BIODIVERSIDAD: OPORTUNIDAD Y DILEMA1 Senadora Marina Silva, Congreso Nacional de Brasil CONTRADICCIÓN Brasil es el país de mayor diversidad biológica del mundo. Se calcula que poseemos entre 15 y 20% de toda la biodiversidad del planeta. Son 55 mil especies vegetales o 22% del total del planeta; 524 mamíferos (de los cuales 131 endémicos), 517 anfibios (294 endémicos), 1.622 aves (191 endémicas) y 468 reptiles (172 endémicos), además de 3 mil especies de peces de agua dulce (tres veces más que cualquier otro país) y probablemente entre 10 y 15 millones de insectos (muchos de familias aún no descriptas). Sólo la Amazonia posee 26% de los bosques tropicales remanentes en el mundo. Sumándolo a otros 15 países, la India entre ellos, reúnen 70% de las especies animales y vegetales, segundo datos del Libro Verde, del Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Academia Brasileña de Ciencias. En 1992, Brasil fue sede de la ECO-92 y suscribió el Convenio de Diversidad Biológica (CDB), que fue ratificado por el Congreso Nacional dos años más tarde (1994). Un año más tarde, en 1995, presenté un proyecto de ley que reglamentaba especialmente los artículos 8-J y 15 del Convenio. Con modificaciones del Senador Osmar Dias, el proyecto fue aprobado sin oposición en el Senado en junio de 1998. A pesar de haber sido enviado enseguida a la Cámara de Diputados, el proyecto de ley continúa paralizado hasta hoy, junto con otros proyectos de los diputados Jacques Wagner, del PT (Partido de los Trabajadores) de Bahía, y Silas Câmara, del PTB (Partido Trabalhista/Laborista Brasileño) de Amazonas. Junto con estos proyectos, hay una propuesta de enmienda constitucional del Poder Ejecutivo que, de ser aprobada, incluiría el "patrimonio genético" entre los bienes de la Unión. Desde 1995, científicos, militantes socio-ambientalistas, empresarios y líderes populares mantienen una discusión sobre el tema, mientras se multiplica también el debate entre las comunidades tradicionales que poseen conocimiento sobre la fauna y la flora. Este interés creciente de la sociedad brasileña se coordina con el debate y las negociaciones internacionales sobre el Convenio y también de otros acuerdos, como el ADPIC (Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio; TRIPS, en inglés). El Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno brasileño presentó recientemente un documento que parece reflejar en gran parte este debate que el Congreso y la sociedad brasileña vienen realizando en los últimos años. En el mismo, el gobierno propone, en el ámbito de las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), enmiendas al artículo 27.3-b del ADPIC que aseguran un régimen sui generis para la protección de los conocimientos tradicionales asociados a los recursos genéticos. Propone un mecanismo legal internacional de control y represión de la biopiratería, así como el instrumento del Consentimiento Informado Previo (CIP) como condición para el acceso a los recursos de las comunidades tradicionales, sean indígenas, de agricultores u otras. En diciembre de 2001, "pajés" (jefes espirituales) de diversas comunidades indígenas de todo el país elaboraron un importante documento para la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de la ONU). En la forma de una carta, los líderes indígenas destacan 16 aspectos, reivindicaciones, que cuestionan frontalmente toda Aporte para el Seminario Internacional “Biodiversidad: control social en el uso y la distribución de los beneficios”, parte del Taller Internacional sobre Manejo Local de la Biodiversidad Agrícola. Rio Branco – Acre – 16 e 17 de Mayo 2002. 1 forma de concesión de patentes derivadas del acceso a conocimientos tradicionales, exigiendo del gobierno la aprobación del Estatuto de las Sociedades Indígenas y el derecho de participación en las decisiones nacionales e internacionales sobre biodiversidad y conocimientos tradicionales asociados. Llama la atención que este encuentro fue promovido justamente con el apoyo del Instituto Nacional de Propiedad Intelectual-INPI (en São Luís do Maranhão), que concordó enteramente con los términos del documento. Por lo tanto, ante la megadiversidad que el país, con muchas dificultades, aún conserva, las iniciativas y el debate del Congreso Nacional y de diferentes sectores de la sociedad, incluyendo a la comunidad científica, y hasta algunas posiciones ponderadas de determinados sectores del propio gobierno, es vergonzoso constatar que Brasil todavía no dispone de una ley que reglamente el acceso a sus recursos genéticos y al conocimiento asociado. MEDIDA PROVISORIA: Remiendo mal hecho Pasando por encima del debate que se venía realizando en el Congreso, el Ejecutivo Federal presentó, el 29 de junio de 2000, la Medida Provisoria (MP) Nº 2.126-16 (promulgada por última vez el 23/08/2001). Parte de esta MP fue reglamentada por el Decreto Nº 3.945, 28/09/2001, que crea un Consejo de Gestión del Patrimonio Genético. ¿Cuáles son los problemas de este instrumento legal precario? ¿En qué medida no refleja el debate nacional e internacional? 