Los trastornos del comportamiento alimenticio Obesidad Comportamiento alimenticio y Trastornos del comportamiento alimenticio en el gato Dr. Stéphane Meder Vincileoni Dipl. CLEVe MVZ, FMVZ, CU-UNAM, MÉXICO 1978 DMV, FMV, ST-HYACINTHE, CANADÁ 2008 Material de curso del GECAF El comportamiento alimenticio se define como el conjunto de los actos motores efectuados por el animal con el objeto de buscar, aceptar e ingerir elementos reconocidos como alimentos y destinados a nutrirlo. Se trata en realidad de un sistema complejo que rebasa los simples actos de comer o beber y se apoya más que nada sobre un conjunto de determinantes a la vez internos (neurotransmisores) y externos al animal (medio ambiente). Por otra parte, la inversión afectiva que envuelve la alimentación del animal de compañía es importante y constituye un elemento clave en la relación entre el propietario y su animal. El gato y el perro se distinguen por comportamientos alimenticios muy distintos reflejando diferentes organizaciones sociales que caracterizan a estas dos especies. Primero trataremos las características del comportamiento alimenticio del gato, insistiendo sobre las particularidades específicas. Abordaremos después los aspectos clínicos con, los trastornos de las conductas alimenticias y los trastornos del comportamiento inducidos por la alimentación. I. El comportamiento alimenticio del gato: generalidades ¡El gato, es al igual que el perro, un predador carnívoro y en consecuencia un cazador! Sin embargo aún con esta terminología en común, todo separa el comportamiento alimenticio del gato y del perro. A. Particularidades de la depredación en el gato 1. Comportamiento natural El comportamiento alimenticio del gato salvaje depende de las condiciones del medio en el cual vive. Les felinos sont en su conjunto son cazadores solitarios al acecho. Los gatos continentales cazan generalmente presas de pequeño tamaño (jóvenes lagomorfos, pequeños roedores). Consumen y no cazan sino raramente aves y reptiles (¡ solo para jugar !). Los gatos que viven sobre pequeños islotes, en cambio, cazan con mayor facilidad a las aves, muy en especial durante la temporada de reproducción. La facultad del gato para adaptarse a la fauna de su biotopo ha hecho que se le califique de predador generalista versátil. Bajo condiciones naturales, el gato caza las 2/3 partes de su tiempo. La depredación se desarrolla según una secuencia precisa: Búsqueda de la presa y acecho Persecución y acercamiento lento 1 Los trastornos del comportamiento alimenticio Captura mediante salto Muerte mediante mordida sobre la nuca Consumo (cabeza y resto del cuerpo) Son los estímulos enviados por la presa potencial (movimientos) los que desencadenan este comportamiento de prelación. Parecería que la parte del innato sea mayoritario en el desarrollo de este comportamiento y no pueda de este hecho modificarse. En cambio, si el comportamiento de depredación se manifiesta muy a menudo en el gato (captura y sacrificio de la presa), este en cambio no es sinónimo de consumo ya que únicamente, el hambre como tal es capaz de empujarlo en ingerir su presa. Bajo condiciones naturales, encontramos de 1 a 12 presas en el estómago de un gato y estas son siempre de pequeño tamaño. Parece ser igualmente que los gatos machos cazan sobre periodos más largos. El consumo de la presa tiene lugar siempre en un sitio tranquilo, protegido de miradas indiscretas y fuera de toda competencia. El lugar elegido es distinto de los campos de eliminación. El consumo de estas tiene lugar por lo general rápidamente después de su muerte, es decir o inmediatamente, o de 1 a 2 días más tarde. El gato en general no almacena nada para los periodos de hambruna. Algunos compuestos, como los nucleótidos monofosfato, se acumulan en las presas muertas desde hace tiempo y desencadenan un comportamiento de aversión (sabor amargo resentido por el gato). 