Diario Los Andes 3 de Enero de 2004

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Mendoza, Argentina, Sabado 3 de enero de 2004
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Escribe el Lector
Buenos Aires. Ya lo habíamos dicho hace mucho tiempo, las terminales
automotrices poco a poco irían ampliando su gama de productos con modelos
adaptados al uso de GNC. La primera que dio el gran paso fue Fiat con el
Duna, y luego con el Siena mostró cuál es la manera correcta, prolija y más
práctica de instalar un equipo de GNC. Menos sofisticados se sumaron luego
Volkswagen con el Polo y Chevrolet con el Corsa Classic, sin olvidar la línea
Partner/Berlingo de Peugeot y Citroën, respectivamente.
Pero en realidad, aunque pocos lo saben, el primer auto con GNC ofrecido por
una terminal fue el Renault 12 alrededor del año 90. Hoy esta marca presenta
su gama completa de GNC, compuesta por el Clio, el Mégane y el Kangoo en
sus versiones familiar y utilitario. La diferencia de estos modelos con respecto
a la competencia es que son los únicos en que el equipo de GNC se instala
directamente en la línea de montaje y no posteriormente en las instalaciones
del proveedor del equipo.
Económico
Punto Net
Fin de semana
Potencia
Campo
La instalación directa del equipo en fábrica supone un mayor control y
supervisión por parte de la terminal. Pero el verdadero valor agregado es que
tanto el Clio como el Mégane y el Kangoo reciben adaptaciones previas
especiales para admitir este "cuerpo extraño". El equipo de ingenieros de
Renault ha diseñado y colocado en las carrocerías de estos modelos refuerzos
específicos tendientes a conservar la rigidez del conjunto, algo importante
sobre todo en caso de choque. De esta manera, los Renault GNC como este
Clio que hoy evaluamos reciben un trato especial desde una etapa primaria de
la línea de montaje.
El equipo es de última generación, con un cilindro tanque de 65 litros de
capacidad ubicado en el baúl y pico de carga al lado de la boca del tanque,
práctica disposición que evita la molestia de abrir el capó a la hora de las
recargas.
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Adentro, nada de teclas comunes ubicadas en cualquier lado. La selección de
combustible se comanda desde una tecla original ubicada a la izquierda del
volante que sigue el estilo de todos los comandos. De la misma manera, el
indicador de nivel de carga está ubicado en lo alto de la consola central
perfectamente integrado al tablero y con un diseño propio. Tan prolijo como
en el Fiat Siena, hasta ahora el referente en este sentido.
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Como en casi todos los GNC de última generación, el motor siempre arranca
alimentado a nafta para pasar luego (temperatura mediante) a GNC si así
estuviera seleccionado porque la operación también se puede realizar
manualmente a voluntad.
El paso de un combustible a otro es instantáneo, con un pequeño tironeo si
estamos presionando el acelerador con energía y de manera casi imperceptible
si en ese momento "levantamos" el pie un segundo.
Este Clio está equipado con el conocido motor 1.6 de 16 válvulas y 110 CV que
alimentado a GNC rinde 95 CV. Esta potencia no deja de ser interesante para
un auto de 1.150 kilos y gracias a su elasticidad y las correctas relaciones de
caja, su manejo es dinámico y ágil, sin dudas el mejor de todos los GNC que
he probado hasta el momento. Los registros en las pruebas de 90 a 120 km/h
indican que no hay mayores problemas en los sobrepasos. Sólo mostró, como
es lógico, una diferencia bastante importante en la aceleración frente a la
utilización con nafta pero un usuario de GNC difícilmente buscará emociones
tras el volante.
Lo más importante para este usuario es el consumo y el ahorro. Si somos
benévolos con el acelerador y la caja, cada 100 km el Clio consume 6,5 m3 de
gas en ruta a 120 km/h y alrededor de 7,3 m3 en ciudad, un consumo lógico
para su cilindrada. Estos valores equivalen a unos 250 y 220 kilómetros de
autonomía en cada caso tomando los 16,3 m3 totales que carga el cilindro a
una presión de 200 bares.
Teniendo en cuenta la amplia diferencia entre el precio del m3 de GNC y el
litro de nafta súper, al cabo de 20 ó 30 mil kilómetros de uso, el ahorro será
más que importante.
Sin cambios relevantes
El Clio elegido por Renault para adaptarlo al GNC es el cuatro puertas. Con su
enorme baúl de 510 dm3 en poco se ve afectada la capacidad de carga por la
inclusión del cilindro. Por esto también resulta el más indicado para el uso
familiar y por qué no como taxi.
A modo de repaso podemos señalar las principales características de siempre
como una posición de manejo algo conflictiva para los más altos, filtraciones
de aire por los burletes delanteros y ciertos detalles de terminación
mejorables. Entre los puntos destacables: la motorización, su comportamiento
equilibrado entre desempeño en ruta y confort en ciudad junto a un rediseño
frontal agradable y, como en casi todos los autos de la marca, una saludable
robustez estructural.
