RESUMEN EJECUTIVO

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RESUMEN EJECUTIVO
Pilar Blanco-Morales Limones
I. EL SEGURO ESPAÑOL EN 2010
conjunto de la economía, y la tasa de temporalidad de este sector es del 2,3%, diez veces más
baja que la tasa general (UNESPA, 2009).
Los hogares españoles dedican una parte de
sus recursos a cubrirse de la posible ocurrencia
de contingencias futuras, tanto en el ramo de
vida como en no vida. Alrededor del 3,3% de la
renta disponible bruta de los hogares se destina a
sufragar las primas de los seguros para la protección de la vida, o seguros de ahorro-previsión. En
esta estimación no se han incluido los seguros
colectivos, puesto que una parte de las primas no
la soportan directamente los hogares, por lo que
la cifra es probablemente más elevada. Por otro
lado, los seguros no incluidos en el ramo de vida
representan casi el 3,7% del gasto de los hogares
(UNESPA, 2010).
A nivel agregado, los once primeros grupos
aseguradores tienen una cuota de mercado de
casi el 65%, siendo del 31% la cuota de mercado
que suman los tres primeros grupos del ranking.
En la primera mitad del 2010, el grupo Mapfre
es el único grupo asegurador que tiene una cuota
de mercado superior al 10% en seguro directo en
España. Por detrás, destaca la evolución de la
cuota de mercado del grupo La Caixa. En el
2008 el grupo La Caixa ocupaba la novena posición por cuota de mercado de seguro directo,
convirtiéndose en el cuarto grupo a finales del
2009, hasta tener una cuota del 9% en la primera parte del 2010. Esta cuota le sitúa en el segundo puesto en el ranking. En sentido inverso se
comporta la evolución del grupo Santander,
pasando de ser el segundo grupo asegurador por
cuota de mercado en 2008, a ocupar la octava
posición en el primer semestre del 2010.
En España las entidades aseguradoras y gestoras
de planes de pensiones administran aproximadamente un cuarto de billón de euros, con un
número de clientes superior a los 124 millones,
es decir, casi tres veces el tamaño de la población.
Respecto a 2008, en el año 2009 se observa un
ligero incremento anual. El volumen de primas
de seguro devengadas creció un 1,6%, situándose
en más de 60 mil millones de euros. Ello supone
una media de 1.291 euros al año por habitante
–1.288 en 2008–, y un 5,7% del Producto Interior
Bruto de nuestro país –5,4% en 2008–. Estos
datos reflejan la buena salud de la que goza el
sector asegurador en la economía española.
La industria aseguradora es un sector estratégico para nuestra economía desde el punto de
vista de generación neta de empleo. En el año
2009, y tomando como referencia las series estadísticas de la Encuesta de Población Activa (EPA),
alrededor de 135.000 personas trabajaban en el
ramo de actividad del sector seguros, reaseguros
y fondos de pensiones, de las cuales el 49,25%
eran mujeres y el resto hombres. Esta cifra representa un crecimiento del 1,3% en relación al
número de ocupados durante el 2008. Este ligero incremento en el número de empleados resulta especialmente destacable en un contexto en el
que el número total de ocupados se redujo un
6,8% para el conjunto de la sociedad española.
Frente a otros sectores, la industria aseguradora
apuesta por un empleo estable para sus plantillas. La industria aseguradora española realiza
tres veces más contrataciones indefinidas que el
19
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
Cuando analizamos la evolución del ranking
de los grupos aseguradores por ramos en España
observamos una mayor concentración en el ramo
de vida que en el de no vida (Vid. Tablas 8 y 9 del
Capítulo Primero). En concreto, en el ramo de
vida, los primeros 14 grupos aseguradores del
ranking tienen una cuota de mercado de más del
86%. En cambio, los primeros 14 grupos aseguradores del ramo de no vida abarcan una cuota
del 72,5%. En el ramo de vida, el grupo La Caixa
se ha convertido en el 2010 en el grupo asegurador con mayor cuota de mercado, superando el
13% del total. El ramo de no vida, por su parte,
está liderado por el grupo Mapfre con una cuota
de mercado de más del doble de la que posee el
segundo grupo del ranking. En general, en el
ramo de vida se observa un reparto de la cuota de
mercado entre los grupos aseguradores ligados a
grupos bancarios respecto a los grupos aseguradores que no lo están, que denominamos tradicionales para diferenciarlos de los primeros. En
el ramo de no vida, en cambio, los grupos aseguradores tradicionales poseen la mayor parte de la
cuota de mercado.
En el año 2009 el sector asegurador ha experimentado una disminución en el volumen de
primas para el negocio de no vida, situándose a
niveles de 2007. Esta contracción supone una
ruptura con el ciclo de expansión vivido en los
últimos años. Por otro lado, el elevado aumento
en el volumen de primas del ramo de vida
(6,29%), ha permitido que el sector asegurador
en su conjunto cierre el ejercicio 2009 con un
leve crecimiento en el volumen de primas del
1,56%. Si consideramos el periodo 2004-2009,
observamos que el sector asegurador ha experimentado un crecimiento del volumen de primas
superior al 32% en los últimos 6 años.
En el sector asegurador español el peso del
ramo no vida es superior al de vida, aunque en
los últimos años se han reducido considerablemente las diferencias. En concreto, en 2004 el
ramo de no vida gestionaba un volumen de primas superior en más de 7.200 millones de euros
al de vida. En cambio, en el 2009 esta diferencia
se ha reducido a poco más de 3.200 millones
(Vid. Tabla 10 del Capítulo Primero).
Cuando analizamos la variación de las primas
por ramos dentro de cada negocio, observamos
diferencias en el comportamiento de los distintos
ramos. Mientras la evolución de las primas en los
productos Unit linked han sufrido un fuerte retroceso en el 2009, con un decremento del 15,05%,
la evolución de las primas en el resto de seguros
no vida, que denominamos negocio tradicional
han continuado la tendencia alcista de los últimos años con una tasa de crecimiento superior al
11% (Vid. Tabla 11 del Capítulo Primero).
Lo anterior indica que aunque ha aumentado
el número de asegurados en los productos Unit
linked y los Planes de Previsión Asegurados (PPA),
se ha reducido el volumen total de primas emitidas para estos ramos. Por el contrario, en los
seguros de ahorro en capital y en renta ha disminuido el número de asegurados pero ha crecido
el volumen de primas emitidas netas, aumentando el valor de la prima emitida media por asegurado (Vid. Tabla 14 del Capítulo Primero). En los
seguros de no vida, no todos los ramos han tenido la misma evolución. En concreto, tres ramos
han tenido un crecimiento anual en el volumen
de primas cercano al 5%, como son los seguros de
asistencia sanitaria y enfermedad, multirriesgos y
decesos. En cambio, el resto de ramos han tenido
una reducción en el volumen de primas, destacando el seguro de responsabilidad civil, de pérdidas pecuniarias y de otros daños a los bienes
con unos decrementos en el volumen de primas
superiores al 10% anual. El seguro de automóviles es el ramo de no vida con mayor volumen de
primas, representando el 36% del total, si bien su
peso relativo, en el conjunto de no vida, ha disminuido ligeramente.
A pesar del aumento en la siniestralidad (Vid.
Tablas 17 y 18 Capítulo Primero), tanto el resultado técnico como el resultado técnico financiero continúan mostrando valores positivos.
Ahora bien, el comportamiento negativo de la
siniestralidad es uno de los factores que explica la
reducción del resultado técnico bruto del 3,32%
y del neto del 23,68%, que ha experimentado el
ramo en comparación a los resultados obtenidos
en el año 2008. Además, la fuerte caída del resultado técnico neto provoca que, aunque el resulta20
RESUMEN EJECUTIVO
II. LOS ASPECTOS CUALITATIVOS DE
SOLVENCIA II
do técnico financiero bruto muestre una tasa de
crecimiento del 11,04%, cuando descontamos el
reaseguro, la tasa de crecimiento tome un valor
negativo del 1,58%.
Respecto a las provisiones técnicas y solvencia de las entidades, la comparación entre las
cifras observadas para 2008 y 2009 pone de
manifiesto un aumento generalizado en las provisiones técnicas para los diferentes tipos de productos, y en general de un 5,62% para el total de
seguros de vida. Las provisiones para los seguros
de riesgo aumentaron en 2009 un 9,43% respecto a la cifra observada en 2008. Especialmente
destacable es el aumento observado en el caso de
las provisiones ligadas a los seguros de dependencia, que a pesar de ser un mercado en fase de
despegue, parece que está cobrando mayor peso
en el sector, ligado con la puesta en marcha de la
Ley de Dependencia (Vid. 26 Capítulo Primero).
En el marco de las provisiones ligadas a seguros de ahorro/jubilación, que en términos globales han crecido un 5,48%, cabe destacar el
aumento observado para los Planes Individuales
de Ahorro Sistemático (P.I.A.S.), con un aumento
en las provisiones del 45,43%, y para los Planes
de Previsión Asegurados (P.P.A.), con un incremento del 37,65%. Las provisiones para productos vinculados a activos han aumentado un
17,63%, y las vinculadas a rentas un 5,64%. Únicamente en los seguros de capital diferido se ha
observado un descenso del 2,15%.
En cuanto al reaseguro, las cantidades retenidas han aumentado en los seguros de vida, mientras que se han reducido en los seguros no vida.
En 2008, las cantidades retenidas en el ramo de
vida y no vida, fueron 26.579 y 29.112 millones
de euros, respectivamente. En 2009, mientras
que la cantidad retenida en los seguros de vida se
estima que alcance los 28.223 millones de euros,
para el caso de los seguros no vida esta cifra es de
28.163 millones de euros. Finalmente, el porcentaje de retención en los seguros de vida se prevee
permanezca estable en el año 2009 (en un 98%,
aproximadamente), comportamiento también
observado en los seguros no vida, aunque con un
porcentaje notablemente inferior (del 85%, aproximadamente).
El nuevo régimen de Solvencia II debe proporcionar, a las autoridades de supervisión, las
herramientas necesarias y dotarles de las facultades oportunas para evaluar la «solvencia global»
de todas las entidades, conforme a un planteamiento prospectivo y basado en el riesgo. La
supervisión no deberá consistir exclusivamente
en la verificación de una serie de parámetros
cuantitativos, sino que ha de atender igualmente
a aquellos aspectos cualitativos que influyen en la
exposición de las entidades al riesgo (capacidad
de gestión, procedimientos de control interno y
de gestión de riesgos, etc.). Ello supone tomar en
consideración la interacción entre los aspectos
cuantitativos y cualitativos de la supervisión, así
como el papel que desempeña la divulgación de
información al mercado, destacando igualmente
la importancia del proceso de supervisión prudencial en el segundo pilar. Para evitar cargas
innecesarias para pequeñas y medianas entidades, los requerimientos de Solvencia II se diseñan
respetando el principio de proporcionalidad.
Las novedades que Solvencia II aporta en estas
materias, se analizan en el Capítulo Segundo,
con especial atención a los principios que han
inspirado la regulación europea en lo que concierne a sistema de gobierno, evaluación interna
de los riesgos y la solvencia, prácticas retributivas, transmisión de información a efectos de
supervisión y la difusión al mercado, facultades
de supervisión, transparencia y responsabilidad
de los supervisores. Aspectos y cuestiones que se
desarrollan, se sintetizan y se valoran en el Capítulo Segundo.