1. Acuerdo Bioamazonia/Novartis Cuando el gobierno federal promulgó esta Medida Provisoria, en junio de 2000, enseguida fue calificada de “MP de la Novartis”, debido a un acuerdo de cooperación entre la Asociación Brasileña para el Uso Sustentable de la Biodiversidad de la Amazonia (Bioamazonia) y la empresa multinacional suiza Novartis Pharma AG, firmado un mes antes de la sanción de la MP. Este acuerdo preveía el envío en gran escala, hacia el exterior, de extractos derivados de la biodiversidad amazónica, permitiendo que Novartis patentara y controlara con exclusividad los productos desarrollados por ella a partir de microorganismos, hongos y plantas recolectadas por la Bioamazonia. Desde su firma, el acuerdo entre Bioamazonia y Novartis fue severamente criticado, inclusive por el ministro de Medio Ambiente, José Sarney Filho, que lo consideró lesivo para los intereses del país y recomendó la suspensión – hasta porque Brasil no tenía una legislación específica para garantizar su soberanía sobre sus propios recursos genéticos. 2. Autoritaria y transitoria - A semejanza de otras centenas de MP promulgadas por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, esta también pasa por encima del legítimo proceso legislativo. Hasta recientemente, era válida por apenas 30 días, estando su renovación condicionada a las presiones coyunturales. 3. “Legispirateada” – El texto de la MP se basa en los proyectos en trámite en el Congreso Nacional, pero no contempla algunas de sus disposiciones. 4. Imprecisa - En su versión más reciente, la MP sugiere que las comunidades que habitan tierras indígenas (aquellas oficialmente delimitadas) podrían permitir o no el acceso a sus recursos genéticos. Pero cambia el concepto internacionalmente reconocido, inclusive en el CDB, de Consentimiento Informado o Fundamentado Previo, por el de anuencia, que además de vago, siquiera puede ser traducido fielmente al inglés – principal idioma en las negociaciones internacionales. 5. No reconoce derechos de los agricultores y comunidades agrícolas, que manejan la biodiversidad que nos alimenta, además de vestirnos y curarnos. 6. Recursos Genéticos fuera - También ampliamente conocido, el concepto de Recursos Genéticos, que se encuentra en el Convenio de Diversidad Biológica, y en las legislaciones de Costa Rica, del Pacto Andino y de Filipinas, entre otros países, también fue sustituido por el de Patrimonio Genético. De la forma como aparece en nuestra normativa interna, significa simplemente información – pero, ¿qué información es esta?, ¿cepas de microorganismos?, ¿mejoras de semillas?, ¿conocimientos tradicionales?, y ¿qué patrimonio es este?, ¿es colectivo?, ¿es patrimonio líquido del propietario?, ¿es cultural? 7. Ineficacia - Una Medida Provisoria no puede crear penalidades o sanciones que no sean meramente administrativas. Es necesaria una ley para que el país cuente con el poder de inhibición y represión a los biopiratas, que ciertamente pasarán por el costado de este Consejo. Por otro lado, no se hace referencia a las competencias del gobierno para la fiscalización del cumplimiento de esta legislación. Esta laguna es una consecuencia del punto anterior, pues aunque hubiese fiscalización, los fiscales no podrían hacer nada contra los infractores. 8. Decreto 3.945, del 28 de setiembre de 2001 - La composición estrictamente gubernamental del Consejo imposibilita cualquier participación significativa de las organizaciones de la sociedad civil, la comunidad científica, comunidades con derechos involucrados en su área de acción y otros sectores interesados. El Consejo podrá establecer criterios para la creación de una base de datos para el registro de información sobre conocimiento tradicional asociado, sin la participación de las comunidades locales y tradicionales, y antes de que se haya llegado a un consenso entre el gobierno y las organizaciones científicas y sociales sobre un tipo de reglamentación altamente polémico. Finalmente, todas estas disposiciones no aseguran que el acceso al patrimonio sea realizado con respeto del conocimiento tradicional, de la conservación del patrimonio biológico y con algún tipo de control social, conforme a las posiciones asumidas por Itamaraty en el ámbito de las relaciones internacionales. Apenas facilitan al máximo el acceso, garantizando sólo al Estado la discutible posibilidad de obtener beneficios con las concesiones. Esta situación es producto de un conflicto y una intensa disputa por el control del conocimiento entre las