MEXICO CONTEMPORANEO DEL MODELO DEL DESARROLLO ESTABILIZADOR AL NEOLIBERALISMO. (1940−2000) Tema 1. Etapa Civilista Del Poder (1940−1952) Subtema: Manuel Avila Camacho, Miguel Aleman Valdez a)La industrialización b)La economia mexicana y la segunda guerra mundial c)Politica educativa d)Las universidades e)Campaña de alfabetización f)La urbanización g)La división de la clase media en México MANUEL ÁVILA CAMACHO, MIGUEL ALEMÁN VALDEZ El gobierno de Manuel Avila Camacho (1940 − 1946) se caracterizo por su política de unidad nacional. Durante este periodo presidencial, se consolidaron las metas obtenidas en el gobierno de Cárdenas. En materia laboral, se estableció el Seguro Social Mexicano. En el aspecto educativo se reformó el artículo 3º. Constitucional, suprimiendo el carácter socialista de la educación; se estableció la Campaña Nacional contra el Analfabetismo y se creó la Comisión Impulsora y Coordinadora de la Investigación Científica. Con el fin de institucionalizar la vida política y democrática del país, Camacho, promovió una reforma electoral que permitió regular la existencia de los partidos políticos, la formación del Consejo del Padrón Electoral y la creación de la Comisión Federal de Vigilancia Electoral. Se dio paso a los gobernantes de extracción civil. En vista de las elecciones, el PRM se transformó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El PRI postuló al licenciado Miguel Alemán Valdés, quien obtuvo el triunfo electoral para su periodo presidencial 1946 − 1952. Su política se centró en impulsar la industrialización del país. En 1947, a iniciativas del presidente, se modificó el articulo 115 constitucional para otorgar el voto a la mujer en las elecciones municipales. Durante la campaña de 1952, el general Miguel Enríquez Guzmán abanderó a grupos descontentos con la política del gobierno y fue postulado por la Federación de Partidos del Pueblo (FPP) como candidato a la presidencia para contender contra el candidato del PRI, Adolfo Ruiz Cortines, quien resultó triunfador. LA INDUSTRIALIZACIÓN 1 México ha iniciado un plan de industrialización general, abarcando todos los renglones de la agricultura y la industria que necesitan el mejoramiento: la mecanización agrícola, la mecanización industrial, la electrificación y la fundación de nuevas industrias. El gobierno ha utilizado para este fin los créditos exteriores, que alcanzan más de cuatrocientos millones de dólares; ha expedido una ley de Fomento Industrial con particular protección para las industrias nuevas y ha creado la Nacional Financiera, encargada de la política de fomento económico. Desde el primer año de la Administración del General Avila Camacho el gobierno mexicano trató de promover la industrialización, habiéndose proseguido esta política con vigor creciente durante el régimen del licenciado Alemán. Se ha hecho de la industrialización la gran meta nacional, confiando en que ha de lograrse una vida mejor para el pueblo mexicano al transformarse México de nación agrícola en país industrial. LA ECONOMIA MEXICANA Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL En 1940 las naciones nazifascistas (Alemania e Italia) declararon la guerra a Francia, Inglaterra y Rusia, y el mundo entero se vio envuelto en esa contienda, en la que luchaban a vida o muerte la democracia y el fascismo. La guerra fue total; no sólo se luchó en el frente de batalla, sino que también la industria, la agricultura, la ciencia y toda la economía mundial se acondicionaron para la lucha. Al producirse el ataque de Japón contra los Estados Unidos (8 de diciembre de 1941), el gobierno mexicano, cumpliendo los compromisos contraidos en las Conferencias Internacionales, rompió sus relaciones diplomáticas y consulares con el Japón, Italia y Alemania y las reanudó con Inglaterra. La Segunda Guerra Mundial cambio las relaciones internacionales de México en muchas formas. La segunda guerra mundial fue una guerra tota, y su aspecto economico incluyo la cooperación de paises distantes de los campos de batalla. Las naciones aliadas, Estados Unidos principalmente, aunmento sus esfuerzos para mantener los paises de Latinoamérica a su lado. La poliza del buen vecino de Estados unidos, y la inclinación de México en paoyar las causas por la democracia, fueron las razones principales de que estos dos paises se brindaron ayuda mutua. Inmediatamente después del ataque japones Pearl Harbor, México rompio relaciones con los paises del eje y adopto medidad defensivas, la cooperación de México con los Estados Unidos aumento. México y Estados Unidos continuaron negociaciones y ambos paises estableciron acuedos políticos, economicos y 2 militares par asegurar cooperación mutua. Uno de estos acuerdos fue la creación de la Comision de Defensa México−Estado Americana. La extensión del teatro depuse del ataque Pearl Harbor alcanzo a México. A principios de 1942 los botes−U de Alemania extendieron su area de operaciones, estas ahora incluian la costa Atlántica de Estados Unidos y el Golfo de México. Y al ser hundidos por submarinos alemanes los barcos petroleros de matrícula mexicana Potrero del Llano y Faja de Oro (mayo de 1942), el gobierno mexicano se vio obligado a declarar el estado de guerra entre México y los países totalitarios. Debido a todas estas circunstancias y a perdidas tanto físicas como materiales, México entro en un caos económico el cual afecto a todo el país, disminuyendo así la ayuda que proporcionábamos a Estados Unidos durante esta gran guerra mundial. POLITICA EDUCATIVA Conscientes los gobiernos revolucionarios de que una de las tareas básicas consiste en elevar el nivel cultural de los grandes sectores populares, se ha venido impulsando preferentemente la educación primaria, empero, se ha venido impulsando preferentemente la educación primaria; empero, como la población más numerosa del país se halla en el campo, la escuela rural se ha convertido en la institución representativa de la educación popular. La nueva escuela rural no sólo atiende la enseñanza de los niños, sino que se pone al servicio de la comunidad en general, enseñando el mejoramiento del cultivo de la tierra, el aprovechamiento de los recursos de la región, y fomentando la vida higiénica, cívica y cultural de sus habitantes. En 1960, a pesar de que existían 32,000 escuelas primarias, resultaban insuficientes para atender la enorme población escolar que queda al margen de la educación; por eso el Gobierno trata de resolver este ingente problema destinando una gran parte de su presupuesto para la formación de maestros y la construcción de edificios escolares, de acuerdo con el plan de once años formulado por la Secretaría de Educación, que permite prever que para 1970 ningún niño mexicano quedará sin oportunidad de recibir instrucción elemental. LAS UNIVERSIDADES Con el dictamen favorable de las comisiones, paso a Vasconcelos, entonces secretario de educación, quien solicito que le fuera mostrado el proyecto. Vasconselos retuvo en su poder el expediente hasta que fue devuelto a la cámara por su sucesor, Bernardo Gastelum, sin que entonces llegara ya a discutirse. En el documento de la federación se precisaba que la autonomía supone el derecho de aprobar los planes de estudio y las demás resoluciones técnicas que el funcionamiento de las escuelas requiriera; el de nombrar y remover a los 3 profesores, directores y empleados administrativos, el de ejercer con libertad el derecho de propiedad de sus bienes y disponer libremente de los bienes que le sean asignados. Por cuanto a la designación del rector, la federación de estudiantes que el profesorado y alumnado de la universidad presentaran una terna al presidente de la republica para que este hiciera el señalamiento final. En lo que se refiere al funcionamiento interno de la universidad, el secretario de educación tendría la facultad de hacer llegar sus opiniones y sugerencias al consejo universitario sin que existiera ningún vinculo entre la universidad y la secretaria. La universidad nacional, autónoma. Gómez morin describe los años y los días que preludiaron al movimiento de 1929 y el otorgamiento de la autonomía de la universidad nacional como un periodo en que la gestión ineficaz de las autoridades administrativas se extendió a todos los sectores de la vida universitaria, rompiendo con sus aspectos más esenciales los auténticos móviles del trabajo académico y trayendo consigo una serie de consecuencias secundarias muy graves para la actividad docente. La educación universitaria. La versión que los estudiantes de1929 no reclamaron abiertamente la autonomía parte del documento que, con gran habilidad política, le dirigió el presidente portes Gil en respuesta al que había recibido del alumno Ricardo García Villalobos. En este documento el presidente portes Gil dice: aunque no explícitamente formulado, el deseo de ustedes es el de ver a su universidad libre... con esta declaración pretendió ignorar todos los precedentes que habían sido presentados por los miembros de la comunidad universitaria en demanda de autonomía, entre los que figuraba el planteamiento de los propósitos huelguistas habían formulado en enero durante el congreso de Mérida. 4 De acuerdo con la ley orgánica de la universidad autónoma nacional de México de 1929, el rector de la universidad seria nombrado por el consejo universitario de una terna propuesta directamente por el presidente de la republica. Con todo, él articulo 19 decía que si el presidente no hacia llegar, en él termino adecuado, la terna al consejo universitario, este designaría a un rector provisional. La universidad autónoma, privada. La ley organiza de 1933 privó a la universidad de su carácter nacional, para enfatizar el grado de autonomía que se le daba a la universidad y su independencia completa relación al Ejecutivo, señalaba en su articulo 5° que el rector seria "jefe nato de la institución. El carácter de la institución privada también se advertía en lo relativo al financiamiento. Él articulo 9° estableció que la universidad recibiría una aportación de diez millones de pesos por parte del gobierno a cambio de subsidio que venia recibiendo hasta esa fecha. Con la ley organiza de 1933 el estado aparento atorgar a la universidad su autonomía económica; pero en realidad trato de venderla por hambre. En Noviembre de 1933 el consejo universitario definió la naturaleza jurídica de la universidad señalando que era una institución nacional La educación universitaria. Resolvió no remitir al congreso de la unión la iniciativa para la creación del concejo nacional de educación superior y de investigación. El 30 de octubre de 1935 fue publicado el decreto por virtud del cual se creo el concejo nacional de educación superior y de investigación científica que seria el nuevo instrumento del estado para normar la actividad de la enseñanza superior de México. El consejo tenia carácter de órgano de consulta necesaria del gobierno y su función ere la de estudiar las condiciones y necesidades del país en materia 5 educativa y de investigación. Durante su corta vida, el concejo nacional de educación superior y de investigación científica auspicio el desarrollos de centros universitarios como el de Guadalajara y el de Morelia y promovió la unificación de los planes y programas de estudio, lo mismo que las orientaciones y métodos de los institutos oficiales de cultura superior de los estados. La nueva universidad. El 3 de marzo de 1943, el rector Rodolfo Brito Foucher, mediante el oficio N° 237, solicito al precedente de la republica que dotara a la universidad de terrenos ejidales correspondientes a los poblados de Tlalpan, Copilco, Padierna y San Jerónimo Aculco para construir la ciudad universitaria. La gestión inicial había sido formulada por el rector Ignacio García Téllez el 25 de septiembre de 1930 en oficio dirigido al secretario de hacienda y crédito publico, donde expresamente requería a esa dependencia para que activara los tramites a efecto de que la universidad pidiera disponer de los fondos necesarios para construir ciudad universitaria. Mediante un decreto publicado en el diario oficial de la nación del 25 de septiembre de 1946, Manuel Ávila Camacho determino la expropiación de 4733 hectáreas localizadas en el punto solicitado por el rector de la universidad para que se construyera ahí la ciudad universitaria. Después del turbulento periodo del rector Rodolfo Brito Foucher y a sugerencia de Ávila Camacho, el 7 de agosto de 1944 el consejo universitario constituyo una comisión para entrevistar a los ex − rectores e invitarlos a que integraran una junta encargada de resolver el problema de la universidad. La junta quedo integrada por los ex − rectores García Téllez Gómez Morin, Ocaranza, Chico Goerne, Baz y De La Cueva. A ellos correspondió designar rector a don Alfonso Caso. De gestión de Caso, que debe considerarse luminosa , resulto la ley orgánica 6 de 1945 de la universidad nacional autónoma de México, todavía en vigor. El proceso nacional. El seminario tridentino conciliar de Sonora, fundado en 1838, fue el centro de estudios para la juventud de Sonora y Sinaloa. Posteriormente, en 1837, fue fundado en Sinaloa al Liceo Rosales que en 1918 paso a ser la universidad de occidente y en 1937 la universidad socialista del Noroeste. En 1941 la universidad socialista del Noroeste se convirtió en universidad de Sinaloa. El 25 de febrero de 1922 fue decretada la creación e la universidad nacional del sureste con una organización autónoma. esta universidad subsistió hasta 1938, año en el que cambio su designación por la de universidad ce Yucatán. En San Luis Potosí el antiguo instituto científico y literario fundado en 1859, se convirtió en universidad del estado en 1923 y mas tarde, en 1934, en universidad autónoma . En 1925 quedo constituida la universidad de Guadalajara. 9 años después fue clausurada y ese mismo año el nuevo gobernador la reinstituyo en definitiva con el nombre de instituto socialista de altos estudios a partir de 1937 se denomina universidad de Guadalajara. En 1930 se fundo la universidad de Nayarit. En Querétaro el colegio civil del estado, cerrado desde 1914, fue reabierto en abril de 1921 para desparecer una ves mas en 1932 aunque entonces se le confirió autorización para que siguiera funcionando la escuela de leyes. La universidad Juárez de Durango, fundada el 21 de marzo de 1957 tiene como antecedente una institución similar que comenzó a funcionar en 1933. CAMPAÑA DE ALFABETIZACION El sistema educativo mexicano, a partir de 1940, tuvo como objetivo principal incrementar la edu-cación científica y tecnológica para que sirviera de apoyo a la productividad. Desde entonces, cada gobierno ha establecido los lineamientos a 7 seguir con respecto a fa educación, en ese sentido, Avila Camacho implantó la Escuela de Unidad Nacional, mientras que, tiempo después, en el período 19521 958, Ruiz Cortines retomó esa postura nacionalista. Adolfo López Mateos aplicó el Plan de Once Años, con los objetivos da combatir el rezago del servicio educativo mediante la permanente expansión, que pretendió dar atención a la población estudiantil en constante y elevado crecimiento y el mejoramiento de los planes y programas de estudio, en todos los niveles: Preescolar, Primaria, Medio y Normal. Sin duda que un logro importante fue la elaboración de los primeros libros y cuadernos de trabajo gratuitos. Durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz se continuó con fa aplicación del Plan de Once Años. La población estudiantil creció cada vez más, las escuelas fueron insuficientes, la demanda de más y mejor educación fue intensa y entonces, y para hacer frente a esta situación, el gobierno buscó nuevas formas de apoyo por parte de la sociedad y decidió hacer uso de los medios masivos de comunicación en beneficio de la enseñanza. Algunas acciones efectuadas en este régimen con respecto al campo educativo fueron la organización del Sistema Nacional de Orientación Vocacional, la aplicación de nuevos métodos de enseñanza y el intento por unificar los niveles medio básico y medio superior, entre otros. El sistema educativo nacional continuo su crecimiento en el periodo de gobierno de Luis Echeverría Alvarez, pero a pesar del incremento en el gasto educativo. la educación escolarizada fue cada vez más insuficiente, debido entre otras cosas, al aumento considerable de la población. La reforma educativa implementada por este régimen originó la modificación de los planes y programas de estudio correspondientes a la educación básica; se estableció el sistema de enseñanza por arcas, se diseña en nuevos libros de texto para primaria; se crearon los Colegios de Ciencias y Humanidades y de Bachilleres 8 y surgieron los Acuerdos de Chetumal que consideraron diversos aspectos. entre ellos, la evaluación educativa. Es notable la expedición de la Ley Nacional de Educación para Adultos, en 1971, que indicó la creación de diversas formas de educación extraescolar y sistemas abiertos que sirvieron de apoyo para remediar en parte las carencias escolares. El Plan Nacional de Educación y el Programa Federal del Sector Educativo, señalaron los objetivos que en ese campo tenía el gobierno de José López Portillo: satisfacer la demanda de educación básica (primaria y secundaria, principalmente); la reducción del analfabetismo; el impulso de los sistemas abiertos y el incremento en el uso de los medios masivos de comunicación como recurso de apoyo para la educación. En el período presidencial de Miguel de la Madrid, se aplicó la revolución educativa cuyos resultados no fueron del todo positivos debido a la intensa crisis económica que en ese tiempo afectó a todos los sectores de la actividad gubernamental, sin embargo, en los diversos niveles educativos se hicieron llegar los adelantos científicos y tecnológicos más modernos, como la computación, incluida en las secundarias. En el sexenio 1988−1994, el gobierno ha emprendido el proceso de modernización educativa respuesta a los reclamos sociales y de acuerdo a los objetivos del desarrollo nacional, pretendiendo mejorar la eficiencia, calidad y cobertura del servicio educativo. Para esto resulta necesario extender la infraestructura, por lo que se requiere presupuestos mayores, a fin de construir nuevos edificios escolares y mantener los ya existentes. Una parte esencial del Programa de Modernización Educativa, fue la conformación de un nuevo modelo educativo, donde los contenidos habrían de modificarse, además de otras acciones. Con Manuel Avila Camacho se pretendió combatir al analfabetismo, a partir de 9 1944. mediante la Campaña Nacional contra el Analfabetismo; el régimen de Alemán Valdés creó la Dirección General de Alfabetización, buscando el mismo fin; Ruiz Cortines y López Mateos continuaron la labor tendiente a reducir ¡os índices de población analfabeta; Díaz Ordaz dispuso iniciar la alfabetización por televi-sión y formar el Centro de Educación Básica para Adultos, además de otras acciones que demostraron la decisión real del gobierno de reducir hasta donde fuera posible los índices de población analfabeta. Del gobierno de Luis Echeverría en adelante, la educación pública ha logrado grandes adelantos al conseguir la disminución del analfabetismo. Sin embargo, debido a muchos factores y a la crisis eco-nómica sucedida en la década de los años 80, aumentó el rezago educativo, originando la existencia de 4;000,200 personas analfabetas y 20 millones de analfabetas funcionales, o sea, personas que sola-mente cursaron hasta tercero de primaria. El panorama se torna difícil si se agrega el hecho de que más de 300 mil jóvenes no tienen la oportunidad de estudiar la secundaria y que un alto porcentaje de alumnos desertan de las escuelas. LA URBANIZACION La urbanización de nuestro país, se inició prácticamente en la década de los 40; desde luego que con ello la mancha urbana ha crecido cada vez más, ocupando extensas áreas rurales transformándo-las y provocando la alteración de su medio ambiente al construir en ellas casas. fábricas, carreteras y otras obras propias de las ciudades. Las recomendaciones dadas por organismos internacionales y los resultados obtenidos de constantes investigaciones sobre e! problema de la contaminación, han hecho que el gobierno mexicano aplique las medidas convenientes para solucionarlo. 10 Los servicios médicos ofrecidos por todas las instituciones que integran el esquema de la seguridad social en México, han hecho posible hacer frente a las principales causas de muerte de la población, lo cual ha hecho posible que en ¡os últimos años se mantenga una situación equilibrada entre enfermedades transmisibles, las de tipo degenerativo y accidentes. Las campañas permanentes diseñadas por el Sector Salud dieron por resultado el control y casi erradicación de enfermedades como: sarampión, tosferina, tifo, sífilis, tuberculosis y algunas más, así también la desaparición total de otras, entre ellas, el paludismo. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, hay enfermedades que aun persisten ocupando primordiales lugares como causantes de defunciones, sobresalen las diarreas y las neumonías. Además existen otros padecimientos que han incrementado su frecuencia, destacan la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las cerebro vasculares, principalmente. Como una de las consecuencias del desarrollo económico del país, muchas regiones vieron modificada su población. Las causas fueron la creación de vías de comunicación, mejoramiento de las que ya existían, la fundación de nuevas ciudades, el establecimiento de mejores condiciones de vida en vallas zonas del país y otras más. Durante el período 1940−1990, el centro de la República siguió siendo el lugar con mayor concentración poblacional, pero sucedieron también varios movimientos de personas hacia otros sitios. Algunos núcleos poblacionales se dirigieron con destino a lugares más adecuados para las tareas agrícolas, de tal forma que provocaron un considerable aumento de habitantes en las comarcas agrícolas de La Laguna, en la intersección de los estados de Coahuila y Durango; del valle de Mexicali, en Baja California; la cuenca del Río Papaloapan, en Veracruz; la cuenca del Río Tepacaltepec, en los límites de Jalisco y Michoacán, los valles de los ríos Mayo y Yaqui, en Sonora y otras más. 11 Otros factores que han influido para que surgieran los cambios en la distribución de la población son: Desarrollo ganadero, sobre todo en el norte de México; la realización de obras portuarias y la oportunidad de estar cerca de Estados Unidos. En los últimos años, la actividad comercial, pero sobre todo la industrial, ha contribuido para la formación de grandes concentraciones humanas, provocando el crecimiento de lugares como las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey, Nezahualcoyotl, Tlalnepantla, Naucalpan, León, Puebla. Cd. Juárez, Orizaba y muchas más. De esta manera. en diversas regiones del país ha disminuido su población, en otras se ha mantenido estable, mientras que en varias mas se ha incrementado notablemente. Tema 2 MILAGRO MEXICANO: (1952−1970) Subtema: Gobiernos de Adolfo ruiz Cortines, Adolfo Lopez Mateos y Gutavo Diaz Ordaz. a) El desarrollo estabilizaor b) La crisis del autolitarismo b.1) Movimiento magisterial b.2) Movimiento ferrocarrilero b.3) Movimiento medico b.4) Movimiento estudiantil GOBIERNO DE ADOLFO RUIZ CORTINES, ADOLFO LOPEZ MATEOS Y GUSTAVO DIAZ ORDAZ. 12 A la muerte del secretario de gobernación de Miguel Alemán, el doctor Héctor Pérez Martínez, fue nombrado Adolfo Ruiz Cortines su sucesor. En 1951 dejó este cargo para postularse como candidato a la presidencia. Durante su cargo, Ruiz Cortines expropió latifundios extranjeros en el norte del país y estableció precios de garantía para las cosechas. Formó el Programa de Progreso Marítimo, llamado Marcha Mar; y la Comisión Federal de Electricidad otorgó el servicio a más de seiscientas localidades. Ernesto P. Uruchurtu regente del Distrito Federal llevó a cabo grandes obras públicas en la ciudad. Cortines estableció en 1954 el aguinaldo, que consiste en un mes de salario por cada año de antigüedad del trabajador; y dio plenos derechos ciudadanos a la mujer (elegir y ser elegida para cargos públicos). Una nueva devaluación dejó el tipo de cambio a 12.50 pesos por dólar. Entregó el cargo presidencial a Adolfo López Mateos. Durante su periodo presidencial, López Mateos nacionalizó la industria eléctrica y se declaró el dominio de la nación sobre la plataforma continental y el espacio aéreo. Fue creado el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Más de trescientas mil hectáreas comenzaron a ser utilizadas para el cultivo gracias a mil obras pequeñas de irrigación. Se estableció la 13 repartición de los desayunos escolares y se edificaron cincuenta mil viviendas populares. En 1964 se terminó la construcción de la Unidad Profesional de Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional, así como el espléndido edificio del Museo Nacional de Antropología. En 1959 fue reprimida enérgicamente una huelga de ferrocarrileros que no estuvieron de acuerdo con las resoluciones legales establecidas por el gobierno. López Mateos llevó a cabo varios viajes al extrajeron, con el fin de entablar relaciones de amistad con otros países. Intervino en favor de Cuba cuando éste se declaró socialista y se opuso a que fuera excluida de la Organización de Estados Americanos. Negoció con Estados Unidos la devolución de un pequeño territorio llamado "El Chamizal", que había pasado a manos de los norteamericanos cuando el Río Bravo cambió su cauce unos kilómetros. Entregó su cargo a Gustavo Díaz Ordaz el 1° de diciembre de 1964. Durante el gobierno de Díaz Ordaz se construyó la presa de La Amistad en Coahuila y se adquirieron dos ferrocarriles de corto tránsito: el Intercaliforniano y el de Nacorazi. Se desarrolló la telefonía nacional e internacional; creció la red de carreteras en 14, 200 kilómetros y fueron modernizados y construidos más de cincuenta aeropuertos. Fue en este periodo que se iniciaron las labores del Sistema de Transporte Colectivo (Metro) con dos líneas la que va de Pantitlán a Tacubaya, y la de Taxqueña a Cuatro Caminos. Sin embargo hubo en este periodo graves problemas a los que no fue fácil encontrarles solución. Uno fue la migración de muchos campesinos a la ciudad, lo que causó problemas serios de vivienda. En Guerrero se hicieron evidentes los problemas en asuntos ejidales y de 14 cacicazgo. En Sonora hubo fuertes manifestaciones en contra del gobierno local, y tuvo que intervenir el ejército. Todas estas situaciones conflictivas se presentaron en un periodo muy delicado, pues México había sido elegido como sede de la XIX Olimpiada. Los problemas se agravaron por el surgimiento de un movimiento que aglutinó en numerosas marchas y manifestaciones al estudiantado de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional, culminando en una matanza durante un mitin en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. Marcados por este lamentable acontecimiento transcurrieron los Juegos Olímpicos y el resto del periodo presidencial de Echeverría. EL DESARROLLO ESTABILIZADOR Entre 1950 y 1970 la economía mexicana tuvo un desempeño notablemente exitoso. Ante este periodo, el Producto Interno Bruto per capita creció de 3 y 4 por ciento anual con una tasa de inflación promedio de cerca del 1 por ciento. Esos fueron los años dorados del llamado desarrollo estabilizador de la economía mexicana, época de industrialización y modernización. Sin embargo, a raíz de ciertos cambios en la política económica durante la década de los setenta, la economía se tornó más vulnerable a las condiciones externas; se devino la crisis en la balanza de pagos: una en 1976 y otra, más severa y prolongada, en 1982. Los gobiernos ulteriores serían partidarios de optar por la globalización del país, intentando incertarlo en el mundo regido por los patrones de la competitividad. A partir de 1988 el criterio teórico que prevaleció hasta el final del mandato del Presidente Zedillo fue la aplicación de la política neoliberal Una de las épocas más optimistas para la economía mexicana sin lugar a dudas es el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, comprendido en las décadas de los cincuenta a los setenta. El éxito se basó específicamente en concretar el 15 desarrollo del país en un modelo de crecimiento hacia adentro, prácticamente ignorando al exterior a través de barreras arancelarias y no arancelarias (aranceles y contingentes). A manera de ejemplo, de los sesenta a los setenta el número de artículos que requerían de permiso previo aumentó en un 60%. Con la aplicación del Sistema de Sustitución de Importaciones (SSI) se propició que el sector industrial creciera notablemente, ello conllevó al desarrollo de una rápida urbanización (durante los setenta el número de ciudades de más de 2,500 habitantes creció del 42,6% al 58,7%), con lo que la población se concentró en el sector industrial y de servicios, quedando relegada la actividad agrícola. De los cincuenta a los setenta la tasa de crecimiento poblacional alcanzó niveles de casi 3,5% por año. Sin embargo el crecimiento industrial no fue suficiente para absorber la creciente fuerza de trabajo que se trasladó del campo a la ciudad. La alternativa, nunca suficiente por supuesto, fue el sector de los servicios, aunque la remuneración generalmente era inferior a la del sector industrial. Durante la época del Desarrollo Estabilizador se aplicaron unas políticas macroeconómicas empeñadas en lograr la estabilidad financiera. Lo más destacable es que se logró generar un considerable ahorro interno; la política cambiaria, con relación al dólar, desde 1954 se fijó en $12,50 pesos, paridad que pervivió hasta mediados de 1976 cuando se devino una crisis en la balanza de pagos que aniquiló al régimen de tipo de cambio fijo. El deterioro definitivo se devino fundamentalmente por dos razones: Debido a que la expansión del gasto público fue acompañada de incrementos en la recaudación fiscal, y con ello el déficit fiscal creció con el aumento del déficit de cuenta corriente, y la tasa de inflación. La retórica de centro−izquierda del Presidente Luis Echeverría Álvarez, terminó por deteriorar la confianza que los empresarios e industriales habían depositado en el 16 país. La fórmula por la que el gobierno apostó tras la desaceleración económica de principios de los setenta, fue optar por la expansión del gasto público, incrementando la inversión estatal. Se creyó que si el Estado controlaba mayormente el desarrollo económico participando activamente en la inversión y que fuera propietario de sectores estratégicos como el energético, México sería un país más próspero, más justo y menos vulnerable a las tensiones políticas y económicas tanto internas como externas (The Macroeconomics of Populism in Latin America, 1991: 223−262). El gobierno de Luis Echeverría Álvarez consideró que lo más conveniente era que el Estado tuviera una mayor participación por que con ello lograría un mayor control, y con un mayor control previsiblemente se podrían evitar tensiones sociales similares a las acaecidas durante 1968, ya de tipo estudiantil o de tipo guerrillero, específicamente en el campo (Bazdresch, 1989). Lo rescatable de este período fue que se incentivó el desarrollo de proyectos de infraestructura y lo referente a la educación se vio sensiblemente favorecido. En contraposición hubo un desperdicio extraordinario de los recursos, lo que conllevó, finalmente, a un incremento del déficit fiscal y a los ya señalados desequilibrios en la cuenta corriente de la balanza de pagos; ambos problemas fueron financiados a través del endeudamiento con el exterior. El déficit fiscal aumentó del 2,5% del PIB en 1971, al 10% del PIB en 1975 (Zedillo, 1986: 968). Asimismo, en ese mismo período el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos subió de 900 millones de dólares a 4,400 millones de dólares, al tiempo que la deuda pública aumentó de 6,700 millones de dólares a 15,700 millones de dólares (Macro Asesoría Económica..., 1990: 562). Finalmente, la tasa de inflación, que en las dos décadas anteriores había sido el máximo orgullo nacional, aumentó de 3,4% en 1969 a 17% en 1973 (Macro Asesoría Económica..., 1990: 433). Como 17 consecuencia, la política de la expansión en el gasto público definitivamente se derrumbó en 1976. La acción lógica ante tales vicisitudes económicas, y agravadas éstas por el proceder pro−socialista del gobierno de Echeverría, fue la huida de los capitales privados hacia Estados Unidos, previendo que el tipo de cambio con relación al dólar caería todavía más. Ello provocó que las reservas del Banco Central se agotaran, hasta que en agosto de 1976, ante una situación desesperada y luego de 22 años de un tipo de cambio fijo, se permitió la libre flotación del peso. La primera reacción fue la devaluación del peso en una cifra cercana al 40%. Posteriormente estalló la crisis. El gobierno recurrió al FMI en busca de apoyo financiero, hecho que se concretizó a finales de 1976 con la firma de un acuerdo. Sin embargo, coincidiendo con Zedillo, bien es cierto que el mal manejo de las políticas económicas no fueron el único factor que conllevó a la crisis económica, también lo fue que la recesión económica sufrida a nivel mundial −específicamente en virtud de la crisis de los precios del petróleo de 1973− implicaron que el país entrara en una de sus más agudas crisis económicas (Zedillo, 1986: 965). LA CRISIS DEL AUTORITARISMO La crisis auritalista estallada en 1976 tuvo una corta duración. Ya en el ejercicio de gobierno del Presidente José López Portillo, se descubrieron enormes yacimientos de petróleo, lo que de nueva cuenta fue un factor determinante en la aplicación de la política − económica nacional. Las anteriores políticas restrictivas del gasto rápidamente fueron cambiadas por una política de derroche. La frase que se convirtió en el estandarte del sexenio fue que México, de entonces y en adelante, tendría que aprender a Administrar la Abundancia, frase que, como se verá más adelante, no fue una realidad digna de fiarse. La postura gubernamental era que el país crecería de forma inmensurable a partir de 1978, pero se desestimó la pésima 18 administración que tendrían los recursos obtenidos. Se pensó que el desarrollo del país podría sobradamente estar sustentado en la exportación de petróleo y sus derivados, y que a partir de la obtención de esos ingresos se podrían reducir las restricciones de tipo fiscal al tiempo que se pagarían las deudas con el exterior. El sector privado rápidamente se aprestó a retornar los capitales al país, situación que se vio todavía más favorecida en 1979, cuando se descubrieron nuevos yacimientos de petróleo y, añadidamente, el precio del petróleo se incrementó a nivel internacional. Con lo anterior todo parecía indicar que en adelante México se vería encumbrado en la lista de los países más ricos y, tal vez, más poderosos. El Estado sustentó el crecimiento en el gasto público, lo que impactó sensible y favorablemente en la producción y en la captación de inversión privada, lo que conllevó a la generación de empleo. Las cifras revelan la pujanza económica que se vivía en aquellos tiempos, y específicamente entre 1978 y 1981. A modo de ejemplo, el incremento del PIB alcanzó cifras del 8,4%, al tiempo que la inversión aumentó al 16,2% y la generación de empleo creció 5,7%. Empero, en el transfondo de todo este gran optimismo se vislumbraban agudos problemas. La dificultad mayor radicaba en la excesiva dependencia en un solo recurso natural, el petróleo. Mientras se pensaba en Cómo Administrar la Abundancia se empezó a formar una bomba, la cual no tardaría en explotar. Primero se empezó a formar un déficit fiscal, agravado por la sobrevaluación del peso, lo que conllevó a un sensible desequilibrio en la balanza de pagos. El hecho que desafortunadamente vino a agravar la situación fue la creencia de que los precios de la gasolina seguirían en aumento, lo que sirvió de justificante para que el gobierno incrementara el gasto público (World Bank Development Report, 1980: La creencia resultó un fracaso. En el último tercio de 1981 el déficit fiscal alcanzó 19 la cifra del 14,1% del PIB. Ya en 1982 la situación se convirtió en una crisis insostenible. El camino que el gobierno decidió tomar fue financiar el déficit público a través de préstamos solicitados al exterior, y más en concreto a algunos bancos. Bien es cierto que hasta 1980 se manejaban niveles de deuda dentro de los límites de lo razonable −v.g 3,300 millones de dólares por año, de 1978 a 1980−, pero se disparó hasta un total de 33,800 millones de dólares. La solución, a la vista del gobierno, no fue otra que echar mano de los recursos naturales, aunque no ayudó a paliar los efectos contundentes pues las condiciones ya estaban dadas. Aparejadamente la balanza comercial rápidamente fue deficitaria, incrementándose de 1,800 millones de dólares en 1978 a 3,400 millones en 1980. En muy corto tiempo el país se volvió absolutamente dependiente de sus