2. Comportamiento de depredación y tamaño de las comidas El gato doméstico ha conservado su temperamento de cazador, pero el aporte nutricional de sus propietarios hace que consuma raramente sus presas. Se trata más bien en este caso de un comportamiento de juego. Captura de las presas, sacrificio y consumo son sucesos distintos y responden a motivaciones diferentes en el gato. Los gatos pueden calificarse de "comedores pellizcadores" en la medida en que efectúan de 8 a 16 comidas aleatorias sobre un periodo de 24 horas. La regulación fisiológica del ingerido energético no es óptima en el gato, lo cual resulta en un frecuente sobre consumo. Los alimentos con menos palatabilidad suscitan un consumo menor, los gatos reducen su consumo de dos formas: reduciendo el número de comidas y su volumen global. Frecuentes variaciones en su alimentación perturbarían entonces el equilibrio « energético” del gato y tendría por resultado favorecer un sobre consumo alimenticio global. Bajo condiciones domésticas, el gato ocupa de 0 a 46% del día cazando. Esta duración depende de la edad, el sexo, la cantidad de comida proporcionada, de la estación del año y del medio ambiente. Las comidas no tienen en el gato el significado social que tiene en los perros. En cambio, debido a la inversión afectiva creada alrededor de la distribución de comida, la presencia del propietario puede ser una señal desencadenadora. El traer una presa al amo es muy a menudo percibido por el propietario como una ofrenda… Más prosaicamente, puede considerarse como una simple transferencia hacia un área de consumo apropiada. B. Determinismo biológico del comportamiento alimenticio Los mecanismos nerviosos y metabólicos del control del comportamiento alimenticio no son sino parcialmente conocidos. 2 Los trastornos del comportamiento alimenticio 1. Determinantes sensoriales y preferencias alimenticias Los determinantes sensoriales descansan sobre el gusto, y sobretodo el olfato esencial en esta especie. Existen diferencias considerables en las preferencias y gustos que distinguen a los gatos de los perros. En particular, el gato no sería receptivo al sabor del azúcar (por ausencia de receptores). Existe sin embargo para las dos especies una predominancia de receptores a los amino-ácidos, informándoles sobre las cualidades nutricionales de sus alimentos, cárnicos en particular. El perro y el gato son insensibles al sabor salado (receptores al sodio). La explicación sería que, en la carne, las cantidades de sodio presentes bastan para cubrir sus necesidades (! !). La apetencia juega un papel primordial en el gato para la ingesta de alimentos. El gato, a diferencia del perro, puede rechazar consumir por un largo periodo un alimento de baja apetencia. Los factores susceptibles de influir la apetencia pueden clasificarse en factores de primer orden (gusto, olor, textura) y de segundo orden (hora y colocación de las comidas, ambiente sonoro e intensidad luminosa). Entre los principales factores de apetencia, citaremos el aumento en la tenencia en grasa del alimento, por su efecto sobre la textura, y sobretodo, la temperatura a la cual se distribuye el alimento (óptimo entre 30 y 40°C). El hecho de entibiar los alimentos desarrolla los sabores. Frente de uno o varios alimentos desconocidos, el gato prefiere aquellos cuya tasa de humedad es mayor (textura y por forma física del alimento) y aquel que presenta (para el) la mayor palatabilidad. No es tampoco extraño ver gatos rechazar sistemáticamente nuevos alimentos que les son presentados. Este comportamiento caracteriza a los animales que no han estado acostumbrados en edad temprana a cierta diversidad alimenticia. El aprendizaje del gusto se realiza en el desarrollo, pero se mantiene durante toda la vida. Es preferible proponer al gato cierta variedad de alimentos (distintos alimentos y diferentes presentaciones del alimento) para prever cualquier modificación obligada de la dieta (de prescripción). En efecto, si después una dieta monótona es impuesta sobre un largo periodo, el gato podrá definitivamente rechazar cualquier otro tipo de dieta. Las aversiones adquiridas se desarrollan con mayor facilidad