CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrada Ponente: MARGARITA CABELLO BLANCO Bogotá, D. C., trece (13) de febrero de dos mil trece (2013). Discutido y aprobado en Sala de 13-02-2013. REF. Exp. T. No. 25000-22-13-000-2012-00362-01. Se decide la impugnación interpuesta contra la sentencia de 3 de diciembre de 2012, mediante la cual el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca, Sala Civil-Familia, negó la acción de tutela promovida por Aurora Hernández González frente a los Juzgados Tercero Civil Municipal y Primero Civil del Circuito, ambos de Fusagasugá. ANTECEDENTES 1 Demandó la gestora la salvaguarda de sus prerrogativas fundamentales al debido proceso, presuntamente quebrantado por los funcionarios encartados en el juicio ordinario de simulación que en su contra inició Elsa Mireya Hernández González. M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 1 2 Sostuvo, como fundamento de su reclamo, en síntesis, que en el referido asunto, una vez notificada del auto que lo admitió, como defensa propuso “anomalías” de mérito que tituló “Inexistencia de simulación, incongruencia de la pretensión simulación-nulidad y genérica”; asimismo, la excepción previa denominada “Falta de competencia” pues, de acuerdo al valor del predio “el proceso era de mayor cuantía y por lo tanto conocer del mismo correspond[ía] al juez Civil del Circuito”. 3 Que la apoderada de la demandante, el 25 de julio de 2011, presentó reforma de la demanda respecto de la segunda pretensión la cual quedó así: “Como consecuencia de la simulación declarada, revocar (dejar sin valor, ni efecto alguno) el contrato de compraventa aludido y de todas las ventas que se hayan realizados en detrimento de la demandante”, que, fue aceptada mediante proveído del 27 del mes y año, ordenando su notificación; que una vez enterada en tiempo contestó, planteando “excepciones de mérito, denominadas incongruencia de la pretensión simulación-revocación y ausencia de legitimación de la causa.” 4 Que abierto a pruebas el incidente de excepciones previas el Juez Tercero Civil Municipal, tuvo en cuenta las documentales aportadas por ambas partes, pero le negó la “pruebas pericial por improcedente”; que contra esa decisión su apoderado “interpuso recurso ordinario de reposición y en subsidio el de apelación…” 5 Que el Juez Municipal accionado, mediante proveído de 18 de mayo de 2012 resolvió (sic) el recurso, aduciendo que el “valor del contrato de compraventa, de $5’500.000,oo es el que M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 2 define la competencia, decretó la nulidad de todo lo actuado, a partir del auto admisorio” calendado abril 1 de 2011, excluyendo el auto del 3 de mayo del año citado que ordenó la inscripción de la demanda respecto del predio objeto del debate, “dejando valida la caución prestada”, nulidad contemplada en el numeral 4 del artículo 140 del Código de Procedimiento Civil “por no haberse dado el trámite de proceso Abreviado, como sí se tratara de un proceso Verbal de única instancia.” 6 Que contra la anterior decisión interpuso recurso de apelación, y para fundamentarlo señaló que “dada la naturaleza del bien en litigio […] la cuantía debe establecerse” de acuerdo con su valor, y teniendo en cuenta la pretensión, “su contestación y la prueba pericial solicitada” para argumentar “la excepción previa propuesta” dijo que su precio supera los “$70’000.000,oo”, en consecuencia por ser “el proceso […] de mayor cuantía” le correspondía conocer al juez del circuito. 7 Que el Juzgador de Segundo Grado mediante auto de 18 de octubre de 2012 confirmó la providencia. 