Trabajo Rural Publicación de la Comisión Legislativa Rural de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores UATRE Director / Editor Jorge Abel Rodríguez (Sec. Actas, Prensa y Propaganda UATRE) Coordinación General, Fotografía, Diseño y Diagramación Subgerencia de Comunicación Institucional UATRE Registro de la Propiedad Intelectual en trámite. 5000 ejemplares e mail: [email protected] página web: www.uatre.org.ar Sumario Los trabajadores rurales precisamos un Régimen Especial de Seguridad Social que se adapte a nuestra realidad laboral. Cro. Gerónimo Venegas. Formas de participación de los trabajadores: Los delegados de prevención. Amanda Gladis Montoya. La reforma a la Ley de Riegos del Trabajo. Rodolfo Nápoli. El trabajador rural con incapacidad: Un expulsado del ámbito laboral argentino, con escasa respuesta en el ámbito de la Previsión Social. Mónica Bros. Es preciso reformar las normas que rigen la Pensión por Fallecimiento y la Jubilación por Invalidez. Juan Carlos Paulucci. Perón y los trabajadores. Oraldo Britos. No olvidemos a nuestros hermanos indígenas. Carlos H. Luparia. Electrificación rural: hacia una mejor calidad de vida para los trabajadores rurales. Rubén Benítez. Agricultura sustentable. María Laura Novoa. El RENATRE hoy. Alberto A. Brondo. El conocimiento como herramienta para la Graciela Sfasciotti. acción. Los trabajadores rurales precisamos un Régimen Especial de Seguridad Social que se adapte a nuestra realidad laboral Por Gerónimo Venegas* 1 Secretario General de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores de la República Argentina (UATRE).- Hace unos días, pensando sobre el tema que es motivo de estas líneas, recordé las enseñanzas de un viejo paisano al que conocí en mis tiempos de esquilador de ovejas. De noche, en el galpón, cuando el mate corría de mano en mano, solía aparecer este amigazo que sólo hablaba cuando alguno de nosotros estaba realmente dispuesto a escucharlo. Cada vez que lo veía, me acercaba a él y no me perdía una de sus palabras. Era un viejito sabio; uno de esos que nunca había pisado una facultad pero que se había doctorado en la “Universidad de la Vida”. En una oportunidad, comentando las dolorosas consecuencias de un terrible temporal, me dijo: “De todo el universo, el hombre es el ser que cuenta con menos protección para hacer frente a los fenómenos de la naturaleza. Los otros animales tienen gruesas pieles, lanas, crines, pelos o caparazones que los protegen. El hombre no tiene nada. Por eso –continuó diciendo- Dios le dio la inteligencia y la razón pa’ que pueda defenderse frente a la fuerza del fuego, del agua, del viento y la lluvia, del calor y del frío”. Traigo a la memoria esta historia porque me parece necesario acabar, de una vez por todas, con ese cuento mentiroso, relacionado con lo saludable que resulta la vida en el ámbito rural. Lo cierto es que la cosa es al revés. El medio que rodea al ser humano es agresivo y este sólo puede protegerse utilizando su inteligencia. Por eso, consciente de su propia debilidad y en busca de reparo, el hombre construye su casa, confecciona sus ropas y herramientas, y se ampara de los rigores climáticos. Así y sólo así, puede aprovechar lo bueno que le brinda el medio que lo rodea. Si no hubiere sido de esta manera, nuestra especie habría desaparecido de la Tierra hace muchos miles de años, víctima de la propia naturaleza que la rodea. Podemos afirmar que un trabajador que cumple tareas a la intemperie está sometido a las inclemencias del tiempo que, con el transcurso de los años, provocan el envejecimiento prematuro del cuerpo y lo hacen campo propicio para contraer numerosas enfermedades. Al mismo tiempo, muchas de las tareas que realiza el trabajador rural son claramente insalubres, mientras que otras muchas provocan problemas físicos de tal importancia, que no permiten su recuperación. El Régimen de Jubilaciones y Pensiones En la Argentina, los trabajadores rurales están incorporados al Régimen General de la Seguridad Social; es decir, el trabajador del campo para alcanzar la jubilación debe reunir los mismos requisitos que un trabajador que desarrolla toda su carrera laboral en el ámbito confortable de una oficina. Lo cierto es que estas disposiciones legales ignoran una realidad que salta a la vista: el trabajo en el campo y el trabajo en la ciudad responden a realidades diferentes, como diferente es la forma de vivir en uno y otro lugar. ¿Puede un peón de campo, un tractorista o un estibador rural trabajar hasta los 65 años? La respuesta es un NO grande como una casa. Al mismo tiempo, si nos preguntamos si resulta posible que un estibador esté durante treinta años paleando cereal dentro de un silo, respirando no sólo polvo sino insecticidas y pesticidas varios, la contestación sería también, definitiva y rotundamente negativa. Sin embargo, estas son las exigencias de la ley vigente, y una de las razones por la que se jubilan tan pocos trabajadores rurales . La otra razón importante que impide el acceso al beneficio provisional es la existencia de centenares de miles de trabajadores que se encuentran sometidos por la denominada “economía informal” o “economía en negro”, a la que hace años hemos calificado como la forma más cruel de la evasión. UATRE lucha con todas sus fuerzas contra el trabajo ilegal, que condena a la indigencia a centenares de miles de argentinos y los priva de todas las prestaciones de la Seguridad Social. Por ello, peleamos durante años y finalmente conseguimos tener la Libreta de Trabajo, instrumento que servirá para combatir esa ilegalidad que tanto mal nos hace. En necesario asumir que, tanto el compañero que “está en negro”, como su familia carecen del servicio de salud que le brinda la Obra Social; no tiene amparo alguno frente a los accidentes de trabajo, no cobra el seguro de desempleo ni las asignaciones familiares. El trabajador tampoco podrá jubilarse, por no tener el número de años de servicio exigidos por la ley para alcanzar el beneficio. Pero estas no son las únicas consecuencias sociales. Los empleadores honestos se ven perjudicados por la conducta viciosa del evasor, que se convierte en un competidor desleal y en una de las causas por la que los jubilados y pensionados cobran poco. A su vez, los empresarios honrados deben pagar más de lo que les correspondería si todos respetaran sus obligaciones. Sobre esto último, es bueno comentar la experiencia española que, a partir de una sostenida lucha contra el fraude laboral, pudo disminuir en seis puntos las contribuciones establecidas para el Régimen Provisional . Las Asignaciones Familiares Al mismo tiempo, debemos decir que las particulares circunstancias de aislamiento y heterogeneidad que rodean al trabajador del campo obligan a pensar en un Régimen de Asignaciones Familiares que contemple determinados aspectos de la propia problemática rural; en la que cuestiones que aparecen como rutinarias para la población urbana, suelen tener rasgos propios en el interior del país. La deserción escolar, por ejemplo, muestra un índice más alarmante en el sector rural. Las estadísticas elaboradas por el Ministerio de Educación de la Nación son claras al respecto: Por cada 100 chicos inscriptos en primer grado sólo hay 34 alumnos regulares al final del ciclo. Dicho de otra manera, 66 pibes de cada 100 que ingresan quedan en el camino y no alcanzan a completar el tramo de la denominada Educación General Básica (EGB). Estos hechos aconsejan que debemos emplear la herramienta valiosa que supo tener el Régimen de Asignaciones Familiares: la asignación mensual por Escolaridad (concurrencia del niño/a a la escuela). Lo mismo ocurre con otros programas asistenciales básicos que apuntan a prevenir enfermedades controlando el estado de salud del afiliado. Nos explicaremos mejor con un ejemplo. Encuestas realizadas demuestran que un alto porcentaje de beneficiarios del Plan Materno Infantil no lo aprovecha o no lo hace integralmente, porque el beneficiario no puede costear los gastos del viaje para encontrar el efector que le brindará las prestaciones correspondientes. Muchas veces los sueldos no alcanzan para pagar la movilidad y cubrir una merienda mínima fuera de la casa. Dada la lejanía de los centros médicos, la mujer necesita disponer prácticamente de todo el día para acceder al efector de salud en el que se realizará los controles médicos; lo que implica que debe abandonar su tarea y, muchas veces dejar de cobrar su salario diario. Esta es la razón por la que proponemos multiplicar por dos el monto de la asignación prenatal y la correspondiente al hijo (hasta el año de vida), para facilitar a la familia rural el dinero necesario para pagar los gastos de traslado de la madre y del bebé hasta el lugar donde se los atenderá. Nuestro proyecto Hasta aquí llegamos con el diagnóstico y algunas propuestas puntuales pero, para que todo esto no quede en palabras, es preciso hacer lo que ya estamos haciendo: estudiar a fondo el problema y en poco tiempo más, ofrecer a las autoridades nacionales un proyecto que ofrezca a los trabajadores rurales la oportunidad de gozar de los beneficios de la Seguridad Social, como ocurre con otros sectores del trabajo nacional. Estamos elaborando una iniciativa que brinde a nuestras compañeras y compañeros una solución integral al problema planteado. Lo hacemos inspirados en la doctrina de Perón, que nos enseñó con su propio ejemplo que el respeto por el hombre se expresa atendiendo las necesidades fundamentales de todos pero, particularmente, las de los más humildes; las de los que no tienen nada. Formas de participación de los trabajadores: Los Delegados de Prevención Por Amanda Gladys Montoya* *Abogada laboralista. Asesora Jurídica de UATRE y OSPRERA.Introducción Resultan esclarecedoras las opiniones vertidas por el especialista español, Director del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de España, Dr. Fernando Rodrigo Cencillo, quien participó de la Jornada sobre Prevención organizada por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), en el auditorio del Banco Nación, en el mes de diciembre del año 2004. En reportaje que publicó el diario Clarín, señaló, refiriéndose a la cuestión de la prevención: «En la Argentina, una gran parte de los empleados no está registrada por lo que los accidentes que sufren esos trabajadores no figuran en las estadísticas oficiales. Hay pocos inspectores del trabajo. En la Provincia de Buenos Aires son apenas 17 (uno cada 200.000 trabajadores). Nosotros, en España protestamos porque hay un inspector cada 27.000 empleados asegurados, mientras que en los países europeos de menor siniestralidad, hay un inspector cada 5.000 trabajadores.» Agregó además, «entre los trabajadores precarios es donde está la mayor tasa de accidentes laborales porque se les adjudican las tareas más peligrosas, tienen menos experiencia laboral o no cumplen con ellos las medidas de seguridad.» ¿Eso cómo se corrige? El Dr. Fernando Rodrigo Cencillo sugirió, para la Argentina, las siguientes