exportaciones petroleras, llegando al 72,5% de las exportaciones totales de bienes y servicios durante 1981, lo que conllevó a que la paridad peso − dólar estuviera en función de los precios internacionales del petróleo. Por último, y como una agravante mayor, las tasas de interés del exterior aumentaron, lo que obligó a que se designaran mayores cantidades de dinero al pago de la deuda. Durante 1981 las tasas de interés del exterior subieron, al tiempo que el precio del petróleo bajó. La solución seguida ante tal situación: más endeudamiento con el exterior. Con esto se terminaron de afinar las causas para convertir a la deuda en un problema de dimensiones inmanejables, esto es, al término Deuda se agregó el de Eterna. MOVIMIENTO MAGISTERIAL Independientemente de los antecedentes del MRM, del movi-miento de los maestros bilingües de la Coalición de Promotores 1 que por cierto en 1979 habían llevado a cabo un plantón y la to-ma del edificio mismo de la SEP en el Distrito Federal, de los mo-vimientos de normalistas en Oaxaca, Tuxtepec, Tamazulapan y la participación de muchos maestros normalistas en el Mo-vimiento Democrático Universitario; en la coyuntura de 1980 se presentan, como nuevos ingredientes para el surgimien-to del Movimiento Magisterial Democrático de la sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), los siguientes hechos: los salarios castigados por la política económica gubernamental; la discutida elección de Fernando Maldonado como secretario general de la misma <en el congreso celebrado en Huajuapan el 22 de 20 enero) y que grupos de opositores señalaban como una imposición; el nombramiento de éste como secretario general del CDF del PRI (el 24 de abril), que genera el rechazo de diversos núcleos de profesores; los intentos de la policía por detener la protesta del contingente magisterial en la marcha del 1 de mayo del mismo año y de lo que más adelante se responsabilizará al secretario general de la sección; las maniobras de la dirección del sindicato para destituir al delegado de la SEP, Hernán Mo-rales Medina, utilizando el paro magisterial (iniciado el 2 de mayo en demanda de solución al problema de retraso de pa-gos a más de 2 000 mentores) y que tienen como propósito colocar en ese puesto al anterior secretario general de la sec-ción, profesor David Mayrén. El paro iniciado el 2 de mayo rebasa a los dirigentes y se vuelve como un bumerang contra ellos cuando intentan dete-nerlo. Se le pide a Maldonado que renuncie a la secretaria del PRI y que encabece la demanda de aumento salarial, a lo que habrá de negarse. Días más tarde, el 12 de mayo, más de 12 000 maestros realizan una marcha silenciosa en la ciudad de Oaxaca. Se forma la asamblea permanente con 66 secretarios generales de las delegaciones, así como con representantes de diversos centros de trabajo y comités de lucha. Los acontecimientos se desarrollan vertiginosamente. El 13 de mayo es desconoci-do el Comité Ejecutivo Seccional y se nombra una comisión ejecutiva integrada por tres representantes de cada región misma que, por la fuerza que adquiere el movimiento, enca-bezará casi por dos años al magisterio de la entidad. El movi-miento es apoyado por la Federación de Padres de Familia y otras organizaciones del sector disidente entre las que se en-cuentran la COCEO y la COCEI. El 29 de mayo, más de 24 000 maestros oaxaqueños parti-cipan en una manifestación en la ciudad de México exigiendo un aumento de salarios y el reconocimiento de la comisión ejecutiva. El día 9 de junio vuelven a manifestarse junto con otros 60 000 profesores del Distrito Federal convocados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) la que, incluso, realiza un paro en apoyo de los maes-tros de Oaxaca. Los maestros oaxaqueños se quedan en plan-tón indefinido frente a las oficinas de la SEP en la ciudad de México. Corno resultado de estas acciones se obtiene del Co-mité Ejecutivo Nacional del SNTE el compromiso de convocar a un congreso extraordinario para elegir nuevos dirigentes y la aceptación de la comisión ejecutiva integrada por 12 miem-bros de la sección XXII, pero encabezada por un representan-te del Comité Ejecutivo Nacional, responsabilidad que recae en la persona del profesor Hugo Romero Ojeda. Por su parte el gobierno federal otorga un aumento del 22 por ciento a maestros federales y además 500 pesos adicionales a los maestros rurales con lo que concluye finalmente el paro y el plantón frente a la SEP. Al término de esta primera etapa, en que son desconocidos los dirigentes, queda al frente de la sección XXII una co-misión ejecutiva presidida por un representante del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE que, en dos ocasiones incluso, es reemplazado. La lucha empero no queda ahí, sino que durante cerca de dos años se orientará a lograr la realización del congreso seccional para elegir a sus representantes. A pesar de las dilaciones y negativas del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE el congreso se realiza finalmente en febrero de 1982 saliendo derrotado por abrumadora mayoría el grupo van-guardista y quedando al frente de la sección uno de los miembros de la comisión ejecutiva, el profesor Pedro Martí-nez Noriega. Consolidado en Oaxaca el movimiento, éste habrá de to-mar nuevos perfiles. La sección XXII, luego de una consulta estatal entre sus miembros, decide integrarse a la Coordi-nadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), levantando nuevas demandas ante la delegación estatal del ISSSTE, de la cual es titular Ericel Gómez Nucamendi, entre ellas: creación de puestos periféricos y clínicas; remoción del director del hospital por despotismo y negligencia; liquida-ción de préstamos y devolución de descuentos; abasteci-miento y ampliación de las tiendas del instituto. El 22 de noviembre de 1982 la asamblea estatal de dicha sección, máxi-mo órgano de dirección del movimiento, acuerda exigir un aumento salarial del 50 por ciento y constituir el Frente Esta-tal en Defensa del Salario y Contra la Carestía de la Vida, para ello amplían sus alianzas con otros grupos del sector disidente: Pedro Martínez Noriega expresa en abril de 1983: La presente crisis obliga a que numerosos sectores nos aglutinemos para conseguir mejores condiciones de vida, es un 21 momento coyuntural que identifica a los trabajadores, no tanto en coincidencias políticas sino en función de necesidades insatis-fechas que indudablemente llevarán al magisterio oaxaqueño a celebrar alianzas con obreros y campesinos. Con la intención anterior se celebra, en octubre de 1983, el Primer Foro de Organizaciones Populares Contra la Carestía y la Austeridad, con la asistencia de 16 organizaciones, entre ellas: la Unión de Colonias Populares de Huajuapan, el SUTIN, la COCEI, el PSUM, el PRT, la Unión de Campesinos Pobres de la Mixteca, el STEUABJO, etcétera, y el 18 del mis-mo mes se lleva a cabo, junto con estas organizaciones y otras en todo el país, el Paro Cívico Nacional. Para este mo-mento las demandas del magisterio se dirigen al ISSSTE, a la Unidad de Servicios Educativos a Descentralizar (USED) y al gobierno del estado. A este último se le pide la aclaración de la muerte de 36 profesores que han sido asesinados en los úl-timos años y la solución del problema de 2 810 maestros fede-ralizados que no pueden jubilarse mientras no sean cubiertas las cuotas que requiere el ISSSTE. Otros planteamientos de este momento son la negativa de la sección a la llamada descentralización educativa, en cu-yo rechazo coincide con los contingentes a los de la Coordi-nadora Nacional de Trabajadores de la Educación que agrupa a la sección VII de Chiapas y a los comités centrales de lucha de diversos estados de la república. En enero de 1983 la CNTE logra del consejo nacional (en el que se elige a Alberto Mi-randa Castro como secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE) dos carteras dentro del comité ejecu-tivo que recaen en las personas de Cirilo Rivera de la sección XXII y de Manuel Hernández de la sección VII. Obviamente el desarrollo del movimiento no es lineal, se enfrenta especialmente a la burocracia sindical nacional que apoya a los miembros de Vanguardia Revolucionaria para re-cuperar el control de la sección XXII. Las fuerzas minoritarias de Vanguardia en Oaxaca la llevan en su impotencia polí-tica, a dar golpes de espectacularidad como el de las tomas del edificio sindical y del hotel del magisterio el 24 de octubre de 1983, en un momento en que la sección sindi-cal atraviesa por un fuerte diferendo interno a causa del apo-yo al ayuntamiento popular de Juchitán, desconocido el 3 de agosto del mismo año, y que en el balance político de Van-guardia presenta circunstancias favorables para recuperar el poder. La respuesta, sin embargo, es negativa para ésta, ya que los maestros actúan masiva y unitariamente en defensa de su proyecto sindical que se caracteriza por una amplia par-ticipación de las bases en la toma de decisiones y que ha si-do, hasta el momento, el elemento fundamental de su larga resistencia. El 25 de octubre miles de maestros acordonaron la manzana donde se ubica el edificio sindical, y días más tar-de, los miembros de Vanguardia se ven obligados a desalo-jarlo, protegidos por la policía del estado. No obstante, los vanguardistas no cejan en su empeño, el 3 de noviembre de ese año, realizan una asamblea general en Temazcal, Tuxtepec, donde eligen un Posteriormente las acciones políticas de los maestros de la sección XXII se dirigieron en varias direcciones, entre ellas destacan: la preparación de la sucesión del Comité Ejecutivo Seccional que debió ser relevado en febrero de 1985, la solución de las diversas demandas hechas al gobierno estatal, a la USED y al ISSSTE; el fortalecimiento de la alianza con otros sectores, entre ellas con la sección VII de Chiapas, con la que se habían realizado asambleas estatales conjuntas, la CNTE, los sindicatos independientes y la FSTE, con la cual participó en marzo de 1984 en la toma de las oficinas del SSSTE. Casi tres años habían transcurrido desde la elección del Comité Ejecutivo de la sección XXII encabezado por Pedro Martínez Noriega y cuando ello, en diciembre de 1984, se ini-ciaron los trámites para que de acuerdo a lo dispuesto por los estatutos del SNTE, el Comité Ejecutivo Nacional diera a co-nocer la convocatoria para el congreso en donde se elegirían a los nuevos representantes. Al hacer, el Comité Ejecutivo Nacional caso omiso del acuerdo, los maestros oaxaqueños decidieron realizar un paro indefinido de labores, en marzo de 1985, e iniciar una caminata de cerca de 1 000 maestros hacia la ciudad de México. Después de varios días, cuando la mar-cha llegaba ya a la ciudad de Tamazulapan, en la víspera de una visita a Oaxaca del Presidente 22 de la República Miguel de la Madrid, con motivo de la celebración del natalicio de don Benito Juárez, el 21 de marzo, y con el apremio de la Se-cretaria de Gobernación, el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE aceptó firmar un convenio con la sección XXII, en el que aquel se comprometía a celebrar el congreso en abril del mismo año y esta última, a levantar el paro y suspender la ca-minata. Llegó abril y los maestros oaxaqueños se quedaron esperando, el CEN dijo, entonces, que el congreso se celebra-ría en junio. Con el argumento de las próximas vacaciones de fin de cursos, el CEN volvió a posponerlo para diciembre, pero tampoco cumplió. En enero de 1986, los maestros reiniciaron la lucha en demanda de su congreso. Su plan de acción in-cluía, como medidas centrales: paro indefinido de labores, reinició de la marcha a México; huelga de hambre en las ciudades de Oaxaca y México; bloqueo de carreteras en el es-tado de Oaxaca; traslado masivo del magisterio oaxaqueño a la ciudad de México. Estas acciones se llevarían a cabo en forma sucesiva. El paro indefinido y la caminata a la ciudad de México se reiniciaron el día 16 de enero de 1986. En el primero participó más del 90 por ciento de los trabajadores de la sección XXII y sólo unas cuantas escuelas, en manos de vanguardistas, per-manecieron en clases. La caminata la hicieron más de un millar de maestros. A los tres días de iniciadas estas actividades el CEN del SNTE aceptó llevar a cabo el congreso para cl 27 y 28 de enero firmando la convocatoria correspondiente. No obstante ésta, y considerando los antecedentes de convenios similares que no fueron respetados por la dirigencia nacional, los maestros oaxaqueños decidieron continuar con su plan de acción hasta la realización del congreso. Los marchistas recorrieron cientos de kilómetros entre Oaxaca y Puebla llegando a esta última justamente en la víspera de la supuesta realización del congreso. Muchos de ellos lesionados, cansa dos y enfermos tuvieron que ser atendidos en centros hospi-talarios para rehabilitarlos y continuar su recorrido al Distrito Federal en caso de que el congreso no se realizara. Por su parte, el resto del magisterio se plantó en las prin-cipales plazas públicas de la entidad y continuó realizando actividades político − sindicales entre las cuales destaca la enorme marcha del 25 de enero en la ciudad de Oaxaca, de la que una cronista de El Imparcial decia: "...mientras la cabeza de la marcha hacia su arribo al zócalo entrando por las calles de Trujano y llegaba a la explanada de catedral, la cola de la serpiente hu-mana era visible en el cruce de García Vigil y More-los. Alrededor de las 5:30 de la tarde el mitin dio prin-cipio y no fue sino hasta las 7:15, cuando la luna ya había aparecido en el horizonte, que el último contingente de maestros de valles centrales entró en la pla-za de la Alameda de León. Era notorio que el apoyo y la solidaridad que el movimiento magisterial lograba dentro y fuera del estado iba creciendo. MOVIMIENTO FERROCARRILERO Entre 1958 y 1959, años del movimiento ferrocarrilero encabezado por Demetrio Vallejo y Valentìn Campa, militantes del Partido Obrero Campesino Mexicano y del Partido Comunista Mexicano, respectivamente, y 1961, año en que Fidel Castro declara el rumbo socialista de la revoluciòn cubana, la izquierda vive un intenso debate ideològico dentro de cada una de sus organizaciones. La derrota del movimiento ferrocarrilero habìa llevado a concluir al Partido Comunista Mexicano que su vieja tèsis de que el socialismo podìa ser alcanzado 23 profundizando las conquistas sociales, econòmicas y polìticas de la Revoluciòn de 1910 era caduca. La represiòn del gobierno de Lòpez Mateos a los ferrocarrileros y a los partidos de izquierda habìa sido la constataciòn de que era necesario cambiar de estrategia. La actuaciòn del PCM dentro del movimiento ferrocarrilero habìa llevado a Josè Revueltas, Enrique Gonzàlez Rojo, Eduardo Elizalde y otros distinguidos intelectuales a elaborar una aguda crìtica al Partido Comunista, lo cual les valiò ser expulsados de la organizaciòn. A lo largo de dos años, Josè Revueltas para fundamentar teorèticamente la creaciòn de la Liga Comunista Espartaco, una nueva agrupaciòn comunista, se abocò a escribir El Proletariado Sin cabeza,una de las obras polìticas màs importantes de la historia del socialismo mexicano. En el movimiento ferrocarrilero, decìa Revueltas, la izquierda mexicana y en particular el PCM, no supieron ver el contenido polìtico de la huelga que habìa provocado un enfrentamiento abierto con el conjunto de la burguesìa , para lo cual los ferrocarrileros no estaban organizativa e ideològicamente armados. La derrota ferrocarrilera llevò a Revueltas a hablar de la inoperancia del movimiento comunista en Mèxico, tal como se encuentra concebido y dirigido. En El proletariado sin cabeza, Revueltas hizo una puntillosa crìtica del nacionalismo revolucionario y su influencia en los comunistas mexicanos. Para èl quedaba claro que la ideologìa de la revoluciòn mexicana era, desde una perspectiva marxista, inservible para los intereses de la clase obrera. No obstante el rigor intelectual de Revueltas y lo novedoso de sus 24 planteamientos dentro del pensamiento comunista mexicano, su influencia era grupuscular y sin trascendencia alguna en un movimiento de masas o en un frente polìtico amplio. Precisamente cuando el autor de Los bienes terrenales, Los errores, Los Muros de Agua y El Apando, entre otras obras señeras de la literatura mexicana, termina El Proletariado sin Cabeza, se gesta un amplio movimiento polìtico que reivindica centralmente el papel del nacionalismo revolucionario en la organizaciòn de las clases sociales antiimperialistas de Mèxico. MOVIMIENTO MEDICO El movimiento medico de 1964−1965, que demando mejoras en los salarios y las condiciones de trabajo, es calificado por el gobierno, como peligroso en el grado sumo. El movimiento medico es intenso, heroico a su manera, combativo, y por eso se le reprime con ferocidad, con todo y encarcelamiento. Recién iniciado el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, en 1965, surgió un movimiento de protesta por parte de los médicos miembros de la Asociación Mexicana de Médicos Residentes e internos cuyos antecedentes provenían desde el año anterior, siendo reprimido mediante el uso de la fuerza pública. La actitud autoritaria del presidente Díaz Ordaz se manifestó en diversas ocasiones, por ejemplo: al oponerse a los proyectos presentados por Carlos Madrazo para democratizar la vida interior del Par-tido Revolucionario Institucional; al negársele el registro legal del Frente Electoral del Pueblo; al or-denar la clausura de diversas revistas como parte de las acciones tendientes a controlar ¡a libre ex-presión política, entre otras más. MOVIMIENTO ESTUDIANTIL El movimiento estudiantil de 1968 comenzó prácticamente cuando ¡os alumnos del Instituto Politéc-nico Nacional (IPN) realizaron protestas en contra de la represión policíaca ejercida el 24 de julio que trajo por consecuencia la ocupación de las 25 escuelas vocacionales 2 y 5 por parte de los policías. Se organizaron manifestaciones, algunas de ellas coincidieron con ¡as llevadas a cabo por los grupos juveniles del Partido Comunista; hubo en-frentamientos entre estudiantes y policías; in-tervino el ejército en la UNAM el 30 de julio; se formó un Comité Coordinador de Huelga; se declararon en huelga en la UNAM, el IPN, la Universidad de Chapingo y algunas universi-dades de otras partes del país y se unieron al movimiento la coalición de Profesoras de Enseñanza Media Superior, las universida-des Iberoamericana del Valle de México y el Colegio de México. En términos generales los participantes so-licitaban una mayor reforma democrática del sistema político mexicano, amplia libertad de-mocrática y libertad a ¡os presos políticos. Los sectores participantes en este movimiento fueron: el formado por ¡os estudiantes radica-les de las escuelas preparatorias y de educa-ción superior que iniciaron las protestas; los profesoras y estudiantes de tendencias iz-quierdistas y los Identificados con el Partido Comunista y por último, el integrado por intelectuales, profesores y alumnos próximos a salir, del área de humanidades de la UNAM, así como del IPN. Entre las causas que provocaron este movimiento pueden citarse la tendencia del gobierno por favorecer a las clases privilegiadas económicamente en perjuicio de las clases medias; la pérdida gradual del sentimiento nacionalista en los jóvenes estudiantes; la crisis en las relaciones del gobierno con ¡as universidades y la falta de instituciones y organizaciones políticas que representaran e incorporaran adecuadamente a los nuevos elementos de la sociedad mexicana como eran los jóvenes estudiantes y las clases medias. También influyeron, sin duda, las posturas radicales de los jóvenes que en la década de los 60 rea-lizaron rebeliones violentas contra los valores y normas de los países donde vivían: Estados Unidos, Francia y Alemania. 26 México se preparaba para inaugurar los juegos olímpicos el 12 de octubre de 1968, pero la situación se fue agravando durante agosto y septiembre, hasta que finalmente hizo crisis el 2 de octubre, cuando la manifestación conformada por aproximadamente 15 mil personas, fue reprimida en la Plaza de las Tres Culturas de la Unidad Habitacional Tlaltelolco, en el Distrito Federal, causando la muerte de más de 300 gentes e hiriendo a miles de manifestantes, según datos oficiales. Al año siguiente, en su quinto informe de gobierno el Presidente Díaz Ordaz asumió totalmente su responsabilidad ante estos sucesos. Tema 3 CRISIS DEL MODELO DESARROLLISTA: 1970−1982 Subtema 1: Gobiernos de Luis Echeverria Alvarez y Jose Lopez Portillo. Subtema 2: Relaciones Exteriores a) La migración México−Estados Unidos b) Vecinos Distantes c) Fin de la guerra fria d) México y la confrontación de los bloques economicos GOBIERNOS DE LUIS ECHEVERRIA ALVAREZ Y JOSE LOPEZ PORTILLO El periodo de Echeverría aceleró el ritmo de la inversión pública y extremó el diálogo entre el gobierno y los jóvenes, los obreros y los campesinos. El desorden económico mundial también se manifestó en México con el fenómeno que los periodistas llamaron "atomía", que consistió en la rápida y desordenada elevación de los precios, la escasez de circulante y una fuerte tendencia al desempleo. 27 Gracias a la inversión pública creció la producción petrolera, eléctrica y siderúrgica; se duplicó la red carretera y se construyeron nuevos aeropuertos. Para solucionar de algún modo la situación económica del país, creó la Comisión Nacional Tripartita, la cual estaba formada por empresarios, líderes sindicales y funcionarios públicos. De esta comisión nació INFONAVIT . Surgieron en este periodo la Secretaría de Turismo, la de Reforma Agraria y la Comisión de Estudios del Territorio Nacional. En 1976, año en que entregó su cargo a López Portillo, se produjo una nueva devaluación, que sería causa más tarde de la crisis nacional. Unico candidato en su periodo de elecciones, López Portillo tomó el poder el 1° de diciembre de 1976. Para beneficiar a los trabajadores con bajo salario, López Portillo modificó algunas leyes fiscales y se firmaron convenios con 140 empresas privadas para crear trescientos mil empleos. Fundó el banco obrero, con un capital de cien millones de pesos. En el ámbito internacional, López Portillo es un personaje importante en las relaciones con España, pues fue el primer jefe de Estado mexicano que viajaba a ese país. Con este hecho, las relaciones se hicieron prometedoras. España compró una fuerte cantidad de petróleo y azufre mexicanos. Basó el desarrollo económico en la explotación de bancos petrolíferos y en la obtención de créditos en el extranjero a partir de ésta, lo que causó serios problemas cuando se dio una baja mundial en el precio del petróleo. El peso sufrió varias devaluaciones y la banca fue nacionalizada. RELACIONES EXTERIORES Si partimos de la afirmación según la cual la política exterior surge como consecuencia de un cambio en lo interno o en lo externo que afecta la condición 28 del Estado, el efecto de los factores internacionales de carácter económico presentes de 1970 a 1982 llevaron a la crisis del modelo económico sustentado en la sustitución de importaciones y orientado hacia el desarrollo de la economía nacional mexicana, entendido éste último como el interés primordial de la nación. De ahí que la respuesta, fundamentada en el mismo imperativo, habría de plantear necesariamente acciones consecuentes en dos planos: el interno, en el cual recaerá en mayor medida la responsabilidad del éxito del Plan Nacional, y el externo que incluirá el logro de objetivos específicos que habrían de coadyuvar al logro de las metas propuestas en lo interno. Es así como a partir de 1982 nos encontramos con la propuesta de un nuevo modelo económico, calificado por muchos como de corte neoliberal debido a su identificación con dicha corriente de pensamiento económico, y manifiestamente orientado hacia la recuperación de los niveles de crecimiento recientemente perdidos por la economía mexicana con el consecuente deterioro de los niveles de vida de la mayor parte de la población, ahora por la vía de a inserción de la economía nacional en la economía mundial. De aquellos momentos a la fecha han transcurrido 18 años de intensa actividad gubernamental en ambos planos. Sin perder de vista la relación intrínseca entre ambas políticas, el planteamiento central nos llevaría a concluir en que medida las acciones desarrolladas en cada espacio han cumplido con los propósitos que las animaron y los fines que se les asignaron. De ello nuestro interés se centrará en la observación, el análisis metodológico con su correspondiente explicación teórica de los planes implementados de manera subsecuente durante el período que va de 1982 a 1999 a través de los esquemas que identificaremos por su correspondencia con la política exterior económica mexicana, coincidiendo con la afirmación de que los Estados desarrollan tantas 29 políticas exteriores como objetivos se propongan alcanzar actuando más allá de sus fronteras. La hipótesis central a demostrar en esta investigación es que la Política Exterior de México ha contribuido directamente a enfrentar los problemas económicos del país al crear las condiciones propicias para la implantación y operación del nuevo modelo económico cuyos beneficios teóricamente deben recaer en la sociedad mexicana, fuente legitimadora de las acciones gubernamentales en lo interno y lo externo y en cuyos términos ha de evaluarse el éxito o el fracaso de las acciones del Estado. Para tal fin nos proponemos identificar él o los criterios primordiales fijados por cada gobierno actuante durante el período en cuestión, en cuyos términos cabría esperar que el Estado Mexicano juzgaría acerca del efecto de los factores internacionales de situación y la determinación en torno a la preferencia relativa que se juzgó conveniente dar a la consecución de fines específicos y el establecimiento de las formas de conducta adoptadas. Desde nuestra perspectiva, identificaremos el proceso a partir de su naturaleza eminentemente social y su característica predominantemente política coincidiendo en lo que hoy en día resulta axiomático, que las relaciones exteriores, a diferencia de antaño, han dejado de ser el simple ejercicio burocrático de un número reducido de peritos políticos, toda vez que, el gran conjunto de ciudadanos se interesa profundamente en las relaciones con el exterior. De otra parte, compartimos la apreciación de que los propósitos del Estado moderno se han vuelto tan amplios y el esfuerzo que requiere su consecución incluye tantas facetas de la fuerza nacional que ningún estadista con sentido común se atreve a correr el riesgo de perder el apoyo de sí pueblo para llevar a buen término sus relaciones con el mundo exterior. 30 Asimismo, que en los últimos tiempos ha quedado demostrado que por la más elemental racionalidad, los gobiernos se ven obligados a ordenar esas relaciones en planes en los que por lo menos se incorpore el sentir de la masa nacional, se fijen metas claras, se determinen rumbos y se seleccionen métodos para la política exterior. Además, las evidencias sobran para afirmar que el sistema internacional continua siendo en lo esencial un sistema formado por entidades políticas soberanas, razón suficiente como para que la política exterior sea trazada en función de él y ejecutada en sus propios confines. Con el fin de llevar a buen término mi investigación, creo conveniente iniciar señalando los fenómenos y procesos que manifestaron la ineficacia del modelo económico basado en la industrialización por sustitución de importaciones durante el decenio de 1970. La crisis del modelo se manifiesta en fenómenos como el aumento de la inflación, el incremento del desempleo, la reducción del ritmo de crecimiento de la economía, el déficit fiscal, el déficit comercial, el aumento de la deuda externa, las constantes devaluaciones del peso, etc. Estos problemas comprometieron el desarrollo del país, obligando al gobierno mexicano a replantear el modelo económico. A partir de 1982 es clara la vocación gubernamental por sentar las bases para una nuevo estrategia de desarrollo económico. Al conjunto de políticas gubernamentales tendientes a redefinir al modelo económico se les denomina Ajuste Estructural. Revisar en que consisten estas políticas será el siguiente paso en mi investigación. Las políticas de Ajuste Estructural fueron diseñadas para contrarrestar los problemas de la economía mexicana (inflación, déficit comercial, déficit fiscal, 31 endeudamiento, etc.) a partir de la revisión de las funciones del Estado y la reinserción de México en la economía internacional. Con el Ajuste Estructural se fue configurando lentamente a lo largo de los años un nuevo modelo económico radicalmente distinto al de sustitución de importaciones. Para su éxito, requería de una serie de condiciones tanto internas como externas que no estaban presentes en 1982. Para crearlas, se tornó imperativo revisar y volver a definir las políticas estatales tanto en lo interno como en lo externo. En esta investigación sólo estudiaré las acciones gubernamentales con relación al ámbito externo, aquellas vinculadas a la Política Exterior, cuyo objetivo primordial es generar las condiciones propicias para el establecimiento y funcionamiento del modelo económico. Señalaré la manera en que la Política Exterior de México ha planteado objetivos y líneas de acción acordes con las necesidades del nuevo modelo económico, que se traducen en una serie de acciones, actitudes y decisiones a la hora de que México se interrelaciona con los demás Estados miembros de la comunidad internacional. Finalmente examinaré acciones tales como la firma de acuerdos de libre comercio con otros países, la apertura comercial, el fomento a la industria exportadora, la renegociación de la deuda externa, la participación en organismos internacionales de corte económico (GATT− OMC), etc. a partir de las necesidades impuestas por el nuevo modelo económico. LA MIGRACIÓN MÉXICO−ESTADOS UNIDOS Las migraciones internas de nuestro país posteriores a la Revolución Mexicana, se intensificaron desde el tiempo en que arrancó el período de desarrollo económico y la aplicación de Ja política social implementada por los gobiernos postrevolucionarios. Los movimientos migratorios, se incrementaron entre 1 940y 1960, siendo los destinos más pretendidos la ciudad de México, el norte, noreste y noroeste del 32 territorio nacional. De 1940 a 1950, el noroeste y el Distrito Federal, ocuparon un lugar predominante como zonas de atracción, mientras que las otras registraron variaciones en cuanto a la recepción de migrantes, solamente la ciudad de Monterrey se mantuvo estable, pues a ella llegaron considerables cantidades de personas provenientes de diferentes partes del país. En el período 1950 a 1960, la capital mexi-cana siguió siendo el principal polo de atrac-ción, pero ya no propiamente del Distrito Fe-deral, sino los municipios colindantes, per-tenecientes a los estados de México y More-los. También surgieron como nuevos centros atrayentes, diversas zonas costeras o esta-dos litorales, entre ellos: Nayarit y Colima, que recibieron flujos de migrantes gracias a su progreso agrícola. Hasta 1970 se apreciaron los movimientos migratorios al interior de las grandes zonas atrayentes, por ejemplo: dentro de la zona noroeste, mucha población de Coahuila y Tamaulipas se trasladó a Nuevo León y en el noreste, de Sinaloa salieron emigrantes ha-cia Baja California y Sonora. En Veracruz hu-bo un flujo de emigrantes que llegaron a él debido al auge petrolero. En los años recientes la capital del país sigue siendo un punto importante de atracción, sin embargo, la población migrante ha hecho crecer la mancha urbana hacia los municipios del Estado de México, por esa razón esta entidad resulta ser, según el censo de 1990, la que recibió mayor cantidad de emi-grantes. Por su parte, las ciudades norteñas han llegado a una situación de atracción estable, mientras que en algunos estados la emigración rural se ha dirigido hacia sus propias capitales, como es el caso de Puebla y Guadalajara. De vital importancia es el movimiento migratorio que de 1940 a 1990 ha sucedido en nuestro país en vir-tud del cual, una buena cantidad de población rural se ha trasladado hacia las grandes ciudades. Des-taca, además, la constante migración 33 mexicana hacia Estados Unidos, provocando que, por ejemplo: en 1959 se registraran aproximadamente 400 mil braceros y 300 mil en 1963", hasta llegar a cantidades mayores en los años siguientes. Se presume que en la actualidad hay en norteamérica más o menos entre 3 y 6 millones de mexicanos, emigrados clandestinamente, la mayoría de ellos originarios de los estados del norte y centro occidente del país: Zacatecas, Durango, Jalisco, Michoacán y Guanajuato. Las grandes ciudades mexicanas, transformadas en polos de desarrollo debido sobre todo al progreso industrial, reciben amplias cantidades de migrantes, surgiendo entonces la explosión demográfica algunas de ellas se fundaron como centros mineros, otras por ser puntos de intercambio comercial y varias más por su situación geográfica estratégica para las comunicaciones. Después de 1965, se ha acelerado el crecimiento de las ciudades, destacando las metrópolis de la ciudad le México, Guadalajara y Monterrey. en ellas se encuentra la mayor actividad económica. Industrial, política y cultural del país. También fue notable el progreso en las ciudades de tipo medio, entre las que figuran Puebla, chihuahua, León, Aguascalientes, Torreón, Cd. Juárez y varias más. Por otro lado, hubo algunas que presentan un estancamiento relativo, tal es el caso de Mérida, Oaxaca, Chilpancingo, Jalapa y otras. VECINOS DISTANTES En muchas ocasiones, cuando se analiza el periodo de nuestra historia que parte de la consumación de la independencia hasta la invasión estadounidense iniciada en 1846, suele descuidarse el contexto internacional que rodeaba a la joven república mexicana y que en más de una ocasión influiría de forma bastante significativa en su proceso histórico. Desde el mismo momento en que la guerra de independencia tuvo su culminación, México tuvo que dirigir su mirada al extranjero buscando el aval de la comunidad internacional respecto a su autonomía y 34 rastreando cualquier suceso que de alguna manera afectara al país. Así, es indudable que la postura de enemistad que España adoptó durante la primera década y fracción de vida independiente hacia su ex colonia, fue un catalizador importante de diversos acontecimientos, al acercar a esta última a aquellas naciones con políticas menos conservadoras y con las que, al menos inicialmente, se tenía cierta simpatía y afinidad. Ni que decir de lo sucedido en la década de 1830, cuando México tuvo que hacer frente a la desmembración de su territorio con la pérdida de Texas, así como a la posibilidad de graves conflictos con los Estados Unidos, con su creciente política expansionista, y con Francia, y sus interminables sueños de un imperio ultramarino. Asimismo, el estudio del periodo antes mencionado en cuanto a las relaciones diplomáticas entre México y los Estados Unidos suele darse con base en el análisis de problemas específicos que se han dado a lo largo de los casi 175 años de vinculo oficial. La firma de tratados, las rupturas de relaciones, los intereses económicos y/o políticos detrás del trato diplomático, así como la labor de los representantes mexicanos o estadounidenses, son los temas más comunes abordados por la historiografía nacional. Tomando en cuenta estas dos ambivalencias en cuanto al estudio de las relaciones México−Estados Unidos entre 1822 y 1847, se pensó realizar una búsqueda que nos permitiera, por un lado, aproximarnos a estas relaciones bilaterales desde una perspectiva diferente y, por otro, estar al tanto del complejo panorama internacional en el que México se vio inmerso durante los primeros veinte años de vida independiente. Afortunadamente los materiales localizados en el archivo de la Embajada de México en los Estados Unidos (AEMEUA) del Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en la sección específica conocida como Correspondencia encuadernada, nos permitió hacerlo. A continuación explicaremos 35 en que se basa esta investigación. La revisión del archivo antes mencionado, y la reflexión acerca de sus documentos, nos permiten concluir que el desempeño informativo de los diplomáticos mexicanos entre 1822 y 1844 (en este año aparece el último de los despachos incluidos en la Correspondencia encuadernada hasta antes de la guerra, suscrito por Juan Nepomuceno Almonte) fue una de las tareas más importantes que desempeñaron entonces. Dejan también apreciar la extraordinaria labor de aquellos funcionarios en el exterior que, por alguna razón desconocida, han pasado casi inadvertidos en la historia diplomática mexicana, que ni siquiera merecieron el rango de representantes oficiales, pero que fueron vehículos eficientes en la construcción de un mecanismo de obtención de noticias. Por supuesto, esta búsqueda de novedades se concentró principalmente en aquellas naciones que, de alguna manera, se