TRABAJO DE INVESTIGACIÓN PSICOANÁLISIS: FREUD CÁTEDRA: OSVALDO DELGADO Obstare, obstaculum, obstetrix El psicoanálisis y el obstáculo fecundo Trabajo elaborado a partir del módulo A de clases prácticas: “Valor epistemológico del obstáculo en la reforma de la Razón Freudiana” ANALÍA CUNEO JULIO DE 2007 Obstare, obstaculum, obstetrix El psicoanálisis y el obstáculo fecundo En este trabajo me propongo investigar acerca del papel del obstáculo en el psicoanálisis. Partiré de ciertas definiciones de obstáculo que resaltan su lado fecundo, para luego articular este tema a la consideración por parte de Freud de la etiología sexual en las neurosis. Obstáculo proviene del latín, obstaculum, y significa “impedimento, dificultad, inconveniente”1. Deriva del verbo latino obstare, que significa “oponerse” o propiamente “ponerse enfrente, cerrar el paso”2. De este verbo deriva también obstetricia, que proviene de obstetrix, -icis, “comadrona”, “la que se pone enfrente”3. Obstetricia, aquella parte de la medicina que se ocupa de la gestación, el parto y el puerperio. Esta familia de palabras nos acerca a una visión del obstáculo ligada a la fecundidad, visión muchas veces opacada por la imagen negativa y hasta estéril que transmite el término. Tal como ocurrió con esta familia de palabras, aquello que se opone, que cierra el paso, puede derivar en algo que ayude a la gestación y parto. Según Gastón Bachelard “hay que plantear el problema del conocimiento científico en términos de obstáculos” 4 ya que en el acto de conocer aparecen necesariamente los entorpecimientos, causas de inercia, que él denomina “obstáculos epistemológicos”. Según este autor, se conoce siempre en contra de un conocimiento anterior. Se tratará entonces de superar obstáculos tales como la opinión, costumbres intelectuales, el conocimiento empírico inmediato, por ejemplo, en donde lo que cree saberse ofusca lo que debiera saberse. Bachelard nos señala así el lado fecundo del obstáculo, ya que es superándolo que se produce el conocimiento científico. Para entender el valor que adquiere el obstáculo epistemológico en el psicoanálisis me parece fundamental hacer referencia a aquello que resalta Osvaldo Delgado5: “hay un entrecruzamiento en la dimensión del obstáculo en la dirección de la cura”. Nos dice que existe una hiancia imposible de suturar en el psicoanálisis entre teoría y práctica, que aparece bajo la fórmula del obstáculo. Es a partir de no desechar 1 Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, Vigésimo primera edición, Madrid, 1992. Corominas J.: Breve Diccionario Etimológico de la lengua castellana, Editorial Gredos, Madrid, 1973. Definición de “obstar”. 3 Op.Cit. 4 Bachelard, G.: La formación del espíritu científico, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 1978, pág. 15. 5 Delgado, O. : Valor epistemológico del obstáculo en la reforma de la razón freudiana, Ficha de cátedra 2 sino de hacer comparecer aquellos obstáculos que se le presentaban en la clínica que Freud produjo cambios en su teoría y en su conceptualización de la dirección de la cura. Pero no hay que descuidar el papel de la teoría, como señala Bercherie: “la importancia del registro teórico no debería por otra parte enmascarar su lugar metodológico: tabla de orientación para la investigación clínica, marco de integración para los materiales que ella provee. Freud nos ha indicado bien lo que no se puede perder de vista: que la clínica es el núcleo del saber psicoanalítico…”6 Va a ser tomando lo que se desechaba que surgirá el psicoanálisis, lo que da cuenta de una posición en relación al obstáculo que va más allá de esquivar aquello que cierra el paso y que implica, cual comadrona, “ponerse enfrente”. E. Jones7 nos cuenta en la biografía de Freud que los neuróticos (según la época, aquellos que padecían enfermedades del sistema nervioso que producen síntomas somáticos) acudían a los neurólogos para curarse, ya que eran los “especialistas en nervios”. Pero los neurólogos consideraban atender a estos pacientes una humillación y una molestia, en realidad por ignorancia. Freud, en cambio, lo tomaba como una oportunidad de explorar un terreno nuevo y fructífero. Al comienzo, utilizará con los neuróticos los métodos terapéuticos convencionales en ese momento: hidroterapia, electroterapia, masajes, cura de reposo. Pero pronto se dio cuenta de que los mismos no eran efectivos. A partir de este obstáculo, empieza a