LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS II, LIC. ALFREDO EIDELSZTEIN 4ª REUNIÓN – 27/VI/2002 Vamos a seguir el trabajo en torno a la cuestión de la ética en psicoanálisis por la perspectiva, a la que ya dimos más de una vuelta, que consiste –podríamos decir– en que la ética del psicoanálisis es una práctica sostenida en decir que no al individuo. Yo les había propuesto, en términos generales, en este año, que me parecía que mucho del “retorno a Freud” que Lacan propone en psicoanálisis tiene que ver con eso: con recuperar la función de la intersubjetividad asociada íntimamente a la función de la palabra y a la cuestión de la verdad. En el recorrido que se hizo sobre la cuestión, apareció –creo que iluminado por el mismo recorrido– el concepto de “inmixión de sujetos” que Pablo Peusner trabajó en la reunión pasada, a la que yo no he podido asistir. Es el mismo Lacan quien lo propone como concepto al concepto de “inmixión de sujetos”. Voy a proponerles, entonces, tomar la nota filológica de Pablo, sobre el concepto de “inmixión” –publicada en ACHERONTA–, para agregarle dos citas más en donde Lacan utiliza “inmixión” que no están en la lista preparada por Pablo porque hay un problema en la traducción castellana. Sucede que algunas veces se tradujo «immixtion» por el término “inmixión”, y otras veces se lo traduce al castellano con un término que ahora no recuerdo bien. Pero, en francés, Lacan utiliza siempre el mismo término: «inmixion». Con lo cual, tenemos que a un mismo término se lo tradujo al español de distinta forma y, por eso, seguramente se le escaparon a Pablo dos lugares que a mí me parecía importante traerlos porque vuelven a traer el problema de inmixión de sujetos y el concepto de individuo, en psicoanálisis. Especialmente, una de las dos citas que quiero agregar a la lista de Pablo me parece importante porque es, justamente, la introducción del concepto —en el SEMINARIO 2. En la reunión pasada, yo les había anticipé que hoy trabajaríamos con la noción de “intersubjetividad” en todas las veces que aparecía significativamente en la enseñanza de Lacan. De manera que, luego de trabajar estas dos citas sobre inmixión, voy a empezar a trabajar con “intersubjetividad”. Y voy a hacerlo desde el verdadero problema; o sea, tomaré, primero, una cita de Lacan del SEMINARIO XV, en donde él rechaza radicalmente la noción de “intersubjetividad” y, más aún, rechaza que sea eso lo que él dice; rechaza que sea eso lo que él introdujo. Y tomé, especialmente, esta cita del SEMINARIO XV porque dice que se malinterpretó lo que él había dicho en «FUNCIÓN Y CAMPO...», en el discurso de Roma. Entonces, propongo hacer un contrapunto entre el SEMINARIO XV y «FUNCIÓN Y CAMPO...», es decir, no quedarnos con que Lacan dice “¡Yo no dije eso!” sino ir a buscar lo que él dijo y, en todo caso, quedarnos con el problema de lo que está publicado y cómo él –quince años más tarde– relee eso que él dijo. A partir de ahí, voy a proponerles seguir un conjunto de escritos de Lacan de la segunda mitad de la década del ’50, en donde aparece una pluralidad de veces. Y –no sé hasta dónde lleguemos con ese punto hoy– quería recomendarles una bibliografía. Ustedes saben que yo sigo, en este curso, trabajando el problema de la ética tal como ella se presenta para mí, y el recorrido que voy proponiéndoles es exactamente el recorrido que estoy haciendo yo. No es que yo estoy haciendo un recorrido personal en relación con estos problemas, y a Ustedes les esté presentando otro recorrido, por ejemplo, un recorrido que yo hubiese hecho el año pasado; o que me esté reservando algunos problemas para mí, trayéndoles así una doctrina más armonizada. Exactamente los mismos problemas que yo voy encontrando –y que son el impulso para que yo investigue–, eso mismo que es el producto de mi investigación es lo que les voy trayendo, cada vez. Lo que fue presentándoseme como problema es la siguiente cuestión: el olvido de la existencia