Aplicación del delito de desobediencia a la autoridad en la aplicación de la Ley contra la Violencia Doméstica: análisis de expedientes judiciales 2004 Resumen Ejecutivo Entre los meses de junio 2006 y abril 2007 se llevó a cabo una investigación titulada “Aplicación del delito de desobediencia a la autoridad en la aplicación de la Ley contra la Violencia Doméstica: análisis de expedientes judiciales”, en el marco del Proyecto de Modernización de la Administración de la Justicia (Proyecto Corte-BID) y a solicitud de la Secretaría Técnica de Género del Poder Judicial. El siguiente es un resumen ejecutivo del proceso de investigación y de los principales resultados. I. Objetivos del estudio Objetivo general Evaluar el uso y la aplicación del delito de desobediencia a la autoridad en casos de no cumplimiento de medidas de protección dictadas en el marco de la Ley contra la Violencia Doméstica. Objetivos específicos Describir y categorizar los casos de desobediencia a la autoridad entrados al Ministerio Publico en el año 2004 para determinar peso relativo según materia y tipo de orden desobedecida y establecer comparaciones en la intervención preliminar entre ellas. Caracterizar la intervención y resolución de parte del Ministerio Público y Tribunales Penales en los casos de desobediencia a la autoridad remitidos por los despachos que aplican la LCVD y/o gestionados en el marco de esta Ley por personas usuarias de los servicios judiciales. Identificar los factores (ideológicos, políticos, procedimentales, materiales y otros) que favorecen y limitan la aplicación de la desobediencia a la autoridad en los casos señalados. Aportar conclusiones y recomendaciones. II. Estrategia metodológica El proceso de desarrollo del estudio implicó la elaboración de un Protocolo de Investigación que precisó, entre otras cosas, el diseño metodológico, las variables de estudio y el diseño de los instrumentos de investigación. Asimismo, como parte del proceso de investigación, e diseñó una base de datos específica para el estudio, así como los instrumentos indispensables para la alimentación de los datos. Determinación y caracterización de la población de estudio De acuerdo con la teoría de la investigación social, este es un estudio de tipo “exploratorio” cuyo fin es “… estudiar un tema u obtener una familiaridad inicial con alguna cuestión” (Babbie 2000: 72). Este tipo de estudio se desarrolla en circunstancias – como la presente – cuando el fenómeno a investigar no ha sido estudiado previamente y cuando no se conocen todos los elementos o posibles intervinientes en el mismo. Recordemos al respecto que no existe investigación previa sobre el delito de desobediencia a la autoridad y su aplicación en relación con la Ley contra la Violencia Doméstica en el contexto de Costa Rica. De acuerdo con Barrantes, (Barrantes 1999: 64), la investigación exploratoria es “… una que se realiza para obtener un primer conocimiento de una situación para luego realizar una posterior más profunda, por eso se dice que tiene carácter provisional. Por lo general, es descriptiva y puede llegar a ser también explicativa”. Este es, además, un estudio que combina enfoques y técnicas cuanti y cualitativas. Siguiendo con este autor, la investigación cuantitativa parte de una concepción global positivista, hipotética-deductiva… y privilegia el uso de métodos cuantitativos con el uso de técnicas de contar y de medir. Por el contrario, la investigación cualitativa postula una concepción fenomenológica, inductiva y orientada al proceso y privilegia el uso de métodos cualitativos con el uso de técnicas de comprensión personal, de sentido común y de introspección (Barrantes 1999:70-71). En este caso y con el propósito de lograr el mayor acercamiento posible a la descripción del fenómeno y de producir información que contribuya a su explicación y comprensión, se han combinado variables de medición cuantitativa así como reactivos cualitativos que pretenden profundizar en aspectos de contenido. No obstante su naturaleza exploratoria, ha sido el interés de esta investigación garantizar niveles significativos de representatividad de la información producida. Un primer paso fue la determinación de la unidad de análisis (definida como “expediente judicial por el delito a desobediencia a la autoridad”) y de la población de estudio (definida como “todos los expedientes correspondientes al delito de desobediencia a la autoridad ingresados al Ministerio Público en el periodo comprendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre 2004”). Con este fin y mediante el apoyo de la Secretaría de Género, se solicitó al Departamento de Planificación un informe sobre las entradas registradas en la Sección de Estadísticas sobre el delito de desobediencia a la autoridad en el periodo establecido. El Departamento de Planificación remitió con fecha 16 de junio 2006 el registro de entradas que por este motivo contabilizaba la sección de estadística. De acuerdo con esta información oficial el número de casos entrados durante el periodo en todas las oficinas del Ministerio Público del país fue de 5607. Con base en esta información, tomada como el universo total o población de investigación, se diseñó la muestra inicial de este estudio. Es importante decir en este punto que del total de dependencias del Ministerio Público se descartaron – para efectos de este estudio - aquellas donde el ingreso de casos por desobediencia a la autoridad fue menor de 20 en el periodo. Esto significó que del total de dependencias (44) están contempladas en el estudio 37, lo que representa un 84% del total, quedando fuera solamente las oficinas siguientes: Contra la Vida, Delitos varios, Delitos económicos, Agrario Ambiental, Tarrazú, Los Chiles y Cóbano. En estas 37 dependencias el total de ingresos por desobediencia a la autoridad, según los datos del Departamento de Planificación, fue de 5551. Como se ha dicho, el universo y muestra de investigación inicial se construyeron sobre la base de la información oficial proporcionada por el Departamento de Planificación. No obstante, sobre el terreno y con base en los informes de entrada solicitados en cada una de las fiscalías del país, pudimos comprobar que los datos en algunas de estas no coincidían con el informe proporcionado por Planificación. En algunos casos, la variación era pequeña, en ambos sentidos: aumento o disminución, como puede observarse en el siguiente cuadro. En la práctica esto implica que este estudio parte de la definición de un universo total de investigación correspondiente a 5640 expedientes sobre desobediencia a la autoridad ingresados en las oficinas seleccionadas del Ministerio Público en el año 2004, lo que representa un aumento de 89 expedientes en relación con la población inicial. Si bien la diferencia en números totales no es muy grande, sí lo es en cuanto a su distribución por oficina. Cálculo y definición del tamaño de la muestra del estudio Una vez establecida la población de estudio, fue necesario determinar criterios para la selección de una muestra de unidades de análisis ante la imposibilidad – temporal y material – de estudiar la población completa. Como queda dicho, con el fin de garantizar la mayor representatividad posible de la información producida y ante el desconocimiento previo que existía del problema en estudio y de sus características, se aplicaron los siguientes recursos de la investigación estadística que contribuyeran a potenciar esta representatividad. Se seleccionó una muestra equivalente al 5% de la población en estudio tomando en consideración que este es un porcentaje estandarizado y considerado confiable estadísticamente. La distribución del total de la muestra se realizó tomando en consideración el peso específico de entradas de expedientes en cada una de las oficinas del Ministerio Público incluidas en este estudio. La selección de las unidades de análisis (expedientes) en cada oficina del Ministerio Publico se realizó aplicando una técnica aleatoria y sistemática de muestreo, esto es: se estableció un intervalo uniforme aplicado de manera sistemática al listado de entradas por el delito de desobediencia en cada oficina, mismo que estaba ordenado según fecha de ingreso. De esta manera se considera que la representatividad, proporcionalidad y la aleatoridad de la muestra seleccionada otorgan un grado de confianza y validez significativa a la información producida no obstante la naturaleza exploratoria del estudio. Tomando en consideración la población total (según lo establecido en el apartado anterior), se definió la muestra de estudio y su distribución por fiscalía para un total de 282 expedientes, como se aprecia en el cuadro adjunto. Proceso de selección de la muestra En el proceso de selección de la muestra se siguieron los siguientes pasos: Se visitaron todas las dependencias del Ministerio Público del país incluidas en el estudio con excepción de Coto Brus y Upala donde la muestra estaba compuesta por un solo