en el gato que en el perro cuando el consumo de un alimento esta asociado a una experiencia o sensación de aversión. Pueden llevar a un rechazo obstinado para consumir el alimento incriminado. Hay que evitar, por ejemplo, dar ciertos alimentos que deseamos seguir dando cuando hospitalizamos, por ser asociados a periodos de estrés, malestar, sufrimiento (dolor, nausea) o dar un buffet chino (varios tipos de alimentos de distinta textura húmeda y seca). Lo más importante es evitar asociar la distribución de un alimento con manipulaciones desagradables (inyección, medicamentos por vía oral: comprimidos). 2. Regulación central del comportamiento alimenticio El hipotálamo constituye el órgano clave para el control del hambre y la saciedad: Un centro del hambre situado en el hipotálamo lateral Un centro de la saciedad situado en el hipotálamo ventral El centro del hambre, activo en permanencia, esta inhibido por el centro de la saciedad por ejemplo en periodo post-prandial. Múltiples estructuras y áreas nerviosas están también implicadas. El hipotálamo es un centro de convergencia que recibe y trata numerosas aferentes sensoriales periféricas y organizan una respuesta comportamental apropiada. El sistema límbico permite una personalización del comportamiento alimenticio al posibilitar un cierto número de preferencias. Los neuromediadores implicados son numerosos y actúan conjuntamente en diferentes moléculas (neuropeptidos). El conocimiento de los aspectos neurobiológicos ofrece perspectivas para el control farmacológico del comportamiento alimenticio. 3 Los trastornos del comportamiento alimenticio Las monoaminas actúan probablemente a nivel del hipotálamo, pero los circuitos neuronales no están claramente identificados. Los efectos anorexigenos de la noradrenalina mediante sus receptores y sobretodo de la serotonina pueden retenerse. La noradrenalina, mediante sus receptores 2, el GABA y la dopamina poseen efectos estimulantes del apetito. Estos mediadores neurológicos se inscriben en un sistema de regulación neurobiológica compleja y no se trata más que de una aproximación reductora. 3. Farmacología del comportamiento alimenticio La modulación farmacológica del comportamiento alimenticio ofrece perspectivas para el control de la anorexia y de la bulimia. • Las benzodiacepinas en general y el diacepam (VALIUM ®) en particular poseen efectos orexigenos que justificarían su uso en la anorexia. las benzodiacepinas aumentan la respuesta al GABA. Los efectos secundarios y la toxicidad hepática fulminante potenciales deben incitar a la prudencia. Un efecto rebote asociado a un estado depresivo iatrogeno por hiposensibilisación de los receptores serotoninergicos es a menudo observado. Sobre el plano comportamental, hay que temer igualmente una desinhibición de los comportamientos de agresión. • La mianserina antidepresor tetracíclico posee propiedades orexigenas muy interesantes. Tiene como inconveniente inducir una sedación al inicio del tratamiento (este efecto es en ocasiones buscado, pero puede ser lamentable en depresión aguda), una desinhibición de comportamientos de agresión. • Los inhibidores de recaptura de la serotonina tienen virtudes de mata-hambre interesantes cuando el objetivo es luchar contra la bulimia. Les ISRS ejercen un efecto directo, espectacular aunque transitorio, sobre la saciedad. Los efectos de la clomipramina son netamente menos patentes y previsibles ya que la modulación noradrenérgica actúa como contrapeso. C. Particularidades metabólicas Las particularidades metabólicas del gato imponen una gestión alimenticia adaptada, muy distinta de la del perro. El régimen alimenticio debe contener una fuerte proporción de proteínas, para enfrentar el elevado requerimiento nitrogenado global así como las necesidades específicas en algunos amino-ácidos (arginina, taurina, aminoácidos azufrados). La actividad de las enzimas del catabolismo nitrogenado no pueden modularse en función de los aportes lo cual determina perdidas permanentes, aún en situación de carencia. Una