EXPRESIONES DEL COMPORTAMIENTO DE UNA SOCIEDAD

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Santiago de los Caballeros,
20 de marzo de 2013
EXPRESIONES DEL COMPORTAMIENTO DE UNA SOCIEDAD ENFERMA
Por: Ramón Antonio Veras
INTRODUCCIÓN
1.- No podemos rompernos la cabeza rebuscando la época en la cual anidamos
ideas que hoy cuadran para identificar una serie de conceptos que han ido
afianzándose en la conciencia y que luego, con el transcurso del tiempo, han
definido nuestra forma de obrar.
2.- Partiendo de la base material del sistema social imperante y la
superestructura que se levanta sobre el mismo, las ideas y conceptos han ido
cambiando de sentido y contenido en el cerebro de la especie humana.
3.- No fue en un santiamén que las personas físicas comenzaron a manifestar
sus simpatías hacia otras; lo hicieron como resultado de la acumulación de
trato, y otras vinculaciones personales, que las llevaron a hacerlas
merecedoras de conceptos que se han afianzado por la consolidación de cariño
mutuo, durante un periodo más o menos largo.
4.- El sentido de bondadoso, amoroso, leal, sincero, honesto, moral, etc., ha
cambiado históricamente acorde con los procesos sociales que han vivido los
seres humanos.
5.- El querer, el amor, el afecto y otras manifestaciones del alma, se fijan en
la conciencia por asimilación, y después se convierten en guía y forma de ser
de su portador.
6.- Un mismo país, en el cual funciona un sistema social que genera clases
sociales diferentes, cada una de ellas tiene forma distinta de analizar idéntico
fenómeno social.
7.- Las dominicanas y dominicanos, desde siempre no han tenido la misma
valoración y criterio con relación a la moral, la ley y el derecho; estos
conceptos se han ido transformando de conformidad con los cambios
sistémicos que se han efectuado en nuestro medio.
8.- Debo hacer la aclaración de que este escrito, en los puntos que pretendo
definir el comportamiento de determinados entes sociales, lo hago partiendo
de mi apreciación muy personal, con lo que quiero significar que no están
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apegados a rigor científico alguno. Pura y simplemente, me limito a exponer
mis opiniones, y nada más.
9.- Es posible que mi tentativa de acercarme a la forma de comportarse hoy
las dominicanas y los dominicanos, no sea compartida por muchas personas
que, tal vez, tienen la creencia de que mis juicios están divorciados de la
realidad dominicana actual.
10.- Para comprender la apreciación que hago de los sujetos definidos por su
comportamiento y vicios sociales, hay que partir de que he tomado en
consideración, como punto base o referencia, el ordenamiento vigente en el
país en este momento, y no el contenido ni la composición social dominicana
de otros períodos.
I.- MI PERCEPCIÓN DEL COMPORTAMIENTO HUMANO.
ACTITUD DEL DOMINICANO DE HOY Y DE AYER.
11.- El hecho de haber nacido en un hogar humilde; haberme formado y
desarrollado viviendo en distintos barrios populares de mi ciudad natal;
ejercer intensamente la profesión de abogado en materia penal por más de
cuarenta años; haber incidido en la vida pública, política y social de mi país
por período de sesenta años; compartir en los cinco continentes con personas
de distintas partes del mundo; y haber vivido tres cuartas partes de siglo, todo
esto ha hecho posible que acumule una serie de conocimientos del
comportamiento humano.
12.- Mi madre fue una mujer muy observadora, y por ser yo un gran seguidor
de sus actitudes, de ella heredé que cuando comparto con alguien trato de
penetrarlo para conocer su forma de proceder.
13.- Por mi edad, tengo amigas y amigos, conocidos y amistades de diferentes
generaciones de dominicanas y dominicanos que aún viven.
14.- Lamentablemente, en estos momentos hay todo un segmento de la
sociedad dominicana dominado, en cuerpo y alma, por la maledicencia, la
degradación y la chismografía y que, aunque no representa en número una
gran cantidad, tiene incidencia en la opinión pública, por el desarrollo actual
de la tecnología, lo que le permite, en forma perniciosa, dañar reputaciones
bien ganadas, y sobresalir con sus ideas malsanas, cargadas de perversidad y
puro veneno.
15.- He observado, con reflexión y sentido realista, como ha cambiado la
conducta del dominicano de hoy, en comparación con la del de ayer.