expediente cuyo número se obtuvo telefónicamente con la asistencia de funcionarios/as de las fiscalías correspondientes. Se solicitó en cada dependencia del Ministerio Público el listado de todas las entradas por el delito de desobediencia a la autoridad en el año 2004. Se comprobó la población total y se ajustó la muestra al 5%. Con base en los listados que fueron proporcionados, se aplicó el criterio de aleatoriaridad descrito arriba para seleccionar los expedientes de la muestra para esa fiscalía. En los lugares donde no fue posible contar con el listado computarizado, se acudió al libro de entradas para seleccionar la muestra según el diseño muestral inicial. Todos los casos donde el sistema indicaba “incompetencias” fueron sustituidos inmediatamente para garantizar la cuota de participación de cada oficina siguiendo el mismo criterio de aleatoriedad. Una vez preparada la lista de muestreo, con la asistencia de un funcionario de la fiscalía, se corroboró en el sistema la ubicación física del expediente y si el mismo correspondía a una desobediencia. En el caso de los expedientes que aparecieron acumulados, se adoptó el nuevo número del expediente acumulado al listado muestral. Una vez definida la muestra, se procedió a la identificación de cada expediente en el juzgado penal o en el tribunal y a su fotocopiado. Resumiendo: a) en total se seleccionaron 283 expedientes para fotocopiar (un expediente más que el correspondiente a la muestra ideal) b) de ese total hay 10 expedientes que no aparecen incluidos dentro del estudio por las razones que se explican a continuación: 04-202354-0647 04-204357-0647 04-000532-0219 04-000238-0573 04-200999-0431 04-200429-0645 04-200180-0454 04-000155-0677 04-200483-0472 04-201340-0472 c) otro delito otro delito no se fotocopió no se fotocopió otro delito incompleto otro delito otro delito otro delito otro delito la muestra real de estudio corresponde a 273 expedientes que representan un 4.84% del total de expedientes que conforman la población en estudio lo que se considera una muestra representativa. Una vez definida la muestra e identificada la ubicación física de cada expediente, los mismos fueron fotocopiados para su posterior análisis. Análisis de datos Para el análisis de los datos se diseñó una base de datos específica, utilizando el programa SPSS para investigación en ciencias sociales, a partir de las variables incluidas en el instrumento de recolección de información. Para tal efecto se construyó también un formulario de codificación mismo que sirvió para alimentar la base de datos. Talleres de re-alimentación de resultados Como parte de la estrategia metodológica, se desarrollaron dos talleres cuyo objetivo fue compartir con poblaciones específicas los resultados preliminares de investigación y recibir comentarios que alimentaran las conclusiones. Los mismos contaron con el auspicio del Programa de Derechos de las Mujeres del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). Se realizaron dos talleres los días 10 y 13 de abril, 2007. El primero con organizaciones de la sociedad civil e instituciones vinculadas con la aplicación de la Ley contra la Violencia Doméstica. El segundo con funcionarios/as judiciales, específicamente jueces de violencia doméstica y fiscales. Los resultados de estos talleres y los aportes de las y los participantes se encuentran incluidos en el desarrollo del documento. III. Conclusiones Se resumen a continuación las principales conclusiones de este estudio, muchas de las cuales ya han sido expuestas a lo largo del informe. 3.1 Esta es una figura penal recurrida de manera claramente mayoritaria por quienes solicitan sanción frente a la desobediencia de una medida de protección otorgada en el marco de la Ley contra la Violencia Doméstica. El 87% de los casos estudiados corresponden a este tipo de desobediencia. No obstante, no es tratado como tal sino de manera genérica como un delito frente a la autoridad pública. 3.2 La mayor parte de las personas que denuncian una desobediencia a una medida de protección de la Ley contra la Violencia Doméstica son mujeres costarricenses, entre los 18 y 40 años de edad, en relación de pareja y ocupadas principalmente en labores de tipo doméstico. 3.3 El 90% de las personas que aparecen como imputadas en las denuncias por desobediencia de una medida de protección de la Ley contra la violencia doméstica son hombres costarricenses, menores de 40 años y provenientes de los más diversos oficios y ocupaciones. 