del concepto de “inmixión” y –si aceptamos decir, como posibilidad discursiva, que existe algo —1— LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS II, LIC. ALFREDO EIDELSZTEIN 4ª REUNIÓN – 27/VI/2002 que pudiera llamarse “lacanismo”– el rechazo sistemático, entre los lacanianos, de la “intersubjetividad”. Si uno revisa el uso que hace Lacan de la noción de “intesubjetividad”, verificará que es enorme y muy extendido –lo utiliza en casi todos sus escritos–, y no para rechazarlo sino para ir, precisamente, a lo que él considera que es la esencia misma del psicoanálisis y al meollo mismo que es la práctica analítica. Con lo cual, el problema para mí es: ¿de dónde proviene tal rechazo, por parte de los lacanianos? ¿Por qué el lacanismo rechaza tan sistemáticamente y tan poco conflictivamente la cuestión de la “intersubjetividad”? Y es así que, buscando y buscando, encontré de dónde es que viene ese rechazo: mi impresión (por lo menos, hasta hoy. Ustedes vieron que soy muy cambiante, que hasta el programa y la bibliografía voy cambiando de vez en vez) es que el rechazo de la “intersubjetividad”, por parte del lacanismo, proviene de la lectura de la «PROPOSICIÓN DEL 9 DE OCTUBRE...». De suerte tal que voy a proponerles hacer de eso nuestra bibliografía, para la próxima reunión. Ahora bien, les advierto que, de la «PROPOSICIÓN...», hay dos versiones. La segunda versión es la que aparece en la revista de la Escuela –una de las tres invenciones que tiene la Escuela de Lacan es la revista– que se llamaba «SCILICET» –que, en latín, quiere decir: «Quiere decir»–, en la que Lacan presentaba artículos firmados por él, en tanto que todos los demás publicaban en forma anónima. En el número 1, del año 1969, aparece la «PROPOSICIÓN DEL 9 DE OCTUBRE DE 1967...», que no es exactamente el mismo texto de su conferencia, de su proposición hablada que dio el 9 de octubre de 1967, en la Escuela. Esa primera versión ha sido publicada en el número 1 de «ORNICAR?». En ese número, encontrarán la primera versión de la «PROPOSICIÓN...», que es la versión hablada. Para aquellos que leen francés, la encontrarán en la biblioteca virtual de la École Lacanienne1. Para la primera versión, Lacan dice que hay que tener en cuenta el Acta de Fundación de la Escuela, el Preámbulo y la Nota Adjunta, que son tres pequeños artículos publicados en el primer anuario de la Escuela. Para el escrito de SCILICET, de 1969, Lacan dice que hay tener como referente «SITUACIÓN DEL PSICOANÁLISIS Y FORMACIÓN DEL PSICOANALISTA EN 1956», uno de sus escritos. A pesar de que yo les propongo la versión de la conferencia – porque ahí es más radical el rechazo, por parte de Lacan, a la “intersubjetividad”–, les propongo tomar, efectivamente, «SITUACIÓN DEL PSICOANÁLISIS...». Pero el texto que nosotros trabajaremos es la «PROPOSICIÓN...». Es éste, entonces, el plan de trabajo para próxima reunión. Retomaremos desde donde lleguemos hoy con el comentario de una cita seleccionada sobre el uso, por parte de Lacan, de “intersubjetividad”; y luego, tomaremos los lugares en donde más radicalmente la rechaza. Porque la propuesta que les hago es de filiación científica: no tomar, para nada, si Lacan lo sostiene o si Lacan lo rechaza, sino qué hay de elaboración entre la afirmación y el rechazo; qué relación guardan la afirmación y el rechazo, y no quedarnos meramente con “Bueno, finalmente, terminó diciendo que no, que la rechaza. Así que, ¿para qué vamos a seguir perdiendo el tiempo? Quedémonos con que la rechazó y, listo” ... Me parece que ésta es la posición que generalmente se ha tomado y, habiendo hecho así, se ha acentuado una tendencia –ya lo dije veinte veces y lo diré una vez más– que es la tendencia al sentido común occidental: al rechazar Lacan la “intersubjetividad”, lo que nos propone es hacer del sujeto un individuo, un “Usted, el sujeto que viene a la consulta”, hacer del individuo un sinónimo del sujeto; es decir, hacer del sujeto –tomando un