neoglucogénesis en permanencia muy activa determina un importante requerimiento proteico. Es necesario que estas proteínas sean de origen animal con el objeto de satisfacer necesidades específicas en ácidos grasos esenciales, taurina, y algunas vitaminas (A, B6 y niacina). Estas particularidades metabólicas relativas a su estatus de carnívoro estricto hacen que el gato no pueda adaptarse a privación de comida. La sensibilidad del gato al ayuno se expresa clínicamente por el síndrome de lipidosis hepática que afecta a los sujetos obesos después de un periodo de anorexia prolongado. Estas consideraciones justifican la necesidad absoluta de tratar sobre el plano médico las anorexias cualquiera sea la causa. 4 Los trastornos del comportamiento alimenticio II. Aspectos alimenticio clínicos de los trastornos del comportamiento A. Trastornos que pueden atribuirse a una afección comportamental Algunos desordenes del comportamiento alimenticio (anorexia, bulimia) se inscriben en una gran variedad de situaciones clínicas y pueden corresponder a una enfermedad somática o a una afección puramente comportamental. La semiología comportamental complementa el examen clínico así como los exámenes complementarios (hemato-bioquímica, Uri-análisis) y puede aportar elementos diagnósticos interesantes. 1. Bulimia La bulimia corresponde a un aumento en el consumo de comida fuera de toda saciedad. Puede tratarse de una actividad de substitución (TOC), la cual observamos en: ansiedad permanente depresión crónica Sobre consumos alimenticios pueden también observarse cuando se da un alimento mucha palatabilidad (rico en grasa). El propietario puede querer reforzar este comportamiento, ya que el apetito es considerado como un signo de buen estado de salud. En los déficits de los autocontroles (trastornos del desarrollo), la ausencia de señal de parada se observa en los comportamientos alimenticios. La ausencia de saciedad induce hiperfagias a veces espectaculares. Las lesiones del diencéfalo (tumores) pueden conllevar una hiperfagia. Este elemento debe hacer parte del diagnóstico diferencial en la depresión crónica en particular en el gato geriátrico. El diagnóstico diferencial es difícil ya que los signos nerviosos no están siempre presentes inicialmente y signos comportamentales acompañan la evolución de las lesiones cerebrales. El síndrome diencefálico como tal corresponde a un perdida de peso espectacular aún cuando se presente un apetito normal y hasta aumentado. Las anorexias son posibles pero es un signo entonces netamente menos específico. Un aumento en el consumo de agua, puede confundirse con una potomania, pero corresponde en realidad a una polidipsia de origen orgánico. Una diabetes insípida o perturbaciones endocrinas, pueden ser las causales. Los trastornos de la termorregulación (hipotermia o hipertermia moderadas persistentes) pueden pasar desapercibidas, pero deben buscarse atentamente, ya que constituyen, si es el caso, un índice complementario en favor de una afección diencefálica. Estos signos traducen una desregulación de las funciones hipotalamicas. El diagnostic différentiel entre dépression chronique et anxiété permanente n'est pas toujours aisé. Algunos síntomas permiten diferenciarlos. Síntomas comunes DEPRESION CRÓNICA Disomnia Disorexia: alternancia bulimia- hipofagia. No se limpia Intolerancia al contacto ; reacciones violentas en estado de estrés (agitación, rolling skin syndrome) ANSIEDAD PERMANENTE Apatía +++ (sin agresividad ni agitación) Bulimia Rechazo y disminución de los contactos sociales (rechazo afectivo) Hipersomnio ; despertares en fin de ciclo posible Perdida de actividad (actividades lúdicas) Desaseo : marcaje urinario Desaparición del alomarcaje Vocalizaciones 5 Los trastornos del comportamiento alimenticio 2. La anorexia La anorexia corresponde a una perdida/ausencia de apetito. Este síntoma muy a menudo presente en medicina felina representa un verdadero desafío diagnóstico y terapéutico. El abordaje en Medicina del Comportamiento brinda un