3.4 El delito de desobediencia a la autoridad se ha convertido por su uso, en la práctica, en un delito de violencia doméstica que es recurrido principalmente por las mujeres en búsqueda de justicia y sanción frente a experiencias de violencia y maltrato en las relaciones de pareja. 3.5 En un importante número de casos las personas ofendidas habían experimentado violencia física, en diferentes grados, de parte de la persona imputada; en al menos 21 casos habían estado en serio riesgo de perder la vida y/o sufrir daños significativos; en 20 habían sido víctimas de violaciones a su integridad y libertad sexual y más del 50% se encontraban bajo amenazas de muerte. No obstante, no se evidencia en los expedientes que el riesgo sea una categoría operacionalizada y utilizada para guiar el proceso de investigación y acción penal. 3.6 La resolución en la etapa preparatoria evidencia que un 63% de los casos entrados pasan a la etapa intermedia con solicitudes de desestimación o sobreseimiento, solamente en un 38% se solicita la apertura a juicio. El desinterés de la parte ofendida, la notificación personal de las órdenes y el derecho de abstención figuran como las principales causas de desestimación y sobreseimiento. En la etapa intermedia solamente un 16% de los casos referidos para juicio pasan a la siguiente etapa, a la vez que aumenta el número de conciliaciones y la aplicación de otros procedimientos alternativos. En la etapa de juicio el 58% de los casos son absueltos, 19% reciben una sentencia condenatoria y en 5% de los casos se concilia. 3.7 Con estos resultados se puede afirmar que la figura penal de desobediencia no garantiza una sanción efectiva al incumplimiento de una medida de protección y tampoco constituye un medio para validar y reforzar su aplicación. 3.8 Esta realidad afecta principalmente a las mujeres que son las que más denuncian y es una manifestación específica de discriminación de las mujeres en el acceso a la justicia. 3.9 En la práctica, diferentes factores tienen un impacto concreto de impedir que haya una sanción real. Entre estos factores se pueden señalar los siguientes: La principal carga de la prueba recae en las personas ofendidas cuyo relato es indispensable para la continuidad del proceso pero, a la vez, insuficiente para terminarlo y dictar sentencia; Existe poca o deficiente investigación por parte del Ministerio Público lo que contribuye a que muchos casos sean desestimados o sobreseídos. Existe una presión tácita orientada a que las personas ofendidas no denuncien, desistan o lleguen a un arreglo con los imputados mediante el estimulo de las conciliaciones y/o el derecho de abstención. La lentitud caracteriza el proceso de la denuncia aumentado el tiempo de espera de una resolución conforme avanza de una etapa a la siguiente. Esta lentitud y falta de agilidad aumenta el riesgo para las víctimas y fomenta la pérdida de interés y des-estimula la continuación de los procesos. Prevalece una intervención descontextualizada y fragmentada de la realidad en el estudio e interpretación de los hechos denunciados lo que impide una adecuada valoración de la prueba y una resolución más eficaz en función de la materia que dio origen a la desobediencia. No se aplica en la valoración de los hechos y de la prueba elementos de conocimiento especializado sobre la materia de violencia doméstica y contra las mujeres que permita interpretar y nutrir la sana crítica de los juzgadores. Este desconocimiento se constituye en una forma de revictimización institucional pues impide que la situación de las víctimas sea valorado en su justa dimensión y en un serio impedimento para que las personas ofendidas sean resarcidas de la violación de sus derechos, obtengan la protección que requieren y se sancione a los responsables. Tiende a prevalecer un círculo de impunidad provocada por la poca voluntad de perseguir, la baja penalidad asociada al tipo penal y la baja tasa de condenas. Este círculo de impunidad tiene como consecuencia un generalizado irrespeto hacia la figura del juez/a y es un factor que contribuye a la ingobernabilidad del país. La impunidad y la burla reiterada que hacen los ofensores de las directrices judiciales, especialmente las de violencia doméstica, constituyen una descalificación a quienes consideran que este tipo delito es un asunto de persecución pública y de derechos humanos y, es una manifestación del enfoque que considera que la violencia doméstica y de pareja es y debe seguir siendo un asunto privado Se promueves arreglos o salidas alternativas que no sancionan ni impiden la reincidencia con lo cual se pierde credibilidad en sistema penal como medio para acceder a la justicia. 