RESEÑA No

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Especialización Gestión de Empresas Solidarias
Módulo: Organización y Gestión Solidaria
Reseña No. 5
Noviembre 3 de 2004
RESEÑA LECTURA No. 13
Racionalidad y desarrollo económico:
Tres reflexiones desde el modelo solidario
Darío Castillo Sandoval.
Esta lectura aborda como objetivo principal un análisis sobre los comportamientos
cooperativistas y su relación con el concepto de desarrollo. Para tal fin, el autor
plantea algunas consideraciones teóricas iniciales y tres reflexiones que intentan
abordar el tema central descrito anteriormente.
Entre las consideraciones teóricas se resalta el hecho de señalar que la autentica
cooperación del modelo solidario se basa en la utilización del capital se forma
colectiva y no a favor de los dueños del mismo. A pesar de que la racionalidad en
el uso de los factores productivos, entre ellos el capital, es diferente en el modelo
solidario, solo puede ser considerada como fundamental si se aplican algunos
conceptos propios del modelo como la gestión democrática, la autogestión, el
autocontrol, primacía del bien común y sobretodo, la acción colectiva ejercida por
sus miembros o participantes.
Para entender un poco mejor esta forma de ver la racionalidad económica en
términos solidarios, el autor plantea una primera reflexión, siendo esta la que
habla de la racionalidad cooperativa preliminar. Allí se hace especial énfasis en
que para todos los individuos que hacen parte del sistema solidario, una primera
intención de asociarse obedece a intereses individuales o personales más no
colectivos. Por ejemplo, el buscar mayor rendimiento económico en las prestación
de servicios laborales (CTA), mejores ingresos o mayor rentabilidad. Pero esta
racionalidad, con el tiempo, se convierte en una racionalidad o forma de actuar
colectiva en razón a que al alcanzar estos mejores ingresos o rendimientos
propios, los individuos mejoran sustancialmente su calidad de vida, hecho que
sugiere la conservación del modelo y su impulso permanente.
Así, esta forma de cooperación que antes surgió de intereses personales,
rápidamente se convierte en un proyecto social, más colectivo. Este proyecto
convertido en colectivo se da gracias a que los individuos participantes del mismo
tienden a aminorar constantemente los impactos de su situación económica y
social buscando de forma permanente evitar riesgos futuros.
Esta transformación de intereses individuales a colectivos sugiere inmediatamente
la segunda reflexión del autor, basada en la teoría de juegos y cooperación. En
este aparte sencillamente hace un recuento de cómo trabajadores asociados
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mediante una cooperativa de trabajo asociado logran satisfacer sus necesidades,
no solo económico – laborales, sino que además logran, mediante un juego de
mercado, influir en la venta de productos y servicios a través de un almacén
comunitario en su región de trabajo.
La cooperativa de trabajo asociado logra a partir de sus servicios desarrollar
continuamente una forma solidaria que origina el aumento del bienestar general de
la comunidad, siendo esta la meta fundamental de su actividad empresarial.
Así mismo, este proceso de promover el bienestar general en la comunidad,
retroalimenta el modelo de trabajo solidario afianzando el vínculo de los individuos
o asociados con su cooperativa e incrementando el valor que cada uno le da a la
cooperación como actitud articuladora entre las necesidades individuales y el
bienestar comunitario. De esta manera, el autor pretende explicar que no se puede
generar la satisfacción de las necesidades individuales sin la satisfacción
comunitaria o crecimiento permanente del bienestar comunitario.
Como tercera reflexión, se encuentra el Desarrollo y la solidaridad. En esta
reflexión, se explica la manera como el desarrollo y crecimiento de las formas
solidarias promueve el desarrollo local o regional a partir del cumplimiento de
objetivos económicos donde se generan mejores ingresos para los asociados a
bajos costos. En otras palabras, la función de maximizar los beneficios se aplica
igual que en la economía capitalista pero con un enfoque comunitario. Así, se
supera la concepción capitalista de la empresa en la que el capital tiene el
privilegio de la gestión convirtiéndose en remuneración del empresario, para lograr
el entendimiento del capital como un medio para satisfacer necesidades
colectivas.
Igual que en el modelo capitalista, se busca generar un excedente pero su forma
de redistribución es diferente. No es para un único dueño del capital sino para los
dueños del mismo o asociados, que en últimas lo traducen en mejores
oportunidades de trabajo, satisfacción de necesidades y empleo de estos recursos
en la generación de desarrollo económico, social o regional. Vale la pena anotar
que estas necesidades no incluyen únicamente las básicas o fisiológicas, sino que
el modelo solidario propende por el desarrollo y crecimiento en la satisfacción de
necesidades más avanzadas.
Sin ir muy lejos se puede plantear que esta reflexión de desarrollo y solidaridad
encuentra claros ejemplos en los municipios donde las formas solidarias como las
cooperativas de ahorro y crédito rural logran generar, no solo condiciones
favorables de ahorro y crédito para sus asociados, sino también planes de
desarrollo municipal que abarcan desde facilidades para el cultivo, la ganadería y
la agricultura, hasta el fortalecimiento de los sistemas de educación y aprendizaje.
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Un claro ejemplo de esta situación se puede percibir en la mayoría de municipios
del sur de Santander donde las cooperativas son el eje central de la actividad
económica y alrededor de ellas se propende por el crecimiento social, el fomento
de las actividades económicas primordiales (agropecuarias) y el impulso a la
educación.
A nivel urbano se podría hablar de casos donde la reflexión de la racionalidad
cooperativa preliminar tiene claros ejemplos. El problema de la racionalidad
cooperativa tuvo su mayor exponente en la crisis del sector cooperativo (19971999) donde los intereses individuales lograron prevalecer sobre los intereses
colectivos. Como se menciono anteriormente, el desarrollo de la forma solidaria y
el acercamiento hacia avances concretos en cada asociado, hace que se genere
mayor vínculo y defensa de los principios de cooperación. Durante la crisis, vivida
incluso en algunas organizaciones hasta el año 2002 (caso FONTEBO), los
intereses de asociación y cooperación respondieron a los intereses individuales de
grupos incapaces de generar acción colectiva y desprenderse de una racionalidad
capitalista e individualista. Esto originó un decrecimiento no solo en los aspectos
financieros sino también en los grados de conciencia colectiva de los asociados
hasta el punto de optar por el desprendimiento o retiro de las formas solidarias.
Luego de superar esta crisis, no solo económica sino también de percepción
errada del modelo, se notó claramente que el vinculo crecía de nuevo a partir de
procesos de educativa y demostración de beneficios colectivos a partir del modelo
solidario.
Caso contrario, quienes se mantuvieron fieles al modelo lograron superar
significativamente el proceso de crisis del sector y hoy en día siguen siendo
empresas solidarias generadoras de desarrollo económico y social.
Concluyo que el desarrollo efectivo del modelo solidario realmente genera
desarrollo económico en la medida en que los intereses de sus individuos
asociados logren mantenerse fieles, no solo a los principios cooperativos, sino al
modelo de trabajo colectivo o de acción colectiva promoviendo la supremacía del
intereses general sobre el individual. De esta forma, el capital no será un objetivo
final del trabajo solidario sino un medio para alcanzar bienestar individual y
colectivo.
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