Introducción a la micrometeorología de los cultivos Carlos A. Bouzo Indice temático: Control de factores ambientales: Introducción. Protección y forzado. Efecto de la temperatura y la luz sobre las plantas. Barreras rompevientos, barandillas, acolchado, túneles, invernáculos. Detalles constructivos. Calefacción y aplicaciones del riego. 1.1 Radiación solar La radiación emitida por el sol está formada por una serie de vibraciones de naturaleza electromagnética que tienen en común su velocidad de propagación (aprox. 300.000 km/s) y se diferencian en su longitud de onda (Figura 1). La luz y el calor son manifestaciones de la energía transmitida por estas ondas. Desde el punto de vista agronómico la radiación solar resulta de interés por su importancia en la determinación de la tasa fotosintética de los cultivos, de fenómenos fotoperiódicos y fototrópicos y por ser la principal fuente de energía que determina la temperatura de la fitosfera. VISIBLE ULTRAVIOLETA AZUL W . cm-2 4% 0,25 0,30 INFRAROJO ROJO VERDE AMARILLO 44 % 0,40 52 % 0,50 0,7 1,0 2,0 Longitud de onda (micrones) Figura 1: Espectro de radiación solar Esta radiación afecta tanto el crecimiento como el desarrollo de los cultivos. Desde el punto de vista de la fotosíntesis, interesa la radiación fotosintéticamente activa (400 a 700 nm) con máximo en las longitudes de onda del azul y rojo. La intensidad fotosintética de la mayoría de las hojas aumenta con la intensidad de luz, casi linealmente hasta el momento en que comienza la saturación lumínica en que la intensidad fotosintética es independiente la cantidad de luz. Las respuestas fotosintéticas son variables según tipo de planta, concentración de anhídrido carbónico, temperatura de las hojas y estado hídrico del cultivo. En ausencia de factores limitantes tales como déficit de agua o nutrientes por ejemplo, puede esperarse una buena correlación entre la radiación y la fotosíntesis neta. Es conocido 1 que regiones con fuertes insolaciones y temperaturas elevadas ocasionan fuertes pérdidas de agua por evapotranspiración (ET). Bajo estas condiciones una pobre suplencia de agua ocasiona importantes reducciones en el crecimiento. La duración del período diurno (o más apropiadamente, del nocturno) determina respuestas distintas en lo concerniente a la diferenciación de los meristemos de vegetativos a reproductivos según el tipo de respuesta fotoperiódica de la planta y los requerimientos específicos de ciclos inductores. Esto ha determinado que las plantas sean clasificadas según su respuesta a la longitud del día en grandes grupos como plantas de días largos, cortos o insensibles al fotoperíodo. El manejo ambiental en este caso se limita a acortamiento de período nocturno por interrupción de la noche mediante un ciclo breve de luz artificial o el acortamiento del día mediante oscurecimiento con polietileno negro como es el caso del crisantemo. 1.2 Temperatura Existe una clasificación de las plantas en cuanto a sus requerimientos térmicos, en dos grandes grupos: plantas de días fríos y plantas de días cálidos. La temperatura es uno de los factores ecofisiológicos preponderantes del ambiente vegetal. La temperatura del aire que rodea a los cultivos tiene una marcada influencia sobre los fenómenos fisiológicos del crecimiento y desarrollo. La temperatura del suelo por su parte, afecta directamente los procesos del metabolismo que se lleva a cabo a nivel radical. La temperatura del aire siempre resulta de un balance energético y de masa en la fitósfera. La radiación solar sufre cambios en el pasaje a través de la atmósfera tanto en su intensidad como en su composición espectral. En promedio casi un tercio de ésta es reflejada por las nubes hacia el espacio extraterrestre. La atmósfera además absorbe y dispersa una parte de la radiación, de manera que solo cerca de la mitad de la densidad original del flujo de radiación solar finalmente alcanza la fitósfera (Figura 2). Radiación solar (RS) ( < 2 m) Absorción Disipación Radiación de la fitósfera ( > 10 m) (RI) Reflexión de la fitosfera Evapotranspiración (ET) Reflexión desde la atmósfera Calor sensible (H) Radiación difusa Flujo de calor al suelo (G) Figura 2: Balance de energía y materia en la fitósfera, determinante de la temperatura del cultivo. 2 Los requerimientos de temperatura no solo se limitan a la activación de los diferentes sistemas enzimáticos que determinan el crecimiento de los cultivos, sino también las necesidades de frío para la diferenciación de tejidos (vernalización). El manejo ambiental en este caso depende del tipo de cultivo y del producto de interés a cosechar, por ejemplo para el caso del apio, se trata de disminuir el efecto inductores de las bajas temperaturas para la formación de escapo floral. En cuanto a los efectos perjudiciales de las temperaturas extremas sobre las plantas varían con las especies, variedades, estado de desarrollo, condiciones climáticas, estado fitosanitario. Según sea la especie, se mencionan valores de temperaturas letales, umbrales y óptimos. 1. Temperaturas letales. Son las temperaturas más elevadas y más bajas que pueden soportar las plantas. Para muchas plantas superiores el límite letal superior se encuentra alrededor de una temperatura máxima diaria de unos 51°C y el inferior de una mínima de 0°C. Incluso las temperaturas letales pueden variar según el estado fenológico del cultivo, por ejemplo para duraznero, la temperatura letal mínima en cuanto al compromiso sobre la producción depende del estado de desarrollo de la yema floral (Cuadro 1): Cuadro 1: Temperaturas críticas (°C) en duraznero (*) Temp.letal 10 % (*) Temp.letal 90 % ESTADO FENOLOGICO Yema hinchada Plena flor Cuajado - 6.1 - 2.8 - 2.2 - 15 - 4.4 - 3.9 (*) Refiere a temperaturas que destruyeron el 10% y el 90% de las yemas de duraznero cv Elberta luego de 30 minutos de exposición. 2. Temperaturas umbrales. Son aquéllas por encima o por debajo de las cuales el desarrollo de la planta resulta afectado. Los umbrales inferiores varían con las especies y variedades de plantas. Las resistentes al frío (criófilas) pueden soportar temperaturas inferiores a 0°C durante una cierta fase de su ciclo vital sin sufrir daños, mientras que los cultivos de estación cálida (ej. pepino, pimiento) pueden dejar de crecer a temperaturas inferiores a 10°C. 3. Temperaturas óptimas. Más apropiadamente es necesario mencionar un rango de temperaturas óptimas que un valor cierto y determinado. Es entonces el rango de temperaturas en que ocurre el máximo crecimiento. Para todos los casos, y especialmente para las óptimas, el valor más importante es el de la temperatura de la planta misma y no la del aire. Esto es debido a que cambios en la oferta hídrica del suelo o en el déficit de presión de vapor del aire pueden cambiar en gran medida la temperatura de la planta. 1.2.1 Variación anual La diferencia de temperatura entre los meses más cálidos y más fríos es atenuada por la presencia de una gran masa de agua como el océano o la presencia de un río. En situaciones mediterráneas y alejadas de grandes cuerpos de agua existe una marcada diferencia en las temperaturas entre los meses de verano e invierno (clima tipo continental) Mientras que la oscilación es menor cuando existen cuerpos de agua debido al efecto moderador del agua debido a su calor específico (clima tipo marítimo) (Figura 3). 