vinculaban con México. Fue por ello que, a pesar de que no faltaron informes sobre países sudamericanos y de casi toda Europa, el hincapié de esta investigación se encuentra en aquellos materiales que trataban los acontecimientos de cuatro países en particular: a saber, España, Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, naciones con quienes México compartió la parte más relevante de sus relaciones exteriores entre 1821 y 1844. Igualmente, la documentación propició la separación de este periodo en dos etapas: una primera, concentrada en la década de 1820, en la que el núcleo de la problemática externa de México estuvo, por un lado, en la búsqueda del reconocimiento por parte de Inglaterra y Francia, las principales potencias de Europa y, por el otro, en la preocupación por contrarrestar los temidos intentos respecto a los planes de reconquista españoles. La segunda etapa, que se extiende de 1830 a las vísperas de la guerra con Estados Unidos, fue más conflictiva. El asunto de las reclamaciones y presiones expansionistas 36 norteamericanas, los problemas diplomático−económicos con Francia y la perenne rebelión texana así lo indican. En ambas etapas, México recurrió a todos los medios a su alcance para solucionar estos problemas. De la misma manera, su legación en Washington usó uno de sus escasos recursos: la información. En el medio de los conflictos, y aun en momentos de calma, cualquier suceso, rumor, noticia o punto de vista que se consideraba oportuno merecía una reseña y era transmitido a cualesquiera de los gobiernos mexicanos que ocuparon el poder en ese tiempo. Tanto la una como los otros mantuvieron esta relación como una constante, a pesar del continuo y aparente desinterés o desarticulación entre ambos. Aparente pues, en la mayoría de las ocasiones, más que falta de interés por resolver las necesidades económicas o atender a la labor informativa de quienes nos representaban en el país del norte, lo que se daba en las administraciones mexicanas era impotencia o incapacidad para enviar recursos o actuar en concordancia con los informes que le llegaban y, a veces, aun con las propuestas y deseos que se le manifestaban. También sucedía, sin embargo, que la misión en Washington no fuera en ocasiones muy consciente de la verdadera magnitud de los problemas que enfrentaba el país. Entre los asuntos que la legación notificaba a sus superiores se hallaban, de manera importante, algunos que no parecían guardar conexión directa con México y que se referían a los asuntos domésticos de Estados Unidos. Si bien es lógico que hubiera mucho que decir sobre el país en donde se residía y trabajaba, esto respondía también, quizá en un grado alto, a la ambivalente valoración que los mexicanos hacían de sus vecinos. En efecto, estos últimos representaban un ideal y un ejemplo a seguir en muchos aspectos (ambos países eran ex−colonias independizadas así como sociedades que trataban de romper con el viejo molde 37 conservador europeo) a la vez que una amenaza a la soberanía nacional. Por ello, cualquier acontecimiento destacado resultaba irresistible a los ojos de los servidores mexicanos, y digno de mención. Ni qué decir que los momentos de especial agresividad expansionista de Washington estimularon de manera especial a la legación, que puso su mejor esfuerzo en enterarse cuanto antes de cualquier noticia o rumor que pudiera ayudar a sus gobiernos en el proceso de toma de decisiones. De esta manera, México era puesto al tanto, siempre y en forma cuidadosa, de los problemas externos y conflictos internos así como de los logros estadounidenses. En concordancia con estos elementos, una preocupación de la política exterior mexicana de entonces, y de quienes debían aplicarla en los Estados Unidos, fue la promoción de una imagen positiva de la nación, utilizando para ello a la opinión pública estadounidense para conseguirlo. Se trataba de manejar las noticias de tal forma que se crease la impresión de que México era un país en desarrollo y en paulatina prosperidad. Con ello se favorecía, antes que nada, la obtención del reconocimiento, tanto de las potencias europeas como de los mismos Estados Unidos, pero también, cuando se hizo evidente que la visión idílica no era del todo exacta y que Estados Unidos era más un enemigo que un aliado, se satisfacía la necesidad de agradar a Washington y, aún más que eso, de agradar a la opinión pública, que en muchas ocasiones se consideraba más importante. Lo último era un medio de convencimiento, que en realidad no dejaba de ser defensivo. De cierta forma, la legación distinguió entre el pueblo de Estados Unidos (por lo menos aquel que tenía voz y voto) y su gobierno. En los momentos de mayor conflicto bilateral se buscó incluso ganar al primero, haciéndole llegar el punto de vista mexicano acerca de las injusticias cometidas por el segundo, y así ejercer presión sobre éste. El hecho de que noticias favorables a la situación del país (aun 38 siendo falsas o inexactas) aparecieran en periódicos estadounidenses era recibido con gusto por los diplomáticos mexicanos, más que nada por el deseo de que éstas tuvieran, en su momento, un efecto positivo sobre el gobierno de Washington. El medio principal para que estas notas aparecieran en los diarios mencionados fue la compra de espacios periodísticos, de forma que, a cambio de una «gratificación» en efectivo, los editores permitían la inserción de artículos propicios a México. En este sentido, puede afirmarse que la labor informativa del encargado de negocios o del ministro extraordinario y enviado plenipotenciario de México en Washington era difícil, constante y exigente. Difícil porque la legación debió haber sido casi invisible e incluso menospreciable para el Departamento de Estado y el ambiente diplomático de Washington. Constante pues era una tarea cotidiana, que no se podía dejar de lado en ningún momento. Exigente porque quienes la realizaban dependían, en la mayoría de los casos, de su propio criterio para informar sobre un asunto y dejar otro fuera, para crear una imagen o para estar prevenidos de un ambiente externo que, en general, había sido hostil para México. Se trató entonces de acciones sobresalientes en el trabajo de los representantes de aquel país en el vecino del norte, que complementaba aquellas que suelen considerarse como propias de la diplomacia, así como los otros deberes «menores» de intermediación comercial. Los informes y perspectivas de estos funcionarios mexicanos en el exterior son, de tal forma, una herramienta para saber cómo fue que México entendió al mundo que lo rodeaba. Y no sólo eso, sino también la forma en que ese entendimiento, esa «visión», cambió con el paso del tiempo y el devenir de los hechos. Así, el temor y el rencor hacía España se transformó en un paulatino pero creciente desinterés hacia lo que se había constituido en un «obstáculo» superado; el 39 constante respeto por Gran Bretaña se vio interrumpido en ocasiones por la desilusión ante su cautelosa y a veces fría (desde el punto de vista mexicano) política exterior hacia México; la incertidumbre respecto de Francia pasó al convencimiento de que ésta constituía más una amenaza que un punto de apoyo y, por último, el eterno y contradictorio sentimiento de atracción y rechazo, identificación y recelo frente a los estadounidenses se mantuvo, pero, en el periodo trabajado, la desconfianza y al mismo tiempo la conciencia de que Estados Unidos constituía un enemigo al que debía temerse aumentaron en forma inexorable. Estos temores se vieron ratificados, en forma abrumadora y definitiva, en 1846, cuando la amenaza que significaba el país del norte estalló en pleno rostro de México. De tal suerte, investigar la labor informativa de los diplomáticos mexicanos permite adentrarse en el México de principios y mediados del siglo XIX y en la forma en que se encaró entonces el contexto internacional, vinculando así los problemas externos e incluso internos del país con los de otras naciones. En concordancia con esto, podemos también, formarnos una idea de la presencia de la delegación mexicana en los Estados Unidos, junto con las enormes dificultades económicas, administrativas y diplomáticas que enfrentaba, revalorizando a la vez, la labor de quienes, tal vez por no haber sido enviados oficiales, o por no aparecer en algún momento coyuntural espectacular de las relaciones México−Estados Unidos, han pasado desapercibidos en la historiografía tradicional. De esta forma, no se pretende más que aclarar un aspecto desconocido en la historia de las relaciones entre ambos países y contribuir, de tal modo, a su mejor comprensión. FIN DE LA GUERRA FRIA Un nuevo proceso de reno-vación surgió en la Unión Soviética, llevado a la práctica por el presidente Mijail Gor-bachov que tomó el poder en el año de 1985. La 40 reestruc-turación o Perestroika en el gobierno soviético incluía la política de apertura y mayor transparencia en la informa-ción, conocida como glas not. Gorbachov propuso este programa de reformas políti-cas, económicas y sociales para aplicarse no sólo en su país, sino en todo el bloque so-cialista. A nivel internacional sus objetivos estaban dirigidos a lograr el desarme de las grandes potencias proponiendo una estrategia basada en relaciones de cooperación y de no enfrentamiento con los Estados Unidos. Esta postura soviética contribuyó en gran medida a la reducción de las tensiones provocadas durante mucho tiempo debido a las duras y difíciles relaciones sostenidas con el bloque capitalista sobretodo con Norteamérica. Los presidentes Mijail Gorbachov de la firmaron en Washington el 1 de julio de alcance, de prohibición de la fabricación de armas químicas y destrucción de los arsenales nucleares. Asimismo, varios paí-ses miembros del bloque so-cialista iniciaron un proceso de democratización mediante la aplicación de una política de apertura que los ha llevado, entre otras cosas, a establecer relaciones con países capitalistas. Esto trajo por conse-cuencia el término de la Gue-rra Fría y simbólicamente este hecho se representa con la destrucción del Muro de Ber-lín, Alemania en 1989. La caída del muro de Berlín proclama el fin de la Guerra Fría, de la cual uno de sus frentes era el Oriente Medio. En 1989, el gobierno israelí adopta una iniciativa de Paz basada en los Acuerdos de Camp David. Los puntos de la propuesta eran: **Elecciones libres y democráticas en el Margen Occidental y Gaza. **Negociaciones directas de Paz entre los estados árabes e Israel. **Colaboración internacional para solucionar el problema de los refugiados árabes. **Estrechar los vínculos con Egipto para aplicar la visión de paz contenida en los 41 Acuerdos de Camp David. En el verano de 1990 Iraq invade Kuwait y en el mes de febrero de 1991 una coalición internacional, en aplicación de las resoluciones 660 y siguientes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, expulsa a las tropas iraquíes del territorio de Kuwait. Durante la Guerra del Golfo Israel es bombardeado con misiles de largo alcance desde Iraq. La OLP se pone del lado de Iraq lo que produce el descalabro político de Yasser Arafat que sólo logra superar con posiciones de moderación y acatamiento de precedentes como las previsiones de los Acuerdos de Camp David. MÉXICO Y LA CONFRONTACIÓN DE LOS BLOQUES ECONOMICOS. La dureza con que los cambios históricos recientes en Mexico y en el mundo han golpeado a los trabajadores, a los sectores más desposeídos; la profundidad y extensión de las derrotas sufridas por las fuerzas progresistas de la humanidad en las últimas 2 décadas han sido aprovechadas por los publicistas de los vencedores para proclamar el fin de la historia. Se pretende borrar la memoria, acentuar el desaliento y someter por la ignorancia a los pueblos. Este siglo habría demostrado que el único sistema económico−político viable y posible es el capitalismo y la inconsistencia de quienes luchan por superarlo. La verdad de las cosas es más compleja. Lo cierto es que el capitalismo, desde que emergió sobre la base de la revolución industrial y el mercado mundial, ha sido un sistema atravesado por contradicciones económicas y sociales que periódicamente lo ponen en cuestión, en crisis. Las crisis ponen fin a las fases de expansión del sistema y derivan en fases de recesión del mismo, configurando así, entre ambos tipos de fase un movimiento de ciclo u onda. Desde la revolución industrial se han sucedido varios ciclos largos de una duración 42 de alrededor de 50 años; caracterizados cada uno por una fase expansiva seguida de una fase recesiva, cada una de las cuales ha durado alrededor de un cuarto de siglo. Precediendo cada una de las fases expansivas del capitalismo, la historia registra un conjunto de importantes innovaciones tecnológicas, por un lado, y la existencia de una abundante mano de obra barata, por otro; factores ambos que permiten un aumento de las tasas de ganancia. Las fases de expansión se caracterizan por la tendencia al aumento de la producción y de las utilidades, crece el empleo, crece la inversión. Junto con ello, a lo largo de estas fases, el movimiento social y político de los trabajadores se reconstituye y fortalece, alcanzando progresivos avances. Las crisis se desatan ante una baja persistente de la tasa de ganancia, por el agotamiento de las innovaciones tecnológicas y las crecientes presiones salariales que se van generando a medida que el sistema se acerca al pleno empleo. Durante las fases recesivas, por ello, bajan las tasas de crecimiento, aumenta el desempleo, se agudiza la concentración del ingreso y la centralización del capital y cae la inversión. Las crisis son momentos decisivos, llenos de tensiones y peligros, que reflejan la incapacidad de continuidad del sistema bajo las pautas tecnológicas, económicas, sociales y políticas que lo sustentan. En presencia de la crisis, se producen violentas convulsiones políticas, en las que se ponen en juego distintas salidas históricas, reformuladoras o revolucionarias del sistema. Hasta ahora, el capitalismo ha logrado salir de estas crisis, operando profundas transformaciones políticas, económicas y tecnológicas en su seno, por una parte, e inflingiendo derrotas sucesivas a los trabajadores en la lucha de clases, por otra. Sin embargo, el doloroso aprendizaje del movimiento revolucionario no se ha detenido y ello se ha revelado en su capacidad de cuestionamiento cada vez más 43 global del sistema. En un rápida mirada a los ciclos y crisis del capitalismo, cabe recordar una primera onda larga entre 1790 y 1848. Apoyado en las invenciones de la máquina de vapor y el telar mecánico, este ciclo se reflejó políticamente en la revolución francesa e inglesa, en la independencia de los EE.UU. y de América Latina, entre otros hechos significativos. La crisis se presentó a partir de 1817, al calor de la cual surgió la Primera Asociacion Internacional de los Trabajadores y el marxismo. El siguiente ciclo abarcó desde 1849 hasta 1895, con crisis a partir de 1873. El imperialismo británico se afirmó como centro motor del sistema apuntalado por el desarrollo de los ferrocarriles, los transatlánticos a vapor, el telégrafo y la industria siderúrgica. En medio de la crisis, los trabajadores protagonizaron una primera experiencia de gobierno obrero, al capturar por algunas semanas el control de la Comuna de París. Un tercer ciclo se extendió desde 1896 hasta 1945. La invención del motor de combustión interna, la aparición de la industria automotriz, los motores y la iluminación eléctrica, el desarrollo de la infraestructura urbana y de las industrias afines, dinamizaron la expansión. La crisis que se presentó a partir de 1913 desembocó en las dos guerras mundiales, al calor de las cuales se produjeron las primeras dos revoluciones triunfantes, en Rusia y China, que emprendieron sendos intentos por superar el capitalismo. Así llegamos al ciclo que ha cubierto los últimos 50 años. Su fase expansiva, que duró hasta 1967 aproximadamente, se basó en la expansión de la industria automovilística, de la aeronáutica, la petroquímica y los comienzos de la tecnología electrónica y nuclear. En el plano económico−institucional, el capitalismo se vió necesitado de empujar al Estado a una actuación reguladora del sistema y promotora de la demanda para 44 salir de las crisis y prevenirlas. Se dió paso así a los estados de bienestar − proveedores de bienes y servicios publicos extendidos− y al capitalismo de estado, como marco de actuación del capital, encabezado ya para entonces por grandes empresas transnacionales. Ante la aparición de fuertes movimientos socialistas, que aprovechaban las lacras del sistema para promover su cambio, la reformulación capitalista se dirigió a corregir los excesos del mercado y a temperar las violencias del sistema; para cerrar así el paso al avance de la revolución. El Estado se presenta como el refugio contra lo arbitrario y lo injusto y es él, bajo la presión de las luchas sociales, quien mediante leyes y decretos morigera las brutalidades del capitalismo. Se desarrolla así la legislación del trabajo, el aumento continuo del gasto público y de los sistemas de redistribución. El Estado, además, se preocupa de combatir la recesión y el desempleo −mediante su capacidad de compra y contratación−. Maneja con tal intención su presupuesto. El mundo de la post−guerra, se caracterizó políticamente por el desarrollo de la llamada Guerra Fría, entre un campo capitalista liderado política, económica y militarmente por los EE.UU., y un campo "socialista" encabezado por la Unión Soviética. Confrontación en función de la cual se alinearon las fuerzas políticas en la mayor parte del planeta. En este contexto internacional, el capitalismo chileno adoptó también hacia 1940 una nueva configuración histórica. En lo económico, se dió paso a un proceso de industrialización del país, protegiendo a las nacientes empresas nacionales de la competencia de importaciones, que eran de esta manera sustituídas. El estado asumió en ese proceso un rol de motor y guía del desarrollo nacional, acometiendo directamente la inversión y la gestión productiva en diversas actividades consideradas estratégicas, así como en la provisión de bienes y servicios públicos 45 (educación, salud, vivienda, seguridad social, energía, comunicaciones, transporte, etc.) Si bien la producción minera continuó teniendo por destino fundamental a los mercados externos, la producción industrial estaba volcada al mercado interno y era éste el que dinamizaba al conjunto de la economía. No obstante, claro está, los dólares necesarios para importar las maquinarias y los bienes intermedios para la industria continuaron proviniendo, fundamentalmente de las exportaciones de cobre −y de la inversión extranjera, luego de 1950−. En lo político, amparado en la Constitución de 1925, se estructuró un "estado nacional desarrollista", o "estado de compromiso" entre la burguesía industrial, las capas medias y la clase obrera de la gran industria, cuyos partidos hegemonizaron el control del poder político. Hacia fines de la década del 60, diversas evidencias mostraron el inicio de una nueva crisis estructural del capitalismo a nivel mundial. Las tasas de ganancia había venido declinando en los EE.UU., una vez más, como consecuencia del agotamiento del patrón tecnológico y de las crecientes presiones salariales. El síntoma específico fue la aparición de la llamada "estanflación"; esto es, estancamiento −bajo crecimiento del producto− con inflación. A partir de ese momento, una serie de hechos fueron jalonando la crisis y revelando su proceso de generalización desde los países núcleo y cabeza del sistema hacia los países dependientes, e incluso hacia los llamados países "socialistas". El primero de tales acontecimientos fue la crisis monetaria internacional, hacia 1971, cuando EE.UU., presionado por Francia, anuncia el término del patrón oro− dólar (convertibilidad y respaldo del dólar por reservas en oro), que había sido uno de los acuerdos básicos −acuerdo de Bretton Woods− para el restablecimiento del 46 comercio internacional luego de la II Guerra Mundial. En 1973 estalla la crisis del petróleo, provocando una agudización de las tendencias recesivas e inflacionarias en los países capitalistas avanzados y derivando en una enorme acumulación de capital en los países productores de petróleo, especialmente los árabes −surgen los "petrodólares"−. Todo ello en el marco de una extensión de los movimientos populistas, nacionalistas, reformistas y revolucionarios en todo el mundo capitalista, que tienen lugar con singular fuerza a partir de 1968. Revueltas obrero−estudiantiles en Francia y Alemania, el movimiento hippie, por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam en EE.UU., el rebrote guerrillero en América Latina y en Africa, el ejemplo movilizador del Che y de la Revolución Cubana, el Concilio Vaticano Segundo y la emergencia de movimientos de cristianos comprometidos con el pueblo; son algunos de los hechos que reflejan la tendencia del cambio, haciéndose presente en el escenario de la crisis. Hacia 1979, la crisis se extendió hacia toda Europa y Japón. La contracción de la producción y del comercio se acentuó, en tanto se expandió aceleradamente el capital financiero y la especulación. La banca internacional, a la que fueron a parar una buena parte de los petrodólares, los recicló hacia los países dependientes y hacia los países "socialistas". Fue la época del "dólar barato", en que se multiplicó el endeudamiento, insuflando oxígeno prestado a estas economías. En lo político, mientras en el Cono Sur de América Latina las dictaduras militares ponían término al ascenso popular, en otras regiones del mundo, otros pueblos rompían con la dominación colonial y la presencia del imperialismo: Vietnam, Laos y Camboya, en Asia; Angola, Mozambique, Cabo Verde y Guinea Bissau, en Africa; Nicaragua, en Centro América. 1982 marca un momento de viraje: estalla la crisis de la deuda externa. El 47 gobierno norteamericano fuerza su recuperación con altas tasas de interés que atraen los dólares de todo el mundo hacia los EE.UU., provocando una elevación del precio del dólar que sumerje en la insolvencia y en la recesión a todos los países previamente endeudados. En América Latina, la crisis remeció a las dictaduras militares. Económicamente, los 80' serían la "década perdida"; políticamente, estarían marcados por los procesos de "transición a la democracia" en el Cono Sur y de "guerra de baja intensidad" y posterior "pacificación" en Centro América. Generando enormes déficits en su balanza comercial y en su presupuesto, Reagan impulsó hacia adelante la demanda y la inversión en los EE.UU. poniendo al complejo militar−industrial a la cabeza de su recuperación económica. La "Guerra de las Galaxias" o Iniciativa de Defensa Estratégica, cumplió así un rol tanto económico como de arma central de una feroz ofensiva político−militar desatada por los EE.UU. Al término de los 80', muchos de sus objetivos se habían cumplido. Desde 1982−83, se verifica una fase de ajuste y reestructuración del sistema capitalista internacional, en que se van creando las bases tecnológicas, económicas y políticas de superación de la crisis y de inicio de un nuevo ciclo. En el plano tecnológico, la introducción de la microelectrónica, la cibernética, la robótica y la biotecnología, abren nuevas fronteras al desarrollo de las fuerzas productivas; configurando una verdadera Tercera Revolución Industrial. Entre la microelectrónica y la cibernética, fundamentalmente, se ha dado paso a una "revolución de las comunicaciones" −las telecomunicaciones y la autopista de la información− con enormes implicancias para la movilidad y la integración planetaria del capital y para la dominación política e ideológica de los pueblos. La nueva era tecnológica sitúa al conocimiento como factor decisivo de la producción; relativizando la importancia de las materias primas y de la mano de 48 obra sin calificación. En el plano económico, se han sentado las bases objetivas para una acumulación del capital a escala planetaria. Ese es el transfondo esencial de lo que se ha dado en llamar globalización o transnacionalización: la etapa de desarrollo del capitalismo en que el ámbito más dinámico de acumulación pasa a ser el mercado mundial. Esto ya es así en el plano del capital financiero, especialmente el de carácter especulativo; pero empieza a plantearse también en algunas ramas productivas como la automotriz y la electrónica. El patrón de acumulación resultante de la Segunda Guerra Mundial se desarrolló teniendo como eje y base a los mercados nacionales y como complemento esencial al proceso transnacional de acumulación. Es esto lo que empieza a cambiar. Como reflejo de esta tendencia, se acentúa la mayor velocidad de crecimiento del comercio mundial respecto del producto mundial. La proporción de su producto que los países centrales vuelcan al comercio mundial aumenta considerablemente: por ejemplo, EE.UU, de un 4,5% del PIB en 1950, al 10,7% del PIB en 1990. Alemania, del 13,5% al 33,2% del PIB durante el mismo período. La economía mundial va dejando de ser sólo un agregado de economías nacionales vinculadas por flujos de comercio e inversión, para convertirse progresivamente en una red única de mercados y producción. El proceso de globalización podría definirse como un sistema de producción en el que una fracción cada vez mayor del valor y de la riqueza es generada y distribuida mundialmente por un conjunto de redes privadas relacionadas entre sí y manejadas por las grandes empresas transnacionales, aprovechando plenamente las ventajas de la globalización financiera, núcleo central del proceso. El proceso de globalización representa, por ello, la etapa más avanzada de la tendencia a la internacionalización, a la máxima movilidad, que es consustancial al 49 capitalismo. Esta etapa del desarrollo del capitalismo enarbola su propio discurso, su propia ideología y política económica. Es el Neoliberalismo, que invade el planeta en los últimos 15 años. Estrangulados los países por la deuda externa, las transnacionales y la banca internacional utilizaron al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional para imponerles los llamados Programas de Ajuste . Tema 4 Modelo Neoliberal:(1982−2000) Subtema 1: Gobiernos de Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de Leon. a)Perdida de la autosuficiencia alimentaria b)El desempleo c)Dependencia tecnologica Subtema 2: Rompimiento estado y empresarios a)Nacionalización de la banca Subtema 3: Pactos estabilizadores a)Propuesta y crisis Cambiar Todo Para Quedar Igual Subtema 4: Ilegitimidad de las intituciones políticas Subtema 5: Radiografia de la pobreza y las políticas de solidaridad y bienestar social Subtema 6: Reformas Contitucionales Subtema 7: 1994 al que vivimos (2000) a) EZLN b) Magnicidios c) EPR d) La cuarta declaración d ela selva lacandona e) Narcotrafico GOBIERNOS DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO, CARLOS SALINAS DE GORTARI Y ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEON. De la Madrid recibió al país en una grave situación económica, empeorada por la deuda externa y las circunstancias políticas y económicas a nivel mundial. Con una política austera enfrentó problemas económicos muy fuertes, como el descenso del precio del petróleo a nivel mundial. En el ámbito internacional, cooperó con un grupo diplomático encargado de 50 procurar la paz en Centroamérica. Un viaje por varios países europeos trajo como consecuencia un intercambio más intenso a nivel comercial, político y cultural. A finales de su gobierno una muy fuerte devaluación afectó nuevamente la ya quebrantada economía mexicana. Dejó su cargo a Carlos Salinas de Gortari, y actualmente funge como director del Fondo de Cultura Económica. Asumió la presidencia el 1° de diciembre de 1988, en un periodo extremadamente complicado para México, pues la crisis continuaba afectando la economía nacional. A través de lo que los especialistas llamaron "Terrorismo fiscal", Salinas obtuvo más ingresos; y se deshizo de muchas empresas propiedad del gobierno que funcionaban como pérdidas para reducir los gastos. Renegoció la deuda externa reduciéndola en un 26% e incluso, en 1991, se reportó el primer superávit en muchos años. Durante su sexenio, la red de carreteras se reestructuró y se puso en marcha el Programa Nacional de Solidaridad, que se encargó de dotar de agua, electricidad, o banquetas a pueblos lejanos de la ciudad. A nivel internacional se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y se lograron muchos intercambios comerciales y culturales con diversos países. En enero de 1994 se inició en Chiapas un levantamiento armado indígena que provocó una seria crítica internacional contra su gobierno. A partir de ello, sobrevinieron varios acontecimientos que desembocaron en la estrepitosa caída del peso al final de su mandato presidencial. De este modo quedó empañado su buen desempeño presidencial, el cual había hecho declarar a la prensa, tanto nacional como internacional que era el mejor 51 gobernante de México en los últimos años. Entregó el poder a Ernesto Zedillo y se retiró al extranjero. Ernesto Zedillo siendo Secretario de Educación Pública en 1988, renuncia a su cargo para incorporarse a la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio. El candidato fue asesinado y Ernesto Zedillo fue postulado por el PRI para contender en la elección presidencial. Resulta electo por un amplio margen para ocupar la Presidencia de 1994 al 2000. Su administración se caracteriza por el gran impulso que se le ha dado a la democracia con la reforma a las leyes electorales. En la actualidad, la oposición gobierna diversos estados, como el Distrito Federal, y también tiene una participación significativa tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Al inicio de su gestión el país se enfrentó a una de las peores crisis económicas de su historia, pero con su programa de gobierno logró una estabilidad importante, que ninguno de sus últimos antecesores habían podido conseguir. Su gobierno le ha dado un gran impulso a la exportación y al comercio, por que se han firmado diversos tratados internacionales. En estos años se han estrechado los lazos y la relación de México con los países latinoamericanos, europeos, y de todo el mundo en general. En el aspecto social, el gobierno implementó el programa "Progresa" para ayudar a familias en pobreza extrema. También durante su gobierno, el país se ha visto afectado por numerosas catástrofes naturales, como sismos, sequías e inundaciones, en todos los casos el Presidente Zedillo giró instrucciones y supervisó personalmente la ayuda a los damnificados. MODELO NEOLIBERAL Los Planes Nacionales de Desarrollo tienen sus antecedentes en la programación 52 sectorial surgida en los años setenta como un intento de racionalizar las acciones del sector público, surgieron programas en educación, agricultura, industria, etc. Posteriormente, a principios de los años ochenta, en el régimen de López Portillo se elabora el Plan Global de Desarrollo. Con estos precedentes en el sexenio de De la Madrid y en el de Salinas de Gortari se elaboran los Planes Nacionales de Desarrollo. Sin embargo, hay que considerar que dichos planes no eran un mero ejercicio técnico, sino que subyace en los dos últimos la concepción política neoliberal como resultado de que representantes de esa corriente tomaron el poder en 1982. Sin embargo, existe un común denominador en todos ellos, establecen siempre objetivos de beneficio social y mejoramiento de los niveles de vida de la población, también fijan metas de alto crecimiento del producto interno bruto, sin embargo como es evidente por el estado actual de la mayor parte de la población muy poco o nada se ha cumplido, quizá de ahí se derive que en el discurso gubernamental siempre se repita el que "aun falta mucho por hacer". Hay que considerar también que las presentaciones de los Planes son fastuosas, pero debido a los resultados obtenidos y a que al final de cada sexenio se acumula tal desprestigio a los presidentes en turno que ya no se acuerdan de realizar la evaluación de lo alcanzado, en relación a lo que se fijó como objetivos y metas a alcanzar. Muchas veces, incluso, se realizaron acciones trascendentes que no se consideraron en los Planes, tales como la venta masiva de empresas públicas, la reprivatización de los bancos, el ingreso al TLC, firmas de acuerdos internacionales que han comprometido la soberanía nacional, etc. Durante la etapa inicial de auge de la planeación en el aparato administrativo gubernamental se empezaron a formar cuerpos especializados, llegándose a establecer subsecretarías de planeación en casi todas las Secretarías de Estado e 53 incluso la Secretaría de Programación y Presupuesto, que fue la entidad que tenía como responsabilidad la formulación y el seguimiento del Plan. Sin embargo con los recortes presupuestales desaparecieron estas dependencias especializadas, convirtiendo el ejercicio de planeación en un requisito a cumplir porque así lo señala la Constitución y la Ley de Planeación. Hay que considerar que aunque han existido buzones y foros para recoger aportes de la población sobre los diversos capítulos del Plan, en realidad no se conocen los mecanismos de consulta y el cómo las sugerencias se tomarán en cuenta, desde mi punto de vista, los lineamientos establecidos plasman el contenido neoliberal, que el gobierno ha impulsado desde el régimen de De la Madrid, al margen de las aportaciones y propuestas que hagan los miembros de la sociedad. De ahí que a pesar de la existencia de planes nacionales, las crisis recurrentes que se han presentado en la economía mexicana como resultado de la aplicación del llamado modelo neoliberal han provocado un cuestionamiento de amplios sectores sociales a los gobiernos que lo han instrumentado, ya que los efectos negativos lo resiente la mayor parte de la población, en términos de reducciones sustantivas de sus niveles de ingreso, de aumento desproporcionado en los volúmenes de desempleo, de problemas de subsistencia de gran cantidad de empresas de diverso tamaño y de subordinación de la política económica a los intereses directos del Fondo Monetario Internacional y del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Ese es el marco en el que se ha presentado el más reciente Plan Nacional de Desarrollo, que si bien en tiempo se presenta de acuerdo a lo establecido por la Ley de Planeación, en contenido, desde mi punto de vista, no analiza las causas estructurales que no han permitido un desarrollo económico sostenido en los últimos 12 años y por lo tanto no permite realizar una perspectiva con viabilidad. Existe un debate desde diversas perspectivas teóricas y políticas en relación al 54 rumbo del proceso de desarrollo que debe seguir nuestro país y del papel del Estado, la neoliberal ha sido la hegemónica desde 1982. Es evidente que una reorientación de la política económica hacia otro tipo de modelo presupone el ascenso de fuerzas sociales que permitan la sustitución del modelo neoliberal. Considero que el neoliberalismo corresponde a una corriente política de derecha que favorece, sin mediaciones, el poder del capital financiero y la subordinación absoluta del interés nacional a los de Estados Unidos, es como alguien ha dicho, la expresión del capitalismo salvaje. En el presente artículo analizo el capítulo 5 del Plan Nacional de Desarrollo, denominado Crecimiento Económico, en el cual se plantean los objetivos de la política económica por instrumentar en el periodo 1995−2000, la estrategia para el crecimiento de la producción y del empleo presentados por el presidente Zedillo, a finales de mayo del presente año, que da continuidad a la política neoliberal. Posteriormente se incorporan concepciones neokeynesianas sobre el incremento de la producción y el empleo que constituyen una crítica al modelo neoliberal y que de hecho representan una alternativa que puede contribuir a enriquecer a las que en nuestro país se han ido construyendo paulatinamente, a fin de desmentir el aserto gubernamental de que solamente es viable el modelo que él ha impuesto y que a pesar de las profundas crisis considera que solamente se requieren algunos ajustes. Mi punto de vista es que la sociedad mexicana deberá considerar otros caminos, los cuales ha empezado a construir, con su acción, el despertar de la sociedad civil. Durante el llamado periodo del desarrollo estabilizador no existían los Planes Nacionales y México tuvo un crecimiento alto y sostenido durante un largo plazo. Paradójicamente a partir de 1982, en los últimos tres periodos presidenciales se han elaborado planes nacionales de desarrollo, cuando fue impuesto el modelo 55 neoliberal que se basa en la desregulación de la actividad económica y en el retiro del Estado de la actividad productiva, el crecimiento en promedio ha sido sumamente bajo. También hay que considerar que la planeación se establece en México cuando ya había dado muestras de su inefectividad en países de economía centralizada y en países que la habían establecido de manera indicativa. El modelo neoliberal se basa en que todo debe regirlo las leyes del mercado, por lo cual desde esta perspectiva la planeación debería ser un contrasentido. Quizá por eso los objetivos y metas propuestas en los planes anteriores no solamente no se alcanzaron, sino que se tuvieron resultados inversos a los planteados en materia de crecimiento económico, empleo y bienestar para la población. Hay que agregar que el marco en el cual se presenta, por el presidente Zedillo, el nuevo Plan Nacional de Desarrollo es de una depresión económica muy severa, lo que hace más difícil alcanzar los objetivos y las metas establecidas. En el Plan Nacional de Desarrollo 1995−2000 se establece el objetivo estratégico fundamental que se propone: "Promover un crecimiento económico vigoroso y sustentable que fortalezca la soberanía nacional, y redunde en favor tanto del bienestar social de todos los mexicanos, como de una convivencia fincada en la democracia y en la justicia" (PND, 1995). Este objetivo no deja de ser un deseo sin ningún fundamento a la luz de los resultados de 12 años de neoliberalismo y del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y del Acuerdo firmado entre los Estados Unidos de América y México para la estabilización de la Economía Mexicana, cuyas cláusulas no dejan duda de que la política económica que se instrumenta en México se elabora en Washington y que por tanto han vulnerado la soberanía económica, aunque alguien podría rectificar de que se elabora aquí y se aprueba en Washington, con cuya corrección estaría de acuerdo (ver: Núñez, et. al., 1995). Como resultado de tales acuerdos se aplica el PARAUSE que es un 56 programa depresivo que atenta contra el bienestar de la población, pues aparte de que ha bajado los niveles de ingreso está provocando niveles de desempleo sin precedente en la población. La profundidad de la contracción provocada por los acuerdos internacionales comentados se expresa en diversos indicadores, entre otros, en la reducción de la base monetaria, pues según cifras del Banco de México, el 31 de diciembre de 1994 había 56,935 millones de nuevos pesos y para el 16 de junio de 1995 se contrajo a 47,046, es decir, una reducción del circulante de −9,889 millones de nuevos pesos, alrededor del 15%. También el crédito interno neto se colapsó de 24,197 millones de nuevos pesos el 31 de diciembre de 1994 a solamente N$− 17,321 millones el 16 de junio de 1995, lo que implica una reducción de −41,518 millones de nuevos pesos, lo cual significa que en términos netos el crédito ha estado cerrado y solamente hay pagos a empréstitos anteriores, lo cual se debe entre otros factores a la reducción de los flujos de efectivo, disminución de las ventas, caída de las expectativas y la alta tasa de interés activa (datos publicados en El Financiero, 22 de junio de 1995). La inversión productiva también se ha desplomado, lo cual significa que la inversión bruta fija haya sido negativa durante el primer bimestre del año, de acuerdo al analista Marcos Chávez, "La inversión productiva continúa registrando su desplome más dramático de los 12 últimos años, lo cual obstaculizará la posibilidad de que la economía se recupere a tasas de crecimiento socialmente aceptables en el menor tiempo posible" (Chávez, Marcos. El Financiero. 