término acuñado tardíamente por Lacan– un sinónimo de “psicoanalizante”. Y esto es lo que hace todo el mundo. Y ya allí, tienen Ustedes una pista: ¿por qué Lacan no disuelve “«sujeto», una vez que crea y acuña «psicoanalizante»? Y, para nosotros, el sujeto es el psicoanalizante. Y, si lo fuese, habría que dejar de hablar de “sujeto”, ¿para qué seguir sosteniendo, en tal caso, “sujeto”? con lo cual, para Lacan hay «psicoanalista», hay «psicoanalizante», hay «sujeto supuesto saber» (los tres términos mínimos 1 www.ecole-lacanienne.net (links: “Bibliothèque” y “Tout pas-tout Lacan”). —2— LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS II, LIC. ALFREDO EIDELSZTEIN 4ª REUNIÓN – 27/VI/2002 que hay que tener en cuenta) y, además, hay «sujeto». Y «psicoanalizante» y «sujeto» no coinciden. Sobre esa pista les propongo seguir trabajando. Lo que voy a tomar, para comenzar el trabajo sobre “intersubjetividad”, va a ser la clase 17 del SEMINARIO 1. Ustedes saben que ese seminario fue publicado en vida de Lacan. Con lo cual, podríamos suponer que Lacan no estuvo en desacuerdo con el establecimiento del texto, la colocación de los títulos de cada clase y la confección del índice temático, que son un trabajo de Jacques-Alain Miller. Es de suponer que, al menos, Lacan lo habrá hojeado y que se habrá fijado en los títulos, teniendo en consideración lo cuidadoso que él era con la letra. Me imagino que Lacan debe haber leído muy cuidadosamente lo que Jacques-Alain Miller estableció como texto, que al menos, hojeó los títulos que puso a sus clases. Entonces, la clase 17 fue intitulada por Miller «Relación de Objeto y Relación Intersubjetiva». Antes de empezar a trabajar con los escritos en donde Lacan trabaja la intersubjetividad, hoy revisaremos esta clase del SEMINARIO 1, porque es muy interesante el planteo y es la introducción misma de la cuestión de la intersubjetividad en análisis y, como Ustedes ven, no se trata de la introducción ex nihilo, no es que se le ocurre y lo introduce; sino que es una respuesta a algo, está en relación dialéctica con algo que es la relación de objeto. Y es muy interesante que Ustedes tengan en cuenta “relación de objeto” y “relación intersubjetiva” porque justamente cuando Lacan empieza a rechazar francamente la relación intersubjetiva para entender analista-analizante, es cuando empieza a trabajar con el objeto. Empieza a trabajar, por ejemplo, si el analista no está en posición de objeto o si es el analizante quien está en posición de objeto. Con lo cual, aunque parezca mentira, vuelve a la “relación de objeto” que es de lo que él partió por criticar. ¿Observan el movimiento, no? O sea, habiendo sido él quien introdujo, en Psicoanálisis, el concepto de “inmixión de sujetos” y de “intersubjetividad” (para mí el problema inscripto en la cuestión de que él haya introducido en psicoanálisis el concepto de “sujeto”), él termina diciendo –diez o quince años después– que no a la intersubjetividad. Y en la primera clase de un seminario, en la que Lacan introduce la cuestión de la relación intersubjetiva, lo hace criticando el trabajo del matrimonio Balint, en especial, el de Alice, quien trabajó el Primary Love, el amor primario, para sustituir como clave del trabajo en análisis a la relación de objeto; siendo que Lacan termina planteando, francamente, entre analista y analizante, una relación de objeto —si bien, no la relación de objeto tal como está concebida por los Balint en el “amor primario”, pero sí una relación de objeto. Con lo cual, vean Ustedes que se producen bucles increíbles y casi parecería que Lacan anula y borra con el codo todo venía escribiendo con la mano, o bien que hay un problema más sutil que debe ser trabajado. Así que, el recorrido de hoy será introducir estas dos citas de “inmixión de sujetos” –que es el concepto nuevo que produce Lacan, conjuntamente con “sujeto”– y, luego, pasaríamos directamente a esta clase del SEMINARIO 1. Luego, sí, entonces, el