prioridades: Definir la salud laboral como un objetivo de Estado. Contratar más inspectores del trabajo. Convocar a los sindicatos y a los empresarios para que se pongan a trabajar en bajar la siniestralidad laboral. Crear estructuras dentro de las empresas, tales como el departamento técnico y la institución del delegado sindical de prevención. Comparto estas apreciaciones. Existen dos anteproyectos de Ley para modificar el actual sistema de la Ley 24.577 de Riesgos del Trabajo. Uno elaborado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y otro, por el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Estos anteproyectos contienen formas de participación de los trabajadores en materia de prevención de riesgos. El presente escrito es un sintético análisis de la forma en que está prevista la participación de los trabajadores en la prevención de riesgos laborales en el anteproyecto de ley elaborado por la CGT. El derecho a la participación tanto colectiva como individual El proyecto de Ley elaborado por la CGT dedica el Capítulo XV a la participación de los trabajadores. Esta idea aparece como innovadora por cuanto prevé que esté contenida en la Ley de Riesgos del Trabajo. En la Argentina, como resultado de la negociación colectiva, existen en los establecimientos industriales, comerciales o de servicios públicos los denominados Comités de Seguridad y Delegados de Higiene y Seguridad en el Trabajo. Ellos tienen su origen en los convenios colectivos de trabajo; quienes integran esos comités o ejercen la función de delegado, si ostentan la representación sindical en la empresa y fueron elegidos en comicios convocados por el gremio (Arts.41º,48º y 49º Ley 23.551), gozan de las garantías de protección para el ejercicio de sus funciones y estabilidad en sus empleos. No existen estas garantías si operan como colaboradores entre la empresa y sus compañeros de trabajo, en tarea técnica o de intercambio de información para el mejoramiento de las condiciones de higiene y seguridad en el trabajo. Tal el caso de la figura del “delegado de personal”, que encontramos en las resoluciones de la Comisión Nacional de Trabajo Rural, antecesora de la actual Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA). El Art. 44º del proyecto en análisis determina la obligación de todo empleador de consultar a las organizaciones sindicales, respecto de toda introducción de nuevas tecnologías y efectos o impacto de los factores ambientales en el trabajo, como asimismo, sobre la organización y desarrollo de las actividades de protección de la salud y prevención de los riesgos profesionales en la empresa; también, sobre la designación de encargados de las medidas de emergencia, de la formación en materia preventiva; entre otras cuestiones. Esta obligación a la consulta no existe en norma legal o convencional. En los textos de los convenios colectivos suscriptos a partir del año 1988, encontramos cláusulas que contienen el denominado “derecho a la información”. Por estas cláusulas, los empleadores están obligados a comunicar, a la organización gremial representativa de los trabajadores las innovaciones tecnológicas o de procesos de trabajo, como asimismo, cualquier otra cuestión que genere algún efecto (positivo o negativo) en la dotación del personal. De manera que, la empleadora está obligada, en estos casos, sólo a comunicar no, a consultar. A su vez, el Art. 45º determina la forma en que se efectivizará la participación en los lugares de trabajo, y determina en el Punto 3: “A falta de normas en el convenio colectivo aplicable, en toda empresa o lugar de trabajo que cuente con diez o más trabajadores, las organizaciones sindicales podrán designar, previa consulta con los trabajadores involucrados, Delegados de Prevención elegidos. En aquellos establecimientos que no exceda la cantidad de trabajadores mencionada, el control de prevención será ejercido por un integrante de la organización sindical designado a dichos efectos”. El Punto 5 del antedicho artículo define a los delegados de prevención como “los representantes de los trabajadores con funciones especificas en materia de prevención de riesgos del trabajo.” Se ha puesto mucho énfasis en la figura del delegado de prevención, en el entendimiento de que constituye la base sobre la que se genera la capacidad de iniciativa para cambiar las condiciones de trabajo y el medio ambiente en un sentido favorable a la salud de los trabajadores. El Delegado de Prevención participa de una serie de garantías y derechos para el desarrollo de sus funciones y asume, al mismo tiempo una importante responsabilidad, por cuanto comparte las tareas de vigilancia, de mejora y de control con otros órganos de la empresa. Con el objeto de facilitar el pleno ejercicio de la tarea, el proyecto de Ley de Prevención de Riesgos Laborales contempla las siguientes facultades para los delegados de prevención: o o o o o o o Facultades de vigilancia, control y acompañamiento. Realizar visitas a los lugares de trabajo, pudiendo acceder a cualquier zona de los mismos y comunicarse durante la jornada con los trabajadores, de manera que no se altere el normal desarrollo del proceso productivo. Acompañar a los técnicos en las evaluaciones de carácter preventivo del medio ambiente y a los Inspectores de Trabajo y Seguridad Social en las visitas que realicen a los centros de trabajo, pudiendo formular ante ellos las observaciones oportunas. No ser despedidos ni sancionados durante el ejercicio de sus funciones ni dentro del año siguiente a la expiración de su mandato ni ser discriminados en la promoción económica o profesional, en razón precisamente del desempeño de la representación de los trabajadores. El empresario debe proporcionar los medios y la formación en materia preventiva necesarios para el ejercicio de las funciones como Delegados de Prevención. El tiempo utilizado para el desempeño de las funciones como delegados de prevención se contabilizará dentro del crédito de horas mensuales retribuidas del que dispone para el ejercicio de la representación del personal, salvo que por convenio se haya estipulado otra modalidad. La formación deberá facilitarla el empresario (con sus propios medios o concertándola con entidades especializadas externas) y deberá adaptarse a la evolución de los riesgos repitiéndose periódicamente si fuera necesario. Para los trabajadores agrarios, el Delegado de Prevención significa una herramienta que posibilita una eficaz participación en materia de prevención de riesgos. Ello, en la medida en que sea materia de la negociación colectiva en el ámbito de la CNTA y pueda concertarse el nombramiento de los Delegados con las garantías a las que me he referido: el crédito horario suficiente para la eficaz realización de la prevención y, lo más importante la buena fe de los empleadores respecto del sistema de la información pertinente. Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene. Facultades diferentes La otra creación legal de participación de los trabajadores dentro de la empresa es la tratada en el Art. 46º : Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene. El texto dice: “1. Las empresas o grupos de empresas podrán acordar con las organizaciones sindicales la creación de un Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene, con las funciones que el acuerdo le atribuya.” El Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene es el órgano paritario y colegiado de participación destinado a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la empresa en materia de prevención de riesgos. Se trata de un órgano consultivo, cuya única función ejecutiva es la de actuar en casos de riesgo grave e inminente. Es el foro de debate y planificación de la prevención en la empresa, donde se hallan presentes los representantes de los trabajadores y de la empresa. El Comité adoptará sus propias normas de funcionamiento, en base a lo estipulado por la Ley y las normas convencionales. Tendrá las siguientes competencias establecidas en el Artículo 46 del proyecto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales: o o Participar en la elaboración, puesta en marcha y evaluación de los planes y programas de prevención de riesgos en la empresa. Se debatirán los proyectos en materia de: 1. Planificación, organización del trabajo, introducción de nuevas tecnologías. 2. Organización y desarrollo de las actividades preventivas. 3. Organización de la formación en materia preventiva. 4. Promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la prevención de riesgos, proponiendo a la empresa la mejora de las condiciones de trabajo. Entre las facultades del Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene (Art. 46) se encuentran las siguientes: o o o o Realizar visitas para conocer la situación sobre prevención de riesgos en los distintos puestos de trabajo. Conocer los documentos e informes relativos a las condiciones de trabajo. Conocer y analizar las causas de los daños para la salud e integridad física de los trabajadores y proponer las medidas oportunas. Conocer e informar la memoria y programación anual de los servicios de prevención. La diferencia entre el Comité de Seguridad y el Delegado de Prevención la encontramos partiendo del sistema de representación individual y colectiva establecido en el proyecto. Este atribuye a los Delegados de Prevención, elegidos por sus compañeros de trabajo y mediante el mecanismo de sus respectivos sindicatos, el ejercicio de las funciones especializadas en materia de prevención de riesgos en el trabajo, otorgándoles para ello las competencias, facultades y garantías necesarias. Junto a este sistema de representación autónoma, el Comité de Seguridad Salud Laboral e Higiene se configura como el órgano paritario y colegiado de encuentro entre dichos representantes y el empresario para el desarrollo de una consulta y participación equilibrada en materia de prevención de riesgos laborales. Conclusión Señalé cuatro prioridades, enumeradas por el Dr. Fernándo Rodrigo Cencillo y que conducen a bajar la siniestralidad en los lugares de trabajo. El presente análisis es comprensivo de una de esas prioridades, contenida en el anteproyecto de Ley de Riesgos del Trabajo: me refiero al Capítulo XV, sobre la participación de los trabajadores. Para los trabajadores agrarios, regidos por la Ley 22.248 “Régimen Nacional de Trabajo Agrario” con un mecanismo de negociación colectiva tripartito, porque interviene el Estado con vos y voto en los acuerdos sobre condiciones de trabajo, no existen antecedentes de la creación de comités de seguridad o la figura del delegado en materia de higiene y seguridad en el trabajo. De prosperar este proyecto, estas figuras operarán como herramientas eficaces de participación en una materia tan significativa para la calidad de vida del trabajador. Ello, en la medida en que la negociación colectiva posibilite las reformas en materia de representación gremial en los establecimientos. La Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) está empeñada en consolidar esta participación con las entidades representativas del sector agropecuario; de manera que, sin lugar a dudas, el cambio está en marcha y será en beneficio de la dignidad del que trabaja y de su familia ya que, los siniestros laborales siempre tienen consecuencias familiares y sociales. Por último, el más eficaz sistema de participación si no está acompañado con una fuerte decisión política, que considere la salud laboral como un objetivo de Estado será ilusorio. Se necesita de Estados Nacional y Provinciales que, en ejercicio de la facultad propia de policía del trabajo y de la seguridad laboral, inviertan los recursos humanos y económicos suficientes para el pleno control sobre el cumplimiento de las normas: Será ilusoria la reforma y las víctimas de estas anomalías seguirán engrosando estadísticas, que marcan el grado de la ineficiencia en materia de controles. La reforma a la Ley de Riesgos del Trabajo Por Rodolfo Nápoli* Síndico de OSPRERA.