Documento 39230

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Cuenta una vieja tradición familiar que en el siglo XVIII llego a Chile un marino irlandés llamado Juan
Evans, quien se estableció en Linares y cambio su nombre por el muy castizo de Ibáñez, fundando así una
nueva rama de este apellido en nuestro país, la cual tendría así su origen en la Verde Erín y no en la madre
patria como los demás Ibáñez. Uno de los descendientes del irlandés, Francisco Ibáñez Ibáñez, casado con
Nieves Del Campo, trabajaba su fundo San Francisco en Linares. Allí el 3 de noviembre de 1877 vino al
mundo Carlos Ibáñez Del Campo, quien estaba destinado a ser figura determinante en la política chilena
durante un cuarto de siglo.
Aprendió las primeras letras en la escuela de las niñas Ortega y en la Escuela Publica Nº 1, dirigida por
Estanislao Inzunza. A los 12 años pasó a continuar sus estudios en el Liceo de Linares.
Los libros de aventura y guerra despertaron en el niño la vocación militar, que lo llevo el 12 de marzo de 1896
a ingresar como cadete en el segundo curso de la Escuela Militar, equivalente en la época al 5º año de
humanidades. Tras dos años como cadete y uno como alférez, a lo largo de los cuales demostró inteligencia,
dedicación a sus deberes y espíritu militar, pasó al ejército con el grado de teniente 2º destinado al regimiento
Cazadores de guarnición en Santiago. Dos años más tarde, en 1900, era ascendido a teniente.
Previa autorización por la ley del 4 de septiembre de 1903, el teniente Carlos Ibáñez integró una misión
militar contratada por el gobierno de la Republica de El Salvador, junto al mayor Julio Salinas, capitán Juan
Pablo Bennett y tenientes Lagreze y Llanos.
Los integrantes de la misión militar chilena se desempeñaron como instructores y profesores en el ejército
salvadoreño, entre cuyas tareas estuvo organizar la Escuela Militar de ese país.
Durante el desempeño de su misión en Centroamérica, los oficiales chilenos afrontaron el problema de la
guerra que se libró entre El Salvador, Honduras y Costa Rica, por una parte, y Guatemala, por la otra, bajo la
égida del dictador Manuel Estrada Cabrera. Y, contrariando instrucciones del gobierno chileno, tomaron
bando en el conflicto bélico. Así el teniente Ibáñez participó victoriosamente en la batalla de El Platanar o Las
Escobas, lo que le valió el otorgamiento del grado de coronel del Ejército del Salvador. Pero esta injerencia en
asuntos internos de otros países, en una guerra a la que Chile era ajeno y neutral, estuvo a punto de significarle
su alejamiento forzoso de la filas del ejército chileno.
Pero no todas fueron actividades castrenses para el joven teniente chileno. Tuvo tiempo de conquistar a una
hermosa joven salvadoreña, Rosa Quirós y Avila, con la cual contrajo matrimonio el 11 de septiembre de
1907.
En 1908 se cursó en Chile su ascenso a capitán y al año siguiente, en 1909, Carlos Ibáñez regresó a su patria
acompañado de su esposa y de una hija recién nacida, Rosita.
A su regreso el capitán Ibáñez fue destinado nuevamente el Regimiento Cazadores. En 1912 ingresó a la
Academia de Guerra y egresó en 1916 como oficial de Estado Mayor. A fines de este último año pasó a
desempeñarse como ayudante de la Inspección de Caballería. Su feliz vida familiar se vio interrumpida por
una grave enfermedad de su joven esposa, la cual le había dado ya un hijo varón, Carlos, nacido en tierra
chilena. El 12 de octubre de 1918, una tuberculosis pulmonar terminó con la vida de Rosa Quirós y Avila. Fue
un duro golpe para el capitán Ibáñez, quien además debió afrontar le difícil tarea de educar a dos hijos de
corta edad. La cumplió con esmero, mostrándose como un padre ejemplar y afectuoso, tal como lo recordarían
después sus hijos.
La vida militar y sus obligaciones seguían iguales. El año 1918 estuvo una vez más en el Cazadores y luego
como director en la Escuela de Carabineros. De ahí paso a desempeñarse como Prefecto de Iquique, cargo que
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ejercía al efectuarse las tormentosas elecciones del año 1920, que llevaron finalmente a la presidencia de la
republica a Arturo Alessandri Palma.
Se iniciaron los tensos años del nuevo gobierno, años que trajeron cambios trascendentales en la vida social y
política chilena. Significaron el fin del parlamentarismo instaurado tras el triunfo de la revolución de 1891 y el
predominio político de la vieja oligarquía, desplazada por una pujante clase media.
Durante ese período, en 1921, el capitán Carlos Ibáñez fue ascendido a mayor y designado director de la
Escuela de Caballería. Fue uno más de los oficiales del ejército chileno que se observaba, y no con
indiferencia, como se agudizaba la crisis fruto del conflicto entre el gobierno de Alessandri, con su ambicioso
programa de reformas sociales, económicas y políticas, y la opositora Unión Nacional, atrincherada en el
senado, donde se conservaba mayoría tras las elecciones de marzo de 1921. Oposición a todas las iniciativas
gubernamentales, obstrucción y crítica implacable, provocaban una rotativa ministerial permanente, que
llevaba al desgobierno y al caos.
En las elecciones parlamentarias del 2 de marzo de 1924 triunfó la gobernante Alianza Liberal en ambas
ramas del congreso, lo que hizo suponer que ahora el presidente Alessandri podría realizar se postergado
programa, pero no así, pues el senado, que se renovaba parcialmente, la mayoría obtenida era muy estrecha y
la oposición, amparada en reglamentos internos, pudo continuar obstruyendo la tramitación de los proyectos
gubernativos.
La crisis política y económica de agudizó. El estado de las finanzas fiscales se deterioraba día a día por la falta
de recursos que el congreso negaba. El gobierno reclamaba infructuosamente la aprobación de una ley de
subsidios para cubrir el déficit fiscal, por un monto de 110 millones de pesos, suma que permitía cumplir con
los compromisos impagos y financiar los gastos por el resto del año. Al mismo tiempo la Cámara de
Diputados había aprobado la ley interpretativa que otorgaba a los parlamentarios una dieta de $2000
mensuales, la que había sido convenida, entre otros acuerdos, en el pacto suscrito por todos los partiditos,
incluso los de la oposición, el 1º de febrero de 1924. Ahora el Senado debía conocer el proyecto aprobado por
la Cámara Baja.
La oficialidad del Ejército, especialmente la más joven, seguía con creciente atención el desarrollo de los
acontecimientos. Entre las leyes postergadas por la acción opositora figuraban algunas que afectaban
directamente la situación de los militares. Pero fue el proyecto de dieta parlamentaria el detonante que hizo
explotar la situación.
En el Club Militar, situado en ese entonces en la calle Agustinas frente al Teatro Municipal, se reunían con
creciente asistencia los oficiales de Ejército. Allí se gestó la iniciativa de concurrir a las sesiones del Senado a
fin de manifestar con su presencia el desagrado militar ante la iniciativa que se trataba. Fue así como en la
sesión del Senado la noche del 2 de septiembre de 1924, que se hicieron presentes en las tribunas más de
cincuenta oficiales con uniforme.
Y en la noche siguiente volvieron a hacerse presentes esta vez más de cien. El vicepresidente de la
Corporación no les permitió ingresar a las tribunas, por lo cual optaron por subir a las galerías. Allí llegó el
ministro de Guerra, ex capitán de Ejército y varios años instructor en la Escuela Militar, Gaspar Mora, y les
ordenó que se retiraran, lo que los oficiales hicieron, pero haciendo sonar sus sables.
Al día siguiente, lo ocurrido era objeto del comentario general y fue destacado, especialmente por la prensa de
oposición, que aprovechó esta nueva oportunidad para agudizar su crítica al gobierno.
Nuevas y tumultuosas reuniones se realizaron en el Club Militar, en las que se gestaron las peticiones
formuladas en la histórica entrevista del 5 de septiembre, con el presidente Arturo Alessandri. A ésta
concurrieron los miembros del llamado Comité Militar, que integraban desde jefes destacados como loa
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generales Luis Altamirano y Pedro Pablo Dartnell hasta tenientes recién ascendidos. Entre sus integrantes el
mayor Carlos Ibáñez, quien no tardaría mucho en imponer su liderazgo en el Comité, que después pasó a
denominarse Junta Militar.
Actuando de portavoz el más joven de sus integrantes, teniente Alejandro Lazo, los oficiales expresaron a
Alessandri su profundo malestar ante un Congreso que perdía el tiempo en discusiones estériles y le
solicitaron el veto a la dieta parlamentaria y la adopción de medidas que permitieran la inmediata aprobación
de los diversos proyectos de ley presentados por el Gobierno los cuales se encontraban desde hacía tiempo
para consideración del Parlamento.