Disponible sólo en versión Authentique básica, nuestra unidad de prueba
contaba con aire acondicionado y dirección asistida como accesorios de confort
importantes, llevando el precio a 35.700 pesos. La versión base sin estos
opcionales cuesta 33.000 pesos, un valor muy similar a idéntica versión con
motor 1.5 dCi (turbodiesel) de 65 CV (33.200 pesos). A igual precio, las
ventajas de este GNC están también -aunque con una diferencia menor que
con respecto a la nafta- en el precio del combustible y en mejores
prestaciones gracias a su potencia. A favor del diesel, la autonomía; sobre
todo en viajes largos.
Las necesidades del usuario inclinarán la balanza a favor de uno u otro. Si se
opta por este GNC, la impecable adaptación del equipo lo dejará más que
satisfecho.
Por su forma y su presentación, H2O resulta simpático, lúdico, y también fiable
tanto en la elección de su principio técnico como en todo lo que concierne a la
lucha contra incendios. Para su realización fueron consultados diversos
bomberos.
Por su estilo, la parte delantera del vehículo permite una fácil identificación
con la marca Peugeot. Detrás del habitáculo, previsto para dos ocupantes, se
encuentra una cisterna que tiene una escalera telescópica. En torno a esta
cisterna se integran los volúmenes de dotaciones de accesorios así como las
tomas y conexiones características de esta clase de vehículos antiincendios.
A semejanza de los RC (Pica y Diamante), los faros son rectilíneos y se
reconoce el movimiento particular del capó. En la parte inferior se aprecia una
amplia entrada de aire que sugiere robustez, así como una barra cromada
destinada a dinamizar el conjunto del frontal.
Los faros principales, de cristal, son de tipo lenticular y los faros adicionales
están integrados en el faldón a un lado y a otro de la entrada de aire. A su
vez, sobre el techo hay instalados dos intermitentes de advertencia de color
azul, cuya forma se integra en el volumen del conjunto de la señalización
luminosa, propia de esta clase de vehículos.
La cisterna cilíndrica
Se asocia al estilo de H2O. En su parte trasera presenta una tapa de metal
suavemente pulida que está adornada en su centro con el león de Peugeot.
Encima , hay una escalera telescópica de aleación ligera.
Además, en la parte trasera del vehículo, las luces de señalización así como la
parte inferior y los paragolpes sugieren potencia y elegancia. Estas luces
tienen un cristal transparente que recubre soportes cilíndricos propios de cada
función. Bajo el faldón se encuentran dos conectores unidos por una pieza
metálica (una toma de agua y una manguera de incendios).
Además de todos los elementos metálicos brillantes, el conjunto de la
carrocería de H2O está pintado en rojo al estilo "bombero".
Las ruedas, de un diámetro de 18 pulgadas, son de aleación ligera. Están
calzadas con neumáticos de 215/45. El cubo de la llanta, muy hundido en
relación al borde, presenta una forma de semiesfera pintada del color del
vehículo con un león cromado situado en el centro.
Las medidas de este concept de Peugeot son: 4.294 mm de largo, 1.689 mm
de ancho, 2.690 mm de batalla y 1.679 mm de alto.
El demostrador
H2O es un vehículo eléctrico de batería provisto de un grupo auxiliar (Range
extender) constituido por una pila de combustible. De este modo, la empresa
eligió continuar con el demostrador Taxi PAC, presentado por el Grupo PSA
Peugeot-Citroën en 2001.
El coche utiliza la pila de combustible como fuente de energía eléctrica a
bordo. El sistema Range extender realiza también la función de APU (Auxiliary
Power Unit, es decir equipo auxiliar de potencia) y permite disponer de una
fuente eléctrica permanente a bordo que posibilita alimentar diversos
dispositivos de seguridad (bombas, extractores de humo, sistemas de
comunicación, tomas eléctricas, etc...).
La pila de combustible
Para funcionar, una pila de combustible necesita hidrógeno y oxígeno. El
oxígeno se extrae del aire o de una botella mientras que en el demostrador
H2O el hidrógeno es obtenido a bordo, según la necesidad.
La unión del hidrógeno y el oxígeno origina una reacción electroquímica que
provoca un desplazamiento de los electrones que produce simultáneamente
agua, calor y, sobre todo, electricidad.
Así, la pila genera electricidad útil a la cadena cinemática y se alimenta sólo de
agua. Las emisiones de gases contaminantes son, por lo tanto, nulas.
Gracias a un sistema original de producción de hidrógeno, en tiempo real, la
cantidad de este combustible presente a bordo nunca es superior a 2,5
gramos; es decir, equivalente a un vaso de nafta.
El hidrógeno se produce in situ a partir de una solución acuosa de borohidruro
de sodio y de un catalizador.
De esta manera, el Grupo propone una nueva vía de investigación que permite
eliminar molestias relacionadas con el almacenamiento del hidrógeno a
presión.
Al contrario de un vehículo clásico -que necesita oxígeno para la combustión
del carburante en el motor- el demostrador H2O conserva todas sus funciones
al encontrarse en un medio "anaerobio" (por lo tanto, sin oxígeno). Por
ejemplo, en el caso de un incendio en un túnel o en un parking subterráneo.
Ante una situación semejante, al oxígeno necesario para el funcionamiento de
la pila lo suministran dos botellas instaladas en el vehículo.
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