practicar la sugestión hipnótica. Pero también resonaba en su mente aquel método inventado por la paciente de Josef Breuer, Anna O.: el método catártico. Los obstáculos con los que se encuentra al hipnotizar, lo llevan a adoptar el método de la presión sobre la frente, catártico. Freud va a decir en su autobiografía que desde un comienzo empezó a usar el hipnotismo no sólo para hacer sugestiones terapéuticas sino también con el propósito de reconstruir la historia del síntoma. Y así se inicia el camino que lo llevará al método psicoanalítico: la asociación libre. Pero desde que empieza a practicar el método catártico, parte de suponerle un saber al paciente, saber no sabido. Y empieza a escuchar que el análisis de síntomas histéricos llevaba a encontrarse con dolorosas experiencias pasadas, de carácter sexual. Encuentra la importancia del deseo en la causación de la enfermedad, y le presume un sentido a todo lo que era considerado un sinsentido por la psicología clásica y la psiquiatría: sueños, delirios, lapsus del lenguaje, síntomas. Y llega a esto a partir de lo revolucionario del 6 Bercherie, P.: "Génesis de los conceptos freudianos". Conclusiones. Editorial Paidós. Pág. 449 Jones, E.: Vida y obra de Sigmund Freud, Editorial Nova, Buenos Aires, Tomo I, Cap. 13 (“El período Breuer”) 7 método freudiano: dar la palabra al paciente para que de su testimonio, basado en la presuposición del inconsciente: “no sabiendo que lo sabe, cree ignorarlo”8. Freud reconoce entonces abiertamente la sustantividad del papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis: “Por medio de ahondadas indagaciones he llegado en los últimos años al discernimiento de que unos factores de la vida sexual constituyen las causas más próximas y de mayor sustantividad práctica en todos los casos de afección neurótica”, dirá en “La sexualidad en la etiología de las neurosis” (1989), texto que tomaré como eje. Antes de Freud se reconocía en cierto grado a la sexualidad como variable significativa en la etiología neurótica, pero había ciertos factores que llevaban a disminuir su importancia ya que dificultaban su estudio: obstáculos epistemológicos. Freud los enuncia: argumentos de tinte ético que no son más que exteriorizaciones de “la mojigatería del médico” que impedían la indagación de estos temas; la hipocresía que reinaba respecto de lo sexual; la opinión pública, que declaraba de “perturbador o alguien que especula con los bajos instintos” (1989, p. 271) a quien se atreviera a hablar de la vida sexual. Lo que creía saberse ofuscaba lo que debía saberse, retomando a Bachelard. La ruptura epistemológica de Freud consistirá en ubicar la etiología sexual como específica, y en darle a aquellos factores que se consideraban principales en la causación de las neurosis el estatuto de etiología auxiliar, conociendo en contra de un conocimiento anterior. ¿Pero cómo llega Freud a esto? “por medio de ahondadas indagaciones” (1989, p.257). Retomando a Bercherie, “la clínica es el núcleo del saber psicoanalítico” o en términos de Freud “la concepción psicoanalítica (…) se trata de una viva experiencia, fruto de la observación directa, y luego, de la elaboración reflexiva de los resultados de la misma”9. Para la explicación de la etiología de la neurastenia Freud nos cuenta que se recurría a la herencia, a los influjos de la civilización, al factor del surmenage o agotamiento, anemia, alimentación insuficiente. El tratamiento propuesto entonces era a través de los institutos de cura de aguas que tenían por meta “mejorar el estado nervioso mediante dos factores: protegerlo al paciente y fortalecerlo” (1989, p. 267). El ocasionamiento de una psiconeurosis era explicado por “la conjugación de una predisposición neuropática con unas causas ocasionadoras” (1989, pág. 272) tales como 8 Freud, S., "Conferencias de introducción al psicoanálisis, Parte II. Los sueños, 6° conferencia. "Condiciones y técnicas de la interpretación", Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI. 9 Freud, S., "Conferencias de introducción al psicoanálisis, 16° conferencia. "Psicoanálisis y psiquiatría", Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI. una emoción o un debilitamiento por enfermedad somática. Predisposición que no dejaba muchas perspectivas de éxitos terapéuticos Estas afirmaciones de Freud generaron grandes críticas de parte de neurólogos y psiquiatras. Pero Freud distingue: es “el psiquiatra y