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II.- LA SITUACIÓN DE HOY A NIVEL DE COMPORTAMIENTO, NO DEBE
CONTINUAR.
16.- He decidido elaborar el presente texto tratando de identificar el
comportamiento de algunos dominicanos y dominicanas de hoy, partiendo de
la dinámica diaria, y mí comunicación con diferentes sectores, clases y capa
sociales del país.
17.- Para mí sería una satisfacción que, por lo menos mis nietas y nietos,
conozcan mis opiniones, plasmadas aquí, resultantes de experiencias vividas
en el trato con algunos conciudadanos; con la observación de que al
transmitírselas procuro que las analicen a la luz de sus propias vivencias, sin
aceptar las mías como dogmas.
18.- Los dominicanos y dominicanas estamos viviendo una etapa penosa, en lo
que se refiere a comportamientos y sentimientos, lo que revela que estamos
perdiendo la valoración que ayer teníamos con relación a una serie de
conceptos afectivos, que nos distinguían como pueblo sano y solidario.
19.- La valoración de lo bueno, honesto, cariñoso y de la amistad, no tiene
ahora el sentido y alcance con el cual lo aceptamos y aplicamos en el pasado;
se ha producido una absoluta transformación conceptual y praxis; la mutación
es notoria; al parecer se ha efectuado una total metamorfosis en los
sentimientos de muchos de nuestros paisanos.
20.- Espero que al momento de proceder a leer los conceptos que indico a
continuación, el lector se ubique pasando mentalmente balance, a lo que ha
sido su viva experiencia, en su comunicación y trato con personas que han
tenido un comportamiento semejante al que atribuyo a continuación como
vicio o deformación social.
21.- El amigo leal es hoy, algo así, como una pieza en desuso, porque se
destaca y se alaba la deslealtad, la infidelidad, la vileza y cuantas bajezas
caracterizan al ingrato.
22.- La franqueza para con las personas, amigas y amigos, se ha escondido
para que ocupe su lugar la falsía, la mentira y la simulación. Con el mayor
descaro se le hace al amigo una crítica sobre algo ocurrido hace varios años, y
el farsante la estruja en la cara como si estuviera ocurriendo al instante,
porque el amigo falso no se franquea, sino que acumula inquina, traicionando
la hermandad que simulaba profesar.
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23.- La sinceridad, está siendo deslustrada y presentada como
comportamiento propio de taimados, simuladores y aduladores.
24.- El Odio, se cultiva en muchas cabezas como por arte de magia. La
pequeñez mental es utilizada para destilar tirria contra otros; los enconos
hacen sentir bien a los mezquinos que, por debilidades personales de todo
tipo, arrecian aborrecimiento ante quienes manifiestan antipatía cargada de
rencores gratuitos repugnantes.
25.- La traición se está aceptando como acción propia de inteligentes, agudos
y bien despiertos; en la medida que el traidor sienta reales en su medio social,
se alaba su sagacidad, habilidad, diligencia y condición de persona que
resuelve, siempre dispuesto a las operaciones propias de quien tiene sobradas
condiciones para fingir, simular, y cuantas cosas sirven para destacar a la
persona solapada.
26.- La murmuración, en nuestro medio se ha convertido en una diversión
que, aunque propia de personas de baja estofa, la disfrutan aquellos que en su
cerebro anidan resentimientos para dañar conductas de personas responsables,
honestas y con estilo de vida ejemplar.
27.- La perversidad, al parecer, llegó aquí para quedarse, y vino armada de
malignidad, perfidia, y la bellaquería disfrazada de bondad; el pernicioso, el
malévolo, se señorea en compañía del infame, como ejemplo de lo que, para
algunos, debe ser el modelo del ciudadano actual.
28.- Los mediocres organizan tertulias para criticar alegremente a los
hombres y mujeres triunfadores por su talento y dedicación al trabajo; ellos
son aquellos que en nuestro medio social viven dominados por la frustración, y
alojan en su cerebro toda clase de porquería; ellos siempre se colocan en
firme para, a una sola voz, en concierto mezquino, vomitar tirria contra las
victimas de sus maquinaciones.
29.- La envidia, alojada en cerebros letrinos, se mueve con alegría para
destruir con furia a quien, en virtud de su talento como artista, deportista,
médico, abogado, ingeniero, empresario, estudiante, líder político, etc., ha
triunfado en la vida. El envidioso se siente bien cuando ha concluido su
objetivo de aniquilar al que ha sometido a su suplicio.