En relación con el sistema de gobierno, los
conceptos jurídicos indeterminados contenidos
en la normativa, junto con las disposiciones de la
Directiva, también se deberán integrar a la luz de
las guías, reglas y metodologías producidas por
los propios actores en el mercado. Así, en relación a la evaluación de la calidad del ejercicio de
la función actuarial, por ejemplo, será preciso
tener en cuenta las hipótesis y criterios manejados por la profesión. Lo mismo sería aplicable a
21
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
la función de auditoría interna, etc. En segundo
lugar, evaluar la reputación de directivos y ejecutivos de las entidades también requerirá mayor
participación de todos los actores y, por supuesto, del supervisor. Las corporaciones profesionales y las asociaciones internaciones en que éstas
se agrupan tienen ante sí la posibilidad y también la responsabilidad de colaborar con el
supervisor mediante la fijación de estándares
profesionales adecuados. Sin duda el reconocimiento de este nuevo rol deberá acompañarse
del compromiso de todos los involucrados en
este enfoque, tanto en el momento inicial de
puesta en marcha del sistema, como de cara a su
actualización y mantenimiento, articulado a través de fluidas relaciones de cooperación.
En cuanto a la evaluación interna de los riesgos y la solvencia, el requerimiento de documentar la evaluación interna de los riesgos y solvencia (ORSA, en nomenclatura anglosajona) es
un concepto nuevo dentro de la normativa de
supervisión de seguros. Puede ser catalogado
como una de las manifestaciones más evidentes
del nuevo enfoque de gestión para las entidades
y como una pieza fundamental en el nuevo
marco de relación entre supervisor y supervisado.
Aunque la Directiva Solvencia II identifica los elementos más importantes que serán evaluados
dentro del ORSA, la enumeración de los resultados que debe producir no es exhaustiva. Además,
existe la percepción de que la industria considera que el ORSA impone una obligación de desarrollar procesos con un elevado nivel de complejidad y sofisticación, lo que realmente no coincide con los objetivos pretendidos por la Comisión Europea o CEIOPS. Todo esto ha conducido
a una gran incertidumbre en el mercado con
relación a qué cabe esperar de este nuevo requerimiento, preocupación que ha sido especialmente intensa entre las entidades de pequeño y
mediano tamaño. La Directiva, en su considerando 36, ha especificado que el ORSA no requiere
la elaboración de un modelo interno, ni sirve
para calcular un capital regulatorio distinto del
capital de solvencia exigido (SCR) o el capital
mínimo exigido (MCR). Tampoco debería resultar excesivamente gravoso para las entidades.
La Directiva de Solvencia II no entró a valorar
expresamente los principios que deben considerarse en el diseño de las políticas retributivas
por parte de las entidades aseguradoras. En
marzo de 2009 CEIOPS, en su documento «Lesson to be learnt from the crisis: Solvency II and
beyond», anunció la incorporación de referencias
expresas a los principios que debían guiar las
políticas retributivas de las entidades con objeto
de evitar incentivos erróneos entre los temas de
pilar II. Al mismo tiempo, el Comité reconocía la
necesidad de trabajar conjuntamente en todas las
áreas financieras, banca-valores-seguros, a través
de la colaboración con el Comité Europeo de
Supervisores Bancarios (CEBS-EBA) y el Comité
Europeo de Supervisores de Valores (CESRESMA), para elaborar un marco claro, riguroso y
plausible para la disciplina de esta cuestión. Los
principios que inspirarán la futura regulación
tomarán como punto de partida el objetivo de
que la política retributiva de las entidades sea
aplicada de forma consistente a toda la estructura de las aseguradoras, teniendo en cuenta las
funciones específicas de los órganos de gestión,
la alta dirección y del personal directamente vinculado a la toma de riesgos. Esta política deberá
estar alineada con la estrategia de negocio y su
actitud frente al riesgo, con sus intereses a largo
plazo y con los valores corporativos. Especialmente interesante es todo lo relacionado con el
gobierno corporativo de las entidades mutuales,
por ello puede ser interesante que la futura regulación de la materia tome en consideración recomendaciones especiales para mutuas y mutualidades de previsión social en materia de política
retributiva.
La información a efectos de supervisión y la
difusión al mercado será una parte importante
del futuro marco normativo de la UE. La información a efectos de supervisión trasciende el
concepto de normas de información financiera, e
incluye distintos tipos de información que los
supervisores necesitan para ejercer sus funciones.
Se refiere a información que por lo general no es
del dominio público y que, por tanto, debe ser
adecuadamente regulada en cuanto a su obtención, uso y conservación, de ahí que los aspectos
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RESUMEN EJECUTIVO
de confidencialidad inherentes a estas exigencias
deban examinarse detenidamente. Por otra
parte, la transparencia y la difusión de información al mercado servirán para reforzar la disciplina y consolidar los mecanismos de mercado.
Las futuras medidas de nivel 2 y 3 deberán
garantizar un adecuado equilibrio de costes y
cargas para los supervisados también en el ámbito de los requerimientos de información. Deberán concretarse los requerimientos detallados y
armonizados que deben cumplirse e identificarse
los medios por los que esto será efectuado, con
objeto de garantizar condiciones de mercado
equivalentes para todos los operadores y de evitar restricciones o cargas indebidas en los mercados nacionales que dificulten la consecución del
mercado único de seguros a nivel europeo. Asimismo han de ser compatibles con los aplicables
en el sector bancario, ya que la armonización de
la regulación financiera aporta valor a los mercados, disminuye costes, genera sinergias y evita
arbitrismo regulatorio.
Respecto a las facultades de supervisión, Solvencia II incorpora un mandato de convergencia
supervisora y perfila un modelo de supervisor
prospectivo, cercano al mercado, dinámico y dinamizante para la industria que incluye entre sus
objetivos el mantenimiento de la estabilidad
financiera y que, en todo caso, tiene presente el
mandato comunitario de priorizar entre sus fines,
la garantía de los derechos de los tomadores y
beneficiarios del seguro. Los criterios y métodos
para el proceso de revisión supervisora regulados
en la Directiva marco cubren los medios y las
actuaciones que las Autoridades de supervisión
pueden emplear para evaluar el cumplimiento de
los requerimientos identificados en el Art. 36.2.
Tales criterios también servirán para medir la adecuación de métodos y prácticas de las entidades
para identificar aquellos factores que pudieran
afectar negativamente a su situación financiera o
de solvencia general o que permitieran reaccionar
ante dichas eventualidades.
El objetivo de las Autoridades cuando solicitan información sobre el negocio o la estrategia
de gestión de riesgos no es, ni podría ser, inter-
ferir en la planificación o ejecución de prioridades de las entidades, sino analizar su perfil de
riesgos y conocer en profundidad las metodologías y enfoque de gestión. También la información que las entidades comunican a través de su
propia evaluación de riesgos y solvencia (ORSA)
permite conocer mejor este enfoque y por ello es
básico también para el ejercicio de la supervisión.
Para los supervisores será un reto poder explotar
y hacer uso de información más completa y
diversa en cuanto a su origen.
Por otra parte, Solvencia II refuerza dos principios ya presentes en la actuación de todos los
Supervisores financieros: el de trasparencia y el
de responsabilidad, articulados a través de la
divulgación de información al mercado y la
garantía de la seguridad jurídica a los supervisados. Las futuras medidas de nivel 2 y 3 deberán
concretar los contenidos mínimos específicos que
deberán ser divulgados, la periodicidad de
comunicación y vías para que estos datos sean
suficientemente accesibles a los interesados,
aspectos todos ellos que contribuirán a dotar de
contenido el principio recogido en la Directiva
marco.
III. LA REFORMA DE LA LEY DE
CONTRATO DE SEGURO Y LA NUEVA
LEY DE ORDENACIÓN Y
SUPERVISIÓN DE LOS SEGUROS
PRIVADOS
El régimen público de ordenación y supervisión
de las empresas de seguros y reaseguros –que
actualmente se establece en el Texto Refundido
de la Ley de Ordenación y Supervisión de los
Seguros Privados y en su abundante normativa
de desarrollo reglamentario– está en proceso de
reforma porque el Ministerio de Economía y
Hacienda está preparando un Anteproyecto de
Ley de Supervisión de Seguros Privados cuya
finalidad es adaptar nuestro Ordenamiento a las
exigencias derivadas de la Directiva Solvencia II.
En el Capítulo Tercero de este Estudio se examinan los aspectos básicos de la reforma del
TRLOSSP, que dará lugar a un proceso de desa23
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
recomienda que sus preceptos mantengan su
carácter generalmente imperativo, salvo previsión en contrario; que se mantenga la validez de
las cláusulas más beneficiosas para el asegurado;
y que este carácter generalmente imperativo se
excluya en aquellos casos en los que la protección
del tomador o asegurado sea innecesaria e incluso ineficiente, como sucede con los contratos de
seguro por grandes riesgos y en el contrato de
reaseguro. El Anteproyecto de LCS de junio de
2010 mantiene la fórmula vigente, siguiendo el
criterio que acogía el Informe sobre las Bases
para la Reforma de la Ley de Contrato de Seguro de 2007, al examinar la eventual reforma del
Art.2 de la LCS, que consideraba más eficiente la
fórmula actual de una cláusula general sobre el
carácter imperativo de los preceptos legales tanto
por razones sustanciales, de mayor protección
del asegurado por ser la regla general; como por
razones de técnica legislativa, al evitar la necesidad de modificaciones continuas de la norma en
los casos de modificaciones del articulado legal.
El Anteproyecto de LCS de junio de 2010, en
lo esencial, sigue las directrices que resultan de
Solvencia II, considera los Principios de Derecho
Europeo del Contrato de Seguro y responde, aunque
no siempre acoge, a los criterios recogidos en el
Informe sobre las Bases para la Reforma de la
Ley de Contrato de Seguro de 2007. Así se ocupa
de aspectos tales como:
• la reforma del régimen de documentación e información del contrato de seguro,
• la reforma del régimen de los seguros de
grupo,
• la reforma del régimen de pago de la
prestación del asegurador y, en particular,
de los intereses moratorios,
• la reforma del régimen del seguro de responsabilidad civil,
• la reforma del régimen del seguro de vida
y su delimitación respecto de operaciones
financieras o bancarias,
• la introducción de los seguros de decesos
y de dependencia.
rrollos reglamentarios «en cascada» a lo largo de
los próximos años.
En segundo lugar, el régimen privado del
contrato de seguro también está en proceso de
reforma porque tanto la Comisión General de
Codificación (CGC) como la Dirección General
de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) vienen trabajando, desde hace tiempo, en la reforma de la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro; esfuerzos que han culminado
con la publicación conjunta por el Ministerio de
Justicia y el Ministerio de Economía y Hacienda
de un Anteproyecto de Ley de Contrato de Seguro que data de junio de 2010. En el Capítulo Tercero de este Estudio se examinan los aspectos
nucleares de la reforma de la Ley de Contrato de
seguros (LCS); tomando como referencia tanto
aquel Anteproyecto como otros trabajos que le
precedieron; en especial, el Informe sobre las
Bases para la Reforma de la Ley de Contrato de
Seguro publicado por la DGSFP en 2007.
1. LA REFORMA DE LA LEY DE CONTRATO
DE SEGURO
El Anteproyecto de LCS de junio de 2010 mantiene la estructura unitaria de regulación del contrato de seguro, basada en una distribución tripartita de su contenido: una primera parte dedicada a las disposiciones generales (Título I), que
tratan del concepto del contrato y de la aplicación de la propia LCS, de los elementos personales, la documentación del contrato y el deber
de declaración del riesgo, de las obligaciones y
deberes de las partes y de la duración del contrato, la prescripción de las acciones que derivan de
los seguros de daños y de personas y el coaseguro. Una segunda parte dedicada a los seguros de
daños (Título II) y una tercera parte, dedicada a
los seguros de personas (Título III). Además,
opta por mantener la LCS como el cuerpo legal
de referencia del contrato de seguro, que se aplica supletoriamente a las modalidades específicas
de seguros y comprende exclusivamente las normas jurídico-privadas.