nuevo aporte y en ocasiones elementos de respuesta. Claro, la anorexia acompaña la gran mayoría de los procesos morbido en el gato que sean agudos o crónicos. Aún cuando el origen es estrictamente orgánico, un buen conocimiento del comportamiento alimenticio y de la etología felina permiten favorecer la ingesta de alimentos, manejar el estrés y mejorar el confort del animal. Encontramos la anorexia esencialmente en las depresiones agudas. La disminución del apetito representa un síntoma mayor en un cuadro clínico de sideración emocional. En las ansiedades permanentes, una reducción del apetito puede acompañar la inhibición comportamental. Con más frecuencia, la bulimia aparece como actividad de substitución o TOC. Las depresiones agudas o reaccionales componen un cuadro clínico de sideración emocional y de inhibición generalizada. El animal, prostrado, parece desinteresarse de su medio ambiente: el hipersomnio esta de regla. La adipsia acompaña en ocasiones la anorexia y empeora el pronóstico vital. Esta forma de depresión ocurre después de un estrés mayor (traumatismo, accidente de carro), o seguido de una perdida de identificación "territorial y afectiva" (por abandono, deceso del propietario, de otro animal…). Mientras más mayor sea el animal, el elemento desencadenador puede ser mínimo… Depresiones calificadas de endógenas pueden aparecer en el transcurso de numerosas enfermedades, en particular en las disendocrinias, afecciones álgicas o invalidantes, infecciones por retroviruses… Las causas iatrogenas, son frecuentes, y deben también tomarse en cuenta (anovulatorios, corticoídes, neurolepticos) Un examen clínico es de rigor además del comportamental, y debe de hacerse una hemato-bioquímica previamente antes de poder dar un diagnóstico. Asimismo la hematobioquímica es indispensable para la prescripción de un psicotrópico (función renal y hepática). En un gatito la hospitalización de un gato anorexico constituye una urgencia vital. Representa un problema serio en el adulto ya que el gato se adapta muy mal a la privación de comida. Se considera necesaria una asistencia nutricional pasados 3-5 días de anorexia, a modular en función del estado de salud y del estado de grosor previos. La mianserina es el medicamento a elegir ya que permite estimular rápidamente el apetito. Se puede emplear también la ciproheptadina. Si se emplea la misanserina será a dosis baja para no aumentar el tiempo de sueño. 3. Las disorexias La alternancia de fase de hiperfagia e hiporexia hace alusión a una distimia o si acaso, una depresión crónica. Otros síntomas deberán identificarse. Las distimias corresponden a trastornos del humor que se caracterisan alternando fases llamadas productivas durante las cuales el animal va a "producir" diversos trastornos del comportamiento y fases normales (distimia unipolar) o deficitarias (distimia bipolar) durante las cuales el animal parece indiferente, prostrado… El paso de una fase a otra es extremadamente brutal. Los síntomas de las fases productivas son bastante caracteristicas con hiposomnio, hiperestesia (rolling-skin syndrome frecuente), hipervigilancia, comportamientos de agresión (agresión por irritación). Violentas agresiones a la cola que llevan a automutilaciones y constituyen un síntoma de la distimia. Durante las fases productivas, el gato manifiesta muy a menudo una hiperfagia. En las fases deficitarias, el comportamiento exploratorio disminuye; el gato se muestra prostrado, indiferente. Bajo esta condición, el consumo de alimento es menor. 6 Los trastornos del comportamiento alimenticio El estado distímico, como el estado depresivo, puede acompañarse de una afección orgánica, endocrina (endógena o iatrogena) o neurológica (afección del encefálo) la cual deberá buscarse. Puede también corresponder a la evolución crónica de un estado de ansiedad que no ha sido tratado. En ausencia de causa conocida, la distimia es considerada idiopática. Existen formas raciales, descritas en el gato abisinio (distimia unipolar). La selegilina posee efectos timoreguladores que le confieren una eficacia para tratar los estados de distimia. Los ISRS por su acción sobre la impulsividad son en ocasiones las únicas moleculas capaces de controlar la violencia de las fases productivas. 