8 Que los proveídos de marras tienen importancia constitucional, dado que intentan “juzgar un proceso donde están en controversia derechos reales principales sobre un bien inmueble cuyo valor es superior a […] 70’000.000,oo, por la cuerda del proceso verbal de única instancia, violando abiertamente las normas sobre la cuantía, competencia y procedimiento establecidas por la ley…” M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 3 RESPUESTA DE LOS ACCIONADOS. Ambos despachos guardaron silencio. LA SENTENCIA IMPUGNADA El Tribunal negó la protección instada, destacando que “la pretensión es de orden subjetivo, contractual y no real; y no con fundamento en el valor del bien inmueble objeto del contrato mismo, se tiene que el juez ad-quem apoyó su decisión en lo establecido en el artículo 20 C. P. C., indicando que la cuantía para determinar la competencia esta definida por la pretensión, cual es la de declarar absolutamente simulado el contrato de compraventa contenido en la Escritura Pública número 2089” Agregó que los accionados dedujeron que el precio estaba dado por el importe estipulado en el instrumento ($5’500.000,oo), valor que de conformidad con lo reglado en el artículo 19 Ibídem en concordancia con el parágrafo 2º del artículo 435 Ibid, imponen que el asunto es de mínima cuantía. Detalló que el Juez fundamentó la decisión apoyado en la norma vigente, misma que en su independencia infirió aplicable al asunto sometido a su conocimiento, por lo tanto su razonamiento no fue antojadizo ni absurdo, dado que se allana con el ordenamiento procesal actual. M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 4 LA IMPUGNACIÓN La formuló la interesada remarcando que el Juzgador Constitucional de primer grado no tuvo en cuenta que lo que persigue la demandante en el juicio de simulación, es el cambio del titular del derecho real de dominio, respecto del bien inmueble objeto de ese debate, por lo tanto, la pretensión principal se determina por el valor del mismo, tal y como lo tiene sentado la jurisprudencia. CONSIDERACIONES 1 Observada la súplica planteada, resulta evidente que la querellante, al estimar que se obró con arbitrariedad, enfila su inconformismo contra las labores judiciales adelantadas, tanto por el Despacho Tercero Civil Municipal encartado como por el Primero Civil del Circuito enjuiciado, dentro del litigio de simulación reseñado en los antecedentes, puntualmente en cuanto atañe con la declaratoria de nulidad adoptada, y su consecuente confirmación, consistente aquella en que al percibirse que el asunto no era de menor cuantía -como así se estaba adelantando- sino de mínima dadas las particularidades que fueron expuestas a ese fin, entendido de donde se coligió que el curso impartido no era el correcto ya que en vez del abreviado había de imprimírsele el “verbal de única instancia”, lo que comportaba un “trámite inadecuado” 2 Puestas de ese modo las cosas, es del caso, con vista en las acreditadas allegadas a esta actuación, antes que M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 5 nada, reseñar el decurso procesal trasegado en torno al motivo de queja: 2.1 Elsa Mireya Hernández González, a través de apoderada presentó demanda de simulación en contra de Aurora Hernández González (aquí accionante), a fin de que se declare “absolutamente simulado” el ajuste de voluntades convenido respecto del “Lote de Terreno número nueve (9), de la Manzana A, de la Urbanización Paseo Real”, estimando la cuantía por el monto “del contrato [de compraventa] contenido en la [E]scritura [P]ública No. 2.089 […] de 22 de agosto de 2009” de la Notaría Primera de Fusagasugá, y “por el valor real del Lote de terreno que tenía en la fecha de la fingida venta, [la actora] la estim[ó] en Cuarenta Millones de Pesos ($40’000.000,oo)”. Así mismo, “[l]a demandada Aurora Hernández González [aquí gestora] inmediatamente hizo la escritura” le dijo a “su hermana Elsa Mireya que la minuta había quedado como compraventa y […] por un bajo precio, por Cinco Millones Quinientos Mil Pesos ($5.500.000,oo)”. De igual manera, sostuvo que “[a]ún después de firmada la escritura de compraventa entre Elsa Mireya y [la quejosa], la demandante siguió invirtiéndole al lote, levantando la construcción de la casa con dos créditos que sacó en el Banco Caja Social y en el Banco BBVA por treinta millones de pesos ($30.000.000,oo), dineros utilizados por Elsa Mireya para construir la casa en el Lote de la Urbanización Paseo Real. Con el crédito del Banco Caja Social por $19.500.000,oo comenzó la construcción y alcanzó para realizar el primer piso y la plancha del segundo piso; y con el crédito del BBVA, por $15.000.000,oo, M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 6 siguió la construcción hasta quedar techado y pañetado, con los servicios de agua y luz”. 