3 30 25 25 Temperatura (°C) Temperatura (°C) 30 20 15 10 5 0 E F M A M J J A S O N 20 15 10 5 0 D E F M A M Meses J J A S O N D Meses b) a) Figura 3. Variación anual de la temperatura para situaciones de clima continental (a) o marítimo (b). Un ejemplo que permite comprobar el efecto moderador del agua es el de adyacencias a las ciudades de Corrientes y Córdoba. Si bien es cierto que la primera se ubica más al norte, se observa en el siguiente climograma (Figura 4 (a) y (b)) que la radiación solar en el mes más frío del año no difieren sustancialmente, aunque sí la temperatura media. Esto en parte se explica por la cercanía del río Paraná en Corrientes. CÓRDOBA, Argentina (31,4° S) 600 Rs (Cal.cm2.día1) N D E O 500 F S 400 M A A 300 J J 200 M 100 0 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 Temp. Media Mensual (°C) CORRIENTES, Argentina (27,5° S) 600 Rs 2 1 (Cal.cm .día ) 500 N D O S 400 E F M A A 300 J 200 J M 100 0 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 Temp. Media Mensual (°C) Figura 4: Climograma para Corrientes (a) y Córdoba (b), en donde se observan las diferencias en los registros térmicos en cada caso. 4 1.2.2 Variación diaria Durante el día la temperatura se eleva rápidamente y sigue subiendo hasta una a t res horas después que el sol alcanza su máxima altura, al ser la radiación incidente mayor que la emitida (Figura 5). Luego cae continuamente durante toda la noche, registrándose el mínimo generalmente a la salida del sol. Conocer este comportamiento es importante por ejemplo para prever el momento de ocurrencia de una helada. Aunque este es el patrón típico, la oscilación diaria puede modificarse según el estado del cielo (con cielo cubierto el máximo es menor y la temperatura mínima más elevada), de la naturaleza de la superficie (con suelos húmedos se moderan los cambios de temperatura). 18 Temperatura (°C) 16 14 12 10 8 6 4 2 0 0 4 8 12 16 20 24 Horas del día Figura 5: Curso típico de la temperatura del aire para diferentes horas del día. 1.3 Temperatura del suelo La temperatura del suelo influye no solo en la germinación sino también en el crecimiento y actividad de las raíces, determinando así la tasa de absorción de agua y nutrientes por los cultivos. Al igual que para las ulteriores fases de crecimiento de los cultivos, la germinación depende de la temperatura en grado variable según la especie (Tabla ). La transmisión de calor al interior del suelo tiene lugar fundamentalmente por conducción molecular. La intensidad del transporte de calor en el suelo tanto en sentido ascendente como descendente a diferentes profundidades (x) depende de los gradientes de temperatura (dT) existentes y de la conductividad calorífica del suelo (). El calor (Q) que se transfiere por unidad de tiempo y área es: Q dT . El valor de dx depende del tipo de material. Desde el punto de vista práctico y por la importancia que reviste en las diferentes estrategias de manejo ambiental de los cultivos, interesa considerar especialmente la conductividad térmica del agua que es mayor a la del aire. De esta manera, un suelo húmedo se calentará más rápido que el mismo suelo seco. Por ejemplo, un suelo arenoso húmedo tiene un valor de igual a 0,004 cal/°C cm/s mientras que el mismo suelo pero seco un valor diez veces menor (0,0004 cal/°C cm/s). Con la misma interpretación, las labores realizadas en un suelo aumentan el espacio ocupado por poros, por lo que será peor conductor del calor y tendrá temperaturas más extremadas y también un mayor riesgo de heladas. En tanto que un suelo compactado o no alterado favorecerá una mayor penetración del calor y por lo 5 tanto tendrá temperaturas menos altas por el día y menos bajas por la noche. El ciclo de calor en un día por ejemplo, se debilita o retrasa con el aumento de la profundidad (Figura 6). Figura 6: Gráfico tridimensional de la temperatura del suelo como función del tiempo y la profundidad, mostrando la atenuación de la onda de temperatura con la profundidad. 1.4 Humedad ambiental La cantidad de agua en la atmósfera resulta de interés principalmente por dos razones: a) las reacciones bioquímicas para sostener la vida ocurren en agua, estando las plantas muy pocas veces en equilibrio hídrico con su medio ambiente y b) la humedad ambiental es importante en el transporte de energía. Si hay un cambio asociado con el transporte de agua, grandes cantidades de energía pueden ser transferidas hacia o desde una superficie. La evaporación de 1 cm de altura de agua desde 1 cm2 de superficie, necesita cerca de 2,5 kJ de calor, aproximadamente la energía que el sol suministra a 1 cm2 de superficie durante un día entero despejado de verano. Si el vapor de agua se condensara en una superficie y se congelara, cerca de 2,8 kJ de calor por gramo de agua sería liberado por la condensación y congelamiento, siendo este principio por ejemplo, aprovechado en la prevención de heladas en frutales. La variación de humedad relativa a lo largo de un día depende de la temperatura del aire principalmente. Esto es debido a que a mayor temperatura del aire, mayor es la energía cinética aleatoria de las moléculas y mayor es la capacidad del aire para mantener agua en forma de vapor (Figura 7). De esta manera, aún si permaneciera inalterable la humedad absoluta (kg vapor de agua/m3 de aire), la humedad relativa es mayor en los momentos de menor temperatura, siendo normalmente previo al amanecer cuando comúnmente se alcanza la temperatura de punto de rocío (Figura 8) 6 Densidad de Vapor (g/m 3) Hum edad Relativa 100 0,7 0,6 80 60 0,5 0,4 40 0,3 0,2 20 0,1 0 0 0 10 20 30 Tem peratura (°C) 40 50 Humedad Relativa (%) Figura 7: Relación entre la temperatura del aire y la capacidad para mantener agua en forma de vapor. La curva representa la condición de saturación. 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 0 4 8 12 16 20 24 Hora del día Figura 8: Variación típica de la humedad relativa con el transcurso del día. 1.5 Viento La falta de uniformidad en el calentamiento y enfriamiento de la atmósfera determina una irregular distribución horizontal de la presión barométrica, y como consecuencia de ello ocurre el desplazamiento de masas de aire. Enfocando nuestra atención en la interacción de la atmósfera en contacto con la superficie del suelo, se origina lo que se conoce como capa superficial atmosférica. La estructura aerodinámica de esta capa están determinadas principalmente por las características de la superficie y por el gradiente vertical de temperatura del aire. Es en esta capa en donde ocurren los principales intercambios de masa, momento y calor. Desde el punto de vista del control ambiental, la atenuación de la intensidad del viento es importante para la protección del daño mecánico que puede ocasionar sobre un cultivo, por la influencia de masas de aire muy frías que pueden determinar heladas de tipo advectiva, debido al estrés térmico que pueden ocasionar masas de aire muy calientes y secas sobre un 7 cultivo, por ejemplo. Dentro de una cubierta vegetal, los perfiles de velocidad de viento son diferentes y más complicados que sobre dicha cubierta. Esto es debido a la resistencia que ofrecen los distintos componentes de una cubierta vegetal. Por ejemplo, en una masa forestal, la mayor absorción de momento se presenta en la altura comprendida entre las copas de los árboles, es decir, en la parte superior de la cubierta (Figura 9). Es en esa región donde existe la mayor densidad de elementos de fricción (ramas, hojas) que por mediciones corresponde aproximadamente al 80 % de la altura del dosel. 