- A partir de la sanción de la Ley de Riesgos del Trabajo (24.557), vigente desde su publicación el 04/19/95, recibió por parte de los trabajadores, sus organizaciones sindicales, abogados laboralistas y jueces del trabajo distintas críticas y diversas acciones judiciales. Así, se accionó impugnando por inconstitucionalidad sus normas, referidas entre otras, a la competencia de las Comisiones Médicas que determinan el origen laboral de los accidentes y enfermedades profesionales; la jurisdicción federal en violación de las Constituciones Provinciales; el trámite previo ante las Comisiones Médicas para poder promover acciones judiciales; la eximisión de responsabilidad civil de los empleadores. De igual modo se cuestionó la falta de cumplimiento por parte de los empleadores con los supuestos planes de mejoramiento en las condiciones de salud e higiene en los establecimientos; la inexistencia de control por parte de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) y de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) en las empresas; el criterio cerrado para incluir o ampliar el listado de enfermedades profesionales, etc. Los últimos fallos de la CSJN, declarando la inconstitucionalidad del art. 39 inc.1° de la LRT haciendo lugar a la reparación civil del trabajador damnificado a cargo de su empleador, levantaron una gran polvareda, no tanto por la originalidad, dado que ya algunos tribunales superiores de provincia se habían expedido en igual sentido, sino porque los sectores involucrados en el negocio – ART y bancos – han abierto el paraguas antes que llueva pensando seriamente en cambiar algo para que nada cambie. También desde el gobierno nacional, como de la CGT y los sectores empresarios se encuentran trabajando en distintos proyectos. Así, los letrados de los distintos gremios reunidos en un equipo de trabajo en la CGT, elaboraron un anteproyecto de reformas con un debate abierto desarrollado en la jornada sobre “Prevención de Accidentes y Enfermedades Laborales”, el pasado 10/11/04. Nuestro sindicato (UATRE) destacó al suscripto y a la ingeniera Luisa Mele, ambos de la CLR para formar parte de ese equipo de trabajo, con una propuesta acerca de la “Recapacitación e reinserción laboral” de los trabajadores damnificados. Nos proponemos abordar ahora, los aspectos más significativos de dicho anteproyecto de reformas, pero como lamentablemente, al cierre de esta edición no contamos igualmente con el proyecto del Ministerio de Trabajo de la Nación, no podemos efectuar una comparación, y sólo por algunos trascendidos “oficiosos” tenemos algunos puntos que marcan las diferencias. El proyecto de CGT hace centro en: la prevención de los riesgos laborales; la salud de los trabajadores en ambientes y condiciones de labor seguros; la reparación integral de los daños con acciones acumulativas de prestaciones dinerarias tarifadas e indemnizaciones por acciones civiles con responsabilidad del empleador; la recapacitación y reinserción de los damnificados; la inclusión de otras enfermedades concausales con el trabajo. Obliga al Estado, las ART, los empleados y los sindicatos a ejercer un férreo control sobre el cumplimiento de las normas de Seguridad e Higiene en los establecimientos, imponiendo sanciones hasta de tipo penal. Con ello se piensa que puede revertirse la actual situación de alta siniestrabilidad e insalubridad que impera en los distintos ambientes de trabajo. La salud de los trabajadores y las condiciones dignas de labor tienen que dejar de ser considerados un “costo” del empleador, avanzando desde la preservación del “capital humano” hacia la justicia social. Síntesis del proyecto CGT Prevención de accidentes y enfermedades laborales. Se fija la responsabilidad del empleador para garantizar un ambiente sano y digno para la salud psicofísica del trabajador. Responsabilidad de la ART de denunciar las omisiones e incumplimientos del empleador que pongan en peligro la salud del trabajador, y ante la ANASAL (organismo que reemplaza a la SRT), la autoridad administrativa del trabajo provincial, y el sindicato con personería gremial que represente a ese trabajador. Responsabilidad solidaria ART y empleador ante el daño ocasionado por omisión e incumplimientos de este último. Incorporación expresa de las disposiciones de la Ley 19.587 de Higiene y Seguridad en el Trabajo y su normativa reglamentaria. Fijación de establecimientos críticos con planes específicos de acción a cargo de las ART. Recargo por incumplimiento del empleador, quien deberá abonar una multa al Fondo de Garantía si, a consecuencia de ello se produjo el accidente o la enfermedad laboral de hasta un máximo de $100.000 (cien mil pesos), sin perjuicio de su responsabilidad civil. Desvíos significativos del índice de siniestrabilidad. El empleador deberá abonar al trabajador accidentado o enfermo un porcentaje entre el 10% y el 50% de las prestaciones dinerarias a que tuviera derecho. Recargo que será automático desde el momento en que se declare el desvío de la siniestralidad hasta tanto no se corrija. Daños cubiertos. Se cambia el concepto de “Enfermedades profesionales” por el de “Enfermedades Laborales”, que serán aquellas que resulten del ejercicio del trabajo o del contacto con los materiales empleados. La predisposición del trabajador no podrá ser invocada para excluir la enfermedad laboral de esta categoría, cuando el trabajo o las condiciones ambientales donde este se desarrolla hubieran obrado eficientemente como factor relevante y/o reagravante de la dolencia. El Poder Ejecutivo elaborará y revisará un listado indicativo de actividades en capacidad de determinar la enfermedad laboral. Serán igualmente consideradas enfermedades laborales aquellas otras que, en cada caso concreto, la Comisión Médica Laboral o autoridad competente determine como relacionadas causal o concausalmente con la ejecución del trabajo. Opción para el trabajador de pago único total de las indemnizaciones tarifadas y no en cuotas o un monto fijo de pago único y el resto en una renta periódica de pago mensual. Retorno al trabajo del damnificado. El trabajador podrá seguir percibiendo las prestaciones dinerarias aunque se desempeñe en actividades autónomas o bajo dependencia. Comisiones Médicas Laborales. Funcionarán una por cada conglomerado urbano mayor de 20.000 habitantes. En el procedimiento ante estas comisiones, el trabajador damnificado deberá contar con asistencia médica y/o sindical y/o letrada, siendo nula toda actuación que viole este requisito. Los empleadores reincidentes en el incumplimiento de las disposiciones de la ley abonarán una alícuota diferencial cualquiera sea la ART que contraten. Las ART también podrán asegurar a los empleadores contra reclamos judiciales por acciones civiles y por accidentes y enfermedades inculpables, pactando libremente la prima. Responsabilidad por omisiones del empleador. Fondos de Garantía, Reserva y Expensas. Estas últimas para cubrir las costas a cargo del vencido en juicio a excepción del patrocinio o representación letrada del empleador. Creación de la Administración Nacional de Salud Laboral (ANASAL), en la jurisdicción de la Secretaría de Prevención de Accidentes y Enfermedades Laborales, Medio Ambiente y Seguridad en el Trabajo del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. La ANASAL absorberá las funciones y atribuciones de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Su dirección estará a cargo de cinco miembros, tres por el PE y las provincias, uno por la CGT, y otro por la representación de los empleadores. Entre las funciones de la ANASAL estarán las inspecciones de los establecimientos en coordinación con las autoridades administrativas del trabajo de las provincias y la participación sindical. Responsabilidad civil del empleador. Sistema de acumulación de prestaciones e indemnizaciones. Se incluye en los daños provenientes con las cosas o riesgo o vicio de las mismas a los elementos usados por el trabajador o por la modalidad de trabajo asignado o movimientos humanos frente a las cosas; y los daños a la salud que derivan del esfuerzo, posiciones o movimientos frente a las cosas. Cuando hubiera reparación civil judicial, se deducirá el valor de las indemnizaciones recibidas o pendientes de cumplimiento por la ART, Asociación Mutual o empleador autoasegurado. Se limita el pago de las costas al 29% del total del monto de sentencia o resolución homologatoria, prorrateado por el total de profesionales intervinientes a excepción del patrocinio letrado o representación letrada del condenado en costas. Se mantiene el Comité Consultivo Permanente, con cuatro representantes del gobierno, cuatro por la CGT y cuatro por los representantes de los empleadores, donde dos serán de las PYMES. Participación de los trabajadores. Obligación del empleador de consultar previo a la toma de decisiones, a las organizaciones sindicales sobre: planificación y organización del trabajo en la empresa y la introducción de nuevas tecnologías, en todo lo relacionado con las consecuencias que éstas pudieran tener para la seguridad y la salud de los trabajadores, derivadas de la elección de los equipos, la determinación y la adecuación de las condiciones de trabajo y el impacto de los factores ambientales en el trabajo. Derechos de participación y representación. La negociación colectiva laboral podrá: crear aseguradoras de riesgos de trabajo sin fines de lucro; definir medidas de prevención de los riesgos derivados del trabajo y de mejoramiento de las condiciones de trabajo. Delegados de Prevención. A falta de normas en el convenio colectivo aplicable, en toda empresa o lugar de trabajo que cuente con diez o más trabajadores, las organizaciones sindicales podrán designar, previa consulta con los trabajadores involucrados, delegados de prevención elegidos. Estos delegados tendrán derecho a requerir informes, participar en inspecciones, control de cumplimiento de las normas y efectuar las denuncias correspondientes a la autoridad de aplicación. Ellos son los representantes de los trabajadores con funciones específicas en materia de prevención de riesgos en el trabajo. Gozarán de estabilidad en su puesto de trabajo de conformidad con lo dispuesto por los arts. 48 a 52 de la Ley Sindical 23.551. Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene. Las empresas o grupos de empresas podrán acordar con las organizaciones sindicales la creación de un Comité de Seguridad Salud Laboral e Higiene, con las funciones que el acuerdo le atribuya. Tendrá, entre otras competencias, la de participar en la elaboración, puesta en práctica y evaluación de los planes y programas de prevención de riesgos en la empresa. Y podrá conocer directamente la situación relativa a la prevención de riesgos en el centro de trabajo, realizando a tal efecto las visitas que estime oportunas. Conocer cuantos documentos e informes relativos a las condiciones de trabajo sean necesarios para el cumplimiento de sus funciones. Colaboración con la inspección de la autoridad de aplicación. Las organizaciones sindicales y sus delegados de prevención podrán recurrir a la inspección de las ART o de la autoridad de aplicación si consideran que las medidas adoptadas y los medios utilizados por el empleador no son suficientes para garantizar la seguridad y la salud en el trabajoNecesidad de que las empresas lleven un libro de inspecciones de seguridad, salud laboral e higiene en el lugar de trabajo. Obligaciones de los fabricantes, importadores y suministradores de máquinas, equipos, productos y útiles de trabajo, a asegurar que no constituyan fuente de peligro para el trabajador. Modificación del plazo de prescripción de las acciones elevándolas a cuatro años. Competencia de la Justicia del Trabajo local para apelar las resoluciones de las comisiones médicas laborales y para las acciones de reparación civil. Modificación de la Ley de Contrato de Trabajo, art. 213 bis, creando la indemnización especial por despido considerado discriminatorio dispuesto por el empleador dentro del año posterior al accidente o enfermedad laboral. Modificación del Código Penal, art.107 bis de “Abandono de persona por incumplimiento de normas de seguridad en el trabajo “ contra los empresarios autoasegurados y representantes de las ART que omitan otorgar las prestaciones en especie médicas y farmacéuticas previstas en la Ley. Creación de la Secretaría de Prevención de Accidentes y Enfermedades Laborales, Medio Ambiente y Seguridad en el Trabajo, en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Nación. Recapacitación y Reinserción Laboral. Se entiende por recapacitación todo conocimiento y formación de habilidades que adquiera el trabajador para su reinserción laboral. Las ART y los empleadores estarán obligados a la recapacitación de los trabajadores que hayan sufrido daños por accidente de trabajo o enfermedades laborales, durante el plazo de un año de vencidas las licencias pertinentes. Los costos de la recapacitación serán financiados por los fondos creados para fines especiales y/o de garantía u otros que se comprometan a dichos efectos (art. 33° inc. 4° Ley 24.557). La ANASAL junto con el Comité Consultivo Permanente tendrán a su cargo el otorgamiento y control de los fondos necesarios para la recapacitación. Asimismo, llevarán el seguimiento del efectivo cumplimiento de los planes de recapacitación. La recapacitación será llevada a cabo por instituciones públicas o privadas autorizadas por la ANASAL. Durante el año de espera o conservación del empleo conforme el art. 211 de la LCT y de regímenes o estatutos especiales, el empleador deberá prever la reinserción laboral del trabajador recapacitado. En toda reinserción laboral no se podrá disminuir la remuneración que el trabajador percibía con anterioridad, así como se deberán integrar todos los aumentos que se hubieran fijado en ese período. Del mismo modo la recalificación no podrá comprender categorías inferiores a las que poseía. En este tema, hay que aclarar que actualmente, las ART “recalifican” al trabajador, llevando adelante una tarea que no les compete, por confusión conceptual y de incumbencias. Efectivamente, la “recalificación” esta relacionada con las “categorías profesionales” de las convenciones colectivas de trabajo y competen a los gremios junto a los empleadores, según la actividad productiva de que se trate, y a los métodos, medios y condiciones de trabajo determinar las categorías, que guardan relación directa con las capacidades y especialización profesional de los trabajadores para desempeñarse en esas categorías y funciones. Aquí se trata de “recapacitar” para ubicar a esos trabajadores que han disminuido sus habilidades y especialización, dentro de su capacidad residual, en la misma o distintas categorías profesionales, tarea esta última, en la que necesariamente deberá intervenir el sindicato junto al empleador conforme la CCT de la actividad, oficio o empresa de que se trate. Entonces, primero recapacitar para luego poder recalificar. Por último, sobre el “Proyecto Oficial del PEN” sólo conocemos dos aspectos: uno referido al aumento de los topes máximos del monto de las indemnizaciones o prestaciones dinerarias tarifadas; y el otro, la posibilidad del trabajador damnificado de accionar civilmente contra su empleador, pero ejerciendo una opción, es decir, si cobra la indemnización tarifada no podrá accionar contra el empleador y viceversa. Esta modalidad optativa excluyente nos retrotrae a la vieja Ley de Accidentes del Trabajo 9688, de 1915. La Plata, 15 de febrero de 2005.- El trabajador rural con incapacidad: Un expulsado del ámbito laboral argentino, con escasa respuesta en el ámbito de la Previsión Social Por Mónica Angela Bros* Asesora Previsional de la UATRE.-. La presente reflexión parte de un dato de la realidad: cuáles de las tareas desempeñadas en el ámbito rural requieren trabajadores con plena capacidad física, que puedan desarrollar labores utilizando toda su fuerza y su destreza. “En el campo no existen las tareas livianas” es una frase que escuchamos a diario y es la puerta abierta para muchos obreros del sector que, por padecer alguna incapacidad psicofísica quedan excluidos del ámbito laboral argentino. Ante la aparición de cualquier dolencia que provoque una disminución en la capacidad laborativa, quien la padece queda indefectiblemente sin posibilidades de empleo en el agro y, si forma parte del escaso porcentaje de trabajadores cotizantes a la Seguridad Social comienza su peregrinar para obtener una respuesta en ese ámbito. Dentro del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, el Art. 48 de la Ley 24.241 establece que tendrán derecho al RETIRO POR INVALIDEZ los afiliados que se incapaciten física o intelectualmente, en forma total por cualquier causa. Se presume que la incapacidad es total cuando la invalidez produzca en su capacidad laborativa una disminución del sesenta y seis por ciento (66 %) o más; excluyendo expresamente las invalideces sociales o de ganancias. La determinación de la disminución de la capacidad laborativa del afiliado será establecida por una Comisión Médica, cuyo dictamen deberá ser técnicamente fundado, conforme a los procedimientos establecidos en la Ley y su reglamentación. El Decreto Nº 1.290/94 (B.O. 17/8/94) reglamentó, entre otros este artículo estableciendo que, a los fines de la determinación de la incapacidad se tendrán en cuenta únicamente los factores invalidantes de carácter psico-físico, con prescindencia de estados de precariedad o desamparo originados en circunstancias de índole económico-social o en la pérdida de la capacidad de ganancia. Factores complementarios y factor compensador El concepto de INVALIDEZ excede los límites de la incapacidad física, psíquica o psicofísica, puesto que a ésta se le combinan los coeficientes de ponderación conforme el nivel de educación formal y la edad que tengan las personas. A éstos se los denomina factores complementarios y se componen por: o o Edad cronológica: 51-55 años (5 %) -56-60 (7,5%) -61 o más años (10%).Nivel de educación formal: Universitario (2,5%) -Secundario (5%) -Primario (7,5%) -Analfabeto (10%).- Los porcentajes consignados se combinan con el porcentaje de incapacidad y luego se suman aritméticamente a la misma. Surgiendo de ello el grado de invalidez de las personas. El factor compensador podrá ser aplicado para aproximar la incapacidad obtenida por tablas, a la impresión del deterioro general del solicitante, según el criterio médico de la Comisión Médica actuante. La sumatoria será directa: (1-10% ). Antecedentes jurisprudenciales La Cámara Federal de la Seguridad Social (Sala I) en autos: “MONTIVERO, JUAN CARLOS C/ PREVINTER AFJP S/ RETIRO POR INVALIDEZ .-Expte. Nº 17.332/01” dictó Sentencia Nº 94710/01, de fecha 21/9/01, que ordena se otorgue el retiro por invalidez solicitado, entendiendo que no se había acreditado la posibilidad del recurrente de sustituir su actividad habitual -peón rural- por otra compatible con su capacidad restante; estimó, además aplicar un 10% en concepto de Factor Compensador establecido en la tabla de factores complementarios del Dto. Ley Nº 478/98 y consideró al actor totalmente incapacitado a los fines previsionales, no obstante que la sumatoria total resultó inferior al 66 %. En autos “TABARES CARLOS ALFREDO C/ ANSES S/ RETIRO POR INVALIDEZ (ART. 49 P. 4 LEY 24.241) EXPTE. Nº 44.048/01”, la citada Sala dictó Sentencia Nº 103.357/03, de fecha 10/3/03, ordenando el otorgamiento del retiro transitorio por invalidez, con cita del precedente de la Corte Suprema de Justicia “MELO, Miguel Angel c/ MAXIMA AFJP s/ Jubilación por Invalidez.- “Fallos : M 217.XXXV 24/8/00”; que expresa: “El decreto 1.290/94 limitó la valoración de los denominados ‘factores complementarios’ mediante la asignación de porcentajes variables, guarismos a los que no cabe atenerse estrictamente cuando de los mencionados elementos –evaluados conjuntamente con la disminución física que afecta al afiliado- se deriva razonablemente la imposibilidad de realizar tareas habituales u otras compatibles con sus aptitudes profesionales”. De lo expuesto se desprende que, en un caso se apeló al Factor Compensador y en el otro, a los Factores Complementarios a fin de ordenar el otorgamiento del beneficio, evaluando la especial situación del trabajador rural y las dificultades para reinsertarse en otra tarea, compatible con sus aptitudes. Evidentemente, el criterio del juzgador ha sido amplio, al igual que en otro fallo donde se expresa: “La difícil situación socioeconómica del país, que juntamente con la edad del trabajador y la naturaleza de sus patologías le impedirían sortear un examen preocupacional y harían de esa manera sumamente problemática su reinserción en el mercado laboral, hacen que la doctrina sobre incapacidad de ganancia se transforme en un factor de considerable incidencia. Así una persona debe considerarse inválida en virtud de las especiales características que se den en cada caso concreto, evaluando la incapacidad psicofísica no de manera aislada sino a la par de las condiciones económico sociales que conforman su entorno. En consecuencia, la exigencia del 66 % no constituye un requisito ineludible, y puede ser dejado de lado en razón de la posibilidad que tiene el interesado de sustituir su actividad habitual por otra compatible con sus habilidades teniendo en cuenta la edad, el grado de especialización (...)”