Himno al Templo Eninnu

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FICHA BIBLIOGRÁFICA DE LA OBRA
AUTOR: anónimo
AUTOR DE LA PRESENTE EDICIÓN: Lara Peinado, F.
TÍTULO: Himno al Templo Eninnu. Cilindros A y B de Gudea.
COLECCIÓN: Paradigmas. Biblioteca de Ciencias de las Religiones.
EDITORIAL: Trotta S.A.
LUGAR DE ECICIÓN: Madrid
AÑO DE EDICIÓN: 1996
PROLOGISTA: Lara Peinado, F.
PÁGINAS: 188
I.S.B.N. : 84 − 8164 − 082 − 4
Himnos sumerios redactados hacia el año 2.140 a. C. (Himno a la construcción del Templo Eninnu) que
narran la construcción del templo Eninnu (que se traduce como Casa Cincuenta) por deseo del ensi Gudea de
Lagash, como consecuencia de un sueño que tuvo en el que el dios Ningirsu se lo ordenaba. Hoy se cree que
en realidad se limitó a reconstruirlo.
Escrito en dos cilindros de arcilla cocida y de estructura hueca, se ha considerado la posibilidad de que
hubiese existido un tercer cilindro.
ARGUMENTO DEL TEXTO
Cilindro A
En el Cilindro A, que comienza con la usual introducción de las composiciones literarias sumerias, esta
dividido en cinco párrafos.
En el primero la Asamblea Divina decide el destino del Mundo, y se presiona a Enlil para que se le construya
un templo a Ningirsu.
En el segundo, mediante un sueño, Gudea recibe el encargo de construir el templo por parte de Ningirsu. Se
inicia su viaje a la ciudad de Nina, donde ruega a Nanshe que interprete el significado de su sueño. Nanshe le
aconseja a Gudea , tras interpretar su sueño, que ofrezca dones a Ningirsu, por lo que se construye un carruaje
y un estandarte para el dios.
En el tercer párrafo se comienzan los preparativos para la construcción del Eninnu, los primeros ritos y las
oraciones a Ningirsu. Se produce un segundo sueño de Gudea donde Ningirsu le promete ayudarle en la
construcción del templo. Se celebran ceremonias donde se obtiene un oráculo favorable a la construcción del
Eninnu, y también se da una instrucción de la población, pacificación social y purificaciones.
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En el cuarto párrafo se dan los preparativos inmediatos a la construcción, con presagios favorables del primer
ladrillo (acto ritual donde se elegía el molde, se designa el hoyo del barro, se fabrica este ladrillo del destino,
se canta un himno y se purifica y santifica mediante plegarias). Se hace acopio del material constructivo en los
distintos barrios de la ciudad de Lagash y en el extranjero. Se delimita el área del templo.
En el quinto y ultimo párrafo de éste cilindro, se da (por fin) la construcción del Templo. Primero se realizan
nuevos ritos propiciatorios y ofrendas, y se prepara el primer ladrillo. Se traza el plano del templo y se
produce la séptuple bendición del templo (número mágico), y se inicia la construcción de estructuras y
edificios, y también se labran y se colocan las estelas. Alabanzas a Ningirsu.
CILINDRO B
También dividido en cinco párrafos, este cilindro presenta numerosos pasajes deteriorados. Es de menor
extensión que el cilindro A.
En el primer párrafo se alaba el Eninnu y se saluda y se dan oraciones por Gudea.
En el segundo párrafo Gudea alza una plegaria a los dioses Annuna, y otra a Ningirsu y a Baba para que
acepten entrar en el templo. Se prepara el regreso de Ningirsu de Eridu, se da licencia a los obreros y se hacen
ofrendas. Hay una paz generalizada. Todos estos son preparativos para la entronización de los dioses Ningirsu
y Baba en el templo Eninnu.
Tercer párrafo: se produce la entrada de Ningirsu y Baba en el templo, ritos hierogámicos y de prosperidad
para Lagash, sacrificios y purificaciones en busca de buenos presagios tras el ingreso de los dioses en el
Eninnu.
En el cuarto, se organiza y se dota al Eninnu: el sequito de Ningirsu, la vigilancia de deberes... El templo es
aprobado por los dioses que intervinieron en él. Gudea le hace regalos a Ningirsu, se perfecciona el templo y
los dioses Ningirsu y Baba se instalan allí. Se produce el simbolismo de vasos y recipientes.
En el quinto y último párrafo del himno, se suaviza la ley durante siete días, Gudea entra en el templo y se
explican los beneficios obtenidos por Lagash desde su construcción. Hay un banquete de los dioses y un
discurso por su parte, fijándose los destinos para el Eninnu y la bendición de Gudea por los mismos. El templo
esta en pleno esplendor y se hace una alabanza a Ningirsu.
CONTEXTO HISTÓRICO
LAGASH
En el sur de Mesopotamia se encontraba la ciudad − estado de Lagash, entre el curso bajo del Tígris y el
Éufrates y el mar. En época dinástica pudo tener una superficie de unas 390 hectáreas y albergar unos 300.000
habitantes.
Como ciudades importantes destacaron Lagash (la capital), Girsu (capital religiosa y política (en ocasiones)
que servía también de Archivo del Estado) y Nina − Sirara (la ciudad más importante del Sur del Estado y
gran urbe religiosa). También se podría nombrar ciudades como Ambar, Antasurra, Kishalla, Kesha, Guaba,
Hurim, Mubikurra, Sagub, Tirash y Gursar (pero estas eran de menor importancia).