21 de junio de 1995). La oferta y demanda agregadas también tienen fuertes retrocesos, pues de acuerdo a datos de la Secretaría de Hacienda, analizados por Elvia Gutiérrez, el consumo privado cayó 8.7% durante el primer trimestre, expresa que: "La 57 paralización del mercado interno motivó que se diera una drástica disminución en el consumo de bienes duraderos de 41.2 por ciento real, respecto al igual periodo de 1994" (Gutiérrez, Elvia. El Financiero. 23 de junio de 1995). La recuperación de la pequeña y mediana empresa que constituyen la mayor parte de establecimientos del país y las que más absorben empleo, de acuerdo al Secretario de Hacienda "iniciarán su recuperación hasta 1996, mientras los próximos meses serán los más difíciles para la planta productiva nacional2 (Arroyo, Elba. El Financiero. 20 de junio de 1995). En relación a las tasas de desempleo, la de desempleo abierto, de acuerdo a INEGI representó 6.3% de la población económicamente activa, o sea, alrededor de 2 millones de desocupados, cifra que contrasta con otras estimaciones, por ejemplo, la del Secretario del Trabajo que declara alrededor de 6 millones de desocupados, hasta otras que llegan a 12 millones (El Financiero. 20 de junio de 1995). En el Plan Nacional de Desarrollo no se hace un recuento de las causas y consecuencias de las crisis recurrentes y los efectos sobre la actividad productiva y la población que la aplicación del modelo neoliberal ha tenido en los últimos 12 años y medio incluido el sexenio actual, hay una defensa del mismo rumbo sin cuestionar la estructura del mencionado modelo y solamente se plantean ajustes. Si bien se reconoce la necesidad de alcanzar un crecimiento dinámico y sostenido a fin de generar empleos, solamente se reconoce que: "la población económicamente activa es de alrededor de 35 millones, cada año algo menos de un millón de personas buscan incorporarse al mercado de trabajo" (PND, 1995). En ningún momento se hace el diagnóstico completo y correcto, que los niveles de desempleo abarcan proporciones cercanas al 30% de la población económicamente activa como resultado de los ajustes neoliberales. Hay que también considerar que dichos ajustes pueden llegar a dañar en forma irreversible 58 tanto a la planta productiva como a sectores amplios de trabajadores, muchos de los cuales al quedar desempleados difícilmente volverán a incorporarse a la actividad laboral. El proceso de crecimiento del desempleo continúa, ¿cuál es la prospectiva?, ante escenarios desastrosos para la población la propuesta es el cambio de rumbo, pues los resultados son el incremento del desempleo abierto y seudo ocupaciones en el sector informal. Ante esta situación, las autoridades gubernamentales se han manifestado inflexibles, no tienen sensibilidad ante el padecimiento de la población de efectos perniciosos que ellas mismas generan. Recuérdese al respecto el comentario del Director−Gerente del FMI, de que ningún otro país hubiera soportado lo que está pasando México. En el Plan se reconoce que solamente para absorber a los nuevos demandantes de empleo que se incorporan cada año al mercado de trabajo la economía deberá crecer en casi cinco por ciento anual, pero si se quiere incorporar a subempleados y desempleados actuales, la "meta del Plan Nacional sea que, una vez superada la crisis financiera actual y consolidada la recuperación económica, se alcancen tasas sostenidas de crecimiento superiores al cinco por ciento anual". En torno a esta meta existen varias consideraciones, en primer lugar es un error caracterizar a la crisis actual como meramente financiera. Si bien se detonó en el sector financiero, es evidente que penetró en el sector productivo y que también existen causas gestadas en el seno de la actividad productiva. El mismo Secretario de Hacienda lo tuvo que reconocer en reciente reunión del FMI, al señalar que la economía real resiente los efectos de la crisis. La baja en la producción, en las ventas, las utilidades y el empleo son manifestaciones evidentes de que no es solamente crisis financiera. Existen diversas perspectivas en torno a la situación en que nos encontramos, el 59 presidente Zedillo ha insistido desde finales del mes de marzo acerca de los resultados alentadores por la aplicación del Programa de Ajuste, en la clausura de la XVII de la Asamblea General del Consejo Coordinador Empresarial declaró que: "Hemos comprobado que el programa es el adecuado y que vamos en la dirección correcta... Ustedes conocen los avances en la corrección del déficit en la balanza comercial con el exterior. En el primer cuatrimestre se registró un saldo positivo en esa balanza de mil 340 millones de dólares. Ustedes conocen el avance en el fortalecimiento de las finanzas públicas que refleja un incremento real de 80% en el superávit del sector público. Ustedes conocen la favorable evolución del perfil de nuestras obligaciones externas...que en mayo comenzó a registrarse una tendencia decreciente en el aumento de precios" (La Jornada. 16 de junio de 1995). En relación al saldo positivo de la balanza comercial, Marcos Chávez ha señalado que: "La parálisis de la inversión se refleja en parte, en la mejoría de la balanza comercial, pues las compras de bienes intermedios y de capital requeridos del exterior tendieron a reducirse...se interrumpió la recuperación de inversión de 1994...y con ello la modernización de la planta productiva, afectándose el proceso de internacionalización de la economía" (Chávez, Marcos. El Financiero. 21 de junio de 1995). Otra consideración que se incorpora al Plan Nacional de Desarrollo es la propuesta reiterada como en los Planes anteriores de que el ahorro interno debe ser la base del crecimiento, asignándole al ahorro externo el carácter de complementario. Sin embargo hay que recordar que el sistema financiero permite la libre movilidad de capitales y que el capital financiero especulativo no tiene por lo tanto barreras ni se pretende imponerle regulaciones. No se prevén en el Plan mecanismos de defensa de lo que puede quedar de soberanía económica frente a los embates del capital especulativo y aunque él en términos de inversión productiva del capital 60 externo sea complementario, en la esfera de la circulación del capital este podrá seguir realizando movimientos altamente especulativos en los mercados financieros como lo ha hecho en los años pasados. Al respecto existe absoluta claridad en los países más desarrollados, pues en la reciente reunión del Grupo de los Siete en el mes de junio, se consideró: "que la especulación es un elemento perverso que ha infiltrado los sistemas financieros del planeta y que al quedar fuera de control, es causa de estrepitosos derrumbes de las economías...lesiona sobre todo a la economía real, deteriora las unidades productivas y deja sin empleo a millones de personas" (La Jornada, 19 de junio). Estos gobiernos como representantes del capital internacional no sugirieron el establecimiento de medidas de control de dicho capital especulativo, a lo más se decidió crear un fondo de rescate para casos como el de México y reconocer que la especulación es el SIDA de las finanzas como apuntó el presidente Chirac. Otra consideración es acerca del crecimiento del ahorro interno que se pretende incrementarlo progresivamente de 16% del PIB en 1994 a 22% en el año 2000. Habría que tomar en cuenta si por un lado se construyen las condiciones de certidumbre para que eso suceda, pues en el Plan se reconoce "la caída del ahorro privado interno en los últimos años" (PND, 1995). Por otra parte con la crisis presente los niveles de ingreso y por lo tanto de ahorro se reducirán significativamente, sobre todo de las familias, de las empresas medianas, pequeñas y microempresas, sus posibilidades de incrementar el ahorro futuro son muy difíciles, pues su lucha actual es de subsistencia. Las empresas vinculadas a la exportación que tienen excedentes no necesariamente tienen que invertir en México, recuérdense los procesos de expansión de empresas como Cemex y Televisa que han invertido en la compra de filiales en Europa, Sudamérica y en los Estados Unidos. 61 No podemos dejar de mencionar otros objetivos económicos que si bien ahora no son presentados en un lugar destacado, sí se siguen considerando como centrales, sobre todo rodeándolos de una justificación ideológica que a la luz de los resultados es insostenible, recuérdese que durante el salinismo el combate a la inflación fue un objetivo central, en el nuevo Plan también se reitera que: "Un crecimiento elevado, sostenido y equitativo también requiere condiciones de creciente estabilidad de precios. En condiciones de alta inflación, tarde o temprano, el crecimiento económico se agota y desemboca en crisis financieras. Además, el crecimiento así logrado es inequitativo, pues la inflación contribuye a la reducción del ingreso real de la mayoría de la población" (PND, 1995). Si se siguen manejando concepciones teóricas al margen del proceso histórico real se puede justificar lo que sea, no hay que olvidar que solamente hace unos meses con inflación decreciente y de un dígito no hubo crecimiento sostenido y se desembocó también en la peor crisis financiera que hemos vivido en los últimos decenios. También con esa baja inflación tuvimos el proceso más acentuado de agudización de la desigualdad y se han reducido los niveles de ingreso de la población. La visión acrítica del modelo neoliberal como un todo llevaron a los formuladores del Plan a recurrir a los textos que lo justifican, pero que en nuestro caso no corresponden a la realidad. Para los elaboradores del Plan 1995−2000 el México moderno, cuando se empezó a salir de la crisis más profunda fue a mediados de los ochenta: "cuando se inició un proceso de apertura comercial y de corrección estructural de las finanzas públicas... A partir de 1988 el proceso de ajuste estructural se aceleró. La apertura comercial prácticamente se generalizó, se abrieron nuevos campos para la inversión privada mediante la privatización de empresas públicas y se aligeró la regulación de varios sectores económicos. También se fortalecieron 62 significativamente las finanzas públicas, lo que mejoró el ahorro público" (PND, 1995). Si bien no se menciona al Salinismo como el impulsor del milagro mexicano hasta antes de diciembre de 1994, si se sobrentiende que el modelo continuará con pequeños ajustes durante el actual periodo Zedillista, es decir, habrá continuidad. De acuerdo a los elaboradores del Plan el modelo neoliberal no es el que falla, pues reconocen que a pesar de cambios que a su juicio fueron espectaculares al decir que: "Infortunadamente, el indispensable proceso de cambio estructural no se materializó en un crecimiento económico significativo, a pesar de que entre 1989 y 1994 el país tuvo el mayor ahorro externo de su historia. En ese lapso la tasa promedio anual de crecimiento del PIB fue de tres por ciento. Si se toma en cuenta la transformación estructural y el cuantioso ahorro externo disponible, puede verse que el crecimiento económico de esos años resultó particularmente reducido. Es muy ilustrativo el caso de 1993, cuando ingresó ahorro externo equivalente a casi siete por ciento del PIB y se alcanzó un crecimiento del producto de sólo 0.6 por ciento" (PND, 1995). No dicen que el modelo falló en su estructura y que su aplicación fue originando factores que conducirían a su crisis en un corto plazo al desaparecer las expectativas sobre el crecimiento económico que no se alcanzaron a pesar del manejo ideológico triunfalista. Los elaboradores del plan analizan que: "la crisis fue precedida de un periodo en que confluyeron la disponibilidad de recursos externos, el aumento sin precedente en el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y la sobrevaluación del tipo de cambio real del peso respecto a las monedas de nuestros principales socios comerciales" (PND, 1995). Lo que los analistas gubernamentales han explicado como causas de las crisis, pueden también ser vistos como resultados de la política económica aplicada, pues la apertura comercial indiscriminada no se dio por 63 generación espontánea, lo cual provocó un crecimiento más que proporcional de las importaciones y los flujos de ahorro externo eran atraídos con altos rendimientos especulativos en los mercados de dinero y capitales. Al respecto existen otras interpretaciones, un grupo de profesores universitarios en un libro publicado a finales de marzo del presente año señalaban que: "Hay que analizar que se produjo una gran contradicción, pues mientras más grande era la afluencia de capitales, el crecimiento productivo era sumamente bajo o nulo y se tenían que pagar altos costos financieros que hacían más difícil el crecimiento de la producción... El capital financiero y las autoridades gubernamentales se encontraban en una interacción dialéctica, pues el primero aprovechaba las condiciones especulativas generadas por el propio gobierno ya que creaba condiciones para altas ganancias de capital en la Bolsa y pagaba tasas de interés superiores a las internacionales en el mercado de dinero" (Núñez, et. al., 1995). La política deliberada de atraer capitales externos con marcado énfasis a la especulación se realizó a costos muy elevados para el país, pues dichas ganancias extraordinarias no se invirtieron finalmente en México. El capital externo captado no se tradujo mas que en pequeña proporción en inversión productiva, pues ante la apertura acelerada e indiscriminada del mercado externo, "en presencia de un aparato productivo escasamente integrado, marcado por la carencia de una política industrial que como compensación fomentara la productividad en los sectores que finalmente han sido desintegrados. Al carecerse de política industrial el sector financiero no pudo ponerse al servicio del desarrollo, entonces se enfocó a la especulación donde el capital financiero nos ha demostrado nuevamente se voracidad" (Núñez et al., 1995). De acuerdo al PND, "El problema de fondo no fue que nuestra economía tuviese importantes transformaciones y contase con ahorro externo en montos muy 64 significativos. El problema fue que ese ahorro externo no se tradujo en una mayor inversión y crecimiento del PIB" (PND, 1995). Como ya dije anteriormente el problema de fondo fueron las transformaciones, es decir la apertura y desregulación acelerada y la ausencia de política industrial, el capital externo en su mayor proporción no se destinaba a la inversión productiva, situación que fue detectada desde 1993 cuando sólo la Bolsa acumuló más de 50 mil millones de dólares. Obsérvese como hay un reconocimiento de que el ahorro pudiera no traducirse en inversión productiva, sin embargo a mi juicio, existe una interpretación errónea respecto del papel del ahorro interno que disminuyó del 22% a menos de 16% del PIB en el periodo 1988−1994, se dice en el PND que: "No hay duda de que, si durante esos años el ahorro interno se hubiese mantenido al menos estable, se habría tenido un crecimiento más dinámico de la inversión y del PIB" (PND, 1995). Parte significativa del ahorro interno también fue canalizado a la bolsa y a títulos de deuda gubernamentales con fines especulativos, pues suponer que el capital interno se mueve por leyes distintas que el capital internacional es equívoco. El capital, tanto externo como interno sin diferencia, invariablemente se canalizará en su mayor proporción a la inversión especulativa cuando los rendimientos en los mercados financieros sean superiores a la tasa de ganancia que existe en la inversión productiva. En las causas que explican la disminución del ahorro interno, de acuerdo al PND, están la sobrevaluación del peso que induce a mayores niveles de consumo, también señala una causa que a mi me parece esencial en relación al ahorro y a la reinversión de utilidades de las empresas, expresa que: "Es probable que la reducción del margen de utilidades que necesariamente causó el proceso de apertura y de mayor competencia económica interna y externa haya sido mucho 65 mayor al apreciarse el tipo de cambio real. En otras palabras, el efecto en la moderación de utilidades que deliberadamente buscó la apertura a la competencia internacional se exacerbó con la apreciación real de la paridad y afectó el ahorro de las empresas" (PND, 1995). Agrega otros factores explicativos tales como la baja en los impuestos al consumo en 1990 y el aumento en la disponibilidad de crédito, que elevaron la capacidad de compra. A mi modo de ver no solamente se afectó el ahorro, sino también la inversión productiva de las empresas, la entrada de mercancías a precios más bajos que los internos provocó en muchas ramas industriales que las expectativas futuras sobre la rentabilidad de la inversión no fuera aceptable, lo cual seguramente provocó diversos efectos, tales como: a) Sustituir la tecnología de producción para hacerse competitivo bajando costos. b) Cambiando su inversión a ramas con menor competencia o dedicándose a la comercialización de los bienes importados. c) Saliendo del proceso productivo. Los efectos sobre la inversión a su vez modificaron la estructura ocupacional, tanto en el número de trabajadores ocupados como en las calificaciones requeridas para poder permanecer en la planta productiva. En el PND se reconocen los efectos de la apertura sobre la inversión, aunque no se cuantifican las proporciones, se señala que: "el cambio estructural por el que atravesó nuestra economía incidió sobre su tasa de crecimiento, como consecuencia de que el acervo de capital con que contaba nuestro país, apropiado para una economía esencialmente cerrada al comercio internacional, tuvo que ser reemplazado conforme se dio el proceso de apertura comercial. Así, al dedicarse a reemplazar capital obsoleto, parte del esfuerzo de inversión realizado en los últimos años no se reflejó en una expansión de la planta productiva, sino que 66 mantuvo el nivel de la capacidad productiva en el contexto de una economía abierta" (PND, 1995). En este apartado no se recogieron las persistentes críticas empresariales sobre la naturaleza indiscriminada de la apertura comercial y su efecto devastador sobre algunas ramas y la ausencia de política industrial por parte del gobierno para enfrentar la embestida de dicha apertura. No comparto la conclusión acerca de las causas esenciales de las crisis y el bajo crecimiento de la economía que señala el Plan: "puede concluirse que la insuficiencia del ahorro interno ha sido el elemento común y fundamental en las crisis financieras que recurrentemente ha vivido nuestro país y la causa principal del estancamiento económico" (PND, 1995). Se omite aquí una evaluación crítica tanto del modelo neoliberal y los efectos perniciosos de la apertura acelerada de la economía, de la naturaleza especulativa del capital financiero y de que la globalización abarca también la internacionalización de los capitales, por lo cual es nostálgico y se convierte en un planteamiento solamente ideológico el pensar que únicamente con el ahorro interno se podrán alcanzar niveles competitivos que requieren grandes inversiones de capital. Al respecto la correduría estadounidense Merril Lynch ha declarado recientemente que: "Para crecer a un ritmo de 3 por ciento o más, México continuará su dependencia de los capitales foráneos como resultado del perfil demográfico y estructural de la economía...a partir de 1990 la economía mexicana se torna cada vez más dependiente de la inversión foránea" (Arroyo, Elba. El Financiero. 21 de junio de 1995). De hecho el PND 1995−2000 es una ratificación del modelo salinista en la época del presidente Zedillo, pues no se plantea ningún cambio de rumbo, al contrario se establece que uno de los retos es: "consolidar e intensificar los cambios estructurales emprendidos durante la última década y que son indispensables para 67 contar con una economía productiva, eficiente y en expansión" (PND, 1995). En el PND se omite, seguramente en forma deliberada, un análisis de la situación actual y de los efectos de la política contraccionista sobre la economía y la sociedad, sobre el aumento del desempleo, la elevación de las tasas de interés y los problemas ocasionados a los bancos y a los deudores por el crecimiento de la cartera vencida, tanto personas físicas como empresas, muchas de las cuales no tienen más alternativas que cerrar. Las críticas del sector empresarial a la política económica del Gobierno se han acentuado. No se señala como se realizará el pago del crédito de salvamento por 50 mil millones de dólares que otorgó el FMI y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Esta es la prospectiva de corto y mediano plazo para la economía mexicana. Según las autoridades gubernamentales una vez que se supere la difícil situación actual sobrevendrá el milagro, es decir creceremos a ritmos sostenidos de tasas superiores al 5% anual y habrá más empleos y mejores salarios. Dados los múltiples ejemplos de los resultados excluyentes para la mayor parte de la población por la aplicación del modelo neoliberal en América Latina y en México, me inclino a pensar que eso es un espejismo y un canto de sirenas. No en balde la población mexicana ha sustituido el slogan de la campaña presidencial: El sabe como hacerlo, por el de: ¿El sabe cómo hacerlo? La presentación de la alternativa neokeynesiana parte de la revisión de algunos de los planteamientos teóricos fundamentales de los economistas que se encuentran desarrollando esta corriente, en torno al crecimiento del empleo por medio tanto de la utilización de la capacidad instalada como por la inversión y paralelamente discutir los límites que se establecen a la razón de apalancamiento como fuente de financiamiento en economías abiertas, donde debido a lo intenso de la competencia no es posible pensar en un crecimiento paulatino de dicha razón al 68 requerirse por parte de las empresas fuertes volúmenes de financiamiento para enfrentarla y que determina las condiciones para alcanzar el pleno empleo, situación analizada como posible por esta corriente. Ante los problemas generalizados en el fin de siglo en la mayor parte de los países, como son el desempleo, la disminución en la demanda efectiva y la baja en la utilización de la capacidad instalada, provocados por los programas de ajuste neoliberales, se requiere de acuerdo a esta concepción, de un modelo de ajuste expansivo que aborde en el sector de la producción las posibilidades del incremento en el empleo, de los recursos productivos, en el incremento de los beneficios y los salarios a través de crecimientos en la productividad, todo lo cual se traducirá en crecimiento de la demanda efectiva. También deberán considerarse las fuentes de los recursos financieros externos a las empresas (adicionales a los beneficios y utilidades no distribuidas), a fin de que puedan hacer posible la mencionada expansión productiva en los términos que la han planteado, para lo cual se requiere también una expansión crediticia que permita a los empresarios elevar su razón de apalancamiento financiero (P/K), que en la mayoría de los establecimientos industriales de nuestro país es menor que la unidad, aunque en este sentido M. Lavoie, uno de los principales teóricos del neokeynesianismo, advierte sobre el problema del riesgo que es un limitante al crecimiento de la razón de apalancamiento, como veremos en el modelo que presenta para analizar los fondos totales para el financiamiento de la expansión. Consideramos que las tendencias existentes en el desarrollo del capitalismo contemporáneo, derivadas entre otras causas de las profundas reformas financieras que han llevado a la libre movilidad de capitales, a la globalización de la economía y a la formación de grandes grupos regionales, nos obligan a pensar que las nuevas formas de financiamiento serán uno de los factores determinantes de la 69 inversión y por lo tanto de la utilización de las capacidades instaladas. Las empresas podrán responder a sus expectativas de ganancia con incrementos de la inversión dependientes cada vez menos de sus propios recursos a través de una tendencia creciente de la razón de apalancamiento P/K. Si bien los neoliberales plantean la no intervención gubernamental y de que no hay razón para que existan las instituciones, ya que con su acción impiden por ejemplo los ajustes salariales a la baja, las fluctuaciones de los precios y la reactivación de la producción, es decir, bloqueando un ajuste automático del mercado. Lo cierto es que la profundización del ajuste puede ser tal, que no haya el tiempo suficiente para experimentar su libre aplicación al generar en la sociedad situaciones de conflicto que llegan a cuestionar incluso la legitimidad de los gobiernos que han tratado de aplicar el llamado modelo neoliberal, como está resultando en el caso de México. También dentro del pensamiento Keynesiano han existido diversas interpretaciones, pues como señala Hyman Minsky, se le redujo en el pasado a planteamientos de intervención gubernamental a través de la política fiscal, tratando de encajonar sus críticas a los clásicos, dentro del modelo IS−LM, que ha sido criticado por la misma realidad, como decía precisamente Keynes, al no ajustarse los hechos al mencionado modelo. Al respecto vale recordar por su vigencia la multicitada crítica que Keynes hace al final del capitulo de El Principio de la Demanda Efectiva: "En mi opinión, el celebrado optimismo de la teoría económica tradicional puede encontrarse en el hecho de no haber tenido en cuenta la rémora que una insuficiencia de la demanda efectiva puede significar para la prosperidad; porque es evidente que en una sociedad que funcionara de acuerdo con los postulados clásicos debería existir una tendencia natural hacia el empleo óptimo de los recursos. Puede suceder muy bien que la teoría clásica 70 represente el camino que nuestra economía debería seguir; pero suponer que en realidad lo hace así es eliminar graciosamente nuestras dificultades" (Keynes, J.M., 1963). Este planteamiento a pesar de haber sido formulado hace casi 60 años sigue conservando su frescura, y puede ser aplicado por la crítica en la aplicación y los resultados obtenidos del modelo neoliberal, por ejemplo, a casos como México. En el modelo poskeynesiano se parte de que existe capacidad productiva ociosa y desempleo involuntario, definido por Keynes de la siguiente forma: "los hombres se encuentran involuntariamente sin empleo cuando, en el caso de que se produzca una pequeña alza en el precio de los artículos para asalariados, en relación con el salario nominal, tanto la oferta total de mano de obra dispuesta a trabajar por el salario nominal corriente como la demanda total de la misma a dicho salario son mayores que el volumen de ocupación existente" (Keynes, J.M., 1963). Otro punto de partida lo constituye el que las fuentes de los recursos financieros no sólo son las utilidades retenidas, sino que también hay beneficios e instituciones crediticias y mercado de valores. En este sentido la expansión económica no puede depender exclusivamente del ahorro interno sobre todo si consideramos economías abiertas donde la competencia se agudiza, si las empresas no se modernizan aceleradamente tenderán a desaparecer por lo cual requerirán recurrir al crédito para la adquisición de tecnología y equipos que los mantenga en el mercado. Se plantea que la demanda de trabajo pueden tener pendiente positiva y corresponder aumentos en la demanda de trabajadores a salarios reales crecientes, con incremento en los beneficios, en el producto y en la productividad del trabajo, a través de un proceso de utilización de la capacidad instalada, hasta llegar a la ocupación plena, lo cual repercutirá en aumentos de la demanda efectiva. 71 En la Teoría General, Keynes plantea que el empleo depende de la función de oferta global, de la propensión a consumir y del volumen de inversión, por lo cual las fluctuaciones de ésta −de no haber cambios en la propensión a consumir− se traducirá en fluctuaciones del nivel de ocupación. Es decir, una baja en la inversión puede traducirse en un descenso en el nivel de empleo, con lo cual se reduciría la demanda efectiva. De ahí que como expresa Lavoie, retomando el planteamiento original Keynesiano: "Hay desempleo debido a deficiencia en demanda efectiva, no porque los salarios reales son muy altos" (Lavoie, M. 1992). La crisis se explica por un colapso repentino de la eficacia marginal del capital, lo cual precipita un aumento en la preferencia por la liquidez y un alza en la tasa de interés, lo cual puede agravar aún más el descenso de la inversión. Esta situación no sólo provoca desocupación friccional y voluntaria, ya que origina otro tipo de desocupación que como señala Keynes, "...los postulados clásicos no admiten la posibilidad de una tercera, que definiré como involuntaria" (Keynes, J.M., 1963). Al respecto, Joan Robinson plantea que "el volumen de desempleo involuntario es igual a la suma de trabajos que, en la condiciones existentes, la población estaría dispuesta a aceptar, pero que se ve impedida de hacerlo" (Robinson, 1959). Keynes también expresa la actitud del empresario de maximizar los beneficios, para este autor, "el costo de factores y las ganancias juntos dan lo que definiremos como el ingreso total derivado del empleo proporcionado por el empresario. Las ganancias de éste, así definidas, deben ser, y son, la cantidad que procura elevar al máximo cuando decide qué volumen de empleo ofrecerá" (Keynes, J.M., 1963). Visto desde otro ángulo, la ocupación estará determinada en un nivel en el cual el empresario espere recibir la mayor ganancia y dependerá de: "a) de la función de la oferta global,... b) de la propensión a consumir... c) del volumen de inversión... Esta es la esencia de la teoría general de la ocupación" 72 (Keynes, J.M., 1963). El resultado de acuerdo con los poskeynesianos, es que se genera capacidad productiva ociosa, por lo cual en el corto plazo el incremento del producto y el empleo no requieren de una inversión adicional hasta que se alcance la utilización total de la capacidad instalada. A partir de ese punto, de no haberse alcanzado la ocupación plena de los trabajadores se requerirán nuevas inversiones, lo cual nos hace entrar al largo plazo donde necesariamente debe existir acumulación de capital. Nos proponemos en el presente modelo plantear fundamentalmente dos objetivos que se interactúan: a) En el mediano y largo plazo, cómo la expansión e institucionalización del sistema financiero se traduce en un factor determinante para incrementar la inversión y por lo tanto la producción a través de un cambio de comportamiento del empresario en torno a los requerimientos de crédito, que motivado por las nuevas condiciones competitivas tiende a elevar su nivel de apalancamiento financiero, aumentando la relación pasivos/capital. Recuérdese al respecto lo planteado por Marc Lavoie, de que "cualquier producción en una economía moderna, requiere acceso al crédito, esto como veremos, es una ley macroeconómica... Aunque alguna firma pueda concebirse capaz de evadir los préstamos, veremos que, desde un punto de vista macroeconómico, las firmas como un todo deberán adquirir deudas para la expansión de la producción" (Lavoie, M. 1992). b) En el corto plazo, el lograr una creciente utilización de la capacidad instalada con aumentos crecientes del salario, de la productividad y del volumen de empleo y provocar un crecimiento de la demanda efectiva. La inversión estaría determinada por: 73 1.− I = f(UTR, B, P/K), La inversión I, es una función de las utilidades retenidas o no distribuidas UTR, de los beneficios B del empresario y de su razón de apalancamiento financiero P/K, por lo cual establecerá una interrelación muy estrecha con el sector crediticio y de flujos, pues una proporción cada vez mayor de la inversión será financiada a través de pasivos, tomando en consideración medianas y pequeñas empresas que para su subsistencia y desarrollo tienen que entrar a la competencia con empresas internacionales. La inversión creciente dinamiza el sistema productivo y provoca las innovaciones, que de acuerdo con Kalecki son factores de desarrollo, "que impiden que el sistema se quede en situación estática y engendran una tendencia ascendente a largo plazo. La acumulación de capital, resultante del hecho de que la inversión a largo plazo es superior al nivel de depreciación, amplía a su vez el alcance de la influencia de los `factores del desarrollo' y contribuye de esa manera a sostener la tendencia a largo plazo. El aumento de las ganancias y de la producción que se suscita como resultado del movimiento de ascenso de la inversión tiende a provocar una tasa más elevada de crecimiento" (Kalecki, M., 1956). De acuerdo con H. Minsky, los aspectos monetarios y financieros nunca pueden ser dejados de lado en ningún análisis económico (Prólogo a Post−Keynesian Monetary Economics. Arestis, Philip. 