30.- El mentiroso es una pieza clave en el circulo de personas que no sirven,
sirven muy poco; por su utilidad, el que miente tiene un espacio asegurado en
aquellos que precisan de la calumnia y el chisme para triunfar con malas artes;
el mentiroso teme, como el diablo a la cruz, a la verdad sincera y a la
fidelidad.
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31.- El egoísta, luce triunfante en el sentir de quienes ven en esa tara social,
una forma de justificar su actitud individualista; considerándose derrotado el
altruismo, la codicia se convierte en cultura estimulante para el avaricioso.
32.- El alabancioso, como farsante al fin, siempre encuentra una salida
adecuada a su ocurrencia; por ser jactancioso y carecer de las virtudes que
dice tener, está presto para, con una respuesta sinvergüenza, creer que ha
quedado bien; se siente molesto ante las personas sencillas, porque su
comportamiento altanero y petulancia vana, lo hace una persona disolvente.
33.- El canalla, es un ente social muy valorado en la sociedad de hoy, porque
le sirve a todo aquel que persigue dañar a los demás con sus acciones cargadas
de perversidad y abyección; tiene de cómplice permanente a la gentuza
disfrazada de decencia y al infame simulando nobleza.
34.- La corrupción, ha sido presentada como un asunto pecaminoso, personal,
y no como un fenómeno social ligado indisolublemente al sistema social que
impera aquí; al hacer de la corrupción un asunto que atañe a personas, se le
quita el carácter sistémico a la misma, manteniéndose embullados a estúpidos
y confundidos, al limitarse la lucha contra personas corruptas, olvidándose del
sistema que genera la corrupción.
35.- La disciplina, como forma de ejecutar acciones con responsabilidad, está
siendo despreciada porque, para ciertas personas, entraña ridiculez estar
sometido a un orden mental que se ha de cumplir con rigidez; se prefiere la
anarquía, la vida dúctil.
36.- El éxito, ha dejado de ser el resultado del esfuerzo para salir adelante
dentro de las reglas claras de la sociedad; algunos creen que da lo mismo
llegar a él con la trampa que con el esfuerzo.
37.- El triunfador no puede disfrutar el éxito alcanzado, porque hay que
amargarle la vida con diatribas, invectivas e infundíos; la pluma libelosa está
siempre presta para servirle al aliado de la mendacidad y la inquina.
38.- La marrullería, es laureada y glorificada, convertida en celebridad,
mientras que el exitoso es tratado como insignificante.
39.- La laboriosidad, se está interpretando como un exceso de esfuerzo de
parte de aquel que busca elevarse por medio del trabajo; por el contrario,
para algunos, la arrogancia, la vagancia, y la apatía, se están convirtiendo en
virtudes.
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40.- La inteligencia, va cediendo su espacio, porque el listo, avispado,
estúpido y zopenco, sobresalen por encima de quien demuestra ingenio,
talento y lucidez; para ciertas personas, el intelecto, la razón y la capacidad
pueden ser alcanzados por medio del dinero.
41.- Los prejuicios, que en nuestro país dominan muchas cabezas mal
amuebladas, se dirigen hoy, no solamente contra los haitianos negros, sino que
también se extienden a las mujeres y hombres que ejercen su derecho a la
preferencia sexual; contra ellos se utilizan palabras hirientes para zaherirlos,
humillarlos, ofender a los que son homosexuales o lesbianas. La predisposición
contra aquellos que ejercen su preferencia sexual, es obra de algunos de los
hipócritas que aquí pregonan la libertad de sexo.
42.- El vecino, el más cercano de tu vivienda que antes considerabas como el
aliado más próximo, hoy te ve con suspicacia e inquietud; se ha perdido la
confianza en el lindante; hay un trato de forasteros entre los residentes
inmediatos, que se ven como si fueran extraños unos y otros.
43.- La cortesía, al ser de tampoco uso en la actualidad, y al no practicarse,
se ha mohoseado como un concepto vetusto, extraña a la modernidad; el que
hoy la práctica luce fuera de época, porque la finura y la gentileza han
desaparecido del código mental de muchos de nuestros conciudadanos.
44.- La solidaridad, que es la más alta expresión de la especie humana, tiene
como respuesta: la traición hacia aquel que extendió su mano generosa en una
coyuntura difícil de la vida personal y familiar, y es hoy a quien se le muerde.