3.10 Las victimas que acuden al sistema penal para que se sancione una desobediencia están en clara desventaja en los procesos pues – en peor de los casos – todo imputado tiene derecho a un acompañamiento legal público (defensores), pero no existe este tipo de servicios al alcance de las personas ofendidas. Esta situación deja a las víctimas en estado de indefensión frente a la posible inacción y/o inadecuados manejos de parte de jueces/as, fiscales, abogados y defensores públicos. Es manifestación y consecuencia de lo anterior la poca o nula participación real y efectiva de las personas ofendidas en los procesos. Este, que es un problema generalizado para todos los que acuden al sistema de justicia, es doblemente grave para las mujeres cuya condición de género las hace víctimas de otras discriminaciones. Esta situación fue ampliamente reconocida por el señor Luis Paulino Mora quien manifestó a través del periódico La Nación lo siguiente:”…es necesario tutelar a la víctima por parte del Estado en una forma más amplia … si nos hemos preocupado por reconocer y fortalecer los derechos del imputado más obligados estamos en proteger y tutelar a los ciudadanos afectados por la violencia social… una víctima protegida y acompañada por el Estado será nuestra principal aliada en lograr una mayor eficiencia del sistema de justicia y estimo que el derecho de las víctimas debe ser prioritario y la agenda política de nuestro país no debe seguir ignorando esta realidad.” 3.11 La teoría y práctica del derecho penal en nuestro país están ayunos de una reconceptualización de sus supuestos y principios básicos desde la perspectiva de las víctimas, en general, y de las mujeres en particular y desde la naturaleza específica de los delitos asociados a la violencia por razón de género y doméstica... Reconocer la naturaleza particular de este tipo delitos generados en el marco de relaciones interpersonales de confianza, poder, intimidad y afectividad es indispensable si se desea hacer justicia y reducir la impunidad. Ello implica la necesidad de complementar el conocimiento nacido de las teorías jurídicas con otros saberes provenientes de las ciencias sociales, de las ciencias médicas y otras necesarias para abordar problemáticas complejas, así como adecuar los procedimientos y las formas a las posibilidades reales y características de las poblaciones más afectadas, en este caso especifico de las mujeres. IV. Recomendaciones Con el fin de contribuir a resolver algunos de los problemas identificados en esta investigación, primordialmente en cuanto a la limitación en el acceso a la justicia de parte de las víctimas y la impunidad frente a las desobediencias, se hacen las siguientes recomendaciones. 6.1 Formular, ejecutar y dar seguimiento a una política criminal integral, coherente y específica para la intervención en delitos asociados con violencia intrafamiliar y violencia en contra de las mujeres en todas las etapas del proceso penal. 6.2 Reconocer – como parte de esta política criminal - el delito de desobediencia a la autoridad como un delito mayoritariamente recurrido en situaciones de violencia doméstica y de violencia en contra de las mujeres al cual acuden las víctimas para exigir el respeto de medidas de protección dictadas para proteger sus derechos fundamentales y en los cuales figuran como bienes jurídicos tutelados, entre otros, el derecho a la vida, a la integridad física, sexual y psicológica, el derecho a la libertad y a la autodeterminación. 6.3 Determinar que, bajo ningún concepto, los delitos asociados a la violencia intrafamiliar y contra las mujeres (incluyendo las desobediencias a la autoridad) deben ser considerados delitos de bagatela en razón de los bienes jurídicos que están siendo violados, así como reducir el margen de discrecionalidad otorgada a fiscales para la determinación de cuales delitos se deben o no perseguir, determinación que puede estar influenciada por criterios personales y subjetivos y/o por patrones culturales de discriminación (como, por ejemplo, en la aplicación del criterio de oportunidad). 