con su propia legislación. Son una serie de leyes sobre el
reparto de tierras (hospitalitas).
Estas leyes nos constan porque Eurico las incluyó en el capítulo 77 del Código de Eurico. Su hermano
Teodorico II (del que heredó el trono) también otorgo leyes. Por tanto la actividad legislativa estaba ya
contenida en el reino visigodo a comienzos del S.V.
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Eurico intentó llevar a la Península Ibérica el programa de Ataulfo en Septimania, actuando como emperador
de su provincia, el reino de Tolosa, que era entonces una de las primeras potencias de occidente. Tras la
independencia del Imperio Romano se estableció el Código de Eurico, siendo el primer reino germano en el
que se rigieron por leyes y no por costumbres (según palabras de San Isidoro).
Lo que pudiera contener el código aparece en un palimpsesto (el código estaba escrito en cuero, pero se raspó
para borrarlo y se escribió encima, aún así se pudo saber que es lo que había escrito debajo viéndolo con rayos
x) que fue editado por Zeumer en 1902 y posteriormente actualizado en 1960, también queda constancia del
Código de Eurico en la ley de los burgundios, que copiaron en algunas partes de la visigoda y por el Liber
Judiciorum, en el que aparecían algunas de las leyes llamadas antiquae.
El texto se basa fundamentalmente en el código romano, aunque de un modo vulgar, ya que se baso en el del
bajoimperio, también hay quien piensa que en realidad fue una mezcla del derecho romano y el germano. Otra
fuente es el Breviario de Alarico, parece ser que este era fruto de una política de atracción hacia las minorías
rectoras de origen romano, aunque según D´ors era más un manual para aprender a interpretar leyes que un
código, sin embargo 40 años más tarde se le añade la Ley de Teudis, lo que plantea dudas sobre su carácter
didáctico.
Un código posterior, según San Isidoro, es el Código de Leovigildo, que realmente fue una revisión del
Código de Eurico, por lo que también se le llamo Codex Revisus. Isidoro no demostró que Leovigildo hizo su
propio código, sino que es solo una hipótesis. García Gallo defiende que fue solo una revisión, ya que según el
no hubo ninguna actividad legislativa durante el reinado de Leovigildo.
Finalmente en el derecho civil está el Liber Judiciorum, empezado por Chindasvinto, sin embargo se le otorgó
a su hijo Recesvinto que fue quien lo terminó (también se cree que pudo haberlo terminado Chindasvinto).
Fue una serie de leyes unificadas para godos y romanos, quizás a imitación del Código de Justiniano, se
dividió en 12 libros, y es considerada la gran obra del derecho visigodo, contiene las antiquae y las antiquae
remendes (algo posteriores). También reitera en la derogación de las leyes romanos, en caso de no haber leyes
aplicables el juez debía acudir al rey. Se editó por primera vez en el 654 y se revisó durante el reinado de
Ervigio en el XII concilio de Toledo, suprimiendo algunas leyes y corrigiendo otras, posteriormente fue
revisado en el XVI concilio de Toledo (693), durante el reinado de Egica, junto a la versión oficial los juristas
se creó la versión vulgata al ser transmitida entre juristas, esta versión se utilizó en algunos lugares como
León.
2. Fuentes canónicas: Las fuentes principales se recogen en colecciones de Italia central, sur de Francia y
sobre todo la Península Ibérica, donde hubo una serie de Epítomes muy importantes, de hecho, la más
conocida obra cumbre fue la colección canónica hispánica, hecha por San Isidoro de Sevilla. Estos cánones
reúnen más de 100 epístolas en orden cronológico, fue muy popular, pero tuvo varias recesiones: Isidoriana,
Juliana y Vulgata, ésta con gran influencia en la Iglesia Carolíngia.
3. Aplicación del derecho: El derecho visigodo muestra gran persistencia en el romano. Por fortuna han
llegado hasta nosotros las fórmulas visigodas, esta colección se basa en una copia del S.XVI de Ambrosio de
Morales, consta de 42 fórmulas de estilo romanizante aunque algunas son de origen germano (que derivan de
antiguas costumbres). Al ser una copia no se conoce ni el autor, ni la fecha, ni de donde procede, pero si
denota que esa sociedad se regía por leyes.
Tradicionalmente se ha postulado que los visigodos se regían por el Código de Eurico y los romanos por el
Brevario de Alarico (que posiblemente no fuese un código) y que cada uno era juzgado por jueces de su
mismo origen, pero que finalmente se produjo la fusión en el Liber Judiciorum.
Algunos autores como García Gallo sostienen que no había jueces específicos para cada comunidad y que
tanto el Código de Eurico como el Brevario de Alarico supondrían la recepción sin resistencia del derecho
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romano por los monarcas visigodos y su aplicación indistintamente a romanos y godos, sumándose el segundo
de los códigos al primero pero sin derogarlo ni funcionar independientemente de él.
− El reino y las asambleas políticas y eclesiásticas:
1. El reino: En el estado visigodo se distinguían, el rey, el reino y los súbditos como elementos integrantes del
mismo. El rey viene a ser prestigiado en la monarquía visigoda en contra de los hispano−romanos, que no
quieren un régimen monárquico. El término rex tiene triple contenido:
− Caudillo militar que necesariamente a de combatir por su pueblo.
− Jerarca político, máxima autoridad del pueblo.