Se está haciendo de la felonía una línea de conducta contra quien practica la
benevolencia.
45.- El amor de una persona hacia otra, como manifestación y sentir del alma,
se ha desnaturalizado por el utilitarismo y mercantilismo, al estar el dinero de
por medio; lo material está arrodillando a lo espiritual, y la codicia
aniquilando el idealismo; lo que pinta el panorama sentimental es que lo
tierno, suave y apasionado se está escondiendo, cediendo el paso en forma
sumisa a lo odioso y execrable.
46.- La hermandad se ha ido deteriorando como consecuencia del
agrietamiento familiar; ya no se transmite el calor solidario de los lazos
afectivos resultantes del parentesco; la armonía que debe primar en el
hermanazgo se lo traga la discordia que vigila para dividir por cuestiones
materiales a quienes deben vivir para siempre en la confraternidad.
47.- La libertad. Quienes la valoran mal por no haber luchado por ella,
comportándose libertinos, hacen de la misma un uso abusivo, como si fuera
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una ramera, tratándola sin limitación, a su gusto y decisión, no tomando en
consideración la libertad y derecho de los demás; perturbando en forma
desenfrenada y caótica, la verdadera libertad, por la que tantos dominicanos y
dominicanas han dado sus vidas, o sacrificado parte de ellas.
48.- El dinero es la mercancía más apreciada en el sistema que predomina hoy
en nuestro país; para algunos es la razón de vivir, llegando a considerarla la
prenda por excelencia a exhibir por aquel que hace de las cosas materiales el
símbolo de sus virtudes; el afán por el dinero esclaviza y ha llegado a convertir
al ser humano en un excremento.
49.- El pícaro, el malapaga, en el medio social nuestro, es algo que, como el
carnaval, forma parte del folklor nacional; el que toma algo a crédito y no lo
paga, se convierte en una celebridad; quien abusa de aquel que le vendió en
base a la confianza, a crédito, se convierte en un personaje famoso.
50.- El cuento es el medio al que recurre quien carece de seriedad para
justificar su irresponsabilidad, el incumplimiento del deber y la palabra dada;
en el medio social dominicano, el cuentista dispone de un arsenal de medios,
astucias, tretas y artimañas variadas para, con juego de palabras, buscar una
salida propia de golfo.
51.- El resentido es un peligro social, se siente mal con el buen trato que se le
brinda, o con la indiferencia hacia él; no hay forma como agradarlo; crítica al
que progresa y al que se queda rezagado; se amarga la vida al conocer el éxito
de otros; mantiene su corazón en estado de quemazón; cuando ríe lo hace de
burla, y cuando llora es de satisfacción por la alegría del mal ajeno.
52.- El adulón y el servil, son hermanos gemelos. En sociedades como la
nuestra abundan, se multiplican como la verdolaga y los conejos; viven del
cuento, de hacerse los graciosos; tienen palabra de elogios para cada persona;
la sumisión, la vileza y la lisonja las viven intensamente; no merecen nada de
confianza, mientras más alejados están, mucho mejor; se caracterizan por ser
zalameros, empalagosos y chistosos de mal gusto.
53.- El indiscreto, primero busca ganarse la confianza de sus víctimas, y luego
se hace el necesario por guardar el secreto confiado; busca la información
como un fisgón, simulándole amistad a quien se fía de él; el indiscreto, como
el chismoso, no guarda verdades ni mentiras; por lo regular los indiscretos son
imprudentes, intrigantes y fingidores.
54.- El jactancioso es una figura de no muy añeja aparición notoria en el
medio social dominicano; es fácil de ubicar porque se presenta siempre como
vanidoso, como quien no cabe dentro de su cuerpo; la petulancia lo ciega,
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hace gala de ser todólogo, se empequeñece por su arrogancia; es un engreído
que se pavonea hasta exaltar su propia persona; la generalidad de las veces
sus actuaciones motivan hilaridad colectiva.
55.- El abusador está en todas partes como persona despreciable, siempre
presto para ejecutar cualquier acción irrespetuosa contra otros; actúa sin
comedimiento alguno, y se excede en la confianza dada; tiene mucho de
desfachatado y atrevido; es descarado y cara dura, haciendo las cosas como si
hubiera procedido con serenidad y prudencia.