. “HEREDIA MODESTO MARIO C/ ANSES”, 23/3/96. Propuesta En virtud de los antecedentes expuestos, se impone trabajar en la modificación de la legislación vigente, en el sentido de incorporar, al dictamen final sobre la incapacidad detectada desde el punto de vista médico un informe socio ambiental que permita la ponderación de otros factores: por ejemplo, el desempeño de la labor en el ámbito rural y la imposibilidad de sustituir las tareas habituales por otras de similares características.La sola ponderación de las dolencias psicofísicas, el nivel de educación formal , la edad y el deterioro general -limitado a un 10 %- deja sin protección a una gran cantidad de afiliados, que sólo pueden acceder a la revisión de la Comisión Médica Regional (CMR). Este organismo, ateniéndose dogmáticamente a las indicaciones del Baremo, arriba en muchos casos a un 50 ó 60 % de incapacidad y, en el párrafo subsiguiente concluye dictaminando que no le asiste al titular derecho al retiro transitorio por invalidez, lo que implica una condena a la desesperación y la indigencia. Lo dictaminado por la CMR, puede ser apelado en un exiguo plazo de cinco días hábiles, produciéndose el pase de las actuaciones a la Comisión Médica Central (CMC), sita en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La CMC, en la mayoría de los trámites, cita nuevamente al paciente de modo que, quien no posee medios para trasladarse queda fuera de esta instancia administrativa. Por último, la revisión judicial del accionar de la administración es competencia de la Cámara Federal de Apelaciones de la Seguridad Social, que también se encuentra en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, requiere patrocinio letrado y de una apelación presentada dentro de los 5 días hábiles. Este procedimiento, por las dificultades que presenta y su onerosidad, sólo puede ser utilizado por unos pocos, de modo que resulta imperioso ampliar normativamente los criterios que deben aplicar los organismos regionales, que son los únicos a los que muchos trabajadores pueden acceder, incluyendo la evaluación de otros factores como el socio ambiental y la imposibilidad de recalificación y posterior recolocación. La incorporación de un informe socio-ambiental, a cargo de un trabajador social del ámbito municipal, entre los elementos indispensables para evaluar una situación de incapacidad puede acercar información veraz e irreprochable sobre la posibilidad de reinserción laboral del trabajador y, tratándose de un obrero del campo en situación de aislamiento tornaría en una herramienta eficaz para hacer efectiva la garantía del Art. 14 bis de nuestra Constitución Nacional, asegurando al trabajador los beneficios de la seguridad social con carácter integral y la protección total de la familia. Es preciso reformar las normas que rigen La Pensión por fallecimiento y la Jubilación por invalidez Por Juan Carlos Paulucci* * Ex presidente del INOS y de CASFEC.Uno de los sucesos más penosos por los que puede pasar una familia es la perdida de aquel miembro que le brinda el imprescindible apoyo económico para vivir con dignidad. La muerte, el accidente o la enfermedad que deja invalido al jefe o jefa de familia implica una crisis profunda en el seno familiar que la Seguridad Social procura amortiguar, brindando las prestaciones de pensión al cónyuge sobreviviente y de jubilación por invalidez a aquel trabajador que tuvo la desgracia de perder la posibilidad de trabajar. Todos conocemos el caso de alguna familia cuya situación social y económica cambio dramáticamente de un momento a otro debido a la muerte de quien era su verdadero sostén. Por otra parte, en la literatura universal se pueden encontrar todo tipo de obras que cuentan historias desgarrantes de viudas y de huérfanos mendicantes, cuyo destino estaba supeditado a la voluntad caritativa que pudiera animar a sus parientes y amigos. Sólo basta consignar que, según los Evangelios, el único de los milagros de Jesucristo que no le fue implorado por nadie tuvo lugar en una ciudad llamada Naim y ocurrió cuando sacaban por la puerta de la ciudad el ataúd que contenía el cuerpo muerto de un hombre joven, único sostén de su madre viuda que lloraba desconsoladamente. El Señor resucitó al hombre sin mediar palabra de la atormentada mujer. No hacia falta. Toda Israel sabía el destino miserable que esperaba a la desdichada mujer, quien ya no podría contar con el afecto ni tampoco, con el apoyo económico de su hijo. En el mundo contemporáneo, los institutos de la Seguridad Social han procurado mitigar -como dijimos antes- las graves consecuencias de aquellas circunstancias de la vida que implican, para el trabajador una pérdida importante en el nivel de su salario. En nuestro país, las diversas normas provisionales que se fueron incorporando a la normativa nacional durante mas de cincuenta años y las reformas que se sucedieron fueron ampliando la cobertura y facilitando el acceso a las prestaciones en general y en particular, aquellas que cubren el riesgo de muerte e invalidez. Este proceso culmina con la aprobación de la Ley 18.037, que acordaba a los trabajadores un espectro prestacional amplio1 . La sanción de la Ley 24.241 significó un claro retroceso respecto del nivel de cobertura del que gozaban los trabajadores. La introducción en el Sistema de entidades privadas con fines de lucro, que prestan el servicio de administrar activos obligó al legislador a tener en cuenta los intereses de estas compañías que reclamaron un esquema prestacional que les permitiera obtener utilidades económicas. Y a nadie debe sorprender esta actitud, pues las sociedades comerciales tienen por fin ganar dinero para responder a la confianza depositada en ellos por sus accionista 2 . Están en todo su derecho. Mas, diríamos que por su propia naturaleza, se encuentran obligadas a hacerlo. Decíamos arriba, que el actual Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones significó un claro paso atrás en el nivel de protección con el que debe contar el trabajador y su familia. Una muestra palpable de ello es la restricción del derecho a pensión y a la prestación por invalidez que establece la nueva legislación. El Artículo 95 de la Ley 24.241 y el Decreto Reglamentario Entrando en el análisis de la cuestión, debemos decir que el artículo 95 de la Ley establece en su parte pertinente que la AFJP será exclusivamente responsable y estará obligada a: 1º) Al pago del retiro por invalidez y 2º) A la integración del correspondiente capital complementario para los afiliados en actividad que generen pensiones por fallecimiento. Ello, siempre y cuando el afiliado se encuentre efectuando en forma regular o irregularmente sus aportes. Sin embargo, la Ley no establece quien es un afiliado regular y tampoco, quien es uno irregular. La definición de estos conceptos se encuentra en el Decreto Nº 1.120/94 reglamentario de la Ley que, sobre esta materia fuera modificado por el Decreto Nº 460/99, actualmente vigente. Esta última norma dispone que, para que un trabajador en relación de dependencia sea considerado como aportante regular se le deben haber efectuado las retenciones previsionales durante por lo menos 30 meses de los últimos 36 anteriores a la fecha del fallecimiento del afiliado en actividad o de la solicitud de retiro por invalidez. El mencionado decreto también establece que, para ser considerado aportante irregular con derecho se le deben haber efectuado las retenciones correspondientes durante al menos 18 meses de los 36 anteriores al hecho que da origen a la prestación reclamada. En el caso de los trabajadores que realicen tareas discontinuas, como sucede con muchos de los trabajadores rurales, la regularidad o bien la irregularidad con derecho se alcanza cuando las retenciones previsionales se realizaron durante 10 meses o 6 meses, según el caso, de los últimos 36. Si bien es cierto que estas condiciones, establecidas por el aludido Decreto Nº 460/99, son mucho más benignas que las draconianas dispuestas por el Decreto Nº 1.120/94, debe merituarse que, dadas las circunstancias por las que ha atravesado y atraviesa aún el mercado de trabajo, muchos de nuestros trabajadores no se encuentran debidamente amparados por el Régimen de Seguridad Social. Millones de ellos han pasado, durante la reciente crisis, de la economía legal a la ilegal. Afortunadamente, este proceso se está revirtiendo y el empleo formal aparece creciendo a buen ritmo y con niveles sostenidos. Sin embargo, estos trabajadores que ahora vuelven a la normalidad laboral no registran retenciones previsionales desde hace varios años, circunstancia esta que deja a su familia fuera de toda protección en caso de muerte y en total desamparo a todo el grupo familiar en caso de invalidez. Por otra parte, no cabe duda alguna de que esta norma ha sido dictada para reglar los derechos de quienes están en el Régimen de Capitalización y no, con respecto a quienes optaron por el Régimen Público. El comentado Artículo 95 de la Ley 24.241 se encuentra dentro del Capitulo VII del Título III denominado “Del Sistema de Capitalización” y, tanto su contenido como el de la aludida reglamentación refieren a procedimientos establecidos para dicho Sistema. No tiene sentido hablar “del cálculo del capital técnico” dentro del Sistema de Reparto, cuya mecánica procedimental es absolutamente distinta. Un caso especial: “El Derecho a Pensión por Fallecimiento dentro del Régimen Público” Tanto la ANSES como algún tribunal federal entienden que el mencionado Artículo 95 es de aplicación para el Sistema de Reparto y, por ello deniegan los beneficios de pensión a aquellas personas sucesoras de un afiliado titular que no contó con retenciones previsionales en al menos 18 meses, de 36 anteriores al momento del deceso. De la simple lectura de los textos legales enunciados se desprende que la Ley 24.241 no establece las condiciones en las que corresponde otorgar el derecho a pensión. Quien si lo hace es el Decreto Reglamentario. Desde nuestro punto de vista, consideramos que la reglamentación indicada invade el terreno propio de la legislación de fondo, estableciendo las condiciones -algunas muy severas- para acordar el beneficio. La Ley sólo habla de aportantes regulares e irregulares y es el Decreto Reglamentario el que define que requisitos deben cubrir uno y otro, determinando además, por vía de la exclusión tácita, quienes no tienen ese derecho. Apreciamos que de esta manera no se respeta el orden de prelación y la razonabilidad de los actos de gobierno que establece el Artículo 31 de la Constitución Nacional, dando por tierra con la tan mentada pirámide jurídica. Por otra parte, el aludido Artículo 95 