El principio de protección del asegurado que
debe seguir inspirando esencialmente la LCS
24
RESUMEN EJECUTIVO
2. LA NUEVA LEY DE ORDENACIÓN Y
SUPERVISIÓN DE LOS SEGUROS
PRIVADOS
cial de nuestro Estado de las Autonomías. Segundo, establece los mecanismos de supervisión de
entidades aseguradoras y reaseguradoras en su
Título IV. En concreto, se ocupa de los principios
generales de dicha supervisión, de la supervisión
financiera y de solvencia, de la supervisión de
conductas de mercado, de la supervisión por inspección, de las medidas correctoras y del deber
del secreto profesional y el uso de la información
confidencial derivada de la supervisión pública.
El objeto de la Directiva 2009/138/CE consiste en
regular el acceso y el ejercicio de las actividades
de seguro y reaseguro dentro de la Comunidad,
la supervisión de los grupos de seguros y reaseguros y el saneamiento y liquidación de las
empresas de seguros directos (Art. 1); precisándose su ámbito de aplicación por referencia a los
seguros distintos del seguro de vida y al seguro
de vida, con las respectivas exclusiones en razón
de las dimensiones de las empresas de seguros o
de las operaciones u organismos que operan en
los seguros distintos del seguro de vida, en los
seguros de vida y en el reaseguro (Arts. 2 a 12).
El borrador de Anteproyecto de Ley de
Supervisión de Seguros Privados incorpora estas
previsiones comunitarias estableciendo una serie
de definiciones sobre los elementos del mercado
de seguros y reaseguros. Así, define los elementos
subjetivos, tales como las entidades aseguradoras, reaseguradoras, empresas financieras, entidades con cometido especial y autoridades de
supervisión; los elementos objetivos, tales como
los distintos tipos de riesgo, de suscripción, de
mercado, de crédito, operacional, de liquidez y
de concentración, el mercado regulado, los grandes riesgos; y los elementos funcionales, tales
como las actividades en libre prestación de servicios o derecho de establecimiento, las relaciones
de participación o control entre entidades, el
gobierno de la entidad y la externalización de
funciones y la supervisión de grupos de entidades aseguradoras y reaseguradoras.
La Directiva Solvencia II regula el acceso a la
actividad de seguro y reaseguro y su ejercicio
basándose en la necesaria autorización pública y
ésta requiere que los Estados establezcan autoridades de supervisión especializadas. El borrador
de Anteproyecto de Ley de Supervisión de Seguros Privados incorpora estas previsiones comunitarias en dos niveles: primero, reitera la distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas, actualmente recogida en el
Art. 69 del TRLOSSP, que es un hecho diferen-
IV. LA GESTIÓN DE RIESGOS
Un programa de gestión integral de riesgo es un
proceso por el que una entidad evalúa, explota,
controla y financia los riesgos a los que está
expuesta con la finalidad de crear valor para los
interesados. En este sentido, un modelo interno
puede ser visto como un programa de gestión de
riesgos sea como medio por el que una entidad
analiza la posición de riesgo y lo alinea con las
necesidades de capital integrando el modelo en
la toma de decisiones estratégicas y de gestión
del riesgo, o como un método en el que la entidad determina los requerimientos de capital en
el marco de la regulación. Un programa de gestión de riesgos debe quedar integrado en la toma
de decisiones estratégicas de la entidad. Como
paso previo al diseño de un modelo de gestión de
riesgos, es necesario que queden definidos los
aspectos organizacionales, es decir, los niveles de
supervisión y toma de decisiones en la entidad.
La política de gestión de riesgos debe delimitar
las responsabilidades en cada nivel de dirección y
definir el límite de tolerancia al riesgo, estableciendo la relación entre éste y los niveles de capital económico necesario.
Un modelo de gestión de riesgos debe incluir
un sistema de información interno en todos los
niveles de toma de decisión que incluya la información relevante para cada nivel. El flujo de
información interno es esencial para que la toma
de decisiones de dirección sea consistente con la
evolución de los riesgos en la entidad y el plan de
negocio de esta. El sistema de información debe
incluir documentación que describa de manera
25
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
precisa los procesos de gestión, medidas de riesgo consideradas y los resultados de la gestión en
cada categoría de riesgos.
En el Capítulo Cuarto se desagregan, clasifican
y analizan las diferentes categorías de riesgo
según Solvencia II a efectos de cálculo del capital
de solvencia (SCR). Igualmente se procede a la
clasificación de riesgos propuesta en el Estudio de
Impacto Cuantitativo (QIS-5) a efectos de estimación del volumen total de provisiones técnicas.
Realizada esta encomiable taxonomía, a la vista de
ella, se examinan las estrategias y procedimientos
de información necesarios para vigilar, gestionar y
notificar de forma continuada los riesgos. Igualmente se aborda cómo autoevalúan las entidades
sus riesgos y solvencia, así como la relación entre
dicha autoevaluación y los sistemas de control
interno. Así, se estudian los requerimientos de
capital, a la luz de la gestión de riesgo, bajo modelo estándar o bajo modelo propio. Seguidamente
se procede al análisis dinámico de los riesgos de
mercado, en cartera y de nueva producción, al
estudio del riesgo operacional, a la evaluación de
estrategias y resultados en la perspectiva de sus
implicaciones para la gestión integral de la entidad y respecto de los deberes de información.
La percepción –actual– del mercado financiero ante la entrada en vigor de Solvencia II es versátil. La primera reacción ante el concepto de
Solvencia II fue positiva ya que bajo esta normativa las compañías debían prestar mayor atención
a los riesgos asumidos si bien, posteriormente, el
mercado pasó a preocuparse por la necesidad de
ampliaciones de capital. Actualmente las aseguradoras disponen de un amplio abanico de estrategias para conseguir gestionar el equilibrio
entre el capital requerido y el disponible. De
hecho pueden trabajar desde la óptica de reducir
el capital requerido o aumentar el capital disponible, pero también pueden realizar acciones que
aumenten los beneficios derivados de la diversificación. Desde el punto del vista del analista e
inversor parece complicado juzgar que estrategia
será más rentable en el futuro.
Finalmente, se tiende a considerar Solvencia II
en términos de requerimientos de capital, sin
embargo ciertos inversores prefieren pensar que
las aseguradoras seguirán gestionando los riesgos que asumen (y en consecuencia sus respectivas cargas de capital) con el objetivo de maximizar el retorno sobre el capital y decidiendo qué
inversiones van a generar mayores retornos sobre
el capital necesario, tal y como lo han venido
haciendo desde sus orígenes.
En todo el proceso que culmina con la adaptación a Solvencia II, hay un factor que está en
manos de las aseguradoras y que puede mejorar
la valoración: impulsar la transparencia. El sector
asegurador es percibido como uno de los menos
transparentes y de más difícil comprensión debido a la tecnicidad de su modelo de negocio y a la
falta de información segregada para poder comparar empresas. Gracias al Pilar III de Solvencia
II, las aseguradoras podrían aumentar su nivel
de transparencia, mejorando así el conocimiento
y la confianza, reduciendo incertidumbre y atrayendo más inversores. Todo ello debería reducir
el coste implícito del capital y podría conducir a
un re-rating del sector.
V. LA FUNCION DE AUDITORÍA INTERNA
1. LA FUNCIÓN DE AUDITORÍA INTERNA:
CLAVE DEL SISTEMA DE GOBIERNO
En el marco de Solvencia II, Auditoría Interna es
una función clave de Gobierno. Sus responsabilidades y su relación tanto con los Órganos Supervisores como con los Auditores Externos, aumentan de forma considerable. La propia Directiva
Solvencia II dice textualmente que las empresas
de seguros y de reaseguros contarán con una función efectiva de Auditoría Interna. La función de
Auditoría Interna es la única de las cuatro funciones de gobierno en la que coinciden la función y el departamento. Para las demás funciones, la Directiva permite que las empresas pequeñas y de menor complejidad confíen varias funciones de gobierno a una única Unidad Organizativa, Auditoría Interna es la excepción debido a
la necesaria independencia con respecto a las
áreas auditadas y a la imparcialidad con que debe
llevar a cabo su trabajo.
26
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El universo y ciclo de Auditoría Interna.
El soporte que Auditoría Interna debe
dar al Consejo de Administración y al
Comité de Auditoría.
• La Revisión del Control Interno y la necesidad de contar con auditores informáticos para realizar con éxito esta difícil
tarea.
• El plan de implantación de una Auditoría
Informática eficaz.
• Cómo auditar el Sistema de Gobierno.
• Clarificar la Independencia de Auditoría
Interna y la dependencia de los auditores
internos.
• Las recomendaciones para Auditoría
Interna del Código Unificado de Buen
Gobierno de la CNMV.
La Directiva de Solvencia II también establece
en su artículo 45 dedicado a la Autoevaluación de
Riesgos y Solvencia (ORSA), que dentro de sus
sistemas de Gestión de Riesgos, todas las empresas de seguros y reaseguros realizarán una autoevaluación de riesgos y de solvencia. Sin lugar a
dudas, el papel de Auditoría Interna en el ORSA
es uno de los aspectos de Solvencia II más complejos para las compañías, los Supervisores y
Auditoría Interna.
En relación con Auditoría Interna el artículo
47 de la Directiva establece lo siguiente:
1. Las empresas de seguros y de reaseguros
contarán con una función eficaz de Auditoría Interna.
2. La función de Auditoría Interna abarcará
la comprobación de la adecuación y eficacia del Sistema de Control Interno y de
otros elementos del Sistema de Gobierno.
3. La función de Auditoría Interna deberá ser
objetiva e independiente de las funciones
operativas.
4. Las constataciones y recomendaciones de
Auditoría Interna se notificarán al Órgano
de Administración o Dirección, que determinará qué acciones habrán de adoptarse
con respecto a cada una de las constataciones y recomendaciones de Auditoría Inter-
Las empresas aseguradoras deben de ser
conscientes de que para implantar una función
de Auditoría Interna efectiva es necesario cumplir con los aspectos formales, tales como aprobación por el Consejo y/o Comité de Auditoría
del Estatuto de Auditoría, situación en el Organigrama, dependencia, etc., pero no es suficiente.
Para que la implantación de una función de
Auditoría Interna tenga éxito es imprescindible
que dicha función se encarne adecuadamente en
la organización. Esto requiere de tiempo y
dependiendo del tamaño de la organización, a
veces, mucho. La función de Auditoría Interna se
tiene que ganar una posición en la Organización.
Con independencia de los requisitos que establece Solvencia II, hoy día no se entiende una
función de Auditoría Interna que no disponga de
los recursos necesarios y suficientes para auditar
los sistemas y aplicaciones informáticas. Es prácticamente imposible opinar sobre el Control
Interno de una compañía si no se tiene conocimiento y evidencia de este tipo de controles. La
automatización de pruebas de Auditoría Interna
es un elemento de gran ayuda para desarrollar la
Auditora Informática. El artículo 47 de la Directiva establece que la función de Auditoría Interna abarca la comprobación de la adecuación y
eficacia del Sistema de Control Interno y de otros
elementos del Sistema de Gobierno. Aquellas
organizaciones que todavía no lo hubieran hecho
tendrán que desarrollar la Auditoría Interna
Informática, bien contratando auditores internos
con este perfil o bien recurriendo a la externalización. En definitiva, será necesario desarrollar
eficientemente, entre otros, aspectos tales como:
• El Estatuto de Auditoría.