56.- El cínico es la repugnancia personalizada; se comporta con el mayor
descaro, no es de fiar y debe generar desprecio a cualquier persona sensible;
procede en forma desvergonzada, burlona, simuladora y fría; en su
conversación es punzante, irónico y sarcástico.
57.- La lacra social abundante en nuestro país, está representada en cualquier
ser humano nocivo, carente de virtud y mérito alguno; sólo sirve para dañar,
no genera nada útil para la sociedad donde habita, es algo inane.
58.- El descarado y el desvergonzado, andan de la mano, hasta el punto de
que no resulta fácil de individualizar, razón por la cual hay que darles igual
trato, como atrevidos, vulgares y groseros de esencia antisocial; son
insolentes, carecen de franqueza, sentido de sinceridad y les acompaña
siempre la doble cara y el cinismo.
59.- El oportunista va desarrollándose en la sociedad dominicana en forma
vertiginosa, porque en la medida que el orden social entra en crisis, el
oportunista se destaca por su comportamiento utilitarista, y aprovechador de
las circunstancias; es sumamente astuto, taimado y sinuoso; lleva una vida
donde está ausente la nobleza; es artero y, por tanto, su persona no es fácil
de descubrir en su actuar aleve.
60.- El infame es un maldito, carece del sentido de la honestidad; piensa y
procede con perversidad; por naturaleza es repugnante y depravado; de
pensamientos horribles, capaz de realizar cualquier acto asqueroso; forma
parte de los seres humanos que nunca debieron de haber nacido, porque
llegan al mundo a mancillar el país donde nacen.
61.- El depravado, no hay que hacer mucho esfuerzo para identificarlo,
porque su forma de ser lo delata al diferenciarlo de cualquiera que no sea
malvado, malévolo e inmoral; el depravado hay que verlo como la
degeneración personificada, el perverso hecho realidad; su presencia quita
higiene al medio social donde vive y desarrolla sus actividades.
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62.- El chismoso es una figura que en nuestro país ha sobresalido en todo el
curso de nuestra historia, por ser embustero, intrigante, calumniador y
sembrador de cizaña; es un charlatán por convicción, cultiva los líos, y no
quiere ninguna buena relación con la persona seria y defensora de la verdad.
63.- El ingrato hay que mantenerlo lo más alejado posible; encierra en su
persona las cualidades más despreciables del ser humano, entre las que se
destacan la deslealtad y el egoísmo; también hay que identificarlo como
malagradecido, infiel y taimado.
64.- El acomplejado es muy difícil de complacer; con nada se siente a gusto;
se comporta, unas veces con arrogancia, y otras como retraído; se manifiesta
desconfiado, enigmático, reservado e introvertido. Es sumamente
incomprensible.
65.- El arrogante se cree por encima del bien y el mal; es petulante,
jactancioso y soberbio en extremo; no conoce la humildad y rechaza la
sencillez; es pretencioso y ama la vanidad.
66.- El arbitrario está al margen de todo comportamiento civilizado; no tiene
espacio para compartir con personas sensibles y de bien; vive apegado a la
injusticia, y a todo aquello que significa desprecio al ser humano.
67.- El entremetido es un ser humano que hay que tratar con sumo cuidado,
con prudencia extrema; procura conocer las confidencias de las amistades,
para luego hacer de las mismas, objeto de chismes; cultiva la curiosidad como
un arte, y es irrespetuoso en demasía.
III.- ACTUACIONES DESNATURALIZADAS A LA LUZ DE LA REALIDAD DE HOY.
68.- El accionar de algunas personas no tiene igual valoración ahora, en
comparación con la apreciación que de la misma se tenía anteriormente.
Veamos.
69.- La mujer o el hombre que rechaza lo pecaminoso, hoy es considerado
como un pendejo, estúpido, bobo y gran pelele; ha tomado su imperio el
desenfreno, la indecencia y la deshonestidad.
70.- En la presente coyuntura se eleva al sinvergüenza y canalla que
practica la vagabundería; se santifica a los pillos y al granuja, que se burlan de
los hombres y mujeres decentes.
71.- Competir con lealtad es cosa del pasado. Se busca aniquilar al adversario
recurriendo a las malas artes, a los golpes bajos; contender se ve como luchas
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de fieras donde todo se vale, los medios limpios y los sucios, lícitos e ilícitos;
las zancadillas cuadran en la emulación; el contrabando, el dumping, la
evasión fiscal y el tráfico de influencia forman parte, como reglas de oro, de
la competencia entre algunos empresarios y comerciantes; sobornar jueces y
comprar dictámenes fiscales, están dentro de las reglas de competencia de los
profesionales del derecho. En una emulación entre estudiantes del mismo
grado escolar, para probar el talento y la capacidad, los mediocres hacen uso
del fraude, el chivo, para vencer a los talentosos y capaces.