4. El consumo de materiales que no son comestibles (pica) Los gatos pueden mostrarse interesados por consumir elementos que no son nutritivos… a) Pica aislado Algunas formas de pica evolucionan en ausencia de cualquier trastorno del atracción por un substrato particular. comportamiento por simple El consumo de hierba es un fenómeno frecuente. La hierba tendria un efecto emetisante y purgativo que facilitaría la eliminación de los trichobezoares. El consumo de vegetales podría estar asociado, en el gato como en el perro, a irritaciones gástricas. Para terminar, la hierba podría suplir la ausencia de lastre (fibras que no fermentan) en las dietas. Algunas plantas poseen virtudes especiales. Asi, la nepeta cataria, mejor conocida como la "hierba de los gatos", es un hipnótico suave, el cual produciría efectos halucinatorios en 50 % de los gatos. La valeriana produce efectos parecidos. La atracción de los gatos por las aceitunas y la madera de los olivos son también conocidos. El consumo de materiales no comestibles se observa ocasionalmente en algunos gatos: se trata muy en especial de objetos lineales, ligas, cables, cintas, hilos etc. Este fenómeno puede en ocasiones estar asociado a un modo erróneo de distribuir el alimento. b) Pica asociado a trastornos del comportamiento El pica puede llegar a constituir una manifestación de trastornos del comportamiento. La exploración oral, que lleva al consumo de diversos materiales, puede representar un signo precoz de depresión de involución. El cuadro clínico en un gato de edad es el de una depresión crónica típica. El insomnio y las vocalizaciones son síntomas relativamente frecuentes y extremadamente molestos para el propietario. c) Destrucciones por succión La succión de materiales puede llegar a ocasionar destrucciones en ocasiones espectaculares. Las succiones pueden estar orientadas hacia cierto tipo de sustratos comportamiento de mamar). o sobre personas (persistencia del El gato puede ocuparse a masticar diferentes materiales, con una preferencia para los tejidos, y en especial la lana de donde el término de wool sucking syndrome. Una base genética esta en ocasiones sospechada po resta predisposición en los gatos orientales (siameses, burmese). En realidad, estos comportamientos se observan en gatos europeos. Este trastornos esta muy a menudo relacionado con un desapego precoz, o un estado de hiperapego. En este caso el gato parece buscar tejidos impregnados con el olor de su amo. La succión de tejidos parece ser un síntoma de ansiedad permanente. Representaría una actividad de substitución. La persistancia del comportamiento de mamar es muy a menudo hacia el propietario, raramente dirigido a tejidos. El contacto bucal esta acompañado por un amasamiento con las patas, y un ptialismo. Los comportamientos de mama que persisten más allá de los 6 meses pueden traducir: Un trastorno del desarrollo (desapego precoz, mala nutrición) Un hiperapego 7 Los trastornos del comportamiento alimenticio Estados depresivos crónicos B. Trastornos del comportamiento ligados a la alimentación El comportamiento alimenticio es un comportamiento complejo y rigido. Las condiciones de domesticación han introducido un cierto número de limítes sobre el modo de alimentarse del gato. El no cumplir con las exigencias etológicas y nutricionales se traduce lógicamente por un cierto número de trastornos. 