• El equipo humano de Auditoría Interna:
perfiles necesarios en la actualidad para
afrontar con garantía los retos de Solvencia II.
• Las políticas que un departamento de
auditoría debe implantar: selección, formación, retribución, plan de carrera, evaluación, retención del talento e inversión.
• El Plan Anual y el Plan Estratégico de
Auditoría Interna.
27
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
na y garantizará que dichas acciones se lleven a cabo.
La Directiva de Solvencia II realza el rol del
auditor interno en la organización y al mismo
tiempo aumenta de forma considerable las responsabilidades que Auditoría Interna tendrá que
asumir. En el Capítulo Quinto se analizan con
rigor y exhaustividad las pautas que se están marcando para establecer una función eficaz de
Auditoría Interna. Allí se subraya que tanto en la
Directiva como en los documentos de CEIOPS
(así, Advice for Level 2 Implementing Measures on
Solvency II: System of Governance) se recogen las
mejores prácticas en la materia, pero, como no
podía ser de otra forma, no descienden al detalle
de su implantación. Precisamente, esos detalles
son procesados en la magistral construcción
argumental, en su dimensión reflexiva y en sus
desarrollos prácticos, sobre la que pivota el Capítulo Quinto, que a continuación resumimos.
cadas y en número suficiente para poder cumplir
correctamente con la misión encomendada,
aspecto que se traduce en costes y que el entorno
económico actual no favorece.
En atención a la complejidad de las organizaciones, la dependencia de los auditores internos
puede ser objeto de numerosas matizaciones. No
obstante, el espíritu que debe prevalecer siempre
es que la función de Auditoría Interna debe
depender de un nivel jerárquico que le permita
cumplir con sus responsabilidades, tal y como se
establece en la norma internacional 1110 para el
ejercicio profesional de la Auditoría Interna. No obstante, la cuestión esencial no es la dependencia,
sino la garantía de que las Áreas de Auditoría
tengan equipos suficientes, formados por profesionales competentes y con independencia de
criterio. La respuesta es que quien debe garantizar que las Áreas de Auditoría tengan equipos
suficientes con profesionales competentes y con
independencia de criterio es el Consejo de Administración, a través del Comité de Auditoría
como órgano delegado del mismo, y la Dirección
de Auditoría con la finalidad de dar el mejor servicio a sus clientes.
2. FACTORES FUNDAMENTALES PARA
IMPLANTAR UNA EFICAZ FUNCIÓN DE
AUDITORÍA INTERNA
La implantación de una Auditoría Interna eficaz
y de alto rendimiento, como textualmente dice la
Directiva Marco de Solvencia II, requiere que la
organización en su totalidad, no sólo el Consejo
de Administración, el Comité de Auditoría o la
Alta Dirección, comprenda y valore la función de
Auditoría Interna, la cual estará eficazmente
implantada si la organización percibe que agrega
valor. Sin embargo, alcanzar este hito requiere de
tiempo, que suele ser proporcional a la complejidad de la organización empresarial, y de habilidades de liderazgo del Director de Auditoría.
Para implantar una eficaz función de Auditoría
Interna es necesario definir y disponer de un
Estatuto de Auditoría Interna, Políticas de Auditoría Interna, un Plan Anual de Auditoría Interna y un Plan Estratégico de Auditoría Interna.
Por la alta responsabilidad que el Área de Auditoría Interna asume –y la propia Directiva de Solvencia II corrobora– los equipos de auditoría
deben estar formados por personas muy cualifi-
3. LOS SISTEMAS DE TECNOLOGÍA DE LA
INFORMACIÓN Y AUDITORÍA INTERNA
Comentaristas y estudiosos de Solvencia II unánimemente consideran que su mayor impacto se va
a experimentar en el Área de Tecnología de la
Información, Sistemas y Datos. Solvencia II va a
requerir cambios importantes en los sistemas de
información y en el Sistema de Gobierno de las
Tecnologías de la Información y de forma especial y particular en la gestión de los riesgos de
Tecnologías de la Información y en sus controles
asociados. La Auditoría Interna de los Sistemas
de Tecnología de la Información ya es imprescindible, con independencia del marco normativo
de Solvencia II y se observa la tendencia de los
Órganos Supervisores, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, a emitir normas
que requieren a las Entidades a aumentar los
controles y supervisión de sus Sistemas de Tecnología de la Información.
28
RESUMEN EJECUTIVO
Solvencia II subraya la importancia de la
información para ser utilizada en la gestión del
negocio y en la determinación de la solvencia de
la Entidad como fuente de identificación y conocimiento de los riesgos, y exigirá a las compañías
que revisen el diseño, la arquitectura, captura y
almacenamiento de datos y la exactitud, integridad, auditabilidad, accesibilidad, confidencialidad y diseño de la información. En este sentido
la evaluación continua y el aumento de la automatización de pruebas de auditoría se prevén de
gran ayuda para satisfacer estos requerimientos.
Del mismo modo, el uso de nuevas herramientas
para la prevención y detección de fraude ayudarán sin duda a proporcionar una información
más completa sobre la fiabilidad de nuestros sistemas de información. Se precisará adquirir destreza en el uso de herramientas para el tratamiento masivo de datos con el fin de realizar
auditorías especializadas en este campo.
ción adecuada». Por otra parte, entre las Buenas
Prácticas de Gobierno Corporativo se recomienda el establecimiento de Comités de Auditoría.
Así, por ejemplo, la Ley 12/2010, de 30 de junio,
en su Disposición Final Cuarta modifica el apartado 4 de la Ley del Mercado de Valores relativa
a las competencias mínimas del Comité de Auditoría.
Auditoría Interna tendrá que revisar el Control Interno y el Sistema de Gobierno, pero la
Directiva de Solvencia II, en su artículo 45 dedicado a la Autoevaluación de Riesgos y Solvencia
(ORSA), también establece que dentro de sus sistemas de Gestión de Riesgos, todas las empresas
de seguros y reaseguros realizarán una autoevaluación de riesgos y de solvencia. Para poder
emitir el informe de revisión independiente
sobre el procedimiento ORSA, se identifican y
sistematizan en el Capítulo Quinto los elementos
y procesos que Auditoría Interna tendrá que evaluar.
A la vista de todo ello, entre las interesantes
aportaciones que se concluyen del Capítulo
Quinto destacan la identificación del elenco de
tareas que Solvencia II implica para Auditoría
Interna, la precisión de su grado de dificultad y
la definición de los procesos necesarios para
implementarlas.
4. AUDITORIA INTERNA, RIESGOS Y
CONTROL INTERNO. COMITÉ DE
AUDITORÍA
Tras analizar en el Capítulo Quinto los retos que
se presentan para Auditoría Interna en la evaluación de la Gestión de Riesgos, se concluye que
Auditoría Interna debe nutrirse de profesionales
muy cualificados en materias tales como riesgos,
estadística, econometría y actuariales y debe definir una política de retención del talento y de
rotación de equipos para no descapitalizar la función de Auditoría Interna; en caso contrario el
Área de Auditoría no podrá cumplir con las altas
responsabilidades que asumirá bajo el marco de
Solvencia II.
Un tema de singular importancia, analizado
en el Capítulo Quinto es el concerniente al rol
que deben desempeñar los Comités en el Sistema
de Gobierno y, de forma particular, el Comité de
Auditoría. El propio CEIOPS en el Consultation
Paper nº 33 señala que: «Teniendo en cuenta el principio de proporcionalidad, CEIOPS considera que en
grandes compañías y con perfiles de riesgo complejo el
establecimiento de un Comité de Auditoría será la solu-
VII. EL NUEVO PAPEL DEL ACTUARIO EN
SOLVENCIA II
La entrada en vigor de la normativa de Solvencia
II supondrá un cambio radical en el papel del
actuario dentro del contexto financiero-asegurador, ampliando de forma notable sus funciones
en el marco del control y medición de riesgos.
Con sólidos planteamientos analíticos y provechoso enfoque práctico, en el Capítulo Sexto se
estudian los requerimientos que derivan de la
Directiva para la función actuarial.
Solvencia II lleva consigo un cambio en la
manera de cuantificar las exigencias mínimas de
capital requeridas a las compañías y, con ello,
provoca la aparición de un conjunto de necesida29
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
des en las competencias a desarrollar por el
actuario y, por descontado, en sus propias responsabilidades. En una primera instancia, el
nuevo papel del actuario deviene más cuantitativo si cabe y además adopta una dimensión superior por la necesidad de interacción con la organización y gestión global de la entidad.
Con la entrada en vigor de Solvencia II se
amplia el concepto de función actuarial. A las
tareas más tradicionales, habitualmente realizadas por los actuarios, como la tarificación (diseño
de productos y cálculos de primas, conocido
como pricing) y el cálculo de reservas y provisiones técnicas, se añaden ahora un conjunto de
funciones directamente relacionadas con el profit
testing y el risk measurement (medición de riesgos
para determinar las necesidades de capital
teniendo en cuenta las diferentes líneas de negocio en las que opera la compañía). Además, las
situaciones cambiantes de los mercados, superando a veces todo tipo de expectativas de evolución
económica y financiera, han puesto de manifiesto la necesidad de avanzar en la adquisición de
conocimientos econométricos, estadísticos y
matemáticos propios de la modelización estocástica, poniendo en entredicho el uso, o al menos
el uso masivo, de técnicas deterministas, basadas
fundamentalmente en permanencias estructurales de los parámetros que con el tiempo se ha
demostrado que pueden mostrar claros síntomas
de volatilidad.
El nuevo entorno regulador pone de manifiesto la necesidad de determinar el perfil de
riesgo de las compañías y, por tanto, la utilización de modelos que permitan cuantificarlo,
reflejando todos aquellos riesgos asumidos en el
negocio de una entidad. Por este motivo, el
actuario podrá huir de la media como valor
representativo, por la relevancia que las desviaciones han tenido en determinados momentos
del tiempo. Los modelos de pérdidas o loss models
permiten cuantificar los resultados de una entidad o negocio en función de un nivel de confianza, y por tanto, permiten estimar la probabilidad de insolvencia asumida por la compañía.
Lo que permitirá conocer las peores desviaciones
posibles en los resultados de la entidad; para ello
el modelo determina la distribución de los resultados posibles proyectados, normalmente a un
año.
La gestión integral de los riesgos asumidos
por una compañía aseguradora, tal y como se
plantea con el proyecto de Solvencia II, supone
un cambio radical en el tratamiento de la información que hasta ahora venía realizando. Si
hasta ahora, los diferentes departamentos de las
entidades (Dirección General, Asesoría Jurídica,
Marketing, Recursos Humanos, Contable-Financiero, Informática, Actuarial, junto a Administración, Comercial,….) actuaban con una cierta
autonomía en cuanto a la información que manejaban, actualmente el objetivo de Control Interno entraña definir y diseñar sistemas que faciliten en la mayor medida posible la combinación
de toda la información de que dispone la compañía.
Además, es necesario que exista máxima claridad y coherencia en los procesos de gestión de
datos y análisis de los mismos, para facilitar la
tarea de cuantificación en el seno de las entidades. Igualmente, los protocolos a cumplir internamente deben ser consistentes con aquellos criterios que se utilizan por parte del supervisor y
que son exigibles en vista a las comprobaciones y
requerimientos externos. Los criterios, métodos
y sistemas de gestión de datos utilizados en las
bases actuariales y en su evaluación deben ser
conocidos, estables y verificables. La función
actuarial debe garantizar el rigor de la metodología, que abarca desde una adecuada medición
del riesgo, hasta la obtención de los requerimientos de capital. Por lo tanto cubre un amplio
abanico de elementos que confluirán en la obtención del capital requerido final.