72.- El ciudadano modelo, es el que aquí acepta las imposiciones desde las
alturas del poder político con total sumisión; el que se revela contra el
despotismo oficial, es visto como un espécimen extraño que merece ser
observado con celosía y desconfianza.
73.- El munícipe que se interesa para que su ciudad funcione acorde con las
reglas de decencia, se le responde enfrentándolo con las armas más bajas de
la mediocridad, insignificancia y mezquindad. La lacra social sirve como
palanca para atacar al que se opone al desbarajuste, al caos municipal
institucionalizado.
74.- Aquel que lleva una vida con honradez e integridad, de seguro que
estará en la picota; en las lenguas más venenosas, presentándolo como
corrompido y deshonesto. Golpear moralmente, vilipendiar, escarnecer y
detractar a los ciudadanos y ciudadanas decentes, divierte a los malvados.
75.- La fama bien ganada con el talento y el esfuerzo propio, procuran
destruirla, difamarla, desprestigiarla y denigrarla, para que la fama se
convierta en una carga vergonzosa del famoso.
76.- La mujer o el hombre que se comporta con responsabilidad, es
minimizado, identificado como difícil de tratar, incomodo; y como
contrapartida es exaltado el vacilante, indeciso y titubeante; el que
demuestra firmeza es considerado como testarudo, disolvente y disonante.
77.- La excelencia escolar, ha dejado de ser un orgullo como mérito
estudiantil; se valora igual al estudiante mediocre que aquel que, por
dedicación y talento, se eleva y merece ser distinguido; el estudiante que
resulta promovido de curso con un promedio de 60 en sus materias, se
considera de igual valía que aquel que tiene calificaciones excepcionales de
95.
78.- El Padre de familia responsable, es presentado hoy como el que trabaja
de sol a sol para satisfacer las pretensiones y exigencias desmedidas de sus
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hijos, aunque no se ocupa de orientarlos en la buena conducta dentro y fuera
del hogar.
79.- El abuelo agradable, es hoy aquel que se hace de la vista gorda ante el
comportamiento reprochable de sus nietas y nietos; los premia con cosas
materiales sin merecerlas; celebra que su nieta, de 13 años de edad, sea
aceptada con los amores en la casa de su padre, para que no se vea con el
novio en el cine o en los moteles.
80.- El vestir con recogimiento y delicadeza ya no es una preocupación; los
hombres se sienten bien con una cachucha en su cabeza, colocada torcida; un
arete en cada oreja; unos calzados sin medias; una camisa sostenida con un
nudo en el centro; un pantalón excesivamente ancho descansando, no en la
cintura, sino en el comienzo de los dos glúteos. Las mujeres, algunas utilizan
Brassier, y siempre, por lo regular, se lo colocan de forma tal que se les vean
los senos o insinúan dejarlos ver. Las blusas, casi siempre transparentes; los
pantalones, con la moda por debajo del ombligo, casi exhibiendo su vulva,
sostenido al comienzo por sus nalgas, no sin antes dejar ver un reluciente
tatuaje; el calzado puede ser cualquier cosa.
81.- Los sicarios morales, ubicados principalmente en los medios de
comunicación, por encargo y paga, y excepcionalmente por envidia, se ocupan
de asesinar reputaciones bien ganadas; aprovechan la libertad de expresión y
de prensa, a los fines de envenenar a la opinión pública sana, lesionando a
terceras personas.
82.- Los inteligentes podridos, ponen su capacidad al servicio de las peores
causas, sin importarles que con su accionar dañan a familias enteras, que
gozan de respeto merecido en la sociedad. La respiración de estos inteligentes
corrompidos contamina el medio ambiente, y a toda la sociedad.
83.- La caballerosidad de fachada, es aquella artificial, que en nuestro medio
se mueve con elegantes trajes, en costosos vehículos, y hasta en helicópteros,
pero en el fondo no son más que pura apariencia; viven de hacer bultos, no
son personas de fiar.
84.- El abogado promiscuo, es aquel que, sin miramiento alguno, acepta
trabajar cualquier expediente, sin importar lo repugnante que sea; procede,
algo así como una meretriz de la toga y el birrete.