corporaciones privadas cuyo lucro es garantizado por el mercado de consumidores ricos y el interés público de las poblaciones que habitan en áreas ricas en diversidad biológica y poseen conocimiento tradicional asociado, pero que son privadas de sus derechos básicos. ALGUNAS PROPUESTAS Además del pleno apoyo a las reivindicaciones y propuestas de la Carta de los Pajés (ver abajo) y a toda iniciativa que busque difundir y profundizar la discusión de este tema en las comunidades y pueblos ricos en recursos genéticos y conocimiento asociado, en los ámbitos comunitario, regional, nacional e internacional, quisiera ponerme a disposición para contribuir con la realización de un encuentro panamazónico, en el cual se puedan discutir normas de acceso a la biodiversidad comunes a todas las naciones que comparten la Amazonia y la formulación de un tratado panamazónico de diversidad biológica y cultural. Considerando especialmente propuestas legales que han sido consolidadas en Perú y en Chile. Realizamos en noviembre de 2001 una audiencia pública de la Comisión de Asuntos Sociales del Senado, retomando el debate del Congreso, y realizaremos la segunda audiencia al inicio de la actividad legislativa de 2002, esta vez con la participación de científicos y empresarios. El esfuerzo por encontrar soluciones de desarrollo más justas y armónicas con respecto al acceso a la biodiversidad y al conocimiento comunitario a ella asociado, nos remitirá necesariamente a: (1) la valorización de lo “común”, del usufructo compartido, no apenas en el texto de una ley, sino también en el conjunto de las acciones del gobierno, y (2) la constatación de que territorios, recursos naturales y conocimientos son responsabilidad, en primer lugar, de los pueblos y comunidades que los poseen y, por lo tanto, que cabe sobre todo a sus propias organizaciones implementar la discusión de estas cuestiones en su base social. Es necesario difundir, estimular y acompañar este debate en nuestras comunidades y regiones. En este sentido, debemos multiplicar esta experiencia del encuentro de los "pajés", en São Luiz do Maranhão, a ejemplo del Primer Encuentro de Sanadores de la Selva, que reunió "pajés", curanderos, médicos y fitoterapeutas en Acre, en el Valle do Juruá, cuyas resoluciones fueron enviadas a los "pajés" en Maranhão. En mayo próximo, estaremos recibiendo en Acre a representantes de comunidades agrícolas, indígenas y otras tradicionales de todo el mundo para el Taller Internacional sobre Agrobiodiversidad, organizado por redes internacionales, como GRAIN (Acción Internacional sobre Recursos Genéticos). Esta será otra buena oportunidad para lanzar a todo Brasil y al mundo propuestas acordes con los intereses de aquellos que, a pesar del modelo insustentable de desarrollo actualmente hegemónico en gran parte del planeta, han sabido conservar y utilizar de manera sustentable los recursos naturales que nos fueron concedidos por la Creación. Anexo 1 - CARTA DE SÃO LUIS DO MARANHÃO (San Luis de Marañón) Nosotros, representantes indígenas del Brasil pluriétnico, en donde habitan 220 pueblos, que hablan 180 lenguas diferentes entre sí, con una población de 360 mil indígenas, ocupando 12% del territorio brasileño, reunidos en la ciudad de São Luís do Maranhão, del 4 al 6 de diciembre de 2001, para discutir el tema “La Sabiduría y la Ciencia Indígena y la Propiedad Industrial”, convidados por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), declaramos: 1. Que nuestros bosques se han mantenido preservados gracias a nuestros conocimientos milenarios; 2. Como representantes indígenas, somos importantes en el proceso de discusión sobre el acceso a la biodiversidad y los conocimientos tradicionales conexos porque nuestras tierras y territorios contienen la mayor parte de la diversidad biológica del mundo, cerca de 50%, y poseen un gran valor social, cultural, espiritual y económico. Como pueblos indígenas tradicionales que habitan diversos ecosistemas, tenemos conocimiento sobre el manejo y el uso sustentable de esta diversidad biológica. Este conocimiento es colectivo y no es una mercadería que se puede comercializar como cualquier objeto en el mercado. Nuestros conocimientos de la biodiversidad no se separan de nuestras identidades, leyes, instituciones, sistemas de valores y de nuestra visión cosmológica como pueblos indígenas; 3. Recomendamos al gobierno de Brasil la apertura de un espacio para que la representación de las comunidades indígenas pueda participar en el Consejo de Gestión del Patrimonio Genético; 4. Recomendamos al gobierno brasileño que reglamente por ley el acceso a los recursos genéticos y conocimientos tradicionales conexos, discutiendo ampliamente con las comunidades y organizaciones indígenas; 5. Nosotros, representantes indígenas, expresamos