1. Trastornos ligados a una insuficiencia nutricional a) En el joven en crecimiento Las relaciones entre la nutrición y el desarrollo cerebral han sido establecidas en numerosas especies animales mediante estudios experimentales in vivo e in vitro. El desarrollo cerebral depende de los aportes nutritivos los cuales son indispensables para: La síntesis de los neurotransmisores La síntesis des factores tróficos (factores de crecimiento) de la neurogénesis De manera global para el funcionamiento celular mediante diferentes nutrientes y micronutrientes. En situaciones de carencia, aparecen Modificaciones de la arquitectura cerebral Modificaciones foncionales en términos de neurotransmisión. Modificaciones clínicas del comportamiento han sido atestiguadas en condiciones experimentales: están relacionadas con la motivación, las manifestaciones emocionales, la respuesta al estrés y también las capacidades cognitivas. Las posibilidades de recuperación son difíciles de evaluar ya que se trata de cambios relativamente subtiles. En condiciones naturales, la situación de carencia es global y se inscribe dentro de un proceso general de debilidad y miseria fisiológica multifactorial. La carencia nutricional concierne también a la madre, y puede suponerse que una deficiente maternidad resulta de ello (una pobre calidad del apego, un desapego precoz); bajo estas situaciones, la presión infecciosa máxima puede igualmente desempeñar un papel. En el gato observaciones clínicas apuntan a una relación entre las carencias nutricionales precoces y los trastornos del desarrollo. Los gatitos, con mal estado general de salud, padecen de trastornos digestivos crónicos, perturbaciones del campo de eliminación son observadas con elecciones aleatorias de substratos y ningún intento por recubrir las heces. Un trastorno del desarrollo sensorial y motor es atestiguado por el deficit de auto-controles y frecuentes comportamientos agresivos por intolerancia al contacto. El contexto epidemiológico y clínico da cuenta claramente de la situación de carencia. El pronóstico es relativamente bueno antes de los 4 meses pero desesperado más allá. 2. En el adulto Errores en la alimentación pueden también tener consecuencuas sobre el comportamiento de los sujetos adultos… Hay que buscar una carencia en primer lugar cuando sigos de ansiedad permanente aparecen de forma brutal, en presencia de los siguientes síntomas: Wool-sucking syndrome y pica Exacerbación del lamido Inhibición del comportamiento 8 Los trastornos del comportamiento alimenticio Ou agitación … La biosíntesis de los neurotransmisores requier de un precursor de tipo amino-ácido. La perturbación de la síntesis de los neurotransmisores por carencia de aporte protídico puede ocurrir con un ayuno prolongado, un mala absorción mala digestión crónica y en ocasión de una prescripción intempestiva y errónea de una dieta baja en proteinas. El pronóstico es excelente ya que la restauración de los aportes basta por lo general para que desaparezcan los síntomas. Si los trastornos de la ansiedad son severos, la clomipramina (CLOMICALM) puede proponerse, asociándole una feromonoterapia (La F3 o comercialmente conocida como FELIWAY). C. Trastornos relacionados con un modo inadaptado de distribución Se trata de un trastorno relativamente frecuente en clínica. Llamado el "síndrome del tigre", esta afección se traduce por: Agresiones de predación hacia el propietario cuando obscurece o en la noche Agresiones por irritación asociadas a la preparación y a la distribución de la comida Otros signos asociados : bulimia, agitación durante comidas, pica o “wool-sucking syndrome” Es a menudo un componente asociado al confinamiento de la entidad clínica “ansiedad del gato en medio cerrado”. Las manifestaciones clínicas resultan de una ausencia de apaciguamiento pos-prandial. La perturbación de la síntesis de neurotransmisores tales como la serotonina es posible. El pronóstico es bueno, más o menos favorable en función del grado de comorbidez (hiperagresividad). Hay obviamente que hacer frente al miedo representado por las agresiones que deterioran la relación con el gato, los castigos y el aislamiento constituyen factires anxiogenos suplementarios. La alimentación ad libitum deberá preconizarse con un alimento un poco apetente, distribuido en diferentes lugares. El uso de psicotrópicos permite regular el comportamiento alimenticio y limitar las agresiones. Los ISRS están particularmente indicados. 9