Los diferentes ejercicios de análisis de impacto
han servido para que las entidades vayan acomodándose a los requerimientos de Solvencia II, y a la
forma de obtener las estimaciones que van a
requerirse. Aparte de los métodos de análisis del
mercado financiero, y aquellos necesarios para
establecer hipótesis sobre los mercados de inversión, en los distintos apartados latentes en la
estructura de obtención del capital requerido
30
RESUMEN EJECUTIVO
intervienen procesos metodológicos de elevada
complejidad, especialmente si la compañía ha
desarrollado modelos internos. En definitiva, la
enorme diversidad de enfoques que requiere la
gestión de los múltiples riesgos, exige una enorme
dosis de coherencia entre los diferentes procesos
de intervención de los actuarios a fin de garantizar la fiabilidad y representatividad del capital
mínimo estimado. También impone una formación continuada. La relevancia de la formación
continua en el campo actuarial es de tal magnitud
que se ha constituido en uno de los objetivos prioritarios de la International Actuarial Association.
En nuestro ordenamiento jurídico, de conformidad con el artículo 71.3 TRLOSSP, el Ministerio de Economía y Hacienda exigirá que las Entidades aseguradoras sometidas a su control dispongan de una buena organización administrativa y contable y de procedimientos de Control
Interno y de gestión de los riesgos adecuados.
Además, la misma norma señala que cuando el
programa de actividades de una Entidad carezca
de procedimientos de Control Interno adecuados
se le denegará la autorización solicitada (artículo
5 TRLOSSP). Por su parte, el ROSSP enumera
las obligaciones relativas al Control Interno de
las Entidades aseguradoras (artículo 110 ROSSP)
y al control de la política de inversiones (artículo
110 bis ROSSP). Los citados preceptos obligan a
las Entidades, entre otras cosas, a recopilar la
información suficiente para que la Dirección
tenga un conocimiento actualizado sobre la evolución de sus actividades, y exige al grupo consolidable desarrollar procedimientos de Control
Interno y Gestión de Riesgos. En materia de
infracciones de la normativa de ordenación, el
artículo 40 TRLOSSP señala que las deficiencias
en los procedimientos de control interno, incluidos los relativos a la Gestión de los Riesgos constituyen infracciones que, según los casos, pueden
ser: muy graves, cuando tales deficiencias pongan en peligro la solvencia o viabilidad de la
Entidad aseguradora o la del grupo consolidable
o conglomerado financiero al que pertenezca, o
graves, una vez haya transcurrido el plazo concedido al efecto para la subsanación por las autoridades competentes, y siempre que ello no constituya infracción muy grave.
Tras la última modificación del texto de los
artículos 110 y 110 bis ROSSP, l UNESPA actualizó, en 2007, su Guía de buenas prácticas en materia de Control Interno, que tiene como fin orientar
las acciones que, en esta materia, pudieran adoptarse individualmente por las Entidades aseguradoras que operan en el mercado de seguros
español, si así lo considerasen de forma libre y
voluntaria. Esta Guía contiene una serie de principios aplicables al sistema de Control Interno
(proporcionalidad; valoración y tratamiento del
riesgo; información y comunicación; integridad;
VII. LAS OBLIGACIONES DE CONTROL
INTERNO DE LAS ENTIDADES
ASEGURADORAS
El control interno supone un cambio radical de
cultura, que compromete tanto a los administradores, como a los gestores, ejecutivos y empleados de la entidad. El control interno actúa de
forma vertical y horizontal, y afecta a todos los
elementos de la actividad de la Entidad, a todos
y cada uno de sus departamentos y a todos los
niveles. El documento elaborado por el Grupo de
Trabajo de Madrid del Comité Europeo de Seguros y Fondos de Pensiones (Diciembre, 2003)
define el Control Interno como el conjunto de procesos, continuos en el tiempo, efectuados por la Dirección y el resto de personal, y establecidos por el Consejo
de Administración, para obtener una seguridad razonable sobre, la efectividad y eficiencia de las operaciones, la fiabilidad e integridad de la información financiera y no financiera, el control y gestión prudente de
los riesgos de acuerdo con los objetivos estratégicos de la
compañía, el cumplimiento de las leyes y de las políticas y procedimientos internos aplicables.
Solvencia II, señala en su artículo 46 que las
empresas de seguros y reaseguros deberán establecer un sistema eficaz de Control Interno que
constará, como mínimo, de procedimientos
administrativos y contables; mecanismos adecuados de información a todos los niveles de la
empresa; una función de verificación del cumplimiento.
31
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
etc.), las bases de dicho sistema (segregación de
funciones; autorización de operaciones; tecnologías de la información y comunicación; servicios
subcontratados; control de sucursales; cumplimiento normativo; etc.) e incluye un anexo en el
que se recoge un modelo de informe anual sobre
la efectividad de los procedimientos de Control
Interno.
El borrador de Anteproyecto de Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados no
introduce ninguna modificación importante.
Prácticamente se limita a transponer el artículo
46 de la Directiva Solvencia II disponiendo que
las Entidades aseguradoras y reaseguradoras
establecerán, documentarán y mantendrán en
todo momento un sistema de Control Interno
adecuado a su organización. También regula la
supervisión de los grupos de Entidades, señalando que los sistemas de gestión de riesgos y de
Control Interno y los procedimientos de información se implantarán coherentemente en todas
las Entidades que formen parte de un grupo, de
modo que esos sistemas y procedimientos de
información puedan ser objeto de supervisión a
nivel de grupo.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 110.1 ROSSP y lo dispuesto en la Guía de Buenas Prácticas de UNESPA, el Consejo de Administración ha de establecer una cultura en todos
los niveles de la Entidad que acentúe la importancia del Control Interno. La Dirección es responsable de la implantación de esa cultura y
todos los empleados deben conocerla y estar
involucrados en ella, dado que una buena cultura de Control Interno contribuirá a mitigar el
riesgo de reputación corporativa. Por lo tanto,
para lograr sistemas de Control Interno adecuados, todos los niveles de la organización de la
Entidad deberán ser conscientes de su importancia. Esto se logra cuando el Consejo de Administración promueve un entorno adecuado donde
todo el personal conoce su papel en el proceso de
Control Interno y se compromete plenamente
con el mismo.
Por otra parte, aunque se acepta que el Control Interno nunca será capaz de controlar, absor-
ber y neutralizar todos los riesgos en su integridad, sí se pretende garantizar un nivel de confianza razonable en función de la naturaleza y
extensión de dichos riesgos. En el terreno práctico, esto último conlleva la necesidad de crear
nuevas estructuras diseñadas desde la pura perspectiva del Control Interno, crear los canales de
transmisión de información adecuados para llegar a todos los rincones de la actividad, empapar
al personal de la cultura del control y redactar
códigos de conducta a efectos de hacer efectivo el
sistema de Control Interno.
En el Capítulo Séptimo se estudia pormenorizadamente el ámbito del Control Interno, subrayándose que los procedimientos de Control
Interno comprenderán, en todo caso, el desarrollo de una adecuada función de revisión y el establecimiento de sistemas de gestión de riesgos.
Además, los procedimientos de Control Interno
se extenderán, en aquellas Entidades que externalicen cualquiera de sus funciones o actuaciones, a las actividades externalizadas. Para cumplir las disposiciones legales y para ser eficaz y
efectivo, el sistema de Control Interno contará
con los siguientes elementos:
• Ambiente de control: es la base de los
demás componentes del Control Interno,
y sirve para proporcionar disciplina y
estructura.
• Identificación y evaluación de los riesgos
y los objetivos de control.
• Actividades de control: son las políticas y
procedimientos que ayudan a asegurarse
que las instrucciones de la Dirección se
están llevando acabo.
• Procedimientos de información y comunicación: la información relevante debe
ser identificada y comunicada en la forma
y tiempo apropiado.
• Procesos para revisar la efectividad del
sistema de Control Interno.
Respecto de las responsabilidades en la organización, en el Capítulo Séptimo se razona que el
Consejo de Administración es responsable último
de establecer, mantener y mejorar los procedimientos de Control Interno de la Entidad. Den32
RESUMEN EJECUTIVO
tro de esa función, se encuentra la necesidad de
realizar la revisión permanente a la que alude el
artículo 110.7 ROSSP, que obliga a las Entidades
aseguradoras a elaborar un informe anual sobre
la efectividad de sus procedimientos de Control
Interno, incidiendo en las deficiencias significativas detectadas y sus implicaciones y proponiendo, en su caso, las medidas que se consideren
adecuadas para su subsanación. En este contexto,
el Consejo de Administración deberá recibir
regularmente y revisar los informes parciales de
Control Interno, realizar un ejercicio anual de
evaluación, definir el procedimiento y los criterios que adoptará para la revisión de la efectividad del Control Interno y asegurarse de que dispone de un adecuado soporte documental para
el informe, además de verificar que se han tenido en cuenta todos los aspectos significativos del
Control Interno de la Entidad en el período de
referencia. El informe anual debe ser suscrito por
el Consejo de Administración de la Entidad y
remitido a la DGSFP, junto con la documentación
estadístico contable anual, en los plazos a los que
se refiere el artículo 66 del ROSSP. La DGSFP, en
su Instrucción de Inspección 1/2009, facilita una
serie de elementos esenciales que habrá que
tener en cuenta en relación con el contenido y
elaboración del informe anual:
En el Capítulo Sexto el rigor en el análisis no
exime de planteamientos críticos que ahondan
en la reflexión y plantean cuestiones de amplio
alcance.
para las entidades supervisadas. El punto de vista
de la Comisión Europea, en todo caso, es que el
segundo pilar debe buscar ante todo la protección de los tomadores y, en relación con la gobernanza, ello supone la necesidad de «preservar la
coherencia entre las exigencias impuestas en los sectores
de la banca, los valores mobiliarios, los seguros y los
reaseguros. Dichas exigencias comprenden, entre otras,
la gestión del riesgo y la solvencia, y el control y la
auditoría internos. La responsabilidad última por el
cumplimiento de los requisitos cualitativos y de control
recae en el órgano de administración o dirección de la
empresa».
Lo fundamental es que se establece la obligación de fijar por escrito las políticas de gobernanza, incluyendo control, auditoría interna, gestión de riesgos, decisiones tomadas en cuanto a
la externalización, involucrando en esas políticas
de forma activa y decidida a los órganos de
administración y dirección. Que esas políticas de
plasmen y deban ser revisadas anualmente (o
cuando se introduzcan cambios en las mismas),
permite esperar un alto grado de sensibilidad
con el Gobierno Corporativo en las entidades.
Además, al atribuirse a la Administración una
facultad de comprobación y evaluación de esas
políticas, en los años siguientes a la plasmación
de Solvencia II en nuestro Derecho interno contemplaremos y protagonizaremos una auténtica
revolución entre las Compañías afectadas por la
misma.
De la lectura del Anteproyecto de Ley de
Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados se concluye que con la nueva norma llegará
la hora del Gobierno Corporativo, ex lege, para el
Sector, pues ya en los primeros compases de la
futura Ley aparecen disposiciones muy claras.
Así, el artículo 9 se contiene la Definición sobre
gobierno de la entidad y externalización de funciones.