− Divino, como si fuera el representante de Dios en la tierra.
Una de las características de la monarquía visigoda es el carácter electivo siendo el rey elegido por la
asamblea de los hombres libres. Hoy día se debate si ese carácter electivo fue real, algunos autores sostienen
que en la práctica nunca fue una monarquía electiva, otros como Sánchez Albornoz sostienen que fue siempre
electiva y otros como Orlandis cree unas veces lo fue y otras no, dependiendo de las circunstancias, pero que
siempre fue legal salvo los casos de usurpación violenta. Parece ser que desde Alarico (muerto en el 410)
hasta Amalarico (510−531), los reyes visigodos fueron elegidos entre los miembros del antiguo linaje de los
Balthos, pero a partir de los concilios V (636) y VI de Toledo (638) se extendió la capacidad de ser Rey de los
Godos a todo aquel que fuese de estirpe goda y perteneciera a la nobleza, y además se decreta que no podrá
gobernar aquel que participe en conjuras contra el rey. Muchos reyes visigodos intentaron sustituir la
Monarquía electiva por la hereditaria, facilitando a sus hijos la sucesión mediante el sistema de asociación al
trono o incluso asesinando a los demás candidatos al trono (St. Martín de Tours lo llamó el morbus gótico),
pero los magnates visigodos eran contrarios a este sistema y el principio electivo nunca se abandonó.
Al constituirse el Estado hispano−visigodo la asamblea de los hombres libres pierde su poder y el monarca
acaba siendo elegido por ciertas familias de magnates y de prelados. En el IV concilio de Toledo (633) se
reglamentó que tras la muerte del monarca los obispos y la nobleza principal fuesen quienes eligieran al
sucesor, siendo confirmado en el V concilio (636). Por último en el VIII concilio (653) se establece que deben
ser los personajes principales del palacio y a los obispos, debiendo ser la elección en Toledo o en el lugar
donde murió el rey anterior.
Antes de la elevación al trono el nuevo rey tenía que prestar juramento de guardar la fe católica, de proteger
ala Iglesia, de defender al reino y de gobernar con justicia, y, a continuación de este juramento real , el pueblo
juraba fidelidad al nuevo monarca, para lo cual el rey enviaba delegados especiales por todo el reino (el
incumplimiento del juramento por parte de los súbditos era castigado con la excomunión), también había un
segundo juramento optativo para aquellos que quisieran formar parte de la clientela real. Una vez elegido el
rey, este, era elevado sobre el escudo y llevado por los guerreros, pero más tarde este acto simbólico se
sustituyó por la elevación al trono, precedida posiblemente desde Recaredo, de la ceremonia de unción del
monarca y al parecer también de su coronación. Además los monarcas empezaron a revestirse con una serie de
símbolos como la corona, la espada, anillo o manto púrpura, a imitación de los emperadores bizantinos.
En cuanto al poder real se sostiene que es de origen divino, siendo estos los depositarios y administradores del
poder de Dios. El poder de rey era máximo (legislativo, militar y administrativo), y para que este poder sea
legítimo y no tiranismo se le exige que lo use para el bien del pueblo, pudiendo ser depuesto si no gobernaba
rectamente, a esto se le llama ilegitimidad de ejercicio en el poder, siendo diferente de la ilegitimidad de
origen, que se atribuía a aquellos que adquirían el poder de forma ilegítima.
2. Asambleas políticas y eclesiásticas: La intervención directa del pueblo en la vida del Estado, que había
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tenido su órgano en la antigua asamblea popular (antigua asamblea germana) quedó muy reducida tras el
asentamiento de los visigodos en España, aunque no dejó de haber ciertas asambleas que se reunían en
algunas ocasiones concretas y con un carácter menos institucional.
Poco antes del establecimiento de los visigodos en España el rey era asesorado en las tares de gobierno por
una junta de magnates denominada senado, pero que en el S.VI fue sustituida en sus funciones por un nuevo
organismo político, el Aula Regia (según Sánchez Albornoz), aunque algunos autores opinan que coexistieron
hasta el final del Reino visigodo. El aula regia también era denominada Palatium regis, y, por extensión al
conjunto del nombre de sus elementos constitutivos, Officium Palatinum.
Los concilios de Toledo son una parte de las reuniones conciliares, por un lado estaban los concilios
provinciales en los que se reunían los obispos y por otro los de Toledo, estos eran una asamblea eclesiástica
que se venía celebrando desde época hispánica, con ellos (entre el III (589) concilio y el XVIII (702) se hizo
participe a la Iglesia de la actividad legislativa. Esta institución jugó un gran papel en la vida del reino.
En estos concilios participaban los magnates del Aula Regia, los sacerdotes (obispos, presbíteros y diáconos)
y el monarca. La convocatoria le correspondía al Rey (como los emperadores romanos), incluso en el concilio
XIV, en el que solo se trataron cuestiones eclesiásticas. Una vez reunidos el Rey leía el tomus regius, un
discurso en el que proponía las cuestiones a tratar e indicaba su voluntad de solución, después se retiraba y
comenzaban las deliberaciones y decisiones de los asuntos eclesiásticos, en las que solo participaban los
sacerdotes, y solo después se decidía acerca de otras cuestiones del Reino en las que también participaban los
miembros del Aula Regia. Los acuerdos del concilio pasaban a ser cánones, y su violación se podía castigar
con dos tipos de penas: penitencia pública (apartamiento de la Iglesia) o civiles (como azotes o
confiscaciones).