no la psiquiatría lo que se opone al psicoanálisis”10. Él propone una relación de complementariedad entre ambas. Dice en la Conferencia 16: “la psiquiatría no aplica los métodos técnicos del psicoanálisis ni intenta enlazar algo a la idea delirante, satisfaciéndose con mostrarnos en la herencia un factor etiológico general y lejano, en lugar de dedicarse a la investigación de causas más especiales y próximas”. Recordemos que Freud reconoce la importancia de la predisposición en la etiología de las neurosis, pero señala en lo sexual el factor específico. En su respuesta a las críticas de Loewenfeld, Freud recordó los principios de etiología aceptados en medicina. Para el caso de la tuberculosis, por ejemplo, tenemos la predisposición (hereditaria u otra); el bacilo de Koch, factor específico, en ausencia del cual no puede producirse la enfermedad, pero que puede estar presente, en pequeñas dosis, sin que necesariamente exista la enfermedad; y factores coadyuvantes. Justamente la importancia de la consideración de lo sexual como factor etiológico específico será que le permitirá a Freud construir una nosología que no será meramente descriptiva, como la psiquiátrica que le antecedía, sino que servirá de orientación para la dirección de la cura. Retomando el texto de 1898: “la morfología de las neurosis se traduce con facilidad a etiología, y del discernimiento de esta se infieren (…) nuevas indicaciones terapéuticas” (pág. 260). Va a ser considerando la morfología de las neurosis, su etiología y la articulación con la clínica y sus obstáculos que Freud va a construir su nosología. Sexualidad actual Para lo que en 1898 denomina “neurosis actuales”, Freud postula la existencia de factores etiológicos pertenecientes a la vida sexual presente. Distingue en este grupo por su morfología a la neurosis de angustia de la neurastenia y hace corresponder a la diversidad sintomática una diversidad etiológica: “la neurastenia se deja reconducir siempre a un estado del sistema nervioso como el que se adquiere por una masturbación excesiva o el que engendran unas frecuentes poluciones; y en la neurosis de angustia generalmente se hallan unos influjos sexuales que tienen en común el factor de la contención o la satisfacción incompleta” (1898, pág. 262). No hay en este grupo un 10 Freud, S., "Conferencias de introducción al psicoanálisis, 16° conferencia. "Psicoanálisis y psiquiatría", Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI. mecanismo psíquico, sino que se trata de algo del orden del acto. Esta etiología explicaba las fluctuaciones en los resultados de los tratamientos por cura de aguas: una paciente con neurosis de angustia mejoraba cuando se iba al instituto de cura de aguas, pero volvía a enfermar cuando volvía a su hogar: obstáculo clínico. Freud indaga, esto es hacer comparecer el obstáculo, hacer de él algo fecundo ¿y qué descubre? La señora había interrumpido el comercio sexual con su marido al ir al instituto, remoción temporaria de la causa patógena, y lo retomó al regresar, consecuente empeoramiento. Vemos cómo es el obstáculo clínico lo que guía a Freud y concibe entonces a partir de esta etiología una dirección de la cura acorde: deshabituar al enfermo de la masturbación para el caso de la neurastenia o hacerlo abandonar todas las variedades nocivas del comercio sexual en la neurosis de angustia. Tarea que en este texto encomienda, sobre todo, al médico de cabecera. El planteo de la dirección de la cura para el grupo de las neurosis actuales se complejizará más adelante. Sexualidad infantil Al grupo de las neurosis actuales Freud opone el de las neuropsicosis. Para este grupo Freud supone una etiología sexual en relación a la primera infancia. La idea de sexualidad de Freud rompe entonces con la concepción de la sexualidad exclusivamente como genital y adulta. De esto da cuenta la sexualidad infantil. Esta es sin duda otra ruptura epistemológica en relación a la idea de sexualidad y también en relación a la concepción de la infancia. Dirá en el texto de 1898 que estamos trabajando: “Uno yerra al descuidar por completo la vida sexual de los niños (…). Así como no es cierto que los genitales exteriores y ambas glándulas genésicas constituyan todo el aparato sexual del ser humano, tampoco su vida sexual empieza sólo con la pubertad”. Adelanto de lo que luego desarrollará en “Tres ensayos de teoría sexual” (1905). La etiología de las neuropsicosis se