Retirados los oficiales de la Moneda, Alessandri debió afrontar la tarea de conseguir del Congreso, ahora bajo
presión militar, la aprobación de las leyes por las que él había bregado inútilmente durante cuatros años. La
Alianza Liberal otorgó al Presidente facultades para formar libremente su Gabinete y designó una comisión
autorizada para adoptar resoluciones por sí sola.
El nuevo Gabinete asumió el mismo 5 de septiembre, encabezado por el general Altamirano como ministro
del interior e integrado por Emilio Bello Codesido, en Relaciones Exteriores; Gregorio Amunátegui Solar, en
justicia; almirante Francisco E. Neff, en hacienda; general Juan Pablo Bennett, en guerra y marina, y Angel
Guarello en industria, obras públicas y ferrocarriles.
La opositora Unión Nacional creyó llegada su oportunidad y salió en manifestaciones callejeras pidiendo la
renuncia de Alessandri, mientras éste actuaba rápidamente hablando con los parlamentarios y con los
presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados.
El 8 de septiembre de 1924, procediendo con una celeridad que no se les conocía, la cámara y el Senado
aprobaron en el día los proyectos de ley pendiente sobre las siguientes materias: contratos de trabajo,
sindicatos profesionales, tribunales de conciliación y arbitraje, cooperativas, indemnización de accidentes de
trabajo, caja de seguro obrero, caja de empleados particulares, presupuesto para 1924, recursos por $110000
para cubrir déficit, reforma de la caja de retiro del Ejército y la Armada, aumento de la planta del Ejército,
aumento de los sueldos y gratificaciones al personal de las Fuerzas Armadas, organización de los policías
fijando sus sueldos, otorgamiento de personalidad jurídica a la fábrica y maestranza del Ejército, ascensos en
el Ejército, retiros del Ejército y Armada.
La actuación del Comité Militar, ahora Junta Militar presidida por el teniente coronel Bartolomé Blanche
había significado la aprobación en un día de todos esos proyectos pendientes, que formaban parte del
programa de Alessandri, quien creyó que con esto la crisis quedaba superada y los militares volverían a sus
cuarteles.
Pero la Junta Militar continuó en funciones, delineándose ya como figura de creciente influencia el mayor
Carlos Ibáñez. La Marina, que seguía más bien las aguas de la Unión Nacional, por su parte pedía la renuncia
del Presidente de la República.
Para Alessandri fue claro entonces que de continuar en su cargo, sería figura meramente decorativa, situación
que no era hombre para aceptar.
Presentó su renuncia, a pesar de que la Junta Militar le solicitó la retirada y se asiló en la Embajada de Estados
Unidos. El Senado rechazó esta renuncia y, en cambio, le concedió permiso por seis meses autorizándolo para
ausentarse del país, con lo que jurídicamente continuó como Presidente de la República. El 10 de septiembre
partió al extranjero, a Buenos Aires, para dirigirse luego a Italia.
El 9 de septiembre asumió el cargo de vicepresidente de la República el general Luis Altamirano, en su
calidad de ministro del Interior, y se pasó a constituir dos días después la Junta de Gobierno que él mismo
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presidió e integrada por el almirante Francisco E. Neff y el general Jun Pablo Bennett.
Inmediatamente la Junta de Gobierno dirigió un manifiesto al país y procedió a dictar un decreto por el que
disolvió el Congreso Nacional, con lo que asumió la plenitud del poder.
El 12 de diciembre juraba un nuevo gabinete integrado por Alcibíades Roldán, en Interior; Carlos Aldunate
Solar, en Relaciones Exteriores; Gregorio Amunátegui Solar, en Justicia Fidel Muñoz Rodríguez, en
Hacienda; almirante Luis Gómez Carreño, en Guerra y Marina, y Oscar Dávila Izquierdo, en Industria.
L integración del Ministerio y otras actitudes de la Junta de Gobierno empezaron a demostrar su tendencia
favorable a la Unión Nacional, totalmente antagónica con la de la Junta Militar, en la cual, el mayor Carlos
Ibáñez, ascendido luego a teniente coronel, iba imponiendo su personalidad y asumiendo el liderazgo. Como
dice el general Carlos Sáez en sus memorias "nadie habría pensado que el mayor Ibáñez, hombre de maneras
corteses, de temperamento apacible y gran espíritu de subordinación, tuviera todo el temple de un
revolucionario de sangre. Su conducta de esos días fue toda una revelación".
Los roces y divergencias entre ambas Juntas no tardaron en producirse. La Junta Militar, con Blanche e Ibáñez
a la cabeza y la oficialidad joven, se sentía depositaria de los anhelos renovadores que animaran el
movimiento del 5 de septiembre. Sus integrantes manifestaban un creciente descontento ante los rumbos
tomados por la Junta de Gobierno, que se manifestó en una comida en la Escuela de Caballería, al mando de
Ibáñez, en que se pronunciaron violentos discursos contra de la Junta, lo cual causó malestar en Altamirano,
quien lo llamó a su despacho, para llamarle la atención, produciéndose un rompimiento entre ambos.
Siguieron luego dos artículos de prensa suscritos por el capitán Oscar Fenner y el mayor Marmaduque Grove,
ambos integrantes de la Junta Militar, que criticaban abiertamente a la Junta de Gobierno.
Por otra parte la Armada, en la que predominaban los simpatizantes de la Unión Nacional, tomó partido por la
Junta de Gobierno y el 13 de diciembre de 1924 hizo público su acuerdo de retirar sus representantes de la
Junta Militar, lo que provocó la disolución de ésta el 15 de ese mes, previa una exposición pública al país.
El envío de Ibáñez en misión a Europa, solicitada por éste al general Bennett, el otorgamiento de una licencia
no pedida a Bartolomé Blanche y otras medidas de la Junta de Gobierno, hicieron creer que ésta había
consolidado su poder, pero estaba lejos de ser así.
Asumió como vicepresidente de la República, el 28 de abril de 1927 dictó el decreto por el que creó el Cuerpo
de Carabineros. La proclamación de su candidatura presidencial no se hizo esperar. Los partidos Radical y
Democrático recomendaron el apoyo a la candidatura Ibañez y los conservadores y liberales decretaron
libertad de acción.
El 10 de mayo, el gobierno convocó a elecciones para el día 22 del mismo mes, demostrando su decidido
propósito de consolidar rápidamente la candidatura de Ibañez. Este dirigio un manifiesto al país el 12 de
mayo, por lo que una vez mas expreso su propósito de continuar el desarrollo del programa de gobierno que
inspiro la revolución del 5 de septiembre de 1924.
El 22 de mayo se efectuo la eleccion y como estaba previsto, triunfo ampliamente el único candidato
presentado que obtuvo 222.103 votos contra solo 8.072 emitidos a nombre de distintas personas, como Javier
Angel Figueroa, Claudio Matte, etc.., expresion de protesta de unos pocos.
El 21 de julio concurrio al Congreso Nacional a prestar juramento como presidente.
Ibánez quería un país con tranquilidad y orden, que ofrecía garantías de estabilidad, podía obtener fácilmente
préstamos en el exterior.
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Carlos Ibañez fue el ultimo mandatario que vivio en el palacio de moneda uy el unico que contrajo
matrimonio durante su desempeño presidencial. Se caso por segunda vez con Graciela Letelier Velasco
(Talquina), el 3 de diciembre de 1927
Entre sus creaciones cabe destacar:
Contraloría General de la República, Tesorería General de la República, Fuerza Aérea Chilena, Dirección de
Aprovisionamiento del Estado, Línea Aérea Nacional, Sindicatura de Quiebras, Inspección General del
Trabajo, Junta de Exportación Agrícola, Dirección General de Crédito Popular, se produjo la dictación del
codigo del trabajo, el estatuto administrativo, estatuto de la universidad de chile, que definio el marco de la
enseñaza superior. Todo esto significó un crecimiento del estado; esto trajo consigo un incremento enorme de
la burocracia.
Paradojalmente, los enemigos irreconciliables que fueron Alessandri e Enrique Ibañez. El gobierno aplicaba
una politica represiva a todos los que manifestabn su oposicion al gobierno o regimen, de tal manera que su
castigo era irse exiliados del pais, tales casos fueron: Arturo Alessandri Palma con sus hijos Arturo y Jorge,
Manuel Rivas Vicuña, Agustin Edwards Mac Clure, Luis Saalas Romo Luis Alberto Careola, Pedro Leon
Ugalde, Galvarino Gallardo, Ernesto Barro Jarpa, Carlos Vicuña, Horacio Hevia como Rafael Luis Gumucio,
Gustavo Ross, Luis Guitierrez Allende, Rodolfo Michels, Ricardo Latcham entre otros.
Rene Montero, portador del gobierno defendia estas medidas diciendo: Esta ley de leyes, que se llama salud
del pueblos, exigia el alejamiento del pais de tan malos ciudadanos....
No fue extraño que durante el gobierno de Ibañez se gestaran varios complots para tratar de derribarlo.
El llamado pacto de Dover o Calais, el complot de avión rojo, el atentado del puente del Maipo, fueron
algunos de los hechos más destacados en esta materia, que en nada afectaron la estabilidad del régimen.