Además, se trasladan nuevas responsabilidades al
órgano de administración de las entidades en
cuestiones tales como la aprobación y seguimiento de los modelos internos para el cálculo del
capital de solvencia obligatorio –artículos 70 y 71
del borrador de Anteproyecto–, pero sobre todo,
se regula en los artículos 79 a 85 del borrador
toda una serie de parámetros sobre gobierno de
VIII. SOLVENCIA II Y SU IMPACTO EN EL
GOBIERNO CORPORATIVO
La Directiva Solvencia II en su artículo 41 establece por primera vez en la Unión Europea una
regulación uniforme sobre gobernanza, que se
exige suponga un «sistema eficaz» que «garantice
una gestión sana y prudente de la actividad», en
proporción al tamaño de la entidad y tipo de
operaciones que lleve a cabo y sujeto a revisiones
periódicas. Ciertos críticos apuntan que, al final,
Solvencia II podría traducirse en mayor ordenación y supervisión, con mayores cargas internas
33
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
corporativo y control interno, entrando ya el año
2006 fueron presentadas las otras dos, referentes
a transparencia y publicidad. A estas cuatro Guías
(y sus actualizaciones posteriores) se sumaron en
octubre de 2008, la Guía de Buenas Prácticas de
las Entidades Aseguradoras en materia de Discapacidad, consensuada por UNESPA con CERMI
y la FUNDACIÓN ONCE, en febrero de 2009 la
Guía de Buenas Prácticas en materia de Internet,
en junio de 2009, la Guía de Buenas Prácticas en
materia de información previa a la contratación
en los seguros de vida en los que el tomador
asume íntegramente el riesgo de inversión (UnitLinked), en diciembre de 2009, la Guía de Buenas Prácticas en materia de información previa a
la contratación en los seguros de salud, y en
febrero de 2010, las Guías de Buenas Prácticas en
materia de contratación de seguros de automóviles y en los seguros multirriesgos. En el Capítulo
Octavo se realiza un examen particularizado de
las diferentes guías.
Acertadamente, la Web de UNESPA recoge
ahora un apartado específico sobre las Guías,
bajo la denominación «autorregulación», que
recogen las 10 guías existentes así como información sobre las entidades adheridas a las mismas.
Como ya pusimos de manifiesto en el Estudio
sobre el Sector Asegurador en España falta un sistema de control del cumplimiento por las entidades de lo dispuesto en estas Guías y la eventual
expulsión como «entidad adherida». Se trata de
un desiderátum de difícil configuración por
UNESPA, dado el carácter genérico y de recomendaciones de lo contenido en las Guías, amén
de por la propia posición de fuerza relativa de
esta asociación respecto a sus miembros. Sin
embargo, resulta difícil dar credibilidad a las
Guías si no se establecen parámetros y controles
de cumplimiento de lo dispuesto en las mismas.
En todo caso, lo cierto es que la respuesta de
las Compañías a las Guías ha sido en principio
muy positiva, con una gran adhesión a las mismas: dependerá solamente del énfasis en su
divulgación que siga haciéndose desde UNESPA
y las propias entidades el que su seguimiento sea
aún mayor, dejándose notar sus bondades en su
repercusión sobre los consumidores de seguros.
las entidades que les obligará, entre otros extremos, a contar «con políticas escritas referidas, al
menos, a la gestión de riesgos, el control y la auditoría
internos, y, en su caso, la externalización de funciones
o actividades», disponer de «planes de emergencia», y
«establecer, documentar y mantener en todo momento
un sistema de control interno adecuado a su organización», que constará como mínimo «de procedimientos administrativos y contables, de un marco de control
interno, de mecanismos adecuados de información a
todos los niveles de la entidad, y de una función de
cumplimiento». En paralelo, resulta llamativo el
mandato en lo tocante a externalización contenido en el artículo 85.1 del borrador, que señala
que «la externalización de funciones o actividades operativas críticas o importantes de las entidades aseguradoras y reaseguradoras no podrá realizarse de tal forma
que perjudique sensiblemente la calidad de su sistema
de gobierno, aumente indebidamente el riesgo operacional, menoscabe la capacidad de la Dirección General
de Seguros y Fondos de Pensiones para supervisar el
cumplimiento de las obligaciones de la entidad, o afecte a la prestación de un servicio continuo y satisfactorio
a los tomadores de seguros».
En el Capítulo Octavo se analizan y valoran
los esfuerzos de UNESPA en pro de la elaboración de un acervo propio del sector en materia
de gobierno corporativo. El esfuerzo de transparencia y de recomendación de medidas en
Gobierno Corporativo y otras cuestiones que ha
emprendido el Sector Asegurador español no
puede ser minusvalorado: las Guías, por muchas
críticas que puedan merecer, son un paso adelante de un Sector que podía perfectamente haberse enclaustrado en la fácil defensa de la práctica
ausencia de Compañías aseguradoras cotizadas
en mercados bursátiles en nuestro país, y en la
sofisticada e incluso extenuante regulación que
ya recibía su actividad en la normativa comunitaria y nacional.
La Guía del Buen Gobierno es sólo una pieza
dentro de los esfuerzos de UNESPA por proporcionar patrones de conducta al Sector que redunden en una mayor transparencia y en unas mejores prácticas de mercado. A finales del 2005 se
culminaban los trabajos para el diseño de las primeras versiones de las guías referidas a gobierno
34
RESUMEN EJECUTIVO
Debe hacerse notar que a finales de 2010,
UNESPA ha circulado un cuestionario entre sus
entidades adheridas respecto a estas Guías, por
lo que durante 2011 se conocerá en mayor detalle el impacto real en el mercado de las mismas.
ble, de buena calidad, transparente y accesible,
que refleje las estrategias de negocios y riesgos
de las empresas.
En el Capítulo Noveno se analiza la trascendencia de perfilar los requisitos exigibles a la
obligación de transmisión de la información en
atención a los destinatarios de la misma: el
supervisor, el mercado, el tomador del seguro,
asegurado o beneficiario.
La información a remitir periódicamente al
supervisor deberá comprender, por supuesto, los
datos y cuantificaciones necesarias y, con igual
nivel de importancia, las debidas referencias cualitativas que completen el análisis. Debe configurarse, por tanto, una modelo de información que
sirva al supervisor para obtener una imagen real
y fiel de la situación financiera, la condición de
solvencia y el modelo de gestión de la entidad.
Solvencia II significa un paso más, pues se intenta armonizar la información que se requiere al
supervisor con aquella que se ha de difundir al
mercado. Con ello se pretende fomentar la transparencia, la eficiencia y la competitividad. No
obstante, se ha de encontrar el equilibrio con la
necesaria reserva y confidencial de algunos elementos, pues la divulgación de la información
puede ser un factor de competitividad que debe
respetar el marco de la leal concurrencia. Respecto a aquella información que la empresa considere que no ha de divulgarse se debe indicar
claramente por parte de la compañía qué parte
no es divulgable y justificar las razones. Por otra
parte, habrá que atender a los eventuales conflictos que puede generar la publicidad de cierta
información de supervisión, pues la publicación
de dificultades en la solvencia puede agravar la
situación de la entidad.
En cuanto a la información al asegurado, más
allá de la información obligatoria para la conclusión del contrato y de la que se recoja en el contrato, se considera aquí la información sobre solvencia que hay que suministrar al tomador, asegurado interesado en la información que afecte
al futuro del contrato que realice con la entidad
aseguradora. Este tipo de información tiene
especial relevancia en las pólizas de los seguros
IX. LOS DEBERES DE INFORMACIÓN.
MÁS ALLÁ DE LA INFORMACIÓN
FINANCIERA
El nuevo modelo de supervisión pretende crear
un entorno en el que el sector asegurador pueda
operar de forma eficiente y promover la estabilidad financiera y el crecimiento económico. Uno
de los instrumentos esenciales para esos fines es,
precisamente, la información. La divulgación de
información fortalecerá los mecanismos del mercado y la supervisión; proporcionará a los aseguradores, inversores, agencias de calificación y
asegurados una imagen global de los riesgos del
asegurador y potenciará la disciplina de mercado, mediante la comparabilidad, la transparencia
y la coherencia, garantizando así la igualdad de
condiciones para su toma de decisiones.
Solvencia II reconoce los beneficios que conlleva disponer de información comparable,
transparente y que refleje las estrategias de negocios y de gestión de riesgos y establece los principios a que responde la exigencia de cumplir con
el deber de transmisión de la información. En
primer lugar, siguiendo la tónica con que se diseñan otras exigencias, nos encontramos con el
principio de proporcionalidad, que se debe traducir en evitar que la obligación de información
se traduzca en exigencias reiterativas, redundantes o irrelevantes. El segundo principio es el de
materialidad, que debe traducirse en una información de calidad y con capacidad de influir en
las decisiones económicas –razonables- de los
destinatarios de la información. Además, se establece la necesidad de que la información financiera de las entidades, se prepare de acuerdo con
estándares de uso internacional, debido a la ventaja que reporta principalmente para la inversión
y los flujos de capitales. Dichos estándares debieran permitir la entrega de información compara35
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
El control de condiciones generales de la contratación se configura como elemento clave para
la protección del asegurado en una doble dirección al permitir un control formal y material del
contrato. En este marco, la STS de 1 de octubre
de 2010 viene a confirmar que cualquier cláusula limitativa e los derechos del asegurado, en virtud de la cual se «restringe, condiciona o modifica el derecho del asegurado a la indemnización
una vez que el riesgo objeto del seguro se ha producido», deben destacarse de un modo especial
en el contrato y deben ser específicamente aceptadas por el asegurado.
La protección contractual del tomador del
seguro se ha visto recientemente ampliada en
materia de competencia desleal. La Ley 29/2009,
de 30 de diciembre, introduce en nuestro ordenamiento la categoría de prácticas agresivas que
el legislador tipifica en el Capítulo Tercero. El
nuevo Art. 31 LCD determina que el asegurador
solo podrá exigir aquellos documentos que sean
«razonablemente necesarios» para determinar la
existencia y consecuencias del siniestro. A sensu
contrario, toda petición de documentos que no
esté fundada en este criterio de razonabilidad y
se oriente, a disuadir al asegurado del ejercicio
de sus derechos, se considera una práctica agresiva y, por tanto, desleal. Igualmente, el Art. 31.1
LCD considera agresiva, la falta de respuesta del
asegurador a las comunicaciones del tomador del
seguro, del asegurado o del beneficiario. Se
entiende que el silencio de la entidad aseguradora se produce, una vez que estos sujetos le comunican la existencia del siniestro pues, es a partir
de este momento cuando surge la obligación del
asegurador de indemnizar el daño causado; de
modo que la falta de respuesta es interpretada
por el legislador como un intento de disuadir al
tomador, beneficiario o asegurado del ejercicio
de sus derechos y por esta circunstancia tipifica
esta práctica como desleal.
En el Capítulo Décimo se subraya la especial
transcendencia de las previsiones contenidas en
la Directiva Solvencia II. A la dimensión institucional de este deber de información, se añade la
necesidad de ofrecer a los consumidores la información necesaria, antes de la celebración del
de vida o de responsabilidad civil, en los que
generalmente transcurre un largo plazo de tiempo desde la adquisición de la protección y hasta
el pago del siniestro. En los casos de los seguros
de vida en los que el tomador asume el riesgo de
la inversión se informará de forma clara y precisa acerca de que el importe que se va a percibir
depende de las fluctuaciones en los mercados
financieros, ajenos al control del asegurador y
cuyos resultados históricos no son indicadores de
resultados futuros. Sería aconsejable incluir análisis de sensibilidad del escenario base considerado, así como pruebas de estrés. Estos análisis de
sensibilidad han de ser explicados con la mayor
claridad posible, huyendo de términos técnicos,
pero sin prescindir de la profesionalidad en la
elaboración de los mismos. En general, se debe
evitar un grado innecesario de complejidad, la
sencillez facilita el entendimiento y evita gastos
administrativos innecesarios.