A pesar de la participación de los magnates del Aula Regia, Sánchez Albornoz y la mayoría de los
historiadores piensan que no perdió su carácter eclesiástico, ya que eran pocos los asuntos políticos que se
trataban, y que ni legislaron, ni juzgaron. También hay algunos autores como Abadal que creen que eran de
carácter mixto (eclesiástico y político) y que fue la suprema asamblea legislativa que reguló la vida del Estado
en la España visigoda y que al mismo tiempo era el tribunal superior fiscalizador.
− Administración, justicia, hacienda y ejército:
1. Administración: Era central, y tenía como eje al organismo llamado Officium Palatinum, que seguían al rey
y le ayudaban a gobernar. Este Officium Palatinum, tiene cada vez una significación mayor, respondiendo a la
administración cotidiana del reino. Se compone por el personal que dirige el servicio de la corte. Los comes
equivalían a los ministros. El conde de los tesoreros era el comes thesaurorum, el conde del patrimonio era el
comes patrimonii, el de los notarios el comes notariorum, el de los espaderos el comes spatariorum, el de los
camareros de palacio el comes cubiculariorum, el de las escancias o servicios de mesa el comes scanciorum, o
el de la ciudad de Toledo el comes civitatis Toletanae.
A esta asamblea que forma el núcleo del oficio palatino se le unen los nobles al componerse el Aula Regia,
que conforman el cuerpo grande del rey, había nobles o señores, comités territoriales, comités civitatum,
comités de ejército, procedes (eran algo así como señores), miembros del consejo privado de los reyes,
gardingos (que estaban establecidos como beneficiarios de tierras regias).
En un nivel inferior de la administración se encuentra la administración territorial, heredada del Impero
Romano. Subsistieron las provincias, pero sin la importancia administrativa y judicial que habían tenido en el
Bajo Imperio, ya que dentro de estas provincias aparecen unos nuevos distritos llamados territoria, cuya base
geográfica constituye los antiguos territorios de ciertas ciudades y las aldeas incluidas en ellos, y que poseen
autonomía propia. Además derivadas de estas territorias, parecieron provincias nuevas como Hispalis o
Carpetania, a estas provincias se las denomino condados y a los anteriores ducados.
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La administración local se constituye fundamentalmente en torno a un municipio, es una herencia romana que
subsiste pero con una importancia menor. Dada la huida de los curiales, se permite heredar el cargo incluso a
los hijos ilegítimos y a los yernos, ya que de una forma u otra había que cobrar los impuestos. Esta
organización estaba en decadencia, hasta el punto de casi llego a desaparecer. Sánchez Albornoz sostiene que
las ciudades medievales se derrumbaron tras la caída del Imperio Romano, y que con el régimen islámico
renacieron, pero de distinta manera.
También parece decaer la importancia urbana del defensor civitatis, elegido por el pueblo y los curiales, y que
actúa como juez local. Los obispos acaban siendo investidos por los reyes de alguna potestad para juzgar en
las causas de los pobres y ara fiscalizar a los jueces (pero sin sustituir al defensor), lo que da a entender que el
poder en las ciudades está en manos de la sede episcopal (en parte porque eran de los pocos que no
abandonaron la ciudad, por lo que más que una toma de poder era una toma de carga). Gracias a estos se
mantiene la vida urbana, que después consigue resurgir.
Hay también otras células de administración de índole menor, el conventus publicus vicinorum, compuesto
por campesinos. Estos unían las necesidades de organización de cultivos y pastos con el culto antiguo a los
dioses paganos. Son asambleas del pueblo para tratar cuestiones de poca importancia, principalmente
económicas y de orden público. Tienen un reconocimiento jurídico.
2. Justicia: Es una de las características de las características de la realeza, el rey tiene plena facultad
jurisdiccional, que convive con la llamada justicia privada. Podemos establecer tres instancias:
− El rey con su Aula Regia, que juzgaba para todo el reino.
− El duque era la máxima autoridad en su provincia.
− El conde
territorio.
Junto a estas, existieron otras dos instancias especiales, ambas públicas y privadas: Por un lado el ejército, que
tiene que ser expeditiva y con una jurisdicción y unos jueces propios, y por otro la jurisdicción eclesiástica,
que deben hacerse cargo de asuntos de justicia ordinaria y civil, y por supuesto de los derechos canónicos.
3. Hacienda: Es heredada de la romano tardía, pero con rasgos propios, los latifundios imperiales pasan a
manos de la corona, diferenciándose de la de los monarcas. El rey era el administrador supremo de la
Hacienda, auxiliado por el conde del patrimonio, jefe de la administración de la Hacienda del Estado y del
patrimonio y el archivo real, y por el conde de los tesoreros, que cuidaba del tesoro regio. Surgen también
agentes fiscales como los thiufados o los vílicos, que eran administradores de los dominios de la corona y que
recaudaban en ellos tributos y rentas. Los impuestos directos territoriales se mantienen, también hubo
indirectos, como el de aduanas y el de tráfico de mercancías, recaudado por los teloneum.
Se plantea la posible inmunidad fiscal de los visigodos y si duró durante todo el reino o solo hasta el S.VI.