El 21 de noviembre de 1927 el senado aprobó su ascenso a general de Brigada. Y el 3 de diciembre de ese año
contrajo matrimonio con Graciela Letelier Velasco, de rancia prosapia talquina, quien le dio cuatro hijos:
Margarita, Ricardo, Nieves Y Gloria, y sería ejemplar compañera en las horas de triunfo, de alegría, en las de
adversidad y desgracia.
A fines de 1928, se hicieron notar los primeros síntomas del fin de la prosperidad; Jueves Negros del 24 de
octubre de 1929, en que la Bolsa de Nueva York, en permanente alza hasta entonces, se derrumbó
súbitamente, iniciandose la peor crisis de la historia.
Esta pasó a Europa para seguir luego al resto del mundo. Cayo así el gabinete encabezado por Montero, quien
manifestó que sun renuncia.
Frente a la alternativa de una guerra civil o de renunciar el presidente Ibañez optó por este último camino y el
26 de julio de 1931 entregó el poder al presidente del Senado, Pedro Opaso Letelier. En la madrugada del 27
de julio el general Carlos Ibañez se dirigió en automóvil a Los Andes para seguir al exilio en Argentina. Lo
acompañaba su esposa Graciela Letelier, la cual regresaría a Chile para el nacimiento de sus hijas Nieves y
Gloria.
Ibañez las conocería años después al volver al país, pues sus cuatros hijos permanecieron en Chile con su
abuela materna, Margarita Velasco.
Triunfa golpe militar pro−retorno de Alessamdri
El desarrollo de los acontecimientos permitió que la vigorosa personalidad del teniente coronel Carlos Ibáñez
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acaudillara el descontento del ejercito. Con decisión y energía, organizo el golpe de estado y así, al atardecer
del 23 de enero de 1925, la escuela de caballería a su mando, dos escuadrones del regimiento cazadores y dos
compañías del pudeto se apoderaron de la moneda y apresaron a los integrantes del gobierno, con excepción
del general Bennett , que se encontraba ausente, al parecer alertado por los propios complotadores , que lo
tenían en alta estima.
Una nueva junta de gobierno integrada por los generales Pedro Pablo Dartnell y Juan Emiliano Ortiz Vega
asumió el poder y envió un telegrama Alessandri solicitándole su regreso. Carlos Ibáñez, como jefe del comité
revolucionario , se sumó a ese llamado . La reacción de la Marina hizo temer por unos momentos un
enfrentamiento entre ella y el ejército, pero una gestión mediadora de Agustín Edwards Mc Clure logro un
acuerdo que llevo al poder , el 27 de enero de 1925 , ala junta de gobierno presidida por Emiliano Bello
Codecido e integrada por el general Pedro Pablo Darntell y el almirante Carlos A.Ward. Dos días después
juraba el nuevo gabinete, que encabezó Armando Jaramillo como ministro del interior y del que formó parte el
teniente coronel Carlos Ibáñez como ministro de guerra y marina, convertido ya en una de las figuras
protagónicas del quehacer político nacional.
El 20 de marzo de 1925 Arturo Alessandri Palma reasumió la presidencia de la republica, manteniendo a
todos los ministros del anterior gabinete. El ministro de guerra, Carlos Ibáñez quedó así representando la voz
y el apoyo del ejército en el gobierno .
Disuelto el congreso, Alessandri gobernó mediante decretos de leyes, al igual que las juntas que precedieron,
contando en todo momento con colaboración y apoyo del ya coronel Carlos Ibáñez. Fue así como a éste le
correspondió ser uno de los suscriptores de la promulgación, el 18 de septiembre de 1925, de la nueva
constitución política aprobada en plebiscito, que significo el termino del régimen parlamentario y su
sustitución por el, presidencial .
Ruptura de Alessandri con Ibáñez
Las elecciones presidenciales para elegir al sucesor de Alessandri debían realizarse el 24 de octubre de 1925.
Sin embargo, los acontecimientos del ultimo año y medio habían creado un ambiente de desinterés e
inactividad de los partidos políticos , al punto que a fines de septiembre no se perfilaba con claridad
candidatura presidencial alguna. Sólo existía la sugerencia del primer mandatario a los partidos políticos que,
en lo posible, se designara un candidato unció, asegurándoles la más absoluta presidencia electoral del
gobierno .Ello no obstaba que Aessandri tuviera su candidato , su amigo y ministro del interior , Armando
Jaramillo Valderrama, la cual no logró prosperar debido, en parte, a que el partido radical proclamó la
candidatura de Armando Quezada Acharán . Por otra parte, un grupo de personas ofreció la candidatura
presidencial al ministro de guerra, coronel Carlos Ibáñez, quien la aceptó públicamente .
Ante esta situación Alessandri solicitó a Ibáñez la renuncia a su cargo de ministro de estado, para que su
postulación no tuviera carácter oficial , solicitud que aceptó manifestando al presidente que se retiraría del
ministerio . Sin embargo, al día siguiente echó pie atrás declarando que no encontraba incompatibilidad entre
su postulación y el cargo de ministro que desempeñaba, actitud que provocó la renuncia del resto del gabinete.
Luego Ibáñez, en carta pública aparecida en la prensa del 1º de octubre, mantuvo su posición diciendo que "
no fundándose dicha incompatibilidad en preceptos constitucionales ni legales, ella no puede, no podrá
fundarse jamás, en reparos de índole moral, por cuanto mi tradición de hombre honrado y la pureza cívica con
que he creído revestir mis actos me capacitan para mantener simultáneamente, en plena paz con mi
conciencia, mi condición de ministro de la cartera de guerra y de candidato, por más que esta dualidad no
tenga cabida en las mentalidades propias del profecionalismo político".
Terminaba que no abandonaría su cargo " ante la necesidad de defender el orden publico, la unidad entre las
filas y la pureza de la revolución, para poder cumplir así , hasta el fin, el programa que tiene comprometido el
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honor de las Fuerzas Armadas".
Y la carta tenía un agregado, que no aparecía en la publicación en la prensa, en el que Ibáñez manifestaba que
siendo el único ministro en ejercicio por haber por haber renunciado los demás, toda actuación del presidente
de la republica requería su firma.
Ibáñez contaba con el sólido y disciplinado respaldo militar y, además, con un amplio apoyo político.
Alessandri, a pocos días del termino de su mandato, vio claramente que debía optar por someterse a la
voluntad de su ministro de guerra o abandonar el poder. Una vez más optó por este ultimo camino. Así, tras
designar como ministro del interior a Luis Barros Borgoño, renuncio a su cargo, el que asumió aquel el 1º de
octubre como vicepresidente de la republica .
Gobierno de Carlos Ibáñez Del Campo
1952− 1958
(Segunda administración)
La "Revolución Pacífica" de Ibáñez
La victoria de Ibáñez del 4 de septiembre fué un hecho sin precedente en la historia electoral chilena. El
ibañismo arrasa en los comicios electorales con la esperanza de que la victoria de su lider inicie un nuevo
período en el cual no tengan lugar la deshonestidad administrativa, la incapacidad y la especulación.
El mismo Ibáñez mira esta elección con unn espíritu revindicativo: terminar con la imagen del dictador y
realizar un gobierno absolutamente legal, apegado estrictamente a los marcos constitucionales.
Sin embargo, esta Revolución Pacífica, como es bautizada la llegada de Ibáñez al poder, es solo un volador de
luces.
En menos de seis meses de gobierno, de la euforia inicial no queda nada. Si mucho desencanto tanto entre sus
colaboradores más directos, muchos de los cuales terminan por abandonarlo, como entre un sector de la
población que creyó en una a la solución a la inflación, en una mayor justicia distributiva, en mejores
condiciones de trabajo, etc.
La heterogénea base política que lleva a Ibáñez al poder es la principal responsable del hundimiento del
ibañismo y, en definitiva, de su extinción.
El mismo Ibáñez, cuya figura es la única fuerza del movimiento, no es capaz de darle unidad ni contenido
político a esta gama de posturas políticas y tan disímiles que, habiendo cometido con su lider "barrer" con la
corrupción política, va a caer en vicios similares, si no peores.
Proclamación del Congreso Pleno y asunción del mando.
El 24 de octubre, Ibáñez es proclamado Presidente de la República por el Congreso Pleno. 132 votos le dan la
preferencia, en tanto que Arturo Matte obtiene 12, y 30 parlamentarios votan en blanco.
El 19 de octubre,el cardenal, Arzobispo Monseñor José María Caro, oficia una misa en la que pide
especialmente por el nuevo gobierno. El 4 de noviembre, Ibánez asume el mando en medio de todas las
celebraciones y ceremonias habituales.
Asisten delegaciones de 49 países, entre los que se encuentran ministros de estado, vicepresidentes,
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cancilleres y un personaje que va a acaparar el interés de la concurrencia: Eleanor Roosevelt, viuda del
presidente Franklin Délano Roosevelt.
La organización del primer gabinete.