2.2 Notificada la parte pasiva, en tiempo dio respuesta proponiendo como medio de defensa, entre otras, excepción previa de “falta de competencia”, que mediante auto de 19 de octubre de 2001, se dio curso al incidente (folio 27, cdno. 1), negándose por improcedente el decreto de la prueba pericial, providencia que fue atacada en reposición y subsidiariamente en apelación por la demandada. 2.3 En providencia de 18 de mayo del año próximo pasado, que es objeto de censura, el Juez suplicado decidió no resolver el recurso, sino que decretó la nulidad de todo lo actuado dentro del reseñado juicio de simulación a partir del auto que lo admitió, con fundamento en habérsele dado un trámite inadecuado al libelo formulado. Soportó la medida, en que “tratándose de una de simulación, la cuantía para definir la competencia [esta] queda definida por la pretensión, que en este caso tiene carácter especial, es decir, la define el valor del negocio jurídico, o sea, el valor del contrato de la demanda”; que para el caso sometido a su conocimiento, la estimación que dio la parte actora, “para definir el procedimiento a seguir y la competencia, [lo] estimó en[…] cuarenta millones de pesos, valor integrado por el precio [dado] en el contrato y por valor real del lote objeto del mismo,” y tras examinar el líbelo introductorio, en lo atinente al valor dado para establecer la competencia y el procedimiento a seguir, dedujo que M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 7 hubo error en el precio; yerro que, acotó, llevó al despacho a incurrir en él, por haber integrado “al valor del negocio jurídico o del contrato, valor este que define la comparencia, por sí solo, el valor real del inmueble, objeto del mismo.” Asimismo señaló que “debe tenerse como único valor para definir la competencia, el valor del negocio jurídico o [el] del contrato de compraventa objeto de la […] demanda de simulación y no este, más el valor real del inmueble,” y no como fue presentado en la demanda. Puntualizó que la “competencia y el procedimiento a seguir en el presente caso, está determinado en la suma de $5’500.000,oo; suma a la que ascendió el valor de la compraventa del inmueble objeto de la […] de la demanda; único [precio], que debe tenerse en cuenta en el momento de[…] admi[tirse] la demanda, para definir la competencia y el procedimiento a seguir” 2.4 Apelada la anterior decisión, el Juez de segundo grado enjuiciado, mediante auto de 18 de octubre de 2012 la confirmó, detallando que examinada las normas que regulan la competencia, el auto objeto de censura se ajusta a derecho, dado “que la cuantía para determinar la competencia está definida por la pretensión, la cual es declarar absolutamente simulado [el] Contrato de Compraventa celebrado entre las partes […] y contenido en la Escritura Pública No 2089 otorgada en la Notaría Primera del Circulo de Fusagasugá, y una vez revis[ó] […] [evidenció] el precio de la venta fue por la suma de $5’000.000,oo (sic) razón por la cual la decisión tomada por [el juez de primer grado], se encuentra acorde con lo establecido por el legislador.” M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 8 3 Con fundamento en lo anteriormente visto, se observa que el Juzgado Primero Civil del Circuito de Fusagasugá, al dictar el proveído de 18 de octubre de 2012, a través del que confirmó la declaratoria de nulidad adoptada en primer grado el 18 de mayo de esa anualidad, incurrió en ciertas anomalías que aquí han de conjurarse, a fin de brindar protección al derecho fundamental del debido proceso. 3.1 Dejó de ver que el legislador ordinario, en el artículo 20 del Código de Procedimiento Civil, estableció la manera como ha de determinarse la cuantía que es menester estipular a fin de atribuir “competencia” judicial en los diversos asuntos litigiosos de que en cada evento se trate, para lo cual trazó una regla general, comprendida en sus numerales 1° y 2°, según en el libelo demandatorio se acumulen o no pretensiones y, a renglón seguido, demarcó las precisas pautas para regular los particulares asuntos allí expresamente señalados. Precisamente, cuando no se está ante la presencia de un tópico procesal de tenor especial, es decir, en frente de juicios de deslinde y amojonamiento (numeral 3°), divisorios (numeral 4°), de sucesión (numeral 5°), posesorios (numeral 6°), de tenencia por arrendamiento y otras clases de tenencia (numeral 7°) o de servidumbre (numeral 8°), no a estas, sino a aquellas fórmulas se ha de acudir en pro de determinar el factor cuantía, como sucede en los casos “simulatorios”, según es la naturaleza jurídica del caso sub júdice. 