no es aplicable a los afiliados al Régimen Previsional Público porque -reiteramos-, de su sola lectura se desprende que el legislador se refiere sólo a los afiliados al Régimen de Capitalización y no existe en el texto de la Ley remisión alguna que señale que dicho Artículo debe ser aplicado a ambos regímenes. Además, resulta absurdo que se aplique un criterio por demás limitativo en un Régimen cuyo principio básico es la Solidaridad 3 . En definitiva, para los casos del Régimen Público, apreciamos que deben aplicarse las disposiciones de la Ley 18.037, teniendo en cuenta que el Art. 156 de la Ley 24.241 así lo admite 4 . Nuestra opinión Consideramos que el Honorable Congreso de la Nación es quien debe definir, a través de una Ley, quienes son los que tienen el derecho a ser beneficiarios de una determinada prestación. Esta determinación es propia de la estructura básica de cualquier régimen previsional, y esto es aceptado pacíficamente por la doctrina moderna. Por ello, pensamos que el Parlamento Nacional debe poner manos a la obra lo más prontamente posible para que, luego de una amplia consulta con todos los sectores involucrados, debata y sancione una Ley que brinde una equitativa solución al problema, acordando a los trabajadores la cobertura solidaria con la que contaban hasta la reforma de 1994. En nuestra modesta opinión, para afirmar el prestigio de nuestro Poder Legislativo, es deseable que este remedio legal surja por su propia iniciativa, antes que la normativa comentada sea declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De tal forma, el Parlamento seguirá el ejemplo de Cristo, interviniendo en el drama antes de que alguien o algunos se lo reclamen. 1 La Ley 18.037 por ejemplo, acordaba al trabajador el derecho a la jubilación por invalidez cuando la misma sobrevenía encontrándose en actividad o bien “cuando acreditare diez años de servicios con aportes computables en cualquier régimen comprendido en el sistema de reciprocidad jubilatoria, si la incapacidad se produjere dentro de los dos años siguientes al cese”. En lo que respecta a la pensión, la misma Ley amplió el cuadro de beneficiarios extendiendo el derecho a la prestación hasta los 21 años para los hijos, nietos y hermanos del causante que cursaren estudios secundarios o superiores y manteniendo el derecho a pensión para las hijas solteras mayores de 50 años que convivían con el causante y no contaban con recursos económicos. 2 A nuestro juicio, la cuestión a dilucidar es determinar hasta qué punto el fin de lucro puede compatibilizarse con los objetivos de la Seguridad Social. Entendemos que esta cuestión es una de las importantes cuya discusión tiene pendiente la sociedad argentina. 3 Ver Artículos 1º y 2º de la Ley 24.463. 4 El mencionado Art. 156 de la Ley 24.241 dice: “Las disposiciones de las Leyes Nros. 18.037 (t.o. 1976) y 18.038 (t.o. 1980), y sus complementarias que no se opongan ni sean incompatibles con las de esta Ley, continuarán aplicándose supletoriamente en los supuestos no previstos en la presente, de acuerdo con las normas que sobre el particular dictará la autoridad de aplicación”. Perón y los trabajadores Por Oraldo Norvel Britos* Ex Senador y ex Diputado Nacional. Presidente de la Comisión de Previsión Social de la CND.- Hablar de la obra de Perón en pocas líneas es una tarea casi imposible; quienes tuvimos la suerte de conocerlo, escucharlo e interpretarlo sabemos perfectamente que las bases de casi toda nuestra legislación están en su doctrina. En esta oportunidad quiero referirme a los derechos del trabajador. Uno de los puntos centrales en la campaña presidencial del Coronel Perón, en el año 1945, fue la promesa de elaborar y redactar los derechos de los trabajadores. El 24 de febrero de 1946 resultó ganadora la fórmula Perón - Quijano y tal como lo prometieron, un año más tarde estos derechos vieron la luz en el teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires. En esta oportunidad, Perón reunió a tres mil dirigentes gremiales de todo el País y se los hizo conocer mediante un decálogo. Cabe destacar que esta norma fue considerada en la Convención Constituyente y, como era de esperar fue plasmada en los Artículos 37 y 38 de la Constitución Nacional de 1949; estos son: 1- Derecho de trabajar: Se toma al trabajo como medio indispensable para satisfacer las necesidades espirituales y materiales del individuo, de la comunidad y la causa de todas las conquistas de la civilización y la prosperidad general. El derecho de trabajar debe ser protegido por la sociedad y proveer ocupación a quien lo necesite. Perón decía: “gobernar es dar trabajo”. 2Derecho a una retribución justa: Se debe garantizar al trabajador una retribución moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea compensatoria del rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado. Son la riqueza, la renta y el interés del capital frutos exclusivos del trabajo humano. 3Derecho a la capacitación: Se refiere al mejoramiento de la condición humana, a los valores espirituales, a la elevación de la cultura y de la aptitud profesional. 4Derecho a condiciones dignas de trabajo: Se consagra el derecho de los trabajadores a exigir condiciones dignas y justas para el desarrollo de su actividad. 5Derecho a la preservación de la salud: Se debe velar para que el régimen de trabajo reúna los requisitos adecuados de higiene y seguridad y que no exceda las posibilidades normales del esfuerzo. 6Derecho al bienestar: Este derecho se concreta en la posibilidad de disponer de vivienda, indumentaria y alimentación adecuadas. 7Derecho a la seguridad social: El derecho de los individuos a ser amparados en los casos de disminución, suspensión o pérdida de su capacidad para el trabajo.8Derecho a la protección de su familia: La protección de la familia como un natural designio del individuo. 9Derecho al mejoramiento económico: La sociedad debe apoyar y favorecer las iniciativas de los individuos tendientes a este fin. 10- Derecho a la defensa de los intereses profesionales: El derecho de agremiarse libremente y de participar en otras actividades lícitas tendientes a la defensa de los intereses profesionales. En este contexto y resaltando una vez más la dedicación de Perón hacia la clase trabajadora, no puedo dejar de mencionar el Plan Quinquenal del año 1947, antes de cuya entrada en vigencia se registraban aproximadamente 800.000 desocupados, producto de las políticas empleadas por los gobiernos de la denominada década infame, también denominada “década del 30”. El mencionado plan no sólo redujo la desocupación a casi un 0 % sino que, además los trabajadores empezaron a compartir la riqueza con los patrones llegando casi a un 50 % del Producto Bruto y, como consecuencia inmediata de esta situación se produjo un notable crecimiento en la clase trabajadora. No olvidemos a nuestros hermanos Indígenas Por Carlos H. Luparia* Presidente del Instituto de Derecho Laboral Agrario Argentino (INDELAA).Es innegable que muchos de los indígenas que habitan a lo largo y ancho nuestro país son trabajadores rurales, dedicados a diversas faenas, en obrajes madereros, en desmontes o como cosecheros temporarios en el campo o peones permanentes. Practican recolección de frutos en los campos que habitan, cazan y pescan. Tallan maderas, tejen y trabajan en alfarerías que luego venden. Se calcula que cerca de un millón de indígenas habitan la Argentina, pero quizá sean más. Las condiciones de vida y de trabajo de ellos y de sus familias son miserables, y sus ingresos – cuando los reciben – son mínimos y ni siquiera se los puede calificar de simple subsistencia. Carecen de todo lo indispensable para vivir un ser humano. No tienen documentación ni obra social ni asistencia médica ni agua potable. Lamentablemente en nuestra tierra, los indígenas son los olvidados, los hundidos, los despreciados; son parias en su propia tierra, y viven en ella como ciudadanos no ya de segunda sino, de tercera clase. Sobre ellos pesan todas las lacras posibles. Devorados por enfermedades de todo tipo, alejados de las más mínimas posibilidades de desarrollo, considerados como de una raza inferior. Son, en síntesis una bofetada para todos los argentinos en pleno siglo XXI. Diríamos, sin temor de exageraciones, que es una vergüenza que no podemos admitir. Y no es que no tengan leyes que los protejan, incluso la propia Constitución Nacional, pero nada de ello se cumple: constituyen la letra muerta de un olvido injustificado. Hoy, tanto la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) como su obra social OSPRERA por intermedio de su eficaz conducción están concretando el rescate de la dignidad y promoción del Trabajador Rural y de su familia, creo que pueden realizar una eficaz labor y contribuir a la solución del drama de los indígenas y de su familias. En tal sentido, hace un tiempo presenté una propuesta con una serie de medidas urgentes para que ellos sean también rescatados del olvido. Mi conciencia de argentino y patriota así lo exige. Espero que ello sea así. Y con ello un acto de estricta justicia. Dichas medidas propuestas serian las siguientes: 1. Realización de un censo en todo el país a fin de determinar fundamentalmente lo siguiente: a) Existencia de poblaciones indígenas en la Argentina; distintas comunidades a que pertenecen; existencia en las mismas de trabajadores rurales y tareas que realizan los mismos habitualmente; si ellos están registrados, sindicalizados y si cuentan con la libreta de Trabajo Rural; b) Medios de vida de los indígenas; ingresos que realmente perciben; c) Necesidades básicas insatisfechas: detalle de las mismas; d) Estado médico-hospitalario de la población indígena; detalle de las medidas urgentes a adoptar en materia preventiva y curativa; adopción de las más urgentes medidas sanitarias; e) Existencia de déficit educacional; falta de escuelas, de maestros, de educación bilingüe. 2. Adopción de las primeras y urgentes medidas a fin de proveer a dichas poblaciones y comunidades indígenas de las más inmediatas en materia de provisión de agua potable, medicina, alimentos, viviendas, edificios comunitarios, hospitales, escuelas, etc. 3. Siendo la existencia de fuentes de trabajo fundamental para el desarrollo y promoción de los indígenas, disponer la realización de planes y gestiones públicas y privadas, y todo cuanto contribuya a la creación y/o ampliación de las existentes. 4. Realización de estudios de antecedentes y gestiones ante los entes públicos y privados para la más urgente regularización de la situación dominial de la posesión de las tierras que tradicionalmente ocupan los indígenas, sus poblaciones y comunidades. 5. Contribuir a la adopción de medidas para adecuar el sistema educativo de los indígenas, fundamentalmente la enseñanza bilingüe; creación y puesta en marcha de escuelas- hogares. 