85.- El médico comerciante, es el que trata a los pacientes como clientes, y
considera la salud y la medicina como mercancías. Esta especie de galenos es,
principalmente, de la nueva época.
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IV.- DEBEMOS PREOCUPARNOS POR CAMBIAR LA REALIDAD DOMINICANA DE
HOY.
a.- Los dominicanos y dominicanas debemos aspirar a vivir bajo un orden social
que descanse en lo que engrandece a los seres humanos: el sentido de lo
justo, honesto y digno.
b.- Hay que difundir las ideas que contribuyen a la convivencia armoniosa y
fraterna, desterrando por completo aquellos comportamientos que reducen a
las personas.
C.- La hidalguía nos ha de servir de guía en el trato con los demás, para que se
conserve el magnánimo como expresión de los que en nuestro país levantan la
voz de redención, para los que reclaman una vida menos pesada en lo material
y espiritual.
d.- Preocuparnos por predicar y practicar aquellas ideas que alegran el
espíritu, y nos hacen sentir bien, en procura de lograr una existencia llevadera
en todos los órdenes.
e.- Comprender que lo indeseable no puede anidarse en nuestro cerebro; lo
grato ha de servirnos de guía en todas nuestras acciones para el bien de la
sociedad dominicana.
f.- La indiferencia, la apatía, no cuadra en las personas de bien; debemos
cultivar el afecto sincero, la inclinación permanente hacia la solidaridad.
g.- Los ideales hermosos que generan progreso y felicidad colectiva, se han de
alcanzar con la unidad de acción de los mejores hombres y mujeres de nuestro
pueblo.
h.- Las mezquindades y pequeñeces deben ser sepultadas con las acciones
generosas, con el gesto de desprendimiento que identifica a quienes abrazan
las causas justas.
i.- La desigualdad no puede continuar siendo una maldición; una afrenta, un
escarnio para los que creemos en la justicia y en la igualdad de oportunidades
para todos los seres humanos.
j.- Debemos esforzarnos para hacer comprender a nuestras niñas y niños, que
hagan conciencia de que ellos serán los artífices de las futuras generaciones,
comprometidas con la erradicación de todo lo que signifique desigualdad,
discriminación y miseria.
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k.- Las mejores y más gloriosas tradiciones de nuestro pueblo, han de ser
asimiladas por aquellos que hoy se levantan formados como los jóvenes del
porvenir, constructores de una sociedad nueva, renovada, de ciudadanas y
ciudadanos virtuosos.
l.- El dinamismo que caracteriza a la juventud se ha de poner en evidencia con
la derrota de todos los que signifique apatía, angustia, depresión y debilidad.
ll.- Nuestro país no puede seguir viviendo bajo la resignación y los lamentos.
Las quejas tenemos que convertirlas en sonrisas; la angustia en tranquilidad;
las anatemas en elogios, y la afrenta en una reivindicación.
m.- La presente y futuras generaciones de dominicanos y dominicanas, han de
cambiar de comportamiento, para eliminar de su conciencia todos aquellos
conceptos que reducen y separan a los hombres y mujeres de bien.
n.- El amor, la comprensión, y la solidaridad, como la más alta expresión del
ser humano, han de ser la guía del accionar de lo que en verdad se llama:
pueblo dominicano.
ñ.- Una sociedad enferma precisa que se eliminen por completo las causas que
generan sus padecimientos; en el caso de la dominicana, se impone el accionar
de facultativos dispuestos a extirpar los tumores sociales malignos, insertos en
el sistema; nada de curanderos sociales que quieran aplicar, como bomberos
ante un fuego, remedios de brujos.
o.- Al elaborar este texto no ha pasado por mi cabeza generalizar con relación
a determinado sector, clase o capa social; sólo he querido describir las taras
que revelan en su comportamiento muchos individuos con los cuales
departimos a diario.
p.- Llamo la atención para que todo aquel que tenga la posibilidad de leer este
documento comprenda que el autor no quiere, en lo absoluto, que en nuestro
país exista persona alguna con uno cualquiera de los vicios o taras indicadas;
pero una cosa es lo que uno quiere, desea, aspira; y otra; la que pinta la
realidad; y la verdad es que a diario estamos compartiendo con personas que
cuadran perfectamente, en su comportamiento, con las definiciones que
hemos dado.
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