3.2 No tuvo en consideración que en la demanda formulada se pusieron de presente, paladinamente, dos hechos M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 9 que daban a conocer cuál era el fundamento a partir del cual se procedió a efectuar la estimación del monto dinerario que consideró correspondiente a las afrentas perjuiciarias derivadas del acto simulado en los preciso términos en que así se hizo: el primero de ellos, relacionado como cuarto dentro de la relación fáctica expuesta, precisó que “[l]a demandada Aurora Hernández González [aquí gestora] inmediatamente hizo la escritura” le dijo a “su hermana Elsa Mireya que la minuta había quedado como compraventa y […] por un bajo precio, por Cinco Millones Quinientos Mil Pesos ($5.500.000,oo)”. Y, el segundo, designado allí como séptimo, sostuvo que “[a]ún después de firmada la escritura de compraventa entre Elsa Mireya y [la quejosa], la demandante siguió invirtiéndole al lote, levantando la construcción de la casa con dos créditos que sacó en el Banco Caja Social y en el Banco BBVA por treinta millones de pesos ($30.000.000,oo), dineros utilizados por Elsa Mireya para construir la casa en el Lote de la Urbanización Paseo Real. Con el crédito del Banco Caja Social por $19.500.000,oo comenzó la construcción y alcanzó para realizar el primer piso y la plancha del segundo piso; y con el crédito del BBVA, por $15.000.000,oo, siguió la construcción hasta quedar techado y pañetado, con los servicios de agua y luz”. Con sustento en tales circunstancias, fue que la demandante, a la hora de estimar la cuantía del asunto litigioso ventilado, adujo que “[p]or la cuantía del contrato [de compraventa] contenido en la [E]scritura [P]ública No. 2.089, otorgada en la Notaría Primera de Fusagasugá, el 22 de agosto de 2009, y por el valor real del Lote de terreno que tenía en la M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 10 fecha de la fingida venta”, la misma se “estim[ó] en Cuarenta Millones de Pesos ($40’000.000,oo)”. Esos no fueron sopesados al valorar si la conclusión a la que llegó el Juzgado Municipal querellado estaba acorde a los reales fundamentos de la misma, ya que al efecto tan sólo tuvo en cuenta el monto del ajuste de voluntades, que fue el mero entendido bajo el que se confirmó la decisión anulatoria, lo que comportó una observancia parcial del asunto puesto a su consideración como fallador ad quem, que no es forma en la que se ha de proceder pues las decisiones deben tener vista panorámica sobre todo asunto que concierne a lo debatido, máxime cuando esa labor de cuantificación se emprendió con base en las potestades que otorga el artículo 211 Ibid, el cual pregona que aquella “hará prueba” del valor, estimado en dinero, del derecho demandado, hasta tanto “no sea objetada por la parte contraria” dentro del término a ese propósito indicado. 3.3 Tampoco advirtió que el Juzgador Municipal acusado ya había aceptado la competencia de ese asunto, justamente, con fundamento en la estimación que de la misma fue realizada, sin parar mientes en que ni acaeció alteración alguna de la competencia por medio de que se hubiera materializado situación por la que pudiera modificarse la cuantía al darse alguna de las hipótesis que recoge el artículo 21 ibídem, como tampoco advirtió que si bien el precepto 211 ejusdem también contempla la potestad atribuida al director del proceso para que, oficiosamente, pueda “ordenar la regulación cuando considere que la estimación es notoriamente injusta o sospeche fraude o colusión”, lo cierto es que si se iba a tomar partido de oficio sobre el particular, a ello M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 11 sólo se podía llegar una vez fuera “ordena[da] la regulación” de aquella proveyéndose, obviamente, de las acreditaciones que fueran del caso para así determinar, lo que no obró en la actuación examinada. Por tanto, dejó de reparar en que hasta tanto no se demostrara que la cuantificación dada en la demanda no es consecuente con los intereses en juego, la misma se erige en prueba de su monto con miras de otorgar competencia conforme al “factor cuantía”. 