La organización ministerial constituye una de las caracteristicas más visibles de la segunda administración de
Ibáñez y es la que provoca las más diversas críticas entre partidarios y opositores.
Habiendo asegurado ya su influencia en doce ministerios, promueve, además, múltiples movimientos internos
de gabinete que le serán favorables.
En el primer gabinete, que demora en constituirse, aparecen connotados hombres públicos como Juan Bautista
Rossetti que se hace cargo del Ministerio del Interior, Arturo Olavarría, el generalísimo de la campaña, se
hace cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La designación del ministerio de Defenza Nacional es tal vez la que causa mayores problemas. Después de
haber barajado varios nombres, es designado en el cargo el coronel Abdón Parra, sindicado como jefe de la
sociedad secreta "Los Pumas", grupo de oficiales que se organiza para defender el triunfo del general Ibánez
en las elecciones presidenciales. La designación del oficial causa un profundo malestar en el círculo de
generales, que considera el hecho como un atropello a la jerarquía militar.
La subida del coronel al primer rango en el escalafón significa el retiro de 24 generales. L aconstitución de
este primer gabinete va a marcar la tendencia de lo que va a ser la situación a futuro, frecuentemente marcada
por la imprevisibilidad, frivolidad e improvisación, según lo señalan dos de los más cercanos colaboradores de
Ibáñez, Arturo Olavarría y Ernesto Wurt, su Intendente de Palacio.
El gabinete tardíamente constituido, se reúne con Ibáñez sólo un día antes de la trasmisión del mando.
Olavarria describe el momento:
"A las siete en punto hizo su entrade al salón el general Ibáñez... Después de saludarnos con mucha cortesía,
nos ofreció asiento.
"Todos quedamos, entonces, en suspenso esperando los planteamientos que nos haría sobre los diversos
problemas de interés público que agitaban a la opinión, como ser la inflación, el cambio de la política
internacional, la reorganización administrativa.
"Pero, con el estupor que ha de suponerse, tomamos nota del objeto de la covocatoria, que no era otro que el
de indicarnos los sitios que debíamos ocupar el día siguiente en las carrozas de gala y la clase de vestimenta
que usaríamos en las diversas ceremonias de la trasmisión del mando.
"El señor Cubillos (Jefe de Protocolo de la Cancillería), con gran solemnidad, hizo entonces una disertación
sobre tan importante tema, al término de la cual entró un mozo que llevaba una bandeja con vasos para que
bebiéramos un trago de whisky en compañia del salvador del pais, el "general de la esperanza". Y eso fué
todo.
"Me retiré pensativo de la casa del Presidente, un tanto advertido de lo que le esperaba a la República y a los
450.000 ciudadanos que habíamos votado y trabajado por el señor Ibáñez".
En el servicio diplomático es donde se registra un mayor número de cambios de funcionarios, medida que
obedece una lmipieza de opositores políticos. Dichos cargos, al quedar vacantes, son los más solicitados entre
los miembros de la corriente política dominante. La cantidad de gente que solicita audiencias para pedir
favores y "puestos" es enorme, y es necesario disponer de un secretario especial y una visitadora social para
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atender los requerimientos.
La elección complementaria de senador para Santiago.
En enero de 1953, a dos meses de la trasmisión del mando, se produce una elección para llenar la vacante
dejada por Ibáñez en la senaturía por Santiago. Los candidatos son Germán Domínguez por la derecha,
Humberto Mewes por la izquierda y, por el ibañismo, María de la Cruz.
El triunfo del ibañismo es absoluto, María de la Cruz obtiene 107.585 votos sobre un total de 210.802.
Las relaciones con la Argentina de Perón.
En su larga carrera política, Ibáñez aparece vinculado estrechamente a la Argentina. De hecho, pasa allí sus
dos destierros, después de su caída en 1931− el primer destierro − y en 1939, después del fracasado complot
del general Ariosto Herrera, durante el gobierno del Presidente Aguirre.
Las relaciones con el vecino país se tornan un tanto frías durante la administración de González Videla, de ahí
el deseo de Ibáñez, al asumir, de estrechar vínculos entre las dos naciones. A esto se úne la amistad que tiene
con Juan Domingo Perón. Designado embajador en Buenos Aires don Conrado Ríos Gallardo, le corresponde,
entre otras misiones, la de gestionar un vínculo aduanero entre ambos países y extender una invitación al
Presidente Perón para visitar Chile.
El día 20 de febrero de 1953 llega Perón a la estación central. El recibimiento es multitudinario en todo el
país. Luego de visitar Santiago y Valparaíso se diríge en tren a Concepción, ( después de un acccidente aéreo,
Perón jura no utilizar más ese medio). En esa localidad, el interés del mandatario argentino se centra en la
visita a la usina de Huachipato.
"Nosotros necesitamos del acero de Uds. y ustedes necesitan de nuestra carne, por la cual tenemos
forzosamente que intercambiar esos productos. Pero ni ustedes, ni nosotros podemos vivir eternamente
sometidos a esta interdependencia.
Los argentinos tenemos el deber de producir un día todo el acero que necesitamos y los chilenos toda la carne
que ahora les falta" (Palabras de Perón a Olavarría, según versión de este último).
Resultado de esta visita de una semana del gobernante trasandino es la firma de un tratado de unión
económica entre los dos países. Círculos opositores no vencon buenos ojos este acercamiento, debido a que
Perón y el movimiento justicialista representan una clara intención geopolítica de dominio.
La visita del Presidente argentino es correspondida en el mes de julio por el Presidente Ibáñez. En esta
ocasión, los dos Jefes de Estado suscriben un segundo documento destinado a consolidar la unión económica
entre ambas naciones.
Ni las aprehensiones frente al expansionismo justicialista, ni los supuestos beneficios de la unión económica,
logran hacerse realidad.
Las elecciones parlamentarias de marzo de 1953.
En marzo de 1953, el gobierno recientemente elegido tiene que pasar por la segunda prueba importamnte de
todo gobierno: conseguir las mayorías parlamentarias que le permitan desarrollar el plan de gobierno.
La inhabilitación de María de la Cruz.
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Doña María de la Cruz Toledo es la primera mujer que llega al Parlamento, después de la reforma
constitucional de Gabriel González Videla, que otorga plena habilidad política a la mujeres.
Factor fundamental en la victoria de Carlos Ibáñez del Campo,es elegida senadora por Santiago con una de las
votaciones más altas de la historia para ocupar el cargo que deja vacante Ibáñez. Sin embargo, su carrera
parlamentaria es cortísima.
Ingresada el 13 de febrero de1953 al Senado, el 4 de agosto del mismo año debe dejar su cargo ante la
inhabilitación aprobada por el Senado. Esta es solicitada en el mes de junio por cuatro señoras, entre las cuales
se encuentra la escritora Matilde Ladrón de Guevara. Los motivos aducidos son, en primer término, la
vinculación de la senadora en la venta de una partida de relojes para los trabajadores de la Empresa de
Ferrocarriles del Estado.
Se le acusa también −según la misma afectada− de querer incrementar el juego y el vicio, por un proyecto
suyo de autorizar la instalación de un Casino en la Termas de Colina.
El 29 de junio, en un intervención en el Senado, la parlamentaria se refiere al hecho: "Quieren eliminarme
porque soy justicialista en mis ideales y ellas (las acusadoras) consideran que hay que definirse entre el
régimen capitalista o el comunismo−marxista; ellas no admiten la tercera posición, en la cual estoy. ¿Quién
las guía y las inspira? ¿Quién las dirige?. No lo sé. Hay otras personas que creen saberlo, porque ellas mismas
han hablado, al parecer, más de lo conveniente. Pero la consigna de ellas es impedir que los ideales del
justicialismo se propalen, y yo los propalo y mi voz es voz del pueblo, voz de angustia, voz de desamparo y de
miseria, es voz de madre y, por consiguiente, es voz que recláma porvenir para los hijos. El justicialismo
reclama una tercera posición, en que actúe directamente el pueblo en la dictación de la ley y la administración
del Estado, sin atacar el sistema capitalista, pero involucrando en él a los eternamente postergados y
marginados; no puede ser marxista esta tercera posición, porque el socialismo de Estado es el capitalismo de
un grupo de hombres que gobiernan a su arbitrio y que, si son buenos, lo harán mal. La tercera posición
entraña el gobierno de todas las fuerzas productoras y consumidoras, no en razón de ideas políticas o
religiosas, sino en razón de actividades de trabajo productor..."
En la sesión secreta del 4 de agosto de 1953, 17 senadores votan por la inhabilitación de la senadora de la
Cruz, mientra que 14 la rechazan. Debiendo repetirse la votación, 18 votos apoyan la inhabilitación, 16 la
rechazan y hay tres abstenciones que se suman a la mayoría.
(Diario las ultimas noticias, 17 de diciembre de 1992).
Bajo un lema "Un Parlamento para Ibáñez" se inicia la campaña electoral. Lamentablemente para las fuerzas
ibañistas, la euforia inicial del triunfo no les permite una real evaluación del momento político, llegando a
atribuir la victoria a la fuerza y acción de los distintos grupos y grupúsculos que conforman al movimiento y
no a la figura carismática de su lider.