1,4 1,2 Z/h 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 0,0 0 1 2 3 4 5 6 7 Velocidad de viento (m/s) Figura 9: Modificación típica de la velocidad del viento con relación al interior del dosel vegetal. Z representa la altura parcial del cultivo del cultivo y h la altura total. 1.5.1 Variaciones diarias de la velocidad del viento Velocidad de Viento Relativa Los perfiles diarios de la velocidad del viento, pueden presentar grandes variaciones de un día a otro debido a cambios en las condiciones meteorológicas. No obstante, los perfiles medios más comunes permiten distinguir una onda que tiene su pico máximo a mediodía o primeras horas de la tarde, disminuyendo bruscamente luego de la puesta del sol (Figura 10). El incremento de la velocidad del viento tras la salida del sol es debido a una más rápida y eficiente transferencia de momento durante el día en la capa límite atmosférica, por un aumento en la inestabilidad convectiva. 1,00 0,80 0,60 0,40 0,20 0,00 0 4 8 12 16 20 24 Horas del día Figura 10: variación típica de la velocidad del viento a 2,0 metros de altura. 8 2. Modificación y control de los factores ambientales sobre los cultivos Hasta aquí se analizaron en términos generales los diferentes factores climáticos que intervienen en la producción vegetal. La necesidad de modificar y en ocasiones controlar la micrometerorología sobre un cultivo obedece a que el mismo crece y desarrolla en la totalidad o parte de su ciclo fuera de su ambiente natural o de su época normal de crecimiento. En otros casos como en los frutales es necesario protegerlos del efecto destructivo de las bajas temperaturas extremas sobre el establecimiento de flores y frutos. A fin de discriminar las diferentes técnicas disponibles para manejar el fitoclima de un cultivo, conviene diferenciar tres grandes clasificaciones: cultivos forzados, semiforzados y protegidos. 2.1 Cultivos forzados: las plantas realizan todo su ciclo vital en condiciones en las que resulta posible modificar a voluntad y controlar todos y cada uno de los factores (climáticos, edáficos y fisiológicos) que intervienen en la producción vegetal. 2.2 Cultivos semiforzados: los factores que intervienen en la producción vegetal son modificados y controlados solamente durante alguna fase del desarrollo. 2.3 Cultivos protegidos: la planta se desarrolla en el medio natural, pero se dispone de sistemas que pueden defenderla de algún accidente que eventualmente se produzca. Como consecuencia del tipo de técnica adoptada a continuación se indican los factores ambientales posibles a ser controlados o modificados y las prácticas y técnicas más habituales en cada caso: Forzado y semiforzado de cultivos: - Temperatura: invernaderos, túneles, barracas, camas calientes, acolchado. - Humedad del suelo: riego de superficie, aspersión, microaspersión, pulverización, goteo, etc. - Humedad del aire: nebulización. - Luz: intensidad luminosa con fluorescencia o incandescencia. Duración (fotoperiodismo): iluminación y sombreamiento. - Composición atmosférica: fertilización carbónica. Protección de cultivos: - De temperaturas bajas: defensas antiheladas (combustión, ventilación, riego, barandillas, matas de paja, orientación de hileras). - Del viento: cortavientos, barandillas, orientación de hileras. - De granizo: mallas antigranizo, cohetes. 3. Invernaderos (ver apunte anexo) 4. Túneles A diferencia del invernadero, mediante los túneles se posibilita el forzamiento de los cultivos en una parte de su ciclo de crecimiento. Consisten en estructuras de muy bajo costo, constituidas por arcos que pueden ser de varillas de hierro de pequeños diámetros (4,0 a 6,0 mm). El túnel se fija lateralmente en uno de los lados enterrando el polietileno en toda su extensión y del otro lado se prevé su levantamiento en horas mediodía en que normalmente las temperaturas en el túnel pueden llevar a ser muy 9 elevadas. Es recomendable que para una mayor protección de los vientos y mayor ingreso de radiación solar, los túneles se orienten de este a oeste. Cuando se decida la ventilación, es recomendable abrir desde el costado norte del túnel en horas de la mañana y cerrarlos luego del mediodía para una mayor acumulación de calor. Sin embargo, el período de ventilación podrá alargarse en la medida que los días sean menos fríos, hasta su retiro por completo. La ventilación no solo es necesaria para disminuir temperaturas máximas extremas sino para evitar un exceso de condensación en la cara interna, el mojado de las hojas y el riesgo de enfermedades fúngicas. Las dimensiones más comunes para los túneles son entre 40 y 50 cm de altura cubiertos con polietilenos de 50 a 100 m. La distancia entre arcos dependerá de si se usa o no alambre en su parte superior. Comúnmente los túneles se instalan sin alambres, tensando el polietileno en las puntas mediante estacas y enterrando las mismas (Figura 11). Figura 11: emplazamiento de túneles para la producción de hortalizas (La Plata, Buenos Aires). La protección de cultivos con túneles de plástico producen unos efectos ventajosos para los cultivos por la protección que les da durante las horas más frías del día. La eficacia de esta protección radica en el pequeño efecto de invernadero que produce y que será mayor cuanto mayor sea la dimensión del túnel. En este sentido interesa destacar la importancia del volumen del túnel. La precocidad de un cultivo está en directa relación con el volumen de aire del túnel. Como regla general por cada metro cuadrado de superficie cultivada, es recomendable un volumen aproximado de 0,45 a 0,50 m3. 4.1 Microtúneles Una alternativa al uso de túneles, consiste en proteger la líneas de siembra con un polietileno a modo de un microtúnel. Este semiforzado es una situación intermedia entre túnel propiamente dicho y acolchado del suelo. Esta técnica permite aumentar la temperatura del suelo y facilita así la germinación de especies de climas cálidos, por ejemplo, melón (Figura 12). Luego que las semillas han germinado y las plantas alcanzado un cierto desarrollo inicial, comienza a rasgarse el polietileno para permitir la salida de las plantas a exterior. 10 Figura 12: microtúnel para la protección inicial de un cultivo de melón al aire libre (San Juan, Argentina). 5. Barracas Consisten de una protección mediante el uso de polietileno extendido sobre estructuras realizadas con cañas a modos de chozas. Este tipo de protección por su mayor altura se suele utilizar en cultivos tutorados (chaucha de enrame, pepino) en que una vez retirado el polietileno se aprovecha la estructura de cañas como tutores. 