También hay discusiones sobre el régimen fiscal del clero, hay quien piensa que tuvieron total inmunidad
fiscal, y otros como Gonzalo Martínez Diez creen que el término indicto usado en el IV concilio de Toledo
significa convocatoria, y no indicción, por lo que no estarían libres de pagar impuestos, pero si del trabajo
común. Por último estaba el caso de los judios, que debían pagar un impuesto extra a cambio de la protección
del rey.
Como conclusión podemos decir que el régimen fiscal se había degradado bastante con respecto al romano.
4. Ejército: También había cambiado bastante, era el pueblo en armas quien elegía al rey, siendo obligatorio
para todos los hombres libres prestar el servicio de las armas. Pero tras el asentamiento y la dispersión de los
visigodos en España desaparece este pueblo en armas, y los ejércitos empiezan a se privados.
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−Religión y cultura:
La cultura es fundamentalmente eclesiástica, de manera que la patrística occidental (San Agustín, San Isidoro)
supone ese mantenimiento del saber de la época romana, salvo en el caso de algunos ricos, que pagaban
educación privada. Hay un trasvase de la cultura grecorromana al cristianismo (la cultura actual es una
herencia del medievo y lo recuperado de la época antigua, lo que sabemos actualmente del mundo antiguo es
gracias a la Iglesia). En las ciudades reaparecen las escuelas públicas, tanto para los clérigos como para
aquellas personas que deseasen estudiar; posteriormente evolucionaran en las universidades a partir del S.XII.
La Iglesia era urbana y episcopal, heredera de la romana; esto incluye un modelo monacal, volviendo
posteriormente a un nuevo modelo episcopal. Se van desarrollando pues iglesias rurales y monasterios de
distinto tipo. Lo novedoso es el paso (en el S.V) en el que el mundo occidental cristiano se ruraliza, ya que
junto a estos van ingresando en el cristianismo una serie de pueblos que no se habían romanizado. También se
van cristianizando una serie de costumbres paganas (como el 25 de Diciembre) y ciertos lugares de culto
pagano.
La selección del episcopado tenía una gran importancia, el obispo podía ser elegido por el clero y el pueblo de
cada comunidad. También los reyes formaban parte de los electores, y también tenían sus intereses en cada
obispo, esta participación, no era una imposición, sino una declaración de intenciones.
En la Península Ibérica, crecen nuevos núcleos rurales importantes, que no eran sede episcopal, con iglesias
de patronato. También empiezan a surgir nuevas iglesias monacales. Dentro de las iglesias rurales podemos
distinguir las iglesias de patronato, es decir, que se aplican ciertos derechos al propietario que la construye,
pero que va a pertenecer al obispo.
Una parte de la renta (la tercia) se reservaba para el obispo (en el sistema europeo se dividía en cuartos), por
tanto la Iglesia obligatoriamente debía invertir en hospitales y escuelas. El segundo tercio era para mantener al
clero y el tercero para mantener los monasterios. También se va a reconocer al obispo el derecho de patronato,
es decir, capacidad para presentar al clérigo rector.
Además, entre los SS. IV y VI, está también el monacato, ya que los hispano−godos también construyeron
monasterios. El primer monacato es eminentemente urbano y misionero (aunque algo apartados, no en el
centro de la ciudad). Sin embargo San Isidoro ya establece algunas separaciones entre el clero y el pueblo,
sobre todo a partir del S.VI, en Braga, se impone un rigor de origen oriental, con la posibilidad de la entrada
incluso de esclavos, a los que se exigía un mínimo de cultura.
San Fructuoso escribió varias reglas en las que habla de la posibilidad del monasterio familiar y dúplice. El
familiar consiste en no hacer divisiones entre clero y no clero, pero no tuvo mucho éxito y acabo siendo
prohibido. Por su parte el dúplice consistía en que los hombres y mujeres estuvieran separados.
Monacato pactista: Se entra en el firmando un pacto con el abad en el que se compromete a trabajar en el
monasterio.
Hubo en el S.VI un empeño por elevar el nivel intelectual del clero, buscando con ello, los hispanorromanos,
fundamentarse en lago, al igual que los godos con las armas. Además se establece la tradición de la
transmisión de la cultura, creando escuelas para niños. Había una enseñanza privada muy elemental, pero
también se formaba en valores morales y se daba la posibilidad de un segundo ciclo para quien después
quisiera ingresar en el clero (pudiendo salir en cualquier momento). Finalmente había una enseñanza superior
no regulada y que dependía de si se tenía o no un maestro (por ejemplo en Sevilla con San Isidoro, después en
Zaragoza con San Braulio, San Julián en Toledo). Por tanto había un personalismo en el centro de la
enseñanza superior, y no solo era personalista, sino que también estaba basada en la enseñanza de la retórica.
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− SEGUNDA PARTE: AL−ANDALUS.
− TEMA 6 − ECONOMIA Y SOCIEDAD EN AL ANDALUS
− Bases de la prosperidad: agricultura, ganadería y artesanía:
La base de la agricultura andalusí sigue siendo la agricultura. Se tenía que mejorar la producción agraria para
mantener una demografía ascendente en un territorio cada vez más reducido.
Hay un desarrollo del regadío, lo que mejora la producción en cantidad y calidad. Se implantan técnicas de
regadío orientales. Se da la agricultura india que promueve un cultivo de productos nuevos (arroz, lino,
algodón y huertas) para el Mediterráneo, que necesitan un mayor consumo de agua. Se hacen dos tipos de
reparto de agua:
• Por días u horas. El tiempo de inundación del terreno que se va a regar.