Sobredimensionado sus fuerzas y dejándose arrastra por incontenibles ambiciones, los distintos grupos
políticos del ibañismo creen poder enfrentar con éxito solos la contienda electoral. Sin éxito alguno, el
Presidente realiza grandes esfuerzos por lograr la unidad de todas las fuerzas y llegar a una lista única.
Los partidarios creen lograr la mayoría deseada incluso presentándose separados. Esta actitud, además del
error político que genera, revela la fragilidad de un conglomerado político tan heterogéneo, de intereses
diversos y sin una doctrina que los unifique.
El ibañismo llega a la elecciones parlamentarias dividido en tres fuerzas: La Alianza Nacional del Pueblo
(Partidos Agrario Laborista, Socialista Popular, Democraticos del Pueblo, Radical Doctrinario y Femenino
Progresista); la Federación Nacional de Fuerzas Ibañistas (Movimiento Nacional Ibañista, la Unión Nacional
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de Independientes, la Unión Nacional de Asalariados, el Partido Femenino Chileno, el Democrátoco
Doctrinario y el Nacional Cristiano); y el Movimiento Nacional del Pueblo.
A diferencia de las elecciones presidenciales, las elecciones de marzo representaron una gran derrota para el
ibañismo y un presagio de lo que sería la suerte del movimiento en el futuro. Por ahora, el ibañismo no
consigue controlar ninguna de las 2 cámaras.
A esta derrota se viene a sumar pronto otra. Antes de finalizar el año, el Senado, haciendo uso de sus
prerrogativas políticas, inhabilita a la senadora por Santiago María de la Cruz. Para llenar esta nueva vacante
en el parlamento, el movimiento ibañista vuelve a caer en el mismo error de las elecciones de marzo.
Presentan sus fuerzas divididas en 4 candidatos, en tanto que la oposición presenta uno sólo. El resultado es
previsible para todos menos para los ibañstas.
Tricit, triunfa con 102.760, votos contra los 108.230 que obtienen los ibañistas repartidos en cuatro
candidatos.
Afines de 1953 la base política del ibañismo aparece deteriorada. Muchos de sus partidarios se han cambiado
de bando. El partido Socialista, después de su XV° Congreso, se transforma en oposición, acusando al
gobierno por no haber cumplido sus promesas. El presidente se encuentra prácticamente aislado; sólo cuenta
con el partido Agrario Laborista como fuerza política importante de apoyo.
Se agudiza el problema social y sindical(1954)
A partir de 1954 la presión gremial adquiere una fuerza mayor gracias a su nueva estructura y organización.
Antes de las elecciones parlamentarias de marzo del 52, se reúnen mas de 2.000 delegados de mas de 900
organizaciones de trabajadores del país en un Congreso, a partir del cual se constituye la nueva Central Unica
de Trabajadores −CUT− cuyo presidente era Clotario Blest.
La difícil situación económica, con una inflación que superaba el 70% en el año 1953, y las presiones de los
gremios, provocan un "endurecimiento" por parte del gobierno. En un acto de 1954, el presidente de la CUT,
Clotario Blest se expresa en duros términos en contra del gobierno:
"Camaradas, el panorama del país es demasiado trágico; hombres ineptos e irresponsables nos han llevado a
esta situación...Los traidores, aquellos que venden a la patria, están en La Moneda: El Presidente y sus
Ministros". Una orden de detención del dirigente provoca un paro general y nacional de solidaridad. La CUT
comienza su larga historia de movilización con un rotundo éxito.
El gobierno ha recurrido a una política de expansión del gasto público, que provoca de inmediato una presión
inflacionaria. Los aumentos de sueldo y salarios se financian con emisiones.
La baja del precio del cobre obliga a un endeudamiento fiscal con el Banco Central. El año 1954 contabiliza
un total de 231 huelgas.
En busca de una nueva plataforma política
El mes de mayo Ibánez llama a La Moneda al senador falangista Eduardo Frei para tratar una eventual
colaboración de su partido con el gobierno. Fruto de las conversaciones es un plan, centrado en 5 aspectos
fundamentales, con el que se trata de responder a la crítica situación por la que atraviesa el país:
1. Reducción de la inflación a través de la reducción de gastos externos y la supresión de consumos
superfluos.
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2. Reducción de gastos públicos para lograr un equilibrio presupuestario.
3. Plan previsional para uniformar las jubilaciones, estableciendo un tope de altas rentas.
4. Aplicación de una nueva política crediticia.
5. Plan de fomento a la producción agrícola nacional.
Más tarde, en otras conversaciones, se habla ya de un gabinete de independientes y técnicos, en la cual Frei
desempeñará a la Cartera de Hacienda y Minas, y Radomiro Tomic la de relaciones exteriores. Sin embargo,
las conversaciones no llegan a cristalizar en un acuerdo. Muchas personas cercanas a Ibáñez están interesadas
en la buscada cooperación falangista no prospere.
Hay justificados temores a las medidas de austeridad propuestas. Finalmente, el peso del Partido Agrario
Laborista(*), hacen fracasar la gestión de Frei, aduciendo que la vacancia senatorial dejada por Frei va a ser
ocupada por Gabriel González Videla, pertinaz enemigo del Ibañismo.
Fracasada la llamada "gestión Frei", Ibáñez organiza un nuevo gabinete, en la cual la figura fundamental va a
ser el ministro de Hacienda, el estanquero Jorge Prat(quien el 1947 fundó la revista Estanquero, de corte
nacionalista), presidente del recientemente creado Banco del Estado.
Como ministro del Interior queda el general ( R ) Abdón Parra. Aunque algunos signos positivos conceden
una esperanza al nuevo gabinete la situación general del país sigue siendo preocupante y difícil para el
gobierno.
Junto a la proliferación del movimiento huelguístico, el país registra un gran número de actos de sabotaje en
Industrias, como lo demuestra el ministro de Interior, que asume en noviembre de ese año. Todos esos actos
llevan al gobierno a decretar el Estado de Sitio.
El Proyecto de Reforma Constitucional
Ibáñez asume su gobierno con el firme propósito de ceñirse a los moldes constitucionales. Sin embargo, en el
curso de sus primeros años de gobierno, los grandes obstáculos que encuentra, son atribuidos por el
mandatario a la acción parlamentaria y a la Contraloría General de la República, limitaciones que trata de
solayar a través de la utilización de lo que, en la jerga político−constitucional chilena, comienza a
denominarse "requicios legales" y de los decretos de insistencia, vulnerando la acción fiscalizadora de la
Contraloría.
Esta situación lleva a que grupos de gobierno, que cuenten con la simpatía de Ibáñez, abriguen la idea de
clausura del Congreso como solución posible.
Aunque tal idea cuenta con la enérgica oposición del embajador Conrado Ríos y del yerno del presidente,
Osvaldo Koch, entre otras personas que logran desechar la aventura, el proyecto de una salida dictatorial no es
del todo abandonado por Ibáñez, como lo demuestra su entendimiento con miembros del movimiento secreto
denominado Línea Recta.
Como una manera de resolver las trabas salidas al paso de su gestión gubernativa, Ibánez ensaya la vía
constitucional de la reforma a la carta fundamental.
Afines de Julio de 1954 dicta un decreto que crea una Comisión Consultiva encargada de estudiar una reforma
constitucional. El objetivo de las reformas es reforzar la acción del Ejecutivo frente al Congreso y la
Contraloría General. Junto con ésa, se contemplan medidas como la supresión de las Consejerías
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Parlamentarias e impedimentos para que el Senado deje de intervenir en el nombramiento de embajadores,
ministros diplomáticos, oficiales superiores del Ejército, así como en la Armada y la destitución de los
empleados jefes de oficina. Se contempla, además, entre otras medidas, la promulgación de un Estatuto de
Partidos Políticos con el propósito de regular su acción.
La comisión trabaja durante 3 meses, al cabo de los cuales queda redactando el respectivo proyecto de ley. Sin
embargo, el interés del Presidente va disminuyendo, y el anuncio que hace al Congreso Pleno, en su mensaje
de inicio de la Legislatura Ordinaria de 1955, no llega a materializarse. Solamente en 1958, en vísperas de las
elecciones presidenciales, una nueva mayoría parlamentaria vuelve a tomar cartas en el asunto.
Durante la discusión del Proyecto, el gobierno se empeña en una fuerte campaña de desprestigio contra el
Congreso.
La "Línea Recta" A un paso de la subversión
Hacia fines de 1954, un grupo de oficiales del Ejército y de la aviación forman una asociación secreta
denominada "Línea Recta", entra cuyos cabecillas se encuentran el comandante de la Fuerza Aérea Óscar
Squella, Y el mayor de Ejército Homero Ibáñez. El gran objetivo de esta asociación, según afirma el coronel
Würth, es demostrar la férrea unión de las Fuerzas Armadas en torno al general Presidente. Ibáñez, al tanto del
movimiento, mantiene un estrecho contacto con él. Uno de los personajes que sirve de nexo es el conocido
protagonista del Complot de Colliguay, Federico Giempza.