3.4 Soslayó que la parte demandada, en cambio de buscar una mengua en el monto señalado, lo que persiguió fue todo lo contrario, es decir, relevar que la cuantía había de ser muy superior a la señalada por su contraparte, al punto de afirmar que el asunto debatido merecía denotarse como uno de mayor cuantía y no de menor, conforme desde un comienzo se admitió. 3.5 Olvidó que en tratándose de reglas concernientes con “la competencia judicial” no se puede acudir a interpretaciones extensivas, en tanto que ello desquiciaría el orden jurídico procedimental. 3.6 Dejó de meditar en que lo que correspondía, de cara a la cabal observancia del debido proceso, era que el juez a quo procediera a atender la reposición formulada, misma que se promovió dentro del trámite impartido a la excepción previa formulada, para que, tras surtirse el rito que es menester, se pudiera llegar a determinar si había lugar a acoger o no la proposición de la gestora. M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 12 En su lugar, declinó apuntar a la aplicación de las reglas procesales, pues, sin más, avaló el proceder del juez de conocimiento que optó por adoptar medidas anulatorias con las que, se repite, sustrajo a la quejosa de la decisión que debió verificarse a través de la imperativa atención del medio exceptivo formulado, así como de obstarle el ejercicio impugnativo puesto que omitió tramitar el recurso que ella instauró contra la decisión de no decretar la experticia instada en aras de fincar su proposición. 4 No se trata aquí de erradicar la posibilidad de que los jueces puedan decretar nulidades. No, lo que ocurre es que cuando las partes han hecho ejercicio de un específico medio de defensa, mal hace la jurisdicción al pasarlo por alto y, de cuajo, tomar decisiones que podían apartarse del orden jurídico y no se avienen con las reglas litigiosas que las mismas partes han demarcado con su intención procesal. 5 De ahí que se protegerá el derecho fundamental invocado, motivo por el cual se revoca el fallo impugnado y, anejo a ello, se adopten las determinaciones que son del caso, esto es, dejar sin valor ni efecto la providencia de 18 de octubre de 2012, dictada dentro del asunto bajo examen por el Juzgado Primero Civil del Circuito de Fusagasugá, a fin de que este dicte nuevamente auto de segundo grado dentro del litigio sub exámine, atendido para ello lo aquí consignado. M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 13 DECISIÓN En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, RESUELVE: PRIMERO: AMPARAR el derecho fundamental al debido proceso de Aurora Hernández González, por lo que se deja sin valor ni efecto la providencia de 18 de octubre de 2012, dictada dentro del asunto bajo examen por el Juzgado Primero Civil del Circuito de Fusagasugá. SEGUNDO: ORDENAR al referido Juzgado del Circuito que, dentro del término de los diez (10) días siguientes al recibo del expediente, dicte nuevamente auto de segundo grado dentro del litigio sub exámine, consultando las disposiciones legales que gobiernan la materia, de conformidad con lo plasmado en la parte motiva de esta providencia. Remítasele copia de la presente providencia. TERCERO: Por Secretaría, ofíciese al Juzgado Tercero Civil Municipal de Fusagasugá, indicándole que remita inmediatamente el expediente en cuestión con destino del ad quem. Comuníquese telegráficamente lo resuelto en esta providencia a los interesados y, en caso de no ser impugnada, M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 14 oportunamente envíese el expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión. Notifíquese MARGARITA CABELLO BLANCO RUTH MARINA DÍAZ RUEDA FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ ARIEL SALAZAR RAMÍREZ ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ JESÚS VALL DE RUTÉN RUIZ M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 15 M. C. B. Exp. T. 2012-00362-01 16