6. Camas calientes En la actualidad están en completo desuso a nivel de la horticultura comercial. La fuente generadora de calor en este caso resulta de la fermentación de materia orgánica fresca como por ejemplo de estiércol (Figura 13). Consiste en una estructura similar a los almácigos utilizados para la producción de plantines forestales, realizado en mampostería con un leve declive en sus paredes para que la tapa (construida para soportar un vidrio o polietileno) drene el agua de lluvia. Tierra Estiércol 7. Acolchados o mulching Es un método de forzado que consiste en cubrir el suelo sobre el que se realizará el cultivo. Es una técnica que ya se realizaba hace muchos años aunque con la utilización de material vegetal como paja, hojas y rastrojos. El objetivo de su realización era la de disminuir la pérdida de agua del suelo por evaporación, evitar el deterioro de los frutos o producto a cosechar por el contacto con el suelo, disminuir el crecimiento de las malezas, evitar el excesivo enfriamiento o calentamiento del suelo, reducir el lavado de los elementos fertilizantes por la acción del agua de lluvia. 11 Figura 14: mulching gris en cultivo de frutilla y tomate (a), colocación mecánica del mulching al aire libre (b). uv visible infrarrojo 100 Transmitancia (%) Transparente 80 60 Gris 40 Negro 20 0 0 0,4 0,8 1,2 1,6 2 2,4 2,8 Longitudes de onda (um) Figura 15: Transmitancia de tres tipos de materiales utilizados como mulching. Figura 16: Mulching blanco en cultivo de pepino en invernadero en período cálido (Campo Experimental de Cultivos Intensivos y Forestales, FCA). 12 Actualmente casi la totalidad de los cultivos hortícolas comerciales que se realizan con acolchado hacen uso del polietileno. Para eso existen en el mercado de insumos materiales de diferentes colores, aunque el más utilizado es el negro. Usualmente se comercializan en rollos de 0,50 a 2,00 m de ancho y 100 m de largo con un espesor de 25 micrones. Al respecto se han realizado varios estudios para determinar el efecto de los diferentes materiales para mulching principalmente sobre la temperatura del suelo. Como se observa en la figura 15 la transmisión de radiación es variable según la longitud de onda y el color del polietileno. Tabla 2: Ventajas y desventajas de los diferentes tipos de mulching. Polietileno Ventajas - Transparente - - - Desventajas Aumenta considerablemente la temperatura del suelo durante el día. Protege los cultivos durante la noche al permitir el paso de las radiaciones caloríficas del suelo hacia el cultivo. Alta precocidad de cosecha. Favorece el crecimiento de malezas, las cuales sustraen del suelo los elementos fertilizantes y reservas de agua. Estas malezas levantan el plástico con mayor riesgo de desprendimiento. Disminuye el crecimiento de malezas. Precocidad de cosecha, aunque menor que con PE transparente. - Calienta poco el suelo durante el día. Durante la noche la planta recibe poco calor desde el suelo. En días de fuerte insolación puede producir fuertes quemaduras en plantas jóvenes. Negro - - Gris - - Marron-Naranja - - Metalizado - Calienta el suelo durante el día. Protege sensiblemente las plantas durante la noche, al posibilitar el paso de calor desde el suelo. Precocidad de cosecha, menor que con PE transparente pero mayor que el negro. Calienta el suelo durante el día pero algo menos que con el transparente. Protege el cultivo durante la noche pues permite el paso de radiaciones calorífica desde el suelo. Atenúa el crecimiento de malezas. Tiene una precocidad de cosecha similar al transparente. No permite el crecimiento de malezas. En plantaciones de verano impide el calentamiento excesivo del suelo. - Aumenta el problema de malezas comparado con el negro. - Crecimiento de malezas aunque de menor importancia que con el PE transparente. - Mayor costo. No es adecuado para su uso en invierno debido a que no protege la planta de las bajas temperaturas. Rollos de 0,50 a 2,00 m por 100 metros de largo y 25 um de espesor. 8. Barandillas Son protecciones que se realizan con el fin de atenuar la pérdida de radiación de onda larga durante la noche y de los vientos fríos. De esta forma pueden evitarse las excesivas disminuciones de temperaturas causadas por heladas de radiación. La lucha contra heladas además se puede complementar con el riego mediante surcos durante la ocurrencia nocturna de temperaturas cercanas a 0°C. Este tipo de construcciones son muy comunes en cultivos de tomate de primera en el cinturón 13 hortícola de la ciudad de Santa Fe. La primer labor para su ejecución es la formación de un lomo o camellón de 1,4 m de ancho por 0,70 m de altura, orientados de este a oeste. Luego se colocan postes cada 10 m ubicados al pie del lomo (Figura 17). Posteriormente se coloca un alambre fino y sobre éste cañas de 1 m de largo ubicadas cada 0,15 m aproximadamente, apoyadas contra el piso hacia el sur. Sobre estas cañas se coloca paja y finalmente otra serie de cañas colocadas ahora a 0,50 m entre sí con otro hilo de alambre. Para sostener esta estructura se colocan entre postes palos en horquetas. Esto permite levantar la estructura durante el día (de manera de no causar un excesivo sombreamiento sobre el cultivo) y bajarlo durante las noches con riesgo de heladas. Se construyen con postes ubicados cada 10 m aproximadamente. Figura 17: Barandilla en un cultivo de tomate de primera (Angel Gallardo, Santa Fe). 9. Matas de paja Consiste en un tipo de protección contra heladas de radiación que se realizan tapando directamente la planta con una mata de paja. Esto obliga a su retiro durante el día, luego de superado el riesgo de helada. Es muy utilizada en la zona hortícola Santafesina para la protección de zapallito de tronco de primor. En este caso se realizan lomos a 1,40 m entre sí orientados en dirección este a oeste. Sobre el costado norte del lomo se excava escalones sobre los que se realiza la siembra a golpe. Sobre la parte superior de estos escalones se coloca con horquilla la mata de paja que cubre totalmente la plantas en sus estados iniciales de crecimiento y hasta finalizar el período con riesgo de heladas. 10. Orientación de las hileras Para una mayor ganancia de radiación solar durante los días de invierno y por consecuencia de radiación neta en el cultivo, o bien para disminuir la excesiva radiación durante el verano es importante considerar la orientación de las hileras y la ubicación de las plantas según la época. Debido a la traslación elíptica de la tierra en torno del sol y al ángulo de 23° 27' del eje de la tierra con relación al plano de la eclíptica la radiación solar se modifica a lo largo del año, correspondiendo la menor integral diaria al período invernal. Por otra parte, para nuestro hemisferio y latitud el ángulo de elevación solar () es el menor del año en esa época (Figura 18). Como el asoleamiento ocurre principalmente sobre los objetos con su plano principal expuesto hacia el norte, se deduce la importancia que tiene la orientación de las hileras para una mayor ganancia de radiación solar durante el invierno. 