Como resultado de la reunión anual de la Junta Calificadora de Oficiales de 1954, siete miembros del
movimiento son llamados a retiro. La mediación de Giempza ante el Presidente logra su restitución más
adelante.
Ibáñez decide invitar a los oficiales a un té en su domicilio particular de la calle Dublé Almeyda, el 25 de
Febrero de 1955. En la reunión se lee un manifiesto, el cual suscribe Ibáñez, también se hace una crítica al
Alto Mando. Enterando éste más tarde de la reunión hecha sin su conocimiento y autorización, teniendo
presente que los comensales eran miembros subalternos, decide tomar medidas disciplinarias. El ministro de
Defensa, Tobías Barros, lo impide, restando importancia al hecho, ante lo cual el general en jefe del Ejército,
Enrique Franco, y el comandante de la división de Santiago, Óscar Herrera Jarpa, presentan sus renuncias.
Según relata Olavarría en sus memorias, un error del general Ramón Salinas Figueroa, Director de la Escuela
Militar, que recibe la misión por parte de Ibáñez de colocarse a la cabeza del grupo para su control, permite el
descubrimiento del movimiento. Al tratar de comprometer a altos oficiales con lo objetivos "más secretos del
movimiento", éstos denuncian el hecho.
La situación termina en un sumario, y luego en un proceso militar, cuyos resultados marcan el fin de la carrera
militar de los oficiales implicados. Mientras tanto, Ibáñez −que no aparee involucrado en el movimiento−
logra salir indemne de aventura extraconstitucional.
Nuevos cambios ministeriales
A comienzos de Noviembre de 1954, Arturo Olavarría, que había sido destituido por Ibáñez y luego
designado en la Comisión Consultiva, es llamado a La Moneda. El motivo de la llamada es el descontento del
Presidente con la actuación del ministro del Interior, el general Parra.
El procedimiento utilizado para su destitución, descrito por Olavarría, es un ejemplo que ilustra muy bien al
habitual modo de proceder de Ibáñez, que afecta en varias ocasiones al propio Olavarría, hasta su salida
definitiva del gobierno:
"Se le había indicado al señor Koch que renunciara al Ministerio de la Justicia y éste, haciéndolo en el acto,
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insinuó a sus colegas que, de acuerdo con la costumbre, dejaran en libertad de acción al Presidente. Todos los
ministros renunciaron en seguida y el Presidente les rechazó su dimisión, excepto al general Parra, que era la
víctima propiciatoria. Don Osvaldo Koch hizo, entonces un remedo de insistir en su renuncia, pero, por último
se quedó muy campante en el Gabinete. En lugar de farsa, ¿ qué habría costado decirle francamente al general
Parra que sus servicios ya no eran necesarios y que se le agradecían? ¡Misterios de la insondable naturaleza
del general Ibáñez!".
En su reemplazo, Ibáñez coloca a Olavarría en el Ministerio del Interior, con la misión de obtener del
Congreso, pese a la fuerza de su argumentación, no logra los objetivos esperados. El Estado de Sitio, sino que
se hace necesaria una ley.
Esta doctrina, obviamente, favorece al gobierno, puesto que una ley puede ser vetada por el Ejecutivo y el
Parlamento carece de la mayoría necesaria para insistir. El conflicto provoca, finalmente, una crisis de
gabinete, contándole a Olavarría un nuevo abandono de la carrera ministerial.
A comienzos de enero de 1955 está listo el nuevo gabinete, formando esta vez sobre la base del partido
fundamental: El Agrario Laborismo(**). Seis miembros del partido ocuparon carteras ministeriales, más de
militares en servicio activo y cinco independientes.
El bi−Ministro Herrera Palacios y Misión Klein Sacks
La situación económica general de Chile durante 1955 sigue teniendo como mortal enemigo a la inflación. El
costo de la vida, que ha sobrepasado el 80%, causa estragos en los presupuestos familiares, que no alcanzan a
recuperar su poder adquisitivo con los insuficientes reajustes. El gobierno decide ocuparse a fondo del
problema contratando a un misión técnica norteamericana denominada Klein−Sacks.
La misión se contrata a mediados de año, coincidiendo con la llegada al Ministerio de Hacienda y,
posteriormente, al de Economía−sirviendo a ambos simultáneamente− el ex mayor Oscar Herrera Palacios.
Durante su gestión ministerial, que va a durar un año aproximadamente, se produce una tregua política. Los
partidarios de derecha, viendo con buenos ojos los proyectos de lucha antiinflacionaria, deciden prestar su
colaboración al gobierno. La política iniciada por el bi−Ministro Herrera, con la asesoría técnica de la misión
norteamericana, implica una estabilización de precios y salarios, dando comienzo a un período llamado de
sacrificios compartidos".
Pese a todo, los resultados no son los esperados y el pueblo no siente los efectos. La agitación aumenta.
El gobierno ha decretado un nuevo estado de Sitio y el movimiento sindical, a través de la CUT, convoca a un
paro general. El paro se realiza en enero de 1956 y su magnitud impresiona al gobierno que, a través de un
mediador y bajo la promesa de no tomar ninguna represalia, induce a los dirigentes de la CUT a deponer el
paro. Sin embargo, Ibáñez no cumple y ordena el arresto de los dirigentes obreros y empleados y la relegación
de muchos, provocando el ocultamiento de otros tantos. El impacto para el movimiento sindical chileno es
grande.
Víctima de estos virajes imprevisibles del Presidente Ibáñez, Herrea Palacios es destituido en agosto de 1956,
y se desencadena nuevamente en el país una espiral inflacionista, con el consiguiente malestar popular y
pérdida de las esferas de gobierno.
Las elecciones parlamentarias de marzo de 1957: golpe de gracia al ibañismo
Las elecciones de marzo de 1957, convocadas para renovar el Congreso Nacional, encuentran en una evidente
mala posición a las fuerzas de gobierno. En una encuesta realizada en Santiago, en septiembre del mismo año,
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por el instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad de Chile, la mayor parte de la población, un
60% señala que el problema fundamental es el económico, más concretamente, la carestía de la vida. Sobre la
calificación de la situación general del país(buena, regular o mala) un 60% estima que es mala. El principal
puntal del gobierno, el Partido.....
(*)Partido Agrario:
Fundado en Temuco en 1931. Surge como una entidad representativa de los intereses específicos de los
agricultores de la zona sur, adoptando posiciones de centro y un programa de carácter corporativista. En 1934
aspira a extender sus márgenes tratando de incorporar todas las actividades laborales de la región. En el año
1945 se fusiona con la Alianza Popular Libertadora, integrada por el Movimiento Nacional Socialista de
Chile, la Unión Socialista e Ibañistas Independientes, para formar el Partido Agrario Laborista.
(**)Partido Agrario Laborista:
Creado en 1945 como resultado de la fusión del Partido Agrario y de la Alianza Popular Libertadora. Durante
sus 20 años de existencia tiene destacada participación e la vida política del país. En el manifiesto de su
fundación establece como finalidad de su quehacer "lograr el orden público en el país, sobre una base
funcional en la que el trabajo no sólo tuviera obligaciones, sino también derechos cívicos indiscutibles". En el
año 1951 proclama la candidatura presidencial de Carlos Ibáñez del Campo, conformando luego de su triunfo
en los comicios la base, junto a los socialistas, de su primer Gabinete. En 1954 comienza a declinar su
influencia y se produce la primera crisis en su interior que trae la división en dos partidos distintos que
utilizan el mismo nombre. Legalmente, la denominación de Partido Agrario Laborista la mantiene el sector
que se ha declarado contrario al gobierno de Ibáñez, encabezado por el senador Julio von Mühlembrock. En
las elecciones presidenciales de 1958 se producen nuevas divisiones: el sector oficial apoya la candidatura de
Eduardo Frei, en tanto los militares de Cautín y Biobío se incorporan a la de Jorge Alessandri. En 1961 estalla
el quiebre definitivo del conglomerado, ingresando un grupo al Partido Demócrata Cristiano, otro que se
fusiona con el Partido Demócrata Nacional(PADENA), que integra el Frente de Acción Popular y, finalmente,
un tercer grupo que procura mantener la unidad original. En las elecciones parlamentarias de 1965, el Partido
Agrario Laborista deja de tener existencia legal al no conseguir representación en ninguna de las Cámaras.
Los sucesos del 2 de abril
Las sucesivas alzas que viene experimentando el país desde comiensos de año
(diarios, 50%; petrlóleo, 42%; bencina, 33%; electricidad, 25%, etcétera), pese a los anuncios que había hecho
Ibañez en su último discurso de año nuevo, en el sentido de que para 1957 habría "escasas y pequeñas alzas",
éstas se disparan y llegan a un punto culminante con el aumento de las tarifas de la locomoción colectiva, que
se venía reteniendo por el acto electoral de marzo. Esta alza alcanza el 111%. En Santiago los pasajes suben
de siete y diez pesos a quince, siendo esta proporción mayor en Valparaiso.