6. Encarar la difusión de la crítica situación de los indígenas y de sus comunidades, de su problemática y de los valores de su cultura original. Estas son algunas medidas más urgentes a adoptar que, sin duda necesitan una decisión política-gremial de vasto alcance y repercusión nacional e internacional. Ello no implica el desconocimiento de otros graves problemas y de las medidas necesarias que deben adoptarse. Las soluciones no son inmediatas. La problemática que presenta la cuestión indígena en la Argentina es grave y difícil. Pero se puede empezar ya. Ellos, los hermanos indígenas argentinos son innegablemente merecedores de nuestro esfuerzo. Debemos rescatarlos del olvido y de la ignominia. Electrificación rural Hacia una mejor calidad de vida para los trabajadores rurales Por Rubén Benítez* * Secretario de Acción Social de OSPRERA y Coordinador de la Comisión Pro Electrificación Rural del Instituto de Capacitación y Empleo (ICE) de la UATRE.Una gran parte de nuestra población rural carece de servicio eléctrico. Alrededor de un 1,8 millones de personas que viven en el campo se alumbran como en la época de la Colonia, utilizando velas, faroles y mecheros. Naturalmente, ninguno de ellos puede acceder desde su hogar a las ventajas y comodidades que brindan el desarrollo y la tecnología moderna. Pero no solamente en estos 300.000 hogares falta electricidad, tampoco tienen servicio más de 6000 edificios públicos que se encuentran en zonas rurales. Se trata, fundamentalmente de escuelas, salas de primeros auxilios, destacamentos policiales y de seguridad. Como es de imaginar, la ausencia de luz impide un desarrollo adecuado de las actividades escolares y el funcionamiento de todo tipo de aparatos que se emplean permanentemente en los centros de salud. No hay heladeras y, por lo tanto la cadena de frío se interrumpe, por lo que ningún programa de vacunación que exija la existencia de refrigeradores se puede llevar a cabo, obligando a las familias a trasladar a sus hijos hasta los centros poblados y a afrontar el gasto y la incomodidad que ello significa. No vale la pena que me extienda más explicando las penurias que debe soportar un hogar que no tiene electricidad; nuestros lectores conocen el problema. Sólo quiero recalcar que esta carencia contribuye a impedir que los chicos alcancen un buen nivel de educación. Y esto, en el mundo moderno es grave y se paga muy caro. Lamentablemente, los alumnos egresados de estas escuelas no tendrán el nivel de preparación con el que cuentan otros pibes que pueden concurrir a escuelas dotadas de los adelantos modernos. De esta manera no habrá igualdad de oportunidades para ellos y en esta calesita de la vida argentina, la sortija la seguirán sacando siempre otros. Pero, ojo: Los nuestros, también tienen derecho. Dentro de este panorama, aparece como una esperanza el Proyecto PERMER1 que esta llevando a cabo la Secretaría de Energía de la Nación en acuerdo con las provincias que decidan incorporarse al emprendimiento. La UATRE ha resuelto promover con toda la decisión de la que es capaz este programa de electrificación rural porque contribuye al desarrollo humano del trabajador rural y su familia y también, a la preservación del medio ambiente, pues el Proyecto PERMER promueve el uso de fuentes de energía renovable, no contaminante. Se trata entonces de llevar electricidad al medio rural a través del empleo de pequeños generadores eléctricos que utilizan como combustible la radiación solar o la fuerza del viento (energía eólica). Sólo en los casos donde no se puede recurrir a ninguna de ellas, se apela a la generación vía derivados del petróleo. Este programa prevé la electrificación de escuelas, dispensarios, centro comunitarios y también de viviendas rurales. A la UATRE le interesa llevar la energía eléctrica tanto a las escuelas y a los centros públicos de atención como a los hogares de los trabajadores rurales. El desarrollo social y económico de una familia exige imperiosamente contar con energía eléctrica que, no sólo hace más confortable la vida, sino que permite estudiar y mejorar la situación económica familiar, desarrollando actividades que hoy no es posible hacer por no contar con este servicio. Por otra parte, todos sabemos que poder tener una heladera eléctrica, un televisor o una computadora permite mejorar la condición de vida, tanto en el plano de la salud como en el de la educación, la comunicación y la información. El aislamiento, la ignorancia, la carencia de servicios esenciales hacen al subdesarrollo, a la pobreza y a la falta de oportunidades para crecer y mejorar. Queremos electricidad en las viviendas de nuestros compañeros porque aspiramos a que ellos y sus hijos puedan disfrutar de un futuro mejor y más provechoso para todos. 1 Proyecto de Energías Ren ovables en Mercados Rurales. - Agricultura sustentable Por María Laura Novoa* * Integrante de la Subcomisión de Control de Gestión e Impacto Ambiental de la CLR.La sustentabilidad es la base indispensable para mantener un equilibrio constante en los sistemas agrícolas. Para ello, es necesario invocar una nueva cultura en las tareas agrícolas que conlleven a mantener los ecosistemas activos y la calidad del trabajo de nuestros trabajadores rurales. Los avances científicos de las ciencias de la naturaleza permanentemente un manejo ambiental de los recursos naturales. corroboran Hoy en día, se hace imprescindible evaluar la degradación de los sistemas producto de la implementación de la agricultura industrializada, y tender a un proceso de transición hacia una agricultura ecológica, sustituyendo las tecnologías contaminantes y dependientes de capital por tecnologías biológicas que entiendan la dinámica de los nutrientes en el suelo. Entonces, podemos hablar de agricultura ecológica reflejando una evolución entre cultura y medio ambiente, comprendiendo la función y estructura de los ecosistemas agrícolas y sus potenciales productividades, dando como resultado, menores efectos perjudiciales, culturales y ecológicos. Un análisis exhaustivo permitirá entender un mejor uso racional de los componentes bióticos y abióticos, conservando y preservando la dinámica ecosistémica de nuestros recursos naturales. Hay que entender que las malas prácticas son ni más ni menos consecuencias de la deficiencia de objetivos claros y duraderos en el aprovechamiento de los recursos naturales. En áreas rurales se deben prevenir y corregir los impactos ambientales que producen las actividades agrícola ganadera producto de un plan de manejo donde se evalúen los recursos de la flora y fauna silvestre, las aguas superficiales y subterráneas, la conservación de los sistemas naturales, los ciclos hidrológicos, el clima, la tierra y el paisaje desde una concepción cultural y económica sustentable. El conocimiento profundo y continuo en el tiempo de estas relaciones permite un desarrollo adecuado y sostenido intergeneracional de nuestros sistemas productivos. El vínculo entre las ciencias naturales y el sistema socioeconómico hacen posible tomar conciencia de los abusos y limitaciones del ambiente. Hay que observar que los alcances en el pensamiento de la humanidad se han extendido notablemente. Esto comporta la consecuencia provechosa de que permiten enfocar al hombre como parte de los ecosistemas y no como un eslabón aislado. Por lo expresado se hace imprescindible pronunciar a la ecología ¨ciencia holística¨, conocida como disciplina integradora que pretende salvar la crisis ambiental expresada por las inundaciones, por los cambios climáticos, por la pérdida de biodiversidad, por la degradación del suelo y por los demás factores que, en su conjunto constituyen los recursos de la sabia naturaleza. Es concluyente que las pautas de conductas sociales ambientales harán comprender los impactos causados por el hombre sobre el proceso de desarrollo, para lograr un equilibrio funcional y adecuado entre el hombre y la naturaleza. “La concientización debe originarse en los hombres de ciencias, pero sólo puede transformarse en la acción necesaria a través de los dirigentes políticos“, Juan Domingo Perón. Estocolmo, 1972. El RENATRE hoy Por Alberto A. Brondo* Coordinador General del RENATRE.El uso de la LIBRETA DE TRABAJO por el trabajador rural constituye una instancia fundamental para el funcionamiento a pleno del sistema de normas establecido por la Ley 25.191. La Libreta de trabajo como documento personal, intransferible y probatorio de la relación laboral constituye el instrumento jurídico idóneo para la identificación del trabajador rural, de su familia y, en general para que el trabajador tenga acceso a los beneficios de la seguridad social rural. Esta Libreta es la llave necesaria para el funcionamiento pleno del Sistema, por lo que la consigna del RENATRE “CADA TRABAJADOR RURAL, UNA LIBRETA DE TRABAJO” adquiere importancia suprema y constituye una instancia que este Registro considera prioritaria. En estos términos, el RENATRE brega por una adecuada difusión del Sistema, especialmente en cuanto a la difusión sobre el uso de la Libreta de Trabajo. Es estrictamente necesario que el trabajador se familiarice con el mecanismo de utilización del documento; que exija las registraciones correspondientes, ya que ellas significan la acreditación de sus aportes y, en definitiva el acceso a los beneficios de la Seguridad Social. En cada trabajador debe hacerse piel el sentido de pertenencia a la actividad y que es a través de su Libreta de Trabajo que ejercerá el resguardo de sus derechos, independientemente de ser condición necesaria para el acceso al beneficio de la prestación por desempleo. Quizás las normas del derecho laboral agrario han reconocido al trabajador rural ciertos derechos que, en la práctica suelen resultar inciertos en la medida en que no se encuentran acreditados debidamente en un instrumento con el valor probatorio que tiene nuestra Libreta de Trabajo. Debe recordarse a título de ejemplo, la facultad del RENATRE de emitir Certificados de Trabajo, en un futuro, para acreditar los aportes y las contribuciones a la Seguridad Social. Las prestaciones por desempleo a trabajadores rurales Completando la triada de objetivos trazados y pasando ya a la etapa de materialización de los mismos, el pasado 11 de agosto el RENATRE vivió un nuevo acontecimiento en su vida institucional (desde su efectiva constitución, en marzo del 2002) que lo llena de orgullo y de realizaciones concretas en su corta vida. El Presidente de la Nación, Dr. Néstor Kirchner, conjuntamente con el Presidente del organismo, Gerónimo Venegas, y el Ministro de Trabajo de la Nación Dr. Carlos Alfonso Tomada, entregaron 11 prestaciones por desempleo a trabajadores rurales que lo habían solicitado. En el mismo acto, el Ministro de Trabajo refrendó la Resolución Nº 543 que crea el Sistema Integral de Prestaciones por Desempleo (SIPRED), cuya administración está a cargo del RENATRE, y aprueba la reglamentación que establece las condiciones y requisitos para acceder a las prestaciones. Debe hacerse notar que los trabajadores rurales se encontraban excluidos de las prestaciones por desempleo establecida por la Ley 24.013 del año 1991. Sin embargo los empleadores contribuían