• Reparto equitativo de hilos de agua.
Ahora se trabaja más la tierra, se hacen más labores que dan más producción. Aparece el arado y la rotación
bianual. El abono es el excremento de animal.
El cultivo del cereal triunfa y sigue siendo el trigo la base de la alimentación. En algunos momentos del s. X
Al−Andalus fue deficitario en trigo y se vio obligado a importar. Éstas importaciones de trigo también
pudieron deberse a que era más rentable traerlo del Norte de África, debido al agua, que cultivarlo en Toledo,
por lo que no estaríamos en épocas deficitarias. En este mismo siglo la cebada, la avena, el centeno y el arroz
se consumían poco. El aceite también es un producto importante. La zona más productiva es la antigua Bética.
Destaca el aceite de aljarafe. El aceite se exportaba desde Sevilla a Oriente y al Norte de África. La vid se
siguió cultivando.
Hay un desarrollo de la horticultura y la fruticultura (melones, sandías, calabacines, berenjenas...). Se
aclimatan plantas exóticas como la caña de azúcar, el naranjo y pequeños palmerales, éstos son cultivos
industriales.
La mayor parte de las propiedades árabes se exportaban a través de la aparcería, a base de mano de obra
servil, de jornaleros de alquiler y de explotación directa en el caso de la pequeña propiedad. Apenas se utilizan
esclavos en el campo, los esclavos solían utilizarse en la casa. El propietario y el agricultor se comprometen
mutuamente a plantar y cultivar la tierra a cambio de que cuando ésta de frutos las ganancias se dividan en
dos.
En la ganadería el bovino tiene una importancia menor que la que tenía en tiempo de los romanos, ahora el
buey queda como animal de tiro. La oveja es uno de los animales más importantes, esto se debe en gran
medida a que es menos destructiva que el ganado de cabras y, además, es más fácil de llevar. También ayuda
a que suba en importancia el hecho de que es menos rigurosa con el pasto. De la oveja se saca lana, carne,
cuero, leche... El cordero también es un animal que sube en importancia. La cabra es un animal que se destina,
sobre todo, al consumo de la gente pobre porque es más fácil de mantener para éstas familias.
El animal de carga por excelencia es la mula, también era un animal de monta. Era el animal corriente para el
transporte de material y del ejército. Los asnos también eran muy apreciados, era un animal muy común entre
la gente de clase baja. El caballo estaba reservado a la montura aristocrática y de los soldados. El caballo
andaluz proviene del cruce del caballo árabe y del caballo autóctono, también se importaron caballos del
Magreb. La presencia del camello en la Península Ibérica fue algo excepcional. Entre las aves más
importantes estaban la paloma y la gallina.
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La artesanía era variada, desde los productos de alimentación pasando por el vestido y, por supuesto, por los
productos de lujo. Eran característicos los talleres artesanales de pequeño tamaño que estaban junto a la
tienda, por esto el personal estaba formado por dos o tres personas (maestro, aprendiz y operario). Los
instrumentos utilizados eran propiedad del maestro, mientras que la materia prima utilizada era de quien
encargaba la obra. El taller solía ser arrendado a un aristócrata o al clero por el maestro. Era común que tanto
el oficio como el taller pasara de padres a hijos.
Al frente de cada categoría de oficios estaba el Amín, que tenía cierta autoridad y los representaba ante la
autoridad competente. Él les enseñaba y exigía una serie de normas que debían seguir. Cada grupo profesional
estaba fijado en determinados barrios de la ciudad o en sus alrededores. Solían situarse cerca de la mezquita.
Estaban agrupados para poder ser controlados y cobrarles los impuestos. El zoco era el mercado.
− Ciudad y zoco, ejes económicos:
La ciudad contiene varios conceptos esenciales:
• Concepto demográfico: requiere de un número mínimo de habitantes para que sea considerada
ciudad.
• Concepto urbanístico: no sólo de construcciones, sino también de equipamiento y edificios que nos
indican si la ciudad es musulmana (mezquita) o cristiana (iglesia), el zoco (mercado) era propiamente
musulmán. La presencia de una muralla es un concepto urbanístico que, en ocasiones, es
imprescindible.
• Concepto administrativo: es el centro de recaudación.
• Concepto económico: es un centro económico donde se produce para los habitantes de la ciudad y
para los habitantes de las aldeas próximas. Organiza la vida económica de la ciudad y de los
alrededores.
• Concepto militar−defensivo: porque posee muralla.
• Concepto religioso: posee una mezquita mayor.
La ciudad es un marco de vida y cohesión social. La ciudad trabaja a favor de sus habitantes y, también, a
favor de los habitantes de sus aldeas. La ciudad y el zoco son muy importantes. Había zocos semanales en las
afueras de la ciudad y, en ocasiones, era permanente y estaba en el interior. El zoco era un lugar de
intercambio, el intercambio siempre era favorable a la ciudad. Había algunos centros especializados como la
Alcaiseria que era un mercado cubierto, cerrado con puertas y con un patio central donde se venden sobre
todo productos de lujos de mercados de larga distancia. La alhóndiga (posada) es donde los comerciantes
paraban a descansar y donde también vendían sus productos. Todo esto abría a la ciudad a una red más amplia
de comercio e intercambio. Las ciudades andalusíes se incluyeron dentro del comercio del Mediterráneo
Occidental y Oriental dentro del ámbito musulmán.