firmemente a los gobiernos y a los organismos internacionales nuestro derecho a la participación plena en los espacios de decisión nacionales e internacionales sobre biodiversidad y conocimientos tradicionales como en el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en la Comisión de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en la Organización Mundial de Comercio (OMC), en el Comité Intergubernamental de la Propiedad Intelectual relativo a los Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folklore de la OMPI, entre otros organismos; 6. Recomendamos que los países aprueben el Proyecto de Declaración de la ONU sobre Derechos Indígenas; 7. Como representantes indígenas, afirmamos nuestra oposición a toda forma de patente que provenga de la utilización de los conocimientos tradicionales y solicitamos la creación de mecanismos punitivos para inhibir el hurto de nuestra biodiversidad; 8. Recomendamos la creación de un fondo financiado por los gobiernos, y administrado por una organización indígena, que tenga como objetivo subsidiar investigaciones realizadas por miembros de las comunidades; 9. Recomendamos al Gobierno Federal la creación de cursos de capacitación y entrenamiento de profesionales indígenas en el área de los derechos de los conocimientos tradicionales; 10. Recomendamos la realización de un II Encuentro de Pajés sobre el Convenio de Diversidad Biológica y Conocimientos Tradicionales; 11. Recomendamos que se asegure la creación de un Comité Indígena para el acompañamiento de los procesos de discusión y planeamiento de la producción de los Conocimientos Tradicionales; 12. Recomendamos que el gobierno adopte una política de protección de la biodiversidad y sociodiversidad destinada al desarrollo económico sustentable de los pueblos indígenas. Es fundamental que el gobierno garantice recursos para que nuestras comunidades desarrollen programas de protección de los conocimientos tradicionales y la preservación de las especies in situ; 13. Hasta que el Congreso Nacional brasileño apruebe el proyecto de ley 2057/91 sobre el Estatuto de las Sociedades Indígenas, paralizado en la Cámara de Diputados hace más de 10 años, y sea ratificado el Convenio 169 de la OIT, paralizado en el Senado hace 8 años, ya aprobado por la Cámara de Diputados, proponemos que los pueblos indígenas discutan la necesidad del establecimiento de una moratoria en la explotación comercial de los conocimientos tradicionales asociados a los recursos genéticos; 14. Proponemos a los gobiernos que reconozcan los conocimientos tradicionales como saber y ciencia, dándole tratamiento equitativo con relación al conocimiento científico Occidental, estableciendo una política de ciencia y tecnología que reconozca la importancia de los conocimientos tradicionales; 15. Proponemos que se adopte un instrumento universal de protección jurídica de los conocimientos tradicionales, un sistema alternativo, sistema sui generis, distinto de los regímenes de protección de los derechos de propiedad intelectual y que entre otros aspectos contemple: el reconhecimento de las tierras y territorios indígenas, consecuentemente a su delimitación; el reconocimiento de la propiedad colectiva de los conocimientos tradicionales como imprescriptibles e invendibles y de los recursos como bienes de interés público; el derecho de los pueblos y comunidades indígenas locales a negar el acceso a los conocimientos tradicionales y a los recursos genéticos existentes en sus territorios; el reconocimiento de las formas tradicionales de organización de los pueblos indígenas; la inclusión del princípio del consentimiento informado previo y una disposición clara respecto de la participación de los pueblos indígenas en la distribución equitativa de benefícios resultantes de la utilización de estos recursos y conocimientos; permitir la continuidad del libre intercambio entre pueblos indígenas de sus recursos y conocimientos tradicionales; 16. Proponemos que la creación de bancos de datos y registros sobre los conocimientos tradicionales sea discutida ampliamente con comunidades y organizaciones indígenas y que su implantación sea posterior a la garantía de los derechos mencionados en este documento. En este encuentro están reunidos miembros de las comunidades indígenas con fuertes tradiciones así como líderes expertos para formular estas recomendaciones y propuestas. Preocupados con el avance de la prospección biológica y el futuro de la humanidad, de nuestros hijos y de nuestros nietos, reafirmamos a los gobiernos que firmemente reconocemos que somos detentores de derechos y no simplemente interesados. Por esta razón tenemos la seguridad de que nuestras recomendaciones y proposiciones serán acatadas para el bienestar de la humanidad. En São Luís do Maranhão, 6 de diciembre de 2001.