En cualquier caso, deberá cumplir los requisitos generales que ha de requerir toda información financiera: utilidad, confiabilidad, relevancia, comprensibilidad y comparabilidad. Pero, en
el entorno de Solvencia II, se supera y se amplia
el requisito de información financiera para trasmitir un reflejo fiel y global de los riesgos del asegurador. Algunas de las necesidades que ha de
cubrir la información que se suministra para
cumplir estos objetivos debe responder a las preguntas siguientes: ¿Cuáles son los indicadores
claves? ¿Qué nivel de detalle de información se
precisa? ¿Con qué frecuencia ha de recogerse la
información? ¿Qué nivel de exactitud se requiere? ¿Cómo se conservará esa información?
X. TRANSPARENCIA Y PROTECCIÓN DEL
ASEGURADO
Las garantías del asegurado desde una perspectiva contractual se instauran mediante el establecimiento de distintos mecanismos, de naturaleza
preventiva, en unos casos, e indemnizatoria, en
otros, analizados en el Capítulo Décimo con profundidad y concisión.
36
RESUMEN EJECUTIVO
contrato y durante toda su vigencia, para poder
elegir libremente entre una amplia y variada
gama de contratos aprovechando plenamente la
diversidad que les ofrece el mercado.
La protección del asegurado justifica el establecimiento de mecanismos de solución de conflictos. En este marco, adquieren especial importancia los procedimientos desarrollados ante el
Servicio de Reclamaciones y procedimientos
extrajudiciales de protección de los derechos de
los ciudadanos de carácter gratuito. Según el
Informe del Servicio de Reclamaciones de la
Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones correspondiente al primer semestre de
2010, el número de expedientes iniciados en el
primer semestre del año 2010 fue de 4.967. Se
observa un aumento con respecto a la cifra de
expedientes iniciados en el primer semestre de
2009 que supone un incremento del 18,91%.
Los seguros multirriesgos, los del ramo de
enfermedad, vida y vehículos terrestres suponen
el 67,58% del total de reclamaciones iniciadas. El
segundo lugar lo ocupan, por primera vez, por
delante del ramo de vida y de vehículos, las reclamaciones relacionadas con el ramo de enfermedad, con un total de 445 expedientes, lo que
representa el 14,76% del total. Este aumento
viene originado principalmente por la subida de
las primas de los seguros de enfermedad y asistencia sanitaria, así como por los conflictos que se
plantean sobre si determinadas prestaciones se
encuentran o no cubiertas por la póliza. El ramo
de vida aparece en tercer lugar con un total de
350 reclamaciones, lo que representa el 11,61%
del total de reclamaciones. En cuarto lugar se
encuentra el ramo de vehículos, con 343 reclamaciones iniciadas, lo que supone el 11,38% del
total, pudiendo apreciarse un incremento de 55
expedientes con respecto a 2009. Sin embargo,
en términos porcentuales el ramo de Vehículos
ha disminuido en un 0,47% con respecto al total
de reclamaciones iniciadas en el primer semestre
del año anterior. Por último, en el resto de los
ramos, se observa un aumento general en el
número de reclamaciones respecto al primer
semestre del año 2009, debiendo destacarse las
correspondientes al ramo de pérdidas pecunia-
rias diversas, que ha pasado a ocupar el quinto
lugar. El incremento de la reclamaciones en este
ramo está relacionado con la actual situación de
desempleo en España, lo que ha aumentado la
siniestralidad en los seguros de protección de
pagos vinculados a préstamos, que garantizan,
durante el periodo fijado en la póliza, el pago de
las cuotas correspondientes al préstamo del asegurado, en caso de desempleo o incapacidad
temporal.
El principal motivo de las reclamaciones
resueltas durante el primer semestre del año
2010 ha sido la divergencia en la aplicación e
interpretación de los condicionados de las pólizas. Se comprueba así la trascendencia de que la
información recogida en los contratos de seguros
sea lo suficientemente comprensible y transparente, de tal forma que pueda ser entendido por
quienes adquieren este tipo de productos. En
este sentido debe resaltarse la importancia que
tiene que las entidades aseguradoras y los mediadores, en su función de asesoramiento, de explicar las coberturas de la póliza y cualquier otra
duda que pueda surgir al asegurado o tomador,
tanto antes de la suscripción como durante la
vida del contrato. Asimismo, debe prestarse especial atención por las entidades a que las pólizas
estén redactadas de forma clara y sencilla.
La protección del asegurado podría cerrar el
círculo con la creación de un Fondo de Garantía
de Seguros, cuestión que preocupa a las instituciones comunitarias desde el año 2001 y se concreta en una recomendación recogida en los considerandos de la Directiva Solvencia II. En fecha
muy reciente ha visto la luz el Libro Blanco de
Sistemas de Garantía de Seguros. El Libro Blanco propone la adopción de una Directiva para el
establecimiento de un marco normativo coherente, armónico y jurídicamente vinculante para
proteger a los consumidores de seguros. Esta exigencia armonizadora deriva de las discrepancias
entre las legislaciones nacionales y la creciente
actividad transfronteriza de seguros en la UE que
requiere articular disposiciones armonizadas
para evitar la merma en la protección de los consumidores de seguros. En el Capítulo Décimo se
estudian los elementos fundamentales del siste37
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
ma de garantía de seguros a constituir como
mecanismo de tutela del consumidor en el mercado comunitario.
En primer término, la Comisión propone instaurar, como mecanismo protector de último
recurso, un sistema de garantía de seguros en el
ámbito de cada Estado miembro. Sistema que
podría servir, además, como instrumento preventivo de insolvencias en el sector asegurador y atenuar, en su caso, las repercusiones que el colapso
de una empresa de seguros puede generar. En
este marco, destacan las previsiones contenidas
en la Directiva Solvencia II relativas a las medidas
de saneamiento y procedimientos de liquidación
con efectos en el mercado.
El Libro Blanco propugna que la protección a
través del Fondo de Garantía de Seguros englobe
a todas las pólizas de seguros, tanto las de vida
como las de no vida. Quedarían excluidos los
fondos de pensiones y reaseguros para los que no
se prevé la extensión de la protección. Asimismo,
en la delimitación del ámbito subjetivo de la protección articulada a través de este instituto, se
propone que la cobertura se extienda a todas las
personas físicas, y a aquellas personas jurídicas
que cumplan determinados criterios que habrán
de ser definidos pormenorizadamente. También
se propone establecer una armonización, en
cuanto a los niveles mínimos de protección a
otorgar por el Fondo estableciendo un importe o
porcentaje de indemnización mínimo, que
garantice un nivel apropiado y equitativo de
cobertura de los tomadores y beneficiarios de
seguros en todos los ramos de seguro y en todos
los Estados miembros, dejando abierta la posibilidad de que cada Estado pueda optar por ofrecer un grado de protección mayor al previsto en
la normativa comunitario.
La financiación de los sistemas de garantía de
seguros ha sido una cuestión muy debatida. En el
Libro Blanco, la Comisión propugna una combinación de instrumentos. De un lado, con carácter
general, se propone que la financiación de los
Fondos de Garantía de Seguros se realice a priori,
mediante contribuciones de las entidades aseguradoras calculadas en función de los perfiles con-
cretos de riesgo que presenten los participantes.
Pero, junto a esta vía, también se prevén mecanismos complementarios de financiación a posteriori para aquellos supuestos en los que los fondos previstos se revelaran insuficientes.
La creación de un Fondo de Garantía en los
términos previstos en el Libro Blanco va a requerir, algunos cambios en la regulación española
respecto a la actuación del Consorcio de Compensación de Seguros como Fondo de Garantía.
Las exigencias derivadas de las previsiones
comunitarias se van a proyectar, de un lado, en la
conveniencia de que en nuestras normas otorguen «prioridad al procedimiento de liquidación
administrativa respecto al concurso». De otro
lado, puede resultar necesario «sustituir, o al
menos complementar, el actual sistema de
indemnización», en la búsqueda de un sistema
más objetivo que garantice un importe mínimo a
pagar en todo caso por el Consorcio, sin perjuicio de que dicho porcentaje pueda mejorarse en
función de las circunstancias particulares de cada
entidad.
XI. RELEVANCIA DE LA PROTECCIÓN DE
DATOS DE CARÁCTER PERSONAL EN
EL SECTOR ASEGURADOR
El sector asegurador es uno de los más relevantes
desde la perspectiva de la normativa de protección de datos. Concurren en él varios elementos
que hacen que ello sea así. En primer lugar, gran
parte de la actividad aseguradora comporta el
tratamiento intensivo de datos de carácter personal. En segundo lugar, un número relevante de
productos de seguro requieren del tratamiento
de datos dotados de una particularmente intensa
protección (artículo 7 LOPD). Dentro de estos,
destacan los datos de salud, como los que son
manejados en la selección de riesgos de seguros
de vida, seguros de enfermedad o de asistencia
sanitaria, etc. Finalmente y en tercer lugar, la
actividad aseguradora se estructura habitualmente sobre una malla de entidades que participan
en diversas cadenas de la actividad de producción y gestión del seguro. Ello, por un lado, mul38
RESUMEN EJECUTIVO
tiplica el número de sujetos que tratan datos y se
ven afectados por la normativa sobre su protección y, por otro, da lugar a continuos y múltiples
flujos de datos personales que, en si mismos,
también se encuentran regulados por dicha normativa.
La aplicación de la normativa de protección
de datos a la actividad aseguradora depara algunas dudas de calado que deben ser solventadas,
no sólo por versar sobre disposiciones cuyo
incumplimiento lleva aparejado sanciones sino
por que se trata de requisitos que afectan a la
actividad cotidiana de las entidades aseguradoras, por lo que la oscuridad con que se presenta
la regulación de protección de datos, puede favorecer incumplimientos a gran escala y totalmente involuntarios. El Capítulo Undécimo desgrana
los problemas, analiza el marco regulador, propone soluciones plausibles y ofrece planteamientos para futuros desarrollos, tanto normativos
como autoregulatorios.
El derecho a la protección de datos actúa
como un claro mecanismo de transparencia y
protección del asegurado, que complementa el
manto de protección que proporcionan otras
normas sectoriales tratadas en apartados precedentes. Como titular de los datos personales que
se tratan, el asegurado ocupa el rol del «interesado o afectado», al que la normativa sobre protección de datos otorga toda la protección, permitiéndole decidir el tipo de información que sobre
su persona tratarán los diversos actores intervinientes en la cadena de producción y gestión del
seguro (aseguradores, reaseguradores, mediadores, auxiliares, etc.). En líneas generales, tal protección se configura en torno a obligaciones que
ostentan aquellas entidades que deciden acerca
del tratamiento de los datos personales - «responsables del fichero o del tratamiento», según
la normativa de protección de datos - que en
ámbito asegurador, pueden ser entidades aseguradoras, reaseguradoras, corredores, etc.
La aplicación de la normativa sobre esta materia a los flujos que se dan en el sector asegurador
no siempre es sencilla y pacífica. Ello es aplicable
no sólo respecto de la normativa que podríamos
llamar «común» (es decir, aquella reguladora de
cualquier tratamiento, con independencia de
sector), sino incluso de la sectorial de la industria
aseguradora. Tal situación puede originar inseguridad jurídica tanto en lo que respecta a los
asegurados como a las propias entidades que tratan los datos personales (aseguradoras, reaseguradoras, mediadores, etc.).