La ciudad estaba constituida por un núcleo central amurallado. En el exterior había barrios que en ocasiones
contaban con su propia muralla, pero de menor tamaño. La mezquita mayor estaba en el núcleo central. En los
barrios solía haber mezquitas más pequeñas que eran oratorios públicos o privados de una familia o clan,
cerca de éstas mezquitas estaban situados los zocos. Los baños solían ser propiedad de la autoridad y eran
públicos o privados. El plano de las ciudades solía ser enrevesado, lleno de callejas estrechas y sin salida.
La casa estaba construida para albergar a la familia. Solían ser de una sola planta con habitaciones pequeñas,
carecían de tabiques. Entorno a la ciudad había huertos con casas campestres que eran propiedad de la gente
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pudiente. Es un hábitat próximo a la ciudad, pero no es un hábitat urbano.
El Islam fue heredero del Imperio persa y del Imperio bizantino, por lo el sistema monetario que va a utilizar
es el sistema que ambos imperios utilizaban. A finales del s. VII se acuña moneda propiamente musulmana
(linar de oro y direm de plata), antes se utilizaban indistintamente la moneda persa y la bizantina. La relación
teórica entre un linar y un direm es de 1 a 12, ambas monedas son legales aunque también pueden ser
corrientes, son monedas de cuenta. La moneda de oro en Al−Andalus fue poco corriente hasta la llegada de
Abdherramán III, la moneda en castellano se llamaba maravedí. Los pesos y medidas de las monedas podían
variar con respecto a la moneda legal. La relación entre linar y direm en Oriente se mantenía, en cambio en
Occidente la relación era de 1 a 17 por la escasez del oro.
En el comercio tiene gran importancia la navegación, sobre todo a partir del s. IX a. C. Al−Andalus contaba
con puertos propios y talleres de reparación y construcción. En los SS. XI, XII y XIII es cuando el tráfico es
más numeroso. El pasaje humano tiene una gran importancia en el transporte marítimo, la peregrinación de
personas también es importante por la transferencia de ideas y costumbres entre Oriente y Occidente. Era una
navegación de cabotaje. El comercio exterior con Europa se hace a través del Atlántico Norte, por vía
marítima, y por los Pirineos, por vía terrestre. Los comerciantes hasta la época del Califato eran mozárabes.
Una de las ventas más usuales era la venta de esclavos. Otros productos comerciados eran el lino y el aceite.
− Caracteres distintivos de la comunidad islámica española:
En los primeros momentos del Islam sólo se reconocía la clase social formada por los individuos que
integraban la comunidad de creyentes (umma), con el paso del tiempo cristianos y judíos pasaron a constituir
el grupo de los protegidos (dimmíes) por ser gentes del libro.
La sociedad andalusí es centralista, tributaria y con base económica agraria. La demografía incide en la
economía y en la sociedad.
Pedro Salmeta, historiador, estimaba que la población estaba formada por 650.000 habitantes rurales con un
total de 5.800.000 habitantes en toda la España islámica. La población estaba distribuida mayormente en
núcleos urbanos, seguido de las poblaciones de los alrededores de las ciudades, después estarían los valles y
por último estarían las alquerías y los territorios apartados e inseguros, como las montañas.
− Grupos sociales:
Cuando se produce la integración en Hispania en los dominios musulmanes, no se introducen cambios
notables en las relaciones sociales, aunque sí se alteró la antigua estructura social, dando lugar a una nueva
sociedad más compleja.
Frente a los árabes, los beréberes constituyen el grupo mayoritario de musulmanes. Junto a ellos la comunidad
se incrementa mediante la conversión voluntaria al Islam de una parte de la sociedad hispano−visigoda,
motivada por el deseo de salvaguardar sus intereses personales y gozar del principio de igualdad de los
musulmanes inmigrados.
Desde sus primeros momentos había una división de cases, distinguiéndose entre los individuos que gozaban
del estatuto de libertad tres capas sociales perfectamente definidas: nobleza (jassa), notables (a'yan) y masa
popular (amma).
La jassa está constituida por una nobleza de sangre y por una nobleza funcional. No era una clase cerrada, a
ella se incorporaron algunos libertos y beréberes. Los a'yan están formados en las ciudades por un importante
grupo de ricos comerciantes, alfaquíes, artesanos Son gentes acomodadas, cuya riqueza, cultura y prestigio
personal los convierte en los notables de las ciudades. En el medio rural su prestigio es mayor. La amma
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constituye el proletariado tanto en el medio urbano como en el rural. Aquí encontramos a beréberes, muladíes,
mozárabes y judíos.
En la España islámica nos encontramos con la figura del liberto, un esclavo liberado pero en Al−Andalus un
liberto también podía ser una persona que se hubiera convertido al Islam. Entre los esclavos encontramos al
esclavo doméstico o destinado a trabajos artesanos, hay una minoría de esclavos destinado a los trabajos del
campo. Las mujeres esclavas subían de rango si tenían un hijo del señor, esto podía producirse en vida del
señor o a su muerte.