14 Rs Figura 18: ángulos característicos de la posición solar. (, ángulo de elevación solar; z, ángulo cenital). Como la intensidad solar normal al plano de referencia es directamente proporcional al coseno del ángulo cenital (z) se deduce la importancia de reducir este ángulo presentando una superficie inclinada expuesta hacia el norte. Para una superficie horizontal entonces, la radiación directa será (Figura 19 (a)) Rs. cos z Para una superficie inclinada la radiación directa será (Figura 19 (b)): Rs . cos i Relacionando miembro a miembro: Rad. directasup.inclinada cos i Rad..directasup.horizontal cos z De manera que: Rad. directasup.inclinada Rad.directasup.horizontal. cos i cos z z i Figura 19: ángulos de incidencia solar para superficie horizontal (a) e inclinada (b). Por ejemplo, en la tabla 3 se presentan los valores mensuales de cos i / cos z para dos ángulos o ángulos de inclinación de lomos en nuestro caso. Estos valores corresponden a la latitud del cinturón hortícola de Santa Fe. En esta tabla se observa 15 la importancia que reviste una fuerte inclinación del lomo (50°) para los meses de mayo, junio, julio y agosto. Tabla 3: Valores de cos i / cos z para períodos mensuales y latitud de la zona del Cinturón Hortícola de la ciudad de Santa Fe. Mes Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre = 30° 0.83 0.93 1.11 1.36 1.60 1.76 1.68 1.44 1.20 1.00 0.87 0.81 = 50° 0.62 0.76 1.00 1.36 1.76 1.99 1.88 1.52 1.15 0.84 0.66 0.58 11. Sombreamiento Cuando la radiación neta es muy elevada en los tejidos vegetales, la transpiración no alcanza para equilibrar el balance energético, aún en cultivos con suficiente oferta hídrica. De esta manera, y a pesar que la pérdida de calor por conducción aumenta, ésta no es eficiente, pudiendo resultar la temperatura del cultivo varios grados superior a la del aire y ocasionar disturbios metabólicos o directamente escaldaduras y daños directos. En estos casos suele disminuirse la radiación solar que llega al cultivo mediante el uso de mallas de sombreo. De esta manera, se reduce la radiación neta y el balance energético resulta con una menor temperatura en el cultivo. Para las superficies normalmente en producción en horticultura, sin embargo, mediante esta técnica no se modifica sustancialmente la temperatura del aire. En el mercado nacional existen mallas con un índice de obstrucción entre el 20 y 80 %. 16 Figura 20: diferentes estructuras para sombreo y detalle del conocido localmente como 'zarán'. material utilizado, Figura 21: Producción de apio al aire libre bajo un umbráculo (Cosquín, Córdoba). 12. Manejo de la condiciones lumínicas 12.1 Materiales fotoselectivos Como hemos visto anteriormente las características microambientales son definidas por los intercambios de energía y materia que se llevan a cabo entre las superficies de suelo desnudo o con vegetación y la atmósfera y espacio circundantes. Dichos intercambios dan lugar a un balance energético cuya dinámica depende de la radiación incidente, la temperatura y humedad del aire, la velocidad del viento y el grado de cobertura por vegetación. Al colocar una película plástica entre el suelo y la atmósfera superior aquella actúa como una barrera amortiguadora disminuyendo las variaciones en los factores ambientales. Las características de la película como el 17 Transmitancia (%) color, grosor y transparencia a la radiación influyen sobre el intercambio energético en la superficie de la película y consecuentemente sobre el balance energético del suelo bajo ella. Adicionalmente la presencia de la película restringe la difusión de vapor de agua y CO2 desde el suelo hacia la atmósfera consiguiéndose de esa manera un microambiente adecuado para el crecimiento de las plantas. Sin embargo, otro efecto que puede lograrse con la utilización de películas de polietileno son cambios morfogenéticos en las plantas. Las plantas son organismos especializados en la captura y transducción energética de la radiación a través de la fotosíntesis. Pero también son capaces de regular la morfogénesis (generación de la forma y estructura) por medio de la percepción de las características de la radiación. Por ello las mayores oportunidades de conseguir el control del metabolismo y la morfogénesis se relacionan con la manipulación de las características de la radiación transmitida o reflejada por películas plásticas. Las características clave de la radiación que permiten el control de las respuestas de las plantas son la cantidad de radiación o irradiancia y la calidad de dicha radiación o balance espectral. Este último término se refiere al contenido relativo de radiación violeta, azul, naranja, etc. por unidad molar de fotones. Las películas fotoselectivas se fabrican añadiendo a la matriz polimérica (generalmente polietileno o polipropileno) un pigmento, cromóforo o aditivo específico que cambia las propiedades ópticas innatas del material. Estas propiedades se determinan combinando estudios espectroradiométricos en laboratorio y campo (Figura 22). El efecto final de dichas películas se conoce colocando plantas de diferentes especies en el campo. En los últimos años se ha comenzado a trabajar en la fusión del enfoque microambiental con el relativo al control del metabolismo y la morfogénesis, lo que ha abierto nuevas opciones y oportunidades para el desarrollo de nuevos materiales y su aplicación en los cultivos intensivos. 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 350 PE fotoselectivo PE normal 400 450 500 550 600 650 700 750 800 Longitud de onda (nanómetro) Figura 22. Espectro lumínico para un polietileno normal y otro con aditivos para incrementar el espectro de transmitancia correspondiente a la longitud de onda del rojo. 12.2 Iluminación artificial En nuestro país el uso de luz artificial está limitado a la producción de plantas ornamentales, arbustos de flor y algunas flores de corte como el crisantemo. Entre los objetivos de su uso se pueden citar: a) acelerar el crecimiento vegetativo de las plantas; b) mejorar la calidad de las plantas; c) ampliar el crecimiento vegetativo; d) 18 adelantar o retrasar la producción; e) aumentar la producción de hojas y flores; f) mejorar la calidad de las plantas. Siempre debe considerarse que para la aplicación comercial de luz artificial los resultados esperados deben generar mayores ingresos que la suma de los costos. Estos costos serán diferentes según la especie considerada y sus requerimientos lumínicos. Al momento de elegir el tipo de lámpara para irradiar especies ornamentales por ejemplo, deberá considerarse el propósito principal de la producción, como ser: i) suplemento de la intensidad de luz diurna (en el caso de que la luz natural fuera insuficiente, se la complementa) por ejemplo como en begonia, bromeliáceas, cyclamen; ii) ampliación del tiempo de luz diurna (desde el punto de vista de la fotosíntesis) o interrupción de la noche (según el fotoperíodo). La intensidad de luz necesaria dependerá entonces del objetivo y la especie. En términos generales si se trata de mantener un nivel de supervivencia deberá considerarse una intensidad mínima de 3,2 W/m2, para mantenimiento de 9 W/m2, para propagación y crecimiento mayor a 20 W/m2. Los tipos de lámparas comercialmente disponibles no producen la misma distribución espectral de la luz. Entre las más conocidas están: Tabla 4: Ventajas y desventajas de los principales tipos de lámparas. Tipo de lámparas