Las peculiaridades de algunos flujos de datos,
propios del sector asegurador, se analizan en el
Capítulo Undécimo. En particular se examinan
los supuestos en que la actividad aseguradora
precisa de la utilización de los servicios de centros médicos privados (realización de pruebas
médicas en el contexto de procesos de selección
de seguros como los de vida; realización de las
prestaciones en los seguros de enfermedad o asistencia sanitaria y, finalmente, el seguimiento y
peritaje en caso de siniestros que afecten a personas). Servicios médicos privados que deben
acceder a datos personales - incluso, datos especialmente protegidos como los de salud - de los
que las entidades aseguradoras son responsables
del fichero incluyendo tanto datos de asegurados
como de solicitantes de seguros. Seguidamente
se examinan los flujos de datos en el contexto de
seguros colectivos. Continuando con los escenarios de tratamiento de datos en la industria del
seguro, que tienen una regulación, al menos, no
evidente, encontramos los relativos a los datos
personales de terceros beneficiarios designados
por asegurados. El último supuesto considerado
se centra en los aspectos que conciernen a la protección de datos en los seguros de responsabilidad civil con terceros perjudicados.
XII. EL SECTOR ASEGURADOR ANTE LA
NUEVA LEY DE PREVENCIÓN DEL
BLANQUEO DE CAPITALES Y DE LA
FINANCIACIÓN DEL TERRORISMO
La aprobación de la Ley de Prevención del Blanqueo de Capitales y de la Financiación del Terrorismo impone al sector asegurador español continuar el esfuerzo de adaptación realizado desde
la promulgación de la Ley 19/1993, de 28 de
39
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
de UNESPA, que ha publicado una «Guía de buenas prácticas en materia de control interno»,
cuya última actualización es de 2007, y mediante
la cual se tratan de aproximar las prácticas del
sector a los principios que inspiran la materia en
otros Estados miembros de la Unión Europea,
aunque dejando un amplio margen a las compañías para establecer sus procedimientos internos.
La Ley 10/2010 introduce modificaciones con
gran relevancia práctica para el sector asegurador, que obligarán a las entidades aseguradoras
autorizadas para operar en el ramo de vida y a los
corredores de seguros cuando actúen en relación
con seguros de vida u otros servicios relacionados
con inversiones a implantar nuevos procedimientos para adaptarse a la nueva regulación en la
materia. Estas nuevas obligaciones requerirán
cambios en la estructura interna de las compañías; por ejemplo, a tenor de la literalidad de la Ley
10/2010 y según interpreta el SEPBLAC, no resultará posible a partir de la entrada en vigor de la
Ley que el director de Auditoría Interna desempeñe la función de representante ante el Servicio
Ejecutivo o forme parte del órgano de control
interno, aspecto éste relevante puesto que
muchas de las entidades aseguradoras que operan en España no tienen separación entre el órgano de control interno y el de auditoría interna.
En materia de autorregulación, que, como
sucede con todas las entidades financieras, es
también muy relevante en el sector asegurador,
sigue apreciándose una falta de cumplimiento de
la normativa en la materia por una gran parte de
las corredurías de seguros, así como importantes
deficiencias en las que incurren aquellas aseguradoras y corredores que sí se han propuesto cumplirla. Entre estas deficiencias puede señalarse la
habitual falta de atención a las características de
cada entidad a la hora de diseñar sus reglamentos o manuales internos, especialmente en los
grupos bancarios que se limitan a reproducir, en
lo relativo a las entidades aseguradoras y corredurías del grupo de que se trate, las normas
vigentes en la materia y el catálogo ejemplificativo de operaciones de riesgo de blanqueo de capitales para entidades aseguradoras, facilitado por
el Ministerio de Economía.
diciembre, sobre Determinadas Medidas de Prevención del Blanqueo de Capitales. La Ley
10/2010 introduce nuevas exigencias para los
sujetos obligados, que recogen disposiciones más
rigurosas que las previstas en la normativa comunitaria. Las modificaciones introducidas se estudian en el Capítulo Duodécimo, tanto en el
plano del análisis jurídico como en el de las
importantes consecuencias prácticas que se derivan para el sector asegurador.
A pesar del declarado propósito de la norma
de mantener en la medida de lo posible la regulación anterior para evitar los costes de adaptación al nuevo régimen de los sujetos obligados, la
nueva norma introduce modificaciones con gran
relevancia práctica para el sector asegurador, que
obligan a las entidades aseguradoras autorizadas
para operar en el ramo de vida y a los corredores
de seguros cuando actúen en relación con seguros de vida u otros servicios relacionados con
inversiones a implantar nuevos procedimientos
para adaptarse a la nueva regulación en la materia. Para ello, están obligadas a aprobar un documento donde conste la política expresa de admisión de clientes, procedimientos para la identificación de clientes, para su clasificación en categorías determinadas, etc.
En el sector asegurador se siguen apreciando
deficiencias, en ocasiones ciertamente llamativas,
a la hora de cumplir puntualmente con la normativa sobre prevención del blanqueo de capitales. No obstante, no debe despreciarse ni olvidarse el notabilísimo esfuerzo realizado por el
sector asegurador español desde la promulgación de la Ley 19/1993, por ejemplo, exigiendo
que el pago de las primas se realizase a través de
cuentas bancarias abiertas a nombre de los clientes (según estudios realizados por UNESPA, más
del 90% del pago de primas se realiza en la
actualidad por esta vía, lo que limita notablemente las posibilidades de blanqueo de capitales
mediante la contratación de pólizas de seguro de
vida).
El esfuerzo del sector se puede percibir también en la autorregulación que se ha llevado a
cabo tanto por parte de cada entidad aseguradora o correduría, como principalmente en el seno
40
RESUMEN EJECUTIVO
XIII. El SECTOR ASEGURADOR Y EL
DERECHO DE LA COMPETENCIA
•
El nuevo Reglamento 267/2010 de exención por
categorías confirma la especialidad del sector
asegurador. Para el sector asegurador disponer
de una información precisa y suficiente es condición imprescindible para poder estructurar adecuadamente los productos aseguradores. La propia esencia del seguro radica en un adecuado
conocimiento del riesgo que se cubre, por lo que
la información sobre el mismo es fundamental.
La existencia de una asimetría en el acceso a
dicha información, que se produce desde el
momento en que compiten grandes entidades
con amplia experiencia y recursos, con otras con
menos medios, implica que la competencia entre
unas y otras no sea tan intensa como pudiera
serlo en el caso de que el acceso a la información
se extendiera. En el Capítulo Décimo Tercero se
realiza un detallado estudio del nuevo Reglamento, su impacto en nuestro Derecho de la
Competencia y su incidencia en la organización y
en la operativa de aseguradoras y de corredores.
Los artículos 2 y 3 del Reglamento 267/2010
declaran exentos de la prohibición general del
artículo 101.1 TFUE (y, en su aplicación en España, del artículo 1.1 LDC) los acuerdos consistentes en:
• La recopilación y distribución conjuntas
de la información necesaria para calcular
el coste medio de la cobertura de un riesgo determinado en el pasado y, en el ámbito de los seguros que implican un elemento de capitalización, elaborar tablas de
mortalidad y tablas de frecuencia de enfermedades, accidentes e invalidez. El mantenimiento de la exención de la elaboración
conjunta de cálculos, tablas y estudios
sobre riesgos, así como el de las agrupaciones de coaseguro y correaseguro inciden respectivamente en las situaciones en
las que el acceso a una información precisa requiere de la aceptación de un ámbito
de colaboración entre entidades, así como
en la creación de estructuras de reparto
del riesgo en el seguro o el reaseguro.
41
La elaboración conjunta de estudios
sobre el probable impacto de circunstancias generales externas a las empresas
implicadas, bien sobre la frecuencia o el
alcance de los siniestros futuros para un
determinado riesgo o categoría de riesgos, bien sobre la rentabilidad de distintos tipos de inversión y la difusión de los
resultados de tales estudios. La exención
de los acuerdos de cobertura conjunta de
riesgos se justifican especialmente en
relación a riesgos de particular entidad, o
los que resultan novedosos o especiales.
Se ha producido en este sentido una
modificación y ampliación del concepto
de riesgo nuevo. Por otra parte, la exención de este tipo de acuerdos de cobertura conjunta se somete al umbral de la
cuota de mercado, que funciona como el
límite a partir del que se entiende que la
propia existencia del pool puede restringir la competencia. En este sentido, la
exención de las agrupaciones de coaseguro o de correaseguro se aplicará a condición de que los productos de seguro suscritos en el marco de la agrupación por
las empresas participantes o en nombre
de ellas, en cualquiera de los mercados
afectados, no representen: (a) en el caso
de las agrupaciones de coaseguro, más
del 20% del mercado de referencia; y (b)
en el caso de las agrupaciones de correaseguro, más del 25% del mercado de referencia. Los «pools» de nueva creación,
constituidos para cubrir riesgos novedosos se excluyen de las limitaciones de
cuota de mercado, es decir, pueden constituirse independientemente de la cuota
combinada de sus integrantes (entre otras
razones, porque sería difícil de calcular
ante la ausencia de datos). No obstante, la
exención se limita en estos casos a un
periodo de 3 años desde la fecha de constitución de la agrupación. La exención a
la cobertura conjunta solo se aplicará por
tanto si se cumplen ciertas condiciones.
ESTUDIO SOBRE EL SECTOR ASEGURADOR EN ESPAÑA 2010...
La Comisión ha decidido no renovar la exención del «establecimiento y la difusión conjuntos
de condiciones tipo no vinculantes de las pólizas
de seguro directo, así como los modelos no vinculantes que ilustren los beneficios de una póliza
de seguros que contenga un elemento de capitalización», que se incluía en el anterior Reglamento. La no renovación de la exención de esta práctica generará una cierta inseguridad jurídica en
los operadores, pero que se trata de un problema
compartido con otros sectores. Para mitigar esta
incertidumbre, la Comisión ha anunciado que
tratará este tipo de prácticas en sus nuevas Directrices sobre la aplicabilidad del articulo 101
TFUE a los acuerdos de cooperación horizontal.
El borrador de Directrices trata ya estos temas en
varios de sus apartados, principalmente en sus
Apartado 2 (Intercambio de información) y 7
(acuerdos de estandarización). La Comisión también ha decidido no renovar la exención del
«establecimiento, el reconocimiento y la difusión
de especificaciones técnicas, normas o directrices
relativas a aquellos tipos de dispositivos de segu-
ridad para los que no existan a escala comunitaria especificaciones técnicas, sistemas de clasificación, normas, procedimientos o directrices». Al
igual que ocurre con los modelos de clausulados,
la Comisión los trata con especial detalle en las
Directrices. Que no se haya extendido la exención por categorías a ciertos tipos de acuerdos o
prácticas no significa automáticamente contrariedad al Derecho de la competencia. Sólo aquellos
acuerdos o prácticas entre entidades aseguradoras que tengan por objeto, produzcan o puedan
producir el efecto de «impedir, restringir o falsear la competencia en todo o parte del mercado
nacional» serán susceptibles de ser considerados
contrarios a los artículos 101 TFUE (o 1 LDC en
el ámbito español) y, por tanto, nulos (y susceptibles de sanción).
En el Capítulo Décimo Tercero se llama la
atención a las entidades aseguradoras sobre la
necesidad de autoevaluar si los acuerdos o prácticas que prevean realizar se adaptan a la normativa de competencia, modificándolos convenientemente cuando la respuesta sea negativa.
42
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