No todos los ciudadanos islámicos eran iguales ante la ley ya fuera por su nivel económico o por su posición
social. En los contratos matrimoniales también se ve esta diferenciación social, no es lo mismo la dote de una
campesina que la dote de una noble. También vemos esta diferenciación en las celebraciones de juramento de
fidelidad al monarca, ya que se prestaba juramento siguiendo un rango de importancia, en primer lugar estaba
la familia real, luego venían los trabajadores de palacio y aquellos que ejercían un cargo fuera de él, y
finalmente era el pueblo el que prestaba juramento. El pueblo es el amma y es voluble, irreligioso, propenso a
las sublevaciones... y forman la mayor parte de la población urbana. La clase media, wusta, contaba con una
policía propia.
− TEMA 7 − INSTITUCIONES ANDALUSIES:
− Gobierno:
El concepto islámico de estado se fundamenta en una comunidad de carácter político y religioso, por lo que el
poder pertenece a Alá que está representado por el califa. Esto se adapta de diferentes maneras en los diversos
territorios. Se pide la unidad del poder político y religioso en una misma persona, el califa que es el sucesor
del enviado de Alá, Mahoma, antes del s. IX los califas eran los representantes de Alá.
La monarquía andalusí siempre fue absoluta fuera cual fuera su título. Lo político, lo jurídico, lo militar, lo
social y lo religioso está unido bajo una misma persona. Estos poderes siempre tendieron hacia la autonomía
cuando dependían de Damasco y de Bagdad. Los sultanes almorávides se titularon príncipes de los
musulmanes dando muestras de esta autonomía que no será realmente patente hasta la llegada de los
almohades. No había distinción entre el poder civil y el poder religioso. Los monarcas musulmanes se rodean
de diferentes símbolos y signos que demuestran su poder como el turbante, el cetro de bambú, el trono, el
sello... La herencia del poder en Al−Andalus tiende a que sea hereditario en la misma familia, sin necesidad
de que sea el hijo primogénito o cualquier otro hijo. Las funciones del monarca musulmán eran:
• Vigilar el cumplimiento del recto camino espiritual.
• Presidir la oración solemne del viernes en la mezquita principal.
• Desempeñar el poder legislativo pero subordinado al Corán y a la interpretación que se hace del
mismo.
• Ejercer el poder ejecutivo y judicial de forma plena. El monarca es el último poder judicial.
• Es el general del ejército.
− Administración:
Había tres administraciones distintas: central, territorial y local. La está formada por el palacio, la chancillería,
la defensa... No parece que existiera una organización del estado antes de Abdherramán I que lo copia del
modelo visigodo y persa. Los visires ayudaban al califa en sus funciones. Con Abdherramán III los cargos
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palaciales tienen una remuneración económica. La Corte está formada por la familia real, los esclavos y los
funcionarios. La principal división territorial es la provincia. La organización interna tiene varias
subdivisiones:
• Capital de provincia: medina. Equivale a la sede episcopal de tradición romana.
• Alfoz: área de influencia dominada desde la ciudad.
• Núcleo urbano: está protegido por defensas.
• Distritos: está presidido por una ciudad o por una torre o castillo.
• Arqadya: entidad de población rural mayor.
• Torre: entidad de población rural mayor.
• Marca: zona fronteriza. Son geopolíticamente importantes, son zonas de contacto entre musulmanes
y cristianos. Son zonas de conflicto. Desarrollan una defensa de vigilancia. Son propensas a la
independencia frente al poder central.
− Fiscalidad:
Las rentas del estado se dividen en dos categorías y una tercera que pertenece al monarca.
• Tesoro de la limosna: diezmo legal. Era la única obligación legal fiscal de los musulmanes. Se
guarda y administra en las mezquitas, sus fondos son destinados a las necesidades de la población y a
las obras piadosas.
• Tesoro de los creyentes: hacienda pública. Está custodiado y administrado por el poder central. Se
dedica a costear al ejército y otros gastos públicos.
• Tesoro privado: con él, el emir o califa debía mantener su casa y las fundaciones piadosas que crea.
− Ejército:
El medio fundamental para llevar a cabo la estrategia militar es el ejército. Durante los primeros años de la
presencia musulmana en Hispania, en los cuales existió una actitud ofensiva, los gobernadores del Califato
Omeya intentarán mantener esa presencia con un ejército compuesto por bereberes y árabes en proporciones
numéricas desiguales que con el paso del tiempo tendería a equilibrar.
Esta milicia andalusí, tras el triunfo de Abd al Rahman I, integró una serie de componentes muy complejos,
tanto desde el punto de vista étnico como profesional que se subdividen en:
• Los que estaban obligados a prestar servicios militares por el disfrute de una concesión (yundíes, que
son las tropas sirias) o por el cobro de una soldada (mercenarios).
• Los voluntarios de la guerra (muyahidun): que se incorporan a filas para cumplir con la obligación
religiosa que impone el Islam de combatir al infiel. Su comparecencia en el ejército no estaba
remunerada.
La primera reforma que experimentó el ejército andalusí fue obra del emir Al− Hakam I (796−822), y ésta se
mantuvo hasta la llegada de Almanzor (991).
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Esta consistía en que el ejército estaba integrado por una Milicia permanente de mercenarios a sueldo, que
se organizaban en unidades de tropas regulares.
Esta milicia permanente se completaba con los Yundíes, tropas sirias que, agrupadas por tribus, combatían al
mando de sus propios jefes.