Incandescentes Fluorescentes Ventaja Desventaja Bajo costo No requiere controles especiales Alta eficiencia de radiación. Importante estructura de montaje. Bajo costo. No adecuada para invernáculos por la alta Muy usada para fotosíntesis intercepción de radiación solar. cuando se requieren bajas irradiancias. Más común que las fluorescentes. De mercurio de alta Usado para fotosíntesis, presión requiriendo menos focos luminosos en comparación con las fluorescentes. Mezcladoras Poco eficientes (sólo el 7 % de la energía eléctrica consumida es emitida bajo la forma de radiación roja del espectro luminoso, que constituyen la longitud de onda más eficiente en cuanto a activación de sistemas fotosintéticos y crecimiento en materia seca). Eficiencia de radiación levemente menor que las fluorescentes. Si se rompe la envoltura externa, el tubo de descarga puede continuar operando y la radiación uv emitida al no poder ser convertida en visible o absorbida por el vidrio puede dañar seriamente las plantas si no es reemplazada rápidamente. Requiere equipos adicionales para generar tensión de encendido, balastro (bobina reguladora de tensión). Similar a la de mercurio pero se Emisión hacia el rojo lejano del espectro, lo que conecta directamente a la línea. puede causar alargamiento de pecíolos (a No requiere elementos adicionales. veces de aprovecha este efecto para aumentar el atractivo como ornamental). Muy eficiente (la tercera parte de la energía consumida es emitida en A vapor de sodio de la banda 600-700 nm). baja presión Muy utilizada para iluminación suplementaria de invernáculos. Al tener un comportamiento prácticamente monocromático, no es balanceada desde el punto de vista de la fotosíntesis, debiendo complementarse con lámpara de mercurio o luz natural. Eficiente como la anterior. En algunos casos puede producir exceso de A vapor de sodio de Mayor espectro de emisión, a irradiación, con síntomas de quemado en alta presión través de un amplio campo en la hojas. región visible. 19 (b) (a) Figura 23: a) iluminación de un invernadero con azaleas; b) tipos de lámparas; (1) fluorescentes, (2) mezcladoras, (3) de vapor de sodio de alta presión, (4) de vapor de sodio de baja presión, (5) incandescentes. 12.3 Oscurecimiento total Se recurre al oscurecimiento total cuando se requiere acortar el período diurno con objeto de inducir a la floración a plantas con respuestas fotoperiódicas de días cortos, como es el caso del crisantemo. Esto se realiza con polietileno negro suspendidos de alambres sobre los cuales diariamente se cubren y descubren las plantas para alcanzar el fotoperíodo requerido. El uso de iluminación para interrumpir la noche o de oscurecimiento total para acortar el día dependen de la estrategia comercial que se persiga y de la época del año, en cuanto a inhibir la floración o inducirla para el caso de crisantemo, respectivamente. 13. Protección contra heladas La protección contra heladas es una preocupación constante en cultivos intensivos, particularmente en frutales y hortalizas para primor. El daño producido por heladas depende de la especie, estado fenológico, madurez de los tejidos, fertilización, rapidez de enfriamiento, temperatura mínima alcanzada y duración de la helada. Aunque para el momento de inicio de la helada se toma en cuenta la temperatura del aire, en situaciones de fuertes radiaciones a la atmósfera, en condiciones de cielo totalmente despejado la temperatura de las hojas puede ser algo menor a la del aire. Para una misma temperatura mínima, cuando los descensos de temperaturas ocurren en forma rápida, los efectos son más destructivos que cuando se produce un enfriamiento lento. Esto se debe a que en el primer caso se forman grandes cristales de hielo, que son mucho más destructivos para los tejidos que los pequeños cristales. La acción más importantes de las heladas es la formación de heridas debidas a la roturas de las células y de tejidos derivados de la expansión del agua condensada. La formación de cristales de hielo se ve favorecida no solo por el descenso de temperatura sino por la presencia de nucleadores, que en algunos casos pueden ser incluso bacterias. Por ejemplo, la presencia de bacterias del género Pseudomonas y Erwinia en ocasiones constituyen el núcleo crítico sobre el que se cataliza la formación de hielo. 20 13.1 Tipos de heladas Por su origen las heladas pueden dividirse en tres tipos: a) Heladas de radiación. b) Heladas de advección. c) Heladas de evaporación. Las heladas de radiación se presentan en noches despejadas, cuando la radiación terrestre a la atmósfera puede tener lugar debido a la ausencia total de nubes y por la baja concentración de vapor de agua. Este tipo de helada tiene lugar además, especialmente en noches calmas, en ausencia de viento. La severidad de la helada varía con las condiciones generales de la atmósfera y depende de condiciones locales como tipo de vegetación y topografía. La ocurrencia de heladas puede ser muy marcada debido a la formación de cristales de hielo (heladas ´blancas´) o sin formación (heladas ´negras´). La aparición de una u otra depende del punto de rocío1. Puntos de rocío altos significan elevadas cantidad de agua en el aire. Si se supone que el punto de rocío fuera de 4° C, al bajar la temperatura del aire o de los cuerpos por debajo de 4° C la humedad atmosférica comenzará a condensarse la humedad atmosférica en forma de rocío. Y si la temperatura descendiera de los 0° C, lo hará en forma de escarcha produciéndose una helada ´blanca´. Las heladas ´negras´ se producen cuando el aire tiene una mucho menor humedad y la temperatura del punto de rocío es inferior a 0° C. Las heladas de advección se pueden presentar con independencia del estado del cielo, y tiene su origen en la aparición de aire a modo de un frente, de aire muy frío y con una temperatura inferior al punto de congelación. Las heladas de evaporación se producen al evaporarse el agua depositada sobre las plantas, con el consiguiente enfriamiento al ser absorbido de la planta el calor necesario para producir la evaporación2. 13.2 Métodos de protección Los métodos de defensa contra heladas pueden dividirse en pasivos y activos. 13.2.1 Métodos pasivos. 13.2.1.1 Elección del emplazamiento de la plantación No es el caso en general de nuestra zona, en donde predomina el paisaje de llanura o llanura ondulada. En otros sitios con presencia de valles ocurre un drenaje de aire frío desde las zonas de mayor altitud a las de menor altitud, originando un gradiente o inversión térmica de origen topográfico (Figura 24). El examen de la topografía entonces constituye un elemento esencial para determinar zonas con mayor riesgo de heladas. Otra situación la origina la presencia de grandes masas de agua, que atenúa las variaciones de temperaturas, siendo por lo general menos heladoras que en zonas mediterráneas. 1 Punto de rocío ó temperatura del punto de rocío se define como la temperatura por debajo de la cual el vapor de agua contenido en el aire condensa en forma visible de rocío, niebla o escarcha. 