Los primeros en reaccionar, saliendo a las calles, son los estudiantes de Valparaiso, quienes se acuestan en las
vías, impidiendo el pasos de los vehículos. A ellos de une una multitud de gente que, enardecida, comienza a
destrozar no sólo los faroles del alumbrado público y los bancos de las plazas.
La acción, que deja un saldo de algunos muertos y muchos heridos, no logra ser controlada por las fuerzas de
carabineros, y se hace necesaria la intervención de tropas de desembarco de la marina.
En Santiago sólo se registran algunas manifestaciones estudiantiles en las calles céntricas los dias viernes y
sábado, que son reprimidas por carabineros con una desproporcionada violencia. Luego de un domiengo de
absoluta calma, el lunes 1º de abril, desde la mañana, los estudiantes se vuelcan a las calles y , junto a ellos,
una masa de lumpen. Ocupando varias calles céntricas, comienzan un ataque contra la locomoción y la fuerza
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pública. En medio de esta refriega, en la calle Miraflores, son alcanzados por balas de carabina un estudiante
secundario de 17 años de edad y una estudiante de enfermería, que fallece después en la Asistencia Pública.
El día 2 de abril los estudiantes y una multitud se vuelcan al centro de Santiago, enardecidos por la muerte de
la joven enfermera. Se desencadena una verdadera batalla campal con las fuerzas de carabineros. Estos son
atacados con toda clase de objetos contundentes y repelen el ataque, disparando sus armas de fuego,
produciéndose bajas en ambos lados.
La turba, con una furia desatada, arremete contra todo lo que es posible destruir: las casetas para dirigir el
tránsito son arrancadas y quemadas, los bancos de la Plaza de Armas, los semáforos, los postes del alumbrado
público, etc. Sintiéndose a cubierto entre los estudiantes y el resto de manifestantes, el lumpen y la
delincuencia se lanzan sobre locales comerciales, destruyendo sus defensas y saqueándolos.
Ante la gravedad de los hechos y la importancia de la fuerza pública para controlar la situación, el gobierno
dispone la intervención de efectivos del Ejército y la Fuerza Aérea, quienes ocupan el centro con tanques y
carros blindados. Dirige la operación del jefe de plaza, general Horacio Gamboa. La situación es de esta
manera controlada, aunque los disturbios continúan por algunos días más.
El saldo de los trágicos sucesos del 2 de abril, según cifras oficiales, es de 22 muertos y varios cientos de
heridos. Las cifras extraoficiales, basadas en informes sacados de la Asistencia Pública, hospitales y testigos
presenciales, hablan de más de mil muertos.
El episodio del diario "El Siglo"
Mientras se desarrollan los sucesos del 2 de abril la imprenta Horizonte (donde se imprimen "El Siglo" y la
"Ultima Hora"), es allanada por la fuerza pública y su personal detenido. Poco después, un grupo de sujetos
irrumpe en el recinto, destruyendo muebles y maquinarias.
Una vez restablecido el orden, los afectados y dirigentes de izquierda acuden ante la justicia ordinaria, para
elevar demandas por la violencia y saqueo. Esta se declara incompetente, pasando el asunto a la justicia
militar.
La opinión pública y los afectados suponen la intervención del gobierno en la acción vandálica. Mientras se
instruye el sumario, se descubre, en la residencia del sub comisario de investigaciones, dos máquinas de
escribir de propiedad de la imprenta Horizonte.
Paralelamente, se produce en Santiago la detención de cuatro abogados, sindicados de comunistas y su
posterior relegación. La orden es dada por el ministro de interior, el agrario laborista Roberto Infante.
Informado Ibáñez, quien descansaba en su fundo de Linares, ordena telefónicamente dejar en libertad a los
detenidos.
En una declaración pública, Infante y el presidente de los laboristas afirman haber sido engañados al no
informárseles que los abogados encargados de llevar a cabo el esclarecimiento del asalto a la imprenta
Horizonte. La respuesta viene de inmediato de parte del sub secretario del interior, don Carlos Ferrer Farinol,
el colaborador más leal y abnegado de Ibáñez, quien califica de falsas las afirmaciones del ministro Infante,
agregando: − "El ministro no es un niño y debe y tiene que asumir responsabilidades, pues miente al decir que
fue sorprendido por el Ministro del Interior".
La contienda surgida en el interior del gobierno termina con el regreso de Ibáñez. Este, de acuerdo a su
habitual proceder, solicita la renuncia del subsecretario y luego la de todo el Gabinete, confirmando después a
todos, menos a Roberto Infante, Benjamín Videla, Francisco O'Ryan y Santiago Wilson.
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Esta nueva medida de Ibáñez contribuye a deteriorar aún más la ya desprestigiada imagen del gobierno.
Asuntos vinculados con la próxima campaña electoral hacen que el episodio de la imprenta Horizonte pase a
un segundo plano. Los reclamos de socialistas, por su parte, no tienen ningún resultado.
Fallo de Tribunal Calificador de Elecciones
A raíz de las elecciones parlamentarias de marzo y basándose en las disposiciones de la ley de Defensa
Permanente de la Democracia, cuatro diputados elegidos en esa ocasión son acusados de comunistas. El
tribunal, en su fallo, inhabilita a los cuatro diputados. Ante este hecho, el Frente de Acción Popular, de
reciente información, presenta su enérgica protesta. Como uno de los votos del fallo corresponde al senador
radical Héctor Figueroa Anguita, se produce una ruptura de la izquierda con el Partido Radical, hecho que en
gran parte marca la división de las fuerzas para la elección de septiembre de 1958.
La obra de gobierno
Como ya se ha visto a lo largo del capítulo, todos los grandes objetivos del programa ibañista que motivaron
el apoyo de esa gran masa de electores que lleva a Ibáñez al poder, no logran concretarse y gran parte de los
vicios criticados tan duramente por este durante la campaña, terminan repitiéndose y en muchos casos
magnificándose.
La inflación es, sin duda, el problema fundamental, llegando a sobrepasar el 80% en 1955. Los reajustes
salariales son siempre insuficientes. Por otro lado, el Estado, que cuenta como nunca con un aumento
extraordinario de los impuestos, malversa sus recursos en gastos no acordes con las dificultades económicas
del país ni con la política de austeridad prometida por Ibáñez.
A modo de ejemplo, los gastos de la Presidencia, que en 1953 sumaban un total de 8.660.000 pesos, llegan en
1958 a la cifra de 50.362.140, registrándose un mayor aumento en el rubro alimentación de 3.000.000 a
27.000.000, y en el rubro varios o imprevistos, de 900.000 a 9.280.000 pesos.
Sin duda la segunda administración de Ibáñez no se acerca a su primera gestion ni llena las expectativas de
quienes cifraron sus ilusiones en el "General de la Esperanza". Sin embargo, su labor de gobierno deja una
lista de realizaciones que es importante destacar. Entre otras, tenemos:
· Promulgación de la ley electoral contra el cohecho
· Derogación de la ley de Defensa Permanente de la Democracia.
· Creación de un puerto libre en Arica
· Creación de un puerto libre en Magallanes
· Fundación de Base Antártica Pedro Aguirre Cerda
· Creación del Banco del Estado
· Iniciativa para crear el Banco Interamericano
· Creación de la Empresa Nacional de Fundiciones ( ventanas )
· Creación del Plan de desarrollo agrícola denominado "Plan Chillán"
· Creación del Departamento del Cobre
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· Creación del Instituto DE Seguros DEL Estado
· Creación de la Corporación de la Vivienda ( Corvi )
· Ley de asignación familiar obrera y salario mínimo campesino
· Ley de asignación familiar prenatal
· Fundación de Puerto Williams
El ambiente preelectoral y la campaña presidencial de 1958
Las elecciones parlamentarias de 1957 y los sucesos del 2 de abril significan la tumba definitiva para el
ibañismo y como contrapartida, dividendos políticos para la Falange Nacional y los grupos de izquierda.
La gestión Frei, realizada en 1954, coloca a la Falange, y especialmente a su protagonista, en un primer plano
político. Jaime Castillo, ideólogo del movimiento − refiriéndose al significado de la gestión − expresa:
"El país y el pueblo se sienten movidos por una serie de factores: el prestigio de un hombre, Eduardo Frei, la
homogeneidad del equipo que lo acompaña; la elevación moral de sus planes; la certeza de tratar con hombres
entrenados, que cuidarán los intereses nacionales".
Frei obtiene una nueva victoria con su postulación a senador por Santiago y el subsiguiente triunfo en las
elecciones parlamentarias de 1957.
El último paso se consigue con la fusión de falangistas y conservadores−socialcristianos, imponiéndose de
esta manera la línea de Tomás Reyes, que aceptaba alianzas con cualquier partido, se tratara de izquierda,
centro o derecha. El acta oficial es suscrita el 28 de julio de 1957, y de esta manera nace el Partido
Democratacristiano con un candidato para las futuras elecciones presidenciales: Eduardo Frei.