correspondería a esta altura con el efecto retardado de las huellas psíquicas inconscientes que unas vivencias sexuales infantiles habrían dejado como secuela. Este efecto retardado sobreviene a partir de la pubertad, una vez que el aparato genésico y el anímico han madurado. La etiología de este grupo aparece en este texto todavía en relación al trauma psíquico, como una vivencia realmente acontecida. El trauma era entendido en “Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos” (1983) como una vivencia teñida de afecto incompletamente abreaccionada en su momento y que por ese motivo estaba dada la posibilidad de que ese suceso deviniera trauma psíquico. Como señala Delgado, el primer tiempo del trauma es silencioso, es necesaria una represión posterior por recuerdo, para que adquiera valor traumático, a posteriori. La escena vale como recuerdo, recuerdo que produce un displacer mayor que el que tuvo la vivencia. Hay en este grupo un mecanismo psíquico: la defensa. Propone como dirección de la cura el método psicoanalítico, y que ya a esta altura resalta que debe apartarse de la sugestión. Sin embargo, la etiología sexual en relación a un trauma realmente acontecido comenzaba a caer y Freud pasa a resaltar el papel de la fantasía sexual infantil en la etiología de las neurosis. Dirá en la carta 69 a Fliess (1897): “Ya no creo más en mi <neurótica>”. Resalta que “en lo inconsciente no existe un signo de realidad de suerte que no se puede distinguir la verdad de la ficción investida con afecto” (pág. 301-302). Y, una vez más, es a partir de los obstáculos clínicos que se le presentan que llega a esta conclusión: los fracasos en los intentos de llevar los análisis a su consumación efectiva, la deserción de sus pacientes, la demora del éxito pleno. También ubica la sorpresa de que en todos los casos el padre era acusado de perverso. Se pregunta entonces: “¿Y si estas dudas no fuesen sino un episodio en el progreso hacia un conocimiento ulterior?” “tengo (...) más el sentimiento de un triunfo que el de una derrota” (pág. 302) dando cuenta una vez más del valor de los obstáculos epistemológicos en el acto de conocer. Este recorrido por la consideración de parte de Freud de la etiología sexual de las neurosis me permitió rastrear el papel del obstáculo en el psicoanálisis como lugar fecundo y apreciar el valor de los obstáculos clínicos que permitieron a Freud concebir su primer nosología, guía de la dirección de la cura. Como señala Delgado, los nombres del obstáculo variarán en las distintas etapas de la elaboración de Freud: médico como obstáculo externo, transferencia negativa, masoquismo primario, necesidad de castigo. Pero siempre se tratará para Freud y para cada analista de hacer de él algo fecundo. Bibliografía: - Bachelard, G.: La formación del espíritu científico, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 1978 - Bercherie, P.: Génesis de los conceptos freudianos, Editorial Paidós, Conclusiones - Corominas J.: Breve Diccionario Etimológico de la lengua castellana, Editorial Gredos, Madrid, 1973. Definición de “obstar”. - Clases de Mario Zervino. - Delgado, O.: Valor epistemológico del obstáculo en la reforma de la razón freudiana, Ficha de cátedra. - Delgado, O.: La subversión freudiana y sus consecuencias, JVE ediciones, Buenos Aires, 2005. - Freud, S., "Conferencias de introducción al psicoanálisis, Parte III. Doctrina general de las neurosis" (1917 [1916-17]), 16° conferencia. "Psicoanálisis y psiquiatría", Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI. - Freud, S., "Conferencias de introducción al psicoanálisis”, Parte II. Los sueños, 6° conferencia. "Condiciones y técnicas de la interpretación", Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. XVI. - Freud, S. (1897) Carta 69, en Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. I. - Freud, S. (1898) La sexualidad en la teoría de las neurosis, en Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. III. - Freud, S. (1893) Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos, en Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, vol. III. - Freud, S. y Breuer, J.: (1893-5) Estudios sobre la histeria, en Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu, vol. II - Jones, E.: Vida y obra de Sigmund Freud, Editorial Nova, Buenos Aires, Tomo I, Cap. 13 (“El período Breuer”) - Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, Vigésimo primera edición, Madrid, 1992.