1988). El sector financiero debe estar íntimamente vinculado con los otros dos, pues no basta solamente contar con flujos importantes de recursos financieros, sino además se requiere una estructura institucional para su canalización eficiente y además deben existir expectativas favorables para que dichos recursos se canalicen preferentemente hacia la inversión productiva, es decir, a cubrir requerimientos de capital de trabajo y de activos fijos. De no darse estas condiciones los recursos financieros serán dirigidos a actividades 74 especulativas, con lo cual el sector producción y la inversión no se verán favorecidos. Para establecer las interrelaciones entre las diversas variables que se manejarán en el sector productivo, partiremos de algunos planteamientos básicos de los poskeynesianos en torno a la producción, por ejemplo, la función producción no tendrá la forma tradicional, ya que en el mediano y largo plazo puede haber cambios en la tecnología y por lo tanto los equipos y maquinaria pueden ser cambiados por otros más eficientes. En el corto plazo el stock de capital es constante, es decir, los coeficientes de producción pueden considerarse fijos, el trabajo no puede sustituir el capital o a la inversa. Si se parte de la no utilización plena de la capacidad instalada, existirá una función de utilización, Y = Lz, que permitirá un crecimiento del empleo. PERDIDA DE AUTOSUFICIENCIA ALIMENTARIA La pérdida de la capacidad de un país para autoalimentarse no es sino el resultado de la paulatina pérdida de la autosuficiencia alimentaria en el ámbito familiar, local y regional por efecto de ala aplicación de un cierto modelo tecnológico que obedece a un modelo de desarrollo típicamente centralizador, basado en la continua transferencia de capital de la periferia a el centro. No debe olvidarse que por principio, la producción típicamente campesina es una economía donde los productores tienen a producir casi todo lo que consumen y a consumir casi todo lo que producen, es decir, tienen a conformar unidades que su autoabastecen casi de manera absoluta. Por otro lado, el estudio de aquellas regiones donde la economía de mercado no es todavía la que predomina, muestra que el papel del intercambio de productos es complementar las economías locales, es decir, proporcionar aquellos materiales que el productor o los núcleos de población no logran obtener de sus particulares condiciones naturales. Lo anterior 75 significa que así como las características de la producción campesina tienden a garantizar la autosuficiencia del producto, las formas mercantiles simples de circulación constituyen también mecanismos que hacen posible el autoabastecimiento regional. Todo ello se logra, en tanto continúa predominando en mayor o menor grado la estrategia del uso múltiple de los ecosistemas, que se caracteriza por obtener de la naturaleza una gran variedad de productos y que, como veremos, es una correcta respuesta productiva al heterogéneo potencial ecológico propio de todo espacio natural. Bajo el proceso modernizador de tipo capitalista, la paulatina transformación de las economías locales y regionales que implica el continuo deslocamiento de la estrategia de uso múltiple y su sustitución por una estrategia especializada, tiende a convertir tanto a las unidades productivas como a las comunidades y a las regiones, en generadoras obligadas de uno o unos cuantos productos. De esta forma, la gradual imposición del modelo tecnológico especializado logra desarticular los enclaves locales y regionales cuya producción y cuyo intercambio aparecían aún como respuestas ala potencialidad y a la complejidad ecológicas, para implantar una producción especializada que obliga al consumo de productos que se generan en lugares distantes. Conforme al desarrollo del capitalismo va integrando cada vez mayores espacios bajo su férula, acentuando su manera de concebir, hacer producir y circular los recursos, este fenómeno de pérdida de autosuficiencia que tiene lugar en los ámbitos familia, local y regional, se reproduce y se amplía hasta llegar a comprender la dimensión nacional. Si en un principio el modelo tecnológico impuesto por el capitalismo sólo afectaba la manera de realizar la producción, una vez arraigados los productores a las leyes de la oferta y la demanda, éste llega a determinar lo que se produce, sus cantidades y sus consumidores. Así, el libre juego del mercado va a poco orientando la producción hacia lo más rentable y no hacia lo más adecuado desde 76 un punto de vista ecológico, ni hacia lo que más necesitan los productores, las regiones y la nación. En un fase avanzada, la implantación de este modelo tecnológico ya en íntima relación con los fines mismos del capital, convierte a enormes sectores de la naturaleza y de la sociedad en proveedores de los productos requeridos por los sectores de la nación de elevados ingresos y, finalmente, por los países centrales e industriales. Es común encontrar que, de pronto, regiones que en el pasado se abasteció casi por completo a partir del potencial productivo de sus propios ecosistemas, hoy, como son generadores de un solo producto, deben importar todos los productos alimenticios de otras regiones y aún de otros países. En resumen, la pérdida de la autosuficiencia alimentaria no puede concebirse sino como el resultado final de un prolongado proceso por el cual la manera capitalista de producir va subutilizando, desaprovechando y finalmente destruyendo todo el potencial productivo representado por la diversidad delos ecosistemas, y al mismo tiempo y por lo mismo, va paulatinamente destruyendo la capacidad de autoabastecimiento de productores, localidades y regiones enteras. EL DESEMPLEO El elevado crecimiento poblacional de las últimas dos décadas _26.1 millones de personas_ imposibilita la meta de abatir en términos reales la tasa abierta de desempleo, que aunque se sitúa en 2.3 por ciento en el país, no considera a la población subocupada o que realiza una actividad sin percibir ingresos, y que representa 23.1 por ciento de la PEA. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), deberán transcurrir 20 años para que se empiece a reducir la tasa abierta desocupacional, y no será sino hasta el año 2045 cuando se alcance un nivel de equilibrio en el mercado laboral, en que la mayoría de los jóvenes de ahora estén por concluir su 77 vida laboral y la tasa de crecimiento demográfico haya descendido a l.0 por ciento o menos. El organismo internacional señala que no es posible tener un indicador confiable de la población desocupada, debido al crecimiento explosivo de la economía informal y las nuevas formas de contratación temporal o eventual aplicadas muy particularmente en los últimos cinco años. Apunta que aunado al dinámico crecimiento demográfico registrado en los últimos años, se está generando una fuerza laboral con escasa preparación que hace más difícil su colocación en el mercado formal de trabajo. El 43.9 por ciento de la PEA, equivalente a 17.3 millones de personas, no cuenta con estudios básicos. Además 10.7 millones no concluyeron siquiera la primaria y sólo 29 por ciento del total de la PEA terminó algún tipo de educación media o superior. La Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) convalida la escasa preparación académica de la fuerza laboral, con base en los datos de la Encuesta Nacional de Empleo del INEGI. La información más reciente revela que 73.8 por ciento de la población ocupada no cuenta con educación básica terminada, lo cual representa un gran problema para la modernización de los procesos productivos de las empresas. Datos del INEGI indican que 11.1 por ciento de la población ocupada no cuenta con ninguna instrucción, 21.2 por ciento no cursó la primaria completa, 20.6 la terminó y 20.9 por ciento cursó los primeros años de secundaria sin haber concluido el ciclo escolar. La OIT expone que México se mantiene entre los principales países con mayor crecimiento poblacional, aun cuando la tasa de natalidad disminuyó de 2.1 a 1.6 por ciento en los últimos diez años. 78 Con las cifras actuales la economía mexicana deberá generar cuando menos 12 millones de puestos laborales en los próximos diez años, tan sólo para cubrir la demanda de la población que requerirá incorporarse al mercado de trabajo, y que la tasa abierta de desocupación se mantenga entre 1.9 y 2.1 por ciento, precisa la OIT. DEPENDENCIA TECNOLOGICA El proceso de crecimiento del México moderno ha implicado la renovación y expansión de casi todas las ramas de su economía y servicios infraestructurales para acceder a otro nivel de desarrollo material. Una de estas áreas profundamente transformadas por el fenómeno de la modernidad se refiere al campo de las telecomunicaciones, y en particular, a la de los satélites de comunicación directa. Sin embargo, no obstante que la transmisión de información directa vía satélite hoy día es una realidad común en nuestras vidas cotidianas, y que evoluciona con una velocidad de expansión geométricamente creciente, prácticamente, desde la ingeniería cultural, casi no sabemos nada acerca de sus orígenes, su impacto en la conciencia de la población, la transformación de los hábitos de vida, su peso sobre las estructuras nacionales de cultura y comunicación, el corrimiento de las fronteras ideológicas, el rebasamiento de los ordenes jurídicos, sus tendencias de expansión, etc. Es por ello, que consideramos importante realizar un acercamiento descriptivo y conceptual de este fenómeno en el caso de México, pues es una realidad que esta modificando profundamente el horizonte comunicativo y mental de nuestra sociedad. ROMPIMIENTO ESTADO Y EMPREARIOS Durante el periodo 1970−1981, el país entra en una trayectoria de crisis recurrentes. Se deterioran las relaciones entre los sectores público y privado. El 79 proceso de crecimiento y en particular las actividades asociadas a las manufacturas comenzaron a perder dinamismo después de más de dos décadas de desarrollo. El eje del modelo de acumulación pasó de la industria manufacturera al sector petrolero (extracción, refinación, procesamiento y exportación). El auge de 1973−1974 puede verse esencialmente como una continuación del estilo de crecimiento anterior El boom de 1980−81 en cambio, se caracterizó por ser el primero desde la posguerra que no fue liderado por el sector manufacturero sino por la exportación masiva de petróleo, que permitió un ritmo de crecimiento notable, aunque muy dependiente de variaciones externas. Esta nueva modalidad marcó el fin de la industrialización sustitutivo de importaciones. El factor determinante de la dinámica económica pasó de la inversión privada al gasto y la inversión públicos. Se compraron un gran número de empresas en bancarrota; desde empresas galleteras hasta centros nocturnos. El déficit público llegó a ser inmanejable y no hubo reforma fiscal. El déficit externo se expandió y no sumo para impulsar la industrialización. La económica cayo en una severa recesión detonada por el incremento del desequilibrio externo y de las finanzas públicas. Se volvió recurrente la intervención de los organismos financieros mundiales y sus programas de "ajuste" que tuvieron como resultado la quiebra de empresas, el crecimiento del desempleo y la miseria, así como la agudización de los conflictos políticos y sociales. Ni el estatismo populista, ni la "administración de la abundancia" mejoraron la situación de la planta productiva. El clímax de este proceso fue 1982. En agosto de ese año el gobierno mexicano se declaró insolvente para cubrir los pagos de la deuda externa. Funcionarios mexicanos se reunieron en Washington con representantes del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de la Reserva Federal, de donde surge el llamado 80 Consenso de Washington, que establece, desde el exterior, la política económica, que seguirá México en los siguientes años. A cambio de un nuevo préstamo, para abonar a los préstamos anteriores y de este modo no desestabilizar el sistema financiero internacional, el gobierno mexicano se compromete a establecer una política económica orientada a reducir la inflación, impulsar la apertura comercial, restringir el consumo, incrementar el ahorro e iniciar un proceso de privatización de las empresas paraestatales. A contracorriente de estos acuerdos, se decide nacionalizar la banca. Durante el gobierno de Miguel de la Madrid se crearon las bases para un cambio en la estructura financiera del país y en la composición de los grupos financiero empresariales, que desplazaran al sector industrial como factor fundamental del desarrollo. Se fortaleció a los intermediarios bursátiles con todo tipo de apoyos; la bolsa operó en la práctica como banca paralela. En 1982, los bancos contaban con 6 de las 31 casas de bolsa existentes. Los recursos manejados por la intermediación bursátil representaba poco más del 7% del PEB. Al finalizar el sexenio manejaba el 22% de los ahorros depositados en el sistema financiero nacional. Fue la época del crack de la bolsa en 1987 y el fraude con los ajusta bonos. La economía nacional se abrió en 1986 y en 1987, además de entrar al GATT, se bajaron los aranceles y a fines de este último año se implantó una política cambiaria antiinflacionaria. La apertura externa y el tipo de cambio antiinflacionario (sobrevaluado) no fueron acampanados de políticas industriales, de créditos de largo plazo, ni baja de tasas de interés para impulsar la modernización del sector productivo, necesaria para hacer frente a la competencia desleal configurada. Esto se tradujo en un gran crecimiento de importaciones, que si bien contribuyeron a bajar la inflación, fue a 81 costa de desplazar la producción nacional del mercado interno y originar presiones negativas sobre el sector externo. Durante el periodo de 1982 a 1988 la a inversión pública y privada no creció; la economía enfrentó graves desequilibrios en la balanza de pagos, un índice inflacionario que superaba el 200 por ciento; tasas de interés anual de 160% y una deuda externa que sobrepasaba los cien mil millones de dólares. El producto interno bruto tenía el mismo nivel alcanzado en 1982; es decir, durante seis años la tasa de crecimiento fue de cero, fue un periodo recesivo e inflacionario. El gobierno se planteó como objetivo estratégico la recuperación del crecimiento económico a través de la modernización y el cambio estructural de la economía mexicana, lo que se lograría siguiendo tres grandes líneas: apertura comercial, privatización de la economía y desregulación. Esto implicaba tres supuestos básicos: los mecanismos del mercado serían los instrumentos determinantes en la distribución de los recursos productivos; el capital privado, nacional y extranjero, se encargarían de dinamizar la economía y, la intervención del estado en la economía sería reducida a su mínima expresión. Se contempló "reconvertir" el conjunto la planta productiva, al mismo tiempo que se consolidaba un sector industrial exportador de manufacturas para incorporar a nuestro país al circuito económico mundial. En lo inmediato se aplicará una política de estabilización macro−económica y de combate a la inflación. El Plan Nacional de Desarrollo, 1989−1994, señalaba que la insuficiencia de inversión fue el factor determinante del estancamiento del PIB. Por lo tanto, se que de un mayor ahorro interno y, de manera fundamental, de una reducción de las transferencias netas de recursos al exterior, para poder financiar el desarrollo. En este sentido el gobierno impulsó fuertemente la modernización del sistema financiero y la creación de grandes grupos económicos, porque en ellos recaería 82 "la importante función de fomentar el ahorro de la sociedad y de canalizar oportuna y eficientemente los recursos captados," para que se recuperara y sostuviera el crecimiento productivo. Los resultados de todas estas medidas están a la vista. La apertura comercial no fue concebida como parte de una estrategia de desarrollo, sino como un componente más de la política antiinflacionaria. En un lapso sumamente corto se abrió la economía mexicana y esto, junto con una tasa de cambio fija (sobrevaluada) generó la entrada de mercancías extranjeras relativamente más baratas que las nacionales redujo la inflación; pero, por otra parte, debilitó al sector productivo, propiciando que miles de micro y pequeñas empresas quebraran. a reducción de la inflación fue acompañada por una profunda desindustrialización y déficit de la cuenta externa. La acelerada e indiscriminada apertura de la economía y el incremento de las importaciones se traduce en un incremento del déficit comercial. El ímpetu modernizador llevó al régimen a desarticular una estructura productiva que era ineficiente, pero no se creó al mismo tiempo la que iba a tomar su lugar. En estas condiciones, la firma del TLC implicaba magros beneficios para una planta productiva en proceso de desintegración. En el ramo manufacturero, por ejemplo, donde hasta 1994 existían más de 123 mil empresas, de las cuales casi 90 por ciento eran micro, se advertía desde mediados del sexenio pasado, el serio problema que la falta de financiamiento, las cargas impositivas y la competencia desleal de productos extranjeros estaba ocasionando. Debido a la apertura comercial unilateral, más de 50 por ciento de la planta fabril tuvo que cerrar sus puertas. Alrededor de tres de cada diez empresas medianas y pequeñas se vieron obligadas a transformarse de productoras en comercializadoras de artículos importados. 83 Más de un millón 300 mil micro, pequeñas y medianas empresas del país mantuvieron una feroz lucha por sobrevivir a la política económica gubernamental. Lo anterior quiere decir que cerca de 98 por ciento de las empresas que tuvo que conformarse con observar cómo el restante dos por ciento consolidaba proyectos de expansión realizando grandes inversiones y alianzas con los grandes capitalistas del país y el exterior. La indiscriminada apertura comercial llevó a la ruina a múltiples empresas y propició con ello el rompimiento de cadenas productivas y que algunos sectores importantes de la industria manufacturera entraran en crisis, además de agudizar el ya de por sí grave problema del desempleo. Se vendió el patrimonio de la nación "para generar recursos", sin embargo, en ausencia de una política de financiamiento a la inversión productiva, en el marco de una liberalización comercial y financiera, lo que se provocó fue una enorme desindustrialización, pues los recursos se orientaron a la adquisición de mercancías extranjeras "baratas", a pagar altos réditos al capital especulativo y a redimir la deuda externa. Volvimos a la crisis de 1982, pero desindustrializados. La desregulación consistió básicamente en modificaciones legales que abrieron a la inversión extrajera y nacional sectores en los cuales anteriormente no podía participar. Los ejemplos más relevantes podrían ser la modificación al artículo 27 constitucional; el cambio de productos considerados como petroquímicos básicos, a la petroquímica secundaria, y la propia liberalización financiera. Los mecanismos de desregulación pretendían colocar en "las fuerzas del mercado" la dinámica económica, pues este operara como corrector automático de eventuales desajustes económicos y sena garante de la inversión productiva y el desarrollo económico, reduciendo la participación del Estado al máximo. Con la privatización y desregulación de áreas económicas sólo reservadas al 84 Estado, se abrieron nuevos mercados y opciones de negocios− inversión, como petroquímica, gas, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, satelital y comunicaciones. Las medidas desreguladoras favorecieron fundamentalmente al capital extranjero. El fomento a las exportaciones, tal y como se aplica en el régimen salinista, profundiza la desintegración del aparato productivo nacional y propicia el surgimiento de una economía de "enclave", esto es, desligada del resto de la planta industrial. Las exportaciones se concentran en unas cuantas ramas industriales, productos y empresas. Sólo tres divisiones industriales concentran cuatro quintas partes de las exportaciones: maquinaria y equipo; industria química e industrias metálicas básicas. Dentro de estas divisiones sólo 22 empresas generan más de un tercio de las ventas externas de manufacturas. Este tipo de crecimiento de las exportaciones agudiza, en vez de superar, la desarticulación "interna y la desigualdad en el desarrollo de las camas fabriles, al crecer vertiginosamente el componente importado de la producción y exportación manufacturera, desplazando componentes nacionales". Los tres sectores manufactureros más importantes son los que están integrados a las tendencias reestructuradoras mundiales y son encabezados por transnacionales que buscan optimizar la descentralización de su producción y acceder a nuevos mercados, aprovechando las ventajas concedidas por el gobierno mexicano, vía desregulación y apertura comercial. No es casual que la más importante industria de exportación, la automotriz, sea también la principal causante del déficit comercial, lo que indica que sus exportaciones lejos de ejercer un efecto de arrastre sobre la industria nacional, transmiten sus efectos multiplicadores sobre la producción, la inversión y el empleo fiara del país, tendiendo a convertirse en una industria casi maquiladora. 85 En su afán de lograr una inflación de un dígito el gobierno restringió excesivamente la oferta monetaria (circulante), ocasionando con ello que no hubiera dinero para impulsar la producción, el comercio y el consumo. Esto provoca la asfixia de la actividad productiva, lo mismo que las altas tasas de interés bancario que llegaron hasta el 40 por ciento anual, impidiendo la modernización de la mayoría de las micro y pequeñas empresas mexicanos. Se induce una reducción en la demanda agregada interna, es decir, el consumo y la inversión, principalmente el gasto público: se reducen los salarios, las compras gubernamentales y se manipulan diversas variables para que las empresas no aumenten su formación o reposición de capital (maquinaria, instalaciones), todo lo cual propicia una severa crisis de liquidez. Esta falta de liquidez ahoga el flujo de caja de las empresas y aunque existan empresas sanas desde el punto de vista de su productividad y de su administración, se enfrentaron al riesgo de quiebra. Muchas no sobrevivieron. El fenómeno más directo que hace evidente la carencia de liquidez es el incremento de las carteras vencidas. Esta carencia también obstaculizó que las empresas pudieran pagar nóminas, cuotas patronales, impuestos, etc. Las empresas empezaron a subsidiarse con impuestos no pagados. La reducción del gasto público y de los salarios, junto con los aumentos de las tasas de interés real contrajeron el gasto doméstico, disminuyendo el ritmo de la actividad económica y con ello, se logró reducir los precios. El costo de estas medidas fue la quiebra de miles de micro y pequeñas empresas, y un mayor desempleo. La conformación de poderosos grupos financieros que aglutinaran a empresas bancarias, bursátiles, afianzadoras, aseguradoras, arrendadoras, almacenadoras, factoraje y casas de cambio, fue la línea estratégica concebida para hacer frente a 86 la apertura económica derivada del TLC. En poco más de un año desde que se subastó la primera institución bancaria− se conformaron 20 grupos financieros que en solo 12 meses absorbieron el 97 por ciento de la captación total de la banca; 89.4 por ciento de los valores en custodia en el mercado bursátil; 83.97 por ciento de la inversión neta en arrendadoras; 30 por ciento de los recursos de las instituciones de seguros y 79.96 por ciento de la actividad de factoraje. Manejaban casi dos veces el presupuesto de gastos del sector público autorizado para el ejercicio de 1990. En ese sexenio se consolidó un proceso de recomposición profunda de las altas esferas del poder económico. Surgieron grupos financieros y empresariales que hasta 1990 "no existían", además de que algunos de esos capitales temían un origen poco claro. La promoción y protección de esos nuevos grupos empresariales y financieros llevó a la anulación de la competencia económica. Las relaciones de poder dentro de los organismos empresariales se modificaron al cambiar los grupos y personas de la iniciativa privada que mantenían relaciones de privilegio con el sector gubernamental. Se hace más evidente la falta de representatividad de las cámaras y confederaciones y su incapacidad para defender los intereses de sus agremiados. Contra el optimismo gubernamental que buscaba ofrecer la idea de una estructura económica sana y en desarrollo, pues el PIB creció 3.5 por ciento en 1994, la crisis financiera puso en evidencia la situación insostenible del aparato productivo nacional. 60 por ciento de las 49 ramas de la industria manufacturera mostraban el inicio de otra recesión. Con créditos del orden de 85 por ciento anual; divisas escasas, donde el dólar se intercambiaba por más de 5.50 nuevos pesos; una cartera vencida del orden de 55 mal millones de nuevos pesos, que en este tiempo representaba 11 por ciento de 87 la cartera total bancaria, y sin certidumbre en la poética económica, el panorama para las medianas, pequeñas y microempresas industriales era de franca supervivencia. La situación para la industria tendió a ser más difícil debido a que las uniones de crédito (corrupción aparte), prácticamente abandonaron a sus clientes ante la decisión de Nacional Financiera de suspender de manera "temporal" su asistencia. La industria automotriz trabajaba a 50 por ciento de su capacidad para poder cumplir convenios con las matices en el extranjero y mediante convenios que pasaron por alto los derechos laborales. Por sus características la crisis colocó al país en la ruta de la maquila y la subordinación a las grandes empresas productoras transnacionales como única salida financiera. Debido a la devaluación del peso frente al dólar, la competitividad relativa de las dos mil 40 plantas maquiladoras existentes en el país se incrementa significativamente y el valor de su mano de obra es de las más bajas del mundo, pero también su poder de compra se halla tan devaluado alrededor de 65 por ciento que hace incosteable el sostenimiento de este tipo de empresas para los estados y municipios de México. La crisis también afectó a las maquiladoras pues ese sector productivo trabajaba a 65 por ciento de su capacidad tradicional y, de manera extraoficial se hablaba de la desocupación de 50 por ciento de su planta laboral. La apertura comercial, además de su saldo financiero negativo, incremento la dependencia de México al extranjero. El coeficiente de importación de la planta productiva creció diez puntos entre 1980 y 1992, desplazando con bienes importados a varios sectores, entre los que destacan la industria del vestido, la del papel, madera, imprenta, y afectó diversas empresas del ramo de la química. El crecimiento de 3.5 por ciento del PIB durante 1994 anunciado por la Secretaría de 88 Hacienda, parecía estar muy alejado de la realidad. Este '"crecimiento" con crisis no era nuevo. En 1992, precisamente cuando se acentuó la desaceleración económica de las 49 camas que conforman el sector manufacturero, 18 mostraron caídas pronunciadas, pese a que el balance general fue positivo en 2.3 por ciento. Los resultados positivos que son minoría en las estadísticas se observan en los sectores más modernos y con mayor acceso a divisas, vinculados generalmente a transnacionales. Al inicio de este sexenio 60 por ciento de la planta industrial una de cada tres empresas− estaba al borde de la quiebra; en suspensión de pagos; procesos productivos suspendidos de forma parcial o total e inventarias que se acumulaban onerosamente debido al desplome del poder de compra. Esto, hoy día, no ha cambiado sustancialmente. NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA Desde que se nacionalizo la banca y se establecio el control de cambios en 1982 durante el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, la frontera norte inicio un proceso de reordenación economica; el dólar no es ya la moneda imperante en cualquier transacción y el peso ha tomado el lugar que le corresponde. En tanto que el peso no se revalue substancialmente otra vez respecto al dólar quedara cautivo para el mercado nacional un potencial de 10 millones de habitantes de la franja fronteriza que antes compraba sus alimentos del lado americano. Otro numero demejante de mexicanos residentes en el sur de estados unidos constituye igualmente un mercado potencial para las exportaciones mexicanas. Ambos mercados serian una realidad solo si la oferta nacional acudiera con ILEGITIMIDAD DE LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS Las instituciones políticas esenciales para mantener la unión, la libertad y la 89 soberanía de México han sido degradadas por la corrupción, la ineficacia y la complicidad impune de quienes nos gobiernan. La primera tarea de la política es sacar a México del círculo vicioso de las crisis y de la soberbia de los que abusan del poder, con un proyecto claro y con una estrategia política de la sociedad. Rechazamos que nos impongan un futuro que no aceptamos, exigimos someter a los gobernantes a la ley y demandamos establecer contrapesos efectivos para obligarlos a rendir cuentas. Se ha obtado por trabjar en contra de la Ilegitimidad de las Intituciones Políticas; para lo cual se han originado planes para ir en contra de tal situación que afecta considerablemente al pais. Reconstituir las instituciones políticas para hacer gobernable a México. Con base en la democracia, el respeto a la ley, la garantía de los derechos y transparencia en el ejercicio de gobierno; con igualdad efectiva para las mujeres, reconociendo a la pluralidad étnica y cultural de las comunidades indígenas; con plena libertad política de las ciudadanas y ciudadanos para formar mayorías legítimas, capaces de decidir con legitimidad, que sustituyan, de manera definitiva, el ejercicio de la autoridad presidencial no sujeto a control legal ni social. Que se reconozca que la estrategia de desarrollo económico del país a lo largo de los dos últimos decenios ha fracasado. Su legado es una enorme carga para el futuro de los jóvenes y para las próximas generaciones. Sólo a partir de ello se pueden tomar las decisiones que abran las oportunidades del país para mejorar el empleo y los salarios, generando mecanismos para la integración equitativa de la 90 mujer en el mercado de trabajo, garantizando el cuidado de los recursos naturales y la protección del medio ambiente. Será necesario reconstituir el fisco sobre bases justas, crear condiciones de competencia en las que puedan desarrollarse las pequeñas y medianas empresas, urbanas y rurales que den solidez a la economía mexicana. Dar una verdadera solución al desastre bancario provocado por la complicidad, la irresponsabilidad y la ausencia de vigilancia. Revertir la tendencia al incremento de las desigualdades sociales y regionales y establecer políticas que permitan aumentar las oportunidades de los millones de mexicanos que viven en la pobreza extrema. Es inaceptable que frente al crecimiento de la miseria, en cada auge económico sea menor el grupo de los que se benefician y en cada crisis las cargas recaigan sobre los más pobres y sobre las futuras generaciones. Ni la globalización ni la economía de mercado pueden ser pretexto para que se dejen de impulsar políticas que hagan llegar los créditos a donde más se necesitan, que permitan que se capitalice el campo, que defiendan a los productores y que vayan transformando las relaciones sociales y políticas en las zonas más atrasadas del país. El compromiso es dar oportunidad a la sociedad de tener acceso, sin condicionamientos políticos, a los programas públicos, a los beneficios de la descentralización y de gobiernos locales fortalecidos, así como a las oportunidades 91 que pueden brindar un gobierno y un sistema financiero comprometidos con impulsar a quienes tienen ideas y se esfuercen, no a quienes son cómplices. México no puede lograr estos propósitos fundamentales sin una reforma real de la educación pública. Es indispensable formular e instrumentar una estrategia de educación, que sea sostenida por el Estado y la sociedad de manera permanente. Esta estrategia deberá fundamentarse en los principios de igualdad de oportunidades educativas de calidad para todos los jóvenes, varones y mujeres, y en el respeto a los valores y la promoción de la identidad nacional yerna la cultura democrática; desde luego facilitar la transmisión de conocimientos básicos, buscar enseñar a pensar y desarrollar la creatividad. Reconstituir el pacto federal para garantizar la integridad de México con base en la participación de las entidades federativas en la definición de las políticas nacionales, la redistribución de recursos y competencias, así como el desarrollo de las instituciones de gobierno local que facilite el desarrollo regional. El nuevo equilibrio político y territorial, tendrá que basarse en compartir un proyecto y en fundar la integridad del territorio y un verdadero desarrollo. Establecer un verdadero sistema de separación de poderes y de rendición de cuentas que ataque de frente y en serio a la corrupción y a la impunidad de los funcionarios públicos. Se necesita una profunda reforma del ministerio público, un control efectivo de las decisiones del Ejecutivo en materia de procuración de justicia por la Corte y por el Congreso. Una vigilancia efectiva de la administración por el Congreso que elimine 92 la discrecionalidad actual que permite la simbiosis entre funcionarios que deberían representar el interés público y delincuentes que se benefician ilegalmente con las decisiones públicas. La seguridad de los ciudadanos es tarea central del ejercicio de gobierno. Para enfrentar la complicidad existente entre autoridades y delincuentes, el primer paso es fortalecer a la autoridad política para garantizar que la asignación de recursos tenga objetivos precisos y se haga con transparencia. Al mismo tiempo, se deben fortalecer los instrumentos legales y las políticas públicas para combatir la violencia hacia la mujer. Proteger la biodiversidad y el medio ambiente, con una visión de largo plazo, basada en un crecimiento sustentable. Defenderemos las escasas reservas ecológicas que aún quedan en nuestro territorio y los cinturones verdes de las ciudades. El cuidado y el ahorro del agua serán prioridad del gobierno, así como su tratamiento y reciclaje. Hay que frenar el deterioro ambiental en regiones enteras del país que puede llevar a crisis ambientales, de salud y para la economía. Es imperativo reconstruir la soberanía del país para poder desempeñarnos bien en el mundo globalizado. La soberanía no consiste en defender cualquier decisión del gobierno, sino en la defensa de los ciudadanos y, a partir de ello, la integridad del Estado. No concebimos una soberanía que descansa en la protección de quienes 93 violan los derechos humanos, de quienes utilizan los instrumentos del Estado para socavar el ejercicio libre y equitativo de los derechos políticos. Es inaceptable que, por vivir en una economía globalizada, se justifique que el gobierno coloque los intereses de los extranjeros por encima de los mexicanos. Eso no lo hace ningún gobierno que se respete a sí mismo y que tenga que contar con el apoyo del electorado y de la opinión pública libres. Consideramos, asimismo, que se debe mantener la soberanía sobre los recursos y las empresas energéticas. La fuerza de México no está en invocar la soberanía para proteger la ilegitimidad interna, sino en su voluntad de sustentar las decisiones de la política exterior en el bienestar de la mayoría de los ciudadanos, en la legitimidad y en el prestigio de las instituciones nacionales. RADIOGRAFIA DE LA POBREZA Y LAS POLÍTICAS DE SOLIDARIDAD Y BIENESTAR SOCIAL El 6 de diciembre de 1988 se creo la comisión del programa nacional de solidaridad, con el propósito de coadyuvar en el logro de las estrategias planteadas en el acuerdo nacional para el mejoramiento productivo del nivel de vida, y como respuesta a las principales demandas de la población mexicana para erradicar la pobreza extrema. El programa nacional de solidaridad se expresa en tres propósitos primordiales: *solidaridad para el bienestar social, con prioridad en los aspectos como salud, alimentación, vivienda, servicios básicos y regularización de la tenencia de la tierra. *solidaridad para la producción, en la oportunidad de empleo y desarrollo de las 94 capacidades y recursos de las comunidades con apoyo a las actividades agropecuarias, agroindustriales, micro industriales y piscícolas. *solidaridad para el desarrollo regional, mediante programas de mejoramiento de la infraestructura física de la zonas especificas. Asimismo , el programa fundamenta su acción a partir de cuatro principios básicos: *el aspecto a la iniciativa a las comunidades. *participación democrática. *la honestidad y transparencia en el manejo de los recursos. A partir de experiencia generada por el programa, y retomando las propuestas formuladas pos los miembros de comités de solidaridad, su deseo de encontrar un espacio de reflexión común y de intercambio de experiencias para enriquecer la practica de solidaridad en el ámbito nacional se crea el instituto nacional de solidaridad, inaugurándose el 8 de julio de 1992. Dada la necesidad de intensificar las tareas de capacitación para converger en proyectos productivos que posibiliten elevar el bienestar social, lideres de organizaciones laborales, campesinas, grupos del sector social y empresarios se sumaron a la propuesta de contar con este espacio. Atribuciones La secretaria de desarrollo social, en el articulo 42 de su reglamento interior, otorga al instituto nacional de solidaridad las siguientes atribuciones: *formular y llevar acabo programas de investigación, capacitación, información, asesoria gestión y participación social; *divulgar los lineamientos del programa nacional de solidaridad, así como inducir a una conciencia de solidaridad social; *promover la participación solidaria de los grupos indígenas, rurales y urbanos con mayor rezago, en las acciones que llevan acabo los sectores públicos, social y 95 privado para mejorar su nivel de vida. *constituirse en órgano de consulta para las dependencias y entidades de la administración publica federal en acciones de promoción, organización y capacitación social, así como de los gobiernos estatales y municipales que lo soliciten. *publicar y difundir, por si o a través de terceros, los estudios, investigaciones y materiales que contribuyan al cumplimiento de la política de desarrollo socia, de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables; y *las que le confiera el titular del ejecutivo federal, el secretario y aquellas que sean necesarias para el debido cumplimiento de su objeto, así como otras disposiciones jurídicas aplicables. Objetivos Los objetivos del instituto están relacionados con las necesidades del programa nacional de solidaridad; se sustentan en la filosofía de este y se dirigen a la promoción del cambio en las relaciones el estado y la sociedad. Objetivo general El instituto nacional de solidaridad tiene como objetivo general: Elevar los niveles de organización y participación social, el fortalecimiento de la identidad y los valores comunitarios, así como el fortalecimientos a liderazgos comprometidos con las tareas de desarrollo social que promueve solidaridad. Objetivos específicos *proporcionar a los participantes información de la filosofía de solidaridad en el contexto de la modernización. *inducir a los participantes a una conciencia de solidaridad y participación comunitaria. *promover, como condición necesaria, una actitud democrática y pluralista en los 96 participantes, para el fortalecimiento de sus organizaciones, así como la unión de esfuerzos para progresar *fomentar el dialogo y la concertación entre los participantes como principales vías para definir y solucionar los problemas. *formar y consolidar liderazgos acordes con las transformaciones del país. Destinatarios Las diversas acciones emprendidas por el instituto tienes como destinatario a: representantes de comité de solidaridad, presidentes municipales, servidores públicos de los tres niveles de gobierno , empresarios, lideres sindicales, y campesinos, así como aquellos sectores sociales involucrados en la producción y el bienestar social. Programas. El instituto ha diseñado una serie de programas que tienen como propósito la consolidación de la organización social y la participación comunitaria. Para su realización, periódicamente se llevan acabo talleres, seminarios, conferencias y mesas redondas, donde los participantes tienen la oportunidad de combinar la practica con la teoría, partir de la reflexión colectiva, teniendo especial relevancia el intercambio de experiencias. REFORMAS CONSTITUCIONALES Las reformas constitucionales propuestas por los Acuerdos son modificaciones básicas, fundamentales para avanzar al Estado de Derecho, la convivencia democrática, la observancia de los derechos humanos, la erradicación de la impunidad y la institucionalización de una cultura de paz basada en la tolerancia mutua, el respeto recíproco, la concertación de intereses y la más amplia participación social a todos los niveles e instancias de poder. De su aprobación depende el reconocimiento de la unidad de la Nación 97 guatemalteca, en tanto Nación multiétnica, pluricultural y multilingüe; la reorientación de la seguridad ciudadana, la aplicación de justicia y la redefinición del papel del ejército nacional. La iniciativa de Ley de Reformas Constitucionales, expresión formal del mecanismo acordado por las partes, ha generado diversas reacciones que eran previsibles. Las más conservadoras y timoratas plantean la inconveniencia o disminución de los alcances. Otros sectores, en cambio, están dispuestos a impulsarlas y ven en este momento la posibilidad de abrir la discusión sobre otras propuestas, no necesariamente contempladas en los Acuerdos, y que responden a intereses particulares que atentan y están en contra de la unidad de la nación y del desarrollo del país. 1994 AL QUE VIVIMOS (2000) Entre los años cuarenta y el inicio de los ochenta México demostró una notable estabilidad política represiva. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobierna ininterrumpidamente desde 1929 por medio del fraude electoral, la corrupción y la represión; ejecutadas bajo las banderas del "nacionalismo revolucionarista" y, a diferencia de otros países de América Latina que también conocieron el fenómeno de gobiernos represivos, México ha sido tolerado por la comunidad internacional. La prueba más reciente de ello es que en las negociaciones para el ingreso al TLC (Tratado de Libre Comercio), en el proceso de creación de una zona de libre comercio con Canadá y EEUU, la situación de los Derechos Humanos y políticos no fueron jamás considerados en las agendas de las negociaciones. La Unión Europea tampoco los ha puesto como condición para las relaciones económicas con México. Desde el dos de octubre de 1968, cuando fueron asesinados en la Plaza de las Tres Culturas cerca de trescientos estudiantes que a propósito de la publicidad internacional de los Juegos Olímpicos exigían la apertura democrática del sistema 98 político, el régimen mexicano ha cultivado sistemáticamente una imagen de estabilidad política que contrastaba con sus vecinos del sur (Guatemala, El Salvador y Nicaragua). Dicha estrategia se apoya en una política internacional "progresista" y de estímulo a los movimientos de liberación nacional de los países subdesarrollados; que no excluía de su discurso una prudente dosis de anti− imperialismo. Este ciclo ha sido cerrado con la rebelión el 1 de enero de 1994 del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas y con el asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, que se une a la historia de los magnicidios presidenciables mexicanos iniciada con al asesinato de Francisco Madero en 1913, de Venustiano Carranza en 1920 y Álvaro Obregón en 1928. Las transformaciones económicas y políticas del México moderno se han tornado dramáticas desde la crisis de la deuda externa en 1982 bajo el gobierno de López Portillo, que condujo a la posterior suspensión unilateral de los servicios de la deuda, a la inflación, a una dramática devaluación del peso y a la estatalización de la banca en septiembre del mismo año. Las políticas de estabilización y de ajuste estructural aplicadas para superar la crisis y la introducción de las reformas neoliberales que se ejecutaron bajo la presidencia de Miguel de la Madrid (1982− 88), crearon las condiciones iniciales para una reforma profunda de las funciones económicas del Estado y una transformación radical de las políticas económicas que se habían basado en el keynesianismo económico de corte populista autoritario. La profundización de la reestructuración neoliberal llevada a cabo por el presidente Carlos Salinas de Gortari consolidaron dichas reformas y por medio de la privatización de las empresas del Estado y la apertura irrestricta y regionalización de la economía mexicana (TLC), se sustituyó definitivamente el modelo económico basado en la Industrialización Sustitutiva de Importaciones (ISI). Las consecuencias políticas y sociales de más de una década de reformas 99 explican en parte, la desarticulación global de la estructura social y del sistema político, que se había apoyado en mecanismos corporativos de relaciones entre Estado y sociedad civil y en un sistema político que indentificaba el Estado con el partido. La creación inicial de una arena política real se había manifestado por la izquierda en el cardenismo y por la derecha en la creación del Partido de Acción Nacional (PAN). La sustitución del Estado populista autoritario por el Estado neoliberal ha sido impulsada por la burocracia política del Estado y el partido en un intento por conservar el poder y regionalizar la internacionalización de la economía mexicana; manteniendo el poder de la clase política partido/estado. El paso de un Estado rentista/keynesiano a un Estado neoliberal por medio de la privatización de las empresas públicas pone en dificultades la naturaleza autoritaria corporativa de la tradición estatal mexicana que había sido apoyada por el clientelismo y que, en períodos de recesión económica, es difícil de alimentar. El hecho de que estas reformas fueran iniciadas "desde arriba", por la burocracia del estado y el partido, es lo que le ha permitido autorepresentarse como una fuerza democratizadora o de apertura política. Esta perspectiva es reforzada por la tradición teórica del liberalismo político que considera la modernización económica como la causa inevitable de la sustitución del autoritarismo corporativo, en la medida en que éste no está en condiciones de regular, en tanto proceso político, las transformaciones de la economía. La integración de México en el TLC y como consecuencia el proceso de regionalización e internacionalización de la economía, ha operado como un factor de consolidación de la reestructuración neoliberal. La integración con EEUU y Canadá, a su vez, representa una ruptura con la tradición latinoamericana de integración económica que se inició en la década de los sesenta. Ésta aspiraba a un modelo de industrialización autosustentada de corte nacionalista y en cierta 100 medida antinorteamericano. Con un mercado de 360 millones de consumidores, el TLC se constituye en la esperanza futura de acceso de las restantes economías latinoamericanas y transforma otras iniciativas integradoras como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) en una sala de espera para un ingreso posterior. El análisis de estos problemas constituye el objeto central del presente artículo. En la primera parte ofrece un estudio retrospectivo sobre lo que han sido los intentos de integración económica y cómo ellos han sido sustituidos después de la crisis del keynesianismo internacional; en la segunda parte, presentamos una descripción de los procesos económicos y políticos que facilitaron la integración de México en el TLC; en la tercera, consideramos los efectos de las reformas neoliberales sobre el sistema político mexicano; en la cuarta, consideramos el proceso de internacionalización vía regionalización de la economía mexicana; y finalmente, presentamos una serie de conclusiones. Las experiencias de integración latinoamericana tienen ya casi medio siglo. Desde los inicios de los años sesenta se intentó un proceso de integración económica regional no muy exitosa por medio de la ALAC (1960) y posteriormente la ALADI. Ello representó el intento por resolver tres problemas: la creación en marzo de 1957 de la Comunidad Económica Europea (CEE) que se consideró una amenaza de cierre de los mercados europeos para los productos agrícolas latinoamericanos; la necesaria renovación y ampliación de los acuerdos económicos preferenciales establecidos entre los diversos países de América Latina, conservando los beneficios de la cláusula de nación mas favorecida consagrada por los acuerdos del GATT, como resultado de ello surgió la creación de una zona de libre comercio, apoyada por el articulo XXIV del GATT y en el inicio de la década de los años 60 era evidente el estancamiento y la crisis del modelo de desarrollo basado en la ISI. 101 La ampliación de los mercados internos era considerada como una de las soluciones destinadas a resolver la crisis y facilitar la profundización de la industrialización. La ampliación de los mercados vía integración regional conduciría al desarrollo de una industrialización regionalizada en donde cada uno de los países se especializaría en determinadas ramas de la industria disminuyendo los costes de los bienes de capital. Ello facilitaría la rentabilidad del capital y dinamizaría el proceso de acumulación fortaleciendo también la rentabilidad del capitalismo de Estado (empresas estatales). El deterioro de estas experiencias de integración no sólo está vinculado a la crisis de los modelos de industrialización keynesiana y al derrumbe posterior del keynesianismo internacional, sino también a la introducción temprana de la reestructuración neoliberal por vía autoritaria (dictaduras de Chile, Argentina, Bolivia y Uruguay) que acentuaron los principios del libre cambio. Con ello pusieron en discusión la efectividad de la políticas regionales de inspiración keynesiana identificándolas con el proteccionismo. Sólo a mediados de los años ochenta, con la restauración de la democracia en Brasil y Argentina se reabrieron los debates sobre integración regional que dieron curso a la constitución de MERCOSUR. El primer antecedente de MERCOSUR es el Programa de Integración y Cooperación Económica entre Argentina y Brasil de julio de 1986. A mediados de 1990 ambos países tomaron la determinación de formalizar la creación de un Mercado Común para fines de 1994. En marzo de 1991 se incorporaron Paraguay y Uruguay dando origen al Tratado de Asunción que creó oficialmente MERCOSUR. En el Acta para la Integración Argentino Brasileña de julio de 1986 se estableció el Programa de Integración y Cooperación Económica entre ambas Repúblicas incluyéndose los siguientes principios: gradualidad en las diversas etapas de definición, negociación, ejecución y evaluación, con ello con se busca garantizar la apertura paulatina de 102 ambas economías regulando los costos sociales y económicos de la integración; flexibilidad para ajustar los objetivos previstos a los efectos reales de la integración; y equilibrio para no inducir a una especialización de las economías en sectores específicos en desmedro de una integración internacional diversificada. El Tratado firmado el 26 de marzo de 1991 que establece el Mercado Común del Sur implica: la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países por medio de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías; el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común en relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados y la coordinación de posiciones en foros económicos y comerciales regionales e internacionales; coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados participantes: de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambiaria y de capitales, de servicios, aduanera, de transporte y comunicaciones y otras destinadas a favorecer la competencia de las economías; y, por último, armonización jurídica de las legislaciones de los países miembros a fin de fortalecer el proceso de integración. El lanzamiento del Programa de Integración entre Argentina y Brasil se hizo en un momento en el que ambos países se encontraban embarcados en luchas antiinflacionistas similares: Plan Austral y Plan Cruzado. Por otra parte, MERCOSUR tiene lugar antes de la formulación de la "Iniciativa de las Américas" y es en parte el producto de la democratización de Argentina y de Brasil (de los Presidentes Alfonsín y Sarney). En sus inicios representa, por lo menos desde la parte argentina, un intento de restauración de los modelos de integración de inspiración keynesiana que habían prevalecido en América Latina desde el inicio de los años sesenta. La formación de MERCOSUR responde en una medida importante a la 103 estrategia internacional de formación de bloques: la búsqueda de una mayor capacidad de negociación frente a sus principales socios comerciales, los EEUU y la CE (Comunidad Europea). Es bajo los regímenes de Collor de Mello y de Menem cuando MERCOSUR adquiere un carácter neoliberal y, desde la perspectiva argentina, es considerado como un mecanismo de consolidación de las reformas neoliberales de la economía argentina y antesala para el ingreso posterior al TLC vinculándose definitivamente con la Iniciativa de las Américas. Las relaciones de MERCOSUR con el TLC se han formalizado por medio de los acuerdos que se conocen como "cuatro más uno" del 19 de junio de 1991 (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y EEUU). Ellos condujeron a la creación de un Consejo Consultivo sobre Comercio e Inversión. Se indica que las negociaciones con EEUU serán hechas con MERCOSUR y no con cada país individualmente. Esto último constituirá el mecanismo principal de las futuras conversaciones referidas al ingreso al TLC. MERCOSUR reconoce que la Iniciativa de las Américas se diferencia significativamente de otras iniciativas previas de USA respecto de América Latina, como la Alianza para el Progreso: inspirada en la época de la Guerra Fría como visión geopolítica de la región y en el rechazo a la revolución cubana. Por primera vez en la historia de las relaciones de EEUU con América Latina no se trata de un programa de asistencia económica y financiera con el objeto de "cooperar al desarrollo". El consenso sobre el carácter neoliberal de la formación de bloques en América Latina fue previamente legitimado por lo que se ha llamado "las nuevas democracias neoliberales". Incluso la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) ha formulado una política regional en un texto ya clásico "Desarrollo con equidad" (CEPAL, 1990). Dicho análisis se fundamenta en el concepto de "década perdida" para referirse a la magnitud del retroceso del 104 desarrollo en la década de los años ochenta. El producto real por habitante de 1989 era equivalente al de 1976. América Latina enfrenta el inicio de la década de los años noventa con los efectos de la deuda externa y la inadecuación entre la estructura de la demanda internacional y la composición de sus exportaciones. A esto se agrega la obsolescencia de la planta de capital y de la infraestructura física, la incapacidad para asimilar los cambios tecnológicos internacionales, el deterioro de la capacidad financiera y de gestión de los Estados, la acentuación de la desigualdades sociales, el crecimiento gigantesco del desempleo o del subempleo, el mal aprovechamiento de los recursos naturales y la depredación ambiental. En el nivel de los sistemas políticos, se restablecieron las democracias en diversos países que habían sido sometidos a dictaduras destinadas a implementar por la vía autoritaria las reformas neoliberales; entre ellos se encuentran Chile, Argentina, Bolivia y Uruguay y se agregan Brasil y Paraguay. Pero ello fue acompañado en los años noventa por lo que la CEPAL llama "desideologización en el debate político económico". Desde el inicio de los años ochenta México se encuentra abocado a la introducción del modelo de libre mercado y a la implementación de las reformas neoliberales dominantes en el sistema mundial. Sus últimos dos Gobiernos han eliminado las barreras a las inversiones extranjeras y al comercio, han reducido la participación del Estado en la economía e implementado una estrategia de promoción de exportaciones que es considerada como la solución más adecuada a los cruciales problemas de la economía mexicana. Como consolidación necesaria de la reestructuración económica neoliberal, México decidió acceder al Tratado de Libre Comercio junto a Canadá y USA (TLC). La nuevas políticas y los programas de reestructuración neoliberal han tenido efectos considerables en el sistema político aún cuando ello no proviene directamente de una demanda democratizadora 105 explícita del bloque regional neoliberal (TLC). Las partes más sensibles de transformación silenciosa del sistema político tienen que ver con el carácter corporativista de funcionamiento del Estado y la influencia de los sectores dominantes del PRI. Ello deriva de la necesaria reorganización de las alianzas políticas destinada a favorecer la vinculación de las élites empresariales con la influyente posición de las Empresas Transnacionales (regionales) y Washington. El retorismo nacionalista que formó parte indispensable de los discursos oficiales mexicanos (Ros, Stanley R., 1966; Sigmund, Paul E., 1970) ha desaparecido junto a toda referencia a la idea de un proyecto "nacional" de desarrollo. Éstos han sido reemplazados por conceptos como integración económica, productividad, bajos costes, disciplina laboral, diversificación de exportaciones, privatizaciones, libre comercio, etc. Al igual que en otras experiencias neoliberales de América Latina, los no beneficiarios de las reformas y en particular los desempleados resultantes del proceso de privatización de la economía son temporalmente compensados desde 1989 con el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL). La financiación de dicho programa proviene de la venta de las empresas estatales y paraestatales como TELMEX y otras 1.000 empresas privatizadas o en vías de privatización. La creación de PRONASOL se presenta como una nueva forma de lucha contra la pobreza, aún cuando su creación fue la respuesta a las manifestaciones de descontento popular con el PRI en las elecciones nacionales de 1988 y la movilización política iniciada por el nacional populismo representado por la candidatura de Cárdenas. Una respuesta más estructural del presidente Salinas de Gortari se ha expresado en su programa del capitalismo social y con ello la fracción neoliberal del PRI puede conservar sus tendencias populistas. Las mayores críticas respecto a la modernización económica y de su participación en el bloque regional del TLC provienen de la izquierda y se concentran en la 106 enorme asimetría/desequilibrio de la economía mexicana respecto de Canadá y EEUU y al carácter autoritario de las estructuras políticas (Grinspun, Ricardo & Cameron, Maxwell A., 1993). Los programas de modernización política implementados por el régimen de Salinas de Gortari son también criticados por la izquierda y la derecha liberal (Kaufman Purcell, Susan, 1988) y se concentran en el fraude político y en el monopolio tanto del PRI como del Estado respecto a los recursos financieros y a la propaganda ideológica destinados a manipular todo intento de democratización (Grayson, George W., 1988). El objetivo central del Gobierno estaría constituido por el intento de acceder a una nueva forma de control político que facilite la existencia de una democracia limitada. La necesidad de cambios en el sistema político no sólo provienen de las consecuencias políticas de las elecciones de 1988, sino también de la sustitución del modelo keynesiano de industrialización protegida por el modelo neoliberal de promoción de exportaciones y que implica además cambios dramáticos de la estructura social, derivados también de los cambios en la configuración político− espacial del sistema mundial, de la globalización de la economía mundial, de los patrones internacionales de producción, de comunicación y de inversiones. La reestructuración económica y las políticas de liberalización han agudizado los desequilibrios geográficos de la distribución de la riqueza entre los Estados en detrimento del sur, que se caracteriza por una pobreza estructural. Ésta se concentra en cuatro Estados, Oaxaca, Chiapas, Guerrero e Hidalgo, con más de dos tercios de su población en la línea de la extrema pobreza. La estrategia neoliberal de exportaciones intensifica numerosos problemas sociales que han sido tradicionales en la sociedad mexicana y que se expresan en la disminución del PIB desde un 37,5% en 1981 al 26,2% en 1987. En 1987 el 10% de la familias mexicanas más ricas controlaban el 37% del total de los ingresos en oposición al 107 80% que compartía sólo el 46% y, sobre una población total de 90 millones, 43 millones están afectados de desnutrición (Alarcón, Diana & Mckinley, Terry, 1992:78). Estas desigualdades no sólo se deriva de la estructura de las clases sociales sino también tienen carácter étnico, sexual y geográfico, y amenazan con restituir las condiciones existentes en la época del porfiriato (1876− 1910). La irritante distribución de los privilegios favorece naturalmente a los inversores extranjeros (especialmente de EEUU), banqueros, especuladores, industriales y agroexportadores. Esta distancia social se reproduce también en la relación entre la elite política y los sectores populares. La tendencia socialista, populista y nacionalista que emergió de la Revolución Mexicana constituyeron una reacción contra la alianza política de comerciantes, barones industriales regionales, aristocracia agraria y financieros internacionales en un período de crecimiento económico (Meyer, Michael C. & Sherman, William L., 1991). Dicha situación, con excepción de la regionalización (TLC) de la economía mexicana es muy similar tanto a las alianzas políticas que hoy dominan México como a los niveles de pobreza a que son sometidos los sectores populares. El ingreso reciente en el TLC representa la institucionalización de la "integración silenciosa" de México al área de influencia norteamericana. Con ello se puso fin a la utilización del verbalismo revolucionarista utilizado por la élite política e intelectual en los momentos en que era necesario garantizar la estabilidad política del autoritarismo. La "familia revolucionaria mexicana", originada en el proceso de la revolución (1910− 20), culminó en la conformación de una élite política que diseña un Estado corporativista jerárquico y dinamizado por un "partido nacional populista" (PRI) que se apoya en un modelo de reproducción capitalista de economía mixta y en la "tolerancia represiva" aplicada por el sistema político. La función del PRI ha sido la de otorgar estabilidad a un bloque político centrista y 108 contener la naturaleza contradictoria de los conflictos de clase (Teichman, Judith A., 1992:87). El partido no sólo incorpora las organizaciones del sector público (CNOP y militares), sino también las organizaciones laborales urbanas y campesinas tales como la CTM y la CNC. La incorporación del aparato militar al Estado y al partido es legitimada por la utilización del concepto de Seguridad Nacional. El Estado también utiliza mecanismos de control del sector privado de la economía incorpora por medio de la afiliación de las organizaciones empresariales (CONCAMIN, CONCANACO, CANACINTRA). La relación simbiótica entre el Estado y el partido fue articulada por la existencia de un "proyecto nacional". La hegemonía tanto del partido como del Estado sobre el sector privado está garantizada por el monopolio sobre los subsidios, los contratos públicos, el otorgamiento de licencias y el control directo de las organizaciones laborales; constituyendo lo que se a llamado la "alianza para la ganancia" (Reynolds, Clark W., 1970), base del proyecto nacional. Los años sesenta constituyeron un período de consolidación y profundización de este proyecto (1958− 1968). El modus vivendi de la "alianza para la ganancia" logró sobrevivir las dificultades económicas nacionales y a los cambios de la economía mundial. La estabilidad y autonomía del Estado fue afianzada por la alianza estratégica del PRI con la heterogénea clase capitalista y su vinculación a la hegemonía norteamericana en el hemisferio occidental. El "proyecto nacional" era parte constitutiva de la Pax Americana, cuyo ingrediente más importante fue la industrialización sustitutiva de importaciones constituyendo la forma específica de integración al sistema mundial (Frobel, Folker; Heinrichs, Jurgen & Kreye, Otto; 1991:75). Por otra parte, la autonomía relativa de la clase obrera respecto del Estado mexicano fue limitada políticamente por tres vías: la utilización alternativa de las diferentes prioridades y estrategias de las organizaciones horizontales y 109 verticales del estado y el PRI, que resultaron de la fricción entre técnicos y políticos y los discursos alternativos de la élite industrial del norte y de la burguesía neoliberal de Monterrey; la influencia y presión de la hegemonía norteamericana; y la acción más radical de organizaciones sociales de base que operan de manera independiente del sindicalismo oficialista y del partido/Estado. La alta capacidad centralizadora del Estado que se expresa en la concentración del poder público, le otorga tanto a la burocracia estatal como a la del PRI capacidad suficiente, junto a los grupos empresariales, para definir, sin contrapeso y en ausencia de una arena política pluralista, las políticas económicas nacionales. El PRI ha sido utilizado para resolver las deficiencias generadas por el Estado y los grupos económicos y ello regularmente ha tomado la forma del fraude electoral por medio del monopolio que ejerce sobre la arena política. Su función ha variado históricamente; en determinados momentos ha constituído la síntesis de intereses contradictorios que se negociaban interiormente en la medida que constituían una versión restringida de la arena política. En otros momentos ha transferido al Estado (y a la clase política del Estado) el rol crucial en la formulación del proyecto nacional de desarrollo. El bloque político constituido por la "alianza para la ganancia" y que se expresó en la vinculación de la burguesía compradora con las corporaciones transnacionales constituyó el factor creciente de deterioro de las políticas nacionalpopulistas y de la vieja aristocracia política. Ello fue acompañado de un deterioro progresivo de la movilidad social, en particular de la clase media progresivamente empobrecida y del fortalecimiento de la discriminación étnica. Ello ha conducido a la pérdida de la capacidad estatal para mantener la cohesión política y la estabilidad del sistema político basado en la estructura del modelo partido/estado. El resultado de las reformas neoliberales introducidas por el presidente Miguel de 110 la Madrid y profundizadas por Salinas de Gortari ha conducido después de la crisis de deuda externa y de la quiebra financiera del Estado a lo que se llama "el milagro mexicano", basado en la privatización general de las empresas públicas, en una concentración drástica de los ingresos y en la regionalización de la economía (TLC). La alianza tripartita establecida entre el heterogéneo grupo empresarial, la fracción neoliberal del PRI y la profundización de la integración política y económica con EEUU constituyen los componentes esenciales de la estabilidad del sistema. En el pasado, la transformación de la élite política en un régimen político burocrático autoritario no resolvió los conflictos de intereses entre la burocracia estatal/partidista encargada de formalizar las políticas económicas y los políticos de representación electiva e integrados como fracción corporativa del aparato del PRI pero en una situación dependiente del poder de los técnicos. Ello constituye el fraccionamiento más importante que ha sufrido la poderosa camarilla. La oposición a las políticas neoliberales y de desmantelamiento del Estado populistas iniciadas por Cuauhtémoc Cárdenas, que exige tanto la democratización del PRI como el abandono del coorporativismo estatal y del monopolio político del partido sobre toda actividad política de masas. El neocardenismo constituye una reformulación del populismo destinado a resistir el desmantelamiento de las funciones sociales del Estado y de las políticas neoliberales en general y se apoya en la necesidad de introducir un modelo de democracia pluralista (Tamayo, Jaime; 1993). El neocardenismo cuenta a su favor con la larga tradición nacionalista de la modernización y con la idea de una mexicanidad que rechaza a largo plazo todas las limitaciones antidemocráticas del sistema político. La crisis económica de 1973 y 1976 puso fin tanto a la esperanza del "milagro económico", dramáticamente expresado en 1982, como a la idea de una modernización industrial autosustentada y políticamente consensual (Pastor, Robert A. & Castañeda, Jorge; 111 1988). El abandono de la retórica nacionalista y populista ha privado al Estado y al sistema político de sus mecanismos tradicionales de legitimación ideológica frente a la sociedad civil. La retórica del presidente Echeverría constituyó el último momento de presión popular efectiva sobre la burocracia política del Estado y del PRI, que se manifestó en la crisis entre el partido y el sector empresarial en el período de 1981− 1983. El Estado mexicano sólo en los momentos de crisis ha logrado grados considerables de autonomía respecto a los grupos empresariales y a los intereses económicos internacionales. El primer ejemplo de ello se produjo bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas (1934− 40). Posteriormente, tres hechos certificaron la autonomía estatal: el apoyo del Estado mexicano a los grupos revolucionarios de América Central que significó el rechazo de la política de EEUU del período 1978− 84, la negativa a formar parte del GATT en 1980 y la nacionalización de la banca en 1982. Al igual que los restantes países de América Latina, la industrialización iniciada por el México post− revolucionario fue una respuesta reactivadora de la economía frente a las consecuencias de la Gran Depresión de 1929. A mediados de la década de los años setenta el proceso de ISI había consolidado el rol protagonista del Estado en la economía y fortificado un "contrato social" establecido entre la élite empresarial y los sectores del PRI partidarios de la expansión de un capitalismo de Estado destinado a conservar el statu quo aceptando la dominación de la Pax Americana. Desde el punto de vista teórico, la ISI estaba destinada a reducir las importaciones de bienes manufacturados de los países industrializados y ampliar la capacidad del mercado interno para el consumo de las nuevas industrias nacionales apoyadas por la intervención estatal. Es dicha estrategia la que se agota en la década de los años setenta, y que se expresa en el aumento 112 significativo de las importaciones de bienes de capital destinados a satisfacer las demandas de la expansión de la industria petrolera, de los servicios y del sector financiero. En los años de la expansión de la ISI (1940− 70), México fue presentado como un ejemplo de desarrollo para los restantes países de América Latina y el tercer mundo. En los años de Milagro Económico Mexicano se verificó un crecimiento anual de 6 % y ello fue considerado como la era (1954− 70) del "crecimiento estable". En la década de los setenta el presidente Luis Echeverría implementó el último intento por revitalizar el estado populista negociando el "contrato social" entre la elite empresarial y el movimiento popular. Ello fue acompañado de la reforma política destinada a sustituir la exclusión política represiva por la negociación, lo que constituyó una apertura política destinada a ampliar la participación de los partidos y grupos sociales que habían sido tradicionalmente excluidos del sistema político tradicional (Tamayo, Jaime; 1993:258). En lo económico las reformas estaban destinadas a sustituir el modelo de estabilización por uno de "desarrollo compartido". El Estado debía fortalecer su función de intervención para regular las desigualdades económicas y sociales derivadas del desarrollo. En lo económico, la realización de dichas reformas exigía la integración "vertical" de la ISI estimulando la producción de bienes de capital e intentando resolver el déficit crónico de la balanza de pagos que era una de la características inherente a la ISI. En 1971 fue creado el Banco de México destinado a constituirse en el soporte de la industrias exportadoras (Alarcón, Diana & Mckinley, Terry; 1992). Ya desde los años sesenta se habían tomado medidas económicas liberalizadoras tales como el Pacto Automotriz que tenía un carácter regional (General Motors, Ford y Chrysler) y el Programa de Industrialización Fronteriza que transformó a los Estados más próximos a EEUUen zonas de libre comercio destinadas a la 113 exportación representadas preferentemente por la industrias maquiladoras (Philip, George, 1988; Bennett, Douglas & Sharpe, Kenneth; 1985). Ello era fortalecido por el rol central de estado en la definición del programa nacional de "desarrollo compartido". La apertura económica de los Estados fronterizos para el comercio y la inversión externa representó una ruptura y el inicio del fin de la adhesión de México a los principios del modelo de la ISI. La nueva liberalización significó la extensión al país del programa de las industrias maquiladoras que desde la década de los sesenta había estimulado el desarrollo de la manufactura de enclave para la exportación. Tres factores explican el desarrollo de la tradicional industria maquiladora. En 1962 los cambios en la regulación aduanera norteamericana facilitaron la libre importación de componentes y partes de productos destinados a un ensamblaje posterior. La revisión de las tarifas aduaneras permite los derechos de importación sólo sobre componentes de productos no terminados desplazando parte de la producción fuera de EEUU. Otro factor de mayor importancia para México fue el fin en 1964 del programa por parte norteamericana referido a los "braceros". El término de dicho programa provocó un aumento considerable del desempleo en las regiones fronterizas con EEUU y el crecimiento de la migración ilegal. La globalización de la producción y de las