2 El calor latente de vaporización a 20° C es de 2,45 MJ/kg. 21 0°C -2 °C -4 °C Figura 24: Influencia del relieve en la acumulación de aire frío. 13.2.1.2 Técnicas de cultivo El suelo y el agua contenida en él poseen una reserva de calor que puede ser cedido a la atmósfera. La cesión es más fácil si entre el suelo y al aire no se interpone una capa aislante. Un suelo inalterado y libre de vegetación, tiene una menor espacio poroso y mayor retención de agua lo que permite que durante el día el calor se transmita más eficientemente, calentándolo. Este calor será luego cedido a la noche de acuerdo al balance que se establezca. La ausencia de vegetación incrementa la cantidad de radiación que llega al suelo. Si existiera malezas cubriendo el suelo, por ejemplo, aparte de dificultarse el calentamiento del suelo, se incrementa durante la noche la radiación nocturna, perdiendo calor rápidamente. Las técnicas de cultivo en plantaciones frutales encaminadas a mantener el suelo desnudo (limpio de malezas) y compactado en los momentos de heladas contribuyen a disminuir el riesgo. 13.2.2 Métodos activos 13.2.2.1 Riego antiheladas El calor latente que se libera cuando el agua pasa de estado líquido al sólido se utiliza como medio de protección contra heladas mediante los sistemas de riego (Figura 26). El agua aplicada cuando la temperatura del aire es inferior a 0° C forma una película de hielo alrededor de las hojas y ramas. Esto proporciona la protección necesaria contra la helada, al mantener la temperatura de estas partes alrededor de 0° C. La cantidad de agua a aplicar (mm/h) debe ser suficiente para compensar la cantidad de agua que se va congelando sobre la planta y la cantidad de agua que se pueda evaporar desde la lámina de agua líquida por encima de la lámina de hielo. Al respecto fueron propuesto varios modelos de cálculo. Lo concreto es que el agua a aplicar debe suministrar energía para compensar las pérdidas de energía por radiación, convección, advección y evaporación. Como dato orientativo la cantidad a aplicar normalmente se sitúa entre 2,5 mm/h y 4,5 mm/h. Por cada grado centígrado que se enfría el agua se liberan 4,2 Joule/g, más 340 Joules/g correspondiente al calor latente de cambio de estado líquido a sólido. De manera que si el agua se encuentra a 10° C se liberan 42 J/g más 340 J/g, lo que totalizan 382 J/g. La finalización de la defensa debe ocurrir recién cuando la temperatura del aire se encuentra por encima de 0° C y comienza a aparecer agua líquida entre el hielo y las ramas de los árboles. 22 Figura 25: aspersor comercialmente disponible en nuestro país para lucha contra helada. Características técnicas: Círculo completo, caudal operativo: 950 a 1690 l/h, presión operativa: 2,5 a 4 kg/cm², diámetro regado: 21 a 24,5 m. (b) (a) Figura 26: (a) riego antihelada (b) Miniaspersion antihelada en hortalizas combinado con riego por goteo. 13.2.2.2 Calentamiento del aire En estos casos de pueden utilizar numerosos sistemas de calentamiento del aire y plantas. Varían según el tipo de combustible y los modelos de estufas existentes en el mercado. Incluso se pueden usar simplemente tachos de 20 litros, alimentados con gasoil, aceite usado de motores o lo que es muy común en al Alto Valle de Río Negro la combustión directa de neumáticos. La acción térmica es debida a dos fenómenos que actúan conjuntamente y en proporciones diferentes según su construcción: - Emisión de radiación desde la superficie del aparato; Calentamiento del aire por conducción y convección. El primer efecto, debido a la radiación térmica es reducido debido a la intersección de los árboles principalmente. Además, el efecto de calentamiento por contacto molecular tiene un radio reducido de acción, debido a la formación de una columna de aire caliente ascendente. El número de focos de calor a utilizar puede variar por hectárea (normalmente se utilizan entre 120 y 300). Un dato importante es que el mejor rendimiento, tanto económico como térmico, se consigue con la utilización de pequeños y más numerosos focos de calor frente a pocos y de gran potencia calorífica. Además, la efectividad del sistema aumenta si se emplea en superficies grandes. Los aparatos de gran potencia calorífica calientan el aire fuertemente, elevándose de forma rápida al ser más ligero, formándose una chimenea ascendente perdiéndose el aire caliente en altitud. Como dato orientativo en el Alto y Medio Valle de Río Negro se utilizan en promedio 875 litros de una mezcla de gasoil (70 %) y fueloil (30 %), cuyos costos son 0,46 $/lt y 0,13 $/l. Esto determina un costo solamente de combustible por hectárea y por helada de $ 316. 23 13.2.2.3 Homogeneización del aire mediante ventiladores La ocurrencia de aire en movimiento por encima de cierto nivel (alrededor de 5 km por hora) ocasiona turbulencias capaces de mezclar capas bajas de aire frío, con aquellas otras superiores que están a mayor temperatura, elevando la temperatura del aire del monte y por lo tanto la de los órganos vegetales. El sistema de mezclar el aire con ventiladores y helicópteros se limita bajo las condiciones de heladas por radiación. En noches calmas y con heladas de radiación la superficie del suelo y las plantas se enfrían rápidamente. Al aire que les rodea le ocurre lo mismo, por contacto con las superficies frías dando lugar al fenómeno de inversión térmica. La ventilación con generadores de aire en adyacencias al techo de inversión (normalmente entre 10 y 15 m sobre el suelo) mezcla la capa de aire superior (más caliente) con la inferior (más fría) provocando un aumento de temperatura en ésta última. El rendimiento de los ventiladores depende de la longitud de las palas de hélice, forma de la hélice, potencia del motor y altura sobre el suelo. El ventilador está compuesto básicamente de una torre de aproximadamente 12 metros sobre la cual está puesta una hélice accionada por un motor diesel o eléctrico (Figura 27). El funcionamiento del ventilador es reglado y controlado por un programador electrónico que permite una utilización de la máquina sea en manual que en automático. El ventilador viene activado automáticamente por un sensor de temperatura, que tiene que ser ajustado para la temperatura de puesta en marcha como para la temperatura de apagado del motor. La torre está compuesta por una estructura tubular en acero soldado eléctricamente; en su interior está alojado el árbol de transmisión vertical. El motor utilizado normalmente es de combustión interna a diesel, con una potencia máxima a 2500 rpm de 115 CV. Figura 27: vista de un ventilador para lucha contra helada (izq.), detalle de las paletas (der.). 14. Defensas contra el viento La defensa contra el viento puede ser clasificada en naturales y artificiales. Los cortavientos naturales representan por lo común un menor costo de instalación. Sin embargo, el crecimiento es lento y requiere de un mantenimiento periódico. Los cortavientos artificiales requieren un mayor costo de instalación, pero la pérdida de espacio es pequeña y el efecto de protección una vez elegida la permeabilidad 24 adecuada es inmediato. Los más utilizados en nuestra zona son los realizados con cañas y en los últimos años con mallas de polipropileno del tipo de media sombra. 