6.4 A la luz de los resultados de esta investigación, algunos de los objetivos de esta política criminal deberían ser los siguientes: Reconocer la naturaleza particular de este tipo delitos generados en el marco de relaciones interpersonales de confianza, poder, intimidad y afectividad y en un contexto cultural de discriminación por razones de género, edad, etnia, discapacidad, entre otras, y los retos que ello impone para garantizar un efectivo acceso a la justicia para las personas afectadas. Armonizar la normativa penal y procesal penal, así como las prácticas y procedimientos en sede penal, con lo establecido en los instrumentos internacionales de derechos humanos de las mujeres y, específicamente, de protección frente a la violencia en contra de las mujeres y violencia intrafamiliar, para garantizar un acceso real, efectivo y expedito a la justicia de parte de las víctimas de este tipo de violencia y evitar la re-victimización institucional. 6.5 Aplicar y operacionalizar el principio de la debida diligencia en todo el quehacer penal institucional. Implementar un proceso específico - pensado desde la especificidad y dinámica de la violencia doméstica y contra las mujeres - que garantice un acceso oportuno, efectivo y ágil a la justicia, que favorezca la sanción de los responsables y que garantice un trato digno para las personas afectadas. Promover una investigación exhaustiva, imparcial y de oficio de todas las denuncias por violencia en contra de las mujeres presentadas ante el Ministerio Público, incluidas las correspondientes a desobediencia a la autoridad, sin que se haga recaer en las víctimas el peso de la prueba y del desarrollo del proceso como tal. Analizar la especificidad y complejidad de este tipo de violencia a la luz de las necesidades probatorias del proceso penal a fin de identificar otros recursos probatorios además del testimonial, desarrollar protocolos de investigación que fijen las pruebas mínimas que se deben recabar y contrarrestar las prácticas que restan credibilidad a la declaración de las víctimas. Garantizar que los procesos en este tipo de delitos de violencia doméstica y contra las mujeres sean llevados a cabo por personal idóneo y debidamente capacitado, mediante la creación de instancias especializadas, en todas las etapas del proceso, que cuenten con recursos técnicos, profesionales y materiales suficientes. Incorporar y operativizar el criterio de riesgo (incluyendo la reincidencia) y el análisis contextual para el otorgamiento de medidas cautelares y la valoración y resoluciones en todas las etapas del proceso. Promover una re-interpretación de los supuestos para el otorgamiento de las medidas cautelares – especialmente de la prisión preventiva – desde la especificidad de la violencia doméstica y contra las mujeres, sus teorías explicativas, especialmente lo correspondiente a la dinámica de los ofensores y los criterios de riesgo. Prohibir la aplicación del instituto de la conciliación en todos los delitos asociados a violencia en contra de las mujeres y violencia intrafamiliar (incluida la desobediencia a la autoridad) y garantizar que las reglas a las que se arriba en los procesos alternativos cuenten con el acuerdo de la persona víctima y se orienten de manera sustantiva a prevenir la continuidad de la violencia. Fortalecer los procesos de capacitación desarrollados por la Escuela Judicial orientados a un mayor conocimiento y – sobre todo – a una mayor aplicación de los instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados por Costa Rica, especialmente los relacionados con la violencia doméstica, intrafamiliar y contra las mujeres, así como a la jurisprudencia internacional en la materia, particularmente la desarrollada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 6.6 Fortalecer la capacitación especializada sobre violencia contra las mujeres, violencia doméstica e intrafamiliar a todos los niveles e instancias asociadas con el proceso penal: fiscalía, defensa pública, judicatura… 6.7 Ampliar los servicios de la Defensa Pública para ofrecer servicios de asesoría y acompañamiento legal público y gratuito para las personas víctimas de la violencia doméstica, intrafamiliar y contra las mujeres. 6.8 Promover una mayor integración y coordinación entre las distintas jurisdicciones que ventilan procesos asociados a situaciones de violencia doméstica, intrafamiliar y contra las mujeres (cautelares, pensiones, guarda crianza, penales – entre otros) a fin de garantizar una respuesta más efectiva a las personas víctimas y desarrollar un sistema de seguimiento eficaz y efectivo que garantice el cumplimiento de las disposiciones judiciales y reduzca los niveles de riesgo para las víctimas.