normalmente al Fondo de Empleo, sin que nadie reclamara por tal situación salvo la UATRE (el Sindicato más representativo en el orden nacional del sector de trabajadores rurales) que no sólo hizo tal reclamo, sino que, elaboró una Ley que hoy está llamada a ser angular en la construcción de una nueva Seguridad Social para el sector rural. Así las cosas, hoy los trabajadores rurales no sólo tienen la posibilidad histórica de ser protagonistas de su propio destino a través de la Libreta de Trabajo, sino que, gracias a un trabajo constante y articulado liderado por Gerónimo Venegas pueden acceder a la prestación por desempleo en caso de tener la vicisitud de quedar sin trabajo. La capacitación, la reinserción laboral, la prevención de la salud, etc. No solamente la prestación para cubrir la contingencia del desempleo es económica (aún teniendo un techo mayor que la ordinaria -$ 360 la del RENATRE; $ 300 la del Fondo Nacional de Empleo-), sino que, el RENATRE desarrollará fondos destinados a la capacitación, a la reinserción laboral, a la prevención de la salud y al transporte para trabajadores no permanentes (migrantes o golondrinas) que deben trasladarse a otras Provincias para buscar su conchabo. Uno de los casos típicos es de aquellos trabajadores de Santiago del Estero y de Tucumán que van a trabajar en la fruta del Valle de Río Negro y de Neuquén. El RENATRE ha de tutelar y controlar las migraciones a través de su intervención para crear más empleo, capacitando y propiciando condiciones laborales aptas. Este organismo también se perfila para la capacitación de trabajadores y de empleadores, conceptualizándola en un sentido amplio que abarca todas las necesidades del trabajador y del productor, y entendiéndola como una herramienta necesaria para ofrecer un servicio más al sector. En ese marco, el RENATRE y la UATRE, a través del Instituto de Capacitación y Empleo (ICE) han comenzado con el Programa de Alfabetización para empleadores rurales y trabajadores. La especificidad del órgano creado por la Ley 25.191 avanza sobre el adecuado desarrollo de estos proyectos ya que, la profesionalidad de los actores sociales que componen la relación laboral logra abordar fácilmente la problemática, agotando las instancias para encontrar soluciones prácticas que permitan ir al fondo del asunto. El Servicio de Conciliación Laboral Rural (SECLAR) Con esta experiencia, tal vez deba reflexionarse sobre que las cosas no se resuelven solamente detrás de los escritorios, en confortables despachos ni aún con las posibilidades que nos ofrece la tecnología ni a través de la creación de normas técnicamente perfectas pero vacías de contenido en cuanto a su aplicación práctica. La participación de actores sociales y representativos es fundamental a la hora de adoptar medidas que deciden el destino de la gente del sector. Sin embargo, el cumplimiento de los objetivos de la Ley, la Libreta de Trabajo, la Prestación por Desempleo y la creación del RENATRE COMO VERDADERO Padrón Nacional del sector no han desarticulado la verdadera esencia del Sistema creado: SER UN VERDADERO PRESTADOR DE SERVICIOS PARA EL SECTOR. En efecto, la especial idiosincrasia del medio agrario denota características especiales que deben ser tomadas en cuenta para no afectar intereses propios de los empleadores y de los trabajadores del campo. Así por ejemplo, los ciclos de cosechas o de siembras son perentorios; el productor debe trabajar, la más de las veces contra reloj y, en poco tiempo mientras lo permitan las condiciones climáticas. Esta realidad, sumada a la escasa información que existe en materia de Derecho Laboral Agrario hace que los conflictos originados en el campo sean motivo de largos juicios laborales, con resultado incierto tanto para el trabajador como para el empleador. Lo antedicho junto a otras causas determinó que el RENATRE esté organizando un Servicio de Conciliación Laboral Rural (SECLAR) que permita solucionar los diferendos originados en el medio, en una instancia voluntaria y definitiva, que se concretará dentro de la propia estructura del organismo en cada una de la Delegaciones de todo el país. Actuarán conciliadores especializados en Derecho de Trabajo Laboral Agrario para la defensa adecuada de los intereses de las partes (patrocinio del Sindicato y de las Cámaras Empresarias). Este proyecto se encuentra en una etapa avanzada de concreción. Los Convenios de Corresponsabilidad Gremial Los Convenios de Corresponsabilidad Gremial constituyen un instrumento adecuado para solucionar algunos problemas propios de ciertas actividades de uso intensivo de mano de obra, como cuantía y modalidades de pago de aportes y de contribuciones a la seguridad social. Dada la idiosincrasia, también es cierto que este tipo de actividades reúne la mayor cantidad de trabajo informal. Las organizaciones de empleadores del sector rural (Sociedad Rural Argentina, Coninagro, Federación Agraria Argentina y CRA) tanto como la UATRE han considerado la necesidad de reimplantar tales Convenios, pero bajo la administración del RENATRE como órgano de vigilancia y control. Este órgano de naturaleza paritaria hace convivir a trabajadores y a empleadores, y es el más adecuado por su naturaleza para fijar tarifas, fijar condiciones de acceso a los convenios, establecer agentes de retención en cada una de las actividades de acuerdo a la cadena de comercialización utilizada. El RENATRE con su moderna Base de Datos contiene todos los datos que pueden posibilitar el control eficiente, y es el organismo que por su especialización puede realizar los estudios técnicos adecuados para la negociación de dichos convenios. Otros logros desde marzo del 2002 Lo expuesto refleja sólo algunos aspectos de las múltiples actividades desarrolladas actualmente por el Registro, puesto que además el RENATRE ofrece un Padrón Nacional con 300.000 trabajadores inscriptos y 70.000 productores del sector agropecuario. Esta Base cuenta con los datos de los inscriptos y contiene la digitalización de la documentación probatoria de la inscripción; lo que la hace única en el país con tal característica. Asimismo, se han emitido 256.000 Libretas de Trabajo que permiten el acceso del trabajador al Sistema normativo de la Ley 25.191. A través de un Fondo con aptitud económica y financiera para hacer frente al universo de trabajadores que eventualmente sufren la contingencia del desempleo, se entregaron 11 prestaciones por desempleo; para febrero del corriente año hubieron 1.400 beneficios otorgados y, de acuerdo a las proyecciones para fin de año 13.000 trabajadores accederán al mismo beneficio. La prolija administración realizada permitió, no sin esfuerzo, cumplir con las obligaciones que la Ley impone: fundar y constituir el Registro, organizar la correspondiente estructura, crear la Libreta de Trabajo y el SIPRED, otorgar las Prestaciones por Desempleo y, por sobre todas las cosas estar al servicio del sector agropecuario. Con el fundamento en los logros alcanzados, con las perspectivas futuras y con el desafío latente de posicionarnos como referente en la Seguridad Social del sector es que afrontamos el futuro, con humildad pero con la firme convicción de lograr los objetivos trazados. Sabedores de que hay un país que nos espera y nos necesita porque somos el motor de la económica nacional, seguiremos trabajando incansablemente para el sector agropecuario. Por eso somos todos trabajadores, somos todos empleadores rurales; en definitiva SOMOS EL CAMPO. Buenos Aires, 28 de febrero de 2005.- El conocimiento como herramienta para la acción Por Graciela Sfasciotti* Coordinadora de la Comisión Legislativa Rural La creación de la Comisión Legislativa Rural fue una iniciativa del Secretariado Nacional de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, cuyo Secretario General es Gerónimo Venegas. Tiene como función investigar y analizar la problemática del trabajador y trabajadora rural y su familia, formulando propuestas concretas como alternativas de solución. Está integrada por técnicos especialistas en diferentes disciplinas, relacionadas con la temática del sector rural en cuestiones relativas a las siguientes especialidades: Derecho Laboral Agrario, Seguridad Social, Desarrollo Social y Educación, Riesgos del Trabajo, Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, Control y Gestión del Impacto Ambiental, Salud y Discapacidad, Seguridad e Higiene, Economías Regionales, Estudios Históricos, Relaciones Internacionales, MERCOSUR, Difusión y Comunicación, Actualización de las Normas Vigentes y Análisis de las Iniciativas Parlamentarias, entre otras. En su tarea, la Comisión Legislativa Rural se aboca a un proceso de búsqueda del conocimiento, desde la reflexión crítica frente a la realidad, entendiendo que -como dice Venegas- “El conocimiento es el arma más importante con la que cuenta el hombre para defenderse en la vida”1 La Coordinación de la mencionada Comisión, procura que en los distintos trabajos que realiza el plenario, se profundice en el conocimiento de los temas que son sometidos a su consideración. Un conocimiento que sea objetivo, sujeto a un método, que no sólo sea susceptible de transmitirse a otros, sino que también, pueda ser adquirido por éstos como herramienta idónea para transformar la realidad existente. Este ámbito multidisciplinario de reflexión, de intercambio de experiencias y de conocimientos, genera un fructífero espacio de comunicación y diálogo. Ello, porque la comunicación implica reciprocidad y es la clave que permite consolidar el diálogo crítico, pero a la vez constructivo, que resulta fundamental para alcanzar, profundizar y consolidar el conocimiento, haciendo posible luego, su aplicación fáctica. A partir de estas premisas, la Comisión Legislativa Rural aborda la elaboración de planes, programas y proyectos que, basados en el conocimiento y comprensión de las causas y consecuencias de una determinada y conflictiva situación, brinden a los trabajadores rurales una respuesta adecuada a las necesidades percibidas. Aspiramos a que esta publicación se convierta en un nuevo vehículo de diálogo que posibilite también, un intercambio de opiniones con nuestros lectores. No pretendemos constituirnos en dueños de ninguna verdad, simplemente aspiramos a que la problemática del trabajador rural, tantas veces postergada, tenga el espacio que se merece en el ámbito de las inquietudes que preocupan a la dirigencia nacional. Brindamos desde estas columnas nuestra opinión y en cada caso, aportamos una propuesta que estamos dispuestos a sostener, pero también, a modificar y enriquecer con los aportes que el lector quiera sumarnos. 1. Sobre el particular acota el propio Venegas: Nuestro país necesita que más y más argentinos cuenten con una formación suficiente que les permita aplicar sus conocimientos al trabajo y al mejoramiento de nuestra sociedad. Ver más en: Venegas, Gerónimo. “Trabajo de campo. Producción, tecnología en el medio rural”. Neiman, Guillermo (Compilador). Prólogo. Pág. 5-6 Ediciones CICCUS. 2001.