Dentro de la izquierda se ha experimentado también un proceso de crecimiento. Frente a la candidatura de
Ibáñez y al apoyo que a ésta presta el Partido Socialista Popular, un sector encabezado por Allende, abandona
el partido para reunirse con el antiguo tronco del mismo Partido Socialista de Chile de Bernardo Ibáñez. Este
partido, más el comunismo proscrito, forman el Frente del Pueblo, que propone la candidatura de Salvador
Allende en noviembre de 1951.
El 1953, el Partido Socialista Popular, tras separarse del gobierno de Ibáñez, se acerca al Frente del Pueblo.
Haciendo coalición con sectores del Partido Socialista, estas corrientes políticas forman el Frente de Acción
Popular, FRAP. No obstante el bajo resultado de las últimas elecciones, 1957, significa para el FRAP, y
especialmente para el Partido Socialista, un año de fortalecimiento y unidad.
Durante los trágicos sucesos del 2 de abril, los dirigentes y militantes del movimiento van a tener una
actuación destacada junto a los estudiantes y al pueblo. Muchos van a sufrir prisión y relegación, lo que a los
ojos del electorado significará un indudable respaldo moral.
Finalmente los hechos del 2 de abril muestran al socialismo la necesidad de unidad del movimiento. Es así
como en julio de 1957, cuando se celebra el XVII congreso del Partido, el Partido Socialista de Chile y el
Socialista Popular se unifican en uno solo: el Partido Socialista.
En septiembre de 1957, se produce la convención Nacional del pueblo con motivo de la elección de un
candidato para los comicios presidenciales de 1958. Además del FRAP,que es la fuerza mayoritaria, asisten la
Alianza de Trabajadores, de tendencia ibañista y Radicales doctrinarios.
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CAMPAÑA PRESIDENCIAL
La labor de Frei y el PDC para buscar una amplia base de apoyo comienza con resultados positivos pues
consigue el respaldo de grupos ibañistas que conforman el Partido Nacional y el apoyo del Partido Agrario
Laborista.
Siguiendo la línea de Tomás Reyes, Frei intenta conseguir el apoyo de liberales y conservadores ( a los
primeros hace una petición por escrito a los segundos en forma verbal provocando en los conservadores una
natural molestia)
El directorio del Partido Conservador levanta como respuesta una candidatura de Jorge Alessandri Rodríguez
elegido, igual que Frei senador por Santiago en las elecciones del pasado Marzo.
Después de la decisión conservadora la respuesta liberal es determinante ya que en definitiva es la que
inclinara la balanza hacia uno u otro candidato. Luego de una estrechísima lucha contra el Freísmo que en un
comienzo se perfila como mayoritario y el alessandrismo, el Directorio Liberal elige por dos tercios como su
abanderado presidencial a Jorge Alessandri Rodríguez.
Al alessandrimo se unen otros grupos entre ellos un pequeño sector del agrario laborismo, el
MONAP(movimiento nacional del pueblo), el movimiento Republicano, fracciones democráticas y la fracción
del radicalismo doctrinario que segrego Olivarría al negar el apoyo a Allende.El resto de las fuerzas que
secundan a Alessandri lo constituye una gran masa de independientes.
Por su parte bel Partido Radical proclama candidato al senador por Valparaíso Luis Bossay Leiva, quien
presenta al sector izquierdista del partido. El distanciamiento con el Frente de Acción Popular impide una
eventual unión de fuerzas y una victoria segura de Alessandrismo en las urnas. Es probable incluso que el
sector derechista del radicalismo que ahora encabeza González Videla o por lo menos una parte de él haya
dado su voto a Alessandri.
EL " CURA" DE CATAPILCO
Un quinto candidato viene a cerrar la lista por la presidencia. Se trata de Antonio Zamorano, ex párroco del
pueblito de Catapilco en la provincia de Aconcagua.
Abandonando su labor sacerdotal se dedica a partir de 1956 a la actividad política consiguiendo un respaldo
no despreciable entre los electores de zonas rurales. En las parlamentarias de 1957 es elegido diputado y funda
el partido Unión Nacional Laborista que proclama candidato presidencial.
La prensa de izquierda ataca la candidatura del "Cura de Catapilco", insinuando que su campaña es financiada
por la derecha para restar votos a Allende.
EL CASO KELLY
Antes de que la atención se vuelque por completo hacia el tema electoral se produce en Chile un
acontecimiento que le da a la atmósfera preelectoral un tinte novelesco y que el gobierno le significa un factor
más de dificultades y debilitamiento.
Varios dirigentes peronistas, después de la caída de Perón(septiembre de 1955), encontrándose procesados y
recluidos en una cárcel al sur de argentina, huyen de la prisión hacia Punta Arenas. Jorge Antonio, Guillermo
Patricio Kelly, Hectór Cámpora, John William Cooke, J.I Espejo y José Gomiz, son acusados de delitos
comunes, aunque ellos alegan que su situación corresponde a la de detenidos Políticos.
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El gobierno de Argentina solicita a Chile la extradición y los seis son conducidos a Santiago para ser
sometidos a proceso. El gobierno argentino contrata los servicios del abogado Arturo Alessandri Rodríguez,
en tanto que los reos son defendidos por Carlos Vicuña Fuentes, Raúl Várela, Vicente Monti y Jorge Vicuña
Lacarrigue.
Después de brillantes alegatos entre ambas partes de una resolución en primera instancia de los tribunales, la
corte suprema rechaza la extradición de todos los inculpados, exceptuando la de Kelly.
Mientras los favorecidos con el derecho a asilo son puestos en libertad, se produce una explicación demora en
la tramitación de la extradición de Kelly. En el intertanto se produce lo inesperado. Guillermo Patricio Kelly
se fuga de la penitenciaría de Santiago disfrazado de mujer con la ayuda de la escritora Blanca Luz Brum.
El episodio provoca una gran conmoción en la opinión publica chilena y algunos medios informativos
responsabilizan al gobierno de la fuga.
La cámara de diputados, días después, presenta una acusación constitucional contra los ministros de relaciones
exteriores, Osvaldo Sainte y de justicia Arturo Zuñiga Latorre, responsabilizándolos de negligencia en la
resolución de extradición. La acusación es aprobada en ambas Cámaras y los ministros son destituidos,
concluyendo de esta manera el sonado caso.
LA ELECCION COMPLEMENTERIA PARA DIPUTADO DE MARZO DE 1958:
Un plebiscito
Debido al fallecimiento del joven diputado liberal Fernando Rojas Wolf, se llama a elecciones
complementarias para llenar esta vacante en el tercer distrito de Santiago.
La contienda adquiere una significación especial, por ser una especie de barómetro de la próxima campaña
presidencial. Se presentan cuatro candidatos que son apadrinados por presidenciales de mayor importancia:
Enrique Edwards, apadrinado por Alessandri; Eduardo Simian, por Frei; Juan Briones, por Luis Bossay; y
rene Aravena, por Allende. Efectuadas las elecciones, el resultado de las urnas señala como vencedor al
candidato de la derecha, Enrique Edwards.
Los partidos perdedores se dan cuenta que unidos forman una gran mayoría, que si bien no los mueve a
respaldar un candidato único, por lo menos les permiteenfrentar una serie de reformas en el Congreso,
conducentes a contrarrestar el triunfo de la derecha a impedir la victoria de Alessandri.
De este modo, el 27 de marzo surge el Bloque de Saneamiento Democrático.
LAS REFORMAS ELECTORALES Y LA DEROGACION DE LA LEY MALDITA
Formado el bloque, solamente falla la colaboración del Jefe del Estado, quien, en su calidad de colegislador,
juega un papel fundamental en la presentación y tramitación del proyecto. Es así como se logra la
promulgación de la Ley 12.889 del 31 de marzo de 1958, que establece el uso de una cédula electoral única,
ordena las inscripciones permanentes y el cierre de las secretarias políticas 48 horas entes del acto electoral.
Estas reformas pretenden terminar con el cohecho, que se viene haciendo en cada elección a través del reparto
de cédulas impresas, previamente marcadas por los mismos candidatos, repartidas después entre los electores
con una promesa de recompensa.
El otro logro importante es la derogación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia. La perdida de
vigencia de dicha ley permite la participación del voto comunista en el proceso electoral de septiembre.
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Las reformas señaladas, van a permitir que los últimos meses de la administración de Ibañes transcurran en
una cordial relación entre las fuerzas del FRAP y el gobierno.
El 4 de septiembre, el resultado de las urnas es el siguiente:
− Jorge Alessandri 389.909
− Salvador Allende 356.494
− Eduardo Frei 255.769
− Luis Bossay 192.077
− Antonio Zamorano 41.304
− Abstención 247.552
Después de 20 años de derrotas la derecha llega al poder nuevamente con un candidato propio.
Colegio Concepción
Chillán
Tema: Segundo Gobierno, Vida y Obra de Don Carlos Ibáñez del Campo.
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