inversiones fue el último factor que estimuló el desarrollo de la nuevas industrias maquiladoras. En el inicio de los años cincuenta las industrias intensivas en utilización del trabajo comenzaron a ser transferidas de los países desarrollados hacia áreas en vías de industrialización (Altvater, Elmar; 1991:260). México en el contexto del desarrollo de la Nueva División Internacional del Trabajo (NDIT), habría llegado al "tiempo histórico justo de la producción" (Fatemi, Khosrow; 1990) y la maquiladorización de la economía habría sido funcional a este proceso. El status de las empresas japonesas y otras que no forman parte del TLC y que operan en el sector de las 114 industrias maquiladoras formaron parte substancial de la dificultades para la firma del tratado. La élite financiera y los conglomerados industriales, junto a la política monetarista del Gobierno mexicano constituyen los elementos centrales de la maquiladorización. La concentración del poder económico de los conglomerados y la disminución gradual de la participación nacional son características inherentes a este proceso. México, al igual que otros países del tercer mundo, logró un progreso notable en la capacidad de producción de bienes intermedios y de capital que requieren de una alta capacidad tecnológica con acceso eficiente al mercado mundial. Al igual que en otros casos de América Latina el sector transnacionalizado de la economía es el de mayor dinamismo. A mediados de la década de los setenta el deterioro del crecimiento económico y de la pérdida de efectividad en los programas de desarrollo se hizo evidente. Ello intentó ser compensado con la prioridad otorgada el sector exportador, el apoyo estatal para la financiación de programas de irrigación en la región norte del país, la reducción tributaria, el aumento del crédito y de la asistencia técnica. La deficiencias estructurales, tanto del sector industrial como agrícola, se vincularon a la crisis financiera y al deterioro de la balanza de pagos. El déficit fiscal aumentó significativamente, la sobrevaluación del peso en los años setenta, el crecimiento constante de la inflación, la fuga sistemática de capitales y la disminución de las importaciones crearon el inicio de una prolongada crisis. La soluciones que se aplicaron estaban basadas en medidas financieras de corto plazo, a partir de la utilización de los recursos del mercado financiero internacional que no fueron destinados a resolver los problemas estructurales de la economía. El descubrimiento de petróleo en la bahía de Campeche alimentó las falsas esperanzas sobre la efectividad de las medidas. El período entre 1978− 81 otorgó al sistema mexicano una nueva posibilidad basada en el crecimiento 115 espectacular del precio del petróleo en el mercado mundial. Con la caída posterior del precio del petróleo y el aumento de las tasas de interés se inicia una profunda recesión del mercado mundial, que la economía de EEUU debe padecer bajo la reaganmania. Con ello, los años del milagro económico mexicano llegaron definitivamente a su fin y el presi− dente López Portillo, en los últimos meses de su mandato intenta controlar los efectos de la crisis por medio de la estatalización de la banca y la devaluación del peso. La necesidad de pagar los servicios de la deuda externa y del derrumbe de la industria petrolera otorgan al sector empresarial la posibilidad única para intentar eliminar el modelo estatal de desarrollo. Finalmente, en 1983 la deuda externa fue financiada con la creación de un fondo de crédito destinado a cubrir los riesgos del comercio exterior y a servir de intermediarios entre las empresas y los bancos (FICORCA), como compromiso entre la elite empresarial y la banca internacional (EEUU). El conjunto de estas medidas, presentadas políticamente con una enorme retórica populista, estaban destinadas a satisfacer las demandas de la élite empresarial (particularmente de Monterrey), que habían acumulado cerca del 40% de la deuda externa (Rojas, Raúl; 1991). A pesar de la reprivatización de la banca, ejecutada por el nuevo Gobierno de Miguel de la Madrid, la crisis de la "alianza para la ganancia" establecida entre el PRI y la élite empresarial no fue resuelta. En el interior del PRI se encontró una solución para resolver el problema de la deuda externa que consistió en la utilización de la inflación para cubrir a corto plazo la deuda pública y ahorrar en la cancelación de los salarios de los trabajadores de las empresas públicas y paraestatales. Por causa de los altos índices de inflación no eran posibles nuevas emisiones monetarias y en virtud de ello se aplicó la medida táctica de congelación salarial a niveles extraordinariamente bajos, acompañada de la disminución de los subsidios para la alimentación básica y de los servicios 116 sociales. A fin de atraer "capitales frescos" el Gobierno desplazó préstamos al mercado de capitales otorgando al sector financiero certificados oficiales a un interés mucho más bajo que el del mercado financiero internacional. Esta política reveló con claridad la existencia inicial de una nueva estrategia basada en una alianza tripartita entre el Estado, la élite empresarial nacional y las empresas extranjeras. Cuando se produce el colapso financiero México recurre al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y a Washington. La asistencia de emergencia recibida fue de corto plazo y la comunidad financiera internacional, organizada como un cártel, exige de México la reestructuración neoliberal de la economía. Dentro del PRI los mayores partidarios de la reestructuración constituyeron un nuevo grupo de tecnócratas educados en EEUU que proponen la introducción de drásticas reformas neoliberales y la necesidad de aplicar una "terapia de Shock" (Weintraub, Sidney; 1990). La aplicación de dichas medidas y la adecuación de la deuda externa mexicana a las exigencias del "Plan Baker" y posteriormente del "Plan Brady", situaron a México en una momento más favorable para las negociaciones que posteriormente culminaron en el Tratado de Libre Comercio con EEUU y Canadá, y con su vinculación al GATT en 1986. En la década de los ochenta México adopta una estrategia económica más estrechamente vinculada a los requerimientos de su integración en el mercado mundial y en particular, a su ingreso al bloque neoliberal del TLC, sobre la base de dos argumento clásicos: estabilización económica y crecimiento sobre la base del aprovechamiento de las ventajas comparativas. La estabilización económica está destinada a resolver los problemas financieros derivados del déficit fiscal, la presión inflacionista y el desequilibrio de la balanza de pagos derivado de la deuda externa y de la fuga de capitales. Ello se completó con la aplicación de las teorías económicas monetaristas que ponían énfasis en la idea de que tanto la crisis 117 económica como el declive en el proceso de acumulación de capital derivan del desequilibrio entre la expansión del gasto público y la capacidad de ingresos del Estado. La estabilización de la economía debía ser lograda por medio de medidas de austeridad, de privatización, de la disminución de los gastos del sector público y de la liberalización del comercio y de las inversiones. El nuevo crecimiento económico resultaría de las inversiones privadas en el sector empresarial orientado a las exportaciones con ventajas comparativas suficientes para competir ventajosamente en el mercado internacional. Los bajos costes de la mano de obra y la proximidad geográfica con EEUU serían dos de las más relevantes ventajas y de especial importancia en la explotación de los recursos naturales mexicanos. Ello es compatible con la globalización de la economía mundial estimulada por el neoliberalismo internacional. La integración de México en la globalización de la economía internacional fue acelerada en los últimos años de la Guerra Fría por los efectos del aumento de la fuga de capitales, el estancamiento del precio internacional del petróleo y las drásticas devaluaciones del peso. Entre las consecuencias políticas internas de la incorporación de México a la globalización de la economía se encuentra la profundización de las discrepancias políticas en el seno del PRI entre los técnicos y los políticos (Camp, Roderic A.; 1990) y en la oposición entre los antiestatalistas del conservador PAN y las ascendentes fuerzas modernizadoras de centro− izquierda representadas por Cuauhtémoc Cárdenas, apoyadas por movimientos sociales de base decididos a implementar el "proyecto de modernización nacional". La turbulencia política mexicana de los años ochenta fue coronada por lo que en los círculos progresistas se llamó el "debate por la nación" que revindicó la justicia social, el nacionalismo y los valores populistas de la revolución mexicana que son negados por el proyecto de reformas neoliberales (Reynolds, Clark W. & Tello, 118 Carlos; 1983). En este debate se reproduce y se reitera la vieja contradicción existente desde la década de los años treinta entre los ideales progresistas de Lázaro Cárdenas y el conservadurismo de Miguel Alemán. A nivel internacional Washington presiona a favor del triunfo de los técnicos y de las reformas neoliberales. Durante el porfiriato la clase política del Estado mexicano fue dominada por los llamados científicos que inspiraban sus políticas económicas en el positivismo francés, y su similitud con la tecnoburocracia de Miguel de la Madrid y de Salinas de Gortari es enorme en el sentido de aspirar a crear un espacio incondicional a las fuerzas del mercado, del sector privado y del capitalismo internacional. En 1987 se instituyó el Pacto de Solidaridad Económica (PSE) como un acuerdo tripartito entre la élite empresarial, las organizaciones sindicales oficialistas y el Gobierno destinado a reducir la inflación por medio de las reducciones salariales y los controles de los precios. El objetivo político del PSE fue el restablecimiento de la "armonía de clase" y la moderación en la reformulación eventual de un "pacto social" de naturaleza corporativa. El salario mínimo disminuyó en un 80% en el período de 1988− 91 y el precio de los productos de consumo básico aumentaron en el mismo período en un 250%. La crisis económica también intentó ser remontada a partir de eliminación de las normas restrictivas a la inversión extranjera y en 1985, en el contexto de la negociaciones sobre la deuda externa, se exigieron a México nuevas liberalizaciones en el tratamiento de dichas inversiones; culminando en 1989 con los cambios de la regulación de la Ley sobre Inversiones Extranjeras y con un derecho al 100% del retorno de capital. El estímulo en estos términos a la inversiones extranjeras formulado por el presidente Salinas fue dirigido a las llamadas "áreas estratégicas de la economía" que incluyen el subsuelo, la infraestructura de construcción y servicios públicos, petróleo, 119 industria química, etc. A pesar de la inestabilidad política iniciada con el alzamiento de Chiapas, que culminó con el asesinato del candidato presidencial del PRI y de la alarma que ello creó en sus contrapartes canadiense y norteamericana, los restantes países de América Latina consideran el TLC como la materialización neoliberal del ideal bolivariano del panamericanismo, esta vez bajo la forma de una zona de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego. La ampliación a nuevos miembros (Chile, Argentina, Venezuela, Colombia y Costa Rica) es considerada por los ideólogos latinoamericanos del neoliberalismo como la recompensa justa a la liberalización de la economías y a las drásticas privatizaciones. La angustia frente a la posibilidad de que las inversiones norteamericanas se desvíen a otras regiones, frente al peligro creciente de una conducta proteccionista de la economía norteamericana y la ampliación a otros miembros fuera de la región como Nueva Zelanda; constituye el telón de fondo del nuevo ideal bolivariano. Desde la óptica de los Estados Unidos la ampliación futura del TLC se ve dificultada por el alto coste político que el Gobierno de Clinton debió pagar por la aprobación del Congreso, por la dificultades proteccionistas que crea respecto de los mercados asiáticos y por el hecho de que el 75% de las exportaciones de EEUU tienen un destino que no es el mercado de Canadá y México. Esto último es lo que explica la ambigüedad con que el Gobierno de EEUU reacciona frente a los futuros candidatos y a su preferencia por la búsqueda de acuerdos bilaterales. América Central y la región del Caribe se encuentran marginalizadas de las negociaciones, en la medida en que la primera, con el término de la Guerra Fría, ha dejado de constituir una prioridad en la política exterior de los EEUU, y la segunda, como resultado de las transferencias de la inversiones norteamericanas a México donde encuentran facilidades fiscales hoy por hoy muy superiores a las que 120 tradicionalmente ofrecía la región caribeña. La oposición de EEUU a la aprobación parte del Congreso de los acuerdos del TLC fue conformada por el movimiento sindical, los movimientos de protección y defensa del medio ambiente, campesinos y organizaciones de consumidores, que aglutinaron sus fuerzas en la Citizens Trade Campaign que dijo representar cerca de 40 millones de norteamericanos que manifestaban su disconformidad con los acuerdos formulados por el presidente Bush. Esta organización, financiada por las organizaciones sindicales, encontró en Ross Perot su portavoz más importante. Los argumentos centrales de la oposición al TLC fueron los bajos costes de la mano de obra mexicana y la insuficiente normativa respecto de la protección del medio ambiente que desplazaría el mercado de trabajo hacia México. Los trabajadores norteamericanos serían las primeras víctimas del tratado. Ello quedaba estadísticamente demostrado con el hecho que el salario mínimo por hora en EEUU corresponde a cuatro dólares y en México a 68 centavos. El salario medio industrial equivale en los Estados Unidos a 14,83 dólares y en México a 1,85. Ello explica en parte, porque antes del uno de enero de este año (fecha de entrada en vigor del Tratado) ya se habían instalado en México cerca de 200 empresas de EEUU: Honeywell, Sears, Wal− Mart, General Motors, RCA Components, Ford, General Electric, Procter Silex, etc. La característica común de todas estas empresas es que habían sido sometidas a un proceso radical de reorganización y disminución de puestos de trabajo. El desplazamiento de sectores productivos y trabajo hacia México es un fenómeno real y para muchas de estas compañías responde más a los ajustes productivos generados por la globalización de la economía mundial, que al resultado directo de la configuración del TLC y cuya existencia confirma dicho proceso. La oposición de los EEUU suponía que con el mantenimiento de las barreras arancelarias podrían evitarse tales desplazamientos y la competencia del 121 bajo precio de la mano de obra de los Estados Unidos sin considerar la decisión de las empresas norteamericanas de beneficiarse del crecimiento económico de México y de su mercado potencial de 85 millones de habitantes. La desigualdad de salarios no puede ser resuelta sobre la base de acuerdos políticos generados por una ronda de negociaciones. A ello se agrega la liberalización de los servicios financieros y del sector agrícola que abre nuevas posibilidades a la empresas norteamericanas. Tanto los bancos como las empresas de seguros de Canadá y EEUU podrán beneficiarse de un mercado que hasta hace poco les estaba vedado. En el año 2007 deberán eliminarse todas las tarifas y trabas puestas por el mercado financiero mexicano a dichas empresas. Los sectores petroquímicos y de la energía deben ser liberados en un período máximo de diez años y el monopolio estatal de la explotación sobre las fuentes energéticas podrá perma− necer a condición de que su mercado de abastecimientos sea liberalizado, aún cuando el Estado mexicano se reserva el derecho a favorecer empresas nacionales en casos calificados. En noviembre del pasado año el presidente Clinton consideraba que un rechazo eventual de los acuerdos del TLC crearía dificultades para las negociaciones norteamericanas con los países asiáticos. EEUU exige de Japón, China y los restantes países del Pacífico Sur la eliminación de las barreras aduaneras en condiciones que le permitan resistir toda medida destinada a ampliar el ingreso de los productos de dicha región en su mercado. El TLC es considerado por los países asiáticos como un proceso de regionalización del proteccionismo, que afectaría principalmente la industria automotriz, la electrónica y textil. Sin embargo, los países asiáticos iniciaron la penetración de la economía mexicana en los inicios de los años noventa en la perspectiva de anticiparse al cierre del mercado regional representado porel TLC. En el año 1991 México exportó productos industriales por 122 un valor de 1.700 millones de dólares obteniendo por primera vez más divisas de las que aportaba tradicionalmente la industria turística. En 1992 dicha cifra llegó a los 2.400 millones de dolares, con el protagonismo de las inversiones de las empresas de Japón, Taiwan, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong. Las facilidades de acceso al mercado de EEUU, la energía y el transporte a bajo precio, la existencia de buena mano de obra cualificada y los bajos costes del trabajo constituyen otra parte del estímulo a las inversiones de los países asiáticos. Los costos de los salarios en la región fronteriza de México no alcanzan el 10% de los de EEUU y están por debajo de los costes de Corea del Sur, Singapur y Taiwan; esto no hace más que fortalecer las inversiones de dichos países en la región de la maquila. Setenta y un años de poder ininterrumpido del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido que más tiempo ha estado en el poder en el mundo, fueron simbólicamente enterrados el pasado lunes, por miles de manifestantes que aplaudían el inicio de un "Nuevo México" al ser elegido Vicente Fox, candidato del Partido Acción Nacional, (PAN). El PRI fue fundado en 1929 por el ex presidente Plutarco Elías Calles con la consigna de "mantener el partido en la presidencia del país", y fue cumplida al pie de la letra al punto que el PRI terminó por confundirse con el propio Estado mexicano y controló por completo la vida política de ese país. Pero el poder acumulado por este partido terminó, y para algunos, ese éxito constituye una verdadera revolución pacifica. Hay quienes consideran que esta revolución se hizo posible por la "necesaria apertura democrática", impulsada por el presidente Ernesto Zedillo. No puede negarse que el dirigente Mexicano logró entre otras cosas, que el órgano que rige las elecciones, el Instituto Federal Electoral (IFE), quedara en manos ciudadanas 123 elegidas por consenso. Creó la Fiscalía Especial para Delitos Electorales y promovió la primera elección democrática de un candidato a presidente del PRI mediante unas primarias en las que participaron 9 millones de personas, y en las que resultó electo Francisco Labastida. Como diría Carlos Fuentes, escritor Mexicano, "Zedillo pasará a la historia como el presidente que confirmó la era de la democracia en México y consolidó la transición que la hizo posible." Esto mismo opinó el Representante de la Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, cuando dijo que la labor de Ernesto Zedillo "constituye un modelo que sin duda contribuirá al fortalecimiento de la democracia y del estado de Derecho en América Latina". Para otros, como Víctor Juárez, comentarista político del diario peruano El Comercio, "en México bastó que se realizaran unas elecciones limpias, como las del domingo pasado, para que llegara el fin de la hegemonía que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ejerció durante más de siete décadas". Sergio Muñoz, analista político del periódico Los Angeles Times, considera que el resultado de las elecciones en México fue la suma de tres factores: un total cansancio político (del partido oficialista PRI), el surgimiento de un candidato con carisma (Vicente Fox), y unas elecciones garantizadas (a través del IFE). El escritor Carlos Monsiváis lo resume en una palabra: "hartazgo". Esta es sin duda una de las razones, pero la lista es larga y habría que agregar otras como el cumulo de escándalos políticos, (especialmente el del gobierno de Carlos Salinas), el fortalecimiento de la oposición, ( a través de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática), el creciente rechazo social a las prácticas de corrupción del "partido único" y la masiva participación electoral ocurrida el domingo (que neutralizó la compra de votos). El historiador Enrique Krauze sostiene que el PRI pasó de ser en los años cuarenta, 124 "una maquinaria de control político" a convertirse, de los años cincuenta en adelante, en una "maquinaria sofisticadísima de manipulación electoral". El Diario Peruano El Comercio, considera que al PRI "el tiempo lo desgastó y junto a ello hay que sumar su historia, que ha personificado la corrupción del poder en un estado de un solo partido, que controlaba por completo la vida política". Como dijo del expresidente de E.U. Jimmy Carter, observador del proceso electoral, las elecciones fueron "una manifestación extraordinaria de que el pueblo de México tiene la madurez y el compromiso con la democracia, pero también, que estaba listo para un cambio". "Este es el momento para la democracia, el momento de cambiar nuestro país por el que deseamos", dijo Vicente Fox en una de sus declaraciones de victoria. No hay duda que la elección de Fox genera grandes esperanzas de cambio en una nación con mas de 97 millones de habitantes. Este sentimiento fue expresado al día siguiente de las elecciones en el Editorial del periódico mexicano, El Universal cuando dijo: "Dejaremos de ser vistos como un país con un partido de estado, hegemónico y cerrado a cambios indispensables en esta hora de transformaciones profundas de cara al futuro. Demostramos que somos capaces de sumarnos al conglomerado de naciones que aspiran a fortalecer un sistema democrático abierto a cambios esenciales que aseguren una suma de esfuerzos, sin sectarismos ni mesianismos, como lo exigen las circunstancias y demanda la propia sociedad. Es preciso entender que apenas abrimos la puerta que conduce a una transición irreversible. De ahí la necesidad de cuidar los pasos que deban dar los diferentes actores políticos en este momento de arranque." Esto significa para el presidente electo asumir uno de sus mayores retos; darle forma al cambio que tanto anunció en su campaña, y buscar que el paso de un régimen a otro, sea lo menos traumático posible para un país que logra finalmente 125 la alternancia en el poder. Según Jorge Castañeda, analista político y asesor de Fox, las grandes prioridades serán "echar a andar la transición mexicana y empezar a desarrollar de nuevo el país (...) A partir de mañana comienza la alternancia en el país". Fox ha dicho que gobernará con todos los partidos y grupos políticos, incluyendo al PRI. Esa es una estrategia que podrá servirle para asumir entre otros desafíos, el de atacar la corrupción, fortalecer la autonomía de las instituciones electorales y compartir el poder con la oposición, puesto que se enfrentará a un legislativo dividido entre los tres grande partidos. Para Mario Vargas Llosa, "La labor que tiene Fox es verdaderamente titánica porque desmontar un aparato autoritario que lleva 71 años enquistado en el poder significa reformar el Estado prácticamente de pies a cabeza", y agrega que México ha pasado de la "dictadura perfecta a la democracia difícil". Lo cierto, es que los Mexicanos votaron por el cambio, y por eso más que un voto a favor de Vicente Fox, fue un voto a favor de la democracia. El país vivió una jornada electoral histórica, que representa un avance para su sistema democrático y significa una nueva etapa de su vida política. Comenzó una nueva era en México. EZLN Existen por supuesto otras organizaciones político−militares en el país, pero hasta ahora sólo han dado muestras de vida por medio de comunicados y no han realizado ninguna acción armada. Si se diera crédito a cada comunicado, existirían conflictos armados potenciales en casi todo el territorio nacional. Sin embargo, hasta el momento, sólo son tres las guerrillas que demuestran contar con armas, efectivos, organización, estructura jerárquica, programas de lucha y que han hecho uso de su poder de fuego. Estas organizaciones armadas operan militarmente en el 126 sudeste de la república, aunque sus estructuras de mando político parecen estar descentralizadas en otros estados del país. En términos de su alcance político− militar, los movimientos armados mexicanos constituyen problemáticas de orden nacional. Los grupos paramilitares que asuelan el territorio chiapaneco son el protagonista principal del cuarto conflicto armado. Entrenados para combatir a comunidades, bases de apoyo y milicianos zapatistas, estos grupos ejercen una violencia extrema y han sido responsables de graves masacres en Chiapas. Esto es un fenómeno nuevo en la historia del país. Aunque la experiencia coercitiva del Estado mexicano ha incluido la creación y el uso de grupos paramilitares para destruir a los movimientos armados, ésta parece ser la primera vez en la que los paramilitares mexicanos controlan territorio, incluyen a comunidades, no ocultan su filiación política y realizan, en forma organizada, operativos de debilitamiento o destrucción de las bases de apoyo de una organización armada, en este caso el EZLN. Las fuerzas irregulares que conforman el espectro conocido como grupos paramilitares abarcan desde el nivel de una banda armada hasta pequeños paraejércitos de efectivos uniformados, equipados con armas de alto poder, que poseen organización y técnica militar y son protegidos por funcionarios locales y federales. Hasta el momento no se cuenta con evidencias fehacientes del involucramiento de mandos militares en la formación de los grupos paramilitares, pero hay indicios sistemáticos que permiten inferirlo. En el contexto de estos conflictos armados, se ha producido la concentración de grandes contingentes de tropas y de una variedad importante de agrupamientos especializados en contrainsurgencia en el sudeste del país. Estimaciones conservadoras indican que se ha concentrado a cerca de 70 mil efectivos, casi un tercio del total de las fuerzas de aire, mar y tierra, en los estados de Chiapas, 127 Guerrero y Oaxaca. Esta densidad de tropas está presente en un territorio también ocupado por paramilitares, sin que, curiosamente, estos grupos sean detectados por el Ejército y sus cuerpos de inteligencia. Mientras el grueso de las tropas se dedican a tareas de control territorial y ocupan posiciones de cerco de las fuerzas insurgentes, el Ejército mexicano ha desplegado unidades de elite, grupos aeromóviles, batallones y regimientos de operaciones especiales, así como fuerzas de intervención rápida para optimizar la efectividad de sus operaciones contrainsurgentes. Este despliegue militar, acompañado de la movilización de fuerzas combinadas de policías y militares en las bases de operaciones mixtas, ha realizado acciones distintas según la naturaleza del movimiento armado y la magnitud de las presiones de organizaciones sociales, organismos de derechos humanos, observadores internacionales y redes solidarias que repudian una salida armada y exigen mesas de diálogo−negociación y cumplimiento de lo negociado. Durante cuatro años, la evolución del conflicto chiapaneco redujo el riesgo de un intercambio de fuego entre las Fuerzas Armadas y el EZLN. Ambos ejércitos, uno regular y el otro irregular, tienen las manos atadas para recurrir de nuevo a las armas en forma directa. La enorme presión nacional e internacional y la gran actividad de las redes de solidaridad zapatista han servido como un poderoso elemento disuasivo para evitar que el Ejército mexicano haga uso de su capacidad de aniquilamiento físico del EZLN y sus integrantes. Lo mismo ocurre en sentido contrario: los zapatistas no pueden usar sus armas y realizar operativos insurgentes porque carecen de fuerza para romper el cerco militar y ocupar con tropas varias cabeceras municipales de Chiapas, tal como lo hicieron en enero y diciembre de 1994. El EZLN también experimenta la misma presión civil, tanto nacional como internacional, para limitar sus acciones al campo de la política y no 128 de la guerra. El conflicto en Chiapas tiene una historia centenaria; no es algo nuevo, como tampoco lo son las insurrecciones indígenas, los motines, las sublevaciones, las tomas de la ciudad de México. Es decir, el conflicto está incrustado en la dinámica misma de la historia nacional y es un recordatorio permanente de su propia naturaleza. Con todo, el EZLN surge originalmente como un grupo marxista de naturaleza mestiza que se plantea ahora reivindicaciones fundamentales de democracia y de desarrollo nacional. Los zapatistas afirman que no tenían una visión del conflicto indígena, no se habían visto a sí mismos como un actor político importante, no conocían la especificidad de las demandas indígenas, ni tenían idea de la autonomía. Eso lo vinieron construyendo a lo largo de 1994 y hasta la fecha. Ellos afirman que no querían hacer de éste un conflicto regional local; es decir, no querían que apareciera como un conflicto de "los indios de Chiapas; surgen entonces a la lucha con un nombre que no corresponde a la naturaleza implícita de un movimiento indígena tradicional. En su lugar, adoptaron el nombre de "liberación nacional como una herencia de los conflictos armados de los años sesenta y de los setenta. El zapatismo, entonces, hereda la vertiente marxista, obviamente introducida por los movimientos de liberación nacional de la época, pero en los que poco a poco, y con ciertas dificultades, se va introduciendo la llamada cuestión nacional, revisada y actualizada para el caso de América Latina, porque ciertamente, al ejercer la burguesía su hegemonía en complicidad estratégica con el imperialismo −ahora llamado neoliberalismo−, no es posible la efectiva liberación nacional. Es decir, hay una esclavitud nacional o una dominación nacional o una sobre−nación, en el 129 sentido de que el pueblo, como soberano de la nación, no es el que realmente manda en el interior de la nación. Cuando eso ocurre, entonces sí tiene sentido hablar de la liberación nacional; pero eso no corresponde a un movimiento de la naturaleza del que surge en Chiapas en 1994. Viene después la versión del subcomandante Marcos de que "fueron vencidos por las comunidades, en cuanto que su línea fue derrotada y que entonces ellos, los mestizos, fueron indigenizados y todos sus planteamientos iniciales fueron hechos a un lado. Por otra parte, también los zapatistas se ven presos o constreñidos dentro de los límites de lo militar; esto es, el EZLN se estuvo entrenando para dar una lucha de acumulación de fuerzas, dentro de lo que se llama en la terminología insurgente la guerra popular prolongada, es decir, prepararse por años y años hasta acumular un número suficiente de fuerzas como para que, a su vez, esa acumulación de fuerzas lleve del campo a la ciudad, de las ciudades hacia una expansión a otras regiones del ámbito nacional, y entonces, finalmente, venga el triunfo del pueblo sobre el régimen. Pero resulta que si bien al inicio lo militar permitió a las tropas del EZLN una toma relativamente pacífica de cuatro ciudades importantes, la reacción posterior les hizo ver que, desde el punto de vista militar, iban a estar constreñidas en un territorio, no obstante que esas fuerzas son más que nada un ejército del pueblo o un ejército campesino del pueblo. A pesar de que la organización de la cual proviene Marcos tenía otros focos en otros lugares de la república, éstos no actuaron. No se conoce si las contradicciones en el seno de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) hicieron que no actuaran. No se sabe exactamente qué pasó, pero el hecho es que hubo una clásica insurrección regional−local que fue controlada militarmente dentro 130 de ese ámbito territorial. Se presenta entonces una contradicción entre su visión nacional y el carácter regional−local que los constriñe a un territorio, militarmente hablando. Esto se ha ido acentuando. Y hay una contradicción porque, siendo un grupo armado, la naturaleza de la represión, del cerco estratégico, del cerco de profundidad y de la presencia de los paramilitares y de la situación de no paz no guerra a la que ellos se vieron forzados, han hecho que la esencia de su lucha en cuanto a método, que era la lucha armada, se torne cada vez más política y busque lo nacional, e incluso, lo internacional, como equilibrio y como respuesta a su situación real. Al contrario de la idea de una base de apoyo a la milicia, los zapatistas han tenido que acotar cada vez más esos círculos, de tal manera que lo único que queda del círculo básicamente es el insurgente, el soldado profesional; porque evidentemente los milicianos no pueden ser tales porque no pueden desarrollar su poder de fuego ante la presencia militar permanente en comunidades asediadas por el Ejército. Esto también constituye un elemento difícil en cuanto a la naturaleza de su conflicto; esto es, son marxistas por su origen y por las formas y necesidades de organización de la lucha clandestina, pero al mismo tiempo ellos van incorporándose en los marcos políticos de lo nacional y lo democrático−popular. Son militares por el surgimiento y la naturaleza de su grupo, pero paralelamente va ganando terreno la organización no militar. Es posible que estas transformaciones estén ocasionando contradicciones en el seno de los zapatistas, porque cuando se tiene un grupo entrenado para un objetivo, y resulta que no es posible llevar a cabo ese propósito, se provoca un desgaste; un ejército que no combate o que no se entrena, es un ejército que va perdiendo su esencia, su razón de ser. Eso los lleva necesariamente hacia el diálogo y la negociación, pero, a su vez, los 131 coloca frente al incumplimiento de lo pactado, frente a la inconsecuencia del gobierno y la obcecación del régimen que los obliga a mantenerse armados y no abandonar la organización militar. Por otra parte, su política de alianzas ha tenido fallas importantes. Primero se apoyaron en sectores radicalizados de la izquierda, como el Movimiento Proletario Independiente. Luego pusieron sus esperanzas en sectores de variado origen a través de la Convención Nacional Democrática, la cual también terminó. Con la propia diócesis de San Cristóbal, más que alianza fue una relación necesaria, sujeta a tormentas frecuentes. No es posible hablar de una alianza con el PRD, ya que la relación ha transitado de las críticas y los desencuentros iniciales, a la ausencia de todo contacto en los últimos años. Se ha evitado incluso la comunicación epistolar con la Cocopa de la legislatura actual y la única reunión con esta instancia pluripartidista fue un fracaso. Ni el FZLN ni el Congreso Nacional Indígena han respondido a las expectativas de ser las organizaciones que permitieran a los zapatistas una presencia permanente en el ámbito nacional. Esto no significa que no cuenten con el apoyo, muy importante, de lo que ellos consideran sus aliados naturales: la sociedad civil, sólo que ésta cambia constantemente en su disposición y características.19 Las alianzas más permanentes de los zapatistas son las internacionales, pero éstas no son determinantes. Lo importante en un momento siempre son las alianzas nacionales y ellos no han tenido la capacidad para hacer duraderas las alianzas más allá de sus límites ideológicos y políticos. Este debilitamiento relativo ha favorecido el desarrollo de la estrategia contrainsurgente del gobierno. Ahora esta estrategia es discutida en términos reales, en términos de ponerla en práctica y evaluar todas sus consecuencias en lo nacional e internacional. El gobierno está preparando la vertiente militar todos los 132 días. Sus agentes cada vez tienen mayor información de las redes locales, regionales y nacionales; de los dirigentes; del papel de la Iglesia Católica; de quién es líder, adónde va y a quién frecuenta; de las características de cada población, a quiénes hay que detener, en qué momento; de cuál va ser la forma del ingreso de las tropas, si conviene recurrir a paracaidistas, etcétera. Esta estrategia militar va avanzando. De eso no hay duda. Cada vez están mejor preparados para ello. En el momento en que se presente una coyuntura política favorable, la solución militar puede ocurrir. La estrategia gubernamental es, en pocas palabras, la utilización del diálogo y la negociación como una mascarada política de una lucha militar. A partir de esto, es posible explicar por qué sigue la misma política de desgaste, de desprestigio, de golpeteo, de guerra sucia contra la Conai hasta su desaparición; y contra la Cocopa introduciendo en su seno las contradicciones, neutralizándola, esperando que la "coadyuvancia sea una forma de complicidad con el gobierno. Se sigue la misma lógica para cualquier otra forma de la guerra irregular. Este tipo de guerra considera la guerra sicológica y eso ya refiere a la cuestión de la información pública, de la información que se difunde a las comunidades, del manejo de los medios, etcétera. El gobierno ha seguido en el diálogo y la negociación una política contrainsurgente. En otras palabras, el conflicto que se vive, que incluye el diálogo y la negociación, no ha sido más que la expresión de una guerra de contrainsurgencia. Entonces, si la tendencia histórica del régimen ha sido a la dureza, a la represión, a la cooptación, a la mediatización, no veo por qué, en el caso del movimiento más irreverente, más cuestionador que ha existido en los últimos tiempos, que además ha tenido imaginación e inteligencia, que ha realizado un esfuerzo mediático extraordinario para los recursos con los que cuenta, el gobierno federal negociará. 