El gobernante, jefe político − religioso, ostentaba el título de Lugal y más tarde de Ensi (eran los responsables
de la administración de los bienes terrenales de los dioses) Primero se gobernó desde Lagash, pero la continua
amenaza de la vecina Umma hizo que el Gobierno y el prestigio se trasladasen a Girsu.
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Casi todas las ciudades de Lagash contaron con templos, que hablaban del poder político y religioso de sus
gobernantes. Se dedicaban a diferentes dioses locales y nacionales, con Ningirsu (dios de Girsu) a la cabeza.
Algunos de aquellos templos fueron : el Eninnu, el Ibgal, el Bagara, el E − pa, el Esirara, el Shagepada, el
Egatumdu...
A pesar del tiempo y los destrozos, muchos templos sobrevivieron debido a su importancia y al interés que
despertaron en las diferentes dinastías que dominaron el territorio (dinastía de Larsa, de Babilonia...)
El área de dominio de la ciudad − estado de Lagash abarcó Larsa y Ur bajo el gobierno de Urbaba, y Ur,
Eridu, Badtibira, Uruk, Nippur y Adab bajo Gudea, según los restos arqueológicos e inscripciones
encontradas.
SEGUNDA DINASTÍA DE LAGASH
Las Listas reales sumerias no nos sirven para estudiar el caso de Lagash porque no nombra ni sus dinastías ni
las de Umma y Larsa.
Lugalzagesi de Umma (2342 − 2316 a. C. ) puso fin a la floreciente Primera dinastía de Lagash, destruyendo
la ciudad con sus templos y palacios y sumiendo el estado en una absoluta decadencia. Fue resurgiendo poco a
poco durante la hegemonía de la dinastía de Akkadé y la IV de Uruk.
De la Segunda dinastía de Lagash, apenas sabemos nada de los primeros príncipes, pero podemos situar hacia
el 2156 a. C. a Urbaba, considerado generalmente como el verdadero fundador de ésta dinastía. Le seguirán
Gudea, Urningirsu, Pirigme, Ur − gar y Nammakkani, prolongando la importancia económica y cultural de
Lagash en todo Sumer.
Pero ésta dinastía no logró sobrevivir a la inversión qutu.
GUDEA
Poco sabemos de su vida (a pesar de la cantidad de textos que recogen su nombre. De su piedad religiosa por
la diosa Gatumdu se puede deducir que su madre fue una sacerdotisa. De su padre aún sabemos menos. Por
las inscripciones se podrían concluir varias posibilidades: fue un clérigo, un militar o comisario, el hijo o el
hermano de su predecesor Urbaba.
Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que Gudea se casó con la hija de Urbaba, Ninalla. Y a al parecer tuvo una
segunda esposa llamada Gemeshulpa − e (aunque también se piensa que pudo ser una hija de Gudea o incluso
una servidora).
Se sabe poco también de cómo accedió al poder y cómo fue su gobierno.
Aunque no tenemos documentos completos sobre los príncipes que gobernaron Lagash, sí hay otros
documentos que nos dan la fecha de determinadas actividades de los príncipes, lo que nos ayuda a situarlos en
el tiempo (orden y años de reinado, etc).
Sin embargo, en estos anales no se recoge la fecha de construcción del Eninnu. Lo que se puede deducir es
que el reinado de Gudea duró unos 20 años y que se dedicó principalmente a la reconstrucción de templos y
santuarios, al comercio y al embellecimiento de Lagash y Girsu.
Con excepción de una acción punitiva que hubo de hacer contra sus vecinos de Ansham y Elam, su reinado
fue pacífico, si hacemos caso de los anales. Actuó como constructor, administrador, jefe militar, político,
dirigente religioso y reformador (reformas de carácter científico y legislativo).
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Además de ser un personaje popular para el pueblo, Gudea alcanzó la categoría de dios con la III dinastía de
Ur.
SISTEMA DEL LIBRO COMO MÉTODO
Considerar el método del texto es complicado por tratarse de un poema (de un marcado carácter épico). Podría
ser ideológico, pues da una visión del mundo basada en la religión sumeria. Pero también podría ser político −
diplomático, porque nos comenta lo que le sucede a Gudea y su relación con los dioses, olvidándose del
hombre como colectividad, a los que menciona de pasada cuando hacen sacrificios y oraciones.
CRÍTICA DEL LIBRO
El Himno al templo Eninnu es otra de las obras clave de la literatura mesopotámica (junto con el Poema de
Gilgamesh y el Código de Hammurabi, por ejemplo). Y uno de los escasos testimonios que poseemos de la
literatura sumeria.
A pesar de las lagunas existentes en el texto (Cilindro B) tiene un hilo conductor muy claro y un ritmo
argumental fácil de seguir. Tiene además un ritmo y cadencia (gracias a los paralelismo, sobre todo) muy
sugerentes, quedando claro hasta que punto dominaban el arte literario los sumerios. Parece estar escrito para
un público selecto e ilustrado, posiblemente clérigos.
Para los estudiosos de la Historia Antigua, especialmente para aquellos interesados en las religiones antiguas
del Próximo Oriente, esta es una obra muy rica. Es muy útil para el estudio del panteón sumerio y las fiestas
religiosas de la época. También nos habla de una ciudad concreta, Lagash y de la importancia que le
otorgaban los antiguos sumerios a los sueños.
Por ello creo que, para un estudiante de Historia es una obra fundamental, pero para una persona que buscase
sólo un libro ameno se le haría difícil la lectura, ante el desconocimiento de la época, religión, etc, a pesar de
la extensa introducción que posee el libro.
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