14.1 Cortavientos naturales Deben considerarse principalmente los siguientes factores: permeabilidad, altura, ancho, espaciamiento entre cortavientos y orientación. Cuando el cortaviento sea más impermeable se crean fuertes torbellinos tanto a sotavento como a barlovento, y además el área protegida a sotavento no superaría las 10 a 15 veces la altura del cortaviento. Cuando se elige una permeabilidad de 50 % la influencia puede extenderse a 20 ó 25 veces la altura del cortaviento, con la ventaja de disminuir la formación de fuertes turbulencias. Cuando se deban proteger especies más sensibles a daños mecánicos como algunos hortalizas la permeabilidad deberá ser menor a 50 %, a diferencia de frutales por ejemplo. El problema reside en la estimación de la permeabilidad, en cuyo caso se han utilizado técnicas sofisticadas como el análisis de imágenes fotográficas para estimar la porosidad de las cortinas. La altura dependerá del área a proteger. A mayor altura, mayor será la longitud del área a sotavento y barlovento en donde la cortina ejerce su influencia. El ancho del cortaviento es importante en la medida en que afecta la permeabilidad. De esta manera, la zona de reducción máxima del viento se aproxima tanto más al borde a sotavento cuanto mayor es el ancho, o en realidad cuanto más impermeable sea. Sin embargo, por razones económicas (principalmente por reducción en la superficie de cultivos y gasto de instalación de la cortina) interesa que el cortaviento sea lo más estrecho posible. Una sola hilera de árboles, con frecuencia, no es suficientemente segura. Ante la desaparición de un árbol, se incrementa la velocidad del viento por efecto Venturi. El espaciamiento entre cortavientos depende de la susceptibilidad del cultivo que se quiera proteger, por lo tanto de la reducción en la velocidad del viento y la generación de turbulencias. En general se admite que las barreras protectoras pueden ser efectivas si el espaciamiento entre ellas es de 10 a 20 veces su altura. En cuanto a las especies a utilizar existen varias alternativas. En la zona del cinturón hortícola de Santa Fe las cortinas naturales más utilizadas son las constituidas por cañas de castilla (Arundo donax L.), debido a que tiene como beneficio adicional el aprovechamiento del crecimiento anual para el tutorado de cultivos como tomate, chaucha, principalmente. Este tipo de cortina tiene una muy baja permeabilidad, y ofrece una alta protección a los vientos aunque con reducida superficie. Para contrarrestar esto es necesario aproximar convenientemente las cortinas entre sí. Entre las especies arboreas pueden clasificarse de hojas caduca o perennes. En la zona de producción del Alto Valle de Río Negro o Mendoza la especie más común es el álamo (Populus sp). Otras especies posibles de utlilizarse son los alisos (Alnus sp), Sauces (Salix sp), Fresnos (Fraxinus sp.). Entre las especies de hojas perennes diferentes especies de ciprés (Cupressus sp.) (Figura 28), Thuya, Casuarina (C. Cunninghamiana). Figura 28: Cortaviento natural realizado con ciprés piramidal. 25 14.2 Cortavientos artificiales Las condiciones que deben cumplir las defensas contra vientos artificiales son básicamente: - Estar constituidos por materiales durables, flexibles y no deformables, para soportar la fuerza del viento. - Ser resistentes a la acción de los rayos solares y a los efectos de la lluvia. - Poseer una permeabilidad variable entre 30 y 70 % al viento, según las necesidades del cultivo a proteger. Los cortavientos construidos con cañas deben tener una altura superior a 2 m (Figura 29 (b)). Para un metro lineal de cortina pueden entrar entre 28 y 25 cañas dependiendo del grosor. La duración de esta cortina dependerá del clima y también del grado de lignificación alcanzada por la caña en el momento del corte. Las cañas suelen ser introducidas en el suelo y unidas unas a otras mediante cuerdas plásticas o alambres, juntamente con dos o tres filas de cañas transversales a cada lado. Los cortavientos construidos con mallas plásticas (Figura 29 (a) y 30) se sujetan con alambres colocados a diferentes alturas sobre el suelo y postes a distancias convenientes. La duración dependerá de los tratamientos anti-uv que tengan, así como de la calidad del material utilizado. (b) (a) Figura 29: Cortavientos artificiales con mallas de polipropileno (a) y cañas (b). Figura 30 : Utilización de malla cortaviento en cultivos de frutales. 26 15. Protección contra granizo El granizo consiste en piedra redondeadas de hielo, con una estructura interna en capas concéntricas muy similar a la de una cebolla. El granizo tiene un diámetro que oscila generalmente entre 0,5 y 5 cm y en función de su peso y velocidad de precipitación se torna en extraordinariamente destructivos para los cultivos. Para la lucha contra el granizo existen dos grandes técnicas: el bombardeo de las nubes con núcleos de condensación y la utilización de mallas para interceptar la precipitación. El granizo se forma solo en el interior de nubes del tipo cumulonimbus, donde existen poderosas corrientes de aire ascendentes. La utilización de núcleos de condensación (normalmente se utiliza yoduro de plata) promueve la condensación rápida del vapor de agua en torno a estos núcleos favoreciendo al precipitación líquida. Básicamente, el sistema antigranizo propulsado desarrollado consiste en el lanzamiento de varios móviles impulsados por combustible sólido, en el momento y la distancia precisas de las nubes cargadas de granizo que generalmente pronostican una inevitable destrucción del 80 % o más del cultivo a proteger (Figura 31). La carga, compuesta de finísimas partículas químicas y contenida en la ojiva del vehículo, es expulsada en forma de rocío "sembrando" prácticamente la nube y provocando por reacción, la transformación de los corpúsculos de hielo o granizo en agua de lluvia evitando de esta forma la pérdida de la cosecha. La utilización de esta técnica es cara y no siempre exitosa, por lo que actualmente lo más utilizado son las mallas antigranizo. Figura 31: Lanzamiento de cohetes con carga química que permiten 'sembrar' las nubes con núcleos de condensación que promueve la precipitación en forma líquida. Los materiales de polietileno entrelazado utilizados para construir las mallas antigranizo son producidos a partir de filamentos de polietileno de alta densidad, cargado con carbón negro (malla negra) o a partir de material transparente estabilizado con un aditivo anti-UV. El periodo de vida es de unos 15 años para mallas negras y 7-8 años para mallas translúcidas. Existen diferentes formas de colocar las mallas antigranizo, entre las más conocidas están las estructuras independientes (Figura 32), con mallas tensadas o sistema italiano (Figura 33), con mallas no tensadas o sistema austríaco, Aparte de su influencia como protección antigranizo se ha demostrado la modificación del microambiente debajo de la malla, como ser disminución de la radiación solar (mayor en las mallas negras y dispuestas en forma inclinada) con pérdidas incluso mayores a 20 %, importante protección contra los 27 vientos, Figura 32: Malla antigranizo dispuesta en estructuras independientes, semejante a los invernaderos multicapilla (La Consulta, Mendoza). Figura 33: malla antigranizo tensada o sistema italiano. 28