SEMINARIO XV, para ver su rechazo frontal, ya no como Freud, que dice: “Debo cambiar mi primera tópica, para pasar a la segunda; debo cambiar esta modalidad de técnica psicoanalítica, para pasar a otra”; sino que Lacan dice que fue mal leído, que para nada él había propuesto la intersubjetividad en «FUNCIÓN Y CAMPO...». Luego de eso, voy a proponerles trabajar con diez, doce o quince párrafos de «Función y Campo...» en los que –en todos ellos– funda la experiencia y la teoría analíticas en la intersubjetividad... De manera que, observen que hay un problema radical. Y me parece que lo mejor es encararlo. Vieron que, en el Seminario 2, hay dos clases sobre la inyección de Irma. Al final de la primera – la segunda se llama «Fin»–, Lacan dice: —3— LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS II, LIC. ALFREDO EIDELSZTEIN 4ª REUNIÓN – 27/VI/2002 «Lo que hace al verdadero valor inconsciente de este sueño, sean cuales fueren los ecos primordiales e infantiles, es la búsqueda del término de la realidad secreta del sueño, la búsqueda de la significación como tal. Es en el medio de todos sus colegas, de ese consensus de la República de aquellos que saben [...] es en el medio de ese caos que se revela a Freud, en el que su doctrina nace, el sentido del sueño, y no hay otro término del sueño que la naturaleza misma de lo simbólico»2. Con lo cual, Lacan dice que se le revela, en ese medio –en lo que se llamó, por ejemplo, la “Viena de fin de siglo”–, a Freud y sólo a él, el valor simbólico del sueño en general, a partir del sueño de la Inyección de Irma (recuerdan Ustedes la “trimetilamina” y del valor de puro símbolo, de interjuego y de combinatoria que eso tiene). «La naturaleza de lo simbólico, yo quiero también introducirlos a Ustedes diciendo, para que les sirva a Ustedes de referencia, los símbolos no tienen jamás más que un valor de símbolos». Es como si fuese una definición: los símbolos no tienen, jamás, más que un valor de símbolos. «Un atravesamiento se produce. Luego de la primera partida, la más cargada, imaginaria, entra en el final del sueño lo que nosotros podríamos llamar la masa [la masa de personas]. Pero no es una masa estructurada como la masa freudiana». No se trata de una masa como la de Freud en «PSICOLOGÍA DE LAS MASAS Y ANÁLISIS DEL YO», no es una masa estructurada. «Es por lo cual quisiera, mejor, introducir otro término que dejaría a vuestra meditación con todos los dobles sentidos que él comporta: la inmixión de sujetos». He aquí la introducción del concepto, que aquí todavía Lacan llama “término” y que después llamará “concepto”. O sea que, para esa masa que entra en el final del sueño, observen lo que hace Lacan: ya lo pone en relación al medio en el cual Freud descubre el sentido del sueño. ¿Entienden por qué este problema, no? Porque luego, Freud tuvo el problema de qué hacer con esa “masa” –el medio psiquiátrico, filosófico, psicológico y académico– para introducir esta idea. O sea, cuando a uno se le revela una verdad, en el mismo momento se le revela –y debo, aquí, anticiparlo–, por el valor intersubjetivo de la verdad. Ustedes habrán vivido eso, ¿no? Siempre que a Ustedes se les reveló algo que, para Ustedes tuvo el valor de revelación de una verdad, habrán notado la necesidad que tienen de contarlo. Porque la verdad tiene esa estofa: es intersubjetiva. ¿Ven el encabalgamiento? En el mismo sueño donde a Freud se le revela el sentido del sueño, Lacan dice que a Freud se le revela el problema que tiene con la masa. ¿Recuerdan quiénes eran esa masa, en el sueño de la Inyección de Irma? Eran médicos, sus colegas. Es como si Freud dijese a sus colegas: “Bueno, ahora sí van a tener que mirar en este agujero que les propongo, que no es el de la garganta de Irma sino el del inconsciente”. Es una interesante interpretación de Lacan. Bien, entonces, lo que propone Lacan como término, en vez de “masa” –aclarando ya que no se trata de la masa en el sentido freudiano de «PSICOGOLOGÍA DE LAS MASAS...»