133 La idea es destruirlos. La idea gubernamental es descabezar al movimiento, sin entender que éste se reproduce regularmente, que ya hay alguien para sustituir a todos y cada uno de los dirigentes. MAGNICIDIOS El informe sobre el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo no aporta nada nuevo. No hay conclusión, sólo presenta dos hipótesis, pero no hay ninguna prueba jurídica de que fue un complot; clama una y otra vez el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera. Después del informe presentado por la Comisión Institucional y la Procuraduría General de la República, fue enviado al pontífice Juan Pablo II, por el nuncio apostólico Leonardo Sandri. El representante de El Vaticano en México, asegura que en la Santa Sede en Roma, hay satisfacción por los esfuerzos hechos para llegar a la verdad del asesinato del cardenal Posadas Ocampo, pero que no les corresponde juzgar los resultados. El jefe de la Iglesia católica en México, Norberto Rivera Carrera, dice estar convencido de que el asesinato del cardenal de Guadalajara obedeció a un complot, pero no cuentan con pruebas jurídicas que se puedan presentar ante un tribunal, sobre quién y con qué fin se realizó el complot que terminó en la matanza de seis personas en el aeropuerto tapatío. Dos presidentes, varios gobernadores de Jalisco y cinco procuradores generales de la República pasaron desde el 24 de mayo de 1993 y aún no logran aclarar el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Primer magnicidio de la sangrienta década de los 90, punta de lanza de los asesinatos de hombres de influencia, poder político y religioso, con sospechosas ligas con la fuerza oculta, económicamente fuerte y corruptora que es el 134 narcotráfico; capaz de comprar conciencias, moralinas y profesionalismos. El otro extremo es el asesinato, la ejecución sanguinaria y violenta, que sirve como ejemplo y amenaza perenne para los que se resisten a sus medidas corruptoras y complicidades forzadas. Lo cierto es que en los magnicidios realizados a partir de la muerte del cardenal Posadas Ocampo, hay un factor común que los unifica, los encadena y es la característica principal : La impunidad. Para ello se planean intrincados laberintos legales e interpretativos, que superan por lo complicado, a las mejores tramas novelescas de la literatura de misterio y muerte. El asesinato o ejecución de un príncipe de la Iglesia católica en el aeropuerto de Guadalajara, cimbró y alertó a los habitantes del país y a los representantes y dirigentes del alto clero Vaticano, que algo realmente estaba podrido en México. Siete años después, la sensación de putrefacto no sólo se mantiene, sino que aumenta porque además de otros asesinatos y ejecuciones de hombres del poder político, judicial y gubernamental, sucede que para todos los casos la impunidad es un común denominador. El 24 de mayo de 1993 poco antes de las 16 horas fue ejecutado el cardenal Posadas Ocampo y varios de las personas que se encontraron en las inmediaciones. A pesar de lo público y notorio del asesinato, los testigos reales o plantados, no aportaron muchos datos claros y sí parece que todo está encaminado para complicar más aún lo enredado de la investigación. A partir del 27 de julio de este año, las versiones sobre el asesinato del prelado y alto jerarca católico, enfrentaron aún más a las autoridades eclesiásticas y gobierno de Jalisco contra la Procuraduría General de la República, es decir con el Ejecutivo Federal, ya que Jorge Madrazo Cuéllar es el abogado no sólo de la 135 Nación, sino también del régimen gubernamental que aún encabeza Ernesto Zedillo. Así la confrontación entre esos dos grupos de poder, llegó al extremo y en los días subsecuentes al 27 de julio, las declaraciones de altos jerarcas católicos y de funcionarios del gobierno panista de Jalisco descalifican y desmientes la hipótesis del procurador Madrazo Cuéllar que viene a ser la versión oficial del asesinato de Posada Ocampo. El 27 de julio la Procuraduría General de la República, por medio de su titular Jorge Madrazo Cuéllar dio el carpetazo y anunció que mandaba a la reserva el caso del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. En ese momento, al rendir el informe que coincide con lo que durante siete años sostuvieron cinco diferentes procuradores, entre ellos Jorge Carpizo, el más cuestionado; se impone la impunidad una vez más en un caso extremo. Durante dos años, el cuerpo interdisciplinario, formado por investigadores de la PGR y juristas de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el obispo de Cuernavaca Luis Reynoso y el arzobispo de Chihuahua José Luis Fernández Arteaga, encabezaron el complejo estudio y análisis. Por fin el día 27 de julio, con maqueta, muñequitos y cochecitos que enviaría un niño para jugar, reprodujeron los actos violentos en que fallecieron el cardenal Posadas Ocampo y varias personas más, en el estacionamiento del aeropuerto de Guadalajara, Jalisco. Todo para sostener lo mismo y justificar el asesinato del cardenal de Guadalajara como un hecho fortuito, en que al más tradicional de los conceptos peliculescos, fue un hombre que llegó en el momento equivocado al lugar equivocado. Así la hipótesis de la confusión es sostenida firmemente por la PGR. Pero a lo largo de esos siete años, son muchas las contradicciones que aparecieron y permanecen 136 aún dentro de la misma versión oficial. Así en 1995, bajo el mando de Jorge Carpizo, la PGR sostuvo que el ataque al Grand Marquis de Posadas Ocampo, se debió a que estaba estacionado atrás del Buick verde de El Chapo Guzmán, por lo que dos asesinos confesos, Eduardo Mariscal Rábago, (a) El Negro y otro conocido como El Güero Jaibo, dispararon en contra del prelado que intentaba bajar de su automóvil. También a fines de 1995, el subprocurador Pablo Chapa Bezanilla, el mismo que armó la intrincada trama de sembrar una calavera junto con varios cómplices, en el juicio contra Raúl Salinas de Gortari, lanzó la versión de un tercer grupo encargado de ejecutar al cardenal en medio de la confusión del choque entre las dos bandas de narcotraficantes. Esa versión está aceptada como real, por el sucesor de Posadas Ocampo, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez y en ella trabajaron los investigadores del gobierno de Jalisco, encabezado por el panista Alberto Cárdenas. Ahora las diversas versiones son desechadas por la PGR y se impone el criterio de la equivocación de los sicarios asesinos. Sin resolver el caso, sin aclarar y presentar culpables reales, la PGR y Jorge Madrazo envían a la congeladora, bajo el término de en reserva, el asesinato del cardenal Posadas Ocampo, su chofer y otras cuatro personas inocentes. Los responsables directos, los que ordenaron la ejecución o el enfrentamiento están a salvo, desaparecidos o ejecutados, pero no se sabe quiénes fueron los autores intelectuales. Un caso más que es resuelto por lo que parece la tradición nacional: mediante la impunidad. A los siete años del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo estas son las cifras jurídicas: Fueron 18 los procesos penales tanto locales como federales los realizados. Para 137 ello se tomaron casi 400 declaraciones ante el Ministerio Público Federal y el Ministerio Público de Jalisco, lo que dio como resultado que se realizaran 81 dictámenes periciales. Eso llevó a que se liberaran 73 órdenes de aprehensión por diversos delitos relacionados con el atentado y actividades ilegales de narcotráfico y portación de armas. De ellas se cumplieron el 50 por ciento. Entre ellas destaca la de Joaquín Guzmán Loera, (a) El Chapo, que de posible víctima pasó a ser sospechoso del asesinato de Posadas Ocampo, en una maniobra más de ilusionismo jurídico de la PGR. A partir de julio de 1998, en que se formó el grupo interinstitucional de investigación, se realizaron 23 reuniones plenarias entre sus integrantes, para conocer y discutir las 139 declaraciones ministeriales tomadas a diversos testigos y participantes de la investigación anterior. Además fueron 14 los exámenes periciales de tipo siquiátrico efectuados, junto con 15 pruebas de polígrafo −detector de mentiras−, dictámenes de trayectorias de las balas, mediante el uso de rayos láser y la posición que tenía el 24 de mayo de 1993 tanto las víctimas como los victimarios, en el aeropuerto de Guadalajara. Quizá lo más impresionante es que se logró aumentar de 47 a 57 los tomos de la averiguación previa que forma el expediente de siete asesinatos, entre ellos el de Juan Jesús Posadas Ocampo. Lo último fue que para lograr enviar al cuarto de las sombras, darlo como un dictamen sin conclusión, el procurador general de la República Jorge Madrazo Cuéllar, necesitó más de cinco horas, la presencia de varios jerarcas de la Iglesia católica, varios altos funcionarios de la PGR y tener como testigos para explicar en maqueta el asesinato incidental, a todos los representantes de los medios informativos del país. Incluidos varios corresponsales extranjeros. 138 El primero de diciembre de este año, llegará a la presidencia de la República un hombre que no pertenece al partido que durante 71 años fue el oficial de México. Es por lo tanto diferente en intereses y principios. De entrada, judicialmente, el gobierno de Vicente Fox Quesada recibirá una herencia difícil, que incluye las investigaciones no resueltas de varios magnicidios que sucedieron a lo largo de los años en que el priísmo entró en una decadencia, que lo llevó a perder el poder que detentó con sangre a lo largo de esas siete décadas. Por lo pronto, a pesar de la forma insatisfactoria para gran parte de los mexicanos, conque el procurador Jorge Madrazo dio fin a las investigaciones del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, al considerarlo caso cerrado, enviado a la reserva, le restan varios asesinatos importantes que aclarar. Principalmente el de Luis Donaldo Colosio y el de José Francisco Ruiz Massieu, pero se unen una larga secuela de muertes no aclaradas como son de varios funcionarios judiciales, supuestamente ejecutados por grupos de narcotraficantes. Además quedará en pie el proceso, aún no cerrado de Raúl Salinas de Gortari, hermano del ex presidente Carlos Salinas, que cumple condena por 27 años por la autoría intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu. También queda el caso del prófugo y acusado de narcotráfico, Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo. Quizá el más grave de todos, sea el conflicto armado en el estado de Chiapas y las amenazas de acción de grupos armados de guerrilleros en otros estados del país. Como solución y camino para aclarar todos esos delitos y acciones ilegales, el equipo del virtual presidente electo Vicente Fox, preparan una comisión de la verdad, que se encargará de investigar a fondo cada uno de esos casos. Y en el problema de la lucha en Chiapas, el propio Fox expresó ya su deseo de 139 solucionarlo lo más pronto posible. La Procuraduría General de la República no quiere solucionar y nunca tuvo la voluntad para hacerlo, y esclarecer el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, porque basa sus investigaciones en falsedades y engaños. Tajante y definitivo el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez descalificó la investigación y conclusión dadas a conocer el 27 de julio por el grupo interinstitucional, formado por la PGR y los representantes juristas del Episcopado Mexicano, Luis Reynoso, obispo de Cuernavaca y José Luis Fernández Arteaga, arzobispo de Chihuahua. El cardenal Sandoval Iñiguez afirma que las confesiones y declaraciones de los pistoleros que se supone tomaron parte en la matanza del 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara, fueron tomadas bajo tortura, son narcotraficantes detenidos y obligados a declarar por e Ejército y con amenazas, por lo tanto no tienen validez. Otro tema que abordó el cardenal tapatío, es que habla a tono personal, al igual que los dos altos prelados que no coinciden con él, por o que eso no significa que haya división dentro de la Conferencia del Episcopado Mexicano ni entre sus miembros. Por cierto el Episcopado no hace aún declaraciones sobre la forma en cómo la Procuraduría General de la República dio por cerrado el caso del asesinato del cardenal Posadas Ocampo. Después de que la PGR y el grupo interinstitucional rindieron el informe final sobre la muerte del cardenal Posadas Ocampo, y por el fortalecimiento de la teoría del complot que sostienen el gobierno de Jalisco y el cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez resurgen una serie de nombres de famosos, que sostienen están ligados con la ejecución del alto prelado católico. 140 Así el gobernador de Jalisco Alberto Cárdenas, el cardenal Sandoval Iñiguez y otros funcionarios y altos jerarcas católicos sostienen que todo fue un complot para asesinar directamente, a boca de jarro, con 14 disparos directísimos sobre el cuerpo, al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Ente otros temas, destacan que el primer fiscal especial de la PGR para investigar el asesinato, fue Alejandro Arenas Gallardo, que afirmó en su declaración del 26 de noviembre de 1998, que al cardenal Posadas no se le confundió con Joaquín Guzmán, (a) El Chapo. También aparecen nombres de famosos ligados con el complot para el asesinato, como son Carlos Salinas de Gortari y su hermano Raúl; José Córdoba Montoya; Jorge Carpizo MacGregor; Jorge Carrillo Olea, Patrocinio González Garriod y otros notables de la política y del poder judicial. Por parte del alto clero, la figura del nuncio apostólico Gerónimo Prigione también aparece como un personaje implicado de alguna manera, sobre todo, porque meses después del asesinato de Posadas Ocampo, recibió, confesó y protegió a los principales sospechosos de la masacre en el aeropuerto de Guadalajara, los hermanos Arellano Félix. Dos de los hermanos Arellano Félix que se considera manejan gran parte de la droga que llega a México y pasa a los Estados Unidos, afirmaron a Prigione que ellos no eran responsables de la muerte del cardenal de Guadalajara. Los narcos se reunieron por separado, con el nuncio de El Vaticano, que no puede aún aclarar cómo y por qué protegió a los principales sospechosos de la muerte de un príncipe de la Iglesia católica. De todos ellos, coinciden los partidarios del complot contra el cardenal, deben ser llamados a rendir declaraciones e investigados por las autoridades de la PGR que dieron ya cierre a la investigación. 141 Por otro lado, de ser cierta la teoría de complot, surge una duda, sobre los intereses o razones que hubo para ejecutar a un hombre que pertenecía al Colegio Cardenalicio. Los partidarios del complot en el asesinato del cardenal Posadas Ocampo, sostienen que en el estado de Morelos, en el gobierno de Jorge Carrillo Olea, se planeó el asesinato del cardenal de Guadalajara. También de ahí son los agentes judiciales que lo ejecutaron, en medio de la confusión provocada por la presencia de dos bandas rivales dedicadas al narcotráfico, que coincidieron en el aeropuerto de Guadalajara. Fue en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari en el que hubo una fuerte presencia corruptora de su hermano Raúl, que fue asesinado a mansalva el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Según testigos, los ejecutores llegaron en un vehículo diferente y que no aparece en ninguna de las descripciones reunidas por los investigadores de la PGR, pero que otros testigos a los que no se tomó declaración oficial describen como un carro café o marrón. Asimismo hay quien informó en Guadalajara que un grupo de judiciales del estado de Morelos estuvieron en el aeropuerto Miguel Hidalgo, para matar al cardenal Posadas en medio de la confusión planeada al citar en el mismo lugar a los jefes de las dos bandas rivales dedicadas al narcotráfico. EPR Ejercito Popular Revolucionario. México enfrenta ahora cuatro conflictos armados de gran envergadura en el sudeste del país. Dos escenarios de conflicto armado se encuentran en Chiapas. Uno de ellos es el que sostienen los gobiernos federal−estatal y las Fuerzas 142 Armadas contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El segundo enfrenta a las fuerzas paramilitares y las bandas armadas contra las comunidades y organizaciones indígenas que simpatizan con el zapatismo armado. Se estima que desde enero de 1994, ambos conflictos han causado la muerte de cerca de 1 500 chiapanecos y el desplazamiento de más de 20 mil personas.9 En 1996 surge también el EPR. Una de las causas principales es la desconfianza de la estructura económica. Aspecto político: está muy presente la sombra del gobierno anterior (Salinas de Gortari), la cual tiene repercusiones en el gobierno actual (Zedillo). En Guerrero y Oaxaca se viven también dos conflictos armados. En estas entidades, el gobierno federal y las Fuerzas Armadas mantienen una estrategia de contrainsurgencia, cuyo objetivo principal es la neutralización o el exterminio del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y del Ejército Revolucionario Popular Insurgente (ERPI). Una historia diferente sucede en Guerrero y Oaxaca, donde la contrainsurgencia gubernamental, basada principalmente en el empleo del Ejército, ha sido directa, no disuasiva, con masacres, hostigamiento sistemático a las comunidades y medidas como las detenciones arbitrarias, la tortura y la desaparición forzada.13 Esta nueva "guerra en el paraíso casi consigue ya el aniquilamiento del EPR y del ERPI y la destrucción de sus redes de apoyo campesino. Guerrero y Oaxaca no reciben la misma atención de la comunidad internacional que se concentra en Chiapas. Ambos movimientos armados carecen de la capacidad de levantar redes de apoyo solidario con fuerza semejante a las que logró el EZLN. No hay vínculos permanentes del EPR y del ERPI con organizaciones sociales, partidos políticos u organismos de derechos humanos. La matanza de El Charco, por ejemplo, levantó una ola de protestas, pero fue limitada y momentánea, mucho menor a la 143 indignación y condena internacional que se originó por la masacre de Acteal. Ha habido una destrucción que ha sido aparentemente lograda en Guerrero y Oaxaca. El EPR casi cumple un año sin acciones armadas, el ERPI no se ha repuesto de la masacre de El Charco, en junio del año pasado. Las comunidades esparcidas en las regiones de la Montaña y Filo Mayor en Guerrero están saturadas con militares. En Los Loxichas el control militar ha sido muy efectivo. Y los abusos contra las garantías individuales y los derechos humanos en ambas entidades son cada vez más crecientes. Es difícil predecir escenarios. En estas circunstancias cualquiera puede ocurrir. Desde una transición pacífica hacia formas de vida más democráticas, una elección limpia y creíble en el 2000, hasta el fraude generalizado, intentonas de solución militar al conflicto en Chiapas, nuevas catástrofes como la de Acteal o una intervención aún mayor de los militares en los asuntos del país en su conjunto. Sin embargo, tampoco se puede esperar pasivamente el desenlace de esta compleja trama de circunstancias sociales, políticas, económicas y de violencia armada. Por ello, es indispensable insistir en la desmilitarización, en el abandono de la estrategia de contrainsurgencia, en la búsqueda inmediata de nuevas fórmulas de negociación, en el control y desmantelamiento de los paramilitares y la investigación de las atrocidades cometidas en esos estados. Es necesaria la movilización de un amplio abanico de fuerzas que constituyan el poder alternativo frente a un régimen con vocación para la violencia y la guerra social, así como para establecer gobiernos que sólo pueden ser calificados como de traición nacional. LA CUARTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA Con a Cuarta declaración se hace un llamado a todos los hombres y mujeres honestos a participar en la nueva fuerza política nacional que nacia en ese intante 144 y que era El Frente Zapatista de Liberación Nacional. Estos desplazamientos armados de miles de hombres y mujeres hacia los centros del poder mestizo le da una impronta que no tienen otros movimientos de liberación nacional, ni otras guerrillas, y lo que viene después del '94 hasta la fecha es inédito, pues es completamente distinto de lo que conocemos como movimientos armados de liberación nacional. La naturaleza del zapatismo contemporáneo es impactada por la historia de las rebeliones chiapanecas, por la dinámica del conflicto indio−mestizo;18 y la prueba es que se desarrollaron ciertos acontecimientos que demostraban que a pesar de no tener clara la percepción teórica de lo indígena, sí habían asumido en su movimiento el carácter indígena. Lo que ocurre es que el propio zapatismo, como todo movimiento clandestino, como todo movimiento militar, todavía no cuenta su historia, la verdadera. Es normal, la historia se va haciendo de acuerdo con intereses; pero es obvio que el EZLN sí tenía una identidad marxista. Todos sus referencias emblemáticas son marxistas: la bandera de los cinco triángulos, su panteón de héroes revolucionarios, el Che, el hombre nuevo, etcétera. Después desaparece todo aquello, al menos hacia el exterior del movimiento; ellos mismos se dan cuenta de que no van a ser escuchados con ese discurso, y entonces se da un cambio, pero es un cambio decidido en el último momento, cuando surgen a la luz pública, para sustituir el discurso marxista por el discurso nacional. Ahora este discurso ya ha sido asumido; quieran o no, ya el discurso patriótico, democrático−popular, se ha convertido en el verdadero discurso, porque ya no se tiene otro: es decir, es imposible ahora enarbolar la bandera del socialismo, aunque en lo recóndito de su corazón de pronto, pues, como suele ocurrir, sale lo marxista. Esto es posible observarlo en la simbología, la cual es más indicativa que 145 las palabras mismas. Sin embargo, la forma de ser de las comunidades indígenas sí permeó mucho de ese discurso e incidió para elaborar el segundo mito de los zapatistas, que es un poco la idea un tanto sublimada y romántica de lo indígena. Ya hay una mitología de las comunidades como el lugar de la sabiduría, el espacio democrático, el receptáculo de todo lo sabio, de todas las templanzas, los equilibrios, etcétera; aunque quienes han estudiado la llamada cuestión étnico−nacional saben que eso es difícil de lograr, que existen contradicciones profundas en el seno de los pueblos y de sus comunidades, que existe el valor de cambio, el valor de uso, que hay profundas jerarquías e injusticias, y que la situación de la mujer no es la más justa y adecuada posible, etcétera. ***En la que llamamos a todos los hombres y mujeres honestos a participar en la nueva fuerza política nacional que hoy nace: el Frente Zapatista de Liberación Nacional. organización civil y pacífica, independiente y democrática, mexicana y nacional, que lucha por la democracia, la libertad y la justicia en México. El Frente Zapatista de Liberación Nacional nace hoy e invitamos para que participen en él a los obreros de la República, a los trabajadores del campo y de la ciudad, a los indígenas, a los colonos, a los maestros y estudiantes, a las mujeres mexicanas, a los jóvenes de todo el país, a los artistas e intelectuales honestos, a los religiosos consecuentes, a todos los ciudadanos mexicanos que queremos no el poder sino la democracia, la libertad y la justicia para nosotros y nuestros hijos. Invitamos a la sociedad civil nacional, a los sin partido, al movimiento social y ciudadano, a todos los mexicanos a construir una nueva fuerza política.Una nueva fuerza política que sea nacional. Una nueva fuerza política con base en el EZLN. Una nueva fuerza política que forme parte de un amplio movimiento opositor, el Movimiento para la Liberación Nacional, como lugar de acción política ciudadana 146 donde confluyen otras fuerzas políticas de oposición independiente, espacio de encuentro de voluntades y coordinador de acciones unitarias. Una fuerza política cuyos integrantes no desempeñen ni aspiren a desempeñar cargos de elección popular o puestos gubernamentales en cualquiera de sus niveles. Una fuerza política que no aspire a la toma del poder. Una fuerza que no sea un partido político. Una fuerza política que pueda organizar las demandas y propuestas de los ciudadanos para que el que mande, mande obedeciendo. Una fuerza política que pueda organizar la solución de los problemas colectivos aún sin la intervención de los partidos políticos y del gobierno. No necesitamos pedir permiso para ser libres. La función de gobierno es prerrogativa de la sociedad y es su derecho ejercer esa función.Una fuerza política que luche en contra de la concentración de la riqueza en pocas manos y en contra de la centralización del poder. Una fuerza política cuyos integrantes no tengan más privilegio que la satisfacción del deber cumplido. Una fuerza política con organización local, estatal y regional que crezca desde la base, desde su sustento social. Una fuerza política nacida de los comités civiles de diálogo. Una fuerza política que se llama Frente porque trata de incorporar esfuerzos organizativos no partidistas, tiene muchos niveles de participación y muchas formas de lucha. Una fuerza política que se llama Zapatista porque nace con la esperanza y el corazón indígena que, junto al EZLN, volvieron a bajar de las montañas mexicanas. Una fuerza política que se llama De Liberación Nacional porque su lucha es por la libertad de todos los mexicanos y en todo el país. Una fuerza política con un programa de lucha de 13 puntos, los de la Primera Declaración de la Selva Lacandona enriquecidos a lo largo de dos años de 147 insurgencia. Una fuerza política que luche contra el sistema de partido de Estado. Una fuerza política que luche por la democracia en todo y no sólo en lo electoral. Una fuerza política que luche por un nuevo constituyente y una nueva Constitución. Una fuerza política que luche porque en todas partes haya justicia, libertad y democracia. Una fuerza política que no luche por la toma del poder político sino por la democracia de que el que mande, mande obedeciendo. Llamamos a todos los hombres y mujeres de México, a los indígenas y a los no indígenas, a todas las razas que forman la nación; a quienes estén de acuerdo en luchar por techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, información, cultura, independencia, democracia, justicia, libertad y paz; a quienes entienden que el sistema de partido de Estado es el principal obstáculo para el tránsito a la democracia en México; a quienes saben que democracia no quiere decir alternancia del poder sino gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo; a quienes estén de acuerdo con que se haga una nueva Carta Magna que incorpore las principales demandas del pueblo mexicano y las garantías de que se cumpla el artículo 39 mediante las figuras de plebiscito y referéndum; a quienes no aspiran o pretenden ejercer cargos públicos o puestos de elección popular; a quienes tienen el corazón, la voluntad y el pensamiento en el lado izquierdo del pecho; a quienes quieren dejar de ser espectadores y están dispuestos a no tener ni pago ni privilegio alguno como no sea el participar en la reconstrucción nacional; a quienes quieren construir algo nuevo y bueno, para que formen el Frente Zapatista de Liberación Nacional. Aquellos ciudadanos sin partido, aquellas organizaciones sociales y políticas, aquellos comités civiles de diálogo, movimientos y grupos, todos los que no aspiren a la toma del poder y que suscriban esta Cuarta Declaración de la Selva Lacandona se comprometen a participar en el diálogo para acordar la estructura 148 órganica, el plan de acción y la declaración de principios del Frente Zapatista de Liberación Nacional. Con la unidad organizada de los zapatistas civiles y los combatientes zapatistas en el Frente Zapatista de Liberación Nacional, la lucha iniciada el 1o. de enero de 1994 entrará en una nueva etapa. El EZLN no desaparece, pero su esfuerzo más importante irá por la lucha política. En su tiempo y condiciones, el EZLN participará directamente en la formación del Frente Zapatista de Liberación Nacional. Hoy, 1o. de enero de 1996, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional firma esta Cuarta Declaración de la Selva Lacandona. Invitamos al pueblo de México a que lo suscriba. Hermanos: Muchas palabras se caminan en el mundo. Muchos mundos se hacen. Muchos mundos nos hacen. Hay palabras y mundos que son mentiras e injusticias. Hay palabras y mundos que son verdades y verdaderos. Nosotros hacemos mundos verdaderos. Nosotros somos hechos por palabras verdaderas. En el mundo del poderoso no caben más que los grandes y sus servidores. En el mundo que queremos nosotros caben todos. El mundo que queremos es uno donde quepan muchos mundos. La Patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos y sus lenguas, que todos los pasos la caminen, que todos la rían, que la amanezcan todos. Hablamos la unidad incluso cuando callamos. Bajito y lloviendo nos hablamos las palabras que encuentran la unidad que nos abraza en la historia y para desechar el olvido que nos enfrenta y destruye. Nuestra palabra, nuestro canto y nuestro grito, es para que ya no mueran más los muertos. Para que vivan luchamos, para que vivan cantamos. Vive la palabra. Vive el Ya basta! Vive la noche que se hace mañana. Vive nuestro digno caminar junto a los todos que lloran. Para destruir el reloj de muerte del 149 poderoso luchamos. Para un nuevo tiempo de vida luchamos. La flor de la palabra no muere, aunque en silencio caminen nuestros pasos. En silencio se siembra la palabra. Para que florezca a gritos se calla. La palabra se hace soldado para no morirse en el olvido. Para vivir se muere la palabra, sembrada para siempre en el vientre del mundo. Naciendo y viviendo nos morimos. Siempre viviremos. Al olvido sólo regresarán quienes rinden su historia. Aquí estamos. No nos rendimos. Zapata vive y, a pesar de todo, la lucha sigue. Desde las montañas del Sureste Mexicano. Comité Clandestino Revolucionario Indígena−Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. NARCOTRAFICO El narcotafico es un tipico delito moderno; quizas el tipico delito se nuestro tiempo. Combina los datos centrales de la delencuencia: astucia y ciolencia. Se comete con el ingenio y con la fuerza. Ni e autor ni la victima del narcotráfico se resumen en una o en algunas personas. El delincuente es numeroso, innominado. Son muchos los participantes en el narcotráfico al grado de que este se ha propagado por todo el pais y america latina, hasta convertirse en un problema mundial. En México, la regulación de las sustancias químicas utilizadas en la producción ilícita de drogas contempla diversos sistemas de control administrativo. Tanto los precursores químicos como los químicos esenciales son sustancias que están reguladas ya sea como sicotrópicos, sujetas a las disposiciones de la Ley General de Salud, o como sustancias tóxicas o peligrosas, controladas a través de diversos ordenamientos jurídicos por lo que hace a su transporte, a sus posibles efectos en el medio ambiente y a sus efectos en la salud de los trabajadores que 150 están expuestos a ellas. Ley Federal para el Control de Precursores Químicos, Productos Químicos Esenciales y Máquinas para elaborar Cápsulas, Tabletas y/o Comprimidos Además, con el objeto de detectar y prevenir el tráfico ilícito de sustancias químicas, mediante la coordinación de dependencias del Gobierno Federal y la participación de la industria, el Congreso de la Unión aprobó, por unanimidad de votos en ambas cámaras, la Ley Federal para el Control de Precursores Químicos, Productos Químicos Esenciales y Máquinas para elaborar Cápsulas, Tabletas y/o Comprimidos, publicada el 26 de diciembre de 1997 y en vigor desde el 25 de marzo de 1998. La Ley contempla el control de diversas sustancias listadas, un mecanismo para actualizar las listas y la creación de una base de datos que permite un control efectivo de sustancias, operaciones y sujetos. Las listas de la nueva Ley contemplan la totalidad de sustancias contenidas en la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Substancias Sicotrópicas de 1988, que son las más comúnmente utilizadas por los delincuentes para producir narcóticos. Asimismo, refleja la tendencia regulatoria del Reglamento Modelo para el Control de Precursores y Sustancias Químicas, Máquinas y Elementos de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD−OEA), y de las legislaciones de la Unión Europea y de EUA. Para la instrumentación de la base de datos han trabajado conjuntamente diversas dependencias del Ejecutivo Federal y el Consejo de Salubridad General. Actualmente el Consejo de Salubridad ya cuenta con la infraestructura necesaria para recibir la información correspondiente por parte de las dependencias. Cabe señalar que diversas áreas de la Secretaría de Salud (SA), Secretaría de Comercio 151 y Fomento Industrial (SECOFI) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ya han comenzado a ingresar información en la base de datos. Las unidades administrativas de la PGR especializadas en control de drogas, tienen acceso directo en red a la base de datos, lo que permitirá la oportuna fiscalización de actividades que pudieran implicar un desvío de precursores químicos o productos químicos esenciales. Reglamento de la Ley Federal para el Control de Precursores Químicos, Productos Químicos Esenciales y Máquinas para elaborar Cápsulas, Tabletas y/o Comprimidos El 15 de septiembre de 1999 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento de la Ley Federal para el Control de Precursores Químicos, Productos Químicos Esenciales y Máquinas para elaborar Cápsulas, Tabletas y/o Comprimidos, mismo que entró en vigor al día siguiente de su publicación. Este ordenamiento reglamentario es resultado del trabajo coordinado de las distintas dependencias encargadas de la aplicación de la Ley, así como del Consejo de Salubridad General, con la participación del sector privado. Este ordenamiento define el concepto de merma como: Los precursores químicos o productos químicos esenciales que se consumen o pierden en el desarrollo normal de las actividades reguladas, así como el procedimiento para su calculo. Para el control de la importación y exportación la SHCP y la SSA integrarán en la base de datos la información relativa a pedimentos aduanales y permisos de importación y exportación de precursores químicos y productos químicos esenciales, respectivamente. La información que contenga la base de datos podrá compartirse con las demás dependencias, lo que permitirá un mejor control respecto del destino que se le asigne a las sustancias reguladas, evitando así su desvío a la producción ilícita de 152 drogas. La información que se obtenga al respecto se ingresará a la base de datos, lo que permitirá agilizar la identificación de actividades irregulares. En virtud de la sofisticación y de los cada vez más complejos medios a través de los cuales opera la delincuencia organizada, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 7 de noviembre de 1996 la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. La Ley dispone que la PGR debe contar con una unidad especializada en la investigación y persecución de delitos cometidos por miembros de la delincuencia organizada. Dicha unidad debe integrarse con Agentes del Ministerio Público de la Federación, auxiliados por Agentes de la Policía Judicial Federal, Peritos y un cuerpo técnico de control. En cumplimiento de lo dispuesto por la referida Ley, por Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de abril de 1997, se reformó el Reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República y se creó la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO), como una unidad administrativa dependiente de la PGR, con las atribuciones que le confiere la multicitada ley. El Reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República establece como requisito de ingreso y permanencia en la Unidad, la aprobación de las mismas evaluaciones a que deben someterse los miembros de la FEADS. 153