Además, participaban como milicias locales el resto de población musulmana, incluidos los Muladíes, a
través de un sistema de recluta en sus propios lugares de residencia.
Esta estructura militar, que respetaba el origen tribal de las unidades se mantuvo hasta la llegada de Almanzor.
Éste procedió a una reforma tendente a debilitar los vínculos de tribu. Para ello puso en práctica agrupaciones
mixtas formadas por individuos de las diferentes tribus árabes, consiguiendo que cualquier intento de
disidencia pudiera ser apagado rápidamente.
Esta medida, encaminada a contener el poder de los árabes, fue acompañada por un importante incremento de
fuerzas mercenarias procedentes del Magreb e Ifriqiya.
Será frecuente, sobre todo a partir del califato, la incorporación de otro tipo de contingentes militares las
tropas auxiliares, cuya recluta se fundamenta en un pacto. A ello corresponde la colaboración de ciertos
condes cristianos con las tropas andalusíes.
La dirección de este heterogéneo ejército era de la siguiente forma: el ejército constaba de varios cuerpos de
5000 hombres cada uno, al mando de un comandante en jefe; cada cuerpo se dividía en 5 regimientos de
1000 hombres, al mando de un comandante; estos regimientos se dividían a su vez en 5 grupos de 200
hombre al mando de un capitán; estos grupos se organizaban en secciones de 40, a las órdenes de un oficial
subalterno; y cada sección, a su vez, en cinco escuadrones de 8 hombres al mando de un sargento.
No obstante, en la época de los taifas perderá importancia el ejército y el reclutamiento disminuyó mucho
porque el pueblo prefería pagar un impuesto más antes de ir a la guerra.
La expedición por excelencia era la aceifa, que tenía lugar en los meses de verano. Las de invierno estaban
condicionadas por las circunstancias políticas de urgencia.
La preparación de las aceifas se iniciaba en el mes de junio, y la salida iba precedida de la entrega de banderas
en la mezquita mayor de Córdoba, adonde regresaban después de la contienda.
− Justicia y política:
En cuanto al ejercicio de la judicatura en Al Andalus, el derecho musulmán tendrá sus fuentes básicas en el
Corán y en la Zuna (conjunto de tradiciones de los dichos, hechos y omisiones del profeta). La interpretación
de estas fuentes dio origen a varias escuelas jurídicas.
A los emires y califas omeyas les correspondería, en principio, la Administración de Justicia, pero fue habitual
que, para su aplicación, el príncipe, jefe supremo de la justicia, delegara esta misión en un juez o Qadí.
El juez de Córdoba ostentará el título de Qadí supremo, pero en cada una de las provincias existía un Qadí,
nombrado por el propio emir o califa.
Estos se encargarán de la justicia civil y religiosa. Se les asignarán sueldos para evitar sobornos y actuará en
diversos lugares de la ciudad, generalmente, por la mañana.
Sus sentencias tendrán apelación y el mismo Qadí también tiene potestad para cambiar su propia sentencia.
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Pese a las amplias atribuciones que tenía el Qadí, los múltiples litigios que podían existir dentro de una misma
provincia impedían una actuación directa en algunos casos; estas circunstancias determinaron la existencia de
unos jueces auxiliares (Hakim) que, bajo la dependencia del Qadí, administraban la justicia civil y penal en la
provincia, pero con ciertas limitaciones, solo intervenían en asuntos en los que se debatían intereses
matrimoniales privados.
En cuanto a la policía (Surta), ésta se encargará de los casos criminales y es la que ejecutará la sentencia
establecida en un juicio. Su justicia era prácticamente inmediata.
Por otro lado nos encontramos con el Zoco (el mercado). Éste estaba gobernado por El Señor del Zoco, que
se encargaba de mantener el orden en el mercado que era fundamental.
La ley principal que debía llevar a cabo era un buen producto a un precio justo. También vigilará actos de
estafa por parte de los vendedores.
− Vida religiosa e intelectual:
Las prescripciones coránicas que imponían el respeto hacia aquellas comunidades cuyas religiones eran
monoteístas, anteriores al Islam y que poseían una parte de la verdad revelada, propiciaron que los
musulmanes considerasen a los cristianos y judíos que convivían en su territorio como Gentes del Libro.
En cuanto a la religión musulmana, se practicaba la Peregrinación a La Meca, pese a la distancia y aunque ya
no fuera obligatorio.
Muchos andalusíes aprovecharían la peregrinación para formarse por el camino. Además, ésta influirá en el
comercio.
Por otro lado, la educación es básicamente religiosa y se componía de varios ciclos:
• Educación infantil: era una enseñanza privada. Se les enseña a leer y a escribir. El libro principal era
el Corán.
• Educación secundaria: a partir de los 8 o 9 años. Será una enseñanza jurídica y poética. Se tratará de
fomentar una lectura y una escritura más depurada en el alumno. Y se dará en las grandes ciudades y
mezquitas. No todos accedían a esta educación.
• Educación superior: este ciclo no siempre era posible recibirla en la propia ciudad, o incluso en la
propia Al Andalus.
Durante el periodo andalusí se produciría un desarrollo de la ciencia y la cultura, que se tradujo por un
profundo interés por los libros. Así, las grandes bibliotecas contenían libros de poesía, historia, gramática,
medicina, farmacia, botánica, matemáticas, astronomía, filosofía, etc.
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