–, es «inmixión de sujetos» (con los dobles sentidos que esto tiene). 2 En ésta y en las siguientes citas, el expositor traduce al español, en forma simultánea a la lectura del texto original en lengua francesa. Así pues, el lector encontrará diferencias con respecto al texto establecido por Jacques-Alain Miller, traducido por Irene Agoff y revisado por Diana Rabinovich (N. del D.). —4— LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS II, LIC. ALFREDO EIDELSZTEIN 4ª REUNIÓN – 27/VI/2002 «Los sujetos entran y se mezclan con las cosas: he aquí el primer sentido». Vieron que él dijo que esto tiene doble sentido. Piensen por qué esto tiene doble sentido. Los sujetos entran y se mezclan con las cosas. ¿Lo entienden? Es como si fuese un decorado y uno dijese que había una mesa, cuatro sillas y tres actores. ¿Están de acuerdo en que, en este caso, los sujetos entran y se mezclan con las cosas? Los sujetos entran y se mezclan con las cosas, podríamos agregar: “en la escena del sueño”. «El otro [sentido] es éste: un fenómeno inconsciente que se desarrolla sobre un plano simbólico como tal descentrado en relación al ego, pasa siempre entre dos sujetos». En realidad, en esa época, para Lacan, eso es una tautología; porque el fenómeno inconsciente se desarrolla en el plano simbólico. «El otro [sentido] es éste: un fenómeno inconsciente que se desarrolla sobre un plano simbólico como tal descentrado en relación al ego, pasa siempre entre dos sujetos. Es desde aquí que la palabra verdadera emerge, mediatriz, y hace dos sujetos muy diferentes de aquellos que estaban antes de la palabra». O sea, cada vez que emerge la palabra, requiere dos sujetos. Pero si emerge la palabra verdadera, hace de los dos sujetos otros dos de lo que eran antes de la emergencia de la palabra verdadera. «Esto quiere decir que ellos no comienzan a estar constituidos como sujetos de la palabra sino a partir del momento en que la palabra existe, y no los hay desde antes». Es decir, hay sujetos a partir de la palabra verdadera, y ésta requiere dos sujetos. Pero por el efecto de la palabra verdadera, esos dos sujetos cambian y produce dos sujetos nuevos. ¿Entienden? Estamos trabajando con al menos cuatro. Y antes de la emergencia de la palabra verdadera, tales sujetos no existían. Punto, ahí termina la clase del 9 de marzo de 1955. Con lo cual, nosotros podríamos concluir que si antes no había sujeto, y sí lo hay a partir de este momento, solamente hay sujeto cuando hay al menos dos (aunque tendríamos ganas de decir, al menos cuatro sujetos). Es por eso que el sujeto adviene, en el sueño, bajo la forma de “inmixión de sujetos”. Ésta es la aparición de «inmixión», en el SEMINARIO 2. Pero la que va a ser increíble, absolutamente increíble, es esta otra cita que les traigo, que es del SEMINARIO 3. Ésta es francamente sorprendente. Es de la clase del SEMINARIO 3, que se llama «El significante como tal no significa nada», la clase 14, una clase fundamental de este seminario porque es donde Lacan desarrolla la noción de “estructura”. Y es la única vez donde Lacan propone que la estructura debe ser entendida como un conjunto co-variante. Es la única vez que la define así. Es una definición importante pero tiene esa propiedad de algunas importantes definiciones de Lacan, de aparecer tan sólo una vez. Éste es uno de esos casos. Define la estructura como un conjunto co-variante, y es la única vez que lo dice. Y es increíble lo del conjunto co-variante porque lo dice en la clase que está fechada el 11 de abril de 1956, cuando “co-variancia” es utilizado por primera vez –según el GRAND ROBERT–, en matemáticas, en el año 1955. Fíjense cuán a la pesca estaba Lacan de ese concepto, que apenas se acuña el término –que es un neologismo matemático–, ya a los pocos meses lo utilizaba y lo incluía en su Seminario. —5— LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS II, LIC. ALFREDO EIDELSZTEIN 4ª REUNIÓN – 27/VI/2002 —6—